Despierta y no sabe qué nuevo problema surgirá ese día en el trabajo; busca empleo en todos los lugares que puede o, simplemente, le ronda de forma permanente un pensamiento de que usted no sirve para la actividad que realiza y no debe estar en la empresa en la que se halla. Así vive alguien que tiene una denominada “crisis profesional”.
Pilar Moncayo, directora de la Asociación de Gestión Humana del Ecuador (Adghe), señala que hay, al menos, seis causas para que una persona caiga en esa situación. La principal de estas razones es el desempleo o la pérdida del trabajo a cualquier edad.
Eso lo vivió el ingeniero Diego E., de 30 años. Salió de su empleo a mediados del 2015 y su ánimo fue decayendo conforme pasaban los meses y no encontraba trabajo. “Decidí estudiar una maestría hasta mientras. Acabé y todos los títulos y experiencia que tenía no servían de mucho. Sentía que no servía como profesional. Me tomó año y medio encontrar un puesto. Ahora estoy mejorando cada día”.
A marzo del año pasado el país registró 355 414 personas en el desempleo, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos.
Esta situación genera conflictos internos en los trabajadores en cuanto a qué tan óptimos son para desempeñar un cargo y si escogieron bien su profesión.
Sin embargo, esto también lo viven quienes enfrentan maltrato, mal ambiente laboral, discriminación, inexistencia de un plan de carrera y barreras de las empresas para poder seguir estudiando.
Estas son otras de las razones que la Adghe establece como causas para llegar a crisis profesionales.
Una persona en esta situación, de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es propensa a sufrir enfermedades laborales. Algunos de los males son reacciones del cuerpo frente a la idea de acudir al trabajo.
Para la OIT, un adecuado ambiente laboral permite mejorar la calidad de vida y aumenta el rendimiento de las empresas. Se calcula que empleados felices permiten que la productividad suba hasta en un 88%.
Un artículo presentado por la Adghe, citando a la web de Equipos&talento, explica que una manera de enfrentar las crisis, que se aplica para las empresas pero también para los trabajadores, está en la capacidad de “resiliencia”. Esto último implica buscar soluciones y no estancarse. La idea es nunca negarse a pedir ayuda.
Consejos para enfrentar una crisis profesional:
– Crisis generadas por un mal crecimiento: De ninguna manera hay que aguantar todo lo que venga sin quejas porque no significa valentía. Hay que saber cuándo romper el círculo de una situación profesional que está impactando en el crecimiento.
Una oportunidad se puede hallar en centros de liderazgo y orientación al trabajador, en los que la persona puede redireccionar sus metas laborales hacia un emprendimiento, otro trabajo o, incluso, una actividad completamente diferente a la que hace.
-Crisis generadas por un mal directivo o jefe la solución: Para el consultor Pablo Pazmiño, de Estrategia & Gestión, esto está en manos de la compañía.
-Crisis profesionales que surgen de vacíos personales: Es clave que las compañías apoyen a la persona a través de los departamentos de recursos humanos o bienestar social. “En estos procesos es importante que haya psicólogos que resalten el potencial del trabajador en la organización”.
Al menos seis causas conducen a que alguien pierda el entusiasmo y el valor por su profesión. Foto: Ingimage
El socio de Deloitte Consulting y catedrático habla sobre la irrupción de la generación Y en el mercado laboral, las empresas y la economía en general. Calcula que el 30% de los empleados pertenece a esta generación y que llega con ideas frescas.
¿Cómo aporta la generación milenial al aparato productivo en el país? Los jóvenes milenial que están concluyendo sus estudios y empiezan a involucrarse con el sector productivo aportan de dos maneras: la primera es cuando ingresan a empresas con nuevas ideas, conocimientos y la energía propia de alguien que empieza su carrera profesional y que siempre trae vientos frescos a una organización. El segundo aporte, que quizás marca la diferencia en cuanto al pasado, es que muchos milenial apuntan a desarrollar proyectos propios y aportan con ideas de negocios. No es extraño ver a jóvenes en el mundo empresarial que quieren dedicarse al comercio, a producir de manera artesanal para desarrollar nichos. Considero que son esfuerzos muy significativos, si bien el aporte de capital es modesto, pero en conjunto es representativo para la economía. Además, crean plazas de empleo, tal vez pocas, pero en la sumatoria total generan un valor agregado a la economía. Es común hablar de ciertos prejuicios cuando se analiza a los milenial. Pero lo cierto es que hay emprendimientos y ‘start ups’ que son levantados por ese grupo poblacional…
Chicas y chicos jóvenes quieren poner negocios de comida, de asesoría, de coaching, ofrecen servicios apoyados en la tecnología. Esto muestra que hay una diversidad que antes no existía; normalmente en el pasado, hasta la generación anterior, era muy clásico escuchar que los jóvenes querían buscar trabajo en una empresa para empezar una carrera profesional para consolidarla en el tiempo. Eso en la actualidad no pasa, el objetivo de los milenial es otro. Muchos quieren empezar su propio proyecto. Si la economía ecuatoriana tuviese este momento otras condiciones, esto se vería de manera masiva, pero las circunstancias actuales restringen la inversión y no todos los jóvenes pueden concretar esas aspiraciones que son muy naturales en esta generación.
¿Se puede cuantificar el peso de los milenial en el mercado laboral? Dentro de la población económicamente activa diría que el porcentaje de jóvenes es cada vez más significativo. En algunas empresas ya están analizando el porcentaje de sus empleados pertenecientes a los milenial, que normalmente son menores a 30 años. Vemos que los porcentajes pueden estar entre el 30% o 40%. Ese grupo podría ser mayor si la dinámica empresarial fuera distinta, si existieran más oportunidades, más empleos. En las actuales circunstancias es duro ver que jóvenes con buenos antecedentes a académicos, empiezan a trabajar no necesariamente en lo que han estudiado sino en lo que pueden acceder. Se produce, entonces, una desconexión y a la larga los milenial no dan lo mejor de ellos porque están en áreas que no conocen. Por eso prefieren empezar proyectos propios.
