Etiqueta: local

  • Con productos ecológicos atienden el mercado local

    Patricia González (I)  patriciag@elcomercio.com

    Relacionadas

    Tomás Rodas y Juan Marcelo Vidal son amigos desde la niñez, tienen 23 años y son estudiantes de la Universidad del Azuay, en Cuenca. Cursan su último año de carrera: Rodas en Estudios Internacionales y Comercio Exterior, y Vidal en Derecho.

    El gusto por los negocios y el comercio los impulsó a emprender, comenta Marcelo. Y, también, el interés por resolver problemas actuales con opciones que resulten innovadoras, añade Tomás.

    Fue así como luego de investigar y hacer distintas pruebas, identificaron el problema de los plásticos de un solo uso y la necesidad del mercado de tener opciones de envases ecológicos para alimentos.

    En octubre del 2018 desarrollaron su primer producto mínimo viable: un plato de hoja de palma Areca, de 10 pulgadas de diámetro, con el que nació Ecompake.

    El emprendimiento requirió de una inversión de USD 10 000. Durante los primeros meses, la firma cuencana fabricó sus platos, con una prensa semiautomática.

    Los primeros puntos de venta fueron tiendas de productos orgánicos y ecológicos. Desde un comienzo dieron impulso a la venta directa, a través de redes sociales.

    En el primer trimestre del 2019 comenzaron a ingresar a los supermercados. El volumen de producción que les demandaban sus nuevos clientes los obligó a tercerizar la producción en el exterior, desde julio del pasado año. Actualmente, sus productos son fabricados por tres proveedores de Asia, lo que les ha permitido abarcar el mercado nacional e incrementar su portafolio.

    Comercializan 19 ítems de productos. En hoja de palma tienen platos cuadrados en diferentes tamaños, bandejas y ‘bowls’. En fibra de bambú, platos redondos y envases con tapa para ‘delivery’. La línea de bambú la lanzaron recientemente al mercado.

    Tanto los productos de palma como los de bambú son 100% naturales y compostables en casa, colocándolos al fondo de una maceta con tierra, aseguran los fundadores de la marca. Los de palma son, además, reutilizables.

    Tomás Rodas y Juan Marcelo Vidal, cofundadores de la marca de productos ecológicos Ecompake, con sede en la ciudad de Cuenca.
    Tomás Rodas y Juan Marcelo Vidal, cofundadores de la marca de productos ecológicos Ecompake, con sede en la ciudad de Cuenca.

    La firma también vende cubiertos de madera reciclada. Por último, en la línea de higiene personal, ofrece hisopos de hoja de bambú y algodón orgánico.

    Al año importan cerca de 1 millón de unidades de cubiertos de madera, 600 000 de productos de palma y unas 20 000 cajas de 200 unidades de hisopos. En platos y envases de bambú, proyectan 1,2 millones de unidades.

    Sus platos y bandejas se venden en ‘six pack’. Los precios varían de acuerdo a los modelos, tamaños y materia prima. Los de bambú son más económicos, puesto que el proceso de elaboración es menos artesanal y trabajoso que los fabricados con base de palma.

    Los productos se venden empacados en cajas de cartulina de bagazo de caña de azúcar, biodegradable, que les provee la Imprenta Grafisum. “Nos ha ido muy bien. Trabajamos con ellos desde sus inicios”, comenta John Durán, gerente general de la imprenta.

    Actualmente, están en más de 115 puntos de venta, entre cadenas de supermercado y farmacias, supermercados locales, restaurantes, cafeterías, tiendas de productos orgánicos, entre otros.

    Café Bucay, en Guayas, sirve los productos de su cafetería en platos de palma y cubiertos de madera de Ecompake. “Nos encantan sus productos. Son muy lindos y amigables con el ambiente”, comenta José Luis Guerrero, propietario del establecimiento. Al mes le compran unas 3 000 unidades.

    Oahu Açai Bar vende sus helados saludables con frutas con las cucharas de madera de la empresa cuencana. “Nos ha ido muy bien, cumple nuestras expectativas”, dice Carolina Dvorquez, propietaria del negocio, con locales en Guayaquil y Salinas.

    Lucía Vernaza es distribuidora de los productos de la empresa ecológica en Esmeraldas, donde se encuentran en la tienda en línea Afrobambú, junto a otros productos alternativos al plástico. “Han tenido una buena acogida”, comenta Vernaza, quien próximamente surtirá de los productos de Ecompake a una bolonería.

    La pequeña empresa, que facturó el pasado año USD 80 000, participa junto a otras pymes en un proceso de selección de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI) para ingresar a Panamá, de la mano de Grupo Rey.

    ‘He aprendido a cuidar más el ambiente’
    Catalina Quezada / Administradora
    Tengo 53 años y soy Ingeniera en marketing. Trabajé para el área de importaciones y compras nacionales de tres empresas de la familia Rodas, durante 16 años. Luego, continué como asesora independiente, en las mismas áreas. Había un vínculo de amistad con Tomás, porque laboré para las empresas de su padre. Al principio comencé a ayudar a Ecompake externamente y luego como contratada. Me encargo de la administración, les ayudo con contactos de posibles clientes y les colaboro con la parte logística de las importaciones, con la nacionalización y el transporte a las bodegas. En las mañanas trabajo en la oficina y en las tardes, de ser necesario, hago teletrabajo. Ha sido una experiencia muy enriquecedora, me gusta ver que cada día se va haciendo realidad el proyecto en el que empezaron a trabajar como un deber universitario. Me han enseñado a cuidar el ambiente con pequeñas acciones en la oficina, como no botar plásticos, reciclar y reutilizar. Buscamos ser ejemplo. Lo más retador ha sido reeducarme con ellos en el tema ecológico.

