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  • La pandemia impulsó a innovar en el sector lácteo

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Transformar el producto final de una hacienda lechera fue lo que logró Rodrigo Borja en El Tejar, ubicada en el cantón Alausí (Chimborazo).

    En 2011 regresó al país tras estudiar en el Zamorano y comenzó a administrar la propiedad familiar. En esa época, la producción del lugar se centraba en alimentos andinos que, con el paso de los años, iban perdiendo rentabilidad.

    Esto empujó a Borja a dedicarse a la ganadería lechera. Para 2009 contaba con 15 vacas, que producían al día, cada una, entre ocho y 10 litros de leche.

    Ese producto lo entregaba a centros de acopio y queseras, para su posterior pasteurización e industrialización. Sin embargo, con la llegada de la pandemia dejó de recibir la leche y no tenía dónde colocarla diariamente.

    “La cadena productiva se interrumpió. Era irracional botar el producto. Por ello tuve que vender directamente a compradores en la zona e incluso tuve que regalar”, comenta Borja.
    Pero eso no bastaba. Así que la mejor idea fue poner en marcha un proyecto en el que ya se habían realizado algunos ensayos: manjar hecho con higos de esa zona.

    Con una inversión de unos USD 12 000 en la planta y 5 000 en maquinaria abrió la procesadora de derivados lácteos, que se encuentra dentro de la hacienda.

    La iniciativa tiene su origen en el consumo, en Alausí, de higos rellenos con manjar; Borja busca que esa tradición no se pierda.

    Carolina Bayas, quien vive en la zona, provee al ganadero de la fruta desde hace año y medio, cuando empezó los ensayos y luego con la producción oficial.

    “Yo hago higos en almíbar y entrego eso. Tengo muchos árboles y como había mucho producto solíamos regalar. Pero luego comencé a hacer el dulce y a comercializar. A Rodrigo le vendo unos 50 kilos cada 15 días”, comenta.

    Destaca el espíritu emprendedor de este empresario; cree que el sabor del manjar es rico y artesanal. Para esta proveedora, en la calidad del lácteo contribuye el tipo de insumos con que se prepara.

    Rodrigo Borja es el empresario que desarrolló el manjar de marca Higole. Se vende en tres ciudades del país.
    Rodrigo Borja es el empresario que desarrolló el manjar de marca Higole. Se vende en tres ciudades del país.

    La leche del manjar tiene certificación orgánica, lo que aporta valor agregado a este y otros lácteos que se producen en el lugar. En El Tejar también se comenzó a elaborar quesos mozarela y, próximamente, Borja prevé contar con una cava de quesos maduros.

    Previo a la pandemia la hacienda producía unos 300 litros diarios y ahora, 400. El Tejar cuenta actualmente con un ato de 80 animales (30 en producción).

    Los derivados de este insumo se venden en Riobamba, Quito y Guayaquil a través de redes y personas que los colocan directamente. Una de ellas es Alfonsina Niama, quien hace unos cuatro meses compra el manjar de Borja, que se vende bajo la marca Higole.

    “Tiene muy buen sabor y no es empalagoso. Es novedoso y como es producto de la Sierra tiene gran acogida en Guayaquil. Semanalmente adquiero 300 manjares. Los reparto en la ciudad”, dice.

    Actualmente, Borja busca posicionar sus productos en el mercado, para más adelante dar el salto a cadenas de supermercados. Algunos de sus productos se han enviado al extranjero a clientes individuales que desean probarlos.

    El 70% de la producción de leche de la hacienda se entrega al centro de acopio y el resto para la producción de derivados.

    Borja señala que lo interesante de la industrialización y venta de su producto es que el margen de utilidad que ha obtenido le ha permitido hacer más inversiones y se proyecta a crecer. Una de las metas de la hacienda es llegar a procesar unos 600 litros día.

    El fin del ganadero es, en algún momento, poder comprar leche a vecinos del sector donde está la hacienda, principalmente a pequeños productores (600 lt/d).

    Las vacas de la hacienda producen leche certificada como orgánica. Eso le da más valor a los derivados.
    Las vacas de la hacienda producen leche certificada como orgánica. Eso le da más valor a los derivados.

    Él aspira que la leche que en algún momento vaya a recibir sea de calidad y que al conseguir un mayor dinamismo comercial se logre mejorar el precio que se paga por litro a los productores.

    Hoy, el valor de indexación en el país es de USD 0,42, pero en el mercado hay ganaderos que cobran menos por factores como la baja demanda en el país.

    Actualmente, dos parejas de esposos del sector ya se benefician de la producción en la hacienda. Consiguieron trabajo en la planta. Adicional, en la propiedad se contrata a 15 jornaleros al mes. 

    En la hacienda El Tejar se pone especial cuidado en la preparación de quesos frescos. Luego se realizarán maduros. Foto: cortesía El Tejar
    En la hacienda El Tejar se pone especial cuidado en la preparación de quesos frescos. Luego se realizarán maduros. Foto: cortesía El Tejar
  • José Antonio Camposano: ‘El sector atenderá nuevos segmentos’

    Priscilla Alvarado (I)
    Redacción Guayaquil

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    José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, detalla cómo le fue al sector durante el 2020, los retos que enfrentó y cómo se prepara para un año de desafíos. Las inversiones continúan para atender a mercados externos.

    El 2020 fue un año complejo para todos los sectores productivos, ¿cómo le fue al camaronero?
    La pandemia obligó a adaptarse a medidas de restricción que nunca habían sido vistas o aplicadas en el sector camaronero de Ecuador. En el área de hotelería, restaurantes y cafeterías (horeca), que fue uno de los más golpeados por las restricciones, vimos que a medida que se iba recuperando se reflejó en una mayor demanda. Sin embargo, hubo y hay incertidumbre porque con una amenaza de rebrote y mutación de virus esa recuperación que se había logrado se derrumba. Esto, sin duda, deja claro que los efectos de la pandemia no pasarán en el primer bimestre del 2021 y la situación que vivimos ahora, quizá se extienda hasta el primer semestre.

    ¿Para 2021 se han hecho estimaciones de crecimiento o decrecimiento?
    Hay que tener algo muy en claro, en el 2021 no se refunda el planeta. Las restricciones e incertidumbre en los mercados seguirán. La mutación del virus ha incidido en la paralización de actividades en los países que, sin duda, impactan en la demanda de productos. Eso deja una clara señal: las economías quedan muy sensibles a cualquier noticia relacionada con el virus.

    ¿Es un panorama negativo?
    Los mercados de exportación reaccionan a las señales que dan diferentes momentos en el año. Esperamos que de cara al segundo semestre se observe una recuperación más estable. El problema no es la recuperación como tal, sino la estabilidad de precios y de los mercados para exportar los bienes de Ecuador. Aún no existe la certeza de que ese crecimiento, que se puede lograr en un mes, se sostenga al siguiente.

    Desde esa perspectiva, ¿habrá recuperación en el 2021?
    Inmediata no será. Por ejemplo, en enero continuarán los problemas de diciembre. Ojalá que con la distribución masiva de la vacuna se genere esa tranquilidad y se tomen decisiones gubernamentales en los países destino, para que se dé una reactivación económica total en segmentos que requerimos como es el horeca. El sector camaronero exporta el 50% de su volumen a ese segmento, por esta razón, si esta categoría se contrae, se contrae la industria.

