Etiqueta: emprendedores

  • Ellas exportan detalles en flores que duran por años

    Evelyn Tapia

    Cuando Daysi y Karina Miranda decidieron renunciar a sus empleos en multinacionales para estudiar en la Universidad de Manchester, su padre, Francisco Miranda, no lo podía creer.“Él decía, qué prosa, ¿cómo van a renunciar si tienen un buen trabajo?”, recuerda, entre risas, Yolanda Moscoso, su mamá.

    De ese viaje a Inglaterra, las hermanas volvieron a Quito con un MBA en Finanzas y uno en Marketing. También llegaron con una idea de negocio que pusieron en marcha en el 2015, con una inversión inicial de USD 10 000.

    Lasting Bloom es un negocio que comercializa flores, arreglos florales y árboles -todos naturales- que han pasado por un proceso de preservado para perdurar por años en perfectas condiciones, sin recibir agua o luz solar.

    Coloridas rosas en empaques de acetato, en cajas negras semejantes a las que guardan joyas, en envases de cristal; además, orquídeas en tonos pasteles; girasoles; pequeños bonsái y arbustos medianos, entre otros, suman un catálogo de alrededor de 70 ítems.

    “Vimos cómo afuera el producto ecuatoriano es tan valorado. Hicimos un estudio de mercado sobre las flores preservadas, como proyecto de graduación del MBA en Londres, y así conocimos la cultura de negocios de la gente en Europa”, dice Daysi.

    Karina cuenta que, al comenzar el emprendimiento, uno de los retos más grandes fue encontrar proveedores de materia prima con la calidad necesaria para enviar el producto a mercados exigentes y responder con rapidez.

    “Empezamos trabajando en la sala de la casa. Ahora laboramos con unos 10 artesanos, cada uno especialista en una rama: madera, vidrio, etc. Tenemos a los mejores proveedores de flores naturales”, explica Karina.

    Yolanda destaca que al contratar artesanos, ayudan a generar más empleo indirecto entre amas de casa y familias. “Detrás de cada artesano hay unas seis personas más laborando”, comenta la madre de las emprendedoras, que se encarga de diseñar las creaciones de arreglos florales.

    Las primeras ventas del negocio se dieron puerta a puerta, buscando floristerías en Quito. Luego vinieron las exportaciones, la colocación en cadenas nacionales y una tienda online: Imperio Floral.

    Daysi explica que en el primer año lograron seis clientes nacionales y cuatro internacionales. En este 2019, cuentan en la lista de la empresa a unos 20 clientes nacionales y 10 internacionales.

    Elizabeth Torres, gerente de retail del Hotel Marriott, señala que en la tienda de regalos del lugar se venden desde hace tres años las flores de Lasting Bloom. Cuando un cliente VIP llega, recibe como cortesía una rosa de esta marca.

    “El hotel es una vitrina al mundo para sus productos. Los huéspedes que vienen de afuera pueden conocer Ecuador a través de estos artículos, que son de tan buena calidad y que van acorde con nuestro target”, menciona.

    Del total de las ventas del negocio, el 55% corresponde a las que se hacen en Sukasa, Fybeca y Locuras. “La experiencia de llegar a cadenas nos dio experiencia. Conocimos sobre cómo manejar el tema de empaques, por ejemplo, y también aprendimos a diseñar productos acorde con los clientes de cada cadena”, señala Karina.

    Daysi acota que el 20% de las ventas corresponde a exportaciones. Añade que participar en ferias y misiones diplomáticas, además de promocionarse a través de Internet y redes sociales, permitió a la firma crecer en el mercado internacional.

    Sus productos llegan a floristerías en Inglaterra, Irlanda, Canadá, Perú, México, Panamá, Dubái, Omán y EE.UU. Este último es el principal destino de las flores.

    Las exportaciones pasaron de USD 15 000 en el 2017 a USD
    20 000 en el 2018.

    La línea de árboles y follajes preservados se lanzó este año. Se trata de un producto que se importa de España, con el que se espera llegar al segmento corporativo, de centros comerciales, constructores y decoradores.

    Con estos nuevos productos las dueñas esperan que sus ventas de este año alcancen USD 142 000; es decir, un crecimiento de 49% con relación a la facturación del 2018. En el 2019, además, su plan es llegar al mercado argentino y entrar en cadenas internacionales.

    Yolanda Moscoso y su hija, Karina Miranda, en el nuevo local estilo show room que abrieron este mes en el sector de El Bosque, en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Yolanda Moscoso y su hija, Karina Miranda, en el nuevo local estilo show room que abrieron este mes en el sector de El Bosque, en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • La panela obtiene un ‘plus’ en manos de esta familia

    Mayra Pacheco

    Los beneficios que tiene la panela como endulzante impulsó a Fabián Mena, representante de Pakto Vida Natural, a desarrollar nuevos productos. Las primeras recetas para dar paso a este emprendimiento surgieron en un sitio improvisado en la cocina de su casa, ubicada en la comunidad de Buenos Aires, en Pacto, en el noroccidente de Quito.

