Etiqueta: Manabí

  • Chone potencia el turismo en la zona rural

    María Victoria Espinosa

    (F)
    Contenido intercultural

    Relacionadas

    Chone, en Manabí, busca reactivar el turismo en las zonas rurales. Para eso se han organizado festivales, concursos y programas.

    En la parroquia San Antonio se desarrolló un festival gastronómico y deportivo en el humedal de La Segua. Este lugar es un punto clave para el turismo intercultural del cantón. Eso debido a que en este lugar se conserva las tradiciones gastronómicas montuvias y se preserva el recurso hídrico.

    En el humedal se puede practicar deportes extremos como el kayak, paseos en bote, avistamiento de aves, caminatas por senderos ecológicos, entre otros.

    María Auxiliadora Corral, guía nativa del humedal, señala que la ciénaga está ubicada en la parte más alta del estuario del río Chone-Carrizal, que es el refugio de aves migratorias y endémicas.

    En La Segua se pueden realizar paseos de más de dos horas. Este recorrido inicia en una estructura de madera sobre el humedal, que direcciona al turista a una especie de faro desde donde se puede observar las más de 1 745 hectáreas de pantano anegado.

    Luego, el turista realiza una caminata de 600 metros y también recorre el humedal en bote, donde se pueden avistar hasta 164 especies de aves, entre las que se encuentran 22 migratorias y 63 acuáticas.

    Después puede degustar de la gastronomía típica de la zona, que consiste en un pescado chame frito, con patacones y ensalada. “Este pez es típico del lugar y en un plato muy tradicional en la zona rural de Chone y Tosagua”.

    Jimmy Giler, analista técnico de Turismo del Municipio de Chone, afirma que tradicionalmente se realiza el Festival del Chame, en septiembre.

    Pero que se busca institucionalizar también el festival deportivo y gastronómico para que los emprendedores de la zona también puedan ofrecer dulces, pan de almidón, artesanías y otros productos montuvios.

    El primer paso inició con la capacitación a los emprendedores y guías nativos. Hace una semana se les entregó uniformes para mejorar la presentación a los turistas.

    El alcalde de Chone, Leonardo Rodríguez, asegura que se tiene previsto un proyecto turístico para La Segua, que ayude a preservar el ecosistema, pero que genere fuentes de trabajo para las 1 700 personas que viven en los recintos rurales de San Antonio.

    Este proyecto incluirá un hotel ecológico, miradores y otros. Se buscará el financiamiento internacional. “Vamos por buen camino porque inspectores del concurso Premio Verde evaluaron nuestros recursos ambientales, turísticos y científicos y eso es una certificación de lo valioso que es el humedal”.

    Otro de los atractivos turísticos de Chone es la parroquia rural Canuto, que se destaca porque aún se conserva la iglesia tradicional, que se construyó hace 157 años. Pese al mantenimiento que se le ha realizado aún conserva la madera original.

    Esta edificación fue instalada en el centro de la parroquia y alrededor se asentaron negocios, viviendas de madera y cemento, y el parque central.

    Para atraer al turista se realizan festivales como el de la natilla, que es el postre más famoso. Por lo general, se realiza en noviembre y asisten unas 5 000 personas.

    La natilla en Manabí suele elaborarse en Semana Santa para acompañar al viche de mariscos o a la fanesca. Pero en Canuto se realiza casi a diario y se consume en la tarde, luego del trabajo y hace parte de las conversaciones familiares y con amigos.

    Raúl Rodríguez, propietario del centro turístico El Toto, es uno de los organizadores del festival. El afirma que al menos se preparan 2 500 porciones de natilla. Pero también se destacan otros platos típicos de la zona como la tonga o la tolonta, que es una mezcla de tonga, longaniza y el tamal.

    Otro de los atractivos de Canuto es el balneario La Poza. Ahí se encuentran pequeñas cascadas, que caen una piscina natural. Los comuneros instalaron pequeños negocios de comida, dulces y otros.

    Los precios

    Un recorrido en bote en el humedal de La Segua cuesta USD 7 y dura más de dos horas. Se pueden ver especies de aves.

    En el humedal La Segua hay un restaurante en el que preparan chame frito con ensalada y patacones. Este platillo cuenta entre USD 5 y USD 7, dependiendo del tamaño del pescado.

    En Canuto se especializan en las tongas, que tienen un costo de USD 5 y las natillas, que se encuentran desde USD 1.

    Los fines de semana, en el balneario La Poza se puede degustar comida tradicional como empanadas, caldos y secos de gallina, tongas, asados desde USD 1 hasta USD 7.

    En el humedal de La Segua los turistas disfrutan de paseos en bote, kayak, caminatas y gastronomía. Foto: cortesía Municipio de Chone
    En el humedal de La Segua los turistas disfrutan de paseos en bote, kayak, caminatas y gastronomía. Foto: cortesía Municipio de Chone
  • El café despunta en el campo manabita

    María Victoria Espinosa

    (F)
    Contenido Intercultural

    Relacionadas

    El gremio cafetalero manabita considera que el 2019 fue un año positivo. Eso debido a que hubo mayores oportunidades para dar a conocer las marcas de café, capacitaciones y se implementaron nuevas técnicas de cultivo.

    Una de estas es secar el grano con la cáscara, para evitar que el azúcar natural del café se evapore.

