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  • USD 49 125,5 millones recibió Ecuador por remesas en dos décadas

    Giovanni Astudillo. Editor (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    USD 49 125,5 millones recibió Ecuador por concepto de remesas en los últimos 20 años. Esos recursos representan -junto con las exportaciones e inversión extranjera- las principales fuentes de liquidez para mantener el esquema de dolarización.

    Incluso, las remesas representaron 3,6 veces la inversión extranjera directa.

    Este último rubro alcanzó los USD 13 562,25 millones, en estas dos últimas décadas, de acuerdo con cifras del Banco Central del Ecuador.

    Según Rodrigo Mendieta, analista económico y experto en temas migratorios, las remesas tienen dos impactos fundamentales para el Ecuador. El primero es el ingreso de divisas para la economía y la dolarización.

    El otro, en cambio, está más enfocado a nivel microeconómico. Mendieta explica que ese dinero ayuda a las familias de los emigrantes para enfrentar, sobre todo, las condiciones económicas adversas en el Ecuador. “Cuando se han registrado crisis en el país, el volumen de remesas ha crecido. Es decir, es una fuente de compensación cuando existe recesión”.

    No existen estudios últimos sobre el impacto en cada uno de los sectores de la economía. En el 2014, Mendieta publicó su libro ‘Remesas y disparidades económicas territoriales. Caso ecuatoriano’. Allí, se determinó que esos recursos se destinaron, principalmente, al consumo y muy poco a la inversión. En ese sentido, las remesas se han dirigido fundamentalmente a la adquisición de vehículos, electrodomésticos, construcción y mobiliario.

    Para el directivo de la Asociación de Corredores de Bienes Raíces de Azuay, Marco Rodríguez, antes de la dolarización los emigrantes tenían mayor poder adquisitivo por las constantes devaluaciones del sucre. Eso les permitía acceder a inmuebles más grandes y pagar de contado.

    Ahora, cuenta que mandan para la entrada y el resto se endeudan con créditos hipotecarios en cooperativas de ahorro y crédito, mutualistas o bancos.

    Según Rodríguez, en la actualidad buscan inmuebles renteros en las zonas urbanas y que oscilen entre USD 90 000 y 160 000. “Antes no les importaba tener grandes casas abandonadas en sus comunidades y sin tener los servicios básicos”.

    Él considera que entre el 40% y 50% de los inmuebles que se comercializan en Azuay son adquiridos por emigrantes o sus familiares residentes en el país.

    En el caso de la venta de vehícu­los, el director ejecutivo de la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana (Cinae), David Molina, asegura que no existe un estudio que demuestre la relación entre remesas y compra de automotores. “La liquidez externa que hubo en la economía sí fue un factor y allí pueden estar las remesas”, pero insiste en que no fue fundamental.

    Guayas, Azuay, Pichincha y Cañar son las provincias que más remesas han recibido. En los tres primeros trimestres del año pasado, esas cuatro jurisdicciones obtuvieron el 74% de los USD 2 391,34 millones, que llegaron por concepto de remesas.

    Los recursos que envían los emigrantes residentes en Estados Unidos representaron el 58,3% del total de remesas en el 2019. El 24,8% provino de España y el 4,8% desde Italia. Son los tres principales destinos migratorios de los ecuatorianos.

    Según Mendieta, el impacto en el desarrollo económico ha sido más evidente en las provincias más pequeñas. Es decir, se siente más en Cañar que en Pichincha, Guayas y Azuay, debido a su potencial y la cantidad de recursos económicos que tienen.

    En las provincias pequeñas, explica, han tenido un rol fundamental para su desarrollo. En el caso de la inversión, la poca cantidad se ha destinado en función de la estructura productiva de cada región, explica Mendieta. Pone como ejemplo que en Azuay se destina a actividades manufactureras, metalmecánica y turismo. En cambio, en Cañar más al ámbito comercial. Es otro de los resultados de su investigación.

    Las remesas dieron paso a negocios

    Redacciones Cuenca, Ambato y Quito (I)

    Las remesas de los migrantes ecuatorianos están marcadas por grandes sacrificios, trabajo intenso y recompensas que llegaron con el tiempo. Más allá de los números se encuentran historias de mujeres y hombres, de familias, de poblaciones que están conectadas por las remesas.

    Los primeros migrantes del cantón azuayo de Girón salieron hace más de 40 años hacia Estados Unidos. Entre esas familias estuvieron Marco Gómez y su esposa Mariana Chimbo, quienes dejaron el país hace más de 30 años. Cinco años después, con el nacimiento de sus dos hijos, regularizaron su permanencia.

    La primera inversión que realizaron en su natal Girón, con el dinero que ahorraron fruto de su trabajo, fue la adquisición de 18 hectáreas en la comunidad de El Pongo, a 7 kilómetros del centro cantonal. Poco a poco adecentaron la propiedad, que era una especie de montaña y hasta abrieron una vía. Construyeron dos vi­viendas, huertas y un pastizal para el ganado.

    La última inversión que empezó hace tres años es la construcción de un complejo deportivo, que incluye hasta un equipo de fútbol, con una inversión superior a los USD 300 000. En la actualidad avanzan en la construcción de una casa para hospedaje, para potenciar el turismo.

    Danny Gómez está al frente del complejo Deportivo San Pedro de El Pongo, en Azuay. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Danny Gómez está al frente del complejo Deportivo San Pedro de El Pongo, en Azuay. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

    Danny Gómez tiene 23 años y está al frente del complejo Deportivo San Pedro de El Pongo. Él cuenta que todo lo han hecho con el trabajo de sus padres fuera del país. “Ellos piensan algún día regresar para quedarse”. Mariana Chimbo permanece más tiempo en Ecuador, mientras que su esposo aún sigue laborando como jefe en la construcción.

    En Tungurahua hay otras historias. Darwin Montero es oriundo de Baños de Agua Santa y abandonó el país junto con sus hermanos Bryan y Mirian en el 2001. Los tres salieron en dirección a la ciudad de Cartagena perteneciente a la provincia de Murcia, en España.

    El esposo de Mirian los esperaba con un posible trabajo. El hombre laborada en un empresa de construcción de modulares, puertas y muebles de madera. Al principio trabajaron como repartidores de publicidad y luego fueron parte de la empresa. Montero ganaba unos 700 euros al mes.

    Él recuerda que su salida del país fue por la falta de plazas de trabajo en Baños y Ambato, la crisis económica y la evacuación de los pobladores de Baños por la reactivación del volcán Tungurahua. “Para poder viajar hicimos un préstamo al chulquero, de USD 6 000. No sé cuánto se pagó al final por los altos intereses”.

    Los hermanos trabajaron en la carpintería por 12 años, en España. Mientras sus esposas lo hacían como meseras, empleadas domésticas, cuidando personas de la tercera edad y otros oficios. Una parte del dinero que recibían fue enviada al país y otra se invirtió en la compra de un departamento.

    Darwin Montero emigró a España. Ahora tiene con sus hermanos un negocio de carpintería. Foto: Fabián Maisanche / LÍDERES
    Darwin Montero emigró a España. Ahora tiene con sus hermanos un negocio de carpintería. Foto: Fabián Maisanche / LÍDERES

    En los mejores momentos, Montero llegó a ganar hasta 1 200 euros sumando horas extras. De ese dinero enviaba como remesas al Ecuador entre 300 y 500 euros mensuales.

    “La crisis económica afectó a España desde el 2008. La empresa en que trabajamos cerró y había pocas plazas donde laborar, por lo que decidimos regresar al país”.

    A su retorno emprendieron con sus ahorros en un negocio de carpintería con el apoyo de sus hermanos. La inversión fue USD 35 000. Los rubros se destinaron a la compra de materia prima, maquinaria y otros. Además de dar a trabajo a ocho personas y tener dos almacenes de exposición de los productos de MaderMon.

    “Hemos logrado posicionar nuestra marca y nuestros productos son requeridos en la provincia y en otras ciudades”, dice Bryan.

    Otro testimonio es el de Santiago Montesdeoca, que ahora tiene la cafetería y bar restaurante Don Quijote, en Ibarra. El emigró a España a finales de 1999, cuando estaba en primer año de universidad. Una fractura de tibia y peroné le tenía complicado y decidió cruzar el Atlántico. Llegó a Castilla La Mancha. “No tenía necesidades, pero me dijeron que allá pagaban bien y me fui”.

    Montesdeoca dejó sus estudios y con 18 años se marchó. En España se desempeñó en varios oficios. Fue camarero, cosechó aceitunas y uvas, plantó pinos y también hizo trabajos de albañilería. Tras obtener su permiso de residencia se fue a la isla Menorca. Allí vivió casi 18 años, trabajó como cocinero y desde el primer día pudo enviar remesas a su familia.

    Al llegar tenía ingresos por unos 500 euros al mes. Pero en Menorca alcanzó a ganar hasta 1 750 euros. Esos ingresos le permitieron vivir bien y ahorrar. Esos euros se convirtieron en remesas y fueron la base de su actual negocio. “Volví el año pasado y monté la cafetería-restaurante hace ocho meses”. Allí invirtió USD 120 000, fruto de su trabajo en España.

    Girón es uno de los cantones azuayos con mayor migración. En los nueve primeros meses del 2019 recibió USD 11,93 millones de sus migrantes. Ese dinero mueve la economía local. Foto: Xavier Caivinagua para  LÍDERES
    Girón es uno de los cantones azuayos con mayor migración. En los nueve primeros meses del 2019 recibió USD 11,93 millones de sus migrantes. Ese dinero mueve la economía local. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Ecuador pone sus expectativas en cuatro acuerdos para el 2020

    Carolina Enriquez

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    A pesar de los esfuerzos por incrementar los acuerdos comerciales del país con otros destinos, Ecuador cerró el 2019 solo con un nuevo tratado de este tipo.

    En mayo pasado se concretó el convenio con Reino Unido. Una vez que este bloque tomó la decisión de separarse de la Unión Europea (UE), con la que Ecuador ya tenía un acuerdo previo, tuvo la necesidad de cerrar tratos con diferentes naciones.

