Etiqueta: emprendedores

  • Un negocio con 10 variedades de quesos maduros

    Redacción Cuenca

    (I)

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    Quesos El Bueste, del cuencano Patricio Muñoz, fue escogido como el mejor producto de los que estuvieron en la feria MercArt, que se cumplió entre el 10 y 12 de este mes en Cuenca. Este es un espacio de promoción e impulso para los emprendedores locales y nacionales, que se realiza desde el 2015.

    El Bueste ofrece 10 variedades de quesos maduros de orégano, mostaza Dijon, ajo, ahumado, hongos portobello, pimienta, aceituna, ají, entre otras. Estos son elaborados solo con la leche del hato de la Hacienda El Bueste, ubicada en el cantón cañarense de Biblián. Esta propiedad pertenece desde hace varias generaciones a la familia de Muñoz.

    Él señala que al tener el control de la alimentación y de la salud de su ganado puede garantizar la calidad de la leche, que es fundamental para el sabor de sus quesos. El proceso de maduración también se cumple en su hacienda.

    La elaboración de quesos artesanales maduros empezó hace tres años con gouda, que es una variedad holandesa en la que se adhiere un fermento.

    Posteriormente, fue incorporando las otras alternativas como ají y orégano de acuerdo con el conocimiento, gusto de su familia y de sus clientes. “Todas las 10 variedades tienen muy buena acogida”, señala el emprendedor, quien garantiza seis meses de duración “o, incluso, más”.

    Muñoz señala que es una oferta amplia, por lo que no planea incorporar nuevos sabores en la actualidad. Más bien su objetivo es aumentar las ventas y, posteriormente, la producción, pero solo usando leche que obtiene de sus vacas, para asegurar la calidad de sus productos.

    En la actualidad, El Bueste procesa 4 500 litros de leche al mes para elaborar 2 000 quesos en la presentación de 400 gramos. La intención es duplicar.

    Sus quesos son comercializados en presentaciones de 400 gramos a USD 6,50. También ofrece las ruedas grandes o quesos enteros, que se venden al peso.

    Sus productos están en locales cuencanos como Gran Sol, Plaza Europea, La Italiana, Megatienda del Sur (Chaullabamba), estaciones de servicio, locales de eventos sociales y otros espacios. Muñoz promociona mediante ferias, degustaciones y redes sociales como Facebook. Tuvo una invitación para asistir en una feria en Inglaterra y están por confirmarle para un concurso en Italia.

    Este emprendedor explica el proceso de elaboración y maduración de sus quesos. Este último tarda entre dos y cuatro meses, en la cámara de maduración. Allí, se da la vuelta cada semana.

    Según él, el ordeño en su propiedad es mecánico. La leche pasa a un tanque de acero inoxidable para elaborar los quesos. Luego la leche es pasteurizada a 75 grados y enfriada, se coloca un fermento láctico y cuajo y se corta, entre otros pasos. Dos personas le ayudan en la producción y su familia en la comercialización.

    Patricio Muñoz muestra parte de las variedades en la casa de la hacienda El Bueste, en el cantón Biblián, Cañar.
    Patricio Muñoz muestra parte de las variedades en la casa de la hacienda El Bueste, en el cantón Biblián, Cañar. Foto: Xavier Caivinagua / Líderes
  • La plataforma que lleva la peluquería al domicilio

    Carolina Enriquez

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    Manicuras, peinados, masajes terapéuticos y más en la comodidad de su propia casa. Es la oferta de Ocre App, una plataforma digital a través de la cual los usuarios pueden solicitar servicios de belleza a domicilio en dos ciudades del país.

    Paula Vargas es su creadora. Antes de desarrollar este emprendimiento ella trabajaba y sentía que era muy difícil acudir al salón de belleza porque llegaba muy tarde a su casa o tenía que salir muy por la mañana; además, viajaba.

    De esta necesidad surgió la iniciativa de facilitar el acceso a los servicios de peluquería para todas aquellas personas que por diferentes razones no pudieran asistir a un centro estético. ¿Cómo? A través de la tecnología.

    Comenzó a buscar programadores y los halló en Manabí. Ellos desarrollaron la aplicación Ocre App, en la cual los usuarios hallan toda la oferta del emprendimiento y los precios; también pueden solicitar los servicios que requieran.

    Vargas tenía planificado invertir USD 30 000, pero hasta el momento ha colocado 20 000. El dinero se destinó para el desarrollo tecnológico, marketing y branding (camisetas, bolsos, etc.).
    Los pedidos, a diferencia de lo que pasa en otras firmas digitales, también se los puede hacer vía aplicaciones como Instagram, Facebook o llamadas y mensajes. Para recibir estos últimos, Ocre App maneja Whatsapp Business.

