Las Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA) se impulsaron como política pública en Ecuador en 2019, y su implementación y certificación es obligatoria para proveedores de empresas exportadoras. Así señala una resolución de la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad), de marzo de ese año.
La certificación de BPA, creada en el 2017 en el país, se fundamenta en cuatro pilares: la producción de alimentos inocuos, el respeto a los trabajadores en el campo, la protección al ambiente y el respeto al bienestar animal.
Rommel Betancourt, coordinador general de Inocuidad de Alimentos de Agrocalidad, explica que cada vez los consumidores son más exigentes, siendo una de sus preocupaciones la inocuidad alimentaria. “La certificación da valor agregado al producto primario y abre mercados a agricultores y ganaderos”, añade el técnico.
Promover una mayor incidencia de las BPA en el sector agrícola es una de las premisas del programa Se Puede, de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI), orientado, en principio, a agroemprendedores de la Sierra Centro y la Amazonía.
El modelo de gestión del programa -explica su directora, Ana María Molina,- abarca tres ejes: formación digital gratuita, acceso a financiamiento y conexión con mercados, como el retail. En las diferentes líneas de trabajo del proyecto, la AEI trabaja en alianza con asociaciones de agricultores y centros de acopio o empresas ancla (que ayudan a organizar a los agricultores).
Por medio de la plataforma virtual sepuede.org.ec, lanzada el 17 de agosto, los agricultores pueden acceder a capacitaciones en la certificación BPA y finanzas. Próximamente, estarán disponibles otros cursos: planeación de siembra, negociación, cuidado del cliente, promoción de productos, innovación y ABC para exportar.
Si bien la iniciativa se centra en la Sierra Centro y la Amazonía, los cursos están abiertos, sin ningún costo, para toda persona desde cualquier punto del país. El diseño de los talleres está a cargo de la Universidad de Las Américas.
Al momento, hay cerca de 1 400 personas registradas en los talleres, de las cuales unas 250 han culminado el primer módulo, sobre BPA y más de 100, el de finanzas.
Hernán Oleas, miembro de la Corporación de Emprendedores Agropecuarios Juveniles de San Luis (Cotopaxi), completó el módulo de BPA y cursa, actualmente, el de finanzas. “El principal problema de los agricultores es la fluctuación de los precios. Estos cursos dan la posibilidad de buscar otros mercados, por fuera de los mayoristas. Estamos en proceso de sacar la certificación”, explica Oleas, quien cultiva hortalizas.
Al tener la certificación en BPA, Incubandina, productora de huevos en Pujilí (Cotopaxi), recibió asesoría de la AEI para su presentación ante Inalecsa. A esta firma provee, actualmente, un promedio de 1 500 cubetas semanales, indica Marcelo Villarroel, gerente de producción de la firma.
Para acceso a financiamiento, uno de los aliados es Banco del Pacífico, que tiene a disposición de las asociaciones agrícolas USD 1,5 millones para líneas de créditos. Además, la entidad ofrece acompañamiento en bancarización.
Los beneficios Premios. Los primeros 1 000 agricultores que culminen el primer módulo sobre la certificación de BPA recibirán 500 megas y participarán en el sorteo de cinco tabletas.
Educación. La UDLA ofrecerá becas de estudio para los mejores puntuados de todo el programa de formación virtual, que consta de ocho módulos.
Expectativa. La meta del proyecto Se Puede es lograr capacitar a 10 000 agricultores y generar nuevas oportunidades de mercado para el sector.
Cerca de 1 400 agricultores se han registrado en los talleres formativos de la plataforma Se Puede. Foto: cortesía AEI / LÍDERES
Era 1994. La equivocación del guardia de seguridad de productos Adams, en Quito, cambió la vida del ecuatoriano JavierMeza. Un amigo le comentó que en esa empresa requerían ingenieros químicos y él llegaba de Brasil recién graduado de la Universidad São Carlos.
Fue a la entrevista y preguntó por Eduardo (Rivera), quien era el jefe de Producción, pero el guardia se confundió y le envió donde Eduardo Izurieta, jefe de Marketing. Con él conversó sobre su estadía en Brasil y sus intereses.
Cuando le dio el puesto en marketing, Meza le dijo que era químico. Tuvo que escoger entre ser capacitado para el nuevo puesto o entrevistarse con Rivera.
El actual Global Chief Marketing de The Coca-Cola Company escogió la primera porque no era la primera vez que se enfrentaba a un reto. Los desafíos empezaron cuando salió a sus cinco años desde Puyo hacia Quito, para estudiar la primaria. Sus padres, quienes eran maestros, sabían que la educación sería el principal legado para sus tres hijos y lo cumplieron.
Meza se destacó académicamente en el Borja 3, por ello su madre le buscó una beca en el Colegio Alemán y se pasó para el quinto grado. No sabía si estaría preparado para destacarse. Pero se graduó como el mejor de su promoción y aprendió alemán e inglés. Su siguiente reto fue buscar una universidad en el exterior. La oportunidad para acceder a una beca se concretó en la Universidad São Carlos y estudió portugués básico para prepararse.
A los 17 años realizó el primero de una infinidad de viajes al exterior. Llevó algo de ropa y dinero y, lo más importante, el número telefónico del ecuatoriano Abraham Proaño, quien vivía en São Carlos, ubicado en el estado paulista.
Luego le presentó al riobambeño Roberto León, quien estudiaba en la misma universidad de Meza. “Esa ayuda fue fundamental para aprender a desenvolverme porque tenía temor de no estar a la altura”, dice el ejecutivo de 49 años.
Javier Meza está con los campeones mundiales históricos de Brasil . Foto: cortesía
Otra vez superó sus expectativas y se graduó como el mejor estudiante hasta ese entonces, en ese centro de estudios. Aunque tenía oportunidades laborales en Brasil decidió retornar a Quito y allí fue a productos Adams.