    Esa técnica es uno de los distintivos del café arábigo manabita. Los montuvios cafetaleros la utilizaron hace más de 40 años, antes de que los cultivos se afectaran por enfermedades fitosanitarias y la producción disminuyera. “El café salido de las campiñas montuvias y cholas de Manabí se caracteriza por su sabor dulce y frutal. Eso nos está abriendo mercados en el país”, dice el cafetalero Rogelio Andrade.

    Según la Asociación de Pequeños Cafetaleros de Manabí, el café empezó a cultivarse nuevamente -a gran escala- hace siete años en Jipijapa, 24 de Mayo, Manta, Portoviejo y Pichincha.

    Pero desde hace dos años, nuevos productores han empezado a sembrar café en Pedernales, Bolívar, Chone, Tosagua.

    Según el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), 9 000 familias de las zonas rurales manabitas se dedican al cultivo de café.

    Una de las particularidades de este producto en Manabí es que se cultiva en terrenos que van desde los 40 hasta los 600 metros sobre el nivel del mar.

    Luis Zambrano, técnico del MAG, señala que por lo general el café se cultiva a más de 1 000 metros sobre el nivel del mar.

    En Manabí se puede cultivar café a menor altitud porque la corriente de Humboldt pasa por esta zona en época de floración y hace que en el fruto se condensen altos niveles de azúcar, reduciendo la acidez. “Nos diferenciamos de las zonas altas porque el sabor es menos ácido y se puede tomar sin azúcar y eso lo hace novedoso”, afirma Zambrano.

    Además de las técnicas ancestrales, los agricultores también utilizan una técnica de cosecha y de secado implementada por el Proyecto de Reactivación del Café y del Cacao Fino de Aroma, que implementó el MAG.

    Consiste en cuidar la plantación desde antes de sembrar, hacer podas y evitar los fertilizantes y abonos químicos. Además se hacen podas y los granos de café son seleccionados manualmente.

    El caficultor Miguel Loor explica que combinar las prácticas ancestrales con las actuales mejoró la productividad. Hace dos años, en sus 2 hectáreas obtenía 13 quintales de café. Pero al combinar las dos técnicas obtuvo 25.

    En Manabí hay alrededor de 18 000 hectáreas sembradas, de esas al menos 15 000 han sido renovadas desde el 2013 con nuevas plantas arábigas más resistentes a enfermedades como la roya.

    Según la Prefectura de Manabí, al menos 50 emprendedores se han dedicado a vender productos derivados del café. De estas, 30 son marcas de café molido, de las cuales 60% ya se distribuye a escala nacional.

    Los 20 productores restantes utilizan el producto para hacer productos alimenticios como licor de café, sal parrillera, jabones, cremas, ambientadores y otros.

    Una parte de estos emprendimientos se exhibió en noviembre, en el Salón del Emprendimiento Manabí Vive, en el que durante cuatro días se realizaron ruedas de negocios, ferias, degustaciones de productos y más.

    En este evento se premió a los emprendedores que más se destacaron. El primer lugar fue para Café Salango, un emprendimiento que nació en Puerto López.

    Este negocio desarrolló un sistema para filtrar el café molido manabita directamente sobre la taza, sin necesidad de cafeteras.

    También se impartieron capacitaciones para potenciar los negocios, mejorar las marcas y entender el mercado nacional.

    El prefecto Leonardo Orlando señaló que en la provincia se busca que hasta el 2021 se implementen al menos 8 000 hectáreas más de café. “Luego de la roya, el caficultor tuvo miedo de volver a sembrar. En estos años se ha recuperado la confianza».

    El café manabita

    Desde el 2013, en Jipijapa, Santa Ana y 24 de Mayo se empezó a sembrar nuevamente café. Había 2 000 hectáreas.

    En el 2016, se implementó el proyecto de Reactivación del Café y del Cacao Fino de Aroma y los cultivos ascendieron a 10 000 más, de 10 cantones manabitas.

    En la actualidad, hay 18 000 hectáreas sembradas en 13 cantones manabitas. La proyección de la Prefectura es que hasta el 2021 se llegue a 25 000 hectáreas.

    En Manabí, 50 emprendedores trabajan certificadamente con café en áreas cosméticas, gastronómicas, entre otras.

    La Prefectura implementó un taller para que los emprendedores conozcan nuevas formas de trabajar con café. Foto: cortesía Prefectura de Manabí
    La Prefectura implementó un taller para que los emprendedores conozcan nuevas formas de trabajar con café. Foto: cortesía Prefectura de Manabí
  • Manabí impulsa a sus emprendedores

    María Victoria Espinosa

    (F) Contenido Intercultural

    Relacionadas

    Los productos típicos de Manabí tendrán un espacio en el Salón del Emprendimiento ‘Vive Manabí’, que se realizará en Portoviejo el próximo mes de noviembre.

    100 productores y emprendedores de la provincia y 50 del país participarán en este evento, que tendrá ruedas de negocios, exposiciones de productos y capacitaciones sobre el posicionamiento de las marca, la atención al cliente, legalización de negocios, exportación, sostenibilidad de los negocios, aplicación de tecnología en procesos de emprendimiento, estudios de casos de éxito y otros.

    Los emprendedores han preparado muestras de sus productos para degustaciones, han diseñado pancartas y material publicitario de sus marcas.

    En un principio se tenía previsto que el evento de cinco días se realizara en octubre, pero la fecha se cambió. Ahora se hará del 13 al 17 de noviembre del 2019.

