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  • Juan F. Paredes es un estratega del turismo en Cuenca

    Ivanna Zauzich Redacción Cuenca / LÍDERES Izauzich@revistalideres.ec

    Los sombreros de paja toquilla, el turismo, su familia y el buen vino son las cuatro pasiones de Juan Fernando Paredes (1960). Este cuencano es el actual gerente de la firma Rafael Paredes S. e Hijos que elabora sombreros de paja toquilla. Igualmente, administra el Centro de Convenciones Baguanchi (norte), con una extensión de cinco hectáreas, capacidad para 200 huéspedes y salones de convenciones para atender a más de 700 personas, un teatro para 200 espectadores, entre otras atracciones.

    Paredes es parte de una familia numerosa. Es el noveno de 10 hermanos y su infancia transcurrió en una casa en la calle Larga (centro de Cuenca), donde hoy funciona el Museo del Sombrero. Su progenitor, Rafael Paredes, quien comercializaba los sombreros de paja toquilla fue su ejemplo y le trasmitió el amor que actualmente profesa por la artesanía y tradición cuencana.

    Este padre de tres hijos estudió, entre 1978 y 1980, tres semestres de arquitectura en la Universidad de Cuenca, pero se casó a los 20 años, por lo que abandonó los estudios para atender a su familia. Sin embargo, no se quitó la idea de estudiar y 27 años más tarde ingresó a la Universidad Tecnológica América de la que egresó este año de la carrera de Ingeniería en Turismo y prevé graduarse en marzo del 2013.

    Esa perseverancia es lo que destaca el presidente de la Asociación Hotelera del Azuay, Daniel Hernández, quien lo conoce desde más de una década. “Es un emprendedor que está comprometido con la integración del sector turístico del Azuay. Es multifacético y con una visión empresarial clara e interesante”.

    La opinión de Hernández tiene sentido al hacer un recorrido por la firma Rafael Paredes S. e Hijos, que hasta el 2000 generaba sus ingresos solo por la exportación de sombreros. Ese año, este abuelo de dos nietos se hizo cargo de la firma y cambió el concepto del negocio, ya que apuntó a los turistas extranjeros que visitan la capital azuaya.

    Paredes identificó un potencial, cuando en 1999 la ciudad de Cuenca fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad y pensó que los sombreros no debían llegar a otros países, sino que los turistas debían venir por este producto. Con esa idea, en el mismo lugar donde comercializa los sombreros abrió una galería de arte, instaló una cava de vino, además instaló un teatro y montó una cafetería. De esta forma, atrajo a los visitantes que disfrutaban un espectáculo o una comida y, también, conocían los sombreros. Además, en el 2005, abrió el Museo del Sombrero para que los visitantes conocieran su proceso de elaboración.

    Chris Doyle es uno de los 20 000 visitantes que recorrieron este museo en el 2012. Este inglés destaca la innovación de la firma, ya que el comprador selecciona el color de la paja toquilla, cintas, forma y elaboran un sombrero a la medida.

    En la actualidad, Rafael Paredes S. e Hijos factura cerca de USD 350 000 al año, y “el 90% de ese monto es por la venta que se realiza en el museo”, dice con orgullo Paredes.

    Esa habilidad de atender al cliente y desarrollar estrategias empresariales es lo que destaca el vicepresidente de la Cámara de la Pequeña Industria de Cuenca, Juan Fernando Malo. También resalta su amplio conocimiento en el tema turístico, el amor por las tradiciones cuencanas y su capacidad administrativa.

    Otra iniciativa de Paredes fue desarrollar un sitio web (www.barrancospanamahats.com), para comercializar sus sombreros a través de Internet. Cuando habla de esa decisión deja ver que no le gusta improvisar, ya que antes de involucrarse en este proyecto se asesoró en temas de e-commerce para atender este mercado. Con esta iniciativa ha enviado sombreros a Alaska, Hong Kong, Tailandia, Australia, Mongolia, entre otros destinos, que no son tradicionalmente compradores de este producto.

    El último reto que asumió este cuencano, en el 2011, fue la gerencia de Baguanchi. Él ha apuntado sus estrategias a atraer turistas peruanos y de esa forma ha mantenido una ocupación promedio del 90%. Para el coordinador zonal del Ministerio de Turismo, Cristian Cobos, Paredes combina carisma y una trayectoria impecable con lo que logra estos resultados en el sector turístico. Además, lo describe como colaborador y un promotor de los gremios. No solo piensa en su bienestar, sino que sus ideas benefician a otros hoteles, restaurantes y, en general, al turismo del Azuay.

