Etiqueta: producción

  • El queso camembert, en medio de una disputa

    Agencia AFP

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    Una pasta cremosa, una corteza enmohecida y leche cruda de vaca. Joya culinaria francesa, el camembert de Normandía se encuentra actualmente en el centro de un feroz debate entre puristas y partidarios de nuevas reglas para su fabricación.

    Vacas marrones y blancas pastando en verdes campos normandos bajo un sol primaveral. Es en este marco idílico donde trabaja Patrick Mercier, presidente de la Apelación de Origen Protegida Camembert y uno de los dos únicos productores de la región que fabrica queso con leche de su propia explotación.

    Pese a que él trabaja con leche cruda, Mercier no está en contra de aquellos que piden flexibilizar las normas de fabricación del queso preferido de los franceses. “Otros quesos se hacen con leche pasteurizada, así que ¿Por qué no el Camembert?”, pregunta, sin miedo a romper tabúes.

    El camembert de Normandía, cuya fabricación se remonta a finales del siglo XVIII, es elaborado con leche cruda o no pasteurizada. No obstante, a partir de 2021, la denominación de origen protegida (AOP en francés) podría flexibilizarse, lo que permitiría incluir bajo este sello controlado a los Camembert pasteurizados, una aberración para los puristas.

    El producto de Normandía corre el riesgo de convertirse en “un queso blando vulgar e insípido”, advertía ya hace un año Véronique Richez-Lerouge, fundadora de la Asociación Fromages de terroirs (Quesos de terruño).

    Una imagen de los quesos Camembert en un centro de producción en la región de Normandía,  en Francia.
    Una imagen de los quesos Camembert en un centro de producción en la región de Normandía, en Francia. Foto: AFP

    Pero para Mercier, el desafío es detener el declive de las granjas lecheras en Normandía y la sustitución de las vacas normandas por razas más productivas.

    La nueva apelación establecería porcentajes obligatorios (mínimo 30%) de leche de vacas de Normandía. Además, estas deberán pastar en los prados de Normandía al menos seis meses y no consumir productos transgénicos.

    Mercier ha invertido decenas de miles de euros en equipos de alta tecnología para conservar la leche cruda necesaria para hacer sus 750 Camembert diarios, pero admite que no todos los productores pueden invertir estas sumas.

    Según él, la nueva apelación de origen protegida “restablecerá los valores del Camembert en términos de cantidad y calidad, de una manera que permitirá que todos los agricultores, grandes productores y artesanos puedan existir” .

    Pero estos argumentos están lejos de convencer a los detractores de la nueva apelación de origen, que creen que beneficiará a los gigantes lácteos como Lactalis.

    “En el fondo, es una batalla contra la estandarización, ya que la nueva denominación solo beneficiará a los productores industriales”, estima Richez-Lerouge.

    “No es solo el Camembert. También está amenazado el champán o el idiazabal español. Los productos protegidos se preguntarán: ¿Por qué no nosotros?”.

    El Camembert fue creado en 1791 por Marie Harel, una campesina del pueblo normando Camembert, que adaptó una receta de queso brie que aprendió de un sacerdote que se refugió en su casa durante la Revolución francesa.

    Su presencia en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial lo convirtió en el queso francés por excelencia para estadounidenses, británicos y otros aliados que lucharon en Francia, explica Richez-Lerouge.

    Desde el siglo XIX se lo envasó en pequeñas cajas de madera, lo que facilitó su transporte a largas distancias y el Gobierno codificó su producción a partir de 1982.

    Hoy existen 10 productores con sello AOP o denominación de origen controlada, que fabrican 5 500 toneladas de Camembert por año, frente a 60 000 toneladas para productos genéricos que cuestan dos veces menos.

    “No todos pueden comprar un Camembert que cuesta 3,50 euros o más”, estima Nathalie Goulet, senadora de la región de Orne en Normandía, quien cree que una suavización de las normas beneficiará a toda la industria láctea.

    ¿Cómo se puede esperar que un pequeño productor, que fabrica a mano, y apuesta por la calidad, se gane la vida? ¡Ese queso tiene un precio!”, responde Bronwen Percival, que compra quesos para la famosa tienda londinense Neal’s Yard. Dice que un pasteurizado no puede llamarse Camembert.

    En Francia hay polémica porque se quiere incorporar leche pasteurizada para la fabricación del queso. Su elaboración se remonta a finales del siglo XVIII.
    En Francia hay polémica porque se quiere incorporar leche pasteurizada para la fabricación del queso. Su elaboración se remonta a finales del siglo XVIII. Foto: AFP
  • La miel más pura de todo el mundo está en Cuba

    Agencia AFP

    En los montes de la provincia de Matanzas, en el este de Cuba, las abejas zumban lejos del peligro que las acecha en otras partes del mundo, tienen una dieta rica en flores silvestres y producen una miel de alta calidad de gran demanda en Europa.

    Las alarmas están encendidas: la población de abejas en el planeta está disminuyendo por el cambio climático, la agricultura intensiva, las plagas y los agroquímicos. Pero en la isla caribeña estos polinizadores tienen un paraíso.

    Entre la maleza, porque “ la abeja no es de zona urbana ni agrícola, es de monte” , el ingeniero mecánico Rogelio Marcelo Fundora, de 51 años, y su hermano, el maestro Santiago Esteban (54) , tienen 600 colmenas llenas de pequeñas y laboriosas operarias.

    Los hermanos abrazaron la apicultura durante la crisis económica de los 90, tras el colapso de la Unión Soviética, país del que llegaban anualmente a la isla miles de toneladas de pesticidas, fertilizantes y herbicidas químicos destinados para la agricultura.

    Privada de esos recursos, en parte también por el embargo que le aplica EE.UU., Cuba comenzó a desarrollar los biofertilizantes y los biopesticidas, reduciendo a niveles muy bajos el uso de los agroquímicos, que están diezmando las colonias de abejas en el mundo y contaminan la miel.

