Para Microsoft, la Universidad de Las Américas (UDLA) es un caso exitoso en la forma de impartir clases en la pandemia a través de sus herramientas.
Alrededor de 17 000 estudiantes, de todas las carreras de pregrado y posgrado de la institución, se han adaptado a esta nueva forma de aprendizaje a través de la tecnología. 1 200 docentes se encargan de dictar las materias a través de la nueva metodología.
Lenin Landázuri, director de Tecnología y Proyectos de la institución, explica que antes de presentarse el covid-19 se venía trabajando en esquemas virtuales con las herramientas de Microsoft. “Tenemos la suite de Office 365. Dentro de la misma está Teams, una plataforma colaborativa que nos ha servido para hacer más eficiente la operación entre campus, gracias a las videoconferencias”. La misma aplicación se usó luego para dictar clases.
La primera experiencia en ese sentido fue durante el paro de octubre del 2019. Luego se reforzó la plataforma y una vez que empezó la cuarentena se volvió a aplicar. La universidad arrancó el semestre el pasado 23 de marzo y dicta el 100% sus clases de manera virtual.
Para que las cosas salieran bien, antes de iniciar esta experiencia educativa se realizaron capacitaciones a través de videos tutoriales. Aplicar esta metodología ha sido un reto, pero ha permitido que todo el entorno universitario dé un salto esperado.
El acceso a Internet, dice Landázuri, no ha sido un problema. La institución “ha tratado de colaborar tanto a la plana docente como a los estudiantes al ofrecerles ciertos tipos de planes a través de alianzas con operadoras de servicios móviles”.
Uno de los elementos que destaca Microsoft en la propuesta de la UDLA es que todos los elementos que tenían los estudiantes en el entorno físico los llevaron al virtual. Por ejemplo, los alumnos de Arquitectura o Diseño tuvieron la oportunidad de acceder a licencias para el uso de programas como Adobe; los de Odontología y Medicina tienen acceso a imágenes computarizadas para estudiar el cuerpohumano.
Landázuri asegura que los jóvenes de las diferentes carreras interactúan de manera dinámica. Roberto Escobar y Henry García son dos alumnos que cursan este momento sus estudios y han logrado adaptarse a la nueva modalidad de aprendizaje.
Este último, quien está en el segundo año de la maestría en Gerencia de Sistemas y Tecnología Empresarial, destaca la experiencia. “No he sentido la diferencia con las clases presenciales. Los profesores usan buenos recursos: diapositivas, multimedia, herramientas tecnológicas, etc. Nos permiten estar atentos”.
Una de las ventajas de estudiar a través de Teams, dice, es que se pueden grabar las clases y si se necesita revisar algo se tiene la oportunidad de hacerlo; asimismo, hay alternativas para los trabajos en grupo. Lo más complejo para él ha sido la interacción.
Todas las horas de clases se realizan bajo esta modalidad; entre cada una de ellas hay un espacio de descanso. Cada curso tiene unas 25 personas.
La Universidad ha realizado encuestas en línea para recibir retroalimentación de los estudiantes y hacer cualquier ajuste necesario en el proceso. A la herramienta Teams también han podido acceder alrededor de 700 empleados administrativos. La idea es que todos participen.
Roberto Escobar, estudiante de la maestría en Administración de Empresas de la UDLA, durante una clase. Foto: Cortesía
Una herramienta que permita comunicarse a personas con discapacidad auditiva y un robot para mejorar las destrezas de niños con autismo fueron dos de las innovadoras propuestas que se exhibieron en la Feria Idear 2020, organizada por Escuela Politécnica del Litoral (Espol).
Cuando Fabricia Hurtado ideó Loly 2.0, apuntó a una herramienta que pueda mantenerse en el tiempo. El proyecto es, básicamente, un paquete tecnológico de un robot, una aplicación y un cuento para ayudar a niños con autismo en sus interacciones sociales a través de juegos educativos.
Una lorita color verde que mueve sus alas atrapa la atención de los niños. Según Hurtado, se pensó en los colores de un paisaje (verde, amarillo, azul) porque son los que generan confianza y paz a los niños con autismo.
La egresada de Producción de Medios de Comunicación también creó un cuento que explica cómo funciona Loly 2.0. “El niño lee el cuento y, a través de dibujos, sabe qué va a hacer el robot. Sin llegar a asustarlo”, explica.
Hurtado prevé, luego de su graduación, conseguir el financiamiento para pulir el proyecto e implementarlo en la Federación Ecuatoriana de Espectro Autista.
Loly 2.0 fue parte de los 62 proyectos seleccionados para exhibirse en la feria. El trabajo participó en la competencia denominada 5 Min Pitch en la Espol.
Este concurso permitió evaluar el potencial comercial de los proyectos de titulación, así como también entrenar competencias esenciales y disciplinares en los estudiantes que los presentan, quienes tenían tan solo cinco minutos para vender su idea.
Jordy Moreira y Andrea Maridueña apostaron, también, por la creación de una herramienta tecnológica inclusiva.