    Paredes comparte el secreto de su éxito. El ingrediente para que un emprendimiento funcione, dice, son las ganas de trabajar y añadir valor a un producto. En el turismo destaca que la clave es manejar el sector de forma integral, donde se fusionen la artesanía, gastronomía, los eventos y el hospedaje, “todo en un solo lugar”. Además, prestar un buen servicio y en especial ser amable con el visitante.

    Para la presidenta de la Cámara de Turismo del Azuay, Mónica Flores, Paredes practica su receta y por eso es bueno en lo que hace. Además de la visión, “este cuencano es luchador, que saca adelante cualquier proyecto que se propone”.

    Los años y la experiencia le han enseñado la lección para elegir sabiamente un buen vino, a las personas y los proyectos. Ha sido reconocido local e internacionalmente. En 1995 obtuvo en Londres (Inglaterra), el galardón World Business Awards por incentivar el desarrollo a través de los sombreros de paja toquilla.

    Los gremios son parte de su vida

    • En el 2006. Presidente de la Aso. de Bares y Restaurantes de Cuenca.
    • En el 2008. Presidente Cámara de Turismo del Azuay.
    • En el 2009. Vicepresidente de la Federación Nacional de Cámaras.

  • Con el zapato masculino da pasos en firme

    Redacción Cuenca, redaccion@revistalideres.ec

    «Cuando era bebé me envolvieron en cuero en vez de una manta», dice Lenin Nivelo en tono humorístico y exagerado. Este cuencano se refiere a su legado de zapatero, ya que creció en una familia que se dedica a este oficio.

    Por esa herencia, desde hace 26 años Nivelo se dedica al diseño y producción de zapatos para hombre, que vende con la marca Pierrali y Mazzalupi. Además, creó la firma Lenical, para comercializar sus productos con los que factura unos USD 100 000 al mes y atiende a 120 clientes corporativos a escala nacional.

    Esta historia de emprendimiento no siempre estuvo acompañada por el éxito. Al inicio este taller funcionaba en un espacio de 6 metros cuadrados, donde Nivelo, junto a tres empleados, producía 100 pares de zapatos a la semana; las ventas eran puerta a puerta.

    Paulatinamente, los diseños de Nivelo tuvieron acogida, y sus ventas se incrementaron. Para Lorena de Enríquez, colaboradora del local Estilos y Modelos (centro de Quito), el éxito de esta firma no es casualidad, sino la unión de cuatro factores: la calidad del producto, la puntualidad en la entrega, la innovación en los diseños y los buenos precios.

    Por esa calidad y atención, el local Estilos y Modelos compra estos zapatos desde hace más de 15 años.

    Nivelo es un apasionado del diseño de zapatos. Cada año lanza 70 nuevos modelos para diversificar la oferta de su catálogo. Además, el año pasado creó una suela de zapato elaborada con llantas de vehículos. «Para mí es clave el cuidado del medioambiente, y reciclar es un aporte». Por ahora, el 10% de la producción lleva suelas con caucho reciclado.

    La inversión en maquinaria es una de las apuestas de Nivelo, quien hoy trabaja al lado de 40 empleados. Este cuencano invierte unos USD 20 000 al año en máquinas como troqueladoras industriales, cerradora de talones, horno reactivador, entre otros equipos para mejorar el proceso de fabricación del calzado.

    La inversión más reciente, en enero de este año, fue la maquinaria para producir la suela de los zapatos. De esta forma evita comprar a otros proveedores esta materia prima, que a veces es escasa o sube su precio en el mercado.

    Además, esta firma cuenta con un área de desarrollo de nuevos modelos, donde dos colaboradores identifican las tendencias internacionales y si estas se adaptan al mercado ecuatoriano. Además, combinaciones de texturas como lona, gamuza, cueros lisos y corrugados, etc., para la creación de nuevos diseños.

    Hoy, esta firma funciona en un espacio de 600 m2 (al sur de Cuenca). Cada zapato pasa por una línea de producción y culmina con la revisión de calidad.

    A Nivelo no se le escapa ningún detalle del mundo empresarial. Esa es la opinión de Andrés Ruiz, colaborador de Zapatos y Moda (en Guayaquil), quien dice que la fortaleza de este cuencano es diseñar calzado para cada segmento del consumidor. «Tiene productos para jóvenes desde los 12 años hasta hombres de 65 años».

    Ruiz, quien comercializa un 50% de zapatos importados de EE.UU., vende los de esta firma azuaya hace cuatro años con éxito. «Esta firma cuencana demuestra que el producto nacional sí compite con otros países».

    Nivelo sabe que es un competidor pequeño, pero en sus 26 años de trabajo se ha forjado un nombre y reputación. Sus perspectivas son crecer y exportar, por lo que participa en ferias de calzado en el país para exhibir su producto ante compradores nacionales e internacionales. Por ahora vende sus zapatos en Manabí, Pichincha, Guayas, Loja, El Oro y Azuay, entre otras provincias.