    Vargas explica que, actualmente, el 60% de los pedidos se hace a través de la ‘app’ y el resto por otras vías. El servicio lo brindan, explica, “jornaleras digitales”.

    Se trata de colaboradoras que se registran en la empresa para realizar las tareas, pero no son empleadas directas. Ellas cumplen con los requerimientos de belleza de los clientes y cobran el dinero; el 70% se lo quedan ellas y el 30% lo entregan a la compañía.

    Actualmente, trabajan 19 especialistas en Quito. Ellas brindan los diferentes servicios de Ocre App, que se concentran en cinco divisiones: manos y pies; cabello; depilaciones; masajes y pestañas.

    El negocio comenzó a funcionar a inicios de año y mantiene un crecimiento regular (ver gráfico). Desde inicios de mayo se ofrece el servicio en Guayaquil y el objetivo es poder darlo, más adelante, en Manta y Cuenca.

    En el Puerto Principal trabajan cuatro especialistas. Tanto en esa ciudad como en Quito los servicios se dan desde las 06:30 hasta las 19:30, todos los días de la semana; el clientedebe hacer el pedido con anticipación.

    Lorena Daza es una cliente permanente de este negocio; ella cree que ha revolucionado el acceso a la belleza en la ciudad. “Encontré a Ocre App a través de Instagram. Me parece excelente y el material es de primera. A mí el tiempo no me da. Soy madre y esto me ha salvado la vida. Mientras mi hija está en casa jugando yo estoy tranquila; mil veces prefiero recibir los servicios en mi hogar que salir con la niña a la peluquería”.

    Andrea Paredes, por su parte, asegura que la plataforma le permite solicitar servicios de belleza de manera rápida y en horarios que se ajustan a su jornada. Ella trabaja casi 12 horas al día, por lo que asistir a un salón entre semana se vuelve casi imposible.

    “Pido los servicios por Whatsapp. En Ocre App están bien organizados. Las especialistas siempre me guían en lo que es mejorar para estar más arreglada. Si algo no se puede, también me lo dicen”.

    Desde la base de la plataforma se asignan los pedidos a las especialistas; ellas eligen si lo toman o no. Una vez que aceptan se envía al cliente información con la foto y los datos de estas trabajadoras, para dar confianza al cliente.

    Cada una acude al sitio uniformada con una camiseta con el logo de la empresa; el material de trabajo es de su propiedad. Cuentan con un bolso que indica que pertenecen a la plataforma digital.

    El cliente puede pagar el servicio en efectivo o a través de transferencia bancaria.
    Las especialistas pueden atender a una o varias personas en una misma casa. Se toman el tiempo que sea necesario para brindar un servicio de belleza de calidad.

    “Cada cliente se hace alrededor de tres servicios cada turno. En días pico las colaboradoras atienden entre cuatro y cinco turnos. Los días más fuertes son jueves, viernes, sábado y domingo”, explica la creadora de la plataforma.

    Dos especialistas de Ocre App peinan y hacen una manicura a Lorena Daza. Recibir los servicios de belleza en su casa le permiten cuidar de su hija. Fotos: Julio Estrella / LÍDERES
    Dos especialistas de Ocre App peinan y hacen una manicura a Lorena Daza. Recibir los servicios de belleza en su casa le permiten cuidar de su hija. Fotos: Julio Estrella / LÍDERES
  • La quinua, ingrediente clave de esta ‘start up’

    Redacción Quito

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    La quinua que se siembra y se cosecha en Chimborazo tiene un significado especial para Alejandro Lalama. Este riobambeño, que actualmente vive en Estados Unidos, creció en el centro del Ecuador rodeado de plantaciones de quinua, uno de los superalimentos que tienen cada vez más demanda a escala internacional.

    Lalama cuenta, en una entrevista realizada por WhatsApp, que desde su adolescencia tuvo la idea de salir del país y estudiar en el extranjero. “Era un sueño que estoy cumpliendo”.

    Al obtener su título de bachiller, en el 2012, Lalama vio que era tiempo de cumplir su meta. Este emprendedor fue parte de un programa de intercambio estudiantil que lo llevó al estado de Minnesota, en Estados Unidos. Lalama se radicó en una pequeña población, con no más de 3 000 habitantes. Allí se dedicó a estudiar y a perfeccionar el inglés.

    Con la confianza adquirida en un año de intercambio, este ecuatoriano se trazó nuevas metas. Fue así que con el apoyo de sus ‘padres’ de intercambio aplicó para estudiar la universidad. Obtuvo una beca que cubría el 80% de su colegiatura y se inscribió en la Universidad Gustavus Adolphus, en Minnesota.

