Etiqueta: turismo

  • Una ruta para recorrer Inglaterra

    Agencia EFE

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    La compañía ferroviaria británica Great Western Railway (GWR) y la ruta Great West Way se aliaron para promocionar el turismo en Inglaterra, un país que, afirman, es “mucho más que solo Londres”.

    Así lo aseguró David Andrews, director de la ruta Great West Way que se inauguró el pasado mes de noviembre y que abarca más de 200 kilómetros de recorrido, desde Bristol hasta la capital británica. Los organizadores presentaron a los medios la nueva colaboración gracias a la cual los turistas nacionales podrán acceder a un pase de siete días con el que hacer toda la ruta.

    Windsor es el castillo habitado con mayor antigüedad del mundo. Foto: EFE
    Windsor es el castillo habitado con mayor antigüedad del mundo. Foto: EFE

    Ciudades tan emblemáticas como Oxford, Bath, Salisbury y Windsor o el monumento neolítico de Stonehenge forman parte de este itinerario en el que los visitantes también podrán acercarse a lugares hasta ahora prácticamente desconocidos del territorio inglés.

    Además de la colaboración ferroviaria, la Great West Way cerró acuerdos con 250 compañías de autobuses locales para crear la mayor red integrada de autobuses y trenes del Reino Unido.

    Bristol es conocida como la ciudad de los puentes, botes y globos. Foto: EFE
    Bristol es conocida como la ciudad de los puentes, botes y globos. Foto: EFE

    “Este ticket es una forma fantástica de animar a los turistas a viajar por la Great West Way y hace la ruta más accesible para los visitantes internacionales”, señaló Andrews durante la presentación en lo alto del Arco de Wellington, junto al céntrico parque londinense de Hyde Park. Asimismo, los organizadores lanzaron la primera guía completa de la ruta que recoge todos los itinerarios que pueden hacerse dentro del recorrido de forma pormenorizada, así como 33 lugares y actividades imperdibles.

    El proyecto de la Great West Way comenzó a finales del pasado año como la nueva ruta para recorrer el país y la primera multitransporte del Reino Unido.

    Chippenham es un pueblo histórico, ubicado en el oeste del país.. Foto: EFE
    Chippenham es un pueblo histórico, ubicado en el oeste del país.. Foto: EFE
    Baños Romanos, en Somerset, es una construcción del año 70 a.C. Foto: EFE
    Baños Romanos, en Somerset, es una construcción del año 70 a.C. Foto: EFE
    El conjunto megalítico de Stoneage figura entre los más célebres del mundo. Foto: EFE
    El conjunto megalítico de Stoneage figura entre los más célebres del mundo. Foto: EFE
  • Turistas captan una nueva visión del Quito histórico gracias a los no videntes

    Agencia EFE

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    No videntes por azares del destino, cinco guías turísticos ecuatorianos pasean a los visitantes del Centro Histórico por un Quito de experiencias sensoriales, una prueba de que la cultura no entiende de discapacidades y de que la mejor forma de ver no siempre es con los ojos.

    Iglesias, museos, parques, restaurantes, hoteles, historias y leyendas, todos toman una nueva dimensión para el turista que, con los ojos vendados, atiende la explicación de los guías por algunos tramos del Quito colonial, reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

    «No tenga miedo, camine, yo le voy a cuidar», dice el guía Germán Fonseca, bastón en mano, al turista que tiene los ojos tapados con un antifaz y que se sujeta al brazo del no vidente como única fuente de seguridad mientras camina por las afueras del imponente palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo nacional.

    Con paso inseguro ante una nueva y momentánea realidad de tinieblas en pleno día, el turista palpa las paredes del palacio en una invitación del guía Fonseca a «sentir» la historia, a acariciar la cultura y despertar los sentidos.

    «¿Cómo sintió a Carondelet?», pregunta el experto. «Áspero», responde el turista antes de que otro guía con discapacidad complete con picardía: «¡Áspero… como los presidentes!».

    Tras una detallada explicación sobre el monumento histórico, el recorrido continúa entre el éxtasis turístico y la comprensión de lo poco amable que resultan la ciudad y los ciudadanos para las personas con discapacidad visual, en un país donde se calcula que existen cerca de 300 000 personas en esa situación.

    Casi un año llevan los guías en la labor de ayudar al turista a descubrir Quito desde otros sentidos, considerando que el de la vista puede estar saturado por imágenes maquilladas, por muchos filtros, y que son más efectivos los «ojos del alma».

    Prácticamente ciega a sus 55 años por una enfermedad degenerativa de la retina, María Fernanda San Andrés confiesa a EFE que espera que, con estos recorridos, los turistas se lleven una experiencia sensorial del Quito histórico, pero también «una nueva visión sobre la discapacidad».

    La idea es que «más gente entienda que no somos el pobre cieguito sino que somos personas valiosas con mucho que ofrecer, que tenemos un gran bagaje cultural, académico, humano», recalca esta socióloga especialista en Educación Superior, con estudios en Alemania.

