Etiqueta: universidad

  • Las ideas surgen en ambiente, mecatrónica, comunicaión…

    En las instalaciones de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) el ritmo diario es intenso. En el edificio de la calle Rumipamba, en el norte de Quito, los pasillos resultan en momentos estrechos mientras los alumnos y los profesores caminan al inicio de la jornada y durante los cambios de horas.

    En el campus de la av. Occidental (norte), el ambiente es más tranquilo, pero al recorrer sus edificios se advierte un ritmo de trabajo con energía. Entre los alumnos que estudian allí, existe interés por aprender y por emprender.

    Así lo demuestra Adrián Granja, estudiante de Ingeniería Mecatrónica, cuando habla de sus ideas. Una de las más recientes es una suerte de sistema para detectar tumores. En una caja de herramientas lleva un cráneo de plástico con el que explica los alcances y avances de su proyecto. «La mecatrónica es una mezcla de ingenierías, lo que nos permite hacer cualquier automatización para diferentes industrias. Eso muestra que es una carrera con futuro y que existe un campo ­ laboral muy grande para crecer».

    El tema ambiental es otra de las áreas a las que apuntan los alumnos del establecimiento. Yuliana Aguayo y Darío Morán, están conscientes de que los estudios ambientales constituyen una oportunidad para emprender.

    Aguayo cuenta que con sus compañeros trabaja en un programa de aprovechamiento de aguas grises de hogares y casas en construcción. Este proyecto tiene reconocimientos en Guatemala y Perú. Por eso, esta joven está segura de que existe un buen futuro profesional. Aguayo y Morán añaden que el apoyo de los profesores es crucial para salir adelante con sus ideas y planes.

    Una opinión similar la tienen Leonardo Guerra y Adriana Asanza, de las facultades de Arquitectura y Ciencias Sociales. Para ellos, la posibilidad de emprender desde las aulas permite ampliar los conocimientos y saber cómo está el mercado. Guerra ya tuvo un emprendimiento vinculado con la arquitectura con sus compañeros de aula. «Funcionó un tiempo, pero tuvimos que cerrarlo por los distintos intereses de cada uno».

    Asanza cuenta que ha organizado eventos para saber qué hacer en el mundo real. «En las aulas competimos entre nosotros con ideas y proyectos».

    Las autoridades están conscientes de las necesidades de los jóvenes que quieren emprender. Lourdes Armendáriz, vicerrectora académica, sostiene que en las aulas se privilegia lo académico, pero sin perder de vista las experiencias para enfrentar retos y saber desenvolverse en el mundo profesional y empresarial.

    Armendáriz explica que la UTE concibe al estudiante como un líder, un generador de ideas. «Hoy, el mundo necesita emprendedores, jóvenes que no se queden conformes con lo que recibe en clases, sino que genere ideas».

    65 proyectos de investigación se registraron el año pasado en la universidad

  • Universidad Técnica Luis Vargas Torres: El profesor impulsa las ideas de negocios

    Marcel Bonilla (i) Redacción Esmeraldas / LÍDERES

    Desde el Centro de Desarrollo Empresarial y Apoyo al Emprendimiento, que forma parte de una red nacional, la Universidad Técnica Luis Vargas Torres de Esmeraldas trabaja en el apuntalamiento de las ideas de negocios.

    La labor empieza desde las aulas de clases con estudiantes que están en carreras como Turismo, Marketing, Contabilidad, Administración Pública, Administración de Empresas, Enfermería, Electricidad e informática, entre otras.

    Desde hace cinco a años se creó la materia de emprendimiento. Ahí los profesores motivan a los alumnos a crear su propia empresa a partir de sus ideas.

    El exdecano de la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas de la Universidad, Marlon Gruezo, es uno de los profesores más incisivos. Él dedica una hora de clases para que sus alumnos interactúen sobre qué hacer para que una idea de negocios se concrete.

    Como profesor de costos, enseña cómo producir y cómo registrar las actividades de la producción. Ellos dan un direccionamiento propositivo para que los estudiantes vinculen sus proyectos con la comunidad.

    Harold Oyarvide, catedrático universitario, señala que tras conocer una idea de negocio se hace el seguimiento para que los estudiantes de la universidad continúen y la plasmen.

    Ahora se trabaja en una matriz para vincular las ideas que apunten al desarrollo económico de la provincia, dice Norma Ayoví, docente de la facultad de Ciencias Administrativas.

