Etiqueta: mujeres

  • Las aplicaciones de transporte para mujeres se abren paso

    Agencia EFE

    En pleno ‘boom’ de aplicaciones de transporte como Uber o Cabify, en Argentina empiezan a proliferar alternativas similares solo con conductoras para reforzar la seguridad y confort de las pasajeras, que en muchos casos se sienten incómodas cuando el que está al volante es un hombre.

    El motivo de su preocupación está justificado: en el 2018, medios locales se hicieron eco de la denuncia de una pasajera a un conductor de Uber por violarla, otra denunció que la agredieron, una tercera que la drogaron con ‘burundanga’ y otro grupo de chicas compartió en Twitter su experiencia con un chófer que les sacó fotos y las grabó sin su consentimiento.

    En este contexto, existen dos proyectos argentinos que han dado un paso al frente para ofrecer a las pasajeras un entorno más cómodo para sus trayectos.

    La aplicación pionera a escala nacional es SheTaxi, plataforma creada el 2016 por la taxista María Eva Juncos en la ciudad de Rosario, que ofrece la posibilidad de pedir hasta 130 taxis en la ciudad manejados por mujeres.

    Aunque SheTaxi permite que los usuarios de la ‘app’ sean hombres y mujeres, las segundas representan el 90% de la clientela de las taxistas registradas.

    María Eva Juncos relata que antes, cuando las chicas subían a su taxi y se percataban de que era una mujer, era una “alegría total” para ellas y enseguida le pedían el número de teléfono.

    “Llegaba un momento en el que tenía en el teléfono veinte llamadas para la misma hora en diferentes lugares”, comenta.

    Mientras tanto, en Buenos Aires planea su desembarque SaraLT, una aplicación similar a Cabify pero de uso exclusivo para mujeres y niños y solo con conductoras.

    Aunque la plataforma aún no está activa y planea comenzar a funcionar en la capital argentina el 7 de febrero, ya cuenta con 1 200 conductoras registradas y unas 27 000 descargas por parte de futuras usuarias que “no se sienten seguras a la hora de viajar”, según afirma Felipe Martínez, director regional de la aplicación.

    “Lo vemos en la tele todo el tiempo, sucede en la calle, pasa en los trenes, pasa en los colectivos… No todos los hombres son así pero hay muchos que se pasan de palabras, la mujer siente un poco más de desconfianza”, relata Martínez.

    Incluso el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires se sumó a esta corriente, al introducir este año 2 000 nuevas taxistas para reducir la “brecha de género” en el sector e incorporar en su aplicación BA Taxi la opción de elegir una taxista mujer solo para usuarias, “porque ellas realizan casi el 70% de los viajes”.

    “Hay taxistas que, según me comentan ellas, hacen comentarios muy fuera de lugar, como por ejemplo pedirles el número de teléfono, decirles vamos a salir o demorarlas para bajar”, asegura. Del mismo modo, considera que tiene amigos taxistas que son “señores profesionales” y también se ven perjudicados por la situación, ya que algunas pasajeras le explican que tienen miedo cuando ellos toman un atajo o ponen “las trabas” (pestillos) del coche cuando entran.

    La taxista María Eva Juncos, quien trabaja en Rosario, es la creadora de esta iniciativa. Foto: Cortesía
    La taxista María Eva Juncos, quien trabaja en Rosario, es la creadora de esta iniciativa. Foto: Cortesía
  • Cristina Murgueitio: ‘Crecer en un mundo con reglas para hombres es complejo’

    Valentin Diaz

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    Cristina Murgueitio es una abogada polifacética. Si bien ha estado involucrada en el tema legal, también se ha desempeñado en áreas como salud, administración pública, entre otras.

    Estudió en la Universidad Católica del Ecuador y en la Técnica Particular de Loja (UTPL); luego viajó a EE.UU. donde vivió nueve años y formó una familia. En ese país tuvo la oportunidad de trabajar en un despacho jurídico y aprendió de temas migratorios de la comunidad latina.

    En 2012 volvió a Ecuador junto a sus hijos. Desde niña le apasionó el ayudar a los demás y estuvo vinculada a la comunicación al formar parte del Club de Periodismo de Diario EL COMERCIO. Pero el derecho en el área social ha sido relevante en su vida. Se ha desenvuelto en el sector privado y público. Hoy es directora ejecutiva de la Asociación Ecuatoriana de Distribuidores e Importadores de Productos Médicos (Asedim).

    Mujer

    “Creo que las mujeres hemos logrado avances en cuanto a igualdad en derechos, a través de normas y reconocimientos internacionales. Es importante esta determinación de que somos iguales a pesar que no lo somos. Somos orgánicamente distintos.

    Lo fundamental ha sido siempre incentivarnos a nosotras a crecer. Yo me siento dentro de ese grupo. Mis padres fueron un motor eficiente y constante al decirme que todo lo que yo me propusiera podía lograrlo, más allá de mi género. Sin duda alguna, esto no ha sido fácil. Para una mujer, el desarrollarse y crecer en un mundo con reglas de hombres ha sido complejo.