    El propósito inicial de este ingeniero químico en alimentos era elaborar un producto para preparar bebidas refrescantes con sabor a frutas y panela. Con un presupuesto inicial de USD 300 y luego de varios intentos logró su objetivo. Esta preparación se empezó a vender en el 2015.

    Con este “polvo” que viene dentro de una funda plástica hermética se preparan bebidas de panela con sabor a naranjilla, maracuyá, lima-limón, tamarindo y otros. Este producto tuvo tanta acogida, en las ferias, que Elena Ramírez, madre de Mena, sugirió embotellar esta preparación para que se la consuma de manera inmediata.
     
    Para seguir creciendo en el mercado y desarrollar más productos, Pakto Vida Natural gestionó un crédito para invertir alrededor de USD 50 000 en una planta de producción de alimentos.

    Hoy tiene una destiladora, insumos para preparar estos productos y equipos. Aparte de la panela en polvo saborizada y las bebidas embotelladas, produce un polvo para preparar infusiones de panela con jengibre, caramelos con fines curativos, etanol y licores herbales. 

    Todo se hace con caña de azúcar que entrega principalmente la Asociación de Productores Agrícolas Nuevos Horizontes de Buenos Aires de Pacto.

    En este proyecto Mena cuenta con el apoyo de toda la familia. Son 12 hermanos y su padre Manuel. Cada uno tiene una actividad asignada en esta empresa. Ramírez falleció hace dos años.

    Pese a esta situación los Mena Ramírez continúan con este proyecto, que tiene 21 empleados fijos, pero que en total involucra a más de 80 familias de Pacto.

    Madres solteras, adultos mayores se involucran en los procesos de preparación de los caramelos o bebidas. Los productores de derivados de caña de azúcar aportan también con su parte. Pero no ha sido un trabajo fácil.

    Mena reconoce que si bien en esta parroquia rural de Quito, se cuenta con suficiente caña de azúcar para producir panela, algunas personas han optado por desarrollar otras actividades como la minería, porque los intermediarios no pagan un precio justo.

    En promedio, los intermediarios pagan a los productores de panela en promedio USD 28 por cada quintal, en cambio Pakto Vida Natural entrega USD 50 por el mismo producto.

    Así se quiere revalorizar el trabajo que se realiza en esta parroquia y promover el consumo de la panela que tiene un valor nutricional. “Este endulzante tiene minerales como hierro, calcio, sodio, magnesio. Estos son buenos para la salud. Además, los productos que elaboramos son orgánicos”.

    Por las características de estos alimentos, los productos que elabora este emprendedor son demandados por restaurantes, hoteles, tiendas naturistas y ferias.

    Bolívar Bustillos, propietario de un comisariato en el sector de Las Cuadras, comenta que adquiere estos productos desde hace tres años, porque tienen una alta demanda. “Los clientes prefieren estas bebidas en lugar de las gaseosas o energizantes”.

    Betty Idrovo, propietaria de una tienda naturista en Solanda, menciona también que la panela con jengibre y los caramelos son solicitados para tratar resfriados o enfermedades respiratorias. Ella incluso distribuye estos productos a otros negocios.

    Por unidades, el costo de cada sobre de panela en polvo saborizada es de USD 2, el paquete de caramelos a 1,50, y las bebidas a 1. Pero cuando se hace pedidos por mayor hay precios especiales.

    Actualmente, esta empresa vende sus productos a escala nacional. Para este año la meta es exportar estos productos al mercado europeo, donde lo orgánico tiene una alta aceptación entre los consumidores.

    Pakto Vida Natural factura alrededor de USD 120 000 al año. Para pedidos las personas se pueden comunicar al 098 281 597 o ingresar a la página web www.paktovidanatural.com.

    Manuel Mena (centro) junto a sus hijos es parte de este emprendimiento. Cada uno cumple con una actividad específica en esta empresa familiar. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
    Manuel Mena (centro) junto a sus hijos es parte de este emprendimiento. Cada uno cumple con una actividad específica en esta empresa familiar. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
  • La panela obtiene un ‘plus’ en manos de esta familia

    Mayra Pacheco

    redaccion@revistalideres.ec

    Los beneficios que tiene la panela como endulzante impulsó a Fabián Mena, representante de Pakto Vida Natural, a desarrollar nuevos productos. Las primeras recetas para dar paso a este emprendimiento surgieron en un sitio improvisado en la cocina de su casa, ubicada en la comunidad de Buenos Aires, en Pacto, en el noroccidente de Quito.

    El propósito inicial de este ingeniero químico en alimentos era elaborar un producto para preparar bebidas refrescantes con sabor a frutas y panela. Con un presupuesto inicial de USD 300 y luego de varios intentos logró su objetivo. Esta preparación se empezó a vender en el 2015.

