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  • La mujer tiene un rol clave para recuperar la economía poscovid

    Alberto Araujo y Patricia González (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    El impacto económico de la pandemia en el mundo ha golpeado con mayor fuerza a las mujeres debido a dos principales factores: los sectores económicos donde más se emplean y el incremento de las horas de trabajo no remunerado que desempeñan.

    En este contexto, entidades multilaterales enfatizan en que el papel de la mujer para la recuperación económica global es determinante. A escala local, son justamente las mujeres quienes más emprenden cuando hay escasez de trabajo según datos del Global Enterpreneurship Monitor, lo que las hace más protagónicas en el actual contexto.

    Según datos preliminares de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las medidas de confinamiento y de cierres de ciertos sectores de la economía provocaron la disminución de 400 millones de empleos a tiempo completo en todo el mundo.

    Este grave impacto ha sido mayor para las mujeres, ya que los sectores más afectados por los cierres están en servicios de hotelería, alojamiento y restaurantes, la restauración, el comercio y la industria manufacturera.

    Estos sectores emplean al 40% de las mujeres que trabajan frente al 36% de los hombres. En la región, la situación es similar.

    De acuerdo con la Cepal, el parón económico provocará solo este año el cierre de 2,7 millones de empresas en Latinoamérica, elevará la tasa de desempleo regional al 13,5% y llevará a la pobreza a los niveles de 2005.

    En ese contexto, las mujeres jóvenes asimilan el mayor efecto. En el tramo de edad de 25 a 34 años habrá 117 mujeres en extrema pobreza por cada 100 hombres, según datos de la ONU.
    Se estima que el primer semestre del 2020 cerró con un 62,9% de las mujeres en Latinoamérica en inactividad laboral. En medio de estas cifras, el rol de la mujer será aún más protagónico.

    De acuerdo con los resultados del estudio Global Entrepreneurship Monitor Ecuador 2019-2020, publicado en octubre pasado por la Escuela de Negocios de la Espol, las mujeres emprenden en mayor proporción para ganarse la vida ante la escasez de empleo.

    Es decir, esta es una de las principales motivaciones para crear un negocio entre en el 86% de las mujeres que emprenden, frente a un 79% de los hombres con la misma motivación.

    De hecho, justamente la crisis de la pandemia ha derivado en la escasez de empleo y la búsqueda de medios de subsistencia. Por ello, la motivación de las mujeres para emprender, al menos en Ecuador, empata perfectamente con esta necesidad.

    Estas oportunidades, sin embargo, deben ir acompañadas con un mayor acceso al financiamiento que permita hacer florecer los emprendimientos y que estos lleguen a consolidarse.

    “El negocio está en las mujeres, en los emprendimientos femeninos y la recuperación debe tener rostro de mujer”, afirmó el economista jefe y gerente general de Investigación del BID, Eric Parrado Herrera, en un foro sobre recuperación económica en la región, realizado en Chile.

    La atención de las necesidades específicas de las mujeres es clave para una recuperación económica sostenible tras la pandemia, indicó en la cita, la secretaria Ejecutiva de Cepal, Alicia Bárcena.

    Los países de la región tienen más mujeres en cargos ejecutivos

    Las mujeres en cargos ejecutivos han ganado espacio tanto en la región como en el mundo, según estudios. Foto: Freepik.es
    Las mujeres en cargos ejecutivos han ganado espacio tanto en la región como en el mundo, según estudios. Foto: Freepik.es

    Redacción Quito (I)
    El banco alemán N26, con sede en España, presentó la semana pasada el Índice de Oportunidades para las Mujeres 2020-2021.

    El estudio reveló que en cuanto a mujeres en roles gerenciales dentro de los países latinoamericanos, las naciones con mejor calificación fueron Perú, Brasil, Paraguay, El Salvador y Uruguay.

    Ecuador se situó en el puesto 11 de 14 países de América Central y América del Sur, en esta variable. Dentro de los 100 países analizados se ubicó en el puesto 50.

    El Índice de Oportunidades para las mujeres 2020-2021, de N26, es un análisis de la igualdad de género en 100 países y cinco ciudades españolas, que determina los avances en el liderazgo femenino dentro del gobierno, las empresas, las ciencias y tecnología, y el emprendimiento.

    También examina los factores facilitadores del éxito de la mujer como el acceso a la educación y al permiso por maternidad.

    Para elaborar este índice, los técnicos seleccionaron 100 países alrededor del mundo, en todos los continentes, con datos comparables acerca de las mujeres en el lugar de trabajo.

    A fin de establecer el nivel de paridad de género desde lo más alto, se investigó primero cuántos años ha estado gobernado un país por una mujer desde 1970, así como el número total de mujeres en puestos gubernamentales o parlamentarios.

    Después, se buscó a las mujeres en puestos directivos, así como los datos sobre mujeres emprendedoras en cada país, para determinar cuáles naciones contribuyen a promover las más sólidas oportunidades y logros para el liderazgo femenino.

    En el mundo, el índice nombra a Noruega como el país con mayores oportunidades para la mujer, seguido de Finlandia, Islandia, Reino Unido y Alemania.

    Ruanda tiene el mayor número de mujeres en puestos gubernamentales, seguido de España y
    de Finlandia.

    Suecia tiene la mayor cantidad de mujeres en puestos de alta dirección. Mientras que Estados Unidos, la mayor cantidad de emprendedoras; y Japón, la puntuación más alta en el acceso de las mujeres a la educación.

    Estonia ofrece la mayor cantidad de días de permiso por maternidad (1 162), seguida de Eslovaquia (1 148) y Finlandia (1 127).

    En América Latina, el país mejor posicionado en este índice es Argentina seguido de Chile, Costa Rica, Brasil y Bolivia. Ecuador se encuentra en el puesto 10 de 14 en la región y en el puesto 59 respecto de los 100 países medidos.

    El país con más alta puntuación en cuanto a emprendimiento femenino en la región en Colombia, seguido de Perú, Bolivia, Argentina y El Salvador. Los datos están disponibles en la página web https://n26.com/es-es

    De acuerdo con el estudio Mujeres Ejecutivas en Ecuador, de la consultora Deloitte, de marzo del 2018, un 43% de las mujeres que trabajaba en 94 empresas de distintos sectores, consultadas para esa medición, ocupaban un cargo de presidenta, vicepresidenta o gerenta general.

    Estos índices mejoraron respecto de la medición del 2017.

    Cifras relevantes
    El estudio de N26 revela también que en la región el país con más mujeres en el gobierno es Costa Rica, seguido de México y Perú. Ecuador se encuentra en el puesto 7 de 14 países.
    En cuanto a la brecha salarial entre hombres y mujeres, el país mejor puntuado de la región es Costa Rica, seguido de México y Perú. Ecuador ocupa el puesto 7 de 14 países de a región por encima de Colombia, Argentina y Chile, en esta variable.

    El equilibrio entre lo laboral y personal se afectó

    María Pía Villamar, médica de profesión, acompaña en las mañanas a su hija menor en sus clases virtuales. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    María Pía Villamar, médica de profesión, acompaña en las mañanas a su hija menor en sus clases virtuales. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

    Patricia González (I)  patriciag@elcomercio.com

    A María Pía Villamar Urquiza la pandemia del covid-19 le hizo poner las prioridades de su vida en una balanza y tomar decisiones difíciles, por el bienes­tar personal y familiar.

    Es médica con maestría en Salud Ocupacional. Tiene 36 años, es madre de una niña de 5 años y de una adolescente de 17; está casada con un médico anestesiólogo.

    En marzo, cuando comenzó la pandemia, ella laboraba para una clínica privada como Jefa de Servicio Médico Ocupacional. Su jornada era de medio tiempo, pero las circunstancias la obligaban a estar siempre conectada cuando retornaba a casa y mucho más durante un corto período en el que hizo teletrabajo.

