Etiqueta: Manabí

  • Rocafuerte es la fábrica de los dulces manabitas

    Redacción Guayaquil

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    El olor a canela y leche seduce a los clientes de Dulcería Los Almendros, ubicada en la vía de ingreso al cantón Rocafuerte, en Manabí.

    Este negocio se inició hace 20 años como una herencia familiar con los esposos Ondina Delgado y Jimmy Romero. Fue la madre de Ondina quien le enseñó la preparación hace 40 años. Ahora, 14 mujeres son las encargadas de preservar el sabor tradicional.

    Al entrar al local, los turistas nacionales y extranjeros se encuentran con 90 variedades. Entre las más solicitadas están los alfajores de chocolate, bocadillo, huevo moyo, bizcochuelo, manjares de leche, conitos. También ofertan dulces de frutas de guineo, piña, agua de coco, mamey, papaya; y de zanahoria y camote. Hay cocadas de diferentes colores: negra, blanca, roja, verde, de leche condensada; y helados.

    Las puertas de la dulcería están abiertas desde las 07:00 hasta las 20:00. Pero la jornada de Romero empieza a las 04:00. Se levanta a ordeñar las vacas para proveerse de la leche que necesitará para la elaboración de los dulces. También compra algo adicional a sus vecinos ganaderos.

    “Los turistas llegan a toda hora y de todas partes. Tenemos un promedio de 300 a 500 personas diarias que vienen a comprar”. El manabita señala que Rocafuerte es el único sitio donde se prepara el limón relleno.

    Este manjar se prepara por ocho días. Se parte el limón a la mitad y se saca lo agridulce, se sumerge alternativamente en agua fría y caliente hasta eliminar lo ácido. El relleno es de manjar de haba o arroz. Este dulce cuesta USD 1. Los demás varían entre 0,05 y 0,10.

    Los esposos recuerdan que empezaron con 10 variedades, pero que cada año crean nuevos productos. “Este año implementamos el alfajor de chocolate que venden en Argentina, ahora lo estamos haciendo aquí. Siempre estamos innovando, porque es lo que los clientes exigen”.

    Hace tres años, los productos se elaboraban artesanalmente en las estufas y hornos de barro. Pero por la demanda debieron invertir en hornos y cocinas industriales. “Solo se cambió el instrumento pero la receta y la elaboración mantienen la tradición”, dice Romero.

    El local se divide en dos secciones: en la parte delantera se exhiben y comercializan los dulces, helados y lácteos; mientras que en la parte de atrás se instaló una fábrica de alimentos, donde cada mujer sabe su labor y se divide la cocción, el horneado, la mezcla y la distribución.

    La preparación de dulces nació cuando llegaron las monjas oblatas, quienes enseñaron a las manabitas a elaborar los dulces con los productos que había en su entorno, como leche, harina, azúcar. “Mientras sus esposos estaban en el campo, ellas hacían dulces”, cuenta Concepción Solórzano, presidenta de la Asociación de Productores de Dulces de Rocafuerte (Asoprocar).

    Actualmente la mayor parte de la población utiliza esta actividad como sustento económico. A lo largo de la vía se observa cómo cada familia coloca una mesa fuera de su casa para ofertar sus productos. Asoprocar tiene 60 socios de pequeños y medianos negocios.

    La mayor parte de la población de Rocafuerte, en Manabí, tiene en los dulces su principal sustento económico. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    La mayor parte de la población de Rocafuerte, en Manabí, tiene en los dulces su principal sustento económico. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Industrias Ales reusará 60% de sus aguas

    Mónica Mendoza

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    Una de las inversiones más importantes de Industrias Ales C.A. está en su nueva Planta de Tratamiento y Recuperación de Aguas Residuales.

    Empezó a operar el 15 de junio cuando se inauguró, en los patios posteriores del complejo industrial de 17 hectáreas, instalado en el ingreso a Manta, en Manabí.

    La inversión en la planta con tecnología de punta fue de USD 1,1 millones y es parte del plan estratégico de responsabilidad social de la compañía, que en noviembre próximo cumplirá 75 años.

    María del Carmen Burneo, presidenta del directorio de Industrias Ales, explica que la construcción de la planta apunta a la filosofía del cuidado del ambiente e innovación industrial. “Estamos construyendo país y comprometidos con los principios de calidad y cuidado del medioambiente, ratificando así nuestro compromiso con la comunidad y nuestros consumidores”.

    Durante el acto de inauguración de la planta, Burneo destacó la innovación de este proyecto que se inserta en los planes de sustentabilidad en la visión de negocios y gestión empresarial.

    La planta de tratamiento tiene una capacidad de producción de 499 m3 por día de las aguas residuales que provienen de sus procesos fabriles.

    El agua ya tratada y recuperada se reutiliza en los calderos de la industria. Eso permite ahorrar el 60% de las aguas que se usan en los procesos de producción. Así, ya no descargan esos líquidos residuales hacia la red urbana de la ciudad o afluentes.

    El agua de todas las áreas se almacena en un tanque pulmón donde se retiran los sólidos y se adicionan los químicos necesarios. Hasta lograr un Ph neutro del agua y reusarla en la industria.

    Industrias Ales se convirtió en una de las compañías agroindustriales más grandes y dinámicas del Ecuador. Ha diversificado su producción desde 1943 cuando arrancó como una empresa fabril dedicada a las velas y los tradicionales jabones de lavar Ales.