    A diferencia de otros guías turísticos no videntes alrededor del mundo, los integrantes del grupo ‘Viviendo Quito con sentidos’ han optado porque sea la otra parte de la población la que enfrente la discapacidad con ellos y, por eso, vendan los ojos a los visitantes en varios apartes del recorrido.

    Y la realidad golpea con fuerza al turista que, antes de colocarse el antifaz, puede sentirse incómodo por el lento andar de los guías pero, una vez con los ojos tapados, llega incluso a pedirles que «no vayan tan rápido».

    Los guías alimentan la imaginación del visitante «ciego» con relatos que incluyen diálogos y sonidos para teatralizar leyendas, así como aromas relacionados con sus historias.

    Usan para ello rudimentarios artículos de los que pueden echar mano ante la falta de auspicio en una tarea cuesta arriba, pues hasta ahora no han cobrado por sus tours que, no obstante, son de un valor incalculable a tenor de la autoestima que les inculcan a ellos y del cambio de percepción hacia el discapacitado en la gente «regular».

    «Los turistas tienen mucho miedo al principio, pero cuando terminan se dan cuenta de que los valientes somos nosotros», subraya San Andrés, una de las 25 personas con discapacidad que ha sido autorizada como guía en las diferentes facetas culturales de Quito, entre ellas, la gastronómica.

    Y en esa línea, el turista de ojos vendados participa por primera vez del frío procedimiento para elaborar los tradicionales helados de paila, esos que antes le llegaban a la mesa sin más trámite que ordenar y de los que ahora tiene una nueva mirada, paradójicamente, sin ver.

    A diferencia de otros guías turísticos no videntes alrededor del mundo, los integrantes del grupo 'Viviendo Quito con sentidos' han optado porque sea la otra parte de la población la que enfrente la discapacidad con ellos y, por eso, vendan los ojos a los
    A diferencia de otros guías turísticos no videntes alrededor del mundo, los integrantes del grupo ‘Viviendo Quito con sentidos’ han optado porque sea la otra parte de la población la que enfrente la discapacidad con ellos y, por eso, vendan los ojos a los visitantes en varios apartes del recorrido. Foto: Facebook / Viviendo Quito Con Sentidos
  • Turismo vivencial para el extranjero

    María Victoria Espinosa

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    Los hermanos Byron y Budy Calazacón crearon el centro cultural y turístico tsáchila Seke sonachun, en la comuna Chigüilpe.

    Hace nueve años ellos se plantearon la idea de mostrar la cultura tsáchila a través del turismo.

    En un terreno de más de una hectárea, que pertenece a su familia, decidieron construir cabañas típicas, senderos y sembrar plantas nativas y frutas orgánicas.

    Ellos recuerdan que el lugar era un pastizal y que con ayuda de familiares debieron podar el terreno y repoblarlo con árboles nativos como el ceibo.

    Con el proyecto armado, los jóvenes decidieron recorrer el país para mostrar la cultura tsáchila e invitar a los turistas a Santo Domingo. Ellos se encargaban de repartir folletos y exponerle al turista por qué visitar Santo Domingo de los Tsáchilas.

    De a poco, empezaron a llegar los primeros viajeros a Seke sonachun, que en tsa’fiki (el idioma nativo) significa Buen vivir.

    Byron decidió replicar esa fórmula en Europa y Centro América. Con poco presupuesto – menos de USD 400 – viajó a lugares como España, Francia, entre otros.

    Ahí empezó a visitar cafeterías y centros turísticos, donde dejaba afiches o folletos con información sobre las tsáchilas.

    El primer grupo de turistas europeos llegó a través de esa publicidad. En el centro cultural, los hermanos no solo le ofrecieron hospedaje típico – en cabañas de caña guadúa, pambil y paja toquilla – sino que les brindaron la experiencia de conocer de primera mano cómo viven los tsáchilas.

    Incluso, organizaban fiestas de integración, rituales típicos, dinámicas de convivencia y también tours para recorrer cascadas, bosques o la ciudad más cercana.

    Budy, en cambio, se encargó de atraer al turista que visita a otras nacionalidades indígenas de la Sierra y el Oriente. “En el exterior se conoce poco de los tsáchilas, pero al hacer alianza con otras etnias ellos nos recomiendan y, antes de ir a la playa, el turista pasa a conocernos y se queda más días de lo planificado”.

    Calazacón ofrece una comisión de entre 5% y 10% a los centros turísticos que lo recomiendan. Esa es una motivación para que lo sigan haciendo.

    Budy señaló que los viajeros que llegan a Seke sonachun buscan aprender sobre el idioma o a construir cabañas. “Es un intercambio cultural, nosotros conocemos sus costumbres y ellos las nuestras”, afirma el emprendedor.

    Este centro cultural recibe entre diciembre y abril a 40 extranjeros. Mientras que de junio a octubre alrededor de 80. Con cada grupo se trabaja en un proyecto, ya sea para reforestar el bosque, cultivar cacao o adecuar las cabañas.

    El turista nacional llega en feriados o en fechas especiales como la fiesta Kasama (Nuevo Amanecer) o para las limpias de Año Nuevo.