    El ambateño Carlos Arango conoce la marca Pierralli desde el año pasado. Destaca la innovación en los diseños y comodidad de los zapatos.

    Nivelo se siente orgulloso de convertir su pasión y legado en un negocio que genera empleo y oportunidades. «El camino es largo, veamos qué nos depara».

  • Figuras de vírgenes, hadas y dragones… son su oferta

    Redacción Cuenca

    Vírgenes cholas. Ese es el nombre del producto que elabora la cuencana Isabel Calderón. Son vírgenes con faldas pintadas a mano con flores diminutas. Además, la corona de la Madre de Jesús tiene la misma dedicación, ya que se elabora en plata tejida en filigrana (técnica de hilos delgados) o bañada en oro.

    Estas vírgenes, que bordean los USD 200, se comercializan en el local Isabel Calderón Artes, en Cuenca, y su facturación bordea los USD 3 000 al mes.

    Calderón descubrió que tenía talento para las artes desde los 14 años. En su adolescencia moldeaba figuras en porcelanicrón y paulatinamente aprendió a usar otros materiales como la resina.

    En 1997, con su aprendizaje, se enfocó en diseñar un producto nuevo y ahí nacieron las vírgenes cholas.

    La inversión para comprar los materiales (moldes, plata, oro, telas especiales, etc.), bordeó los USD 2 000. Esta azuaya trabajaba sola desde un taller que adecuó en su hogar y sus ventas bordeaban los USD 600 al mes. Una oportunidad que impulsó el trabajo de Calderón fue exponer sus creaciones en el Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares (Cidap).

    El exdirector de ese centro cultural, Claudio Malo, recuerda que conoció estas pequeñas esculturas hace más de 10 años. Él resalta el trabajo de esta azuaya, por su creatividad y minuciosidad para decorar las vírgenes. Con tela engomada logra que se vean los pliegues en los vestidos y «la expresión del rostro de las imágenes reflejan el amor de una madre».

    Para Malo, la perfección en cada figura muestra la pasión de Calderón por el arte. Otro punto importante es que esta azuaya a través de sus figuras rescata la cultura cuencana.

    Desde hace 6 años, Calderón amplió su oferta con hadas, dragones y otros objetos decorativos.

    Su local en La Esquina de las Artes, centro de Cuenca, es colorido por vírgenes con trajes en tonos brillantes y pintadas a mano. Del techo cuelgan hadas que le dan un toque mágico a su local. Al menos así lo describe Daniela Tamayo, quien conoció el trabajo de esta artista por una amiga. Es un espacio idóneo para escoger regalos para niños y adultos. Además, hay portarretratos en aluminio repujado, colgantes en fibras naturales, tarjetas hechas a mano.

    Los precios van de USD 5 a 250. Este valor es por las figuras más trabajadas. El precio depende de los detalles pintados a mano en su falda. Cada virgen tarda hasta una semana por el moldeo de la resina, el proceso de lograr los pliegues en la ropa, trabajar la corona en metal…

    Para este trabajo, Calderón contrató la ayuda de una persona más que trabaja a tiempo completo. Además, cuando tiene mucho trabajo recibe la ayuda de otra empleada por prestación de servicios. Esta azuaya disfruta enseñarles el arte de las vírgenes cholas.

    Su oferta

    Clientes. Un 60% son ecuatorianos y el resto son italianos, españoles y de otros países de América del Sur.

    Trabajo. Cada virgen es exclusiva. Calderón no repite los colores ni diseño de la corona o flores.

    Otros. Los ángeles también son parte de su oferta artística.

  • Fernando Vázquez: La diversificación es su estrategia

    IVANNA ZAUZICH. Redacción Cuenca / LÍDERES

    La agenda de Fernando Vázquez incluye viajes por tres continentes. Los destinos que más visita por negocios son Japón, Estados Unidos y países europeos.

    Este cuencano gerencia el holding Necopa, de la familia Vázquez, que agremia 26 firmas de los sectores automotriz, consumo masivo, construcción, ensamblaje de motos, turismo… Algunas de las empresas son: Importadora Tomebamba que en el 2011 facturó unos USD 129 millones; almacenes Costto que invirtió, hace dos años, USD 5 millones en infraestructura y mercadería; Joyería Guillermo Vázquez que tiene locales en Quito, Loja, Cuenca, Machala, Portoviejo…

    Fernando Vázquez es el gerente de este holding y su estrategia se ha direccionado hacia la diversificación de los negocios. De la comercialización de llantas Maxxis pasó al reencauche. De la importación de electrodomésticos y motos al ensamblaje de los mismos en el país. Con esto el holding genera unos 1 300 empleos a escala nacional y, también, se ganó el respeto del gremio empresarial ecuatoriano.