¿Las empresas se fijan en la ‘condición’ de milenial al contratar personal? Hace pocos días, al conversar con un cliente, representante de una importante institución financiera del país, me decía que ellos quieren enfocarse en los milenial porque con la revolución de los ‘fintech’ y la evolución digital de la banca, qué mejor que tener a representantes de su generación para que traten con los clientes, que conozcan sus tendencias, su comportamiento. Es una manera de responder al mercado. Otra compañía, del sector de retail, que también es cliente, piensa igual y busca rejuvenecer la cartera de clientes y apunta al segmento joven que prefiere el comercio electrónico. En esa empresa el objetivo es entender y ayudar a desarrollar el negocio para tener un impacto más preciso en ese target. Otro tema que vale analizar es el consumo de los milenial. ¿Qué pasa con estos nuevos clientes?
Los milenial son muy independientes, cada vez buscan más desprenderse de su ‘cordón umbilical’ y desenvolverse por sus medios. Creo que quieren consolidarse personal y profesionalmente. Por eso tratan de establecer una división de sus padres y de personas de otras generaciones. Quieren abrirse camino solos.
¿Esta intención de emprender que tienen los milenial es sostenible en el tiempo? Lo que pasa es que el sector empresarial está en sus límites. Con esto quiero decir que es difícil hoy por hoy crear empleos. Por eso la gente que se gradúa de la universidades no puede quedarse inactiva y por eso trata de independizarse, así sea con microemprendimientos. A ellos les corresponde identificar formas para obtener ingresos y aunque no estén en su máxima capacidad es algo que les da experiencia y cierta trayectoria. ¿Hasta qué punto es sostenible? Creo que en toda economía es necesario tener dependientes y emprendedores. No todas prosperan, pero han permitido el surgimiento de grandes proyectos.
¿Se puede cuantificar el aporte de esta generación al PIB del país? Es muy prematuro. Una pauta se podrá tener en el 2020 con las promesas hechas para milenial emprendedores desde el sector público. Eso permitirá presentar resultados conseguidos. Es evidente que si se apuesta por esta generación es porque se estima que de allí pueden salir buenas ideas y buscar, más que carreras tradicionales, otros mecanismos de diversificación y gente que pueda desarrollarse y contribuir a la economía del país.
Hemos hablado del mercado laboral y las empresas. ¿Qué están haciendo las universidades al respecto?
Las universidades tienen que estar pendientes de la evolución tan dinámica de las nuevas generaciones y es común encontrar en las universidades laboratorios para ‘design thinking’, espacios de ‘coworking’, pasantías internacionales para complementar la formación. Los estilos de vida en las universidades del país están siguiendo las corrientes globales. Las universidades han entendido el mensaje, de contar con gente que cuestione, que sea disruptiva y presente nuevos enfoques en la educación. Eso es muy apreciado por los jóvenes que viven a través de la tecnología y a tener información de manera instantánea.
Pablo Beltrán, catedrático de la Universidad San Francisco de Quito, revisa con detalle las cifras de desempleo y subempleo, y advierte de que los efectos se sentirán en unos 10 años. Las consecuencias serán una población menos preparada y baja productividad. En el primer trimestre del año bajó el desempleo, pero creció el subempleo. ¿Cómo leer esos datos y qué se puede esperar en una próxima medición?
El subempleo y el desempleo se dan porque el mercado está en transición, está cambiando y el debe acostumbrarse a las nuevas necesidades. Por ejemplo, cuando llegó la dolarización la gente que trabajaba en casas de cambio tuvo que aprender otra actividad. La causa del desempleo actual es el ciclo económico. En economía hay una relación directa entre producción y desempleo: cuando la producción disminuye, las empresas requieren menos recursos, entre esos la mano de obra. Por lo tanto se libera la mano de obra que no reporta mayores beneficios. Eso ocurre en la economía ecuatoriana.El desempleo varía porque cambia el número de desempleados o varía la población económicamente activa o PEA.
Eso es inquietante.
Lo más inquietante es que los jóvenes, mujeres y hombres, que cumplen 16 años optan por entrar al mercado laboral y dejan de prepararse. Es un tema preocupante cuyas consecuencias se sentirán en el mediano y largo plazo.
¿Por qué ocurre eso? Porque la economía está en recesión. Cuando esto ocurre los ingresos de un solo miembro de la familia no abastecen para todos sus integrantes y otros miembros de esa misma familia tienen que salir a buscar trabajo. Allí están los adolescentes de 16 años en adelante. Esto significa que en el futuro vamos a tener una masa laboral menos preparada. Esta gente está abandonando sus estudios para trabajar. Y si está estudiando también está buscando trabajo y el rendimiento no va a ser el mismo, ni en el centro de estudios ni en el trabajo. Tendremos en el corto plazo un mercado laboral poco eficiente. Y en el largo plazo un mercado laboral menos preparado. Eso llevará a una disminución de la productividad en el país.
¿En cuanto tiempo se sentiría eso? En unos 10 años, cuando los chicos que hoy tienen 16 años tengan 26 y sean la población que deberían estar aportando. Por lo general, la población que más aporta es la que está entre 25 y 45 años.
¿Esto que usted anota es irreversible? Es irreversible a no ser que se tomen medidas correctivas, en donde en lugar de usar datos para justificar la acción del gobierno central se analicen esos mismos datos para ver cómo eso afectará a la productividad y a la economía en general, en el mediano y en el largo plazo.
¿ Qué se podría hacer para evitar ese mercado poco preparado?
La política pública debe proteger a la masa laboral. Hay que disminuir el subempleo. Muchas personas que trabajaban completamente hoy trabajan a medio tiempo. Los padres de familia que pierden sus trabajos hoy optan por subempleo y los ingresos de los hogares disminuyen. Si se elimina el subempleo la gente estará con trabajo adecuado. Esto traerá ingresos suficientes al hogar y se evitará que los jóvenes dejen de estudiar.
