Cuando se trata de dar comodidad al pie de los ejecutivos, amas de casa, estudiantes, oficinistas… la marca de zapatos Vecachi cumple con esas condiciones. Esta industria se fundó en 1985 con el nombre de Calixto Jr., y desde el 2015 se denomina Rubbershoes Industrial Cía. Ltda.
La calidad del calzado hizo que la producción de esta empresa ambateña se incrementara con el tiempo. Es así que en el 2015, el negocio produjo 58 600 pares de zapatos. Además facturó USD 1, 2 millones. Sus principales mercados son Quito, Ambato, Latacunga, Riobamba, Guayaquil, Cuenca y otras ciudades del país.
En 1984, su gerente Calixto Peñaloza trabajaba en la distribución y comercialización de calzado en todo el Ecuador. Adquiría a las diferentes pequeñas empresas, pero los requerimientos del mercado eran otros y no abastecía los pedidos, por eso los gerentes de los almacenes exigían cambios. Entonces pensó ¿por qué no fabricar calzado con estas características y de alta calidad?
Un año más tarde, conociendo el mercado presentó el proyecto a su familia que le dio el visto bueno. Con un crédito de 30 000 sucres en una institución financiera adquirió dos máquinas, hormas y la materia prima. Arrancó con dos colaboradores fabricando 15 pares semanales. Luego comenzaron a desarrollar sus propios diseños y modelos con las recomendaciones efectuadas por sus clientes y con buenos resultados.
Las ventas se incrementaron a 400 pares al mes. Eso ayudó a expandirse a otros almacenes distribuidores. “En mis inicios no sabía fabricar calzado, no tenía ni idea; pero contraté a una persona especialista, luego me capacité, investigue y aprendí”, cuenta Calixto.
Su aspiración fue ser líder en un mercado exigente. Es así que en 1990, la organización emprendió la tecnificación de sus procesos de fabricación. Calixto arrancó con un proceso de mejoramiento continuo y la capacitación de sus 25 colaboradores. Eso ayudó a ser más competitivos.
Pero la crisis bancaria y la dolarización por poco hacen que quebrara; con recortes de gastos logró salir de esa crisis y emprendió el proceso de implementación de la certificación a la calidad ISO 9001, que la recibió en el 2003.
El buen momento se inició en el 2010 cuando el Gobierno aplicó las salvaguardas al calzado importado. Eso catapultó a este sector productivo del país.
Entonces la empresa realizó una nueva inversión con la adquisición de tecnología de punta. Por eso decidió trasladarse a la nueva planta ubicada en el Parque Industrial Ambato, logrando un crecimiento del 25% en sus ventas.
Pero luego llegó un nuevo desafío. Las ventas descendieron y la producción cayó: de 210 pares diarios la cifra cayó casi a la mitad.
Calixto mantuvo la calma y en el 2014 volvió a invertir cerca de USD 250 000 para adquirir un centro mecanizado para elaborar las suelas. También se automatizó el corte y se adquirió un software para el área de diseño.
Desde hace 15 años, Fernando Quezada, gerente de Calzado Elizabeth, de Quito, trabaja con Vecachi. En sus cuatro locales ubicados en los barrios Comité del Pueblo, Carapungo, Calderón y El Inca oferta los modelos y nuevos diseños en la línea escolar, casual, de calle, de dama… “Es un producto de calidad que tiene demanda. Trimestralmente se venden entre 1 500 y 2 000 pares. La gente ya conoce la marca y consume”.
En el centro de mecanización de calzado Vecachi se fabrican los moldes metálicos de las suelas que se emplean en el armaje de los zapatos; los diseños se venden en todo el país. Foto: Glenda Giacometti /LÍDERES
La tecnología sueca, la inversión y el conocimiento del mercado latinoamericano son la combinación que permiten que la multilatina Grupo Familia se consolide en la región y el país.
Este grupo empresarial produce artículos de limpieza personal desde hace 57 años, tiene presencia en 20 países y en Ecuador opera desde hace 20 años. En principio el negocio se centró en la importación de productos, principalmente desde Colombia a través de la firma Tecnopapel. Pero luego Grupo Familia decidió instalar una planta de producción; lo hizo en Lasso, Cotopaxi.
La producción empezó con papel higiénico en abril de 1996 y con el tiempo las líneas se fueron diversificando; hoy en día la empresa ofrece productos para cuidado de bebés, de adultos y adultos mayores, así como productos para higiene femenina.
Además, como parte de sus procesos de innovación, se alista para lanzar al mercado una línea de limpieza para mascotas. Esta nueva línea estará en el mercado ecuatoriano antes de finales de año, según sus ejecutivos.
La elaboración de papel higiénico, servilletas, pañales para niños y adultos mayores y toallas femeninas se logra con un proceso que utiliza cerca de 110 toneladas diarias de materia prima. Papel periódico y cartón reciclado, así como pulpa de papel son los materiales principales que se utilizan en la planta de Lasso.
El 90% de la materia prima proviene de reciclaje y el 10% restante, que corresponde a la pulpa de papel, se importa desde Canadá y países nórdicos. Tras una serie de filtros y revisiones el material pasa por un proceso productivo que incorpora tecnología europea de punta, así como el uso del agua del río Cutuchi, que nace en el volcán Cotopaxi.
El agua del río se la recoge en una bocatoma, pasa por procesos químicos para retirar sólidos, luego llega a unos tanques donde se cumple un tratamiento biológico con microorganismos. Después sirve en los procesos de producción y se la devuelve al río, en un punto anterior al de la bocatoma, no sin antes pasar por otro proceso de purificación.