    Agathe Eiselé y Alejandro Vallet iniciaron un recorrido por Centro América. En Honduras se encontraron con un grupo de amigos que había viajado a Ecuador. Ellos les hablaron de los tsáchilas.

    A través de Internet vieron fotos e hicieron la reservación. “Nos gustó que pudimos hospedarnos con nuestra mascota Guaca y ella tiene espacio verde para jugar”, dice Eiselé, quien quedó impresionada con la planta de cacao.

    Ella afirma que en Suiza, de donde es oriunda, se hace uno de los mejores chocolates, pero nunca había probado el cacao recién cortado. “Hasta ahora me ha encantado la naturaleza y la cultura de los tsáchilas”, manifiesta.

    Para esta semana llegará otro grupo de 10 extranjeros desde Alemania y Holanda. Ellos se hospedarán por alrededor de 15 días en el centro cultural. Uno de los proyectos en los que trabajarán será en la construcción de una cocina comunitaria.

    Para ello deberán internarse en el bosque para obtener la caña guadúa, el bambú y la paja toquilla. Luego deberán aprender sobre el secado ancestral y las técnicas de construcción.
    Además, aprenderán sobre las costumbres y tradiciones nativas. Conocerán los ríos y cascadas, ceremonias ancestrales, entre otros.

    El tsáchila Budy Calazacón les mostró las plantas de cacao nacional orgánico a los turistas extranjeros. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    El tsáchila Budy Calazacón les mostró las plantas de cacao nacional orgánico a los turistas extranjeros. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Cabañas que unen el confort y la cultura

    José Luis Rosales

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    La ibarreña Viviana Erazo ha desarrollado varias iniciativas productivas, en las dos últimas décadas. Recuerda que instaló una papelería, luego una empresa consultora y una fundación que capacita a emprendedores.

    En enero pasado abrió en Cotacachi (Imbabura), Sara Lodge. Es un establecimiento turístico que ofrece alojamiento en cabañas de bambú, comida y ceremonias ancestrales, caminatas, cabalgatas dirigidas a los visitantes nacionales y extranjeros.

    La empresaria es apasionada por los bellos paisajes, las manifestaciones culturales y la variada naturaleza del país.

    Sus emprendimientos están inspirados en los principios de la economía social y solidaria. “El ser humano como centro, la generación de trabajo como objetivo, el cuidado del medio ambiente y la protección de la sabiduría local”.

    Erazo estudió la carrera de Negocios Internacionales, en Ibarra. También cursó una maestría en Desarrollo Local Rural, en España. Ha recorrido 30 países del mundo por trabajo y turismo. Le gusta conocer nuevos destinos y culturas. Hace una década tuvo la oportunidad de visitar Japón, en donde conoció el uso del bambú.

    A su retorno a Ecuador se vinculó a una organización no gubernamental que desarrolla labores en Manabí. Ahí reforzó su gusto por las edificaciones levantadas con el bambú nativo de Ecuador.

    El año pasado empezó a construir Sara Lodge (en idioma kichwa sara significa maíz). Calcula que ha invertido USD 100 000.

    El 90% del capital aportó Erazo de recursos de la venta de una oficina, créditos de hermanos y de una entidad bancaria; el 10% proviene del aporte de una socia.

    El dinero lo destinó para adquirir el terreno, edificar la infraestructura hotelera (compuesta por dos cabañas de bambú y dos domos geodésicos de estructura metálica, aún en construcción).

    Su idea fue generar opciones de alojamiento alternativo para los visitantes. Por eso, el mayor reto fue edificar en el páramo las cabañas de bambú, que provienen del litoral. Esta obra fue ejecutada por obreros de la Fundación Hogar de Cristo, de Guayaquil.

    En los acabados se colocó canaletes metálicos, esponjas térmicas y paredes de gysump, para combatir el clima frío de la zona. La idea es mantener un ambiente cálido al interior de las cabañas.

    En las 1,5 hectáreas que mide el terreno se adecuó una zona para camping, un huerto orgánico, un jardín y un área para animales.

    El lugar tiene una vista privilegiada de los volcanes Cotacachi, Imbabura, Cayambe y Fuya Fuya. También se observa los valles en donde se asientan las urbes de Otavalo, Cotacachi y Atuntaqui.

    Los viajeros pueden participar de actividades culturales y recreativas en Sara Lodge y en lugares cercanos. Una de ellas es la Danza de los Yumbos, un baile tradicional de la zona.

    También se puede avanzar a la laguna de Cuicocha. Allí, una opción es una caminata por la Ruta Sagrada, en donde se puede observar la flora y fauna del lugar. El recorrido dura 30 minutos.

    Otra de las rutas se dirige a la comuna kichwa de San Nicolás, que ofrece una convivencia con familias nativas. También hay alternativas de paseos a caballo y recorrido en bicicletas.

    Uno de los servicios que implementará Erazo es el alojamiento en los domos geodésicos y un sitio para el cuidado de mascotas.

