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  • Las ferias y visitas turísticas son sus estrategias de venta

    Redacción Cuenca

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    Más de 50 indígenas elaboran bisutería, adornos de cerámica y madera, objetos utilitarios, instrumentos musicales, textiles, entre otros, en las comunidades de Lagunas, Ilincho, Ñamarín y Gunudel, ubicadas en el cantón Saraguro, en el norte de Loja.

    Ellos tienen dos estrategias para la comercialización de sus creaciones. La primera es participar en ferias que se realizan en esta provincia o en otras regiones del Ecuador. La segunda es aprovechar la visita a sus talleres de los turistas nacionales o extranjeros.

    Miguel Ángel Lozano, de 65 años, quien vive en el poblado de Gunudel, aplica esta última alternativa. Él es experto en la técnica del barro y sus creaciones han sido enviadas a Estados Unidos, Japón y Europa.

    Su taller ha sido visitado por embajadores y turistas, “que han llevado las piezas. El extranjero valora más las artesanías indígenas y más si se tratan de objetos que recrean la cultura, las tradiciones y la forma de vida de los indígenas”, dice Lozano.

    Él estudió Arte en la Universidad Técnica Particular de Loja. Allí, aprendió desde la preparación de la pasta para moldear la cerámica hasta los diseños, formas y la utilización de colores… Antes se dedicaba a la agricultura.

    Con este aprendizaje, Lozano empezó desde 1984 a elaborar piezas con motivos que identifican a su pueblo. Tiene jarrones y platos decorados con la imagen de mujeres u hombres indígenas.

    También, cuenta con diseños que evocan al maíz, al tupo, al guango y los aretes, que son parte de la indumentaria de los indígenas saraguros.

    Por lo general, trabaja los fines de semana. Todo lo hace de forma manual, ayudado de la precisión de sus dedos que los humedece las veces que sean necesarias para retirar las partículas del barro.

    En cambio, la indígena Elena Macas, de 52 años, elabora desde hace 25 años, blusas y polleras bordadas. También, aretes, collares y llaveros con los mullos. “Hay que actualizarse para crear nuevas técnicas y ajustarse a las demandas de la gente”, dice esta indígena quien ha participado en ferias con sus collares en EE.UU.

    En su taller exhibe sus creaciones. La prenda más económica cuesta USD 1 y es un par de aretes y la más elaborada USD 100 y se trata de un collar ancho. “En la combinación de los colores y diseños está la belleza de todo”.

    Otro artesano saraguro es Patricio Quizhpe, quien lleva 11 de sus 38 años, dedicado a la elaboración de instrumentos musicales y objetos elaborados con fibras naturales como el carrizo, bambú, mate, poto, entre otros.

    Según él, cada pieza está relacionada con la cultura. Entre sus objetos más demandados en las ferias están las flautas con las que los artistas entonan melodías ancestrales como el chaspishka.

    Quizhpe estudió Diseño y Arte en la Universidad Técnica Particular de Loja y se perfeccionó en el pirograbado, que es una técnica de grabado que consiste en el quemado de la madera.
    De esta forma elabora imágenes de indígenas, instrumentos musicales y otras imágenes sobre platos y jarrones. Él también vende sus obras en su galería-taller.

    Las ferias que se realizan que organiza el Municipio de Saraguro son las principales alternativas para la comercialización de artesanías. Foto: cortesía de Vistalasur
    Las ferias que se realizan que organiza el Municipio de Saraguro son las principales alternativas para la comercialización de artesanías. Foto: cortesía de Vistalasur
  • Pilas y alimentos son parte de una alianza social

    Redacción Guayaquil

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    Calbaq emprende desde marzo de este año un nuevo proyecto de responsabilidad social denominado Ponte pilas con el Banco de Alimentos Diakonía y Duracell. Esta empresa ecuatoriana se dedica a la fabricación y comercialización de productos de limpieza para el hogar y cuidado personal. Además, desde el 2016 es la representante para el Ecuador de la marca Duracell.

    Para llevar a cabo su proyecto de responsabilidad social firmó el 24 de marzo una alianza estratégica con el banco de alimentos Diakonía. Esta institución trabaja para reducir el hambre en los sectores más vulnerables de Guayaquil a través de la recuperación de alimentos que están próximos a su fecha de expiración, para posteriormente donarlos.