    A través de una rápida negociación en bloque, que incluyó a Colombia y Perú, se lograron consensos en materia de intercambio de bienes, reglas de origen e indicaciones geográficas. Se trató de que las condiciones sean similares a las que se tiene con la UE.

    Mientras eso sucedía, otros procesos avanzaban. Durante el 2019 Ecuador movió su contingente para concretar su ingreso a la Alianza del Pacífico, integrada por México, Perú, Chile y Colombia.

    Uno de los requisitos para conseguir este objetivo es contar con tratados comerciales con todos los países miembros. Con los andinos ya se posee uno en el marco del Acuerdo de Cartagena; con Chile se tiene el Acuerdo de Complementación Económica (ACE 65), que incluye solo intercambio de bienes y con México, uno de alcance parcial. Los dos últimos, como parte de la Alianza Latinoamericana de Integración (Aladi).

    Aquellos dos acuerdos no son suficientes para integrar el bloque del Pacífico, por ello era necesaria una negociación para alcanzar tratados completos que incluyesen otros temas, a más del intercambio de productos, como compras públicas, propiedad intelectual, etc. El Gobierno ya inició este proceso, pero todavía no ha acabado.

    David López, jefe técnico de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), indicó que con Chile ya se cerraron los diálogos y el siguiente paso sería la ratificación del acuerdo, mientras que con México ya hubo el intercambio de términos de referencia (propuestas de cada parte) y la primera ronda de negociación sería durante este enero del 2020.

    Hay buenas expectativas para el próximo año. “Se espera que en la reunión anual de la Alianza del Pacífico, en junio próximo, Ecuador ya haya cerrado una acuerdo amplio con todos los países, lo que facilite su ingreso como miembro pleno al bloque”, manifestó.

    El técnico explicó que Ecuador no ha podido concretar la mayoría de acuerdos que tenía previstos para este año por motivos diferentes. En el caso de aquel con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), por ejemplo, el Legislativo no ha dado trámite al tratado suscrito el 2018, por lo que no ha podido entrar en vigencia.

    Los gremios esperan que a inicios del 2020 se trate el mismo, pase al Ejecutivo, se publique en el Registro Oficial y se implemente.

    Mientras que con EE.UU. se han producido una serie de retrasos para realizarse la segunda reunión del Consejo de Comercio de Inversiones (TIC), debido a que ese país ha priorizado su agenda de renegociación del tratado con México y Canadá (T-MEC).

    “La expectativa es que en el primer bimestre del próximo año tengamos la siguiente reunión del TIC. Sería la cita de autoridades y la de empresarios. La fecha está todavía por confirmarse. La intención de Ecuador es facilitar el camino para avanzar a una negociación de un tratado comercial”, dijo Xavier Rosero, gerente técnico de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor).

    En cuanto a los acuerdos con Centroamérica, indica el directivo, en 2019 se terminó de negociar una ampliación de los acuerdos con Nicaragua y El Salvador. Con Guatemala se avanzó en la profundización del tratado actual.

    Tanto Fedexpor como la CCQ creen importante, además, que se aproveche de mejor forma el tratado con la UE. Aseguran que hay mercado para los productos no tradicionales, pero se debe trabajar en su comercialización.

    Ambos consideran, además, que es importante impulsar una agenda de competitividad para el sector productivo nacional.

    Los sectores sensibles plantean gradualismo

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    El posible acuerdo comercial con México es uno de los temas que más preocupa a los sectores de la manufactura nacional.

    Los gremios no están cerrados a que Ecuador firme el convenio, pero proponen alternativas que le den tiempo a sus industrias para prepararse y competir con los bienes mexicanos, dice Pablo Zambrano, presidente de la Cámara de Industrias y Producción (CIP).

    Algunas opciones son establecer cupos de importación sin arancel para ciertos productos mexicanos, crear cronogramas de desgravación paulatina e imponer requisitos de origen para los productos de México.

    El 80% del calzado que se produce en Ecuador viene de Tungurahua, según Caltu. El cantón Cevallos es una de las zonas de producción. Foto: archivo / LÍDERES
    El 80% del calzado que se produce en Ecuador viene de Tungurahua, según Caltu. El cantón Cevallos es una de las zonas de producción. Foto: archivo / LÍDERES

    En las primeras reuniones entre el Gobierno y el sector privado, cinco sectores han sido identificados como sensibles, es decir que se podrían ver afectados con el ingreso de productos mexicanos sin arancel. Estos son vehículos, electrodomésticos, acero y metalmecánica, textiles y calzado.

    Según la CIP, se están elaborando listas de productos que cada sector considera que deberían tomarse en cuenta en las mesas de negociación.

    El país norteamericano tiene una capacidad de producción mucho más alta que la ecuatoriana en áreas como ensamblaje de vehículos, producción de calzado y vestimenta. La Cámara Nacional del Calzado (Caltu) detalla que la producción de zapatos ecuatorianos al año es de 29 millones de pares en promedio; mientras que en México se producen alrededor de 245 millones de pares.

    En el sector siderúrgico y metalmecánico también hay una asimetría en la capacidad de producción, lo que preocupa a las empresas nacionales. La Federación Ecuatoriana de Industrias del Metal (Fedimetal) estima que el sector produce 1,6 millones de toneladas de material metálico y México 30 000 millones de toneladas en un año.

    “Hicimos conocer al Gobierno la lista de productos que consideramos se verían afectados, estamos a la espera que de a conocer los productos que México propone traer. Con base en eso esperamos definir propuestas de desgravación a lo largo de varios años”, dijo Guillermo Pavón, presidente de Fedimetal.

    Lilia Villavicencio, presidenta de Caltu, señala que el sector del calzado propuso que los zapatos mexicanos ingresen al país con desgravación de aranceles progresiva a lo largo de 10 y 15 años. “Solo los productos especializados, que no se producen en Ecuador, deberían entrar directamente sin arancel”, menciona.

    Los productores de zapatos tienen el reto de mejorar en términos de capacitación, tecnología, innovación y desarrollo de producto en los 10 o 15 años en que dure el proceso de desgravación de aranceles. Villavicencio menciona que el gremio ha dado pasos importantes en capacitación, entre ellos el programa de diplomado de tecnología de fabricación de calzado impulsado con la Universidad Técnica de Ambato.

    Los ensambladores de vehículos proponen que se establezca un cronograma de desgravación de hasta 17 años y períodos de gracia, explica David Molina, representante de la Cámara de Industrias Automotrices del Ecuador.

    Otro planteamiento es que en las reglas de origen que deben cumplir los vehículos mexicanos se establezcan condiciones como porcentajes mínimos de componentes ecuatorianos.

    Molina menciona que antes de que se firme el acuerdo, el país requiere trabajar en mejorar la competitividad de los sectores sensibles. Proponeque se debe reducir la carga arancelaria a la cadena de proveedores de insumos para los vehículos y establecer mecanismos de devolución de impuestos a las empresas nacionales.

    Los puertos son uno de los centros que más se dinamizan gracias a las firma de acuerdos comerciales. La infraestructura renovada es un plus tanto para exportadores como importadores. Foto: archivo / LÍDERES
    Los puertos son uno de los centros que más se dinamizan gracias a las firma de acuerdos comerciales. La infraestructura renovada es un plus tanto para exportadores como importadores. Foto: archivo / LÍDERES
  • La década empieza con nuevos retos para la economía global

    Agencia AFP

    AFP y EFE (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    El sombrío panorama en la economía mundial durante el 2019 podría continuar este 2020 con una lenta asfixia del crecimiento mundial bajo los efectos de la digitalización y el cambio climático, lo que podría avivar la ira social, a menos que se produzca una verdadera distensión comercial.

    La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) prevé que el crecimiento mundial se situará el 2020 en un 2,9%, es decir su nivel más bajo desde la recesión mundial del 2009 luego de la crisis financiera. “Estamos en un periodo inquietante”, señala su economista jefe, Laurence Boone.

    El Fondo Monetario Internacional (FMI) espera por ahora un rebote de 3,4% el año próximo. Pero esta recuperación “sigue siendo precaria”, advierte Gita Gopinath, economista jefe del Fondo.

    La evolución económica a corto plazo depende, en gran parte, del duelo comercial y tecnológico entre EE.UU. y China.

    Ambos llegaron en diciembre a una tregua en su batalla de aranceles, a la espera de suscribir un acuerdo preliminar.

    La economía mundial no solo está al final de un ciclo, sino al de una era, la de los intercambios comerciales y el ascenso industrial de los países emergentes.

    Es difícil imaginar un regreso del consenso diplomático mundial en torno al libre cambio, que estalló en pedazos con el presidente de EE.UU. Donald Trump.

    Actualmente, el Mandatario enfrenta un proceso de destitución. Recientemente calmó las aguas con China, pero abrió nuevos frentes con otros socios económicos en el mundo, incluido la Unión Europea (UE).

    Esta última espera la llegada del Brexit, lo que supondrá una prueba más para el multilateralismo.

    Las finanzas mundiales están profundamente trastornadas tras años de generosidad de los grandes bancos centrales. Estos se esfuerzan por dejar de alimentar a los mercados, algunos de los cuales, como Wall Street, vuelan de récord en récord.

    El fenómeno de las tasas de interés ‘negativas’ se generaliza en algunos países, reduciendo la rentabilidad de los bancos e inflando la deuda privada.

    Steve Eisman, inversor conocido por haber anticipado el derrumbamiento del sistema financiero estadounidense, es categórico: “No tendremos una crisis sistémica” como la de Lehman Brothers en el 2008.

    Este financista, cuya historia inspiró la película “The Big Short” (“La gran apuesta”), ve más bien “una recesión típica con una economía que se desacelera y gente que pierde dinero. Será ya bastante doloroso de esa manera”.

    Ludovic Subran, economista jefe de la aseguradora Allianz, observa de su lado “un purgatorio de crecimiento” mundial.