    El vicerrector administrativo, Guillermo Mosquera, señala que en el presupuesto de la institución cuentan con recursos económicos para el fomento de la investigación, con lo que se aspira a financiar proyectos estudiantiles.

    Paúl Rodríguez, estudiante de la Universidad Técnica Luis Vargas Torres, ha recibido apoyo de los profesores; él maneja una empresa de reciclaje en las afueras de la ciudad. «La orientación de los catedráticos ha sido clave para sacar adelante el proyecto», señala.

    El centro de desarrollo empresarial y apoyo al emprendimiento se creó en el año 2011, precisamente por la necesidad de impulsar los proyectos con enfoque social, con apoyo a organizaciones ­sociales. A través de este centro, la universidad capacita a los estudiantes emprendores en técnicas de ventas, compras públicas, manejos de formularios del Servicio de Rentas Internas y atención al cliente.

    Paola Lastra, coordinadora de la asistencia técnica de la Universidad, dice que se trabaja con el Ministerio de Industrias y Productividad para apoyo a los emprendimientos. Este ha sido un puntal importante, porque ha permitido llegar a organizaciones pesqueras, que ahora cuentan con cuartos frío y el empaque al vacío de sus productos El trabajo con la comunidad también es parte de las actividades de este centro de estudios, Por eso, la universidad empezó con proyectos de cooperación para la producción de ciclo corto, en una intención comunitaria denominada canasta solidaria con el apoyo de la cooperación internacional.

    Ejemplos

    Cacao. Las organizaciones cacaoteras y pesqueras de Esmeraldas han encontrado en el Centro de Desarrollo Empresarial una forma de canalizar sus ideas de negocios, con la capacitación y la guía que se entrega para mejorar su producción.

    Asesoría.  Estudiantes de los últimos ciclos académicos de las carreras Administración de Empresas y Marketing se encargan del asesoramiento. Los profesores ayudan en asuntos de manejo de presupuesto y la apertura de mercados.

    En equipo. Los estudiantes de la universidad se han asociados en grupos de cinco personas para trabajar en sus propias ideas de negocios.

  • El aprendizaje en comercio exterior se apoya con giras

    La UPEC está en permanente contacto con sus egresados. La Escuela de Comercio Exterior y Negociación Internacional, por ejemplo, no ha descuidado a sus exalumnos y hace un seguimiento una vez que se titulan como ingenieros. La mayoría de egresados decide establecerse en Tulcán, aprovechando el alto movimiento de comercio y transporte internacional que se registra en la zona binacional de Rumichaca.

    Esta Facultad relaciona y alterna la teoría con la práctica, a través de visitas, giras y prácticas preprofesionales que desarrollan los alumnos. Su decana, Liliana Montenegro, resalta los convenios alcanzados que permiten que los educandos participen en giras e intercambios en Ecuador, Colombia y Panamá.

    Los alumnos de la carrera de Comercio Exterior se han involucrado en los sistemas de comercio y transporte binacional, que se registra entre los fronterizos puertos secos de Tulcán (Ecuador) e Ipiales (Colombia). Algunos realizan sus prácticas en operadoras de comercio internacional, sistemas de transporte bilateral, Servicio Nacional de Aduanas del Ecuador y entidades financieras.

    A partir del sexto semestre, los alumnos de esta Facultad realizan recorridos a puertos secos, marítimos y aéreos. El objetivo es relacionar la teoría con la práctica durante 40 horas, en una semana, cada seis meses. Los recorridos tienen el aval de un certificado de la universidad y visitan el puerto marítimo de Buenaventura en Colombia y el Canal de Panamá.

    Las giras son parte del valor agregado del currículo que oferta la UPEC y que posibilita a los futuros profesionales conocer los sistemas de transporte, cadenas logísticas y aduaneras, y procesos de importaciones y exportaciones.

    Los alumnos en los últimos semestres comparten experiencias y conocimientos con sus similares de las universidades del Valle en Cali y Nacional de Panamá.

    En los viajes realizan visitas a empresas, como la firma de cerveza Poker, de Colombia. Estas experiencias permiten ver más allá y evidenciar la realidad del comercio, comenta Henry Pólit, egresado de la UPEC. «Nuestro propósito es que la marca UPEC sea reconocida a escalas nacional e internacional, bajo estándares de creatividad, emprendimiento, creación de software y más herramientas», indica Liliana Montenegro.

