El rector de la Universidad de Salamanca (USAL), Daniel Hernández Ruipérez, defiende que es momento de que los sistemas de educación superior en Latinoamérica y España realicen una “reflexión de futuro”, así como una revisión de sus editoriales, enfatizando en la comercialización y promoción.
La institución alcanzará, en 2018, los 800 años de historia, lo que supone que el sistema universitario español y latinoamericano también cumplirán ocho siglos, afirma el rector de la universidad más antigua en el mundo hispano.
La efeméride debería aprovecharse “para ir construyendo naturalmente sobre el pasado, pero con la vista en el futuro para producir un cambio completo”, asevera.
El Rector se encuentra estos días visitando México con motivo de la primera Feria Internacional del Libro Universitario (Filuni) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la que la USAL es invitada de honor entre las 150 casas de estudio iberoamericanas congregadas.
Hernández dice que caminan hacia la definición de un espacio europeo, latinoamericano y caribeño de educación superior que permita el intercambio de estudiantes, a través del reconocimiento automático de los estudios: “Que hagamos un modelo global que tenga similitud en sus objetivos”.
Dentro de la Filuni, los representantes de las instituciones han tenido espacio para debatir sobre las editoriales universitarias.
Daniel Hernández Ruipérez plantea que se deben realizar acciones para concretar un modelo global en los centros de educación superior. Foto: Sashenka Gutiérrez / EFE
A inicio de este mes, la Empresa Pública de Bienes y Servicios de la Universidad Central del Ecuador UCE-EP y la empresa Mission Petroleum suscribieron un convenio marco de asociación estratégica. Lo hicieron con el propósito de desarrollar proyectos y actividades de interés que permitan el fortalecimiento en la gestión del conocimiento, la investigación y capacitación permanente.
Francisco Rivadeneira, gerente general de la Empresa Pública UCE, señala que se trata de un acuerdo que permitirá generar posibilidades de intervención en el ámbito y campo petroleros. “En el momento que se defina la posibilidad de una intervención efectiva y particular se suscribirán convenios específicos”, dijo.
Rivadeneira cuenta que en este tiempo de funcionamiento de la empresa (desde medianos de año pasado) se han generado otro tipo de vinculaciones con entidades como el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), el Ejército Ecuatoriano, la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), la Fuerza Aérea Ecuatoriana, entre otras.
La participación de la Empresa Pública de Bienes y Servicios de la Universidad Central se realiza a través de los profesionales y académicos de la Universidad. Y, en algunos casos, se abre la participación de estudiantes, a través de pasantías y prácticas preprofesionales, como sucedió con el convenio de Mission Petroleum.
Esta empresa ecuatoriana se dedicada a la fabricación, reparación, venta y alquiler de partes, equipos y herramientas para el sector petrolero industrial. Sus actividades empezaron en el 2001.
En el caso de la Epmaps se está trabajando en capacitación sobre mantenimiento del sistema de agua potable de Quito, particularmente en gestión de ductos de agua potable y otro con normativas ISO. Rivadeneira señala que al ser una empresa calificada a nivel latinoamericano, dentro de exigentes rangos de calidad, se requiere mantener acciones para seguir en esos niveles de operación y funcionamiento.
Mientras que con el IESS el convenio alcanza espacios relacionados con las compras públicas y ‘coaching’ empresarial. También se desarrollaron trabajos en otros campos como RCP, fiducias o manejo de desechos.
En la firma con Mission Petroleum, Nelson Rodríguez, vicerrector académico de la Universidad Central del Ecuador, destacó que se trata de una iniciativa orientada “a tejer redes que incorporen al sector productivo en el trabajo de la academia respecto a la transferencia tecnológica, de acuerdo con las necesidades que el país requiere”.
Rivadeneira señala que en lo que queda de este año continuarán con las acciones de carácter estratégico, principalmente en el campo de la capacitación. Esto ocurrirá, por ejemplo, con proyectos en el sector eléctrico.
La Empresa, casa adentro, establece convenios con las distintas facultades de la Universidad Central. Por ejemplo, en junio pasado, concretó uno con Jurisprudencia. Con este se busca el desarrollo de capacidades institucionales, realización de actividades académicas, docentes, de investigación.
La Empresa Pública tiene dos órganos para su dirección y administración: el Directorio, presidido por el Rector de la Universidad Central con cuatro miembros, dos designados por esta autoridad y dos por el Consejo Universitario. El otro órgano es la Gerencia General, cargo designado por el Directorio de la empresa.
Al ser una entidad con personería jurídica e independiente permite el desarrollo institucional de la Universidad a través de la implementación de acciones y alianzas estratégicas enfocadas con la articulación de conocimientos científicos, tecnológicos, sociales, artísticos y culturales con contextos locales, regionales e internacionales. Estas atribuciones están contempladas en la Ley Orgánica de Educación Superior y el Estatuto Universitario.
Cuando se inició la propuesta de creación de la Empresa, en el interior de la Universidad Central, se desarrolló un estudio sobre los resultados de las empresas públicas instauradas a escala nacional. En la presentación del proyecto a los miembros del Consejo Superior, el 17 de mayo pasado, Cecilia Flores, decana de Ingeniería, explicó que el proyecto contempla 14 objetivos insertados en las áreas del conocimiento que oferta la Universidad. “Con el cumplimiento de los mismos se busca lograr la autogestión que garantice la educación gratuita”.
Representantes de la Empresa Pública de Bienes y Servicios UCE y de la empresa Mission Petroleum. Fotos: Cortesía Dirección de Comunicación y Cultura-UCE
Cuando se trata de hablar de libros ni la disfonía lo detiene, es uno de los temas que lo apasiona. Sus intereses abarcan literatura, historia, filosofía y poesía. Con lecturas en inglés, italiano o francés y la capacidad para desentrañar de memoria la esencia de los más diversos libros, de autores de todos los tiempos, Joaquín Hernández Alvarado evoca la figura de un erudito.