    El presidente del Grupo Industrial Graiman, Alfredo Peña, destaca el aporte de Vázquez a la ciudad, por sus proyectos que impulsan el desarrollo económico. Además, lo describe como emprendedor y con una visión aguda para los negocios.

    Este padre de tres hijos se enamoró del mundo empresarial desde que estudiaba en el Colegio Técnico Salesiano en Cuenca. Desde su juventud se vinculó a las ventas de la joyería de su padre, donde comercializaba relojes de marcas como Omega, Tissot, entre otras.

    Esa experiencia le brindó la certeza de que quería dedicarse a los negocios de su familia, por lo que eligió estudiar economía en la Universidad de Cuenca en donde se graduó en 1978.

    Desde ese año, este abuelo de cuatro nietos, se enfocó en la administración de las diferentes empresas y en 1994 creó el holding Necopa que agrupa a las compañías de su familia.

    Para su hermana, y ex ministra de Turismo, Rocío Vázquez, este ejecutivo es perseverante, metódico, trabajador y con ganas de aportar al desarrollo del país. Mientras que en «el plano personal es dedicado a su familia y colaborador con las personas de su entorno». Por esas aptitudes fue elegido por sus padres y tres hermanos para encabezar este grupo.

    Esta fue una decisión acertada, dice su hermana Rocío, porque «Fernando es un trabajador incansable, que innova en los negocios y mejora cada una de las empresas del grupo».

    Al hablar con Vázquez deja claro que no recuerda fechas ni cifras con exactitud, pero con soltura maneja las tendencias de consumo en los sectores automotriz, turístico, construcción, de consumo masivo

    «Él conoce el mercado ecuatoriano y hacia dónde está evolucionando», dice el gerente regional de Hyunmotor S.A., Fabián Moscoso, quien conoce a este emprendedor hace más de 25 años.

    Moscoso indica que este apasionado del ejercicio es ético, solidario, luchador y con metas claras. «Todo lo que se propone lo cumple». En lo personal lo calificaa como honesto, perseverante, amigable, respetuoso, honorable…

    Una de las cualidades que más resaltan quienes lo conocen es su disciplina y esto se evidencia cada tarde que se le ve en el gimnasio. Una de sus pasiones es correr y ejercitarse porque siente que fortalece su cuerpo y mente.

    Ese equilibrio es admirado por las personas que lo rodean. El presidente de la Cámara de Comercio de Cuenca, Mario Terreros, destaca que este cuencano es correcto y razonable para hacer negocios, lo que lo convierte en un ejemplo para el resto de empresarios.

    Y para el presidente de la Asociación Ecuatoriana Automotriz del Austro, Fernando Andrade, es evidente lo mucho que heredó Vázquez de su padre, quien fue reconocido por su rectitud y honestidad. Sin embargo, algo propio del gerente de Necopa, dice Andrade, es la energía que inyecta a cada proyecto. «Su entusiasmo contagia y la dinámica empresarial fluye por esa actitud».

    La jornada de Vázquez inicia a las 07:00. Desde temprano se le ve en la oficina reuniéndose con clientes, socios y colaboradores. Su agenda es ocupada y, en ocasiones, atiende dos reuniones simultáneamente.

    Mantener ese ritmo de trabajo le ha dado la confianza de sus familiares, empleados, socios, clientes y empresarios y eso lo que más valora este hombre de negocios. No obstante, no todo es trabajo y Vázquez lo sabe. Cuando habla de su esposa, hijos y nietos se le ilumina el rostro y no puede evitar sonreír.

    Ser organizado es una de sus cualidades y eso lo demuestra con su itinerario de viajes. Para trabajar le encanta Japón por la cultura de ese país. Con su esposa disfruta Europa y con sus nietos los parques de diversiones en Estados Unidos.

    Además de los viajes al exterior, este empresario disfruta conocer su país. Las playas y las haciendas turísticas en Azuay son sus destinos favoritos.

    Otro de los sectores fuertes del holding Necopa es la actividad turística, en la que incursiona con agencias de viajes y hoteles. Este empresario está convencido del potencial de este sector en el país.

    Una vida de disciplina y formación

    1994. Obtuvo un MBA en el Incae Business School (Costa Rica).

    1972. Viajó dos años a Inglaterra y EE.UU. donde estudió inglés.

    2011. Corrió la maratón (42 kilómetros) de Chicago en EE.UU.

    2012. Corrió la maratón de Berlín (Alemania) y el año pasado la de París (Francia).

  • La sazón mexicana se expande en territorio cuencano

    Redacción Cuenca

    El cliente se detiene frente a un exhibidor con vidrio y elige ingredientes como carne mechada, trozos de pechuga o cerdo marinados en especias, dos tipos de fréjol, guacamole, crema agria, lechuga y otros 15 ingredientes.