    “Empecé estudiando Economía Gerencial Internacional porque siempre me gustaron la economía y los negocios. Allí vi que las oportunidades están cerca y que debía aprovecharlas”, cuenta Lalama. Este joven riobambeño también estudió Ciencias Políticas y Estudios Económicos Latinoamericanos. Esos conocimientos son parte de sus fortalezas hoy en día.

    Mientras estudiaba, Lalama no olvidaba la quinua que lo rodeó en su infancia. Esa idea y los conocimientos adquiridos en la universidad dieron paso a una ‘start up’. Lalama desarrolló una barra energética a base de quinua, que hoy se vende por canales electrónicos. “Es un emprendimiento social y empresarial. Ayudo a comunidades indígenas y hago negocios, al mismo tiempo”.

    Así surgió Capakñan, que juega con las palabras qhapaq ñan, que en quichua significan ‘camino del Inca’. “Creo que los caminos sirven para conectar y construir”, dice Lalama con emoción al recordar el trayecto que lleva recorrido como emprendedor.

    La idea de las barras energéticas nació hace algo más de tres años y se concretó hace dos. En el proceso, Lalama fue sumando actores que aportan con el crecimiento de esta idea.

    Este superalimento se adquiere a dos organizaciones indígenas productoras de quinua que trabajan en Chimborazo. Una entidad no gubernamental es el puente entre Lalama y los productores de este alimento andino.

    A Lalama también le interesa la parte social, por eso cuenta que con los agricultores de la Sierra Centro con los que trabaja existe un acuerdo en cuanto a la calidad y al precio. Ellos entregan entre 50 y 60 kilos cada mes, según los pedidos que tenga este emprendimiento.

    Las barras energéticas se elaboran en Riobamba en una planta de alimentos que contrata Lalama. “Todo se hace en Ecuador, solo la distribución es en línea en Estados Unidos. Es una ‘start up’ de distribución en la que aplico lo aprendido en la universidad”.

    La iniciativa que lidera Lalama tuvo una suerte de proceso de incubación en la universidad. En un concurso de emprendedores obtuvo el primer puesto. Luego el ecuatoriano representó a la Universidad Gustavus Adolphus a nivel estatal y obtuvo el segundo puesto…

    ¿Cuáles son los avances más recientes de Capakñan? “Ya contactamos con una empresa en Atlanta que se va a encargar de la distribución del producto y en el momento estoy hablando con un grupo de inversionista aquí en Estados Unidos”.

    Según este emprendedor ecuatoriano, la inversión hasta el momento no ha sido tanta. “Lo más importante ha sido el tiempo”.

    Alejandro Lalama (izquierda) es el fundador de este emprendimiento que elabora barras energéticas con quinua. Foto: Cortesía / LÍDERES
    Alejandro Lalama (izquierda) es el fundador de este emprendimiento que elabora barras energéticas con quinua. Foto: Cortesía / LÍDERES
  • Comercio justo con lana de alpacas y borregos

    Redacción Quito

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    Desde los páramos, a más de 3 500 metros sobre el nivel del mar, Karla Rodríguez recibe fibras de alpaca y borrego en su industria textil. Su objetivo, sin embargo, no solo es económico sino de carácter ambiental y social.

    Kun Eco Fibers es el resultado de las investigaciones de su dueña. Durante su posgrado en Australia, se especializó en lanas y fibras naturales.

    “Me fascinó la versatilidad de este material. Hace dos años y medio, cuando volví a Ecuador, me dediqué a realizar estudios sobre las alpacas. Descubrí que la lana no se valoraba. La gente la botaba, quemaba, se apolillaba o se comía a estos animales”, dice.

    Fue entonces que desarrolló un proyecto para la transformación de la fibra de este camélido en fieltro. En el 2017, participó con esta iniciativa en las becas ensamble de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación; ganó y obtuvo un capital semilla de USD 50 000.

    Con ese dinero incubó su emprendimiento, compró maquinaria y materia prima, hizo marketing, etc. Luego se acreditó en la Junta Nacional del Artesano.

    Ella adquiere lana de borrego y alpaca y la convierte en fieltro. Este material es el resultado de prensar y entrelazar naturalmente las fibras; con ello fabrica planchas con un área de un metro cuadrado o de dos por un metro.

    Con ello ofrece al mercado un insumo textil orgánico; evita que los productos sintéticos se sigan usando e impacten al ambiente.

    Rodríguez explica que el fieltro es termorregulable, es decir, se dilata en el calor y se estrecha en el frío. Sirve para el uso en la construcción por sus propiedades que logran abrigar los interiores de una casa y para la industria del diseño y la moda ya que permite la elaboración de prendas de vestir, zapatos, estuches para celulares y gafas, joyas, carteras, hilos, etc.