    Darío Pozo, alumno de Comercio Exterior, hace dos años hizo las prácticas preprofesionales durante seis meses en la operadora de comercio internacional Integración Andina Servicios Asociados de Tulcán. Cuenta que esta experiencia le permitió fortalecer sus conocimientos.

    Galo Benavides, agente afianzado de Aduanas en Tulcán, explica que los estudiantes durante las prácticas preprofesionales enfrentan en territorio las dificultades que deberán sortear cuando logren profesionalizarse.

    El dato:

    1 200 alumnos tiene este centro de estudios en la provincia del Carchi.

  • En Guatemala y Perú se destaca su proyecto ecológico

    Redacción Quito

    La materia Desarrollo de Emprendedores, que se dicta en la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), se ha convertido en la cuna de proyectos innovadores, rentables y viables. Así lo sostiene María Angélica García, quien dicta la materia en la UTE.

    En el marco de esta asignatura, siete jóvenes de Ingeniería Ambiental desarrollaron hace dos años el proyecto Yaku Kawsay (agua viva). Se trata de un sistema de recolección de aguas servidas, que permite la reutilización del agua de lavadoras, lavamanos y duchas para su posterior uso en las descargas de inodoro s. Con ello, se busca disminuir el uso de agua potable, explica Andrés Donoso, integrante que desarrolló este proyecto, en el que también participan Javier Macas, Sebastián Sarzosa, Darío Morán, Juliana Aguayo, Raúl Tapia y Cristian Miño.

    Morán añade que la iniciativa nació con el propósito de evitar que se desperdicie un recurso natural como es el agua y de esta manera cuidar la naturaleza.

    El proyecto ganó el concurso Mi empresa 2012, que organizó ese año la UTE. Esto les abrió las puertas para dar a conocer su emprendimiento en el exterior, pues eso les permitió ser la primera opción para representar al centro educativo en ferias y otros eventos internacionales. Así, en junio del 2013, los alumnos participaron en Guatemala en un concurso de la Organización de los Estados Americanos. «No teníamos grandes expectativas sobre la aceptación del proyecto; sin embargo, tuvo gran acogida pese a que no ganamos», recuerda Aguayo.

    En diciembre del mismo año participaron en un concurso de emprendimiento organizado por la Universidad San Luis Gonzaga, en Perú, donde obtuvieron el primer lugar.

    Este sistema Yaku Kawsay está valorado en un costo aproximado de USD 700 en las viviendas que están listas y USD 600 en casas por construir.

    El objetivo a futuro es patentar este producto, conseguir financiamiento para su distribución y consolidarse como empresa. Los emprendedores han invertido hasta ahora USD 700 en el proyecto.

    700 dólares costaría la implementación de este sistema de ahorro de agua.

  • ‘Investigamos lo que interesa a Manabí’

    Mara Molina Baranjo. Vicerrectora Académica de la UTM

    La autoridad

    Desde que se iniciaron las actividades en la UTM hace 60 años, la visión de la entidad siempre apuntó hacia la consolidación de la enseñanza y su apego a la comunidad. Nunca Portoviejo y Manabí podrán olvidar cuando un grupo de manabitas, entre ellos Paulo Emilio Macías Sabando, concretaban la creación de la universidad. El primer día de labores, un 25 de junio, fue de júbilo total. Los estudiantes que terminaban el bachillerato ya tenían una universidad en su provincia. Al principio, nos apoyamos con docentes extranjeros de Argentina y Chile; eso nos sirvió para crecer.

    Estamos siempre buscando investigar a fondo temas de salud, agro, microempresas, riego, cultivos entre otros asuntos de importancia para Manabí. La investigación y la disciplina nos llevó, desde el 2012 hasta el 2013, a cumplir un plan de exigencias del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces). En ese tiempo nos dimos cuenta por donde debíamos ir y fue así que retornamos a la categoría C.

    Fue algo emocionante ver cómo estudiantes de los últimos años de ingeniería civil, informática y mecánica se unieron para elaborar el proyecto de lo que hoy es la biblioteca, uno de los edificios más funcionales de la Costa. Ellos elaboraron el proyecto, dirigieron la construcción y posteriormente ese trabajo práctico les sirvió como tesis para titularse. Lo hicieron en tres meses. Ahora está ahí y es uno de los sitios de mayor concurrencia de la UTM.

