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  • De hacienda familiar, a Empresa B

    Redacción Quito

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    Organic Life nació en la Hacienda Aispur, propiedad de la familia Ruales, ubicada en la parroquia rural de Amaguaña, cantón Mejía, en Pichincha.

    Hace unos 12 años, Magdalena Ruales comenzó a sembrar diferentes vegetales y frutas en la hacienda familiar. Para entonces era solo un pasatiempo. Lo que cosechaba era para consumo de la familia, pero con el incremento de la cosecha empezó a ofrecer parte de la producción a sus vecinos en Quito, mediante venta de garaje.

    Tras el crecimiento del pequeño negocio, en el 2014 Magdalena y sus hijas, Viviana y Melisa López, lo formalizaron como una empresa y abrieron una tienda online, con una inversión de USD 40 000.

    Viviana, gerenta General, se encontraba trabajando en Nestlé como gerenta de Marca. Pero en el 2015 renunció para dedicarse de lleno a la empresa familiar.

    En la tienda se exhiben más de 100 productos. El plus de la marca es que son completamente orgánicos, al no tener químicos, pesticidas, fertilizantes ni aditivos sintéticos.

    El 2008 obtuvieron la Certificación Orgánica Ecuador, que otorga Agrocalidad, junto a QCS y la USDA Organic.

    Su producto estrella son los huevos, que desde hace un año están en Megamaxi y Supermaxi. Al mes venden cerca de 40 000 unidades. Se empacan en cubetas de cartón reciclado, cubiertas con una tapa de cartulina hecha con caña de azúcar, que elabora Impregpack. “Son buenos clientes, saben lo quieren, pero también se dejan asesorar”, comenta Marco Moreno, gerente de la firma proveedora.

    Entre la variedad de productos que oferta Organic Life destacan también frutillas, aguacates, espinaca, tomate riñón, remolacha, cebolla y kale (variedad de col); los cuales varían en el portal según la temporada de cosechas. Algunos los compran a terceros, como quinua, avena, mezcla de pancakes y ghee (mantequilla clarificada).

    Los productos se entregan en fundas de papel reciclado, que les provee la empresa Boga Fundas de Papel. Al principio les compraban unas 100 bolsas trimestrales, pero con el crecimiento de la producción, los pedidos subieron a 500 unidades, indica Doenitz Bosmediano, gerente de Boga.

    La empresa realiza envíos a domicilio en Quito y Guayaquil; en otras ciudades usan cooperativas de transporte.

    Los clientes también pueden adquirir sus productos en tiendas orgánicas de Quito, Guayaquil y Cumbayá. Una de ellas es Superfoods, un local que integra un restaurante vegetariano, la tienda y una escuela de cocina.

    Este negocio tiene dos sedes, una en el centro-norte de Quito y otra en Cumbayá. Desde que arrancaron, hace cuatro años, tienen entre sus proveedores a Organic Life. “Sus productos son de excelente calidad y me encanta la presentación”, comenta Gizella Greene, gerenta de Superfoods.

    Restaurante Urko, en el norte de Quito, también usa los productos de Organic Life para la elaboración de sus platos. El negocio elabora cocina local, con productos ecuatorianos. Su menú se basa en la cosmovisión andina y el calendario agrícola. “Para la creación del menú vamos hasta las fincas y en función de su producción, planificamos”, explica Daniel Maldonado, propietario, quien añade que con Organic Life mantienen una relación estrecha.

    Sury Serrano es una clienta que desde hace dos años adquiere verduras y frutas. “Usualmente les compro dos cajas, con ello preparo mis jugos verdes y ensaladas”, señala esta clienta.

    Para Viviana, uno de los principales desafíos es que los proveedores también cuenten con certificaciones orgánicas. Organic Life apoya a una familia de campesinos de Checa en el proceso de certificación, y ahora les proveen de cereales y granos para la alimentación de las gallinas.

    Gracias a su enfoque social y sustentable, Organic Life se certificó este año como Empresa B.

    Datos

    USD 40 000 fue la inversión inicial de la empresa.

    Más de 100 productos ofrece la empresa en la tienda online.

    USD 150 000 facturó la firma el pasado año, el doble que el 2018.  

    Los precios de sus productos están entre 15 y 20% por encima de los convencionales.

    Viviana López, gerenta de Organic Life, junto a algunos de los productos que ofrecen, como huevos y vegetales. La oficina de la empresa está en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Viviana López, gerenta de Organic Life, junto a algunos de los productos que ofrecen, como huevos y vegetales. La oficina de la empresa está en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Diseños hechos a mano rescatan la identidad Puruhá

    Redacción Quito

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    La vestimenta indígena más vendida en Ecuador procedía, hasta hace poco, de Otavalo.
    En los últimos años, nuevos diseñadores del centro del país crearon prendas para rescatar la diversidad de los pueblos Kichwas Puruhá de Chimborazo.

    Esto motivó a Manuela Pilco, nativa de esa provincia, a emprender un negocio con técnicas de bordado junto a sus hijos, en 1997.