Los egresados de licenciatura de Redes y Sistemas Operativos crearon un dispositivo de transcripción de voz a texto que podrá utilizarse en eventos masivos, para personas que sufran una discapacidad auditiva.
“En la actualidad existen aplicaciones en el celular con funciones parecidas, pero lo que quisimos hacer fue crear un ambiente inclusivo para una audiencia masiva, en temas como cursos y seminarios que son muy importantes”, afirma Moreira.
Los dos proyectos han sido elegidos por la innovación y excelencia tecnológica de la solución planteada. Loly 2.0 y la transcripción de texto a voz midieron su utilidad práctica en un entorno real de inclusión y el alcance de su impacto, teniendo en cuenta el número de posibles beneficiarios y la posibilidad de financiar y establecer la iniciativa como una herramienta para fundaciones o centros de asistencia masiva.
Moreira, por ejemplo, resaltó que se ha tenido en cuenta que estas soluciones serían de bajo costo para los usuarios finales.
Los estudiantes prevén contar con la colaboración de asociaciones y empresas para volver real los proyectos inclusivos.
Datos de la feria
Evento. Se realizó el 6 de febrero del 2020. Fue organizado por la Espol a través del Vicerrectorado y el Centro de Promoción y Empleo.
Exhibición. 138 estudiantes presentaron los proyectos integradores más novedosos.
Selección. Son los ganadores de la competencia interna 5 Min Pitch. Allí participaron 400 proyectos integradores.
Multidisciplinario. Los trabajos integraron a estudiantes de más de una carrera.
Opciones. Sistemas de riesgo, aplicaciones para combatir conductas suicidas y planes de negocio también participaron.
Fabricia Hurtado es una de las creadoras de Loly 2.0. La aplicación está dirigida a niños con autismo. Foto: cortesía
Basta escribir Chance.ec en el buscador para que la frase “Tu futuro está a punto de cambiar” te invite a darle clic.
Al ingresar, un fondo amarillo con el nombre del portal da la bienvenida. Debajo, un botón color celeste indica que se debe pulsar ahí y “echarle un vistazo” a la página y empezar a navegar.
Chance.ec es una plataforma web gamificada. Esto es, una estrategia lúdica para conseguir resultados como la fidelidad, cohesión social y creatividad. A través de un avatar, cada usuario podrá ir evolucionando su aspecto hacia uno más profesional.
Para llegar a este punto, el participante debe desarrollar ciertos módulos y cumplir desafíos para acceder a las ofertas o ser posible candidato para un empleo, explicó Anyelina Veloz, guía de Proyectos de Aplicación Profesional de Universidad Casa Grande (UCG), en Guayaquil.
El portal tiene cuatro secciones: ‘Si hay camello’, donde se publicarán ofertas de trabajo; ‘Si hay preparación’, se ofrecen capacitaciones online gratuitas; ‘Sé tu propio jefe’, aporta guías con instrucciones para emprender pequeños negocios; y ‘Conversemos’, un chat entre usuarios y empresas.
El objetivo de la página es servir de nexo para que este grupo pueda acceder a un trabajo a través de una bolsa de trabajo que instruye, señala Veloz.
El portal tiene habilitado un test para definir en qué eres bueno. Con esta prueba, los usuarios tienen una aproximación de las áreas a las cuales podría acceder a un trabajo formal.
Los potenciales beneficiarios son los ‘ninis’. Estos son jóvenes entre 16 y 21 años que ni estudian, ni trabajan. Según Veloz, a este grupo se le dificulta conseguir empleo porque no tienen identificadas sus habilidades.
Con la identificación de esta problemática, un grupo de cinco estudiantes de la carrera de Recursos Humanos y Negocios Internacionales antes de la obtención de su título profesional, plantearon la idea.
Chance se incubó desde mediados del 2018, pero finalmente en abril del 2019 se concretó, con el apoyo financiero del Consorcio Nobis. Este grupo empresarial lidera el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4 – Educación de Calidad, y ha enfocado su compromiso en la meta 4.4, que busca aumentar el número de personas con habilidades técnicas y profesionales para acceder a empleos y emprender.
El pasado 13 de enero se realizó el lanzamiento oficial en Guayaquil. El evento contó con la presencia de Isabel Noboa, presidenta de Consorcio Nobis; Marcia Gilbert de Babra, presidenta del Consejo de Regentes de la UCG; y Ricardo Dueñas, presidente del Directorio de Pacto Global de Naciones Unidas Red Ecuador.
Con los Proyectos de Aplicación Profesional la UCG fomenta el constructivismo, ‘aprender haciendo’. Bajo esta modalidad ha graduado a más de 892 jóvenes.
Datos de la plataforma El portal fue el resultado de un Proyecto de Aplicación Profesional.
A través de entrevistas y grupos focales con estudiantes de sexto curso del Colegio 28 de Mayo se definió el nombre.
Financiamiento. Para el pilotaje inicial, Nobis invirtió USD 14 000. Se realizó un testeo con 10 alumnos de Unidad Educativa Dr. Luis Fernando Vivero, en Posorja.