    Rubén Chimborazo y Ramiro Jara, trabajadores de Ecompake, embalan los productos en la bodega de la empresa para su distribución a los clientes. Fotos: Xavier Caivinagua / LÍDERES
    Rubén Chimborazo y Ramiro Jara, trabajadores de Ecompake, embalan los productos en la bodega de la empresa para su distribución a los clientes. Fotos: Xavier Caivinagua / LÍDERES
  • La industria tecnológica local se desarrolla durante la pandemia

    Giovanni Astudillo. Editor (I) redaccion@revistalideres.ec

    Relacionadas

    La pandemia del covid-19 generó una crisis económica, pero para la industria vinculada con la tecnología representó una oportunidad. En Ecuador, por lo menos nueve empresas del sector se crearon en este tiempo, de acuerdo con Radar Tech Startup, que es una publicación de BuenTrip Hub, que se presentó este mes.

    Cinco firmas están relacionadas con el comercio electrónico, dos con asesoría legal y dos en recursos humanos. En este radar están registradas 243 firmas.

    Según el director ejecutivo de la Cámara de Innovación y Tecnología Ecuatoriana, Juan Sebastián Salcedo, las firmas de desarrollo de software y, en general, de tecnología han tenido un crecimiento este año en Ecuador.

    “Hay empresas nacionales de tecnología que lograron consolidarse y han tenido meses récord como Tipti, Rappic, Kushki…, que además contratan a otras firmas y generan empleo, lo que es importante en esta crisis”, dice Salcedo.

    Antes de la pandemia, este gremio tenía 180 afiliados. Ahora son más de 200 y cada semana, en promedio, se incorporan dos.

    El 2019 se estima que la industria de la tecnología de la información facturó USD 642 millones, con un crecimiento anual promedio del 6% desde el 2016, señala Salcedo.

    Para este año aún no existe la proyección. Según él, las empresas relacionadas con el comercio electrónico y botones de pago crecerán más por la mayor demanda de sus clientes, debido a la nueva normalidad que generó la pandemia. Pero otras vinculadas con el turismo, restaurantes y sector público tendrán un decrecimiento por la crisis de esos sectores.

    La demanda de soluciones tecnológicas también creció, en ámbitos como recursos humanos y contables, salud y educación, por lo que hay nuevos emprendimientos y otros se consolidaron, cuenta Salcedo. Cita ejemplos como Simec, que es un sistema médico que provee servicios de historias clínicas electrónicas, gestión de citas médicas, telemedicina, georreferenciación, entre otros.

    Infografía Líderes
    Infografía Líderes

    En el caso de educación, él destaca a sistemas ecuatorianos como Nikareno e Idukay.
    Javier Mejía es presidente del Clúster Cuatro Ríos Tecnologías de Cuenca, que agrupa a ocho empresas de base tecnológica, que desarrollan software para la gestión de gobiernos autónomos descentralizados, administración educativa, automatización de procesos y flujos de trabajo, inteligencia artificial, analítica de datos y atención al cliente, servicios médicos, entre los más destacados.

    Según él, por la pandemia aumentó la demanda de sus productos y se requieren más servicios, por lo que hicieron nuevos desarrollos para atender las necesidades como automatización de procesos, mejoras en el gobierno electrónico para facilitar trámites y pagos, chatbot, entre otros.

    “Hubo empresas tradicionales que antes no veían a la tecnología como algo prioritario o no estaban dentro de sus planes y presupuestos invertir en tecnología y ahora tuvieron que hacerlo, por ello creció la demanda”. Mejía dice que las ventas de los socios del clúster subieron hasta 20% y fue un crecimiento mayor a las proyecciones que tenían a inicios de este año.

    Sin embargo, Mejía considera que aún hay ejecutivos de empresas que mantienen su concepto tradicional y piensan que luego de la pandemia las cosas volverán a la antigua normalidad y “no es así”.

    Por ello, su clúster realizará campañas de difusión y colaboración entre sus miembros para fortalecer la inclusión tecnológica para las micro y pequeñas empresas, cuyos representantes creen que son inversiones altas.

    El director general de la Cámara Ecuatoriana de Comercio Electrónico, Leonardo Ottati, asegura que las empresas que quieren subsistir y adaptarse al cambio han invertido, o tienen que hacerlo, en el desarrollo de soluciones tecnológicas para ofrecer sus productos o servicios. “El consumidor poscovid-19 es muy diferente al precovid-19. Ahora, quienes más tienen que cambiar son las empresas y deben hacerlo a través de tecnología”.