    Según la Prefectura de Manabí, este es el primer evento que se realiza en la provincia y que reúne todas las exigencias que requieren los emprendedores para potenciar sus negocios.

    Por ejemplo, las ruedas de negocio contarán con la participación de cadenas de supermercados y tiendas a escala provincial y nacional, empresarios. También habrá stands de entidades bancarias.

    Durante esta actividad, también se acondicionarán espacios para que el emprendedor cierre negocios. Además tendrá la oportunidad de vender sus productos para que sus ingresos no paren.

    La Prefectura de Manabí señaló que el Primer Salón del Emprendimiento ‘Vive Manabí’ se realiza luego de un proceso de capacitaciones y mejoramiento de la marca y los productos.

    El proyecto inició antes del terremoto con talleres sobre mercadeo, atención al cliente, creación de marcas y otros. Luego empezaron a participar en ferias a escala nacional. Entre el 2015 y el 2019, los productos manabitas se han exhibido en 300 expoferias.

    Sin embargo, las capacitaciones continúan para los emprendedores nuevos. Las realizan técnicos voluntarios de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), expertos en marketing. Esa entidad firmó un convenio con la Prefectura para impulsar el desarrollo productivo de Manabí.

    Una de las últimas capacitaciones se dio en agosto. Ahí participó María Moreira, del cantón Flavio Alfaro. Ella confecciona muñecas de tela y accesorios de cocina y para cuartos de baño. Con las capacitaciones busca legalizar su emprendimiento para poder asistir a ferias. “Yo aún no estoy apta para ruedas de negocios. Pero mi objetivo es que mis productos se vendan en todo el país”.

    Uno de los 100 emprendimientos manabitas que participará en esta actividad comercial será la línea de café El Mañanerito, del cantón 24 de Mayo.

    Esta microempresa nació en el recinto Noboa, que se caracteriza porque los cultivos están del bosque húmedo tropical y de la cordillera Chongón – Colonche. Además se influencian de la corriente fría de Humboldt.

    El café es recolectado por 74 agricultores, quienes pertenecen a la Asociación de Producción Industrial de Cafeteros de Manabí. Ellos buscan ingresar la línea de café a otros países como EE.UU.

    De hecho, la semana anterior asistieron a la feria ‘Mi lindo Ecuador’, en Nueva York. Ahí realizaron demostraciones del producto, que se caracteriza porque no es ácido y se puede degustar incluso sin azúcar. Eso se debe a que el café se cultiva bajo sombra y alta radiación solar lo cual aporta un aroma floral y frutal.

    En el Salón del Emprendimiento habrá varias marcas de licores típicos manabita como el rompope, vino de frutas como la grosella, sangría y cerveza artesanal. También se podrán encontrar dulces manabitas, artesanías, pan, aliños, helados, pulpas, entre otros.

    Erick Mendoza, de tostadas Manapan, señaló que está preparado porque ya ha asistido a ruedas de negocios y ferias como Matsuri 2018. “Tengo muchas expectativas de concretar negocios”.

    Sobre el evento

    El Salón del Emprendimiento se realizará entre el 13 y el 17 de noviembre de este año en el centro de eventos Bellavista Club de Portoviejo.

    Esta actividad es organizada por la Prefectura de Manabí y participarán 150 emprendedores del país, que ya cuentan con productos con registros sanitarios semaforización y otras exigencias.

    Los emprendedores podrán asistir la noche previa a la ­inauguración a una velada artística en Portoviejo.

    Para los emprendedores y la ciudadanía que quiera asistir habrá transporte gratuito en la mañana y en la noche.

    Los emprendedores manabitas se alistan para el Salón del Emprendimiento Vive Manabí, en Portoviejo. Foto: cortesía Prefectura de Manabí
    Los emprendedores manabitas se alistan para el Salón del Emprendimiento Vive Manabí, en Portoviejo. Foto: cortesía Prefectura de Manabí
  • Este restaurante manabita piensa en los viajeros

    María Victoria Espinosa

    (F) Contenido intercultural

    Relacionadas

    Porto Café es un emprendimiento que nació en Portoviejo, la capital de Manabí, después del terremoto del 16 de abril del 2016. Se especializa en comida manabita como hayacas, bolones, tigrillos, sánduches de chancho, humitas y café pasado, cultivado en los campos de la provincia.

    Este negocio se instaló en la Terminal Terrestre de Portoviejo, en una zona donde estaban ubicadas las conexiones eléctricas. Maiko Rodríguez es el propietario de Porto Café. Él recuerda que después del terremoto, la zona comercial desapareció y los comerciantes empezaron a buscar otras zonas de la ciudad donde instalarse provisionalmente.

    Rodríguez afirma que un día empezó a caminar desde la zona cero de Portoviejo hasta la terminal. Cuando estaba al frente notó el flujo de pasajeros que había en la zona e ideó un proyecto para instalar una cafetería con productos que no vendieran otros comerciantes. “Por lo general, la comida que vendían era con arroz y la gente que viajaba no podía llevársela en el bus”.

    Pero ingresar con un negocio al terminal no era una tarea fácil y menos en el lugar que Rodríguez quería colocarla. Así que debió pedir una cita con el alcalde de Portoviejo Agustín Casanova, quien luego de escuchar el proyecto decidió darle el aval para construir la cafetería.

    Rodríguez tuvo que derrumbar algunas paredes y construir un pequeño local con una cocina y mostradores para sus productos. En la parte de afuera colocó sillas y mesas. La inversión para empezar el negocio fue de aproximadamente USD 20 000.

