Etiqueta: moda

  • En su taller los diseños pasan del papel a las camisetas

    REDACCIÓN QUITO

    La creatividad de Luis Cobo, un diseñador gráfico de 33 años impresionaba a sus amigos. Tanto, que ellos querían sus dibujos en sus camisetas. Por ello, comenzó a realizar sus creaciones en papel ‘transfer’, para que sus amigos pudieran estampar sus gráficos en sus prendas, a su gusto.

    Gracias a las primeras camisetas, los diseños de Cobo se hicieron conocidos, y no solo los amigos querían tener una. Por ello, al conocer el éxito que tenía su iniciativa en su círculo social una amiga le dijo: «¿Por qué no dejas de ser shunsho y sacas a la venta tus camisetas?». Gracias a ese cuestionamiento nació el nombre para su marca: Shunshoo, que buscaba reflejar moda con diseños auténticos, buena calidad y hecho en Ecuador.

    Su primera colección, que se presentó en el 2007, tuvo cuatro modelos para hombre y mujer. La comercialización era directa y la promoción se basaba en recomendaciones a amigos y conocidos.

    Pero no fue hasta el año pasado que decidió dar un nuevo impulso a la marca. Por esta razón, se unió al proyecto María José Cardona, profesional en marketing y temas financieros. En agosto del año pasado, Shunshoo presentó su nueva colección. Los socios invirtieron USD 2 000 para confeccionar 200 camisetas.

    La manufactura se realiza en pequeñas empresas textiles de Quito, al igual que el estampado. Mientras que la promoción se la realiza por medio de redes sociales como Twitter y Facebook.

    Actualmente, al mes esta iniciativa vende un promedio de 13 camisetas. La distribución es directa y también la comercializan en el bazar Messklan, en el norte de Quito. Y la facturación mensual bordea los USD 320, en promedio.

    Cardona y Cobo, definen a su público objetivo como jóvenes de clase media, universitarios, a los que les gusta la moda alternativa. Por ejemplo, uno de sus clientes desde que inició el emprendimiento son los integrantes de la banda de pop-rock Revés.

    Eddy Zumárraga y Andrés Noboa, integrantes de esta agrupación quiteña, señalan que las camisetas de Shunshoo les dan el «estilo y la imagen» que necesitan. Siempre las usan en sus presentaciones. y gracias a ello, se han sumado nuevos clientes.

    Uno de ellos es Alberto Pérez. Este estudiante universitario comenta que cuando las vio le llamó la atención su diseño «fuera de lo común», por ello adquirió dos. «Es buena la calidad del estampado y de la tela».

    En esto coincide Paula Molina, quien compró tres camisetas a principios de este año. «La tela es de buena calidad y los diseños muy originales».

    El producto

    El empaque.  Las camisetas se venden en un envase de lata, que tiene una etiqueta de la marca.

    El precio. Cada unidad se comercializa a USD 25, tanto los modelos para hombre como para mujer.

  • En su sitio web se promocionan artículos de 16 diseñadoras

    Redacción Guayaquil

    Una plataforma para la comercialización de creaciones de diseñadores nacionales es la propuesta de www.closetpurpura.com. La página web, que funciona desde hace dos meses, es el emprendimiento de las guayaquileñas Natalia Ponce y Pilar Salazar.

    La oferta consiste en camisetas, pantalones, vestidos, carteras, aretes, collares, sombreros de paja toquilla…de 16 marcas de diseñadoras ecuatorianas. Se trata de: Alejandra Aguilar, Adriana García, Ile Miranda, Allpa Hats, Claudia Hurel, Hippie Chic, Paola Liao, Teresa Valencia, Poupée, Vanessa Iturralde, No More Jeans, Estefi Wright, Just Lovely, Anywho Shoes, Carolina Valencia y Corium Leather Goods.

    Para estas amantes de la moda, los diseños y la calidad de los productos nacionales han mejorado notablemente en los últimos cinco años. Por ello, buscan catapultar en el mercado a ciertas marcas y creadores porteños que recién están ingresando en el mercado local.

    Los diseñadores no pagan por aparecer en la página. El sistema es que Clóset Púrpura gana un porcentaje por cada venta realizada. La entrega se realiza a todo el país, a través de Correos del Ecuador. Por ejemplo, Emma Kleen compró unas pulseras desde Manta (Manabí). Ella conoció el portal a través de Twitter. “Luego de entrar a la página y revisar los detalles, realicé un depósito bancario y recibí mi pedido luego de 48 horas”.

