Con más de 14 años en el mercado, el restaurante Bocatto Da Fiorentino surgió en Quito en el 2004 como una alternativa a la gastronomía italiana que entonces se ofrecía en la ciudad.
Fue mentalizado por los hermanos Gabriel, Isabel y José Carrasco, quienes por el éxito alcanzado posteriormente crearon Little ItalyPizza by Bocatto, especializada en pizzas.
De la primera marca existen dos establecimientos. El primero que se abrió está en el patio de comidas de Mall el Jardín, norte de Quito; el segundo se encuentra en el centro comercial Scala Shopping, en Cumbayá. Estos locales registran una alta afluencia de clientes durante todo el año.
Como Little Italy poseen seis puntos de venta localizados en Quito (Cumbayá, Granados Plaza y La Floresta) en Guayaquil (Mall del Sol) y en Samborondón.
Un total de 100 personas trabajan en los restaurantes, que atienden todos los días, desde las 12:00.
Gabriel Carrasco, gerente General, señala que el valor agregado de la firma se consolida en la producción de alimentos sanos y artesanales que brindan “sabores únicos y aromas cautivadores, servidos en espacios cálidos, acogedores y coloridos”.
El 80% de los productos preparados son de origen ecuatoriano, el resto son importados desde Italia y España.
El negocio tiene 30 proveedores. Cada uno es evaluado no sólo en la calidad del insumo sino también en su cadena de distribución, tiempos y gestiones administrativas que influyen en el desarrollo de la marca.
Carrasco menciona que la empresa continuamente realiza grupos focales, con el fin de conocer la opinión de sus clientes. De ahí surgen las propuestas para innovar el menú y servicio.
En el 2018, la facturación del negocio se incrementó el 9,7% con respecto al 2017. Ahora la meta es crecer entre 9% y 13% aplicando distintas estrategias.
Gabriel Carrasco, gerente General de la empresa.Foto: Galo Paguay / LÍDERES
Encontrar productos elaborados que sean sanos y nutritivos para su hijo fue una tarea difícil y, a la vez, una oportunidad para Katherine Guerrón, propietaria de Industria Alimenticia Mikhuna.
Este emprendimiento nació hace cuatro años. Guerrón decidió crear una empresa que oferte productos saludables. Inicialmente la idea surgió con un enfoque hacia los niños, pero los productos están hechos para que los adultos también los puedan disfrutar.
La inversión inicial para arrancar con este negocio fue de USD 30 000. “Los recursos se invirtieron en la creación de la marca, diseño de empaques, promoción y otros”, afirma la emprendedora. A lo largo del funcionamiento de la firma se han realizado otras inversiones para garantizar su expansión.
La marca comercial es Kinuwa Ancestral Foods. Bajo esta se ofrecen productos hechos con quinua, como barras energéticas, ‘snacks’, cereales, quinotos, premezclas, entre otros. También se comercializa quinua al granel (convencional y orgánica).
“Quise trabajar en un producto de calidad que refleje que tiene componente ecuatoriano”, dice.
Por ello, Mikhuna trabaja con agricultores de las provincias de Chimborazo y Cotopaxi.
Con ellos, la empresa prevé realizar proyectos de responsabilidad social, a través de capacitaciones de economía familiar y comunitaria.
Por otra parte, maquila con dos compañías nacionales especializadas. “Tienen experiencia, certificaciones y nos aportan mucho para la empresa”, dice Guerrón. Por ahora, la firma no se encargará de la producción.
Kinuwa se comercializó inicialmente en Ecuador. Hoy tiene presencia en otros países de la región, como Chile.
Además, la compañía exporta quinua al granel a países entre los que se encuentra Holanda.
Entre las metas de venta está incursionar en los mercados italiano y alemán, este año.
La expansión del negocio a mercados internacionales es un aspecto que destaca Carolina Jine, jefa de Exportaciones de Panatlantic. Esta compañía asesora desde hace un año a la firma Mikhuna, en cuanto a procesos de logística internacional.