En esa empresa laboró durante tres años. Aprendió marketing y siguió un MBA en la Universidad San Francisco de Quito, que fue pagada por sus jefes. Allí, conoció al Gerente Financiero de Coca-Cola en Ecuador, quien le ofreció un puesto, pero Meza no aceptó hasta acabar el posgrado.
Cuando lo hizo habló con los ejecutivos de Adams y ofreció vender su vehículo para pagar la maestría, pero no le aceptaron y autorizaron su salida. “La experiencia sirve, pero el estudio formal es importante”, dice Meza.
En The Coca-Cola Company está hace 22 años. Al inicio fue el primer Brand Manager de Sprite en Ecuador, pero a los tres años le dijeron que su puesto se cerraba y tenía una opción para no quedar desempleado y era irse a Argentina. Su esposa Verónica Galárraga le apoyó, por lo que aceptó el cargo de Director de la marca Coca Cola para el sur de Latinoamérica. Luego, ocupó puestos relevantes en esta transnacional en Perú, Costa Rica, Brasil y EE.UU. También, ocupó el cargo de Vicepresidente de Marketing para la región Asia-Pacífico. A su cargo estuvo el trabajo en India, China, Oceanía y el Sudeste Asiático.
“En una carrera se necesita de líderes que vean cosas en uno, que nosotros no las vemos y esto tuve yo”, cuenta Meza. Según él, en Ecuador, Brasil y Argentina estuvo en momentos de crisis y superó obstáculos para lograr los objetivos de Coca-Cola, por lo que la actual situación no le desborda.
Él aprendió de cada cultura, sus diferencias y similitudes, y eso le ha servido para concretar sus proyectos y ajustar su estilo. Pierangela Sierra, gerente de Tipti, destaca que su amigo tiene muy claros sus objetivos, por lo que es persistente y consistente. “Es un buen conciliador y negociador, y busca un balance de respeto. Eso le ayudó a ser exitoso en muchos países y culturas del mundo”.
Ahora, lidera el crecimiento del portafolio de marcas Coca-Cola, Fanta, Sprite y Schweppes, en la matriz de Atlanta, y se encarga del desarrollo de estrategias de ‘branding’ (construcción de marca), comunicación e innovación y programas globales de marketing.
“Cuando llegué a Atlanta, pensé lo mismo que cuando fui a Brasil. Me decía, ¿seré bueno en el contexto global? Pero mucha gente me ayudó”. Otro reto de Meza fue superar su miedo a volar. Para ello, decidió saltar en paracaídas con un experto en Argentina.
Se prometió no cerrar los ojos y evitar que su temor le impida disfrutar de la experiencia y le paralice. Es una filosofía que replica en otros ámbitos.
Su hoja de vida Nació el 24 de febrero de 1971. Es el segundo de tres hermanos Meza Robayo. Está casado con Verónica Galárraga y tiene tres hijos. Es Ingeniero Químico por la Universidad de São Carlos y un MBA por la San Francisco de Quito. Tiene estudios de Marketing Estratégico y Digital por el Harvard Business School y Liderazgo por el Institute For Real Growth.
La firma tiene presencia en 200 países
Redacción Cuenca (I) Coca‑Cola nació en 1886 en Atlanta, Estados Unidos. Ahora, tiene presencia en más de 200 países y supera las 500 marcas con un total de 4 700 productos, según el Business & Sustainability Report.
El año pasado reportó ingresos operativos netos por USD 37 000 millones. México, China, Brasil e India fueron los mercados más grandes fuera de EE.UU. Juntos representan el 31% del volumen de cajas.
Desde hace dos años, el ecuatoriano Javier Meza es el Global Chief Marketing de Coca-Cola Company. Lidera un equipo que se encarga de las estrategias mundiales de crecimiento de las marcas. Además, del portafolio de innovación y campañas de marketing.
Su grupo de investigación y desarrollo, por ejemplo, se encargó del lanzamiento de Coca-Cola Energy, Coca-Cola con café. “Desarrollamos fórmulas, conceptualizamos empaques y campañas de lanzamiento”.
Por la crisis del covid-19, impulsó dos campañas. Una para América Latina y Norteamérica, con comidas, y otra para Europa y África, con un mensaje más icónico y valores. Ahora, labora en una campaña para Navidad, que se verá entre octubre y noviembre. 12 personas reportan a Meza en Atlanta, pero también tiene una red de profesionales en el mundo.
Uno de sus momentos más complicados fue la campaña publicitaria para Mundial de Brasil 2014. El peor momento fue cuando Alemania goleó 7 a 1 al equipo local en la semifinal. Estuvo en ese país y su equipo reaccionó rápido ante ese dolor con una publicidad que tenía botella con un sorbete dentro y hecho un nudo. “Dijimos que tenemos un nudo en la garganta como todos y logramos empatía”.
El ejecutivo ecuatoriano está el Headquarter Global de Coca-Cola (arriba, izq.), con su familia en Cotopaxi (arriba) y con los campeones mundiales históricos de Brasil (izq.). Foto: Cortesía Javier Meza
Más de 350 conductores han sido capacitados por el programa Volante Seguro en la empresa Unacem Ecuador. Esta iniciativa arrancó en el 2010 y está dirigida a los transportistas que prestan servicios a esta firma en el traslado de materias primas, combustibles y cemento.
Andrés Armijo, jefe de Logística y Transporte de Unacem, explica que se trata de un programa integral de seguridad en carreteras que busca salvaguardas las vidas de los aliados que están inmersos en las operaciones de esta firma cementera y a la vez contribuir a la seguridad vial del país.
La propuesta de impulsar una cultura de manejo a la defensiva surgió en torno al Día Mundial de la Seguridad Vial, que se conmemora cada 10 de junio.
El técnico señala que en esta década han ido disminuyendo el número de percances. En el 2018 registraron 16 percances viales, mientras que el año pasado 11.
Con la ayuda de tecnología se monitorea el desplazamiento de los vehículos. Cada uno tiene instalado un Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por siglas en inglés) cuyos datos son tabulados en un sotfware que arroja información en tiempo real.