    Según Francisco Jarrín, gerente general de Calbaq, la alianza estratégica abarca dos objetivos. El primero, consiste en el patrocinio anual de USD 12 000 que la empresa entrega al Banco de Alimentos para que los utilice dentro de sus programas de ayuda social.
    El segundo consiste en la donación de 142 128 estuches de pilas doble A y 13 444 estuches de baterías triple A, ambas de marca Duracell.

    Ese monto de baterías representa un valor comercial aproximado de USD 426 000. Las pilas Duracell serán entregadas gratuitamente a los niños de escuelas de la Arquidiócesis de Guayaquil, a través de las agencias beneficiarias del Banco de Alimentos.

    Verónica Sión, presidenta de Diakonía, explica que como parte de la alianza estratégica se contempla el lanzamiento de una campaña que promueva el canje de pilas por alimentos en autoservicios. “También se motivará en colegios (con mayor poder adquisitivo), por ejemplo, que entreguen un kilo de alimentos y como contraparte nosotros le entregamos dos o tres estuches de pilas Duracell”.

    El proyecto se encuentra en etapa de recopilación de información. Según el censo realizado en esta etapa, dice Sión, se identificaron 29 escuelas con las cuales iniciarán en junio la primera fase de distribución.

    Según Jarrín, uno de los propósitos de trabajar con la marca Duracell es reposicionarla y volverla número uno en el país.

    Una de las principales características de estas pilas importadas es que son alcalinas y por lo tanto “más amigables” con el medioambiente; son hechas sin carbón y constituyen las de mayor venta a escala nacional. “La responsabilidad social contempla hacer una campaña de educación para comunicar que este tipo de pilas son mejores porque duran diez veces más que las baterías de carbón y zinc”, comenta el gerente general de Calbaq.

    La empresa, además, ha emprendido en años anteriores varios proyectos de ayuda social junto al Banco de Alimentos Diakonía. En el 2016 se unieron a la campaña Walking is good, “Calorías x Calorías”, que consistió en una caminata contra el hambre, en la cual, Calbaq fue el principal patrocinador del evento.

    Un empleado de Calbaq revisa las pilas que se entregan al Banco de Alimentos Diakonía, en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Un empleado de Calbaq revisa las pilas que se entregan al Banco de Alimentos Diakonía, en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Los globos gigantes son el centro de este negocio

    Redacción Quito

    Un globo gigante rodeado de otros pequeños, piñatas y desayunos son algunos de los productos que se comercializan en el emprendimiento Cool Balloons, que se levantó hace un año.

    La idea nació del deseo de ofertar a las personas un producto personalizado para fiestas de cumpleaños, bautizos, bodas, pedidos de mano, festejos institucionales y otros eventos sociales.

    Su propietaria es Estéfani Reyes, una joven que invirtió USD 1 500 para hacer realidad su sueño: tener un negocio propio. Ella reconoce que el monto es bajo, pero le sirvió para comprar los insumos: globos, papel de todos los colores, pegamento, serpentinas…

    Además, pudo adquirir la máquina para inflar los globos, guillotinas y pagar viajes para convencerse que debe hacer un producto creativo. “Mientras más buscaba, más me convencía”, asegura la emprendedora.

    Para lograr un producto de calidad, Reyes hizo varias pruebas con los globos. Algunos se le rompieron; otros no podían volar. Así que tuvo que “dañar” varias veces el producto para conseguir los globos actuales.

    Ahora ella personaliza de todo: globos para bautizos, para fiestas infantiles, donde coloca a personajes de películas, bichos, entre otros dibujos animados.

    Su creatividad es, sin duda, su ‘plus’, ya que decora los globos según el pedido de sus clientes.

    Pese a la dedicación de esta joven, que tiene su negocio en la calle Fernando Ayarza y Eloy Alfaro, en el norte de Quito, su primera experiencia no fue buena. El motivo: tuvo que caminar mucho para conseguir los insumos y entregar un trabajo de calidad.

    “Si no lo hacía me iba a arrepentir toda la vida”, dice la joven.

    Afortunadamente, sus clientes quedaron encantados con el trabajo de Reyes, quien también se dedica a la producción, fotografía, estilismo y comunicación.