    Si se produce, “el próximo choque sistémico no vendrá sin dudas de las finanzas, sino que será exógeno. Por ejemplo un gran ‘shock’ de regulación de los datos personales o en vínculo con el clima”.

    En todo caso, de donde sea que venga el ‘shock’ es probable -dicen los analistas- que se deba enfrentar la denominada ira social. Hoy se vive “la transformación, la digitalización, la movilidad eléctrica” y en eso “tememos la pérdida de muchos empleos”.

    Países como Ecuador, Líbano, Chile, Colombia y Francia ya han vivido explosiones de ira social.

    Nicolás Achondo, cocinero chileno de 33 años, tuvo que cerrar su restaurante, ahogado por los gastos médicos tras un accidente. “Al no tener cómo pagar entras en el sistema de los deudores. Como emprendedor, el hecho de ser deudor hizo imposible obtener un crédito para mi negocio y este empezó a generar deudas”.

    En América Latina, las protestas también están conectadas a lo económico. Las presiones por reducir la desigualdad acentúan el complejo contexto que vive la economía de la región, que apenas crecerá un 0,1 % en el 2019 y que en el 2020 completará su peor periodo de crecimiento en las últimas siete décadas.

    América Latina inicia el 2020 con 10 desafíos

    EFE. (I)

    Tras un 2019 que en términos de crecimiento ha ido de más a menos y va a terminar con la economía estancada -el FMI calcula un alza del PIB 0,2% y la Cepal del 0,1%-, América Latina afronta el 2020 con la esperanza de la recuperación de su PIB, aunque los pronósticos vaticinan que será insuficiente para reducir la brecha con los países desarrollados. Estos son los retos:

    1. Capear la desaceleración

    La marcha del PIB regional en el 2020 dependerá de México y de Brasil. El primero viene de un frenazo ligado a la escasa inversión y las incertidumbres tras el triunfo de Manuel López Obrador y el T-MEC, que pese al acuerdo del 2018 no se firmó hasta de diciembre del año siguiente y aún debe ratificarse por los parlamentos de EE.UU. y Canadá. Brasil salió de la recesión en el 2017 y no logra retomar su potencial de crecimiento.

    2. Guerra comercial

    El FMI cifró los efectos de la guerra comercial EE.UU.-China, y crecerán el 2020 ocho décimas menos que en el 2018 y arrastrarán consigo al resto del mundo, incluida Latinoamérica, que depende de los flujos internacionales y es muy sensible a la caída de actividad de la economía mundial y del gigante asiático, con el que cada vez tiene más lazos comerciales. Pese a que el acuerdo parcial de diciembre del 2019 ha dejado un buen sabor de boca, la batalla arancelaria es impredecible.

    3. Contestación social

    Las protestas sociales que viven varios países del continente ponen de manifiesto que la política económica no ha sabido o no ha podido extender los beneficios de la estabilidad macroeconómica de los últimos años y crear sociedades más inclusivas y menos desiguales. La contestación puede llevar a los gobiernos a replantearse reformas impopulares y existe riesgo de caer en la parálisis, ahora que la región sale del habitual parón económico y legislativo de los procesos electorales.

    4. Divisas

    La mayor percepción de riesgo debido a la incertidumbre y a las protestas sociales han lastrado la cotización de las monedas locales, que han acelerado su depreciación y, en casos como el de Chile, ha sido necesaria la intervención en el mercado del Banco Central para combatir su caída. Sin embargo, excepto en el caso de Argentina, la inflación está bajo control, lo que deja margen para usar la política monetaria en favor del crecimiento económico, y las tres rebajas de tipos de interés de la Fed durante el 2019, sumadas a la continuidad en la Zona Euro (las tasas del BCE están en 0% desde el 2016) pueden ayudar a hacer más atractivas para los inversores las divisas latinoamericanas.

    5. Exportaciones

    Las economías de América Latina presentan un alto grado de apertura al exterior. El menor crecimiento mundial del 2019 ha afectado a la demanda y ha hecho mella en las exportaciones de Latinoamérica, que según las últimas previsiones de la Cepal caerán el 2%, lo que contrasta con el alza del 8,3% registrada el 2018.

    La esperada mejora económica del 2020 no garantiza un alivio automático de la situación, ya que el mal comportamiento de las exportaciones hasta ahora se explica por la caída de su valor y no por el volumen exportado.

    6. Materias primas

    Una de las principales vías de ingresos son las materias primas que se venden a terceros, como el cobre, los hidrocarburos o los productos agrícolas. Tras un 2019 peor de lo esperado (el índice de precios de las materias primas del FMI cayó entre febrero y agosto del 2019 un 5,5%), las previsiones de los organismos económicos apuntan a que en el 2020 los bajos precios continuarán debido a la menor demanda esperada por el bajo crecimiento global.

    7. Cuentas públicas

    Los déficits públicos de prácticamente todos los países de América Latina dejan sin margen a los gobiernos para actuar y la política fiscal durante el próximo año se centrará más en mantener las cuentas públicas bajo control que en apoyar el crecimiento. Las deudas públicas no suponen un riesgo elevado salvo en Argentina, que tras el desplome del peso y la dificultad para captar fondos en los mercados por parte del país tuvo que reprogramar el calendario de pagos de su deuda.

    8. Inversión

    Ante la dificultad presupuestaria para acometer grandes planes de inversión públicos, los países tendrán que ser capaces de generar confianza para atraer al sector privado, tanto nacional como internacional, para que realice inversiones. La colaboración público-privada se va a imponer en el 2020 y es posible que a lo largo del año se reproduzcan en otros países planes como el anunciado en noviembre en México, que pretende movilizar USD 40 000 millones en 147 proyectos.

    9. Productividad

    Según el Banco de Desarrollo regional CAF, en el 2017 los ingresos per cápita del grupo de países más avanzados de la región representaban entre el 20% y el 40% del de EE.UU., cifras que apenas han variado en décadas. Mejorar la productividad es garantía de un mayor crecimiento. Los gobiernos tienen que mejorar las regulaciones sectoriales de forma que garanticen la competencia, fomentar una asignación eficiente de los recursos y luchar contra la economía informal, que afecta a todos los sectores productivos.

    10. Mirando al medio plazo

    Las inversiones en los sistemas educativos e infraestructuras, la incorporación de las nuevas tecnologías y la innovación a la escuela y la empresa o la configuración de instituciones públicas fuertes y respetadas son esenciales para lograr un crecimiento saludable, aunque su rentabilidad no será visible de forma inmediata. Es trabajar a mediano plazo.

    La Bolsa de Valores de Nueva York. Los bancos centrales se esfuerzan por dejar de alimentar a los mercados, algunos de los cuales, como Wall Street, vuelan de récord en récord. Foto: AFP
    La Bolsa de Valores de Nueva York. Los bancos centrales se esfuerzan por dejar de alimentar a los mercados, algunos de los cuales, como Wall Street, vuelan de récord en récord. Foto: AFP
  • Los jóvenes de hoy emprenden más que los de hace 10 años

    Redacción Quito

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Eduardo Raad es un emprendedor guayaquileño enfocado en el mundo del software y en la tecnología. Tiene 37 años, ha dirigido tres empresas y es el fundador de Dátil, un emprendimiento que facilita los procesos de facturación, cobranzas, finanzas y pago de impuestos de empresas. Su propuesta de valor se centra en la simplicidad y la facilidad de uso de esta herramienta digital.

    Para Raad emprender significa mantenerse curioso siempre “y alimentar esa capacidad de crear que tenemos, sea dentro de una compañía o fuera de ella”.

    Este emprendedor forma parte del grupo de jóvenes ecuatorianos que hoy en día emprende, en medio de retos y oportunidades. El reporte Jóvenes Emprendedores en Ecuador, elaborado por la Escuela de Negocios Espae, revela que en Ecuador, cada año, el 32% de los jóvenes con edades entre 18 y 34 años están involucrados en la puesta en marcha de un negocio, o posee uno que ha estado en funcionamiento por 42 meses o menos tiempo.

    Además, dice el estudio, se observan diferencias significativas entre los grupos de 18 a 24, y 25 a 34 años, siendo este último segmento el que registra la mayor actividad emprendedora.

    La tasa de emprendimiento (TEA) de los jóvenes muestra una tendencia decreciente, luego de un repunte en el 2013. Pese a ello, las cifras del país son las más altas entre las naciones participantes de América Latina y Caribe.

    El informe de la Espae, que utiliza datos del Global Entrepreneur­ship Monitor (GEM), añade que existen brechas de género entre la población de jóvenes; las mujeres confían menos en sus capacidades para emprender y muestran mayor temor al fracaso. Aunque la tasa de emprendimiento es similar para jóvenes de ambos sexos, una mayor proporción de mujeres está motivada por la necesidad, produciendo negocios que podrían tener dificultades para superar los 42 meses de vida.

    En contraste con los emprendedores de 35 a 64 años, los jóvenes están más motivados por mejorar sus ingresos u obtener más independencia, y menos por la falta de alternativas de trabajo.

    Franco Lara, de 22 años, emprendió un negocio con berenjenas. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Franco Lara, de 22 años, emprendió un negocio con berenjenas. Foto: Galo Paguay / LÍDERES

    Según Raad, los emprendedores deben estar dispuestos a aprender de manera permanente. “Si estás en cero y quieres crear algo, lo primero que tienes que hacer es aprender cómo, y eso requiere tiempo. Adquirir conocimiento rápido es lo más valioso.”

    Virginia Lasio, profesora de la Espae y una de los autores del estudio, junto con Jack Zambrano, cuenta que los jóvenes de hoy emprenden más. En el 2008 la actividad emprendedora temprana de los jóvenes fue de 17,6%, mientras que en 2017 fue de 29,7%.

    Otro dato dice que alrededor del 70% de la actividad emprendedora de jóvenes se concentra en el sector de servicios a consumidores. “Dentro de este grupo, dominan la venta al detalle y los servicios de alimentos y bebidas”.