Esta planta de tratamiento biológico de agua requirió una inversión de USD 5 millones y según los representantes de Grupo Familia es un sistema pionero en la región. Por este y otros procesos internos la firma cuenta con certificaciones de calidad, protección ambiental, seguridad y salud ocupacional.
Para todo este trabajo el grupo empresarial se apoya en el talento humano del país. La firma cuenta con alrededor de 1 100 colaboradores, de los cuales más de 600 están en la planta de Lasso.
Iván Delgado, presidente de las Cámaras de Producción de Cotopaxi, destaca que Grupo Familia es una compañía generadora de empleo y de desarrollo en Cotopaxi y a escala nacional. “Su aporte es muy importante”, dice el dirigente gremial.
Además comenta que la firma continúa apostando por el país con nuevas inversiones para innovar y ofrecer nuevos productos.
En la planta de Lasso, dos de los puntos vitales son el embodegado y el despacho de los productos. La bodega tiene 5 000 metros cuadrados y permite almacenar 420 000 cajas. Allí la tecnología es un aliado: un software, que incluye reconocimiento de voz, es una de las principales herramientas de los trabajadores.
La distribución se cumple con una sincronización absoluta. El trabajo en bodega y despacho es las 24 horas de lunes a viernes (en tres turnos); los sábados hay un turno de ocho horas. La empresa cuenta con cinco camiones propios, pero también contrata una flota para distribuir los productos.
El gerente
Gustavo Duque. Desde que estamos en el país trabajamos para ganarnos la confianza del consumidor. Esto se logra con marcas potentes, productos de calidad y buenos precios. Es una estrategia en conjunto. La confianza se gana con técnicas de distribución y de mercadeo. Vamos 20 años con ese modelo y lo que hace Grupo Familia es un proyecto de largo plazo. Continuamos invirtiendo y desarrollando nuevos productos. En estos veinte años hemos invertido cerca de 100 millones.
Las Cifras
65% de las ventas en el país corresponde a productos elaborados en Ecuador.
90 metros cúbicos por hora puede procesar la planta de agua de la empresa.
2% de la producción se exporta principalmente a Perú, para el segmento corporativo.
33 hectáreas tiene un terreno que adquirió la compañía cerca de la actual planta de Lasso; allí se planea construir nuevas bodegas de almacenamiento.
La planta de producción de Grupo Familia se asienta en un terreno de 90 000 metros cuadrados y tiene 29 000 metros cuadrados de construcción. Está en Lasso. Fotos: Diego Pallero y Pavel Calahorrano / LÍDERES
Tras nueve años de Gobierno el programa de industrialización del país ha crecido lentamente y aún se puede perfeccionar, según gremios productivos y autoridades. En este período el modelo ha tenido diferentes nombres: agenda de competitividad, cambio de la matriz productiva y política industrial.
Este último plan lo lanzó el Ejecutivo hace dos semanas y tiene como objetivo que el Producto Interno Bruto Industrial llegue al 25% en el 2025. Al inicios del Gobierno, como consta dentro de un documento sobre las estrategias de cambio de matriz productiva, elaborado por la Vicepresidencia, la meta era que para el 2017 este PIB alcance el 14,5%. Sin embargo, las cosas poco han cambiado. En el 2007 el PIB Industrial alcanzó 13,7%, mientras que al momento es del 12,5%.
Para Roberto Aspiazu, director ejecutivo del Comité Empresarial Ecuatoriano, el plan de desarrollo industrial del Gobierno tiene pocos resultados porque el modelo neocepalino usado no lo ha permitido. “Fue un programa con el que elevaron aranceles, incrementaron salvaguardias, etc. Pero la gran mayoría de los productos gravados, por ejemplo, no se producían en el país”.
El sector privado considera que con el nuevo programa, prácticamente, se está dando una nueva imagen de un mismo proyecto. Para el ministro de Industrias, Santiago León, la situación es diferente. El funcionario explica que con el cambio de matriz productiva se buscaba diversificar, generar valor agregado, subir importaciones y mejorar la productividad.
Ahora, dice, la idea es potenciar la actual industria, para mejorar la dinámica manufacturera del país, fortalecer cadenas locales para que se enfoquen en el mercado externo y continuar con el plan de sustitución de importaciones. “La industria ha avanzado, pero no ha dado el gran salto”, reconoce León, quien agrega que la nueva política industrial se apuntala en la llegada de inversiones.
El Ministro de Industrias cree también que siempre es bueno tener cierto nivel de diversificación. “Tenemos que ver en qué somos buenos y en lo que no lo somos se tiene permitir la importación”, señaló en un taller con medios.
Richard Martínez, presidente ejecutivo de la Cámara de Industrias y Producción, indicó a inicios de agosto a diario EL COMERCIO que una nueva política industrial no puede construirse sin que nazca del sector empresarial. “Pese a que la reciente política industrial tiene elementos positivos, no alcanza a cubrir los problemas de fondo del aparato productivo”, asegura Martínez. “Necesitamos construir una agenda enfocada a brindar oxígeno a la actividad productiva”.
La Cámara de Industrias de Guayaquil añade que para que el PIB industrial crezca se requieren invertir en nuevas industrias y en ampliar e innovar y modernizar las actuales, “pero las inversiones van a los países donde hay un clima apropiado para invertir y mercados seguros para vender sus productos”. Además, según el gremio, el cambio de la matriz productiva no se tradujo en un esfuerzo serio por mejorar los niveles de competitividad de la economía.