    La decoración de este primer evento consistía en globos transparentes con picadillo en el interior, por lo que tuvo que inflarlos con cuidado para evitar que se rompan inmediatamente.
    Johana Tapia contrató los servicios de Cool Balloons para la fiesta de bautizo de su hijo. Ella quedó encantada con el trabajo de esta joven quiteña porque, a su criterio “es muy profesional”
    Tapia, además, asegura que es un producto novedoso que llama la atención de los niños y adultos.

    A esta clienta le gustó tanto el producto que se comercializa en este negocio que recomendó a sus familiares y amigos estos globos para próximas fiestas.
    Esa es la idea, afirma Reyes, quien se demora mínimo una hora en decorar los ‘balloons’.

    Estos obsequios tienen un costo competitivo y conveniente en el mercado, asegura la joven. Actualmente hay arreglos con globos de USD 25 y 30.

    Lo que más le gusta de su trabajo es que puede llevar un mensaje de amor o amistad a sus clientes. La mayoría de sus arreglos son para pedidos de mano o de parejas que quieren expresarse su amor.

    “Hemos recibido cartas de amor con mensajes hermosos para los novios y novias o en el globo un mensaje que dice: Te casas conmigo”, sostiene con una sonrisa.

    Este negocio empezó con cinco clientes el año anterior. “Era mi trabajo de fin de semana”.
    Sin embargo, el negocio creció solo y “se puso a la moda”. Eso fue positivo porque impulsó a que esta emprendedora se dedique a tiempo completo a esta actividad.

    Reyes es una joven que no le gusta parar. Siempre está activa y realiza sus tareas de forma rápida. Eso hizo posible que aumente los productos de su negocio.

    Ahora ofrece desayunos personalizados. Los huevos, el sánduche, el jugo, la fruta son parte del menú, que viene acompañado de unos globos, taza con diseños y el mensaje de amor o amistad.

    El costo de este producto es de USD 30. Si el envío es cercano al local no tiene un recargo adicional. Sin embargo, si el envío es a otro sector de la ciudad o fuera de ella tiene un recargo de USD 6 o 7.

    Carlos Soto es un joven que buscaba una idea original para sorprender a su novia. Encontró esta opción para celebrar el cumpleaños de su ser querido. “Es una idea original que le voy a regalar a mi pareja”.

    Estéfani Reyes levantó Cool Balloons con USD 1 500 de inversión. Su hermana ,Ana María, le ayuda en el local. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Estéfani Reyes levantó Cool Balloons con USD 1 500 de inversión. Su hermana ,Ana María, le ayuda en el local. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • Diez familias son el eje de Callimanta

    Giovany Astudillo

    Callimanta es una expresión kichwa que significa cosechar de forma pareja sin desperdiciar nada. Esa palabra fue pronunciada por moradores de la zona de AlgarroboTutucán, en el cantón azuayo de Paute, cuando participaban en la cosecha de guayabas.

    Desde entonces, Callimanta fue escogida como la marca de los productos de la asociación que formaron 10 familias del sector. Hace un año iniciaron la elaboración de los condimentos denominados finas hierbas y de las presentaciones de quinua y quinola.
    “Ese nombre lo seleccionamos porque engloba nuestra filosofía de participación y crecimiento conjunto y que todos nos beneficiemos de forma pareja”, señala el directivo Patricio Coronel.

    Al inicio el objetivo era adquirir cinco libras semanales a cada uno de los socios; en la actualidad, compran 50 libras a cada uno. Su estrategia inicial para lograr el crecimiento de las ventas fue participar en degustaciones y ferias gastronómicas en Cuenca, Guayaquil y Quito. “El cliente identificó la potencialidad del condimento de finas hierbas”, agrega Coronel.

    Este producto está elaborado con hierbas como tomillo, orégano, cebollín, culantro, perejil, albahaca y romero, combinado con pepa de sambo y sal marina.

    Según Coronel, la intención fue usar productos propios de la región para ofrecer un sabor andino, que sirva para preparar carnes de res, mariscos, pollo, papas… y con técnicas de cocina como la parrilla, estofado, horno…

    “Es una base que ocupaban antes nuestras abuelitas y que se conocía como el refrito. Ahora, nosotros lo hacemos con deshidratación”, asegura Coronel, quien es chef profesional.