    El Banco Central proyectó que el sector camaronero crecerá para el 2021, ¿qué lectura le da a esa estimación?
    La industria nunca se detuvo y ese es el punto de partida para las proyecciones del Central. Sin embargo, el crecimiento de dos dígitos que mantenía el sector desde el 2017 se frenó en 2020, por la pandemia. Los precios fueron bajísimos y eso se reflejó en que, a pesar de enviar más camarón, no creció la facturación. En ese sentido, no podemos lanzarnos a decir que vamos a crecer porque uno de nuestros principales destinos que es China, por ejemplo, tuvo su contracción en 2020 y reconfiguró la industria ecuatoriana.

    ¿Se han buscado oportunidades en otros mercados?
    Más allá de mirar nuevos mercados es reforzar la presencia en ellos a través de canales como puntos de venta y supermercados. Una de las cosas que aprendimos en la pandemia es que no podemos vender demasiado a un solo canal, por ejemplo, el de ‘food service’ que compra camarón entero. En ese sentido, en países como Francia, Italia, España y Estados Unidos se puede crecer porque demandan colas de camarón y productos con valor agregado.

    Si bien se reforzará presencia en otros mercados, ¿cómo quedamos con China?
    China es uno de los países que más rápido se va a recuperar en su economía y sin duda se seguirá atendiendo ese mercado por la relación histórica que se mantiene. Ecuador cumple protocolos y exigencias de ese país para continuar enviando producto. China absorbe el 60% de nuestra producción. Además, es importante reconocer que varias de las inversiones que se han realizado son para atender al país asiático.

    Pero el costo para producir para esos nuevos canales es alto. ¿Hay desventaja competitiva frente a otros países?
    Esa es la nueva tarea para las autoridades que asumirán el poder en los meses siguientes. Es importante trabajar inmediatamente en competitividad para no quedarse atrás, tener la recuperación adecuada y alcanzar un crecimiento esperado como sector.

    ¿Las empresas camaroneras están preparadas para producir con valor agregado?
    Hay que hacer inversiones, hay empresas que ya lo hacen desde mediados del 2020, para incluir o reconfigurar sus giros de negocio. Ecuador se está preparando para un mundo pospandemia, aprendiendo nuevas lecciones. El sector hará las inversiones en la medida que encuentre demanda. Actualmente, se realizan todos los estudios para buscar esos nichos y diversificar aún más la oferta de camarón ecuatoriano. Ese será el salto que daremos como país para buscar o reforzar la presencia en estos segmentos no atendidos.

    ¿Qué tipo de inversiones realizará el sector en este año?
    Aparte de las inversiones para atender nuevos segmentos está la tecnificación en fincas que es un trabajo que se inició años atrás y que seguirá en 2021, para reducir costos y seguir siendo competitivos. Es una tarea pendiente y constante del sector. Poco a poco los camaroneros reconocen que hacer inversiones darán sus resultados más adelante.

    ¿Ahí también ingresa el tema de trazabilidad?
    Somos el primer país productor que implementó tecnología ‘blockchain’ para la trazabilidad del camarón. Eso nos permite que a través de un código escaneado por el cliente se conozca el origen. Lo importante es que el consumidor acceda a la información del camarón que está consumiendo y así las empresas puedan responder a incógnitas que el comprador pudiera tener. Más cuando cada vez hay más consumidores preocupados de conocer el origen de lo que consume. Además, poco a poco, con inteligencia artificial y ‘big data’, los camaroneros también implementan herramientas que les facilitan su trabajo en finca y les ayuden a cerrar negocios.

    ¿Cómo se está trabajando en la promoción del camarón de Ecuador en el exterior?
    Trabajamos en dos campañas para mejorar la percepción del crustáceo ecuatoriano, una en Europa y otra en China. La Cámara de Acuacultura y el sector privado trabaja en ello junto a dos agencias internacionales para que, desde inicios del 2021, se promueva la calidad que conlleve al consumo del camarón de Ecuador. Esto se realiza por Internet a través de plataformas y redes sociales.

    ¿Y a escala nacional?
    La mejor promoción que podemos tener son los incentivos. El pedido del sector se mantiene y es no pagar el impuesto al valor agregado (IVA) y el impuesto a la salida de divisas (ISD) de insumos, bienes de capital y materias primas. Esa sería la mayor campaña para empujar a un sector que genera tantas divisas y plazas de trabajo al país.

    Hoja de vida

    Su formación.   Estudió Comercio Internacional en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES). Además, tiene estudios de Responsabilidad Social en la Espae, así como un diploma en el IDE Business School, entre otros ámbitos.

    Su experiencia. Es miembro del directorio de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor). Formó parte del equipo regional para América Latina del SNV, agencia de cooperación para el desarrollo del Gobierno de Holanda.

    Sus funciones.  Desde el 2011 se desempeña como presidente Ejecutivo de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA).

    José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • ‘La reactivación del sector será lenta’

    Patricia González (I)   patriciag@elcomercio.com

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    Carlos Repetto, presidente de la Federación Ecuatoriana de Cámaras de la Construcción analiza el impacto de la pandemia para esta industria. El sector perdió unos 70 000 empleos, producto de la paralización de los proyectos, que todavía no se reactivan en su totalidad.

    ¿Cuál es el balance del año 2020 para la construcción?
    El 2020 es un año para olvidar. La situación fue muy crítica en el tema financiero y sanitario. Para el sector de la construcción, que trabajamos en campo, al aire libre, y que moviliza mucha mano de obra, fue muy crítico. La pandemia, en sus inicios, paralizó totalmente al sector.

    También ha sido un año que nos ha permitido volvernos más ingeniosos para laborar en medio de un entorno peligroso, agresivo. Todos hemos aprendido de qué manera cuidarnos. Este fue uno de los primeros sectores en reactivarse, porque las autoridades coincidían en que era un sector de muchísimo trabajo y alta mano de obra. Se han llevado a cabo los controles y protocolos que permitieron que laboremos de forma adecuada y sana. Eso en la parte de salud.

    ¿Y en lo económico?
    Económicamente fue un año desastroso, porque normalmente trabajamos en función de los proyectos que tenemos. Si ganamos un proyecto, vamos a contratar inmediatamente más mano de obra para ejecutarlo. Una paralización significa la crisis económica total, porque no se puede seguir trabajando y a todo ese personal se lo contrató por una obra cierta y hay que mantenerlo hasta que termine el proyecto. Tuvimos que asumir muchos costos que llevaron a una crisis financiera a un 70% de las empresas del sector.

    ¿Cuántos empleos calcula que se perdieron?
    Se estima que se perdieron cerca de 70 000 empleos en la construcción, que se han ido recuperando poco a poco, una vez que se fue reactivando el sector, con proyectos piloto. A finales de agosto, se logró reactivar buena parte de la industria, pero muchos proyectos no abrieron porque hubo un desbalance: los inversionistas se fueron o el constructor no pudo conseguir recursos frescos para asumir la pérdida de los meses que estuvo cerrado. Por otro lado, la inestabilidad laboral hizo que aquel que estaba pensando en comprar vivienda postergara su decisión por la incertidumbre.