El nuevo plan oficial se enfoca en el 2025
El nuevo plan de la política industrial del Gobierno implica una serie de inversiones desde este año hasta el 2025 por USD 13 600 millones, un aporte de USD 10 000 millones al producto interno bruto, la generación de 251 000 empleos y un aporte positivo a la balanza comercial por USD 10 200 millones. Así lo dio a conocer el Ministerio de Industrias la semana pasada.
Santiago León, titular de la Cartera de Estado, detalla que el punto de partida es la atracción de inversiones. El funcionario asegura que ya existen organismos multilaterales interesados en financiar los proyectos que se apalancan en sectores como la agroindustria, astilleros, papel, madera.
“Para esto necesitamos del sector privado, para alcanzar el desarrollo. Por eso, ya nos hemos reunido con representantes de las cámaras de la Producción”, señala León, quien mencionó que se reunió con Richard Martínez, de la CIP.
Según León, el sector privado demanda una participación más activa. “Eso está bien, la mano está extendida pero es necesario dejar visiones sectoriales. Es difícil satisfacer a todo el mundo. Todos tenemos que ceder un poco”.
En la Cámara de Industrias de Guayaquil analizan el nuevo plan. Sus voceros señalan que al no haber sido consultados no presentaron propuestas para este tema específico. “En lo de fondo no encontramos que se hayan recogido los planteamientos que -en cada ocasión que el Gobierno le ha solicitado- han sido propuestos por el sector productivo para promover un cambio estructural en la industria”, asegura el gremio.
León agrega que el plan está pensado como una hoja de ruta para el próximo gobierno. “Cumplimos con la responsabilidad de trabajar hasta el último momento dejando un camino trazado, pensando en el desarrollo del país”.
El sector empresarial pide estabilidad,nuevos mercados, créditos…
El nuevo plan industrial que promueve el Gobierno no es conocido por todos los gremios productivos del Ecuador. En las cámaras de la Pequeña Industria de Pichincha e Industrias de Cuenca y Guayaquil no acceden aún al documento para analizarlo.
Según Cristian Cisneros, director de los pequeños industriales de Pichincha (Capeipi), no conocen bien sobre la nueva plataforma industrial porque todavía no han participado en ningún proceso de difusión.
Un criterio similar tiene el presidente ejecutivo de los industriales cuencanos, Andrés Robalino. Él señala que aún no recibe una exposición oficial y espera una reunión con el Ministro de Industrias para conocer la propuesta y plantear sus propuestas. “Esperamos poder influenciar, enmendar y plantear cambios y no recibir algo ya establecido”.
La propuesta de los gremios azuayos gira en torno a lograr una estabilidad jurídica para atraer inversiones y generación de nuevas empresas. “Reglas claras y de largo plazo. Si no se logra, esta política industrial no tendrá ningún impacto, ni en el corto ni en el largo plazo”.
Otro planteamiento, dice Robalino, es reducir la tramitología, burocracia y centralización. “El Gobierno se ha caracterizado por generar incentivos, pero detrás hay una larga tramitología”. La capacitación técnica como la formación dual para generar innovación, apertura de mercados… también inquietan. Además, según Robalino, falta coordinación entre las instituciones del Estado como SRI, IESS y otras que están subordinadas al plan industrial.
La Cámara de Industrias de Guayaquil plantea el respeto a los contratos, entre ellos los de propiedad intelectual. Además pide una política tributaria predecible, es decir que las empresas no estén bajo la incertidumbre que ante el primer síntoma de desequilibrio fiscal, el Gobierno pondrá más impuestos.
También demanda un marco laboral estable y una política económica coherente y consistente con los objetivos a mediano y largo plazos de producir más, para mantener la oferta de empleo y mejorar las exportaciones.
Cisneros, por su parte, señala que permanentemente han hecho propuestas sobre mejoras industriales como los parques industriales, acceso a crédito, apoyo para la generación de consorcios, capacitación y fondos para el mismo. Son un total de 14 puntos que se entregaron hace tres semanas en el último Consejo Consultivo de la Producción.
Los empresarios que no lideran gremios tampoco conocen a ciencia cierta el contenido del nuevo plan del Gobierno. Uno de ellos es Christian Ponce, de la firma Proquim, quien indica que si ya se tenía una propuesta industrial a largo plazo debió ponerse en marcha.
Además, dice, ha existido un debilitamiento en materia comercial, lo cual ha afectado al desarrollo de las pequeñas, medianas y grandes industrias por temas de importación de insumos, materias primas y bienes de capital; así como la falta de acceso a más mercados por la falta nuevos acuerdos comerciales.
Según el empresario, es posible que en estos meses se concreten algunos resultados con el nuevo plan industrial dependiendo de que se determine, en primer lugar, que el modelo de gasto público no funciona.
Carlos Rivadeneira, textilero y expresidente de la Cámara de la Pequeña Industria de Quito, asegura que los procesos de desarrollo industrial son a largo plazo y si los planes no están bien elaborados no es posible concretar nada. Pocos empresarios, dice, se acogieron a los planes industriales en estos 10 años. Él plantea mejorar las políticas de entrega de crédito y que el Estado cumpla con el pago de empresas proveedoras.