    “Había días que trabajaba más de 12 horas, incluso de madrugada, o fines de semana. Las responsabilidades fueron desproporcionadas. Sentí el síndrome del trabajador quemado (estrés laboral crónico)”, cuenta Villamar. A esta sobrecarga laboral se sumó la preocupación de que algún miembro de la familia se contagiara de covid-19, siendo los dos padres médicos.

    En casa, su hija mayor la ayudaba con las clases virtuales de la más pequeña, a quien a su corta edad le resultaba muy difícil prestar atención. En las tardes, María Pía hacía de profesora y reforzaba la clase con su hija. Adicionalmente, durante los primeros meses de la cuarentena se ocupaba de la limpieza del hogar.

    “Por más que lo intentaba, sentía mi hogar abandonado. No estaba conectada con mi familia y lo que vivían mis hijas. En junio decidí renunciar al trabajo. Fue una decisión difícil pero acertada, porque logré brindar estabilidad emocional a mi familia”.

    La historia de María Pía es la de muchas mujeres en Ecuador y el mundo, durante la pandemia.

    Una encuesta de Deloitte, realizada entre agosto y septiembre pasado, a 385 mujeres trabajadoras en nueve países, arrojó que el 82% de sus encuestadas se ha visto afectado negativamente por la pandemia, con impactos en el bienestar físico y mental, así como en el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.

    “Todos hemos tenido que adaptar nuestra vida diaria. Sin embargo, las mujeres están siendo impactadas de manera profunda, ya que enfrentan grandes desafíos y, generalmente, asumen tareas más amplias en el hogar mientras continúan haciendo malabarismos con sus carreras”, señala Emma Codd, líder de Inclusión en Deloitte Global.

    Entre las mujeres que experimentaron cambios en su rutina, un 65% dijo que ahora tiene más responsabilidades en el hogar y un 37% dijo que su carga laboral ha aumentado (ver gráfico).
    Esta realidad la experimentan también las mujeres en Ecuador, donde proporcionalmente son ellas las más afectadas en lo laboral, con menor acceso a un empleo adecuado que los hombres, al igual que una mayor tasa de desempleo (8%).

    Valeria Hurtado, consultora de la bolsa de empleo Lila Working Moms, recuerda que hay una presencia fuerte de mujeres en áreas que han sido muy impactadas por la pandemia, como el comercio, la venta directa, el turismo, la educación y el empleo doméstico. Por otro lado, están las que han resultado muy expuestas, como el caso de las enfermeras.

    Para Hurtado, la pandemia ha acentuado las desigualdades, que “no solo es un problema social, sino económico, al no ser parte del mercado laboral”. La experta considera que el confinamiento afectará a la reinserción de las mujeres en el campo de trabajo.

    “Muchas mujeres han optado por dejar el trabajo para cuidar a sus hijos o a familiares enfermos, a otras las han despedido. Los efectos han sido devastadores”, subraya Alexandra Moncada, directora de CARE Ecuador, quien recuerda que otra consecuencia ha sido el incremento de la violencia de género en los hogares.

    Deloitte señala en su estudio algunos pasos que las organizaciones pueden implementar para apoyar a las mujeres en la pandemia. Entre ellos, una mayor flexibilidad, enfatizar la empatía, brindar oportunidades de creación de redes y tutoría,

    Acciones que promueven la equidad

    Vanessa Estévez junto a su madre, Mariana Varela. Ambas son agentes aduaneras, un sector integrado en su mayoría por hombres. Foto: cortesía Vanessa Estevez
    Vanessa Estévez junto a su madre, Mariana Varela. Ambas son agentes aduaneras, un sector integrado en su mayoría por hombres. Foto: cortesía Vanessa Estevez


    Redacción Quito  (I)

    Para evitar una mayor profundización de las condiciones de desigualdad que afrontan las mujeres en el mercado laboral, el Gobierno nacional está impulsando a una nueva política pública, denominada ‘economía violeta’ (EV), lanzada el pasado 21 de octubre.

    La iniciativa gubernamental, que cuenta con cooperación internacional, también tiene entre sus objetivos minimizar el impacto de la emergencia en los ciudadanos y favorecer la consolidación de un proceso de reactivación económica.

    La ‘economía violeta’ integra proyectos en materia de productividad, emprendimientos, créditos y empoderamiento en derechos. Estas acciones se llevarán adelante entre diferentes entidades públicas.

    El presidente de la República, Lenín Moreno, señaló durante el acto de lanzamiento que el propósito de impulsar esta política es mitigar la pobreza y la desnutrición, evitar la deserción escolar y atacar un problema social que afecta a las mujeres, como es la violencia doméstica.

    En la empresa privada también se promueve la equidad de género. Vanessa Estévez, gerente general de la agencia de aduana WD Ecuador, asegura que en esta firma no hay ningún tipo de restricciones de contratación por género o edad: “Estoy abierta a contratar a mujeres jóvenes con planes de hacer familia”.

    Entre las políticas de la empresa también está brindar flexibilidad a las mujeres en horarios o permisos, para que puedan desempeñarse adecuadamente en otros roles, como el de madre.
    En WD, el 52% de la nómina de 28 personas está integrado por mujeres. Además, fomenta la equidad en cargos directivos: “eso ayuda a tener diferentes perspectivas”, subraya Estévez, quien es también presidenta de la Federación Ecuatoriana de Agentes de Aduana y la primera mujer en ocupar ese cargo.

    Como representante gremial, admite que aún hay un camino por recorrer en la equidad de género en su profesión, donde apenas el 17% son mujeres. La ejecutiva considera que la mejor forma de incrementar su participación es con formación.

    Para fomentar la capacitación, la Federación está lanzando la escuela de comercio exterior Feda School, compuesta de dos módulos de tres meses de duración.

    En el holding de empresas del que forma parte Phytopharma, NaturalDerm, el 40% de la nómina (150 personas) son mujeres. Pero en el caso de las jefaturas, el 80% está integrado por mujeres, indica Tania Pazmiño, gerente general de Naturalderm.

    Pazmiño destacó el desempeño de las mujeres durante la pandemia en áreas como call center, cartera y fuerza de venta, a pesar de sus responsabilidades con el cuidado de los hijos en casa.

    Para Pazmiño, quien es directora de la Cámara de Comercio de Quito, es importante fortalecer el empoderamiento femenino, mediante capacitaciones.

    El empleo de la mujer ha sido más golpeado en este año en el mundo por la pandemia por del coronavirus. Yander Zamora / EFE
    El empleo de la mujer ha sido más golpeado en este año en el mundo por la pandemia por del coronavirus. Yander Zamora / EFE
  • 16% de mujeres, en los directorios

    Reuters (I)

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    El número de mujeres en puestos de alta dirección en las empresas españolas que cotizan en bolsa se mantuvo en el 16% en 2019, el mismo porcentaje que el año anterior, según datos de la Comisión Nacional del Mercados de Valores.

    En el IBEX-35, la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad ha disminuido un 0,3% interanual, según el informe. Solo cuatro empresas del grupo tuvieron mujeres en sus consejos de dirección el año pasado.

    El Gobierno en coalición del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos ha hecho de la igualdad de género una de sus principales prioridades. La mitad del gabinete del presidente Pedro Sánchez son mujeres, incluyendo tres de las vicepresidencias.

    Sin embargo, el mundo corporativo, tradicionalmente dominado por los hombres, sigue quedándose rezagado.

    Un estudio sobre las empresas del índice STOXX 600 europeo, realizado por la asociación European Women on Boards situó a las firmas españolas en el penúltimo lugar en el ranking de diversidad de género por la falta de mujeres en puestos de liderazgo.

    Dentro de la lista de las principales empresas nacionales, la energética Iberdrola, Red Eléctrica y el grupo bancario Santander encabezaron la lista de la diversidad de género, con mujeres que representan más del 40% de sus consejos de administración. El grupo de energía Naturgy se situó al fondo del ranking.

    La ministra de RR.EE., Arancha Gonzalez, integra el gabinete español que se integra con un 50% de mujeres. Foto: Virginia Mayo / AFP
    La ministra de RR.EE., Arancha Gonzalez, integra el gabinete español que se integra con un 50% de mujeres. Foto: Virginia Mayo / AFP
  • Ellos tienen una conexión con la mujer embarazada

    Redacción Quito

    redaccion@revistalideres.ec

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    Como coorganizadora de una feria de emprendimientos para mamás y bebés, Jessica Proaño se dio cuenta de la poca oferta que existe en el mercado de ropa para mujeres embarazadas con costos asequibles.

    Fue así como la comunicadora social especializada en comercio electrónico decidió emprender en este negocio y fundó la marca 4Mommy, que salió al mercado en octubre del pasado año con una inversión inicial de USD 1 500. Meses después se sumó su esposo, Gabriel Araujo, quien está a cargo de la marca 4Baby’s, de ropa para bebés. Esa segunda línea tuvo una inversión aproximada de USD 1 000.

    4Mommy comenzó con cuatro tipos de prendas (jeans, overoles, blusas básicas y leggins) y una producción de no más de 50 piezas al mes. Los primeros meses fueron difíciles. Proaño se apoyó en las redes sociales para dar a conocer la marca, además desde entonces exhibe algunas piezas en una tienda multimarca especializada en mamás y bebés, localizada en el centro-norte de Quito.

    La pandemia del covid-19, que ha mantenido a la gente en confinamiento, la ayudó a acercarse a su público desde el mundo digital y aprovechó para lanzar una tienda virtual, desde una página web donde se encuentran las dos marcas de la empresa familiar. “Fue una buena oportunidad; las embarazadas no querían salir ni tener contacto con nadie”, comenta la copropietaria de la firma.

    La marca de maternidad lanza nuevas colecciones cada tres o cuatro meses y actualmente tiene una producción mensual cercana a 300 piezas. Ofrece ropa formal (vestidos, pantalones de gabardina, ‘cardigans’, etc.) e informal (jeans, camisetas, buzos, tops, ‘leggins’, vestidos básico, entre otras prendas). Además, tiene pijamas para embarazadas, almohadas de lactancia y almohadas de embarazo. En un 70% la producción es nacional.

    Gabriel Araujo y Jessica Proaño son los dueños de este emprendimiento que nació en el 2019 y se afianzó en medio de la cuarentena.
    Gabriel Araujo y Jessica Proaño son los dueños de este emprendimiento que nació en el 2019 y se afianzó en medio de la cuarentena.

    La pequeña empresa trabaja con cuatro talleres de confección para distintas líneas de producción. TL Atelier les provee de almohadas maternales, almohadas de lactancia, pijamas de lactancia, pijamas para embarazadas y bolsos de dormir para bebés. “Son cumplidos y organizados, y reaccionan rápido frente a las necesidades de sus clientes”, comenta Tatiana Luzuriaga, propietaria del taller.

    Carmita Sport les confecciona ‘leggins’, blusas, vestidos y buzos. Alrededor de 200 piezas por mes, indica Carmen Morales, propietaria, quien señala que en los últimos meses se han incrementado los pedidos.

    4Baby’s tiene diferentes opciones para los bebés, con la idea de que las clientes de 4Mommy tengan una alternativa cuando nazca su hijo. Ahí encontrarán pijamas, pañales ecológicos, prendas básicas como bodies y pantalones, almohadas para usar en la silla portabebés del carro. Todo se confecciona localmente.

    El emprendimiento ofrece el servicio de entrega a domicilio, sin costo adicional, a escala nacional. Además, brinda asesoría a las clientas en cuanto a tallas y otros detalles. “El producto se entrega en una cajita tipo regalo, con perfume de ropa. Es una experiencia diferente”, destaca Jessica.

    Estefanía Vaca conoció de la marca por recomendación de una amiga. Tiene siete meses de embarazo y dice que le ha comprado casi toda su ropa de embarazo: camisetas, vestidos, ‘leggins’, un short, un pantalón. “La calidad es muy buena. Me gusta como la ropa se acopla al cuerpo, es muy cómoda y no me da calor; además, muy bonita”.

    La clienta añade que los precios le parecieron “convenientes”. Ella canceló con tarjeta de crédito. Los costos de las prendas de las dos marcas van desde USD 10 hasta 45.
    Diana Pico, quien está próxima a dar a luz a su bebé, ha usado pijamas, ‘leggins’, jeans y blusas de 4Mommy. “Me he sentido cómoda. Les he comprado unas tres veces y en todas las oportunidades me lo han traído a mi casa, en el centro-norte de Quito”.

    La pequeña empresa, que factura alrededor de USD 7 500 al mes, lanzó recientemente una tarjeta de afiliación que ofrece descuentos en sus prendas y con empresas o profesionales aliados como centros médicos para embarazadas y de estimulación temprana para el bebé, doulas y servicios de fotografía.

    ‘Los clientes confían en nuestro trabajo’
    Gabriela Proaño, 
    Vendedora

    Soy psicóloga y en los últimos años trabajé en el sector público. En septiembre del año pasado, me quedé sin trabajo. Luego empecé a trabajar en una empresa en temas de exportación, pero con la pandemia me quedé de nuevo sin trabajo. Mi hermana me propuso trabajar con ella en 4Mommy, donde me encargo de la promoción y distribución para los Valles: Los Chillos, Cumbayá y Tumbaco. Después me vinculé con 4Baby´s. Yo trabajo con un stock.

    Jéssica me instruyó en el manejo de redes y en la atención al cliente para poder dar respuesta inmediata a las personas que escriben por las cuentas de la empresa. Estaba entregando unos cinco o seis pedidos por día, pero ya se han duplicado. El trabajo es tranquilo, por las noches hay más movimiento, porque es cuando los clientes suelen hacer sus consultas y pedidos. Entonces, les muestro el catálogo y les explico la dinámica en cuanto al pago y la entrega. A medida que han pasado los meses ha habido más confianza de los clientes. La mayoría de los pedidos suelo entregarlos por la mañana.

    La producción de las prendas se cumple con el apoyo de pequeños talleres distribuidos en distintos puntos de la ciudad. Julio Estrella y Diego Pallero / LÍDERES
    La producción de las prendas se cumple con el apoyo de pequeños talleres distribuidos en distintos puntos de la ciudad. Julio Estrella y Diego Pallero / LÍDERES
  • La bancarización de la mujer avanza

    Redacción Quito

    (I) redaccion@revistalideres.ec

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    El sistema financiero nacional sí ofrece oportunidades para que las mujeres se bancaricen y accedan a financiamiento.

    Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indica que el 51% de la población del país está vinculado al sistema financiero a través de una cuenta bancaria. Pero entre las mujeres solo el 43% lo está.

    Hace un mes Rebecca Ruf, vicepresidenta de la Alianza Financiera para las Mujeres, indicó que en Ecuador, con base a datos de Global Findex, que presenta información del Banco Mundial, hay una brecha de género de 18 puntos en cuanto a acceso a crédito.

    Asegura que hay barreras de oferta, pero también de demanda porque existen mujeres que tienen miedo o no poseen la confianza para acercarse a una institución y solicitar un préstamo. Además, carecen de educación financiera.

    Sin embargo, la banca en el país explica que sí ha aplicado mecanismos para que más mujeres se bancaricen y accedan al crédito.

    Julio José Prado, presidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), cuenta que tienen productos especializados para el cliente femenino. “Hay la oferta, pero no la demanda”.

    Banco de Guayaquil, por ejemplo, armó un proyecto de microfinanzas pensado en que 47% de los clientes son mujeres. La entidad busca mejorar ese indicador y eso espera lograrlo gracias a la asociación con diversas instituciones.

    El año pasado, esta firma logró la aprobación de un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por USD 50 millones para un línea que debe destinarse en un 50% para préstamos a mujeres del agro y del segmento pymes. “Para poder acompañar ese crédito estamos desarrollando, junto con el BID, una metodología para armar una propuesta de valor dirigida a ese plan”, indica Miguel Vareles, vicepresidente de Negocios Especializados de la institución.

    Las operaciones de microcrédito en esta entidad, en promedio, bordean los USD 4 000 a 5 000; el máximo es USD 40 000. Son a cuatro o cinco años y con una tasa de interés controlada por el Banco Central del Ecuador (BCE).

    Gregoria Chusín, una indígena del sector de Shiñacunga, en la provincia de Cotopaxi, es un ejemplo de inclusión. Ya ha accedido a tres operaciones de microcrédito destinadas a la compra de borregos. Empezó con cinco y ahora cuenta con 20 animales.

    Según la Alianza para el Financiamiento de las Mujeres, el acceso al sistema financiero permite que más mujeres puedan desarrollar sus propios negocios y obtener independencia económica.

    Prado, durante el foro Oportunidades para la economía a través del financiamiento para mujeres, organizado por Asobanca, agregó que las clientas son buenas pagadoras: el 44% de los pasivos del sistema son femeninos.

    Cristina González, vicepresidenta de Riesgos de Banco Pichincha, asegura que desde 1999 la entidad impulsa su segmento de microfinanzas, a través del cual ha logrado acceso a la banca. Desde el 2014 a la fecha ha desarrollado iniciativas de inclusión de género.

     “Por medio del segmento microfinanzas atendemos a mujeres emprendedoras jefas de hogar de estrato socioeconómico medio-bajo y bajo, brindándoles educación financiera, y ofreciéndoles un seguro médico oncológico. La oferta de productos de Banca Mujer se encuentra disponible a escala nacional y puede solicitarse a través de nuestros ejecutivos”, indica la web de la entidad.

    Programas de microcréditos y líneas de inclusión de género son algunas de las iniciativas que se han desarrollado para acceder al sistema financiero. Foto: Freepik.es
    Programas de microcréditos y líneas de inclusión de género son algunas de las iniciativas que se han desarrollado para acceder al sistema financiero. Foto: Freepik.es
  • Ropa para la mujer y el hombre salasaka

    Modesto Moreta

    (F)  
    Contenido Intercultural

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    Las habilidades en el hilado, el tejido y el bordado hicieron que una familia de la comunidad Salasaka, en Tungurahua, funde su emprendimiento.

    Con una inversión de USD 3 000 instalaron ‘Runa Fashion’, una boutique especializada en la confección y la venta de ropa para las mujeres y hombres de esta parroquia indígena.

    Con el dinero adquirieron mesas, perchas, materia prima (lana de ovino) y los maniquíes. También bisutería como aretes y washkas o collares. Este almacén funciona en el centro de este pueblo localizado en la vía Ambato-Baños, en Tungurahua.

    Los diseños estilizados con cierto toque juvenil, sin perder la esencia de su cultura, las impone Soledad Chanco especialista en diseñar estas prendas con novedosos, llamativos y coloridos bordados hechos a mano.

    El emprendimiento familiar cimentó sus bases el año pasado; cuando los cinco integrantes (padres e hijos) decidieron montar el negocio de las prendas. La idea fue porque sus integrantes son expertos en el tejido lishtas, bayetas, anacos o tres varas y media, y fajas para las mujeres, y para los hombres pantalón blanco, camisa blanca y el poncho color negro.

    Todos son hechos a mano en los tres telares de madera que José Chango, padre de Soledad, tiene en su taller localizado en la comunidad Wasalata. Pero también los taitas y mamas tienen su espacio es este local con prendas autóctonas y sin cambios.

    Chango dice que no había un lugar donde se comercialice la vestimenta salasaka. “No se teje porque son prendas difíciles de confeccionar porque es todo un proceso que inicia desde el esquilado de los ovinos, lavado, limpieza de la lana y el hilado”.

    La joven explica que la gente de su comunidad ahora cuenta con un lugar exclusivo donde puede encontrar sus prendas de verter que les identifican. Su hermana Magdalena administra el negocio.

    Las ventas de los anacos, lishtas, bayetas y otras prendas están creciendo por la calidad, los diseños de los bordados con colores llamativos, especialmente por los ejecutivos de las cooperativas de ahorro y crédito que les ayuda a estar elegantes y a la moda. “Antes no existía un sitio donde los indígenas puedan comprar y donde la atención sea en el idioma kichwa”, menciona Chango.

    Además, se diseñan las blusas de color negro adornadas con bordados del pavo real, flor de papa y la naturaleza. “Cada prenda que confeccionamos es única, nuestra producción no es en serie, por eso es una prenda especial”.

    Eso permitió que las ventas crezcan. En lo que va del año las ventas llegaron a USD 10 000. También comercializan sandalias elaboradas con finos tejidos.

    Francisco cuenta que su madre le enseñó a hilar desde pequeña con el wango (madero grueso donde se almacena la lana).

    Chango explica que para confeccionar dos anacos, de tres varas y media cada uno, tarda un año en hilar. “Para tejer la principal prenda de vestir de la mujer se necesitan cuatro ovillos de lana, todo este proceso hace que la prenda pueda costar USD 200. Una lishta USD 150, un poncho USD 400”.

    Hace tres meses realizaron una nueva inversión de USD 3 000 para mejorar el local comercial. Ahí también vende los telares elaborados en madera que son como un recuerdo para los turistas que visitan el local. “En este emprendimiento familiar trabajamos cinco personas”, comenta Chango.

    Luzmila Masaquiza es una de los clientes frecuentes de ‘Runa Fashion’ en el centro de Salasaka. Conoce a la familia Chango hace más de cinco años. Por recomendación de sus amigos y familiares llegué al taller de José en la comuna Wasalata. El trabajo que efectúan es de calidad. “El tejido fino y como una especie de motas pequeñas demuestra que es una prenda especial y fina. Lo importante es que es a bajo precio”.

    Antes no teníamos que buscar a quien comprar la ropa o nosotros mismo tejer, pero ahora tenemos esta boutique que mantiene la identidad del pueblo salasaka.

    Tenga en cuenta

    En el taller de José Chango, en Wasalata, se confeccionan ponchos, lishtas, bayetas, ponchos, blusas con contenido intercultural. El emprendimiento inició con una inversión de USD 3 000.

    Los artesanos permanecen entre 6 y hasta 8 horas diarias en el trabajo para diseñar cada una de sus creaciones, especialmente en los bordados. Están relacionados con la naturaleza.

    Los ríos, los chaquiñanes, la flor de maíz, las frutillas, las montañas, los animales andinos y las aves que son graficadas en las prendas de color blanco que visten con orgullo las niñas y las jóvenes.

    Magdalena y Soledad Chango son la administradoras y la diseñadora de los dibujos en las prendas autóctonas. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
    Magdalena y Soledad Chango son la administradoras y la diseñadora de los dibujos en las prendas autóctonas. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
  • Las empresas activan planes ante la violencia contra la mujer

    Carolina Enriquez

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Llegaba cansada, a veces sin dormir y con los nervios destrozados. A veces no recordaba las tareas que tenía que hacer, otras las realizaba a menor velocidad; también, por la profunda pena, indicaba que estaba enferma y se ausentaba por varios días.

    Esa era la rutina que llevaba María (nombre protegido) en su trabajo durante la época que fue víctima de violencia por parte de su pareja. Según la Encuesta de relaciones familiares y violencia de género del 2019, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 65 de cada 100 mujeres en Ecuador han experimentado por lo menos un hecho de violencia en toda su vida.

    El documento explica que entre las víctimas de violencia dentro del ámbito familiar y de pareja están mujeres que trabajan.

    El estudio

    Los costos empresariales de la violencia de género contra la mujeres de Ecuador, elaborado por la Universidad San Martín de Porres de Perú, explica que en las empresas también coexisten los agresores y los colaboradores testigos.

    Este último informe detalla que 31 de cada 100 trabajadores, de 35 empresas que participaron en el análisis, estuvieron involucrados directamente en situaciones de violencia contra la mujer.

    Ausentismo, tardanza, baja producción, etc., tal y como se describe en el caso de María, son los principales impactos para una firma. Esto se traduce, a su vez, en días y dinero perdido; 10,5 días hábiles al año por trabajadora agredida, 12,5 por agresor y USD 1 800 millones en pérdidas económicas en empresas ecuatorianas.

    Violencia implica agresiones físicas, psicológicas y económicas que han sido “normalizadas”.

    Los impactos económicos para las empresas también se generan por los problemas que viven las los agresores: faltan al trabajo, se distraen mucho, tienen mal rendimiento, tienen celos, etc.

    La Cámara de Industrias y Producción conoció estos resultados y considera que es fundamental que el sector privado tome acciones ante esta situación. Las empresas que participaron en el estudio ya han desarrollado políticas una vez que conocieron cuál era la situación de agredidos y agresores en sus firmas.

    “Tenemos una línea base que es alarmante, por lo que decidimos intervenir inmediatamente”, dijo Nidian Rodríguez, jefa de responsabilidad social de Pharmabrand.

    La empresa, que tiene 1 000 empleados, cuenta con talleres de sensibilización desde este año. A través de esta experiencia la firma ha logrado que ciertas personas se acerquen para consultar dónde pedir ayuda; en estos procesos participa el área de trabajo social.

    Asimismo, desarrollará trabajos preventivos e impulsará la iniciativa de la ‘píldora’ Desaprendol. Se trata de un símbolo para que la gente se dé cuenta que se deben desaprender conductas violentas que están normalizadas.

    En Holcim, con 960 empleados, se busca atacar, principalmente, la violencia normalizada.

    “Hemos empezado con entender qué significa violencia contra la mujer. También contamos talleres de grupos pequeños para que las mujeres puedan abrirse, contar sus experiencias y darse cuenta que no están solas”, indica María Dolores Franco, directora de recursos humanos de la empresa.

    Esta firma del sector constructor también tiene un programa de tolerancia cero en casos de violencia contra las mujeres en el ámbito laboral. Como parte de su estrategia de diversidad e inclusión cuenta, además, con programa de empoderamiento y desarrollo de liderazgo femenino.

    Estas acciones se toman en todos los niveles de la firma, desde el comité directivo hasta la parte operativa. “Si mujeres en mandos medios, en gerencias, direcciones, han dicho basta todas pueden hacerlo”, dice Franco.

    En Endesa Botrosa, maderera con 2 000 colaboradores, también se trabaja en cambios de política institucional desde la directiva. A través de grupos multiplican el mensaje de la no violencia.

    En las empresas se requiere que la alta gerencia se comprometa con la implementación de una política de cero tolerancia a la violencia de género. Foto: Freepik.es
    En las empresas se requiere que la alta gerencia se comprometa con la implementación de una política de cero tolerancia a la violencia de género. Foto: Freepik.es

    problema está presente en todo sector

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Las trabajadoras que sufren violencia presentan una serie de secuelas y situaciones que inciden en sus tareas. Estas personas tienden a faltar más, sufren dolencias o se sienten indispuestas. Además, deben atender gastos para atender su salud mental, resolver temas legales o financieros.

    Así lo advierte el estudio Los costos empresariales de la violencia contra las mujeres en Ecuador. El documento añade que el personal que vive situaciones de violencia contra las mujeres (sean las agredidas o los agresores) tiende a sufrir más distracciones, cero productividad, siniestralidad, preocupaciones y agotamiento. Todo lo anterior se conoce como presentismo.

    Otro dato indica que la violencia contra las mujeres en relaciones de pareja está presente en todos los sectores productivos, siendo ligeramente mayor en las industrias manufactureras (33,6%), seguido de servicios (31,9%) y comercio (28,1%). Esto demuestra que, sin importar a qué se dedique la empresa, la violencia contra la mujer está presente en todas ellas. De las 35 empresas participantes en el estudio, ninguna ha estado libre de este problema.

    El lugar de la agresión también fue analizado. Según el reporte, el 12,9% de las mujeres ha sido agredida por su pareja o expareja mientras trabajaba. En el caso de los hombres, el 9,7% expresó haber agredido en el ambiente laboral a su pareja o expareja.

    En las pérdidas económicas y de días de trabajo en las empresas también cuentan los testigos. Estos son todos aquellos colegas que escuchan las historias de los agredidos o agresores, quienes conocen los casos o brindan algún apoyo. Al estar inmersos en estos problemas también pueden llegar a descuidarse en su trabajo. El estudio de la Universidad San Martín de Porres revela que el 16% del personal atestigua las situaciones de violencia dentro de las firmas analizadas.

    Daniela es una empleada privada de 36 años. Hace seis conoció del caso de una colega que recibía maltrato psicológico por parte de su expareja. “Generó en mí: tristeza, frustración e indignación, ya que en el medio en que nos desen­volvemos debemos enfrentar estrés, mucha presión y, en sí, muchas emociones, porque tratamos todo el día con muchas personas. Yo considero que siempre hay que ayudarnos unas otras”.

    Según el estudio, entre los principales impactos de la violencia que enfrentan los testigos, las agredidas y los agresores se cuentan ansiedad, estrés postraumático, dolores físicos, problemas gastrointestinales, falta de sueño, irritabilidad, entre otros.

    Paula Yánez, coordinadora de la carrera de psicología de la Universidad de las Américas, explica que se debe pensar también en la violencia de género en el ámbito laboral porque impacta en la salud física y mental de las personas.

    El trabajo interno de las empresas es fundamental

    Una vez que existe un diagnóstico sobre este problema social y económico, el siguiente paso es tomar acciones para frenar y controlar los ataques.

    Viviana Maldonado, coordinadora del programa PreviMujer, de la GIZ, se anima a pronosticar que con el estudio las empresas del país tomarán conciencia, “porque saben que están impactadas”.

    Esta experta tiene algunos planteamientos para los sectores productivos. Lo primero es trabajar en prevención. “Si se hace un trabajo sostenido, visibilizando el tema, la tarea será más sencilla”.

    Maldonado hace notar que existe un gran porcentaje de empresas y actividades que aún no sufren por la violencia. Por eso cree que es necesario contar con políticas de cero tolerancia y trabajar muy de cerca con los empleados.

    La Cámara de Industrias y Producción también tiene un plan para desarrollarlo con sus agremiados. Pablo Zambrano, presidente de la Cámara, detalla que existen tres acciones concretas: generar conciencia del problema, organizar al sector privado para que se aborde la problemática y desarrollar acciones como talleres de sensibilidad o campañas de prevención.

    Para esto, el gremio replicará los buenos ejemplos de otros países, así como de multinacionales que operan en el país y tienen una política muy clara respecto de la violencia de género.

    Zambrano reconoce que existen desafíos en el camino. Uno es la vergüenza, en especial la del agresor. Por eso existen empresas que participan en el estudio, pero de manera anónima, con el objetivo de que las víctimas no sean victimizadas nuevamente.

    “Necesitamos elevar la conciencia y elevar el perfil del problema para combatirlo desde distintos ámbitos”. Uno de los puntos de partida, según Zambrano, son los reglamentos internos que deben abordar claramente el tema.

    El estudio también tiene recomendaciones. “Para una prevención efectiva, se requiere que la alta gerencia se comprometa con la implementación de una política empresarial de cero tolerancia a la violencia contra las mujeres en relaciones de pareja, en primer lugar porque vulnera los derechos humanos universales y, en segundo, porque destruye la productividad de la organización”.

    Para los casos de personal que sufre o ejerce violencia extrema, se requerirá articular una red de servicios especializados para tratar psicológica, física y legalmente cada situación. Hay que crear un canal efectivo y brindar las facilidades del caso para atender al personal afectado.

    Los grupos de trabajo en los que se dialoga sobre la erradicación de la violencia contra la mujer forman parte de las políticas implementadas por diferentes firmas contra este problema. Foto: Freepik.es
    Los grupos de trabajo en los que se dialoga sobre la erradicación de la violencia contra la mujer forman parte de las políticas implementadas por diferentes firmas contra este problema. Foto: Freepik.es
  • Cristina Donoso: ‘La mujer productiva mejora su autoestima y sale adelante’

    Mayra Pacheco

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    El área profesional en la que se desempeña Cristina Donoso le obliga a estar siempre a la vanguardia. Para desarrollar nuevos productos en la industria cosmética, el equipo de Chardon París, una firma con 53 años de historia en el país, visita frecuentemente ferias internacionales.

    De esta forma se inspiran para realizar investigaciones y ofrecer a sus clientes productos con nuevas propiedades. Además, desde el 2018, esta empresa impulsa el proyecto ‘Mi casa, mi salón’ para promover la integración laboral de mujeres en situación de vulnerabilidad.

    Innovación

    “La innovación es la pasión por lo nuevo, lo interesante. Un producto de estas características genera emoción y seguridad personal. Pero si en el mercado no se encuentra algo así, las personas se aburren y dejan de comprar.

    Las empresas tienen el reto permanente de estudiar nuevas ideas que llamen la atención de los consumidores. En esta industria no cabe emplear una fórmula tradicional, porque nuestros clientes siempre quieren algo mejor.

    En este caso no hay una fidelidad total, el consumidor siempre quiere algo nuevo, porque los productos novedosos tienen características distintas. Hace 50 años, por ejemplo, se creía que la manzanilla era lo mejor para el cabello, pero ahora mediante la investigación se han descubierto otros ingredientes que favorecen al cuidado capilar”.

    Capacitación

    “Chardon París firmó en el 2018 un convenio con la Fundación Provida para promover la formación de mujeres, en situación de vulnerabilidad. Es decir, de aquellas que están embarazadas, tienen niños pequeños, no cuentan con el apoyo de su pareja y quieren sacar adelante a su familia.

    Para esto se creó un programa llamado ‘Mi casa, mi salón’. Mediante este se capacita a estas personas en el uso de productos y técnicas para que puedan trabajar como estilistas. Una vez que cumplen con este proceso, se les ayuda con la implementación de los equipos e insumos para que puedan estructurar su peluquería y empiecen con su negocio.

    Hasta el momento hemos logrado capacitar y adecuar el salón de belleza para seis personas. Este año la proyección es hacer lo mismo con seis mujeres más”.

    Independencia

    “Es gratificante ver cómo las mujeres que se encuentran en una situación de vulnerabilidad logran salir adelante y se convierten en el motor de su familia. Esto es motivador, porque estamos contribuyendo para que otras personas se capaciten y logren generar sus propios ingresos.

    Al ser productivas su autoestima mejora, porque se dan cuenta que pueden salir adelante por sus propios medios. Así, ellas ya no se ven como una carga, sino más bien se sienten independientes, porque demuestran que son autosuficientes y pueden aportar a la manutención de su familia”.

    Familia

    “La mujer que es madre de familia y profesional aprende a hacer varias cosas al mismo tiempo. La mente atiende una variedad de asuntos. Ejecuta lo que tiene relación con el trabajo, pero a la vez piensa en lo que están haciendo los hijos en la casa o la escuela.

    Para lograr un equilibrio con esto, desde que te despiertas en la mañana debes organizar tu tiempo de la mejor manera sin descuidar nada, es decir tu imagen, tu alimentación, tu cuidado corporal. Luego debes cumplir con tus otras responsabilidades.

    Para esto es necesario tener detallado todas las actividades que tienes que realizar en el día. Pienso que la clave para tener estabilidad en estos dos ámbitos es administrar bien el tiempo.
    En mi caso, esto me ha ayudado a estar presente en la mayoría de eventos especiales con mis hijos Emily (16 años) y Aston (3). Pero también he estado al tanto de mis tareas como profesional, esposa y ama de casa”.

    La culpa

    “Existe ese sentimiento de culpa, por estar ausente en ciertos momentos familiares, pero luego al analizar bien las cosas, piensas que lo mejor es organizarte y dar tiempo de calidad a tus hijos. Así se va superando esa sensación y logras desenvolverte mejor en los diferentes espacios.

    Además, esto de la culpa es algo impuesto, porque al mismo tiempo que la sociedad promueve la integración de la mujer al ámbito profesional, se cree que el cuidado de la salud de los niños, del hogar, la alimentación y otros siguen siendo, principalmente, una función de la mujer”.

    Su C.V.

    Estudió ingeniería comercial, especializada en Marketing en la Universidad Escuela Politécnica del Ejército. Obtuvo su título en 1996.

    Tiene  un diplomado en Producción más limpia y, Gerencia de Empresas IDE
    Es artesana en la rama de Belleza.

    También  tiene un título de maquilladora profesional. Este lo obtuvo en Only Makeup.
    Tiene dominio de inglés en un 100% y de francés en un 80%.

    Es directora del área de Innovación de Chardon París. Tiene 25 años de trayectoria en esta firma de la industria cosmética. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
    Es directora del área de Innovación de Chardon París. Tiene 25 años de trayectoria en esta firma de la industria cosmética. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
  • Desde Holanda lucha por la equidad de género

    Pedro Maldonado

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    Hace unos 25 años hablar de equidad de género en las empresas y en la sociedad en general no era tan común como lo es ahora. Pero en 1995, la ecuatoriana-holandesa Diana van Maasdijk ya tenía claro que el tema sería fundamental en el mundo corporativo, así como en el día a día de las personas en distintos ámbitos.

    De padre holandés y madre ecuatoriana, esta mujer nacida en Quito, en 1971, ha vivido en Ecuador, Estados Unidos, Senegal, Perú, Holanda… Ese bagaje cultural, en el que se incluyen estudios universitarios en Nueva York y Washington, es la base de esta mujer, que lleva más de dos décadas enfocada en temas de alto impacto social, como la igualdad de género, el feminismo, el desarrollo y la lucha contra la pobreza.

    Van Maasdijk es la cofundadora y CEO de Equileap, una organización que mide el equilibrio de género en empresas a escala global  El tema de la equidad se grabó en ella desde la infancia, cuando su papá la llevaba a ella y a sus dos hermanos menores de cacería, a acampar en el Cotopaxi o a cualquier actividad fuera de casa. “No había ninguna diferencia por ser mujer”, cuenta en un salón de la casa de su madre, la escritora Edna Iturralde.

    Ese equilibrio, sin embargo, no era igual en la escuela o el colegio, en donde sí notaba una marcada diferencia en el trato y las actividades cotidianas. “Pero gracias a los valores que tuve en el hogar supe que las mujeres podíamos lograr las metas que nos planteáramos”.

    Casada con un ciudadano francés al que conoció en Estados Unidos, durante los estudios universitarios, Van Maasdijk recuerda que cuando cursó su master en desarrollo internacional ya sentía la necesidad de discutir sobre la igualdad de género.

    En 1995 esta mujer tuvo un desafío. Su pareja, que luego se convirtió en su esposo, consiguió un trabajo en Senegal. En el país africano estuvo un año, tiempo al que califica como muy duro pero al mismo tiempo una experiencia muy enriquecedora. “Se notaba mucho el colonialismo francés y se sentía la división racial, religiosa y de nacionalidad, era difícil entrar, ser parte de la cultura”.

    Empezó a buscar trabajo y luego de golpear varias puertas se conectó, gracias a su pasaporte holandés, con una organización no gubernamental que trabajaba en temas como la mortalidad materna. “Fue mi debut en lo que era desarrollo económico en un país como Senegal”. Esa experiencia fue un punto de inflexión para la carrera profesional de esta madre de tres varones que practica yoga con frecuencia para despejar la mente y recuperar energías.

    Van Maasdijk y su esposo terminaron sus trabajos en Senegal y se radicaron en Ámsterdam, en agosto de 1997. Allí esta ecuatoriana-holandesa se vinculó con World Population Foundation, una organización que trabajaba en temas como derechos sexuales y reproductivos, planificación familiar, entre otros temas. Su camino con las mujeres en situaciones vulnerables continuaba.

    Jo Andrews es la otra cofundadora de Equileap y describe a Van Maasdijk como una mujer extraordinaria. “Diana tiene el inusual talento de combinar un tremendo espíritu emprendedor con un profundo deseo de mejorar la calidad e vida de las mujeres. Además su enfoque es tratar de impactar en millones de mujeres a la vez. Lo está logrando con determinación y coraje”.

    Andrews recuerda que cuando fundaron Equileap las dos tuvieron que aprender sobre el mundo de las inversiones y las finanzas. “Diana demostró su capacidad e inteligencia y en cuestión de unos meses fuimos capaces de convencer a inversionistas para que con fíen en lo que hace Equileap”.

    Ximena Ferro conoce a Van Maasdijk desde la infancia y asegura que Diana tiene un corazón de oro y busca justicia en todo lo que hace. “Quiere que las mujeres tengan las mismas oportunidades laborales que los hombres”.

    Según Ferro, gracias al trabajo que realiza su amiga, multinacionales de todo el mundo han entendido la importancia de involucrar a las mujeres en cargos gerenciales. “En los próximos años veo a mi amiga dando un giro importante a escala mundial”.

    Van Maasdijk mira hacia atrás y siente que existen avances en el tema de la equidad de género, pero también reconoce que aún hay mucha tarea por delante. Cuenta que al ver los informes mundiales de brechas se encuentran disparidades. Como ejemplo indica que en Holanda la brecha salarial entre hombres y mujeres es del 17%.

    “Me temo que no hay aún un verdadero cambio cultural y socioeconómico, aunque sí hay cambio de actitudes. La equidad no es solo buena para la sociedad, sino para la economía y el mundo”.

    Trabajo a favor del balance de género

    Como parte de su crecimiento profesional Diana Van Maasdijk se vinculó con el mundo de la banca. Fue directora de Filantropía en ABN Amro, en Holanda.

    Allí conoció y entendió cómo se utilizan las donaciones de los filántropos. Supo, por ejemplo, que estos benefactores dejaban en manos de los bancos parte de su dinero y que los intereses de esas inversiones se donaban. “Descubrí que había filántropos que no sabían que sus donaciones iban a temas sociales, mientras que sus inversiones iban al mismo tiempo a compañías que causaban el daño que ellos querían combatir”. Resultaba paradójico.

    Esa realidad motivó a esta ecuatoriana-holandesa a pensar en un modelo de inversiones de impacto social. Así fue que dejó su trabajo en el banco y fundó Equileap, en el 2016. Esta organización asentada en Ámsterdam recopila datos e información sobre la igualdad de género en el sector corporativo. Equileap procesa esa información, elabora índices y reportes sobre balance de género. Toda esa información se vende a empresas e inversionistas privados e institucionales.

    “Con el equipo creamos el modelo para calificar a las compañías midiendo temas como balance de género, brecha salarial, licencias de maternidad o paternidad. La idea es encontrar empresas que tengan un balance”.

    En el reporte de equidad de género del 2018 elaborado por la organización que dirige Diana Van Maasdijk se encuentran alrededor de 3 000 compañías que tienen una capitalización de mercado superior a dos billones de dólares y que están ubicadas en 23 países desarrollados.

    Las tres compañías líderes del listado del año pasado fueron General Motors (EE.UU.), L’Oreal (Francia) y Kering (Francia).

    A la izquierda Diana Van Maasdijk junto a Jo Andrews, cofundadora de Equileap. En las otras fotos aparece trabajando para la organización  MamaCash en el Ulambataar, Mongolia. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
    A la izquierda Diana Van Maasdijk junto a Jo Andrews, cofundadora de Equileap. En las otras fotos aparece trabajando para la organización MamaCash en el Ulambataar, Mongolia. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
  • Ana María Eljuri: ‘El talento profesional no depende del género ni de la edad’

    Mayra Pacheco

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    Con el afán de ganar tiempo, Ana María Eljuri, gerente de la marca de Nosotras del Grupo Familia, combinó sus estudios con el trabajo. Esto le permitió obtener experiencia antes de convertirse en una profesional.

    Tiene nueve años de trayectoria en el Grupo Familia. Empezó en esta empresa como asistente de marketing, luego de graduarse como ingeniera comercial en la Universidad Católica, en el 2010.

    Desde entonces ha ocupado tres jefaturas. Y, actualmente, con 31 años es la gerente más joven del equipo de esta firma multinacional, en Ecuador.

    Eljuri considera que los retos que se ha planteado y su formación permanente le han permitido ascender. “Me gusta buscar más allá. No me gusta quedarme en la zona de confort”.

    Trabajo

    “Desde que empecé en esta empresa he estado en un proceso de crecimiento. Me he planteado retos para seguir aprendiendo. Estudié una maestría. Por eso, cuando tuve la oportunidad de aplicar para la gerencia de la marca Nosotras lo hice, porque había adquirido conocimientos en mis anteriores funciones.

    En mi trabajo siempre me ha gustado proponer nuevos proyectos que ayuden a la empresa. Además, cuando desconozco algo investigo o recurro donde mis colegas para que me enseñen.

    Por ejemplo, cuando no conocía de pauta en televisión, me sentaba con mi jefe anterior y le decía por favor explícame.

    Siempre me planteo el reto de aprender algo nuevo y cuando ya domino esta destreza o proceso busco qué otras cosas puedo conocer para aportar a mi formación profesional”.

    Familia

    “Como mujer trabajadora debes estar en diferentes estados durante el día. Cuando mantengo reuniones con las gerencias corporativas para evaluar los resultados de la empresa debo ponerme en el modo financiero. Pero al llegar a la casa, cambio a modo familiar, escucho a mi esposo y comparto tiempo con mis seres queridos. Considero que esto es saludable para la empresa y para mi entorno más cercano.

    Este manejo equilibrado me permite desenvolverme de manera adecuada en los diferentes ámbitos de la vida que ocurren en un solo día. No me obstino ni me enfoco únicamente en una actividad, porque puedo ofuscarme.

    La mente necesita tener un tiempo de paz y relax. Para lograr esta estabilidad practico deportes”.

    Futura mamá

    “He pasado por algunos cambios en mi vida. Cuando era pequeña vivía en Ambato, luego vine a Quito, hubo una época que vivimos fuera del país, en Chile, con mis padres. Estas experiencias me han enseñado a adaptarme y disfrutar de cada momento.

    Ahora que estoy esperando a mi primer bebé me estoy organizando en la empresa con mi equipo para que se cumplan los objetivos planteados durante mi ausencia, por el período de maternidad.

    He empezado con esta planificación desde el mes anterior.

    Considero que este rol de madre es uno más de los que cumplimos las mujeres. Me siento emocionada y he visto muchos ejemplos de profesionales que se han adaptado y han asumido todas sus responsabilidades acertadamente cuando se convierten en madres.

    Las mujeres tenemos esa capacidad para trabajar y cuidar de nuestra familia a la vez. Se lo puede hacer. Además, yo confío en mi equipo”.

    La juventud

    “En el ámbito profesional, la juventud es un reto. Es interesante mirar cómo, según la perspectiva de algunas personas, esta etapa de la vida puede ser buena o no. Si eres joven y llegas a crecer mucho debes saber comunicarte con todos. Es diferente hablar con una persona adulta y con una que es menor que tú. Pero el respeto y la confianza, que te ganas con el tiempo, te ayudan a tener una buena relación con el entorno.

    Es probable que de entrada se diga ¡Ay está muy joven!, pero si una persona tiene los objetivos claros, trabaja, escucha a sus compañeros y cumple sus planes, en conjunto, todo fluye.

    En mi equipo hay personas que son menores que yo. La menor tiene 22 años, pero también me relaciono con colegas que tienen 64 años. Para mí esa diversidad de edades es chévere, porque las diferentes ópticas te permiten ver las cosas desde un enfoque distinto. Se combina la experiencia y las ideas nuevas de los jóvenes. Así, hemos obtenido buenos resultados. La clave es adaptarse y aprender a convivir con el resto”.

    Datos:

    Trabajo: Está al frente de la marca de Nosotras desde enero del 2017. Es la más joven de las gerentes del equipo de Grupo Familia. Tiene 31 años.

    Estudios: Es máster en Marketing y Ventas. En la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) obtuvo su título en Ingeniera Comercial.

    Aficiones: Practica yoga y meditación. También le gusta preparar comida. Disfruta de la naturaleza. Con su esposo realizan caminatas en los parques.

    Su visión: 

    Considera que en las empresas se debe aprovechar la diversidad que produce al contar con la experiencia de los colaboradores adultos y las ideas innovadoras de los jóvenes.

    Ana María Eljuri, gerente de la marca de Nosotras del Grupo Familia. Foto:  Diego Pallero / LÍDERES
    Ana María Eljuri, gerente de la marca de Nosotras del Grupo Familia. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • María Romo Pérez:‘El equilibrio nace cuando eres feliz con lo que estás haciendo’

    Patricia González

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    María Romo Pérez estudió en un colegio femenino, en Quito. Hasta entonces, su vida estuvo rodeada de mujeres. Pero su afición a los números, la llevaron al lado opuesto.

    Desde el primer día de clases en la Escuela Politécnica Nacional, como estudiante de Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones, notó las diferencias. Esta vez ella era minoría. Las mujeres no estudiaban esas carreras. Para Romo, se trata de una realidad que poco ha cambiado.

    Su trayectoria profesional la inició con Porta Celular (Conecel), donde fue partícipe de la instalación de las primeras torres de cobertura para el desarrollo de la red móvil, a inicio de los años 90. Luego pasó a Bellsouth (Otecel), que en 2005 fue absorbida por Telefónica Movistar, donde acumula una larga trayectoria

    En el 2018, María Romo se convirtió en la primera Vicepresidenta mujer de Tecnología y Operaciones de Red de la multinacional española en Ecuador.
    Barreras

    “Las limitaciones nos las ponemos nosotros. Si cada uno no le pone ganas cada día a lo que está haciendo, no va a seguir creciendo y tampoco va a permanecer en una empresa. Más allá de eso, por el hecho de ser mujer si me enfrenté a un dilema cuando nació mi primer hijo: ¿regreso o no a trabajar? Fue mi primer desafío. Vengo de un hogar en el que la madre estaba en la casa educando a los hijos y el padre trabajando. Cuando se acabó el período de maternidad, decidí regresar a la empresa. Si es que no hacía eso, no iba a ser yo. Fue una transición generacional”.

    Balance

    “El equilibrio nace cuando eres feliz con lo que estás haciendo. Yo no soy feliz yendo al supermercado ni experimentando en la cocina. Yo prefiero manejar un tema de red, de presupuesto, en esta empresa. Cuando los hijos eran pequeños, mi esposo y yo nos apoyábamos mucho en nuestros padres; una vez que los hijos despegaron y fueron creciendo nos repartíamos las tareas del hogar. Él cocina, yo lavo los platos. No puedo entrar a la cocina, no me gusta, me genera estrés.

    Con los hijos, también había un balance entre los dos. Mi esposo disponía de más tiempo porque tiene su propio negocio, entonces él los iba a dejar al colegio. En las noches era mi responsabilidad: leer cuentos, ver temas escolares. Se trata de organización”.

    Equidad en el sector

    En la Vicepresidencia que yo manejo solo el 17% de las personas a mi cargo, son mujeres. ¿Qué ocurre? ¿Por qué hay esa falta de diversidad? ¿Por qué no recibo mujeres en los procesos de contratación? Cuando veo las estadísticas de las universidades, solo entre el 10% y el 18% son mujeres. Entonces veo que lo que tengo acá no es una consecuencia de mi proceso de selección, sino de lo que está ocurriendo en las universidades. ¿Dónde está el problema? ¿En el hogar? No lo puedo decir. Hace falta mucha educación, porque sí existe una discriminación. Hay un sesgo machista de lo que es una profesión de telecomunicaciones.

    Diversidad

    “Dentro de la estrategia de Telefónica a nivel mundial está incluido el tema de la diversidad, tanto que tenemos un ‘Diversity Council’, donde se forman los principales líderes de la corporación. Pero, en cada país hay un responsable. Dentro de esto estamos conscientes que no solo tenemos que trabajar el tema de género, también tenemos que trabajar el tema de edades, cultura, perfiles. Queremos ser una empresa diversa porque es la única forma en la que podemos ser productivos, eficientes y vamos a tener esa cercanía con los clientes. No puedes garantizar que una empresa sea competitiva, sino tienes esa diversidad dentro de la empresa. Por ejemplo, en el tema de género, para el 2021 queremos llegar a que al menos el 30% de las posiciones directivas estén ocupadas por mujeres”.

    La mujer en Ecuador

    “Creo que el país está en un vuelco y no podemos perder ese impulso que tiene en este momento de perseguir esa igualdad de género. Más allá de esto, el tema de la violencia de género hay que trabajarlo. Creo que a través de las redes sociales muchas nos hemos sumado a esas campañas, para evitar esa violencia. Además, hay que trabajar en la educación que no solo está en los colegios, sino también en el hogar. Los padres deben hablarle en el mismo lenguaje a sus hijos e hijas, con el mismo respeto, sin sesgar lo que son las profesiones. Hay que estar conscientes que es en el hogar donde empiezan esas bases de discriminación”.

    CV
    Ingeniera en Electrónica y Telecomunicaciones,  Escuela Politécnica Nacional. Maestría en Administración de Empresas,  IDE Business School.

    Gerente de Acceso Móvil, Gerente de Planificación e Ingeniería, Gerente de Datos Fijos, Gerente de Calidad, entre otras posiciones a lo largo de 14 años en Telefónica Ecuador.

    Vicepresidenta de Tecnología y Operaciones de Red en Telefónica Ecuador, desde el 2018.

    En el 2018 se convirtió en la primera mujer en ser Vicepresidenta de Tecnología y Operaciones de Red en Telefónica Ecuador
    En el 2018 se convirtió en la primera mujer en ser Vicepresidenta de Tecnología y Operaciones de Red en Telefónica Ecuador