Etiqueta: diseño

  • Lo urbano y lo elegante se combinan en su calzado

    Redacción Guayaquil

    Quince modelos de zapatos de diferentes colores y texturas forman parte de la primera colección de la línea de calzado AnyWho Shoe Design. La combinación entre lo urbano y elegante da estilo a las creaciones de Priscilla Chang.

    La guayaquileña es licenciada en Publicidad y Comunicación; luego de terminar su carrera viajó a Argentina en busca de algún curso de capacitación en moda. Al regresar a Ecuador decidió lanzar su propia marca de zapatos.

    En el 2011, Chang ingresó al centro integral de capacitación creativa en moda, diseño, fotografía y decoración El Espacio Buenos Aires. “En un principio no era lo que quería, luego descubrí mi pasión por diseñar zapatos”, cuenta la emprendedora. El curso intensivo tuvo una duración de cinco meses.

    En julio de ese mismo año, ya en Ecuador, invirtió USD 9 000, que obtuvo de un préstamo de su padre, para iniciar con su negocio; así nació AnyWho.

    Al llegar al país le costó mucho esfuerzo encontrar a proveedores de cuero, de horma y de tacos. Los materiales con los que diseñaría los halló en una feria en Quito. El cuero que utiliza para diseñar sus zapatos son 50% de origen nacional (Ambato), el resto es importado de Argentina y Colombia.

    En un taller, ubicado en la ciudadela Entre Ríos, en la vía a Samborondón, sus diseños toman forma.

    Chang, junto a dos maestros del calzado, da vida a las piezas. Fabricar un modelo toma hasta dos semanas, explica la emprendedora. El precio de los zapatos oscila entre los USD 75 y 110.

    En su primera colección se destacan los calzados de tacón de 7 centímetros de alto, aunque la colección también incluye zapatos cerrados y bajos. En abril tiene previsto lanzar una segunda colección, la cual incluirá zapatos tipo suecos.

    Desde el lanzamiento oficial de su marca y apertura del showroom, hace unas tres semanas, la iniciativa facturó USD 2 500. Sus clientes son mujeres entre los 20 y 45 años.

    Una de ellas es Estefanía Aspiazu, quien adquirió dos pares el día del lanzamiento de AnyWho Shoe Design. “Lo que más me atrajo es que son diseños únicos elaborados con materiales de calidad”, cuenta esta clienta.

    Una opinión similar la tiene Fátima Ordóñez, otra consumidora que gusta de esta nueva marca de zapatos. Ella señala que fue al showroom por acompañar a una amiga, pero los productos que allí se mostraban llamaron su atención y decidió comprar ella también. “Lo mejor es la comodidad de los zapatos. Eso es lo que más me atrae”.

    Sobre el negocio

    • La promoción.   Lo hace principalmente a través redes sociales como Facebook e Instagram.
    • Los modelos. Elabora unos 35 pares por cada modelo. Tiene previsto lanzar su nueva colección en abril.
  • Un agresivo plan de renovación de marcas

    El Tiempo de Colombia. Grupo De Diarios América (GDA)

    Aunque hasta hace tiempo era poco común que una compañía cambiara su imagen (se consideraba un modo de arriesgar el valor adquirido con los años), hoy es normal que invierta millonarias sumas en estrategias que parten desde un ‘refresh’ de su logo, hasta cambios en su ‘look’ y valores.

    En lo corrido del año pasado, al menos 25 compañías dijeron sí a la novedad y otras anunciaron su intención de hacerlo en el transcurso del 2013.

    Entre las firmas que han anunciado cambios en su imagen y presentación para este año están Carulla, Prodesa, Pollos Vencedor, Aeropuerto El Dorado, Bosi, Ésika, América de Cali, Coldeportes y Repostería Deli, entre otras.

    Estas, sin contar con la marca Colombia que, sin ser una renovación propiamente dicha, mandó a “Colombia es pasión” a ser un caso del pasado.