La empresa Proquim produce detergentes; su planta funciona en el norte de Quito. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
Un total de 1 400 estudiantes de tercero de bachillerato de planteles educativos fiscales y técnicos de Cuenca conocieron sobre el Programa de Formación Dual. La presentación se realizó el pasado 10 de este mes en cuatro conferencias efectuadas en el Teatro Carlos Crespi, de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS), en la capital azuaya.
El objetivo de la difusión es que los alumnos se inscriban y rindan las pruebas para acceder al programa, que tiene las carreras de electricidad y mecánica industrial. El próximo 26 de septiembre se iniciarán las clases para la segunda promoción. Habrá entre 50 y 60 cupos, que tendrán el respaldo de 12 industrias cuencanas.
Este programa es parte del proyecto Alianza para la Formación Profesional, que impulsa el Gobierno alemán y que tiene el respaldo de las cámaras de Industrias y Comercio Ecuatoriano-Alemana y de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca.
La primera promoción, que tiene 65 estudiantes, empezó su capacitación en septiembre del 2015 y en agosto próximo terminarán el segundo semestre. Las clases se dictan en el Centro de Tecnología Industrial de la UPS, en Cuenca.
Según el encargado del programa por parte de este centro de estudios superiores, Nelson Jara, se busca a los estudiantes secundarios que quieren realizar una inserción laboral en el corto plazo.
La formación dual consiste en combinar la teoría y la práctica a través del modelo ‘aprender haciendo’. Es decir, sus lugares de aprendizaje son los centros de capacitación y las empresas que participan en el programa.
Los estudios están divididos en cinco semestres. Los dos primeros tienen un énfasis teórico en aulas, laboratorios y talleres. En los últimos tres semestres harán prácticas en las industrias, que buscan personal calificado.
La intención es formar a profesionales que aprenderán lo que las industrias necesitan, señala Alfuns Tentrup, director de Formación y Capacitación de Haver and Boecker. “Queremos dotar de profesionales con destrezas y conocimientos prácticos y que puedan aterrizar lo que diseñan los ingenieros, que al final representan un buen producto”.
En el primer semestre, los alumnos acceden a una formación básica, conocimiento tecnológico y una destreza inicial en el manejo de máquinas y herramientas, instalaciones eléctricas… En el segundo semestre tienen materias como matemáticas, programación, seguridad industrial, ensamblado de equipos, inglés, programación, fabricación de módulos, dibujo mecánico, entre otras.
Desde el tercer ciclo, explica Jara, los alumnos asistirán tres días a la semana a las 12 industrias cuencanas que apoyan la formación y dos días cada semana a la universidad durante 12 o 14 semanas. Posteriormente, estarán a tiempo completo en las fábricas.
Esa dinámica se mantendrá hasta el quinto semestre, que se cerrará con un examen final de certificación alemana y la presentación de un proyecto que será calificado por la universidad y que solucionará un problema puntual de las industrias que los apoyaron.
Jara asegura que a mediados de agosto próximo también habrá un examen de certificación para la primera promoción. Por ello, una delegación de la Alianza para la Formación Dual visitó Cuenca a inicios de este mes. Su idea fue realizar pruebas piloto; además los estudiantes dieron un examen teórico y otro práctico.
Para este último, los alumnos de electricidad y mecánica industrial recibieron un kit de herramientas y materiales y un plano con instrucciones para que cumplan con un pedido en un tiempo de seis horas. “Con estos simulacros podemos evaluar y asesorar a la universidad y a los docentes para mejorar”, señala Tentrup.
Según el vicepresidente de Relaciones Humanas de Continental Tire Andina, Gustavo Malo, su empresa auspicia a 10 estudiantes, cinco de electricidad y cinco de mecánica industrial. “Ahora queremos una formación intermedia. Reclutamos de tres a cuatro ingenieros por año, en diferentes áreas como industrial, químico, mecánico, eléctrico… pero necesitamos unos 15 tecnólogos”.
Malo dice que los estudiantes del programa dual tienen tutores al interior de las industrias para poner en práctica sus conocimientos. Agrega que del costo del semestre, un tercio cubre la universidad, otro tercio el estudiante y el resto las empresas.
Francisco Picón, de la carrera de Mecánica Industrial, rindió una prueba práctica en los talleres de la Politécnica Salesiana. Fotos: Giovanni Astudillo / LÍDERES
La industria automotriz nacional ha sido una de las afectadas por la situación económica del país. Las bajas en la producción y la caída de ventas visibilizan esta realidad. ¿Cuál es la alternativa de las ensambladoras y autopartistas? Mantener la producción y diversificar sus productos en medio de un escenario marcado por la incertidumbre de la economía ecuatoriana, según expertos y voceros del sector.
Entre los años 2010 y 2012, la industria automotriz registró un incremento importante en su producción. Se ensamblaron un promedio de 80 000 vehículos, cada año. David Molina, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana (Cinae), explica que en esos años se alcanzaron niveles positivos de producción. “Esto ocurrió antes de que el Gobierno instalara los cupos para las importaciones. Y desde 2013, la producción de vehículos ensamblados cayó”.
Según datos proporcionados por la entidad, en 2013, la producción bajó a 66 099 vehículos. Un año después la cifra se redujo a 62 689. Y en 2015, la industria vivió los niveles más bajos de producción, con 48 926 automotores ensamblados en el país. Es decir, hubo una caída del 20% de la producción. En los primeros meses de 2016, la producción no mejora.
Para Molina, la caída del 2015 se dio por problemas de oferta generado por los cupos a las importaciones que impuso el Gobierno. Mientras que este año, el problema radica en la demanda, ya que “la gente no está comprando vehículos, porque no tiene certezas de cuál va a ser el comportamiento de la economía”.