Esto permite conocer la ruta y los kilómetros recorridos. En el control se verifica que no existan excesos de velocidad y el cumplimiento de los tiempos de descanso obligatorio. Por eso, ningún vehículo se puede movilizar entre las 23:00 y 04:00, para mitigar el riesgo de un accidente de tránsito.
Son vehículos de carga pesada, con capacidad entre 18 y 33 toneladas, que se adaptan a los requerimientos de la empresa.
“Llegamos a todos los lugares del país, transportando de manera segura nuestro producto”, asegura Armijo. Se estima que toda la flota vehicular recorre unos 20 millones de kilómetros al año.
Con el plan Volante Seguro se ha dictado en esta década 45 000 horas de capacitación a los conductores contratistas. De estas, unas 19 000 horas están relacionadas a temáticas de tiempos de descanso y manejo a la defensiva.
Esta última técnica hace hincapié en eliminar riesgos como prisa, distracción, fatiga, excesos de confianza o la improvisación, que pueden conllevar a un suceso dentro de las operaciones. Este programa también tiene incentivos para los colaboradores más destacados. Cada año se reconoce al mejor chofer, que como incentivo recibe un contrato para que pueda prestar este servicio.
Con esta designación fue reconocido el año pasado Luis Aníbal Granda, oriundo de Olmedo, en el cantón Cayambe. Lleva 38 de sus 58 años como conductor de tráiler
Él recuerda que incursionó en esta profesión siguiendo los pasos de su hermano Gerardo, que había sido contratado para conducir un automotor de carga.
En septiembre del año pasado, Luis Aníbal adquirió su propio tráiler y ya labora para Unacem. Para el transportista, cada viaje es un reto diferente. El martes último, trasladó 480 quintales de cemento desde la planta ubicada en Selva Alegre, Otavalo, hasta Puerto Cayo, en Manabí.
Una empresa externa se encarga de la selección de los transportistas. Este proceso, considerado riguroso y estricto, se desarrolla en base a una matriz implementada por la cementera.
Con eso se garantiza que el vehículo que ingrese a prestar servicio esté en perfecto estado mecánico para el trabajo y el cumplimiento de las obligaciones patronales para el conductor.
Ante la pandemia del covid-19, la firma diseñó protocolos para la operación de transporte. Entre ellos está la detección temprana de casos sospechosos, la protección de personas vulnerables y medidas para el ingreso y salida de la planta y la entrega a de producto a clientes. Además, fortaleció la facturación electrónica.
En Unacem el interés permanente es que los conductores lleguen sanos y salvos a sus hogares. Por eso, el eslogan de Volante Seguro es de Vuelta a Casa Siempre.
Otros datos El programa recibió en el 2018 un reconocimiento del Pacto Mundial de Naciones Unidas por el aporte al Objetivo de Desarrollo Sostenible 3.
Se trata del ODS que busca garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos. Los instructores del programa Volante Seguro cuentan con certificaciones internacionales.
Los conductores son evaluados con pruebas teóricas y prácticas en el proceso. También participan en simulacros de un evento.
Los protocolos por el covid-19 fueron socializados en conferencias virtuales.
Andrés Armijo y Rodrigo Albuja integran la nómina de 16 empleados de la Jefatura de Logística y Transporte. Cortesía Unacem
A escala global se conoce de una serie de acciones en las que la empresa privada, el sector público y la academia están trabajando para enfrentar el covid-19. Ecuador no es la excepción.
A finales de marzo pasado, la Alianza para el Emprendimiento e Innovación (AEI) lanzó el Desafío Covid19, para atender las necesidades críticas que enfrenta el sistema de salud ecuatoriano ante la epidemia del coronavirus. Este ‘desafío’ tiene el apoyo del sector público, privado y academia de Ecuador y Panamá, países en los que la AEI suma aliados y el objetivo es dar soporte al sector de la salud con equipos indispensables para la actual coyuntura.
La apuesta de esta iniciativa es identificar soluciones innovadoras. Por eso el Desafío Covid19 busca introducir productos que tienen una demanda insatisfecha en el mercado privado y solucionar problemas identificados en el sistema de salud del país, según un comunicado de la AEI.
Como referencia el organismo indica que, según datos internacionales, el 5% de los casos identificados con el coronavirus se volverán críticos y requerirán ser atendidos en unidades de cuidado intensivos de hospitales que cuenten con respiradores o ventiladores adecuados.
La AEI añade que es muy probable que el sistema de salud de Ecuador no cuente con suficientes respiradores para atender una demanda masiva. Por otro lado, los médicos se ven expuestos en su labor a contagio, por lo cual es fundamental equipos de protección que puedan evitarlo.
El desafío tiene en su primera fase tres categorías: salud, mascarillas y productos. En la primera el foco está en los respiradores mecánicos, vitales para tratar a pacientes delicados.
Gabriel Ibarra, del área de innovación de la AEI, explica que es un tema retador porque se requiere de respiradores tipo 1 o de alta gama. “Producir estos equipos es complejo porque se requieren piezas importadas, con alta demanda este momento a escala mundial. De todas maneras estamos haciendo un mapeo de instituciones y personas que elaboran respiradores básicos para ver si pueden desarrollar los que son más necesarios” .
Ibarra menciona que la Espol, en Guayaquil, es una de las entidades que está recibiendo asesoría y ayuda en este proceso. Las ofertas para esta categoría se reciben hasta el 30 de abril en el caso de ventiladores para cuidados intensivos, y hasta el 10 de abril en los ventiladores de cuidado intensivo de bajo costo y ventiladores para afecciones respiratorias leves.
En cuanto a las mascarillas ya existen avances. La semana pasada se seleccionó un proveedor que va a producir en principio 8 000 unidades. Las mascarillas serán entregadas a Municipios que se encargarán de hacerlas llegar a quienes más las necesitan, explica Ibarra. Según las bases de concurso, el precio de cada unidad será propuesto por el participante y no podrá exceder los USD 1,50 por mascarilla.
