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  • Con la producción local fortaleció su negocio de muebles

    Redacción Quito

    La restricción de importaciones fue el principal motivo para que Home Products, importador de Muebles Ashley, apuntalara su planta de producción hace cuatro años.

    Antes de las medidas gubernamentales, las ventas de productos importados de la empresa correspondían al 95% del total de su negocio, debido a que se dedicaba a comercializar productos de la marca Ashley, que importaba desde EE.UU.

    No obstante, el negocio de importar se volvió poco rentable y debió incorporar más productos nacionales en su oferta.

    Para conseguirlo, potenció su planta ubicada en el sector del Comité del Pueblo (norte de Quito). Hace 15 años -cuando nació el negocio- Home Products implementó un taller para la reparación de muebles, como un servicio adicional para su clientela.

    Además, en la planta también se producían cuadros decorativos con distintos diseños. Para montar el taller, se invirtieron unos USD 50 000, asegura Santiago Aguirre, director general y propietario de Home Products.

    Para potenciar su cadena de producción y comenzar la fabricación de muebles, el propietario comenta que se invirtieron aproximadamente USD 400 000. En principio, se produjeron consolas, vitrinas, armarios, mesas, entre otros ítems.

    Así nació la marca Lutecia Fine Art, la línea de muebles clásicos hecha en el país por Home Products. La recesión económica de los dos últimos años -comenta Aguirre- también obligó al negocio a plantear una nueva estrategia para su empresa.

    El año pasado nació una nueva línea de muebles económica, que también se fabrica en su planta de producción. Modern Line se especializa en productos minimalistas a un precio muy competitivo, pero sin descuidar los acabados.

    La materia prima que más usa la firma para fabricar sus muebles es el laurel negro, que proviene del Oriente ecuatoriano. Ahora, el negocio produce al mes 10 comedores, cinco dormitorios, 20 juegos de mesa (centrales y laterales), 20 sillones, cinco juegos de estudio y más.

    No obstante, todavía se mantiene la importación de artículos como sillas, mesas, sofás, etc. Actualmente, el 60% de las ventas de Home Products corresponde a producto local y el 40% restante a importado. La facturación mensual promedio llega a USD 350 000.

    El negocio también comercializa otros productos de decoración para el hogar. Uno de los artículos insignia son las chimeneas LED, que pueden ser colocadas en cualquier casa o departamento. Además de decorativas, estas chimeneas también producen calor que puede ser regulado.

    El año pasado, Luigi García, abogado, adquirió un sillón de la marca Ashley en Home Products. Él destaca la comodidad del producto y asegura que una motivación para llevárselo a casa fue que tenía un buen descuento. Además, García destaca de la tienda el servicio al cliente.

    Home Products nació hace 17 años como una empresa familiar y todavía mantiene ese modelo de negocio.

    Santiago Aguirre, director general y propietario de Home Products, junto a  un mueble de la línea Lutecia Fine Art, que posee un estilo con acabados clásicos. Foto: Armando Prado / LÍDERES
    Santiago Aguirre, director general y propietario de Home Products, junto a
    un mueble de la línea Lutecia Fine Art, que posee un estilo con acabados clásicos. Foto: Armando Prado / LÍDERES
  • El panorama es favorable para el café

    Patricia González

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    La variedad de climas y ecosistemas que posee el Ecuador permiten que el café se cultive en las diferentes regiones del país: Costa, Sierra y Amazonía.

    Actualmente, el grano se ubica entre los 10 cultivos con mayor superficie, siendo sembrado en 21 provincias del Ecuador.

    Si bien la productividad nacional aún se mantiene en niveles bajos, con un rendimiento de 0,1 toneladas por hectárea, distintos esfuerzos han permitido mejoras en rendimiento y calidad en ciertas zonas del país.

    Es el caso del noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito, donde la producción del grano creció de cinco a 20 quintales por hectárea el último año, según datos de la Agencia de Promoción Económica ConQuito.

    Guillermo Ortiz, responsable de cadenas productivas de ConQuito,
    explica que el café de la zona se ve favorecido por las características del ecosistema, la baja luminosidad y la altura, que permiten captar más minerales y beneficia la maduración.

    Luis Salazar es propietario de la hacienda El Rosario
    , ubicada en el sector de Nanegalito, del noroccidente de Pichincha. En su primera cosecha (2011) obtuvo medio quintal por hectárea. Para 2016, alcanzó los 16 quintales (100 libras cada uno) por hectárea.

    El productor atribuye la mejora en productividad a un manejo más adecuado en poda, fertilización, controles de plagas y enfermedades. Salazar señala que el apoyo de ConQuito, con capacitaciones en cosecha y poscosecha han sido clave en los cultivos.
    En El Rosario, Salazar produce diferentes variedades de café arábigo: caturra, pacas y catucai.

    Brian Brohnke, otro caficultor de la zona de Nanegalito, dice que el café que se produce en Pichincha es de “ talla mundial”.

    La calidad del café se mide en un puntaje del 1 al 100, que evalúa 10 parámetros, entre ellos aroma, acidez y cuerpo. Un café de más de 85 puntos es considerado especial y se cotiza mejor en los mercados internacionales.