La disminución de la producción de vehículos no solo se refleja en las ventas bajas sino que hay una afectación en la cadena de producción nacional. El motivo: los autopartistas que entregan sus productos a las ensambladoras reciben menos pedidos por la falta de producción. Lo que ha ocasionado, en algunos casos, recortes de personal y otras medidas.
Martín Dassun, gerente general de Elasto, empresa que se encarga de la elaboración de asientos para vehículos y motos, explica que la demanda está baja por el “poco apetito” que tiene el comprador de sacar un crédito. La producción bajó y los pedidos diarios pasaron de 240 a 100.
Esto hizo que se desvincule de la nómina a 48 personas de un total de 140. Es decir, un 20%.
Ante esta realidad, la empresa le apostará a la diversificación de productos. Dassun señala que están por sacar una línea de almohadas y asientos para otro tipo de escenarios. “Tenemos la tecnología y el material necesario para desarrollar este tipo de productos. Así podremos contratar más personal y asegurar plazas de trabajo”.
Esta es una de las alternativas que están realizando las empresas para no tener pérdidas mayores, según puntualizó Molina.
Las proyecciones para el resto del año son alentadoras, según las empresas ensambladoras de carros y los autopartistas por la reducción del impuesto a los consumos especiales (ICE).
El Gobierno disminuyó cinco puntos porcentuales de este tributo. La medida se contempla en la Ley Orgánica para el Equilibrio de las Finanzas Públicas, aprobada en la Asamblea Nacional, en abril pasado. En la normativa se explica que los vehículos ensamblados en Ecuador y en el extranjero, que se encontraban físicamente en el país al 25 de abril de 2016 se acogerán a esta disminución. Son automotores que no superen los USD 30 000. General Motors, que tiene 40 años en el mercado de las ensambladoras, indica que esta es una oportunidad para que la industria despegue. No se alcanzarán los niveles de años anteriores pero se logrará solventar la producción. “Esto incentiva a incrementar la demanda y mejorar el volumen de ventas”, asegura la empresa mediante un correo electrónico.
Además, la compañía sostiene que pese a que la economía global y del país atraviesa situaciones complejas, General Motors trabaja con el objetivo de “mantener un portafolio de productos amplio y de largo plazo” se señaló.
En esta empresa también se amplió su producción para llegar a nuevos segmentos. En abril pasado salió una línea nueva de bicicletas (Chevrolet Bike). Se lo hizo con el objetivo de complementar la movilidad de sus clientes y acceder a nuevos nichos de mercado. Los precios van a partir de USD 599 en adelante. Todo depende del modelo de este medio de transporte sustentable.
En la planta de General Motors, ubicada en Carcelén industrial, los trabajadores ensamblan vehículos Aveo, Grand Vitara, Sail (foto), Grand Vitara SZ y las camionetas D-Max. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
Cuatro grupos de cosméticos se producen en el país, según Procosméticos: perfumes y aguas de tocador; preparaciones de belleza; preparaciones capilares; y artículos para afeitado e higiene personal.
Cada grupo presenta una amplia gama de variedades. Entre estas se hallan aguas de tocador, maquillaje de ojos, esmaltes, delineadores, preparaciones para el cuidado del cabello, sales perfumadas, lociones, etc.
Según información del Ministerio de Industrias, la producción de cosméticos en el 2014 alcanzó los USD 54 millones y para el año pasado la proyección era llegar a los USD 65 millones.
La razón del incremento calculado fue el convenio que firmó el gremio con el Ministerio para desarrollar mecanismos que permitan sustituir importaciones e incrementar la exportación. Sin embargo, desde el 2013 las ventas del sector se han ido derrumbando. Las exportaciones del año pasado alcanzaron USD 13,7 milllones, lo que representa una caída de 21% con relación al 2014 y de 53,5% frente al 2013.
En cuanto a la producción, aunque no hay un dato general que detalle la situación del mercado, las empresas sí revelan una caída en la elaboración y venta de estos productos. Danilo Castro, propietario de Laboratorios Mollie, habla de una reducción de la producción del 7%. “Estamos bajando la producción y las ventas, también, durante el último año. Por suerte el impacto no ha sido mayor”.
Esta compañía se dedica a la elaboración de tratamientos para el cabello, champú, acondicionadores, esmaltes, entre otros productos de cuidado personal. Durante los últimos años el crecimiento de la empresa fue sostenido. Entre 2014 y 2015, por ejemplo, la producción se incrementó en 10%. No sucedió lo mismo entre el año pasado y este debido a la situación económica del país.
Para ese año Castro proyectaba un crecimiento similar al anterior, pero como no había demanda la producción se estancó. A pesar de eso cuentan con una línea de productos más amplia que en el 2015 ya que aumentó ítems a su oferta, vinculados a línea para el cuidado del cabello.
Aunque el panorama es complejo, por ahora, Laboratorios Mollie decidió mantener su nómina de 20 personas. Tampoco se acogió a mecanismos como la reducción de la jornada de trabajo.
Esta compañía, hace un año, indicó que resultó beneficiada por los controles de importación que se hicieron a otras firmas.
Hace dos años, cuatro empresas se comprometieron a reducir sus importaciones de cosméticos. El Ministerio de Industrias buscaba un ajuste general de las mismas, pero en el 2015 no se aplicaron salvaguardias por balanza de pagos sobre cosméticos terminados. Entre el 2013 y el 2014 las importaciones se redujeron en USD 89,4 millones. Pero, del 2014 al 2015 subieron en USD 28,1 millones.