    Lasio explica que al comparar con otros países latinoamericanos, se observa que en Ecuador suele haber la mayor proporción de jóvenes emprendedores, y que sus negocios, en general, no son de alto impacto. “No está claro si se debería fomentar la creación de más empresas. Sin embargo, sí se debería potenciarse la capacidad de generar negocios de mayor impacto”.

    Una vía para lograrlo es a través de la educación en emprendimiento, que está empezando a desarrollarse, incluso en los niveles de formación básica. Otro punto importante, añade Lasio, es el fortalecimiento de las redes empresariales de los jóvenes, que se ha identificado como punto débil, en comparación con otros países de América Latina.

    Raad está consciente de los desafíos que tiene como emprendedor y por eso tiene una estrategia clara y sencilla: “Hemos optado por una vía un poco más tradicional: simplemente hacer un buen producto, venderlo y crecer al ritmo que crece el mercado”. Además, enfatiza en la necesidad de ser transparente con el cliente y generar retroalimentación.

    Financiamiento, el reto para emprender

    Redacción Quito (I)

    Las horas del día se hacen cortas. Entre las actividades de la universidad hay que hacer espacio para las que demanda la agenda de un emprendedor. Nicolás Serrano, de 23 años, y Franco Lara, de 22, viven esta rutina a diario.

    Serrano, que estudia en Yachay Tech, es el creador de Innomaps, una plataforma que recopila data para que micro, pequeñas y medianas empresas obtengan un análisis sobre las mejores opciones para abrir un negocio; es decir, vende estudios de mercado usando georeferenciación.

    “Mi mamá emprendió tres veces y fracasó, a pesar de las ganas y sus capacidades para la cocina. Me di cuenta que, como ella, muchos emprendedores fallan porque no tienen las herramientas necesarias para poner un negocio sabiendo en dónde funcionará mejor”, cuenta.
    Serrano cree que los negocios relacionados a tecnología y data son los que tienen más potencial.

    Uno de los beneficios de emprender en tecnología, añade este estudiante de ciencias computacionales, es que se requiere poco capital para arrancar. Actualmente, para ahorrar costos, la empresa no paga sueldos a sus colaboradores, sino que les otorga un porcentaje de participación del negocio.

    Lara, en cambio, estudia ingeniería industrial en Quito y decidió que no quiere tener jefes. “Por eso emprendo desde ahora que estoy joven, para equivocarme, aprender y seguir intentando si es necesario”, dice.

    Hace 10 meses, Lara usó una receta de la familia para crear, junto con su mamá, Nora Moscoloni, la marca Conservas Moscoloni, que ofrece berenjenas y pimientos rojos en conservas.

    Hay varios obstáculos que el joven ha sorteado. El primero es que en el país, la berenjena no es un producto de alto consumo. Desde que comenzó, el joven cuenta que ha escuchado comentarios como ‘nunca he comido berenjena’, ‘¿a qué sabe?’ . Por eso, la labor de posicionar el producto ha sido en lo que más se ha concentrado.

    Alexandra Aguirre, de 32 años, crea sales de baño para tinas. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Alexandra Aguirre, de 32 años, crea sales de baño para tinas. Foto: Galo Paguay / LÍDERES

    Otro reto ha sido la tramitología. Los permisos que debe sacar en varias entidades demandan USD 3 000. “Arranqué con una inversión de USD 500 y hasta ahora no hay ganancia porque todo se reinvierte, pero es un proceso y como emprendedor, uno se vuelve soñador, y lo intenta todo”, dice.

    Alexandra Aguirre, de 32 años, en cambio, divide su agenda entre la tarea de ser mamá de una niña de 3 años y la de crear sales de baño para tinas. Con su negocio Nua Bath Bombs, Aguirre da empleo a madres solteras. “A veces hay mamás que quieren trabajar conmigo pero no tienen con quién dejar a los niños, yo les permito que vengan con ellos”, cuenta.

    El negocio comenzó con una inversión de USD 3 000. Aguirre cuenta que conseguir financiamiento fue complejo, por los requisitos que piden los bancos y por el temor a endeudarse en su primera experiencia como emprendedora, pero un familiar aportó con los recursos.

    Aguirre sabe que su idea es arriesgada, porque en Ecuador no hay una cultura generalizada de usar tina de baño, pero apostó por algo innovador que tiene menos competencia en el mercado.

    Gary Flor, presidente de Ceforcom, explica que es común que los emprendedores busquen los ahorros y a la familia para conseguir recursos. De ahí que las instituciones financieras tienen el reto de desarrollar productos que no exijan garantías muy altas y tengan plazos más largos para que más jóvenes accedan.

    Dátil es un emprendimiento que facilita los procesos de facturación, cobranzas, finanzas y pago de impuestos de empresas. Sus oficinas se encuentran en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Dátil es un emprendimiento que facilita los procesos de facturación, cobranzas, finanzas y pago de impuestos de empresas. Sus oficinas se encuentran en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • El objetivo de Bimo es agrupar a 82 entidades financieras

    María Vanessa Silva

    Redactora (I)

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    A finales de septiembre, la banca privada pondrá en funcionamiento a la Billetera Móvil (Bimo), un nuevo medio de pago digital pensado para transacciones con pequeños y limitados movimientos de dinero.

    Es una aplicación móvil desarrollada y gestionada por la empresa tecnológica Banred. Hasta ahora se cuentan 28 instituciones financieras (bancos, cooperativas y mutualistas) listas para operar. El objetivo es que el sistema integre a 82 entidades.

    La ‘app’ funcionará únicamente en teléfonos celulares con acceso a Internet, estará disponible en las tiendas digitales iOS y Android. El proceso de envío y recepción de dinero será similar a enviar un mensaje de texto, solo se requiere del número telefónico. También ofrecerá la posibilidad de realizar pagos a través de un código QR.

    Las tarifas, incluido el IVA, son de USD 0,10 por cada envío de dinero, USD 0,50 por retirar efectivo de un cajero automático y USD 0,35 por retirar de un corresponsal no bancario (tiendas, comercios locales y más).

    Crear una cuenta no tendrá costo y podrán acceder las personas que ya tienen una cuenta en un banco o cooperativa. Pero la billetera móvil fue diseñada para captar al público que aún no está bancarizado; según estimaciones oficiales, menos del 50% de la población dispone de una cuenta en una entidad financiera.

    Algunos analistas económicos y legisladores no ven mayor futuro en la billetera móvil, puesto que estiman que sus tarifas no atraerán de forma masiva a los consumidores. Observan otros limitantes, como el hecho de que no sirva en teléfonos sin Internet, cuando en otros países de la región esto sí es factible.

    Tampoco hay, de momento, incentivos que premien el uso de medios electrónicos de pago, como en su momento hubo con el dinero electrónico, por el que se reembolsaban al usuario valores en devolución parcial del IVA.

    Marcos López, delegado del Presidente de la República ante la Junta, defiende a la billetera móvil y sus costos, y anota que el nivel de acceso a Internet en el país es elevado, por ello no habría inconvenientes que opere exclusivamente en ‘smartphones’.

    En todo caso, si después de un tiempo de aplicación se determina que la aceptación del producto se ve restringida por las tarifas o servicios, la Junta estará dispuesta a revisar y, de ser el caso, hacer correcciones, sostiene López.

    Bimo aparece como el sustituto del dinero electrónico, que fue administrado por el Banco Central del Ecuador (BCE) hasta el 2017. En diciembre de ese año, la Ley de Reactivación Económica puso fin a la plataforma del BCE y dio paso a la iniciativa privada.

    El dinero electrónico fue creado en el 2014 a través del Código Orgánico Monetario y Financiero. Llegó a tener 406 724 cuentas abiertas con un saldo acumulado de USD 8,9 millones.

    Aunque muchos usuarios desac­tivaron sus cuentas en abril del 2018, hasta enero de este año aún existían 226 750 cuentas pendientes por cerrar, las cuales guardaban más de USD 2 millones.

    Una de las características del sistema era que se podía usar en cualquier celular, sin la necesidad de estar conectado a Internet.

    Permitía pagar servicios básicos, comprar en establecimientos comerciales, pagar carreras de taxi y hasta enviar remesas desde el exterior. Y por dos años (2016 y 2017) estuvo vigente la devolución parcial del IVA.

    Sin embargo, no tuvo mayor acogida. Sus detractores aseguraban que al ser administrado por el BCE existía riesgo sobre la dolarización, porque sus cuentas no estaban respaldadas por dólares reales y había afectación a los balances de la entidad. Además de que el BECE estaba ejerciendo funciones que no le eran propias.

    Pero las diferentes autoridades que estuvieron al frente del Central desmentían esas afirmaciones, asegurando que el sistema contaba con todas las garantías.

    Carlos de la Torre, quien fue el primer ministro de Finanzas de Lenín Moreno y que llegó al acuerdo para que la banca reemplazara al Central, tiene reparos a la billetera porque, entre otras cosas, cobrará por cada envío de dinero, situación que no ocurría con el programa del BCE.

    La Asociación de Bancos Privados (Asobanca) expone que a diferencia del dinero electrónico, Bimo opera basado en cuentas abiertas en un banco o en una cooperativa, las cuales sí tienen respaldo de dólares que los propios clientes han depositado y también cuenta el patrimonio de cada institución.

    “Los bancos apuntarán a generar inclusión financiera, no solamente usando Bimo sino a través del resto de canales que ya se han implementado con mucho éxito, como los corresponsales no bancarios”, afirma la Asobanca.

    La billetera móvil tiene avances y retos

    En Japón solo el 24% de las operaciones de pago fueron efectuadas con medios electrónicos. En la imagen una transacción de PayPay.
    En Japón solo el 24% de las operaciones de pago fueron efectuadas con medios electrónicos. En la imagen una transacción de PayPay. Foto: AFP


    Con un teléfono celular en mano los latinoamericanos realizan, cada día con mayor frecuencia, una serie de operaciones como transferencias de dinero, consultas de saldo en instituciones financieras, depósitos y retiros en bancos, recargas al celular, pagos de servicios, pagos en comercios, entre otras.