En la categoría productos se conectará las necesidades de mercado generadas por compradores locales con productos de alta demanda en medio de la emergencia sanitaria que vive el país. Aquí se buscan productos para fortalecer el sistema inmunológico, suplementos alimenticios, alcohol en gel, guantes de látex quirúrgicos y mascarillas N95.
El Desafío Covid 19 tiene una segunda fase que se lanzará el 14 de abril y está pensada en retos que enfrentarán las empresas en el corto y mediano plazo, para mantenerse productivas. Se trata de talleres que ya se han realizado en un par de aliados de la red. El objetivo es identificar retos futuros para trazar planes y compartirlos con los demás miembros de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación.
La Alianza para el Emprendimiento y la Innovación desarrolla el desafío para enfrentar el covid-19. Foto: Cortesía
Los productores de café guatemaltecos, la cuarta fuerza de exportación del país, se enfrentan al reto del cambio climático, el uso de los recursos y la economía con nuevas oportunidades de negocio, como la experiencia integral de turismo sustentable semejante a la de los viñedos.
La crisis de los precios del café instalada en 2011 -que cayó de 3 a USD 1,10 por libra- y la falta de lluvias en la mayoría de las regiones de Guatemala, país que subsiste por remesas, maquilas y productos básicos, como banano o café, ha impulsado a los productores del grano a invertir y ampliar su perspectiva de negocio.
En 2019, por debajo de las remesas, que generaron USD 10 500 millones en ingresos al país centroamericano, los cinco productos más exportados fueron los artículos de vestuario (USD 1 397 millones), el banano (843 millones), el azúcar (695 millones), el café (662 millones) y el cardamomo (648 millones).
Pero según la Asociación Nacional del Café (Anacafé) de Guatemala, el riesgo de los productores de solo apostar a la producción del café es alto, pues con las tarifas actuales -de unos USD 1,10 por una libra-, sería insostenible al largo plazo pues en varias fincas no alcanza siquiera para los costos de producción.
Con el objetivo de diversificarse y de salir del rango de productos básicos y materia prima, el café de Guatemala apuesta a los premios y calidad reconocida a nivel internacional, para atraer las miradas de conocedores y entusiastas a sus propias fincas y beneficios para hacerles parte de una vivencia de las raíces del café.
Detrás de la taza de excelencia que un barista ofrece en una cafetería a un amante del café está su origen, sus bases, sus condicionantes, su trabajo artesanal y su pasión y dedicación. A unos seis kilómetros del parque central de Antigua Guatemala, uno de los principales destinos turísticos del país y a más de 50 kilómetros de la capital, un beneficio de café del municipio de Pastores trabaja cada proceso a detalle para conseguir granos de calidad para el consumo local e internacional.
La región donde se ubica es la única que cuenta con denominación de origen. El café de Antigua se caracteriza por su “espontánea acidez” debido al suelo arenoso por los tres volcanes que resguardan la zona, la altura de unos 1 600 metros sobre el nivel del mar y la deseada lluvia de 1 200 mililitros de agua al año.
“Al haber apenas un tercio de lluvia de lo esperado en los últimos tres años, el café adquiere una concentración mayor de sabores, ante la baja producción que tenemos”, cuenta el dueño de la finca Hans Masch, un descendiente de alemanes que llegaron al país y se dedicaron al cultivo y exportación del café.
Masch es el anfitrión de la primera edición de La Cosecha, una experiencia similar a la del turismo en viñedos que nació hace tres años en Panamá y que ahora se impulsa en Guatemala, que cuenta con ocho regiones productoras de café diferentes entre sí.
Esta iniciativa pretende acercar a los entusiastas, periodistas, líderes de opinión y amantes del grano aromático a vivir de cerca cada uno de los procesos relacionados a la producción de café, como el brote de la semilla, el injerto en el tallo naciente, la siembra entre sombras, la cosecha, el lavado, la limpieza, el secado. Todo.
La Cosecha Cosechar, barrer los granos, comer y degustar una buena taza de café. Ese es el objetivo que visualizó el panameño Jorge Chanis Barahona, creador de La Cosecha en su país y socio de Míster Menú, el sitio en línea gourmet que trajo a Guatemala esta idea. En la Finca Pastores se observan los frutos catuaí amarillos y rojos, los imponentes geishas, los resistentes de robusta. Masch pide a los invitados a probarlos así, recién cortados de las ramas de los arbustos y a diferenciar las mieles de cada uno y, más tarde, propone ir a cortar cada quien en los cafetales. “A diferencia de muchas otras cosechas en el mundo, la del café dura mucho tiempo, por lo que es una oferta muy buena que invita al turismo sostenible a hacer circuitos y darle un valor agregado a la producción del café”.
Chanis asegura que todos podrían sacar provecho de estas vivencias, así como las ciudades aledañas, los productores y los cosechadores, quienes podrían ofrecer y crear experiencias alrededor de la cosecha, como una visita en su casa o a una comida.
Visitantes toman fotos sobre unos sacos con granos de café durante una excursión para turistas a una finca, en el municipio de Pastores, departamento de Sacatepéquez, en Guatemala. Foto: EFE
El 2020 empieza y el país tiene una ruta comercial pendiente. Autoridades y exportadores esperan lograr avances en las negociaciones con Chile, México, Estados Unidos y el bloque del EFTA, integrado por los países nórdicos de Europa.
La apertura comercial del Ecuador ante el mundo fue uno de los principales puntos en el discurso de las autoridades ecuatorianas en los inicios del actual Gobierno. Sin embargo, los planes y los proyectos se han diluido y han perdido fuerza.
Es entonces un momento en el que se requiere un plan sostenido y bien trazado para insertar y posicionar al país en nuevas economías que demandan una serie de bienes y servicios que el Ecuador produce con calidad.
También es de esperar que el trabajo de las autoridades sea acompañado de un esfuerzo natural del sector exportador. La competitividad y la innovación serán dos factores vitales en esta tarea si todo el país desea exportar más, atraer divisas y sostener la dolarización. El año empieza y la ruta comercial del Ecuador debe ser una prioridad.