    Durante los últimos cinco meses, el segmento tecnológico vinculado al comercio electrónico fue el de mayor crecimiento. Otatti dice que con la cuarentena hubo una hiperaceleración del canal en línea, por ser la única opción o por seguridad. Hubo un cambio de hábito, no solo en compras sino en educación, servicios…

    El 2019, el comercio electrónico local generó ventas por USD 1 600 millones; en el 2020 superará los 2 000 millones. “Es un crecimiento muy importante porque se debe considerar los sectores que antes eran los que más dinamizaban este tipo de transacciones como turismo, entretenimiento, pasajes aéreos, ahora, son los más deprimidos y otros crecieron”.

    Las empresas relacionadas con la creación de soluciones digitales para el comercio electrónico, botones de pago, educación, salud, contabilidad y administración son las que más crecieron durante este año. Foto: Freepick.es
    Las empresas relacionadas con la creación de soluciones digitales para el comercio electrónico, botones de pago, educación, salud, contabilidad y administración son las que más crecieron durante este año. Foto: Freepick.es
  • Prótesis robótica local de bajo costo

    Redacción Sierra Centro (I)redaccion@revistalideres.ec

    Relacionadas

    La prótesis que diseñaron los docentes de la carrera de Mecánica de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (Espoch) capta los estímulos eléctricos del cerebro y de los músculos para moverse. Es ergonómica, ligera, fácil de manipular y permite a las personas que perdieron sus extremidades superiores hacer gran parte de sus tareas cotidianas.

    La prótesis se fija en la parte externa del muñón del brazo. En la cabeza se colocan sensores que captan las señales electromiográficas que emite el cerebro y así el usuario puede mover los dedos de la mano artificial, para trasladar objetos y cumplir tareas como alimentarse y cepillarse el cabello.

    A diferencia de otras prótesis con funciones similares que ya están en el mercado, el diseño de los académicos riobambeños es menos costoso, por lo que es accesible para las familias de clase media y baja del país.

    Una prótesis con control de dedos puede costar entre USD 20 000 y 60 000 en el mercado, mientras que el valor estimado de la prótesis de la Espoch es de USD 3 000. El bajo costo se debe la naturaleza de ayuda social del proyecto de estos académicos.

    El prototipo es el resultado de una investigación que se inició en el 2015. En un inicio el equipo de docentes se reunió para diseñar un guante de seguridad para trabajos de alto riesgo.

    La idea era proporcionar a los técnicos una especie de mano robótica que se guiara con los movimientos de un guante para manipular de forma segura químicos u otros productos que representan un riesgo para el trabajador. Ese proyecto se presentó en un grupo nacional de investigación de biotecnología.

    Ese grupo está integrado por investigadores de varias academias del país. Allí les recomendaron probar su invención con personas que perdieron alguna de sus extremidades y aprovechar el reflejo de ‘miembro fantasma’, para orientar su estudio al diseño de una prótesis para personas con discapacidad.

    Los estudios previos les tomaron cerca de siete meses. Al equipo se incorporaron especialistas en automatización, electrónica, mecánica, diseño, seguridad y administración de empresas. Ellos estudiaron cada detalle del movimiento de la mano y las necesidades de una persona que perdió una extremidad.

    La investigación previa fue minuciosa. Los docentes, incluso, tuvieron que familiarizarse con términos médicos y aprender más de la anatomía humana.

    El brazo robótico para seguridad industrial que diseñaron en un inicio evolucionó hasta convertirse en una prótesis autónoma. Para el 2017 ya habían hecho cerca de 12 prototipos.
    Ese mismo año se empezó una nueva fase de la investigación cuando los docentes recibieron la llamada de Patricia, una joven de 22 años que perdió su brazo derecho en un accidente. Es la primera usuaria del diseño de la Espoch.

    Para colocarle la prótesis, los especialistas tuvieron que hacer nuevos cálculos y una evaluación ergonómica completa. “Hicimos modelos en 3D y varias pruebas de un sistema de control que tiene que calibrarse constantemente a medida que los músculos del brazo se adaptan”, cuenta Juan Carlos Cayán, uno de los investigadores.

    El diseño de la prótesis les acercó a la realidad que viven las personas con discapacidad, por lo que el grupo de investigación también trabaja en el diseño de otros artefactos como caminadoras especiales para pacientes con paraplejia, vehículos para personas con inmovilidad de sus extremidades inferiores, entre otros.

    Los docentes lograron publicar cuatro artículos científicos y asesorar más de una decena de tesis estudiantiles que se hicieron sobre prótesis robóticas. 

    Eduardo García, Carlos Santillán, Jhonny Orozco y Juan Carlos Cayán son parte del equipo de investigación. Cristina Márquez / LÍDERES
    Eduardo García, Carlos Santillán, Jhonny Orozco y Juan Carlos Cayán son parte del equipo de investigación. Cristina Márquez / LÍDERES
  • Los productos montuvios son los más vendidos en este local

    María Victoria Espinosa

    Relacionadas

    Con varios troncos de madera, el manabita Wilmer Saltos construyó un stand para exhibir sus productos en las fiestas de los ganaderos de Santo Domingo, Expogan 2018.

    Él confecciona y vende sombreros manabitas, monturas para caballo, hamacas y demás productos típicos del pueblo montuvio, radicado en Manabí.