    Otra forma de pago es mediante tarjeta de crédito. La página funciona con un botón de pago habilitado por Pacificard, que permite a los clientes realizar la transacción con Visa y MasterCard.

    Según Ponce, otro de los objetivos de Clóset Púrpura es promover la cultura ‘on line’. “En otros países los consumidores compran normalmente vía Internet”, afirma. “Incluso desde Ecuador se realizan compras en el exterior por esta vía. La idea es que se haga también localmente”. A largo plazo, buscan realizar envíos a otros países, agrega Salazar.

    La diseñadora Alejandra Aguilar opina que el portal es un espacio adicional para que los clientes accedan a sus piezas. Ella elabora aretes y tiene un local ubicado en la ciudadela Entre Ríos (vía a Samborondón). Dice que esta propuesta ayudará a abrir mercado a los nuevos diseñadores.

  • El diseñador nacional tiene un nuevo canal para vender

    Redacción Quito

    El comercio electrónico en el país es un canal de negocios lleno de posibilidades. Así lo considera Juan Giraldo, un joven emprendedor que después de estudiar administración de negocios en los Estados Unidos, regresó al país con el objetivo de crear un portal ecuatoriano de compras por Internet.

    Era mayo del 2012 cuando regresó. «En el Ecuador no había mucha competencia en temas de comercio electrónico e hicimos un sondeo sobre este segmento en Latinoamérica y el Ecuador. Pero no encontramos mucha información», cuenta este joven empresario.

    Junto a Nathalia Rivera decidieron crear la plataforma de compras en línea www.deshoppingvip.com. Se trata de un portal digital en donde se oferta ropa de diseñadores nacionales, marcas de otros países, fotografías y afiches.

    «La idea fue comenzar con la oferta de ropa y accesorios pues nos dimos cuenta que los diseñadores ecuatorianos todavía no cuentan con muchos canales para la venta de sus productos. Sus ideas se convierten en artículos de demanda constante», asegura Rivera, hoy gerenta de Marketing de la empresa.

    El desarrollo del portal web Deshoppingvip.com requirió de una inversión cercana a los USD 20 000 y estuvo lista en abril de este año. «Requerimos mucha planificación, comenzamos en agosto del 2012 con el diseño del portal; al mismo tiempo comenzamos con la adecuación de un espacio para oficinas y la constitución legal de la empresa… Con todo ese trabajo listo pudimos lanzar el portal en ocho meses», asegura Giraldo.

    Hasta julio de este año el portal ya contaba con 45 marcas locales y extranjeras, que exhiben sus productos por períodos de 15 días, antes de rotar. Parte de la estrategia es que los productos no permanezcan estáticos en la página, con descuentos de hasta el 60%.

    Marisa Miranda es una diseñadora que tiene una línea de ropa femenina, zapatos, bolsos y accesorios. Ella destaca que el portal le ha permitido vender sus productos fuera del país. «Es una ventaja vender por Internet más cuando se tiene el respaldo de una empresa confiable».

    Como cliente, Ana Mendoza encuentra favorable la existencia de un sitio web de compras que incluya líneas de ropa ecuatoriana. «Hay diseñadores jóvenes que no se conocen aún en el país y tienen muy buenos productos».

    Otros datos

    El convenio. Las marcas deben cancelar un porcentaje de las ventas hechas a través del portal.

    Las compras. Los pagos se realizan con tarjeta de crédito o PayPal; el producto se entregan en domicilio.

  • Más jóvenes muestran sus estilos en la moda

    Redacción Guayaquil

    Vestidos, pantalones, blusas, shorts, zapatos, carteras, pulsera y collares. Son las prendas y accesorios fundamentales de la moda. En Ecuador, los diseñadores nacionales de prendas de vestir y calzado son quienes empiezan a marcar una tendencia en el país.

    Las creaciones y estilos de jóvenes creadoras conquistan a la mujer ecuatoriana. Para Bertha Serrano, creadora de la marca Fulgore -que nació en el 2011-, los diseñadores nacionales pueden marcar tendencias. «Quien quiere puede», expresa. Ella presentó una cápsula de su nueva colección en la pasarela del evento Sedal Trendhunters, que el 25 de junio reunió a otras tres diseñadoras.