    Kun también provee de otros insumos provenientes de la fibra a diferentes industrias textiles.
    Rodrigo Muñoz, gerente de Andes Material, compra a Kun fibra de alpaca clasificada. “Trabajamos en el hilado, que es manual. Hacemos ovillos de 100 a 200 gramos, según se requiera. Compramos una cantidad variada. Vendemos a diseñadoras de moda sostenible o ‘slow fashion’”.

    Muñoz destaca que los productos de Kun son 100% orgánicos; los compran hace seis meses. Su compañía ha recibido por parte de Rodríguez información sobre el cuidado de las ovejas, ya que tiene algunos de estos ovinos.

    Para esta empresaria y veterinaria, el cuidado ambiental es clave. Las materia prima proviene de comunidades campesinas que cuidan de los animales.

    Las ovejas de las cuales se obtiene la fibra son de Yanahurco, población de Cotopaxi; pertenecen al núcleo genético 4M Merino (hay apoyo del Ministerio de Agricultura). Las alpacas están en el callejón interandino, desde Imbabura hasta Cañar; se muestreó 500 camélidos de dos razas (Huacaya y Suri), en 24 comunidades.

    Rodríguez se contactó con estas poblaciones gracias al trabajo de organizaciones no gubernamentales. El diálogo permanente permitió que se obtenga la fibra de la manera que esperaba.

    La esquila de las alpacas se hace una vez al año, entre agosto y noviembre. Rodríguez, con sus propias manos, reconoce la calidad de las fibras para insumos o bienes terminados.
    Bajo la marca Kun también se comercializan joyas hechas a mano, con la fibra. De este proceso se encarga la propietaria, pero desde este mes trabajarán madres adolescentes; la idea es que obtengan ingresos a través de la fabricación.

    Rodríguez apoya el tema social y capacita a aprendices de las comunidades en su taller, ubicado en el sur de Quito; además, impulsa el comercio justo: paga entre USD 5 y 7 por kilo de fibra de alpaca, cuando en el mercado se entrega solo hasta 1,50; en el caso de la de borrego busca mejorar los USD 0,75 que se cancela por libra.

    Actualmente, junto al médico William Llantuy, tiene un proyecto de fabricación de plantillas 50% fibra de borrego y 50% de alpaca para colocar en las botas plásticas de niños de la comunidad chimboracense de Pachancho. “Esto puedo ayudar a evitar enfermedades micóticas y hacer una base de datos sobre la incidencia de las enfermedades dérmicas”, explica.

    Las fibras de alpaca y borrego que procesa Kun Eco Fibers provienen desde los páramos de los andes ecuatorianos. No se maltrata a los animales. Fotos: Cortesía y LÍDERES
    Las fibras de alpaca y borrego que procesa Kun Eco Fibers provienen desde los páramos de los andes ecuatorianos. No se maltrata a los animales. Fotos: Cortesía y LÍDERES
  • Los 7 aspectos claves del empaque del producto

    Denisse Molina, AEI  (I)
    Para LÍDERES

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    Solo 2,5 segundos tiene un empresario para que su producto ‘enamore’ al consumidor y sea el electo entre una serie de competidores. El 85% de las decisiones de compra son prácticamente automáticas. Así lo establece un estudio de neuromarketing de la Asociación para el Progreso de la Dirección, en España.

    Una herramienta a favor del emprendedor es el ‘packaging’ o empaque, que implica la protección, seguridad, comunicación y mercadeo. El ‘packaging’ es la cara del producto frente al consumidor, explica Laylí Quinteros, ingeniera en diseño gráfico. Principalmente este debe ser funcional, ergonómico, tiene que comunicar conceptualmente la función que desempeña el bien junto con su identidad corporativa, añade.

    A continuación se detalla cómo hacer que su producto se destaque en las perchas.

    Funcional

    El empaque debe facilitar los fines para los que fue creado, es decir, para almacenar, beber, comer, etc. Los consumidores de alimentos, por ejemplo, prefieren presentaciones de sencilla manipulación, de uso intuitivo y práctico. Además, desean que su apertura requiera un mínimo esfuerzo, según una encuesta realizada por la empresa Colombiana Envapack.

    Seguridad
    El artículo tiene que estar en perfectas condiciones al momento de llegar a las manos del consumidor. El empaque debe tener el rol de escudo para mantener la textura, sabor, color y olor del producto. Así sugiere el estudio de la compañía colombiana, frente a las necesidades de los encuestados.