    Tenemos fortalezas en la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Agrícolas que funciona en el campus de Lodana, en el suroeste de Portoviejo, en la vía a Santa Ana. Además, en la extensión de Bahía existe la carrerea de Acuicultura.

    La capacitación es vital. Aspiramos hasta fines del 2014 tener 100 doctorantes y para el 2017, completar los 200. Con ello, hemos dado pasos en firme en el ámbito académico a la hora de formar nuevos profesionales. Con estos esfuerzos, aspiro que podríamos acceder a la categoría B, ese sería un sueño hecho realidad para el cual estamos trabajando.

    Sobre las preferencias de los alumnos muchos optan por ciencias administrativas, salud y educación. En esta última hemos tenido un descenso, debido a los rigurosos puntajes que impone las autoridades, de 850 puntos como mínimo.

    La frase. «La capacitación es vital en nuestra universidad.  Aspiramos hasta fines del 2014 tener 100 doctorantes y para el 2017, completar los 200».

  • USGP: Odontología y jurisprudencia, las carreras con más acogida

    En la Universidad San Gregorio de Portoviejo (USGP), las carreras de Odontología y Jurisprudencia son las que tienen la mayor población estudiantil. Entre ambas suman 1 600 educandos. Según el director general de Desarrollo Institucional de la USGP, Jaime Alarcón, más de la mitad de los estudiantes se inclinan por estas opciones académicas, siendo Odontología la carrera que registra el mayor crecimiento.

    En la USGP existen tres clínicas para la práctica de los estudiantes, que ofertan un total de 60 sitios de atención odontológica, con equipos de tecnología de punta para atender a pacientes que llegan desde Portoviejo, Santa Ana, Rocafuerte, Manta, Montecristi, Chone y otras localidades de la provincia.

    También cuenta con una sala de rayos X y un quirófano, en donde está abierta la opción de desarrollar cirugías.

    La rectora de la USGP, Ximena Guillén, quien además es docente en Odontología, explica que esta carrera genera una actitud muy humanista. «La interrelación entre los estudiantes y pacientes es muy importante; en muchos casos, personas de escasos recursos económicos llegan por atención. Eso sensibiliza al futuro odontólogo».

    Carmen Ávila cursa el octavo semestre de Odontología. «Paso aquí hasta 12 horas al día: llego a las 07:00 y me retiro a casa a las 19:00. Hay que almorzar en la universidad o traer alimentos preparados. Esta es una carrera de mucha responsabilidad, sabemos que hay que prepararse bien, los equipos que existen aquí de tecnología moderna nos motivan cuando hacemos las prácticas». Para ella, el contacto con los pacientes es fundamental. «Estudiamos para servir a la colectividad, por eso lo hacemos con mucho rigor y responsabilidad pues la salud bucal es muy importante».

    Los estudiantes de Arquitectura en cambio orientan su trabajo hacia las comunidades de Portoviejo y Manabí; y elaboran proyectos para los municipios locales. Sus trabajos incluyen iniciativas de medioambiente, el mejoramiento del ornato y proyectos tendientes a solucionar problemas, como la movilidad.

    Para Alarcón este tipo de nexos entre los educandos y la sociedad manabita son fundamentales. Asegura que cada uno de los alumnos pone en escena los conocimientos que van adquiriendo en las aulas. «Son buenos trabajos; ahora tenemos un vínculo muy importante con los gobiernos municipales. Eso les permite crecer mientras se forman, todos sacamos ganancias de estas sociedades».

    El Arquitectura hay 300 estudiantes y el resto estudia Finanzas, Diseño Gráfico, Auditoría, Marketing, Periodismo, Comercio Exterior, Gestión Empresarial, Artes Escénicas, entre otras carreras.

    Casa adentro, los estudiantes de Comunicación realizan sus prácticas en el manejo de la imagen de la entidad.

  • Profesionales ‘triple A’ salen de las aulas de la Escuela Politécnica Nacional

    Santiago Syala Sarmiento Redacción Quito / LÍDERES

    Solo al pisar los predios de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) ya se puede «respirar» ciencia. Entre los pasillos, los alumnos caminan con ese aire de genios, que produce en los visitantes una mezcla entre admiración y vergüenza propia de no estar a su nivel.