    ¿Qué otras dificultades enfrentaron durante este año?
    Luego de la reactivación, nos encontramos con otras problemáticas. En el caso del subsector de la edificación, los créditos hipotecarios tienen vital importancia. Uno de los inversores más importantes son las entidades de la seguridad social, que necesitan colocar el dinero a plazos largos para pagar las pensiones de sus jubilados; pero lamentablemente, cada vez invierten menos en el sector privado. Entre el 2016 y el 2019 hubo una caída del 40% en la colocación del Biess y a noviembre de este año apenas se había colocado el 57% de lo que desembolsó en el 2019. Hay que buscar mecanismos para reactivar la industria de la construcción, que es multiplicadora de la economía, porque moviliza a otros sectores.

    ¿Cómo les impactó la disminución de la inversión en la obra pública?
    La construcción es un sector pujante, pero le perjudicó notablemente la casi eliminación de inversión del sector público. Según algunos indicadores, la reducción de las inversiones de la obra pública está entre el 60 y 70% de lo que se hizo el año pasado. Se estima que la tributación de este año será notablemente inferior a la de años anteriores; por tanto, el Gobierno paralizó muchas obras y otras ya no las reactivó, porque no existe la disponibilidad. Cerca del 50% de las empresas del sector se dedican al sector público.

    ¿En cuánto cayeron las reservas de viviendas en el sector público y privado?
    Entre un 25 y 30%. Esperamos que se vayan recuperando poco a poco. Un proceso electoral crea esperanza. Esperemos que los ecuatorianos recuperen su seguridad de empleo, que les permita reiniciar inversiones para una vivienda, y que la banca privada y los fondos de la seguridad social den créditos al sector que requiere viviendas, oficinas.

    ¿Cómo han visto el otorgamiento de créditos inmobiliarios en la banca privada?
    Hay algunos avances importantes, como la bonificación a construcciones sostenibles, amigables con el medioambiente, al bajarles un poco la tasa de interés. También existe una banca responsable en el Ecuador, que cree en beneficiar al medioambiente y esta es una forma de hacerlo, con la disminución de tasas de interés para constructores y compradores.

    ¿Qué avances hay en cuanto a construcciones sostenibles?
    Recién tenemos unos cinco o seis años trabajando en ello, pero empieza a haber conciencia en la sociedad, especialmente en los jóvenes y ese segmento de la población es un cliente potencial para este tipo de proyectos.

    ¿Cómo cerrará el PIB de la construcción este año?
    Estimamos que el 2020 tendrá una caída del 9% en el PIB de la construcción. El sector tampoco venía boyante. En el 2018, el PIB cayó un 4%, y el año pasado, un 5%. Aunque hoy estamos reactivados un 60% o 65% del sector, tenemos datos de ciertos productores de materiales de construcción que han observado que entre los meses de octubre y noviembre hubo un crecimiento de las ventas, en relación con el mismo mes del año anterior. Es el área de reparaciones y mantenimiento, el sector de ferretería. Al estar tanto tiempo encerrados, la gente empezó a reparar su casa. En esos meses se equilibraron los volúmenes normales de ventas, lo cual quiere decir que se ha ido recuperando rápidamente la economía.

    ¿Han presentado propuestas a los candidatos a las elecciones presidenciales?
    Nos hemos reunido con algunos candidatos y les hemos pedido modificaciones a la ley de contratación pública, tan venida a menos y desprestigiada por la corrupción que se ha dado en contratos de obra pública. Esta solicitud ya la hicimos a las autoridades actuales, al Congreso, a la Presidencia de la República, al Contralor. Les pedimos una reforma integral del sistema de contratación de obras y compras públicas que debe volver a ciertos sistemas que, aunque eran un poco lentos, más controlados y honestos.

    ¿Qué es lo que ha cambiado?
    Hoy el contrato lo califica y adjudica una computadora, antes entregábamos las ofertas en vivo y había tribunales de revisión. Se necesita transparencia en todo el sistema de compras públicas y contratación de obras. Se debe volver a un control más concurrente por parte de la Contraloría y que podamos participar representantes del sector privado en los comités de adjudicación, además que se abran los sobres públicamente. El Contralor nos manifestó su total acuerdo con nuestra propuesta. El Presidente y la Asamblea no han contestado.

    ¿Qué perspectiva tienen del 2021, considerando la pandemia y el nuevo gobierno?
    Los seis primeros meses del próximo gobierno serán de terminación urgente de los proyectos anteriores. Nadie va a querer invertir ahorita, primero van a esperar a ver quién gana. La reactivación va a ser más lenta, porque hay demasiadas incertidumbres.

    Hoja de vida
    Formación. Ingeniero civil por la Universidad de Guayaquil (1976). Programa económico en el Incae, Alajuela, Costa Rica.

    Experiencia profesional. Vicepresidente comercial de la empresa Cemento Nacional (1995-2004). Director comercial, gerente general y otros cargos en Holcim Ecuador (2004-2009). Presidente de Adfranec (2009-2011).

    Cargos actuales. Presidente Ejecutivo de Mamut Andino. Gerente General de Logimin. Presidente Constructora ERE. Presidente de la Cámara de la Construcción de Guayaquil y de la Federación Ecuatoriana de Cámaras de la Construcción.

    Carlos Repetto, presidente de la Federación Ecuatoriana de Cámaras de la Construcción. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Carlos Repetto, presidente de la Federación Ecuatoriana de Cámaras de la Construcción. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • Un aliado del sector alimenticio

    Cristina Márquez. (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    El taller de Salomón Santillán y sus hijos Nancy, Glenda, Ximena y Pablo, conserva su esencia artesanal pero tiene una visión industrial. Ellos fabrican más de 100 tipos de equipos de cocina como hornos, asaderos, freidoras, vitrinas, planchas, entre otros.

    Sus productos están en restaurantes de todo el país, aunque sus principales clientes están en las provincias de la Sierra Centro. Los equipos están hechos de acero inoxidable y fueron diseñados para satisfacer las necesidades de la industria alimenticia.

    Cada equipo se manufactura en el taller familiar, ubicado en el centro de Riobamba, en Chimborazo. Allí, mecánicos expertos ensamblan cuidadosamente las piezas de acero.

    “Conservamos el trabajo artesanal, que es nuestro sello de garantía para nuestros clientes. Pero la manufactura se hace con máquinas de alta tecnología”, afirma Pablo Santillán, subgerente de la empresa.

    El producto estrella de la firma es una brosterizadora de pollos que iguala en eficacia a equipos fabricados en el extranjero, pero se caracteriza por ser más económica. Cuesta USD 4 000 y permite procesar hasta 27 piezas de pollo en 15 minutos.

    Está equipada con dos canastillas y un tablero de mando para controlar la temperatura y obtener presas cocidas en su punto. La brosterizadora es el producto más demandado.
    “La brosterizadora es indispensable en nuestro negocio y nos ha dado muy buenos resultados. El pollo queda jugoso y se fríe en poco tiempo, eso nos permite ser más diligentes en la atención”, cuenta Luisa Caiza, una cliente.

    Los hornos para pan, pizza y asadores también son productos demandados. Fueron diseñados para optimizar los tiempos de cocción y conservar la alta calidad de las preparaciones.
    Los productos se diseñan a la medida que solicite el cliente, para acoplarse a las necesidades del restaurante.

    La mecánica empezó a funcionar en Riobamba hace 50 años. Salomón Santillán fundó la empresa con un capital de 5 millones de sucres, que obtuvo a través de un crédito bancario.
    “Empezó como un pequeño taller de metalmecánica, en el garaje de la casa”, recuerda Salomón, de 72 años.