La asesora comercial recuerda que los primeros envíos de la marca fueron pequeños y, poco a poco, crecieron. “El último envío fue un contenedor completo a Rumania”, explica Jine.
La cooperación entre ambas compañías ha sido satisfactoria, gracias al compromiso.
La responsabilidad con el medioambiente también es parte de los lineamientos corporativos.
Por ejemplo, los empaques están hechos a base de bagazo de caña de azúcar e impresiones con tinta ecológica.
El crecimiento exponencial de la firma se refleja también en la facturación. El año pasado cerró con USD 90 000. En lo que va del año, ya casi se iguala el monto total del 2018.
“Cerramos contratos grandes de exportación. Me ha ido bien gracias al apoyo de Pro Ecuador y a la participación de nuestra empresa en ferias internacionales y ruedas de negocios”, comenta Guerrón.
Actualmente, la empresaria se encuentra residiendo en Europa, donde está trabajando en negociaciones para abrir una oficina y una bodega en ese continente. Allí espera ganar mercado con la promoción de las bondades de la quinua ecuatoriana.
Entre los planes de la empresa para ampliar su línea de artículos está usar otros ‘superalimentos’ que se producen en el país.
Además, este año Mikhuna tiene previsto lanzar la línea de productos alimenticios para bebés de entre 6 meses y 2 años.
Katherine Guerrón vive, actualmente, en Milán (Italia), donde concreta nuevos negocios para la expansión de su marca en Europa. Foto: Cortesía: Industria Alimenticia Mikhuna
El fréjol, el alimento predilecto de los brasileños, ha cuadruplicado su precio en los últimos meses y se ha convertido en inaccesible para muchos consumidores, que ahora buscan alternativas para sustituir el plato estrella de Brasil.
Cada brasileño consume una media de 15 kilos de fréjol por año, lo que le convierte, junto al arroz, en el producto más popular de la dieta del país suramericano.
El “feijo”, como se denomina a este grano en Brasil, es además el ingrediente principal de la “feijoada”, un cocido con varias carnes de cerdo y de vaca que es considerado el plato más típico de la cocina del país.
La tradición cuenta que la “feijoada” fue un plato creado por los esclavos, que cocinaban los fréjoles con las carnes menos nobles que sus señores despreciaban, pero hoy, siglos después, forma parte del menú semanal de millones de brasileños, independientemente de su clase social.
En el bar Montecarlo, situado a pocos metros de la icónica Avenida Paulista, uno de los centros financieros de Sao Paulo, se sirven todos los miércoles y sábados más de cien “feijoadas” por día.
Pero el famoso cocido, una de las principales fuentes de ingreso de este bar, está comenzando a ser un lastre para sus propietarios debido al encarecimiento del grano, que ha aumentado más de un 200% en los últimos meses.
“Por el momento estamos manteniendo el precio de la feijoada. Es nuestro principal plato, por lo que estamos manteniendo el precio para no afectar al cliente”, cuenta la propietaria del bar, Ronilce Matos.
Al igual que Matos, la jubilada Alice Boreli también considera un “absurdo” el “aumento vertiginoso” en el precio del fríjol y ya ha encontrado un sustituto para su alimento preferido: las lentejas.
Y es que el precio del alimento símbolo de la gastronomía brasileña ha pasado de los 3,5 reales (USD 0,94 centavos) el kilo, el pasado noviembre, a los 12 reales (USD 3,24) en febrero, según el Instituto Brasileño del Feijo.
“Todas las cosas de supermercado están caras (…) El fréjol, el arroz, el azúcar, todo está aumentando”, asegura Boreli.
El alza del precio del fréjol en Brasil coincide con la reducción de la cosecha, principalmente la de tipo carioca, la más consumida en el país, donde también existen otras variedades como el “fradinhoi”, “feijao de corda” o “preto” (negro).