    Según explicó José Luis Arroyave, consultor de marcas -quien ha trabajado en las compañías más prestigiosas del mundo en este aspecto-, las renovaciones y los cambios de imagen impulsan fuertemente a la industria publicitaria nacional. Además, explica que solo el diseño de una nueva marca puede oscilar entre los 300 millones y 500 millones de pesos (entre USD 170 000 y 283 000), sin contar la etapa de investigación previa a su desarrollo (la más importante) ni los “costos visibles”. En este caso se incluyen el cambio en los avisos que tienen las empresas, las campañas para posicionar el nuevo nombre o imagen, la reimpresión del papel membretado y el merchandising.

    Lo anterior, sin contar que cada trabajo requiere entre 6 y 12 meses de actividad previa y hasta 2 años de seguimiento, para consolidar el nuevo posicionamiento de la marca.

    Siguiendo la tendencia, el 2013 no estaría completo sin el anuncio de nuevas compañías que se suman a la ola de renovaciones. Bien sea por temas de adquisición, reenfoque de negocio o evolución, diversas empresas han mostrado su voluntad de cambiar en el 2013.

    Es el caso de Correval, Carrefour (será Jumbo por la adquisición de la chilena Cencosud), Helm y Santander (que se volverán Corpbanca). Además, las autoridades han anunciado el cambio de la marca Cartagena, para alinearla con la marca Colombia y usar también la geometría creativa.

    Estas, sin contar los procesos que empezaron este año y se extenderán a los siguientes, como el de Terpel y Avianca (que desaparecerá a Avianca Taca).

    “Gracias al buen momento económico que vive el país, los cambios serán cada vez más comunes y frecuentes (en las empresas que operan en el país)”, predijo Andrés Mazuera, presidente de DDB Colombia.

  • La comodidad del bebé está en sus manos

    Redacción Quito

    Stephanía Correa y Alfredo Luna tienen dos hijos: el menor se llama Sergio y tiene 2 años. La ‘mayor’ es Baby Lula, tiene tres años y se trata de un emprendimiento.

    La pareja tenía la idea de un negocio propio y la intención se concretó en el 2009: ese año nació esta microempresa que diseña y fabrica cunas para bebés. También elabora cómodas y moisés para niños, bajo pedido.

    El emprendimiento nació en Cumbayá, en el nororiente de Quito. Para su ‘concepción’ la pareja destinó USD 5 000. Ese dinero provino de ahorros y sirvió para montar el local. “Si en tres meses no se mueve se cierra y luego veo qué hago”, pensó Correa.

    Sin embargo, el proyecto tuvo demanda desde el principio. Ahora, las mismas personas que compraron las cunas hace tres años, piden asesoría en la decoración del cuarto de sus hijos que ya crecieron.

    Tres carpinteros dieron forma a sus ‘sueños’. Hoy 45 personas trabajan en una fábrica en Calderón, en el norte de Quito. En Baby Lula se elaboran 50 cunas al mes.

    Stephanía, quién trabajó años atrás en Miami, (EE.UU.) en una tienda de artículos para bebés, aprendió lo relacionado al material con el que deben construirse los muebles que albergarán a los niños: madera, laca, medidas, etc. “Es necesario pensar en las medidas exactas en las que deben colocarse los barrotes de las cunas para que los brazos, manos o pies de los niños no queden atrapados”, enfatizó Stephanía.

    Su gusto por el diseño llevó a esta administradora de empresas a especializarse en cursos relacionados con el diseño y ahora dibuja los cuartos de los bebés y los muebles en 3D.

    De esta manera, los clientes observan cómo quedará el dormitorio de sus niños antes de ser construido.

    Victoria Eastman, clienta de Baby Lula, resalta la facilidad que tiene el matrimonio, que lleva adelante este emprendimiento, de adaptarse a los diseños que solicitan sus usuarios. “Baby Lula se acopló a mis requerimientos, me construyeron la cuna y el cambiador del cuarto del bebé. Llevo más de un año con los muebles y no he tenido problema”. Ella resalta la calidad de los materiales con los que se construyeron los muebles y afirma que ese es el valor agregado, aparte de la atención.