    La emprendedora se radicó en Quito hace más de 30 años, donde decidió empezar de cero.
    Creó un negocio enfocado en rescatar la cultura y tradición de portar indumentaria indígena; así surgió Kinku.

    Este emprendimiento se inició hace dos años de la mano de Pilco y sus hijas, Ana y Kaya Janeta, para mantener la tradición familiar.

    Kinku es una palabra kichwa que significa zig-zag; esto simboliza el recorrido del sol y la luna; también lo relacionan con la mujer y la naturaleza.

    Kaya Janeta menciona que esa definición la utilizan para plasmar los diseños en cada prenda.
    Cuando iniciaron con el negocio, invirtieron cerca de USD 50 000; este monto se utilizó para comprar la maquinaria, tela para confeccionar las blusas, además de un local para venderlas.

    La elaboración de estas prendas tiene dos líneas de bordado; las realizan a mano y en máquina.

    Para el proceso manual, primero se hace un boceto para el diseño de la prenda, después realizan el bordado artesanal.

    En cambio, para el bordado en máquina, se hace un diseño computarizado para que la máquina procese el bordado en la tela, luego se decora con más accesorios.

    En el emprendimiento cuentan con el apoyo de cuatro personas de planta, quienes trabajan junto a Pilco y sus hijas en el taller de confección, en el sur de Quito.

    Además, en este proceso incluyen a amas de casa; ellas bordan algunos diseños en las prendas.

    Kaya Janeta afirma que generan trabajo comunitario: “Nosotras les entregamos, por ejemplo, el corte de la tela y ellas bordan a mano, así ayudamos y generan ingresos”.

    Al inicio, el emprendimiento estaba direccionado a mujeres y hombres kichwas Puruhás.
    Sin embargo, las prendas que ofertan en Kinku permitieron que la clientela se amplíe.

    Wilma Pilataxi, cliente de Kinku, recomienda estas prendas. “Vale la pena adquirirlas por la buena calidad y sus bordados. A su vez, innovan en los diseños, ahora son más modernos y se pueden combinar con más accesorios.”, manifiesta Pilataxi.

    Este negocio familiar recibe pedidos de ciudades como Guayaquil y Guaranda; también de Colombia, Perú, Bolivia y España a través de redes sociales.

    El plan de este negocio para este año es abrir una primera sucursal en Guayaquil, debido a la alta demanda que tienen las prendas en esa ciudad.

    Otros detalles

    Los diseños tienen gran acogida y son distribuidos a nivel nacional a través de redes sociales.

    La prenda más vendida es la blusa clásica. Los precios de esta varían debido a la fabricación. Van de USD 35 a USD 400.

    Kinku diseña prendas bajo pedido para ocasiones especiales como corsés de alta costura.
    Su local se encuentra en el centro de Quito, en la calle Cuenca, entre Olmedo y Mejía.

    Manuela Pilco y Kaya Janeta son propietarias del emprendimiento Kinku, ubicado en el centro de Quito. Foto: LÍDERES
    Manuela Pilco y Kaya Janeta son propietarias del emprendimiento Kinku, ubicado en el centro de Quito. Foto: LÍDERES
  • ‘Snacks’ deshidratados para los deportistas

    Redacción Quito

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    redaccion@revistalideres.ec

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    Practicar deporte se ha vuelto una actividad frecuente entre los ciudadanos; llevar una alimentación saludable es esencial para que esta actividad genere buenos resultados en las personas que lo realizan.

    Esto fue un incentivo para las hermanas Liz y María José Jarrín, quienes se arriesgaron a producir artesanalmente ‘snacks’ de frutas y vegetales deshidratados bajo la marca Yachik, palabra que significa sabor en quichua.

    Las emprendedoras vieron una oportunidad para crear un negocio que sea una opción saludable para todo público como deportistas, niños, mujeres embarazadas, personas de la tercera edad, etc.

    Para iniciar con el emprendimiento, en el 2015, las hermanas Jarrín invirtieron alrededor de USD 10 000. Con esta cantidad adquirieron la materia prima, además de realizar el proceso de registro sanitario.

    Cuando crearon estos productos, se pensó en una forma más cómoda de llevar frutas para tener energía: “las frutas pesan y al momento de hacer deporte puede ser incómodo; por eso pensamos que quitándoles el agua iban a ser más fáciles de transportar”, comenta María José Jarrín.

    La elaboración de estos productos es sencilla; las propietarias se encargan de procesar los alimentos para que mantengan todas sus propiedades naturales, sin necesidad de añadirle preservantes.

    El emprendimiento adquiere su materia prima en un micromercado, donde tienen la posibilidad de escoger la fruta para procesarla.

    Por otro lado, la empresa Cepa provee los champiñones que forman parte del mix de vegetales.

    Una de las emprendedoras comenta que aprovecharon el método de la deshidratación para evitar el desperdicio de las frutas, debido a que cuando lucen poco agradables a la vista, la gente suele desecharlas y evita consumirlas.