    Las redes sociales han sido aliadas para darse a conocer el lugar. Ahora también oferta los servicios en línea a través de Airbnb, Booking y Tripadvisor.

    Una de las estrategias de Sara Lodge es trabajar en alianzas con el turismo comunitario. La idea es que los 200 000 visitantes que llegan a la Reserva Ecológica Cotacachi-Cayapas, cada año, ayuden a dinamizar la economía de las comunidades vecinas de Cuicocha.

    Viviana Erazo planea construir cabañas turísticas en Las Peñas, en el norte de Esmeraldas, pero con el mismo concepto de Sara Logde. El objetivo es ofrecer, a futuro, los destinos páramo y playa a los turistas.

    Datos

    El establecimiento está ubicado tres kilómetros antes del ingreso de la Laguna de Cuicocha.

    Hay paquetes desde USD 35, todo el día. Otra opción es tres días y dos noches, todo incluido, por USD 180.

    El servicio de restaurante ofrece desayuno, almuerzo y cena. Hay varias opciones.

    Para realizar los trekking y caminatas al páramo se ofrece los servicios de guías locales indígenas.

    El citi tour ofrece un recorrido por los almacenes de prendas y artículos de cuero, en el centro de Cotacachi.

    Viviana Erazo está al frente de esta nuevo establecimiento turístico en Cotacachi. Tiene toques ecológicos. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
    Viviana Erazo está al frente de esta nuevo establecimiento turístico en Cotacachi. Tiene toques ecológicos. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
  • El tren activa el turismo del cantón Milagro, en Guayas

    Redacción Guayaquil

    (I)

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    El recorrido del Tren de la Dulzura entre Durán y Naranjito es llamado así porque entre el paisaje de cultivos de banano, cacao y extensos arrozales, también hay plantaciones de caña de azúcar, tradicionales de esa zona de la provincia del Guayas. Una parada de cerca de tres horas en Milagro ofrece la posibilidad de visitar haciendas del sector.

    Entre las fincas que promueven sus paseos a la zona rural del cantón está la Quinta Agroturística La Orilla, en la ribera del río Milagro, que le ofrece a los turistas la práctica de ‘tubing’, en la que los visitantes bajan por el río en tubos inflables de las llantas de vehículos.

    En la finca de la parroquia rural Mariscal Sucre, a 10 minutos de Milagro y a una hora de Guayaquil, se puede almorzar secos de gallina o de chancho, ceviches, etc., y participar en la producción de melcocha. El dulce se elabora con la panela que se produce a partir de la caña de azúcar, en los trapiches artesanales de la zona.

    La Quinta La Orilla y la Quinta Forestal El Bosque en Milagro, a su vez, hacen parte de la Ruta del Azúcar, de la Prefectura del Guayas, que promueve los atractivos de seis cantones ubicados en el este de la provincia. La oferta aprovecha la relación de la producción local de caña, el tren y el pueblo campesino montuvio.

    “La idea era conectar con los conceptos de la Ruta del Azúcar y el Tren de la dulzura; por eso les proponemos a los visitantes elaborar melcochas y la miel de caña, al tiempo que los acercamos a las tradiciones de la zona”, señala Verónica Coloma.

    El Bosque, finca a la que se ingresa por el km 2,5 de la vía a Naranjito, ofrece un área recreacional con piscinas, canchas, juegos y hamacas y un bosque con senderos y laguna en la que se puede acampar.

    El itinerario que propone la Prefectura destaca a decenas de viveros de plantas ornamentales, jardines en los primeros ocho km de la vía Milagro-Naranjito.

    Narcisa Miranda, milagreña de 34 años, comercializa en el vivero Joan Jesús 300 variedades de plantas tropicales. “Las plantas más solicitadas son las diversas variedades de la ixora”, dice Miranda, que produce las matas desde hace 12 años en una finca cercana y quien se autoidentifica como parte del pueblo campesino costeño. “Los precios parten desde USD 0,50 centavos hasta 300”.

    Carlos Alvarado ofrece a los turistas la posibilidad de aprender a elaborar melcocha en un árbol de guanábana.
    Carlos Alvarado ofrece a los turistas la posibilidad de aprender a elaborar melcocha en un árbol de guanábana. Foto: Mario Faustos / Líderes
  • Madera, coral, cerámica y semillas son sus insumos

    Marcel Bonilla

    (F- Contenido Intercultural)

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    Tras 20 años de estar en el mercado impulsando la venta de artesanía con motivos afroesmeraldeños, el emprendimiento La Fauna del Coral se proyecta a conquistar otros mercados con sus productos hechos con madera, cerámica, semilla de árboles y coral.

    La elaboración de réplicas de instrumentos musicales de la tradición esmeraldeña así como collares, pulseras, aretes de concha de coco, tagua y caña guadúa, son parte de la variedad de productos que oferta este negocio.

    La Fauna del Coral es el emprendimiento de Paola Rosales, una artesana que montó un taller familiar con una inversión USD 3000, con el que emprende de la mano de su pareja y sus hijos. Desde hace tres años funciona en uno de los locales del malecón de Las Palmas, en Esmeraldas, con la venta de ropa con detalles afros, collares, pulseras, muñecas afro hechas con cerámica y una variedad adornos.