Acogida. En el primer día recibió 1 500 visitas.
La plataforma ideada por los estudiantes de la UCG fue lanzada el pasado 13 de enero en Guayaquil. Foto: Mario Faustos / LíDERES
La actualización de los pénsums académicos es una preocupación de las universidades para brindar respuestas a las demandas de las empresas. El sector productivo, por su parte, requiere cambios más profundos para adaptarse a las nuevas realidades del mercado.
Según el director ejecutivo de la Cámara de Industrias Producción y Empleo de Cuenca, Andrés Robalino, sobre este tema hay mucho por trabajar tanto del lado de las universidades como del sector productivo porque ha existido poco acercamiento.
Él dice que ese alejamiento se confirma con el desempleo y subempleo que hay en el país.
Para Robalino, se debe generar un estudio de demanda para saber qué tipo de técnicos o profesionales requieren los sectores productivos. “Con ello, los estudiantes pueden llenar los vacíos laborales de las empresas o hacer pasantías”.
Robalino señala que un punto de conexión entre la academia y el sector productivo es la formación dual. El Ecuador empezó en el 2007 con la carrera de Administración de Empresas Modalidad Dual, en la Universidad de Cuenca. Luego iniciaron las carreras técnicas en mecánica, electricidad, plástico, software, textiles y confecciones, madera, finanzas, alimentos, entre otras.
Según Robalino, para ser más productivos hay dos formas. La primera es la incorporación de nuevas tecnologías y la segunda es la formación. “Con la modalidad dual se cubre uno de esos objetivos. Hemos tenido bastante éxito en el país con una tasa de empleabilidad del 95%”.
Él explica que la formación dual permite tener un personal especializado, actualizado y, sobre todo, con experiencia que es difícil lograr en carreras tradicionales.
En diciembre pasado, el sector empresarial, la academia y la sociedad civil suscribieron el Pacto de Formación Dual y se presentó el Plan Nacional de Educación y Formación Técnico Profesional. El acuerdo establece ocho acciones y busca generar una cultura de formación dual en el país.
Pablo González es director de la carrera de Administración de Empresas Modalidad Dual de la Universidad de Cuenca. Él señala que, en la actualidad, cuentan con 180 estudiantes y 70 empresas pequeñas, medianas y grandes públicas y privadas. Son de todos los sectores como manufacturero, financiero, servicios, comercio, entre otros. Sus alumnos tienen una inserción laboral superior al 90% en las empresas formadoras.
La carrera dura cuatro años y medio. El primero y segundo ciclos son netamente teóricos, pero en los últimos siete semestres tienen la modalidad dual. Y efectúan tesis que usualmente están relacionadas con las empresas, que puede ser un proyecto o consultoría como un plan de mercadeo.
Los alumnos pasan por las áreas de mercadeo, finanzas, talento humanos y procesos de producción y calidad. En los dos últimos años profundizan en la especialización que ellos escogen.
González explica que, si bien los contenidos de la malla son rígidos, las necesidades de los empresarios, coyunturas del mercado, económica o de competitividad y las innovaciones hacen que los estudiantes siempre estén actualizándose, investigando y proponiendo soluciones o alternativas. “Los alumnos consultan a los profesores o se autoeducan e investigan y presentan alternativas al empresario que les dio una determinada tarea”.
De esa forma, agrega González, la empresa aprovecha un recurso fresco y los estudiantes retroalimentan en las clases. Hablan de las nuevas tendencias del marketing digital, big data…
Robalino dice que los logros de la formación dual también se deben buscar con las carrerastradicionales y para ello la academia y las empresas deben mejorar la confianza. “En Cuenca hay varias empresas que han abierto sus puertas, para que la universidad aporte a la innovación en los procesos productivos, materias primas, suministros… pero hay que crecer y la innovación debe venir de la academia y las empresas deben acercarse. Es un trabajo que durara varios años y debe ser una política pública”.
Katherine Tirado y Luis Reinoso se forman en la modalidad dual en la Universidad de Cuenca y Vazseguros. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
El desarrollo de nuevas tecnologías de la información e innovación han obligado a la academia a incluir, dentro de su oferta, carreras enfocadas a la industria 4.0.
Según el informe publicado, en 2018 por el Foro Económico Mundial titulado El futuro de los trabajos, durante los próximos cinco años desaparecerán 75 millones de empleos, pero también surgirán otros 133 millones de nuevos cargos.
El documento detalla que el potencial de las nuevastecnologías, y en lo que los expertos denominan La cuarta revolución Industrial será el dinamizador del mercado laboral.
Jimena Babra, canciller de la Universidad Casa Grande (UCG), señala que este dinamismo requiere cada vez más profesionales especializados. “Dos de cada tres alumnos, en cinco o 10 años, van a tener trabajos que hoy no existen”.
La académica explica que, pensando a futuro, se vuelve necesario capacitar a los estudiantes sobre temáticas como el Internet de las cosas (IoT), la computación en la nube, la integración de datos y los avances tecnológicos de los sistemas de producción y fabricación.