    Hasta el 2017 México, Brasil, Perú y Colombia eran los cuatros países en donde se contaban tres o más servicios de dinero móvil o electrónico, según el reporte ‘Panorama del dinero móvil en América Latina y el Caribe’, elaborado por el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla). Según la información utilizada para elaborar este documento en el año mencionado se registraban 43 productos y servicios de dinero móvil en funcionamiento en 26 países de la región.

    En la mayoría de países que usan este sistema existe un elemento clave: está disponible para dispositivos móviles básicos y no se requiere de acceso a Internet o consumir saldo.

    En Perú, donde el 43% de las personas mayores de 15 años tiene una cuenta de ahorros y el 97% de los hogares utiliza la telefonía móvil, funciona la Billetera Móvil (BIM) desde el 2016.
    Más de tres años después, en mayo pasado, 646 000 usuarios hicieron más de 807 000 transacciones por un monto total que superó los 113 millones de soles (USD 33,8 millones). Son aún cifras pequeñas para el tamaño de la economía peruana, pero hay optimismo.

    “Desde el sector bancario pensamos que el dinero electrónico es una excelente herramienta para lograr una mayor inclusión financiera. Se pueden hacer transacciones financieras desde el celular sin necesidad de tener una cuenta bancaria tradicional y sin necesidad de transportar efectivo”, dice Martín Naranjo, presidente de la Asociación de Bancos del Perú, en una columna publicada por el diario Perú 21.

    En México, donde cerca del 30% de su población está bancarizada, también se impulsa la billetera móvil. En ese país, hasta el año pasado solo el 2% de la población usaba el dinero móvil y se calcula que la madurez de este sistema llegará en unos cinco años.

    En Perú, al igual que en otros países de América Latina, una de las dificultades para que el modelo crezca es la infraestructura. Gonzalo Núñez, socio de servicios financieros de la consultora Ernst & Young, en México, señala que las billeteras móviles ya tienen tiempo en el mercado global y ha tenido impulso gracias a los mileniales. “Ahora hace falta que crezca el ­número de comercios que las acepten”, dice en una nota de diario El Universal.

    La telefonía móvil, la clave

    Esta nueva realidad viene de la mano del avance la telefonía móvil. El año pasado, América Latina y el Caribe contaban con 442 millones de suscriptores de telefonía móvil, cifra que representaba el 68% de la población, según el estudio ‘La economía móvil en América Latina y el Caribe 2018’, elaborado por GSMA, una firma especializada en esta industria.

    El reporte añade que la tasa de penetración de telefonía móvil en la región se mantiene ligeramente delante del promedio mundial (66%), pero detrás de mercados desarrollados, incluyendo Europa (85%) y América del Norte (84%).

    GSMA agrega que a pesar de la desaceleración aún existe potencial de crecimiento. Por eso el estudio asegura que la región representará el 10% de todos los nuevos suscriptores a nivel mundial, para el 2025.

    Para los expertos el desarrollo de la telefonía móvil es fundamental para el crecimiento de la billetera móvil. El estudio elaborado por Cemla en el 2017, por ejemplo, asegura que una de las bondades de la telefonía móvil es haber permitido que millones de personas que estaban excluidas del sistema financiero formal puedan realizar transacciones financieras de forma relativamente barata, segura y fiable.

    Las proyecciones hablan de unos 2 100 millones de usuarios

    La billetera móvil crece a escala global. Para este año se calcula que 2 100 millones de consumidores ya usan este nuevos sistema, según la firma inglesa Juniper Research, que realiza estudios de mercado del sector tecnológico a escala global.

    El aumento representa casi un 30% más que los 1 600 millones registrados a fines de 2017, según una reporte de la consultora estadounidense Zion Market. Otro dato señala que las billeteras móviles moverán en el 2022 más de USD 3 000 millones , es decir casi cinco veces más que en 2016.

    La evolución de este modelo enfrenta retos, entre los que destaca la seguridad. El aumento de los casos de piratería y fraude, junto con la falta de confianza, puede afectar el crecimiento del mercado, asegura un estudio de Zion market. Por eso muchas empresas ahora se centran en la seguridad para impulsar este negocio.

    América Latina es un mercado en el que este sistema tiene potencial. Datos de la Federación latinoamericana de Bancos (Felaban) el 60% de la población de la región no está bancarizada y más del 70% realiza sus pagos en efectivo.

    En otras latitudes como Japón, donde la tecnología está más avanzada, sucede una paradoja: La gente prefiere pagar en metálico al considerar los billetes más tangibles que los pagos electrónicos.

    El gobierno japonés pretende casi duplicar el número de transacciones electrónicas y que estas representen el 40% antes de 2025 en un país donde el uso de los billetes sigue muy extendido en comparación con otras potencias económicas.

    Sin embargo, en el 2018, solo el 24% de las operaciones de pago fueron efectuadas con medios electrónicos. En Corea del Sur, en cambio, el 90% de los pagos se realizan a través de sistemas electrónicos, según Yuki Fukumoto, del instituto NLI de Tokio.

    Una realidad difícil de reproducir en el país del sol naciente, aún más tras los problemas del gigante de la distribución nipona Seven & I Holdings que tuvo que abandonar su sistema de pago a través de código QR después de ser pirateado.

    La fidelidad a los billetes en Japón, una potencia tecnológica aferrada a valores tradicionales, resulta significativa teniendo en cuenta que en este país existen desde hace quince años sistemas de pago sin contacto a través de microchips instalados en tarjetas o móviles.

    Empezaron, primero, a funcionar en las tarjetas de transporte o en las tarjetas cliente de grandes cadenas de distribución, como Nanaco en Seven & I Holdings o Waon en Aeon.

    Los japoneses utilizan esas tarjetas para realizar pagos de cientos de yenes (unos pocos euros), pero curiosamente transacciones más importantes prefieren hacerlas con billetes.

    Esta fidelidad de los japoneses al pago en metálico tiene un coste: 2 billones de yenes (16 mil millones de euros) , lo que cuesta administrar los distribuidores y transportar el dinero, según un estudio del Boston Consulting Group, citado por el diario Nikkei.

    Aunque Hiroshi Mikitani, el presidente director general del gigante del comercio electrónico Rakuten, predijo una desaparición total de las monedas y los billetes, los administradores de sistemas de pago electrónico temen su fracaso.

    Las transacciones más comunes son transferencias de dinero, consultas de saldo, depósitos y retiros.
    Las transacciones más comunes son transferencias de dinero, consultas de saldo, depósitos y retiros. Foto: Ingimage
  • El déficit no petrolero en el país sobrepasa los USD 1 000 millones

    Carolina Enríquez (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    El reciente debate sobre los impactos de una revisión de los porcentajes de aranceles adquiere más relevancia al observarse las cifras de la balanza comercial del primer trimestre de este año.

    Según el Banco Central del Ecuador (BCE), las exportaciones crecieron 1,2% entre enero y marzo del 2019, frente al mismo período del año anterior; en cambio las importaciones aumentaron 5,8% en el mismo período.

    Sin contar con el rubro de combustibles, el mayor incremento se produjo en materias primas y bienes de capital. El aumento fue de 4,7% y 7,3%, en su orden.

    Maquinarias, semillas, preparados para animales
    , productos químicos y otros están entre los productos que más ingresaron al país durante los tres primeros meses del año, según la Cámara de Comercio de Quito (CCQ).

    El año pasado, la balanza comercial registró un superávit sobre los USD 200 millones durante el primer trimestre; en ese mismo período, durante el 2019, la cifra apenas alcanzó USD 1,8 millones.

    La balanza no petrolera registró un déficit de USD 1 067,8 millones. A los bajos resultados de las ventas (1,8% de alza), se sumaron compras más elevadas (3,9%).

    Para José Hidalgo, director de la Corporación de Estudios para el Desarrollo, un ajuste generalizado y unilateral (vía Comité de Comercio Exterior) de aranceles podría impactar en las cifras de balanza comercial y de pagos. Él cree que cualquier reducción deberá venir por el lado de acuerdos comerciales. La idea es que también se den ventajas para el ingreso de productos nacionales.

    Desde ciertos gremios se considera que un ajuste ayudaría en la competitividad del país.

    A partir del 2017, una vez que se levantaron las salvaguardias generales, el país ha registrado un alza de las importaciones. El año pasado, la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG) planteó al ahora Ministerio de la Producción la eliminación de barreras comerciales a través de la reducción de aranceles. Eso, se explicó desde el gremio, haría más atractivo al Ecuador para inversiones y relaciones comerciales con el mundo.

    Según el analista económico Alberto Acosta Burneo, cuando se encareció el producto importado a través de barreras comerciales se destruyó la competitividad del Ecuador. “Al final del día, todos los productos nacionales dependen, en una u otra medida, de insumos o bienes importados”.

    Acosta comparte con Hidalgo que ante aquello se deben firmar más acuerdos, pero también apoya la liberalización del comercio. “Un nivel debe hacerse unilateralmente, hacia estándares de aranceles promedio de la región; la otra es vía negociaciones. Con esto los precios se hacen más bajos, se abarata el país. La producción se ve beneficiada”, manifiesta.

    También considera que el ajuste debe hacerse en todos los rubros: materias primas, bienes de capital, bienes de consumo. Aclara que no se busca una eliminación de los aranceles “de la noche a la mañana” porque es inviable.

    Hidalgo explica que levantar aranceles para las materias primas y bienes de capital no resulta tan efectivo para la industria porque el porcentaje que tienen es bajo (en proemdio del 1% y 7%, respectivamente). “El efecto de una rebaja arancelaria sobre los costos de producción sería limitado”.

    Explica que, según el BCE, una parte de la capacidad instalada de las firmas está subutilizada, lo que implica que no sería tan necesario comprar maquinaria nueva.

    Pero eso resultara contradictorio si se toma en cuenta el aumento de las importaciones de bienes de capital que muestra el BCE. Sobre tal situación, dice Hidalgo, “hubo hasta mediados del 2017 factores que limitaron las importaciones, que luego se levantaron. Eso permitió que algunas empresas que tenían compras represadas se pusieran al día”.