Eso es fácil decirlo, pero difícil hacerlo.
Así es. Por eso hay que ver las causas de la recesión. En los últimos 10 años el mayor empleador ha sido el gobierno, lo ha hecho mucho más rápido que la empresa privada. En la variación de los últimos años, el que más ha crecido ha sido el empleo público. Cuando el Estado deje de ser tan entrometido en la vida de las personas, se requerirá un aparato público más pequeño. Entonces habrá que dar incentivos para que la empresa privada capte trabajadores. Eso es un cambio de modelo.
¿Ese es el pedido que se ha hecho desde la empresa privada en los últimos años? Así es. Lo han hecho las cámaras de la producción y los grupos que conocen de cerca el sistema del mercado laboral.
¿Y esa es una tarea para el próximo gobierno?
La tarea es escuchar, estar más abierto a lo que indican las cámaras y las asociaciones para con base a eso tomar decisiones para favorecer el bienestar común. Dejar que sea el mismo mercado el que decida cómo lograr bienestar y no como el modelo de los últimos 10 años en el que todo vino planificado desde el Ejecutivo.
El subempleo es casi exclusivo del sector privado.
Es que el sector público no puede tener subempleados según la definición de subempleo. La ley laboral es tan rígida que casi imposibilita que alguien gane menos del salario básico vigente. Antes el subempleo se concentraba en personas que, a pesar de trabajar la jornada completa, recibían menos del salario mínimo vigente. Allí estaba el servicio doméstico con empleadas, jardineros, choferes… Este grupo ha desaparecido porque ahora se castiga por no pagar el salario básico y nadie contrata una persona sin pagar lo que dice la ley. Ese subempleo desapareció, pero ahora el subempleo general ha aumentado.
¿El emprendedor puede encajar en el subempleo?
La persona que emprende no quiere buscar otro trabajo. Quiere sacar adelante su negocio y en el momento en que indica que está a gusto con su trabajo ya no es subempleado, sino ocupado pleno. ¿Qué pueden hacer los nuevos profesionales que buscan su primer trabajo?
La pregunta no es qué deben hacer los nuevos profesionales, sino el Estado y a la economía en general para darles oportunidades para que se desarrollen en un trabajo digno. Hay que dar incentivos a los empleadores, garantizar el derecho a la propiedad, que la utilidad que logren sea para ellos, dar incentivos tributarios para que empleen a un joven por primera vez, por ejemplo.
¿Así surgirán nuevos tipos de trabajo?
Primero hay que aprovechar las ventajas comparativas. En el país esas ventajas están en la capacidad de los artesanos, en la producción de flores, en el procesamiento de chocolates, etc. Además, hay que tener claro que las ventajas comparativas se descubren exponiéndose a la competencia global.
Tiene un doctorado (PhD) en Políticas Públicas en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, de México. Foto: Víctor Muñoz / LÍDERES
Cada día cientos de personas acuden a citas de trabajo con el objetivo de ser parte de una empresa o institución donde puedan desarrollar sus aptitudes y capacidades.
En Ecuador, la tasa de desempleo se ha mantenido entre el 4% y 5% en el último lustro y el subempleo pasó del 14% en el 2015 al 19,9% el año pasado, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
Las personas que buscan empleo se enfrentan a un reto que es destacar entre otros postulantes y lograr conseguir el trabajo.
María Cristina Crespo, profesora de la cátedra de Psicología de la Universidad San Francisco de Quito, señala que es necesario acudir a la entrevista de trabajo con un conocimiento previo de la empresa, saber las características del cargo al que se postula, decir la verdad y cuidar la presentación personal.
Por otro lado, Sergio Vera director comercial de multitrabajos.com explica que se debe demostrar que es la persona indicada para el puesto. Conocer las capacidades para realizar el trabajo, pero siempre estar dispuesto a mejorar y aprender y no demostrar arrogancia.
Los especialistas coinciden en la necesidad de acudir a la cita laboral con ropa adecuada, no exageradamente elegante, pero sí que de una imagen profesional. Las personas deben vestir de acuerdo al trabajo que aspiran conseguir, indica Crespo. Los principales puntos que debe tomar en cuenta son:
–Conocer la empresa (buscar información en internet) –Saber el perfil del puesto al que aplica –Llevar una hoja de vida –Acudir con puntualidad –Vestir de forma adecuada –Responder con la verdad –Estar listo para responder preguntas poco frecuentes –Estar al tanto cual es la remuneración en ese cargo por si acaso le preguntan su aspiración salarial –Las mujeres usar maquillaje natural y ropa no demasiado apretada –No hablar más de jefes o empresas donde anteriormente laboro
Los especialistas coinciden en la necesidad de acudir a la cita laboral con ropa adecuada, no exageradamente elegante, pero sí que de una imagen profesional. Foto: Flickr
Cuando el británico Charles Darwin publicó en 1859 su teoría de la evolución, lo más probable es que no previera que un día los robots, y no la naturaleza, se encargarían del proceso de selección de las especies.
En su obra ‘El origen de las especies por medio de la selección natural’, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida, Darwin introdujo la teoría científica de que las poblaciones evolucionan en el transcurso de las generaciones a través de un proceso de selección natural.
En la actualidad, la llamada “cuarta revolución industrial” está trastocando esta teoría, ya que el proceso de fabricación dio pie a un proceso tan rápido de automatización que las máquinas reemplazarán cada vez más a los trabajadores humanos.
Se calcula que en el 2040 hasta 40% del proceso de producción será manejado por robots. Las máquinas son ahora capaces de resolver problemas planteados por otras máquinas.
La británica Universidad de Oxford prevé que las máquinas y los robots realizarán la labor de casi la mitad de los empleos de EE.UU. en los próximos 20 años. Y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala en su informe ‘El futuro del trabajo en cifras’, que algunos estudios sostienen que el 47% de los empleos de Estados Unidos están sujetos a sustitución, así como 39% en Alemania y 35% en Gran Bretaña.