    El último lanzamiento de productos fueron las nuevas salsas de su marca estrella Alesol (salsa de tomate, mayonesa y mostaza). La presentación fue el 11 de mayo del 2018. Así ingresó este año a un nuevo segmento de mercado, denominado el de salsas frías. El producto tiene diferentes presentaciones: ‘doypacks’, un formato de envase flexible con más auge actualmente, ‘squeeze’ (400 g- 200 g) y sachets.

    La industria tiene activos por USD 207,2 millones y registró ingresos por ventas USD 168,5 millones en el 2017, según el ranking empresarial de la Superintendencia de Compañías.

    Luis Domínguez, presidente ejecutivo de Ales, señala que el año pasado la industria logró recuperar sus niveles de producción. Esto luego del fuerte impacto que sufrió por el terremoto del 16 de abril del 2016 que afectó a Manabí.

    Ese año las ventas cayeron a USD 152 millones. El sismo destruyó el edificio de envasado de mantecas, aceites y jabones. Pero consiguieron el apoyo de otras industrias para producir en una especie de maquila durante ocho meses, según el directivo. Él calcula que en el 2018 las ventas serán de USD 174 millones.

    En noviembre la firma cumplirá 75 años y se proyecta que tendrán inversiones por USD 3 millones en lo que resta del año.

    La nueva Planta de Tratamiento y Recuperación de Aguas Residuales tiene una capacidad diaria para procesar 499 m3 de aguas de la fábrica. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    La nueva Planta de Tratamiento y Recuperación de Aguas Residuales tiene una capacidad diaria para procesar 499 m3 de aguas de la fábrica. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Tres consorcios internacionales interesados en proyectos petroleros

    Carolina Enriquez

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    Tres consorcios están interesados en invertir en proyectos petroleros en el país.
    Esta información la dio a conocer el ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana, en su cuenta de Twitter este jueves, 21 de junio del 2018. El funcionario está participando, con la delegación de Ecuador, en el séptimo seminario de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (Opep) en Viena (Austria).

    El Ministro señaló que se trata de el consorcio de India, con las empresas ONGC, Hindustan Petroleum, Bharat Petroleum and Indian Oil Corporation; CNPC de China y un grupo formado por EEUU-Catar-UK-Corea del Sur, con varias empresas como Baker Huges (EEUU); Petrofac (UK) y HDEC, SK, SAMSUNG y Daewoo (Corea del Sur) entre otras.

    El funcionario señaló que la mañana de este 21 de junio, junto al ministro de Hidrocarburos, Carlos Pérez, mantuvieron reuniones con los representantes de estas corporaciones que buscan invertir en la Refinería del Pacífico y otros proyectos del área petrolera.

    Foto: Twitter Pablo Campana
    Foto: Twitter Pablo Campana
  • El ‘snack’ que llega a 33 países

    María Victoria Espinosa

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    A 33 países de Asia Europa y América. Ese es el mercado al que llega la empresa manabita Plantain Republic con sus ‘snacks’ de plátano. Este negocio nació formalmente en el 2009, en Portoviejo (Manabí). Pero el sueño, de los hermanos Luis y Enrique Villacreses empezó 10 años antes. En 1999, los manabitas tuvieron que emigrar a EE.UU. debido a la crisis económica que se originó en el país.

    En ese momento, la familia tenía un negocio con el que distribuían productos de consumo masivo a tiendas de la provincia.  Pero sus clientes dejaron de pagar las facturas y el negocio entró en crisis. Los hermanos debieron instalarse en Nueva York y trabajar en restaurantes o incluso limpiando vidrios para cumplir con las deudas en Ecuador.

    Luego de unos cinco años, lograron reunir un capital de USD 35 000 que lo invirtieron en comprar chifles a una fábrica local en Queens (Nueva York) para venderlos en las tiendas y supermercados de la zona.

    Ese trabajo lo combinaban con el de vender ‘snacks’ en los estadios de esa ciudad. Luis Villacreses recuerda que una de las metas que se plantearon era diseñar una marca para los chifles y que la fábrica solo les suministrara el producto. Así nació Tropic Max, exotic snacks. La primera compra con su marca fue de un contenedor (3 100 cajas), que se vendieron en cuatro meses. El precio de la funda de bocadillos era de USD 1.

    En el 2009, la marca ya se había posicionado en Queens. Pero tuvo inconvenientes con la producción porque la fábrica empezó a entregar los productos con menor calidad y con retrasos.

    Por eso, los hermanos decidieron que debían construir su propia planta en Manabí, donde podían encontrar a menor costo la materia prima.Luis decidió regresar a Ecuador para instalar una planta en Portoviejo, a la que nombraron Plantain Republic.

    Para eso, se debió rentar dos bodegas y adecuarlas. Ellos invirtieron alrededor de USD 20 000 en maquinarias y utensilios de cocina para la fabricación de varios tipos de ‘snacks’ de plátano, con diferentes cortes, tamaños y sabores.

    La empresa Plantain Republic elabora 11 productos a base del plátano como patacones, croutons, chifles de sal, dulce, picantes, entre otros. Fotos: Juan Pérez / LÍDERES
    La empresa Plantain Republic elabora 11 productos a base del plátano como patacones, croutons, chifles de sal, dulce, picantes, entre otros. Fotos: Juan Pérez / LÍDERES

    Además contrataron a seis personas para pelar el plátano y clasificarlo. Cada semana se enviaba un contenedor a EE.UU. Luego empezaron a promocionar sus productos en otros países de América Latina a través de las ferias que organizaba Pro Ecuador.