    Serrano cree que la mujer ecuatoriana experimentó un cambio en cuanto a la vestimenta. «Ahora nos arriesgamos a usar colores vivos, diferentes texturas y combinaciones», acota. Ese cambio generó un aceptación hacia las creaciones de los diseñadores nacionales.

    Con ella concuerda la diseñadora Marissa Miranda. «Cada vez tenemos más aceptación (…); la calidad y exclusividad de las creaciones han ido abriendo puertas», dice. Ella diseña prendas desde hace cinco años, y hace ocho meses inauguró su primera tienda en Quito. Sus diseños están inspirados en la naturaleza, los colores y la frescura. «La idea es crear una tendencia en ropa fresca y juvenil, una ropa para usar día a día», acota.

    Para Paulina Anda, diseñadora de calzado, la aceptación de las prendas de diseñadores nacionales es parte de un proceso de cambio. «Hoy en día la mujer ecuatoriana cree en el producto creado por nosotros». Ella presentó modelos de tacones asimétricos que fueron del gusto de las asistentes al evento. La palestra de colores que usó incluyen fundamentalmente el verde y magenta.

    La diseñadora Mónica Campaña apostó en esa pasarela por incluir blusas ombligueras con faldas hasta la cintura que permiten ver una parte del abdomen. Para ella, imponer nuevos conceptos en la moda ecuatoriana es un reto.

    La nueva temporada

    El cambio de estación. Inspira la creación de nuevos estilos, texturas y modelos de prendas y accesorios. Según las diseñadoras consultadas, el color de la temporada será el verde.

    El estilo. Las prendas tendrán un estilo retro con colores vivos y combinaciones atrevidas. Las tendencias son las transparencias y detalles de piedras.

    Otros materiales. La seda y algodón también serán parte de la tendencia. Las telas estampadas darán forma a nuevas creaciones locales.

  • Lo urbano y lo vintage se enlazan en estos diseños

    Redacción Guayaquil

    Cuando Christhian Armijos retornó a Ecuador, hace dos años, lo hizo con la idea de crear su propia marca de ropa. Este diseñador ecuatoriano que estudió, durante ocho años en la Universidad de Palermo (Argentina), Diseño de Modas se abre espacio en la moda nacional. Armijos bautizó a su marca como Joaquín Lapin y tiene un conejo en blanco y negro como logotipo.

    A Armijos sus amigos le dicen Joaquín y además es el nombre de su abuelo, y lapin significa conejo en francés.

    Este diseñador confecciona prendas con tela nacional y confiesa que se inclina más por el estilo de la moda europea. En sus prensas fusiona el diseño urbano con la tendencia vintage (retro o antiguo). «Mis creaciones están fuertemente inspiradas por la moda, especialmente la de los años 50 y 60», expresa el diseñador.

    Su primera colección la lanzó a inicios de años y la denominó Vamos al páramo pero llevemos al gato. Esta colección de 24 prendas que incluye vestidos, pantalones para mujer, chaquetas, blusas, camisas y camisetas estampadas tiene un toque de fantasía y estampados como el ‘polka dot’.

    En dos de estas prendas se fijó Jackie Loza, quien contactó a Armijos por la red social Facebook. «Me llamó la atención porque son prendas vanguardistas e innovadoras que no ves muy a menudo en las calles de la ciudad», indica Loza.

    Armijos prepara su segunda colección. En esta presentará ropa para la playa y trajes de baño. «Me estoy inspirando en las tribus, en la selva, en las frutas tropicales para presentar algo fresco y que sea del agrado de todos», señala.

    El emprendedor invirtió USD 5 000 que obtuvo de un préstamo familiar.

    Con ello compró telas, botones, hilos, tres máquinas de coser y una máquina para estampado. Su taller funciona en su casa, en el las paredes están adornadas de sus creaciones que primero plasma en un papel y luego confecciona.

    Fabricar una prenda le toma de dos días a un semana desde la concepción del diseño hasta que logra coserla y perfeccionar la prenda. «Diseñar los modelos se me da muy fácil, pero soy perfeccionista y busco crear las prendas como las he imaginado», confiesa el diseñador.

    Laura Rodríguez adquirió uno de los vestidos del diseñador. «Fui una vez a la feria La Placita y me enamoré de los diseños porque reflejan comodidad», indica.