“El hecho indiscutible es que la estructura ocupacional cambiará y las tareas requeridas para llevar a cabo el trabajo también cambiarán. La sustitución puede significar la destrucción de ciertos empleos, pero no la destrucción del empleo”, según la OCDE.
Esta organización, que agrupa a casi el 20% de los países – aquellos considerados más desarrollados –, en un informe titulado Empleo y desempleo en cifras sostiene que hay más de 40 millones de desempleados en el área de la OCDE. eso representa ocho millones más que antes de la crisis actual, lo que significa un millón de puestos de trabajo perdidos anualmente en los últimos ocho años.
A esto se suma, el hecho de que uno de cada tres puestos de trabajo se considera precario en los países industrializados y que los trabajadores ganan entre 15 y 20% menos que en el año 2009.Pero, estas cifras son vistas positivamente por el sector empresarial, ya que implican una reducción creciente de los costos de producción.
¿Qué hacer con los seres humanos entonces? Los políticos recién empiezan a pensar en la manera de enfrentar este desafío. Una de las fórmulas más de moda es la del ingreso básico, que implica que todos los ciudadanos o residentes de un país reciban regularmente una suma incondicional de dinero, además de los demás ingresos que pudieran recibir.
Según sus defensores, el sistema sería financiado por las ganancias de las empresas públicas. ¿Pero dónde encontrarán los gobiernos los recursos? ¿De qué elementos presupuestarios nacionales se deducirán estos importes?
De esta manera, los ciudadanos se mantendrán con vida, se quejarán menos del fracaso de los gobiernos en la creación de oportunidades de trabajo, mientras consuman lo que producen las empresas.
La desigualdad La concentración. Roberto Savio, fundador de IPS y Other News, en una conferencia en la Academia Diplomática de Chile, mencionó datos impactantes. En 2010, 388 personas acumulaban la misma riqueza que 3 200 millones de personas del planeta. En el 2015 fueron 62.
El empleo. Según la Organización Internacional del Trabajo será necesario crear 600 millones de nuevos puestos de trabajo para el 2030, solo para mantener el ritmo de crecimiento de la población en edad laboral, especialmente del sur.
La Universidad de Oxford prevé que en 20 años, las máquinas harán la labor de la mitad de empleos de EE.UU. Foto: Cortesía
América Latina busca soluciones para la desaceleración económica que amenaza con revertir los avances sociales cosechados. La pregunta principal es ¿cómo lograr un crecimiento sostenido que beneficie a todos los ciudadanos y que no esté a expensas de la variación de los precios de las materias primas o de los vientos a favor en la economía global?
Según el último Reporte de Economía y Desarrollo (RED 2016), publicado por CAF -Banco de Desarrollo de América Latina-, es contar con trabajadores mejor formados que sean capaces de desempeñarse exitosamente en las ocupaciones que requiere el mercado laboral.
Según CAF -Banco de Desarrollo de América Latina-, hoy solo la mitad de los jóvenes latinoamericanos completa la educación secundaria; dos de cada tres estudiantes no cuentan con las competencias matemáticas básicas; 20 millones de jóvenes -el 20% del total- no estudian ni trabajan; casi la mitad de los empleados trabajan en el sector informal.
Bajo este panorama, el RED 2016 recomienda que los esfuerzos que se hagan en la esfera educativa, como dotar a las escuelas de más y mejores recursos, deben estar acompañados de iniciativas públicas que ayuden a las familias a invertir más tiempo de calidad en el desarrollo de sus hijos. “Paralelamente, la conexión del sistema educativo con el mundo del trabajo puede contribuir a mejores decisiones vocacionales y ocupacionales de los jóvenes, a través de proveer formación, información y experiencias que permitan la transición a buenos empleos”.
Pablo Sanguinetti, economista jefe y director corporativo de Análisis Económico y Conocimiento para el Desarrollo de CAF, sostiene que parte de los problemas de productividad en la región tienen que ver con la idea de que los trabajadores no tienen la capacidad requerida para tener trabajos con mayor valor agregado.
El vocero el organismo agrega que los trabajadores, cuando ingresan al mercado, tienen tres habilidades básicas: las cognitivas, que les permite verbalizar, analizar y razonar; las capacidades emocionales que tienen que ver con la relación personal y la responsabilidad; y las habilidades físicas, con la capacidad motora y la salud como ejes. “Creemos que la madurez de la persona es clave, en especial al principio de la etapa laboral”.
Sanguinetti añade que otra clave para tener un mejor capital humano es motivar a los chicos y revisar un ambiente en el que crecen los jóvenes. Además, agrega que las decisiones que las personas toman en sus primeros años de trabajo ayudan a desarrollar determinadas habilidades.
¿Qué tan complicado es desarrollar esas habilidades? Sanguinetti considera clave que los programas públicos aseguren esa suerte de entrenamiento. En la región, añade, es común ver niños que llegan a la escuela con deficiencias. “Es evidente las diferencias del desempeño al analizar a la población por ingresos económicos. Los quintiles más pobres están muy atrasados en desarrollo cognitivo comparado con niños de familias de altos ingresos”.
Parte de la solución también está en las empresas privadas, dice el director corporativo de Análisis Económico y Conocimiento para el Desarrollo de CAF. “En una empresa formal, pueden acumular una serie de habilidades técnicas y personales. Además, la relación con otros profesionales siempre es una fuente de aprendizaje”.
Pablo Sanguinetti, de CAF (Banco de Desarrollo de América Latina). Foto: cortesía CAF-Banco de Desarrollo de América Latina
La Asamblea Nacional aprobó hoy la Ley de Promoción del Trabajo Juvenil, Regulación Excepcional de la Jornada de Trabajo, Cesantía y Seguro de Desempleo, en un día en que sindicatos opositores, que advierten de precarización del empleo, han llamado a una protesta contra esa normativa.