    Luna comenta que por la calidad con la que están construidas sus cunas tiene permiso de exportación a EE.UU. y Europa, sin embargo, por ahora la firma se quedará en el mercado local. Aunque ya tiene pedidos para clientes de Guayaquil, Ambato, Cuenca su aspiración es montar otro ‘showroom’ en Quito y en este mismo año la pareja pretende abrir un local en la Sierra centro.

  • Pizza Hut le apuesta ahora a la velocidad

    Redacción Líderes

    En el 2009, Pizza Hut comenzó a mentalizar un cambio completo de imagen para refrescar su logotipo, imagen y arquitectura. Este cambio comenzó a gestarse en Asia, donde los directivos de la cadena iniciaron un sondeo a través de sus diferentes franquicias, para potenciar sus cuatro canales de venta con un estilo vanguardista.

    Los cambios comenzaron ese mismo año. Se utilizó arquitectura minimalista para los restaurantes y se optó por colores como el beige. También se decoraron las paredes con figuras de llamas amarillas.

    En esa línea, en julio del 2011 se quiso potenciar los otros dos canales de servicio: para llevar y a domicilio, bajo el eslogan ‘Caliente y a tiempo siempre’. ‘El gusto de estar juntos’ es el nuevo eslogan de la cadena en reemplazo de ‘Siempre algo nuevo. Siempre Pizza Hut’.

    “El mensaje es que Pizza Hut sea parte de todos los momentos que viven los seres queridos, la familia, la pareja. etc.”, cuenta María Belén Albuja, gerenta de Marketing de Pizza Hut Ecuador.

    En cuanto al diseño del logotipo, cada uno de los cuatro canales posee uno con un distintivo especial. La tipografía, la imagen del techo rojo y los colores no cambiaron, pero se añadieron “llamas” en la parte inferior del logo, como sinónimo de velocidad en la entrega.

    También se agregó la imagen del ‘Running man’, un hombre asiático con capucha roja y gafas que simula estar corriendo a gran velocidad para entregar una pizza. Los locales van cambiando poco a poco en Ecuador, solo 11 de 31 en el país cuentan ya con la nueva imagen y está previsto que la transición finalice en diciembre del 2013. Cuenta la Gerenta de Marketing que para la adecuación de los locales se destinó un presupuesto de USD 120 000 por cada uno.

    Para Ximena Ferro, experta en Publicidad y Marketing, optar por la velocidad como un tema de imagen fue un paso positivo. “El consumidor cada vez dispone de menos tiempo, si se quedaban enfrascados en el tema ‘restaurantes’ se podían quedar estancados”.

    La experta explica que toda renovación de imagen debe tener una razón de ser y mostrar un elemento que lo diferencie de los demás. En ese sentido, considera necesarios no solo los cambios en la arquitectura de esta cadena sino también en las prácticas laborales.

    Asimismo, señala que la nueva presentación de una firma debe ir acompañada de un proceso de capacitación al equipo de colaboradores, para que todos asimilen el concepto que se quiere transmitir.

  • En un taller de Ibarra se crean monstruos de arroz y plumón

    Redacción Quito

    Los ‘monstruos’ viven en la habitación de la pequeña Thaís desde su segundo cumpleaños pero ella no les tiene miedo; al contrario, la pequeña juega y se divierte con estas figuras que confecciona su madre.

    Sasha Carrión diseña y fabrica los muñecos con los que juega Thaís. Comenzó a elaborarlos en el 2000, recuerda Carrión, y su familia le sugirió vender los muñecos y a mediados de ese año fundó la microempresa Psyko Toys.

    En esta iniciativa se ofertan muñecos fabricados con peluche, rellenos de plumón y arroz, que dan vida a los graciosos monstruos que diseña Carrión. Cada muñeco es original pues no se elabora dos veces un mismo diseño. Los costos varían según el tamaño y se puede encontrar peluches desde los USD 10, hasta los USD 60.