    Una de las habilidades de la emprendedora es la decoración de las muñecas afros con colores que resalten la figura de las mujeres vinculada con una de sus actividades cotidianas.

    La imagen que más resalta es la de mujeres con sus bateas utilizadas para lavar oro y cargando los cántaros de agua, como lo hacían en otrora para conservar el líquido en esos recipientes.

    También trabajan en la elaboración de artesanías con caña guadúa, pambil y semillas de plantas, usadas para la elaboración de pulseras e instrumentos musicales como las maracas y guasá, hechos con caña guadúa.

    El promedio de ventas mensual está por encima de los USD 1000, cifra que varía durante los feriados cuando se promedian ventas de 300 y USD 500, por día de feriados, explican los emprendedores.

    Los mayores clientes son extranjeros que visitan con regularidad la playa de Las Palmas, en especial el turismo proveniente de Colombia y de la Sierra ecuatoriana, que acuden con más frecuencias los fines de semana.

    La proyección es colocar su oferta en tiendas de artesanías de Quito y Guayaquil. Para ampliar su proyecto, Rosales necesita USD 10 000 más, pues ahora cuenta con un capital de inversión de USD 8 000, de los cuales 5 000 están invertidos en máquinas y 3000 en mercaderías.

    Las artesanías de La fauna de coral se completan con atuendos estampados con detalles del pueblo afro como una marimba, un cununo, palmeras y hasta tambores, que se producen en su taller donde trabajan en la noche.

    Las cajas de madera elaboradas para guardar prendas no solo son hechas por ellos, también las pintan y ponen el nombre del cliente, ciudad o del balneario.

    La representa de la unidad de producción del Ministerio de la Producción en Esmeraldas, Gabriela Zambrano, explica QUE con La Fauna del Coral se han adelantado procesos de certificación pensando en la exportación no solo de collares, sino de otros productos artesanales que son hechos con finos detalles.

    Según Zambrano se están buscando a nuevos emprendedores que por medio de sus emprendimientos den un realce a la cultura del pueblo afro.

    La Fauna del Coral es el emprendimiento de Paola Rosales, una artesana que montó un taller familiar
    La Fauna del Coral es el emprendimiento de Paola Rosales, una artesana que montó un taller familiar. Foto: Marcel Bonilla / Líderes
  • De su mano, el mundo conoce el país

    Carolina Enriquez

    Redactora (I)

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    Si se tuviera que nombrar a las personas por sus acciones, Norma Cristina Bock sería la embajadora de Ecuador. A través de su gestión en la rama del turismo ha logrado que el país se convierta en un destino para descanso y reuniones.

    A esta quiteña, de madre ecuatoriana y padre alemán, los diferentes países y culturas siempre le parecieron atractivos. La arqueología y la antropología, sin embargo, son todavía su pasión.

    Comenta todo esto mientras muestra los más de 30 000 tomos de la biblioteca que conformó su abuelo, de quien heredó su gusto por la lectura. Los libros ocupan tres áreas de la casa familiar, en la que Bock reside desde su niñez.

    Esta propiedad es una especie de oasis en el caótico inicio de la Panamericana Norte, metros antes de llegar a Calderón. Su ubicación marcó la infancia de la empresaria y sus dos hermanos; crecieron rodeados por el campo, los libros y tuvieron que acostumbrarse a recorrer largas distancias para llegar al colegio Alemán, en el que estudiaban.

    La educación en dicha institución le permitió, al terminar el bachillerato en 1995, acceder al sistema de formación dual alemán. Logró el título de tecnóloga trilingüe en comercio internacional.

    “Me encantó porque se estudiaba dos días y se trabajaba tres (laboró en lo que ahora es la farmacéutica Novartis). Entendí que es lo que quería hacer después. Apunté a negocios internacionales y marketing en la Universidad San Francisco de Quito”, relata.

    En 1998 comenzó sus estudios de pregrado. Durante esa época tuvo la oportunidad de realizar un intercambio en la Universidad de Tubinga (Eberhard Karls Universität Tübingen) en Alemania. Aunque por su relación familiar conocía ampliamente la cultura de ese país, en esos años le impactaron la disciplina y el orden. Eso lo trasladó a su vida profesional.

    Hasta que ese momento llegue, sin embargo, siguió aprendiendo. Volvió al país y se graduó de la universidad en el 2001, luego ganó una beca para estudiar un MBA en la Politécnica de Cataluña (España), más una especialización en ocio, cultura y tiempo libre.

    Su estancia en la península Ibérica marcó lo que sería su carrera a partir de ese momento. “Elegí España porque es uno de los países que más turismo recibe. Quería aprender de esa industria porque se parecía mucho a mi carrera. Aprendí a entender el sector, el manejo de casinos, hoteles, tour operador, centro de convenciones y ciudades en sí”, explica.