    Yo tenía profesores de la universidad que nos decían que las niñas debíamos habernos quedado en casa preparando y aprendiendo a cocinar en vez de estudiar derecho. Hablo de 1999.

    Cada vez eso se está eliminando. Podemos demostrar que las mujeres hemos alcanzado logros y que podemos seguir haciéndolo.

    Debemos ser consideradas en los mismos cargos que los hombres, hasta en puestos directivos”.

    La sociedad

    “El machismo puede generarse por las propias mujeres. El reto del siglo XXI es incentivar en nuestros hijos que eso no se dé.

    La estigmatización de los colores, por ejemplo, marca ciertas cosas. El hecho de que las niñas no podíamos jugar fútbol y ahora sí es bueno, me hubiera encantado poder hacerlo en el colegio.

    Como madres, hoy tenemos la capacidad de generar cambios.

    Mis dos hijos varones saben que tienen la capacidad de hacer absolutamente todo. Tienen que ser autosuficientes, independientes y hacer las cosas por ellos mismos.

    Es importante, además, trabajar con las niñas. Esas mamás que tienen mujeres deben proyectarlas y fortalecer sus capacidades. Que no piensen que en algún momento tendrán que casarse y depender de alguien. Eso puede marcarle a cualquiera en la vida.

    Prepararse permite romper con esos estigmas machistas que todavía existen en el mundo”.

    La profesión

    “He sido muy bendecida y he tenido varias oportunidades. Creo que las mujeres hemos podido enfrentar, tanto en el sector público como privado, el hecho de ser objeto de cosificación.
    Además, he oído comentarios poco favorables, pero uno debe aprender a frenar eso.

    No me he sentido en desventaja de manera intrínseca. Las mujeres hemos tenido que jugar reglas diferentes y ser cuestionadas en relación con si podemos aplicarlas.

    Nunca me olvidaré de algo que mi mamá me decía: ‘Cada una de las cosas que hagas debe tener tu huella personal’. Hay que entregarse al máximo en lo que se hace.

    Nos toca coordinar entre trabajar, ser madre y ser mujer. Un soporte muy importante para lograr esto ha sido mi madre.

    Yo soy divorciada y ella me ha ayudado mucho. Además, tengo mi equipo de trabajo que está cuando yo no puedo estar; parte de ser líder es saber delegar y coordinar diferentes áreas.
    Sin embargo, mis hijos son siempre mi prioridad a toda hora”.

    Acciones

    “Creo que los mecanismos para lograr más transformaciones en la vida de las mujeres todavía no son suficientes Existen temas que se deben tratar de mejor manera como los procedimientos para divorciarse, poseer la tenencia de los hijos, visitas, alimentos, etc.

    No solo hay que hacerlo hacia la mujer. Las realidades de hombres y mujeres son diferentes.
    En temas de violencia es necesario crear mecanismos para no revictimizar y crear alertas tempranas. Faltan casas de acogida”.

    Las mujeres han logrado avances sociales y profesionales, explica. Cree que faltan regulaciones sobre violencia y familia.
    Las mujeres han logrado avances sociales y profesionales, explica Cristina Murgueitio. Cree que faltan regulaciones sobre violencia y familia. Foto: Cortesía
  • Ana María Cajiao: ‘Las mujeres ejecutivas podemos ser un ejemplo para otras’

    Carolina Enriquez

    Desde que era niña, Ana María Cajiao quiso trabajar en el sector de la aviación. Hoy cuenta desde su oficina como gerenta de Aeroméxico en Ecuador, que ya lleva 14 años desempeñando actividades en esa industria.

    Cajiao estudió sus primeros años en Latacunga, de donde es oriunda; su educación superior la desarrolló en la carrera de turismo de la Universidad Católica. Uno de sus sueños fue trabajar en un aeropuerto y siendo todavía muy joven lo consiguió.

    Ingresó al área de operaciones de Avianca y luego trabajó en el GSA de Air Canada. Su trayectoria le permitió, hace cinco años, enrolarse en Aeroméxico, primero como ejecutiva comercial y ahora como gerenta en Ecuador.
    Colaboración

    “Tengo un esposo que me apoya muchísimo en todo lo que tiene que ver con mi carrera profesional. La industria del turismo requiere que uno esté movilizándose de manera constante.
    Es muy importante el apoyo de la familia y yo soy afortunada. Tengo dos hijos pequeños, uno de siete y uno de tres; ellos nacieron así, acostumbrados desde muy pequeños a que su mamá viaje.

    Ser mujer es positivo en cualquier industria porque tenemos un sentido de organización muy fuerte, lo que ayuda mucho a planificar, solucionar problemas, llegar a la gente y vender.

    Yo creo que no se debe renunciar a cosas por ser mujer. En mi caso, tengo que hacer al menos cuatro viajes al año de una semana. No es que mi bebé nació y me dijeron esperemos que cumpla el año y luego viaje: el primer viaje que hice luego de que mis hijos nacieron fue a sus cinco meses.