    En estos encuentros con empresarios de otros países, Plantain Republic empezó a perfeccionar los sabores y también a obtener certificados para poder ingresar a las perchas de los supermercados en Europa y en Asia.

    Hasta el momento ya han obtenido siete certificaciones, que han servido para demostrar ante los compradores la calidad del producto, las buenas prácticas en la planta, que la marca es vegana, entre otras. Cada semana, la empresa exporta 70 toneladas de la marca Tropic Max, que equivalen a ocho contenedores.

    Para cumplir con esa demanda del producto, se debió aumentar la planta de trabajadores de seis a 293 empleados. Además debieron buscar a cuatro asociaciones de productores de plátano y a 300 finqueros de Manabí para que les provean de 70 toneladas diarias de plátano de lunes a viernes.

    Mientras que el fin de semana la producción es menor y se abastecen únicamente con unas 35 toneladas.

    Villacreses señala que uno de los momentos más difíciles que enfrentó la empresa fue el terremoto de abril de 2016. Eso debido a que la planta de tres pisos, que habían construido se derrumbó y se perdieron las oficinas administrativas con la maquinaria.

    Al momento han logrado recuperar la primera planta, que es donde funciona la fábrica de chifles. “Cada año hacemos un nuevo arreglo y de apoco nos estamos levantando”.

    Para Luis, el terremoto no acabó con las esperanzas de seguir creciendo y el año anterior, a través de las ferias de Pro Ecuador, lograron ingresar a Japón y este año ya se proyectan a llevar los ‘snacks’ a otros países asiáticos.

    Otro de los proyectos que se fortaleció con el terremoto fue el de ayudar a tres instituciones que se dedican al cuidado de más de 80 adultos mayores de Portoviejo.

    Lo hacen a través de la venta de la cáscara del plátano. El kilo de esos desechos se vende a USD 0,02 a los ganaderos de la región, que la utilizan para darles de comer al ganado. Con el dinero que obtienen compran las donaciones para los adultos mayores.

    Luis Villacreses
    Gerente General 

    La fortaleza de este negocio es entregar un producto de calidad y eso se ha logrado porque se ha escuchado cada recomendación de los clientes y se han buscados las certificaciones que avalen los 11 tipos de ‘snacks’ que tenemos en el mercado internacional. Eso nos ha permitido competir. Otro factor importante ha sido la oportunidad de asistir a ruedas de negocios y ferias en el extranjero. Cada año procuramos asistir a al menos cuatro expoferias.

    Las Cifras

    50%  de la  producción se vende en EE.UU. Desde Nueva York se distribuye a otros estados. La producción restante se vende en Europa y Asia. El producto no se vende en Ecuador.

    300 agricultores  manabitas y cuatro asociaciones de productores son los proveedores de 70 toneladas diarias de plátano verde.

    2 socios se encargan de administrar la empresa en Ecuador.

    6,4 millones facturó la empresa en el 2017.

    La empresa Plantain Republic elabora 11 productos a base del plátano como patacones, croutons, chifles de sal, dulce, picantes, entre otros. Fotos:  Juan Pérez / LÍDERES
    La empresa Plantain Republic elabora 11 productos a base del plátano como patacones, croutons, chifles de sal, dulce, picantes, entre otros. Fotos: Juan Pérez / LÍDERES
  • La planta láctea renació después del terremoto

    María Victoria Espinosa (F) Contenido Intercultural

    El terremoto del 16 de abril de 2016, acabó con la microempresa de lácteos Lalo Loor, pero no derrumbó los sueños de su dueño.

    Este emprendimiento tiene 30 años en el mercado y debió empezar nuevamente a la semana del sismo, que afectó a Manabí y Esmeraldas. Pero desde hace un año y seis meses recién inició la producción de yogur.

    Lalo Loor tuvo que remover los escombros que habían caído en las maquinas. Una parte de la producción, logró salvarse y fue donada a los niños de Tabuga y Jama (Manabí), donde se encuentra instalado este negocio.

    Para que esa producción no se perdiera, Loor debió conseguir hielo para hacer funcionar una máquina y comprar una planta de energía, debido a que la luz a penas fue reinstalada dos meses después del terremoto.

    Pese a ese esfuerzo por colocar la luz en la planta láctea, que fue de unos USD 5 000, Loor entendió que reabrir su planta tardaría más tiempo porque el sistema de enfriamiento del yogur había colapsado, al igual que las máquinas con las que se mezcla el yogur. “Hubo momentos en los que no sabía qué hacer. Pero con mi familia decidimos no rendirnos”.

    Loor decidió vender el ganado que le proporcionaba la leche para hacer el yogur. Con ese dinero, alrededor de USD 10 000, compró nuevamente la maquinaria Pero esta vez la leche tuvo que comprársela a los ganaderos montuvios de la zona de Tabuga.

    Al día llegan unos 50 litros de leche hasta la planta con los que se hace yogur, queso y postres.

    Hasta antes del terremoto la producción diaria era de hasta 30 litros de yogur, ahora mermó a la mitad. Loor señala que se debe a que aún no ha podido recuperar el cuarto frío para almacenar el producto. Por el momento, la producción se guarda en refrigeradoras industriales. “Aplicamos a créditos y ayudas del Estado, pero no fuimos favorecidos”.

    Sin embargo, el manabita afirma que de a poco ha ido recuperando a sus clientes, más de 100 y el producto se volvió a comercializar en Pedernales y Jama.