    Eso es lo que caracteriza a este negocio, buscan darle otra forma de consumo a estos alimentos para que duren por más tiempo.

    Yachik Snacks inició la venta de sus productos con una sola presentación 50 gramos; en la actualidad cuentan con dos presentaciones más de 25 y 100 gramos.

    En cada presentación se incluyen varias frutas como el banano, manzana, frutilla y piña.
    Por otro lado, en el paquete de los vegetales se añaden tomates, zucchini y champiñones.

    Los precios son asequibles para los compradores y van desde USD 1 hasta USD 5. Sin embargo, los clientes pueden realizar pedidos a su gusto, comentan las dos emprendedoras.
    Estos productos han tenido gran acogida por parte de los clientes.

    Sara Mafla, cliente de este emprendimiento, adquirió hace poco los productos y manifiesta que “los productos de Yachik Snacks son una buena opción, mantienen el sabor de la fruta sin añadirle más azúcar y pueden ser consumidos a cualquier hora del día”.

    Además, Mafla afirma que comprar vegetales deshidratados es una alternativa para quienes no les gusta consumir estos alimentos en su estado natural.

    La variedad de los productos de Yachik se ha convertido en una buena alternativa para personas que prefieren los ‘snacks’ salados.

    Este emprendimiento participa durante todo el año en distintas ferias enfocadas en la salud y bienestar personal.

    Jarrín señala que participar en estas ferias le permite posicionarse en el mercado y que más personas conozcan su trabajo.

    El plan a futuro es exportar sus frutas y vegetales deshidratados a varios países de Europa, para destacar la calidad de frutas que tenemos en el Ecuador, dice Jarrín.

    Por el momento, Yachik Snacks distribuye sus productos a través de redes sociales, los puede encontrar en Facebook e Instagram como @YachikSnacks.

    María José Jarrín es la propietaria de Yachik Snacks, emprendimiento que elabora ‘snacks’ saludables. Está ubicado en el norte de Quito. Foto: LÍDERES
    María José Jarrín es la propietaria de Yachik Snacks, emprendimiento que elabora ‘snacks’ saludables. Está ubicado en el norte de Quito. Foto: LÍDERES
  • Estos diseños infantiles están pensados en crear

    Redacción Quito

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    Sofía Silva estudió Animación Tradicional en Argentina. Pero al retornar a su natal Ecuador, hace unos 13 años, las ofertas laborales en su área eran escasas.

    Con el tiempo, empezó a buscar algún oficio rentable, que también le permitiera poner en práctica el ingenio. Comenzó con el diseño de libretas y accesorios personales o para el hogar. Hasta que se sintió motivada a elaborar objetos didácticos para niños.

    En el 2014 Silva diseñó el primer muñeco de tela para pintar. Se trataba de un tapir. Su esposo, Daniel Borja, se sumó al proyecto. En un comienzo se encargaban de todo el proceso: diseñar, la serigrafía, coser, etc. Fue así como nació la marca Colorín.

    Los muñecos vienen con marcadores para que los niños pinten y realicen sus propias creaciones. El peluche se puede lavar y volver a pintar. Cuentan con 11 diseños, de los cuales nueve son animales de Ecuador. También incluye la historia del animal.

    El portafolio de la marca fue creciendo, bajo el mismo concepto. Tiene camisetas, mochilas y un rollo de papel ilustrado, con diferentes diseños para colorear. Además, un muñeco de tela sin ningún diseño, que trae telas y pinturas para que el niño lo culmine. “La idea es también generar un momento divertido en familia”, comenta Sofía.

    Al año de haber arrancado, la marca ingresó a los retails. Actualmente, se mantiene en la cadena Juguetón y en la tienda de SuperPaco del Quicentro Shopping, en el norte de la capital. También ofrece sus productos en una tienda que adaptaron en el garaje de su casa, en Quito, y vía Internet.

    Sofía Silva, cofundadora de Colorín, en la tienda de la marca para niños, ubicada en el norte de la capital. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Foto: Vicente Costales / LÍDERES

    La producción es variable. En temporadas altas, como diciembre, la empresa puede llegar a producir 2 000 unidades al mes, pero en meses bajos está en alrededor de 200 unidades.

    Luego de hacer el diseño y la serigrafía, envían los productos a un taller de costura. Cuentan con alrededor de cinco proveedores, entre ellos de telas y empaques.

    Una de sus clientes frecuentes desde hace varios años es Belén Noroña. “Estaba buscando juguetes diferentes hechos en Ecuador. Desde la primera vez que los vi me gustaron, porque son diseños propios y permite que los niños interactúen y los terminen a su gusto”, comenta esta clienta, quien ha regalado los juguetes a sus hijos, familiares e hijos de amigos.

    Ibeth Guamán, otra clienta, se convirtió en distribuidora de los productos en la ciudad de Ambato, a través de su emprendimiento Kintiri, que se enfoca en juegos para el desarrollo de habilidades cognitivas. “Hay muy buena aceptación, porque son juguetes diferentes. Además, es ecológico y fomenta la creatividad”.