    Cuidadosamente, un empleado de California Burrito Company (CBC) coloca estos productos en una tortilla de harina o maíz que puede ir a la parrilla para derretir el queso y se entrega al comensal. Esta es la dinámica que se ve en los dos locales de CBC en Cuenca ubicados en los centros comerciales Mall del Río y Millenium Plaza.

    Esta es una franquicia argentina que se encuentra en su país de origen así como en Chile, Uruguay, Bolivia, Colombia y Panamá. A Ecuador llegó en el 2011 por David Torres, un cuencano de 25 años, que estudió Administración Hotelera y Organización de Eventos en la Universidad de Palermo en Buenos Aires (Argentina).

    En esa ciudad conoció CBC e identificó que era una opción para traerla al Ecuador. Por esa razón, negoció la franquicia bajo el modelo de desarrollo de territorio: por cinco años, tiene derecho a la exclusividad de la franquicia en el país y debe abrir un local anual. Asimismo, el pago por regalías acordado es del 5% de las ventas mensuales.

    El costo por el derecho de uso de la marca bordeó los USD 50 000 (por los dos locales abiertos hasta ahora), sin embargo conforme abra nuevos puntos debe pagar otro monto. Torres explica que no son precios fijos, sino que según la expansión y éxito se negocia, «lo que más me gusta es que permite la negociación».

    La instalación del local en el Mall del Río, por ejemplo, bordeó los USD 100 000 porque adquirió un horno y refrigerador industrial e implementos en acero inoxidable para garantizar la inocuidad de los alimentos.

    En ambos locales trabajan 13 personas, pero Torres también atiende a los clientes, preparando burritos, recomendando platos, limpiando, entre otras labores. Otra de sus funciones es negociar con proveedores. Desde hace dos años trabaja con la firma Tolteca (Quito) que le vende las tortillas de harina y maíz.

    Su propietaria, Silvia Terán, dice que la relación comercial es excelente y recuerda que el dueño de la franquicia Alan Hart visitó su planta en Quito para calificar la calidad de las tortillas. Miguel Rodríguez, un cliente frecuente, asegura que el servicio de CBC es excelente.

    La propuesta

    Un platillo. CBC prevé sacar al mercado un burrito de camarón con salsa de mango, por la intensidad de sabores de ambos ingredientes.

    Para el almuerzo. Una bandeja con menestra, arroz, carne, huevo frito y ensalada.

  • El macaron endulza el paladar cuencano

    Redacción Cuenca / LÍDERES

    El macaron es una suerte de galleta, similar al suspiro, que se elabora con clara de huevo, almendra molida y azúcar.

    Durante su preparación se colorea con anilina vegetal en tonalidades verde, amarilla, rosa, púrpura, azul y se rellena con Nutella, dulce de leche, chocolate blanco, trozos de fruta e incluso pétalos de rosa confitados.

    Esta preparación, popular en Francia desde 1830, se mantiene como acompañante del té o café de la tarde, y su notoriedad en Ecuador se evidencia con fuerza desde el año pasado. Esto según la gerenta de la firma Chantilly, en el sur de Cuenca, María Angélica Calderón.

    La razón es el acceso a Internet -con redes sociales y blogs-, donde las personas comparten fotos y recetas de este bocadito. Sin embargo, el segmento que disfruta de este postre es pequeño, dice Calderón. «Son mujeres profesionales, entre 25 y 40 años. Por esta razón aún hay desconocimiento sobre este dulce y sus ventas son pequeñas».

    En el caso de Calderón, este producto -que oferta desde el año pasado- solo lo entrega bajo pedido, para atender matrimonios, bautizos, cumpleaños y otros compromisos sociales.

    En otros países como Francia, España, EE.UU. y Argentina, es frecuente ver locales decorados con macarons que se exhiben en vitrinas, y el consumidor puede comerlos ahí o llevarlos a su casa.

    En Ecuador esta oferta es limitada, y eso se evidencia en Cuenca, donde estos bocados se comercializan bajo pedido. No obstante, esta ciudad está experimentando un despertar gastronómico, y se está adaptando a estas tendencias, explica el chef Luis Ordóñez.

    Un ejemplo de ese despertar es el local T cups té & cupcakes, en el sur de Cuenca, que oferta postres, muffins de sal con combinaciones con tocino, hongos, queso suizo, tomate y albahaca.