    Practicidad
    Una envoltura que facilite la aplicación, dosificación, calentamiento en el microondas o resellado -en el caso de alimentos- es el predilecto del 85% de encuestados. Si el envase le facilita la vida a quien lo consumirá, tiene más posibilidades de llamar su atención.

    Más de un uso

    Los envases pequeños y los repuestos –que pueden llenar de contenido a otros recipientes- suelen ser la elección de los consumidores, cuya prioridad es economizar. Así apuntan los análisis de empresarios de Unilever Argentina, quienes explican que en Latinoamérica, ante la reducción de ingresos, los consumidores, prefieren empaques reusables.

    Sostenibilidad
    La tendencia a elegir bienes cuyos envases sean más amigables con el planeta es evidente. El sondeo de Envapack indica que el 72% de consumidores opinan que los empaques deberían ser biodegradables o reciclables. Javier Di María, de la empresa Cartocor, sugiere que las compañías indiquen a la ciudadanía que la elección de envolturas sostenibles es conveniente, ante quienes prefieren un artículo más barato, sin importar su soporte.

    Imagen diferenciada
    En un par de segundos el comprador elige el bien que se llevará al momento de estar frente a una percha, como lo nombramos. Por lo que el empaque debe tener una característica extra que lo diferencie del resto para ser escogido, como portabilidad, reutilización. Los paquetes pequeños y fáciles de cargar son los predilectos actualmente, asegúrese de que para el consumidor sea sencillo transportarlos, tal como lo recomienda el Barcelona Institute of Packaging.

    Valores de la compañía
    El empaque del producto debe basarse en la identidad visual de la empresa, incluyendo el logotipo y posible eslogan, comenta Laylí Quinteros, ingeniera en diseño gráfico. Esto permitirá fomentar la imagen corporativa armoniosa y completa que el emprendimiento se desea posicionar en la mente de los consumidores.

    Los estudios señala que los empaques biodegradables o reciclables tiene mayor aceptación en el mercado. Ilustración: Ingimage
    Los estudios señala que los empaques biodegradables o reciclables tiene mayor aceptación en el mercado. Ilustración: Ingimage
  • Una familia especialista en carnes a la parrilla

    Evelyn Tapia Zurita  (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Los fines de semana asando carnes en parrilladas con familiares y amigos fueron la única experiencia previa de Homero Vinueza para abrir el restaurante La Parrilla de Homero, un negocio que este mes cumplió 15 años en Quito y tiene cuatro locales.

    Vinueza tiene 62 años, de ellos, 32 los dedicó a la docencia. La mayor parte de su carrera la pasó en un colegio privado, en donde ejerció la docencia y cargos directivos en países como España, Irlanda, Inglaterra y República Dominicana.

    El emprendedor confiesa que siempre que viajaba, se fijaba con atención en los detalles de la decoración, el servicio y la carta de los restaurantes que visitaba. Le gustaba, aunque entonces no tenía planeado tener un restaurante.

    Años más tarde, en el 2004, con una inversión de USD 12 000 que reunió a lo largo de su carrera, y luego de una investigación de mercado, abrió su primer restaurante en la avenida República de El Salvador y Naciones Unidas, en un local de 50 metros cuadrados, con ocho mesas y tres empleados.

    Vinueza cuenta que decidió hacerlo para no tener que seguir viajando fuera del país con su familia por causa del trabajo.

    “Una noche en el dormitorio de mi hijo conversando, le dije: ya me quiero quedar en Ecuador, ¿pero qué hago? Además de ser profesor, lo único que sabía era hacer parrilladas”, recuerda.

    La matriz de la Parrilla de Homero todavía funciona en el lugar en el que se abrió el primer local, pero ahora es más grande y comparte terreno con otros dos negocios del empresario: el restaurante de sushi Mizu y el bar Buskers.

    Con los cuatro locales de la Parrilla de Homero y los otros dos negocios gastronómicos, atienden mensualmente a unos 15 000 comensales.

    Vinueza cree que el éxito de sus emprendimientos radica en tres fortalezas que ha tratado de mantener desde el 2 de marzo del 2004, cuando abrió su primer local. Primero, tenía que ser un restaurante semiformal, con mesas sin manteles que le permitan al comensal sentirse cómodo.

    Segundo, tenía que ofrecer platos de calidad y buen sabor sin que eso signifique demandar precios altos. “Sabía que iba a tener menos utilidad, pero con precios bajos terminaría vendiendo más y así ha sido hasta ahora”, dice.

    Julio Ospina, proveedor de carne de pollo, destaca el alto nivel de calidad que demanda la Parrilla de Homero. “Trabajamos hace ocho años con ellos y siempre han sido muy serios. Nos solicitan un gramaje específico para los cortes que requieren”.