    Su negocio se instaló hace ocho años al frente de las instalaciones de la Asociación de Ganaderos (Asogan), en la vía Santo Domingo – Quinindé.

    Los días en los que hay más ventas son los martes y jueves, que coinciden con la feria ganadera. A su local llegan unos 80 clientes en esos días. Por lo general, son finqueros y campesinos en busca de sogas, monturas o sombreros para sus jornadas laborales.

    El aprendió a elaborar esos productos en la zona rural de su natal Portoviejo (Manabí). Pero hace unos 20 años dejó esas tierras para buscar un mejor futuro en Santo Domingo. Ahí trabajó como empleado privado en varias empresas, por más de 10 años.

    Pero extrañaba el campo y a su provincia. Así que de a poco empezó a elaborar productos para recordar sus raíces y de a poco fue vendiéndolos en fincas y los dos años instaló su propio negocio.

    Ahí también ofrece productos manabitas, que elaboran sus amigos artesanos. Una de esas son los bongos y las redes de pesca.

    También vende artesanías y hamacas elaboradas por indígenas de Otavalo (Imbabura).
    Saltos señala que tiene diversidad de productos porque su negocio está en la vía hacia las playas de Esmeraldas y los turistas siempre hacen una para da en ese lugar para comprar algún recuerdo, un sombrero para cubrirse del sol o una hamaca tejida a mano con varios colores para sus viviendas.

    Los martes y jueves las ventas ascienden hasta USD 300 diarios. Otros días de entre semana disminuyen a la mitad.

    Los fines de semana son idóneos para las ventas a los turistas, que varían entre USD 200 y 250.

    Otras de las fechas en las que hay movimiento de ventas son las fiestas de cantonización y provincialización. Eso debido a que en la ciudad se realizan cabalgatas y el artesano aprovecha esos eventos para vender sus sombreros, que pueden costar entre USD 10 y USD 60, dependiendo del material y los adornos.

    Además, aprovecha para participar en las expoferias con todos sus productos. Él decora los estantes con sus productos, globos y espejos para que el comprador escoja los que más les gustan. “Los santodomingueños tienen la costumbre de vestir como vaqueros cada vez que vienen a las ferias de Asogan. Ahí me buscan para venderles”, comenta.

    En esas fechas recibe el apoyo de sus hermanos y amigos. Unos cuidan el puesto y otros recorren la Asogan ofreciendo el producto.

    Ellos también llevan mercadería como sombreros a la Expoferia, que se encuentra en el centro de la ciudad de Santo Domingo.

    En ese lugar solo se venden unos 10 productos diarios, pero para Saltos es una plataforma para dar a conocer sus artesanías a la gente de la ciudad o del campo, que asiste a las festividades de cantonización.

    Wilmer Saltos es el propietario de un local en el que vende productos que utilizan los montuvios en Manabí, como el sombrero y las monturas. Foto: Juan Carlos Pérez para Líderes
    Wilmer Saltos es el propietario de un local en el que vende productos que utilizan los montuvios en Manabí, como el sombrero y las monturas. Foto: Juan Carlos Pérez para Líderes
  • Una vitrina para el palmito local

    Carolina Enriquez

    Relacionadas

    Para la familia Salvador, desarrollar su empresa agroexportadora e impulsar a comunidades campesinas del país son dos cosas que van de la mano.

    Desde hace ocho años la empresa exporta palmito del noroccidente de Pichincha y de Esmeraldas, a través de su compañía Ecuaconservas.

    Ricardo Salvador, uno de los accionistas de la compañía, comenta que su familia tenía propiedades productoras de palmito, ubicadas en el cantón Pedro Vicente Maldonado.
    “Mi hermano estaba acabando su maestría y este fue su proyecto de tesis. Detectamos que había el espacio para entrar en el negocio. Recibimos apoyo financiero familiar y de la Corporación Financiera Nacional e iniciamos el proyecto”, dice Salvador.

    La empresa nació con la idea de exportar porque sabían que en el país la demanda por este producto es baja, a diferencia de mercados como EE.UU., Europa o el Cono Sur. En mayo del 2010 inició con el envío de un contenedor, mientras que ahora son 10 al mes.

    Los palmitos se envían en lata o en frasco, dependiendo del comprador. La compañía industrializa y comercializa dos variedades de tallos: los regulares y los silvestres.

    Cuando arrancó Ecuaconservas esta tenía una hacienda de 80 hectáreas (ha) sembradas de palmito. Poco a poco se amplió la producción en su terreno, pero también sumó materia prima proveniente de otras haciendas del noroccidente.

    El 40% de los tallos regulares que procesan al mes son orgánicos. Una de las plantaciones es la de Santiago Pérez, productor de palmito orgánico. “Trabajamos con la empresa desde que esta nació. Hace más de 10 años yo dejé de usar químicos”.

    Pérez no usa herbicidas, sino que se retira plantas intrusas con machete. Así no se afecta a los hijuelos y el producto es totalmente sano.

    Diego Armijos, jefe agrícola de la empresa, explica que en el mundo existe alta demanda por lo orgánico, en especial en países desarrollados.