    Dejarles una semana fue súper duro, pero creo que es algo que también debía hacer. Yo soy muy apasionada con mi trabajo, me encanta. No es que renuncié para no dejarle a mi hijo por una semana, sino que hice una pausa para desarrollar actividades de mi tiempo, de mi profesión.

    No he renunciado a mis hijos, también tengo mi propio tiempo. Lo interesante es tener el apoyo.

    Yo tengo muchos eventos y mi esposo, gracias a Dios, entiende que todo es parte de mi trabajo”. Empleo “La firma en la que laboro confía muchísimo en las mujeres. De hecho, en América Latina, de todos los gerentes, solo uno es hombre.

    Me gusta trabajar con mujeres: son responsables y entregadas al trabajo. Mientras vamos creciendo como empresa se van abriendo plazas para que ellas puedan ascender, aplicar a nuevos puestos.

    En este momento, por ejemplo, tenemos una nueva posición de ejecutiva comercial y subirá una de las chicas de ‘counter’. Siempre estoy pendiente que estén bien con ellas mismas y sus familias; cuando alguien está feliz, entregará lo mejor.

    No creo que deba haber una diferenciación entre hombres o mujeres. Todos tenemos las mismas capacidades y deberíamos tener las mismas oportunidades.

    No por ser mujer una trabajadora necesita que una empresa le brinde algo especial como un pago mayor o menor. Todos nos merecemos las mismas oportunidades y tenemos los mismos derechos. Es uno quien construye su carrera y va caminando en ello.

    No creo que uno deba decir que por ser mujer le tengan a uno que ceder el puesto o abrir la puerta. Cada uno está en capacidad de hacer todo por uno mismo.

    Durante la etapa en que desarrollé mi carrera nunca enfrenté dificultades o barreras por el hecho de ser mujer. Lo que me pasó es que cuando apenas estaba empezando tenía muchas veces reuniones con gerentes, que eran mucho mayores, y ‘no me tomaban en serio’; sin embargo, eso se va superando, la gente va conociendo el trabajo de uno”.

    Mujeres

    “Me encanta que haya agrupaciones de mujeres emprendedoras, empresarias, involucradas con la sociedad. Me gusta porque dentro de ellas uno puede compartir la experiencia propia.

    Todavía hay mujeres que piensan que por su género no pueden aspirar a un puesto, a una gerencia, a una jefatura. Entonces, creo que al conocer que sí hay casos, que hay mujeres que lo han logrado, se crea una motivación para que más chicas trabajen por alcanzar sus metas profesionales.

    Para las mujeres más jóvenes, de colegios o universidades, estos grupos permiten que conozcan ejemplos de ejecutivas y digan ‘yo quiero ser como ellas’, ‘quiero estudiar’, ‘¿qué estudió ella?’, ‘yo quiero ese puesto’.

    Las mujeres en puestos directivos podemos servir de ejemplo para aquellas que están construyendo sus carreras”.

    La ejecutiva considera que no se debe renunciar ni a la familia ni a la profesión. El apoyo de la pareja es fundamental cuando se tiene un hogar e hijos que necesitan de cuidado. Foto: Julio Estella / EL COMERCIO
    La ejecutiva considera que no se debe renunciar ni a la familia ni a la profesión. El apoyo de la pareja es fundamental cuando se tiene un hogar e hijos que necesitan de cuidado. Foto: Julio Estella / EL COMERCIO
  • Caterina Costa: ‘Hoy tenemos a mujeres en espacios que antes ni soñábamos’

    Redacción Guayaquil

    (I)

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    Sobre una de las tres mesas de trabajo que hay en la oficina de Caterina Costa se encuentran las tres ruedas enlazadas que simbolizan la industria, el sector en el que lleva involucrada como empresaria y, desde hace dos años, como presidenta de la Cámara de Industria de Guayaquil.

    Su elección al frente del gremio marcó un hito: fue la primera mujer en llegar a ese cargo.
    Costa dio sus primeros pasos como empresaria a los 28 años, cuando empezó a representar a la empresa familiar Poligrup SA. Por eso sabe que las mujeres ganan más espacio en el mundo de los negocios. Hoy, a sus 51 años desea seguir aportando.

    El valor de ser diferente

    “Las mujeres muchas veces nos enfrentamos al techo de cristal y a veces sentimos que es un límite, pero no lo es. En mi caso, afortunadamente, tengo el apoyo de mi esposo. Él siempre me ha apoyado para sacar en mí a la mujer emprendedora, la mujer profesional, la mujer empresaria.

    Muchas veces nos toca ayudarnos entre mujeres para incursionar en ciertos espacios profesionales, porque a veces sentimos que hay ese límite.

    En mi caso, muchas veces fueron los hombres los que me ayudaron: mi padre, mi marido, mis pares en los gremios que me dijeron: “¡Tú sí puedes!”. Yo muchas veces les dije: “Es que yo soy diferente, no soy como ustedes”. Me contestaron que “no, eso es lo que queremos, alguien diferente”.