De acuerdo con el presidente del Instituto Brasileño del Feijao, (Ibrafe), Marcelo L ders, los productores decidieron el año pasado reducir el plantío de esta leguminosa para cultivar productos más rentables desde el punto de vista económico, como la soja.
A la disparada del precio del fréjol también ha contribuido la sequía registrada a finales del año pasado en algunas regiones productoras del gigante sudamericano, lo que ha provocado una reducción de la oferta.
“La escasez normalmente provoca una alta repentina en los precios, pero eso no se prolonga por un largo periodo porque tenemos tres cosechas de fréjol”, dice el coordinador del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del centro de estudios Fundación Getulio Vargas, André Braz, quien espera una reducción de los precios a partir de abril.
El valor del fréjol “carioca”, que responde por el 60% del producto nacional, alcanzó a comienzos de febrero los 400 reales (USD 108) por saco de 60 kilos en el campo, frente a los 120 reales (USD 32,4) por saco del año anterior.
Pesa en la inflación El fréjol y otros alimentos aceleraron la inflación de enero hasta el 0,32%, después del alza del 0,15% experimentada en diciembre. El indicador, sin embargo, acumula una subida del 3,78% en los últimos 12 meses, por debajo de la meta del 4,25% establecida por el Gobierno brasileño.
“El fréjol hizo aumentar la inflación de enero pasado, pero va a impactar más en la de febrero. No obstante, la inflación de Brasil es muy baja, porque la economía sigue lenta, el desempleo está muy alto y el consumo es bajo”, según explica André Braz.
Para el experto, el aumento experimentado por el precio de fréjol ha perjudicado principalmente a los más pobres, ya que la leguminosa es el “principal complemento de la alimentación” para la población de baja renta en Brasil.
“El pobre sólo come arroz y fríjol y encima está en con ese precio”, lamenta una señora a las puertas de un supermercado en Sao Paulo, mientras observa a un vendedor esperando por compradores de fréjol.
Un trabajador prepara fréjol para la venta, en una tienda de Sao Paulo. Este grano ha cuadruplicado su precio en los últimos meses. Fotos: Fernando Bizerra / EFE
Corporación Favorita sigue de compras. La firma acaba de anunciar que adquirirá una participación minoritaria de la empresa Hanaska.
Esta última desarrolla sus actividades en los segmentos de alimentación, procesamiento y distribución de alimentos, exportación de alimentos procesados, abastecimiento a hoteles y restaurantes. Además opera máquinas expendedoras de bebidas y snack
Según un comunicado, la transacción se completará en el primer trimestre del 2019, después de cumplir con todos los trámites legales. “Corporación Favorita tendrá una opción posterior de incrementar su participación accionaria en la empresa, previa aprobación de las entidades gubernamentales”, dice el boletín hecho público este lunes 26 de noviembre del 2018. El documento no precisa montos de la compra.
También se aclara que las decisiones en Hanaska continuarán en manos del grupo gerencial actual. La inversión que realizará Corporación Favorita permitirá consolidar todas las líneas de negocio, los recursos humanos, físicos y tecnológicos; fortalecerá el negocio en marcha y generará a futuro mayores plazas de trabajo directas e indirectas.
Esta adquisición se suma a la estrategia de crecimiento que desarrolla Corporación Favorita y sus filiales en Ecuador, con iniciativas que alcanzarán los USD 750 millones de inversión y la creación de 6 000 nuevas plazas de empleo directo para los próximos cinco años.
Según el comunicado, en lo que va del 2018 ya se ha ejecutado una inversión de USD 170 millones y se han generado alrededor de 1 200 empleos directos, en 21 proyectos en ocho provincias.
Hanaska empezó operaciones en 1973 como una empresa de servicios de alimentación colectiva (catering) y en la actualidad presta servicios de soporte a empresas (mantenimiento de instalaciones y limpieza), tiene cuatro plantas de procesamiento de alimentos y dos centros de distribución en Quito, Guayaquil y Sangolquí.