    Sus clientes alaban el sabor de los macarons, que solo se entregan bajo pedido. Su propietaria, Doris Correa, coincide con que aún falta conocimiento del producto y solo es comercializado entre consumidores que conocen y han probado este bocado en otros países.

    Uno de los impedimentos para masificar el consumo de este postre es su costo, porque se prepara con almendra molida y se rellena con ganache de frutas. Por el uso de esos ingredientes cada unidad cuesta USD 1 y su tamaño es más pequeño que un alfajor. Sin embargo, quien conoce este postre sí paga ese precio por su delicadeza y sabor, asegura Correa.

    En un pequeño taller casero, Rosa Cordero elabora macarons bajo pedido. Al igual que Calderón y Correa, la venta de este producto solo representa un 10% de sus ventas totales, que bordean los USD 1 000 al mes.

    No obstante, ha identificado un consumidor más atento a las nuevas tendencias, por lo que cree que este bocado despuntará en ventas, quizá el próximo año.

    Camila Martínez es consumidora frecuente de los macarons en T cups té & cupcakes y en Chantilly. Lo que más le gusta es su color llamativo, que es perfecto para obsequiar en cajas. También destaca su sabor delicado y los rellenos de fruta y crema.

    En otras ciudades como Quito y Guayaquil existen locales que venden el macaron en el punto de venta, pero «son pocos», señala Luis Ordóñez.

    Como todos los postres internacionales, el macaron debe pasar por un proceso para darse a conocer y así sumar consumidores. Los chefs ya trabajan, dice Ordóñez, en rellenos de quinua, maíz dulce, maracuyá, chocolate fino ecuatoriano y otros productos propios del país.

  • Sus ventas se aseguran gracias a la industria

    Redacción Cuenca

    Indumentaria para explorar minas, trajes para apicultura y guantes de malla de acero para trabajar en carnicerías son parte de la oferta en Dorec, empresa con sede en Cuenca. Esta compañía, que nació en 1975, tiene más de 150 clientes corporativos a escala nacional y factura cerca de USD 20 000 al mes.

    Dorec nació cuando Cuenca experimentó su apogeo industrial, con la llegada de la Compañía Ecuatoriana del Caucho (ERCO), que hoy se llama Continental Tire Andina.

    Hace 38 años no había conocimiento sobre la seguridad industrial, por lo que Oswaldo Domínguez identificó una oportunidad en el mercado. Este azuayo importó cascos, extintores y otros implementos de seguridad y también compró máquinas de coser y otros equipos para producir prendas con telas gruesas.

    El actual gerente de Dorec, Xavier Domínguez, no recuerda cuánto invirtió su padre en el negocio o cuánto facturaba al inicio. Sin embargo, sí sabe que empezó solo y con su trabajo fue conocido por empresas ubicadas en Quito, Guayaquil y otras ciudades.

    En la actualidad, esta firma azuaya tiene 12 empleados en total, repartidas en administración, el área de ventas y el taller donde elaboran la ropa.

    El presidente de la Cámara de Comercio de Cuenca, Mario Terreros, reconoce la visión de Oswaldo Domínguez y la labor de esta empresa que fue socia de ese gremio comercial entre 1997 y 2011.

    El mercado nacional de los equipos de seguridad industrial ha crecido, explica Domínguez. Esto se demuestra con las cifras de importación. Cuando esta firma inició importaba un 45% de sus productos como gafas de seguridad, extintores, chalecos reflectivos, botas, etc.

    Desde hace unos 10 años se ha visto mayor producción de estos artículos en el país, por lo que Dorec compra el 80% en el mercado nacional y equipos más especializados los importa de EE.UU., Francia, Italia y otros países.

    Uno de sus clientes es Cristian Fuentes de la compañía minera Ruta de Cobre, en la parroquia de Chaucha, en Cuenca. Él destaca la calidad de los productos y la calidad del servicio de esta empresa que desde «hace un año nos ha demostrado su profesionalismo».

    Esa minera es parte de la cartera de clientes de Dorec. Domínguez ha identificado nuevos compradores en ese sector desde hace cinco años cuando comenzaron a despuntar los proyectos mineros.

    Además de la minería, la nueva reglamentación de seguridad industrial es un punto a favor para esta firma. Domínguez señala que cada vez hay más interés por proteger la integridad física de los empleados, por lo que este negocio se ha posicionado.

    Su cartera de clientes suma más de 150 firmas que pertenecen a los sectores industrial, automotriz, minero, petrolero, agrícola, entre otros.

    Para cada sector hay un producto especializado. Por ejemplo, botas con suela antideslizante y con un material que repele la grasa del petróleo, especialmente diseñadas para los proyectos petroleros.

