Etiqueta: emprendedores

  • Tres de cada diez ecuatorianos adultos son emprendedores

    Maria Angelina Castillo

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    Ecuador se mantiene con la tasa de actividad emprendedora (TEA) más alta de América Latina. Además tres de cada diez ecuatorianos adultos son emprendedores. De estos un 52,1% son mujeres y un 47,9% son hombres. Así lo señala el estudio Global Entrepreneurship Monitor GEM 2017, presentado hoy, martes 7 de agosto del 2018, en Guayaquil.

    El estudio indica que en el 2017 la TEA de Ecuador fue de 29,6%, siendo la más alta de la Región por sexto año consecutivo. Según el estudio, elaborado por la Espae Graduate School of Management, en el 2017, alrededor de tres millones de adultos empezaron el proceso de puesta en marcha de un negocio (emprendimiento naciente) o poseían uno con menos de 42 meses de antigüedad (emprendimiento nuevo), lo que representa el 29,6% de la población entre 18 y 64 años, siendo ésta la TEA más alta de la región por sexto año consecutivo, seguido por Perú y Chile, pese a que ha decrecido gradualmente hasta 6 puntos porcentuales desde el 2013.

    Para Virginia Lasio, directora del GEM en Ecuador, no basta una TEA alta. La clave, según esta investigadora es mejorar las condiciones para el emprendimiento.

    En una evaluación sobre el contexto social, los responsables del estudio señalan que si bien ha habido avances con relación al 2016, aún persisten trabas. Entre ellas, se encuentran el acceso a financiamiento y créditos bancarios, así como el exceso de tramitología, añadió Lasio.

    Con relación al perfil del emprendedor en Ecuador, este tiene en promedio 36 años, posee un negocio orientado al ámbito del comercio y 48,8% proviene de hogares con un ingreso mensual entre USD 375 y 750.

    Al final del evento, se realizó un panel sobre el emprendimiento senior (personas de la tercera edad) en el que participaron Mara Espinosa, gerente de personal del Banco del Pacífico; Juan Carlos Díaz-Granados, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Guayaquil; Claudia Vásquez, gerente de selección de Deloitte Ecuador; y Jorge Farah, emprendedor senior, creador del negocio Conservas Gourmet.

    Entre las conclusiones destacadas, se encuentra la necesidad de capacitación de los emprendedores para lograr establecer un negocio sostenible en el tiempo; así como enfrentar barreras como las dificultades para la promoción del emprendimiento.

    La investigación se realizó sobre encuestas a 2 060 personas en edad adulta y 37 expertos nacionales.

    Virgina Lassio, directora del GEM en Ecuador, detalló los resultados del estudio. Foto: Cortesía
    Virgina Lassio, directora del GEM en Ecuador, detalló los resultados del estudio. Foto: Cortesía
  • Un ‘vino blanco’ que nace en el panal de las abejas

    José Luis Rosales (i)
    redacción@revistalideres.ec

    Alvarium, un ‘vino blanco dulce’, es el primer producto que saca al mercado la firma Agroindustrias R&M.

    La planta artesanal, ubicada en la parroquia de San Antonio de Ibarra (Imbabura), fabrica desde hace dos años la bebida que es elaborada con miel de abeja.

    Este néctar, con aroma de eucalipto, reemplazó a la uva, como materia prima, debido a que este fruto tiene una modesta producción en la Sierra norte.

    José Luis Rivadeneira se interesó por el novedoso licor desde la aulas universitarias. Así recuerda, el gerente de producción y creador de Agroindustrias R&M.

    Incluso, se graduó de ingeniero en esta rama con una tesis sobre el proceso de clarificación de este singular vino.

    El nombre Alvarium, que significa colmena en latín, es un reconocimiento a estos insectos que producen este almíbar viscoso, a partir del dulce de las flores.

    Para determinar la melaza ideal se hizo pruebas con miel de rosas, de aguacate y eucalipto. Las tres muestras fueron degustadas por 60 personas. Rivadeneira señala que la última mixtura es la que más agradó a los catadores.

    Sin bien la elaboración es similar al licor de uva, Alvarium tiene como ingredientes agua purificada, miel de abeja y levaduras. Las últimas son traídas de Francia.

    El proceso inicia con la fusión de los tres elementos anteriores. A este compuesto se le agrega el mosto. Luego, la mezcla se fermenta en un tanque de acero inoxidable, por un mes.