También exporta productos procesados de fruta, abastece de materia prima alimenticia a hoteles y restaurantes, y opera máquinas expendedoras de bebidas y snacks. Actualmente atiende a alrededor de 200 clientes, en más de 290 puntos de servicio, y emplea a más de 2 800 colaboradores.
Corporación Favorita está compuesta en Ecuador por más de 12 000 colaboradores directos; una red de 8 400 proveedores pequeños, medianos y grandes; y, más de 16 000 accionistas, de los cuales alrededor del 30% son colaboradores y excolaboradores de la empresa. Se estima que las actividades de la empresa y sus filiales generan además cerca de 220 000 empleos indirectos.
La empresa Hanaska desarrolla sus actividades en los segmentos de alimentación, procesamiento y distribución de alimentos, exportación de alimentos procesados, abastecimiento a hoteles y restaurantes. Foto: cortesía
Hace ocho años su familia buscaba alternativas para alimentarse sanamente y mejorar su salud. El emprendedor cuencano Marcelo García recuerda que, tras investigar, se encontraron algunas opciones, pero también se identificó que otras personas tenían el mismo objetivo.
La familia optó por abrir un pequeño local en el Centro Histórico de la capital azuaya para vender jugos naturales que combinaban frutas con vegetales. Sus principales clientes fueron los jubilados extranjeros que empezaban a radicarse en Cuenca; el local se llamaba Live Green.
Ellos fueron clave para el crecimiento del negocio porque hicieron recomendaciones para diversificar la oferta con el uso de moringa, chía, espirulina, cúrcuma o yogur griego.
Posteriormente, la familia contrató a una nutricionista para que asesore en la elaboración de nuevas recetas de jugos y así cubrir las necesidades de los clientes.
Eso atrajo a nuevas personas porque, además, coincidió con la tendencia de mejorar la salud mediante una comida sana, dice García. Este año la familia decidió cambiar el nombre a El Tokte para tener identidad en el mercadonacional y que sea atractivo para los extranjeros y ecuatorianos. Fue una sugerencia de Carmen Guillén, quien es abuela de García.
El objetivo del negocio es ofrecer comida sana, que se comparta con la familia o amigos. Según García, antiguamente las personas se reunían para golpear los toctes, por ello el nombre se relaciona con este propósito.
“Queremos regresar a nuestras raíces y promover el consumo de alimentos andinos. Buscar en la naturaleza alternativas para alcanzar un mejor estilo de vida”, señala el emprendedor, que se encarga de la administración.
Además de una variedad de 20 tipos de jugos prensados al frío con frutas y verduras o batidos, este negocio ofrece almuerzos vegetarianos y veganos por un valor de USD 4. Incluye, sopa, plato principal, bebida y postre.
De lunes a sábado reciben 70 comensales al día, en promedio. El 70% es ecuatoriano y el resto extranjero. Son jóvenes desde los 15 años hasta adultos mayores. Los batidos o jugos (16 onzas), por su parte, cuestan USD 3,50.
Para la preparación de los almuerzos, dice García, cuentan con especialistasen comida tradicional, vegetariana y vegana. “La oferta es variada, por lo que no repetimos el mismo plato sino hasta después de tres meses”.
Adicionalmente, comercializan 15 de los denominados superalimentos. Entre estos están cúrcuma, maca, moringa, acai, quinua, amaranto o espirulina. Venden en presentaciones desde 50 gramos hasta una libra.
El Tokte también cuenta con sal del Himalaya, aceite de coco, harinas libres de gluten, vinagre de manzana, especerías, frutos secos, entre otros. Al día vende 40 unidades. En este establecimiento facturan USD 10 000 al mes.
El negocio posee una planta para elaborar yogur griego, que se comercializa en su establecimiento, en cadenas comerciales a escala nacional y 20 tiendas especializadas de la capital azuaya. Este producto genera otro ingreso por USD 10 000 mensuales.