    Cuando volvió al país, en 2003, era otra. Aunque al inicio trabajó en la firma de comercio exterior Schryver del Ecuador, la vida le tenía preparada otra cosa: vio un anuncio en la prensa en el que se buscaba coordinador para Europa en el extinto Fondo de Promoción Turística nacional. Aplicó y fue seleccionada para el cargo.

    Se apasionó totalmente por el tema. Organizó ferias turísticas para el país en Europa, trajo operadores y periodistas turísticos, apoyó a los coordinadores de otras áreas para promoción, etc.

    De esta época la recuerda el consultor turístico Patricio Velásquez. “No le ha importado trabajar hasta medianoche, teniendo que viajar al otro día, para sacar adelante un proyecto. Debo destacar el gran sentido que tiene de país. Pone pasión en lo que hace”.

    Bock, junto a él, también trabajó en Quito Turismo; allí estuvo en dos ocasiones. Asimismo, ella fue parte del Ministerio de Turismo, el Buró de Convenciones de Quito, participó como invitada de los municipios de Viena y Barcelona para aprender y conocer sus oficinas de congresos, entre otros.

    Esta empresaria quiteña es una especialista en MICE (Reuniones, incentivos, conferencias y exhibiciones por sus siglas en inglés). Sabe cómo captar eventos para la ciudad y el país; como directora MICE de Quito Turismo ‘ganó’ más de 65 reuniones hasta 2025 entre las que están Routs of America, Foro Mundial de la Bicicleta, Latincor y más.

    María Gloria Landázuri, quien conoce a la empresaria desde la época en que laboraba en el sector público, destaca su profesionalismo. “He trabajado con ella varias veces y lo que más resalto es su amplio conocimiento en el tema MICE. Ella es la persona que más sabe sobre este tema en Ecuador. Creo que puede hacer mucho por el país. Es la ‘senséi’ en la atracción de congresos”, dice esta productora audiovisual.

    Hoy Bock trabaja de manera independiente, asesorando a gremios o academia a traer eventos.

    Norma Bock en la biblioteca de más de  30 000 tomos que heredó su abuelo a la familia. Le gusta hacer ‘trekking’ de montaña. Abajo, con diseñadores de reuniones durante  una capacitación.
    Norma Bock en la biblioteca de más de 30 000 tomos que heredó su abuelo a la familia. Le gusta hacer ‘trekking’ de montaña. Abajo, con diseñadores de reuniones durante una capacitación. Foto: Julio Estrella / Líderes
  • En Quito se abrió otra alternativa para el turista

    Giovanni Astudillo (I)

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    Las operaciones de la cadena internacional Ibis empezaron en el Ecuador con la apertura de su primer hotel ubicado en el norte de Quito. La construcción y el equipamiento representaron una inversión de USD 10 millones.

    Es una franquicia que es traída al Ecuador por capitales cuencanos y guayaquileños. El 60% de la inversión total del proyecto fue apalancado por la Corporación Financiera Nacional.

    Cuenta con 151 habitaciones ubicadas en ocho pisos, una cocina con equipamiento de punta y un salón para eventos con capacidad para 40 personas. Entre las habitaciones existen dos para personas con capacidades especiales.

    Además, el edificio tiene dos niveles de subsuelos para los parqueaderos, un piso para servicios y la planta baja.

    José Ochoa es el principal inversionista. Él señala que hace ocho años se plantearon la idea de buscar una cadena internacional para traerla al Ecuador.

    Entre otras opciones se decidieron por Ibis, que es propiedad de Accor Hoteles. En el 2014 firmaron un acuerdo de entendimiento. Ibis cuenta con 2 043 hoteles en Europa, África, Asia, y América.

    Según Ochoa, el segmento medio para ejecutivos y familias no está desarrollado en el Ecuador, por ello optaron por el Ibis color rojo, “que brinda la mejor relación precio-calidad. Al ser el primer hotel en el país de esta cadena, nos dieron la oportunidad de brindar una oferta diferenciada”.

    Entre las innovaciones está un gimnasio con máquinas que son importadas desde Europa. Además, un Coffee Shop, que se abrirá en dos meses y tendrá una oferta de heladería, pastelería y chocolatería.

    Ochoa dice que también se mejoró el sistema de bufete y las habitaciones tienen sistema de insonorización, “que superan los requerimientos del Ibis y la normativa ecuatoriana”.

    También, hay innovaciones en los sistemas de calentamiento y recirculación del agua, secadores de cabello, camas, Internet y televisión satelital, con alianza con Claro para tener señal HD en la mayoría de los canales.

    El hotel tiene 8 500 metros cuadrados de construcción. La edificación tardó dos años y medio y la intención para los próximos hoteles es reducir el tiempo a dos años, señala el empresario hotelero.

    La tarifa de introducción para el alojamiento es de USD 45 por noche en la habitación sencilla y 49 en la doble. En ambos casos más impuestos. Esos valores se mantendrán hasta febrero y a partir del 1 de marzo subirá a USD 60.