    Con un clarificante natural se retiran los residuos de levaduras y se filtra. El proceso finaliza con la colocación de la etiqueta, en español e inglés, el capuchón y sello fiscal. Cada trimestre produce unas 1 200 botellas, de 750 mililitros. El precio de venta al público es de USD 9.

    Para equipar la planta, el emprendedor invirtió USD 10 000. Los recursos provinieron de un crédito bancario. Eso le permitió adquirir dos tanques de acero inoxidable, de 1 000 litros, cada uno, un clarificador de placas, llenadores de vino y encorchadora.

    Además, costear los trámites de los permisos sanitarios y fiscales y los insumos para la fabricación.

    Las botellas, capuchones, corchos y levaduras vienen de afuera. El proceso de importación está a cargo de Nubia Morales, profesional en comercio exterior y esposa del emprendedor.

    La miel, en cambio, proviene de una colmena de Vicente Vásquez, apicultor oriundo de la vecina parroquia de Natabuela. Vende entre 400 y 500 litros, cada trimestre.

    Es un vino diferente, resalta en su eslogan. Por eso, para posicionarse en el mercado han apelado a hosterías y restaurantes de primera categoría de Imbabura.

    El producto es apreciado, especialmente, por viajeros extranjeros. Se usa como aperitivo. Aunque también es un compañero ideal de las carnes blancas. Se recomienda consumirlo frío.

    Al momento cuenta con dos puntos de distribución en Ibarra y Quito. La próxima meta es llegar a Guayaquil y Cuenca.

    Alvarium está considerado como uno de los 17 mejores emprendimientos de la capital imbabureña, por la Dirección de Desarrollo Económico Local del Municipio de Ibarra. Esta entidad apoya con ruedas de negocios y ferias las ideas creativas, explica Alexandra Bedón, técnica de la entidad.

    Incluso, ahora les promocionan a través de la página web www.emprendedora.ibarra.gob.ec

    José Luis Rivadeneira,  gerente de producción de Agroindustrias R&M, ahora tiene un nuevo proyecto: elaborar vino espumante. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
    José Luis Rivadeneira, gerente de producción de Agroindustrias R&M, ahora tiene un nuevo proyecto: elaborar vino espumante. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
  • En su taller nacen alianzas vinculadas al mundo de la moda

    REDACCIÓN GUAYAQUIL  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Alexa Vargas ha estado ligada al mundo de la confección desde pequeña. Su abuelo, Luis Enrique Zhune, de 80 años, fue uno de los pioneros en la venta de jeans en Guayaquil.

    En principio, fueron la comunicación social y la danza las careras que le atrajeron. Por una situación casi fortuita comenzó a desenvolverse en la empresa familiar.

    Luego de pasar nueve años como relacionadora pública, trabajando en eventos de moda y diseño como Ecuador Fashion Week, su hermano la llamó para colaborar en el negocio de ropa por catálogo que había creado.

    Comenzó en el área de administración, hasta que en 2016 vio la oportunidad de tener su propio taller. Ahora exhibe, orgullosa, su marca Salsa by Ker’s.

    “Para mí fue común desde pequeña estar rodeada de telas, botones, máquinas. Me tocaba cortar hilachas, empacar. Era un negocio pequeño que iba creciendo”, recuerda Vargas. Luego, cuando decidió dedicarse a ello, vio también la oportunidad de ayudar a sus progenitores.

    El estilo de la marca sigue una línea urbana. Vargas busca crear diseños casuales y dinámicos para la mujer ecuatoriana de hoy.

    Ella lanza una colección cada 40 días, pues le toma cerca de un mes confeccionar todas las piezas. Asegura que se enfoca más en la variedad de diseños que en el número de unidades, pues le interesa que las mujeres luzcan prendas exclusivas.

    Antes de iniciar profesionalmente en el mundo de la moda, quiso estudiar el negocio. Así que ingresó al Instituto Superior de Moda Chio Lecca Fashion School.

    “Era lo que necesitaba. Con estos conocimientos pude tomar decisiones”, dice.

    La más reciente colección la tituló ‘Al ritmo de tu vida’ y la presentó en el Miss World Ecuador, que se realizó el pasado 20 de junio.

    Recuerda que no tenía el presupuesto para costear el evento; sin embargo, eso no la amilanó.

    Llamó a emprendedores conocidos en áreas como gastronomía, coctelería, calzado y organización de eventos para formar una alianza. Fue una jugada ganar-ganar.