    “El año pasado obtuvimos 80 toneladas de miel” , cuenta Santiago entre la manigua y detrás de un velo negro que lo protege de las picaduras del enjambre, ahora revuelto por los intrusos que llegaron cerca del colmenar.

    Los Fundora son desde 2006 los “reyes” de la apicultura en la isla, con rendimientos de hasta 160kilogramos (kg) de miel por colmena, más del triple del promedio nacional (51 kg) .
    “No hay milagros, hay mucho trabajo” , y “ un manejo incansable en cuanto a cambio de reina, selección de la abeja, rotación de los panales ” , añade este exprofesor, curtido por el sol y el trabajo.

    De sus 21 apiarios, ubicados a decenas de kilómetros (Km) de su finca en el pueblo de Navajas, 140 Km al este de La Habana, extraen una miel, como dicen, “limpia” (libre de agrotóxicos) .

    En 2018, Cuba produjo 8 834 toneladas de miel, 1 300 toneladas por encima del plan previsto por la estatal Empresa Apícola Cubana (Apicuba) , una cantidad pequeña si se compara con Argentina, el mayor productor de la región, que superó las 76 000 toneladas en 2017, según la Organización de las Naciones Unidas para los Alimentos (FAO).

    Del total cubano, “unas 1 900 toneladas” fueron certificadas como miel orgánica, marcando un “récord” nacional, dijo el jefe de la dirección Técnica y Desarrollo de Apicuba, Dayron Álvarez.
    Según Álvarez, la meta inmediata de la empresa es alcanzar el récord histórico de 10 200 toneladas de miel, que data de 1983.

    El 95% de la miel cubana se exporta y los principales destinos son Alemania, Francia, España, Gran Bretaña y Suiza. “Y estamos trabajando para insertarnos en el mercado chino y en el mercado de Arabia Saudita ” , añadió Álvarez.

    Cuba exportó 6 779 toneladas de miel en 2017 por un valor de USD 18 millones, según cifras oficiales. Esto equivale a 2 655 la tonelada.

    Apicuba, que tiene el monopolio sobre la comercialización de la miel cubana, paga a los productores un máximo de USD 1000 por tonelada de miel orgánica.

    Cuba tiene unos 1 660 apicultores, de los cuales un centenar, incluidos los Fundora, están en proceso para certificar su miel como orgánica.

    “Por la tendencia que ha habido a la poca aplicación de productos químicos, pudiera decir que la miel de Cuba es casi toda orgánica” , dijo el biólogo Adolfo Pérez, director del estatal Centro de Investigaciones Apícolas de la isla.

    En el campo cubano, sin grandes riesgos ni amenazas, las abejas “gozan de muy buena salud”, afirma Santiago.“No usamos ningún tipo de químicos a la hora de fumigar los apiarios, de chapearlos (desherbar)” , y “no usamos ningún tipo de antibióticos” .

    Asegura que con la técnica del “panal trampa” -que atrae a la plaga y protege al resto de la colmena- han logrado “controlar” la varroa destructor, un ácaro convertido en la principal amenaza para la apicultura en el mundo.

    Los Fundora llegan al monte a bordo de “ Frankenstein ” , un camión que Rogelio, que es también su mecánico y chofer, mantiene rodando con mucho ingenio.

    Los hermanos Fundora se encargan de  revisar las colmenas que crecen en zonas casi agrestes. Con diferentes técnicas evitan que las plagas enfermen a los insectos y dañen la miel. Fotos: Yamil Lage / LÍDERES
    Los hermanos Fundora se encargan de revisar las colmenas que crecen en zonas casi agrestes. Con diferentes técnicas evitan que las plagas enfermen a los insectos y dañen la miel. Fotos: Yamil Lage / LÍDERES
  • Tueste y fermentación, las claves en su chocolate

    Evelyn Tapia

    Redactora (I)

    Las notas aromáticas herbales de nueces, frutales y florales de las matas de cacao que crecen en el cantón manabita Flavio Alfaro cautivaron a Danilo Valencia, uno de los fundadores de la fábrica Alikakao. Esta produce chocolate y semielaborados de cacao en Cayambe, bajo la marca Flavia.

    Valencia, ingeniero agroindustrial que trabajó como especialista de seguridad alimentaria en una multinacional, quería emprender su negocio propio de producción de chocolate con cacao de la variedad de fino aroma. Durante tres años buscó un fruto especial y, para ello, visitó varias provincias.

    Finalmente, el emprendedor encontró en Flavio Alfaro a Santiago Arroyo y Melquiades Mejía quienes capacitan a pequeños productores de la zona en cultivos orgánicos y técnicas agrícolas, para tener mejor productividad.

    En este proceso trabaja con Kakawen, una iniciativa orientada a la producción y venta de derivados de cacao arriba. Valencia concretó con esta una alianza estratégica y ahora son socios.

    Mary Arias y Santiago Villalba, dos amigos que conoció en la multinacional en la que Valencia laboró, se sumaron como socios capitalistas y en marzo del 2018 se abrió la fábrica en Cayambe, con una inversión de USD 120 000 para el terreno y la infraestructura.

    Kakawen acopia el producto y se encarga de que la pepa atraviese un proceso para alcanzar el nivel adecuado de fermentación que, según Valencia, es un factor clave para el sabor del chocolate.

    Valencia destaca que en Flavio Alfaro, el cacao que crece en fincas no está “tan intervenido con variedades de clones y de un solo perfil aromático”.

    Añade que otro valor agregado de la marca Flavia es que en la zona donde se cultiva la materia prima, hay plantas de cacao con genética que no es tan conocida y comercializada.

    Son 350 pequeños agricultores de esta área quienes proveen de cacao fino aroma a Alikakao. De ellos, 50 obtendrán este año la certificación orgánica.

    En la fábrica de Cayambe, el 60% de la producción corresponde a semielaborados como polvo de cacao, manteca de cacao y licor de cacao, que se vende a negocios que usan estos productos como insumos para chocolates, repostería, cosmética, etc.