La mayoría oficialista del Legislativo ecuatoriano aprobó este 17 de marzo del 2016 la nueva ley impulsada por el Gobierno que, entre otras cosas, garantiza un seguro de desempleo, una licencia sin sueldo por nueve meses para madres y padres por maternidad, incentivos para el empleo juvenil y regulación para las pasantías.
Asimismo, permite la prolongación y reducción de las jornadas laborales bajo acuerdo mutuo entre trabajadores y empleadores y tras la autorización del Ministerio de Trabajo, en condiciones especiales y por tiempos limitados.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, resaltó la aprobación de la ley y restó importancia a las protestas y críticas de los sindicatos que hoy convocaron a una jornada de movilización en todo el país.
«Se aprobó reforma laboral con 85 votos a favor y 32 en contra» en la Asamblea, escribió Correa en su cuenta de Twitter tras rechazar las críticas de varios líderes sindicales que temen que la nueva normativa termine por precarizar las condiciones laborales.
De su lado, la Asamblea Nacional, en un comunicado, señaló que la nueva ley laboral incorpora una disposición transitoria que favorece a los ciudadanos que se hayan quedado sin empleo desde inicios de este año hasta antes de la vigencia de la Ley. «Ellos podrán acogerse al seguro de desempleo que será financiado por el Estado«, precisa el escrito.
La ley también brindará mayores «beneficios para los padres y madres de hijos recién nacidos tanto biológicos como adoptados», pues les permite, de manera voluntaria, acogerse a una licencia por nueve meses sin remuneración y mantener la estabilidad sobre sus empleos.
Sobre la jornada reducida o extendida de trabajo, el comunicado de la Asamblea enfatiza que esta modalidad requiere «el consentimiento expreso y por escrito de las partes», trabajadores y empleadores, y que tendrán limitaciones y un carácter temporal.
La reforma laboral ha sido criticada por sindicatos de oposición, que ven el peligro de precarización del trabajo y aseguran que se carga sobre los trabajadores el peso de la crisis económica que vive el país.
El Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la mayor central obrera del país, convocó hoy a una movilización nacional para oponerse a las reformas laborales y promover una alternativa «anticrisis».
Mesías Tatamuez, uno de los máximos dirigentes del FUT, aseguró recientemente que los sindicatos sugieren que se reduzcan en el 50% los sueldos de los empleados públicos, incluidos ministros y diputados que ganen más de USD 3 000 al mes, para fomentar el ahorro y mejorar las finanzas fiscales.
También que la banca rebaje las tasas de interés y que multinacionales, como las telefónicas, que han obtenido ganancias récord en los últimos años, contribuyan con un 10% adicional para afrontar la crisis.
Asimismo, Tatamuez propuso al Gobierno que declare una moratoria de un año al pago de la deuda exterior del país.
Según el dirigente sindical, así se repartirá el peso de la crisis entre todos los sectores, a diferencia de la reforma del Gobierno que, según él, carga las dificultades económicas sobre los hombros de los trabajadores.
La Asamblea Nacional aprobó las reformas a la Ley Laboral que incluye el seguro de desempleo y la licencia para las madres y padres que deseen cuidar a sus hijos durante 9 meses. Foto: Eduardo Terán/ LÍDERES
Con menos horas de trabajo, el empleado debe buscar opciones para estar en actividad. Expertos en gestión humana creen que entre las opciones están conseguir otro trabajo, emprender o capacitarse en talleres cortos.
Quedarse en casa esperando a que se cumpla la ‘jornada normal de trabajo’, no es la mejor opción para quienes deberán enfrentar el ‘paro parcial’ en sus empresas. El Gobierno pretende incluir dicha figura en el proyecto de Ley reformatoria del Código del Trabajo que enviará a la Asamblea, con el carácter de económico urgente, cuando termine la vacancia legislativa (29 de febrero).
Este mecanismo implica que las empresas que demuestren que se encuentran en crisis, cumpliendo con las condiciones que detalle el articulado, podrán reducir su jornada de trabajo hasta en el 50%.
Con menos horas de trabajo y, por ende, menor sueldo, la mejor alternativa, según Wilson Araque, director del Área de Gestión de la Universidad Andina, es buscar un trabajo adicional. “Por los conocimientos y experiencia que tenga el trabajador, puede tener una actividad complementaria que le ayude a redondear sus ingresos”.
El especialista cree que cuando entre en vigencia la norma, lo más probable es que también aparezcan oportunidades de empleo por horas. Con ello concuerda Eddy Troya, titular de la consultora de talento Human Plus.
Con esta situación no solo se abren oportunidades para el trabajador que quedó con más horas libres, sino también para otras personas que por diferentes condiciones no tienen mucho tiempo para dedicarse a una actividad laboral, como las amas de casa o los ciudadanos que ofrecen sus servicios profesionales.
Actualmente, según las colocadoras de empleo de Quito, no existen muchas posibilidades para hallar posiciones a medio tiempo. Pero las empresas pudieran ver la legalización de la jornada reducida como una alternativa para emplear gente en tareas cortas.
Para los jóvenes que estudian y trabajan también es una buena opción, ya que les permitirá equilibrar sus actividades. Sin embargo, la formación no solo es una posibilidad para este segmento.
El trabajador obligado a laborar menos tiempo, en el caso de contar con recursos, podría capacitarse en diferentes áreas. “Que sean cursos rápidos. Dadas las condiciones coyunturales no se debe pensar en carreras de pre grado o técnicas que puedan durar más de tres años. El trabajador debe perfeccionar sus habilidades o desarrollar nuevas que puedan aplicarse pronto”, dice Troya.
Otra alternativa para quienes tengan una menor carga laboral es desarrollar un emprendimiento. Araque indica que la persona que impulsa un negocio y aún labora en relación de dependencia, solo puede estar atento al negocio en sus horas libres. De ahí que “debe buscar una persona de extrema confianza que se haga cargo, cuando este no se encuentre”.