Además de las compras regulares, otro problema es el del contrabando. Empresas como la fabricante de esmaltes Butterfly aseguran que con la depreciación del peso colombiano y del sol peruano frente al dólar los productos de esos países se hicieron más baratos e ingresan, en algunos casos, de manera irregular.
Álex Manrique, propietario de esta compañía, indica que la producción ha caído en un 10% con relación al año pasado. Actualmente, desarrollan unas 50 000 unidades de tres tamaños: ocho mililitros, 14 mililitros y uno para decoración de las uñas.
En medio de un año complejo lo que sí logró es terminar y comenzar a operar una planta propia, en la que se invirtieron USD 120 000. Antes producía en un área pequeña en su propia casa.
Otras empresas de mayor tamaño, sin embargo, sí registran un importante crecimiento. Avon, por ejemplo, registró un alza de producción de 355% entre el 2013 y el 2015. Esto se produjo luego que se aplicaron las restricciones comerciales y los convenios de producción nacional con el Mipro.
Entre los productos que comercializan están artículos de cuidado personal y fragancias. El 100% de estas últimas son de fabricación enteramente nacional.
La empresa, además, cuenta con maquiladoras: para el 2015 estaban registradas Qualipharm, La Fabril y Scalpi. Los socios estratégicos, según un documento remitido por la firma, incrementaron su nómina. Avon exporta a Perú y Colombia.
Según la Comunidad Andina, las ventas intraregionales de cosméticos crecieron en una década.
Tres tipos de esmalte de la marca Butterfly se elaboran en una fábrica ubicada en el valle de Los Chillos. En el sitio, según el propietario, también se producen vaselinas pequeñas. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
Unas 162 toneladas de pesca blanca y camarón arriban a diario a la planta de la firma Negocios Industriales Real (Nirsa), un complejo de varios galpones en la comuna pesquera de Posorja, en Guayaquil.
El frío es permanente dentro de las instalaciones: esta es una condición indispensable para que el producto mantenga su frescura. De estas instalaciones salen los 20 productos congelados que Nirsa comercializa en el mercado interno y externo: atún, corvina y dorado, hasta camarones con cola congelados, una presentación apetecida en Estados Unidos.
Nirsa está ahora apostando a su segmento de mariscos congelados. Lo hace con nuevas inversiones y mejoras en su infraestructura, pese a que el sector pesquero atravesó una racha de bajos precios en el 2015. Las exportaciones de atún representan el 56% de la industria de la pesca blanca. Las exportaciones de enlatados de atún alcanzaron los USD 1 263 millones en el 2014, pero cayeron a USD 952 millones en el 2015, según datos del Banco Central.
La caída fue un reflejo de los bajos precios internacionales que se mantuvieron durante todo el 2015. Datos de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) ubicaron en USD 900 el precio internacional de la tonelada de atún hasta noviembre del 2015, pero desde diciembre se empezó a recuperar y a marzo de este año el valor se ubicó en USD 1 250.
Las exportaciones de otros enlatados y procesados de mar (precocidos y filetes congelados, por ejemplo) que en conjunto representan el 21% de las ventas de pesca blanca, experimentan este 2016 un crecimiento lento. Entre enero y febrero se exportó USD 155 millones, un incremento de USD 6 millones con respecto al mismo período del 2015.
Para Emilio Vargas, gerente de la división de Empacado de Nirsa, la caída de los precios de la pesca blanca no frenó sus inversiones. El año pasado la compañía compró una máquina de congelado rápido, que reduce este proceso de 10 horas a 25 minutos. Con estas inversiones, la empresa espera que las ventas de su división de productos congelados crezca un 15%. Las exportaciones de elaborados del mar crecieron desde los USD 33,6 millones en el 2014, a los 39 millones el año pasado.
Eurofish, otra exportadora de atún, prevé hacer adecuaciones en su infraestructura para incrementar sus ventas al exterior. La compañía obtuvo ingresos en el 2015 por USD 90 millones. Sus plantas procesan 170 toneladas de atún al día, que se exportan a 16 países, bajo un abanico de 100 marcas.
Esta firma y otras dos más del sector participan desde el 2015 en el Plan de Mejoramiento Pesquero. Con ello buscan obtener una certificación internacional de sustentabilidad del recurso que, a criterio de Olmedo Zambrano, gerente de Eurofish, les permitirá llegar a más mercados. “Debemos ir cumpliendo ciertos objetivos, que implican nuevas inversiones”. El sector se está recuperando de los bajos precios del 2015, por ello las inversiones en algunos casos se concentran en el mantenimiento de los buques pesqueros.
Para el presidente del capítulo Ecuador de la CIAT, Guillermo Morán, la industria pesquera deberá esperar hasta mediados de año para saber si habrá recuperación en las ventas al exterior. Morán afirma que el mercado para el atún es muy competitivo y ahora se tiende a adquirir un producto de origen sostenible. “La certificación de sostenibilidad tienen 50 pesquerías en el mundo”.
El mercado europeo absorbe más del 50% del atún ecuatoriano. A decir de Morán, hay nuevos mercados que se están abriendo o ampliando en Europa, como el de Alemania, Holanda e Inglaterra.