    No por nada, el rector de esta universidad, Jaime Calderón Segovia, define a los politécnicos como una especie única, que ha sido perfeccionada a lo largo de los 145 años de existencia de este establecimiento educativo quiteño.

    A la oferta de generar profesionales especialistas en carreras de alto contenido investigativo se ha sumado, desde hace 14 años, el énfasis también en carreras de corte administrativo y, sobre todo, en las maestrías, que han estado disponibles por más de 25 años: en Gerencia Empresarial, en Talento Humano, en Procesos, en Ingeniería Industrial… «Eso ha hecho que nuestros profesionales vayan, de alguna manera, mejor preparados a la generación de empresas o a la participación directa en las compañías», explica Calderón.

    Pero esto no ha quedado ahí. En los últimos años, las autoridades de la EPN tratan de reforzar las bases para que los estudiantes no solo sean los profesionales más demandados entre los departamentos de recursos humanos de las empresas, sino que además salgan con una fuerte base emprendedora, donde todas sus ideas sean capaces de ponerse en marcha para que generen empleos.

    De hecho, la EPN es la universidad ecuatoriana que más publicaciones tiene en revistas internacionales indexadas. El 83% de los graduados se emplea en los primeros seis meses y el 78% de los recién incorporados a la vida laboral tiene una remuneración que supera los USD 750. Y eso es muy importante ya que el 57% de los estudiantes proviene de hogares con un ingreso per cápita menor a USD 150.

    «Ahora queremos darle un cierto giro para que los jóvenes, con un poco de apoyo económico, puedan emprender. Hemos visto la necesidad de ir inculcando emprendimientos de base tecnológica. Ya que hacer emprendimiento no solo se da en el sentido de poner un negocio que sea rentable, también abarca todas aquellas ideas que se conciben dentro de las ingenierías mecánica, electrónica, sistemas… Lo que pasa es que mientras creamos que solo ver una empresa nacer es emprendimiento estaremos equivocados. Nosotros queremos que el estudiante vea cómo es el mundo real, a través de sus trabajos y luego consolide los conocimientos de emprendimiento que hemos inculcado», añade Calderón.

    Por ello, la misión es que la Escuela Politécnica Nacional forme académicos y profesionales en ingeniería y ciencias, con conciencia ética, solidarios, críticos, capaces de contribuir al bienestar de la comunidad; así como generar, difundir y transmitir el conocimiento científico y tecnológico, con responsabilidad social, como resultado de una dinámica interacción con los actores de la sociedad ecuatoriana y la comunidad internacional.

    Mientras que su visión apunta a ser una universidad pública con estándares internacionales de excelencia, que la consolide como un referente en ciencia, tecnología e innovación.En las aulas 

    Facultades. Tiene ocho facultades: Ciencias; Eléctrica y Electrónica; Mecánica; Sistemas; Ingeniería Civil y Ambiental; Geología y Petróleos; Química y Agroindustria; y Ciencias Administrativa. Además, cuenta con una Escuela de Formación Tecnológica y un Centro de Educación Continua.

    Estudios. Todos los departamentos cuentan con líneas de investigación y al momento se ejecutan 33 proyectos de este tipo. Esta universidad firma en promedio 60 convenios anuales con diferentes organismos públicos y privados. Se ofrecen 45 carreras, 22 de ellas a nivel de posgrado. El campus cubre 15 hectáreas en el norte de Quito.

  • La gestión de negocios es una parte de la oferta académica

    José Samaniego y Alejandro Rose tienen dos puntos en común: son emprendedores y estudian la maestría en Economía y Gestión Empresarial, en la Flacso. Ambos saben lo complicado que resulta iniciar un negocio, sostenerlo y obtener beneficios financieros.

    Para sumar nuevos conocimientos, Samaniego y Ponce retornaron a las aulas. El primero cuenta que el programa académico que oferta la Flacso le pareció interesante. Explica que la teoría aprendida en las clases le mostró una oportunidad que la está aprovechando en su actividad empresarial en la procesadora de carne Pecore.

    Samaniego obtuvo conocimientos que pueden ser aplicables, pero también considera que las clases son bastante teóricas y la realidad en el mundo de los negocios es diferente. «En las pequeñas empresas, como la que administro (una procesadora de carnes), hay situaciones que no se ven en las aulas: pero fue en la Flacso donde tuve la idea de armar una consultoría con un socio, con el objetivo de ayudar a otros emprendedores».