    El tercer punto clave es la calidad en la atención al cliente. Para ello, dice Vinueza, el secreto es estar completamente involucrado y presente en el negocio.

    “Se necesita estar muy cerca. Ahora contamos con más personal, tenemos un trabajo más sistematizado y, aún así, tenemos jornadas de 09:00 a 23:00. Pero, como es un negocio familiar, nos apoyamos y nos turnamos para poder descansar y no descuidar el negocio”, manifiesta.

    Mario Jarrín, quien vive en la zona del primer local, cuenta que visita el restaurante hace 10 años por la calidad y agilidad del servicio. Además, destaca el buen sabor de los cortes.

    El sabor de la carne se debe a que el negocio cuenta con una planta de refrigeración en la que el producto permanece a temperatura de -2 ° para que el músculo del animal se madure y tenga un sabor más jugoso.

    Sus hijos, Homero y Daniela Vinueza Ortiz, añade, son parte de la historia de crecimiento de sus restaurantes. Los dos comenzaron desde su adolescencia a ayudar a su padre. Se involucraban en la parrilla y atendían como meseros. “Siempre estaban aquí después de sus clases, yo quería que aprendan que nada en la vida es gratis, que todo implica sacrificios”, señala.

    Hace dos años su hijo es el gerente general y Daniela se encarga de las estrategias de comunicación, imagen y publicidad. El joven señala que involucrarse desde la gerencia le ha permitido tomar decisiones para que los negocios se modernicen.“Nos hemos enfocado mucho en la innovación, así atraemos a nuevos clientes. El año pasado invertimos en una remodelación del restaurante de sushi, este año en el bar. En el 2020 esperamos abrir otro local”.

    ‘Hay que hacer las cosas con buena actitud’

    Hernán Castillo 
    Cocinero encargado de la parrilla

    Trabajo aquí desde hace casi 14 años. Antes sabía algo de hacer carne a la parrilla, pero en La Parrilla de Homero mejoré mucho y aprendí más. Creo que al restaurante le ha ido tan bien todos estos años, principalmente, porque la atención al cliente es excelente. También por la preparación de la comida. No hay secretos, solo se trata de hacer las cosas con amor. En un trabajo, cuando se hacen las cosas con mala actitud, nada sale bien. Eso no pasa aquí. Los términos de la carne, la presentación, todo es importante y los clientes lo valoran, por eso tenemos muchos clientes fijos, como de toda la vida. Con los dueños tenemos una buena relación, ellos son propietarios que están siempre pendientes de todas las cosas, para que todo salga bien. Diariamente tenemos bastante movimiento, sobre todo desde las 13:00 hasta las 15:00 y tenemos una clientela variada. Entre semana vienen grupos de amigos, gente de oficina. Los fines de semana vienen más familias. Entre los platos que más le gustan a la gente están el medio bife y el filet mignon.

    Homero Vinueza y sus hijos Daniela y Homero, comparten responsabilidades en la administración de los restaurantes de carnes y sushi, y del bar. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Homero Vinueza y sus hijos Daniela y Homero, comparten responsabilidades en la administración de los restaurantes de carnes y sushi, y del bar. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Quinua, jora y cedrón, en sus recetas de cerveza

    Carolina Enriquez

    Un negocio amigable, abierto a recibir a mascotas, familias, parejas, personas con discapacidad, etc. Se trata de Sinners Microcervecería, una firma que produce cerveza artesanal y que, a la vez, cuenta con su propio pub en el norte de Quito.

    Andrian Romero y Pául Bohorquez son los propietarios de este emprendimiento que opera, formalmente, desde el 2012. Sus inicios, sin embargo, van más atrás.

    “Arrancamos hace ocho años y fue primero un ‘hobby’. No pensábamos en hacer negocio de esta actividad. Hacíamos cerveza en casa, los fines de semana. La familia y los amigos nos convencieron que nos pusiéramos una planta productora y lo hicimos a finales del 2012”, dice Romero.

    Los socios comentan que la preparación de la cerveza surgió a través de un método autodidacta. Además, Romero tiene en la familia de lado de su madre, de origen ucraniano, la tradición de preparar alimentos por ellos mismos; su abuelo destilaba vodka.

    Ambos nombraron a su negocio Sinners (pecadores). La idea es tentar al consumidor a probar cerveza no industrial, conocer nuevos sabores y aromas.

    La inversión inicial fue de USD 25 000. En el garaje de la madre de Bohórquez se instalaron los equipos y se inició la producción con las materias primas importadas.