El Banco Central del Ecuador (BCE) implementará una estrategia para mejorar la inclusión financiera en el país, con la asistencia técnica del Banco Mundial.
Se trata de la primera iniciativa en la que participarán actores del sector privado, instituciones públicas y un multilateral.
El primer paso, que arranca este mes (junio del 2019), será hacer un diagnóstico del estado actual de la inclusión financiera en el país, según la gerente del Central, Verónica Artola.
De acuerdo con datos del BCE, el 52% de la población en Ecuador tiene una cuenta de ahorro, pero, en promedio, entre un 20 y 25% de ese grupo no accede a otro tipo de servicios, como créditos, tarjetas bancarias, entre otros.
Uno de los problemas que ha impedido que más ecuatorianos accedan a los productos financieros que brindan los entes, según Artola, es que se han realizado esfuerzos aislados en varios sectores para buscar soluciones. “Quizás por eso no se han visto los resultados que se requieren”.
De ahí que el plan contempla que, además de entidades públicas, se involucren en la estrategia actores del sector privado como la Asociación de Bancos Privados (Asobanca), la Asociación de Organismos de Integración del Sector Financiero Popular y Solidario (Asofipse), entre otros.
Los representantes de las entidades participarán en mesas de diálogo público-privado en las que se abordarán temas como normativa, innovación, digitalición, acceso a servicios. De ahí surgirán propuestas y datos que permitirán crear una estrategia con los aspectos claves en los que se deberá trabajar.
El Banco Mundial ha brindado este tipo de asesoría en 30 países. En el caso de Ecuador, el acompañamiento durará un año y consistirá en transmitir la información de las experiencias de otros países, explica Rafael Pardo, miembro del equipo del Banco Mundial que trabajará en el plan.
Para Julio José Prado, presidente de la Asobanca, una de las primeras acciones que se deberían dar en este proceso es crear un repositorio con información actualizada sobre el acceso a los servicios financieros en Ecuador.
“Hay estudios que se han hecho, sobre todo hay datos de informes internacionales, pero hacen falta esfuerzos conjuntos para generar un repositorio completo. Actualmente hay data muy incompleta sobre inclusión financiera, eso no nos permite armonizar estrategias”, asegura Prado.
La estrategia tendrá metas cuyo cumplimiento se irá midiendo, sin embargo, los resultados del plan no se verán sino en el mediano y largo plazo, advirtió Prado.
Con una mejora en los indicadores de inclusión financiera, el especialista del Banco Mundial mencionó que se puede esperar también incrementos en el producto interno bruto per cápita, reducción de la pobreza, mayor independencia financiera, reducción de la violencia en los hogares y mejora en la calidad de vida.
Pablo Pérez, catedrático universitario y consultor de temas financieros, coincide en que los frutos de los esfuerzos que se realicen no se verán en el corto plazo.
Pérez advierte que la combinación de educación financiera y acceso a la tecnología es clave para que más personas puedan beneficiarse de los servicios financieros.
“Las nuevas generaciones tienen la ventaja de estar muy familiarizadas con la tecnología. Es un hecho que hay que aprovechar esto para incluir a más personas de zonas rurales, por ejemplo”.
Cifras Encuesta. Entre el 2016 y el 2017, el BCE realizó una encuesta a 4 442 hogares. Esta reveló que el 55,3% de los entrevistados tenía una cuenta de ahorro, corriente, de depósito a plazo o tarjeta de débito o crédito. Cuando se les consultó sobre ahorro, el 62,8% dijo que no ahorra. En la región. Según el Global Findex 2016, el 54,4% de la población de América Latina tiene acceso a una cuenta en el sistema financiero.
El 52 % de los ecuatorianos tiene una cuenta de ahorro, según datos del BCE. Foto: Pixabay
Era 1969 cuando el hombre llegó a la Luna, se cumplió el legendario concierto de Woodstock en Estados Unidos y 250 000 personas marcharon en Washington a favor de la paz y en contra de la guerra en Vietnam.
Eran tiempos agitados a escala global y en Sudamérica surgía un bloque subregional. Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú daban los primeros pasos en un proceso de integración que se llamó, en principio, Pacto Andino.
Los cinco países mencionados suscribieron el llamado Acuerdo de Cartagena, el 26 de mayo de 1969. El naciente bloque de países contemplaba la coordinación de planes de desarrollo, la armonización de políticas de comercio exterior, un régimen común de tratamiento a los capitales extranjeros y un régimen de empresas multinacionales andinas.
También se acordó la programación industrial conjunta, mediante asignación de plantas y reservas exclusivas de mercado, según reseñas de medios de comunicación nacionales.
Había optimismo en los gobiernos de los países que integraban el Pacto Andino, que con el tiempo pasó a llamarse Comunidad Andina de Naciones (CAN). La propuesta era desarrollar un modelo de libre comercio y apertura económica. Pero los planes no se cumplieron según lo pensado.
En 1973, Venezuela se sumó al bloque (del cual se separó en el 2006) y en 1976 se retiró Chile. Un informe del Banco de la República -el banco central de Colombia– rememora que luego de un comienzo auspicioso, el proceso se estancó, en particular durante los años ochenta, “cuando los países experimentaron graves dificultades en el sector externo, que llevaron al incumplimiento sistemático de los compromisos”.
En 1984, por ejemplo, el canciller ecuatoriano Édgar Terán decía que la existencia del Pacto Andino “habían sido 15 años de continua frustración”. Terán recomendaba reordenar el proceso de integración, “de manera que se convierta en práctico, sencillo y sin intervención de burocracias”, según una nota publicada en El País de España.
Luis Luna, catedrático y experto en comercio exterior, recuerda que el proceso de integración económica y sustitución de importaciones que planteó en sus inicios el Pacto Andino no se concretó por completo, tal como era el anhelo de los países miembros.
La idea de tener una estructura industrial fuerte en cada país tampoco funcionó, añade Luna, aunque reconoce que en Ecuador sí hubo efectos positivos para sectores como la línea blanca. “Pero en general fueron muy pocas industrias establecidas en los distintos países del bloque andino”.