    Una de sus clientes es Rocío Cárdenas, dueña de Golky Cacao y Quinua. Ella compra polvo natural de cacao hace tres meses en esta planta. “Es difícil conseguir un buen proveedor de este tipo de insumos y con ellos nos ha ido excelente, el producto es de muy buena calidad y los precios son muy competitivos”, manifiesta.

    El otro 40% de la producción corresponde a las barras de chocolate negro que se venden como producto terminado en presentaciones de 50 gramos (65, 72 y 80% de chocolate) y bocaditos de chocolate con leche.

    El producto se vende en espacios como Natuorganic, con locales en Quito y el Valle de los Chillos. Este se especializa en productos orgánicos y saludables.

    Tania Velasco, propietaria del sitio, cuenta que abrieron espacio a la marca Flavia porque es un producto que beneficia a comunidades agrícolas de Manabí y porque las barras están libres de preservantes y saborizantes. “Además de que los sabores son únicos, propios del cacao de fino aroma. Las barras tienen un porcentaje saludable de chocolate, aquellas de 70 y 80% de cacao son buenas para la salud”, dice.

    El emprendedor cuenta que el reto más importante fue encontrar el punto ideal de tueste del grano para cada variedad aromática de cacao con la que trabajan. “En este negocio hay mucho celo en cuanto a las técnicas y al conocimiento, entonces tuvimos que investigar mucho, ir a libros antiguos para aprender más”.

    Desde 2018, Alikakao ha atendido a alrededor de 30 clientes, entre empresas, emprendedores que alquilan la planta para maquila y negocios en los que se vende el producto final. Hoy factura algo más de USD 3 000 al mes.

    La principal estrategia de promoción es la cata, en donde esperan que el cliente ecuatoriano aprenda a distinguir y disfrutar de este chocolate. Este año está previsto que salgan a la venta dos nuevos productos: chocolate con fruta y cremas de cacao con avellana y con maní.

    La planta de producción de la marca Flavia se ubica en Cayambe. La materia prima es cacao de fino aroma que se cultiva en Flavio Alfaro, Manabí.
    La planta de producción de la marca Flavia se ubica en Cayambe. La materia prima es cacao de fino aroma que se cultiva en Flavio Alfaro, Manabí. Foto: Diego Pallero / Líderes
  • La diversidad de los materiales aumentó

    Patricia González

    Redactora (I)

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    La producción de materiales para la construcción en el Ecuador está íntimamente ligada al comportamiento de la industria de la construcción.

    En los años de 2011 y 2012 la alta inversión en obras públicas motivó a los fabricantes a reinventarse con nuevas líneas de productos.

    A pesar de la caída del sector desde el 2015, Pablo Moreira, presidente del Colegio de Arquitectos de Pichincha, observa un incremento en la diversidad de productos elaborados en el país, en los tres últimos años. Destaca nuevas líneas de producción a partir del acero, en la tabiquería seca y la madera.

    “Ese incentivo fue bastante útil porque si bien es cierto que bajó radicalmente la posibilidad de construcción en obra pública, esto ha quedado en el mercado para producir especialmente en la industria privada, con costos relativamente asequibles”.

    El terremoto de abril del 2016 también tuvo un impacto para esta industria, explica Moreira. A raíz de este hecho, los sistemas constructivos cambiaron a un modelo más ligero, más apropiado para soportar un sismo. Esto ha disminuido el uso de hormigón y bloque, siendo sustituidos por estructuras metálicas y materiales como la madera, que además conllevan un menor impacto ambiental.

    Closet.com se especializa en muebles de acabado para la construcción en madera, como cocinas, baños, puertas y closets.

    Hasta mediados del año pasado era proveedora de unas cinco empresas privadas. No obstante, Paúl Mason, diseñador de esta firma, señala que el número de clientes ha disminuido en los últimos meses y, en consecuencia la producción, que calcula en 200 muebles al mes.

    Él considera que, actualmente, los clientes se están fijando más en el precio que en la calidad. Esto les ha obligado a incrementar sus estrategias promocionales y a tener negociaciones más flexibles.

    Sobre sus líneas de productos, resalta que han desarrollado nuevas líneas en pisos: flotantes, en bambú y madera sólida.

    Con una trayectoria de 10 años en el sector, reconoce que los fabricantes si fueron afectados por la caída de la construcción, llevando incluso a algunas empresas al cierre.

    La marca de pinturas Wesco ofrece 22 líneas en productos arquitectónicos, metalmecánicos, para la madera e industrial, en diferentes colores y presentaciones.

    Eduardo Madrid, jefe de Desarrollo de Productos de Wesco, indica que en el 2018 la firma tuvo un incremento del 10% en relación al año anterior, debido a una ampliación del portafolio y un aumento en las ventas.

    Los productos de esta empresa se distribuyen a través de Pintulac y Comercial Kywi. Madrid reconoce que la recesión que sufrió el sector, se convirtió en una oportunidad para encontrar mejores ideas e innovar. Este año esperan crecer un 20% en producción.

    La empresa Wesco elabora 22 líneas de productos, que se distribuyen  por Pintulac y Kywi.
    La empresa Wesco elabora 22 líneas de productos, que se distribuyen por Pintulac y Kywi. Foto: Julio Estrella / Líderes
  • Indígenas y afros se unen para producir miel

    Marcel Bonilla

    (F) Contenido intercultural

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    Veintidós personas integran la asociación de meliponiculturas de Eloy Alfaro y San Lorenzo y se dedican a la producción de miel de abeja y polen deshidratado, desde hace 17 años.

    Los emprendedores están asentados en la comunidad La Chiquita, parroquia Tululbí del cantón Eloy Alfaro, desde donde sacan sus productos los fines de semana para venderlos en una feria que se realiza en San Lorenzo.

    Este emprendimiento cuenta con una marca que llamada Wimal, que significa abeja en idioma Awá. Inicialmente ellos solo producían miel, pero ahora ofertan polen deshidratado en presentaciones de 35 gramos y 50 mililitros, en recipientes plásticos.