    En el sector de La Pradera, los socios tienen la planta de producción. En la parte frontal de la construcción funciona el pub cervecero de la marca. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    En el sector de La Pradera, los socios tienen la planta de producción. En la parte frontal de la construcción funciona el pub cervecero de la marca. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

    Los socios arrancaron con tres clientes. La estrategia de comercialización se basó en un puerta a puerta: se acercaban a los restaurantes y ofrecían su producto.

    Ana María López, de Frida Tacos, explica que compra la cerveza de Sinners desde hace tres años, unas 80 al mes. Las que más se demandan son las rojas.

    Los dueños también participaron en ferias en las que se dieron a conocer. Esto fue clave, ya que mucha gente comenzó a llamarles directamente para hacer pedidos.

    Actualmente, Sinners cuenta con un portafolio de 25 a 30 clientes en Quito, Guayaquil y Tulcán. La empresa, además, intenta ingresar al mercado de Cuenca.

    Para crecer, los propietarios hicieron inversiones que les permitieron ampliar su planta de producción. Esta operaba en Pifo.

    Si bien el negocio funcionaba, los jóvenes querían acercarse más al público. Así fue como se les ocurrió la idea de abrir un pub.

    Este se encuentra en el sector de La Pradera. Allí, los emprendedores trasladaron su planta de producción; aunque es más pequeña que la anterior, les resulta más fácil estar en un sitio céntrico.

    Cuando Sinners arrancó solo contaba con dos tipos de cerveza: roja y negra. Actualmente, la empresa cuenta con 28 recetas; seis se producen y venden todo el año, el resto son de temporada.

    De estas últimas, cada mes se ofrece al público una o dos. Algunas de las variedades son negra, con coco y jengibre, tipo belga, con cáscara de naranja, con trigo y miel, con vainilla y toques de café para el desayuno, entre otras.

    Adrián Álvarez ha probado esta última. “Me pareció una cerveza diferente, con un sabor único. La vainilla le da un toque especial, muy agradable. Considero que es una excelente innovación en cuanto a la cerveza artesanal”.

    Los propietarios de Sinners también han querido que algunos de sus productos tengan esencia nacional. Por ello es que cuentan con recetas con quinua, jora y cedrón; otra con arrayán y ají rocoto.

    Los insumos los compran en los mercados de Quito, aunque también realizan caminatas en zonas agrestes en las que consiguen elementos de la naturaleza.

    Bohórquez explica que en el pub trabajan hace año y medio y que están remodelando el sitio (pero siguen abiertos). Espera que en unas tres semanas terminen las mejoras y se ofrezcan amplios servicios a la gente. Por ejemplo, las personas contarán con un área para hacer asados; pueden llevar sus carnes y prepararlas.

    En el sitio ofrecerán pizza, pues consideran que puede haber un maridaje entre la cerveza y diferentes alimentos. Los clientes también podrán solicitar café de especialidad, gracias a una alianza de la firma con la cafetería Isveglio; asimismo, sodas artesanales fabricadas por un proveedor.

    Los dueños quieren desarrollar una cultura cervecera entre sus consumidores. Por eso al pub pueden asistir padres con sus hijos o personas con sus mascotas a saborear las recetas.

    ‘Innovamos en la producción cervecera’

    Andrés Bermeo 
    Jefe de producción

    Estoy en mi cargo hace tres años y medio en Sinners, estoy encargado de la elaboración de la cerveza. Ha sido una experiencia totalmente nueva, súper buenas. Es un tema de producir la cerveza desde otro punto de vista. Yo soy ingeniero en alimentos, así que estoy en la línea de lo que estudié en la universidad. Acá aprendí a hacer cerveza, con Andrian y Paúl. Estoy, prácticamente, la mitad de la historia de existencia de la cervecería. Hemos desarrollado muchos nuevos productos y tenemos cervezas que han ganado reconocimientos internacionales (Ocho medallas: dos de oro, tres de plata y tres de bronce. Han participado tres veces en la copa Cervezas de América). Creo que estamos haciendo las cosas totalmente diferentes. El consumo de cerveza artesanal es, prácticamente, nuevo en Ecuador. No lleva más de 10 años. Es una nueva oportunidad para la gente, para que conozca que hay muchas más opciones de consumo de bebida de moderación. Más allá del vino y la cerveza industrias existen otras posibilidades para la gente.

    Andrian Romero y Paúl Bohórquez son los propietarios de Sinners Microcervecería. Son autodidactas en la preparación de cerveza artesanal. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Andrian Romero y Paúl Bohórquez son los propietarios de Sinners Microcervecería. Son autodidactas en la preparación de cerveza artesanal. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Emprendedores tienen su espacio en un ‘mall’

    Diana Serrano (i)  
    redaccion@revistalideres.ec

    Cada fin de semana, la plaza principal del centro comercial Paseo San Francisco se llena de colores y aromas con la diversidad de productos, que ofrecen 60 emprendedores.