    “Si quieres iniciar un negocio, no necesariamente tienes que hacerlo solo; puedes buscar la mano de otro que también necesita apoyo y sacar algo adelante”, señala.

    Vargas bautizó ese día como la primera edición de Emprende-Mente, actividad que le gustaría repetir cada año para que funcione como plataforma para emprendedores en la ciudad. “Las oportunidades están ahí para todos, solo que nosotros debemos arriesgarnos para tomarlas”.

    Salsa by Ker’s es, además, una marca que busca ser asequible para la mujer. “Para aquella que necesita vestirse y verse bien en todas las ocasiones y no tiene un presupuesto elevado, yo puedo cubrir esa necesidad, porque como madre tampoco me puedo dar el lujo de gastar un dineral en ropa”, afirma. Por ello, el costo de las piezas oscila entre USD 10 y 30. Se pueden ver en Instagram y Facebook.

    Ana María Luzuriaga es cliente de la marca. Ha adquirido unas cinco piezas, en su mayoría blusas. Lo que más le gusta es la calidad y el acabado. “Si deseas agregar algún detalle a un modelo, te da la facilidad de hacerlo”, cuenta.

    Además, Vargas busca un sentido social. Los retazos los utiliza para crear blusas para niñas, que dona a través de un convenio a la Fundación Reina de Guayaquil.

    El taller de Vargas se ubica en Guayaquil. Lanza colecciones cada 40 días. Foto: Mario Faustos/ LÍDERES
    El taller de Vargas se ubica en Guayaquil. Lanza colecciones cada 40 días. Foto: Mario Faustos/ LÍDERES
  • 140 tipos de plantillas para cada forma de pie

    Redacción Quito

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    Experimentar desde los siete años demoras y ‘molestias’ al momento de adquirir plantillas ortopédicas le motivó a Diego Arias, director de NeoFeet, a buscar una solución más ágil.

    Arias, de 35 años, recuerda que para diagnosticarle unas plantillas le pintaban sus pies. Además, debía esperar durante días para contar con el producto.

    Para cambiar esta realidad, en 2010 este empresario viajó a Guadalajara (México) para vincularse en un proyecto que se estaba desarrollando en el Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas (Ciatec).

    Se trataba de una iniciativa innovadora que permitía ofrecer plantillas personalizadas, en una sola visita del paciente.

    Para tomar las medidas se emplea un escáner especial y un software que evalúa con precisión la forma del pie, el tipo de arco, la pisada. Arias, quien es ingeniero comercial con una especialización en biomecánica y ortopedia, adquirió los equipos, las plantillas y la investigación. Para esto invirtió alrededor de USD 30 000.

    A su regreso abrió su primer centro de evaluación en la Clínica Pichincha, en Quito, en el 2011. Luego, tras la acogida de los productos, ha inaugurado cuatro locales más: en los centros médicos Axxis y Pasteur, así como en el Centro Comercial El Recreo,y el Centro Comercial El Bosque.

    Neo Feet ofrece alrededor de 140 variedades de plantillas, en cuatro densidades: suave, extrasuave, mediana y dura. Además, hay hormas especiales para usarlas con tacones, para deportistas y para personas diabéticas, que requieren un cuidado particular de sus pies. Hay tallas disponibles desde la 26 hasta la 46.

    Estos productos son antibacteriales, antimicrobiales, antideslizantes, no generan humedad, son fáciles de limpiar y tienen un período de vida útil de dos años, dice el dueño del negocio.
    Sin embargo, él recomienda un seguimiento periódico. La evaluación para los pacientes es gratuita.

    Juan Antonio Reyes, corredor de larga distancia, reconoce que tras someterse a una valoración detallada de su pisada en el 2016 le recomendaron unas plantillas Neo Feet que le han ayudado a practicar deporte sin sentir dolor ni tener sudoración.

    El tenista Renán Espinoza siente también confort en sus pies tras adaptar unas plantillas de Neo Feet en su calzado, hace tres meses. “Me está yendo súper bien ya no siento dolor en el talón”:

    La entrega del producto se hace en 30 minutos, la valoración es presencial y se genera un archivo digital del diagnóstico para hacer un seguimiento del progreso del tratamiento de cada paciente.

    El costo de las plantillas oscila entre USD 45 y 49. Si la persona requiere alguna adaptación extra también se realiza.

    La atención se realiza de lunes a domingo, según el establecimiento. En promedio, se hacen 70 diagnósticos al mes. La facturación anual de este negocio es de alrededor de USD 60 000.Por la acogida de esta iniciativa, ahora Arias ha desarrollado un modelo de franquicia.