    Gracias al uso de este tipo de tallos, Ecuaconservas cuenta desde el 2015 con una certificación orgánica. Asimismo, tiene otras como International Food Estándar, Kosher, entre otros sellos de calidad.

    Esta última es importante debido a que la comunidad judía es una de las principales consumidoras de palmito en el mundo. Incluso, rabinos suelen acudir a la planta de producción para conocer sobre la calidad de los tallos que venden.

    Ecuaconservas exporta el 60% de su oferta a los EE.UU. y el resto, principalmente, a la Unión Europea. También ha colocado producto en Argentina, China, India, Japón, Emiratos Árabes Unidos, entre otros.

    Uno de los problemas que tiene el palmito en el exterior es que los compradores no conocen lo que es. Por eso la compañía considera necesario dar a conocer el producto y con sus ventas se han convertido en una especie de vitrina para el mismo.

    Sin embargo, no solo se quiere que se conozcan los tallos cultivados, sino los silvestres. La producción de estos se realiza en la zona de Borbón, en Esmeraldas, y se trabaja con la comunidad local desde el 2012. “Este proyecto busca que salgan de problemas sociales y tengan una fuente de ingresos fija. El producto silvestre es diferente, sabe diferente. El 100% de estos tallos es orgánico. La producción suele ser bastante irregular”, comenta Salvador.

    Armijos estuvo a cargo del proceso de certificar a los agricultores, reconocimiento vigente desde el 2016. Se trata de unas 50 familias, que también se dedican a otras actividades.
    En la costera Borbón se cosecha los martes y los jueves. Usualmente, recogen 10 000 tallos por día.

    El Ministerio de Comercio Exterior destaca el trabajo de Ecuaconservas, principalmente su política social y ambiental. Incluso, forma parte del catálogo Ecuador Certificado, que fue recientemente publicado.

    La compañía también ha incursionado con productos como las frutas.
    Desde agosto del año pasado hasta la fecha ha enviado a EE.UU. cuatro contenedores de guayabas en conservas. Sin embargo, los directivos de la empresa consideran que pudiera mandarse más frutas, entre las que están babaco, papaya y mango; de estas se ha enviado muestras.

    A futuro la firma busca mantener su producción y también diversificar su oferta. Asimismo, la empresa quiere seguir apoyando a las comunidades productoras de palmito.

    Una imagen de la planta de producción, ubicada en la ciudad de Pedro Vicente Maldonado. Allí acopian y procesan los tallos de las plantaciones. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
    Una imagen de la planta de producción, ubicada en la ciudad de Pedro Vicente Maldonado. Allí acopian y procesan los tallos de las plantaciones. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
  • Fox pone atención en el mercado local

    Redacción Quito

    Relacionadas

    Fox Networks Group Latin America abrió oficina en Quito, hace dos semanas. El objetivo de la cadena es atender las necesidades específicas de afiliados, anunciantes y consumidores en forma directa.

    Carlos Martínez, presidente de Fox Latinoamérica, detalló que el plan de la cadena es crecer en Ecuador. “Queremos hacer un Fox local, un Fox Ecuador. Queremos hablar en ecuatoriano y vamos a mezclarnos con productores de contenido local”, detalló el ejecutivo durante su visita.

    También dio a conocer que la primera parte del plan es tener la oficina propia para estar cerca del mercado y entenderlo. “Vamos a estudiarlo, conocer sus hábitos y poco a poco producir contenido local, empezando por el deporte. Esto es un proceso que tomará de dos a cinco años”, indicó Martínez, quien estuvo en Quito para la apertura de la oficina.

    Según la cadena, Ecuador tiene una población muy joven y eso es bueno porque se lo puede aprovechar. Para Martínez una de las claves del mundo del entretenimiento es estar a la vanguardia de la tecnología. El segundo punto para capturar a los jóvenes es ofrecer contenido de calidad. “Uno de los valores es que estrenamos contenidos para todos los mercados al mismo tiempo. La misma serie o película que se estrena en EE.UU. llega en la misma fecha a los países de la región”.

    La cadena también reveló que existen buenas oportunidades en la generación de contenido deportivo. La idea que tiene Fox es hacer producciones locales en el país de manera asociada. “Somos expertos en romper esquemas, ya lo hemos hecho en la transmisión de fútbol en México”, dijo Francisco Pazmiño, Vicepresidente de Contenido en Fox Sports.

    Presente en 19 mercados en Latinoamérica, entre los que se incluye Ecuador, y con más de 25 000 horas de contenido de producción original al año que incluye series de ficción, reality, deportes y documentales, entre otros, el alcance de FNG Latin America supera los 70 millones de hogares en la región, según un comunicado. Además, la llegada de las marcas de la cadena, en el mundo digital superan los 175 millones de fans.

    Sofía Higuera, VP Senior & General Manager de FOX Networks Group Cono Norte, comentó que Ecuador es un mercado en crecimiento y con un gran potencial. “Estamos muy felices de anunciar la apertura de una oficina propia en el país y de brindar contacto directo y aún más personalizado”.

    La ejecutiva indicó que para que la experiencia de disfrutar de las marcas sea única y a la medida de sus necesidades, se apoyan en un talentoso equipo humano.
    El presidente de la cadena añadió que existe optimismo con la oficina en Quito. “Estamos muy entusiasmados por el buen recibimiento que esta noticia está teniendo en el mercado local”.