    Brohnke cultiva el grano en la hacienda Reserva Tambo Quinde, donde en 2016 alcanzó una producción de 25 quintales por ha.

    En el sur del país, los productores también perciben un crecimiento sostenido.
    La Federación Regional de Pequeños Productores Ecológicos del Sur aglutina a seis organizaciones en tres provincias (Loja, Zamora Chinchipe y El Oro). Su presidente, Vinicio Martínez, afirma que el rendimiento de la producción de los 1 200 socios se ha crecido de 12 quintales hasta 18 quintales por hectárea, en los últimos dos años, lo que ha impactado en un incremento en sus niveles de exportación.

    Para Martínez esto es producto de una optimización en las prácticas agronómicas, de procesos de fertilización con certificación orgánica y del cultivo de nuevas plantaciones más productivas .

    El caficultor reconoce que aún es difícil competir con grandes mercados, como Brasil, Perú y Colombia, que han entrado a una caficultura a gran escala. Sin embargo, subraya que se deben aprovechar las ventajas de contar con diferentes pisos altitudinales y climas. “Esto nos permite producir cafés especiales, que son los que mejor se cotizan en el mercado mundial”.

    Serbio Pardo, productor de Loja, fue el ganador del concurso Taza Dorada 2016, organizado por la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Anecafé). Con un puntaje de 90,5 puntos, Pardo logró vender su café de especialidad a USD 2 100 el saco de 60 kilogramos, a un comprador surcoreano. Un precio muy por encima de lo que paga el mercado internacional por un café convencional, donde el saco oscila entre USD 130 y 140.

    Pablo Pinargote, presidente de Anecafé, comenta que el caso de Pardo –quien ha participado en las 10 ediciones del concurso– es un ejemplo de que con capacitación y constancia se puede mejorar la calidad del grano.

    A pesar de que el Ecuador ha alcanzado mejoras en rendimiento y calidad en algunas zonas, continúa con bajos volúmenes de producción y productividad. Pinargote señala que este es uno de los factores que ha generado un decrecimiento de las exportaciones. En el primer trimestre del año se exportaron 32 742 sacos menos que en igual período del 2016.

    El representante del gremio espera que el Proyecto de Reactivación de Café y Cacao Nacional Fino de Aroma, del Ministerio de Agricultura, genere los resultados esperados. La iniciativa ha permitido capacitar al productor y entregar semillas importadas de Brasil para mejorar la calidad y productividad.

    Brian Brohnke produce café orgánico en la hacienda Reserva Tambo Quinde, en el noroccidente de Pichincha. Luis Salazar, caficultor en el noroccidente de Pichincha, ha mejorado su producción de medio quintal por hectárea, en el 2011. Fotos: Patricio Terán
    Brian Brohnke produce café orgánico en la hacienda Reserva Tambo Quinde, en el noroccidente de Pichincha. Luis Salazar, caficultor en el noroccidente de Pichincha, ha mejorado su producción de medio quintal por hectárea, en el 2011. Fotos: Patricio Terán / LÍDERES
  • 1 135 familias trabajan para elevar la producción de leche

    Pedro Maldonado

    Campesinos de la provincia de Cotopaxi que se dedican a la producción de lácteos buscan mejorar sus procesos para comercializar un producto de mejor calidad.

    Para conseguir este objetivo, la fundación Eli Lilly and Company, a través de su división de animales denominada Elanco, donó USD 100 000 para que productores de esta provincia puedan mejorar su línea de producción.

    Con ello, se busca beneficiar directamente a 1 135 familias que forman parte de La Campesina, red de 11 centros de acopio y transformación de lácteos en Cotopaxi.

    La donación se suscribió el pasado miércoles 17 de mayo, en Quito, en un evento que estuvieron presentes representantes de La Campesina, Silvia Bravo viceprefecta de Cotopaxi; Michael McCarty, director Asuntos Corporativos para América Latina de Elanco; Rosa Rodríguez, directora de Heifer Ecuador, entre otros representantes del sector.

    El que ejecuta todo este proyecto es Heifer, una ONG cuyo enfoque combina una propuesta de desarrollo para poblaciones en pobreza, a través de la gestión de ecosistemas y recursos naturales.

    McCarty explica que los desembolsos se realizarán en dos años. Añade que dialogaron con Heifer durante cinco años y coincidieron en las visiones del proyecto, que busca mejorar la producción de proteína animal.

    Además la fundación brindará ayuda técnica con especialistas como veterinarios
    Rodríguez señala que específicamente el dinero se destinará a la mejoramiento genético, mejora del tratamiento animal. Todo esto para que las familias campesinas mejoren los niveles de producción y la calidad de los animales a través de una buena crianza.

    Además, el proyecto busca articular a las diferentes asociaciones campesinas productoras de leche de Cotopaxi con el fin de que puedan garantizar un mayor volumen de producción y así comercializar en mejores condiciones. “Es más fácil comercializar en conjunto, un mayor volumen, que garantizar una venta de una sola comunidad”, señala Rodríguez.

    Esto va acompañado de asesoría en procesos de capacitación en negociación para que puedan comercializar de mejor manera sus productos.