    El peluche y la mochila tienen un costo de USD 10 cada uno. Las camisetas están en 12,50 y el papel ilustrado, en 5. El emprendimiento también cuenta con una línea de cumpleaños, personalizada al gusto del homenajeado, que incluye cojines, mandiles y papel ilustrado para pintar.

    Datos

    La producción mensual de Colorín varía según la temporada. En meses altos puede llegar a 2 000 unidades y en bajos es de unas 200.

    Los juguetes de la marca se venden en las tiendas Juguetón del país y en SuperPaco del Quicentro Shopping. También en un local propio, en el norte de Quito, y por Internet.

    Los precios de los productos están entre USD 5 y 12,50.

    La facturación 
    mensual del emprendimiento Colorín está en promedio en USD 2 500.

    Sofía Silva, cofundadora de Colorín, en la tienda de la marca para niños, ubicada en el norte de la capital. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Sofía Silva, cofundadora de Colorín, en la tienda de la marca para niños, ubicada en el norte de la capital. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Velas artesanales rescatan cultura y tradición

    Redacción Quito

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    Las velas han sido una parte importante en las tradiciones y festividades del Ecuador. Su existencia data de la época colonial.

    A lo largo del tiempo, la elaboración de estos artículos ha evolucionado. Actualmente, los fabricantes buscan crear diseños diferentes que luzcan innovadores a la vista de los compradores.

    Así surgió Nina Samay “Arte hecho vela”, el emprendimiento de Jenny Gálvez, quien vio una oportunidad para generar nuevos ingresos en el negocio de las velas artesanales hace más de 10 años.

    La emprendedora cuenta que aprendió las técnicas básicas de fabricación gracias a una amiga, con la que elaboró varios tipos de velas tradicionales, con flores y frutos secos, que eran comercializadas en eventos religiosos.

    El nombre ‘Nina Samay’ significa surgir de las cenizas. La dueña le da esta definición porque inició de cero con la fabricación de las velas tradicionales.

    Después de que Gálvez tomara varios cursos para aprender más sobre la elaboración de estos productos, decidió implementar un diseño de velas artesanales con rasgos identitarios.

    Estas velas se hacen a mano y se caracterizan por tener forma antropomorfa, es decir que tienen la apariencia humana.

    Cada diseño busca darle vida a los personajes de las fiestas populares y, sobre todo, que representen la etnia, cultura e identidad de los pueblos indígenas existentes en el Ecuador.

    Gálvez cuenta que cuando inició con el negocio invirtió cerca de USD 100; con esa cantidad adquirió la materia prima y diseñó los primeros modelos de velas con las temáticas indígenas.

    Para elaborar sus productos utiliza planchas de parafina; este material permite moldear fácilmente los diseños y lo obtiene de un proveedor de confianza.

    Jenny Gálvez es la gerente general del emprendimiento Nina Samay, ubicado en Sangolquí. Foto: LÍDERES
    Jenny Gálvez es la gerente general del emprendimiento Nina Samay, ubicado en Sangolquí. Foto: LÍDERES

    El proceso no necesita de mucho tiempo. Cada vela suele estar lista en el lapso de cuatro a seis horas, todo depende del tamaño y del modelo, comenta.

    A los pocos meses de haber iniciado con el emprendimiento vio ganancias. Indica que en el primer año llegó a facturar USD 200 mensuales.

    Además, menciona que lo que diferencia a sus artículos es que se elaboran sin necesidad de moldes; solo utiliza una base en forma de triángulo para el cuerpo.

    Ella misma se encarga de darle la forma a cada elemento de la figura y detalla las características de los diferentes personajes.

    La emprendedora manifiesta que el innovar con los modelos ancestrales hizo que el negocio tenga una gran aceptación. La gente prefiere lo artesanal.

    Su emprendimiento permite que los clientes sugieran los diseños de velas personalizadas. Cada modelo se ajusta al gusto y bolsillo de los consumidores.

    La temporada en la que la propietaria tiene más ventas es el último trimestre del año. La clientela suele hacer más pedidos para obsequiar durante las fiestas.

    Debido a la alta demanda de diseños, Gálvez tuvo que contratar a una persona que le ayude con la fabricación de algunas piezas para los personajes.

    Actualmente, Nina Samay promociona el catálogo de sus productos a través de las diferentes redes sociales.

    El plan que Gálvez tiene para el futuro es abrir un local en el que pueda diseñar sus productos y, a la vez, distribuirlos.

    Detalles

    El emprendimiento forma parte de la feria permanente ‘Quito a Pie’, que se realiza cada domingo en el Centro Histórico.

    Los precios van desde USD 6 a USD 15, pero varían dependiendo del tamaño y del diseño.

    Las ganancias 
    del negocio subieron con relación a las del inicio. Hoy factura cerca USD 800 mensuales.

    Puede encontrar las velas artesanales de Nina Samay en Facebook e Instagram como @ninasamay y en Whatsapp en el 0996734671.