    Este negocio factura mensualmente alrededor de USD 700. En tres semanas, la marca Joaquín Lapin tiene previsto abrir un local en Montañita (Santa Elena). «Ese lugar es una vitrina, mis prendas pueden llegar al exterior y es un buen referente para conquistar el mercado de la moda nacional», dice Armijos.

    Diseño y confección Materia prima. 
    Las telas que usa para sus creaciones son de origen nacional.Estampados. La línea de camisetas tiene estampados que él mismo diseña en su computadora. Los gatos fueron protagonista de la primera colección.

  • ‘El estilo es esencial en el diseño de moda’

    Alan Beltrán, Asesor de imagen y Diseñador

    El Especialista

    La moda no es producir prendas en grandes cantidades; es crear y diseñar algo que de alguna manera sea exclusivo. Para generar tendencias en moda es necesario contar con creaciones, no adaptaciones, y se necesita un mercado que aprecie eso.

    En Ecuador, las personas no están acostumbradas a usar ropa de diseñador. Y eso se ve demostrado en que, por ejemplo, la moda internacional llega al país con unos dos meses de retraso.

    Muchas veces los diseñadores no crean. Lo que se hace en el país es tomar las tendencias de afuera y adaptarlas al medio. Pero los cambios son significativos, pues se cambia la materia prima, principalmente.

    Las creaciones de los diseñadores ecuatorianos es variada, pero va ligada a las tendencias internacionales. Por ejemplo, ahora en el país está de moda la randa (encajes), pero en otros países eso estuvo de moda hace un año y medio. No podemos decir que los diseñadores ecuatorianos no tienen talento, pero se dejan influenciar por lo que ya está creado.

    Algo positivo es que en Ecuador cada vez más diseñadores y personas se atreven a lanzar su propia marca de ropa, calzado o accesorios. Eso es importante, y se nota un cambio, pues los emprendedores que tienen gusto por la moda ya no invierten en adquirir franquicias o marcas, sino que también invierten en crear y producir aquí en el país.

    Esta tendencia se dio desde hace un par de años, no solo en el campo del diseño, sino de la moda en general. Aún falta que la mujer ecuatoriana rompa estereotipos, porque todavía prefiere lo común. Muchas ideas de diseñadores ecuatorianos no prosperan, porque no son del gusto de las mujeres del país. Falta atreverse y dejar de usar lo sencillo.

    Un diseñador no necesariamente debe haberse graduado en las mejores escuelas para ser bueno. Un diseñador que aspire a marcar tendencias en la moda nacional debe tener pasión y atreverse. Lo importante es que un diseñador tiene que marcar su propio estilo, de manera que si alguien ve una prenda, pueda reconocer inmediatamente al diseñador y a la marca. A nivel internacional las marcas Prada o Gucci se reconocen, y llevan instantáneamente a pensar en moda.

    En Ecuador ya podemos señalar y pensar en diseñadores como referente.

    «En Ecuador  ya podemos señalar y pensar en diseñadores como referente de la moda y el diseño de accesorios.»

  • El sombrero de paja toquilla, por lo alto

    Pedro Maldonado Redacción Quito / LÍDERES

    Steven Spielberg, el reconocido director de cine estadounidense, sonríe mientras luce un sombrero de paja toquilla. Lo mismo hace Bo Derek, la actriz que en los años 70 y 80 fue considerada una de las mujeres más bellas del planeta.

    Los rostros de estas celebridades lucen ‘adornados’ por modernos sombreros en la cuentas de Instagram y Facebook de Metier, una firma ecuatoriana que tiene como meta resaltar en el mundo, que el sombrero de paja toquilla es ecuatoriano.

    Esta iniciativa nació hace cuatro años de tres jóvenes ecuatorianos, que comparten valores y una visión del mundo más justa y equilibrada. Diana Pazmiño, Alessandro Benincasa y Hugo Gonzenbach son los responsables de posicionar esta marca y sus sombreros en Ecuador y en otros mercados como Gales y EE.UU. Pero no solo las celebridades aparecen en las cuentas de esta compañía. En Instagram, Facebook, Pinterest y otros espacios virtuales también tienen protagonismo los artesanos de Manabí y Azuay que trabajan con la paja toquilla y que constituyen parte medular del trabajo de Metier.

    Pazmiño es bióloga, Benincasa estudió comunicación y Gonzenbach es ingeniero agrónomo. El destino los conectó en Guayaquil y los ha llevado por Europa y EE.UU.