    Las mujeres pueden crecer en todos los campos. En la Cámara tenemos socios que están incorporando mujeres en espacios que antes jamás soñamos. En la industria cementera está la primera mujer en una mezcladora, por ejemplo”.

    El rol en la Cámara

    “Tradicionalmente en la Cámara los presidentes han sido personas con una personalidad muy fuerte, duros. Personas a quienes los problemas no sobrepasaban. En cambio, a las mujeres los problemas nos llegan al corazón.

    En la Cámara de Industrias yo encontré caballeros que me ayudaron, me apoyaron y me dieron la mano; algo que no sucede en todos los espacios.

    Aquí existe un sinnúmero de servicios y lo que buscamos ahora es que los productos en el país tengan mayor valor agregado. Es decir, que no exportemos solo cacao, sino que podamos exportar con un proceso adicional que te permita llegar a un semielaborado o a un chocolate”.

    Cinco facetas por balancear

    “El tema gremial llegó a mí por una casualidad no grata. Cuando mi hermano mayor falleció, yo trabajaba en la empresa familiar y mi papá me dijo: Tú ahora vas a representar a la familia en los gremios. Entonces yo le pregunté cómo lo haría. Allí surgió entonces el asunto del techo de cristal y mi papá me repitió: Dale, tú sí puedes, tú vas a ir.

    Somos cuatro hermanos. Mi hermana vive afuera del país y mi hermano nunca tuvo mucho interés. Podría decir que sin querer se fue armando mi proyecto de vida y ahora lo veo de una forma más teórica porque aprendí que uno tiene cinco facetas: lo personal, lo familiar, lo profesional, lo social y lo trascendente. Entonces uno tiene que hacer un balance e irlo delineando.

    En mi caso tengo un pie en lo profesional y un pie en lo trascendente porque aquí en los gremios buscamos dejar una huella para un país mejor. En cambio a mis amigas les digo que tengo poco tiempo para reunirme. Ellas lo saben y me esperan.

    La parte social no la tengo muy balanceada porque cuando tengo tiempo lo enfoco hacia mi familia, que es lo que más me llena”.

    Buscar mentores y modelos

    “Yo creo que las mujeres a veces no nos damos cuenta de lo que tenemos alrededor. Por eso recomiendo buscar a otras mujeres que puedan ser ejemplo. Uno puede utilizar ese modelo para cumplir su sueño.

    Yo tengo varios ejemplos, como mi abuela materna. Ella enviudó y se quedó a cargo de cuatro hijos. Fue a trabajar al mercado vendiendo baúles. Allí conoció a mi abuelo y se volvió a casar y tuvo cuatro hijos más. Mi abuela trabajó hasta los 102 años.

    Buscar mentores también es aconsejable. Yo considero mentores a Antonio Baduy y Francisco Alarcón. Este último me dijo: “Ven y sé mi vicepresidenta (en la Asociación Ecuatoriana de Plásticos), después me dijo: “Tú también puedes ser presidenta”. Yo pensé que no lo podría lograr por mis hijos y mis estudios de maestría.

    Tener mentores que te guíen ayuda mucho porque te dan ideas, consejos, incluso cuando uno no está dispuesto a escucharlos”.

    Esta empresaria, esposa y madre habla sobre el apoyo que recibió de sus colegas hombres y mujeres para crecer como profesional.
    Caterina Costa, empresaria, esposa y madre habla sobre el apoyo que recibió de sus colegas hombres y mujeres para crecer como profesional. Foto: Joffre Flores / Líderes
  • Leslie Jarrín: ‘La tecnología ayuda a la mujer a tener balance en sus actividades’

    Redacción Quito

    (I)

    Leslie Jarrín es una empresaria vinculada al mundo del desarrollo tecnológico. Ha trabajado en multinacionales como Oracle y ThoughtWorks, pero también ha desarrollado sus propios negocios como Soporte Libre e impulsó el cluster de compañías de software MachángaraSoft.

    Desde los 14 años no ha parado. A esa edad compraba y vendía diferentes bienes, ayudaba en el almacén de su abuela y, en la carrera de ingeniería en sistemas de la Universidad Católica de Quito, en la que estudió gracias a una beca de la fundación del extinto Banco Popular, se enroló en trabajos en su área de estudios.

    Está casada y es madre de tres hijos. Pero también se encuentra enrolada en proyectos como Mujeres por Ecuador y está apoyando en la Coalición Stem, una iniciativa que tiene como objetivo contribuir al mejoramiento de la calidad de la educación en Ecuador en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.

    Carrera

    “El trabajar desde bien joven le da otra perspectiva de la vida a cualquier persona. A los 19 años empecé a laborar en tecnología; ha sido una suerte que siempre haya desarrollado actividades de mi ramo. Es súper importante en la carrera tener espacios en los que uno pueda desenvolverse en todo tipo de actividades; en Oracle yo hacía ventas, educación, marketing, etc.