    En el caso de la quinua y la quinola otra meta, dice Coronel, es colaborar con las 17 organizaciones de productores de las comunidades pauteñas de Guarainag, Chicán y Tomebamba, porque el proyecto de Callimanta surgió con la visión social y mejorar la calidad de vida de los agricultores, dice Coronel.

    “Con ellos se pensó en como generar un producto y nació la idea de hacer un insumo que evite al consumidor todo el proceso engorroso que se requiere para tener lista la quinua”, agrega.

    La quinua es deshidratada y se puede colocar directamente en la olla. Según Coronel, el objetivo de los productores es potencializar el consumo de este alimento entre las familias para que aprovechen sus proteínas.

    Además, el objetivo es que sea un producto de fácil preparación y generar recetarios y talleres con asociaciones, empresas…

    En el caso de la quinola es una granola tradicional fortalecida con quinua deshidratada. Tiene avena, trigo, cardamomo, naranja y pepa de sambo.

    La asociación cuenta con una planta de deshidratación, que tiene una capacidad de 200 kilos al día. En la actualidad, utilizan 150 a la semana, que se distribuye en finas hierbas, quinola y la quinua.

    “Nuestras expectativas es aumentar la producción para cumplir la demanda para ingresar a los grandes supermercados del país”, señala Coronel.

    En la planta de producción invirtieron USD 120 000, que fueron financiados con un préstamo de BanEcuador y con recursos propios. El equipamiento fue instalado en la zona de Algarrobo-Tutucán. Acoplaron la estructura de una cabaña para cumplir con las buenas prácticas de manufactura.

    Son más de 200 metros cuadrados para la elaboración. Tienen tres lavaderos para desinfectar las plantas que llegan. Además, las áreas para picar, deshidratar, molino industrial, empacadora y selladora. En el segundo piso tienen un ‘showroom’ para que lleguen los interesados puedan participar de degustaciones.

    Las familias cultivan tomillo, orégano, cebollín, culantro, perejil, albahaca y romero (izq.). María Villalta y Carlos Toma trabajan en la planta de deshidratación de esta asociación. Fotos: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Las familias cultivan tomillo, orégano, cebollín, culantro, perejil, albahaca y romero (izq.). María Villalta y Carlos Toma trabajan en la planta de deshidratación de esta asociación. Fotos: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Cuatro pilares son el eje de su programa de sostenibilidad

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    Cuatro pilares sostienen a la empresa Arca Continental en materia de responsabilidad social: el bienestar de los empleados, los recursos renovables, la ayuda y las mujeres como elemento fundamental del negocio.

    Arca Continental (Coca-Cola) apostó a un modelo de responsabilidad basado en la sustentabilidad y sostenibilidad. Guillermo Aponte, director general de Arca Continental Suramérica desde octubre 2014, considera que el concepto y el trabajo de responsabilidad evoluciona con el tiempo.

    Con el objetivo de apoyar el bienestar, la empresa diseñó el programa Agua para el Futuro. Este proyecto consiste en unir a las comunidades, fondos de agua y entidades multilaterales para la protección de cuencas de agua. Se involucra, además, a los trabajadores de la empresa con la siembra de árboles y capacitaciones a las comunidades.

    En Ecuador el programa se cumple en Cuenca, Isidro Ayora, Quito, Loja, Machachi, Daule, etc. Allí se vincularon la empresa y las comunidades para cuidar el agua desde el 2015 hasta el mes anterior.

    En este proyecto, la firma se asoció con 675 familias de forma directa. Si las cuencas de agua están en buen estado se puede beneficiar a unas 300 000 personas, según la empresa.

    El trabajo social se amplió el año pasado, tras el terremoto que afectó a Manabí y Esmeraldas. La firma movilizó a su personal para la elaboración de kits con vituallas y demás. Así nació la Caravana de la Esperanza, que fue una iniciativa, en la que se llevó vituallas a los afectados de las localidades costeras.

    Una de las voluntarias fue Alexandra Chamba, quien es gerenta legal de Asuntos Corporativos de Arca Continental. Ella colaboró con iniciativas como la elaboración de las cajas de las donaciones para las personas de la Costa. Lo hizo desde la capital.
    Además, gestionó la llegada de una planta de potabilización de agua para las zonas afectadas.