    Para esto los franquiciados requerirían un espacio de dos metros cuadrados que se pueden complementar en centros de ortopedia, de fisioterapia, podología y negocios similares.

    La selección de las plantillas se realiza empleando un escáner y un software especial. El proceso toma alrededor de 30 minutos.  Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    La selección de las plantillas se realiza empleando un escáner y un software especial. El proceso toma alrededor de 30 minutos. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • La moringa impulsó este negocio familiar

    Cristina Marquez

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    La moringa es una opción saludable para reducir la presión arterial, bajar de peso, incrementar el volumen de la leche materna, reducir la glucosa en sangre, entre otros beneficios, según los últimos estudios realizados por universidades y laboratorios en todo el mundo. La popularidad de esta planta motivó a la familia Ponce a invertir en un emprendimiento.

    Ellos siembran y procesan la planta, para luego comercializarla en todo el país. Disponen de siete puntos de distribución y también realizan envíos directos.

    La empresa, que se fundó en marzo del 2016, lleva el nombre de una leyenda indígena que habla sobre los beneficios de las plantas y el conocimiento de la naturaleza. Se llama Aywa y ofrece la hoja de la planta, deshidratada, en dos presentaciones.

    En polvo, ideal para adicionar a las comidas, jugos y batidos. “El sabor es casi imperceptible, pero los efectos pueden sentirse al poco tiempo de consumirla”, asegura Hernán Ponce.

    También se vende en hoja entera para la preparación de infusiones que pueden consumirse como refrescos o como después de cada comida. Las fundas cuestan entre USD 5 y 10.
    Ponce fue el primero en probar los beneficios de la planta. Él fue diagnosticado con un quiste que afectaba uno de sus testículos, por lo que decidió probar un tratamiento natural en base a esta planta en España, donde la moringa está en boga.

    “Me pareció una planta increíble. Empecé a investigar y descubrí que en Ecuador sólo había un par de productores y que el mercado estaba insatisfecho”, cuenta.

    Su yerno, Walter Aldaz y su hija Belén, también investigaron el mercado en Ecuador y decidieron iniciar una empresa. Ellos invirtieron unos USD 85 000.

    El dinero, que lo obtuvieron de sus ahorros familiares, lo utilizaron en la importación de la semilla desde la India y en la tecnificación del cultivo para que se adaptara al clima de Loreto, en Orellana.

    “Fue todo un desafío. Primero tuvimos que contactar a exportadores de semillas certificadas y pedir que nos enviaran muestras porque no sabíamos si la plantación iba a adaptarse a nuestras tierras”, cuenta Belén Ponce.

    La primera siembra fracasó debido a que la planta es oriunda de un clima cálido y seco. La cantidad de lluvias que usualmente hay en la Amazonía hizo que las plantas se marchitaran.
    Pero la familia no se desanimó. Contrataron especialistas y analizaron el suelo para determinar una técnica agrícola que permitiera que el cultivo prosperara. Así, la segunda siembra fue exitosa.

    La cosecha se sometió a exámenes de laboratorio para verificar que los beneficios de la planta se mantuvieran en sembríos ecuatorianos. Los resultados certificados, mostraron 18 aminoácidos, 46 antioxidantes y 90 nutrientes.

    Ahora los sembríos copan las 20 hectáreas de esa propiedad y producen hasta una tonelada mensual del producto. Tras la cosecha, las hojas de moringa se limpian, se deshidratan y se pulverizan o se empacan como hojas enteras.

    Para el proceso de producción también fue necesaria la adquisición de maquinarias que procesaran la hoja sin estropearla ni contaminarla. Cuentan con una máquina moledora, una tamizadora y una empacadora.

    “Hemos tenido muy buenos resultados en la venta de nuestras primeras cosechas, pero aún estamos en etapa de difusión y márketing”, dice Belén Ponce.

    Una estrategia que la empresa aplica para darse a conocer es participar en la mayor cantidad de ferias. Allí se exponen los beneficios del producto y se demuestran las formas de consumirlo.

    Isac Pérez conoció del producto en una de las ferias de emprendimientos de Riobamba. “Es un alimento maravilloso, había escuchado de esta planta pero era difícil conseguirla en Ecuador, la probé y mi salud ha mejorado muchísimo”, cuenta Pérez.