    El último año y medio estuve viajando al exterior una semana al mes, por lo menos, por mi trabajo con ThoughtWorks. Para mi se volvió un tema complejo estar lejos de la familia; a inicios de este año, por muchas razones, consideré volver a mi propia empresa.

    Si bien nunca he dejado el bagaje tecnológico, he incrementado mis conocimientos en gestión”.
    Maternidad y trabajo

    “Tengo tres hijos pequeños de 12, 8 y 6 años. Este año se me ocurrió estudiar una maestría ‘on line’, totalmente en inglés, en emprendimiento e innovación del AHC de París. Es súper fuerte, se necesita disciplina férrea.

    A las mujeres nos toca estar escogiendo qué priorizar en los momentos de la vida. Había dejado la parte de la academia, pero me encanta estudiar para poder enseñar cosas y retomé el estudio.

    A las mujeres casi siempre nos toca demostrar lo que sabemos para ser tomadas en cuenta. No se puede sacrificar la felicidad.

    Para mi la familia es importante; tomamos decisiones en conjunto: si a veces me toca trabajar más, mi esposo está con los niños; si trabajo menos estoy con ellos y él trabaja. Es balance.

    He sido emprendedora toda la vida. Ahora estoy aprendiendo la teoría, que sostiene lo que conocí empíricamente. Estoy repensando la empresa, ayudando a otras compañías del país y apoyando iniciativas vinculadas con aportar a la comunidad en todo nivel”.

    Empresa

    “Siempre he estado enrolada en diversas actividades al mismo tiempo, pero con la experiencia descubrí que debo enfocarme.

    Nos convencen que las mujeres somos ‘multitasking’ y, ahora, creo que eso es lo más negativo; es agotador mentalmente. A veces, nos ponemos presiones innecesarias; uno debe escoger las batallas correctamente y poner toda la energía posible.

    Las nuevas empresas están cambiando. Se han dado cuenta de que la gente no necesita estar horas en la oficina, ni que la cantidad de teclas que aplaste significa que está produciendo más. Lo importante es que el personal esté motivado, que esté alineado con las metas.

    El teletrabajo debe aplicarse y debe seguirse puliendo y mejorando. En el lado de las mujeres es vital porque así nos va a ayudar a tener un mejor balance en todas las cosas que queremos y que nos gustan hacer.

    También beneficia a los hombres para que también puedan participar en las actividades de las familias. No es que los hombres no quieran ser parte, sino que como sociedad no les dejamos.

    La tecnología colabora. Mientras más automatizadas estén las compañías más fácil va a ser la opción de darle a ciertas personas la oportunidad de teletrabajar. Hay mayor productividad, hay menor movilización por la ciudad, mejor calidad de vida, etc.”.

    Feminismo y software

    “El feminismo busca la igualdad entre hombre y mujeres, la equidad. Al final del día la idea es que tengamos iguales derechos.

    Veo que hay muy pocas mujeres en tecnología. Sino hacemos acciones deliberadas para que las niñas y jóvenes la vean como carrera, no se va a avanzar. En el mundo de la tecnología se necesita de todo, somos buenas en matemáticas, pensamiento lógico, etc”.

    La fundadora del parquetecnológico MachángaraSoft habla sobre el papel de la mujeres en las empresas , la tecnología y el hogar
    La fundadora del parque tecnológico Machángara Soft habla sobre el papel de la mujeres en las empresas, la tecnología y el hogar. Foto: Cortesía
  • Una de 10 personas que trabajan en minería es mujer

    Redacción Quito

    (I)

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    Las actividades mineras, que eran tradicionalmente desempeñadas por hombres, son también de interés de las mujeres.

    En esta industria, que tiene un desarrollo reciente a gran escala en Ecuador, uno de cada 10 trabajadores es mujer, según información del Ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables.

    Las mujeres se desempeñan como ingenieras en minas, así como en geología, metalurgia, ambiente, electricidad, seguridad industrial, medicina, responsabilidad social y otras ramas. Ellas están presentes en el trabajo de campo y en las áreas administrativas.

    Para Andrés Ycaza, vicepresidente de la Cámara de Minería del Ecuador, la presencia de las mujeres ha sido progresiva, luego del desarrollo tecnológico que ha tenido esta actividad. Este cambio ha permitido romper el mito de que en minería se requiere una fuerza física extrema.

    Ahora en lugar de emplear pesadas herramientas se ocupan maquinarias modernas, que son operadas con botones. Uno de estos equipos conocido como Jumbo fue manejado por primera vez en el 2011 por una mujer en una mina en Ecuador.

    “Las mujeres hacen su trabajo en el sector minero con mucha competencia, no temen encontrarse con serpientes ni nada. Han logrado vencer paradigmas y prejuicios”, expresa Ycaza.

    Por las características propias de las mujeres, como su motricidad fina o su minuciosidad, ellas son consideradas también para determinadas funciones. Incluso grandes firmas multinacionales han encargado el manejo de estas compañías a féminas.