    Toda esta iniciativa va acompañada de una capacitación constante a las diferentes asociaciones. Otra de las aristas del trabajo comunitario es diversificar la producción láctea, con la fabricación de quesos, helados o yogur.

    Silvia Bravo, viceprefecta de Cotopaxi, señala que la verdadera matriz productiva consiste en aportar a los pequeños productores para poder mejorar su situación económica y condiciones de vida. “Deben existir proyectos sustentables, sostenibles para mejorar la calidad de vida”, añade la viceprefecta.

    El 68% de la producción de leche, según las fundaciones, está en manos de campesinos. El 75% de los productores de lácteos actualmente se concentra en la Sierra centro del país.
    Según Bravo, en la provincia de Cotopaxi se producen 400 000 litros diarios de leche y este es un negocio que sustenta a muchas familias de la región.

    Silvia Bravo (de pie), viceprefecta de Cotopaxi, durante la entrega de la donación junto a dirigentes de las comunidades y fundaciones. Foto:: Diego Pallero / LÍDERES
    Silvia Bravo (de pie), viceprefecta de Cotopaxi, durante la entrega de la donación junto a dirigentes de las comunidades y fundaciones. Foto:: Diego Pallero / LÍDERES
  • El Brexit inquieta al vino italiano

    Agencia AFP

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    Pregúntenle a Cesare Cecchi lo que piensa del Brexit y arrugará la nariz como si estuviera abriendo una botella avinagrada de su ‘Chianti clásico’, uno de los vinos que produce en la Toscana (centro-norte de Italia).

    Su reacción se debe a la “situación incierta” que se generó tras la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE), confesó el representante de una de las dinastías del vino más famosas.

    Cecchi manifiesta el sentimiento de muchos productores, los cuales se citaron la semana pasada en Verona, en el noreste de Italia, con motivo de Vinitaly, la mayor feria de vino de la península.

    Una cita en la que la palabra Brexit suele ser el centro de las conversaciones de miles de productores y amantes del vino presentes en los 4 000 estands.

    Un mes después de la decisión de la primera ministra británica, Theresa May, de anunciar el divorcio oficial entre el Reino Unido y la Unión Europea, Alex Canneti, director de la firma de importaciones de Londres Berkman Wine Cellars tampoco oculta sus preocupaciones.

    El mayor temor es que los vinos, y la gastronomía en general, sean rehenes de las negociaciones entre Londres y Bruselas.

    El énfasis que puso recientemente el ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, sobre la necesidad de que Italia acepte la ley de libre comercio con el Reino Unido para poder seguir vendiendo su famoso Prosecco, no pasó desapercibido. “En Francia hay viticultores dispuestos a quemar camiones cargados si se enojan. Es una manera de presionar a Europa”, dice Canneti.

    Gran Bretaña produce poco vino, solo en unas pocas hectáreas de Inglaterra y Gales. Pero la pasión de los británicos por el vino tinto y el blanco no tiende a apagarse, por lo que el Reino Unido es uno de los principales mercados para productores franceses e italianos, después de EE.UU.

    Las importaciones de vino proveniente de la Unión Europea a Gran Bretaña alcanzaron el año pasado a un monto de 2 600 millones de euros. Esta tierra de bebedores de cerveza se ha transformado en pocos años en territorio de adeptos a “la copa de vino”, un momento relajante que ha producido un auge de las ventas de Chardonnay australiano y Pinot Grigio italiano, y más recientemente de Prosecco, el vino blanco espumoso también italiano elaborado sobre todo en el Veneto.

    Aquí las exportaciones aumentaron más del 30% el año pasado.

    Este éxito repercute en las otras regiones de producción europeas, especialmente sensibles a los caprichos del mercado del Reino Unido. Si en dos años no se logra un acuerdo, existe la posibilidad de que las importaciones de vino de la UE sean gravadas con impuestos ‘salados’, mientras que el vino australiano, de África del Sur o Nueva Zelanda podría entrar sin aranceles, gracias a los acuerdos bilaterales con Londres.
    El mercado del vino

    La producción mundial de vino cayó un 3,2% el año anterior, hasta los 267 millones de hectolitros (Mhl) frente a los 276 Mhl de 2015, anunció el martes pasado en París la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).

    Los países latinoamericanos, que sufrieron el fenómeno climático El Niño, figuran entre los más afectados, particularmente Brasil, que registró una baja de 55%, y Argentina, que produjo 3,9 millones de hectolitros menos que en 2015.

    La Exposición Internacional de Vinos y Licores Mediterráneos atrae a los amantes de este licor. Este producto tiene un mayor ingreso en el mercado internacional. Foto: AFP
    La Exposición Internacional de Vinos y Licores Mediterráneos atrae a los amantes de este licor. Este producto tiene un mayor ingreso en el mercado internacional. Foto: AFP
  • Expertos en aves de postura

    Modesto Moreta

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    Hablar de aves de carne, de postura, de producción de huevos y pollos faenados con las marcas Cripollo y Crihuevo es referirse a la empresa Incubandina S.A. La firma ambateña, con sus siete líneas de producción, comercializó el año pasado USD 18,5 millones y tiene presencia con sus productos en todo el país.