    Porto Café combina el estilo manabita con el de las cafeterías que hay en Nueva York (EE.UU.). Eso debido a que Rodríguez vivió en esa ciudad y al llegar a Manabí notó que no había cafeterías con ese estilo. Por eso también vende malteadas, sánduches con aderezos como salsa BBQ, pepinillos, aceitunas, jamón de pernil y otros.

    Pero también vende el típico sánduche manabita que contiene chancho, típico en zonas rurales.

    Ángel Zambrano es uno de los clientes de Porto Café. Él vive en Manta, pero al menos una vez a la semana debe hacer trámites en Portoviejo. Una de sus paradas obligatorias es este negocio. Por lo general se toma un café de Jipijapa, que tiene la particularidad de que no es ácido. Lo acompaña con una hayaca, que es un platillo de maíz con pollo, pasas y pasta de maní envuelto en una hoja de plátano. “La comida es fresca y rica. Una de las ventajas es que está dentro de la terminal y abre desde las 06:00”.

    A diario a la cafetería llegan alrededor de 200 clientes desde las 06:30 hasta las 21:00. En feriados esa cifra se duplica.

    Rodríguez señala que la pasión por la gastronomía es una herencia familiar. Sus padres tienen un restaurante en Chone llamado Maikito. Ahí se especializan en la gastronomía de la zona centro norte de Manabí, ubicada en el estuario del río Chone.

    Ahí preparan chame frito, desayunos criollos, mariscos y otros. “Mi madre es una especialista en comida tradicional. Ella conserva las recetas típicas”.

    Porto Café tiene otra sucursal en el centro de Portoviejo. Los locales conservan la misma decoración. El proyecto de Rodríguez es crear una marca que se pueda replicar en otras ciudades del país como su natal Chone.

    El negocio

    Porto Café tiene tres años de creación. Empezó en un pequeño espacio del terminal en Portoviejo con una inversión de USD 20 000.

    Cada año, se renueva el mobiliario para atraer a los 9 000 pasajeros que circulan a diario por la terminal terrestre.

    En este negocio trabajan cuatro personas, quienes se encargan de elaborar los más de 20 platillos que se ofrecen a diario.

    A diario a la cafetería llegan alrededor de 200 clientes.

    Maiko Rodríguez es el propietario del negocio Porto Café, ubicado en la terminal terrestre de Portoviejo. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    Maiko Rodríguez es el propietario del negocio Porto Café, ubicado en la terminal terrestre de Portoviejo. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Del terremoto a la productividad

    Jesús Silva, Gerente del Programa Re-Emprende, para LÍDERES (I)

    Relacionadas

    Hace poco más de tres años, un grupo de empresas ecuatorianas decidieron apoyar a la reactivación económica de Manabí y Esmeraldas, después del devastador terremoto de 2016.

    Luego de asistir a más de 4 000 emprendimientos, hoy el proyecto ha evolucionado para formar y fortalecer encadenamientos productivos incluyentes que potencien aún más la economía de estas provincias, generando empleo y aumentando los ingresos de pequeños productores.

    En el 2016, el Programa Re-Emprende, con los aportes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Corporación Favorita, General Motors, Danec, Grupo Difare, GPF y Arca Continental Coca-Cola, dio inicio a su primera fase de implementación. En ella, se atendió a 2 801 emprendimientos unipersonales, haciendo frente a la emergencia nacional que conmocionó a los ecuatorianos, particularmente a los habitantes manabitas y esmeraldeños.

    En esta etapa, los emprendedores recibieron los beneficios de contar con asistencia técnica y financiamiento enfocados a la mejora de su negocio, así como a la generación de habilidades blandas, por ejemplo, en servicio al cliente. Esto, con el fin de reactivar los emprendimientos que habían sufrido algún tipo de daño por el sismo.

    Fue durante esta fase que pequeños emprendedores, como Luisa Ponce y Gilo Moya, esmeraldeños con un pequeño negocio de frutos secos, especias y aceites comestibles, lograron reactivar su economía familiar. Antes del terremoto, la pareja contaba con un establecimiento de gel y ultrasonido que no logró sostenerse, debido a la catástrofe.

    Gracias al Programa Re-Emprende, de la Alianza para el Emprendimiento e Innovación (AEI), volvieron a empezar, crearon su negocio y ahora generan ingresos económicos. Además, Luisa y Gilo fueron galardonados como reemprendedores del año durante los premios Ei 2018, organizados por la AEI.

    De la misma manera, los reemprendedores de esta etapa lograron acceder a 2 956 créditos, que representaron USD 3,4 millones en 21 cantones de Manabí y Esmeraldas, monto invertido en los negocios de dichas provincias.

    Durante su segunda fase, que se inició en 2018, Re-Emprende desarrolló un esquema de asistencia técnica y financiamiento enfocados a la formación y fortalecimiento de encadenamientos productivos, que contribuyen al crecimiento económico inclusivo en la región. En ese año, impartió asistencia a 1 100 emprendimientos de 109 asociaciones, cuyas actividades productivas van desde la pesca, cultivo de cacao y café, hasta la confección de textiles.