    Pazmiño y Benincasa viajaron en el 2009 a Gales. Ella lo hizo para estudiar una maestría en conservación y manejo de recursos naturales y Benincasa con la idea de promocionar las artesanías ecuatorianas. Fueron con sombreros típicos de paja toquilla y artículos de alpaca. También llevaron un primer prototipo del ‘sombrero de paja toquilla urbano de ala corta’, apto para ser usado en la ciudad, cualquier día y a cualquier hora.

    Gonzenbach se quedó en Guayaquil investigando los materiales para desarrollar el prototipo. «La visión fue evolucionar de la artesanía folclórica a una de lujo, a ofrecer un accesorio de moda» resume Benincasa. El destino les sonrió y en Gales presentaron una primera colección en un club de polo. «Fue un nicho muy exclusivo y tuvimos una acogida excelente. Gales fue el primer paso de la marca Metier», cuenta Pazmiño.

    Al mismo tiempo, los sombreros se conocían en Guayaquil, por lo que Pazmiño y Benincasa regresaron a Ecuador para apoyar a Gonzenbach y darle fuerza al producto en el mercado local. La marca abrió una tienda en Galápagos.

    Al recordar el camino recorrido, los responsables de la firma señalan que todo fue un asunto de motivación, de rescatar una tradición nacional como es la paja toquilla. «Por eso mejoramos el diseño y estamos siempre con el cliente».

    Los diseños de estos sombreros urbanos surgen de la mente de los tres socios. Y los artesanos de Manabí y Azuay se encargan de darle la forma y el acabado.

    Para el 2012, Metier amplió sus metas y decidió apostar por EE.UU. Este año su producto estuvo en el Wellington Equestrian Festival, en Florida; US Open de Polo, Palm Beach; Hampton Classic, Nueva York; Mercedes Benz Fashion Week, Miami… Spielberg se convirtió en su cliente en Del Mar National Horse Show, en California (compró 15 sombreros según Pazmiño); y Bo Derek, los lució en el US Open de Polo.

    ¿Cómo llegaron a esos eventos? Es complicado, dicen Benincasa y Pazmiño, «Existen muchos requisitos, pero lo que nos abrió las puertas fue la calidad del producto y la motivación que tenemos para hablar del sombrero de paja toquilla. Se puede pagar hasta USD 20 000 para ser auspiciante», según Benincasa.

    En Ecuador, los sombreros de Metier se han exhibido en espacios como El Mercadito, en Samborondón. Alexa Altgelt, una de las organizadoras de esta feria, destaca que son productos que dan un nuevo concepto a la paja toquilla. «Aplaudo su iniciativa por ser muy novedosa. Las veces que exhibieron con nosotros recibieron muy buenos comentarios de públicos de distintas edades».

    Para el 2014, los emprendedores ya tienen su estrategia: viajar por tierra desde Manabí, a Perú, Chile, Argentina y llegar a Brasil, en pleno Mundial de Fútbol. «Todo para mostrar que el sombrero de paja toquilla es ecuatoriano».

    Las cifras de Metier Las ventas.  Metier ha comercializado al menos 2 000 sombreros, que se venden entre USD 180 y 750, según la calidad, el tiempo de elaboración…La repartición.  Las ventas se dividen en tres partes iguales para: el productor, el posicionamiento de la marca y en reinversión del negocio.La promoción.  La empresa le saca el jugo a las redes sociales como Instagram, Twitter, Pinterest, Tumblr…

  • No hay nada que detenga su vuelo

    Santiago Ayala Sarmiento. Redacción Quito / LÍDERES

    Nació y creció para ser la número 1. Y si para lograrlo tiene que trabajar duro y no pegar el ojo, lo hace. No hay pretextos para llegar a ser la mejor. Y no es que ella tenga superpoderes, solo sabe que debe moverse rápido. Así nadie la alcanzará. «You Can’t Bugme», dice orgullosa Mónica Crespo, mientras lanza una posible traducción «no puedes molestarme», «no puedes alcanzarme».

    Desde el año pasado, esta quiteña, madre de tres hijos, deportista de alto rendimiento, entrenadora, cantante frustrada, ama de cuatro perros, ya casi pedagoga (está a punto de graduarse en la Universidad San Francisco de Quito)…, se aventuró en un proyecto que ya ha llamado la atención de grandes marcas mundiales de ropa deportiva.