    Sus principales mercados son Chimborazo, Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar y Pastaza, a donde van el 70% de sus productos. El 30% restante va a Pichincha, Guayas, Manabí y otras provincias.

    Actualmente la compañía es líder en la producción, distribución de aves y postura, pollita levantada y pollos en la línea de carnes para el consumo industrial y familiar. Cuenta con una línea genéticas de aves, así como con tecnología avanzada y personal altamente capacitado en sus instalaciones y plantas ubicadas en Tungurahua, Cotopaxi, Pastaza y Los Ríos.

    La calidad de las líneas genéricas de las casas alemanas Lohmann (Lohmann Brown) y H&N International (H&N Brown) permite que tenga un crecimiento del 8% anual en sus diversas líneas y en función al requerimiento de sus clientes. La estrategia que aplican sus ejecutivos es realizar una preventa, es decir, no producir para luego vender, sino vender para luego producir.

    En el 2015, la empresa invirtió USD 2,5 millones en el montaje de una nueva planta de producción automatizada de balanceado, con una capacidad de 25 toneladas por hora. Los recursos lo consiguieron a través de un crédito. Un banco financió el 80%.

    Javier Corrales, gerente general de Incubandina, ofrece cifras: cada mes se crían 90 000 gallinas mensuales y se obtienen 70 000 huevos diarios. Además, se oferta 500 000 pollitas bebé y 300 000 pollitos de carne al mes. “Con la nueva planta de balanceados se busca incursionaren la comercialización del producto y abastecer en todas las líneas avícolas”.

    La historia de Incubandina se inició en 1992, cuando un grupo de avicultores de Tungurahua al no satisfacer la demanda de los proveedores de aves de postura de alta genética se unieron y fundaron la firma. El objetivo fue traer líneas genéticas óptimas para la producción avícola y abastecer en sus granjas avícolas.

    Desde entonces Incubandina trabaja con las principales casas genéticas del mundo, que llevan adelante programas de selección genética para la producción de huevos y de carne.

    Los inicios fueron en las instalaciones de la Granja del sector Chan, en el cantón Pujilí, en Cotopaxi. Allí los avicultores involucrados construyeron las naves y ubicaron a las reproductoras (gallinas y gallos) para reproducir huevos fértiles. En ese año, los huevos se enviaban a la parroquia Montalvo, en Los Ríos, donde se levantó la planta de incubación. Con los buenos resultados decidieron incursionar en la comercialización de aves a otras avícolas. Ese paso permitió crecer.

    La empresa avícola familiar Viera Carrillo, ubicada en el caserío Huambalito, de la parroquia Bolívar, del cantón Pelileo, en Tungurahua, trabaja 20 de sus 35 años con Incubandina. Su gerente, Marco Garzón, explica que la empresa les provee de aves de buena genética y eso permitió que la producción de huevos en su granja creciera.

    Adicional a eso reciben el asesoramiento técnico y acompañamiento que prestan en el crecimiento de las aves, producción y otros áreas. Cada 18 semanas la avícola compra 16 000 aves de postura. Según Garzón, los huevos que producen son de buena calidad, color y tamaño. “Con el rendimiento y el apoyo no hemos tenido necesidad de cambiarnos de línea, ellos crecen y nosotros crecemos a la par”.

    En 1996, los problemas financieros afectaron a Incubandina y quebró. Un año más tarde aplicaron como estrategia la apertura de capital con el ingreso de nuevos accionistas. Con una inyección de 1 200 millones de sucres se adquirió tecnología y nuevas líneas genéticas que ayudaron a la recuperación de la empresa.

    Corrales dice que las utilidades que obtiene la empresa se reinvierten. En los últimos dos años se invirtieron USD 4 millones.

    Además, a inicios de marzo la planta de Cotopaxi obtuvo una licencia ambiental de la Dirección Provincial de Ambiente de Cotopaxi. Con una inversión de USD 350 000 la compañía implementó un sistema de tratamiento de los desechos líquidos y sólidos.

    Incubandina La empresa ambateña trabaja en la producción y distribución de aves para el consumo industrial y familiar. La firma, que vende USD 18,5 millones al año, tiene certificación ambiental.
    Incubandina La empresa ambateña trabaja en la producción y distribución de aves para el consumo industrial y familiar. La firma, que vende USD 18,5 millones al año, tiene certificación ambiental.
  • La producción de claudia, ante una serie de desafíos

    Modesto Moreta

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    Los cultivos y la producción de reina claudia disminuyen en el país. En los últimos seis años se estima que el número de hectáreas de cultivos de esta fruta, también llamada ciruela claudia, se redujo un 6,63%.

    En el 2011, el número de hectáreas fue de 1 146 con una producción de 10 486 toneladas; para el año pasado las cifras cayeron a 1 070 hectáreas con 8 990 toneladas de fruta cosechada.
    Entre los factores que impactaron está el fraccionamiento de la tierra cultivada. Esto, según los consultados, ocurre por herencias ­familiares que reducen los espacios para la siembra de la fruta. También incide la urbanización de zonas productivas y la falta de políticas municipales para que se mantenga ese patrimonio.