    La investigadora del Instituto Cato, Gabriela Calderón, dice que el país tiene una alta carga impositiva, que incluye aranceles. Un ajuste de los mismos ayuda a la competitividad nacional.

    La industria demanda más insumos

    El sector minero es uno de los que tiene mayor dinamismo en la actualidad. En la imagen se observa a Fruta del Norte. Foto: Archivo / LÍDERES
    El sector minero es uno de los que tiene mayor dinamismo en la actualidad. En la imagen se observa a Fruta del Norte. Foto: Archivo / LÍDERES

    El ritmo ascendente de las importaciones, en cuanto a materias primas y bienes de capital, da cuenta del rendimiento de ciertos sectores de la economía.

    Por ejemplo, durante el primer trimestre de este año se importaron más aparatos médicos que en el mismo mes del año anterior. El alza fue de 29,1% (ver infografía), recoge la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), con datos del Banco Central del Ecuador (BCE).

    Este comportamiento obedece a que instituciones médicas demandaron de nuevos equipos y piezas para mantenimiento, con el fin de cumplir disposiciones de calidad que exige la Agencia de Control y Regulación Sanitario (Arcsa), explica Miguel Sánchez, director general de Vector Cardiología y Equipos Médicos.

    La empresa se dedica a la importación, comercialización y mantenimiento de equipo para la salud en las áreas de cardiología clínica, quirófanos y unidades de cuidados intensivos.

    El sector de la minería también ha demandado productos del exterior. Las importaciones mineras crecieron un 26,3% en el primer trimestre del 2019, frente al mismo período del año anterior.

    La industria, a puertas de su primera producción con los proyectos Mirador y Fruta del Norte, tiene requerimientos específicos que, hasta el momento, no poseen los proveedores nacionales. Eso desembocó en más importaciones, anota Santiago Yépez, presidente de la Cámara de Minería del Ecuador.

    La explotación minera proyecta aportar con el 4% del Producto Interno Bruto en el 2021.

    En cuanto al segmento de cereales, el aumento de las importaciones se explica porque la industria del camarón demandó más balanceado para esos animales. Las compras crecieron 18% entre enero y marzo de este año, frente a los mismos meses del 2018.

    El sector camaronero está en crecimiento y necesita más alimento para un mayor volumen de crustáceos. La soya es la materia prima básica de ese producto, pero la escasa producción interna (y sus características) hace que los empresarios prefieran traer el producto desde EE.UU., Paraguay, Brasil, Argentina y Bolivia, describió José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA).

    El balanceado local, por otro lado, no solo cubre el consumo interno (310 600 toneladas métricas en 2018) sino que también llega a cuatro países de la región. Alrededor de 50 000 toneladas métricas se exportan cada año.

    Camposano advierte que la situación podría tener un quiebre desfavorable a futuro, si el Comité de Comercio Exterior no toma la decisión definitiva de eliminar el arancel a la soya. Actualmente, el insumo se importa sin recargos, como parte de una medida temporal del Gobierno que vence en diciembre. Si no se renueva la exención, el producto se gravará hasta con el 45% a partir del 2020.

    En cuanto a bienes de consumo, las importaciones bajaron. Pero en el caso de los autos siguen en el ‘top uno’ de las compras del país.

    Los vehículos

    Las cifras.  Por importar automotores, Ecuador ha desembolsado un total de USD 471,6 millones durante el primer trimestre de este año. La cantidad, sin embargo, es menor a los USD 514,7 millones registrados en igual período del 2018. Los datos corresponden a la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), tomado del Banco Central.

    El gremio. Genaro Baldeón, presidente de la Asociación de Empresas Automotrices de Ecuador (Aeade), expone que la caída de las cifras proviene de una disminución en los precios de los bienes en el exterior y no tanto por una menor importación de unidades. Puntualizó que la realidad es distinta en la importación de piezas para ensamblar en Ecuador. En ese caso, la caída ha sido del 40%, lo que incide en una baja producción local de autos.

    Una imagen de las importaciones de autos en el puerto de Manta el año pasado. 74 589 vehículos y maquinarias de importación se movilizaron en el 2018, según la Autoridad Portuaria. Foto: Archivo / LÍDERES
    Una imagen de las importaciones de autos en el puerto de Manta el año pasado. 74 589 vehículos y maquinarias de importación se movilizaron en el 2018, según la Autoridad Portuaria. Foto: Archivo / LÍDERES
  • La juventud ecuatoriana es la más emprendedora, según informe

    Agencia EFE

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    Las jóvenes iberoamericanas emprenden menos que los jóvenes de la región, Portugal tiene el ecosistema «más emprendedor» y la juventud ecuatoriana es la más emprendedora, revela el informe Emprendimiento Juvenil en Iberoamérica presentado en Madrid.

    El estudio, elaborado por el Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica (OIJ) señala que por cada siete mujeres que emprenden en la región lo hacen diez hombres.

    El secretario general del OIJ, Max Trejo, explicó que este informe refleja dos grandes «desafíos«: la dificultad de acceso a la financiación y «el desapego a la tecnología» en estos negocios.

    En ese sentido, apuntó que, en el caso de las mujeres, estos obstáculos se «triplican«, por lo que pidió «políticas públicas específicas para ellas, que son las más emprendedoras en el día a día, en oficios que no son tan reconocidos como debiera».

    El OIJ define como joven a las personas entre 18 y 34 años y las subdivide entre «juventud joven» (entre 18 y 24) y «juventud mayor» para el segmento de los 25 a 34 años.

    Perú es el «único país» donde las jóvenes de entre 18 y 34 tienen índices de emprendimiento mayores que los de sus pares masculinos, mientras que Brasil, Argentina y Panamá registran una mayor actividad de las jóvenes entre 18 y 24 años de edad.

    Por su lado, Brasil es el país que tiene «la paridad de género más alta en términos de actividad empresarial consolidada«, y Portugal lidera la desigualdad entre hombre y mujer, cuando por cada 10 jóvenes portugueses emprendedores, hay tan solo 2 mujeres.

    Pese a ello, Portugal tiene el ecosistema más emprendedor de la región, pues las personas jóvenes son «tres veces más propensas a ejercer una actividad emprendedora que los adultos».

    Ecuador registra la mayor tasa de emprendimiento, pues mujeres y hombres muestran «niveles casi idénticos de participación», usan «en gran medida» sus propios ahorros para emprender y tienen «un difícil acceso» a la tecnología, señala el informe.

    Por su lado, Guatemala y Brasil tienen «la proporción más alta de juventud que emprende por necesidad»; la juventudes argentina y nicaragüense, entre otras, cuentan con problemas para acceder a financiación y Bolivia presenta «una de las tasas de actividad emprendedora más altas de la región y del mundo».

    En general, la juventud joven tiene más intenciones de emprender a corto y medio plazo, mientras que la juventud mayor tiene más miedo al fracaso y el uso de «última tecnología» es «en general, bajo», precisa el estudio.

    Añade que en Cuba es «difícil internacionalizar un negocio, pues el régimen aduanero está burocratizado y las posibilidades de apertura hacia nuevos mercados son escasas».

    En Venezuela, el emprendimiento se percibe «como una posibilidad para ocuparse profesionalmente», pero hay «limitaciones» para los jóvenes.

    El informe recomienda para toda la región mejorar los marcos regulatorios y el acceso a financiación, invertir en infraestructura tecnológica y «maximizar el potencial sin explotar de las mujeres jóvenes».

    Un estudio, elaborado por el Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica (OIJ), señala que por cada siete mujeres que emprenden en la región lo hacen diez hombres. Foto: Pixabay
    Un estudio, elaborado por el Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica (OIJ), señala que por cada siete mujeres que emprenden en la región lo hacen diez hombres. Foto: Pixabay
  • La demanda de energía eléctrica aumentó en un 4% en el 2018

    Mayra Pacheco

    La demanda de energía eléctrica creció. En el año anterior la necesidad de este recurso en el país subió un 4%, con relación al 2017, según información del Viceministerio de Electricidad.

    Para este año se estima un crecimiento de la demanda en la misma proporción. Esto se explica, porque cada año se conforman nuevos hogares o empresas que demandan de este servicio.

    En total, durante el año pasado la demanda de este recurso ascendió a 24 475 gigavatios hora (GWh). De estos la principal fuente para producir energía fue la hidroeléctrica, es decir la que se genera con el agua. Luego están la térmica, que emplea combustibles, las no convencionales, solar, eólica (viento), biomasa y biogás; y, en menor cantidad, la energía importada.

    Del total de esta producción, la mayor generación de energía provino de la central Coca Codo Sinclair, ubicada entre las provincias de Napo y Sucumbíos. Esta planta aporta con el 30% de este recurso.

    Coca Codo tiene una potencia máxima de 1 500 MW, es la hidroeléctrica más grande del país. Pero opera a una menor capacidad.

    Según el informe borrador que leyó la Contraloría General (CGE) en noviembre pasado, entre el 1 de enero del 2017 y el 31 de julio del 2018, esta central generó un promedio de 693 MW por día.

    El resto de la demanda se cubre con las centrales Paute, Sopladora, San Francisco, Agoyán, Mazar, y otras. Además, entre diciembre y enero pasado se incorporaron dos nuevas hidroeléctricas Delsitanisagua y Minas-San Francisco (ver nota de la página 11).

    Esta variedad de fuentes de generación permitió que durante el año anterior el costo promedio para producir este recurso sea de 3 centavos kilovatio hora (kWh).

    Estos montos representan un promedio de todos los costos reconocidos a las centrales que generan este recurso, usando diversas fuentes. Es decir, agua, sol, viento, combustibles y otros.

    Aunque en las centrales hidroeléctricas el precio de producción de cada kilovatio hora es menor, oscila entre 0,009 centavos y 2,3 centavos. En Coca Codo, por ejemplo, cada kWh cuesta menos de un centavo.

    Pero estos valores no incluyen los rubros correspondientes a la transmisión y distribución de energía, que permiten entregar el servicio a los clientes en sus viviendas o empresas.