    La construcción de un laboratorio propio y una nueva planta es ahora la prioridad de la familia. En el futuro ellos esperan incrementar el menú de productos y agregar otros “súper alimentos”, como la quinua, por lo que trabajan en nuevas investigaciones.

    Hernán Ponce, su esposa Nuvia Franco y su hija Belén son socios. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Hernán Ponce, su esposa Nuvia Franco y su hija Belén son socios. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Una opción gastronómica libre de azúcar y gluten

    Patricia González

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    ‘Lomágico de la cocina es que todo es una alquimia”, dice Daniela Moreano, la maestra pastelera de D2015 Maracuyá Sugar Free, una pastelería para la que ha desarrollado unas 25 variedades de dulces, libres de azúcar y gluten.

    El local, localizado al norte de Quito, es el emprendimiento de Daniela y su pareja David Romero. Ella, publicista, y él, comunicador social, ejercieron anteriormente en el campo televisivo, donde se conocieron. Además tenían en común la pasión por la gastronomía, que incluso llevó a Daniela a especializarse en pastelería.

    Las ganas de independizarse con un negocio propio, el gusto por la cocina y ofrecer una alternativa en pastelería para los diabéticos –una condición presente en la familia materna de David– fueron los motivos que les impulsaron a llevar adelante el negocio.

    Maracuyá Sugar Free abrió sus puertas en junio del 2016, pero llevó al menos un año previo de investigación con endocrinólogos y nutricionistas, quienes les asesoraron en encontrar sustitutos para el azúcar y la harina de trigo.

    Meses antes de inaugurar el establecimiento, estos emprendedores ofrecían sus pasteles en una tienda virtual, modalidad que aún mantienen.

    Un valor para Daniela es la empatía con el cliente, es por ello que desde que comenzaron con el emprendimiento dejó de consumir trigo, una decisión que benefició también su salud, porque padece problemas de intestino.

    “La comida sana no tiene porque ser fea”, comenta David y este es uno de los mitos que busca derrumbar la pastelería, con su variedad de dulces, que no pierden el buen sabor, a pesar de no contener ni un gramo de azúcar.

    La oferta del local es ‘multitarget’, es por eso que una parte de sus productos sí contiene lácteos, pero ninguno azúcar y gluten.

    Como edulcorante utilizan la sucralosa. Para sustituir la harina de trigo recurren a la fibra de yuca, y en vez de leche de vaca utilizan leche de coco; materias primas que son preparadas en el local.

    El proveedor de la sucralosa es la empresa Frosher, que les abastece de entre ocho a 10 frascos por mes del endulzante líquido, desde hace más de un año. Diana López, jefa de producción de la firma, explica que la sucralosa no es reconocida por el cuerpo como azúcar, por lo que es recomendada para personas diabéticas, al no generarles incremento de glucosa en la sangre. La pastelería trabaja con cerca de 15 proveedores.

    Entre las variedades de dulce de la cafetería están las tortas de manzana y nuez, tres leche de maracuyá, mojada de chocolate, maqueño con chocolate, cheesecake de maracuyá y mousse sin lácteos. Los precios por porción van desde USD 2,75 hasta 4,25.

    También cuentan con una línea de sal en la que ofrecen panes libres de gluten (de yuca, vegano de maíz, entre otros sabores), lasagna de verde, y tamal de papa.

    En bebidas ofrecen limonadas de coco y frutilla, té, café lojano de altura, chocolate…
    Esteban Mateus tiene una hija de 26 años, quien desde hace dos es celíaca (el consumo de gluten le genera problemas en el intestino). Tras una búsqueda en la ciudad de locales que ofrecieran productos para celíacos dieron con Maracuyá Sugar Free, a través de la recomendación de un cliente en la red social Facebook.

    “Fuimos la primera vez y hasta a mí que no soy celíaco me encantó. Pedí un tiramisú”, comenta Esteban, quien ahora visita el local junto a su hija una vez por semana.
    Su postre favorito es el mousse de maracuyá y en salado le gusta la lasagna de verde. Mientras que a su hija le encanta la torta mojada de chocolate.

    Sandy Balarezo conoció el local cuando funcionaban solo como tienda virtual. Obsequió un volcán de chocolate a una persona diabética. A partir de entonces Sandy asiste con frecuencia porque es celíaca. “Lo que preparan es delicioso y completamente saludable. Me encanta la torta mojada de chocolate y la de nuez”. Para esta cliente otro valor del local es que el servicio es “personalizado”.