    El punto de venta principal está ubicado en el kilómetro 28 de la vía PedernalesJama.
    Ahí, la familia Loor construyó una cabaña típica del pueblo montuvio. En ese sitio funciona una tienda en la que ofrecen los yogures con trozos de piña, coco, mora, fresa y durazno, que cuestan entre USD 1 y USD 5, según la presentación y el tamaño.

    También se venden postres como las frutillas con crema batida y el flan de fresa. “No utilizamos preservantes. Son postres con recetas típicas manabitas”.

    En esa cabaña también se encuentran productos típicos de Manabí, que son elaborados por emprendedores de Jama y Pedernales. Se encuentran dulces manabitas, café de Tabuga, rosquillas, queso de finca, dulce de leche, entre otros.

    Esos productos, en su mayoría, son comprados por los turistas y estudiantes que visitan el bosque Lalo Loor, ubicado a pocos 700 metros de la cabaña, o las playas.

    El turista Juan Carlos Borja viaja hasta Bahía de Caráquez cada dos meses y una de las paradas es en la tienda de ‘don Lalo’. Él asegura que en el lugar hay un espacio para descansar y comprar productos típicos manabitas. “Siempre venimos para tratar de reactivar los negocios que se afectaron en el terremoto”.

    Sobre el negocio

    La planta láctea Lalo Loor se creó hace 30 años, cuando la familia empezó a dedicarse a la ganadería, en Tabuga.

    Del ganado lechero obtenían la leche para vender y para fabricar el yogur. Pero en el terremoto debieron vender las vacas y ahora compran a los montuvios de Tabuga.
    El negocio tiene cinco empleados entre familiares y lugareños. El producto se vende en las tiendas de Jama y Peder­nales. Pero también a los turistas que vistan la playa y el bosque de esa zona.

    En una cabaña, en la vía Jama - Pedernales, Lalo Loor elabora sus productos como el yogurt y los postres. Foto: Juan Carlos Pérez  para LÍDERES
    En una cabaña, en la vía Jama – Pedernales, Lalo Loor elabora sus productos como el yogurt y los postres. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Desde el cacao hasta las barras

    Patricia González

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    Perla Organic, sin planificarlo, nació en la hacienda Agua y Tierra, en Manabí, hace cerca de ocho años. En esa época el papá de Carol Marcial comenzó con la producción de cacao fino de aroma en la plantación familiar.

    Por mucho tiempo, Fabián Marcial vendió la materia prima de la tierra a intermedios. El negocio, para su hija, era desventajoso y poco rentable. Ella, como estudiante de finanzas y administración de empresas en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), enfocó su trabajo de grado en el desarrollo de un proyecto de emprendimiento sobre la producción de chocolate. Esa fue la génesis de la exportadora Perla Organic.

    La joven, hoy de 28 años, egresó en 2015 de la Universidad. A sus dos carreras se sumaron un minor en publicidad y un curso de chocolatería, que le permitió comprender mejor todo el proceso que conlleva la elaboración de este dulce producto.

    En 2016, sin perder tiempo, cumplió con todos los pasos para convertir su proyecto de emprendimiento en una realidad. Con una inversión de USD 500 000 –producto de un préstamo familiar– instaló la fábrica de chocolates en el norte de Quito, desarrolló la marca y, en Manabí, se impulsó a la plantación cacaotera de 20 hectáreas dentro de Agua y Tierra.

    Los productos de la marca de chocolate cuentan con certificaciones orgánicas de EE.UU., la Unión Europea y la Unión Ortodoxa. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Los productos de la marca de chocolate cuentan con certificaciones orgánicas de EE.UU., la Unión Europea y la Unión Ortodoxa. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

    Con el norte en la exportación, durante ese año Carol gestionó las certificaciones necesarias que avalaran su producto como orgánico en EE.UU., Europa y ante la Unión Ortodoxa; así como la certificación de BPM (Buenas Prácticas de Manufactura).

    Perla Organic salió oficialmente al mercado en enero del 2017. Y en 16 meses el crecimiento ha sido vertiginoso. El pasado año cerró con una facturación de más de USD 200 000, de los cuales el 40% corresponden a las ventas en mercados internacionales.

    La marca cuenta con un portafolio de 40 variedades de chocolate. Las barras son su producto emblemático. En esta categoría ofrece aquellas gourmet, que tienen sabores como licor de canela, ají y mango o jengibre y piña; las barras plain, en las que varía el porcentaje de cacao; y las raw, en las que la temperatura se mantuvo en 45 grados centígrados durante todo el proceso de producción, conservando mejor las propiedades del grano.

    También están las barras para chocolate de taza, con sabores de café y uvilla. En otras variedades del producto, la marca ofrece frutas deshidratadas cubiertas de chocolate, nibs de cacao en trozos, pasta de cacao y la línea de repostería en la que vende coberturas de chocolate a granel.

    La empresa trabaja con 15 proveedores, principalmente para los ingredientes adicionales de cada producto, el empaque y la presentación. La firma Espin Graf trabaja desde el inicio con Perla Organic en el diseño de los empaques de la marca, tanto de las barras como de los otros productos . Un elemento diferenciador en la envoltura de los chocolates es que incluye un nib de cacao, con el fin de que los clientes conozcan el origen.

    Perla Organic cuenta con un portafolio de 50 clientes. En Ecuador se puede encontrar en locales de las cadenas Fybeca y El Español. También en la tienda de delicatessen El Griego, localizada en el centro comercial Quicentro Shopping en Quito y en locales productos turísticos.