    Incluido estos montos la tarifa promedio sube a 9,26 centavos en este año. Se trata del mismo precio que rigió en el 2018, informó la Agencia de Regulación y Control de Electricidad (Arconel).

    Otro aspecto que se deja afuera al calcular el costo de generación de energía es la inversión realizada para la construcción de las centrales de generación, explica el Viceministerio de Electricidad.

    Según la entidad, los costos de capital e interés de los créditos tomados por el país para la construcción de estos proyectos son cubiertos directamente por el Ministerio de Finanzas a través del Presupuesto General del Estado.

    En la construcción de las ocho hidroeléctricas nuevas el Estado ha invertido hasta ahora USD
    5 600 millones, según el Viceministerio de Electricidad.

    Ricardo Buitrón, consultor en proyectos hidroeléctricos, explica que estas inversiones fueron excluidas del cálculo para fijar el costo de la producción de energía, tras la modificación del Mandato 15, que regula el sector eléctrico, que se hizo el 23 de julio de 2008, en el Gobierno anterior.

    Estas disposiciones constan en el artículo 1 de esta norma. Ahí se señala que los recursos que se requieran para cubrir las inversiones en generación, transmisión y distribución, serán cubiertos por el Estado y constarán obligatoriamente en su Presupuesto General.

    Por esto, desde entonces los costos de generación son menores. En el 2006, previo a estas reformas y al ingreso de las nuevas hidroeléctricas, la producción de cada kWh era de 5,7 centavos, según cifras el Plan Maestro de Electrificación del 2006-2015.

    Tres hidroeléctricas siguen pendientes

    El plan del Gobierno anterior de poner en operación ocho centrales hidroeléctricas se ha cumplido parcialmente. Hasta enero pasado solo cinco de las ocho infraestructuras nuevas, consideradas emblemáticas, estaban ya funcionando.

    Las últimas centrales Delsitanisagua y Minas-San Francisco se incorporaron entre diciembre y enero pasado. Manduriacu, Sopladora y Coca Codo Sinclair empezaron a operar entre el 2015 y el 2016. Mientras que Toachi-Pilatón, Mazar-Dudas, y Quijos siguen aún pendientes.

    Este año, según el Plan Anual de Inversiones del Ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables se contará con asignaciones para las centrales Mazar-Dudas y Toachi-Pilatón. No constan desembolsos para Quijos.

    El proyecto hidroeléctrico Toachi-Pilatón, que aportará con 254 megavatios (MW), tenía un avance del 85%, hasta octubre pasado, según la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).

    Aunque esta construcción se inició hace 11 años, en esta central falta instalar los equipos electromecánicos. Es decir, turbinas, generadores, compuertas, válvulas y otros que se requieren para esta hidroeléctrica. Y los acabados.

    Actualmente, la Celec está analizando las alternativas para contratar a una nueva firma que se haga cargo de la colocación de los equipos electromecánicos. La entidad no dio detalles de las empresas interesadas, plazos para retomar los trabajos ni montos.

    El Ministerio de Energía informó que para reiniciar con estos trabajos se invertirán alrededor de USD 140 millones.

    Hasta octubre pasado, en esta obra se había invertido USD 398,8 millones en total, de estos USD 250 millones fueron financiados por el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess).

    La búsqueda de una nueva empresa para concluir con la instalación de los equipos electromecánicos en Toachi se tomó luego de que la Celec y la firma rusa Inter Rao,
    excontratista del proyecto Toachi-Pilatón, no llegaran a acuerdo para reanudar la instalación de estos equipos. La empresa privada dejó el proyecto en marzo del 2017, tras la terminación unilateral del contrato por parte del Gobierno anterior.

    Por esto, Inter Rao planteó un arbitraje en contra de la Celec el 14 de diciembre del 2018 en el centro de arbitraje y mediación de la Cámara de Comercio de Santiago de Chile. La Procuraduría General del Estado (PGE) informó que se contestó esta solicitud del 18 de enero pasado.

    En cambio, la central hidroeléctrica Mazar-Dudas, ubicada en la provincia de Cañar, contará con USD 1,7 millones en este 2019, según el Plan Anual de Inversiones del Ministerio de Energía.

    Este proyecto registra un avance del 87%. Estaba a cargo de la firma China National Electric Engineering Company (Cneec), que fue declarada por la Celec como contratista incumplida con el Estado a fines del 2015.

    Esta empresa estaba al frente también de Quijos, ubicada en la provincia de Pichincha, que alcanzó un avance del 46,7%.

    La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair tiene ocho unidades de generación que le permiten alcanzar una potencia máxima de 1 500 megavatios. Esta es la más grande del país. Foto: Julio Estrella / Archivo LÍDERES
    La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair tiene ocho unidades de generación que le permiten alcanzar una potencia máxima de 1 500 megavatios. Esta es la más grande del país. Foto: Julio Estrella / Archivo LÍDERES
  • Dos factores impactaron en los datos de inflación anual

    Carolina Enriquez

    redaccion@revistalideres.ec

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    Las expectativas que generaron los anuncios gubernamentales en diferentes negocios del país y la dinámica económica de la última etapa del año, con una ligera reactivación, le dieron un giro a la cifras de inflación del 2018, según autoridades y analistas.

    Cada mes, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) hace mediciones en 359 ítems para obtener el Índice de Precios al Consumidor. Entre ellos están alimentos, muebles, transporte, etc.

    En diciembre pasado, según la entidad, el dato anual de inflación fue de 0,27%. En el 2017 la cifra cerró en -0,20% y entre enero y agosto del 2018 cada mes se registró una inflación anual negativa.

    En el último cuatrimestre del año pasado, sin embargo, las cosas cambiaron. Desde septiembre las cifras anuales de cada mes fueron positivas. Para Byron Villacís, exdirector del INEC, había una expectativa mayor de lo que iba a suceder en el resto del año, hubo anuncios sobre el posible retiro de subsidios a los combustibles (en agosto se incrementó el precio de la gasolina súper y se puso en el tapete el ajuste para otros hidrocarburos), etc. “Los comercializadores, antes que los productores, tienden a ajustar precios, según sus expectativas”.

    El analista explica, además, que desde inicios del año pasado se registró un crecimiento en el Índice de Brecha de Intermediación, el indicador que mide cuánto sube el precio entre el productor y el comercializador final. “Se ve cuánta plata está ganando el que intermedia o especula (…) En 2017 caía y luego subió en 2018. Su tope más alto fue diciembre pasado”.

    Villacís no cree que el país esté viviendo un momento económico en el que los productos, por cuestiones de mayor dinamismo, producción y demanda, estén subiendo de precio. Desde su perspectiva aumentan de valor por “expectativa o especulación”.

    Esto lo comparte Larry Yumibanda, presidente del Colegio de Economistas del Guayas. Hubo negocios, dice, que aprovecharon la última etapa del año para ajustar precios por ser, tradicionalmente, la de mayor actividad económica. “Aprovecharon en no hacer rebajas, como en el resto del año, y dejaron las cosas al libre juego de la oferta y la demanda. Además, reaccionaron ante anuncios”, explica.

    El mes pasado el Gobierno incrementó el precio de la gasolina eco y extra de USD 1,48 a 1,85.

    Por otro lado, dice Yumibanda, la actividad económica no se ha dinamizado del todo. Los negocios, gracias a promociones y ofertas, mantienen las ventas.

    Según el Servicio de Rentas Internas (SRI), las recaudaciones de Impuesto al Valor Agregado (IVA) del período enero – noviembre, tomando en cuenta las internas y por importación, fueron 5,97% mayores que en el mismo lapso del año anterior a ese.

    Yumibanda explica que, en realidad, la inflación anual en la que cerró el año ha sido casi nula. La variación fue bastante baja.

    Roberto Castillo, director encargado del INEC, también asegura que si bien se pasó de cifras negativas a positivas no fue un cambio drástico. “Empiezan a verse ciertos sectores, aunque sea poco, que se comienzan a recuperar. Ellos pueden estar incidiendo en que la dinámica de precios pudieran estar creciendo, aunque sea poco”.

    Con relación al impacto del alza de los precios de los combustibles en los otros bienes y servicios considera que es prematuro hablar de ello. El INEC no ha registrado efectos especulativos.

    Con relación al período en que se registraron datos negativos de inflación (septiembre de 2017-agosto de 2018), la entidad asegura que el país vivió “un ‘shock’ positivo de oferta, principalmente en el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas, haciendo que los vendedores desplegaran continuas rebajas.Las variaciones anuales negativas también fueron determinadas por factores como la eliminación de salvaguardias y el retorno del IVA al 12%”, que incidieron en la baja precios.

    Bienes sin competencia externa suben

    La inflación de los rubros de las bebidas no alcohólicas y alimentos decrece de forma sostenida desde el 2015. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    La inflación de los rubros de las bebidas no alcohólicas y alimentos decrece de forma sostenida desde el 2015. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

    Giovanni Astudillo 
    Editor (I) redaccion@revistalideres.ec

    Los bienes y servicios diversos, el transporte, la salud, la educación, el alojamiento y los servicios básicos son los rubros que más aportaron a la inflación anual del año pasado, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

    Al contrario, los muebles y artículos del hogar, recreación y cultura, alimentos y bebidas no alcohólicas y las prendas de vestir y calzado experimentaron variaciones negativas.

    En años anteriores, el segmento de alimentos y bebidas no alcohólicas era uno de los más inflacionarios en la economía ecuatoriana. De acuerdo con información del INEC, a partir de junio de 2015 se observa que la inflación anual de este grupo decrece de forma sostenida y dado su peso en la canasta del Índice de Precios al Consumidor, ha incidido en el comportamiento de la inflación.

    El INEC agrega que en la investigación respectiva de este índice se ha observado un incremento de la oferta de los bienes correspondientes al grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas, lo cual presiona el precio a la baja.

    Además, es un grupo cuyas variaciones están claramente marcadas por la estacionalidad de la producción agrícola y factores climáticos, que determinan la disponibilidad de producción de alimentos en los mercados.