    Ochoa asegura que la ocupación alcanzada desde el pasado 16 de enero -cuando se abrieron las puertas de este hotel– superó las expectativas. Ese indicador bordea el 40%.

    Las expectativas, agrega, eran no superar el 30% en el segundo mes de funcionamiento. “Tenemos reservas de grupos para estos días y los siguientes meses, incluso para junio”. La inauguración oficial será el 13 de febrero.

    Según Ochoa, el objetivo principal es aportar al turismo porque el crecimiento de este sector es mayor que el que registra la economía ecuatoriana. Dice que el flujo turístico que ingresa crece más del 7% al año. “La hotelería es económica en el Ecuador frente a otros países y las expectativas son positivas en el futuro”.

    Este hotel genera 55 empleos directos y otros 220 indirectos por los servicios que se requieren para el funcionamiento.

    Uno de los espacios del hotel Ibis, en Quito. El edificio tiene 8 500 metros cuadrados de construcción.
    Uno de los espacios del hotel Ibis, en Quito. El edificio tiene 8 500 metros cuadrados de construcción. Foto: Vicente Costales / Líderes
  • Una ‘app’ que se vale de la realidad aumentada

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    Una aplicación que sirve como un guía virtual de turismo. Esa es la esencia de GoUIO, una ‘app’ móvil desarrollada en Ecuador por la empresa Red Digital y que hasta inicios de diciembre del 2018 pasado sumaba algo más de 42 300 descargas.

    Este desarrollo está enfocado en el sector turístico y se vale de una serie de nuevas tecnologías como la realidad aumentada. Esta permite que el usuario de la aplicación tenga en su teléfono un mapa con atractivos de Quito, como una agenda cultural, restaurantes, hoteles, parques, organismos de seguridad, entre otros.

    Con la realidad aumentada, el usuario puede ver qué hay en el norte, sur, este u oeste de la ciudad. El mapa con GPS que tiene la aplicación indica la ruta y la distancia, así como el tiempo para llegar en auto o caminando. También se incorporan imágenes para ofrecer una experiencia detallada.

    Gracias a la realidad aumentada las personas pueden ‘desplazarse’ en un mapa virtual. En la actualidad, GoUIO incluye alrededor de 50 locales de distintos servicios turísticos. Estos pagan una mensualidad para aparecer en el mapa, según explica Andrés Miranda, vocero de Red Digital.

    Otra de la tecnología empleada es la de los ‘beacons’. Estos son microcomputadores que interactúan con dispositivos móviles a través de Bluetooth. Estos aparatos, que están conectados a la Nube y caben en la palma de la mano, se colocan en puntos estratégicos de la ciudad. De esta manera envían una señal a un teléfono móvil anunciando un servicio o producto turístico. La explicación que recibe la persona es bastante detallada y se la puede escuchar, tal como un mensaje de audio en un teléfono móvil.

    El desarrollo de la ‘app’ duró cerca de un año y está al aire desde febrero del 2018, explica Miranda. “Estamos enfocados en turismo y en Quito. La meta es llegar en el 2019 a Cuenca y Guayaquil, ciudades en donde ya se analiza el tema con sus autoridades”.

    Quito Turismo utiliza la aplicación GoUIO para promocionar la ciudad. Verónica Sevilla, representante de la entidad, dice que la ‘app’ es una innovación pensada en el turista y en acompañarlo durante su visita en la ciudad.

    Esta herramienta, añade Sevilla, hace a la ciudad más amigable y segura, tanto para el turista, como para los ciudadanos. La autoguianza en el Centro Histórico, por ejemplo, mejora la experiencia de los visitantes, y de los quiteños que recorren los atractivos de la capital. “Esta aplicación es una innovación para el turismo a nivel mundial”, asegura la vocera de Quito Turismo.

    Un portal

    Otro emprendimiento de Red Digital es el portal Dialoguemos, que antes llevaba el nombre La Conversación. Este sitio digital se alimenta con artículos de profesores universitarios que analizan distintos temas, desde economía, hasta política, seguridad, educación, entre otros.

    El sitio trabaja con catedráticos de ocho universidades: Ecotec, la Universidad Católica de Guayaquil, la Universidad de Especialidades Espíritu Santo y la Universidad Casa Grande. También tienen artículos de la Universidad San Francisco de Quito, la Universidad Internacional del Ecuador, la Universidad Andina Simón Bolívar y la Universidad Técnica Particular de Loja.

    Detalles del portal

    Dialoguemos ha publicado más de 7 400 artículos de unos 450 profesores de la universidades mencionadas.

    El sitio tuvo 81 000 visitantes en noviembre y 87 000 en octubre pasado.

    Juan Tibanlombo
    es el editor del portal. Dice que se trata de crear una nueva narrativa a partir de artículos académicos.

    Los profesores “no siempre escriben para el gran público. En Dialoguemos recibimos sus artículos y se los ‘traduce’ a un lenguaje más sencillo.