    Él se apasionó con la metalmecánica a los 18 años, cuando sin haber cursado sus estudios secundarios tuvo que movilizarse a Ambato para conseguir un empleo. Lo obtuvo en una fábrica de fideos, donde se capacitó sobre el ensamble y mantenimiento de los calderos para las cocciones.

    Además, cursó un bachillerato técnico en mecánica, donde aprendió los preceptos básicos del oficio. Cuatro años después, en 1970, decidió renunciar y emprender su propio negocio en su ciudad natal.

    Sus primeros productos fueron unos maceteros metálicos que tenían un diseño original. Cuando salieron al mercado, la gente, aunque sintió interés, los despreció por haber sido elaborados en la localidad.

    “En ese tiempo la gente pensaba que lo extranjero era sinónimo de calidad y no valoraba la industria local”, cuenta el emprendedor.

    Eso lo motivó a nombrar a su empresa con el apellido de uno de sus personajes favoritos de la historia universal, Abraham Lincoln.

    La empresa familiar: Carlos Dávila, Glenda, Salomón, Nancy y Pablo Santillán son parte del Directorio de la Mecánica Lincoln
    La empresa familiar: Carlos Dávila, Glenda, Salomón, Nancy y Pablo Santillán son parte del Directorio de la Mecánica Lincoln


    Salomón empezó a fabricar hornos para pan en 1973, debido al pedido de sus clientes y a la motivación de su esposa Zoila Valle. En poco tiempo su pequeño negocio se popularizó entre las panaderías y restaurantes.

    La gran demanda de los hornos también le hizo especializar su negocio en la fabricación de implementos y equipos para cocina. En el 2000, incluso recibió un premio en Cali, Colombia, por su innovación.

    Sus hijos se profesionalizaron en carreras afines a la administración de empresas y la industria metalmecánica. Ellos se sumaron a la empresa y modernizaron los procesos.

    En el 2015 invirtieron USD 30 000 en la adquisición de maquinarias chinas para tecnificar su producción, sin perder el valor artesanal que los caracteriza. Con la compra de los nuevos equipos subieron su producción de seis equipos al mes a 50.

    También diversificaron su menú. Nuevos diseños como amasadoras para pan, freidoras industriales, un vaporizador de plantas medicinales se sumaron a su oferta.

    El incremento de producción les permitió abrir un punto de venta en Quito. Ahora los socios buscan llegar con sus productos a nuevos mercados, la meta a corto plazo es abrir nuevos puntos de venta en la Amazonía.

    Las cifras

    300 000 Dólares fue la facturación de la empresa en el 2019.
    9 Empleados trabajan en la fábrica.
    50 Equipos es el promedio de ventas de cada mes.
    6 Brosterizadoras se comercializan cada mes.
    300 000 Dólares es la proyección en ventas para el 2020. La emergencia sanitaria frenó su plan de crecimiento.
    300 m2 es la extensión de la planta ubicada en el centro de Riobamba.

    Salomón Santillán / Gerente
    La atención al cliente es personalizada. En nuestra empresa nos aseguramos que cada restaurante, hotel o familia obtenga el equipo que satisfaga sus necesidades en la preparación de alimentos. Diseñamos nuestras freidoras, hornos, mesas y acoples como un traje de talla única para la tecnificación y buen desempeño de nuestros clientes. Trabajamos para que nuestra marca siga siendo un distintivo de alta

    En la planta de producción, nueve operarios manufacturan más de 100 tipos de implementos de cocina. Lo hacen con modernas maquinarias. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    En la planta de producción, nueve operarios manufacturan más de 100 tipos de implementos de cocina. Lo hacen con modernas maquinarias. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Gabriel Martínez: ‘Habrá incentivos para el sector aéreo’

    Patricia González (I)  patriciag@elcomercio.com

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    Gabriel Martínez, ministro de Transporte Terrestre y Obras Públicas, detalla los impactos que ha tenido la pandemia para la industria aérea y el transporte terrestre. Explica las estrategias que se están evaluando para la reactivación de ambos sectores económicos.

    El 2019 fue uno de los mejores años para el mercado aéreo ecuatoriano. ¿Qué balance puede hacer del 2020 para la industria, en medio de una pandemia que prácticamente paralizó el turismo?

    Este año ha sido muy duro para la industria aérea, con una contracción del 90% de la demanda. Recién -con los esfuerzos que estamos logrando hacer entre concesionarios aeroportuarios, aerolíneas y autoridades de control- se ha incrementado el número de pasajeros, pero las cifras son muy claras. Anteriormente, había un promedio de 250 000 pasajeros mensuales en rutas domésticas, ahora hay 15 000. En internacionales, de unos 270 000 por mes, pasamos a unos 25 000 pasajeros.

    ¿Cuántos pasajeros se han transportado este año?
    En viajes internacionales, entre enero y agosto se han transportado 1 066 000 pasajeros. En nacionales, 655 000. Había una situación muy estable entre enero y marzo, pero la pandemia ha sido un golpe muy fuerte.

    ¿Cómo evalúa el impacto económico que ha tenido la pandemia para la industria aérea ecuatoriana?
    Estamos calculando pérdidas de casi USD 500 millones. Al dejar de volar, no solo pierde la aerolínea sino también el aeropuerto, la Dirección General de Aviación Civil, que tiene ingresos por las tasas aeroportuarias. Toda la industria se ve afectada.

    ¿Cuántas aerolíneas están operando actualmente en el país y bajo qué condiciones?
    Tenemos 12 aerolíneas que están operando de manera regular, algunas con más frecuencias que otras. Definitivamente, las frecuencias han disminuido por razones de mercado. Inicialmente el COE tomó la decisión de restringirlas a un 30%, pero esto ya
    se ha liberado, es la oferta y la demanda la que está regulando la cantidad de frecuencias. Esto se irá ajustando a medida que las facilidades del país lo permitan. Hasta hace unos meses, los viajeros que ingresaban al país tenían que realizar un aislamiento obligatorio, a pesar de traer una prueba PCR o una rápida, esto era muy restrictivo para la actividad. El poder eliminar ese requisito ha permitido que tengamos más viajeros. Dentro de las terminales y los vuelos se mantienen los controles; con protocolos de bioseguridad al ingreso, toma de temperatura, distanciamientos señalizados, obligatoriedad del uso de mascarillas en los vuelos.

    En promedio, ¿qué porcentaje de sus frecuencias están operando las aerolíneas?
    Me atrevería a decir que están volando un 30% de sus frecuencias regulares. Las que vuelan a Estados Unidos se reactivaron más pronto y tienen más actividad por la relación con ese país, tanto a nivel turístico como económico.

    ¿Cómo están los niveles de ocupación?
    Estamos hablando de una ocupación del 35%, dependiendo del vuelo. Esperaríamos terminar el año con un 60% de demanda y ocupación.