    Esta diseñadora de modas inició su micro con una inversión de apenas USD 50, que utilizó en la compra de materia prima. Sus primeros clientes fueron sus amigos y familiares más cercanos, hasta que en septiembre del 2010 fue aceptada en la Feria de Diseño Independiente que cada año organiza el Centro Cultural Aguijón, en Quito.

    Para su primera feria, Carrión invirtió USD 300 y, además de los peluches, confeccionó llaveros con diseños similares. “Vendí los llaveros a USD 3 y 5. Solo fue un día de feria y vendí USD 600”.

    Esa feria fue decisiva para Psyko Toys que en diciembre del 2010 amplió su línea de producción a camisetas, cuadros y baúles, todos con diseños exclusivos y creados en el taller de Carrión, actualmente ubicado en Ibarra.

    El primer año los ingresos de esta microempresa no superaron los USD 1 000, pero en el 2011, Psyko Toys participó en cuatro ferias, una de ellas en El Aguijón y otra en la Vitrina de Diseño, en Cumbayá… Ese año también comenzó a ofertar sus productos a través de las redes sociales, por lo que cerró el año con ingresos cercanos a los USD 2 500. El año pasado las ventas crecieron a 5 000.

    Carrión fabrica un promedio de 50 a 70 peluches, para cada feria. Cada muñeco requiere de dos días de trabajo: uno para el diseño y otro para la elaboración. Para Carla Rosales, los peluches de esta micro son el regalo ideal no solo para niños, sino también para adolescentes y adultos. “Tengo 31 años y estos muñecos me encantan, son el juguete perfecto para los más grandecitos”.

    Ana Dueñas es una de cliente frecuente. “La Navidad pasada compré tres muñecos para regalar a mis sobrinas, que tienen 17 y 19 años. No me gustan los regalos tradicionales ni el clásico peluche, por eso me gustan estos monstruos”.

    Dos datos más

    El mercado.  La mayoría de clientes son personas de 25 años en adelante.

    La vitrina.   Ferias del Centro Cultural Aguijón, el Centro de Arte Contemporáneo y la Cafetina del Ocho y Medio, que se cumplen en Quito.

  • La producción de juguetes aún es marginal

    Redacción Quito y Guayaquil

    En el centro de Tumbaco, al oriente de Quito, cuatro personas trabajan en Cronopio. Este taller se dedica principalmente al diseño y fabricación de rompecabezas y juegos de arrastre; es decir, juegos conformados por varias piezas.

    La actividad en este negocio se cumple durante todo el año, pero se incrementa en la temporada navideña. Álvaro Cuenca, representante de Cronopio, cuenta que la demanda de juguetes se triplica a lo largo del último mes.

    El valor agregado de Cronopio es que cada pieza es hecha a mano. De esta manera, explica Cuenca, se rescata una tradición, además se ofrece al consumidor productos biodegradables. “Es una suerte de guerra al plástico”. La madera la obtiene Cronopio en aserraderos de Tumbaco y de Quito.

    Este negocio es parte de las medianas y pequeñas empresas, y microempresas que se dedican a la fabricación de juguetes. En el 2010 se contabilizaron en Ecuador cerca de 90 establecimientos dedicados a la fabricación de juegos y juguetes; estos tuvieron ingresos cercanos a los USD 3 millones y generaron empleo para alrededor de 270 personas. Así lo indican los datos del Censo Económico del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Además, esta actividad se concentró en seis provincias: Azuay, Guayas, Pichincha, Tungurahua, Loja e Imbabura.

    La actividad de las pequeñas y medianas empresas y los ingresos que generan resulta marginal al comparar con las cifras de importaciones. El sitio Trademap.org señala que en el 2011, las importaciones de juguetes fueron por USD 77,9 millones. De esa cifra, cerca del 90% correspondió a juguetes hechos en China.

    Los juguetes importados para las ventas de diciembre se seleccionan desde enero y en abril inician los pedidos. En ello coinciden los importadores consultados.

    Eduardo Azar, de Almacenes Eduardo Azar de Guayaquil, por ejemplo, señala que viaja a China cada año a fábricas de juguetes en Shandong. Asegura que allí analiza la oferta y escoge los modelos que se venderán en su negocio, principalmente, durante el último mes del año.