    David resalta que el capital más importante del emprendimiento es su credibilidad. La empresa está facturando alrededor de USD 7000 al mes y el plan es franquiciar; las opciones que están en conversación estarían ubicadas en Guayaquil y Manabí.

    La pastelería, ubicada en el norte de Quito, atiende de martes a sábado de 12:00 a 20:00 y los domingos hasta las 19:00, desde hace dos años. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES
    La pastelería, ubicada en el norte de Quito, atiende de martes a sábado de 12:00 a 20:00 y los domingos hasta las 19:00, desde hace dos años. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES
  • Emprendedores promocionan sus obras en un ‘stand’

    Redacción Quito

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    Los artesanos que son parte del Centro Cultural Vivencial Raíz.Ec cuentan con un nuevo espacio para difundir sus productos. Este grupo que lleva dos años en el mercado, desde mayo pasado tienen una isla en el centro comercial Quito Airport Center, ubicado en Tababela.

    En este sitio, los emprendedores exponen sus productos que son elaborados con técnicas ancestrales y, a la vez, muestran a los visitantes cómo hacen este trabajo. La atención es desde las 09:00 a 20:00, de lunes a domingo.

    Los artesanos se turnan para dar a conocer sus habilidades y explicar, por ejemplo, cómo se prepara café orgánico, cómo se elabora bisutería con la crín (pelo) de caballo. El proceso que se sigue para hacer gorros con vellón (lana sin procesar) de alpacas, la elaboración de lámparas con papel, la receta de la miel de aguacate y otros son también explicados a detalle.
    En total, en este lugar se presentan 20 productos diferentes.

    Eva Paucar, artesana que hace bisutería con crín de caballo, comenta que esta iniciativa llama la atención de visitantes, porque conocen en vivo y en directo las técnicas que aplican y la historia detrás de su trabajo.

    Además, Paucar señala que es bueno tener un sitio fijo para que la gente conozca que ofrece Casa Raíz.Ec. “Los extranjeros valoran las artesanías. En apenas media hora me compraron un juego valorado en USD 120”.

    Jairo Calupiña, mentor del Centro Cultural Vivencial Raíz.Ec, menciona que uno de los objetivos de instalar el ‘stand’ en el centro comercial fue promocionar los productos, en el aeropuerto que tiene un flujo alto de personas. Así se logra mejorar los ingresos. La meta es alcanzar al menos USD 3 000 mensuales.

    Sin la isla los emprendedores de Casa Raíz.Ec sumaban alrededor de USD 1 000 entre todos.
    Aparte del factor económico, Calupiña destaca que desde este espacio los emprendedores pueden transmitir a los visitantes sus conocimientos, que han pasado de generación tras generación.

    Para llevar a cabo esta iniciativa se contó con el apoyo de DK Terra, administrador del centro comercial, y la Fundación Conservación y Desarrollo, que promueve la actividad turística en las provincias de Santo Domingo de los Tsáchilas y Pichincha.

    Patricio Yucta, coordinador de la Fundación Conservación y Desarrollo, explica que para que los turistas conozcan el trabajo de Casa Raíz.Ec y se revalorice la cultura e identidad de esta zona se construyó e implementó el mobiliario requerido para exponer estos productos. En promedio, en esta infraestructura se invirtieron alrededor de USD 8 000.

    La isla tiene una dimensión de tres metros por dos metros. Ahí se exhiben productos. Pero si el turista quiere tener una experiencia cultural en Casa Raíz.EC, ubicada a 20 minutos del

    La isla es atendida por los emprendedores que son parte de este colectivo de la parroquia de Tumbaco. Foto: Cortesía Casa Raíz.Ec
    La isla es atendida por los emprendedores que son parte de este colectivo de la parroquia de Tumbaco. Foto: Cortesía Casa Raíz.Ec
  • Un helado artesanal con un toque exquisito

    José Luis Rosales

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    Una variedad de formas y colores de helados ofrece Cosecha Gourmet. En un año que está en el mercado, esta firma de la capital imbabureña amplió de 5 a 20 sus sabores.

    Uno de los últimos que lanzó al mercado este mes fue el de almendras y cerezas. Ahora busca conquistar el paladar de los exigentes veganos, con mantecados como leches de almendra y de soya.

    Todos llevan salsas de frutas. Hay combinaciones como fresa con naranja, limón con hierba buena, mora y frambuesa, vainilla con trozos de chocolate orgánico, mango y limón…

    El objetivo es conquistar el mercado con un producto diferente, comenta Cinthya Robalino. Esta ingeniera en Alimentos, de 26 años de edad, está al frente de la fabricación de este helado artesanal, que no lleva ni conservantes ni saborizantes.