    Rose también llegó a las aulas de la Flacso en busca de ayuda. Este arquitecto ejerce de manera individual; además tiene un negocio de importación de computadoras y colaboraba en una empresa familiar. «Con mi esposa, que es arquitecta, tenía dos opciones: asociarme con alguien o construir por mi cuenta. Nos decidimos por la segunda alternativa».

    Rose decidió estudiar la maestría porque tenía muchos problemas en sus actividades profesionales y en los negocios. «Existían requerimientos de herramientas de gestión y buscaba teoría para no cometer errores».

    Ambos concuerdan que emprender en el país es un acto de valientes. La falta de recursos económicos, el poco acceso al crédito, los trámites burocráticos y otros factores dificultan las iniciativas. Aún así, ellos continúan con sus proyectos.

    Para Juan Fernández, catedrático de la Flacso, es necesario cambiar el enfoque del emprendimiento. En sus clases, comenta, vemos a la actividad emprendedora como la creación de oportunidades de negocio y esto significa innovar.

    «No hay que seguir haciendo lo mismo, sino algo nuevo. Crear un nuevo producto, abrir nuevos mercados, expandirse hacia otros mercados…», señala el docente. Fernández explica que en las aulas no enseña cómo hacer innovaciones, sino cómo gestionarlas, cómo gestionar procesos de investigación y desarrollo. «Analizamos lo que hacen pequeñas y grandes empresas».

    En este proceso de enseñanza-aprendizaje, los profesores y estudiantes de la Flacso ponen interés especial en los efectos de la innovación y en la manera en la que se genera el cambio tecnológico. «Allí la clave es la gestión, el management», asegura Fernández.

  • El emprendimiento es materia de análisis

    Redacción Quito

    El ambiente en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), sede Ecuador, difiere de otros centros de estudios. Las espacios externos y los interiores, la arquitectura y el diseño, así como el perfil de los estudiantes y de los profesores siempre llaman la atención.

    Este centro de estudios tiene como huella las investigaciones en el área de las ciencias sociales. Por eso, en la actualidad, la institución cuenta con 12 maestrías y seis doctorados en áreas como antropología, ciencias políticas, economía, políticas públicas, entre otras. Un importante número de estudiantes llega para mejorar sus capacidades profesionales, según explica Betty Espinosa, subdirectora académica.

    En este centro de educación superior se inscriben cada año alrededor de 300 estudiantes en maestrías y unos 40 en doctorado. En total, se contabilizan unos 1 000 alumnos regulares entre ecuatorianos y extranjeros.

    Allí, el emprendimiento también es analizado y estudiado. Espinosa cuenta que existen iniciativas o emprendimientos de estudiantes que se vinculan con proyectos culturales, públicos o privados, así como en organizaciones no gubernamentales (ONG).

    Para Espinosa, la mayor parte de los alumnos de la Flacso Ecuador tiene muchas herramientas para emprender por cuenta propia, en áreas como la investigación, las consultorías, los análisis… «Pueden encajar como gestores de ideas que luego generan proyectos. El plus, el valor agregado que brindamos en nuestros programas es la posibilidad de abrir puertas para lanzar proyectos nuevos».

    Una de las áreas vinculadas con el emprendimiento es la innovación. Belén Albornoz, coordinadora docente, explica que en el apoyo a la actividad emprendedora es importante conectarse con lo que es ciencia, tecnología y procesos de innovación. «De esta manera se analiza cómo se concibe la tecnología y qué usos puede tener para armar cadenas productivas».

    En este proceso, explica Albornoz, se analizan estudios de casos donde se evidencia que la innovación funciona. «Nuestros trabajos son de corte crítico».

    Como parte de la conexión entre la academia y la vida real, la Flacso desarrolla una maestría de economía y pymes. Ya tuvo una convocatoria y en la actualidad cerca de 20 estudiantes cursan este programa. Además, bajo la coordinación de Albornoz, en las aulas de la Flacso Ecuador se desarrollan investigaciones sobre ‘clusters’ tecnológicos.

    Albornoz sostiene que existe en la actualidad una corriente para estudiar el emprendimiento. Pero también admite que resulta difícil medir los procesos de innovación en las pequeñas y medianas empresas locales. «La innovación en el Ecuador no se produce en niveles de alta tecnología. Acá, más bien, se transfiere tecnología del exterior».