    Nina Samay es un emprendimiento que elabora velas con diseños inspirados en los pueblos indígenas del país. Foto: Facebook Nina Samay
    Nina Samay es un emprendimiento que elabora velas con diseños inspirados en los pueblos indígenas del país. Foto: Facebook Nina Samay
  • Transforman la madera en objetos funcionales

    Mayra Pacheco

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    redaccion@revistalideres.ec

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    Las planchas de madera que llegan a M&V Taller Creativo se convierten en objetos funcionales y coloridos. Mariela Vivar, propietaria y diseñadora de este almacén desde hace 13 años, elabora agendas, portavasos, cajas para té, individuales, apliques, adornos, platos base, rompecabezas y más con esta materia prima.

    La experiencia adquirida en manualidades a lo largo de su vida ha permitido que Vivar, de 50 años, cree de manera periódica nuevos productos. La última línea en la que está trabajando se llama madera-mandala. “Siempre me ha gustado elaborar algo novedoso, diferente y utilitario”.

    Estos objetos de madera tienen sobre la superficie figuras geométricas impresas. Estas mandalas pueden ser pintadas por cada persona con lápices de colores o marcadores y así se logra un resultado único. Además, según Vivar, en el proceso de colorear el producto se realiza de manera indirecta una terapia de relajación.

    Fue precisamente de esta manera como Vivar empezó a desarrollar esta línea. Ella y su esposo, Juan Fernando Herdoíza, asistieron en octubre del 2018 a una terapia y presentaron como trabajo una caja con mandalas pintadas en la superficie. Al ver el resultado final le recomendaron continuar con este tipo de productos.

    Inicialmente, compraba en Internet las figuras para luego imprimir, pero luego Vivar decidió crear ella misma esas formas. Hace flores, unicornios, corazones, perros, motivos navideños y otros. Actualmente, cuenta incluso con un libro de mandalas, que tiene la cubierta de madera con estos símbolos. Este tiene el código ISBN de la Cámara del Libro, que protege los derechos de autor.

    Para elaborar los productos de madera emplea unas máquinas especiales que le permiten cortar esta materia e imprimir sobre la superficie. Los motivos se realizan en un programa informático.

    En M&V Taller Creativo trabajan cuatro personas. La capacidad de producción varía según el producto. Por ejemplo, cada ocho días se logra producir 1 500 cajas pequeñas en forma de casa.

    Cada mes se procesan alrededor de 40 planchas de fibropanel de densidad media, más conocido como MDF, de dos metros por dos metros de tamaño. Para adquirir esta materia prima M&V Taller Creativo destina alrededor de USD 1 500, refiere Herdoíza.

    Los productos de madera mandala se empezaron a producir en el 2018. Las personas pueden pintar estos con lápices de colores o marcadores.
    Los productos de madera mandala se empezaron a producir en el 2018. Las personas pueden pintar estos con lápices de colores o marcadores.

    Mayra Elizalde, jefa de Ventas de Placacentro Masisa Construc Madera, comenta que desde hace cuatro años entregan MDF de tres milímetros de espesor de dos tipos de superficie. Cada semana, en promedio, se venden siete tableros de ambos para M&V Taller Creativo. “Conozco los productos que realizan, me parece que son muy innovadores y entretenidos”.

    La venta del taller se hace de manera directa en la planta ubicada en la esquina de las calles Shuaras y Gonzalo Benítez, en Quito. También se realizan entregas vía courier para locales de manualidades en Guayas, Manabí, Esmeraldas, Tungurahua, Azuay, Loja y otras provincias.

    Otros canales de comercialización son las ferias de emprendedores, los locales de Paco, Juan Marcet y los centros de arte de Pintulac. Y desde agosto del 2019 se venden estas piezas en EE.UU. a través den Amazon.

    En un local que comercializa pintura se ofrece desde hace cinco años, en un área destinada para productos de arte, cajas de madera para té, para regalos o decorativas, apliques con mandalas impresos y portavasos. En promedio, cada mes se realizan pedidos de alrededor de USD 200.

    Silvia Negrete Dávila, representante legal de Rossi Arte y Hobby, menciona que esta compañía adquiere hace más de 10 años en M&V Taller Arte Creativo diferentes figuras de madera y de fomix. En promedio, cada mes realizan pedidos de aproximadamente USD 300 o 400. “Los productos son buenos, novedosos. Incluso, nos entregan piezas personalizadas”.

    Los precios de los productos varían. Por ejemplo, los portavasos cuestas USD 1, las agendas 3,80, el libro de mandalas 5,20. En promedio, cada mes facturan alrededor de USD 6 000. Los meses que tienen mayor demanda son San Valentín, Día de la Madre y Navidad.

    En el corto plazo, Vivar tiene como meta fortalecer la presencia de la línea mándala en el exterior.