“Esto obliga a la academia a reinventarse para mejorar las destrezas de los estudiantes”, dice Babra.
En Ecuador, por ejemplo, la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) incorporó, entre 2017 y 2018, dos carreras que obedecen parte de estos principios: la ingeniería en mecatrónica y en materiales.
Efraín Terán, coordinador de la carrera de Mecatrónica, explica que cada año existe mayordemanda de alumnos que se inclinan por esta carrera. Al momento, son 450 los estudiantes que la cursan, convirtiéndola en una de las más numerosas de la universidad.
Lo novedoso, según Terán, es que dentro del pénsum académico de esta especialidad se ofrece una integración entre sistemas mecánicos, sistemas electrónicos, control automático e informática. “Todo obedece a la demanda de la industria 4.0”.
Este año, la carrera tendrá su primera promoción de graduados.
Así mismo, la Espol ofrece, desde el 2018, la ingeniería en Materiales. Clotario Tapia, coordinador y docente, indica que esta carrera perfila al estudiante en la investigación de recursos no explotados. “Lo faculta en un futuro a trabajar en la manufactura de grandes empresas”, detalla.
En la industria 4.0 existen áreas del conocimiento como la robótica, genética, domótica y la ‘big data’ que están llamadas a transformarse en las próximas décadas para sucumbir ante la nueva era digital.
La Universidad Ecotec incluye estas áreas en tres carreras: Software, Industrial y Tecnologías de la información. Silvia Aguirre, contralora académica, resalta que el 80% de los graduados están ubicados en puestos relacionados a su profesión.
Para Tomás Villón, decano de la facultad de Ingeniería de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), algunas carreras o estudios que, actualmente, son minoritarios, dentro de 20 años podrían ser los motores del mercado laboral.
“Nos hemos adecuado para formar alumnos que en cinco años se puedan incorporar a la industria 4.0”.
La UEES tiene carreras como Ingeniería Civil, Computación, Industrial, Telecomunicaciones, Biodiversidad y Recursos Genéticos que se adaptan a estas áreas de conocimiento. Los datos
El 85% de los empleos que se demandarán en 2030 todavía no se han inventado, detalla el Foro Económico Mundial.
Los puestos emergentes serán especialistas en ‘big data’ y software.
Las universidades ecuatorianas han incluido dentro de su portafolio, carreras que incluyen a la robótica y el Iot.
El 80% de los graduados de estas carreras ya están ubicados en puestos relacionados a su profesión.
Los estudiantes de primer semestre de ingeniería de la Universidad de Especialidad Espíritu Santo (UEES) reciben fundamentos de física como parte de su pénsum académico. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
Innovar en proyectos académicos es el paso que muchas de las universidades en el Ecuador quieren dar.
Encontrar un incentivo para que los jóvenes participen en programas suele ser un tanto difícil. Sin embargo, hace siete años la Universidad de las Américas (UDLA) apostó por un proyecto enfocado en brindar a los estudiantes varias herramientas para su desarrollo profesional.
Se trata de La Granja, un campus experimental que aporta al crecimiento académico de los alumnos como al de la institución. Este sitio se encuentra ubicado en la parroquia de Nono, al noroccidente de Quito.
La idea nació en el 2013, con el objetivo de ofrecer a los estudiantes un espacio en el que puedan poner en práctica los conocimientos adquiridos durante la carrera.
En este espacio participan distintas facultades de la universidad; las áreas de estudios están ligadas a la mayoría de actividades que se desarrollan allí.
Los participantes tienen la posibilidad de emprender diferentes proyectos e incluso realizar sus prácticas profesionales, lo que les permite tener una idea de la realidad en el campo laboral.
Andrea Maldonado, jefa del campus La Granja, comenta que por lo general los estudiantes que desarrollan más actividades en el lugar son de las carreras de Ingeniería Agroindustrial, Ambiental, Ingeniería Industrial, Biotecnología y Medicina Veterinaria.
Además, expresa que existen iniciativas de alumnos de las carreras de arquitectura, gastronomía, diseño, multimedia y economía para crear más proyectos.
Por su parte, un estudiante de Ingeniería en Sistemas diseñó una herramienta que le permite a la comunidad universitaria adquirir los productos que este campus comercializa, vía Internet.
El proyecto está formado por distintas áreas. La primera, está orientada al trabajo de campo; donde los estudiantes dan tratamiento a los cultivos de producción limpia en parcelas demostrativas.
Por otro lado, está el área de procesamiento, aquí se encargan de elaborar productos lácteos como queso, yogur, manjar y mantequilla y la transformación de frutas y hortalizas en productos elaborados como pulpas, mermeladas y hortalizas empacadas.
Lo que se destaca de este proyecto es que la forma de producción es diferente a la de una granja convencional, consideran importante el cuidado del ecosistema y la libertad y bienestar de sus animales.
Maldonado manifiesta que las hortalizas son de producción limpia; evitan el uso de químicos para que los alimentos sean de mejor calidad y más saludables.