    La idea de instalar la factoría de helados nació luego de un viaje que Robalino hizo a Argentina, en el 2015. Luego, se capacitó sobre la elaboración y tecnificación de este alimento congelado.

    Uno de esos cursos recibió con expertos del Mundo del Helado. Ahí aprendió técnicas de cómo hacer un producto de alta calidad y bajo costo. También sobre maquinaria, inversión y rentabilidad.

    La joven profesional se desempeña como gerente y está al frente de la planta procesadora, que da empleo a cinco personas.

    Aunque al inicio el modelo de negocio contemplaba la venta solo a granel para hoteles y restaurantes, eso dio un giro. Se percataron que las paletas no solo tenían buena aceptación, sino que además, les permitía llegar a un mayor número de consumidores.

    Hoy procesan 2 000 paletas a la semana. Aunque la planta tiene una capacidad instalada para producir 3 000, en el mismo período.

    Estos mantecados vienen en dos modelos. Uno es de forma rectangular y el otro ovalado, lo que permite diseños diferentes. Cada una pesa tres onzas.

    La factoría está equipada con un abatidor de temperatura, que permite que el zumo de fruta se congele a -25°C, lo que garantiza la estabilización del producto.

    Desde el año pasado, esta microempresa de Ibarra busca conquistar los más variados paladares con ingeniosas fórmulas. Ofrece 20 sabores. Foto:
    Desde el año pasado, esta microempresa de Ibarra busca conquistar los más variados paladares con ingeniosas fórmulas. Ofrece 20 sabores. Foto:

    El líquido previamente pasa por una máquina pasteurizadora, para eliminar bacterias y mejorar la calidad del alimento. Luego, en una batidora se obtiene la crema semicongelada, que es conocida como gelato y luego se la transforman en paleta.

    El lanzamiento de la marca Cosecha Gourmet se hizo en junio del año pasado. En septiembre establecieron el primer punto de venta en la ‘Ciudad Blanca’, en panaderías del Tío Sam.

    Ahora cuentan con 25 puntos de venta entre Imbabura y Quito, explica Paúl Sotomayor, responsable del área comercial. A la capital de la República ingresaron desde enero pasado.
    Entre sus clientes están bares, cafeterías y restaurantes. “Nosotros ofrecemos personalización en sabores”, señala Sotomayor.

    Eso les abrió las puertas del restaurante Dulce Albahaca, que se especializa en comida nacional e internacional, versión vegana y vegetariana, que funciona en las calles Juan León Mera entre Baquedano y Wilson, en el norte de Quito. Su propietario, Marco Molina, comenta que sus clientes resaltan la suavidad y la cremosidad de este helado. Para este segmento han desarrollado cinco sabores.

    Para arrancar el emprendimiento se necesitó una inversión de USD 30 000, que se destinó para la compra de maquinaria y la adecuación de la planta.

    A esa cifra, ahora se suma USD 15 000 más que se necesitaron para la adquisición de un automotor para la distribución del producto.

    Cosecha Gourmet le apuesta a un modelo similar al de otras firmas, a través de congeladores. Por la compra mínima de USD 200 le instalan uno, en comodato.

    Para garantizar la materia prima apuestan al modelo de comercio colaborativo con productores de la zona. El mango llega del valle del Chota, las frutillas de San Pablo y las moras del valle de Íntag. El chocolate, que es orgánico, proviene de Juan Cacao, de Quito.

    Para este año, la próxima meta es abrir un punto de venta directo, en el que ofrezca toda su oferta.

    Por el primer aniversario, del 1 a 7 junio la marca obsequiará a los clientes que adquieran una paleta de tres onzas, una más pequeña.

    Cytnhia Robalino fundó Cosecha Gourmet. Ella asegura que apuesta a ofrecer un producto de calidad y precio accesible. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Cytnhia Robalino fundó Cosecha Gourmet. Ella asegura que apuesta a ofrecer un producto de calidad y precio accesible. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Restaurante vegetariano y vitrina de emprendedores

    Patricia González

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    Por 15 años, la familia Molina estuvo al frente de un restaurante y delicatessen, con una oferta importante de embutidos y platos con variedad de carnes. Todo marchó muy bien, hasta que Marco Molina, el padre de esta familia, sufrió un preinfarto. Este hecho marcó un antes y un después en su vida. La salud pasó a ser prioridad y tras un acercamiento a la filosofía budista, se convirtió en vegetariano, hace 18 años. Su esposa lo acompañó poco tiempo después.