    Además, el ingreso de fruta de Colombia, Perú y Chile impide a los fruticultores ecuatorianos competir en el mercado. El precio de los insumos elevados y los precios bajos de la fruta hacen que el cultivo no sea rentable y los huertos poco a poco queden en el abandono. A esto se suma la falta de planes y programas de recuperación de las áreas frutícolas tradicionales, especialmente de Tungurahua.

    “En Tungurahua están quedando huertos pequeños en una población dispersa de plantas ­calculada a la superficie que ocupan, en la mayoría son de consumo familiar”, dice Jorge Fabara, expresidente de la Sociedad Ecuatoriana de Fruticultura.

    Según este técnico, entre 1980 y 1985 esta jurisdicción tenía 1 400 hectáreas con este fruto. Ahora quedan 500 hectáreas de claudia, es decir, alrededor 150 000 árboles en producción y que sobrepasan los 50 años de edad. Son pocas hectáreas las que fueron renovadas. “Una de las particularidades de este fruto es que las plantaciones están dispersas”, dice Fabara.

    Esta temporada la cosecha se inició en noviembre y finalizó en febrero. En esa época salieron al Mercado Mayorista de Ambato variedades como Nelly, beuty, reina claudia, mango y mirabel.

    Los principales reductos de esta planta de hoja caduca (que cambia cada año por ser una planta de cuatro estaciones) son Ambato, Cevallos, Tisaleo, Quero y Píllaro.

    También se cosecha en Azuay, Cotopaxi, Chimborazo, Imbabura, Loja y Bolívar, pero en menor escala. Cada hectárea en Tungurahua produce 10 toneladas anuales; en el resto de provincias la cifra es de siete toneladas. Sin embargo, las heladas afectaron una parte de la producción.

    En el 2011, la provincia sacó al mercado nacional 7 000 toneladas de la fruta yen el 2016 descendió a 5 000. Los principales mercados de comercialización fueron Quito, Guayaquil, Cuenca, Ambato y otras ciudades del país.

    En noviembre, al inicio de la cosecha la caja de 40 libras se cotizó en USD 25. Luego, por la abundancia, bajó entre USD 10 y 15.

    En las huertas en las que sus dueños retrasaron su producción la fruta salió mercado en febrero . En este caso, el costo por caja fue entre los USD 25 y 30.

    Mentor Balladares es productor del sector de Huachi Grande, en Ambato. Este fruticultor tiene 100 plantas de claudia en sus variedades reina claudia, mango, Nelly y beuty. Su producción la vende en un puesto improvisado que instaló a un costado de la vía Ambato-Riobamba. Allí vende en porciones o en cajas de 40 libras.

    Este año, sacó al mercado 500 cajas. Más del 80% lo vendió en el Mercado Mayorista de Ambato de donde se distribuye a todas las plazas y mercados del país. Cuenta que la fertilización y la abonadura son indispensables para una buena producción”.

    En la comuna San Juan de Huachi Grande están las extensiones más grandes de producción de la provincia. Allí cada propietario de los terrenos puede cosechar entre 1 000 y 5 000 árboles. María Chicaiza tiene 1 000 plantas de claudia. En el 2017, cosechó 500 cajas de claudia, este año bajó a 100. La causa fue la helada.

    Los huertos frutales del cantón Cevallos son otro reducto de la las ciruelas claudias. También se producen las variedades mango y Nelly, que se comercializa en el Mercado Mayorista. Foto:  Ángel Barona para LÍDERES
    Los huertos frutales del cantón Cevallos son otro reducto de la las ciruelas claudias. También se producen las variedades mango y Nelly, que se comercializa en el Mercado Mayorista. Foto: Ángel Barona para LÍDERES
  • ¿Es posible el iPhone Made in USA’?

    Agencia AFP

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    Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, que puso el “made in USA” a la moda, ¿podrá Apple, una de las empresas más emblemáticas de Estados Unidos, seguir fabricando sus dispositivos en China?

    El nuevo Presidente prometió varias veces que obligaría a la marca de la manzana a repatriar su producción. Sin embargo, mientras muchos de los grandes grupos optaron tras la elección por prometer puestos de trabajo o inversiones en Estados Unidos, Apple se ha mantenido con un perfil mucho más bajo.

    Foxconn, una de sus principales subcontratistas, sin embargo, tiene previsto invertir USD 7 000 millones en una planta en EE.UU. para hacer pantallas planas.

    Pero el fundador del grupo taiwanés, Terry Gou, alimentó las especulaciones al afirmar que sus principales clientes estaban “dispuestos a invertir (en EE.UU.), incluyendo Apple”.

    La empresa fundada por el fallecido Steve Jobs se negó a hacer comentarios. Para Trip Chowdhry, analista de Global Equities Research, la empresa terminará fabricando dispositivos en EE.UU., y no únicamente para hacer un gesto político. “La tendencia es que hay que fabricar productos locales para mercados locales”, para que la cadena de suministro sea más adaptable y se puedan proponer dispositivos “a medida, para cada mercado”, argumenta.
    Rompecabezas logístico

    Sea o no por motivos políticos, Apple no está en la misma situación que los fabricantes de automóviles que han deslocalizado fábricas de Estados Unidos en el extranjero para reducir costos, dice Dan Panzica, experto en subcontratación manufacturera en la firma IHS. “Los puestos de trabajo de Apple nunca han estado aquí”, dice. “Toda la cadena de suministro se construyó en China”.