Araque recomienda, además, que las personas en esta situación, dependiendo del tamaño del emprendimiento, instalen un software que permita detectar las ventas efectivas. Con eso se llevará un control de comercialización y pago de proveedores.
Emprendimientos novedosos, además, están vinculados con desarrollos tecnológicos o de idiomas. Estas áreas han sido catalogadas dentro del Foro Económico Mundial como las que generarán los empleos del futuro.
Para Rafael Portilla, gerente general de Navent, firma que aglutina a Multitrabajos, a pesar de que por ley se reduzca la jornada de trabajo es complicado que las empresas la apliquen, porque impactará en su productividad, sobre todo en las áreas de servicios.
Él dice que la aplicación de esa figura significa un impacto fuerte para los trabajadores, porque -con base en los resultados obtenidos por la colocadora que representa- se observa que no hay nuevas contrataciones en las empresas.
En este último caso es difícil que una persona halle un trabajo adicional con facilidad. “No es imposible, pero tampoco es una constante. Además, la competencia en el mercado laboral es amplia”.
El experto añade que los sectores que todavía contratan personal están los de servicios, seguros, producción y venta de artículos de consumo masivo; además, firmas de ropa, cadenas de comida rápida y alimentos, entre otros.
Los cargos que más se demanda son operativos: para producción, trabajo en planta, inspectores de siniestros, cajeros, servicios de limpieza, supervisores, encargados de cuentas, etc.
El trabajador que busca un trabajo adicional, sin embargo, debe tomar en cuenta la posibilidad de que la empresa no establezca un horario constante y, por lo tanto, no pueda establecer jornadas complementarias. En ese caso, difícilmente podrá buscar un nuevo empleo por las complicaciones que traería ajustarse a los turnos.
Las empresas tendrán la posibilidad de acogerse al denominado ‘paro parcial’, siempre y cuando cumplan las condiciones que establezca la Ley. Así lo anunció el ministro de Trabajo, Leonardo Berrezueta, en una explicación que hizo sobre los temas que se incluirán en el proyecto de reforma laboral que tiene previsto enviar el Ejecutivo a la Asamblea Nacional.
El anuncio se dio en el marco de la firma del convenio de cooperación interinstitucional entre esta Cartera de Estado y la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt).
El funcionario explicó que a través del paro parcial, figura que se incluirá en el proyecto reformatorio del Código del Trabajo, las empresas podrán reducir hasta en el 50% la jornada de trabajo y se pagará a los empleados conforme a las horas efectivas de labor. Sin embargo, el aporte a la seguridad social se pagará con base en el salario real y del monto total a cancelar estará a cargo el empleador. El mecanismo podrá aplicarse por seis meses con posibilidad a ser renovados, por una sola vez.
Berrezueta señaló que a través de estos procesos, el Gobierno no se está encaminando hacia la flexibilización laboral. “No habrá reducción de sueldos, no hay un incremento de horas de trabajo, no son medidas neoliberales”.
El funcionario también explicó otros mecanismos que se aplicarán como parte de las reformas laborales. Así, dijo que se busca regular la contratación de jóvenes de 18 a 24 años y establecer normas como el subsidio, por parte del Estado, de la seguridad social de estos trabajadores.
También habló sobre la posibilidad para que las empresas ajusten sus jornadas de trabajo con más horas en menos días, siempre y cuando exista, por escrito, la aceptación de patronos y empleados. La idea es que el horario se adapte al ciclo de producción de una empresa, pero la idea es seguir laborando 40 horas semanales.
El Ministro indicó que se seguirán pagando horas extras. Asimismo, señaló que los trabajadores tienen derecho a 48 horas de descanso semanales.
Previo a estas declaraciones el funcionario firmó el convenio con Senescyt, a través del cual los estudiantes de institutos técnicos y tecnológicos superiores públicos podrán utilizar las instalaciones del Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesionales (Secap) para capacitarse.
René Ramírez, titular de Senescyt, indicó que a través de este convenio se logrará que se amplíe la oferte de educación y capacitación en carreras técnicas. Para este año, explicó, se espera que los cupos en estas áreas pasen a 9814 a 19 400. Esto con el aumento de 9586 plazas en diferentes entidades de formación.
El funcionario manifestó, también, que el Gobierno está invirtiendo USD 308 millones en desarrollo y mejoramiento de institutos técnicos y tecnológicos públicos.
René Ramírez, titular de Senescyt, indicó que a través de la reforma laboral se logrará que se amplíe la oferte de educación y capacitación en carreras técnicas. Foto: Archivo
Un total de 2,7 millones trabajan en la informalidad en Ecuador, según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
La encuesta de empleo, publicada el 16 de julio, establece que del total de personas con empleo en el país (7 098 584), el 39,31% está en condiciones de informalidad.
La proporción de trabajadores en el sector informal en junio del 2014 fue de 38,89%, menos de un punto porcentual que este año.
Los informales, según la entidad, son quienes trabajan para o constituyen una empresa que no tiene Registro Único de Contribuyentes (RUC) o que no tributa bajo el Régimen Impositivo Simplificado Ecuatoriano (Rise).
Desde junio esta es la única condición para determinar a los empleados bajo esta categoría. Para ello se basaron en el mecanismo de medición de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Para Miguel Ángel González, experto en recursos humanos y presidente alterno de la Cámara de Comercio de Guayaquil, es necesario tomar en cuenta que no todas las personas que tienen un RUC laboran en condiciones de estabilidad y seguridad, que son características del sector formal.
En América Latina, según un informe de la OIT, hay 130 millones de personas en la informalidad. La entidad resume esta condición como un agudo déficit de trabajo poco decente. El estudio revela que las personas que se encuentran en la informalidad están expuestas a condiciones de trabajo inseguras, tienen pocas oportunidades de formación, ingresos irregulares, jornadas de trabajo más extensas, no obtienen los beneficios laborales y no todos acceden a la seguridad social, etc.
“Se trata de una situación altamente vulnerable, porque el trabajo en la economía informal está efectivamente fuera del alcance de la legislación”, cita la entidad.