    En la etiqueta del producto constan los análisis nutricionales tanto de la miel como del polen. En este proceso existe una articulación entre la Prefectura de Esmeraldas y la fundación Antrópico, que asesoró técnicamente a los productores.

    Marlene Valencia, emprendedora de La Chiquita, señala que se necesita de una mayor inversión económica para continuar con esta actividad ancestral. Solo la Prefectura ha invertido USD 15 000 en temas de levantamiento de información. Este año se invertirán USD 7 000 para tecnificar la obtención de miel y polen.

    El trabajo técnico se lo realiza con los ingenieros Marco Jiménez y Sergio Bobos, de la fundación Altrópico, quienes han organizado a la comunidad para orientar los procesos legales y capacitación de los asociados.

    La miel de abeja que producen en La Chiquita no es la tradicional. Se obtiene de abeja nativas llamadas meliponas indecisas, por eso se denominan meliponiculturas.

    L
    a diferencia con las abejas convencionales es que la miel proviene de abejones que no tienen aguijón, por eso para su cultivo no necesitan ningún equipo de protección por ser indefensas.

    La producción de miel es una actividad considerada ancestral en las poblaciones afros e indígenas, debido a que sus antepasados la realizaban como una de sus tantas actividades del campo, por eso la miel es considerada como un tesoro del bosque.

    El almíbar que se produce tiene otras propiedades que distan de las melíferas. La miel de las meliponas tiene vitaminas A y C, algunos oligoelementos y complejo B.

    A través de la Dirección de Fomento Productivo de la Prefectura de Esmeraldas, se trabajó en una metodología denominada ‘Creciendo con su negocio’, para desarrollar relaciones comerciales estables y justas.

    Inicialmente la producción de la miel era de 260 litros anuales, debido a la falta de implementación que permitiera mejorar los procesos. Actualmente la producción aumentó a 380 litros por año, debido a los procesos implementados con los comuneros.

    Raúl Quintero de la Dirección de Fomento Productivo explica que esa miel es más costosa por su proceso en la extracción, que se realiza con las mujeres de esta zona, encargadas de llevar una estadística de la producción.

    Por esos se aplicó la metodología de la Prefectura. También se ejecutó un plan de mejoras, que consistía en aumentar el número de colmenas para incrementar la producción.

    La Fundación Altrópico había entregado 22 colmenas para ocho comunidades destinadas a la producir miel, pero de a poco han ido desarrollándose para multiplicar las colmenas y aumentar.

    Actualmente esta asociación registras ingresos anuales de entre USD 10 000 y USD 15 000 por la venta del producto que se hace en la feria de San Lorenzo los días sábado. Para este año, la Prefectura proveerá de nuevas cajas para la producción de miel que permita redoblar las ganancias.

    La miel de abeja que producen en La Chiquita no es la tradicional.  Se obtiene de abeja nativas llamadas meliponas indecisas.
    La miel de abeja que producen en La Chiquita no es la tradicional. Se obtiene de abeja nativas llamadas meliponas indecisas. Foto: Marcel Bonilla / Líderes
  • La demanda de energía eléctrica aumentó en un 4% en el 2018

    Mayra Pacheco

    La demanda de energía eléctrica creció. En el año anterior la necesidad de este recurso en el país subió un 4%, con relación al 2017, según información del Viceministerio de Electricidad.

    Para este año se estima un crecimiento de la demanda en la misma proporción. Esto se explica, porque cada año se conforman nuevos hogares o empresas que demandan de este servicio.

    En total, durante el año pasado la demanda de este recurso ascendió a 24 475 gigavatios hora (GWh). De estos la principal fuente para producir energía fue la hidroeléctrica, es decir la que se genera con el agua. Luego están la térmica, que emplea combustibles, las no convencionales, solar, eólica (viento), biomasa y biogás; y, en menor cantidad, la energía importada.

    Del total de esta producción, la mayor generación de energía provino de la central Coca Codo Sinclair, ubicada entre las provincias de Napo y Sucumbíos. Esta planta aporta con el 30% de este recurso.

    Coca Codo tiene una potencia máxima de 1 500 MW, es la hidroeléctrica más grande del país. Pero opera a una menor capacidad.

    Según el informe borrador que leyó la Contraloría General (CGE) en noviembre pasado, entre el 1 de enero del 2017 y el 31 de julio del 2018, esta central generó un promedio de 693 MW por día.

    El resto de la demanda se cubre con las centrales Paute, Sopladora, San Francisco, Agoyán, Mazar, y otras. Además, entre diciembre y enero pasado se incorporaron dos nuevas hidroeléctricas Delsitanisagua y Minas-San Francisco (ver nota de la página 11).

    Esta variedad de fuentes de generación permitió que durante el año anterior el costo promedio para producir este recurso sea de 3 centavos kilovatio hora (kWh).

    Estos montos representan un promedio de todos los costos reconocidos a las centrales que generan este recurso, usando diversas fuentes. Es decir, agua, sol, viento, combustibles y otros.

    Aunque en las centrales hidroeléctricas el precio de producción de cada kilovatio hora es menor, oscila entre 0,009 centavos y 2,3 centavos. En Coca Codo, por ejemplo, cada kWh cuesta menos de un centavo.

    Pero estos valores no incluyen los rubros correspondientes a la transmisión y distribución de energía, que permiten entregar el servicio a los clientes en sus viviendas o empresas.

    Incluido estos montos la tarifa promedio sube a 9,26 centavos en este año. Se trata del mismo precio que rigió en el 2018, informó la Agencia de Regulación y Control de Electricidad (Arconel).

    Otro aspecto que se deja afuera al calcular el costo de generación de energía es la inversión realizada para la construcción de las centrales de generación, explica el Viceministerio de Electricidad.

    Según la entidad, los costos de capital e interés de los créditos tomados por el país para la construcción de estos proyectos son cubiertos directamente por el Ministerio de Finanzas a través del Presupuesto General del Estado.