    Con este “polvo” que viene dentro de una funda plástica hermética se preparan bebidas de panela con sabor a naranjilla, maracuyá, lima-limón, tamarindo y otros. Este producto tuvo tanta acogida, en las ferias, que Elena Ramírez, madre de Mena, sugirió embotellar esta preparación para que se la consuma de manera inmediata.

    Para seguir creciendo en el mercado y desarrollar más productos, Pakto Vida Natural gestionó un crédito para invertir alrededor de USD 50 000 en una planta de producción de alimentos.

    Hoy tiene una destiladora, insumos para preparar estos productos y equipos. Aparte de la panela en polvo saborizada y las bebidas embotelladas, produce un polvo para preparar infusiones de panela con jengibre, caramelos con fines curativos, etanol y licores herbales. Todo se hace con caña de azúcar que entrega principalmente la Asociación de Productores Agrícolas Nuevos Horizontes de Buenos Aires de Pacto.

    Los caramelos de panela y jengibre se producen de manera artesanal. Estos son recomendados en caso de resfriados. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Los caramelos de panela y jengibre se producen de manera artesanal. Estos son recomendados en caso de resfriados. Foto: Diego Pallero / LÍDERES


    En este proyecto Mena cuenta con el apoyo de toda la familia. Son 12 hermanos y su padre Manuel. Cada uno tiene una actividad asignada en esta empresa. Ramírez falleció hace dos años.

    Pese a esta situación los Mena Ramírez continúan con este proyecto, que tiene 21 empleados fijos, pero que en total involucra a más de 80 familias de Pacto.

    Madres solteras, adultos mayores se involucran en los procesos de preparación de los caramelos o bebidas. Los productores de derivados de caña de azúcar aportan también con su parte. Pero no ha sido un trabajo fácil.

    Mena reconoce que si bien en esta parroquia rural de Quito, se cuenta con suficiente caña de azúcar para producir panela, algunas personas han optado por desarrollar otras actividades como la minería, porque los intermediarios no pagan un precio justo.

    En promedio, los intermediarios pagan a los productores de panela en promedio USD 28 por cada quintal, en cambio Pakto Vida Natural entrega USD 50 por el mismo producto.

    Así se quiere revalorizar el trabajo que se realiza en esta parroquia y promover el consumo de la panela que tiene un valor nutricional. “Este endulzante tiene minerales como hierro, calcio, sodio, magnesio. Estos son buenos para la salud. Además, los productos que elaboramos son orgánicos”.

    Por las características de estos alimentos, los productos que elabora este emprendedor son demandados por restaurantes, hoteles, tiendas naturistas y ferias.

    Bolívar Bustillos, propietario de un comisariato en el sector de Las Cuadras, comenta que adquiere estos productos desde hace tres años, porque tienen una alta demanda. “Los clientes prefieren estas bebidas en lugar de las gaseosas o energizantes”.

    Betty Idrovo, propietaria de una tienda naturista en Solanda, menciona también que la panela con jengibre y los caramelos son solicitados para tratar resfriados o enfermedades respiratorias. Ella incluso distribuye estos productos a otros negocios.

    Por unidades, el costo de cada sobre de panela en polvo saborizada es de USD 2, el paquete de caramelos a 1,50, y las bebidas a 1. Pero cuando se hace pedidos por mayor hay precios especiales.

    Actualmente, esta empresa vende sus productos a escala nacional. Para este año la meta es exportar estos productos al mercado europeo, donde lo orgánico tiene una alta aceptación entre los consumidores.

    Pakto Vida Natural factura alrededor de USD 120 000 al año. Para pedidos las personas se pueden comunicar al 098 281 597 o ingresar a la página web www.paktovidanatural.com. 

    Jissela Aguas, producción de alimentos y control de calidad: ‘Esta empresa nos ayuda a salir adelante’

    Para los habitantes de esta parroquia rural, Pakto Vida Natural representa una oportunidad para salir adelante y aprender cosas nuevas. Soy madre soltera, tengo 26 años y me resultaba complicado obtener una plaza de trabajo, porque a veces no era compatible con mi realidad.

    Pero desde hace tres años esta empresa me ha permitido trabajar durante la jornada que mis hijos están en clases. Y cuando ellos salen podemos estar juntos para cuidarles y ayudarles con las tareas. Además, este trabajo me ha permitido desarrollar nuevas destrezas.

    Preparamos productos diferentes con la panela: bebidas embotelladas, caramelos, licores y solo empleamos productos naturales. Son alimentos únicos, que tienen una alta acogida y eso permite que más gente se involucre en este proyecto. Por esto recibimos un ingreso que es mejor con relación a lo que podría obtener como jornalera, cortando la caña. La otra alternativa sería salir al pueblo a buscar trabajo, pero hay pocas opciones y además no podría cuidar bien de mi familia.