En esta planta, que está en funcionamiento desde el año pasado, los emprendedores elaboran 1 000 litros de yogur griego cada semana. “Nuestro producto tiene una diferencia grande si se compara con la competencia porque solo se elabora con dos ingredientes, que son la leche y cultivoláctico. Tiene un sabor y textura únicos, por eso crecimos en el mercado”, manifiesta.
García señala que es una actividad en crecimiento porque las personas cada vez buscan alimentosnaturales para mejorar su condición. “Los clientes buscan yogur sin saborizantes, estabilizantes y conservantes”.
La ubicación estratégica del local en el Centro Histórico de Cuenca permitió la exposición de la marca, que se apoya a través de las redes sociales como Facebook e Instagram, dice el emprendedor.
De esta última forma se enteró la cuencana GabrielaAlvarado, quien es cliente frecuente de El Tokte. Ella y Oswaldo Torres señalaron que es una alternativa “muy buena” para comer sano en esta ciudad. Además, compran frutos secos y yogur griego.
El ingeniero comercial Marcelo García León administra este negocio familiar, que está ubicado en la calle Gran Colombia, en el centro de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para Líderes
El proyecto de agricultura urbana participativa Agrupar ganó el premio de plata del Future Policy Award 2018. Este reconoce a las mejores políticas alimentarias basadas en agroecología.
El anuncio del triunfo lo dio a conocer la Agencia de Promoción Económica de Quito (Conquito), tras recibir información del World Future Council (WFC). India ganó el reconocimiento de oro, mientras que Ecuador comparte plata con Brasil y Dinamarca.
Agrupar lo ejecuta Conquito desde hace 16 años e involucra a más de 4 500 personas/año en actividades de autoproducción de alimentos. “El proyecto ha incidido de manera importante para que la agricultura urbana se convierta en un indicador de sostenibilidad de la ciudad”, indica la agencia municipal.
51 políticas de 25 países participaron en el Future Policy Award. Los organizadores de este galardón destacaron el hecho de que el programa cuenta con 3 600 huertos urbanos en 32 hectáreas y más de 21 000 personas capacitadas. “Fomenta la seguridad alimentaria, aumenta los ingresos y mejora las funciones de los ecosistemas”.
Los ganadores del Future Policy Award se premiarán en una ceremonia que tendrá lugar el 15 de octubre de 2018 en Roma.
“Al ampliar la agroecología es posible abordar la desnutrición, la injusticia social, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Mediante una formulación de políticas eficaces y holísticas, podemos transformar nuestros sistemas alimentarios para que respeten a las personas y al planeta. Los ganadores del Future Policy Award 2018 demuestran que es factible. Los responsables políticas de todo el mundo deberían seguir su ejemplo e intensificar una acción política ejemplar similar», afirma Alexandra Wandel, directora del WFC.
Agrupar lo ejecuta Conquito desde hace 16 años e involucra a más de 4 500 personas/año en actividades de autoproducción de alimentos. Foto: Cortesía Conquito
“Solo venciéndote, vencerás”, dice el eslogan del Colegio Militar Eloy Alfaro, una frase que a Luis Grandes, fundador de Grupo Grandes, le quedó grabada y ha procurado aplicar como empresario en su trayectoria.
Él es oriundo del cantón Sigchos, provincia de Cotopaxi. Desde sexto año del colegio estudió en Quito, pero su amor por el campo se mantuvo intacto. “Soy un apasionado de mi tierra”, cuenta hoy con 52 años.
Grandes se convirtió en ingeniero agrónomo en la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano, de Honduras. Al retornar al país trabajó por algún tiempo en la hacienda familiar, en Cotopaxi.
Luego retornó a Quito, donde laboró como representante de ventas para una empresa española de productos veterinarios. A los dos años y medio, la firma le vendió la distribución de los productos para la región Sierra.
Fue así como en abril de 1997 nació Grupo Grandes Román, que para entonces se resumía en Luis Grandes repartiendo en su camioneta productos farmacéuticos para animales, pero que con el pasar de los años se convirtió en un consorcio de empresas.