    En la construcción de las ocho hidroeléctricas nuevas el Estado ha invertido hasta ahora USD
    5 600 millones, según el Viceministerio de Electricidad.

    Ricardo Buitrón, consultor en proyectos hidroeléctricos, explica que estas inversiones fueron excluidas del cálculo para fijar el costo de la producción de energía, tras la modificación del Mandato 15, que regula el sector eléctrico, que se hizo el 23 de julio de 2008, en el Gobierno anterior.

    Estas disposiciones constan en el artículo 1 de esta norma. Ahí se señala que los recursos que se requieran para cubrir las inversiones en generación, transmisión y distribución, serán cubiertos por el Estado y constarán obligatoriamente en su Presupuesto General.

    Por esto, desde entonces los costos de generación son menores. En el 2006, previo a estas reformas y al ingreso de las nuevas hidroeléctricas, la producción de cada kWh era de 5,7 centavos, según cifras el Plan Maestro de Electrificación del 2006-2015.

    Tres hidroeléctricas siguen pendientes

    El plan del Gobierno anterior de poner en operación ocho centrales hidroeléctricas se ha cumplido parcialmente. Hasta enero pasado solo cinco de las ocho infraestructuras nuevas, consideradas emblemáticas, estaban ya funcionando.

    Las últimas centrales Delsitanisagua y Minas-San Francisco se incorporaron entre diciembre y enero pasado. Manduriacu, Sopladora y Coca Codo Sinclair empezaron a operar entre el 2015 y el 2016. Mientras que Toachi-Pilatón, Mazar-Dudas, y Quijos siguen aún pendientes.

    Este año, según el Plan Anual de Inversiones del Ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables se contará con asignaciones para las centrales Mazar-Dudas y Toachi-Pilatón. No constan desembolsos para Quijos.

    El proyecto hidroeléctrico Toachi-Pilatón, que aportará con 254 megavatios (MW), tenía un avance del 85%, hasta octubre pasado, según la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).

    Aunque esta construcción se inició hace 11 años, en esta central falta instalar los equipos electromecánicos. Es decir, turbinas, generadores, compuertas, válvulas y otros que se requieren para esta hidroeléctrica. Y los acabados.

    Actualmente, la Celec está analizando las alternativas para contratar a una nueva firma que se haga cargo de la colocación de los equipos electromecánicos. La entidad no dio detalles de las empresas interesadas, plazos para retomar los trabajos ni montos.

    El Ministerio de Energía informó que para reiniciar con estos trabajos se invertirán alrededor de USD 140 millones.

    Hasta octubre pasado, en esta obra se había invertido USD 398,8 millones en total, de estos USD 250 millones fueron financiados por el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess).

    La búsqueda de una nueva empresa para concluir con la instalación de los equipos electromecánicos en Toachi se tomó luego de que la Celec y la firma rusa Inter Rao,
    excontratista del proyecto Toachi-Pilatón, no llegaran a acuerdo para reanudar la instalación de estos equipos. La empresa privada dejó el proyecto en marzo del 2017, tras la terminación unilateral del contrato por parte del Gobierno anterior.

    Por esto, Inter Rao planteó un arbitraje en contra de la Celec el 14 de diciembre del 2018 en el centro de arbitraje y mediación de la Cámara de Comercio de Santiago de Chile. La Procuraduría General del Estado (PGE) informó que se contestó esta solicitud del 18 de enero pasado.

    En cambio, la central hidroeléctrica Mazar-Dudas, ubicada en la provincia de Cañar, contará con USD 1,7 millones en este 2019, según el Plan Anual de Inversiones del Ministerio de Energía.

    Este proyecto registra un avance del 87%. Estaba a cargo de la firma China National Electric Engineering Company (Cneec), que fue declarada por la Celec como contratista incumplida con el Estado a fines del 2015.

    Esta empresa estaba al frente también de Quijos, ubicada en la provincia de Pichincha, que alcanzó un avance del 46,7%.

    La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair tiene ocho unidades de generación que le permiten alcanzar una potencia máxima de 1 500 megavatios. Esta es la más grande del país. Foto: Julio Estrella / Archivo LÍDERES
    La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair tiene ocho unidades de generación que le permiten alcanzar una potencia máxima de 1 500 megavatios. Esta es la más grande del país. Foto: Julio Estrella / Archivo LÍDERES
  • Expertos en camarón y tilapia

    Redacción Guayaquil

    (I)

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    Cuando el guayaquileño Santiago Salem Kronfle quiso emprender en 1978 no puso su mirada sobre grandes edificios, sino en la construcción de una camaronera de 64 hectáreas ubicada en el Golfo de Guayaquil a la que llamó Subpesca. En ese entonces solo contaba con 18 empleados; hoy suman más de 8 500 trabajadores en todas las áreas.

    Salem tenía 26 años cuando empezó en el negocio, pero desde los 17 ya participaba del diseño de obras junto a su padre y poco a poco se fue especializando en el área de desarrollo de piscinas camaroneras a lo largo del país.

    La adquisición de Santa Priscila se dio en 1986, pero esa procesadora ya existía desde 1976 bajo la administración de otros propietarios.

    Se trató de la primera planta ubicada en el km 5,5 de la vía a Daule, donde se inició la historia de una industria cuyo crecimiento no se ha detenido.

    Además, el segmento de pescado -inicialmente en sociedad– fue el segundo negocio en el que participó la naciente compañía y con el que este ingeniero civil de profesión arrancó el desarrollo de la empresa pesquera que pasó a ser patrimonio familiar.

    Priscilla Salem Barakat, por ejemplo, es la directora de calidad y de ventas nacionales. Ella coordina un proceso de renovación de marca y estrategia para conquistar mucho más el mercado interno.

    Esta industria llegó al puesto 15 de las empresas más grandes por sus ventas, en el 2017. En ese año los ingresos fueron de USD 480,2 millones, de acuerdo con datos de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros. En relación al 2016, eso significó un incremento del 12,6%.