    Por ejemplo, la multinacional Fortescue Metals Group tiene en su planilla un número importante de mujeres. Entre ellas está la representante principal a nivel mundial de esta firma y quien dirige la compañía en Ecuador: Alexa Morcombe.

    Ella es la gerente general de Ecuador Fortescue y piensa que la formación profesional de la mujer, la capacitación y el desarrollo de su carrera ha permitido que las compañías incluyan a este género en cargos directivos.

    Así se demuestra que mujeres y hombres están en condiciones de desarrollar esta actividad, precisa Morcombe, quien tiene 13 años de trayectoria.

    En la minera Lundin Gold, que opera también en Ecuador, el 20% de los directores y más del 30% de los cargos altos están ocupados por mujeres.

    Alaín Bureau, CEO de Toachi Mining, agrega que un 27% de los colaboradores son mujeres. Y en los cargos directivos el porcentaje es mayor. Llega al 36%.

    En el ámbito operativo, Bureau destaca que las mujeres que manejan maquinaria pesada tienen un mejor cuidado de estos equipos y tienen una óptima comprensión del trabajo que deben ejecutar. “El sector ha avanzado bastante. Hace 20 años, en algunos países, incluso era prohibido que las mujeres hagan trabajos en minas subterráneas”.

    La incorporación de las mujeres en el sector se da tras valorar las capacidades adquiridas de las aspirantes. No se toma en cuenta el género, precisa la Cámara de Minería del Ecuador.

    Sin embargo, para fomentar la inclusión de este segmento, Lundin Gold, impulsa desde este año un programa de capacitación para operación minera. En la primera etapa, 18% del total de participantes era mujer.

    Una vez que finalicen este entrenamiento, las mujeres tendrán la oportunidad de incorporarse a la compañía en marzo de 2019 como operadoras de mina o de la planta de proceso.

    En la empresa Toachi Mining, dos geólogas analizan las muestras para identificar la presencia de minerales.
    En la empresa Toachi Mining, dos geólogas analizan las muestras para identificar la presencia de minerales. Foto: Toachi Mining
  • María Cecilia Holguín: ‘Con las tic la clave es organizarse’

    Redacción Líderes

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    Entrevista a María Cecilia Holguín, directora de Lila Working Moms.

    ¿Cuánto ayudan las tecnologías de la información (TIC) las tareas de las madres que también trabajan?

    Como mamá trabajadora que intento tener el balance familia-trabajo, la tecnología facilita muchísimo. Una puede ser más productiva, porque en un dispositivo móvil están todas o casi las herramientas y ya no necesitamos ir hasta una oficina. Así uno se vuelve más productivo a través de un mensaje de WhatsApp, por ejemplo. La tecnología nos permite compartir información y cada miembro del equipo sabe cómo avanza el trabajo.

    ¿Ya no hay fronteras?

    Ya no y así funciona muy bien. Una buena conectividad es la base y ayuda bastante. Una mamá profesional sí puede trabajar y estar con la familia gracias a la tecnología. Cuando uno va a la oficina ocho horas o más ya no hay balance. Hoy, con tanta tecnología, tenemos procesos y obligaciones que se pueden hacer desde la casa.

    Se han logrado avances entonces…

    Sí, pero falta mucho todavía como país. Con Lila planteamos a las empresas cargos con flexibilidad laboral. Allí vemos que surgen inconvenientes como acceder a una información determinada o usar una herramienta. Eso pasa por lo que las empresas llaman confidencialidad. Pero abrir o habilitar accesos es muy importante. Allí hablamos de confianza y control, aunque la clave es trabajar por objetivos.

    Usted ha trabajado de la manera convencional y de manera remota ¿Con cuál modelo se queda?

    Con el trabajo remoto apoyado en la tecnología. Así me siento más relajada, con menos estrés, con más enfoque en las tareas. En la oficina hay distractores como un receso de la media mañana o la conversación con los compañeros. Pero hay temas que sí necesitan concentración, como escribir un informe. Por eso a veces la gente se lleva el trabajo a la casa, pero eso ya es horas extras y no es la solución.

    Pero la gente también necesita un espacio de socialización en el trabajo

    Así es. Por eso la modalidad que se prefiere es el teletrabajo parcial, para que el contacto no se pierda. Trabajar de manera remota no es para todos. Hay que ver el nivel emocional, por ejemplo.

    ¿Con la tecnología la jornada no se extiende?

    Si uno no quiere no para de trabajar y se sigue enviando y respondiendo ‘mails’. Hay que organizarse y ser controlado, porque sino el balance que se busca se pierde y así no esté en la oficina sigue pesando más el trabajo que la parte personal.

    ¿Qué hace falta para que la empresa ecuatoriana se anime a probar y estandarizar estas modalidades de trabajo basadas en la tecnología?