    Carlos Martínez, Sofía Higuera y Francisco Pazmiño, ejecutivos de Fox Networks Group Latin America, estuvieron presentes en la apertura de la oficina en Quito, hace dos semanas. Foto: cortesía Fox
    Carlos Martínez, Sofía Higuera y Francisco Pazmiño, ejecutivos de Fox Networks Group Latin America, estuvieron presentes en la apertura de la oficina en Quito, hace dos semanas. Foto: cortesía Fox
  • Esta agencia promueve el turismo local

    María Victoria Espinosa

    Relacionadas

    Cada mes, al menos cinco grupos de turistas visitan la comuna tsáchila Chigüilpe, ubicada en Santo Domingo.

    La agencia de viajes Equinoccial Touring es la encargada de conseguir a turistas locales y nacionales para que conozcan las tradiciones y costumbres de la nacionalidad.

    Cada recorrido se hace en una chiva para que el turista pueda observar los otros atractivos que tiene Santo Domingo como piletas y monumentos.

    Édison Enríquez, socio de Equinoccial Touring, cuenta que la agencia nació hace cuatro años cuando él y su ahora socio, Byron Toctaguano, egresaron de la carrera de Administración Turística y Hotelera.

    Él recuerda que buscaban un trabajo que les permitiera innovar y a la vez ejercer su profesión. Así que lo primero que hicieron fue analizar la realizad del turismo en la provincia de los tsáchilas.

    Ese análisis arrojó que no había agencias que le apostaran por completo al turismo local con enfoque a la interculturalidad, ecología, deportes extremos y agroturismo. “Los paquetes turísticos que vendían las agencias eran internacionales o a otras ciudades, pero rara vez impulsaban el turismo local”, señaló.

    Equinoccial Touring creó cuatro paquetes turísticos denominados Chiva Tours, que incluyen la visita a los tsáchilas, cascadas, deportes extremos, entre otros.

    Este mes, la agencia firmó un convenio con el Municipio para hacer un paseo nocturno en chiva y recorrer los lugares emblemáticos de la ciudad. El tour dura dos horas y cuesta USD 4 para los adultos y los niños USD 2.

    El paquete del Chiva Tours Aventura, en cambio, dura todo el día. El itinerario inicia con un recorrido hasta la parroquia rural La Manga del Cura, ubicada en El Carmen (Manabí).
    En esa comunidad montuvia se pueden hacer deportes extremos y degustar de los platos típicos manabitas.

    El paquete Chiva Tours Ranchera es en Santo Domingo e incluye en la mañana una visita a la comunidad tsáchila y en la tarde un recorrido por el Rancho San Guillermo, en el que se hace agroturismo. Ahí, se pueden observar animales de granja, visitar una planta de queso y utilizar las instalaciones del rancho como la piscina, entre otros.

    Uno de los propósitos de la agencia es que los recorridos hacia las comunidades tsáchilas no solo sean recreativos, sino también culturales. Es decir, que el turista conozca cómo viven los tsáchilas, su entorno y sus tradiciones. “Esa es una forma de recuperar su identidad cultural”.

    Enríquez señala que el costo de los paquetes varía entre USD 5 y USD 25. De ese monto, se cancela a los tsáchilas el valor que normalmente ellos cobran a los turistas por la entrada al centro cultural, la demostración de rituales, senderismo, bebidas y platos típicos, entre otros.
    El jueves pasado, la agencia santodomingueña llevó a un grupo de 28 estudiantes al centro cultural tsáchila Mushily. El precio del paquete fue de USD 5,50 por persona. Mushily recibió USD 2,50.

    Richard Calazacón, guía nativo de Mushily, afirmó que el trabajo con la agencia de viajes ha permitido que en menos de dos años, el centro cultural se conozca a nivel nacional. “No tenemos cifras exactas para definir cómo nos ha ido económicamente porque más allá del dinero, lo que buscamos es rescatar nuestra cultura”.

    Además -agrega- el 80% del dinero que ingresa al proyecto se utiliza para el mantenimiento de las cabañas, instrumentos musicales y también en seguir implementando servicios como áreas de descanso para el turista.

    Sonia Calazacón, guía de Mushily, señaló que debido al flujo de turistas que llevan las agencias a Chigüilpe (5 000 personas al año)se ha retomado la elaboración de artesanías nativas.

    Manuel Calazacón, guía del museo etnográfico Tsáchila, afirmó que la alianza con Equinoccial Touring les ha servido para mejorar la atención al cliente.

    Él detalla que las actividades que se realizan con los turistas locales son diferentes a las que deben ofrecerse a los turistas internacionales. “Un cliente feliz siempre nos recomienda y regresa; eso es lo que buscamos”.

    Según Enríquez, los extranjeros prefieren recorrer los bosques tsáchilas y aprender a fondo la cultura indígena. Mientras que el turista local se distrae con la música, los juegos ancestrales y los rituales chamánicos.