    El incremento de las ventas no se ha detenido y en 2018 la facturación trepó hasta los USD 534 millones.

    El camarón, sin embargo, no ha sido el único acierto de la Industrial Pesquera Santa Priscila que lidera en exportaciones camaroneras y se catapulta como la única exportadora de tilapia desde hace dos años y medio. “Anteriormente eran 23 (exportadores), pero la gente se fue saliendo del negocio porque se necesita de mucha inversión para mantenerse”, explica Diego Puente, jefe comercial.

    La empresa logró en 2018 el 15,19% de participación del mercado de camarón, al haber generado 169 466 libras en volumen para enviar.

    Santiago Salem junto a Marcelo Mata, ministro de Ambiente,  durante la entrega de la certificación de Punto Verde.
    Santiago Salem junto a Marcelo Mata, ministro de Ambiente, durante la entrega de la certificación de Punto Verde. Foto: Mario Faustos / Líderes

    Iván Ontaneda, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), considera que ese crecimiento está ligado a las inversiones en productividad y tecnología. “Siempre buscan nuevos mercados y nuevas oportunidades”. La resiliencia, dice, es el valor clave de la firma.

    El gerente de producción de la planta de Juan Tanca Marengo en Guayaquil, Antonio Puente, recuerda que hace ocho años cuando inició su trabajo, “un día fuerte significaban
    150 000 libras de camarón, ahora un día fuerte son un millón de libras entre todas las plantas”.

    La adquisición de plantas procesadoras y empacadoras, según Puente, ha influido en ese aumento sostenido, no solo en productividad sino en capacidad de exportación. El camarón de esta firma llega a más de 30 destinos, siendo los principales China, Vietnam, Francia, España y Estados Unidos.

    Santa Priscila logró de esta manera cultivarse durante el boom camaronero que tuvo el país durante la década de 1980 y sobreponerse a la enfermedad de la Mancha Blanca que afectó a la industria en 1999.

    Para Salem, presidente y fundador de la compañía, el buen desempeño alcanzado se debe a los tres pilares en los que se enfocan: aspecto social, ambiental y sostenibilidad económica.

    “La única manera de mantener la competitividad es la tecnología y el capital humano”, dijo Salem durante la entrega de la certificación de Punto Verde el 28 de enero pasado, otorgada por el Ministerio del Ambiente (MAE) y avalada por la certificadora internacional Ceres.

    El reconocimiento convierte a la granja acuícola de Chanduy en la primera en el país en tener esta categoría, por haber reducido en un 13,86 % el consumo de diésel. Un proyecto de renovación que se inició hace un año y medio, con el proceso de electrificación, según Mónica Peralta, directora ambiental de Santa Priscila.

    “Con esto se logra bajar las intensidades de emisiones de carbono y al lograr la eficiencia energética, se produce más o lo mismo a un menor costo”, comenta Marcelo Mata, ministro del Ambiente. El compromiso de la empresa es seguir electrificándose.

    Las bodegas de refrigeración, donde permanecen los camarones antes de su envío, se mantienen a menos 28 grados centígrados.
    Las bodegas de refrigeración, donde permanecen los camarones antes de su envío, se mantienen a menos 28 grados centígrados. Foto: Enrique Pesantes / Líderes
  • El café, un comercio poco justo

    Agencia AFP

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    De Starbucks a Nespresso, los consumidores pagan cada vez más caro su café, mientras que los productores reciben cada vez menos dinero, todo esto en un contexto de caída de los precios internacionales.

    Una crisis se cierne sobre los países productores de café, como Colombia, Brasil o Perú, debido a la caída del precio del café, que se ha derrumbado a su nivel más bajo en los últimos 12 años, pese al éxito de las cápsulas individuales en los países occidentales, señala un estudio publicado por el Día Internacional del Café, celebrado la semana pasada.

    El precio del quintal de café pasó por debajo de los USD 100 a mediados de septiembre, “un nivel extremadamente bajo con el cual los productores no pueden vivir”, señala Christophe Eberhart, fundador de la cooperativa francesa Ethicable, un organismo especialista en la importación de café de comercio justo.

    Las asociaciones de comercio piden a la Organización Internacional del Café que se instaure una regulación para ayudar a los países productores, apunta Blaise Desbordes, director general de Max Havelaar France, principal organismo certificador de comercio justo.

    Con los nuevos modos de consumo, sobre todo la aparición de las cápsulas individuales, “la gente no se da cuenta que paga mucho más por su café”, explica Chris­tophe Alliot, cofundador de Basic y autor del estudio.

    Mientras que un café arábica molido de 250 gramos cuesta en promedio 3 euros en Francia (12 euros el kilo), en cápsulas individuales el kilo cuesta entre 50 y 60 euros, según este mismo estudio.

    Aunque se añadan de 10 a 15 euros por el embalaje, “alrededor de la mitad del precio de las cápsulas no tiene explicación”, estima Alliot. Una diferencia “que no llega para nada a los productores”, denuncia este investigador.

    Para este estudio, hay tres problemas: la concentración entre los torrefactores; tres de ellos -Nestlé, JDE y Lavazza– controlan el 81% del mercado mundial de café; el peso de los grandes negociadores, como Neumann, Ecom, Olam, Louis Dreyfus o Volcafé; y la precariedad de los productores.

    En Perú o en Etiopía, los productores de café cobraron en 2017 “20% menos que en el 2005”, de acuerdo con el estudio.

    En Perú, en donde entre 25% a 30% del mercado está compuesto de cooperativas de comercio justo que garantizan un precio mínimo a los productores para que puedan vivir correctamente, el otro “70% del mercado funciona a través de grandes negociantes que tienen un poder desproporcionado”, señala Alliot.

    “Cuando los precios son demasiado bajos, los agricultores ya no pueden seguir manteniendo sus sistemas agroforestales, y si abandonan sus prácticas, las plantaciones colapsan”, advierte Eberhard.