    Manuel Mena (centro) junto a sus hijos es parte de este emprendimiento. Cada uno cumple con una actividad específica en esta empresa familiar. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Manuel Mena (centro) junto a sus hijos es parte de este emprendimiento. Cada uno cumple con una actividad específica en esta empresa familiar. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Una alianza ayuda a los emprendedores

    Redacción Sierra Centro  (I) redaccion@revistalideres.ec

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    Generar ideas e impulsar proyectos de emprendimiento es lo que promueven en la Sierra Centro la Asociación Suiza Visión Andes, Impulsa, la Unidad de Emprendimientos e Innovación de la Universidad de las Fuerzas Armadas (Espe) de Latacunga y el Departamento de Proyectos de la Cooperativa de Ahorro y Crédito VisAndes.

    Desde el año pasado, esta alianza estratégica denominada Apoyo Promueve Impulso (API) busca acoger a los emprendimientos de negocios que no cuentan con un patrimonio o recursos económicos, con el objetivo de que no se estanquen o desaparezcan. El propósito es apoyarles a través de la entrega de créditos.

    Luis Rubio, gerente de la Cooperativa de Ahorro y Crédito VisAndes, explica que en el país existen pocas instituciones que apoyen emprendimientos innovadores. Dice que en Latinoamérica tiene un alto índice de negocios que mueren en uno y dos años debido a que no cuentan con una adecuada capacitación y asesoría.

    “En Ecuador se registra entre el 60 y 70% de mortalidad de los emprendimientos y lo que buscamos es evitar que desaparezcan”, menciona Rubio.

    La historia de esta alianza estratégica institucional se inició en el 2015, en Suiza, con la creación de la Asociación Visión Andes e Impulsa. Desde entonces las dos entidades comenzaron a visitar proyectos de emprendimiento en las provincias de Cotopaxi, Tungurahua y Pastaza.

    En los recorridos se determinó que en la región había potencialidad en planes de emprendimiento e ideas nuevas, pero que requerían de una institución especializada que les apoyo en capacitación y formación. Además de financiamiento.

    Con esos resultados, la Espe, Impulsa y VisAndes decidieron promover el concurso de emprendimiento denominado API. En el llamado participaron 130 proyectos que pasaron por tres etapas para conocer los planes de negocio. En la etapa inicial los emprendedores informaron sobre el tipo de negocio, el mercado y el concepto de negocio.

    En la segunda etapa fueron escogidos 40 proyectos que fueron revisados por empresarios exitosos de la provincia. Ellos valoraron cada una de las ideas. Y finalmente se cumplió un ‘rally’ de emprendimientos donde se mostraba el producto ante un jurado.

    A la final pasaron 10 emprendimientos y 10 ideas innovadoras que se expusieron ante un jurado que evaluó las perspectivas y enfoque a futuro de las ideas y proyectos.

    El ganador de USD 5 000 en la categoría emprendimiento fue Arte Didactic y en la categoría ideas recibió USD 3 000. Además contarán con tutorías, mentorías, con los especialistas de la alianza, además del financiamiento y seguimiento de los proyectos. Es más se cuenta con un fondo de USD 1,5 millones para financiar exclusivamente proyectos de ideas y emprendimientos.

    Si los emprendedores no tienen garantías para recibir un crédito, los equipos y las instalaciones quedan en garantía. La tasa de interés es el 12%, seis meses de gracia y ocho años de plazo a pagar. Los montos de crédito van desde los USD 5 000 hasta los 180 000. “Aparte del concurso estamos financiado otros proyectos, lo que hacemos es financiarles para que sigan con sus idea creciendo”.

    El coordinador de la Unidad de Emprendimientos de la Universidad de las Fuerzas Armadas de Latacunga, Aldrin Acosta, explica que la entidad universitaria trabaja en el programa formativo y metodológico para impulsar las ideas y productos de emprendimiento.

    VisAndes genera los recursos para promover y motivar a los emprendedores con créditos de valores importantes. “Hemos generado los procesos metodológicos para desarrollar el concurso a través de Opening Businnes (Rondas de negocios) y el rally de emprendimientos e innovación que son productos propios de la Espe”, dice su vocero.

    “Esta es la primera iniciativa que planteamos en conjunto y de acuerdo a la visión que maneja la Universidad. No buscamos el protagonismo sino promover la cultura del emprendimiento”, asegura Acosta.

    Luis Rubio ((seegundo desde la derecha), gerente de VisAndes, junto a su equipo técnico. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Luis Rubio ((seegundo desde la derecha), gerente de VisAndes, junto a su equipo técnico. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Nuevo coworking en el edificio de las Cámaras, en Quito

    Carolina Enriquez

    (I)

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    Un espacio para que los emprendedores puedan desarrollar y compartir propuestas e ideas es el objetivo del nuevo coworking de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ) e IMPAQTO.

    El pasado 5 de noviembre del 2018 se inauguró este lugar en el edificio de Las Cámaras, en el norte de la ciudad. Ambas entidades se aliaron para crear un sitio de apoyo a la innovación y el crecimiento de empresas nuevas y emergentes.