    En 2019, el programa continúa con un enfoque de cadenas productivas con una diferencia de diseño. Este año, Re-Emprende busca empresas que formen parte de cadenas productivas, las cuales deseen fortalecer a los eslabones más débiles dentro de las mismas y mejorar los ingresos de los pequeños productores en las cadenas con esquema de financiamiento, asistencia técnica o ambos. Para ello, requiere que las compañías interesadas se acerquen al programa, con la intención de encontrar puntos de colaboración y alianza entre Re-Emprende y las empresas líderes de estas cadenas productivas.

    Algunos de los criterios de selección de las cadenas a las que se apoyará a través del programa son: relevancia para el grupo destinatario (idealmente productores), potencial de cambio para la pobreza y el empleo en la región, potencial para estimular y fortalecer el desarrollo de las cadenas de valor y viabilidad. Las postulaciones se pueden hacer al correo re-emprende@aei.ec

    El programa fue reconocido en 2018 por el Gobierno ecuatoriano como parte de los esfuerzos de la sociedad civil y el sector privado para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

    Los emprendimientos que se impulsaron están vinculados a diversas áreas. A la izquierda se observa a artesanos de la paja toquilla y a la derecha a las dueñas de una cafetería.
    Los emprendimientos que se impulsaron están vinculados a diversas áreas. A la izquierda se observa a artesanos de la paja toquilla y a la derecha a las dueñas de una cafetería. Foto: Cortesía AEI
  • Manabí se reactiva con festivales típicos

    María Victoria Espinosa

    Redactora (F – Contenido Intercultural)

    Relacionadas

    Agosto y septiembre son meses claves para la economía de los sectores rurales de Manabí. En cantones como Pedernales, San Vicente, Rocafuerte, Portoviejo y otros se realizan festivales gastronómicos para atraer al turista hacia sus poblados, en los que aún conservan las tradiciones de los cholos o montuvios.

    Según la Prefectura de Manabí, estos meses son importantes porque coinciden con la temporada playera y con las vacaciones escolares en la Sierra y Amazonía.

    Los festivales, además de promover las costumbres y tradiciones gastronómicas, también se han convertido en el sustento de los agricultores, ganaderos y pescadores manabitas.

    Al menos 2 000 productores de esa provincia se involucran en estas actividades y más de 500 emprendedores también aprovechan para exhibir su oferta y para hacer contactos con empresarios o clientes de la Sierra que visitan esos lugares.

    El cantón que más festivales ha organizado es Pedernales. Ahí se celebra el Mes del Turismo en agosto. Aunque para septiembre también se prevén actividades gastronómicas y culturales.

    Según el Municipio de ese cantón, los festivales y eventos culturales se organizarán en las parroquias rurales que tienen potencial turístico. Es decir, lugares en los cuales los turistas también aprovechen el día para conocer ríos, bosques, cascadas o playas.

    También se prevén eventos que se realizarán en el malecón de Pedernales o en la playa de Cojimíes, que son los lugares más turísticos de dicha zona manabita.

    Durante este mes se organizó el Festival del Malecón. Ahí se exhibieron artesanías en la plaza. También se realizó un concurso en el que participaron 18 platos típicos con mariscos frescos, que fueron preparados por los chefs o propietarios de los restaurantes de esa área. En el evento también hubo presentaciones artísticas.

    Otro encuentro que se llevará a cabo es el Festival Internacional de la Corvina y el Robalo, en Cojimíes. Será el 24 de agosto.

    En este festival, los participantes deben pescar la corvina y el robalo más grande.

    El quiteño José Benítez asiste cada año a este encuentro. Él afirma que es la oportunidad de degustar platos frescos y de disfrutar tiempo en familia. “La calidez de los manabitas hace que cada año regresemos a Cojimíes”.

    En los festivales participan cocineros de diferentes restaurantes de la zona y se elige al plato con la mejor sazón y presentación.

    En la primera semana de agosto, durante el Festival del Cangrejo en la comunidad Eloy Alfaro (Pedernales), Sergio Canchingre preparó la marejada de cangrejo, que obtuvo el galardón al mejor plato.

    Según el Municipio de Pedernales, durante la temporada playera se espera que al menos 50 000 personas visiten el cantón.

    Según el gremio turístico, para agosto ya se ha reservado el 60% de las habitaciones en los hoteles del malecón de Pedernales y de la parroquia Cojimíes.

    En Portoviejo, las parroquias rurales también organizaron festivales para agosto, como el del caldo de gallina. Este evento se realizó en el parque central de la parroquia Chirijos.

    En el evento se prepararon más de 1 000 platos y se recaudó más de USD 15 000. Los turistas también visitaron los balnearios de esa zona, que tienen senderos, bosques y ríos.

    En Rocafuerte también se realizó el festival de la ‘tonga más grande del mundo’, que midió siete metros del largo, según el alcalde Patricio Zambrano.

    Hasta este cantón llegaron personas tanto de la provincia como de la Sierra. Además, en este festival los emprendedores pudieron vender los tradicionales dulces manabitas entre los que están los troliches, huevos moyos, alfajores, cocadas, entre otros.

    En San Vicente, en cambio, se desarrollaron dos festivales durante la primera semana de agosto. El festival del Cangrejo se realizó en la comuna Salinas y tuvo una participación de más de 500 personas de varias partes del país.

    Asimismo, más de 2 000 turistas asistieron al ‘IV Festival de la langosta’, en la playa de Briceño, cerca de Canoa.

    Ahí se degustaron platos típicos manabitas y también gourmet con langosta, camarón, pescado y cangrejos. Se tenía previsto que se vendieran 2000 de ellos.