    Benjamín Chávez, ex director de la Capeipi y consultor en Desarrollo de Pymes, explica que la demanda de juguetes en el país se expandirá este año en un 35%. Tanto las importaciones como la producción nacional crecerán. “La producción local aumentará un 15% frente al 2011”.

    Este analista añade que la demanda nacional de juguetes se abastece en un 64% con importaciones de productos chinos, un 21% corresponde a productos de otros países y un 15%, con producción local.

    El principal problema que tiene el juguete nacional es competir con el precio, advierte Chávez. “Mientras los productos chinos se importan desde USD 3, un producto nacional se vende a distribuidores a USD 6 a 7, en promedio”.

    Aún así, este analista, considera que el producto nacional está siendo cada vez más valorado por el consumidor ecuatoriano

    Más noticias relacionadas a este Informe:

  • Su creatividad se traslada a la pastelería

    Redacción Quito

    Los héroes de las series de televisión o los personajes infantiles son algunas de las imágenes que la firma Panificadora Superior muestra en sus creaciones pasteleras, desde hace 17 años.

    Este negocio, ubicado en el Centro Histórico y constituido en agosto de 1996, comenzó como una pequeña panadería en San Rafael (suroriente de Quito). Su propietaria, Elena Galárraga, cuenta que en la actualidad el negocio ha crecido y hoy brinda servicios de cafetería, pastelería, panadería y ‘catering’.

    Entre las instituciones a las que brinda sus productos y servicios están el Ministerio de Salud, el Municipio de Quito, la Fundación VIHDA, entre otras. “Trabajamos con un público exigente y por esa razón nuestro personal está en constante capacitación”, dice Galárraga.

    El servicio más popular que ofrece es el de pastelería decorativa. Desde tasas comestibles hasta camas con almohadas y sábanas de dulce, cualquier diseño no es un reto para la empresa.

    Fernando Fuentes, cliente de Panificadora Superior, cuenta que solicitaron un pastel de Alicia en el País de la Maravillas para la fiesta de 15 años de su hermana. “Ellos se encargaron de la movilización y realizaron desde el árbol de dulce hasta las tarjetas comestibles que iban integradas en el pastel. Incluso los personajes eran de dulce. Fue un éxito”.

    El proceso de elaboración de un pastel decorativo dura entre 10 y 15 días. Para iniciar el diseño se debe determinar el tono, la masa, el modelo y el número de personas. Algunos de los pasteles deben llevar aditamentos estructurales adicionales. “Por ejemplo, para pasteles a desnivel, se arma desde la base para que el diseño quede perfecto y se elabora una estructura interna para que sostenga al pastel”, explica Galárraga.

    El costo de estos pasteles varía entre USD 300 y 500, para unas 200 personas. Esto dependerá de la complejidad del diseño y si se integran diseños mecánicos. “En algunos pasteles incluso integramos cascadas mecánicas y escaleras para mejorar el diseño”. El precio promedio de los pasteles convencionales es de USD 1,50 el pedazo. “Nuestra meta es atender a todos los mercados”.

    El servicio de cafetería es otro valor agregado que ofrece la Panificadora. En el local del Centro Histórico, los dueños y sus 10 empleados tienen conocimientos básicos de idiomas como el francés, inglés, italiano, holandés y alemán, como un recurso para brindar un mejor servicio a los extranjeros. “Nuestros clientes en el Centro Histórico salen tan a gusto que incluso se llevan nuestros productos al extranjero”, dice Galárraga.

  • La competencia crece en el área de lencería

    Redacción Quito

    Comodidad, diseño, elegancia, sensualidad y precio. En esas cinco características se fijan las mujeres a la hora de comprar lencería o ropa interior.

    Eso lo sostienen mujeres consultadas, así como representantes de marcas de lencería, cadenas comerciales y locales que ofertan este producto a escala nacional. “Es un producto delicado, por llamarlo de alguna manera”, sostiene Fernanda Riera, una joven profesional de 29 años. “Lo más importante -añade- es que la prenda me guste y me haga sentir cómoda. Luego me fijo en el precio”.