    Aún hay temor al teletrabajo. Puede ser desconocimiento o poca claridad en el tema, miedo a demandas o incluso hay quienes no saben cómo hacerlo. Otro temor es el cambio, hemos llegado a empresas que se niegan a su adopción, pero no ven que pueden ser más productivas. Es un cambio de cultura organizacional, de los jefes de las empresas.

    Entrevista a María Cecilia Holguín, directora de Lila Working Moms. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
    Entrevista a María Cecilia Holguín, directora de Lila Working Moms. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
  • Isabel Noboa: ‘Promover mujeres es un proceso’

    Redacción Líderes

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    Entrevista a Isabel Noboa, presidenta ejecutiva de Consorcio Nobis.

    ¿Qué aportan las mujeres en funciones corporativas?

    La mujer brinda una cuota importante de empatía, de ese sexto sentido e intuición necesarios para tomar, en muchas ocasiones, decisiones importantes. Básicamente la diferencia radica en cómo las mujeres vemos las cosas. Nosotras aportamos perspectivas diferentes que pueden traducirse en soluciones sistemáticamente más integrales y eficientes para los problemas corporativos. Tenemos fortalezas específicas, como la dedicación, el compromiso y la creatividad.

    ¿Cuánto gana una empresa con la inclusión femenina en cargos directivos?

    El ser mujer trae la sensibilidad femenina al trabajo, nuestras habilidades analíticas, la capacidad de ponernos en la situación de otra persona. Cada vez que tomo una decisión en los negocios reflexiono sobre todos los aspectos incluyendo cómo impactará a la gente involucrada, sean inversores, personal o clientes.

    ¿Cuánto pesa la experiencia profesional de la mujer al ocupar altos cargos?

    Promover mujeres a posiciones ejecutivas es un proceso y no el simple resultado de una decisión ejecutiva. Las candidatas deben tener una sólida experiencia profesional, entender la naturaleza del negocio y tener un profundo compromiso con los valores de las empresas. Consorcio Nobis no recluta o promueve a su capital humano sobre la base de género sino sobre su potencial y valores. Cuando promovemos o contratamos a un candidato o candidata lo hacemos específicamente por el talento que cada individuo trae a la mesa. Sin embargo, buscamos que también compitan por el cargo mujeres de valía. Nuestra filosofía es inclusiva.

    ¿Qué habilidades se requieren en la parte corporativa?

    Profesionalismo, sentido de urgencia, agilidad en la toma de decisiones y en el cumplimiento de los objetivos y trabajo en equipo, basado en informes debidamente sustentados. Las mujeres solemos hacer varias cosas a la vez sin dispersarnos y en continua concentración.

    ¿Cómo mejora una junta directiva integrada por mujeres?

    Nos complementamos con los hombres y tenemos puntos de vista que hacen más ecuánimes las decisiones que se toman. Se suma a ello el sexto sentido, la sensibilidad, responsabilidad social y empatía, resultado de los atributos con los que nos desenvolvemos en las familias que formamos. El informe anual ‘Women in business’, de la consultora Grant Thornton, estimó que el porcentaje de puestos directivos ocupados por mujeres alcanzó en el 2017, por primera vez, el 25% a nivel mundial.

    ¿Qué falta en el país para sumar más mujeres en cargos directivos?

    El potencial que tenemos las mujeres es enorme, pero siento que hace falta una transformación cultural para que se nos acoja. Hay que desmitificar el hecho de que existen profesiones, tareas o cargos de liderazgo que las mujeres no pueden desempeñar. No deben existir límites para el desarrollo femenino.

    Isabel Noboa, presidenta ejecutiva de Consorcio Noboa. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Isabel Noboa, presidenta ejecutiva de Consorcio Noboa. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • María José Pinto: ‘Las jóvenes también son productivas’

    Mayra Pacheco

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    Encontrar ejecutivas entre 40 y 45 años dentro de las empresas es la tendencia en Ecuador, según un estudio de Deloitte que se presentó en marzo de este año. Al respecto María José Pinto, gerenta de Producción de Pinto, de 32 años, expone qué factores inciden en esta realidad.

    ¿Por qué la presencia de mujeres entre 40 y 45 años es mayoritaria en las empresas del país?

    Las mujeres atraviesan por dos circunstancias. Justo cuando nos encontramos en la etapa de ascender profesionalmente estamos a la vez en la época de casarnos y ser madres de familia. Esto obliga a bajar la guardia en uno de estos dos frentes. Y generalmente se lo hace en el ámbito laboral, porque la familia es superimportante.

    ¿Es difícil mantener la guardia en ambos frentes?

    Por la estructura que tiene la mayoría de las empresas se cree que no se puede cumplir con estos dos roles en paralelo: crecer profesional y personalmente. Se cree que estar embarazada, tener tu período de lactancia y estar a cargo de hijos pequeños te quita productividad.

    ¿Esto a la final qué causa?

    Que las ejecutivas en su mayoría tengan entre 40 y 45 años. Para entonces, las mujeres ya no están en la etapa de embarazo, sus hijos están en el colegio, los niños no demandan de tanto tiempo. Por eso se pueden dedicar más al trabajo.