    Carol Marcial, gerente de la empresa Perla Organic que produce y exporta chocolate. Foto. Julio Estrella / LÍDERES
    Carol Marcial, gerente de la empresa Perla Organic que produce y exporta chocolate. Foto. Julio Estrella / LÍDERES

    Entre sus clientes locales está Galería La Cuchara, en el Centro Histórico. Ibeth Arias, gerente del lugar, destaca la calidad del producto en cuanto a su aroma y sabor, así como también el manejo de relaciones comerciales de la marca. “Es un producto exclusivo que sale de lo convencional”, añade. La galería adquiere cerca de 300 unidades de chocolate al mes.

    La agencia Metropolitan Touringe es otro de sus cliente. Alessandra Baautista, ejecutiva de promoción y publicidad, resalta los sabores originales de sus barras de chocolate, que no se hallan en el mercado. Esta empresa entrega el producto como regalo a clientes en el exterior.

    En el mercado internacional, la marca se comercializa en EE.UU., China, Francia, Ucrania, Suiza, España y Holanda. Además en 2017 participó en siete ferias en el exterior. Marcial considera que lo más difícil hasta ahora ha sido precisamente entrar al mercado y que haya recompra del cliente, por la alta competencia.

    Sin embargo, destaca que una fortaleza de la marca y que le distingue de otros productos del mercado es que cuenta con toda la cadena de producción, con lo que da garantía al cliente de la trazabilidad del producto.

    La firma Perla Organic tiene su fábrica de producción en el norte de Quito. Allí laboran seis trabajadores. Al mes produce ocho toneladas. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    La firma Perla Organic tiene su fábrica de producción en el norte de Quito. Allí laboran seis trabajadores. Al mes produce ocho toneladas. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • De Bahía de Caráquez surgió uno de los líderes de LinkedIn Italia

    Carolina Enriquez

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    Un salto exponencial fue el que dio Leonardo Intriago. De las playas de Bahía de Caráquez, en Manabí, cruzó tierra y mar para llegar hasta Italia, donde se convirtió en una de las personas que abrieron la oficina de LinkedIn en ese país europeo.

    Su trabajo difiere mucho de sus anhelos juveniles, cuando estaba interesado en el mundo del arte. En ese entonces sentía confusión sobre qué estudiar en la universidad, por lo que acudió al departamento de orientación vocacional de su colegio y le recomendaron que opte por carreras vinculadas a la sicología o los negocios.

    No hizo caso y se inscribió, en 1995, en la carrera de Arquitectura de la Universidad Católica de Quito. Le interesó porque allí había la posibilidad de aprender diseño global, que era un concepto revolucionario; conforme avanzó la carrera, debido a cambios académicos, se dio cuenta que, tal vez, cometió un error al escoger los estudios de arquitectura. También le gustaban mucho los negocios.

    A esa conclusión también llegó durante su participación en Aiesec, una organización de jóvenes que trata temas globales, interculturalidad, liderazgo, emprendimiento, etc. Casi todos sus integrantes eran economistas e Intriago quedó fascinado con ese mundo; debía tomar una decisión de qué hacer para su vida.

    Eligió irse a vivir a EE.UU. para mejorar su inglés, donde se quedó año y medio. Trabajó medio tiempo y se involucró en el mundo de los negocios. “Era 1997 y sucedió el terremoto de Bahía. Mi familia ya no podía ayudarme así que tuve que empezar a pagar mis estudios”, recuerda.
    Volvió al Ecuador, terminó su carrera en diseño gráfico y comunicación visual. Al continuar en Aiesec pudo hacer un intercambio en Italia en el 2002, donde decidió hacer toda su vida.

    De esa época lo recuerda la economista Paula Suárez. Ella lo describe como un “excelente profesional y una persona con capacidad de aprender y de asombrarse. Cuando algo le interesa, lo aprende y no se rinde. Tiene un talento para conectarse con la gente”.

    Esas cualidades, precisamente, le permitieron hacer ‘clic’ en Italia. Durante dos años trabajó en Aiesec de ese país como vicepresidente, vinculado principalmente al área de recursos humanos.

    Atrás quedó el diseño y se concentró, principalmente, a ayudar a empresas a contratar extranjeros. En ese momento confirmó su interés por los recursos humanos.

    Su profesionalismo le permitió darse a conocer en las empresas más grandes del mundo de talento humano. De esa manera llegó a Price Waterhouse Cooper (PWC) en Italia, en el 2005.

    Entre las claves que le permitieron crecer personal y profesionalmente en ese país estuvo perfeccionar el italiano tanto para conversaciones regulares como para profesionales. Para ello decidió vivir junto a italianos, reducir el contacto con hispanohablantes, involucrarse en la cultura y tener apertura mental.

    Gianpiero Pagliaro, excolega y vicepresidente de desarrollo de talento de Mediterranean Shipping Company (MSC), admira la capacidad de Intriago para aprender y crecer continuamente sin perder de vista sus valores fundamentales y su legado con su origen. “No ha sido fácil para él dejar su país. Al mismo tiempo, esta se convirtió en una de las razones más importantes por las que quiere tener éxito en la vida”.

    Esa tenacidad fue la que le permitió tomar una de las decisiones más trascendentales de su vida en el 2012. Su vida laboral era muy buena y, de pronto, le contactaron de LinkedIn para que se convirtiera en su principal consultor.

    Él no supo qué decisión tomar porque le pareció un poco extraño dejar su cargo de gerente para lo que le ofrecían. Sin embargo, desde la red social le explicaron que su cargo sería importante ya que tendría que, desde cero, levantar la oficina de LinkedIn en Italia.