    El nuevo estilo de vida ya no conjugaba con el negocio familiar. El plan era vender el negocio y comenzar desde cero, esta vez con una cadena de restaurantes vegetarianos y veganos.
    Antes de ello, decidieron empezar con una empresa que elaborara productos alimenticios para vegetarianos. Se trata de Green Products, que ya lleva cinco años en el mercado y ofrece principalmente proteínas vegetales.

    Luego de estar consolidados en su nicho, los Molina decidieron instalar su primer restaurante lácteo, vegetariano y vegano. Dulce Albahaca, ubicado en el sector La Mariscal, en Quito, abrió sus puertas el 15 de marzo del 2017.

    “Este local nace para demostrarle a la gente que la comida vegetariana es rica”, comenta Paola Molina, la hija de la familia y quien con 25 años es una de las personas a cargo del local. Su paso definitivo al vegetarianismo fue a los 20.

    En adecuaciones del establecimiento se invirtieron cerca de USD 45 000. Una característica del restaurante es que además de su oferta gastronómica exhibe productos de emprendedores: mermeladas, granos, frutas, chocolates, café, entre otros…

    Para el desarrollo del menú contrataron un chef, que se ha mantenido ligado al local brindando asesoría. Dulce Albahaca ofrece hamburguesas con carne de espinaca, quinua, lentejas, fréjol y garbanzo; lasaña con ricota, carne vegetal y espinaca; variedad de pastas y pizzas; panne cook relleno y ensaladas.

    Allí trabajan con unos 20 proveedores. Uno de ellos es María la Panadería, que les provee de panes para hamburguesas, sánduches y panne cook. “Hacemos entregas cada dos días por semana, unos 15 kilos por pedido”, señala Ana Villeta, propietaria y chef.

    Dulce Albahaca está ubicado en el sector La Mariscal, en Quito. Está pensado en todo tipo de consumidor. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Dulce Albahaca está ubicado en el sector La Mariscal, en Quito. Está pensado en todo tipo de consumidor. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

    Paola aclara que el restaurante no va dirigido únicamente a vegetarianos y veganos, sino que también es una opción para personas carnívoras que deseen empezar a comer más sano y probar otro tipo de comida un día a la semana. En concordancia con este objetivo, de elevar la conciencia de las personas, la cocina del local se denomina ‘Laboratorio consciente’.

    “Uno de los causantes del calentamiento global es la ganadería, haces más daño al medioambiente comiendo carne que teniendo un tractor de carro. Con dos días a la semana comiendo vegetariano la huella de carbono que uno deja en el mundo es menor”, explica la propietaria, sobre una consecuencia favorable de esta dieta para el ambiente. En cuanto al organismo, destaca que el vegetarianismo ayuda a tener más energía, al digerirse más rápido la comida.

    El ticket promedio de consumo en el restaurante por cliente es de USD 10. El valor incluye plato fuerte, bebida y postre. Sus precios son una de las cualidades que resaltan los clientes de este local.

    Andrés Peñafiel es vegetariano desde hace al menos cinco años. Conoció del local casi al tiempo que arrancó, gracias a que es consumidor de los productos de Green Products. Suele visitar el restaurante una vez al mes o cada dos meses. “La comida es rica y la atención es superbuena. El precio es decente para la cantidad. Existen otros locales vegetarianos buenos, pero abusan con los precios”, comenta.

    A Cristina Zapata, una clienta vegana, siempre se le dificultó salir a comer fuera de casa. Los veganos no consumen ningún producto de origen animal, por lo que no comen ningún tipo de lácteo. Esta opción de alimentos la ofrece Dulce Albahaca.

    Cristina visita el local de una a dos veces por semana, principalmente por la calidad del servicio y el tipo de comida. “La diferencia con otros locales está en la variedad de platos, la sazón y la presentación, que es espectacular”, señala. Uno de sus platos favoritos es el ceviche silvestre vegano.

    Paola Molina, administradora de empresas, es una de las propietarias del local. Dice que el objetivo es desarrollar una cadena de restaurantes. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Paola Molina, administradora de empresas, es una de las propietarias del local. Dice que el objetivo es desarrollar una cadena de restaurantes. Foto: Julio Estrella / LÍDERES