    También hay chalecos reflectivos para que los trabajadores que realizan trabajos nocturnos sean reconocidos y evitar accidentes. Asimismo, guantes con un textil resistente a soluciones químicas para evitar quemaduras en la piel, explica el gerente de Dorec.

    Además de tener estos productos especializados, Domínguez explica que otra de sus fortalezas es personalizar las prendas con bordados de la compañía que lo requiera. «Si una empresa necesita bordar pantalones, camisas o cualquier prenda con su logo, se da ese servicio».

    Miguel Sánchez es consultor de medicina ocupacional y conoce los productos que comercializa Dorec. Para él es positivo que existan empresas dedicadas a la seguridad de los trabajadores y que el sector productivo esté enfocado en cuidar la seguridad ocupacional.

    Domínguez dice que una de las estrategias de la compañía es reinvertir las utilidades para seguir creciendo. No tiene un promedio anual exacto, pero el año pasado invirtió USD 8 000 para comprar nuevos equipos de confección.

    Este empresario habla con fluidez sobre los 500 artículos de seguridad que se exponen en sus vitrinas. Hay gafas para la industria alimenticia y otras para la fabricación de vidrio. También hay cascos, botas, overoles y otros productos según el área de trabajo.

  • Una iniciativa que se nutre de creatividad y reciclaje

    Redacción Cuenca

    En los mercados de Cuenca, las canastas de madera donde se transporta la fruta quedan abandonadas. Juana Álvaro las recoge, las restaura y las comercializa como porta maceteros. Lo mismo ocurre con los retazos de tela de los almacenes, Álvaro los recoge y los utiliza para elaborar delantales de cocina y servilletas bordadas.

    Además de esos productos, esta azuaya también elabora panes de yema que comercializa en maceteros, ‘popcakes’ decorados, manzanas acarameladas y achocolatadas, ‘cupcakes’ de chocolate con champán, frutos secos con whisky y otros sabores. Esta iniciativa se llama Postres y Decoración con lo que Álvaro vende unos USD 400 al mes.

    Esta microempresaria nació con habilidad para elaborar artículos decorativos. Su madre, Aracely Ramírez, la alentó a que emprendiera, incluso le dio sus recetas de postres, con lo que hoy Álvaro deleita a sus clientes.

    Desde hace más de 10 años comercializa sus creaciones por temporadas o por encargo, pero a inicios del 2012 decidió enfocarse en el negocio.

    Invirtió cerca de USD 500 en materiales y elaboró delantales con diferentes diseños, cajas decorativas y postres. Abrió una cuenta en Facebook y comenzó a ofertar sus productos. Sus ventas mensuales bordeaban los USD 200.

    En diciembre pasado, Diana Sojos, propietaria del espacio artesanal La Esquina de las Artes, conoció el trabajo de Álvaro y la invitó a participar en ferias ocasionales. Luego la invitó para que cada sábado exponga sus artículos de decoración y postres en un espacio de esta casa que acoge a 11 iniciativas fijas.

    Con el acceso a esta vitrina ha duplicado sus ventas y ha llegado a más consumidores, incluso ha diversificado su oferta. Según la temporada, dicta talleres de decoración y repostería para niños y adultos. También elabora postres y entrega a domicilio.

    Lucía Calderón compra los ‘cupcakes’ y panes de yema que elabora esta cuencana. Ella destaca el sabor y la creatividad ya que los comercializa en macetas o tazas de té decorativas.

    Los sábados en la mañana el espacio donde Álvaro expone sus productos es un derroche de creatividad. Hay estantes antiguos decorados con tazas, flores, esculturas de ‘cupcakes’ y un maniquí donde exhibe los delantales que borda a mano. Cada semana cambia la decoración para que los clientes sientan su pasión por lo que hace.

    Más sobre la iniciativa
    La oferta.   Entre servilletas y delantales elaborados a mano hay más de 30 modelos con telas diferentes.

    Los talleres.  Para los niños hay para decorar una maceta y sembrar una planta. También de costura, repostería…

    LA CIFRA:
    USD 3 cuestan sus productos en promedio

  • 14 sabores son las alas de esta iniciativa

    REDACCIÓN CUENCA

    Un recorrido de sabores, así puede describirse al local Orange Wings & Ribs, en Cuenca, que oferta alitas y costillas con 14 salsas que incluyen ingredientes de diferentes países.

    Por ejemplo, la salsa italiana con tomate y queso parmesano, hawaiana con piña y durazno, teriyaki con salsa de soya (técnica de cocción japonesa), gaucha con chimichurri y fusiones como BBQ con maracuyá, entre otras. Estas combinaciones de salsas y sabores permiten que la iniciativa llegue a una facturación promedio de USD 5 000 al mes.