    “Según el reporte de Global Entrepreneurship Monitor (GEM), Ecuador tiene una Actividad Emprendedora Temprana Alta (TEA) de 31,8%, ubicándose en el primer lugar entre los países de América Latina y el Caribe. Este estudio también revela que el 73,6% de los emprendedores tenía menos de 45 años. Lamentablemente, más de la mitad de estos emprendimientos no se ejecutan o lo hacen de forma inadecuada, debido a la falta de asesoramiento y acompañamiento desde sus inicios”, indica la CCQ.

    Para evitar que los emprendedores enfrenten estas situaciones, el coworking facilitará conexiones y colaboraciones; acceso a salas de juntas y capacitación; un área de trabajo inspirador y contacto con asistencia técnica especializada y mentorías.

    Quienes quieran trabajar en estas oficinas compartidas, de modalidad flexible, pueden hacerlo mediante membresías mensuales, que se adaptan a la necesidad de cada emprendedor, sin necesidad de firmar contratos o pagar alquileres.

    Para IMPAQTO este será su tercer coworking. El lugar tiene oficinas equipadas para reuniones y salas para conferencias con capacidad de hasta 30 personas.

    Quienes tengan una membresía global del espacio de trabajo podrán acceder también a los centros ubicados en las otras sedes de IMPAQTO, ubicadas en Cumbayá.

    Los emprendedores encuentran todas las facilidades de una oficina en el coworking de CCQ e IMPACTO. Foto: cortesía CCQ IMPACTO
    Los emprendedores encuentran todas las facilidades de una oficina en el coworking de CCQ e IMPACTO. Foto: cortesía CCQ IMPACTO
  • El rompope de cacao cautiva a los clientes

    María Victoria Espinosa

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    Tecao es una microempresa chonense, que rescató el sabor del rompope tradicional manabita, y le agregó nuevos sabores de cacao y a café.

    Carlos Vera, propietario de Tecao, afirma que pese a que rehicieron la receta, el rompope no perdió su esencia ancestral.

    Esos dos productos tienen un ligero sabor a manjar manabita. De hecho, en la planta donde se realizan estos licores, se pueden percibir los olores a leche, canela, chocolate, café y manjar.

    Para dar con la fórmula correcta del nuevo rompope ,Carlos Vera y su esposa Evelia Chávez debieron hacer varias pruebas por más de dos meses. Cuando tuvieron la receta empezaron con una campaña de degustaciones a sus familiares y amigos. En una pequeña copa de plástico, le servían el licor.

    Los emprendedores relatan que además de la opinión sobre el producto, ellos se fijaban en las reacciones de las personas. “Si lo saboreaban, quería decir que les gustó. Pero si hacían caras, entonces había que modificar la receta”.

    En un café internet, Chávez hizo su primera etiqueta. Ella la diseñó, recortó y pegó en botellas de 200 mililitros (ml.).

    Las primeras ventas las hicieron a los clientes de su antiguo negocio. Hace nueve años, ellos vendían chocolate caliente, en unos coches en el centro de Chone.

    Vera recuerda con nostalgia esa época. Había días en los que solo vendía una o dos tazas del Chocolate de la abuela, como se llamaba su primer negocio.

    La pareja había invertido USD 5 000, que reunieron de las liquidaciones luego de dejar sus empleos en el sector privado.

    Ese dinero lo invirtieron en la compra de ollas y utensilios para cocina y de máquinas para tostar, moler y procesar el cacao, recolectado en la zona rural de Chone.

    También elaboraron unos triciclos con almacenamiento para transportar el chocolate caliente. Había días en los que el producto se vendía y las ganancias eran de hasta USD 30. Pero había temporadas en las que solo vendían USD 1, 50 y no les alcanzaba para pagarle a los proveedores. “Los clientes me decían que el producto era rico. Pero que debía innovar”.

    Ellos probaron con varios productos como helados y manjares de cacao, leche y café, pero no lograban obtener un producto con el que se sintieran satisfechos.

    Hasta que en 2015 empezaron a hacer rompope para el consumo familiar y ahí nació la idea de este nuevo producto.

    Cuando empezaban a posicionar este licor manabita, el terremoto del 16 de abril del 2016 afectó la planta y acabó con muchos negocios en los que ellos ya vendían el rompope de café y cacao.

    Para impulsar a los emprendedores manabitas, varias entidades gubernamentales empezaron a instalar ferias y ruedas de negocios. “Esas ferias fueron importantes porque nos permitieron conocer a empresarios y obtener un poco de dinero para pagar deudas y empezar a producir”.
    Desde la Prefectura de Manabí, les ayudaron a mejorar la presentación del envase, de la etiqueta y a obtener el registro sanitario.

    Durante los últimos dos años, Carlos y Evelia han asistido a ferias en más de 15 provincias.
    Eso les permitió ganar clientela en Cuenca. Loja, Guayaquil y otras. También en la cadena almacenes Tía y en gasolineras a escala nacional. Además, los pedidos también se receptan por las redes sociales. Cada mes, los emprendedores venden entre 1 500 y 2 000 botellas de los productos.