    “En Perú, uno de los mayores productores de coca del mundo, existe una verdadera dualidad entre el café y la coca (…): la caída del precio del café alimenta la atracción por la coca”, advierte Eberhard, recordando que la producción de coca aumentó cuando el café colapsó en 1989.

    Para Merling Préza, directora de la Cooperativa Prodecoop en Nicaragua y vicepresidenta de la Red Latinoamericana de Comercio Justo, “es absolutamente esencial redistribuir el valor” entre los productores.

    “Necesitamos el compromiso de la industria, pero también de los consumidores”, dijo durante una visita a París, por invitación de la red Max Havelaar.

    Los cafés especiales y el compromiso de la industria internacional para que acepte pagar precios que cubran el costo de producción son dos de las alternativas que proponen los caficultores de Colombia para enfrentar los bajos precios del producto en el mundo.

    Así lo aseguró el 3 de octubre el gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) de Colombia,Roberto Vélez, en la inau­guración de una nueva edición
    de Cafés de Colombia Expo 2018, la feria de cafés especiales más importante de América Latina y el Caribe. “Lo interesante es que la industria internacional se comprometa con un precio que cubra el costo de producción más una utilidad”, dijo el directivo gremial.

    El Consejo Internacional del Café, máxima autoridad de la Organización Internacional del Café, anunció hace tres semanas en Londres el lanzamiento de una campaña masiva para crear conciencia en los consumidores sobre la crisis de bajos precios que aqueja a los productores del grano del mundo. Los cultivadores de café en Colombia viven una crisis por los bajos precios del grano, que registró un valor de USD 0,98 centavos de dólares por libra, el más bajo en los últimos 12 años.

    Los cultivadores de café en Colombia viven una crisis por los bajos precios del grano, que registró un valor de  USD 0,98 por libra.
    Los cultivadores de café en Colombia viven una crisis por los bajos precios del grano, que registró un valor de USD 0,98 por libra. Foto: AFP
  • Esta piña suma clientes del exterior

    Bolívar Velasco

    Redactor (I)

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    La agroexportadora Frugalp nació con la visión de expandirse más allá del territorio ecuatoriano cuando empezó sus operaciones en el 2004.

    Con la producción de piñas en marcha, esta firma trazó sus planes de crecimiento con miras a conquistar los mercados de Europa, Estados Unidos, el Cono Sur y otros continentes.

    La idea se cocinaba a partir de las experiencias que ya habían tenido otras empresas de la región, que poco a poco llegaban con más frutas a esos destinos donde la piña ecuatoriana es muy apetecida. Los primeros envíos que Frugalp hizo al exterior fueron bajo la ayuda de otras compañías exportadoras.

    Pero en el 2009 la marca decidió asumir el reto de exportar directamente luego de haberse dotado de más herramientas, personal, territorio y capacidad de producción.

    Ese año ya había superado los retos del inicio cuando la producción llegaba a una tonelada por mes en un predio ubicado en el kilómetro 19 de la vía Santo Domingo- La Concordia. Ahora Frugalp produce 440 000 piñas semanales en su planta en el kilómetro 25 en la vía Colorados del Búa.

    De esa producción, 290 000 frutas salen por el momento a los mercados de la Unión Europea y al Cono Sur en 20 contenedores que se envían por el puerto de Guayaquil. Las 150 000 frutas restantes se despachan para el mercado nacional, principalmente para los centros de abastos mayoristas de Quito, Ambato y Guayaquil. Además se colocan las unidades en las perchas de Supermaxi.

    En las plantaciones de esta empresa se cuenta con un personal técnico que realiza un cuidado minucioso y de control de calidad. La empresa tiene en la actualidad 350 hectáreas productivas.

    Galo Pérez, gerente General de Frugalp, cuenta que el colocar el 70% de la producción en el exterior significa un trabajo de mucho esfuerzo y de perseverancia. Pero también de un mejoramiento continuo de la calidad con miras a establecer una diferencia con otros productos.

    Así, por ejemplo, en esta firma cuidan desde la estética hasta el sabor de cada unidad. Pérez dice que ponen especial énfasis en la relación entre la acidez, el dulce y la consistencia del producto. Además, en la corona de la piña que debe guardar simetría con el cuerpo de la fruta.

    Frugalp trabaja con el tipo MD2 que es ideal para las exportaciones ecuatorianas. Una de las modalidades logísticas que Frugalp experimenta para ser más eficiente en las colocaciones en el exterior es la de los envíos por la vía aérea. Empezaron hace un año con los clientes de España que desean tener en el menor tiempo posible la producción en sus establecimientos. Eso supone un ahorro de 18 días en los traslados a esos destinos, pues el producto enviado por buques se tarda hasta 21 días en arribar a ese país y llegar a los supermercados.

    Por ahora, Frugalp envía hasta 3 000 frutas semanales a través de esta alternativa que se mantiene como una línea de negocios exclusiva.

    En todas las operaciones labora un total de 338 trabajadores. Una de las estrategias que mantienen al alza la producción son los acuerdos con exportadoras que colocan la piña producida por esta empresa pero bajo su propio sello exportador. Las oportunidades en el mercado externo se van abriendo para Frugal gracias a las certificaciones internacionales que son referentes de los compromisos que adquieren como empresa.

    Entre las marcas que certifican a Frugal están Global Gap, Buenas Prácticas Agrícolas de Agrocalidad, Rainforest, BASC, entre otras.

    La empresa también ha encontrado oportunidades de desarrollo y expansión por su participación en las ruedas de negocios que organizan los diferentes ministerios.

    La firma trata de aprovechar al máximo esos espacios porque les permite abrir el portafolio de ofertas a empresarios de países a donde aspiran a llegar en su objetivo de seguir creciendo. Entre esos están empresarios de China, Rusia, Canadá, Estados Unidos y Ucrania.

    Según el gerente, Galo Pérez, el mercado de la piña tiene un futuro prometedor y desde Santo Domingo tratan de que el producto sea cada vez más atractivo.