    El Festival de la langosta,  que se realizó en Briceño ,convocó a más de 10 chefs del cantón San Vicente.
    El Festival de la langosta, que se realizó en Briceño ,convocó a más de 10 chefs del cantón San Vicente. Foto: Cortesía Municipio de San Vicente
  • Emprendimientos en auge en Bolívar

    María Victoria Espinosa

    (F) Contenido Intercultural

    Relacionadas

    En el cantón manabita Bolívar, desde el 2017 los emprendimientos aumentaron. Según un catastro que realizó el Municipio, en el 2015, se registraron 234 negocios. Mientras que en el 2016 se crearon 50 y en los años siguientes otros 150 más.

    El catedrático universitario, José Cedeño, afirma que el incremento se debe a que a raíz del terremoto del 16 de abril del 2016 se dieron facilidades de crédito, capacitaciones y ferias para exponer los productos.

    Además se empezó a ejecutar en el cantón el proyecto Cuna de Emprendedores de la Prefectura. Este proyecto consiste en capacitar sobre mercadeo, ventas, atención al cliente y contabilidad a los emprendedores. También les asesoraban en los trámites para obtener permisos y códigos de barras.

    Cedeño señala que el crecimiento de los nuevos negocios también se debe al trabajo que ha realizado la Universidad Laica Eloy Alfaro. “Los estudiantes de los últimos semestres de la sede en Calceta ya tienen sus proyectos de negocios y eso les permite trabajar independientemente cuando se gradúan o desde antes”.

    En la sede de esa universidad se realizó hace dos semanas una feria de emprendimiento y producción que convocó a más de 100 emprendedores y microempresarios de Manabí.

    De Bolívar se expusieron 30 negocios, que se crearon en los últimos dos años. Estos emprendimientos rescatan la identidad y costumbres del montuvio de la zona rural de Bolívar.

    Uno de los negocios que participó en la feria fue Café El Carrizal. Ese emprendimiento es de Calceta, la cabecera cantonal de Bolívar.

    Daniela Mendoza, gerente del negocio, asegura que en el 2015, empezó a sembrar café orgánico junto a cuatro productores más en la zona Bajo Grande. Pero el precio que les pagaban los intermediarios por el quintal era bajo (USD 50). Por eso, Mendoza creó la marca de café orgánico para pasar El Perezoso.

    Mendoza afirma que le colocaron ese nombre porque los montuvios acostumbran a tomar café al levantarse para quitarse la pereza e iniciar la jornada agrícola desde las 06:00. “Siempre decimos que la única forma de combatir la pereza es con un buen café”.

    Sin embargo, el terremoto afectó la economía de Calceta y el negocio que apenas empezaba no pudo sostenerse. Así que en 2017, decidieron retomarlo pero con un nuevo nombre: Café El Carrizal.

    Con esta nueva marca han tenido mejores resultados. “El río Carrizal es muy importante para esta zona agrícola”.

    Mendoza señala que se venden 500 fundas de 220 gramos de café mensuales. La distribución se hace en tiendas de Manabí, Quito, Guayaquil y Cuenca.

    Carlos Montesdeoca es otro emprendedor de Bolívar. Él creó la microempresa EMIPULP, que en la actualidad procesa 400 kilos de frutas maduras y de las cuales comercializa 200 kilos.

    La pulpa de nueve frutas se vende congelada en hoteles, restaurantes y bares del país.

    Montesdeoca afirma que en las plantaciones de cacao o café, el montuvio siempre tuvo la costumbre de sembrar árboles frutales para fortalecer la tierra. “Lo que hicimos fue darle un valor agregado a esa fruta con un procesamiento que permite que la pulpa no tenga conservantes”.

    La dulcería Marialy es otro de los emprendimientos de Calceta, que se reactivó luego del terremoto del 2016.

    Este negocio es uno de los más tradicionales de Calceta. Se creó hace más de 27 años, con las recetas típicas de 45 dulces manabitas como troliches, alfajores, rompope, bizcochos, natilla, rompope, entre otros.

    Natalia Schettini, una de las propietarias, señaló que después del terremoto, el país se interesó más por la gastronomía manabita y desde entonces su negocio empezó a distribuir a otras provincias como Guayas, Azuay. Pichincha…

    Eso les ha permitido innovar en las nuevas presentaciones como el rompope, que tienen frases de reflexión en la botella.

    En Calceta (Bolívar) se realizó una feria de emprendimientos en la que participaron 100 negocios manabitas.
    En Calceta (Bolívar) se realizó una feria de emprendimientos en la que participaron 100 negocios manabitas. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
  • La tradición del tejido de muebles aún se mantiene

    María Victoria Espinosa

    Redactora (F)
    Contenido Intercultural

    Relacionadas

    Las manos rápidas del artesano Rodolfo Alonso, entrelazan las fibras de papel kraft con el hierro para crear muebles con diferentes estilos de tejidos.

    Lo hace en la vereda de la avenida 10 de Agosto, en Montecristi. Ahí se encuentra el taller artesanal Josue, que se creó hace más de 40 años y que rescata el tejido típico de los muebles manabitas.

    Elaborar un mueble puede tardar entre cuatro y seis días dependiendo del tamaño y el modelo. Alonso afirma que sus manos son veloces y que las horas pasan sin que él se de cuenta cuando teje.

    Eso se debe a que se dedica a este oficio desde que tenía 10 años. La mayoría de su familia se dedicaba ya a este oficio; en la actualidad él y su prima Gloria Mantuano son los encargados de elaborar hasta 10 juegos de mueble al mes.