El Rector de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) recuerda haber leído y disfrutado en la primaria una serie de biografías de figuras históricas como Napoleón, María Antonieta o Joseph Fouché. En la adolescencia lo deslumbró la literatura de autores franceses como André Malraux (‘La condición humana’ y ‘Los conquistadores’) o Albert Camus (‘La peste’).
Luego se interesó por la literatura española, desde la generación del 98 y a la generación del 27, de Azorín, Pío Baroja y el pensamiento de Ortega y Gasset, hasta Unamuno, “el primer existencialista en lengua española”, y la poesía de García Lorca.
En paralelo le apasionaba todo lo que era pensamiento e historia de la filosofía. En la decisión de estudiar filosofía fue capital José Ortega y Gasset. “Él se planteaba por qué razón España había entrado en decadencia, y era por haber perdido el espíritu originario, que estaba según él en ‘El Quijote’, y había que regresar a ‘El Quijote’, para encontrar el espíritu español, aunque no podía ser más una cultura cerrada sino una cultura que asumiera lo europeo”, comenta.
El Rector de la UEES desde 2014 -antes desempeñó en el cargo de Vicerrector de Posgrado– tiene al menos un libro de cabecera por cada área de interés. “Hay libros que nunca dejó de leer y releer. Cada vez son distintos, encuentro aspectos diferentes, matices, cosas que no había advertido, uno es ‘Guerra y paz’ de León Tolstói”.
En filosofía considera fundamentales a Hegel, libros como ‘La fenomenología del espíritu’ y ‘Los fundamentos de la filosofía del derecho’; Nietzsche, con ‘Más allá del bien y del mal’; o Kant, con ‘La crítica de la razón pura’ y ‘La crítica de la razón práctica’, que son “imprescindibles para entender la modernidad”.
Lee también a un filósofo italiano contemporáneo como Giorgio Agamben, el autor de ‘La muchacha indecible’. “Es genial pensando sobre la experiencia del ser humano en el siglo XXI. Hace una síntesis de toda la cultura occidental, maneja pintura, lingüística, semiología, filosofía, literatura e historia y todo ello converge en su posición sobre el destino de la vida humana”, dice.
Cuando se indaga sobre el ‘boom’ latinoamericano’, Hernández habla de su inicial entusiasmo y desilusión con autores como el mexicano Carlos Fuentes. Y dice que hay que leer a Roberto Bolaño, chileno del posboom y antes a Jorge Luis Borges. “Hay un cuento clave, ‘El sur’, donde se plantea el problema de las raíces y la ironía de la cultura argentina, que proviene de extranjeros emigrantes y criollos. Borges plantea el dilema y el cuento sugiere que si uno insiste en hacer esa pregunta, esa búsqueda, termina muriendo”.
Mi libro de cabecera La educación sentimental’. La novela del francés Gustave Flaubert muestra el desarrollo y la crisis de un joven en el final de la era Napoleónica. “Es una historia de lo que es el poder, el fracaso de una generación, de la ilusión y el amor. Una novela de formación”, dice Hernández.
Joaquín Hernández Alvarado es máster y candidato a doctor en Filosofía. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
Las ferias de emprendimiento que realiza la Escuela de Ciencias Administrativas y Contables de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador – Sede Santo Domingo, son una oportunidad para que los estudiantes pongan a prueba los conocimientos aprendidos en las aulas.
Estas exposiciones, que se realizan cada semestre, son una vitrina para que los jóvenes intercambien conocimientos y experiencias con los emprendedores de Santo Domingo de los Tsáchilas. También sirven para motivar a los colegiales a que empiecen a crear ideas que a futuro pueden convertirse en un negocio rentable.
Jean Pierre Garrido, estudiante del séptimo nivel de Contabilidad y Auditoría, señaló que la preparación de los proyectos es ardua y que dura alrededor de cinco meses. “La idea es que a futuro ese proyecto se convierta en un emprendimiento que aporte a Santo Domingo”.
Ese fue el caso del estudiante Andrés Granda. Él presentó, hace más de dos años un proyecto en la Expo emprendimiento, que consistía en crear una fábrica de estructuras de aluminio.
La idea nació luego de que hicieran un estudio que determinó que en el país no había suficientes empresas que se dedicaran a trabajar con aluminio.
Luego de la expoferia, los docentes verificaron la factibilidad del proyecto y le aconsejaron a Granda que los ejecutara.
El estudiante empezó a gestionar el financiamiento y logró que la Corporación Ecuatoriana de Aluminio SA (Cedal) y la Importadora de Aluminio y Vidrio (Impalvid) financiaran el proyecto con USD 10 000. Sus maestros contribuyeron en el asesoramiento del plan de marketing, por ejemplo.
La fábrica se constituyó legalmente hace un año y distribuyen estructuras como escaleras en Pichincha, Manabí, Guayas y Santo Domingo de los Tsáchilas.
El resultado de ese proyecto fue un incentivo para que la Universidad continúe con las ferias. Ahora, los estudiantes las organizan como parte de las asignaturas denominadas Proyecto Integrador I y II.
Este semestre, la feria se realizó a finales de julio y participaron 130 estudiantes del primer, tercer y séptimo semestres de la carrera de Comercio y Contabilidad y Auditoría.
Ellos organizaron 22 estands en los que ofrecieron productos como alimentos, prendas de vestir para bebé, deportes extremos, entre otros.
El docente David Arias señaló estas actividades son calificadas. “Dentro de las pautas de calificación se consideraron: la idea (que sea innovadora) presentación y exposición del proyecto”, señaló.
Granda señaló que las ferias han generado interés entre sus compañeros, porque esas actividades permiten que los jóvenes aprendan a exponer y a defender sus ideas y en la práctica eso es necesario para conseguir ya sea el financiamiento del proyecto y los negocios a largo plazo.