Cada año el centro participa como proveedor en ferias que organizan los estudiantes de la carrera de Gastronomía como la feria Gastronomía Sostenible, Las Mejores Coladas y Fanescas de Quito, entre otras.
La Granja planea promover que los estudiantes desarrollen en las salas de procesamiento nuevos proyectos que puedan sacar al mercado y, de esta manera, puedan cristalizar sus planes a futuro.
Más Detalles
En el año 2018 obtuvo la distinción Ambiental otorgada por el Ministerio del Ambiente y el Municipio de Quito, debido a las buenas prácticas ambientales que allí se desarrollan.
El campus integra a Ingeniería Agroindustrial en proyectos de vinculación desarrollados entre profesores y estudiantes para la comunidad de Nono.
La Granja incentiva a que los estudiantes participen continuamente en proyectos innovadores y amigables con el ambiente.
Este centro continuamente crea campañas en las que promueven el reciclaje, reduciendo los envoltorios plásticos.
La feria es organizada por los estudiantes de la UDLA donde venden los productos obtenidos de La Granja. Foto: cortesía La Granja UDLA
La elaboración de alimentos saludables y de productos respetuosos con el medioambiente está en auge. La segunda edición de la Semana de la Innovación (i3Week) Escuela Politécnica del Litoral (Espol), la semana pasada, trató esta temática bajo la tendencia de la economía circular.
Guido Caicedo, director del Centro de Desarrollo de Emprendedores, destacó que los estudiantes actualmente reconocen la importancia de promover y desarrollar la cultura emprendedora, respetando los objetivos de desarrollo sostenible establecidos por la ONU. “Las competencias y el talento para crear valor a través de la innovación es lo que se incuba desde las aulas”.
De hecho, el objetivo de más de cinco proyectos universitarios expuestos en este evento demostró que sabor, salud y sostenibilidad pueden ir de la mano.
El club alimentario (IFT, por sus siglas en inglés) demostró que es posible crear alimentos funcionales a partir de residuos alimentarios.
Gabriel Paz es un estudiante de octavo semestre de la carrera de Ingeniería en Alimentos. El joven ideó la elaboración de unas rosquitas integrales que incluyen suero de leche, harina de garbanzo y harina de trigo.
Paz cuenta que para crear el bocadillo tomó en cuenta el alto contenido proteico del suero de leche que, actualmente, es desechado. “Queremos apostar por la utilización de desechos de la industria y promover la soberanía alimentaria con la elaboración de productos con ingredientes autóctonos”, dijo Iana Cruz, quien presentó su proyecto de reutilización de la cebada para la elaboración de harina.
La estudiante y miembro del IFT señaló que esta es una manera de aprovechar todos los recursos y fomentar la sostenibilidad.
Durante los seis días del i3Week se desarrollaron charlas magistrales sobre sostenibilidad y economía circular con expertos internacionales además de talleres.
Una de las ponencias fue la del italiano Nicola Cerantola. El ingeniero industrial, fundador y responsable de Ecologing y creador del Ecocanvas (2012), dijo que se tienen que introducir parámetros que permitan diseñar productos, servicios y negocios desde una perspectiva regenerativa.
Es decir, “soluciones basadas en la idea de ver lo que nos rodea y aprovechar todos los componentes de un producto”.
Así mismo, Linda Breukers, consultora especialista en el sector de residuos sólidos, destacó la importancia del rol del Gobierno. “No solamente haciendo normas, es pensar mucho más en instrumentos económicos, en incentivos para lograr la ‘circularidad’”.
En las jornadas de debate y en medio de los desafíos que el mundo plantea a las universidades, existen retos comunes que deben nacer desde las aulas.
Cecilia Paredes, rectora de la Espol, señaló que en el campus se trabaja para reforzar los conocimientos sobre sostenibilidad. Semana de la innovación Proyectos. Los clubes PhyCom, Argumentum, Taws, Anifonix; y los capítulos estudiantiles AICHE, ASME, IEEE e IFT de la ESPOL, de varias carreras, presentaron productos innovadores el 2 de diciembre.
Asesoría. Los emprendedores tuvieron la oportunidad de tener asesoría de expertos en temas de Marketing, Comercio Exterior, Imagen, entre otros. La cita fue el 3 de diciembre.
Lanzamiento. El grupo Mantra y la Espol lanzaron un reto en el que los estudiantes desarrollaron productos a partir de licencias autorizadas, como Disney y Marvel. El evento se realizó el 4 de diciembre.
Iana Cruz y Gabriel Paz expusieron sus proyectos alimenticios en la Semana de la Innovación de la Espol. Foto: Mario Faustos / LIDERES
La responsabilidadsocial no debe ser entendida solo como una extensión universitaria o voluntariado estudiantil, su propósito fundamental es la formación de nuevos profesionales éticos y socialmente responsables con todos sus grupos de interés.
Esa es una de las conclusiones del estudio ‘Responsabilidad Social Universitaria en Ecuador’, publicado por Genoveva Espinoza y Marco Guachamín, de la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador.