En lo comercial la meta era avanzar de una zona de libre comercio a unión aduanera y luego a unión económica. “Pero eso no se produjo y seguimos como zona de libre comercio”, dice Luna.
El libro ‘Ecuador y la integración andina 1989-1995’, escrito por Mónica Mancero y editado por la Universidad Andina Simón Bolívar (institución considerada una de las mejores creaciones de la CAN), también aporta con algunas conclusiones sobre el modelo de integración. “Lo más importante no es tanto la magnitud del intercambio comercial, sino que en esta etapa se sentaron las bases para lograr un cambio cualitativo en la estructura de nuestras exportaciones a los países miembros del Grupo”, se lee en el texto.
No obstante, fenómenos como la globalización de la economía y el surgimiento más reciente de bloques económicos internacionales, como la Alianza del Pacífico o la propia Unasur, afectaron a la Comunidad Andina. Colombia y Perú son un ejemplo de las nuevas relaciones comerciales que afectaron a las posibilidades del bloque subregional, asegura Luna. “En Ecuador, el gobierno anterior nunca tomó decisiones importantes sobre la Comunidad Andina porque pensaba más en la Alba o en la Unasur”.
Jorge Pedraza, secretario general de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), conversó con LÍDERES a inicios de mayo pasado. El vocero del organismo dijo que la CAN se encuentra revisando aspectos para potenciar lo bueno y mitigar los defectos.
“En el 2014, el grupo inició una reingeniería. Buscamos que sea un organismo dinámico, moderno, activo y con resultados. Es la CAN siglo XXI, un facilitador de la integración. Queremos que esté acorde con las tendencias nuevas de los mercados en el mundo”. Según Pedraza, este momento se vive una especie de relanzamiento de la CAN.
El pasado 26 de mayo, el organismo concluyó su primera cumbre en ocho años en Lima, con una declaración en la que los mandatarios de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú se propusieron avanzar en una mayor integración. Ellos se comprometieron a avanzar en la construcción de una visión a futuro que priorice una agenda digital andina. Además, instaron a extender la “interconexión energética entre países andinos y otros países de la región”.
Datos
La CAN es el mecanismo de integración más antiguo de Sudamérica, por delante de otros competidores que aparecieron después como el Mercado Común del Sur (Mercosur), la ya casi extinta Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza del Pacífico.
La CAN tiene hoy 110 millones de habitantes que pueden circular libremente por los cuatro países y comercializar productos andinos sin ningún tipo de aranceles. Se trata de un mercado pequeño a nivel global pero muy activo y sólido.
El futuro de la CAN pasa por establecer legislaciones comunes en temas como el transporte y la seguridad vial, promover una equidad de género y crear mecanismos para combatir crímenes como el narcotráfico, el lavado de activos, la minería ilegal, etc.
El organismo facilitará los trámites comerciales
En su cincuentenario, la Comunidad Andina de Naciones (CAN) intenta reforzar su integración económica. Este no ha sido un proceso fácil, pues en todo este tiempo no se ha logrado ni siquiera consolidar la unión aduanera dentro del bloque.
Pero se dio un paso. El pasado 26 de mayo los países miembros firmaron el Acuerdo de reconocimiento mutuo del operador económico autorizado.
Se trata de una figura que se está implementando a escala mundial. Busca que los países miembros reconozcan a agentes de aduana, empresas, puertos y personas con un perfil de riesgos bajo, para que accedan a facilidades en tiempos, trámites, costos de comercio, entre otros..
“Por ejemplo, una compañía exportadora con un amplio historial puede pedir a la autoridad aduanera que le califique como operador económico autorizado (OEA) y, de esa manera, las inspecciones y el papeleo serán menos largos. Todos los países de la CAN reconocerán a la firma como tal (fiable)”, dice Xavier Rosero, jefe técnico de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor).
Para que los operadores puedan acceder a este beneficio deberán primero esperar que las administraciones de aduana de los países miembros definan los lineamientos. El secretario General de la CAN, Jorge Pedraza, invitó a estos entes para que incluyan el documento como parte del ordenamiento jurídico del grupo andino.
“Los principios de supranacionalidad, aplicación directa y efecto inmediato (de la CAN) permitirán que (el acuerdo) sea acogido en los países miembros sin necesidad de incorporarlo en las legislaciones nacionales, repercutiendo de manera armónica en su aplicación”.
Durante la celebración del medio siglo, las naciones integrantes de la CAN también mostraron su compromiso por impulsar otros temas dentro del ámbito económico, entre los que se encuentra el desarrollo de la agenda digital andina, la interconexión energética en Sudamérica y el mejoramiento de los mecanismos para el funcionamiento de la zona de libre comercio; precisamente, esta última es clave en la integración.
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, por otro lado, acotó en la cita que el Comité Andino de Telecomunicaciones avanza en normas para tener un mercado integrado de tarifas de roaming entre los socios.
Desafíos Para el sector privado ecuatoriano es necesario que las normas andinas, que son mucho más estrictas que en otros grupos, se ajusten de tal manera que se genere mayor comercio entre los miembros del bloque.
“Todavía no está bien asentado. Además, es importante que se repiense la institucionalidad del grupo, de cara a procesos que impiden el comercio intrarregional. Es un problema que cada país bloquee o genere trabas arancelarias y parancelarias para los productos”, dice Rosero. Un ejemplo de ello, explica, sucedió cuando Colombia bloqueó el ingreso de arroz ecuatoriano. También se han producido problemas relacionados con cemento, perfiles metálicos, plásticos, etc.
Otro problema en el bloque es el vinculado con el transporte. Hay ocasiones en que los vehículos de carga deben hacer transbordos cuando llegan a una frontera por cuestiones de incomodidad de los gremios de transportistas o tienen dificultades para cruzar porque no se ha homologado los ejes o pesos para movilizarse en la subregión.
Por ejemplo, en una nación se puede circular con camiones de ocho ejes, mientras que en otros con un número menor.