    Al recorrer tiendas de lencería se observa que la promoción del producto es clave. En estos espacios sobresalen maniquíes y fotografías de modelos luciendo brasieres y panties. En cadenas como De Prati o Megamaxi se observa una decoración similar; además, la sección de ropa interior de mujer ocupa cada vez más metros cuadrados de espacio.

    Pamela Giménez, representante de la división ropa interior damas de Almacenes De Prati, comenta que la cliente de la cadena es una mujer generalmente entre 20 y 35 años, de estrato económico medio. “Es una consumidora que busca más comodidad que moda, aunque ya está empezando a probar más opciones en cuanto a colores y siluetas”.

    Esta cadena oferta marcas en su mayoría importadas (Laura, St. Even, Pettacci, Options, Ángel, Coqueta y Brick). La única marca nacional que ofrece es Salomé.

    En Corporación Favorita (Megamaxi), la compradora de lencería se divide en dos grupos: uno es el de las mujeres que buscan moda y que se dejan guiar fácilmente por las tendencias. En el segundo grupo se encuentran mujeres conservadoras que buscan comodidad y control de su cuerpo. En Megamaxi, el 60% de los proveedores son nacionales y el 40% son extranjeros. “En los últimos dos años los nacionales han tomado mayor protagonismo, no solo en ropa interior, sino en la categoría ropa en general”, sostiene una fuente consultada de Corporación Favorita.

    Este cambio obedece a que la industria nacional ofrece cada vez mayor calidad en estas prendas. Así lo sostiene Diego Alfaro, gerente de la empresa Lenfisa, que confecciona lencería que exporta a Costa Rica desde noviembre del 2012. Riera, como consumidora, confirma lo dicho: “no me fijo en que si la prenda es ecuatoriana o importada, sino en el diseño y los materiales”.

    Alfaro añade que en lencería el cliente todavía prefiere el producto colombiano, pero en calidad estamos igual. “Lo que pasa es que el consumidor aún tiene la percepción que lo de afuera es mejor”.

    Un dato más: en el mercado se encuentran cerca de 15 marcas reconocidas, entre nacionales y extranjeras.

    La marca colombiana Bésame es una de las protagonistas de este segmento. Está en el país desde hace un año y medio y ha tenido una respuesta favorable. Adriana Galárraga, directora de mercadeo, cuenta que una de sus fortalezas es renovar los diseños cada cuatro o cinco meses. “Nuestras clientes en Ecuador son mujeres con edades entre 18 y 40 años, de estratos medio y alto”.

    Galárraga cuenta que la marca, con 25 años a escala internacional, entró a competir en Ecuador con precios cómodos y productos de calidad. “En el primer año de operaciones en el Ecuador las ventas crecieron un 30%”.

    Algunos datos de la comercialización

    En Corporación Favorita.  El año pasado, las ventas de proveedores nacionales creció un 10,12% frente al 2011. Entre las marcas importadas el crecimiento anual fue de 28,28%.

    Los precios.  En el mercado ecuatoriano se encuentran brasier desde USD 22 y panties desde 11, en lo que son marcas importadas. También se encuentran conjuntos que oscilan entre USD 50 y 80.

    Las temporadas altas.   El Día de la Madre, el Día del Amor y la Amistad y la Navidad son las temporadas en las cuales la demanda de lencería aumenta.

    El origen del producto.   En el mercado ecuatoriano se encuentran principalmente prendas colombianas. También hay las confeccionadas en Perú, España, China… Estas compiten con las marcas ecuatorianas.

    Ventas en línea.  Tiendas como Amorame, ubicada en el norte de Quito, ofrecen catálogos en línea, en el que se incluyen los precios. Además, se encargan del envío de la mercadería al domicilio del cliente.

  • Los trabajos de arte, diseño y producción, en ‘la rueda’

    Redacción Guayaquil

    Los cortos, documentales, piezas y spots publicitarios, logotipos y demás proyectos relacionados con el diseño, arte y producción realizados por estudiantes de la Escuela de Diseño y Comunicación Visual (Edcom) de la Escuela Superior Politécnica del Litoral, se expondrán en un evento denominado La Rueda.