    Insignia

    “En este taller aprendo cosas nuevas”

    Mabel Morales, encargada de diseño

    “Me gusta ser parte del equipo de M&V Taller Creativo porque cada día se aprenden cosas nuevas, se elaboran productos súper novedosos y diferentes. Es decir, el trabajo que se realiza aquí no es nada rutinario.

    Llevo ya cinco años en este taller y me encanta cada vez que llega un cliente con un pedido porque tenemos el desafío de producir exactamente aquello que quiere. Debemos ser meticulosos, cuidar cada procedimiento. Luego de diseñar y cortar las piezas se siente mucha satisfacción al ver cómo calzan de manera perfecta cada una. Hay que garantizar que el resultado final sea bueno, porque si algo no cabe, debemos empezar de cero. Una vez que todo está resuelto, se puede seguir con el resto de la producción.

    Además, cuando sacamos algún producto nuevo que me gusta, siempre solicito uno y me lo llevo a mi casa. Tengo unos cuadros de mándala, compuestos de tres piezas, una caja para guardar las bolsas de té, una alcancía, portavasos, creo que tengo un ejemplar de cada producto, porque realmente me encantan”.

    Una vez que se ha realizado el diseño, las piezas de madera se cortan con unas máquinas especiales. En otro equipo se imprimen los motivos. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
    Una vez que se ha realizado el diseño, las piezas de madera se cortan con unas máquinas especiales. En otro equipo se imprimen los motivos. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
  • Los turistas prefieren el arte ancestral

    Redacción Quito

    (F)
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    La artesanía popular ha sido la ocupación de Marcos Castro desde muy joven. Él es un emprendedor boliviano que se radicó en Ecuador hace más de 20 años.

    Cerca de 1995, Galería Latina descubrió en el emprendedor la habilidad de fabricar artesanías; estas mantenían la esencia tradicional y por esta razón dicha institución decidió traerlo a Ecuador.

    Colaboraron en conjunto por cuatro años. El objetivo era expandir y mantener las costumbres andinas, como la elaboración de vestimenta, alfombras y tapices de manera artesanal.

    Castro cuenta que el trabajo que realizó en la galería llevó a que sus artesanías tuvieran mucho éxito. La galería fue la que apoyó en la difusión y distribución de estas.

    En 1999, el emprendedor decidió independizarse y buscar una forma de obtener más ingresos; aprovechó su habilidad para confeccionar prendas artesanales y fue allí cuando surgió el negocio.

    Invirtió cerca de USD 5 000, monto que utilizó para importar la materia prima y establecer su planta de producción ubicada en el valle de Los Chillos.

    Al inicio le puso el nombre de Taller Alpaca, pero hace poco tiempo le dio un giro a su marca, innovando en el nombre. Actualmente se denomina Jiwaki, que significa bonito en idioma aimara.

    El emprendimiento se dedica a la confección de artesanías hechas a base de lanas e hilos naturales. En el sitio se sigue un proceso minucioso para elaborarlas.

    En el taller ayudan en la confección de las prendas cuatro empleados, quienes colocan todas las lanas en el telar, de acuerdo con el orden en que va plasmado el diseño. Esto hace que el producto tenga un valor más fuerte, dado que va ligado a la tradición.

    Marcos Castro es el dueño de Taller Alpaca Jiwaki. Su local está ubicado a la altura del Mercado Artesanal. Foto: LÍDERES
    Marcos Castro es el dueño de Taller Alpaca Jiwaki. Su local está ubicado a la altura del Mercado Artesanal. Foto: LÍDERES

    La materia prima con la que se elabora cada uno de los productos se importa de Perú debido a que la calidad de las lanas y del algodón que encuentra en el país vecino es mucho más natural. Estos insumos permiten que las prendas y tejidos se vean mejor que cualquier otra artesanía parecida.

    Uno de los artículos con los que se dio a conocer el emprendimiento fueron los tapices colgantes con paisajes andinos; Castro comenta que hasta ahora nadie ha podido igualar ese diseño, ya que las formas, colores y figuras hacen de este producto algo que no se puede encontrar fácilmente en el mercado ecuatoriano.

    Para el próximo año, el emprendedor planea añadir a su oferta de artículos productos como zapatos de cuero, camisetas y cojines que mantengan los diseños artesanales con los que inició.

    Actualmente, posee el apoyo de empresas que se han convertido en socias. Estas instituciones permiten la distribución de sus productos a escala local.

    La ciudad donde tiene más puntos de venta es Cuenca; le sigue Quito y Guayaquil.

    Otros datos

    El emprendedor legó las técnicas de fabricación a uno de sus hijos: Inkil. Él apoya con la elaboración de distintos diseños de tapices colgantes.

    Recibió un reconocimiento en Chile por mantener la técnica de manufactura de artesanías populares.

    Sus productos se distribuyen en la Esquina de las Artes de Cuenca, en el Hotel Oro Verde de Guayaquil y en varios puntos del Centro de Quito.

    La mayoría de compradores que visitan su local son turistas, quienes adquieren desde bufandas, guantes, chales hasta tapices bordados a mano.