Por ahora, uno de los logros alcanzados en cuanto a transporte de mercancías es la emisión de una decisión que determina al permiso originario como único documento que acreditará que un transportista ha sido autorizado para prestar el servicio en la rutas de la subregión.
Para David López, jefe técnico de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), estos desafíos pueden superarse. Destaca el logro de la CAN como plataforma de integración dentro de América Latina; sus reglas han ayudado en la constitución de la Alianza del Pacífico, ya que dos de sus cuatro integrantes (Colombia y Perú) pertenecen al bloque andino. A Ecuador también le facilitaría la negociación para ingresar a la Alianza (también integrada por México y Chile).
Además, considera que la Comunidad Andina “ha sido una fortaleza para consolidar encadenamientos productivos en los países integrantes. Tiene una base fuerte, sostenida en la libre circulación de bienes”.
Políticamente, es un bloque que se ha mantenido pese a la salida de Chile y Venezuela. No ha podido consolidar aspectos como el de una moneda única, la adopción del arancel externo común, entre otros.
Detalles
Según Fedexpor, al menos la mitad de las exportaciones del país a la CAN son manufacturas o bienes industrializados.
La CAN. En el periodo enero – diciembre del 2018, las exportaciones al mundo de los países miembros alcanzaron cerca de USD 120 000 millones. Esto representó un alza de 11,4% frente a las ventas realizadas en el mismo periodo del año 2017.
Ventas. Los principales productos exportados al mundo por la CAN durante el periodo enero – diciembre del 2018 fueron: aceites crudos de petróleo, minerales de cobre, las demás formas en bruto de oro para uso monetario, hulla bituminosa, plátanos, minerales de zinc, gas natural, café sin tostar, fuel oil, cátodos, etc.
El XV Consejo Presidencial Andino se cumplió en julio del 2004, en Quito. Carlos Meza, Álvaro Uribe, Lucio Gutiérrez y Hugo Chávez participaron. Foto: Archivo / LÍDERES
Que los jóvenes tengan más oportunidades de insertarse en el mercado laboral combinando trabajo y estudio es una de las tareas que desarrolla la riobambeña Íngrid Bonilla. Ella conoció de primera mano el sistema alemán de formación dual y ahora lo difunde en el país.
Cuando estudiaba en el Colegio San Felipe Neri le atraían la arquitectura, la ingeniería civil y la administración de empresas. Pero en el 2007, cuando llegó la hora de la universidad, optó por contabilidad. “Una carrera tradicional”.
Ingresó a la Escuela Politécnica de Chimborazo (Espoch) y estudió el primer semestre. “Sentía que quería algo más”. Cerca de finalizar esos seis meses la institución abrió una nueva carrera: ingeniería en empresas bajo formación dual. Esta pertenecía a la red de Escuela Superior Dual de Latinoamérica (Duale Hochschule Latinoamérica), bajo el modelo de la Escuela Superior Dual Baden-Wurtemberg( Duale Hochschule Baden Württemberg). “Me sentí atraída por ella”, comenta.
A Bonilla le gustó la posibilidad de que mientras estudiara en la universidad, obtendría experiencia en una empresa. Además, ella destaca que la carrera tenía estándares ISO 9001, había la posibilidad de hacer intercambios en diferentes sedes de América Latina, ofrecía altas posibilidades para ser contratado al terminar la formación y permitía que la compañía formadora financiara el 50% de la matrícula de la universidad.
Sin embargo, todo esto no era fácil. Era una carrera “ultraexigente”. Bonilla iba a la empresa formadora de lunes a viernes las ocho horas, debía estudiar la parte teórica y los sábados tenía que asistir a las tutorías para proyectos; apenas tenía 15 días de vacación y no podía arrastrar materias.
La práctica de su formación la realizó en el Hotel Hacienda Abraspungo. Gracias a la formación dual conoció todas las áreas empresariales: marketing y ventas, producción, etc.; como parte de sus estudios hizo proyectos entre los que estuvo el desarrollo de un sistema de gestión de calidad.
Esto fue clave para aplicar en su profesión años más tarde. También fue de gran importancia el aprendizaje del idioma alemán y el intercambio estudiantil en la sede de la red de Cali, en la Universidad Autónoma de Occidente.
En el 2012, luego de cuatro años de carrera, la Cámara de Industrias Ecuatoriano-Alemana le invitó a formar parte de su equipo de formación dual. “No dudé. Acepté porque iba a apoyar en la elaboración de un proyecto. El Gobierno contrató los servicios del gremio para desarrollar 41 proyectos de carrera bajo el sistema alemán”.
Bonilla se mudó a Quito y se convirtió en asistente de proyectos. En ese mismo año viajó dos meses a Alemania, con una beca, a un curso para reforzar el idioma. De la visita a ese país destaca el haber vivido experiencias junto a gente de diferentes culturas y haber recorrido varias ciudades.
En Ecuador, cuando la contrataron en la Cámara Alemana, conoció a Lisa Pesendorfer, hoy experta a largo plazo del proyecto para la formación profesional.“Íngrid es responsable, ordenada, cumplida. Estructura bien sus procesos de trabajo. Desde que era estudiante estaba enfocada en lo que quería y necesitaba desarrollar”.
Trabajaron juntas en la entidad hasta el 2014. Luego participaron en proyectos vinculados al sistema de formación dual.
Al dejar la Cámara, Bonilla laboró como asistente administrativa en Sywork Consultoría Estratégica. Para 2015 accedió al cargo de coordinadora técnica en la Asociación Ecuatoriana de Industriales de la Madera; allí se encargó de proyectos como el rediseño para la aprobación de una carrera de formación dual a escala tecnológica para ese sector.
Ella considera que tuvo una actividad multitareas en esa época. Coordinó alianzas, capacitaciones y conferencias para el gremio; también ayudó en la institucionalización del mismo. A la vez, obtuvo conocimientos sobre el manejo sustentable de bosques.
Tras dos años llegó un nuevo reto, vinculado también a la formación dual. Viajó a Cuenca y labora en la Fundación Sparkassen.