    Apple dispone en Asia de un complejo sistema de fabricación que va mucho más allá de los subcontratados que ensamblan sus dispositivos. Se apoya en un enorme sistema de fabricantes de componentes y repuestos.

    China le ofrece también importantes fuentes de materias primas y mano de obra barata, flexible y muy abundante, para ensamblar cada año decenas de millones de iPhone. Para Roger Kay, analista de Endpoint Technologies, sería “muy difícil de replicar” ese ­proceso con trabajadores estadounidenses, a menos que se opte por un sistema de automatización masiva, lo cual desvirtuaría el objetivo inicial de la creación de empleos.

    “No tiene sentido fabricar teléfonos aquí si se tienen que traer todos los componentes desde China”, estima Jack Gold, otro especialista en tecnología.

    Sacrificar márgenes

    La MIT Technology Review había considerado en junio varios escenarios, desde traer solo el ensamblaje a EE.UU. hasta la repatriación paralela de la fabricación de piezas, y había estimado el costo adicional de un iPhone 6S Plus entre USD 30 y 10.

    Es difícil imaginar que Apple arriesgue su condición de empresa más rentable del mundo para absorber ese costo adicional. “Apple nunca bajará sus márgenes de su producto estrella, el iPhone”, especialmente en el contexto actual de desaceleración de sus ventas, opina Ronan de Renesse, especialista en tecnología de consumo de la firma Ovum. ¿Los consumidores estadounidenses estarían dispuestos a pagar más por un iPhone “Made in USA”? Los analistas no están seguros. Para Jack Gold, Apple debería negociar con Washington, pero ello será simbólico. “Ellos ya han hablado de construir servidores aquí, y fabrican productos en volúmenes relativamente bajos en las plantas de Estados Unidos”, en particular, determinados ordenadores Mac, dice. “Pero me sorprendería ver una mudanza masiva de la producción a EE.UU.”.

    Impuestos y aduanas

    El gobierno de Trump no puede romper el modelo de negocio de la estrella de la tecnología estadounidense y, en definitiva, “seguramente habrá un compromiso”, como “los incentivos financieros o fiscales” contra la deslocalización de algunos modelos o dispositivos, estima Ronan de Renesse.

    Foxconn ya está tratando de hacer subir las ofertas entre los diferentes estados de EE.UU. para la concesión de terrenos, energía barata o exención de impuestos. Y Apple podría condicionar sus inversiones a una amnistía fiscal sobre la repatriación de su fondo de unos USD 200 000 millones en el extranjero. La ecuación también cambiaría si Trump impusiera fuertes aranceles a las importaciones chinas y Apple sería una de las primeras víctimas de eventuales represalias de Pekín.

    Bajo este contexto, la firma estadounidense marcó en el primer trimestre de su ejercicio de 2017 un nuevo récord histórico de ingresos, pero la mala noticia para la compañía liderada por Tim Cook fue que su beneficio neto volvió a caer (ver puntuales).

    Cifras de Apple

    La facturación del trimestre que cerró a fines de diciembre subió un 3,3% a 78 400 millones. En el período, Apple vendió 78,3 millones de iPhones, un récord en comparación con los 74,8 millones de teléfonos vendidos en el trimestre pasado.

    Las ganancias,  que se ubicaron en los USD 17 900 millones, estuvieron cerca de igualar el récord del mismo trimestre del año anterior, de 18 400 millones. La acción de Apple subió en principio casi un 3%, ya que sus resultados superaron las expectativas de los analistas.

    La fiebre por el iPhone continúa a escala global. La foto muestra la tienda de Apple en Central Pak, Nueva York. Foto: AFP
    La fiebre por el iPhone continúa a escala global. La foto muestra la tienda de Apple en Central Pak, Nueva York. Foto: AFP
  • Una reencauchadora se inauguró en Quito

    Redacción Quito

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    El jueves pasado, grupo Mavesa inauguró su nueva planta de reencauchado en el sector de Llano Grande, en el norte de Quito. La inversión fue de USD 3 millones e incluye la maquinaria para restablecer los neumáticos de los vehículos pesados como retroexcavadoras, tractores y camiones grandes.

    Su apertura se dio tras el fortalecimiento de la industria minera con proyectos como Mirador y Fruta del Norte.

    La fábrica tiene una capacidad para reencauchar cada día cinco neumáticos rin 25 y 30. En total se espera recuperar 1 200 llantas al año, según señaló Carlos Vallejo, jefe de Producción de la firma.

    La planta se levantó en aproximadamente tres meses y el personal tuvo capacitaciones en Italia para conocer el proceso de reencauchado en la empresa Marangoni, firma que dotó de maquinaria a la ecuatoriana.