De los fármacos españoles pasó a la distribución de un complejo B para animales, de origen peruano, que se convirtió en su producto estrella. Hoy en día vende unos 110 productos de la firma peruana Agrovet Market.
En la búsqueda de productos innovadores, visitando ferias internacionales, conoció Forcrop, una empresa española que desarrolla productos de nutrición vegetal orgánica para la recuperación de suelos. Desde el 2004, Grupo Grandes tiene la representación de esa firma en el país.
De esta línea, uno de los productos con más posicionamiento es un complejo orgánico de calcio, que sirve para mejorar la estructura de los suelos.
Grupo Grandes cuenta con proveedores en Perú, España, China, EE.UU., Brasil e India; en productosagrícolas, fármacos e instrumentos veterinarios.
Sus productos se comercializan en sectores como el bananero, camaronero y florícola. A la bananeraSumifru, por ejemplo, le vende productos para fertilización, control de malezas y enmiendas.
Adicionalmente, Grupo Grandes se encarga de la renovaciónde las áreas sembradas, explica Mario Padilla, gerente general de Sumifru.
Este servicio lo brinda a través de Ecuafoxa, una de las cinco compañías que ahora integran el consorcio y que está dedicada a la industria bananera. Otra de las compañías es Nindalgo, encargada de la administración de haciendas agroganaderas en Cotopaxi.
A raíz del cultivo de chocho y la producción de leche en estos terrenos nació un nuevo proyecto familiar. Grandes Foods, firma con la que comenzarán a producir proteína y snacks de chochos deshidratados, yogur de distintos sabores y variedad de quesos.
La planta, ubicada en Cotopaxi, se inauguró la semana pasada. El objetivo principal es exportar a EE.UU. Este proyecto requirió una inversión de USD 400 000.
La proyección es que participen como proveedores unos 400 pequeñosproductores de Sigchos.
Luis Grandes, fundador de Grupo Grandes. Abajo se observa la nueva línea alimenticia que produce la firma. Foto: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO
Una profesional en marketing y una experta en ingeniería en alimentos se unieron para emprender. Cristina Páez y Carolina Reyes se conocen desde las aulas del colegio y en el 2014, luego de hablar de sus proyectos profesionales y su vida, decidieron formar un equipo y fundaron en Quito la empresa Nutrire y su marca Naturale.
La primera trabajaba en una multinacional del sector de alimentos y conocía cómo se movía el mercado. Su hija nació en el 2011 y Páez empezó a buscar ‘snacks’ sin colorantes ni preservantes. “Lo que quería era un producto que me hiciera sentir tranquila como madre y que sea saludable”.
Al reunirse con su amiga de la secundaria empezaron el trabajo. Hablaron del tema, lanzaron ideas, trajeron muestras de otros países para ver qué tendencia estaba en el tema de alimentos para pequeños de seis meses en adelante. Investigaron el mercado.
En principio las emprendedoras decidieron probar con cereales, pero la idea fue desechada pronto. El siguiente plan fue utilizar frutas y vegetales, pero no sabían qué producto desarrollar pensando en bebés que ya empiezan a comer alimentos sólidos.
Luego de investigar, Reyes dio con la técnica de liofilización: una deshidratación de alimentos en frío muy usada por la NASA, la agencia espacial de Estados Unidos, para alimentar a sus astronautas en el espacio. La liofilización se utiliza desde 1950 en la industria de alimentos y permite la preservación de materiales biológicos sensibles al calor.
Las emprendedoras invirtieron, de sus ahorros, alrededor de USD 50 000 para arrancar el negocio. El dinero ayudó para adquirir la máquina para la liofilización, así como para permisos, pruebas y desarrollo del producto.
La planta de producción está en un galpón alquilado, en Carcelén Industrial, en el norte de Quito. Ocupa 70 metros cuadrados y allí trabajan las dos emprendedoras y una persona encargada de la supervisión de la maquinaria.