    La maquinaria vino desde su filial en Colombia. “El voluntariado implica incluir a la familia y compartir el tiempo entre la familia y las actividades de voluntariado”, señala Chamba.
    Otra de las iniciativas de responsabilidad social que abanderó la empresa es la construcción de casas para los colaboradores de la empresa que resultaron afectados tras el terremoto del 16 de abril del 2016.

    Darwin Cobeñas es padre de tres niños (dos niños y una niña) y vive junto con su esposa. Él colabora con la empresa como agente de ventas y el terremoto afectó su casa. Tras un año de arrendar casa y de vivir en una vivienda de caña elaborada por ellos, está a punto de recibir su vivienda.

    Él no esconde la emoción y el agradecimiento, ya que en los próximos días tendrá nuevamente un techo para su familia. “Agradezco a la empresa por la preocupación y por darnos un nuevo espacio para vivir”.

    Otro de los proyectos que levantó Arca Continental es Empodérate: Tenderos Empresarios, que se implementó entre octubre del 2016 y enero de este año.

    Un total de 1 000 tenderos (500 de Quito y 500 de Guayaquil) obtuvieron una especie de título de calidad en atención y más. La importancia de este proyecto es que por ser la tienda un factor importante para la economía del país, es necesario que se capacite a este segmento de la población, que es el centro de todos los barrios del país.

    “Un 70 y 80% de los tenderos son mujeres, por lo que queremos apoyarles en el proceso de mejoras”, explica Aponte.

    Agua por la Vida es uno de los proyectos que abanderó Arca Continental para el cuidado del agua. Foto: cortesía: The Nature Conservancy
    Agua por la Vida es uno de los proyectos que abanderó Arca Continental para el cuidado del agua. Foto: cortesía: The Nature Conservancy
  • Rosas y camarones son los productos estrella ecuatorianos en China

    Agencia EFE

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    La Embajada ecuatoriana en Pekín y el Instituto de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Pro Ecuador) organizaron hoy un encuentro con empresarios y consumidores para publicitar algunos productos estrella del país latinoamericano, especialmente sus camarones y sus rosas de creciente popularidad.

    El acto, celebrado en el Oriental Garden Hotel de la capital china, atrajo a empresas, medios de comunicación, diplomáticos y curiosos que pudieron conocer el uso del camarón que ya se da en la gastronomía china o la singularidad de las rosas ecuatorianas.

    «Han sido reconocidas como las mejores del mundo y lograron el primer lugar en muchos concursos internacionales, debido a su tamaño tanto en el botón como en el tallo, a su variedad de colores y a su aroma», señaló el embajador de Ecuador en China, José María Borja, al inaugurar el evento de promoción.

    El diplomático tampoco fue parco a la hora de elogiar el marisco de su país, que también calificó como uno de los más preciados del planeta, y muestra de ello es que «ya se sirve en los mejores restaurantes de América y de China».

    Ecuador lleva ya varios años promocionando estos dos productos estrella en el mercado chino, y como fruto de ello, el acto de hoy se basó más en la visión que algunos chinos tienen ya de ambos, gracias a su entrada en las tiendas y restaurantes de este país.

    Así, en el caso de las rosas se proyectó un documental realizado por la Televisión de Pekín, y para los camarones fue un empresario de la cadena de raviolis chinos Green Bites quien explicó las bondades del uso de éstos como ingrediente en sus productos.
    El acto de promoción incluyó música andina y una muestra de artesanías y ropa de Ecuador.

    El embajador de Ecuador en China, José María Borja, durante su intervención hoy en Pekín en un encuentro con empresarios y consumidores. Foto: EFE
    El embajador de Ecuador en China, José María Borja, durante su intervención hoy en Pekín en un encuentro con empresarios y consumidores. Foto: EFE
  • Los servicios ahora también son digitales

    Redacción Quito

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    Las aplicaciones, sitios web y plataformas ya no son ajenos al sector de la economía popular y solidario. Las cooperativas trabajan para implementar soluciones tecnológicas para sus usuarios.

    Cooperativa Digital es un proyecto que comenzará a funcionar la próxima semana en dos cooperativas: Atuntaqui Ltda. y San Francisco de Ambato.

    La iniciativa busca que los clientes de estas entidades puedan realizar sus transacciones financieras desde diversos dispositivos (web, celular, tablets, etc.), efectuar pagos mediante billetera móvil, ver sus estados de cuenta desde un computador y otras facilidades.