    Lo pensó y aceptó el reto. Con unas cinco personas no solo logró sacar adelante la oficina, que fue la primera en Europa, sino asesorar en todo el continente para la creación de otras nuevas. Actualmente, trabaja con 30 personas y tiene el cargo de ‘senior corporate succes manager’.

    Como parte de LinkedIn también ha viajado a las oficinas de Omán, Catar, Dubái, Londres, etc. Mantiene contacto con representantes de empresas de recursos humanos de todo el mundo.
    A través de la compañía pudo estudiar un máster de administración de proyectos en la escuela de ingeniería del Politécnico de Milán, ciudad en la que reside.

    Su tesis tuvo el reconocimiento de la Asociación de Administración de Proyectos de Italia como la mejor a escala nacional.

    Datos

    Su proyecto de tesis de maestría es sobre la reorganización de una oficina al interior de LinkdIn. Todavía no se ha aplicado, pero el modelo fue premiado en el 2017.

    Actualmente es representante de los derechos GLBTI en Italia, comunidad de la que forma parte.

    Le apasiona mucho el ciclismo. Durante el año pasado recorrió 850 kilómetros en la zona sur del Reino Unido.

    Leonardo Intriago disfruta de preparar platillos ecuatorianos, como el cebiche de camarón. Por su trabajo viaja por Europa y se da tiempo para apoyar a la comunidad GLBTI. Foto: Cortesía Leonardo Intriago
    Leonardo Intriago disfruta de preparar platillos ecuatorianos, como el cebiche de camarón. Por su trabajo viaja por Europa y se da tiempo para apoyar a la comunidad GLBTI. Foto: Cortesía Leonardo Intriago
  • Carlo Ruiz: ‘Toda asociación puede dar el salto’

    Redacción Quito

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    Carlo Ruiz, responsable del área de Desarrollo Económico Inclusivo y Riesgos del PNUD, da a conocer el trabajo de apoyo que se realiza en favor de pequeños productores y asociaciones. Comparte el trabajo realizado tras el terremoto del  16 de abril del 2016 y cómo se “exportaron” experiencias.

    ¿Qué diagnóstico tiene el PNUD sobre las asociaciones y pequeños productores ecuatorianos que tratan de salir adelante?

    Uno de los valores agregados que tenemos es el aprendizaje a escala local e internacional. Dentro de eso hemos visto factores comunes que determinan el éxito o el fracaso de proyectos. Uno de eso factores es trabajar en el enfoque de la demanda. Muchas veces surgen proyectos para generar oferta, mejorar su producto, incrementar el volumen. Pero una vez que ha terminado el apoyo, se suponía que quedaban listos, pero se caía el proyecto porque no se pensaba en la demanda. Entonces una de las lecciones aprendidas es pensar en la oferta; puede ser difícil y por eso la clave es empatar oferta con la demanda.

    ¿Cómo se puede lograr eso?

    En el PNUD una de las prioridades, a escala global, es la erradicación de la pobreza. Dentro de eso la clave es la resiliencia, la capacidad de las personas de adaptarse a una situación cambiante. Con estos elementos tratamos de enganchar la demanda para que las asociaciones productivas del país puedan entrar a circuitos económicos de manera más justa y equitativa y sostenible.

    ¿Cómo se logra esto?

    Con una serie de herramientas, a nivel global que las traemos al país, o desarrollando metodologías propias en Ecuador según las necesidades.

    ¿En el caso de las herramientas que llegan desde afuera, qué ejemplos hay?

    El el desarrollo inclusivo trabajamos con tres metodologías: el Programa de Desarrollo de Proveedores (PDP); el programa En marcha y Creciendo con su negocio. El primero surgió en México con el objetivo de trabajar con empresas anclas grandes para mejorar de lado y lado: a la empresa y a sus proveedores. La idea es que estos últimos pueden desarrollar productos y diversificar clientes. Los programas que operan en períodos cortos no siempre dejan listas a las personas o asociaciones. Muchas veces no están listas para quedarse solas y por eso queremos dar acompañamiento más largo para fortalecer a las instituciones públicas que son parte de estos procesos. Estos nos ha dado resultados.

    Sabemos que a raíz del terremoto de abril de 2016 se aplicaron estos programas. ¿Qué resultados se lograron?

    Tras el terremoto necesitábamos soluciones rápidas para ayudar a las asociaciones productivas afectadas en Manabí. Adaptamos el PDP, con una versión más ligera. Había asociaciones afectadas, con cosechas perdidas. Los mercados también estaban destruidos y allí nació la metodología Creciendo con su negocio. Empezamos un proceso de ocho meses en el que participó un consultor del PNUD que identificó problemas; se levantó un plan de mejoras y se empezó a trabajar en temas como finanzas, logística, insumos… Con los resultados el consultor buscaba demanda o mercado para una asociación determinada.

    Entonces el terremoto ‘permitió’ que surja este programa. Ahora, ¿qué tan complicado es cumplir este ciclo?

    Al comienzo fue complicado. Partimos de la adaptación de un programa y aprendimos con la implementación. Hubo que aplicar. Ahora todo esto ya está sistematizado y automatizado en programas informáticos. Y esto permite llevar herramientas a otros países.

    ¿Se ha llevado al extranjero programas hechos en el país?

    Sí. El programa En Marcha salió de Ecuador. Este empezó en Quito asesorando a comerciantes locales. Esta metodología se aplicó en El Caribe tras los huracanes del año pasado. En Haití también se utiliza en zonas afectadas, así como en México, tras el último terremoto. Esto es gracias al trabajo en red del PNUD; esto permite un intercambio.