    Cuando no tienen feria, los fines de semana arman una carpa en el centro histórico de Guayaquil. Ahí no solo exhiben su producto sino que también le cuentan al consumidor anécdotas sobre el emprendimiento.

    Joaquín Zambrano es uno de los clientes de Tecao. Él señala que conoció el producto en las ferias hace un año. “El sabor es como el que hacían las abuelitas”.

    Hoy en día, Tecao cuenta con cinco productos, el rompope de café y el de cacao, una pasta de chocolate y una edición de licor con sabor a café y a cacao.

    Con los ahorros y un pedido de USD 5 000, que tuvieron para la Navidad del año anterior, lograron construir una nueva planta en el patio de su casa e invertir en nuevas máquinas. “Aún nos falta hacer una oficina de despacho, pero vamos poco a poco”.

    En la planta trabajan a diario cuatro personas para producir 150 litros de rompope. Pero para fechas especiales como Día de la Madre o Navidad deben contratar por horas hasta a 10 personas más para cumplir con los pedidos.

    De las ganancias de ventas- que sobrepasan las 1 000 botellas- y de las ferias, Carlos y Evelia han hecho una caja de ahorros para poder ayudar a los emprendedores manabitas a mejorar sus marcas o a patentar el producto. “Es una retribución a las ayudas que ha nosotros nos han brindado”.

    Evelia Chávez y Carlos Vera  elaboran rompope y licor de cacao y café, artesanalmente y con productos orgánicos.
    Evelia Chávez y Carlos Vera elaboran rompope y licor de cacao y café, artesanalmente y con productos orgánicos.
  • La inclusión financiera se debatió la semana pasada en Cuenca

    Redacción Líderes

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    Con más de 600 participantes de todo el país y más de 30 expositores se cumplió el XVIII Foro de Inclusión Financiera, la semana pasada en Cuenca, organizado por la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo. El tema del primer día fue la Inclusión financiera como mecanismo para reducir la pobreza y lograr desarrollo.

    Gabriela Mera, experta del Banco Interamericano de Desarrollo, habló sobre la necesidad de una normativa adecuada que permita mayor inclusión financiera. Mencionó la importancia de la coordinación de actores, promoción de equidad y competitividad.

    En el segundo día del foro se discutió: ¿Cómo lograr un mayor acceso a servicios financieros formales de calidad? Verónica Gavilanes, de Pichincha Microfinanzas, detalló que en Ecuador el 60% de hombres tiene cuentas en instituciones financieras, mientras que solo el 43% de mujeres accede a este servicio, lo que demuestra una brecha muy significativa que todo el sistema financiero debe contribuir a superar”.

    Además, mencionó que la tecnología es clave para disminuir la brecha de acceso a los servicios financieros. Añadió que se debe aprovechar de manera estratégica que en nuestro país 53 de cada 100 ecuatorianos cuentan con un teléfono inteligente.

    Juan Carlos Urgilés, de COAC Jardín Azuayo, se refirió al rol de las instituciones financieras de desarrollo para construir un proceso de impacto que logre una verdadera transformación social.

    El foro de inclusión financiera se desarrolló en Cuenca, con la participación de alrededor de 600 asistentes. Foto: Cortesía
    El foro de inclusión financiera se desarrolló en Cuenca, con la participación de alrededor de 600 asistentes. Foto: Cortesía
  • El Vegan Day reunió a unos 90 emprendedores

    Redacción Quito

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    Alrededor de 90 emprendimientos, relacionados con alimentos, pero también de ropa, accesorios, cosméticos y más productos que no usan a los animales como recurso, estuvieron en el Vegan Day, el pasado 8 de septiembre.

    La propuesta fue acercar a más familias al mundo vegano. Entre los emprendimientos que se pudo probar en la feria de este fin de semana están los postres de Rock Sugar, una tienda virtual, que está en su web y en redes sociales como Facebook e Instagram.

    Sus representantes son pasteleros veganos, no procesan nada de origen animal, no creen en el daño ambiental ni al planeta. No requieren huevos, lácteos o mantequillas, están en contra de lo industrializado. Usan frutas, verduras y vegetales, no grasas hidrogenadas, pensando en niños con alergias e intolerancias alimentarias.

    Otro actor del Vegan Day fue Qui Pizza, que también está en redes sociales, y ofrece pizza vegana y vegetariana, con masa italiana de leuda larga, súper digerible, con hortalizas orgánicas, frutos secos y diferentes técnicas de cocción. Por ejemplo al unas hechas al fuego, con pimiento caramelizado, juegan con texturas como pizza con crema de coliflor.

    Una de las bebidas que se promocionaron fue Tarwi, una bebida hecha a base de chocho y frutas. María del Pilar Mora y su familia tienen intolerancia a la lactosa. Así que ella y su esposo Gustavo Guerrero estudiaron en Barcelona innovación y desarrollo de alimentos. Al regresar al país buscaron granos ecuatorianos, para desarrollar bebidas, y así dieron con el chocho.