    Al frente de la iniciativa está la Caja Central Financoop, una institución que integra el sistema cooperativo de ahorro y crédito del país, que agrupa a 115 cooperativas de ahorro y crédito, con 5 millones de clientes a escala nacional.

    El gerente general de la Caja Central Financoop, Marín Bautista, cuenta que entre los nuevos servicios que pueden ofrecer las cooperativas están cheques digitales; este es uno de los primeros servicios que han implementado.

    Bautista señala que este proyecto nació el segundo semestre del año pasado y se cristalizará en unos días, en principio, en dos cooperativas.

    “La interconexión y la interfaz, todo esto ya está concluido y para la segunda quincena del mes de abril ya entrarán en línea”, asegura el gerente de Financoop.

    La plataforma, explica Bautista, incorpora nuevos canales y permite realizar transacciones por medio de la página web y celular.

    Bautista explica que con estos nuevos canales digitales los usuarios podrán efectuar pagos de servicios públicos, las cuotas de sus créditos, etc.

    El presidente de la Caja Central Financoop sostiene que han invertido cerca de USD 200 000 para la implementación de la plataforma. Para el segundo año espera que el sistema deje beneficios. El desarrollo está a cargo de Financoop, en colaboración de la empresa uruguaya Bankingly, que tiene experiencia en el manejo e implementación de canales digitales para varias instituciones financieras del continente.

    La segunda fase del proyecto incluirá capacitación a las cooperativas en temas como seguridad informática y marketing digital. Para Bautista, es indispensable que las cooperativas aprendan a promocionarse en redes sociales para cautivar a nuevos clientes.

    Otro de los temas pendientes para las cooperativas es incursionar en la emisión de tarjetas de crédito. Bautista cuenta que se encuentran trabajando en temas de permisos y autorizaciones y prevé que en dos meses nuevas entidades del sector comiencen a brindar este servicio.

    Santiago Benalcázar, gerente general de la Cooperativa Atuntaqui Ltda., cuenta que en principio, en 15 días, la aplicación de teléfono celular de la plataforma de Financoop permitirá a sus clientes consultar saldos de ahorros, préstamos y transferencias interbancarias.

    Para la segunda fase, que se implementará en unos dos meses, prevén sumarse a la plataforma de dinero electrónico, lo que les permitirá pagar servicios básicos a través de la ‘app’ móvil.

    Esta cooperativa actualmente cuenta con sus propias soluciones tecnológicas a través de su sitio web. Sus clientes actualmente pueden pagar diferentes servicios y solicitar créditos. La plataforma, explica Benalcázar, busca apuntalar el acceso a servicios para los clientes vía teléfono celular, para mayor comodidad.

    Existen las aplicaciones desarrolladas.para este tipo de servicio para teléfonos móviles. Foto: LÍDERES
    Existen las aplicaciones desarrolladas.para este tipo de servicio para teléfonos móviles. Foto: LÍDERES
  • Los desechos de las industrias son su ‘combustible’

    Adriana Bucheli

    En 1987 Germán Ávila Vargas (+) trabajaba en la construcción de obra civil para el sector petrolero y notó una gran cantidad de contaminación, sin que se manejen adecuadamente los desechos.

    Esto y su interés en el cuidado del medioambiente, dio paso a la idea de crear tecnología para la remediación de pasivos ambientales y al nacimiento de PECS, empresa que ahora es manejada por los hijos del fundador.

    Uno de ellos, Felipe Ávila, gerente de la compañía. Él explica que su padre era el soñador de la familia y que si bien a muchos les da temor iniciar un negocio así por la inversión y el riesgo que implica, “él veía más allá”. Por ello, con sus hermanos decidieron continuar con el desarrollo de la tecnología luego del fallecimiento de su padre. Ávila cuenta que la empresa arrancó con una inversión inicial en sucres, equivalente a unos USD 100 000.

    Luego de ello la inyección de capital ha sido constante. Una de las últimas fue de USD 2 millones y fue para una planta de recuperación de hidrocarburos, en Orellana. Allí se han recuperado 60 000 barriles de crudo desde 2013.