    ¿Qué estrategias se evalúan para la reactivación del mercado aéreo en el último trimestre del año?
    Por un lado, dar flexibilidad en el pago de las tasas aeroportuarias, para que esto no sea un problema adicional de liquidez para las compañías aéreas. Se está trabajando con el Ministerio de Turismo para eliminar el ISD (impuesto a la salida de divisas) en la compra de pasajes aéreos, de tal manera que esto también se convierta en un aliciente. Esperamos tener la propuesta sobre el ISD antes de que termine octubre, pero es un tema legal que debe pasar por la Asamblea Nacional. También tenemos proyectos importantes para la aviación en el mediano y largo plazo. Por ejemplo, la concesión del aeropuerto de Manta a una empresa pública coreana llamada KAC. Estamos terminando la construcción de la nueva terminal y la torre de control. La inversión es de casi USD 25 millones. Esperamos entregar en diciembre. Será a una concesión por un plazo de 30 años. Eso le retira una presión al Gobierno en momentos de crisis fiscal.

    ¿Cómo avanza el proceso de liquidación de Tame y la venta de sus activos?
    Se nombró un liquidador hace semanas atrás. Se ha conversado con distintos interesados que tienen diferentes objetivos dentro de la venta de activos. Se está trabajando en el avalúo de los bienes. Se puede vender por paquetes o de manera independiente. Estamos diseñando este proceso que será lanzado en pocas semanas, bajo un reglamento. El tiempo apremia para poder cumplir con todas las obligaciones laborales de esta empresa.

    ¿Cuántas ofertas han recibido para la compra de activos?
    Tenemos propuestas de ocho oferentes. Dentro de los cuales hay empresas serias, que tienen ofrecimientos claros. Hay gente interesada en activar nuevamente la compañía.

    ¿Cuál fue la oferta que se recibió de Pan American Airlines y qué respuesta ha dado el Gobierno?
    Esta empresa no consta en los registros de IATA. Se les pidió un certificado de disponibilidad de fondos para validar su oferta. Finalmente retiraron la oferta.

    ¿A cuánto ascienden los pasivos de Tame?
    Los pasivos de Tame pueden ser más de USD 350 millones. Su principal acreedor es Petroecuador por combustible, con más del 50% de la deuda.

    ¿Qué factores influyeron en que Tame no lograra ser una aerolínea rentable?
    Varios factores. Era una aerolínea con tres flotas diferentes de aviones: Airbus, ATR y Embraer. Eso significaba tres tripulaciones, más repuestos y gastos. Por otro lado, rutas ineficientes, que perdían dinero, y un exceso de personal. Tenía una facturación importante, pero sus gastos eran muy superiores a los de la industria. El Gobierno intentó reducir la ineficiencia, pero la pandemia nos obligó a tomar medidas que ya eran inevitables.

    ¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia sobre el transporte terrestre?
    Ha sido uno de los sectores económicos más golpeados, principalmente el transporte de pasajeros. Fue un gran reto que se aprobara su operación en mayo, por parte del COE. Primero, con un 50% de la ocupación y un 50% de las frecuencias. Ahora estamos con el 75% de aforo, pero exigiendo las mismas normas de bioseguridad. Tenemos la aspiración de que se permita ampliar las frecuencias al 75%, esto significaría más rutas. Hay 56 terminales terrestres operativas.

    ¿Qué estrategias han evaluado para la reactivación de este sector?
    El 75% del aforo es un buen número. Pero debemos caminar al 100% de las frecuencias. Hay pedidos de que se dé más apoyo en líneas de crédito a este sector. Es algo que se podría trabajar con los fondos que están llegando de créditos internacionales.

    Hoja de vida 
    Formación. Economista, por la Universidad Católica Santiago de Guayaquil. Estudió un MBA en la Escuela de Negocios IDE, donde cursó el Programa de Gobernanza y Liderazgo Político.

    Experiencia. En el sector privado dirigió la Cámara de Comercio de Guayaquil y la Industria Gráfica de Guayaquil. En el sector público se desempeñó como Secretario General de la Vicepresidencia de la República.

    Funciones.
     En agosto del 2019 asumió como Ministro de Transporte y Obras Públicas. Entre sus funciones está garantizar los sistemas de transporte y las obras de infraestructura vial, portuaria y aeroportuaria.

  • El desarrollo del sector agrícola a través de un plan

    Redacción Quito  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Las Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA) se impulsaron como política pública en Ecuador en 2019, y su implementación y certificación es obligatoria para proveedores de empresas exportadoras. Así señala una resolución de la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad), de marzo de ese año.

    La certificación de BPA, creada en el 2017 en el país, se fundamenta en cuatro pilares: la producción de alimentos inocuos, el respeto a los trabajadores en el campo, la protección al ambiente y el respeto al bienestar animal.

    Rommel Betancourt, coordinador general de Inocuidad de Alimentos de Agrocalidad, explica que cada vez los consumidores son más exigentes, siendo una de sus preocupaciones la inocuidad alimentaria. “La certificación da valor agregado al producto primario y abre mercados a agricultores y ganaderos”, añade el técnico.

    Promover una mayor incidencia de las BPA en el sector agrícola es una de las premisas del programa Se Puede, de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI), orientado, en principio, a agroemprendedores de la Sierra Centro y la Amazonía.

    El modelo de gestión del programa -explica su directora, Ana María Molina,- abarca tres ejes: formación digital gratuita, acceso a financiamiento y conexión con mercados, como el retail. En las diferentes líneas de trabajo del proyecto, la AEI trabaja en alianza con asociaciones de agricultores y centros de acopio o empresas ancla (que ayudan a organizar a los agricultores).

    Por medio de la plataforma virtual sepuede.org.ec, lanzada el 17 de agosto, los agricultores pueden acceder a capacitaciones en la certificación BPA y finanzas. Próximamente, estarán disponibles otros cursos: planeación de siembra, negociación, cuidado del cliente, promoción de productos, innovación y ABC para exportar.

    Si bien la iniciativa se centra en la Sierra Centro y la Amazonía, los cursos están abiertos, sin ningún costo, para toda persona desde cualquier punto del país. El diseño de los talleres está a cargo de la Universidad de Las Américas.

    Al momento, hay cerca de 1 400 personas registradas en los talleres, de las cuales unas 250 han culminado el primer módulo, sobre BPA y más de 100, el de finanzas.

    Hernán Oleas, miembro de la Corporación de Emprendedores Agropecuarios Juveniles de San Luis (Cotopaxi), completó el módulo de BPA y cursa, actualmente, el de finanzas. “El principal problema de los agricultores es la fluctuación de los precios. Estos cursos dan la posibilidad de buscar otros mercados, por fuera de los mayoristas. Estamos en proceso de sacar la certificación”, explica Oleas, quien cultiva hortalizas.

    Al tener la certificación en BPA, Incubandina, productora de huevos en Pujilí (Cotopaxi), recibió asesoría de la AEI para su presentación ante Inalecsa. A esta firma provee, actualmente, un promedio de 1 500 cubetas semanales, indica Marcelo Villarroel, gerente de producción de la firma.

    Para acceso a financiamiento, uno de los aliados es Banco del Pacífico, que tiene a disposición de las asociaciones agrícolas USD 1,5 millones para líneas de créditos. Además, la entidad ofrece acompañamiento en bancarización.

    Los beneficios
    Premios. Los primeros 1 000 agricultores que culminen el primer módulo sobre la certificación de BPA recibirán 500 megas y participarán en el sorteo de cinco tabletas.

    Educación. La UDLA ofrecerá becas de estudio para los mejores puntuados de todo el programa de formación virtual, que consta de ocho módulos.

    Expectativa. La meta del proyecto Se Puede es lograr capacitar a 10 000 agricultores y generar nuevas oportunidades de mercado para el sector.