    Cursar estudios en Arte, en la Universidad San Francisco, primero, y en New Hampshire, EE.UU., después, le abrió el chacra de la creatividad. Por eso, cuando el año pasado se inscribió, junto con otras dos deportistas, para formar el primer equipo femenino para competir en el Huairasinchi (competencia local que combina varias disciplinas), se le ocurrió la idea de su segundo negocio.

    «¡Hagámonos nuestros propios uniformes!», planteó. «Tenemos muchas cosas por hacer, no hay tiempo», pensaron los demás. Pero Crespo, sintió en ese momento que ese era otro sueño que quería cumplir. Así que a sus largas jornadas de trabajo en el gimnasio GYM, su primer negocio montado hace 10 años, (las iniciales de los nombres de su esposo Gonzalo Calisto y el de ella), de dar clases en la Universidad, de cuidar a sus hijos, de entrenar para las competencias, añadió el bocetear ideas para su sueño.

    Despertarse de pronto a las 03:00, porque se le ocurrió nombres o diseños para la ropa que quería lucir en las competencias, empezó a ser una situación normal. En lugar de contar ovejas para dormir, empezó a contar guepardos, leones, antílopes…, pero ninguno le gustaba. Entonces, una madrugada se levantó con una libélula en su mente, el insecto más veloz del mundo. Así nació el logotipo de su marca y los diseños fueron apareciendo uno a uno, mágicamente. ¡¿El nombre? Por supuesto, ¡Bugme! Se apoyó en su hermana Carolina, que es diseñadora de modas, para crear los patrones de las prendas de mujer. Y así fueron probándolos uno por uno. Hasta que la exigente Mónica sonreía.

    En la primera competencia a la que acudió con su ropa, los demás competidores quedaron absortos y emocionados. Hasta ese momento no habían visto una conjugación tan atractiva y fashion para la vestimenta de las mujeres deportistas. La emoción se replicaba en cada parte del mundo, donde Mónica ha competido: desde la Patagonia hasta Hawái.

    Los materiales están hechos con textiles nacionales de calidad y los diseños son exclusivos, por tanto no hay una producción en masa. Tuvo que patentar su marca y los diseños en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI), ya que varias marcas internacionales -no especifica cuáles por respeto- ya se han acercado para ofrecerle comprar la idea. Ella dice tajantemente que, por ahora, no lo acepta.

    «Yo la admiro porque es una persona que ha sabido salir adelante y ha sido triunfadora en todo lo que se ha propuesto. Como madre es atenta y cariñosa con sus hijos. En la vida del deporte, con esfuerzo y dedicación, se ha transformado en una de las corredoras más fuertes del Ecuador. En cuanto a su negocio es admirable su empuje y enfoque en las necesidades de los deportistas. Es una excelente ejecutiva y vendedora», señala Victoria Calisto, una amiga suya que trabaja en Ventura Fitness club y que es estudiante de Odontología.

    Esa tenacidad, precisamente, es lo que la ha levantado cada vez que las cosas no le han salido bien. Porque, reconoce, también es humana y puede tropezar. Así como puede comerse un hot-dog cuando acompaña a sus hijos al cine y, a la mañana siguiente, salir a correr o hacer bicicleta por horas interminables.

    A los 20 años, esta segunda de tres hermanos, quedó embarazada. «En ese momento te pasan tantas cosas a la vez por la cabeza y te dices «chuta, me estoy saltando tantas etapas, no tengo trabajo, no tengo todavía estudios». Lo superé con el apoyo de mi familia y con el cariño de mis ‘guaguas’. Esa experiencia fue una de las cosas que a mí me hizo mucho más creativa y más emprendedora».

    Tampoco se detuvo cuando hace 10 años, con su esposo, tuvieron que vender lo que tenían, hasta el auto, para comprar las máquinas para montar el gimnasio. Y tampoco se detiene cuando a veces fracasa en las carreras. «Simplemente, es volver a ponerse los zapatos, volverse a levantar y seguir pa’lante. Ya sea en la vida personal, en la vida sentimental, en el campo económico, siempre van a haber momentos difíciles, pero todo es cíclico, las cosas vuelven a repuntar», dice.

    Lourdes Hernández describe a Crespo como una profesional dedicada y generosa para ayudar a las personas a mejorar en su rendimiento deportivo, que se traduce, a su vez, en todos los ámbitos personales. «Además, me sorprende y reta con su fuerza y competitividad impresionantes, todo esto sin perder una gota de glamour y alegría. Lo cual nos pone la vara alta a todas las mujeres».