    Los recorridos a los centros culturales y turísticos tsáchilas se realizan en bus tipo ranchera, que Equinoccial Touring incluyó en sus paquetes. Fotos :Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    Los recorridos a los centros culturales y turísticos tsáchilas se realizan en bus tipo ranchera, que Equinoccial Touring incluyó en sus paquetes. Fotos :Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Este negocio trabaja para darle un toque divertido al té

    Redacción Quito

    Relacionadas

    En el norte de Quito, un pequeño local sirve té para paladares aventureros. Se llama Bubble Punch y cuenta con más de 100 combinaciones de bebidas. El negocio se adapta a los gustos del consumidor, por eso incluye opciones veganas.

    A las bebidas a base de té se puede agregar ‘toppings’ o aderezos, que le dan un toque creativo y permite personalizar el refresco. Como aderezos se puede elegir entre bases líquidas y cremosas. El cliente puede seleccionar entre siete sabores para la bebida y entre 13 ‘toppings’ diferentes.

    El negocio está en manos de cinco socios ambateños que viven en Quito: María Eulalia Castellanos, Nelson Escalante, Jorge Cerón, Diego Guerrero y Diego Cerón. Cada uno aporta a un área distinta del negocio.

    Jorge Cerón explica el proceso de la producción de las bebidas que se cumple en el local -ubicado en el norte de la ciudad- para garantizar su frescura. En la elaboración se utilizan elementos importados como hojas de té de Asia, por ejemplo. “La tapioca se la produce aquí todos los días”, agrega, mientras revisa la materia prima con la que se prepara el té de Bubble Punch.

    Castellanos comenta que la idea nació cuando uno de los socios pudo conocer al producto y tener esa experiencia. Fue en base a esta experiencia que se construyó la idea. Los cinco socios tuvieron varias reuniones en marzo del 2016 en las cuales discutieron cuál sería su objetivo y el público al que querían alcanzar. Se realizaron estudios de mercado y desarrollaron el plan de negocios que se aplica hoy.

    El proyecto requirió mucha planificación y cerca de 11 meses después de que se generó la idea, salió el primer té Bubble Punch al mercado quiteño. Una vez que los socios definieron el concepto, invirtieron aproximadamente USD 40 000 y abrieron su local en mayo pasado.

    “Encontrar el local adecuado, sobre todo para el mercado al que queremos dirigirnos” fue la mayor dificultad en el proyecto para el grupo, dice Castellanos.

    Tras estudiar el mercado y las opciones disponibles, dieron con su local actual ubicado en la avenida República del Salvador.
    Por lo general, entre semana el local es visitado por clientes que empleados privados y públicos que trabajan en la zona. Los fines de semana, en cambio, llegan familias.

    Actualmente, las ventas de Bubble Punch se acercan a los USD 12 000 por mes.
    La marca apunta hacia un público joven que puede conectar más con el producto. La expansión está entre sus planes y la meta es inaugurar dos negocios más dentro del país y “generar franquicias de la marca”, según Castellanos.

    María Paula Villacrés es una cliente frecuente de esta iniciativa quiteña. Ella cuenta que está contenta con la experiencia que le brinda el producto. Esta joven destaca que se trata de una bebida innovadora que está ganando popularidad.

    En cuanto al producto, Villacrés comenta que siempre que va queda satisfecha con la variedad de sabores. También cuenta que las bebidas son ricas y están muy bien elaboradas, aparte de que los envases son muy herméticos y fáciles de manipular, lo que resulta ser otro valor agregado para los consumidores.

    Nelson Escalante, Jorge Cerón y María Eulalia Castellanos son parte del equipo de Bubble Punch. Foto: Eduardo Terán / LÍDERES
    Nelson Escalante, Jorge Cerón y María Eulalia Castellanos son parte del equipo de Bubble Punch. Foto: Eduardo Terán / LÍDERES
  • En este local surgen piezas de cerámica con identidad

    Redacción Quito

    Relacionadas

    La habilidad para moldear la arcilla está presente en Ivonne Fabara, propietaria de Artie, desde niña. Ella usaba plastilina y masilla para crear sus propias vajillas de juguete, sus cubiertos y sus muñecos.

    Tener como vecinos, en su infancia y juventud, a los artesanos de La Victoria, en Cotopaxi, influyó también en esta afición. Fabara observaba con atención el proceso para tratar el barro, miraba cómo se hacían las tejas, las vasijas.

    Años después, esta destreza le motivó a incursionar en el mundo de la cerámica. Junto a su amigo, el escultor Michael Ayala, aprendió las técnicas básicas del trabajo con la arcilla y el barro.

    Lo que al principio fue un pasatiempo, en el 2003 se convirtió en su fuente de trabajo. En esta actividad artesanal incluyó la identidad de las comunidades indígenas de la sierra ecuatoriana.
    Con sus manos Fabara da forma -en barro y arcilla- a otavalos, zuletas, saraguros, salasacas, puruhaes, cañaris, entre otros.

    Estas figuras, que son parte de la línea indígena de Artie, tienen fines decorativos y utilitarios. Fabara diseña y pinta cuadros, saleros, pimenteros, adornos magnéticos, vasos tequileros, tazas, ángeles, nacimientos.

    Para producir estas piezas Fabara, quien también es licenciada en Ciencias de la Educación, empieza desde cero. Ella crea sus diseños inspirada en su niñez y en las experiencias que vivió con su padre Salvador Fábara.