Según María Beatriz Eguiguren, directora del Departamento de Ciencias Jurídicas y del Observatorio de Conflictos Socioambientales de la Técnica Particular de Loja (UTPL), las universidades no pueden estar alejadas de este tema, porque son instituciones que tienen el propósito de formar profesionales responsables con su entorno, que deben resolver problemas sociales y ambientales.
Con ese criterio coincide el catedrático cuencano Pedro Mora. Él señala que las universidades dentro de su visión y misión forman talento humano para la sociedad priorizando al ser humano, pero que también exista un equilibrio con el ambiente.
Eguiguren explica que, a más de la formación académica, los estudiantes están involucrados en la investigación y vinculación y, por ende, están relacionados con la sociedad.
En una primera fase, los docentes tienen la obligación moral de incluir a los alumnos desde los primeros ciclos en los proyectos de investigación porque es parte de su formación, dice Eguiguren. Cuando los alumnos tienen más competencias y conocimientos acceden a las iniciativas de vinculación con la sociedad.
“Ya no solo recogen las necesidades de la sociedad, sino también dan respuestas y fortalecen sus capacidades para beneficio de la comunidad, centros indígenas o sociedad en general”, comenta la catedrática de la UTPL. Luego, cuando el estudiante está más preparado y tiene una formación en responsabilidad social pasará a una siguiente fase, que son las prácticas pre-profesionales.
En la investigación de Espinoza y Guachamín se señala que la responsabilidad social universitaria debe garantizar la calidad de la educación superior a través del fortalecimiento y adaptación al entorno académico y realidad actual. Por ello, agregan que no puede pasar por alto la formación de profesionales con conocimientos pertinentes a los requerimientos del entorno, sensibles y motivados por valores y orientar la investigación a la solución de problemas sociales.
La teoría y la práctica son parte de una formación social
Redacción Cuenca (I) redaccion@revistalideres.ec Aunque es optativa, la asignatura de responsabilidad social es una de las más demandadas de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad de Cuenca. Se dicta durante un semestre en el octavo ciclo. Tiene 70 alumnos divididos en dos cursos.
En su pénsum se trata la historia de la responsabilidad social en el país y el mundo y los elementos de responsabilidad de la empresa ante la sociedad y el ambiente, que forman parte del desarrollo sostenible.
Los estudiantes también aprenden sobre las normativas nacionales e internacionales, modelos de gestión de responsabilidad social empresarial y gestión estratégica de las relaciones con los ‘stakeholders’, que son los grupos de interés que son afectados por cualquier decisión que adopte la empresa, dice Francisco Roldán, profesor de Responsabilidad Social Empresarial en Administración de Empresas de la Universidad de Cuenca.
Él destaca que la intención es que los futuros gerentes aprendan que uno de los principales intereses debe ser la responsabilidad social y ambiental y no solo obtener ganancias económicas. “Queremos ir más allá y que el estudiante conozca que existen procesos fijados y que en el ámbito internacional hay certificaciones de calidad”.
Diego Loyola fue profesor de Responsabilidad Social durante cinco años. Él destaca que con esta materia se busca concienciar que el desarrollo sostenible es una parte fundamental de la gestión y que se está desarrollando en el mundo. “Enseñamos qué es lo que un gerente debe realizar, cuál es su posición frente a la realidad de la sociedad y la naturaleza”.
Los estudiantes también deben analizar una empresa y ver qué acciones están tomando frente a los requisitos normativos como la ISO 26000 y otros criterios. Con información de empresas multinacionales y las grandes del país se efectúa esta evaluación, señala Loyola.
En este trabajo, los alumnos conocen la organización, sus actividades y luego analizan en función de los criterios de responsabilidad social y efectúan la evaluación. “Se busca que entiendan que una empresa no solo está para ganar dinero y esa no es su naturaleza inicial sino hacer una labor de distribución de riqueza a sus empleados, accionistas, proveedores, quienes están al lado de la fábrica…”, dice Loyola.
La formación también se complementa en los posgrados. Pedro Mora es director de la Maestría en Administración y Gestión de Empresas en la Universidad de Cuenca. Paralelo al avance académico, los estudiantes deben realizar un proyecto o pasantía y dar asesoría en varios temas como la responsabilidad social empresarial.
El proyecto, explica Mora, será preparado en el primer semestre, se desarrollará en el segundo y los resultados se presentarán en el tercero. El estudiante se acercará a microempresas, emprendimientos, artesanos o mujeres asociadas. “Se escoge a ellos porque se supone que las medianas y grandes empresas tienen conocimientos en responsabilidad social”.
María José Montalvo asesora a la emprendedora Paola Rodas. Xavier Caivinagua para LÍDERES
Las asesorías son parte del vínculo entre el estudiante y la sociedad
Redacción Cuenca (I) redaccion@revistalideres.ec La vinculación con la sociedad forma parte de la formación en responsabilidad social. Allí, por lo general, participan los alumnos universitarios que cursan los últimos años de sus carreras.