    ¿Que tipo de retroalimentación se ha dado en el país luego de aplicar estas metodologías en los sitios del terremoto y en otras experiencias?

    Los aprendizajes son en tiempos de paz y en tiempos de crisis. Hemos visto con agrado que los cambios que se dan tras un proceso de ayuda más largo es muy notorio y genera más apropiación de parte de las asociaciones. Nuestra asesoría no es en lo agronómico, sino en lo empresarial y por eso queremos que las asociaciones trabajen más como un emprendimiento o como una empresa, que cambien el chip y den un salto.

    ¿Cuántas asociaciones se han beneficiado?

    Tenemos 25 en Esmeraldas, 26 en Manabí y 8 en Carchi. Lo que también nos importa es lograr equilibrio en género dentro de estas unidades productivas. El empoderamiento económico de las mujeres genera cambios estructurales muy importantes y contribuye a reducir violencia contra la mujer. Esto permite conseguir otros resultados que no están ligados al desarrollo empresarial, pero que son efectos positivos.

    ¿A todo este apoyo se da seguimiento?

    Hacemos mediciones de monitoreo, esto mide indicadores específicos que nos permiten ver cambios en el tiempo. Cuando termina el proyecto hacemos unas dos o tres visitas para ver si se mantiene el apoyo. Hemos encontrado que en un tipo de negocios funciona mejor que en otros. Uno de los factores de éxito es que se identifica cómo el comprador necesita que le llegue el producto, en qué cantidad, frecuencia, etc. Esto se informa a la asociación y se da una relación directa, justa y sostenible en el tiempo.

    ¿Hay sectores que tengan más potencial que otros? ¿Agrícola, ganadería…?

    Hemos trabajado con pescadores artesanales, asociaciones de cacao, arroz, café. En lo lácteo hemos trabajado más en el Programa de Desarrollo de Proveedores con una empresa privada. También tuvimos un proyecto con una empresa textilera. El trabajo siempre se cumple en coordinación con instituciones públicas, con gobiernos provinciales o con el Ministerio de Industrias. Esto permite saber con certeza la potencialidad de un determinado producto en el mercado.

    Hoja de vida

    Estudios. Abogado ecuatoriano. Estudió Administración y Políticas Públicas en la Universidad de Massachussets. También estudió en la Flacso una maestría en Gobernanza Energética.

    Experiencia. Ha trabajado en temas de gestión y derecho ambiental en un proyecto del Banco Mundial. También estuvo en la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas, la Vicepresidencia de la República, la Cooperación Alemana.

    Cargo. En la actualidad es responsable del área de Desarrollo Económico Inclusivo y Riesgos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la oficina de Ecuador. Trabaja en temas de desarrollo productivo y sector privado.

    En la actualidad es Responsable del área de Desarrollo Económico Inclusivo y Riesgos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la oficina de Ecuador. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    En la actualidad es Responsable del área de Desarrollo Económico Inclusivo y Riesgos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la oficina de Ecuador. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Los trapiches son el centro de una ruta de desarrollo y turismo

    Marcel Bonilla

    Contenido intercultural

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    Los afros y manabitas que llegaron hasta la población de El Tigre, parroquia Tachina del cantón Esmeraldas, trajeron una tradición en común: moler la caña para hacer guarapo.

    Algunas de las familias llevan más de 40 años asentadas en esos territorios, en los que sembraron caña de azúcar y construyeron trapiches de madera, que son empujados por mulas.

    Para su construcción, los diseñadores afros vinieron desde las poblaciones norteñas de Maldonado, Timbiré y Colón Eloy, cantón Eloy Alfaro, y llevaron madera fina para su montaje.

    “Todo el conocimiento lo hemos obtenido de nuestros ancestros”, explica Teobaldo Caicedo, uno de los constructores, quien elabora y brinda mantenimiento a los aparatos tradicionales.
    Los trapiches se han convertido en parte del atractivo de Tachina, porque permiten observar a los visitantes desde el proceso de corte de la caña hasta su preparación para obtener el jugo.

    Por tradición, ambas etnias siembran la caña a escasos metros de sus casas y atizan el fogón con leña o bagazo de caña para calentar el juego de la caña y elaborar la tradicional panela de El Tigre.

    Desde hace un año se trabaja en el diseño de la que se denominará ‘La Ruta de los Trapiches’, que permitirá conocer cómo es el proceso para la obtención del guarapo a quienes visitan esta zona, que está a solo una hora de la ciudad de Esmeraldas.

    El estudio, que se coordina con la Junta Parroquial de Tachina, implica dar a conocer las costumbres de los pueblos afro y montuvio, dedicados también a la ganadería y cultivos plátano.

    A través de este trabajo se empatará la ruta de los trapiches con los atractivos naturales de la zona como las cascadas que llevan el nombre de El Tigre. También se busca mostrar el desarrollo de la ganadería en la zona. Ahí se habla de las fincas turísticas ubicadas al filo de la carretera de ingreso y muy cerca al estero Tachina, que baña toda la zona turística de esta parte de Esmeraldas.

    Ricardo Rúa, uno de los propietarios de los trapiches, por ahora produce su guarapo para consumo familiar y vende en botellas a los turistas que acuden a las cascadas los fines de semana.

    En su caso aprovecha la producción de jugo de caña para hacer panelas, pero en pocas cantidades, debido a la producción artesanal como se la realiza.