    ¿Cuál es la otra circunstancia que explica esta realidad?

    La falta de oportunidades. Las empresas justamente por el tema de la maternidad, en algunos casos se frenan. Las firmas consideran que invertir en mujeres, en edad de tener hijos, tiene ciertos riesgos, por la ausencia que se genera debido a los permisos correspondientes a la maternidad, lactancia y otros.

    Pero a la final no todas las mujeres deciden ser madres

    Así es. Además, el ser madre no te hace menos eficiente. Al contrario, la mujer que tiene hijos debe cumplir con dos trabajos ‘full time’.

    A propósito de que se encuentra a la espera de su primer bebé, ¿considera que se puede llegar a un equilibrio entre ambos roles?

    Sí, estoy justo esperando a mi primer bebé y estoy convencida de que se puede lograr un equilibrio entre el ámbito personal y profesional. Soy parte de la Asociación Mujeres por Ecuador que promueve la participación de mujeres jóvenes en funciones ejecutivas y directivas.

    ¿Esto es posible?

    En Mujeres por Ecuador las mujeres adultas dan un acompañamiento a las jóvenes para decirles que sí hay cómo ser madre y trabajadora a la vez. Yo antes pensaba cómo combinar mi carrera e hijos. Y vemos que existen mujeres que te demuestran que sí hay cómo.

    ¿Cuál es la clave para esto?

    Primero la mujer no debe sentirse culpable de dejar a sus hijos en la casa. Debe tener apoyo en su entorno para organizarse con la crianza de tus niños y tu trabajo. Tiene que establecer los tiempos para estar con sus hijos y ser productiva en la empresa.

    María José Pinto, gerente de Producción de Pinto. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
    María José Pinto, gerente de Producción de Pinto. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
  • María Fernanda León: ‘Lo relevante está en los resultados’

    Carolina Enriquez

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    Entrevista a María Fernanda León, presidenta de Procosméticos.

    ¿Qué evaluación hace de la participación de las mujeres en el ámbito empresarial?

    Cada vez hay más conciencia, de parte de las mismas mujeres, sobre la relevancia que tiene nuestro trabajo en los resultados que alcanza una compañía.

    ¿Cómo se va escalando posiciones dentro de una empresa hasta alcanzar posiciones estratégicas?

    Las mujeres tenemos que valorar el trabajar desde abajo, el aprender y seguir una serie de pasos dentro de la empresa para que seamos merecedoras de llegar a puestos gerenciales. Hay esa idea de que todas las personas tenemos que apuntar a ser gerentes generales de las compañías; pero, si estamos en mandos medios, hacemos lo mejor y apuntamos a la excelencia, también podemos ser grandes jefes y no necesariamente CEO. ¿Por qué tengo que llegar a esa alta posición si lo que estoy haciendo me satisface y me realizo como profesional y como persona?

    En las empresas existe la sensación de que cuando se llega a un mando medio no se crece más, es decir, no se logra avanzar a un cargo más alto o tampoco hay un desarrollo horizontal con mejores sueldos, reconocimientos, entre otros.

    Existe ese paradigma. Pero en mi sector (Procosméticos y Asociación de Venta Directa) hay testimonios de vida de mucho éxito de mujeres que no necesariamente son CEO de compañías nacionales o multinacionales, sino líderes de sus propias vidas. Son emprendedoras que han alcanzado sitiales importantes en sus negocios.

    ¿Qué ventajas profesionales le genera a una mujer el llegar a un mando medio?

    Sobre todo lo que gana es liderazgo y manejo de relaciones humanas. Esto último no tiene precio; el líder vuelca su contenido en su equipo de trabajo y si este es de calidad humana es lo que va a generar en la gente. A las personas no se las recuerda por lo que son, sino por lo que nos hacen sentir. Podemos trascender en la vida de los demás generando actitudes positivas.

    Desde su propia historia, cuando estaba en un mando medio ¿cuál fue el punto de quiebre que le permitió alcanzar puestos más altos?

    Puse todo el esfuerzo y dedicación para demostrar que yo no estaba solo para tomar actas (como dijeron), por el simple hecho de ser mujer. Uno demuestra lo que es a través de los resultados que uno genera.

    Las mujeres, particularmente en mandos medios, tienen que poner un plus y demostrar que están capacitadas frente a los hombres. ¿Es una realidad?

    Esto sí pasa. Las mujeres debemos estar recordando los resultados que hemos generado. Hacemos bien, pero nos hace falta ser más visibles, nos toca hacer un esfuerzo adicional. Pasa tanto en el país como en el mundo.

    ¿Complementar los equipos, entre hombres y mujeres, es óptimo?

    El complemento de la emocionalidad con la racionanalidad es un generador de resultados efectivos para las empresas. Falta apoyarnos entre mujeres.

    Entrevista a María Fernanda León, presidenta de Procosméticos. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
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