El presidente de Nirsa, Roberto Aguirre, coincide en que el sector recién se está recuperando, y que será difícil reinvertir inmediatamente. “Si bien el precio mejoró, las capturas bajaron desde diciembre, debido al incremento de la temperatura del mar, que alejó el alimento del pez”.
Además de atún y otros productos de pesca blanca, en la planta de la firma Nirsa, en Posorja (Guayaquil), también se procesa camarón para exportarlo en varias presentaciones. Fotos: Francisco Flores/ LÍDERES
Con la idea de conocer la tendencia del mercado cervecero a escala nacional y las implicaciones de fusiones o adquisiciones de empresas a nivel regional, el miércoles 4 de mayo del 2016, se desarrolló un seminario internacional sobre la industria cervecera y competencia.
Las compañías SabMiller y Anheuser-Busch Inbev en el 2015 acordaron una fusión-adquisición que les permitía operar de manera conjunta en 29 países de la región, pero bajo parámetros de competencia que impida los monopolios. En el Ecuador ambas empresas operan bajo las firmas comerciales de Cervecería Nacional (CN) y Ambev.
Christian Ruiz, superintendente de Control del Poder de Mercado subrogante, explicó que el proceso de adquisición y fusión de ambas empresas en el país se determinará bajo una resolución que definirá la aprobación, negación o condicionalidades y esta se conocerá posiblemente esté viernes.
También aclaró que se revisaron las aprobaciones condicionadas de esta fusión en los otros 29 países. Las condiciones que podrían aplicarse en el país serían la venta de una planta, venta de marcas, la presencia de cerveza artesanal en las perchas propias de las grandes empresas. “La idea es apoyar a los actores de la economía popular y solidaria” señaló Ruiz.
Rodrigo Morales, experto mexicano en materia de competencia, manifestó que estas prácticas pueden promover un control efectivo de concentraciones en la industria cervecera, además de estimular la productividad y la innovación.
El seminario termina hoy en el auditorio de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica en el norte de Quito.
Seminario internacional sobre la industria cervecera y competencia. Foto: LÍDERES
La producción de azúcar en el país ha tenido un crecimiento sostenido en los últimos cinco años. Solo en el 2015 se produjeron 538 579 toneladas métricas, que se procesaron en 10,8 millones de sacos de 50 kilogramos.
Sin embargo, este sector también enfrenta dos retos: el primero es mantener un equilibrio competitivo del precio de azúcar frente al valor internacional, y el segundo, el alza del impuesto de consumos especiales (ICE) que tendrán las bebidas azucaradas.
En la denominada Ley Orgánica de Equilibrio de las Finanzas Públicas, aprobada la semana pasada por la Asamblea, se establece que se pagará de ICE, USD 0,18 por cada 100 gramos de azúcar por litro de bebidas azucaradas. Se exceptuó de este tributo a las bebidas energizantes, lácteas, agua mineral y los jugos que tengan más del 50% de contenido natural.
Miguel Pérez, presidente de la Federación Nacional de Azucareros de Ecuador (Fenazúcar), sostiene que este tributo podría influir en una baja del consumo de bebidas azucaradas, lo que repercute en el sector, porque se venderían menos sacos de azúcar.
En el cálculo inicial que hizo Fenazúcar con base en el primer documento de este proyecto gubernamental se tenía una tendencia de un 25% menos en el consumo y una afectación estimada por año de 540 000 sacos. Además de generar pérdidas de empleos.
El sector azucarero del Ecuador a escala nacional emplea directamente a unas 20 000 personas, y también genera 100 000 plazas de trabajo indirecto, según el gremio.
Esta industria desde 1999 (después del Fenómeno del Niño) ha presentado un crecimiento sostenido en producción. Para ese año se registró una producción de 9 millones de sacos de 50 kilogramos y hasta el año pasado esa cifra llega a los 10,7 millones de sacos.
Esto permitió que Ecuador sea autosuficiente en la producción local. Los saldos en cambio son exportados hacia mercados como el estadounidense. A corte del año pasado se vendieron 951 660 sacos de azúcar de 50 kilogramos.
De acuerdo con datos de Fenazúcar, esta producción en el país se centraliza en un 60% en ingenios y el resto a cañicultores.
Otro factor que preocupa al sector son los precios internacionales. En Ecuador no existe un precio único de azúcar, porque cada ingenio vende a sus comerciantes o industriales. El precio promedio va por los USD 35 el saco de 50 kilogramos. Y un kilogramo de azúcar que se vende en los supermercados está en un promedio de USD 0,90 ; mientras que el azúcar que se vende al sector industrial está más o menos en 70 centavos de dólar el kilo, explica Pérez. Alfredo Maldonado, presidente del directorio del Ingenio Azucarero del Norte (ubicado en Imbabura y Carchi), explica que en los últimos tres años, esta fábrica muele 30 000 toneladas de caña de azúcar. “Pero desde el 2011, los precios internacionales están a la baja, y hay mayor demanda”.
Por lo que este año, dice, tendrán que plantear estrategias de acuerdo con el mercado. En el 2015 este ingenio -que tiene un 4% del mercado nacional– vendió unos USD 20 millones, cifra similar a la del 2014; sin embargo, Maldonado considera que este año habrá pérdidas “estamos preocupados en el flujo de la demanda. Hemos visto que se redujo el consumo del azúcar en un 20%”.
Esto, no solo por la coyuntura económica afectada por la caída de los precios del petróleo, sino por la Ley Orgánica de Equilibrio de las Finanzas Públicas que incluye a las bebidas azucaradas.