    Cerca de 1 400 agricultores se han registrado en los talleres formativos de la plataforma Se Puede. Foto: cortesía AEI / LÍDERES
    Cerca de 1 400 agricultores se han registrado en los talleres formativos de la plataforma Se Puede. Foto: cortesía AEI / LÍDERES
  • El sector privado demanda más software este año

    Redacción Guayaquil (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    La pandemia ha puesto en relieve la importancia de la preparación digital de las empresas. La crisis reveló que las firmas que tienen soporte tecnológico tienen más opciones para competir y, por ende, perdurar luego del covid-19.

    El comercio electrónico, la salud y la educación fueron los sectores que más demandaron soluciones tecnológicas, de acuerdo con los expertos consultados.

    Ese servicio en estas actividades fue vital para que las personas puedan realizar sus tareas desde la comodidad de sus hogares, señala Marcelo Delgado.

    Él es el gerente general de Interpro, que es una empresa cuencana que desarrolló un software especializado en la gestión de proyectos de construcción.

    Pese a que esta actividad fue una de las más golpeadas durante la emergencia por la paralización de actividades, Delgado destaca que con este software fue posible que, constructoras del sector privado, puedan seguir laborando.

    Además, las ventas de su programa se incrementaron en al menos un 10%, a pesar de la paralización por el estado de excepción.

    Interpro se destaca porque permite analizar precios unitarios, realizar presupuestos, planificar un cronograma valorado de trabajo, desagregación tecnológica, elaborar fórmulas polinómicas, realizar planillas y otros aspectos de proyectos de construcción.

    El representante del software explica que, si bien hubo interés de los privados, la demanda en el sector público cayó. “Los gobiernos provinciales y juntas parroquiales, que son los que adquieren el programa, estaban enfocados en otras prioridades”.

    Para los negocios que se insertaron en el comercio electrónico, la demanda se enfocó en aplicaciones móviles y plataformas para vender en línea, marketing digital y la inclusión de botones de pago, asegura Pedro Crespo, director comercial de La Motora.

    La joyería Guillermo Vásquez fue una de ellas. Crespo indica que la firma robusteció la plataforma que ya mantenía para que el comercio pueda ser eficaz con un correcto manejo de inventarios, facturación electrónica, métodos de pago y, sobre todo, la conexión con aplicaciones móviles Android y IOS.

    En respuesta a una demanda significativa, muchas plataformas enfocadas en el sector educativo que estaban presentes en el país se fortalecieron. En los colegios, por ejemplo, se incluye a Idukay como una de las opciones para automatizar procesos académicos y mejorar la comunicación entre maestros, alumnos y padres.

    Mikareno es otro sistema que también despuntó. El mes pasado, a través de redes sociales, informó que se unió al trabajo de una universidad. Esta plataforma está presente en el país desde hace seis años y se enfoca en la gestión educativa y administrativa.

    Según información de la Asociación de Empresas de Telecomunicaciones, en promedio, el consumo de datos aumentó entre un 30% y 50% durante la pandemia. En esta línea, el acceso a tecnologías y plataformas subió.

    El potencial
    El acceso. El 70% del tráfico a plataformas tecnológicas se realiza desde dispositivos móviles, de acuerdo con datos de las analíticas de Google.

    El consumidor. Según el INEC, 45 hogares de cada 100 tienen acceso a Internet. Representa un crecimiento de 8,4 puntos con relación al 2018.

    Otras urbes.  De acuerdo con un estudio de BuenTrip Hub, en Loja, Manta, Ambato, Ibarra, Riobamba, Portoviejo, entre otras, funcionan más ‘startups’.

    50 % de crecimiento en el consumo de datos móviles se ha registardo durante la pandemia

    El cuencano Marcelo Delgado lidera la empresa Interpro, que desarrolló un software especializado en la gestión de proyectos de construcción. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    El cuencano Marcelo Delgado lidera la empresa Interpro, que desarrolló un software especializado en la gestión de proyectos de construcción. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Édgar Peñaherrera: El impacto en el sector no fue mayor

    Carolina Enriquez

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    Édgar Peñaherrera es el gerente general de la Red de Integración Ecuatoriana de Cooperativas de Ahorro y Crédito analiza la situación que ha vivido el sector cooperativo en lo que va del año. Asegura que los depósitos crecieron, aunque también la morosidad.

    ¿Cuál es la situación actual del sector cooperativo?

    Como siempre, está sólido, solvente y con la liquidez necesaria. Lógicamente, también esta golpeado como toda la economía del país y el mundo. No ha habido los crecimientos que se esperaba antes de la pandemia. El tema de las colocaciones se ha reducido; a mediados de marzo y todo abril no se colocó nada. Algo comenzó a repuntar en mayo, y en junio hubo cierta tendencia a volver a lo que se pudiera decir normalidad.

    Pero, debe haber requerimientos de créditos.

    Pueden haber muchos requerimientos, pero no hay la posibilidad de pago (en algunos casos). En ese sentido hay que manejar técnicamente las cosas, equilibradamente, procurando siempre que los recursos que se prestan se puedan recuperar en el tiempo. Las cooperativas nunca dejaron de atender en toda la pandemia, pero sí hubo ciertas restricciones. Se atendió con el mínimo de personal en lo que es retiros, pagos, etc. Créditos, entre marzo, abril y mediados de mayo, prácticamente no se atendían porque estábamos en semáforo rojo.

    ¿Alguna cooperativa ha sido muy afectada por la situación económica? ¿Se prevé el cierre de alguna?

    En términos generales el sector no ha sido afectado grandemente. No se prevé que vaya a haber cierres de cooperativas por la situación que ha vivido el país. Se espera, más bien, que se retomen las actividades y que se comenzará a crecer. Tal vez no en los porcentajes que teníamos en años anteriores, en promedio del 20%. Quizás al final del año terminemos conteniendo los efectos de lo que ha pasado en estos meses.

    Este año, ¿Se espera un crecimiento en el sector?

    Sí, sería de entre 3% y 5%. Lo importante es no decrecer. Pero, todo depende. Creo que todavía no se puede ver la magnitud de la pandemia y de la crisis que ya veníamos teniendo antes de eso. Ahorita, por ejemplo, habrá que ver la reacción de las personas, sobre todo de las que tienen microemprendimientos. Ese es uno de los rubros que más financian las cooperativas. El tema del desempleo también es complicado. Hay que ver cómo se va recomponiendo la economía y las acciones que toma el Gobierno para ello.

    ¿En que porcentaje cayó la cartera en los dos primeros meses de pandemia?

    Hubo una reducción de, aproximadamente, 8% de la cartera entre marzo y abril. Ahora, debo decir que este momento ya se está colocando -crédito-. Todo depende de las políticas de cada entidad. En el sector somos 534 cooperativas a escala nacional.

    ¿Qué tipo de créditos han colocado?

    Normalmente, las cooperativas están colocando en microcréditos y consumo. Se ha mantenido en eso. Entiendo que en este tiempo ha habido reducción en lo que es vivienda, un rubro en el que, usualmente, también se coloca.

    ¿Cómo está la morosidad?

    Como es lógico, la morosidad sí se ha incrementado. En el sector, a junio del 2020, fue de un 5,2% (estimado), mientras que al mismo mes del año pasado fue de 4,4%. En el caso puntual de grupo Icored teníamos una tasa de 3,5% antes de la pandemia y para junio pasó a 4,10%. No es alarmante, pero ha subido. Es dinero que no se está pagando.