Los estudiantes de la Escuela de Diseño también realizan exposiciones de sus trabajos. A mediados de agosto se desarrolló la feria Nace Una Nueva Imagen. Esa actividad buscó impulsar la construcción de propuestas gráficas correctamente fundamentadas, que contribuyan a los problemas de comunicación visual de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Entre las actividades realizadas se presentó la nueva identidad visual corporativa, que fue elaborada y desarrollada por Romina Heredia, estudiante de Diseño, para el Centro Regional de Desarrollo Social (Credes).
La representante de esa entidad, Celina Macías, señaló que la estudiante logró captar la proyección que la institución quería mostrar al público. “Me parece que los jóvenes ya están capacitados para enfrentarse a la vida laboral”.
En esta actividad también se desarrollaron dos propuestas para renovar la imagen de la ciudad a través de una marca. Los dos proyectos, de estudiantes de sexto nivel de Diseño, fueron presentados a los representantes del Municipio.
Uno de los proyectos, elaborado por los alumnos Fabio Andrade, Miguel Moreira, Milton Pazos y Darwin Pajuña, tuvo como eslogan: “Santo Domingo Inolvidable” y el concepto generador fue creado con base en tres elementos característicos de la localidad: la caña guadúa, el colibrí y los Tsáchilas.
La segunda idea la desarrollaron los alumnos Andrés Sangucho, Mayra Poma y Andrés Naranjo, quienes crearon el eslogan: “Santo Domingo, Crisol de Biodiversidad” y la mascota Achi, que representa el achiote característico de los tsáchilas.
La metodología de los docentes consiste en enseñar con la práctica a los alumnos. Foto: Cortesía PUCE SD
Fue una excelente noticia para la Escuela de Gastronomía de la Universidad San Francisco de Quito. Los 13 estudiantes que estuvieron en el curso de verano de este año, en el famoso instituto Paul Bocuse, en Francia, ganaron un concurso interno en el que participaron estudiantes de 16 países.
En una relación académica que lleva ya cinco años entre estas dos entidades, esta es la segunda vez que alcanzan el primer lugar. En otra ocasión ocuparon el segundo. Y lo hicieron en este acreditado centro de renombre mundial.
Rafael Villota, director académico de Gastronomía de la San Francisco, destaca que el Paul Bocuse es uno de los mejores institutos culinarios del mundo, conjuntamente con el Culinary Institute of America, de EE.UU. Universidades de Perú, Chile y Colombia son parte de la Alianza.
Una de las ventajas de la red es que los chicos, durante los meses de verano, pueden hacer un curso intensivo de dos meses y medio en el Instituto. Es una formación de alta gastronomía francesa, a lo que se suma la cultura del país galo, cursos, visitas, viajes, pastelería, chocolatería…
Los chicos de tercer año, que son quienes viajan, tienen las capacidades suficientes para poder hacer cualquier cosa y aprender nuevas técnicas de cocción, de plateado, entre otras En el concurso, dice Villota, lo que hacen básicamente es transformar platos ecuatorianos, ponerlos o utilizarlos bajo estas técnicas y hacer presentaciones excepcionales. Lo que se juzga es la técnica y el sabor. “Nuestros estudiantes montaron la mesa y dos de ellos vistieron atuendos típicos de Otavalo. Incluso se toma en cuenta el servicio a la mesa”. Se prepara y presenta un menú completo, que es degustado por los embajadores de los países concursantes y algunas autoridades francesas. Se trata de una entrada, un plato fuerte, postre, bebidas y pudiera ser un aperitivo del país.
El hecho de haber obtenido este reconocimiento refleja que la gastronomía ecuatoriana tiene un gran potencial para ser mostrada en el mundo y las técnicas también. “Los sabores nuestros en sí, si son bien utilizados, podrían ser muy bien explotados afuera. Y estos son algunos de los argumentos por las cuales nuestros chicos pudieron ganar. Además, refleja la educación que tienen”.
Villota destaca que, sin duda, la formación que reciben y que se genera a través de esta alianza es importante. El simple hecho de poder visitar el instituto, y además ser parte de su formación, genera un plus para los chicos, pero también para la Universidad, ya que se forman en la “cocina madre”, como se puede decir que es la cocina francesa, dice Villota. Pero las cosas no quedan ahí. Cuando los chicos regresan, luego de su período de descanso, ellos realizan su última práctica gastronómica en la universidad. Lo hacen en el restaurante Marcus.
Es en este momento, comparten lo que aprendieron en Francia con aquellos compañeros que no pudieron ser parte de este curso de verano. Ellos se hacen cargo del restaurante durante un semestre; en este tiempo crean nuevas cartas y nuevos platos.
Uno de los estudiantes que estuvo en Francia es Franco Esteban Solórzano. Cuenta que haber obtenido el primer lugar es un orgullo para el país, para la Universidad y para ellos, por el peso que tiene el Instituto en el mundo de la gastronomía y de la formación académica con los mejores chefs “quienes muestran su pasión y vocación en cada cosa que hacen”.
Se pusieron en escena técnicas e ingredientes franceses y ecuatorianos, pero con un requisito: que se denote el sabor ecuatoriano.
Los estudiantes de Gastronomía de la San Francisco que fueron al Instituto Paul Bocuse. Foto: Cortesía Universidad San Francisco
El programa de formación dual se aplica en el Ecuador desde hace 25 años con la capacitación de tecnólogos en administración, que tienen el apoyo del Colegio Alemán y la Cámara de Industrias y Comercio Ecuatoriano-Alemana. Y desde hace 10 años, este sistema llegó a otro espacio con la carrera de Ingeniería Empresarial, en la Universidad de Cuenca.
La formación dual, que tiene sus orígenes hace 200 años en Alemania, combina la teoría con la práctica durante el proceso de formación del estudiante. La intención es que los participantes accedan a los conocimientos académicos y los puedan comparar y aplicar en las diferentes áreas de las empresas que los apadrinan.
Por citar un ejemplo, la carrera de Ingeniería Empresarial de la Universidad de Cuenca dura cuatro años y medio. Los dos primeros ciclos son teóricos con materias como microeconomía, introducción al derecho, contabilidad, matemáticas, estadística, ciencias sociales, comportamiento organizacional, entre otras.
A partir del tercer semestre se inician las prácticas en las compañías formadoras en áreas como marketing, producción, finanzas y contabilidad y gestión del talento humano y organizacional. Al final de cada semestre presentan un proyecto, que es evaluado por un comité integrado por los profesores y los empresarios.
Según el director de esta carrera, Juan Francisco Cordero, de esa forma el alumno también desarrolla otras competencias que son valoradas, como la solución de problemas, presentación efectiva y trabajo en equipo o a presión.
Lisa Pesendorfer ocupa el cargo de Experta a largo plazo en la Alianza para la Formación Profesional entre las cámaras, asociaciones e instituciones que impulsan la formación dual en el país. Este proyecto empezó en el 2013.
Según ella, la primera fase duró tres años y se trabajó en la creación del marco legal para la formación dual y el diálogo con los sectores público y privado. La segunda finalizará el 2019 y, en la actualidad, trabajan en una reforma al reglamento de esta formación.
“Los avances más significativos de la formación dual en el Ecuador se concretaron en los últimos tres años. Ahora es más sistemático porque antes eran iniciativas puntuales”, asegura Pesendorfer
Según ella, en la actualidad, 267 estudiantes forman parte de seis programas que aplican este esquema en el país y que son apoyados por 41 empresas de Cuenca, Quito, Guayaquil, Ibarra y Manta. Son programas en plásticos, desarrollo de software, mecánica, confección textil, procesamiento industrial de la madera.
Pesendorfer aclara que aparte están los estudiantes que se forman con esta metodología en las carreras de las universidades de Cuenca, del Azuay, Politécnica Superior de Chimborazo y desde el próximo año en la Universidad de las Américas. Además, en los institutos superiores y en el Centro de Tecnología Industrial de la Politécnica Salesiana (Cuenca).
Pesendorfer dice que este tipo de formación es beneficioso para las empresas porque tienen mano de obra calificada tanto teórica como práctica, que conoce su funcionamiento y puede resolver problemas y proponer proyectos de innovación. En el caso de los alumnos tienen mayor facilidad para acceder a un puesto de trabajo en las compañías formadoras.
Esa afirmación se sustenta en la investigación denominada el Impacto del modelo dual en la Universidad de Cuenca, que fue realizada por Gustavo Flores. Él realizó 387 encuestas a graduados de Ingeniería Empresarial y de la modalidad tradicional de Administración de Empresa del mismo centro, entre el 2010 y 2016.
Flores determinó que los estudiantes de la carrera dual encontraron trabajo en menor tiempo y sus salarios promedios son mayores. El sueldo medio de Administración de Empresas es de USD 700 y de la dual asciende a 1 051, de acuerdo con este estudio.
Otro dato que resalta Flores es que el 33% de los graduados en la formación dual ocupan puestos en mandos medio y alto, mientras que en la tradicional baja al 16%.
Los industriales aportan en la capacitación
La formación dual tiene apoyo empresarial y universitario. Las cámaras de Industrias y Producción, la Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros, la de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca y la de Industrias de Guayaquil están involucradas en esta iniciativa junto con la Cámara de Industrias y Comercio Ecuatoriana-Alemana y la Alianza para la Formación Profesional.
Otros gremios, como las asociaciones de Industriales Textiles del Ecuador, la de Confeccionistas Textiles, Ecuatoriana de Plásticos y la de Industriales de la Madera también son parte.
En el panel Experiencias ecuatorianas de transferencia de tecnología y rol de la universidad y la empresa, que se realizó en junio en la Universidad de Cuenca, el presidente de la Cámara de Industrias de la capital azuaya, Jorge Roca, señaló que la aceptación que ha tenido la formación dual puso a Cuenca y al Ecuador en la mira de Alemania, que busca exportar este sistema de educación teórica y práctica para mitigar el desempleo juvenil.
Roca destacó los avances de la carrera de Ingeniería Empresarial de la Universidad de Cuenca y de los programas de educación dual en mecánica industrial y electricidad en la Politécnica Salesiana. Estas dos últimas tienen el apoyo de 13 empresas azuayas y participan 41 estudiantes.
En ese mismo foro, Alfredo Hoyos, representante de la Asociación Ecuatoriana de Plásticos, dijo que el acercamiento con las universidades es importante para el desarrollo y que el cambio sea sustentable. Su gremio se acercó a la Politécnica del Litoral.
Otro espacio dual, destacado por Roca, es la carrera de Tecnología de Alimentos en la Universidad del Azuay (UDA). Según la directora de Educación Continúa de ese centro, Miriam Briones, este tipo de educación armoniza la teoría o conocimientos recibidos en el aula con la formación práctica en ambientes laborales reales, a través de una inclusión planificada en los procesos productivos.
“Está dirigida a bachilleres como al personal que ya labora en la industria y que por razones diversas no pudo acceder a estudios de tercer nivel”, explicó Briones.
En la actualidad, la UDA ejecuta el primer programa de formación Expertos en Procesamiento de Alimentos y Bebidas, que tiene una duración de cinco semestres. El objetivo es brindar conocimientos, habilidades y destrezas para formar técnicos en producción y envasado de alimentos.
Tiene un grupo de 20 estudiantes, de los cuales el 30% es personal que labora en las empresas formadoras. Tienen entre 19 y 45 años. Para la selección de los aspirantes, contó Briones, se hizo una selección mediante un examen de conocimientos básicos y una entrevista realizada por la Cámaras de Industrias de Cuenca y las empresas formadoras.
Las empresas del sector alimenticio, como Italalimentos, La Europea, Los Andes, Lácteos San Antonio, Embotelladora Azuaya, Industria de Bebidas Cósmica, Fideos La Delicia, Panificadora El Horno, CIAL e ICE, apoyan esta iniciativa, aseguró Briones. “El rol de la empresa es enseñar al estudiante el componente práctico, con la guía de un tutor y en coordinación con la universidad”.
Pasamanería Tosi destaca los beneficios de esta formación
Pasamanería Tosi se sumó al programa de formación dual desde sus inicios, hace aproximadamente 10 años. Hasta el momento ha contratado a las tres personas que realizaron las prácticas en la empresa cuencana.
Para Augusto Tosi, vicepresidente de Pasamanería Tosi, a través de esta instrucción se forman profesionales más cercanos a las necesidades actuales de la industria. Uno de los problemas comunes es que el pénsum tradicional no necesariamente está actualizado en relación a la necesidad de la industria, dice Tosi.
Según él, con esta formación se invierte en el estudiante para beneficiar a ambas partes. Al final de cada módulo, los participantes deben presentar un resumen y un proyecto específico para cada área. Por lo general, sus ideas son incorporadas en las acciones de la empresa. La primera persona que realizó sus prácticas en Pasamanería Tosi actualmente es la jefa de confecciones y tiene a su cargo a más de 160 personas. Además, es una de los ocho jefes de sección y ocupa uno de los 20 cargos de más alta jerarquía en la organización.
La segunda persona que permaneció en la empresa tras haber participado en la formación dual se graduó hace poco del programa y ahora está manejando el proyecto de venta por catálogo. La tercera persona también se quedó en la empresa después de culminar sus prácticas y hace pocos meses decidió separarse para emprender un nuevo proyecto.
Tosi explica que actualmente están formando a una cuarta persona que está realizando el módulo de recursos humanos y aún le faltan dos años para culminar el programa. Él espera que también se quede trabajando en la empresa.
Para Tosi, la formación dual representa “una simbiosis, donde ambas partes ganan”. Su preocupación es que otros empresarios aún lo ven como una molestia y no se dan cuenta de los beneficios.
Cartopel implementó el programa desde hace 12 años
El programa de formación dual se inició en el 2005 en la empresa Cartopel, que funciona en el Parque Industrial de la capital azuaya. Esta organización maneja dos proyectos bajo esta modalidad, que se dictan en dos universidades de esa ciudad.
Manuel Vicuña, gerente de Desarrollo Organizacional y Recursos Humanos del Grupo Cartopel, explica que el primer programa surgió como una iniciativa de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca y de la Cámara de Industrias y Comercio Ecuatoriana-Alemana y se implementó en la Universidad Estatal de Cuenca.
La carrera de Ingeniería Empresarial tiene una duración de tres años y medio. La mitad del tiempo los jóvenes pasan en la fábrica y la otra parte en la universidad. En cada etapa que cumplen en la empresa, los alumnos deben hacer un proyecto sobre las acciones de cada área en las que se han desempeñado.
El programa se abre cada año. Actualmente, ya pasaron la décima promoción de graduados y uno de los participantes de esta modalidad se encuentra realizando las prácticas en la empresa.
Vicuña cuenta que desde hace aproximadamente dos años implementaron un segundo programa de formación dual a nivel técnico, que tiene una duración de cinco semestres. El objetivo es formar técnicos industriales especializados en mecánica y electricidad. Los jóvenes que participan de este proyecto reciben sus clases en la Universidad Politécnica Salesiana, en Cuenca.
A través de este programa, la empresa ha apadrinado a tres personas que están realizando las prácticas en la organización. Uno de ellos, dice Vicuña, obtuvo la mejor nota del programa en sus evaluaciones. Para Vicuña, este programa es beneficioso para ambas partes, pero considera que se necesita mayor difusión y una política de Estado.
Continental Tire Andina da beneficios a los estudiantes
Continental Tire Andina se involucró en el programa de formación dual desde el 2015. La primera promoción de mecánicos industriales y eléctricos industriales empezó sus clases en septiembre de ese año y ya han aprobado cuatro de los cinco semestres.
En las dos carreras iniciaron 52 estudiantes, de los cuales Continental Tire Andina actualmente está auspiciando a 10 de ellos. Su último ciclo de formación se iniciará en septiembre próximo. Después, se dará paso a la segunda promoción de jóvenes con esta formación.
Según Gustavo Malo, vicepresidente de Relaciones Humanas de la compañía, cada semestre los estudiantes pagan una tercera parte del valor total de la colegiatura. La otra tercera parte es financiada por la empresa a cada estudiante y el resto es asumido por la universidad.
Continental también cubre los gastos de ropa de trabajo, alimentación, transporte, asistencia médica del fondo de salud y seguro de vida. Además, para los estudiantes que se destaquen la compañía les otorgará una bonificación económica.
Malo explica que la primera promoción que está por culminar el programa se encuentra desarrollando proyectos para la empresa. Los dos primeros estudiantes auspiciados por la empresa ya fueron contratados. “Gracias a las competencias que esta formación les ha permitido adquirir, obtuvieron una plaza de trabajo dentro de Continental y podrán continuar con sus estudios”.
Aunque este programa ha sido beneficioso, Malo considera que todavía hace falta promocionar el programa con más fuerza entre los bachilleres y empresas para explicar qué es la formación dual, su aplicación práctica, sus beneficios y las oportunidades que se tienen para la inserción laboral. Por otro lado, también cree importante que se valide este título a nivel académico por los organismos de educación pertinentes.
La empresa Raúl Coka Barriga reestructura su participación
La agencia de seguros de vida Raúl Coka Barriga ha recibido a dos participantes del programa de formación dual. La empresa forma parte de este sistema desde el 2009.
Según Rubén Alarcón, subgerente general de la empresa, dos años después de que se inició el programa, se decidió realizar una pausa por motivos internos. En el 2014 retomaron la iniciativa.
Los resultados en estos años han sido satisfactorios, según Alarcón. La formación permitió reducir el tiempo que, por lo general, toma el aprendizaje de los recién llegados a la empresa y se invirtió en la formación de profesionales.
Una vez que los participantes llegan a la empresa no se dedican a una tarea específica. Su trabajo consiste en aprender acerca del desenvolvimiento de la organización y, sobre todo, cómo se conectan las áreas de la empresa.
Durante el programa, se define a un tutor en cada una de las áreas para que acompañe a los estudiantes y el aprendizaje sea efectivo. Al final del curso, ellos presentan un proyecto, con el cual se evalúa si comprendió cómo funciona la integración de la empresa.
En el período 2009- 2011, Raúl Coka Barriga recibió a una pasante que, incluso, permaneció en la empresa después de los dos años de formación. Entre el 2014 y 2016, la organización tuvo un segundo participante. Alarcón explica que en este año el programa entró en una reestructuración. Antes la formación teórica era impartida en un instituto ubicado en el Colegio Alemán, pero desde el 2018 se abrirá un programa de administración de empresas que se dictará en la Universidad de las Américas (UDLA).
Para Alarcón, este es un modelo práctico y útil, pero el número de personas beneficiadas es limitado. Por eso, considera que debe ser socializado y se debe trabajar más en conjunto entre el sector público y el privado.
Edmundo Manzano sigue la carrera dual de Ingeniería de Empresas en la Universidad de Cuenca. Los conocimientos prácticos los recibe en la empresa Paredes (sombreros de toquilla). Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
Por primera vez, la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) organizó en Guayaquil el V Congreso Internacional de Economía. El evento se realiza una vez al año en el Ecuador desde el 2013, pero en diferentes ciudades. Las tres primeras ediciones del Congreso fueron organizadas por la Escuela Politécnica Nacional de Quito y la cuarta edición se realizó, en el sur del país, en la Universidad de Cuenca.
Gonzalo Sánchez, coordinador general del Congreso y profesor investigador de la Espol, explica que este congreso se realiza con la finalidad de que diferentes profesionales, entre docentes y estudiantes, nacionales y extranjeros, puedan compartir sus trabajos de investigación.
De esta forma se fortalecen las redes académicas, se comparten ideas innovadoras y se pueden encontrar coautores para futuras investigaciones, dice Sánchez.
El Congreso se realizó la semana pasada, entre el miércoles 26 y el viernes 28 de julio. El 20% de las ponencias estuvo a cargo de expositores internacionales que llegaron de países como: México, Colombia, Venezuela, Brasil, Reino Unido y Costa Rica.
También hubo la participación de expositores nacionales procedentes de Quito, Cuenca y Machala. En total se realizaron 100 ponencias académicas y seis conferencias magistrales, a las cuales asistieron 250 participantes.
Una de las expositoras nacionales fue María de los Ángeles Sánchez, docente en la Universidad Técnica de Machala. Ella presentó un trabajo de investigación titulado “La inversión pública y la transferencia de conocimientos de los becarios a las instituciones de Educación Superior en el Ecuador”. Lo hizo junto con Víctor Hugo Ferrín, coautor del estudio.
Según los resultados, una de las principales falencias de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) es la falta de un verdadero análisis que permita medir la contribución científica y académica de los becarios en el país.
De acuerdo con datos proporcionados por los autores del estudio, las becas adjudicadas entre el 2007 y el 2015 sumaron 11 153 y la inversión pública acumulada en becas, entre el 2007 y el 2017, alcanza los USD 585,7 millones.
Ambos expositores fueron becados en Australia. Sánchez estudió un magíster en Administración Pública y Ferrín siguió una maestría en Gestión Ambiental. Sánchez señala que los trabajos de investigación fueron seleccionados de acuerdo con un proceso de selección realizado por un comité científico. “Hicimos una convocatoria, los autores enviaron sus trabajos y luego de ser revisados por dos o tres personas fueron escogidos”, menciona.
Otro expositor, Leonardo Sánchez, de la Espol, explicó que los temas microeconómicos son cada vez más comunes en los trabajos de investigación. A diferencia de la década de los 80 y 90 cuando se analizaban más temas macroeconómicos. Él señala que la economía experimental nace por tratar de entender el comportamiento del consumidor, por ello, cada vez hay más avances tecnológicos.
En el marco de este Congreso, la Espol inauguró el jueves pasado el Laboratorio de Economía Experimental, “el primero de este tipo en Ecuador”, según los organizadores.
En este espacio estudiarán los mecanismos para tomar decisiones económicas y financieras, el comportamiento del consumidor, la implementación y efectividad de las políticas públicas y privadas. También el efecto de las normas e incentivos que promueven el uso más eficiente de recursos.
Con base en datos revelados en este congreso se planteó que cada año se invierte en el mundo alrededor de USD 1 500 billones para estudios y avances en temas de ciencia y tecnología.
Este tipo de eventos ayudó a David Marchán, estudiante del último semestre de Economía de la Espol, a definir uno de sus posibles proyectos de investigación que emprenda en el corto plazo. “Escuchar la parte metodológica que han aplicado los diferentes expositores en sus investigaciones nos ayuda a tener más claro cómo debemos trabajar. El Congreso es motivador y necesario para los estudiantes”, explicó.
Una de las charlas a la que asistió fue sobre el impacto de las reformas laborales en las empresas ecuatorianas. También se abordaron temas relacionados con la informalidad como factor determinante de la productividad, la evolución de la tasa de desempleo, el desarrollo sostenible, entre otros temas de interés.
Durante los tres días de Congreso se realizaron conferencias paralelas. Los temas de cambio climático también fueron analizados.
Los adultos mayores y en ocasiones las personas con discapacidad pueden pasar mucho tiempo solos en sus casas, cuando no hay alguien que cuide de ellos de forma constante.
Esto suele ser un tema de preocupación en las familias, ante la posibilidad de que pueda presentarse alguna emergencia y que no puedan responder a tiempo.
Para solucionar este posible inconveniente, estudiantes de la Universidad de las Américas (UDLA) desarrollaron un sistema de teleasistencia cuyo objetivo es reducir los tiempos de ayuda ante cualquier situación de riesgo por la que pueda estar pasando una persona vulnerable.
El proyecto fue diseñado por Ricardo López, estudiante de Ingeniería en Electrónica y Redes de la Información; Mateo Rojas, alumno de Sistemas de Computación e Informática; y Santiago Solórzano, asistente de gestión de la Unidad de Innovación Tecnológica de la UDLA .
La idea surgió hace dos años, como una iniciativa de vinculación con la comunidad, en la carrera de Ingeniería en Electrónica y Redes de la Información. Contó con el respaldo del director de la carrera, Ángel Jaramillo, y del docente Jean-Michel Clairand.
Consiste en un dispositivo colgante con un botón de emergencia. La persona que requiera de ayuda puede apretar este botón, el cual enviará una señal a una caja receptora, localizada en la casa del usuario. La caja transmite un código, a través de un mensaje de texto, a un servidor en la UDLA y automáticamente se envía un correo electrónico a los contactos de ayuda: familiares y autoridades (policías, paramédicos…).
El correo contiene nombre de la persona, dirección y coordenadas exactas de ubicación, un mapa de la casa y teléfonos de referencia.
Adicionalmente, hay un enlace al que se puede acceder con un usuario y una clave, donde se precisan la fecha y hora de la alerta, la condición médica del afectado, si este vive solo, entre otros detalles. En este enlace se podrá conocer si la emergencia ya fue atendida.
El dispositivo que lleva la persona en riesgo funciona hasta a 100 metros de distancia de la caja. El proyecto, que tuvo una inversión de USD 3 000, se encuentra en etapa de prueba en la parroquia de Nanegal, donde fue socializado con autoridades y moradores. El equipo espera llevarlo a otras comunidades.
Esta iniciativa tecnológica ganó en mayo pasado el tercer lugar en la categoría Innovación Tecnológica en el concurso Robot Games Zero Latitud, el cual contó con participantes nacionales y extranjeros. Esto les valió una acreditación para concursar en el Robot Challenge, que se celebrará en Rumania, en noviembre.
Los estudiantes y los profesores que participaron en el desarrollo del dispositivo de ayuda. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
Las iniciativas productivas han generado unas 1 200 oportunidades de trabajo en pequeños proyectos relacionados con alimentos, cacao e impulso al sector turístico del sur de la provincia de Esmeraldas.
Por medio del Centro de Desarrollo Empresarial y apoyo al emprendimiento, la Universidad Técnica Luis Vargas Torres (UTE/LVT), participa y apoya proyectos productivos de la comunidad y de los estudiantes universitarios.
Esta institución funciona desde hace seis años y se convierte en el centro de referencia para la incubación y desarrollo de empresas, y organizaciones comprometidas con el desarrollo productivo de la provincia de Esmeraldas.
Elizabeth Marín, estudiante de Administración de Empresas de la Universidad Luis Vargas Torres, tiene un emprendimiento para aprovechar las potencialidades del coco. Ella utiliza este fruto para la producción de aceites y cremas para la piel.
A través del Cetro de Desarrollo Marín recibió orientación para legalizar su trabajo y buscar financiamiento de la banca pública para aumentar la producción de sus aceites y cremas. El impulso a las iniciativas, como la de Marín, son respaldadas por el Ministerio de Industrias y Productividad, que mantiene un convenio con la Universidad Luis Vargas Torres.
Esa Cartera de Estado facilitó al establecimiento de estudios 12 computadoras para el funcionamiento del Centro de Desarrollo productivo, donde se capacitan a los emprendedores y pequeñas empresarias de la provincia.
Las cinco facultades de la Universidad plantean iniciativas productivas a través de los estudiantes, y en el centro, con ayuda técnica, las ideas toman forma para luego ponerlas en práctica. Así lo explica Benjamín Abata, director del Centro de Desarrollo Empresarial.
Hasta el momento se ha trabajado en 16 proyectos para el mejoramiento y uso de cacao fino de aroma que se produce en Esmeraldas. Alfredo Santillán, gerente de la empresa Cacabú, dedicada a la producción de cacao, dice que el impulso técnico recibido desde la Universidad ha servido para abrirse paso como emprendedor.
Su negocio genera cinco de los 1 200 empleos registradas por el Centro de Desarrollo Empresarial, a través de iniciativas que buscan líneas de financiamiento. La gerenta de BanEcuador en Esmeraldas, Verónica Castillo, explica que existen las facilidades para financiar iniciativas productivas, una vez que los proyectos cumplan con los requisitos establecidos por la institución.
La capacitación Para que la iniciativa de la universidad avance una de las claves está en las capacitaciones que reciben las comunidades La Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad, por ejemplo, vincula a la comunidad con actividades del área turística. Así se desarrolla la capacitación a hoteleros y prestadores de servicio, así como atención al cliente y administración de negocio.
Esta Facultad trabajó con los emprendedores de la zona en un estudio de mercado para determinar los factores que inciden en la no aceptación del servicio prestado, por eso con la ayuda de la Escuela de Turismo, se apoya a alrededor de 200 comerciantes, dueños de comedores y hoteleros de Atacames. Con todos se trabaja en cómo mejorar asuntos como atención al cliente, que es clave en el negocio turístico.
Harold Oyarvide, director de emprendimiento de la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad Luis Vargas Torres, explica que el proyecto es de largo plazo y que se desarrollará en cinco años. Ya llevan uno, y se ha empezado a medir los impactos en la población objetivo.
De acuerdo con datos del Centro de Desarrollo Empresarial, existe un promedio semestral de seis proyectos productivos por cada una de las cinco facultades de la Universidad. Estos se muestran en las ferias que presenta el alma máter todos los años.
El trabajo de vinculación con la comunidad se lo hace con los dueños de 11 negocios de alimentos y refrescos que están en los alrededores de la Universidad. “Hemos recibido atención al cliente y cómo manejar un presupuesto”, señala Jessenia Ordóñez, unas de las beneficiarias.
Todas las acciones son seguidas por el Ministerio de Industria y Productividad, para conocer la producción de los emprendimientos. “Las iniciativas han sido provechosas y estamos empeñados en ayudar, dice Gabriela Zambrano, representante del Ministerio en Esmeraldas.
Las cifras dejan ver que el trabajo ya tiene resultados. Bajo la asesoría del Centro, entre el año 2013 y lo que va de este año se han incubado y asesorado un total de 24 emprendimientos financiados por fuentes externas; además se ejecutaron 23 proyectos de vinculación, se crearon 1 200 empleos y se capacitaron 672 emprendedores.
Por ahora el Centro está dedicado a la capacitación, asesoramiento y tutoría de proyectos empresariales, realización de planes de negocios, análisis de las cadenas logísticas para un nuevo emprendimiento, seguimiento y control de las actividades de proyectos para que no desmayen. El trabajo en favor de la comunidad y los emprendedores sigue.
Los alumnos de la Universidad Luis Vargas Torres exponen sus proyectos de vinculación. Fotos: Marcel Bonilla /LÍDERES
Fortalecer la investigación. Ese es el objetivo de la Universidad Técnica del Norte (UTN), en Ibarra. Para lograr esa meta, el 22 de mayo pasado, se inauguró el Campus Universitario San Vicente de Paúl, en donde se instalaron 22 modernos laboratorios de diferentes especialidades, además de aulas y oficinas.
En este inmueble patrimonial, en donde funcionó el primer hospital de Ibarra, del cual adoptó el nombre, se desarrollan varios estudios que se enmarcan en las 10 líneas de investigación, que fueron actualizadas por el Consejo Universitario, en el 2016.
En la lista figuran: producción industrial y tecnología sostenible; desarrollo agropecuario y forestal sostenible; biotecnología, energía y recursos naturales renovables; soberanía, seguridad e inocuidad alimentaria sustentable.
También, están salud y bienestar integral; gestión, calidad de la educación, procesos pedagógicos e idiomas; desarrollo artístico, diseño y publicidad; desarrollo social y del comportamiento humano; gestión, producción, productividad, innovación y desarrollo socioeconómico; y desarrollo, aplicación de software y seguridad cibernértica.
Quizá uno de los proyectos más novedosos es el que desarrolla investigaciones de cepas que fueron traídas de la Antártida, por un equipo integrado por las docentes investigadoras Tania Oña y Elizabeth Velarde, desde el 2014.
Según Bolívar Batallas, decano de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Ambientales (Ficaya), la idea es adaptar bacterias para recuperar zonas afectadas por derrames de petróleo. Este es uno de los proyectos más ambiciosos del campus más grande de la Sierra norte, que posee 8 000 estudiantes de pregrado.
La Ficaya también tiene laboratorios de análisis físico y químico y de investigaciones ambientales.
El costo del equipamiento de los laboratorios sobrepasa los USD 5 millones. En la rehabilitación de la edificación, cuya construcción original finalizó en 1895, se invirtieron USD 2,5 millones. Así explica Miguel Naranjo, que se de-sempeñaba como rector, durante la inauguración.
“El objetivo es propiciar una educación integral, por un lado; y, por otro, que responda a los requerimientos de desarrollo de la zona norte y del país”.
Por ello, a más de las propuestas de investigación que se generan en las diferentes carreras que oferta la UTN, aseguró que también se buscará dar respuesta a necesidades del ambiente social.
En el inmueble de dos plantas, que ocupa una hectárea de la parte antigua de la ciudad, se han instalado además laboratorios de medicina, terapia física, gastronomía, nutrición, enfermería y de ingeniería en ciencias aplicadas.
Esta última cuenta con recintos de autotrónica, termodinámica, seguridad e higiene industrial y procesos de simulación.
Estos desarrollan un estudio, trabajando en conjunto, sobre la producción de biodiésel. Se trata de un combustible ecológico que se obtiene a partir de la planta de higuerilla, explica Milton Gavilanes, decano de la FICA. “Tiene las mismas prestaciones del diésel común, pero se reduce las emisiones de gases”.
El proyecto está en la última fase. Se han realizado pruebas en laboratorios de la Universidad Central del Ecuador y de la Escuela Politécnica Nacional, en Quito. El decano asegura que han obtenido resultados prometedores.
El Campus San Vicente de Paúl también albergará a las investigaciones de las carreras de enfermería, nutrición y medicina. Esta última es de reciente creación.
Marcelo Cevallos, flamante rector de la UTN, señala que se planea implementar en este sitio el hospital o clínica universitaria.
Naranjo, quien ocupa ahora el Vicerrectorado Administrativo, estima que el centro recibirá cada día entre 300 y 400 estudiantes y de 50 a 100 catedráticos, al día.
En el sitio se puede acceder a una biblioteca virtual que posee 1,2 millones de fuentes bibliográficas y documentales que permitan sustentar los estudios y análisis de catedráticos y estudiantes.
En la segunda planta también se contemplan áreas destinadas para seminarios y talleres de capacitación. Las autoridades universitarias esperan que el Campus se convierta en un polo de desarrollo de la ‘Ciudad Blanca’.
Los laboratorios de la carrera de medicina recibieron a los primeros estudiantes de esta especialidad, que aprenden con tecnología de punta. Fotos: Francisco Espinoza para/ LÍDERES