Miguel Ángel González hace énfasis en que es necesario que el sector público y privado trabajen para generar nuevas plazas de empleo. “Eso se logra con más inversión”, señala.
La informalidad laboral en la región no es homogénea. En países con una alta renta per cápita como Brasil, Panamá o Chile es menor que en Centroamérica. Pero esta condición está arraigada en el Ecuador y la región por varios factores.
Aunque la afiliación de las empleadas de servicio doméstico a la seguridad social constituyó un paso importante en la formalización laboral en el Ecuador, en sectores como el comercio y la construcción, hay pendientes.
Las ramas de actividad con mayores tasas de empleo informal en la región son la construcción y el comercio.
González sostiene que la falta de oportunidades laborales obedece al entorno económico en las grandes ciudades que son las más pobladas y con mayor migración rural, pero también inciden los niveles de educación. A menor educación peores condiciones laborales. El informe de la OIT también reporta que dos de cada tres empleados informales tienen baja instrucción.
Otra traba para la formalización de negocios son los costos que implica. Andrés Briones, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios, menciona que la tramitología y el papeleo que implica formalizar un negocio desanima a los emprendedores.
Según la OIT, para el 2013, las mayores tasas de informalidad se observaron en los trabajadores independientes. A estos le siguen los domésticos y los de las microempresas con menos de 10 trabajadores. Los jóvenes y las mujeres son los que enfrentan más informalidad.
Para Wilson Araque, director del Área de Gestión de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), es básico que se creen políticas públicas para mejorar las condiciones laborales que enfrentan estas personas. Eso, sumado a capacitaciones que les permitan mejorar sus competencias.
“Un aspecto es el de la tributación. También deben conocer técnicas de venta, contabilidad básica, manejo de los alimentos con base en condiciones de salubridad. Muchos de estos aspectos no los cumplen”, dice Araque.
Carlos Castellanos, presidente de la Confederación Unitaria de Comerciantes Minoristas y Trabajadores Autónomos del Ecuador (Cucomitae), asegura que en Quito existen exigencias establecidas por el Municipio para los trabajadores informales.
En Quito, calcula, hay alrededor de 100 000 personas en condiciones de informalidad. El 75% se dedica a la venta de alimentos o productos manufacturados y el restante a mercancías varias.
Castellanos explica que un número reducido de los trabajadores autónomos de la capital no cumple con los requisitos legales municipales o tributarios, ya que la mayoría pone en marcha al menos, una de las regulaciones.
Caracterización La mayoría de empleados informales está casada
La mayoría de los trabajadores, que forman parte del sector informal en el Ecuador, es jefe de hogar, está casado o en unión libre, tiene instrucción primaria o secundaria y vive en Guayaquil. Esas características fueron determinadas por la consultora Advance de Cuenca, de acuerdo con los datos de junio pasado, divulgados por el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC).
Para Silvia Maldonado, de Advance Consultora, la mano de obra que está clasificada en esta categoría tiene otras características vinculadas con su ubicación geográfica. Por ejemplo, el 49% vive en la zona urbana y el resto en la rural. En este último sector, el 53% de los enrolados en los empleos informales es mujer. En las ciudades, en cambio, la mayor cantidad es hombre con el 51%.
Según el director Ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo, Andrés Robalino, las empresas que están vinculadas con el sector informal, principalmente, están enfocadas a las actividades como licores, confecciones y textiles, agricultura, productos artesanales o tecnológicos y contrabando por las fronteras terrestres. “Sus dueños contratan personas que no pueden acceder a un trabajo formal, pero requieren ingresos para mantenerse”.
Para el representante de este gremio con sede en Cuenca, la informalidad es una importante amenaza para las empresas que cumplen la Ley, porque no pagan impuestos, no capacitan a sus trabajadores. Además, no se conoce si tienen menores de edad o no cuentan con mano de obra calificada que demandaría un mayor sueldo. Ni siquiera se conoce si pagan, por lo menos, el sueldo básico o cumplen las 40 horas de trabajo que están establecidas en la normativa del Ecuador.
El director de Coloaustro Abogados, firma que asesora en el ámbito laboral, Galo Cárdenas, señala que en esta categorización también se puede incluir a las personas que no tienen un patrono como son los comerciantes ambulantes, los vendedores a consignación e, incluso, los obreros de la construcción que cumplen un trabajo puntual de pocos días y, pese a la regulación, no son afiliados al Instituto de Seguridad Social ni tienen un contrato.
Para Cárdenas, debido a la falta de empleo formal en el Ecuador tuvieron que enrolarse en el sector informal sin la prevención de los riesgos de trabajo y sin garantía de un contrato. Allí, están las personas que no cuentan con experiencia por su juventud y quienes tienen más de 40 años y perdieron su trabajo por varios factores, agrega Cárdenas. “A veces, por tener esa edad no son contratados en el sector formal. Hasta encontrar un empleo adecuado buscan cualquier forma de sobrevivencia, como ser vendedores sin una relación formal de dependencia”.
Cárdenas señala que hay quienes prefieren esta opción en lugar de iniciar su emprendimiento por el miedo al fracaso y por la falta de incentivos. De acuerdo con lo observado, señala Cárdenas, al inicio estas personas laboran en jornadas cortas, pero conforme pasa el tiempo y no pueden formalizarse extienden sus horas de trabajo. “Hay quienes también optan por afiliarse al seguro voluntario del IESS, para protegerse para su vejez o atención médica”.
Condiciones
Los ingresos son menores e irregulares
Las condiciones de los trabajadores del sector informal son más difíciles que el resto de los empleados. Sus ingresos son más bajos, irregulares y variables en contraste con la estabilidad del sector formal.
De acuerdo con el documento ‘Panorama Temático Laboral. Transición a la formalidad en América Latina y el Caribe’, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) este tipo de trabajadores además tienen jornadas más extensas, por lo cual la hora remunerada tiende a ser menor. Esto además los ubica entre los estratos sociales más vulnerables.