    2013  LAS COMPETENCIAS Con su esposo, Gonzalo Calisto (izquierda), forman casi siempre equipos de competencia de deportes de aventura. Han ganado múltiples carreras tanto dentro del país como en el exterior.

    2014   LOS DESAFÍOS Hace pocos días culminó con éxito una carrera (‘trail running’) entre Chile y Argentina denominada el Cruce de los Andes. Allí lució las prendas que ella diseñó y trajo algunos pedidos de otros deportistas de élite a nivel mundial.

    UN VISTAZO A SU GESTIÓN EMPRESARIAL

    La colección.

    El primer lanzamineto fue exitoso.350 jerseys se vendieron en un santiamén.

    En internet. En la página de Facebook de Bugme hay pedidos de varias partes del mundo.

    Su faceta ejecutiva.Ha logrado consolidar una empresa con economía de escala.

    «cada vez que siento que voy a darme por vencida digo ¡no!, no voy a darme por vencida. voy a seguir creando, empujando mis sueños».

  • Denisse Cabrera fusiona el diseño y lo social

    Sebastián Angulo Redacción Quito / LÍDERES

    El estereotipo determina que la moda y el mundo intelectual no pueden ir de la mano. Pero Denisse Cabrera siempre rompió esquemas. De hecho, esa fue la clave para que sea una protagonista en el mundo de la moda.

    Esta quiteña, en el 2009, ganó el concurso internacional de la marca estadounidense de ropa USTrendy, en el que participaron unos 7 000 diseñadores independientes de todo el mundo. También ha sido parte del equipo de trabajo de la revista especializada en moda Vogue, de París (Francia), y realizó producciones para publicaciones similares como Elle y L´Officiel.

    Pero la otra faceta de Cabrera es la de una socióloga vinculada con la ayuda social. Actualmente, ocupa el cargo de Directora de Asuntos Internacionales, en la Secretaria Técnica de Discapacidades de la Vicepresidencia de la República.

    Su llegada a esas instancias no fue fortuita. Entre su experiencia cuenta con una pasantía en la Oficina Comercial de Ecuador en Francia, o haber colaborado en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el 2011. Aunque la sociología y la moda parecen incompatibles, Cabrera ha sabido combinar estas dos actividades, incluso, ha tratado de darle un enfoque distinto a sus dos pasiones.

    Su gusto por el diseño nació cuando tenía unos 8 años de edad. En esa época ya comenzaba o bosquejar garabatos en cuadernos y también los juegos con telas y tijeras estaban presentes. La parte creativa, intuye Cabrera, la heredó de su madre, Susana Jaramillo Varea.

    Pero cuando terminó la secundaria, en el Colegio La Condamine, en el 2003, viajó a Francia para estudiar lenguas aplicadas a los intercambios internacionales. La ilusión por esta profesión duró un año y regresó a Ecuador para seguir Sociología y Ciencias Políticas en la Universidad Católica de Quito (PUCE). Se inclinó por esa carrera debido al legado de su padre, Juan José Cabrera Arias, de origen panameño y diplomático de carrera.

    Ya en la universidad, su gusto por la moda no se disipó. Al contrario, tomó mayor fuerza, por lo que ingresó al curso de diseño que imparte la Cámara de la Pequeña Industria de Pichincha (Capeipi).

    Sebastián Yerovi asistió a la PUCE y compartió las aulas con Cabrera. Recuerda que ciertos compañeros y profesores «la veían con algo de escepticismo», suponían que se había equivocado de carrera. «No podía estudiar las dos a la vez, porque estas profesiones, de alguna manera, son antagónicas», añade.

    Yerovi, quien ahora cursa su maestría en Relaciones Internacionales en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), cuenta que a pesar de las dudas que generaba, los compañeros la miraban como alguien sociable y una buena compañera.

    Luego de incorporarse como diseñadora de modas en el 2008, y socióloga un año después, trabajó en el Ministerio de Salud y al mismo tiempo abrió su tienda-estudio en la av. República de El Salvador (norte de Quito), que llevaba su propio nombre como marca.

    Belén Rodríguez es su amiga desde hace 10 años. Entre risas, asegura que siempre comentaban con sus hermanos de cómo Cabrera se daba tiempo para incursionar en diferentes proyectos. «Ella ha manejado bien su tiempo, por ello ha logrado ser quien ahora es».