    El 50% de esto se entregó al Estado como crudo en calidad de exportación y el restante se utilizó para generar un tipo de combustible industrial, en un proceso de revalorización del desecho, que también se puede hacer con plástico, llantas, vidrio, etc.

    Con esta “nueva” materia prima, PECS procesa al mes 60 000 galones de producto recuperado.

    Con la aspiración de duplicar la capacidad de trabajo se están invirtiendo otros USD 120 000.

    En los primeros años de PECS el único trabajador fue Ávila padre, quien se dedicó a la investigación y desarrollo de la tecnología. Las operaciones como tal comenzaron en 1992. A la fecha la empresa cuenta con 163 empleados directos y genera trabajo para unos 300 proveedores, la mayoría de la Amazonía.

    Los productos desarrollados son biodegradables y se aplicaron inicialmente para la limpieza de piscinas de crudo, avanzando después a la atención de contingencia y limpieza de derrames.

    Ahora, PECS brinda servicios de gestión integral de desechos peligrosos y no peligrosos para todo tipo de industrias como petrolera, textil, agropecuaria, florícola, automotriz, cementera, etc., expansión que inició hace 10 años.

    “Toda industria que genere desechos es nuestro potencial cliente”, asegura el gerente. La empresa gestiona desde la prevención de la generación de desechos, hasta la evacuación, transporte, tratamiento, revalorización o disposición final de los desechos.

    Actualmente tienen entre 20 y 30 clientes, que generan habitualmente algún tipo de desecho en sus procesos, aunque también brindan servicios en casos de imprevistos como derrames.

    Al año gestionan un volumen de entre 400 y 600 toneladas de desechos peligrosos y 300 toneladas de los no peligrosos y reciclables.

    Fernando Emanuele, gerente de la empresa Orion, señala que trabajan con PECS desde hace cuatro años y la experiencia es muy buena porque no solo tienen precios competitivos, sino también por su tecnología e innovación.

    La crisis del sector petrolero golpeó a PECS, pero haberse abierto a otras industrias les permitió seguir creciendo, al punto de que en 2016 lograron USD 9,2 millones en venta de servicios.

    Felipe Ávila, gerente de PECS, dice que están generando combustible industrial a partir de ciertos desechos. Foto Patricio Terán  / Líderes
    Felipe Ávila, gerente de PECS, dice que están generando combustible industrial a partir de ciertos desechos. Foto Patricio Terán / Líderes
  • Los idiomas y la gastronomía son parte del servicio

    Sofía Ramirez

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    Clases de kichwa y de español. Esta fue la principal estrategia que implementó Minka Hostel para ganar fama entre los viajeros que llegan al país desde de Francia, Alemania y EE.UU.

    El valor agregado de este espacio es que, además de las clases de español, se desarrollan actividades con enfoque turístico como la organización de paseos a la Amazonía o al norte del país; también ofrece clases de salsa o juegos de mesa tradicionales.

    La iniciativa de crear un espacio para que los turistas compartan sus experiencias nació en agosto del 2013, cuando Sandra Apolo y Mishelle Zapata, -propietarias del hostal- viajaron a Perú.

    En ese país, además de conocer los lugares turísticos, también aprendieron cómo funcionan los hostales para mochileros.

    Estos establecimientos ofrecen hospedaje más económico para el viajero bajo el concepto de “espíritu comunitario”. Es decir, que los espacios sean compartidos entre los huéspedes. Por eso también le pusieron al establecimiento el nombre Minka, que significa minga en kichwa, explica Apolo, quiteña de 34 años.

    Ambas, luego de llegar de su viaje en agosto de ese mismo año, se pusieron de acuerdo para iniciar con el proyecto del hostal.

    El primer paso que dieron las emprendedoras fue arrendar la casa de tres pisos de los padres de Sandra Apolo, ubicada en el centro de Quito. Posteriormente empezaron a arreglar el lugar.

    Para darle identidad a Minka Hostel, en la decoración se utilizaron materiales reciclables como palets para la construcción de mesas, sofás y una cama. Unas cafeteras sirvieron como maceteros detalla Zapata, nacida en Guaranda hace 28 años.

    El hostal abrió sus puertas en Quito, en diciembre del 2013. Para posicionarse entre los viajeros sus fundadoras utilizaron estrategias a través de Internet: desarrollaron su página web y los primeros turistas que visitaron el lugar escribieron reseñas en Trip Advisor. Por su calidad en el servicio, la página especializada reconoció a Minka Hostel en los dos últimos años con el Certificado de Excelencia, cuenta Apolo.