    Marcos Castro es el dueño de Taller Alpaca Jiwaki. Su local está ubicado a la altura del Mercado Artesanal. Foto: LÍDERES
    Marcos Castro es el dueño de Taller Alpaca Jiwaki. Su local está ubicado a la altura del Mercado Artesanal. Foto: LÍDERES
  • Los premios, una señal de trabajo y creatividad

    Redacción Quito

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Una videoconferencia con un cliente se cumple a las 11:00 del pasado 11 de diciembre del 2019 en una sala adornada con lápices gigantes. A pocos metros, en el tercer piso, los creativos bromean mientras desarrollan y pulen ideas. La mañana es soleada y el buen ánimo se siente en las oficina de BBA, agencia de publicidad fundada por Bryan Recalde y Francisca Frisch en el 2011.

    Lo que antes fue una casa familiar hoy es el espacio en donde surgen ideas y campañas publicitarias para firmas de telecomunicaciones, empresas farmacéuticas y compañías del sector automotor. Entre los clientes también están empresas de retail, papelerías, etc.

    Con un equipo de 35 personas, BBA ha recibido decenas de premios internacionales, en festivales como el Wina en Los Ángeles, y El Caribe en Panamá. También fue considerada la Agencia Revelación de Iberoamérica en el Fice de Colombia. Además suma más de 28 premios locales en los Lux, Awards, los Effie y el Cóndor de Oro, entre otros.

    Estos reconocimientos son una muestra de su trabajo dedicado y esmerado. Recalde y Frisch se conocieron en una agencia de publicidad en el 2005. El primero era el director creativo y ella la gerenta de Cuentas. Ambos sentían la necesidad de emprender y fue así que dejaron sus empleos y fundaron su propia agencia.

    “Nos arriesgamos y emprendimos”, cuenta Frisch. La clave en este tiempo está en tres ejes: el primero es la cercanía con el cliente, entendiendo su negocio y acompañándolo; también cuenta ser una agencia 360: BBA trabaja la estrategia, la creatividad, la producción y todos los detalles que implica una campaña; el tercer eje de trabajo es tener un equipo feliz y comprometido en lograr grandes resultados y satisfacer al cliente, dicen los fundadores de BBA.

    La independencia y la formación de nuevos publicistas son dos de los valores que tiene esta agencia. Recalde explica: “En el mundo de las agencias de publicidad hay mucha rotación, pero nosotros cuidamos al equipo para mantener la calidad. Cada vez que se va un creativo hay que empezar desde cero” y eso puede impactar en el trabajo.

    Recalde añade que a BBA han llegado grandes mentes de agencias multinacionales, pero no han funcionado. “Ellos piensan que mimamos mucho a los clientes, pero esa es la estrategia y ha funcionado. Este es un emprendimiento y lo cuidamos mucho porque es nuestro”.

    En la actualidad, BBA tiene 12 clientes fijos (la mayoría lleva con ellos más de tres años) y otro grupo con los que se trabaja en proyectos ocasionales. Ahora, la agencia planea abrir oficinas en Estados Unidos y Perú en el 2020.

    Mientras tanto, las reuniones y las ideas no se detienen en las oficinas en el norte de Quito.

    El mercado

    Hasta octubre el mercado publicitario del país movió USD 250 millones. Esto es una caída del 5,7% frente el mismo período del 2018, según datos de Infomedia usados por BBA.

    La publicidad digital crece, según los voceros de la BBA. La clave es reinventarse y elaborar campañas integrales.

    Los anuncios que están en TV deben ser entendidos solo con audio y los del celular solo con la vista. El consumidor escucha TV y mira el teléfono, explica Francisca Frisch.

    Bryan Recalde y Francisca Frisch son los fundadores de BBA. La agencia  tiene su oficina  en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Bryan Recalde y Francisca Frisch son los fundadores de BBA. La agencia tiene su oficina en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Alfredo Babun: ‘El vuelo Quito-Toronto tendrá 6 meses de prueba’

    Redacción Quito

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    redaccion@revistalideres.ec

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    Alfredo Babun, gerente Regional de Air Canadá, explica los planes que hay con el vuelo entre las dos ciudades.

    ¿Qué factores pesaron para que Air Canada Rouge se fijara en Ecuador y empezara a volar entre Toronto y Quito?

    Vimos que Quito era una capital latinoamericana a la que no volábamos. Hay que recordar que hace 15 años hicimos una expansión en la región, al abrir la ruta a Santiago se reabrió Buenos Aires, con código compartido. Llegamos a Lima y a Caracas, sin olvidar que ya estábamos en São Paulo. Quito era la ciudad que nos faltaba en América Latina. Además se hicieron estudios sobre conectividad y la oferta en Quito y Toronto.

    ¿Qué vieron en Ecuador?

    Los canadienses tienen un mercado bastante grande en lo que se refiere a minería y petróleo, dos industrias fuertes que también crecen en la región, en países como Colombia, Perú y Chile. Ahora Ecuador está empezando a desarrollar la minería; además ofrece sus atractivos turísticos, distintos a los que los canadienses están acostumbrados a ver.