    Durante el 2009 realizó un diplomado, a distancia, en Gestión Cultural en la Universidad de Chile. Luego de cumplir ese programa, al finalizar ese año regresó a Francia. Esta vez, para estudiar una maestría en Negocios Internacionales en la Escuela de Altos Estudios Internacionales y Políticos, (HEI HEP, por sus siglas en francés).

    La vida en París también le sirvió para vincularse con afamados diseñadores. Gracias a su amistad con Koby Boafo, fotógrafo de moda, participó en producciones de marcas como Christian Dior, Wunderkind y Christian Lacroix. Su estancia en Francia se extendió hasta el 2010. En ese año estudió una maestría en Derecho Económico en la Sorbona.

    Luego de 2 años de preparación académica y roce con marcas y pasarelas regresó a Ecuador. En el 2012 se casó con José Ricardo Peralta, con el que emprendió su negocio de moda. Se llama BOEM, una palabra que busca fusionar lo bohemio y burgués. Con una inversión de unos USD 6 000 crearon su marca y acondicionaron una casa patrimonial en Cumbayá (nororiente de Quito).

    El negocio pretende conjugar la confección de prendas de buena calidad y el comercio justo. Para ello contrata a emprendedoras de la ciudad para la maquilación de los textiles.

    Verónica Criollo es una de las costureras que trabaja para BOEM. Ella comenta que Cabrera le pide confeccionar diseños especiales. Criollo también realiza sugerencias y así se cosen vestidos, chaquetas y más. «Denisse es humilde y cordial. Hacemos un buen equipo».

    En los tiempos libres, Cabrera disfruta de su música preferida: el indie-rock. Salir a trotar y pasear con Milo y Coco, un labrador y un bulldog francés, también son parte de sus fines de semana.

  • En cada prenda ofrece su asesoramiento personal

    Redacción Guayaquil

    Alan Beltrán es ‘personal shopper’ (asesor personal de compras) y bloguero de modas. En el 2011 ideó crear una marca con propuestas diferentes de vestimenta para las mujeres en el país. La iniciativa tomó forma a mediados de este año, cuando se asoció con su amigo Ronny Apolinario y crearon Muse, en agosto.

    La marca diseña, confecciona y comercializa prendas como pantalones, tops, blusas, faldas, vestidos, kimonos, shorts… de diseños originales, creados con insumos nacionales.

    El concepto de la marca es delicado y original, según Grace Rodríguez. Ella ha comprado más de cinco piezas, entre ellas dos blusas. Para esta amante de la moda, Muse crea prendas que le permiten complementar su estilo. «Me gustan los estampados de las blusas y mezclarlas con otras marcas y accesorios para darle un ‘look’ diferente a mi ‘outfit». Rodríguez agrega que la calidad es excelente.

    El precio de las piezas oscila entre los USD 28 y 45. Al mes, Muse vende aproximadamente unas 60 prendas. Para la producción de las piezas, los emprendedores trabajan con tres costureras.

    Una de las estrategias de venta de Muse es la asesoría personalizada. La experiencia de Beltrán en esta área es un valor agregado para las clientas que deseen sugerencias acerca de la vestimenta más adecuada para ellas. Él les asesora sobre qué vestir, con base en su cuerpo, gustos, color de piel…

    Para ello, crearon un showroom, donde atienden a las clientas previa cita. El sitio está ubicado en el sector de Urdesa Norte, en Guayaquil.

    Hasta ahora, Muse ha lanzado tres colecciones de 25 ‘outfits’ cada una. La primera consistió en prendas de tonos neutros, como el blanco y negro. La segunda tuvo una propuesta de ropa más atrevida, con colores más vivos y diseños más osados. La última colección, que Apolinario y Beltrán promocionan este mes, utiliza la tela de randa como material principal.

    Un diferenciador de las prendas de Muse, además del diseño único, es la comodidad. Es la opinión de Raquel Escobar, clienta frecuente de la marca. Escobar dice que las piezas estilizan su silueta y le dan un ‘look’ descomplicado, sin perder el estilo. «Son diseños que no se encuentran en los malls». Además, indica que los precios son asequibles y la calidad del acabado es buena.

    El negocio Las ventas. También se realizan bajo pedido, a través de las redes sociales como Instagram, con entregas a todo el Ecuador.

    La proyección. Expandirse a otras provincias como Manabí y El Oro es uno de los proyectos para el próximo año.