    Este local surgió como una sociedad entre Marcelo Esparza, Diana Vidal y David Valencia. Éste último abrió, en el 2011, un negocio similar en Quito en el que invirtió USD 12 000 y que tenía ventas mensuales por USD 700. Sin embargo, no dio resultado por la competencia y porque ofertaba hamburguesas, sánduches y otros platos. Trabajaba solo y esa dinámica lo agotó.

    Esa experiencia le dejó una lección a Valencia: que especializarse en un producto es la clave para fidelizar al cliente. Con esto concuerdan sus socios, con quienes, desde agosto del 2012, estructuró la idea de este local y desarrollaron las salsas, el concepto, la estrategia de marketing y el plan de negocios.

    Este quiteño también aprendió la fortaleza de las sociedades y el trabajo en equipo. En la actualidad trabajan los tres socios y dos empleados más.

    La inversión para instalar Orange Wings & Ribs en Cuenca fue de USD 12 000 con lo que adquirieron mesones e implementos de acero inoxidable para garantizar la inocuidad en la preparación de alimentos. También la instalación del local en el Centro Histórico de Cuenca.

    Esparza, quien es chef, explica que la capital azuaya experimenta un despertar gastronómico internacional y cada vez demanda más oferta de otros países. Este cambio por parte del consumidor, se debe en parte a los 9 000 extranjeros (estadounidenses principalmente) que viven en la capital azuaya que solicitan estos productos. Sin embargo, de los 600 comensales que esta microempresa reciben al mes, el 30% es extranjero y el resto ecuatoriano. Uno de ellos es Miguel Crespo quien recomienda el lugar por el servicio, calidad de la comida y precio. Lo mismo opina Mariela Suárez quien conoció el local el mes pasado y está satisfecha por la variedad de sabores.

    Las estrategias

    Redes sociales. Las redes sociales son la estrategia de este restaurante que tiene presencia en Facebook, Twitter y Foursquare

    La interacción. En estos espacios suben fotos e interactúan con los clientes. Esparza explica que estas herramientas sirven para dar a conocer el negocio y recibir sugerencias.

  • 10 alumnos levantaron una idea ganadora

    Redacción Cuenca

    Un grupo de 10 estudiantes de Ingeniería Civil, de la Universidad de Cuenca, ganó -en abril de este año- el primer lugar en el concurso FRP Composites Competition. Este evento fue promovido por la organización American Concrete Institute y se realizó en Minnesota, Estados Unidos.

    En el encuentro participaron 22 universidades de Estados Unidos, Canadá, México, Guatemala, Puerto Rico, Ecuador, entre otros países.

    Los jóvenes cuencanos se destacaron por diseñar un arco en hormigón reforzado con una estructura en fibra de vidrio de mayor resistencia y bajo costo, respecto de los otros proyectos.

    Los ganadores son Eduardo Plaza, Alexandra Vélez, Ismael Portilla, Mario Ortega, Juan Diego Pozo, Patricio Rodríguez, Carolina Vallejo, Santiago Vélez, Santiago Rivera y Lucio Solórzano.

    ¿Cómo llegaron estos alumnos hasta un certamen en EE.UU.? En febrero pasado, este equipo participó en un concurso del Instituto Nacional Ecuatoriano del Cemento y el Hormigón en el campus de la Universidad Central, en Quito. Allí, con el mismo proyecto, obtuvieron el primer lugar a escala nacional, lo que les dio el cupo para asistir a ese evento en Minnesota.

    Durante un mes, los jóvenes dedicaron cuatro horas al día para mejorar el proyecto, que ya habían expuesto en Quito, y presentar un proyecto de altos estándares en EE.UU.

    Para Santiago Vélez fue un reto, porque los 10 aprendieron a coordinarse y pensar como equipo. Por ejemplo, se instruyeron en cómo conseguir auspicios, para financiar el boleto aéreo de los integrantes del equipo hacia EE.UU.

    Para el catedrático de Métodos Numéricos de la Universidad de Cuenca, Fernando Zalamea, este es un logro porque los estudiantes dejaron en alto el nombre del país. Además, su proyecto revoluciona el sector de la construcción, que aún depende del acero. «Estos jóvenes usaron la fibra de vidrio y demostraron que es una alternativa resistente para edificar estructuras».

    Universidades como la de Utah, Minnesota, Houston, Florida, New Jersey Institute of Technology, participaron en este concurso. Para Iván Cañizares, catedrático de Materiales de Construcción de la Universidad de Cuenca, este triunfo demuestra que desde el aula se impulsa la innovación en este sector, que experimenta cambios, para mejorar las estructuras de viviendas y edificios.

    Los jóvenes coincidieron en que quieren trabajar en innovaciones estructurales para mejorar las edificaciones en el país y exportar ese conocimiento.