    Su director comercial para América Latina, Flávio Bettiol Junior, sostuvo que el Ecuador resulta atractivo para este tipo de inversiones, al igual que los países localizados en la costa del Pacífico. La razón: la apertura de la minería, sector en el que se utilizan grandes vehículos para la extracción del mineral.

    La industria local considera que es positiva la apertura de esta planta por una posible reducción de costos en sus insumos. Julio Samandai, jefe del equipo caminero del Municipio de Esmeraldas, vio como una oportunidad la apertura de esta planta para el ahorro de los costos en la entidad.

    El año anterior hicieron una adquisición de llantas nuevas valorada en USD 70 000 para su flota de 25 maquinarias y 55 vehículos medianos y 10 volquetas. Con la apertura de esta planta se espera un ahorro de hasta el 50%.

    Santiago León, ministro de Industrias y Productividad, asistió a la inauguración y señaló que cada llanta para este tipo de vehículos puede costar unos USD 5 000, por lo que es un beneficio para quienes se dedican a sectores como el agrícola, minero, petrolero… “No se ha pensado en sacar los recursos de Ecuador. Se reinvierte en el proceso productivo”.

    Mavesa, además, invirtió USD 6,5 millones en la planta de Santo Domingo de los Tsáchilas, en la adecuación de puntos de venta en Ambato y otros sitios de venta.

    El evento de inauguración contó con la presencia de representantes de la firma italiana Marangoni, que dotó de maquinaria a Mavesa. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
    El evento de inauguración contó con la presencia de representantes de la firma italiana Marangoni, que dotó de maquinaria a Mavesa. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
  • La producción porcina del país está a la baja

    Sofía Ramirez

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    La producción porcina en el país cayó un 15% el año pasado, según estimaciones de la Asociación de Porcicultores del Ecuador (Aspe). Jorge Páez, presidente del gremio, afirma que entre enero y mayo del 2016, algunas de las granjas porcinas más grandes del país redujeron su producción un 20%; las más pequeñas, en cambio, cerraron operaciones.

    Existen dos factores que contribuyeron a la caída del sector. El primero es el costo de producción de la carne.

    El titular de la Aspe señala que procesar un kilo de carne de cerdo (cortar y tratar la carne) cuesta, en promedio, unos USD 2,15. Sin embargo, en otros países, como Colombia o Perú, el mismo proceso tiene un costo que bordea USD 1,70 o USD 1,80. Esto hace que la actividad local pierda competitividad frente a otros países.

    La producción también es cara debido a que la principal materia prima, el maíz, es costosa según los productores. Por ejemplo, un quintal de maíz cuesta USD 14,90, cuando en los países vecinos el valor oscila entre USD 7 y 13. Ese valor se traslada al proceso de producción, según la Aspe.

    El segundo factor que afecta a la crianza de cerdos es el contrabando. Según Páez, no se cuenta con cifras de cuántos animales ingresaron -en pie y en corte- al país de manera ilegal por las fronteras norte y sur. Según el dirigente del sector, como los costos de producción son más baratos en otros países el valor de la carne es más barato y eso fomenta el contrabando.
    En Ecuador, la mayoría de granjas de cerdo se encuentra en Santo Domingo de los Tsáchilas, Guayas, Pichincha, Manabí y El Oro. No obstante, la porcicultura familiar -en granjas- aporta con el 30% de la producción que se desarrolla en todas las provincias del país, a excepción de Galápagos indica José Orellana, director ejecutivo de la Aspe.

    Además, la compra de este alimento no disminuyó. Por ejemplo, Molinos Champion -la tercera empresa más grande del sector- vendió 4 500 toneladas el año pasado, cifra similar a la del 2015. En el país, el consumo de carne de cerdo por persona al año es de 10 kilogramos.

    Para los productores más pequeños, el 2016 sí fue un año difícil. Juan Castillo, productor porcino de Santo Domingo de los Tsáchilas y afiliado a la Asociación de Porcicultores de esa provincia, se dedica a la actividad hace 17 años, en su granja familiar. Allí tiene invertidos USD
    130 000 y trabaja con 800 animales al año, entre cerdos reproductores, madres, lechones y aquellos que están listos para la venta.

    Pero el año pasado, sus ventas se redujeron aproximadamente un 40%, dice Castillo. El productor asegura que los costos le perjudican. “Algunas empresas dejaron de comprarnos”. Por esto empezó a comercializar su producto en ferias y mercados. Añade que otros porcicultores optaron por cerraron sus granjas.

    Por estos motivos, el sector se apoya en la Subsecretaría de Comercialización del Ministerio de Agricultura. El año pasado se conformó un Comité de Control de Contrabando de carne de cerdo. Este organismo está integrado por la entidad estatal, Agrocalidad, el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador, el Servicio de Rentas Internas y las asociaciones de porcicultores.
    Otras firmas, en cambio, mantienen sus niveles de producción. Pronaca, con su línea Mr. Chancho, maneja estrategias comerciales y de ofrecer valor agregado, como productos listos para ser preparados.

    Pronaca no precisa cifras de ventas e inversión para la línea Mr. Chancho, pero indica que dentro de sus procesos interviene la investigación y desarrollo.