    Jorge Ruiz, de 21 años, se hospedó en Minka Hostel hace dos semanas. Él detalla que estaba buscando referencias de lugares en Trip Advisor y encontró el establecimiento. Afirma que la decoración le llamó la atención y las actividades turísticas son una característica que lo diferencia de otros establecimientos similares.

    Los platos que preparan son tradicionales del país. Se cuentan llapingachos, mote pillo, entre otros. Estas recetas también llaman la atención por el sabor, dice Ruiz.

    Entre el 2014 y 2015, la llegada de turistas superó las expectativas de las emprendedoras, por lo que llegaron a facturar USD 70 000 cada año. Y en el 2016, pese a que la coyuntura económica golpeó al sector turístico, Minka Hostel obtuvo una facturación de USD 80 000.

    En este año, el establecimiento quiere convertirse en un ecohostel. Apolo y Zapata planean incorporar procesos orgánicos como recolección y clasificación de basura, uso de comida orgánica, optimización de energía con paneles solares para el uso de duchas eléctricas, entre otras innovaciones en el servicio.

    Sandra Apolo y Mishelle Zapata son propietarias de Minka Hostel, ubicado en el centro de Quito. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Sandra Apolo y Mishelle Zapata son propietarias de Minka Hostel, ubicado en el centro de Quito. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Diseño y colores autóctonos son su marca distintiva

    Redacción Quito

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    Cuando decidieron emprender su negocio tenían claro que debía tener dos puntales: basarse en comercio justo y que su canal de distribución sea las redes sociales.

    Michelle Pérez, graduada de ciencias políticas y relaciones internacionales, y Paúl Dávila, comunicador digital, escogieron las características de los nuevos negocios: que su base sea Internet que permite ahorrar costos y que tenga un impacto social.

    El origen del negocio se remonta a un viaje que los jóvenes realizaron a Montañita (Santa Elena). En la playa se encontraron con un comerciante de botas y zapatos muy coloridos. Wilmer Pérez, un artesano riobambeño, manufactura el calzado junto con su familia y lo distribuía en el balneario.

    Pérez cuenta que el artesano en principio elaboraba carteras y luego probó con calzado. Sus productos tuvieron éxito y poco a poco los fue perfeccionando.

    El artesano creo diferentes líneas de zapatos y botas y sus creaciones se basan en tejidos con diferentes diseños y tonos vivos.

    Los dos jóvenes emprendedores decidieron iniciar su negocio en septiembre del año pasado, con la expectativa de conseguir buenas ventas en la temporada navideña. Para arrancar invirtieron unos USD 3 000 con los que adquirieron 300 pares de zapatos, principalmente botas.
    Las ferias artesanales y de diseño que se realizan en la ciudad también han servido de plataforma de promoción para la naciente marca quiteña.

    Así nació Capivara, una marca que busca reflejar la diversidad del país a través del animal típico de la Amazonía.

    Gracias a las ventas, los jóvenes adquirieron un ‘stock’ de 500 pares de zapatos más para su comercialización, pero en esta ocasión los diseños tienen un concepto más veraniego, pensando en la próxima temporada.

    Por las ventas desde septiembre, Capivara facturó unos USD 5 000. Los precios de los zapatos oscilan entre los USD 28 y 44.

    Los canales de distribución también se han ampliado. Facebook ya no es su única vitrina y también consignan su producto a tiendas turísticas de la Quito.

    Entre los proyectos de Capivara está consolidar la marca y exportar sus productos.
    Michelle Novillo, quien estudia un diplomado sobre migración en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), adquirió un par de botas de Capivara en diciembre del año pasado.

    Ella comenta que actualmente usa las botas, al menos, tres veces por semana debido al invierno y las bajas temperaturas de la Sierra. Novillo destaca su comodidad y sobre todo el estilo del calzado.

    Paúl Dávila y Michelle Pérez, compañeros desde el Colegio Rudolf Steiner,  son los fundadores de Capivara. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Paúl Dávila y Michelle Pérez, compañeros desde el Colegio Rudolf Steiner, son los fundadores de Capivara. Foto: Patricio Terán / LÍDERES