Bonilla no solo trabaja. Hace voluntariado y gestión social a favor de personas con enfermedades terminales o discapacidades; ha colaborado con fundaciones como Cecilia Rivadeneira y la organización Fotosentidos Ecuador.
“La conozco hace muchos años. Es emprendedora y líder carismática. Siempre ha estado preocupada por conectar con la gente y motivarla a que desarrolle sus capacidades (…) alguna vez hicimos fotografías como voluntarios y la mejor parte era que ella daba la confianza a las personas para que permitan que les fotografiemos”, dice su amigo Alfredo Astudillo.
Un método para aprender haciendo Redacción Quito (I)
La formación dual, que tiene sus orígenes hace 200 años en Alemania, combina la teoría con la práctica en el proceso de formación. La intención es que los participantes accedan a los conocimientos académicos y los puedan comparar y aplicar en las diferentes áreas de las empresas en el país que los apadrinan.
Según Ingrid Bonilla, quien estudió a través de esta metodología y ahora la difunde en el país y la región, este tipo de formación está alineada a algunas metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas.
Una es el objetivo cuatro de educación de calidad. “Pretende que hombres y mujeres tengan acceso a una formación técnica, profesional y superior de calidad. Otra meta se enfoca en aumentar el número de jóvenes y adultos que tengan competencias técnicas y profesionales, para acceder al empleo. En Ecuador, se han desarrollado carreras a nivel técnico y tecnológico, que desean potenciar el ‘saber hacer’ en el campo profesional”.
Ella considera que la formación dual permite tener una visión holística en el desarrollo de una persona. Le da la posibilidad de involucrarse en la realidad laboral y crecer: aprender a solucionar problemas, comunicarse, relacionarse con la gente, hacer informes, entregar al jefe, entre otros.
La formación dual, además, ayuda al desempleo juvenil porque las personas que estudian bajo esta metodología tienen amplias posibilidades para que la empresa los contrate. Además, les permite obtener experiencia.
En Ecuador existen proyectos a través de los cuales se aplica este método de estudio. Participan institutos, empresas y gremios empresariales.
Datos: Íngrid Bonilla.
Actividades. Le gusta el baile como una manera de relajarse. Familia. Ella explica que es su principal motor. “Estamos distribuidos en tres ciudades pero pese a la distancia, el apoyo mutuo y el amor incondicional permanecen intactos”. Viajes. Ha recorrido diferentes países en los que ha vivido experiencias vinculadas a la aplicación del sistema de formación dual.
Íngrid Bonilla. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
Redacción Sierra Centro redaccion@revistalideres.ec (I)
La Corporación de Arroceros del Guayas (Corpag) inició un plan piloto de apertura de bodegas para la comercialización de arroz en varias ciudades de la Sierra.
El proyecto es parte de un plan estratégico que aplica desde este mes en las ciudades de Ambato y de Cuenca. La meta es beneficiar a más de 700 productores de la gramínea, quienes respaldan la propuesta denominada ‘Del productor al consumidor’, evitando que el producto pase por las manos de los intermediarios. El precio que llaga al consumidor es de USD 38 el quintal de arroz del tipo Grado 1 o Conejo Viejo.
En Ambato la bodega de comercialización se abrió en las calles Quis Quis y Oriente, cerca al estadio Bellavista en el sur de la urbe. La inversión inicial fue de USD 2 000. Los recursos se utilizaron en la adecuación de las instalaciones, colocación de puertas de seguridad, controles de plagas y permisos de funcionamiento.
“Este proyecto surge de la necesidad de salvar económicamente a los agricultores del Litoral que buscan vender 14 000 quintales de arroz que están embodegados”, dijo Catalina Córdova, representante de la Corporación de Arroceros del Guayas, en Ambato.
Con esos locales se intenta llegar a los clientes en forma directa y a bajos precios. Los compradores pueden adquirir de uno a 100 quintales. “Buscamos que nuestro producto llegue al consumidor y que el agricultor obtenga una utilidad”, indica Córdova.
El proyecto se ideó en junio de este año con los socios de la Corporación de Arroceros del Guayas integrada por 52 asociaciones. Los agricultores del cantón Santa Lucía fueron los primeros en ingresar en este negocio.
La presidenta de la Asociación Agrícola La Barranquilla del cantón Santa Lucía y parte de la Corporación de Arroceros del Guayas, Zoila Macías, aseguró que 87 productores de arroz participan en el plan piloto que trata de evitar a los intermediarios y así el productor logre las ganancias y recupere la inversión para cancelar las deudas en los bancos e instituciones financieras. “Tenemos arroz que no hemos logrado comercializar, lo que afecta a nuestra economía, pues no logramos pagar las deudas. Con la venta directa intentamos recuperarnos”.
Según Macías, Barranquilla es una zona netamente arrocera y los productores entregan el arroz a la asociación encargada de la venta a través de las bodegas instaladas en Ambato y en Cuenca.
Explica que producir una hectárea de arroz cuesta más de USD 1 000 por el valor elevado de los insumos. Una vez que cosechan los intermediarios compran entre USD 29 y 30 el quintal. “Pero por la situación económica difícil que afrontamos vendemos entre USD 23 a 25 el quintal, monto que no cubre los gastos de producción”.
La asociación tiene previsto llegar al mercado con otras variedades como Conejo Viejo, Oso. A esto se suman el corriente y el envejecido. Los precios fluctuarían según la calidad de la gramínea. También se venderán sacas de 25 y 30 libras. “Queremos que al mercado ingresen los 14 000 quintales que tenemos en bodegas”.
Macías afirma que abrirán bodegas de comercialización en todas las ciudades del país. “Lo que buscamos es cubrir los gastos de producción que en la mayoría de ocasiones no recuperan y conseguir una utilidad para continuar produciendo, caso contrario podríamos quebrar o perder nuestros sitios de producción”.
Catalina Córdova, de la Corpag, se encarga de vender el arroz en Ambato. Foto Raúl Díaz para LÍDERES