    Por ejemplo, para la crianza de cerdos la empresa tiene investigadores que producen semillas de maíz, arroz, sorgo, entre otras, para fortalecer así la producción de los agricultores con los que trabajan. Este primer paso es importante, debido a que el maíz es el principal ingrediente para el balanceado de cerdos.

    Luego, la empresa se encarga de procesar la carne, elaborar el empaque y la comercialización. A lo largo del proceso también integran procedimientos amigables con el ambiente. Pronaca implementó los sistemas Deep Bedding en las granjas ubicadas en Santo Domingo de los Tsáchilas. Estas permiten el ahorro del agua; ­también se colocaron biodigestores, es decir, contenedores especiales para el tratamiento adecuado de los desechos.

    Este año, el sector porcícola se enfocará en mejorar la producción de carne de cerdo. Y de la mano de Agrocalidad y diferentes asociaciones de porcicultores trabajan en la erradicación de la peste porcina clásica. A largo plazo, con estas mejoras esperan exportar el producto a otros mercados de la región.

    La línea de negocio Mr. Chancho, de Pronaca, tiene su proceso de producción en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. Hace 20 años maneja esta marca en todo el país. Foto: Katy Delgado  para LÍDERES
    La línea de negocio Mr. Chancho, de Pronaca, tiene su proceso de producción en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. Hace 20 años maneja esta marca en todo el país. Foto: Katy Delgado para LÍDERES
  • La producción musical de Enrique Males se promueve

    Redacción Sierra Norte

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    Enrique Males, el cantautor kichwa imbabureño, emprendió una estrategia para difundir su arte. El objetivo es llegar al público con su música.

    Para ello, está ofreciendo seis discos compactos, que recogen parte de sus 50 años de trayectoria, a través de redes sociales.

    Se trata de CD como: ‘Las huellas de Tránsito Amaguaña’ (Premio Alba 2012), ‘Madre Tierra Mama Cacuango’, ‘Rumiñahui Jatun Apu’, ‘Allpamanta Kausaimanta’, ‘La poesía es un arma cargada de futuro’ y ‘Patsak Shimikuna Patsak Yuyaykuna’ (Premio Rumiñahui 2015).
    Este último, que traducido al español significa ‘Cien Voces, Cien Pensamientos’, es un álbum que contiene un disco de música andina y otro de Latinoamérica, entre los que se destacan boleros, danzones, cumbias, joropos…

    En esta producción que le tomó un año de trabajo, Males musicalizó textos creados por un centenar de personas, de diferentes edades y ocupaciones, que abordan el valor de la esencia de la vida, amor, esperanza, nacimiento, solidaridad, entre otros.

    El artista ibarreño comenta que es complicado conseguir el auspicio, especialmente de instituciones públicas, para el emprendimiento de trabajos culturales. Pero, a pesar de ello no desmaya y sigue adelante.

    ‘Patsak Shimikuna Patsak Yuyaykuna’
    contó con un financiamiento inicial que salió de la venta de un centenar de antologías. “Por primera vez en 10 días vendí 100 obras”, comenta Patricia Gutiérrez, compañera del artista.

    La maestra de danza explica que en la producción de este álbum se invirtió unos USD 20 000.
    Durante este mes, aprovechando la temporada de Navidad y Fin de Año, ofertaron con promociones el material discográfico del cantautor. “Regale pensamientos, sonidos, voces, identidad, arte” fue es eslogan de venta.

    Cada disco compacto normalmente cuesta USD 10, pero por la época festiva se ofrece con un 30% de descuento. Es decir, a 7.

    Algo similar sucede con el álbum ‘Cien Voces, Cien Pensamientos’, que vale USD 20, pero de oferta se consigue en 14.

    “Más allá de recaudar dinero lo que buscamos es promover la música. No me parece justo que este importante material esté guardado”, explica Gutiérrez.

    Por eso, a través de la cuenta de Facebook: Enrique Males, se reciben los pedidos. La artista explica que con esta iniciativa han enviados discos a varias ciudades del país y el extranjero.
    Los ingresos por la venta de este material se destinará a la publicación del próximo CD, que tendrá como título: ‘Autobiografías’.

    Males está contento porque su nueva composición ya tiene un avance del 60%. Espera que esté lista en febrero próximo.

    Adelanta que en estas memorias estarán algunas vivencias de su infancia y juventud como la llegada del tren a Ibarra, el mercado viejo de la ciudad, la comunidad de indígenas Imbayas, que llegaron de Quinchuquí a la ‘Ciudad Blanca’ desde el vecino cantón de Otavalo, entre otros.

    Este artista ha grabado 18 discos de acetato y 12 en formato de CD. Además, de una antología y un documental de 45 minutos. Ahora está entusiasmado como un niño con su nuevo proyecto.

    Patricio Males lleva 50 años involucrado con el arte. Reconoce que el emprendimiento cultural es complicado, pero no se rinde. Cortesía: Patricia Gutiérrez
    Patricio Males lleva 50 años involucrado con el arte. Reconoce que el emprendimiento cultural es complicado, pero no se rinde. Cortesía: Patricia Gutiérrez