    La exposición, que iniciará el 16 de octubre y se extenderá hasta el 1 de noviembre, muestra una selección de los mejores trabajos de los alumnos de la unidad. La cita será en el campus Gustavo Galindo de la Espol, en el sector de Prosperina (noroeste de Guayaquil).

    Los estudiantes de las carreras de Licenciatura en Comunicación Social, Diseño Gráfico y Publicitario, Diseño Web y Multimedia y Producción Audiovisual participarán con los proyectos que realizaron en el último semestre. Especialmente, en las asignaturas relacionadas con la fotografía, producción, edición, serigrafía y animación.

    La Rueda busca dar a conocer al público el nivel académico de los estudiantes de la Edcom, además de integrar y motivar a los estudiantes.

    Para este año, se tiene previsto la exposición de obras artísticas, cortos y documentales. Los proyectos propuestos pasan por una preselección, con el objetivo de escoger los mejores trabajos.

  • Sansaru exhibe y vende los productos de 10 diseñadores

    Redacción Guayaquil

    Sansaru nació con un objetivo: incentivar el consumo del diseño ecuatoriano. En Guayaquil, las amigas Jennifer Rubinstein y Fernanda Torres se asociaron para crear este estudio de diseño independiente. Ofertan portavasos, cuadros, portavelas, jarros, collares, carteras, blusas, shorts y más, de distintos creadores y marcas locales, como Retromagneto, Dominga, Goté, Guayaba Inc., entre otros.

    La idea la tuvieron a inicios del año pasado, pero se concretó en diciembre. En ese mes, Sansaru hizo su primera aparición en el mercado mediante su participación en El Mercadito, desarrollado en el Parque Histórico de Guayaquil.

    La feria sirvió como un espacio para analizar a los consumidores y conocer la acogida de los productos. «Determinamos que las personas buscan, además de la originalidad, una buena relación entre precio y calidad», dice Torres.

    Por otro lado, los resultados de las ventas fueron positivos. Así, Torres y Rubinstein decidieron montar un local, para el cual invirtieron casi USD 5 000, de ahorros personales.

    Finalmente, a principios de este mes, el sitio (de 21m²), ubicado en el Samborondón Business Center, abrió sus puertas mediante un showroom. En ese evento, las ventas ascendieron a unos USD 1 000 por la comercialización de aproximadamente 100 ítems.

    Basadas en esto, las socias proyectan vender unas 300 unidades mensuales de los diferentes productos. Los más vendidos son los portavasos, jarros y magnetos, con diseños pop, vintage y retro, de la microempresa Retromagneto.

    Belén Durán es la propietaria de esta marca quiteña. Ella comenta que conoció a Torres en un bazar de diseñadores en Cumbayá y le comentó sobre la propuesta de Sansaru. «Me pareció una idea interesante para llegar a Guayaquil. Es la primera tienda en la que estoy vendiendo fuera de las ferias y del showroom de la marca».

    Otra marca que se comercializa en este estudio es Laloilé, que oferta ropa y accesorios elaborados por las guayaquileñas Helen Correa y Mónica Martinich. Correa cuenta que Torres las contactó hace dos meses, cuando Laloilé recién se lanzaba al mercado.

    Les propuso vender sus productos en Sansaru. «Nos pareció una buena iniciativa, sobre todo para darnos a conocer ya que nuestra marca recién empieza».

    El sistema de venta funciona mediante consignación. Las marcas entregan a Sansaru una cantidad determinada, y si los productos no se comercializan, son devueltos. Por la exhibición y comercialización, Sansaru gana un porcentaje pautado previamente con el diseñador.

    El negocio

    La promoción. Se realiza principalmente mediante redes sociales. Están presentes en Facebook, Twitter (@sansaruEC) e Instagram.

    El target. Es multitarget, desde jóvenes hasta adultos que gusten del diseño.