    ¿Qué ha pasado en cuanto a los diferimientos de créditos?

    Se ha trabajado en eso. Le da cierto oxígeno a los deudores, a los socios que tienen créditos. A las cooperativas, de alguna manera, no les incrementa la morosidad. Hay que ver qué pasa cuando les toque ya pagar esos créditos.

    ¿Cuánto se ha diferido?

    Un total de 771 300 operaciones diferidas, que es una buena cantidad. Eso traducido en dólares es más de USD 6 000 millones. Habrá que ver cómo esos recursos se van pagando. Si no tienen la capacidad de pago, la morosidad se incrementará más. Los escenarios son un poco inciertos porque todavía no ha terminado la pandemia. Siempre hay una inquietud de que se pueda retroceder en las medidas de bioseguridad; además, la gente tiene miedo de salir, no se produce como se debe.

    ¿Diferimientos se entiende como pagos posteriores?

    Sí. Pero, si uno no puede pagar la cuota que le toca, difícilmente va a poder pagar la siguiente.

    ¿Qué han podido detectar de la realidad económica que enfrentan los asociados?

    Como ya estamos en las oficinas y la gente sale un poco más podrán acercarse, conversar un poco más. Vamos a saber la realidad de cómo están. Antes era difícil comunicarse, las personas no estaban yendo a las entidades.

    ¿Cuál es la situación de los depósitos, en lo que va del año, en el sector cooperativo?

    Los depósitos, como dato estimado, crecieron 16% en el primer semestre de este año frente al mismo periodo del anterior. Este rubro se restringió entre marzo y abril. El incremento está relacionado con el hecho de que han regresado recursos que salieron o se han captado algunos nuevos. Hubiéramos crecido más, si no hubiera sido por la pandemia.

    ¿Qué más explica este comportamiento?

    Las personas, en estas circunstancias, han tenido un poco más de confianza en el sector. A mediados de marzo los recursos salieron de la banca y de las cooperativas, un tanto alarmantemente porque hubo una serie de rumores. En ese momento la situación económica era muy complicada. Luego la gente comenzó a tranquilizarse. No solamente regresaron los recursos que salieron, sino que hubo nuevos. de personas que, de pronto, no los tenían en el sistema; tal vez en casa. Los colocaron para ganar un poco de interés.

    ¿Qué tan atractivo es el interés que se paga?

    En el sector de las cooperativas no se ha reducido la tasa. En algunos casos se ha subido la tasa pasiva, es decir, están pagando un poco más para captar.

    ¿A cuánto subieron la tasa?

    Depende de las regiones. Hay unas que pagan el 10% anual; hay cooperativas de otras ciudades que pagan el 8%. Sé que en algunas está sobre el 10%. Las grandes van marcando tendencia, pero la necesidad de captación sí ha influido en el aumento de la tasa.

    ¿Cuáles son las expectativas del sector para los meses que están por venir?

    La expectativa es tratar de controlar la crisis. Hay que renovar ciertos procesos. Definitivamente una gran parte de la población se va a demorar en regresar a las ventanillas y en lo que se está trabajando es en temas tecnológicos que nos permitan impulsar más los canales electrónicos: páginas web transaccionales, solicitudes de crédito en línea, etc. Todo eso nos va a permitir dar atención remota a las personas. La idea es que no tengan que ir a las oficinas, evitar aglomeraciones. Queremos profundizar en el uso de tecnología en las cooperativas.

    Edgar Peñaherrera es economista graduado en la  Universidad Central del Ecuador (UCE) y tiene una maestría en Economía.
    Edgar Peñaherrera es economista graduado en la Universidad Central del Ecuador (UCE) y tiene una maestría en Economía. Foto: EL COMERCIO
  • El sector cosmético es el que más aprovecha el cannabis

    Redacción Cuenca

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    Laboratorios Beautik, que funciona desde el 2017 en Durán (Guayas), lanzó el mes pasado su línea de productos elaborados con cannabis, son: champú, acondicionador, tratamiento capilar y una mascarilla hidratante.

    Son elaborados con el aceite de cannabis que se importa desde Alemania porque no existe producción en Ecuador, dijo el presidente y gerente general de Laboratorios Beautik, Antonio Álvarez. Según él, esta materia prima cuenta con omega 3 y 6, y no tiene ninguna sustancia de carácter psicotrópica. “Regenera, suaviza y humecta la piel y previene el envejecimiento del cabello”.

    Álvarez dijo que, al ser una categoría y marca nueva, y en las actuales condiciones del mercado, no puede predecir el volumen de ventas durante el 2020. “Pero sabemos que hay acogida porque es un producto diferente. Estamos en todos los autoservicios, supermercados, farmacias, etc.”

    Una vez que sus productos se consoliden en el mercado, Laboratorios Beautik lanzará una línea de cremas faciales y corporales con aceite de cannabis. “La investigación y desarrollo tomó cinco años y se concretó una vez que tuvimos el permiso de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa)”.

    La directora de la Asociación Ecuatoriana de Venta Directa y Procosméticos, María Fernanda León, dijo que es un mercado con potencial. En la actualidad dos empresas importan productos cosméticos con cannabis y una firma nacional ya los fabrica.

    Además, 45 compañías ya obtuvieron la notificación sanitaria obligatoria por parte del Arcsa para producir y aprovechar el potencial que tiene el país para exportar, señaló León. “Existe mucho interés de mercados como Paraguay, Bolivia, Guatemala, Panamá, entre otros países; principalmente de Centroamérica”.

    León explicó que el sector cosmético cuenta con la autorización para este tipo de producción porque se está sustentado en el marco jurídico de la Comunidad Andina, que emitió la decisión 516 que establece todos los requisitos que se deben cumplir para comercializar este tipo de líneas.

    “El artículo tres de esa decisión dice que los cosméticos deberán ser fabricados con los listados internacionales de FDA, Código INCI de EE.UU. y el Europeo”.

    El Arcsa emite la notificación sanitaria obligatoria cuando se cumplen estos tres listados en los que consta, desde hace muchos años atrás, el cannabis para productos cosméticos.

    León señaló que el Arcsa también solicita una ficha técnica de la materia prima en la que se debe certificar que el THC sea menor al 1%. Es decir, que sea inocuo para la salud de los seres humanos.

    Ella dijo que la regulación de la siembra en el país es importante por el potencial y porque no se requiere mucha agua ni tantos cuidados como en otras plantas.

    El sector florícola tiene puesto el ojo en esta siembra. De acuerdo con información del Clúster del Cáñamo de la Cámara de Comercio de Quito, la actividad productiva de las flores es considerada como una de las que tiene mayor similitud en el Ecuador por la generación de empleo.

    Beautik lanzó una línea de champú, acondicionador, tratamiento capilar y mascarilla con aceite de cannabis.
    Beautik lanzó una línea de champú, acondicionador, tratamiento capilar y mascarilla con aceite de cannabis. Foto: Cortesía Laboratorios Beautik
  • Miguel Robalino: ‘El sector petrolero vive otro momento’

    Redacción LÍDERES (i)  
    redaccion@revistalideres.ec

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    Miguel Robalino, consultor en temas petroleros, analiza el comportamiento del mercado mundial, en medio de la crisis derivada por la pandemia. Asegura que la fusión entre Petroecuador y Petroamazonas debe dar paso a una empresa con autonomía financiera.