    Juan Tibanlombo, de Dialoguemos, y Andrés Miranda, de GoUIO, en las oficinas de Red Digital. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Juan Tibanlombo, de Dialoguemos, y Andrés Miranda, de GoUIO, en las oficinas de Red Digital. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Impulsa el turismo y protege el páramo andino

    Cristina Marquez

    El entusiasmo se siente en la voz de Olmedo Cayambe cuando recuerda cómo cambió la vida en las comunidades asentadas en las faldas del Chimborazo, cuando incursionaron en el turismo y la crianza de alpacas. Su liderazgo fue clave en el proceso de cambio.

    Fue en el 2001. Él tenía solo 20 años, sus estudios secundarios no estaban completos y una oportunidad tocó a su puerta.

    La embajada de Canadá promovía un curso de capacitación en turismo comunitario, una materia que en ese entonces era totalmente desconocida en las comunidades. Él, junto a un grupo de 20 jóvenes, estudió durante un año para convertirse en los primeros guías locales nativos.

    La idea de vivir en una reserva natural protegida tampoco estaba clara en las comunidades. La gente desconocía que el páramo se estaba deteriorando debido al exceso de borregos que pastaban en esa zona y a las quemas continuas de pajonales que se realizaban frecuentemente para que el ganado se alimente del rebrote.

    “El primer conocimiento que recibimos en ese curso fue desgarrador. Nos explicaron que estábamos matando el páramo, cada familia tenía unos 400 borregos, vivíamos del campo y no conocíamos otra forma de subsistir”.

    Desde los años 80, la economía de las familias de las 16 comunidades de esa zona dependía de la venta de vellones de borrego, que eran demandados por la industria textil. Pero debido a que no es una especie nativa de la región andina, se estaba destruyendo el delicado ecosistema de páramo.

    La primera alternativa a la venta de borregos fue el turismo. La siguiente apareció tres años después, el reemplazo de los borregos por alpacas, una especie de camélido andino cuya crianza es amigable con el medioambiente.

    Olmedo fue designado por los jóvenes de la comunidad para liderar el proyecto.
    “Lo más difícil fue convencer a los más ancianos. Tuvimos problemas con nuestros abuelos porque no entendían por qué debían cambiar sus rebaños de borregos por animales nuevos, que no sabíamos manejar”, dice Olmedo.

    Sin embargo, tras decenas de reuniones, talleres y varios años de prácticas logró instaurar la crianza de alpacas como la principal actividad económica en la zona. El páramo enseguida empezó a recuperar su verdor.

    Olmedo se había ganado la confianza de la gente y también se había formado como líder comunitario en los cursos que organizaban organizaciones no gubernamentales. Pero tenía un sueño inconcluso: sus estudios.

    En el 2002 logró culminar sus estudios secundarios y lo hizo en dos colegios simultáneamente. A pesar de la oposición de su familia, dos años después decidió dar un paso más e ingresar a la Universidad Nacional de Chimborazo, donde obtuvo el título de ingeniero en ecoturismo.
    “En mi comunidad nadie había tenido la oportunidad de estudiar en una universidad. Mi familia pensaba que estaba perdiendo mi tiempo y dinero”, cuenta.

    Dividir su tiempo entre su familia, sus funciones como presidente de la comunidad y dirigente de otras dos organizaciones, con sus tareas y clases no fue lo más difícil. El reto más fuerte vino cuando le nombraron presidente de la Corporación de Turismo Comunitario, que a su vez tenía a su cargo una empresa comunitaria que estaba a punto de quebrar.

    Puruhá Razurku, una empresa turística que incluía una tienda agroecológica y una caja solidaria, dependía del financiamiento de las ONG, pero cuando el dinero se acabó, nadie sabía cómo sostenerla. Olmedo llegó a la gerencia sin experiencia, pero con los conocimientos que simultáneamente aprendía en la universidad.

    Él aplicó una estrategia que implicó alianzas estratégicas con grandes empresas turísticas y una fuerte campaña para empoderar a la gente de su territorio, que ocho años después aún mantiene a flote. La empresa además logró beneficiar directamente a 416 familias que subsisten del turismo e indirectamente a 1 400 familias de las 11 comunidades que forman parte del proyecto.

    Ahora Olmedo tiene un nuevo reto. Fue electo presidente de la Asociación de Vicuñeros, un oficio que es nuevo y desconocido.

    Por primera vez en 32 años las comunidades aprovecharán las fibras de las vicuñas y el desafío es fortalecer la organización. La asociación ahora tiene 810 socios de tres provincias.
    Marcelo Pino, director provincial del Ministerio de Ambiente, lo describe como un gran líder comunitario. “Se esfuerza en promover y proteger los derechos de las comunidades indígenas. Su liderazgo y visión motivó a la gente a unirse a la AsoVicuña”.

    Olmedo Cayambe expuso la experiencia de las comunidades del Chimborazo en cinco provincias de Perú, Chile y Bélgica. Trabajó en proyectos de Heifer Ecuador, Trías, etc. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Olmedo Cayambe expuso la experiencia de las comunidades del Chimborazo en cinco provincias de Perú, Chile y Bélgica.
    Trabajó en proyectos de Heifer Ecuador, Trías, etc. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES