Expertos nacionales e internacionales en materia de invernaderos científicos debaten estos días en Quito sobre la necesidad de que Ecuador avance en materia de innovación tecnológica, sobre todo cuando se encuentra a 20 años de distancia de los países de su entorno.
En esta idea coincidieron varios expertos durante la inauguración del simposio Parques científicos y desarrollo local, que tuvo lugar la semana pasada en la Escuela Politécnica Nacional (EPN), en donde también se ha destacado que el país tiene que desarrollarse en la construcción de sinergias y estrategias mancomunadas entre los distintos actores.
Todo ello, como apuntó Adriana Arango, encargada del programa de Medicina de la Universidad Remington y profesora de la Universidad de Antioquia, bajo la premisa de que estos conocimientos deben tener en cuenta las necesidades de la población.
“Hay que pensar en las personas, que son las que van a utilizar todo este conocimiento”, afirmó, para después añadir que es necesario conocer “mucho el medio” en el que se mueven las investigaciones y haberlo “vivido”.
Ecuador, cuya Constitución del 2008 introdujo la necesidad de crear un sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación que fomente la investigación y el desarrollo tecnológico en articulación con el sector productivo, todavía no ha dado el “salto”, según los expertos, hacia la tercera fase del desarrollo científico-tecnológico.
Esta es lograr que la investigación, que se genera en las universidades se convierta en transferencia de conocimiento, por lo que dé respuesta a problemas sociales con una mirada hacia la comunidad que demanda esos conocimientos.
Según la coordinadora del Grupo de Investigación Multidisciplinar en Sistemas de Información, Gestión de la Tecnología e Innovación, Valentina Ramos, Ecuador ha llegado tarde a la definición de estrategias mancomunadas para el crecimiento regional.
Es algo en lo que convinieron representantes de los tres actores del desarrollo científico: academia, Estado y sector productivo.
Como indicó el director del Centro de Apoyo al Desenvolvimiento Científico y Tecnológico de la Pontificia Universidad Católica de Río Grande do Sul (Brasil), Eduardo Giugliani, es necesario articular “una estrategia de innovación en conjunto”, ya que es lo que buscan las propias empresas.
“Las empresas buscan hoy tener conexiones en red. Para desarrollar el conocimiento de hoy, es necesario tener conexiones transversales”.
Para el subdecano de la Facultad de Ciencias Administrativas de la EPN, Antonio Franco, Ecuador necesita cambiar “drásticamente” porque si no, un futuro “drástico, complejo y oscuro” podría darse. Tachó al país de ser “muy débil” en cuestiones políticas, económicas y sociales, por lo que problemas graves como la migración o el cambio climático no encontrarán una respuesta de Ecuador.
La rectora de la EPN, Florinella Muñoz, inauguró el simposio Parques científicos y desarrollo local. Foto: Cortesía
¿Qué quieres ser cuando seas grande? Seguramente, esta fue una de las preguntas que a la mayoría de nosotros nos hicieron cuando apenas éramos unos niños: presidente, astronauta, doctor, abogado, eran algunas de las respuestas más comunes hasta hace algunos años.
Pero al momento de elegir una carrera las aptitudes, habilidades y conocimientos son fundamentales para tomar una decisión y lo que definiría nuestro crecimiento en el ejercicio profesional.
Hoy en día, factores como los avances tecnológicos, las preferencias en los trabajos y otros más están modificando el modelo de desarrollo profesional que se conoce hasta ahora, el cual definitivamente no podrá continuar de la misma manera para las próximas generaciones.
Esto es, debido a que los empleados de las organizaciones están exigiendo nuevos enfoques para el aprendizaje, el diseño del trabajo, la gestión del desempeño y el desarrollo profesional, lo que está llevando a las organizaciones a reinventarse y a los líderes de las empresas a crear nuevos esquemas de carrera.
Aestos nuevos modelos de impulso profesional se les conoce como carreras del siglo XXI, que son una serie de experiencias de desarrolloque ofrecen la oportunidad de adquirir nuevas habilidades, perspectivas y juicios.
Pero ¿cómo se están diseñando estas nuevas carreras? De acuerdo con el 61% de encuestados de la última edición de nuestra encuesta Global Human Capital Trends, se están rediseñando trabajos alrededor de lainteligencia artificial (IA), robótica y nuevos modelos de negocios.
Para lograr el desarrollo profesional de acuerdo con las necesidades de cada colaborador será importante tomar en cuenta los siguientes cuatro elementos:
Máquinas y pensadores
Las habilidades del futuro pueden no ser las que se están pensando. Contrario a lo que se cree, el mayor valor no está en las habilidades puramente técnicas. De hecho, los roles más valiosos son aquellos que permiten la colaboración conjunta de máquinas con pensadores interdisciplinarios, así como expertos para innovar, crear y prestar servicios.
Nuevos modelos Un deber es reformar los modelos de carrera. Esto significa que las compañías que quieran seguir en el mercado no solo deberán transformar sus programas de aprendizaje y desarrollo, sino que básicamente necesitarán reformar sus modelos de carrera.
Muy pronto, según estudios, la vida laboral de una persona podrá durar hasta 70 años, por lo que las personas deberán tener la oportunidad de pivotear a lo largo de este viaje para alinearse con la evolución de los empleos, las profesiones y las industrias.
Promover el aprendizaje Un facilitador esencial para las carreras del siglo XXI es que las organizaciones estén enfocadas en la construcción de una cultura de aprendizaje. Nuestra investigación muestra que las compañías que discuten abiertamente las áreas de oportunidad para promover el aprendizaje son tres veces más rentables y tienen una retención hasta cuatro veces mejor que aquellas que no lo hacen.
La reinvención Las organizaciones exitosas están dando soluciones personalizadas que permiten a las personas reinventarse dentro de la empresa. Esto es clave, puesto que permite a los colaboradores navegar en las carreras del siglo XXI y acceder a las habilidades del futuro. Además, que ayuda retener talento y equiparlos para satisfacer las demandas laborales actuales y futuras, impulsando un nuevo camino profesional que beneficia tanto a la persona como a la organización.
Definitivamente para las organizaciones y los líderes empresariales, existe un nuevo imperativo: examinar y comprender a las personas que conforman su organización hoy y las habilidades que necesitarán mañana, para desarrollar e implementar experiencias que permitirán al talento adaptarse y desarrollarse.
Tal y como hemos dejado de enfocarnos exclusivamente en la venta para tomar en cuenta la experiencia del cliente, tenemos que salir de la caja del puesto para comprender y mejorar la experiencia del empleado de la organización.
Los empleados están exigiendo nuevos enfoques para el aprendizaje, el diseño del trabajo, la gestión del desempeño y el desarrollo profesional. Ilustración: Ingimage
Desde hace dos años, 80 estudiantes de tres universidades con sede en Santo Domingo de los Tsáchilas brindan asesoramiento a emprendedores.
Ellos son parte del proyecto Incubadora de Mipymes, que ejecuta el Municipio de Santo Domingo. Con este proyecto se busca capacitar a cerca de 100 emprendedores de la provincia e impulsar sus negocios.
Los estudiantes ayudan a través de capacitaciones sobre tributación, registro sanitario, mercadeo. También realizan un plan de negocios para los emprendedores. A través de la elaboración de este plan, los emprendedores analizan las fortalezas y debilidades que tiene su microempresa.
Según el Municipio, el proyecto se inició en el 2017 con los estudiantes de las carrera de Administración de Empresas y Contabilidad de la Universidad Autónoma de los Andes (Uniandes).
En la primera fase se entregaron 80 planes de negocios para los microempresarios de la provincia, vinculados a la repostería, calzado, artesanías, lácteos, cárnicos, eventos sociales y otros.
Freddy Cañizares, director de la Uniandes, asegura que el trabajo que se realiza en la incubadora es capacitar a los micro, pequeños y medianos empresarios.
La capacitación permite que los emprendedores asistan a ferias con mejor preparación. Foto: Cortesía
Los temas que han aprendido los emprendedores están relacionados con la atención al cliente, regulación de productos, buenas prácticas de manufactura, plan estratégico, análisis FODA, nuevas técnicas de mercadeo, administración para no contadores, gestión financiera, plan de negocios…
“En menos de seis meses el emprendedor aprende lo que a nuestros estudiantes les lleva hasta seis semestres de estudios”.
Santiago Navarrete, propietario del negocio Los Brownies de Ela, señala que el proceso de la Incubadora de Mipymes le sirvió para potenciar su negocio y sacar el registro sanitario. También trabajó en el plan de negocios con dos estudiantes de la Uniandes, con quienes trabajó en un plan de distribución del producto.
Desde el 2018, a este proyecto se unieron la Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Santo Domingo y la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE). Además, también se vincularon el Instituto Superior Tecnológico Tsáchila y el Instituto Calazacón.
Alexandra Coronel, del Departamento de Desarrollo Económico del Municipio, señala que hasta diciembre del 2018 se capacitaron a 250 personas del cantón.
Esos talleres son parte de la primera fase del proyecto, en el que el emprendedor debe mejorar la fórmula del producto o el logotipo y marca, hacer los trámites para el registro sanitario, aprender sobre tributación y leyes.
“Para eso se contó con aliados estratégicos como el Servicio de Rentas Internas, el IESS, ProEcuador, Arcsa, Secap, el Ministerio de Industrias, el IEPS, Banecuador y el Ministerio de Agricultura.
En la segunda fase, en cambio, deberán participar en ferias para aprender a vender su producto.
Eso los deja listos para la última fase, que es la rueda de negocios, en la que participan marcas de supermercados y empresarios a escala nacional.
Coronel afirma que en el 2018 se realizó la cuarta rueda de negocios. Para esa actividad, se empezaron a capacitar con tres meses de anticipación y al menos 40 emprendedores concretaron negocios con supermercados locales como Supersav, La Feria y nacionales como Tía.
Otros 40 recibieron recomendaciones y se acordaron nuevas citas con los empresarios. Coronel señala que el éxito de las últimas dos ruedas de negocios se deben a que los emprendedores se empezaron a preparar con permisos, marcas mejor elaboradas, registros sanitarios y además se hicieron simulaciones de la rueda de negocio.
Para María Vera, estudiante de la carrera de Contabilidad y Auditoría de la PUCE Santo Domingo, las capacitaciones que realizó fueron un aporte en su formación profesional.
“En la actividad no solo colaboramos nosotros con el microemprendedor, también tuvimos la oportunidad de recibir la asesoría de una persona capacitada en grandes emprendimientos. Esto me ha permitido analizar el campo empresarial en el que me gustaría emprender”.
Uno de los emprendedores que se beneficiaron del el proyecto Mi encubadora mipymes. Foto: Cortesía
Giovanni Astudillo María Angelina Castillo y Redacción Quito
La globalización, facilidad de acceso al conocimiento, velocidad de cambios e innovación constante, entre otros factores, han renovado el rol de los catedráticos universitarios. A más de contar con la preparación científica y académica, el profesor debe ser un emprendedor.
El decano de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Cuenca, Rodrigo Mendieta, explica este concepto. Según él, un catedrático debe aportar con planes de innovación para las universidades como proyectos de investigación, incubación y la vinculación con la sociedad. Además de buscar fondos internacionales y nacionales.
Es decir, dejar un rol pasivo y que su trabajo trascienda de las aulas, explica Mendieta, quien también coordina el Grupo de Investigación de Economía Regional de esta universidad. “Hay mucho que hacer… Faltan docentes con espíritu emprendedor”.
Mendieta insiste en que la preparación es importante, al igual que las maestrías y doctorados para impartir una buena cátedra o generar publicaciones interesantes, pero las universidades en términos generales necesitan personas proactivas y propositivas.
Con ello, se busca lograr una interrelación más fuerte con los estudiantes y sociedad. “Un docente que, a más de tener la preparación, plantee propuestas e intervenga desde la academia para la solución problemas o demandas de la sociedad como el desempleo, contaminación, nutrición, salud alimentaria, minería… eso generará una relación más profunda con sus alumnos”, dice Mendieta
Un proyecto de la Universidad de Cuenca busca cumplir ese objetivo. Entre otras iniciativas está la propuesta multidisciplinaria que se denomina Modelo de gestión para la optimización de procesos y costos en la industria de ensamblaje, que se ejecuta en tres empresas de la capital azuaya.
En este trabajo participan 20 catedráticos, profesionales y estudiantes de Ciencias Químicas y Económicas y Sistemas. El objetivo es lograr una interrelación con investigadores de varias disciplinas y que los alumnos aprendan o generen proyectos de tesis.
Además, forma parte de una relación con el sector privado, que empezó el 2004 con estudios financiados con fondos externos y/o donaciones del Impuesto a la Renta de las empresas. Mendieta dice que, en la actualidad, es necesario generar procesos de innovación y aprovechar la inversión que realizó el Estado con las becas para estudiar en el extranjero. “Ahora, que están regresando, necesitamos que ese grupo aúne esfuerzos”.
El investigador universitario Villie Morocho comparte este criterio y añade que el docente que a la vez es investigador tiene la gran ventaja de poner en práctica con sus estudiantes lo que desarrolla a nivel teórico.
“Hay que lograr que la teoría termine en algo práctico que, además, aporte con un alto grado de investigación para que la ciudadanía aproveche este conocimiento. Ese es el nuevo rol”. Según Morocho, el acceso globalizado a la información que se tiene en la actualidad brinda dos ventajas, pero es necesario saber cómo manejarlas. El primer beneficio es que el profesor esté más actualizado en su enseñanza y mantener un contenido, que esté relacionado con los proyectos que se están desarrollando.
El segundo es similar, pero desde el punto de vista del estudiante. Para él, los proyectos de investigación, en la actualidad, permiten el enrolamiento de alumnos para que aporten con tareas específicas. Eso genera una motivación y ellos saben en qué parte de la vida requieren aplicar los conocimientos que se reciben en las clases.
El vicerrector General Académico de la Politécnica Salesiana, Luis Tobar, dice que el profesor debe motivar para que los estudiantes se autoeduquen y lleguen preparados con más información a las clases. Es decir, que no solo reciban los conocimientos, sino que también discutan con argumentos. “Hay que dejar el pensamiento que el profesor era el único que enseñaba”.
Tobar aconseja que este cambio de mentalidad empiece en la escuela y en el colegio, “para que los estudiantes no lleguen a la universidad esperando que el profesor dé toda la información y ellos no estar dispuestos a realizar ningún esfuerzo fuera de clases”.
Otros detalles Un aporte. De acuerdo con las nuevas necesidades de la sociedad, los catedráticos contemporáneos tienen otro reto. Este consiste es convertirse en una suerte de lector del entorno y de las peculiaridades de los estudiantes.
Un ejemplo. El profesor también debe considerar las sensaciones que experimentan sus alumnos en sus clases. La escuela de negocios española IE Business School, por ejemplo, cuenta con el WOW Room. En este espacio se dictan clases virtuales a 60 personas de todo el mundo. El software permite acceder a datos del estado anímico del estudiante como felicidad, tristeza, sorpresa, enfado o miedo. De esa forma, el profesor identifica si su metodología es efectiva.
Un valor. Dentro del nuevo rol se deben conservar valores que trascienden en el tiempo. Los profesores éticos deben aportar a la formación de ciudadanos honestos, críticos, tolerantes y compromiso social. Que sean un aporte para la sociedad.
Los posgrados y los MBA ahora cuentan con un enfoque integral
La docencia, los proyectos sociales y la investigación son elementos que involucran a las universidades en la actualidad. Por eso un enfoque integral e interdisciplinario, orientado a la innovación, son elementos que ofrecen las casas de estudio del país, así lo aseguran coordinadores de posgrados y maestrías en Administración de Negocios (MBA). De acuerdo con el Sistema Nacional de Información de Educación Superior del Ecuador (Sniese), a junio de 2016 existían alrededor de 275 posgrados en el país, entre particulares y públicos.
La Espae, que forma parte de la Escuela Superior Politécnica del Litoral, ofrece cinco maestrías, tres orientadas a gestión de proyectos, agronegocios y el sector hospitalario; las otras dos son MBA, uno regular y otro ejecutivo, con mención en innovación.
Del MBA regular existen ya 34 promociones y en mayo próximo se sumará otra. Cuenta con dos certificaciones internacionales, la Aacsb, que recibió en 2014, y la del Amba, otorgada en enero.
En las maestrías de negocios de la Espae participan 49 profesores, entre los que se cuentan ocho extranjeros provenientes de universidades de Canadá, Colombia, Perú y Estados Unidos. El director académico del MBA, Jorge Vera, señala que la cifra de egresados de las maestrías alcanzó hasta el año pasado 2 800 personas. Asegura que el elemento determinante en la Espae es la innovación, con énfasis en el emprendimiento, ética y sostenibilidad, y perspectiva global.
Otros MBA se pueden cursar en la Universidad Internacional de Ecuador, Escuela Politécnica Nacional y la Universidad Técnica de Ambato, la Universidad Tecnológica Empresarial de Guayaquil.
Los ámbitos de educación y comunicación también encuentran espacio en la oferta académica. La Universidad Casa Grande ofrece cuatro maestrías en Educación; el objetivo es el desarrollo de los alumnos en áreas como inglés, innovación educativa, desarrollo temprano y educación inclusiva.
Lucila Pérez, directora de posgrado de esta casa de estudios, señala que la demanda es importante: cada año hay 120 aspirantes para las maestrías.
Casa Grande tiene también otros tres posgrados: comunicación, periodismo y negocios internacionales. Erika Taranto está a cargo de esta área. Ella señala que existen modalidades semipresenciales, adaptadas a las necesidades de los alumnos.
Además, comenta que la metodología transversal en los posgrados es un aprendizaje basado en las experiencias para que se mezclen el conocimiento y la técnica.
Héctor Bujanda, coordinador de la maestría de Periodismo, afirma que la idea es hacer de esta profesión un producto diferente y diferenciado. Entre las herramientas que ofrecen están un eje periodístico sobre cibergéneros, periodismo de datos y hacer las preguntas correctas.
Otros posgrados que ofrecen las universidades abarcan áreas financieras y de administración, científicas, de salud, ingeniería, derecho y gestión ambiental.
Datos
275 posgrados en el país registró en el año 2016 el Sistema Nacional de Información de Educación Superior del Ecuador.
49 profesores posee la planta de la ESPAE. De este grupo, ocho son extranjeros provenientes de cinco países.
7 es el número de posgrados que ofrece la Universidad Casa Grande, ubicada en el norte de Guayaquil. De estos, tres se orientan al área de educación y los otros dos a la comunicación y los negocios.
31 universidades del país ofrecen posgrados.
Cuatro áreas ofrecen un mejor futuro laboral
¿Cuáles son las carreras de futuro que ofrecen mayores oportunidades? La pregunta se repiten padres de familia y estudiantes que están por elegir una profesión.
La respuesta es complicada. Aun así, entidades como el Foro Económico Mundial hablan de cuatro campos: las carreras pertenecientes a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas son las que menos tasa de desempleo han registrado estos últimos años. A este grupo se lo conoce como carreras STEM.
El Foro Económico cita un estudio elaborado por el centro de estudios del mercado laboral Randstad Research y añade que las empresas buscarán a personas formadas en carreras pertenecientes a las ramas de la tecnología y las ciencias de la salud. “En concreto, los perfiles de ingeniero y profesional del Big Data serán los más demandados”.
Este informe también recoge los datos de matriculación en estas carreras y no son positivos, ya que cada vez son menos los interesados, lo que supone que cierto sector de demanda no verá cubierta sus necesidades.
Dentro de las STEM también hay preferencias. Ingeniería Electrónica e Industrial y Medicina son las que menos datos de paro recogen, 0% y 0,6% respectivamente. Le siguen Ingeniería Aeronáutica (2,8%), Ingeniería Informática (3,8%) e Ingeniería de Telecomunicaciones (5%). El estudio también menciona a carreras vinculadas con el mundo económico, por la variedad de opciones laborales.
Allí se encuentran Administración de Empresas y Finanzas o Administración de Empresas y Derecho. Según el Foro Económico Mundial quienes estudien esas carreras tienen mayores posibilidades profesionales en el sector jurídico y económico, la banca nacional o la asesoría económica, fiscal y comercial.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) también intenta responder la pregunta inicial. El MIT Technology Review, una de las publicaciones estrellas del centro de estudios estadounidense, asegura que las nuevas tecnologías piden analistas de datos, de programación e ingenieros de software en prácticamente todos los sectores.
La publicación menciona que las carreras STEM son las que mayor crecimiento tendrán hasta el 2022. “Los consejeros genéticos, analistas de investigación de mercado y de seguridad informática crecerán al mismo ritmo que los analistas de sistemas”. dice la publicación del MIT. El científico de datos, el desarrollador de Internet de las Cosas, los arquitectos en ciberseguridad y los nanotecnólogos son profesiones que también tienen buen futuro, según el portal mexicano de noticias Expansión.
El científico de datos, considerada la profesión más sexy del siglo XXI por The New York Times, tendrá bastante tarea, teniendo en cuenta que vehículos, lavadoras, sensores de luz, termostatos y decenas de objetos más se conectarán a Internet en la próxima década. “La información que recolecten deberá ser interpretada por especialistas en el análisis, estudio, interpretación y manipulación de cúmulos de dato”, dice un artículo de Expansión.
Tecnología y ambiente, las carreras del futuro
Así como la revolución industrial durante la segunda mitad del siglo XVIII trajo consigo una ola de nuevos requerimientos para el mundo laboral de la época, con la revolución de las tecnologías de la información la historia se repite.
En este contexto, las universidades de Ecuador y del mundo tienen el reto de seguir el ritmo de esta revolución, con una oferta académica acorde a las nuevas necesidades tecnológicas.
En la Universidad de las Américas (UDLA), por ejemplo, de las seis nuevas carreras que se han abierto en los últimos años, tres están relacionadas a la tecnología. Estas son Ingeniería de Software, Ingeniería en Telecomunicaciones e Ingeniería en Tecnologías de la Información.
“La innovación tiene que ser permanente para que la educación mantenga su relevancia y capacidad de dar respuesta a la sociedad. En algunas áreas, esta necesidad es más notable, como las ingenierías y la medicina, donde los avances son muy rápidos y pueden responder a desafíos que enfrentamos”, dijo Gwen Bloomsburg, directora de Efectividad Institucional de la UDLA.
En la Universidad Espíritu Santo (UEES), en Samborondón, esta también es un área en la que están enfocando su plan de renovación de oferta académica.
Desde el año pasado, la UEES ofrece la carrera de Ingeniería en Ciencias de la Computación. Esta, a diferencia de la carrera tradicional de Ingeniería en Sistemas, integra al pénsum conocimientos en materia de electrónica y telecomunicaciones.
Marlena León, vicerrectora académica de la UEES, explica que aunque todavía hay alumnos cursando la carrera tradicional de Ingeniería en Sistemas, ya no están inscribiendo nuevos alumnos en esta, pues la Ingeniería en Ciencias de la Computación, “que es más integradora”, la reemplazará.
Añade que la universidad, además, espera ofrecer una carrera enfocada en nanotecnolgía. “Tenemos proyectos de investigación en este tema y como carrera estamos estudiando la mejor forma de implementar el proyecto”, indicó.
La nanotecnología se dedica al diseño y manipulación de la materia a nivel de átomos o moléculas, con fines industriales o médicos, entre otros objetivos.
La Universidad Yachay Tech, creada en el 2014, ya ofrece una Ingeniería en Nanotecnología que dura un total de cinco años.
Otro factor que guía a la academia en el diseño de nuevas carreras tiene que ver con las motivaciones que guían a los jóvenes del mundo de esta generación.
Una encuesta realizada en el 2016 por la Fundación Telefónica en América Latina reveló que un 72% de los jóvenes de la generación milenial (de entre 20 y 30 años) se cree capaz de lograr una transformación local. Según el informe, ellos se sienten “agentes de cambio” en su comunidad.
De ahí que entre sus intereses de estudio también apuntan a lo relacionado con justicia social, protección del medioambiente y naturaleza, así como alimentación y vida más saludables. En este campo, la UEES creó una Ingeniería en Biodiversidad y Desarrollo Sostenible. “Se encarga de dar herramientas al estudiante para diseñar programas para que los países se desarrollen sin afectar a la biodiversidad de los territorios”, explica León.
Mientras, la Universidad Indoamérica ofrece una carrera en Biodiversidad y Recursos Genéticos, con una duración de un total de cinco años.
A pesar de estos cambios, según la Senescyt, la mayoría de las carreras en el país está enfocada todavía áreas tradicionales, como la administración y las ciencias sociales. En estas dos áreas se concentran 773 de las 1 427 carreras que se ofertan en el país.
Una opción para integrar a todos en la universidad
En Ecuador la educación superior a distancia es una opción para todo aquel que, por diversas cuestiones, no tiene alternativas para acudir a las aulas.
De acuerdo con la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt), hasta el pasado 3 de marzo pasado había 137 programas o carreras en pregrado a distancia en universidades, 25 en línea, entre pregrado y posgrado y 190 semipresenciales entre pregrado y posgrado.
La Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) es un referente en este modelo desde 1976. Surgió con el objetivo de permitir el acceso a la educación superior a personas que quedaban excluidas de estudiar por trabajo, cuidado de niños o porque vivían en zonas donde no existen centros de enseñanza superior.
Actualmente, su oferta académica incluye cuatro áreas de estudio, cada una con diferentes carreras como ciencias de la educación, comunicación social, derecho, administración, sicología, ingeniería en tecnologías de la información, administración de empresas turísticas, entre otras.
En el país tiene 82 centros de apoyo para atender las necesidades de los estudiantes. Además, cuenta con un área similar en Nueva York desde 1998 y dos más en Madrid y Roma, desde el 2000, para atender a los migrantes.
La modalidad se abre todos los semestres. La UTPL indica que hasta la fecha ha podido acompañar “a más de 33 000 personas en las carreras de grado y más de 22 000 en las de posgrado”.
Otras instituciones también cuentan con esta modalidad como la Universidad Politécnica Salesiana (UPS). Esta se aplicó desde la década de los ochenta.
La carrera de antropología aplicada se abrió en dicho segmento en 1987, cuando funcionaba el Instituto Superior Salesiano, antes de crearse la UPS. Las otras carreras que se abrieron fueron educación intercultural bilingüe (1994); gestión para el desarrollo local sostenible (1997) y teología (1999).
Bajo esta modalidad hace 10 años la UPS tenía 200 estudiantes; ahora son unos 1 200. A partir de septiembre de 2018, la UPS dará un giro y abrirá cuatro carreras en modalidad virtual.
El centro cree que “los nuevos modelos educativos, los horarios de su público y el hecho de favorecer a una mayor inclusión laboral son factores por los cuales se ofertarán carreras on line para el período de septiembre 2018 – febrero 2019”. Las carreras serán las mismas que ahora hay a distancia.
Esta modalidad se abrirá semestralmente. La idea es “adaptarnos a la demanda de personas vinculadas a escenarios laborales y territoriales donde el tiempo para su formación académica no responde a horarios convencionales. Además, se incorporaron las potencialidades que brindan las tecnologías de información y comunicación adaptadas a la educación”, indica la institución.
Este tipo de vía de estudio incluirá un campus virtual, así como profesores capacitados para trabajar en estos procesos de enseñanza – aprendizaje en línea.
Otras casas de estudio como la Universidad de las Américas (UDLA) ofrecen la modalidad semipresencial desde el 2010.
En pregrado se puede acceder solo a la carrera de administración de empresas, mientras que en posgrado está la maestría en dirección de comunicación empresarial e institucional. Esta es semipresencial, con apoyo virtual.
La UDLA explica que la modalidad se abre todos los semestres. Arrancó con 18 estudiantes y hasta el período anterior contaban con 240 estudiantes.
El docente que a la vez es investigador tiene la gran ventaja de poner en práctica con sus estudiantes lo que desarrolla a nivel teórico. La ética es otro de los valores fundamentales. Ilustración: Ingimage
Otavalo, en Imbabura, no deja de ser una inmensa factoría de textiles artesanales. Pero, ahora las micros y pequeñas empresas que operan en torno a la tradicional Plaza de Ponchos buscan tecnificarse para ganar nuevos clientes.
Una de las propuestas que nació en las aulas de la Universidad de Otavalo (UO) es generar un modelo de producción y comercialización para el fortalecimiento de la competitividad. Para ello las micros y pequeñas empresas buscan crear una marca que les abra las puertas del mercado internacional.
El proyecto arrancó este año y tiene como techo el 2019. Se trata de una alianza estratégica entre las carreras de Administración de Empresas y de Comercio Exterior y Finanzas de la UO y los productores textiles de la ciudad.
Tras un primer diagnóstico se determinó que es necesario el fortalecimiento en la gestión administrativa y comercial de estos emprendimientos, señala Óscar Andrade, director de la Escuela de Administración de Empresas.
Del estudio se desprende que en esta urbe imbabureña funcionan 74 firmas de esta índole. Solo 13 tienen más de ocho años en el mercado. La mayoría de las empresas textiles son nuevas.
Una de ellas es Neos Internacional, que nació hace cuatro años. La firma se especializa en la producción de pijamas, salidas de cama, pantuflas, entre otros.
Según Wilson Otavalo, gerente de esta pequeña empresa, al momento fabrican entre 5 000 y 7 000 prendas a la semana. La producción se envía a Cuenca, Loja, Guayaquil, Quito, en Ecuador. También se han realizado despachos a Colombia, Estados Unidos y Canadá. “Ha sido un camino duro, especialmente por la competencia desleal a causa del contrabando”. Así explica Otavalo, que está al frente de ocho obreros.
Mientras tanto, Diana Paillacho, estudiante de la UO, identificó que este emprendimiento carece de herramientas administrativas que permita mejorar su capacidad productiva.
Esta universitaria busca una solución a ese inconveniente. Ese material le servirá de tesis de grado. Como este hay cuatro empresas más que se beneficiarán con el asesoramiento de estudiantes que buscan la profesionalización. La tarea será supervisada por catedráticos de este plante de educación superior.
Esta iniciativa, que tiende puentes entre la academia y el sector productivo, también beneficiará a Tejidos Ramos, Macro Textil, Disverpan y Aly Textiles.
Se trata de un proceso que avanzará en tres etapas, explica Óscar Albán, director de la carrera de Comercio Internacional del centro de estudios.
“La primera es la gestión administrativa y comercial, la segunda de producción, para consolidar oferta exportable. Luego viene las certificaciones de calidad, de estos productos que deben diferenciarse del resto”.
La idea es que no sea un proyecto aislado, sino que ofrezca un mejoramiento continuo de las empresas. La propuesta inició con modelos que se pueden aplicar a todo el sector. Después vienen estrategias y sistema de gestión que tienen como meta apoyar a los empresarios del sector textil de Otavalo.
El equipo de estudiantes y docentes que inició el proyecto de diagnóstico de los negocios. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
Los dirigentes de las juntas administradoras de agua potable de las comunidades Ambatillo Alto, Ambatillo Centro y Allí Kawsay suscribieron un convenio con las autoridades de la Facultad de Contabilidad y Auditoría de la Universidad Técnica de Ambato.
El propósito es que los alumnos del octavo semestre de la carrera de Ingeniería Financiera elaboren un informe sobre el cálculo tarifario en las juntas del noroccidente de Ambato. El proyecto de vinculación se inició en septiembre, y los resultados de las tarifas se entregarán en enero del 2018.
El catedrático Jesús Ortiz y los nueve alumnos encargados de desarrollar el proyecto se encuentran en la etapa de ejecución. Los estudiantes recolectan la información sobre el funcionamiento de las juntas, socios, servicios que prestan, equipo e infraestructura que poseen; además de cuántos trabajadores, técnicos y personal administrativo laboran en la planta y en las oficinas de la junta. Para eso, se movilizaron a las comunidades ubicadas a 20 y a 50 minutos del centro de Ambato.
Los chicos recorrieron los barrios de Ambatillo Alto el pasado miércoles. Sandro López, presidente de la Junta Administradora de Agua Potable de Ambatillo Alto, se encargó de explicarles el funcionamiento de la planta potabilizadora, ubicada en el barrio denominado El Mirador.
Esta infraestructura, que recibe el agua del canal de riego Chacón Váscones, se construyó con el apoyo de la Prefectura de Tungurahua y de la junta, en el 2015. Unos 732 usuarios se benefician con el líquido vital.
“Necesitamos confirmar si la tarifa que cobramos es la correcta. Los usuarios que se benefician con el agua aprobaron el asesoramiento que los estudiantes universitarios y los docentes nos brindarán en los seis meses que dure su trabajo”, aseguró López.
Según Ortiz, el resultado final del proyecto con el nuevo flujo tarifario se pondrá en consideración de los usuarios en una asamblea comunal. El docente, de 30 años, informó que en un primer diagnóstico se conocerá cuál es el estado de la infraestructura, equipos y personal que trabaja.
Los resultados determinarán si la tarifa que están cobrando es la correcta y, si no es así, se debe hacer un cálculo que se pueda cobrar. Ortiz indicó que el nuevo rubro deberá cubrir las necesidades que requiera la infraestructura, cuando se deban cambiar las tuberías, dar mantenimiento a la obra o daños que se puedan producir.
“Queremos evitar que se haga una colecta sin planificación y que este cobro pueda afectar a los usuarios. Para eso podemos aumentar unos centavos en el flujo tarifario del mes y poder garantizar que la organización sea sustentable en el espacio y el tiempo”, aseguró Ortiz.
Otra de las juntas visitadas es Allí Kawsay, ubicada a 30 minutos del centro parroquial de Quisapincha. Las pequeñas casas se encuentran rodeadas de chacras de maíz, papas, habas y otros productos andinos.
La estudiante Mishel Criollo cuenta que las captaciones de agua para ser consumidas por los 108 usuarios provienen del cerro Casahuala. “Esta comunidad es beneficiada por el líquido vital”, manifestó Criollo.
Los dirigentes, estudiantes y docente de la UTA observan la planta de tratamiento de Ambatillo Alto. Foto: Fabián Maisanche / LÍDERES
Validar la aceptación de un producto entre potenciales clientes fue el objetivo del Testing Challenge, un evento que llevó a cabo la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), la semana pasada.
En la feria, que se realiza cada semestre, se exhibieron 69 prototipos desarrollados por estudiantes de la institución académica, que actualmente cursan la materia de emprendimiento. “La materia tiene un enfoque práctico, incentivamos a los estudiantes a que pierdan el miedo y salgan a hablar con proveedores y clientes. Los emprendedores muchas veces fallan en no investigar ni validar el producto”, explica Pablo Carrera, coordinador de Emprendimiento de la USFQ y organizador del evento.
La principal condición con la que debían cumplir los proyectos que se llevaron a la feria es su funcionalidad y capacidad para resolver un problema de la sociedad.
Buzzget fue uno de los prototipos presentados en la feria. Se trata de una pulsera creada para evitar que las personas extravíen sus pertenencias (un celular, una cartera, unas llaves…). Funciona mediante un circuito de radiofrecuencia. La pulsera vibra o se enciende cuando la persona se aleja a seis metros del objeto, al cual se le coloca un chip.
El proyecto fue desarrollado por siete estudiantes, de las carreras de Derecho, Ingeniería Mecánica y Psicología del centro de educación superior.
“Fue creado para personas con alzhéimer y epilepsia. Pero con el testeo nos dimos cuenta que puede servir para cualquier persona”, comenta Nicole Burneo.
Tiki Wear, el proyecto de Sibone Armas (estudiante de Psicología) y Domennika Manzo (cursante de Veterinaria) busca rescatar el conocimiento de las culturas indígenas, a través de la moda.
Sobre prendas de vestir modernas (blusa, falda de jean, entre otras), insertan tejidos de inconografías representativas de diferentes etnias. Adicionalmente, con cada diseño se entrega una etiqueta con información de la etnia a la que pertenece el símbolo.
Lunch USFQ es el prototipo de una aplicación móvil, cuyo fin es apoyar a los pequeños restaurantes que se ubican en los alrededores de la universidad, además de brindar más opciones a los estudiantes a la hora del almuerzo.
En la ‘app’ se hallaría el menú de los distintos restaurantes que se registren e incluso permitiría pagar el pedido. Los estudiantes solo deberán dirigirse a retirar el almuerzo. “La idea sería replicarlo en otras universidades”, comenta Daniel Aguilar, creador del proyecto junto a Aaron Sánchez.
Start Pack es una plataforma que vincula a pequeños emprendedores con estudiantes que desean trabajar. En esta plataforma se ofertan servicios de utilidad para un emprendedor: diseño, asesoría jurídica, comunicación, programación, investigación, entre otros.
Los servicios, al ser brindados por estudiantes, tendrían un costo considerablemente menor al del mercado, explican Daniel Gaibor y Oswin Crespo, creadores del prototipo tecnológico.
La tecnología estuvo presente en buena parte de los proyectos exhibidos en el evento. Foto: Alfredo Lagla/LÍDERES
Los alumnos de la carrera de Veterinaria de la Universidad Técnica de Cotopaxi (UTC) deben viajar 30 minutos para llegar a la Fundación Latacunga Animalista, ubicada en la parroquia Joseguango Alto. En este espacio se hallan 74 perros de diferentes razas y tamaños, que fueron rescatados de las calles de la capital de Cotopaxi.
Los 60 estudiantes del octavo ciclo académico de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Recursos Naturales son los encargados de realizar una ficha médica a los canes. También les pusieron un nombre, desparasitaron y rehabilitaron. Otra de las actividades de vinculación de los jóvenes fue trabajar en la parte emocional de los animales y que aprendan a ser guiados con una cuerda.
Según Adriana Páez, directora de Latacunga Animalista, los futuros veterinarios conocen la realidad de los centros de rescate y ponen en práctica lo aprendido en las aulas. La activista explica que al final del ciclo académico de las prácticas, las mascotas son adiestradas y pueden entrar en adopción. “Algunos chicos se llevaron a sus casas a los animalitos que cuidaban. Fue tal el cariño y la vinculación que hubo entre docentes, estudiantes y directivos del centro que se hizo una clausura del trabajo realizado. A pesar de haber finalizado su tarea, los jóvenes aún vienen los domingos”.
El convenio de cooperación interinstitucional entre la UTC y el centro es por dos años. El objetivo es brindar atención primaria y rehabilitación a los animales abandonados en Latacunga y en otros centros urbanos.
Mercedes Toro, docente responsable de vinculación de la carrera de Veterinaria de la UTC, explica que el programa con los estudiantes es parte de la formación profesional. Entre las obligaciones constan la ayuda médica a los canes, el adiestramiento y el cuidado al centro.
Toro indica que el balance de ayuda en los canes fue positivo en el primer año de ejecución. La idea -señala- es que se vaya mejorando y concienciando a los futuros médicos.
“Estamos formando estudiantes integrales y con conciencia humana, a través de los conocimientos prácticos”, asegura Toro.
Hasta el momento, la carrera de Veterinaria trabaja con este centro donde están involucrados autoridades, docentes y estudiantes. Angélica Soria, estudiante de octavo ciclo de Veterinaria de la UTC, cuenta que al inicio solo arribaron para brindar los conocimientos prácticos, como desparasitar a los perros y conocer las instalaciones.
La estudiante cuenta que en el momento de realizar sus actividades, se encontraron con que los perros “fueron abandonados y no tenían un hogar”. Soria explica que la idea fue creciendo y ahora están siendo atendidos los canes permanentemente.
“Son seres que necesitan cariño. Les hemos dado confianza y los hemos recuperado para que sean adoptados. Hacemos un llamado a los dueños de perritos, para que no los abandonen”, asegura Soria.
Los estudiantes de la UTC se encargan de pasear a los perros por los caminos de la parroquia Joseguango Alto. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
Las universidades de EE.UU. y el Reino Unido, entre ellas Stanford y Oxford, son las mejores del mundo en las categorías de Ciencias Sociales, Derecho, Educación y Economía, según un ranking publicado la semana pasada por el diario The Times.
El índice, conocido como “Times Higher Education” (THE), detalla las 100 mejores instituciones académicas en Ciencias Sociales, Derecho, Educación y Economía y Negocios, entre las que figuran algunas de España y América Latina.
Esta es la primera vez que se tienen en cuenta carreras de Derecho y Educación en este ranking, mientras que el índice sobre Ciencias Sociales y Economía y Negocios se ha ampliado.
En Ciencias Sociales, la Universidad de Oxford ocupa el primer lugar, seguida por las estadounidenses de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts, mientras que Stanford está en el cuarto puesto, antes de la también estadounidense de Princeton.
En sexto puesto está la inglesa de Cambridge, seguida de las universidades estadounidenses de Chicago, Yale y Michigan. En este apartado, la Universidad Autónoma de Barcelona ocupa el puesto 126, seguida de Pompeu Fabra (151), la Autónoma de Madrid (201), y la Politécnica de Valencia (251). Entre las latinoamericanas, para Ciencias Sociales, están la brasileñas de San Pablo (201) y de Campinas (201), la Federal de Pernambuco (301) y la Católica Pontificia de Chile (301).
El director editorial del THE, Phil Baty, dijo que es la primera vez en los ocho años de este ranking que una institución del Reino Unido -Oxford- figura como primera en Ciencias Sociales, dejando en segundo lugar a la Universidad de Stanford. En cuanto a Derecho, la Universidad estadounidense Duke es la primera, seguida de Stanford, Yale y Chicago, en tanto que la inglesa de Cambridge aparece en quinto lugar, seguida de Oxford.
En cuanto a carreras de Educación, los dos primeros puestos los ocupan las universidades de Stanford y Harvard, mientras que la inglesa de Oxford está en tercer lugar, seguida de la de Hong Kong. En el quinto esta la Universidad de California Berkley, seguida de Wisconsin-Madison (EE.UU.), la de California (Los Ángeles) y la de Michigan (EE.UU.), mientras que no figuran universidades españolas o latinoamericanas.
En las carreras relativas a Economía y Negocios, la Universidad de Stanford ocupa el primer puesto, seguida del Instituto de Tecnología de Massachusetts y la inglesa de Oxford. En cuarto lugar se sitúa la London Business School y en quinto puesto la de Cambridge, mientras que Harvard ocupa el sexto lugar seguida de la de Chicago y la de Northwestern (EE.UU.).
De España, la Universidad Pompeu Fabra se coloca en el puesto 40; la Autónoma de Barcelona en el 92; y la de Navarra se sitúa en el 101; de las latinoamericanas figura el Instituto de Tecnología de Monterrey, en el puesto 176.
La Escuela de Negocios de Harvard está entre las mejores de su categoría, según la medición. Foto: Archivo
La Facultad de Ciencias de la Educación de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), en un intento de vincular los conocimientos que se generan en la institución con la comunidad, creó el Centro de Asesoría y Servicios Educativos (CASE).
Este espacio de estimulación y desarrollo pedagógico abrió sus puertas en enero del 2016, para atender a usuarios de 0 a 15 años de edad que presenten dificultades en el proceso de aprendizaje. Dentro del CASE, trabajan varios profesionales especializados en psicopedagogía, que ofrecen una planificación personalizada para atender las necesidades pedagógicas de los diferentes usuarios.
Además, existen varias áreas de trabajo dentro del centro: el área de estimulación temprana, detención y diagnóstico, que va de los 0 a los 6 años; el área de psicopedagogía, que atiende problemas como el de lecto-escritura y el área de evaluación psicopedagógica.
La coordinadora de CASE, Shadira Procel, explica que el centro busca, además, poder capacitar a docentes e instituciones para asistir a las necesidades de los estudiantes de una manera más eficiente y enfocada a la superación de las dificultades pedagógicas.
En el centro, los usuarios pueden desarrollar de mejor manera sus habilidades cognitivas y superar los obstáculos que se han presentado en su aprendizaje. Además, el plan de desarrollo es personalizado y direccionado a atender necesidades específicas.
Los profesionales del CASE se encargan de realizar evaluaciones y entrevistas para realizar un diagnóstico de cada caso y analizar las soluciones. Sin embargo, el trabajo de los profesionales en pedagogía no termina con las sesiones didácticas, sino que existe un acompañamiento en el proceso de educación de los usuarios.
“Las sesiones se trabajan dependiendo del caso, pero después de analizar el perfil, se visita a las instituciones educativas para socializar los resultados y se les da las directrices a los profesores para saber cómo trabajar con los niños que presentan estas dificultades”, explica Procel.
En la actualidad, el centro cuenta con 50 usuarios que llegan, principalmente, desde instituciones educativas fiscales. Además, son las mismas instituciones de enseñanza quienes remiten a los estudiantes con conflictos pedagógicos hasta el CASE, para que sean los especialistas quienes se encarguen de ayudar a superar los problemas.
El costo de las sesiones depende de las posibilidades de pago de las familias. Uno de los ideales principales de este centro, y la PUCE en general, es el poder vincularse con la comunidad y ayudar a los sectores de riesgo y de escasos recursos económicos.
Por este motivo, existen profesionales dedicados a hacer estudios económicos de las familias y determinar el costo de los servicios. El valor de las sesiones oscila entre USD 15 Y USD 10. Gracias a los fondos recaudados, el centro logra autofinanciarse .
Shadira Procel, comenta que el CASE tiene una visión de expansión bastante amplia y que se sigue trabajando en varios proyectos pedagógicos. Una de las principales proyecciones es poder convertirse en un centro de investigación donde se desarrollen nuevos planes educativos.
Asimismo, el CASE quiere integrar, en un futuro, a los estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Educación, para que aporten con sus conocimientos al desarrollo pedagógico de los usuarios.
Por el momento, los estudiantes universitarios pueden acceder al centro para tener clases prácticas en materias como Didáctica. Otros espacios se aperturarán.
En la actualidad, el centro se encuentra trabajando en generar convenios con más instituciones y fundaciones para lograr expandir los servicios que se ofrecen hacia más usuarios que se encuentren en sectores de riesgo y de escasos recursos económicos. Adicionalmente, ha trabajado con unidades educativas en materia de adaptaciones curriculares.
Es importante mencionar que el apoyo de la PUCE ha sido fundamental para este proyecto, ya que la institución a aportado con sus servicios, instalaciones y, conjuntamente con la Dirección General de Vinculación, se ha logrado que el CASE ayude a la comunidad con este servicio que es muy costoso en otras instituciones privadas.
Shadira Prócel, integrante del Centro de Asesoría y Servicios Educativos de la PUCE. Foto: Julio Estrella / LÌDERES