    De esos, cuatro se venden en Montecristi, no solo a clientes locales sino a dueños de hosterías, o clientes de Manta, Portoviejo, Chone y otros cantones manabitas. El resto se comercializa en Guayas, Pichincha, Loja, Esmeraldas, entre otros.

    Cada mueble se elabora bajo pedido debido a que los muebles son personalizados al gusto del cliente. Unos prefieren tejidos más elaborados con bordes que sobresalen del espaldar o las patas. Otros buscan un modelo menos elaborado, pero que esté reforzado en los asientos y espaldar.

    Mantuano afirma que al menos tres generaciones de su familia se han dedicado a la confección de muebles artesanales. Pero hace dos décadas se cambió el mimbre, que era el material típico del pueblo montuvio, por la fibra de papel kraft, que se importa desde Colombia. “El mimbre ya no se consigue en Ecuador, pero la fibra es parecida y resuelve el problema”, afirmó.

    Esta fibra cuesta entre USD 30 y USD 50. Tras adquirirla, Alonso la procesa en una máquina que hace cabos. Con una torta de ese material se fabrican alrededor de dos muebles. En el taller trabajan ocho personas, entre estos un soldador que se encarga de hacer las estructuras en hierro y un tapicero, quien elabora los cojines de diferentes tamaños y formas.

    La más pedida es la canasta de descanso, que es un mueble tipo hamaca. Estas cuestan entre USD 110 hasta USD 250, dependiendo del tipo de tejido que se use. “La fibra es más resistente que el mimbre por eso buscan este tipo de mueble tipo hamaca”, señaló la artesana manabita.

    Los artesanos señalan que este material es más duradero que el mimbre y que los muebles se pueden utilizar en el interior o exterior de la casa y tienen una vida útil de unos 20 y 30 años, según el cuidado y mantenimiento.

    Los clientes conocen de estos productos a través de recomendaciones de otros clientes o por las redes sociales.

    Pedro Zambrano adquirió tres juegos de muebles para un hotel que administra en Guayaquil.
    Él afirma que los muebles son duraderos y que comprarle a los artesanos de Montecristi es una práctica que ayuda a que las tradiciones típicas continúen.

    La artesana Gloria Mantuano es administradora del taller artesanal Josue, ubicado en Montecristi, Manabí.
    La artesana Gloria Mantuano es administradora del taller artesanal Josue, ubicado en Montecristi, Manabí. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Manabí mantiene su aire emprendedor

    María Victoria Espinosa (F)

    Relacionadas

    Las ferias y festivales manabitas han posicionado a los emprendedores de Manabí que elaboran productos típicos. Entre el 2016 y marzo del 2019 se organizaron 279 ferias en Manabí, Pichincha, Guayas, Azuay y otras provincias en las que los protagonistas fueron emprendedores manabitas.

    Linda Chong, coordinadora de la unidad técnica de Emprendimientos de la Dirección de Fomento productivo de la Prefectura de Manabí, señala que desde antes del terremoto de abril del 2016 se empezó dar asesoría a los emprendedores para mejorar marcas y recetas de los productos, pero a raíz de las condiciones devastadoras en las que quedó la provincia tras el terremoto, la asesoría y el acompañamiento se intensificaron.

    Para Lorena Castillo, de la línea de aliños ‘Picando Ando’, las ferias permitieron que los supermercados a escala nacional se fijaran en productos típicos manabitas.
    Según la Prefectura de Manabí, al menos 150 productos de la provincia se distribuyen en tiendas y supermercados nacionales.

    En el caso de los emprendimientos de café molido y tostado, hay 15 emprendimientos que ya se venden a escala nacional. Uno de ellos, es el café El Mañanerito, producido por la Asociación de Producción Industrial Cafeteros de Manabí.

    Ellos tienen una planta en la parroquia Noboa, del cantón 24 de Mayo. Ahí se producen 1 800 fundas, que se distribuyen en Manabí, Quito y Guayaquil a través de Supermercados Tía.

    Otro producto, que también está en las perchas nacionales es Chifles Del Mejor. Este emprendimiento se creó en el 2011 y durante cuatro años se dedicó a crear recetas innovadoras para saborizar a los chifles de plátano verde y maduro. En la actualidad tiene tipos de sabores a maduro con queso, encebollado y el natural. También ofrece otros productos como el dulce de banano con cacao.

    Los productos con la marca Del Mejor están en 72 locales de la Corporación Favorita; en los locales de la cadena Del Portal en Guayaquil y Galápagos, así como en tiendas y supermercados de la provincia.

    Freddy Zambrano, propietario del negocio Del Mejor, señala que las ferias que se empezaron a realizar a raíz del terremoto del 2016, fueron una ventana para mostrar los productos manabitas al país.

    Los dulces y productos lácteos también hacen parte de la gama de productos que se ha posicionado a escala nacional.

    La marca Doña Oti, elabora un manjar con leche, canela y azúcar. “Es el clásico y delicioso manjar que nuestras abuelas y madres preparaban en los hogares manabitas”, señala la emprendedora Otilia Andrade, de Chone.

    Ella señala que su negocio nació hace 20 años, en el sector Las Chonanas. Pero no había podido promocionarlo en otras ciudades manabitas por falta de recursos económicos.
    Pero en el 2016 decidió asistir a una feria en Portoviejo. Ella hizo degustaciones y entregó su número de teléfono a los clientes.