En cambio, Augusto Ayala, gerente del Ingenio San Carlos, ubicado en Guayaquil, informa que el año pasado produjeron 166 995 toneladas de azúcar, lo que significó una menor producción en comparación al 2014 debido a la baja concentración de sacarosa. Sus ventas totales también cayeron en un 7,82% debido al ingreso formal e informal de azúcar colombiana: “la diferencia cambiaria con el país del norte afectó seriamente al mercado nacional, además de la crisis que viven los hogares” dice.
Para este año existen varios retos por enfrentar, explica Ayala. Algunos serían el encarecimiento de las bebidas azucaradas a raíz del nuevo impuesto que se aprobó la semana pasada. El empresario comenta que el control no debe provenir de impuestos adicionales, sino de una adecuada educación para el consumo de azúcar de manera equilibrada.
El año pasado se produjeron 538 579 toneladas métricas de azúcar. Todo este volumen se procesó en 10,8 millones de sacos de 50 kilogramos. Las perspectivas para este año bajan. Cortesía : Ingenio San Carlos
La industria minera a escala mundial vuelve a tomar impulso, luego de cerca de tres años de precios bajos que paralizaron inversiones y proyectos. Esto genera expectativa en el Ecuador.
El precio del oro -uno de los metales de referencia del sector- llegó hasta los USD 1 911 por onza en septiembre del 2011 y durante casi un año el precio de este metal se mantuvo en niveles históricos que animaban a las empresas a emprender en nuevas exploraciones y entrar a explotar yacimientos que antes no eran rentables.
No obstante, a partir del 2013, los precios comenzaron a bajar y sucedió lo inverso: para de inversiones, revaluación de la conveniencia para explotar yacimientos y la contracción del sector.
Rodrigo Izurieta, presidente de la Cámara de Minería del Ecuador, explica que el pico de los precios del oro ya pasó. Pero también la caída de precios se ha detenido y los niveles tienden a estabilizarse.
Destaca entonces que hay nuevamente una inquietud en el mercado por realizar nuevas inversiones y en ese contexto, los países están buscando ser cada vez más competitivos para atraerlas.
“El mundo está cambiando. Antes, las empresas estaban obligadas a ir a jurisdicciones complicadas y costosas. Actualmente es al revés. Las jurisdicciones ahora están peleando por las inversiones de las empresas”, señala Izurieta, al destacar que también los costos de producción han bajado -aunque no a nivel de los precios- lo que alienta al mercado.
El experto indica que esta contracción de precios obedeció a la baja de la demanda de metales como el cobre y el hierro principalmente de parte de China.
Esta caída provocó que exista una venta de proyectos que se volvieron menos rentables y las empresas mineras ya no estaban presionadas para buscar más reservas, porque tampoco había un impulso en la demanda.
Por ello, las naciones tienen que salir a pelear para que las compañías vengan a invertir. Tonino Ramírez, gerente técnico de Metalurgia de HLC, empresa de servicios mineros del Perú, explica que los precios a escala global están mejorando y es el momento de volver a invertir.
“La proyección es que para el 2018, los ‘commodities’ estarán más estables y con buen precio”.
El valor de la onza de oro que cayó a cerca de USD 1 050, ya estuvo este año en 1 250 y podría subir a unos 1 350 indica Ramírez. También, metales como la plata y el cobre se han recuperado.
El técnico señala que los años pasados no solo afectaron a la industria por los precios bajos que implicaban menos ingresos, sino además porque en varios países mineros -sobre todo en la región- hubo devaluación de las monedas locales y los insumos importados para la explotación subieron.
Sin embargo, las monedas se vienen estabilizando y los insumos han bajado por lo que es momento de desarrollar ingeniería y estudios para nuevamente poner en perspectiva el desarrollo de los proyectos, explica Ramírez.
Una estrategia en esta época de precios no tan altos es desarrollar los proyecto por fases, añade.
La firma HLC de Perú estuvo hace dos semanas en Quito como parte de una rueda de negocios de una veintena de empresas de servicios peruanas que participaron en la feria minera en Ecuador Expo Minas 2016, organizada por la firma HJ Becdach.
Jorge Lema, geólogo ecuatoriano especialista en proyectos mineros y uno de los descubridores del proyecto aurífero Fruta del Norte, coincide en que existe una recuperación del sector.
Los cerca de tres años de precios bajos llevaron a las compañías a concentrarse, sobre todo en los proyectos que ya estaban desarrollados y no ‘lanzarse’ a inversiones de riesgo.
No obstante, ahora que se ve una recuperación, estas inversiones se están retomando.
¿Cómo se ve al Ecuador en este contexto? Izurieta explica que se lo mira como un país con gran potencial. Pero, por el ‘Mandato minero del 2008’, se lo ha visto como un país restrictivo y con impuestos muy altos.
Destaca, sin embargo, “que ha habido cambios en la legislación y esto es favorable”.
Ramírez indica que al país se lo ve como una oportunidad para hacer negocios con mucho potencial y puede llegar a ser una nación rica en recursos mineros siempre que se exploten.
Industria
Luego de casi tres años de caída de los precios de los metales y de un freno en las inversiones, las empresas vuelven a evaluar su participación en nuevos proyectos. Los países compiten por atraer estos capitales frescos.
Hace dos semanas se llevó a cabo la Expo Minas 2016 organizada por HJ Becdach y participaron unas 100 empresas mineras del sector. Unos 10 000 visitantes acudieron en tres días. Foto: Diego Pallero / LÍDERES