    Para el analista económico, Alberto Acosta Burneo, el leve incremento de precios que se registró durante el año pasado, se sustentó principalmente en los servicios, no en la mayoría de los bienes transables, que tuvieron un descenso el 2018. Los bienes transables son los que se pueden exportar e importar.

    Acosta Burneo explica que estos últimos tienen más competencia en la actualidad y, por ende, los precios tienden a reducirse. Los productos importados llegan a costos menores debido a la apreciación del dólar en el exterior y a la reducción de aranceles por el acuerdo comercial con la Unión Europea, destaca este analista.

    Otra causa es que la economía recibe menos dólares si se compara con los años anteriores y el Gobierno cada vez tiene más problemas para endeudarse e inyectar dinero, dice Acosta. Por ello, las ventas de los comercios e industrias no superan o igualan a las registradas en años anteriores.

    El presidente de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca, Roberto Maldonado, agrega que los precios de los bienes transables no suben porque es más difícil vender por la falta de liquidez de los consumidores.

    Según él, los empresarios decidieron sacrificar sus utilidades para reducir los precios y poder vender su mercadería. Además, invierten más en la gestión de ventas y ofrecer promociones y descuentos para ser competitivos.

    En cambio, los servicios y bienes no transables (aquellos no susceptibles de ser comercializados en otro país) no tienen esa competencia externa que ofrece precios menores, por lo que hay productos que han subido, aunque en porcentajes bajos durante el 2018, señala el decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Cuenca, Rodrigo Mendieta.

    El año pasado se produjo un incremento en el precio de los combustibles luego de más de una década. El INEC considera prematuro hablar de impacto por la medida adoptada. Foto: Archivo / LÍDERES
    El año pasado se produjo un incremento en el precio de los combustibles luego de más de una década. El INEC considera prematuro hablar de impacto por la medida adoptada. Foto: Archivo / LÍDERES
  • La OMC y el multilateralismo enfrentan un futuro desafiante

    Redacción Quito y Agencias (I)

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    El futuro de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y del multilateralismo quedó marcado. El G20, en su reunión efectuada en Argentina, reconoció que la OMC no cumple con sus objetivos y apostó por su reforma.

    La declaración final, que lleva el título ‘Construyendo consenso para un desarrollo justo y sostenible’, señala que “el comercio internacional y la inversión son importantes motores de crecimiento, productividad, innovación, creación de empleo y desarrollo”.

    Además reconoce la contribución que ha tenido el sistema multilateral de comercio, pero determina que actualmente “no cumple con sus objetivos y hay espacio para su mejora”, por lo que los líderes del G20 apoyan la reforma necesaria de la OMC para mejorar su funcionamiento.

    El efecto de la declaración el G20 es tan grande que ya se habla de un G2, entre Estados Unidos y China. Según analistas, la principal conclusión del G20 no surgió en las negociaciones de los 20 líderes, sino una vez terminada la agenda oficial, en la cena que mantuvieron los presidentes estadounidense y chino, Donald Trump y Xi Jinping, cuando pactaron una tregua en su guerra arancelaria.

    Ambos se emplazaron a negociar en materia de comercio, una voluntad más clara de resolver de manera conjunta sus diferencias que supone “algo así como la creación de un nuevo organismo, un G2”, según el experto en relaciones internacionales Aníbal Jozami, rector de la Universidad Tres de Febrero, en Buenos Aires.

    “A diferencia de la Guerra Fría, estos dos gigantes son socios”, añade el profesor de la Universidad Católica Argentina Fabián Calle, que explica que el pacto supone encauzar al menos durante un tiempo la lucha comercial, el aspecto en el que ambas naciones son más interdependientes.

    Calle rebaja el alcance del acuerdo, porque el plano geopolítico, con cuestiones como el control de Asia o el incremento del gasto militar chino que no estuvieron en la mesa, “no da la impresión de que se pueda solucionar”, y es parte de una rivalidad que durará décadas.

    Para Juan Carlos Cassinelli, exministro de Comercio Exterior, lo que está ocurriendo con la OMC parte de una contradicción. “Por un lado la OMC propugna la facilitación del comercio y por otro lado vemos que cuando surge un problema geopolítico, principalmente de las grandes potencias como los son Estados Unidos y China, la OMC queda a un lado y la disputa se resuelve en una mesa distinta a la del organismo.

    Para Cassinelli, urge fortalecer a la OMC dotándola de un carácter que podría ser coercitivo en sus resoluciones. “De no ser así, ocurre lo que estamos viendo: disputas entre China, Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea… “Si no hay la reorganización las reglas del comercio pasarán no por los multilaterales sino por relaciones bilaterales”. Hay el riesgo de caer en una anarquía, dice Cassinelli.

    Otra opinión es la de Alejandro Martínez, catedrático de Negocios internacionales de la Universidad San Francisco de Quito. Él cree que las dinámicas del comercio han cambiado y lo seguirán haciendo, impulsadas por las nuevas tecnologías, los comportamientos de los consumidores y las decisiones de las empresas.

    “Hoy los negocios son más rápidos, el capital se mueve más rápido al igual que la información. También surgen nuevos integrantes de le economía mundial con sus ideas y conceptos. Todo el ritmo de los negocios está acelerado”. Para Martínez, este aceleramiento impacta en el trabajo de organismos como la OMC, aunque destaca que estas entidades son necesarias porque generan acuerdos básicos de comercio.

    “Toda la estructura comercial del mundo va cambiando y cuestionar a la OMC no es malo, es positivo porque las dinámicas del comercio cambian”.

    Para director de la OMC, Ricardo Azevedo, lo planteado por el G20 es una oportunidad para reformar el sistema comercial internacional.

    Las miradas están en EE.UU. y China

    Los cruces de palabras y las acusaciones de quienes defienden y critican el multilateralismo viven una escalada. Desde el FMI o la Casa Blanca se lanzan advertencias, mientras las miradas están pendientes de lo que digan y hagan las autoridades de Estados Unidos y de China.

    Los presidente de China, Xi Jinping, y Estados Unidos, Donald Trump, se reunieron fuera de la agenda del G20. Foto: AFP
    Los presidente de China, Xi Jinping, y Estados Unidos, Donald Trump, se reunieron fuera de la agenda del G20. Foto: AFP

    La directora ejecutiva del FMI, Christine Lagarde, lanzó la semana pasada un fuerte llamado a renovar la cooperación internacional, temiendo el advenimiento de una “era de ira”, donde las desigualdades pronto podrían superar a las de la “edad de oro” del capitalismo en el siglo XIX.

    En un discurso ante la prestigiosa Biblioteca del Congreso en Washington, Lagarde pidió un “nuevo multilateralismo” que garantice que “los beneficios económicos de la globalización son compartidos por todos y no solo por unos pocos”.

    En su opinión, el comercio mundial debe ser “reparado”. “Debemos continuar reduciendo” las tensiones comerciales y mejorando el sistema comercial, “eliminando los subsidios distorsionantes” y protegiendo los derechos de propiedad intelectual.

    En Bruselas, por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, instó hoy a “confrontar” a países como Rusia, Irán o China por incumplir tratados internacionales, a la vez que criticó el multilateralismo que atiende más a los burócratas que a los ­ciudadanos.

    “Tras el fin de la Guerra Fría, dejamos que el nuevo orden mundial empezara a corroerse (…) El multilateralismo se ve demasiado a menudo como un fin en sí mismo”, comentó. “Cuantos más tratados firmamos se supone que somos más seguros, cuantos más burócratas tengamos, mejor se hacen las cosas. ¿Esto fue verdad alguna vez?”, se preguntó, y afirmó que la cuestión central es si el sistema actualmente configurado funciona para todas las personas del mundo”.

    Un hombre de aranceles

    El Gobierno estadounidense rebajó las expectativas de acuerdo con Pekín al asegurar que no cuenta con “garantías” precisas de que esto vaya a ocurrir, con el consiguiente nerviosismo en los mercados financieros.

    El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó que las conversaciones con China han comenzado para ver “si de verdad es posible un acuerdo real”.

    “El presidente Xi (Jinping) y yo queremos que este acuerdo suceda, y probablemente ocurra. Pero si no, recuerden que soy un ‘hombre de aranceles”, explicó el Mandatario en su cuenta de Twitter.

    China, por su parte, expresó su confianza en llegar a un acuerdo comercial con EE.UU. “Confiamos en el cumplimiento de los consensos (a los que se llegaron durante el encuentro)”, afirmó el Ministerio de Comercio chino.

    Según esa Cartera, los equipos económicos y comerciales de ambas partes van a trabajar “activamente” durante los próximos 90 días, siguiendo el calendario y la hoja de ruta establecidas tras el encuentro de los dos presidentes.

    El director de la Organización Mundial del Comercio (OMC) advirtió la semana pasada que todos perderían en caso de una guerra comercial.

    Roberto Azevedo, quien desde 2013 dirige la OMC, reconoció que se necesitaban reformas, pero rechazó a quienes acusan al comercio internacional de ser la principal causa de los puesto de trabajo perdidos. Un argumento a menudo usado por presidente de EE.UU. Donald Trump

    “El sistema podría ser mejor”, reconoció Azevedo en un discurso en el que elogió la voluntad de los países del G20 para reformarlo en una cumbre el fin de semana pasado en Buenos Aires. “Debemos eliminar la idea de que el comercio internacional es una ecuación que hace que haya un ganador y un perdedor”, pidió, en referencia a la filosofía de la administración Trump.

    El impacto es tan grande que ya se habla de un G2, entre Estados Unidos y China, las dos potencias económicas del planeta. El tema activa el debate sobre el rol de la OMC y sobre la necesidad de adaptarse a las nuevas velocidades que tienen el comercio y
    El impacto es tan grande que ya se habla de un G2, entre Estados Unidos y China, las dos potencias económicas del planeta. El tema activa el debate sobre el rol de la OMC y sobre la necesidad de adaptarse a las nuevas velocidades que tienen el comercio y los negocios. Foto: Ingimage