    ¿Y qué puede encontrar el ecuatoriano en Canadá?

    Tiene una diversidad de oferta turística. La gente piensa que Canadá es un cubo de hielo y solo existen las cataratas del Niágara. Pero hay oferta para todo gusto, para viajeros solitarios, parejas, familias, etc. Toronto es multicultural, el 55% de su gente no ha nacido en Canadá y hay 110 idiomas. Hay parques nacionales, museos, cultura, ecoturismo, esquí, etc.

    ¿Cuánto tiempo duró la negociación para abrir el vuelo entre Toronto y Quito?

    Unos dos años, al menos. Quiport jugó un papel fundamental, nos hemos reunido con sus ejecutivos para abrir la ruta y eso no es de un día para otro. Había que ver el tipo de avión, que es un Boeing 767, con 24 asientos en premium y 258 en clase turista. Serán tres vuelos a la semana, los martes, jueves y sábado desde Quito a Toronto. Además es una opción para transporte de carga como flores, camarón y otros productos.

    ¿Qué proyección tienen en Ecuador?

    En principio vamos a volar durante seis meses, es un período de prueba, tal como hemos hecho en Barcelona, Madrid, Lisboa, etc. Una vez que la ruta se consolida, la mantenemos y eso queremos hacer en Ecuador. Esta prueba será desde diciembre hasta mayo. Luego evaluamos a ver si la mantenemos o la retomamos en diciembre del 2020.

    ¿Es un plan de largo plazo?

    Apostamos a que los ecuatorianos vayan a estudiar, a vivir con los planes de inmigración. También apostamos a que vuelen con nosotros a Nueva York. Al ir por Toronto, en el aeropuerto el viajero puede ir a la zona de migración y aduana de Estados Unidos y volar entre Toronto y Nueva en un vuelo local, que dura cerca de una hora.

    Ustedes operan con el Boeing 737 Max, que continúa generando dudas.

    Tenemos 24 Boeing 737 Max y están en tierra. Nos ha producido un problema bastante grande, pero del que hemos salido bastante airosos. Se lo usaba en rutas como Vancouver-Honolulú y allí está operando un 777 para balancear la demanda. Así también vuelos afectados a Londres o Islandia. Tuvimos que arrendar aviones. Retirar un avión de una ruta es como un ajedrez, fue difícil, pero lo hemos logrado. Lo volamos un año y medio y no tuvimos problemas, es una avión increíble.

    ¿Qué les ha dicho Boeing?

    Que están trabajando en el software. Lo bueno es que tenemos simuladores para recalificar a nuestros pilotos. Ahora estamos esperando que el Gobierno canadiense nos autorice la compra de una aerolínea que vuela a Europa y al Caribe.

    Alfredo Babun, gerente Regional de Air Canadá. Foto: cortesía Quiport
    Alfredo Babun, gerente Regional de Air Canadá. Foto: cortesía Quiport
  • Un espacio que conecta al sector público con los emprendedores

    Redacción Quito

    (I)

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    El Centro de Atención al Emprendedor (CAE) empezó a funcionar la semana pasada (25 de noviembre del 2019), en la plataforma financiera, en el norte de Quito.

    Este espacio, impulsado por el Ministerio de Finanzas, centralizará los servicios que ofrecen las distintas instituciones públicas para las personas que quieren empezar o impulsar su negocio y que ofrecerá una asesoría integral para la generación y fortalecimiento de planes de negocio y el acceso a financiamiento de capital semilla, según un comunicado.

    Con este centro, añade el Ministerio de Finanzas, se da cumplimiento al ofrecimiento del presidente, Lenín Moreno, quien en septiembre pasado, anunció que la creación de este Centro servirá para motivar en el desarrollo de los emprendimientos en el país.

    La inauguración del CAE estuvo a cargo del viceministro de Economía, Esteban Ferro, quien destacó que este espacio será el lugar en donde se estimularán y apoyarán las ideas. “Esta casa se engrana perfectamente dentro del plan integral de apoyo al emprendimiento que estamos generando desde el Gobierno Nacional, al aliviar la carga tributaria y eliminar o reducir la tramitología innecesaria. Solo así podremos enfocarnos en lo realmente importante: el impulso a la producción y la generación de oportunidades para aquellas personas que no tienen un empleo”.

    Los dueños de micros y pequeñas empresas serán guiados en este centro en todos los trámites que necesiten cumplir para constituir y desarrollar sus negocios. Además, dice el Ministerio de Finanzas, podrán conocer programas de la banca pública que pueden financiar sus proyectos.

    Los dueños de micros y pequeñas empresas serán guiados en el recién inaugurado Centro de Atención al Emprendedor. Foto: cortesía Ministerio de Finanzas
    Los dueños de micros y pequeñas empresas serán guiados en el recién inaugurado Centro de Atención al Emprendedor. Foto: cortesía Ministerio de Finanzas