El primer ‘snack’ que se obtuvo fue llamado Meltis y estuvo listo en noviembre del año pasado. Hoy ese producto tiene tres sabores que combinan, frutas, yogur, vegetales, leche de coco, manzana y camote. En el desarrollo del producto las emprendedoras tuvieron la asesoría de una nutricionista que supervisaba las mezclas y los ingredientes.
Los canales de venta son tiendas de alimentos orgánicos y comida gourmet. Una de las vitrinas de Naturale es Super Foods Ecuador, ubicada en Cumbayá, al oriente de Quito. Una de sus fundadoras, Sandra Greene, cuenta que los ‘snacks’ nutritivos de Naturale son un éxito en la tienda.
“Las mamás están muy contentas al encontrar este ‘snack’. Cristina y Carolina nos dejan muestras gratis para degustaciones y a los clientes les encanta. Es uno de los cinco productos más solicitados en la tienda hoy en día”.
Las fundadoras de Naturale cuentan con la asesoría de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI). Ahora la meta es colocar su producto en grandes cadenas de supermercados, a escala nacional. Para lograrlo siguen aprendiendo e innovando. Un ejemplo es una segunda línea de productos, pensada en personas de toda edad. Se trata de frutaliofilizada. Por ahora la oferta incluye piña, banana y mango deshidratados.
Cristina Páez y Carolina Reyes son las fundadoras de la marca Naturale y sus productos deshidratados. Foto: Vicente Costales / Líderes
Alrededor de 90 emprendimientos, relacionados con alimentos, pero también de ropa, accesorios, cosméticos y más productos que no usan a los animales como recurso, estuvieron en el Vegan Day, el pasado 8 de septiembre.
La propuesta fue acercar a más familias al mundo vegano. Entre los emprendimientos que se pudo probar en la feria de este fin de semana están los postres de Rock Sugar, una tienda virtual, que está en su web y en redes sociales como Facebook e Instagram.
Sus representantes son pasteleros veganos, no procesan nada de origen animal, no creen en el daño ambiental ni al planeta. No requieren huevos, lácteos o mantequillas, están en contra de lo industrializado. Usan frutas, verduras y vegetales, no grasas hidrogenadas, pensando en niños con alergias e intolerancias alimentarias.
Otro actor del Vegan Day fue Qui Pizza, que también está en redes sociales, y ofrece pizza vegana y vegetariana, con masa italiana de leuda larga, súper digerible, con hortalizas orgánicas, frutos secos y diferentes técnicas de cocción. Por ejemplo al unas hechas al fuego, con pimiento caramelizado, juegan con texturas como pizza con crema de coliflor.
Una de las bebidas que se promocionaron fue Tarwi, una bebida hecha a base de chocho y frutas. María del Pilar Mora y su familia tienen intolerancia a la lactosa. Así que ella y su esposo Gustavo Guerrero estudiaron en Barcelona innovación y desarrollo de alimentos. Al regresar al país buscaron granos ecuatorianos, para desarrollar bebidas, y así dieron con el chocho.
Además estuvieron los helados de Dulce Placer que dispone de 600 sabores, para vegetarianos, veganos, diabéticos, celíacos…
El Vegan Day llegará al Parque Samanes, de Guayaquil, el 20 y 21 de octubre. Al igual que en Quito, los organizadores buscan que no solo vegetarianos o veganos los visiten “queremos que todos prueben opciones diferentes y puedan incrementarlas a su dieta normal, al menos un día a la semana”, señaló la organizadora de la feria Karina Reyes.
Uno de los participantes fue el emprendimiento Rock Sugar que elabora pasteles bajo el concepto de la comida vegana. Foto: LÍDERES
Las naciones latinoamericanas caminan más hacia la implementación de un etiquetado frontal de advertencia en los productos alimenticios con exceso de grasas, sodio y azúcar para informar a la población sobre los riesgos que estos tienen para la salud.