    La pandemia afectó a la economía mundial en este año y uno de los sectores que también asimilan sus efectos es el petrolero. ¿Cómo mira el desempeño de esta industria, sobre todo cuando uno de los indicadores que pesan es el relacionado con los precios?
    Debemos estar claros que los grandes productores de petróleo en el mundo marcan el compás de los precios. Eso lo determinan con base en sus economías, que de alguna manera nos afectan al resto. ¿Qué ha pasado con el mercado mundial? Estamos en un camino hacia el 2030 que, según informaciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE), será el tercer pico mundial de producción. En el 2006 se dio el segundo pico y significó que hemos consumido el 50% de la producción mundial. Este tercer pico viene acompañado de una característica importante, porque se viene desarrollando rápido y con más fuerza en las empresas energéticas, que es invertir en energía renovable. Si revisamos la historia, la caída de precios que ha habido ha obedecido a muchos factores, como crisis por demanda, por oferta, que se podría decir son previsibles. Lo que no ha sido previsible es esta pandemia que ha incidido en la industria y está llevando a revisar los planes estratégicos de grandes compañías petroleras.

    El precio del barril WTI se ha mantenido en las últimas semanas en un promedio de USD 40. ¿Es probable que esos niveles se mantengan para el segundo semestre?
    De acuerdo con análisis de la AIE este tema de los precios va a entrar en una etapa de amortiguamiento. Yo diría que este año el precio se va a mantener en el orden de los 40 dólares. Los países productores de petróleo están marcando sus pautas conforme se vaya desconfinando la población y se aumente la demanda de petróleo. Además, hay que ver cómo reacciona la industria, sobre todo la de Estados Unidos. Asimismo, el transporte aéreo hay que ver cómo se va recuperando, porque es uno de los principales actores de la economía mundial. Aunque si vuelven los confinamientos, bajará la demanda y los precios podrían caer. Pero creo que la industria va a estar más prudente.

    ¿Qué perspectiva se puede esperar para los precios en la etapa pospandemia?
    En esto inciden los costos de producción. Hay pronósticos de agencias internacionales especializadas de que los precios, como el Brent, al año 2025, pueden alcanzar un valor sobre los 100 dólares. El Brent es un ‘petróleo dulce’ y con baja cantidad de azufre, por lo que la refinación es más barata y por eso el precio. Con base en monitoreos como los del Fondo Monetario Internacional (FMI) se estima que el mayor productor mundial de petróleo, Arabia Saudita, de aquí a unos cinco años deberá llegar a sus reales costos de producción que serán de unos 40 o 45 dólares, igual que Rusia. Y de allí se proyecta que el precio del petróleo para los próximos cinco años, un precio no menor a 50 dólares.

    ¿Es posible determinar un valor en medio de un escenario aún incierto?
    Todos sabemos que realmente lo que va a darse es que los petróleos fáciles, por decirlo así, se están agotando, mientras que los petróleos difíciles, donde los costos de producción son mucho más altos, de alguna manera tienen que ser materia de análisis de cada país; si le conviene extraerlo o dejarlo bajo tierra. Ese es un tema que se tiene que analizar.

    ¿Cómo han respondido las empresas petroleras a este nuevo momento, como consecuencia de la afectación económica que deja la pandemia en el mundo?
    Definitivamente las industrias están en una etapa de reorganizar sus economías internas. Por ejemplo, Shell ha bajado cantidades importantes de sus inversiones en activos. Las empresas están tomando previsiones; se tienen que reorganizar para poder manejar mejor los costos. Las operadoras de campo también están optimizando costos, sobre todo en los trabajos de perforación. En algunos casos se están tercerizando estos servicios.

    Las principales acciones de las compañías petroleras se resumen en la elaboración de planes estratégicos, reducción de inversiones y de costos de operación…
    Están en una etapa donde se analizan otros compromisos, por ejemplo, con el tema ambiental, para llegar a cero emisiones de carbono. Además, el incremento de la tecnología y la digitalización de procesos. Estos son parámetros que se están analizando para ver cómo se pueden mantener los costos. El tema de tecnologías es muy interesante y eso se nota en determinadas áreas. Con la experiencia del covid-19 hay que pensar que puede venir otro tipo de catástrofe de salubridad. Lo importante es analizar los mensajes que se nos deja. Son situaciones en las que hay que reaccionar. El estilo de vida ya no será el mismo; el comportamiento de la gente va a cambiar. Esto nos obligó a dar un cambio, sobre todo en la industria.

    ¿Cómo se inserta la industria ecuatoriana en este nuevo momento, sobre todo cuando en la hoja de ruta está prevista la fusión de las petroleras Petroecuador y Petroamazonas?
    A los ecuatorianos nos debe interesar el resultado de esta fusión. Esta empresa nueva debe tener cosas fundamentales para decir que es algo nuevo, si no, hemos visto tantas fusiones que a la final no han dado resultados. Los conceptos son diferentes y hay razones para hacerlo. En todo caso se necesita que esta nueva empresa recupere su autonomía financiera, que tenga un patrimonio sólido y que realmente tenga objetivos claros. Sin autonomía financiera le estamos quitando la fuerza y la razón de ser de la empresa.

    De acuerdo con los planes del Ejecutivo la fusión deberá concretarse hasta finales de este año. ¿En esa planificación se está tomando en cuenta el objetivo de lograr la autonomía financiera?
    Como ecuatorianos lo mínimo que debemos buscar es que nos dejen una empresa que genere rentabilidad, no pérdidas, que tenga ese espacio de operación. Otra situación importante es que todo lo que se refiere a contratos de operación de campo tienen que regresar a esta nueva empresa. Por qué otra institución tiene que hacer esos procesos. Estos son negocios que se deben manejar íntegramente. Además, tiene que llegar con independencia. Lo importante es que nos deje un modelo de buena empresa. El ejemplo de Ecopetrol en Colombia muestra un manejo técnico de la empresa, incluso la ha llevado a estar en la Bolsa de Valores.

    ¿Está claro el modelo que quiere ponerse en marcha con la fusión de las dos petroleras estatales?
    No tiene que haber improvisación. Tiene que haber gente que conozca el negocio y que vaya con un principio de servicio. A la final el crudo es de todos. Este es un tema que deben tratar con seriedad los candidatos a la Presidencia y desarrollar nuevas ideas.

    Hoja de vida
    Su formación. Ingeniero comercial graduado en la Escuela Politécnica del Ejército. Maestría en Gobernanza Energética, Flacso. Master en Desarrollo Energético y en curso, Maestría en Petróleos, en industrialización.

    Su experiencia.  Ex subgerente del Banco del Estado, Ex gerente corporativo de Petroecuador, Ex asesor de la vicepresidencia de Petrocomercial, consultor en temas de petróleo y gas.

    Actividades actuales.   Gerente de la firma Facilpetroil Cía. Ltda., miembro activo de Oil &Gas SafetyBest Practices y de Society of Petroleum Enginners. Miembro del Instituto de Hidrocarburos, Minas e Industria.

    El consultor en temas petroleros Miguel Robalino analiza el comportamiento del mercado mundial. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    El consultor en temas petroleros Miguel Robalino analiza el comportamiento del mercado mundial. Foto: Vicente Costales / LÍDERES