Eso ocurre en el Centro de Servicios Empresariales de la Universidad de Cuenca. Están involucrados los estudiantes de los últimos ciclos de Administración de Empresas, Contabilidad y Auditoría, Economía, Mercadotecnia y Sociología.
Su objetivo es ofertar los serviciosgratuitos de asesoría, estudios y acompañamiento para sus emprendimientos. Los alumnos acompañados por docentes apoyan desde la generación de la idea, desarrollo y otras etapas necesarias para la puesta en marcha de un negocio.
Según Juan Fernando Castillo, coordinador de este centro, hay tres beneficiados. Las personas que acceden a una asesoría gratuita; los estudiantes que realizan prácticas preprofesionales y la universidad, que se vincula con la sociedad.
Por su parte, la Universidad Técnica Particular de Loja cuenta, entre otros centros, con el Departamento de Ciencias Jurídicas y del Observatorio de Conflictos Socioambientales. Su directora María Beatriz Eguiguren señala que la formación que ofrecen se enfoca en responder a las necesidades de la sociedad y los estudiantes son preparados para que puedan dar respuestas.
Ella explica que tienen proyectos que dan soluciones en el campo legal a través de brigadas itinerantes que se desarrollan en todo el país. Por allí deben pasar tanto los estudiantes presenciales como los de a distancia. La carrera de Derecho tiene 13 000 estudiantes en esta última modalidad y otros 1 000 en la presencial.
Además, brindan asesorías guiadas por sus profesores en los consultorios jurídicos que tienen en Quito, Guayaquil, Cuenca y Loja.
En Zamora Chinchipe, en cambio, funciona el Centro de Innovación y Desarrollo para la Industria y Minería que fue creado en el 2013 por la Universidad Técnica Particular de Loja. Su labor se centra en el entrenamiento y formación con programas de capacitación certificados.
Otros campos de acción se relacionan con el emprendimiento y desarrollo y el trabajo con los gobiernos autónomos descentralizados. Según su director, Leonardo Benavides, como parte de la responsabilidad social capacitaron en primeros auxilios y rescate a 150 mineros artesanales de Nambija.
Además, dan los primeros pasos para traer el programa ‘Oro con Precio Justo’, que premia a los productores que no emplean niños, no contaminan el ambiente y tienen prácticas de seguridad. Este año llegó una delegación de Mongolia y del consejo de la Alianza por la Minería Responsable.
Benavides agrega que también certificaron a pobladores de Los Encuentros y Chicaña, que están cerca del proyecto Fruta del Norte y de la parroquia Lita (Imbabura), que está cerca de Cascabel. La idea es que puedan tener los elementos suficientes para determinar si hay contaminación del agua y sean los primeros cuidadores del recurso.
Francisco Roldán es profesor de Responsabilidad Social en la Universidad de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
En Ecuador se podrán denunciar afectaciones al ecosistema del manglar a través de la aplicación Manglar App, que facilitará la comunicación entre comunidades e instituciones involucradas en la gestión del manglar.
Se trata de una iniciativa impulsada por la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), con la participación de la Subsecretaría de Gestión de Gestión Marina y Costera del Ministerio del Ambiente, la Subsecretaría de Recursos Pesqueros del Ministerio de Producción y Comercio Exterior y organizaciones que trabajan bajo los Acuerdos de Uso Sustentable y Custodia de Manglar. La Corporación Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) ha colaborado al proyecto con financiación y asistencia técnica para el desarrollo de la ‘app’.
Mediante los Acuerdos de Uso Sustentable y Custodia de Manglar se concesiona a comunidades y organizaciones un área determinada de este ecosistema, para su aprovechamiento sustentable. De acuerdo con el Ministerio del Ambiente, hasta el año pasado, alrededor de 65 000 hectáreas de manglar se encontraban otorgadas bajo este mecanismo.
Las comunidades que poseen dichos ‘acuerdos’ se comprometen a proteger este ecosistema con actividades de pesca sostenible y acuicultura, turismo sustentable o denuncia de actividades que afecten al mismo.
Fabián Reyes, docente investigador de la UTPL involucrado en el proyecto, señala que para las comunidades es difícil custodiar el manglar y realizar los procesos de denuncia. “Al intentar realizar las denuncias se encuentran con varios inconvenientes. El tiempo que invierten en hacer la denuncia, los recursos invertidos, la falta de respuesta y transparencia de entidades de control a las denuncias presentadas, la inseguridad y falta de respaldo de las autoridades a la hora de poner la denuncia”.
Las instituciones encargadas de la gestión del manglar y la atención de denuncias también enfrentan problemas, como el poco personal y la falta de equipamiento, o la deficiente coordinación entre instituciones, asegura el investigador de la UTPL.
Con el objetivo de dar solución a estas problemáticas, surge la idea de desarrollar una aplicación que permita mejorar los procesos de gestión y control del manglar, así como facilitar los procesos de denuncia. “El objetivo del proyecto fue crear una aplicación Android e iOS, para la notificación y monitoreo de problemas ambientales en los manglares custodiados por organizaciones y usuarios tradicionales, y los esteros y mar aledaños a estas áreas”.