    Sin embargo, las autoridades de la Flacso mantienen el interés en la actividad emprendedora. Espinosa agrega que un emprendimiento es el resultado de redes de contactos, de redes de actores, en los que siempre hay involucramiento de los sectores público y privado. «Y los alumnos de la Flacso generan esos contactos».

    FLACSO ECUADOR

    La historia. La sede en Ecuador fue establecida en 1974, mediante un acuerdo entre el Estado ecuatoriano y el sistema internacional de Flacso. La institución forma parte del sistema universitario ecuatoriano y fue reconocida por la Ley de Educación Superior, en el año 2000.

    La planta docente. El 80,32% de los profesores a tiempo completo posee título de PhD o equivalentes. Todos los profesores tienen un título internacional de posgrado.

    En la región. La Flacso tiene sedes en Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Uruguay.

    ‘Un centro de excelencia para América Latina’
    Juan Ponce. Director de Flacso, sede Ecuador

    Flacso, sede Ecuador, es una universidad pública de posgrado y es parte del sistema internacional que surgió en 1956, en la Conferencia General de la Unesco para apoyar a los países de América Latina en la creación de una entidad de ciencias sociales que genere un espacio de reflexión. Hasta ese entonces inexistente en la región, y desde el cual impulsar el desarrollo de nuestras sociedades.

    Este centro propone la producción del conocimiento desde América Latina, saliéndose del enfoque convencional de las ciencias sociales del centro, para afrontar el reto de la docencia y la investigación desde el sur global.

    Con una oferta de alto nivel en posgrados, nuestra universidad ha incrementado una planta docente enfocada en investigación de alto nivel con énfasis en programas doctorales. A finales de este año, Flacso contará con un ciento por ciento de profesores con título de PhD con numerosas publicaciones científicas dentro y fuera del Ecuador.

    En forma sostenida se han consolidado políticas de equidad y de calidad con resultados que nos enorgullecen. Todos los postulantes de doctorado tienen acceso a becas que les permiten convertirse en estudiantes a tiempo completo, una vez admitidos en el programa doctoral.

    De igual modo, los estudiantes de maestría pueden aplicar a becas en docencia e investigación que contribuyan a elevar el nivel de su desenvolvimiento académico.

    Flacso se ha convertido en una universidad referente a escala internacional, de ello da cuenta el número cada vez más creciente de postulantes extranjeros que son admitidos en los programas académicos cada año.

    Hasta el momento, tenemos estudiantes de 33 nacionalidades en nuestra sede en Quito, gran parte de este grupo proviene de países de América Latina.

    Sin embargo, no deja de aumentar el número de estudiantes europeos, asiáticos y norteamericanos, que están interesados en una oferta en ciencias sociales producida desde el sur.

    El reto para los próximos años es la producción de conocimiento que contribuya al reconocimiento de la realidad contemporánea, de los procesos históricos de nuestras sociedades y sus alternativas de futuro.

  • UEB: Gestión de riesgo, una prioridad

    La inestabilidad geológica de Guaranda fue un reto para las autoridades de la Universidad Estatal de Bolívar. El fenómeno era estudiado por alumnos de la Politécnica Nacional, técnicos del Municipio de Guaranda y voluntarios de instituciones extranjeras en la provincia.

    Así, el aporte de las autoridades bolivarenses fue crear una carrera que estudiara la prevención y reacción de los diferentes organismo de socorro. Las relaciones internacionales y las experiencias con expertos cubanos ayudaron a crear la carrera de Gestión en Administración de Desastres y Gestión de Riesgo.

    La oferta de estas ingenierías se realiza en la Facultad de Salud. Osvaldo López, su decano, explica que los conocimientos que se imparten con estas carreras van acorde con las necesidades del país. «El profesional está capacitado para reaccionar ante inundaciones, deslaves, terremotos y erupciones volcánicas».

    Los alumnos se encargan de diseñar planes de contingencia y mapas de prevención, para evitar la pérdida de vidas humanas y materiales.

    El decano explica que las investigaciones no solo se desarrollan con los alumnos. Ahora, se suman funcionarios de los Cuerpos de Bomberos, Policía Nacional e instituciones privadas. «Cómo atender un desastre y qué medidas tomar es la prioridad. La diversidad de suelos en el país nos permite que los alumnos estudien geología», comenta López.

    Las autoridades de la UEB presentarán un proyecto al Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces), para desarrollar una maestría sobre Gestión de Riesgo.