    Además estuvieron los helados de Dulce Placer que dispone de 600 sabores, para vegetarianos, veganos, diabéticos, celíacos…

    El Vegan Day llegará al Parque Samanes, de Guayaquil, el 20 y 21 de octubre. Al igual que en Quito, los organizadores buscan que no solo vegetarianos o veganos los visiten “queremos que todos prueben opciones diferentes y puedan incrementarlas a su dieta normal, al menos un día a la semana”, señaló la organizadora de la feria Karina Reyes.

    Uno de los participantes fue el emprendimiento Rock Sugar que elabora pasteles bajo el concepto de la comida vegana. Foto: LÍDERES
    Uno de los participantes fue el emprendimiento Rock Sugar que elabora pasteles bajo el concepto de la comida vegana. Foto: LÍDERES
  • Una franquicia que nació como ‘food truck’

    Patricia González

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    Emprender era una meta común. Con 26 y 30 años, Pablo Alarcón y Carlos Sierra ya han tenido por su cuenta emprendimientos de comida. Fue en esas andanzas que se conocieron en una plaza de ­‘food trucks’, en Quito, y se hicieron amigos.

    Sierra, administrador gastronómico, tenía un negocio de crepes. Alarcón, quien es ingeniero en Administración de Empresas y Negocios, vendía parrilladas en la misma plaza.

    De la amistad y los intereses en común nació la idea de asociarse para formar un negocio apuntando a franquiciar. Los dos conceptos de comida, en que venían trabajando por separado, fueron presentados como proyectos a la plaza Boho Park, de puestos de comida, en el norte de la ciudad. Allí aceptaron la propuesta de crepes.

    El primer concepto de Sierra se renovó para el nuevo negocio, que se inauguró en mayo del 2017. Cambió de nombre a Crepes City y se amplió el menú para incluir una línea salada. La inversión requerida fue de USD 18 000.

    Por el resto de ese año se mantuvieron únicamente en esa plaza y a la par fueron desarrollando los manuales para la franquicia, que incluyen la parte administrativa y de cocina, los contratos de franquicia y de empleados, el diseño de imagen, entre otras áreas.
    En diciembre, publicaron las ofertas en sus redes sociales y a mediados de enero ya habían concretados tres ventas.

    “Los franquiciados están comprometidos con la marca. Estamos abiertos también a sus iniciativas. Tenemos buena retroalimentación”, dice Alarcón.

    Hoy la marca cuenta con cinco locales: dos propios y tres franquiciados. Cuatro se localizan en Quito y uno en Guayaquil.

    En la línea dulce ofrecen crepes o waffles rellenos de queso y arequipe, mousse de maracuyá, cheesecake, entre otros. En salados, también hay crepes o waffles, tienen de lomitos de pollo y vegetales, camarones salteados y otras variedades. El precio promedio de los platos es de USD 5.

    El menú también incluye milk­shakes de diversos sabores: Oreo, Nutella, maracuyá, algodón de azúcar, etc. Recientemente, sumaron dos nuevas líneas: cocteles y helados en copas con frutas.

    La marca cuenta con unos 15 proveedores para todos los locales. Para los aderezos dulces y crema chantilly trabajan con Alimatec, que les provee de cerca de 13 sabores, como chocolate, chicle, manzana verde, mora y sandía. Al mes, le entrega cerca de USD 600 en productos, detalla Víctor Zapata, socio comercial de la firma.

    Para obtener la licencia de la franquicia, la inversión está entre USD 18 000 y 25 000, según la ubicación del local. Los dueños de Crepes City cobran un valor inicial por el uso de marca y mensualmente, el 5% de las ventas como regalías y un 2% para publicidad.

    Ángelo Padilla y su esposa Anays Lugo, dos médicos venezolanos que residen desde hace tres años en el país, invirtieron en la franquicia y abrieron un local en Quito, en un sector universitario.

    “Decidimos apostar parte de nuestros ahorros en esta franquicia, como una forma de invertir en el país, porque tenemos miras a estabilizarnos”, comenta Padilla. El tiempo lo dividen entre la administración del local y el ejercicio de su profesión, en el Hospital Gíneco-Obstétrico de Nueva Aurora Luz Elena Arismendy.

    Sobre el modelo de franquicia destaca que hay un plan de negocio bien organizado. “Carlos y Pablo son responsables”.

    María José Pino es una de las clientes asiduas de Crepes City. Ella conoció de la marca gracias a que ganó un concurso que hicieron en redes sociales, que ofrecía de premio un milkshake de Oreo.

    Desde entonces, hace unos siete meses, ha regresado a sus locales una o dos veces al mes. Suele ir con su novio, familiares o amigos. “El milkshake de algodón de azúcar es mi favorito. También me gusta la crepe de cheesecake”.