Según el documento de la Organización, el quintil más pobre en la región tiene la mayor tasa de empleo informal (72,5%). Este porcentaje va disminuyendo mientras más aumenta el ingreso. De esta manera, en el quintil más rico solo el 29,8% de la tasa de empleo es informal. LÍDERES pidió al Instituto de Estadística y Censos (INEC) el promedio actualizado de ingreso mensual de los trabajadores informales, pero no tuvo respuesta hasta el cierre de esta edición. Sin embargo, de acuerdo con el reporte trimestral del mercado laboral urbano del Banco Central de junio del 2014, los trabajadores que laboran por cuenta propia son los que menores ingresos perciben respecto a otro tipo de trabajadores, como los asalariados (quienes trabajan en relación de dependencia), y los patronos (quienes son dueños de una empresa). Los trabajadores por cuenta propia son los que desarrollan su actividad utilizando su trabajo personal aunque pueden estar ayudados por familiares no remunerados.
En este grupo se pueden encontrar los trabajadores informales siempre que no tengan RUC, según la metodología del INEC.
Los datos del Banco Central dicen que los trabajadores por cuenta propia tuvieron una renta primaria mediana mensual (ingreso laboral monetario o en especies) de USD 250 en junio del 2014. Es decir, USD 90 menos que el salario mínimo vital para ese año.
Y en años pasados fue menor. Entre el 2008 y el 2013 osciló entre los USD 150 y 230, para los meses de junio.
El consultor en temas laborales y exsindicalista, Diego Cano, aporta que el ingreso de los trabajadores informales es en general de subsistencia. Este tipo de trabajador no puede acogerse a las regulaciones sobre remuneraciones mínimas ni seguridad social, sino que vive el día a día para sustentar las necesidades de su familia sin estabilidad ni vacaciones ni otro tipo de derechos.
Añade que en el país hay mucho que hacer respecto a este tipo de trabajadores y que estas acciones no se pueden limitar a llevarlos a la formalidad a través del pago de tributos. “No se trata de llevarlos a la formalidad únicamente en el tema del pago de impuestos”.
Según Cano, se deben crear condiciones justamente para que sus remuneraciones mejoren y accedan a los derechos laborales.
Pero no todos los trabajadores informales tienen ingresos por debajo del mínimo. De acuerdo con datos expuestos en la XVIII reunión regional de la OIT, en Lima, el año pasado, hay personas que trabajan en negocios que no están registrados como tales y por ello no pagan impuestos, pero pueden tener altos sueldos.
Desigualdad
Mujeres y jóvenes son los sectores más vulnerables
Los sectores más vulnerables del mercado laboral, mujeres y jóvenes cuentan con las tasas más altas de trabajo informal en la región. Según el reporte de la Oficina Regional de la OIT del 2015, el 53,7% de las mujeres en el mercado laboral trabaja en condiciones de informalidad. A pesar del masivo ingreso de las mujeres a la fuerza de trabajo, su mayor nivel educacional y el significativo aporte que realizan a la manutención de sus familias, aún persisten fuertes patrones de desigualdad de género en América Latina y el Caribe.
Así también, las altas tasas de desempleo y el trabajo informal afectan a cerca de 56 millones de jóvenes que integran la fuerza laboral en América Latina.
El informe dice que en la región, la tasa de desempleo de los jóvenes entre 14 y 25 años es tres veces más alta que la de los adultos.
Mariela Pozo, docente de la Pontificia Universidad Católica, señala que estas estadísticas representan un reto para el Estado, que debe procurar fomentar políticas de igualdad. “La discriminación en el trabajo atenta contra los derechos fundamentales del trabajador”, indica. Para las mujeres, de acuerdo con el estudio, las cifras son alarmantes puesto que en los últimos años la tasa de participación de este sector en la fuerza laboral llegó al 49,5% y la tasa de ocupación de este grupo al 45,5%.
“Este crecimiento también está estrechamente relacionado con la cantidad de madres solteras. Solo en el Ecuador el INEC identifica unas 300 000 mujeres en esta condición”, indica Pozo. De igual manera, los puestos de trabajo juvenil disponibles en Latinoamérica son informales. En la actualidad, seis de cada 10 nuevos trabajos disponibles se encuentra en condiciones informales, lo que afecta a 27 millones de jóvenes.
Carlos Puentes, especialista en Talento Humano, señala que el principal problema que aqueja a los jóvenes latinoamericanos es la precariedad y la mala calidad del empleo al que tienen acceso.
Así también una de las alarmas principales es el potencial de trabajo que no se aprovecha. Cerca de 20 millones de jóvenes prefieren quedarse en sus casas sin ocupación ni estudios. En Ecuador, el desempleo juvenil alcanza el 11%, dato que muestra un par de puntos menos al promedio de América Latina.
A pesar de que el porcentaje de desempleo es bajo, el Ministerio del Trabajo ha desarrollado programas como la “Red Socio Empleo, Mi Primer Empleo y Más Jóvenes al Empleo”.
De este último se han beneficiado 300 jóvenes en condiciones vulnerables, que pudieron acceder a conocimientos técnicos gestión de bodegas, gestión de ventas, servicio al cliente, hospitalidad, entre otros. Así también, según datos del INEC, el 65,87% de las mujeres tiene un empleo inadecuado. Esta tasa es un 16% más baja que la de los hombres.
A pesar de esto, la cantidad de mujeres involucradas a fases tempranas de emprendimiento en Ecuador, según el Global Entrepreneuship Monitor (GEM), fue mayor que la de los hombres: 54% y 46% respectivamente. De acuerdo con este estudio, el país lidera el ‘ranking’ en la región.
Esta mayor incursión femenina en el emprendimiento se debe principalmente a la necesidad.
La encuesta de empleo establece que del total de personas con empleo en el país (7 098 584), el 39,31% está en condiciones de informalidad. Foto: Archivo/ LÍDERES.