    A los pocos días, empezaron a llamarla para hacerle pedidos del manjar de leche. Eso la motivó a crear nuevas recetas de manjar con sabor a frutas como mango, naranja, coco, limón, entre otras.

    Este año, ya se han realizado seis ferias en Manta, Portoviejo, Rocafuerte, Chone y San Vicente.

    En este último cantón se realizó una feria y una rueda de negocios a la que asistieron 18 asociaciones.

    En Manabí se han realizado 279 ferias y festivales para emprendedores, edsde el 2016 hasta marzo del 2019. Foto: Cortesía Prefectura de Manabí
    En Manabí se han realizado 279 ferias y festivales para emprendedores, edsde el 2016 hasta marzo del 2019. Foto: Cortesía Prefectura de Manabí
  • Tueste y fermentación, las claves en su chocolate

    Evelyn Tapia

    Redactora (I)

    Las notas aromáticas herbales de nueces, frutales y florales de las matas de cacao que crecen en el cantón manabita Flavio Alfaro cautivaron a Danilo Valencia, uno de los fundadores de la fábrica Alikakao. Esta produce chocolate y semielaborados de cacao en Cayambe, bajo la marca Flavia.

    Valencia, ingeniero agroindustrial que trabajó como especialista de seguridad alimentaria en una multinacional, quería emprender su negocio propio de producción de chocolate con cacao de la variedad de fino aroma. Durante tres años buscó un fruto especial y, para ello, visitó varias provincias.

    Finalmente, el emprendedor encontró en Flavio Alfaro a Santiago Arroyo y Melquiades Mejía quienes capacitan a pequeños productores de la zona en cultivos orgánicos y técnicas agrícolas, para tener mejor productividad.

    En este proceso trabaja con Kakawen, una iniciativa orientada a la producción y venta de derivados de cacao arriba. Valencia concretó con esta una alianza estratégica y ahora son socios.

    Mary Arias y Santiago Villalba, dos amigos que conoció en la multinacional en la que Valencia laboró, se sumaron como socios capitalistas y en marzo del 2018 se abrió la fábrica en Cayambe, con una inversión de USD 120 000 para el terreno y la infraestructura.

    Kakawen acopia el producto y se encarga de que la pepa atraviese un proceso para alcanzar el nivel adecuado de fermentación que, según Valencia, es un factor clave para el sabor del chocolate.

    Valencia destaca que en Flavio Alfaro, el cacao que crece en fincas no está “tan intervenido con variedades de clones y de un solo perfil aromático”.

    Añade que otro valor agregado de la marca Flavia es que en la zona donde se cultiva la materia prima, hay plantas de cacao con genética que no es tan conocida y comercializada.

    Son 350 pequeños agricultores de esta área quienes proveen de cacao fino aroma a Alikakao. De ellos, 50 obtendrán este año la certificación orgánica.

    En la fábrica de Cayambe, el 60% de la producción corresponde a semielaborados como polvo de cacao, manteca de cacao y licor de cacao, que se vende a negocios que usan estos productos como insumos para chocolates, repostería, cosmética, etc.

    Una de sus clientes es Rocío Cárdenas, dueña de Golky Cacao y Quinua. Ella compra polvo natural de cacao hace tres meses en esta planta. “Es difícil conseguir un buen proveedor de este tipo de insumos y con ellos nos ha ido excelente, el producto es de muy buena calidad y los precios son muy competitivos”, manifiesta.

    El otro 40% de la producción corresponde a las barras de chocolate negro que se venden como producto terminado en presentaciones de 50 gramos (65, 72 y 80% de chocolate) y bocaditos de chocolate con leche.

    El producto se vende en espacios como Natuorganic, con locales en Quito y el Valle de los Chillos. Este se especializa en productos orgánicos y saludables.

    Tania Velasco, propietaria del sitio, cuenta que abrieron espacio a la marca Flavia porque es un producto que beneficia a comunidades agrícolas de Manabí y porque las barras están libres de preservantes y saborizantes. “Además de que los sabores son únicos, propios del cacao de fino aroma. Las barras tienen un porcentaje saludable de chocolate, aquellas de 70 y 80% de cacao son buenas para la salud”, dice.

    El emprendedor cuenta que el reto más importante fue encontrar el punto ideal de tueste del grano para cada variedad aromática de cacao con la que trabajan. “En este negocio hay mucho celo en cuanto a las técnicas y al conocimiento, entonces tuvimos que investigar mucho, ir a libros antiguos para aprender más”.

    Desde 2018, Alikakao ha atendido a alrededor de 30 clientes, entre empresas, emprendedores que alquilan la planta para maquila y negocios en los que se vende el producto final. Hoy factura algo más de USD 3 000 al mes.

    La principal estrategia de promoción es la cata, en donde esperan que el cliente ecuatoriano aprenda a distinguir y disfrutar de este chocolate. Este año está previsto que salgan a la venta dos nuevos productos: chocolate con fruta y cremas de cacao con avellana y con maní.

    La planta de producción de la marca Flavia se ubica en Cayambe. La materia prima es cacao de fino aroma que se cultiva en Flavio Alfaro, Manabí.
    La planta de producción de la marca Flavia se ubica en Cayambe. La materia prima es cacao de fino aroma que se cultiva en Flavio Alfaro, Manabí. Foto: Diego Pallero / Líderes