    En la provincia tsáchila actualmente existen 5 000 hectáreas de piña en estado de producción. Este fruto se produce y se cosecha entre 13 y 14 meses. La actividad genera empleos directos para 4 000 personas, según estadísticas de la Asociación de Cultivadores de Piña con sede en Santo Domingo.

    La piña de calidad MD2 es la que produce esta firma santodomingüeña en sus instalaciones. El fruto es ideal para las exportaciones ecuatorianas
    La piña de calidad MD2 es la que produce esta firma santodomingüeña en sus instalaciones. El fruto es ideal para las exportaciones ecuatorianas. Foto: Juan Carlos Pérez para Líderes
  • Textiles Técnicos, un aliado del sector del calzado

    Modesto Moreta

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    Telas para la industria del calzado. Esa es la especialidad de Textiles Técnicos.
    Esta firma ambateña elabora en su planta industrial más de 100 ítems en productos para la confección de calzado en sus siete líneas de producción.

    Desde 1999 se especializa en la fabricación de punteras y contrafuertes, forros, plantillas en rollos, plantillas termoformadas, sublimados en tela y capelladas textiles. Esos productos le han abierto mercado en el país.

    La firma llega con sus productos a Ambato, Cuenca, Gualaceo, Cuenca, Guayaquil y otras ciudades del país. En esas ciudades se enfoca en negocios dedicados a la confección de calzado casual, de lona, urbano... Con ese modelo, el año pasado facturó USD 1,2 millones y en la actualidad tiene 34 colaboradores.

    Su origen se remonta a 1972, cuando Segundo Albancando migró de Otavalo, en Imbabura, hasta la ciudad de Guano; para estudiar en el Instituto de Textiles. Tras aprender pasó a desempeñarse como maestro de la misma institución educativa. Ahí perfeccionó su arte en los tejidos.

    Luego viajó a Ambato, donde montó su propio emprendimiento denominado Textil Nueva Aurora. Comenzó tejiendo telas con figuras de contenido andino y ponchos en los rudimentarios telares. Estos eran comercializados en Otavalo.

    Poco a poco este emprendedor fue tecnificando la producción, por lo que requería de nueva maquinaria. Accedió a un crédito de 2 000 sucres en una institución financiera para comprar materia prima, las máquinas de tejer y dio trabajo a 12 colaboradores.

    Las ventas aumentaron, pero las malas inversiones hicieron que la empresa quebrara en 1999. También afectó el feriado bancario de ese año y la dolarización en el 2000. En 1999, sus hijos Mónica, David y Julio decidieron asumir el reto, que era levantar nuevamente a la empresa.

    Apenas habían terminado la educación secundaria, pero sus conocimientos en el área textil ayudaron a impulsar el negocio dirigido a abastecer de materia prima a la producción de calzado. No se equivocaron. Mónica Albancando, gerenta de Textiles Técnicos, recuerda que el mercado del calzado era un nicho no explotado.

    Ella cuenta que a pesar que no era objeto de crédito en las instituciones financieras consiguió USD 2 000. Se usaron para comprar hilos, poliéster, algodón y arrancar con la producción de las muestras en punteras y contrafuertes para el calzado. “Recorrimos las fábricas de calzado ofreciendo nuestro producto, y logramos una buena acogida”.

    La empresa comenzó a producir y a entregar los pedidos. Con las ganancias pagaron las deudas que dejó el anterior emprendimiento. En el 2009, la salvaguardia arancelaria al calzado y textiles importados reactivó el consumo de producto nacional y la empresa salió favorecida.

    Luego incursionó en la fabricación de forro textil para calzado casual y deportivo. Además, se renovó la maquinaria y se adquirieron dos telares planos con un crédito de USD 20 000. La demanda creció y tuvieron que realizar otro préstamo de USD 150 000, con el que completaron el equipo textil, especialmente en los acabados.

    En el 2011, con USD 15 000 lograron comprar un terreno en la vía Ambato-Riobamba donde construyeron la nueva planta. La reinversión de las utilidades fue un punto positivo en su propósito. Con la idea de exportar su producto participan en ferias internacionales especializadas desarrolladas en Ambato, Perú y Colombia.

    Una de las empresas con las que trabaja desde hace nueve años es GusMar, del cantón Cevallos, en Tungurahua. Le proveen de telas para forros, plantillas y otros productos para la confección. La buena calidad del producto hizo que el calzado de GusMar tenga más acogida en el mercado. Gustavo Martínez, gerente, explica que lo importante es que dejaron de importar las telas para los forros del calzado urbano, casual y deportivo, porque constantemente están mejorando el producto y hay una gran variedad y colores.

    A inicios de este año, Textiles Técnicos lanzó al mercado un nuevo producto: la plantilla termoformada. Produce 15 000 pares mensuales. Asimismo, 20 000 metros de tela para calzado. “Vamos cambiando de acuerdo con las necesidades de nuestros clientes, con las nuevas tendencias y diseños de calzado. Hacemos forros para todo tipo de zapato”, dijo Albancando.

    La gerenta de Textiles Técnicos, Mónica Albancando

    Hemos efectuado investigaciones para crear materiales que permitan aireación en el pie, con ayuda de la Escuela Politécnica Nacional. También pruebas de resistencia y soporte de humedad, que es lo que exigen nuestros clientes. Al ser una empresa especializada producimos textiles de calidad. Hace dos años trabajamos en los procesos para alcanzar la certifica­ción ISO 9001. A esto se suma la capacitación constante del personal.

    Esta empresa ambateña funciona desde 1999. Su planta industrial ocupa 4 000 metros cuadrados y se ubica en la vía Ambato-Riobamba. Foto: Willian Tibán para LÍDERES
    Esta empresa ambateña funciona desde 1999. Su planta industrial ocupa 4 000 metros cuadrados y se ubica en la vía Ambato-Riobamba. Foto: Willian Tibán para LÍDERES