    Debido al trabajo que tuvo su papá como escritor, periodista y director de Cultura del Municipio de Latacunga la familia conoció varios rincones del país.

    Salvador Fabara, quien falleció meses atrás, era un amante de las tradiciones del Ecuador; eso le permitió a Ivonne Fabara conocer sobre las culturas y tradiciones del país. “Nosotros no nos perdíamos una fiesta tradicional”.

    Recordando estos sitios y festividades tradicionales, en su taller ubicado en El Recreo, en el sur de Quito, la mujer esculpe las figuras, hace los moldes en yeso, hornea las cerámicas y las pinta. Para que los resultados sean mejores emplea pigmentos textiles. En los detalles finales de las figuras participa su familia.

    Las cerámicas terminadas se comercializan en tiendas artesanales como Galería Ecuador Gourmet, Ethnic Collection, en almacenes de artesanías del aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, en el Tianguez. Además recibe pedidos en su taller ubicado en las calles Archer Harman S11-212 y Francisco Muñoz, en Quito.

    En el espacio que ocupa Fabara en Galería Ecuador Gourmet se aprecian artículos para el hogar y adornos. Algunos modelos incluyen detalles en madera.

    Para Paula Castillo, administradora de Galería Ecuador Gourmet, la identidad y la calidad de las cerámicas que elabora la artesana hace que estas sean demandadas por turistas. En esta tienda, en promedio, se hacen pedidos de USD 300 o 350 mensuales a Artie.

    Las cerámicas del emprendimiento son hechas totalmente a mano y cuestan entre USD 5 y 200. Esta actividad le genera, actualmente unos ingresos por USD 500 al mes. Más adelante, Fabara espera tener su propia tienda y exportar sus cerámicas al exterior.

    Estos saleros inspirados en la comunidad indígenas de Otavalo son parte de las cerámicas que elabora Ivonne Fabara. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Estos saleros inspirados en la comunidad indígenas de Otavalo son parte de las cerámicas que elabora Ivonne Fabara. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Con la producción local fortaleció su negocio de muebles

    Redacción Quito

    La restricción de importaciones fue el principal motivo para que Home Products, importador de Muebles Ashley, apuntalara su planta de producción hace cuatro años.

    Antes de las medidas gubernamentales, las ventas de productos importados de la empresa correspondían al 95% del total de su negocio, debido a que se dedicaba a comercializar productos de la marca Ashley, que importaba desde EE.UU.

    No obstante, el negocio de importar se volvió poco rentable y debió incorporar más productos nacionales en su oferta.

    Para conseguirlo, potenció su planta ubicada en el sector del Comité del Pueblo (norte de Quito). Hace 15 años -cuando nació el negocio- Home Products implementó un taller para la reparación de muebles, como un servicio adicional para su clientela.

    Además, en la planta también se producían cuadros decorativos con distintos diseños. Para montar el taller, se invirtieron unos USD 50 000, asegura Santiago Aguirre, director general y propietario de Home Products.

    Para potenciar su cadena de producción y comenzar la fabricación de muebles, el propietario comenta que se invirtieron aproximadamente USD 400 000. En principio, se produjeron consolas, vitrinas, armarios, mesas, entre otros ítems.

    Así nació la marca Lutecia Fine Art, la línea de muebles clásicos hecha en el país por Home Products. La recesión económica de los dos últimos años -comenta Aguirre- también obligó al negocio a plantear una nueva estrategia para su empresa.

    El año pasado nació una nueva línea de muebles económica, que también se fabrica en su planta de producción. Modern Line se especializa en productos minimalistas a un precio muy competitivo, pero sin descuidar los acabados.

    La materia prima que más usa la firma para fabricar sus muebles es el laurel negro, que proviene del Oriente ecuatoriano. Ahora, el negocio produce al mes 10 comedores, cinco dormitorios, 20 juegos de mesa (centrales y laterales), 20 sillones, cinco juegos de estudio y más.

    No obstante, todavía se mantiene la importación de artículos como sillas, mesas, sofás, etc. Actualmente, el 60% de las ventas de Home Products corresponde a producto local y el 40% restante a importado. La facturación mensual promedio llega a USD 350 000.

    El negocio también comercializa otros productos de decoración para el hogar. Uno de los artículos insignia son las chimeneas LED, que pueden ser colocadas en cualquier casa o departamento. Además de decorativas, estas chimeneas también producen calor que puede ser regulado.

    El año pasado, Luigi García, abogado, adquirió un sillón de la marca Ashley en Home Products. Él destaca la comodidad del producto y asegura que una motivación para llevárselo a casa fue que tenía un buen descuento. Además, García destaca de la tienda el servicio al cliente.

    Home Products nació hace 17 años como una empresa familiar y todavía mantiene ese modelo de negocio.

    Santiago Aguirre, director general y propietario de Home Products, junto a  un mueble de la línea Lutecia Fine Art, que posee un estilo con acabados clásicos. Foto: Armando Prado / LÍDERES
    Santiago Aguirre, director general y propietario de Home Products, junto a
    un mueble de la línea Lutecia Fine Art, que posee un estilo con acabados clásicos. Foto: Armando Prado / LÍDERES