    Entre todos los locales, la marca factura entre USD 30 000 y 40 000 al mes y genera empleo directo a cerca de 15 personas. Los planes a mediano plazo son extender la franquicia a ciudades de provincia y entrar con islas en centros comerciales, con inversión propia o en franquicia.

    Pablo Alarcón y Carlos Sierra son los fundadores. Tienen cinco locales, dos propios y tres franquiciados. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Pablo Alarcón y Carlos Sierra son los fundadores. Tienen cinco locales, dos propios y tres franquiciados. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • La capacitación es la clave en esta empresa de calzado

    Modesto Moreta

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    Bull es una marca de calzado que abastece a las grandes cadenas en el país. La firma ambateña está un paso adelante en el negocio presentando nuevas colecciones de zapatos urbanos para hombres y mujeres, con una variada mezcla de colores.

    La suavidad, la durabilidad, el confort y lo llamativo de sus diseños son el gancho de la marca para ganar mercado.

    Se suma la calidad de los materiales importados como el cuero, las fibras o telas y el terminado. En la actualidad la firma confecciona entre 200 y 250 pares de zapatos diarios. Esto permitió que el año pasado facturara USD 450 000.

    La marca se comercializa en cadenas de Cuenca, Guayaquil, Quito, Manabí y otras ciudades.

    La historia de Bull se inició en el 2007 cuando sus propietarios Sandra Toro y Daniel Jiménez retornaron de Estados Unidos con la idea de montar su propia empresa. La primera inversión fue USD 30 000 de sus ahorros.

    Con el dinero adquirieron cueros, suelas y otros materiales y arrancaron con la confección de zapatos formales para hombre. La empresa Torino les facilitó la maquinaria para producir su marca durante cuatro años.

    Belisario Toro, el suegro de Jiménez, le transmitió todos los conocimientos del mundo del calzado. En el 2011, los emprendedores decidieron comprar sus propios equipos y se separaron. Con USD 15 000 de inversión adquirieron las máquinas de aparar y la enfriadora. Comenzaron con ocho colaboradores y actualmente tienen 18 empleados directos y nueve indirectos; los últimos trabajan bajo la modalidad de maquila.

    Daniel Jiménez, gerente de la empresa, recuerda que el mercado de los zapatos formales decayó y sus clientes buscaban nuevos diseños y colores. Por eso decidió dar un giro presentando nuevas tendencias de la moda.

    La capacitación fue clave. Participó en varios cursos para especializarse en diseño, con el Ciatec de México. En la actualidad produce sus propios diseños de temporada. “La idea es entregar un producto de calidad y que llena las expectativas de nuestros clientes que son exigentes”, dice Jiménez.

    Bull (toro en inglés) surgió por el apellido de su esposa. La pareja trabaja para que su producto sea sinónimo de calidad y que se compare con un zapato importado. “Nuestros clientes son las cadenas comerciales. De la mano de ellos estamos logrando los estándares de calidad e innovación permanente”.

    Jiménez dice que acorde a lo que requiere el cliente de los almacenes, ellos se ajustan en la moda, tendencias y colores. Para cumplir estos estándares decidieron importar la materia prima como las suelas de caucho. “Nos caracterizamos por armar un zapato con los mejores materiales que compita no en el mercado local, sino internacional. La proyección con es exportar con ayuda del Ministerio de la Producción”.

    En enero de este año, los emprendedores efectuaron una nueva inyección de recursos. Con USD 50 000 compraron las armadoras de puntas, conformadora de talones y prensas de última tecnología. Uno de los puntos clave del emprendimiento es la re inversión de utilidades. Además participan en las ferias de Brasil, Colombia, Italia, España y México para adelantarse a las nuevas tendencias, diseños y colores.

    La primera colección de calzado urbano que presentó en enero del 2012, estuvo de moda los colores primarios rojo, azul y amarillo con sintéticos y cueros… Logró una buena demanda de su producto que duró hasta diciembre. La última colección presentada en julio se basó en la línea ‘Vístele al blanco’. “Nuestras colecciones las sacamos están dirigidas para el hombre y la mujer que ahora buscan estar a la moda. La nueva colección saldrá en septiembre”.

    Desde hace tres años uno de sus clientes es María Dolores Cruz propietaria de una cadena de calzado que funciona en todo el país. Cuenta que la calidad del producto evolucionó. “Así ofrecemos un buen producto a los clientes de nuestro locales y está a la altura de un calzado importado”.

    Según Cruz, es uno de los proveedores que constantemente presenta al mercado nuevas tendencias, colores y diseños que tienen gran aceptación en los jóvenes y adultos.

    La producción de calzado urbano Bull, en Ambato, cumple los estándares que ayuda a comercializar en las grandes cadenas comerciales del país. Fotos Raúl Díaz para LÍDERES
    La producción de calzado urbano Bull, en Ambato, cumple los estándares que ayuda a comercializar en las grandes cadenas comerciales del país. Fotos Raúl Díaz para LÍDERES