Así lo afirmó el asesor Regional de América en Nutrición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Fabio Da Silva, quien disertó al respecto en la primera jornada del IV Congreso de Comisiones de Salud de los Parlamentos de las Américas.
“Hoy los sistemas de etiquetado nutricional que tenemos son muy dificultosos para ayudar a la decisión de compra, porque (…) los consumidores emplean muy poco esfuerzo cognitivo y tiempo en la toma de decisiones de adquisición, especialmente en el caso de alimentos que se consumen a diario”, explicó Da Silva.
El experto brasileño afirmó que mientras para la compra de un coche o zapatos se tiende a dedicar más tiempo, los alimentos procesados se compran “en cuatro segundos o menos”, lo que lleva al consumo de productos que aparentan ser saludables pero no.
“En ese sentido, la región ha avanzado en utilizar y buscar sistemas de etiquetado frontal que puedan informar de forma veraz, clara y rápida al consumidor sobre el contenido de nutrientes críticos para la salud, que son los asociados a las enfermedades que más matan a la población en nuestra región”, sostuvo Da Silva.
Según la OPS,Ecuador fue el primer país en el mundo que implementó el etiquetado gráfico de tipo semáforo de manera obligatoria, “con el fin de garantizar el derecho constitucional de las personas a la información oportuna, clara, precisa y no engañosa, sobre el contenido y características de los alimentos, que permita al consumidor la correcta elección para su adquisición y consumo”.
La Asociación de Fabricantes de Alimentos y Bebidas de Ecuador explica en su web que las etiquetas contienen el sistema gráfico (semáforo nutricional), la lista de ingredientes, los alérgenos, la tabla nutricional y la fecha de caducidad de los productos.
Las industrias, desde las grandes hasta las pequeñas y medianas (Pymes), se acogieron a esta regulación. El proceso fue largo.
Da Silva también reconoció las iniciativas en materia de etiquetado de países como Chile y Uruguay. Han sido referencia para dar un respaldo científico y mejorar los estudios sobre el tema a escala latinoamericana.
“Uruguay ha sido una referencia para la región en términos del proceso que ha llevado a cabo para desarrollar su sistema de etiquetado frontal, empezando por la producción de la base de la evidencia científica, que fue muy bien desarrollada por la Universidad de la República”, acotó . En esa misma línea, Da Silva destacó el ejemplo de Chile. “Tenemos la evidencia del sistema ya aplicado, que en el primer año ya logró un cambio. En un estudio que se hizo en la región metropolitana de Santiago se estimó que un 91,6 % de la población cambió su decisión de compra en base a ese sistema que se aplicó”.
“Además (en Chile) también se promovió un cambio en la composición de los productos; porque una vez que la industria y el sector económico busca otras formas de seguir produciendo, lo hace de modo a ser coherente con la salud y el desarrollo social”, abundó.
Es así que para Da Silva los países miembros de la OPS, que en 2014 aprobaron un plan para prevención de la obesidad en niños y adolescentes que incluía la regulación de la publicidad en productos y en ámbitos como las escuelas, caminan hacia esta política vinculada con la salud pública.
A mediados de junio, los ministros de Salud del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) acordaron la implementación a nivel del bloque del etiquetado de los alimentos.
En concreto, el experto dijo que en Perú en 12 días entrará en vigencia una ley que lo estipula, a la vez que tanto en Uruguay como en Brasil y Argentina se busca aprobar la medida mediante decretos y países de Centroamérica y Canadá aspiran a lo mismo.
“En esta dirección la región ha caminado para buscar frenar esta epidemia del mal comer, de la obesidad y otras expresiones de malnutrición que se generan por cuenta del consumo excesivo de esos productos”, concluyó.
Las bebidas que se fabrican en el país tiene el semáforo e información del contenido del producto. Los empresarios realizaron importantes inversiones para el cambio a las etiquetas. Fotos: Archivo / LÍDERES