Con Manglar App se busca disminuir los tiempos de denuncia y notificación, reducir costos y generar insumos para la gestión del manglar, como datos estadísticos para una mejor planificación de dicha gestión.
Finalmente, se busca fortalecer las relaciones entre los actores involucrados en la gestión del manglar. La descarga Para usar Manglar App será necesario registrarse, para evitar la saturación de la ‘app’ y las denuncias falsas. Una vez registrado, el usuario puede realizar su denuncia según el tipo de anomalía: tala, contaminación, invasiones, delincuencia marítima, técnicas de pesca no permitidas, recolección de cangrejo en época de veda, etc.
Para cada caso, existe un menú con los requerimientos mínimos para realizar la denuncia. Además, la interfaz cuenta con un botón de pánico para contactarse con el 911 y denunciar delitos flagrantes.
Actualmente, el desarrollo de la ‘app’ ha superado la etapa de investigación y prototipado.
Hasta el año pasado, alrededor de 65 000 hectáreas de manglar estaban concesionadas a comunidades. Foto: archivo / LÍDERES
Cuando Pamela Moposita se graduó del colegio y se disponía a estudiar una carrera superior, buscó algo novedoso, diferente, que le permitiera vincularse rápidamente al mundo empresarial. Investigó y dio con la formación dual, que en el país empezó por iniciativa privada, mediante la Corporación Formados, una alianza de nueve agremiaciones empresariales.
A breves rasgos, en la formación profesional dual el 50% es enseñanza teórica que se imparte en un aula de clases y el otro 50% enseñanza práctica en una empresa Formados implementó este modelo en Ecuador a partir del 2014, con el apoyo de la Federación de Cámaras de Industrias y Comercio de Alemania.
Desde entonces se han creado 11 carreras orientadas al sector manufacturero entre las que están: técnica en plásticos, técnica en producción textil, técnica en fabricación de calzado, técnica en desarrollo de software, entre otras. Todas están avaladas por Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación.
Cada una se configura en base a las necesidades de las empresas. Se imparten en cuatro ciudades (Quito, Cuenca, Guayaquil y Manta), a través de seis institutos técnicos –públicos y privados- y dos universidades.
Pamela es una de los 800 estudiantes que, actualmente, se forman en esta modalidad. Cursa el tercer nivel de producción textil, en el Instituto Tecnológico Superior Sucre y desempeña sus horas prácticas en la firma textil Vicunha Ecuador. Esta experiencia le ha permitido desarrollar nuevas destrezas, ha adquirido conocimientos en áreas operativas y administrativas.
Juan Fernando Gutiérrez, presidente ejecutivo de la Corporación Formados, sostiene que el aprendizaje dual “puede transformar al país”, porque incide, directamente, en la competitividad del sector productivo y, a la vez, influye en el desarrollo social y económico de la gente. El 84% de los estudiantes del programa han sido contratados por las empresas.
La Organización Internacional de Trabajo (OIT) anota que la formación dual es la modalidad formativa más efectiva para acercar la oferta y la demanda de competencias laborales, aumentar la empleabilidad de las personas jóvenes y optimizar el uso de los recursos para formación.
“Los estudiantes no deben culminar sus estudios para recién en ese momento poder tener contacto con la realidad empresarial. Las empresas pueden adaptar a los estudiantes a su dinámica”, anota Galo Chacón, jefe de recursos humanos de Vicunha Ecuador, que es una de las 134 firmas que participan en el programa.
Más allá de los resultados cuantitativos, la formación dual aporta al clima laboral, ya que también pueden ingresar los empleados que deseen mejorar sus conocimientos, lo cual se convierte en un estímulo para ellos, dice Pablo Zambrano, titular de la Cámara de Industrias y Producción (CIP).
La CIP se alió con la Politécnica Salesiana para crear la carrera de mecánica industrial. La malla comprende cinco semestres. La formación práctica empieza desde el segundo.
Nestlé ejecuta con 14 universidades la ‘Iniciativa por los jóvenes’, que contiene formación dual y consiste en promover pasantías, realizar proyectos y casos de negocios. “Ha generado en la compañía una posibilidad de hallar futuros talentos y encontrar maneras distintas de gestionar procesos y solucionar problemas de nuestras operaciones”, explica Annabelle Rodríguez, directora de Recursos Humanos.
Los centros educativos, por su cuenta, también promueven iniciativas que buscan vincular a los jóvenes con las empresas. La Fundación Cicerón, de la Universidad San Francisco de Quito, desarrolla cursos de educación continua y ejecutiva, para desarrollar talento humano y áreas de negocios, con acreditación internacional.
Dispone 30 programas de acceso al público en general, indica Ana María Novillo, directora de Cicerón. Se imparten también cursos hechos “a medida” de los requerimientos de las organizaciones, con certificaciones ideadas específicamente para cada negocio.
En la empresa Vicunha, los estudiantes pasan tres meses continuos en actividades prácticas, como parte de su formación dual. Fotos: Cortesía Vicunha Ecuador