    Con la implementación de la ruta, el objetivo es registrar la marca afropanela de El Tigre, y que se abra mercado donde se venda la producción que por ahora es de 50 barras ante la baja demanda.

    Angélica Chica, habitante de El Tigre, cultiva la caña para vender el jugo refrigerado, pero cree que con la ruta no solo se promocionarán los trapiches, sino la comida afro y manabita como la tonga.

    El pedido para la implementación de la ruta se ha realizado a la Dirección de fomento productivo de la Prefectura de Esmeraldas, para que a lo largo de la vía se construyan paraderos.

    La zona se ha convertido en turística por sus cascadas naturales y los guayacanes que florecen le dan un valor añadido a esa parte del cantón de donde se obtiene guarapo de caña.

    Carlos Acosta, coordinador zonal de Turismo, zona 1, asegura que las iniciativas turísticas con contenido cultural es una de las mejores formas de vender a la provincia de Esmeraldas.

    A través del Ministerio de Turismo se iniciará un proceso de capacitación a los habitantes de El Tigre, previo a la implementación de ‘La ruta de los Trapiches’, que busca impulsar la economía de 20 familias de forma directa.

    La gastronomía

    La ruta tendría dos paradas solo para ver la preparación del guarapo y degustar del jugo de la caña de azúcar de El Tigre.
    En la propuesta se incorpora el turismo ecológico, por senderos que permiten llegar hasta dos cascadas de agua fresca.
    La fusión de la gastronomía afro y la manabita complementará la iniciativa turística por la que trabajan los habitantes de esa comunidad.
    El pedido  para la implementación de la ruta se ha realizado a la Dirección de fomento productivo de la Prefectura de Esmeraldas. Una parte del proyecto contempla la construcción de paraderos para los turistas que lleguen al lugar.

    Los trapiches se han convertido en parte del atractivo de Tachina. Las familias enseñan a los visitantes. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Los trapiches se han convertido en parte del atractivo de Tachina. Las familias enseñan a los visitantes. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • En este restaurante se puede degustar la sazón nacional

    Redacción Santo Domingo (F) – Contenido Intercultural

    La gastronomía tradicional manabita y de la sierra se fusionó en El Señor de los Secos. Este negocio nació hace más de un año en Santo Domingo de los Tsáchilas.

    Los propietarios Daniel y Ronny Paucar buscaban implementar en el mercado local, un negocio que les permitiera recordar las raíces gastronómicas del país, especialmente las manabitas.

    En un terreno, que no era utilizado por la familia, adecuaron un pequeño local en el que empezaron a probar las recetas para rescatar los sabores ancestrales.

    Los hermanos Paucar contrataron a una manabita para que les ayudara a recrear el plato montuvio más tradicional de Manabí: el seco de gallina.

    Para hacerlo debieron conseguir ollas de barro y condimentos manabitas como el cilantro de monte y oreganón.

    Este plato fue degustado por familiares y amigos para medir el nivel de aceptación. También lo hicieron con el nombre. “Buscábamos un nombre tradicional como achiote, pero El Señor de los Secos fue el que más acogida tuvo”, señaló Daniel Paucar.

    Los emprendedores continuaron descubriendo platos tradicionales, que fueran acogidos por la clientela santodomingueña. Hasta que probaron con la receta familiar del seco de chivo, que se acompaña con arroz, aguacate y plátano. Ese es uno de los platos más vendidos del local. “Es un plato que hacía mi abuelita, luego mi mami y ahora nosotros”.

    Entre semana se venden un promedio de 80 platos a diario. Mientras que los sábados y domingos las ventas aumentas hasta a 150 secos por día.

    El negocio inició con una inversión de entre USD 15 000 y 20 000,entre la adecuación del local, del parqueadero y el mobiliario. Daniel Paucar señala que en menos de un año ya debieron hacer dos modificaciones al local para agrandarlo.

    Junto al parqueadero adecuaron un espacio con mesas para captar a más clientes. Ese lugar también es utilizado para que los clientes festejen cumpleaños, baby showers, cenas familiares…

    La segunda modificación fue en la bodega. Ese espacio ahora es utilizado como un asadero de pollos. “La idea es que el cliente encuentre varias opciones en el restaurante. Si no desea un plato tradicional también hay combos de pollo asado”.

    José Verdezoto es cliente de este negocio. Él señaló que el restaurante ha logrado captar el sabor típico de cada plato. “Mientras sirven el seco, nos colocan en la mesa una porción de plátano maduro con maní o sal prieta. Son detalles que me recuerdan a mi Manabí”.

    Daniel Paucar señala que la idea de hacer comida tradicional nació en Canadá, donde vivió seis años.

    Ahí aprendió técnicas gastronómicas y añoró la comida ecuatoriana y las tradiciones.
    Por eso al regresar a Santo Domingo tuvo claro el tipo de negocio que abriría en sociedad con su hermano Ronny Paucar.

    En la actualidad han ampliado la oferta de platos típicos como la carne de cerdo punzada, fritada, pescado frito y las menestras manabitas de plátano. Los precios varían entre USD 3 y USD 5.

    Los hermanos Daniel y Ronny Paucar se asociaron para abrir un restaurante de comida tradicional llamado El Señor de los Secos. Foto: Juan Carlos Pérez para LIDERES
    Los hermanos Daniel y Ronny Paucar se asociaron para abrir un restaurante de comida tradicional llamado El Señor de los Secos. Foto: Juan Carlos Pérez para LIDERES