    Este espacio se llama Farmers’ Market, el cual abrió sus puertas en enero del año pasado y desde entonces ofrece hortalizas, carnes, frutos secos, lácteos, mermeladas, miel, entre otros insumos artesanales.

    La idea surgió a finales del 2017 con el objetivo de crear un lugar de comercio diferente, que aporte al desarrollo económico, la visibilización de emprendimientos y la alimentación saludable.

    Primero se realizó un estudio de mercado, el cual concluyó que el sector de pequeños productores y emprendedores estaba desatendido en la ciudad y en Cumbayá existía el deseo de tener una opción diferente a los supermercados habituales, donde hay una mediación para llegar al cliente, explica Jorge Gómez, presidente del centro comercial.

    Para arrancar con el proyecto, se tuvieron que adecuar espacios y trabajar en el fortalecimiento de la marca, con la entrega de uniformes para los productores, así como tener en cuenta otros detalles como bolsas de compras con el logo de la feria.

    “La idea no era solo darles un espacio, sino hacer algo estéticamente placentero para que el comprador tenga una experiencia agradable”, dice Gómez.

    En un inicio, este espacio contaba con 40 expositores por cada fin de semana. En la actualidad, el número creció a 60.

    En el primer año de funcionamiento de la iniciativa, varios emprendimientos han podido darse a conocer en el sector.

    “Hay gente que ha sabido responder al reto y han entendido la importancia de construir una relación con el cliente. También hay personas que vieron el espacio solo como una oportunidad inicial de abrir mercado para sus productos y otros que no pudieron mantener la frecuencia de la asistencia”, detalla Gómez.

    Sin embargo, el 60% de los expositores, que están desde el inicio del proyecto se mantiene hasta la fecha. En marzo, José Tobar se incorporó a este espacio con su negocio Tob yogurt griego. En este lugar ha podido dar a conocer su producto, a través de degustaciones y ha logrado fidelizar clientes.

    Además, esta experiencia ha permitido el crecimiento del negocio y le ha abierto puertas para comercializar el yogurt en otros puntos de venta en Quito y Cumbayá.

    En la oferta de expositores también hay historias de éxito e innovación como el caso de Marullacta, un negocio que cuenta con certificación orgánica y que, por sus productos lácteos, tiene reconocimiento internacional.

    Los integrantes de Farmers’ Market pagan un arriendo mensual por su puesto y tienen contratos trimestrales, para garantizar su asistencia regular. Los ingresos por las ventas van directamente a cada productor.

    Poco a poco, la iniciativa se popularizó entre los visitantes del Paseo San Francisco, quienes acuden frecuentemente a este lugar no solo por la oferta permanente del ‘mall’, si no también para hacer sus compras en la feria artesanal.

    La cifra de visitantes por día es de aproximadamente 2 500 personas, asegura Gómez.

    Por lo menos una vez al mes, Niefar Calancha visita Farmers’ Market para comprar frutos rojos orgánicos, salsas artesanales y vino de mortiño. “Aquí puedo adquirir productos novedosos y saludables y, lo mejor, a un buen precio”, afirma. Este comprador destaca la facilidad de pago de sus compras, ya que los emprendedores tienen un ‘data fast’ para las compras a crédito o con débito.

    Hace poco, en la feria se incorporó un espacio para que chefs puedan preparar platos con los productos que ofrecen los productores y que los asistentes puedan aprender también de esta demostración. Se realiza todos los domingos.

    Para este año, el reto de los impulsores de Farmers’ Market es fortalecerlo, tras entender los requerimientos de los participantes y las necesidades de los clientes.

    Jorge Gómez, presidente del Paseo San Francisco, señala que Farmers’ Market ha sido un impulso para los productores artesanales del país. Foto: Eduardo Terán / LÍDERES
    Jorge Gómez, presidente del Paseo San Francisco, señala que Farmers’ Market ha sido un impulso para los productores artesanales del país. Foto: Eduardo Terán / LÍDERES
  • Estudiantes capacitan y asesoran a emprendedores

    Redacción Santo Domingo (I)

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    Desde hace dos años, 80 estudiantes de tres universidades con sede en Santo Domingo de los Tsáchilas brindan asesoramiento a emprendedores.

    Ellos son parte del proyecto Incubadora de Mipymes, que ejecuta el Municipio de Santo Domingo. Con este proyecto se busca capacitar a cerca de 100 emprendedores de la provincia e impulsar sus negocios.

    Los estudiantes ayudan a través de capacitaciones sobre tributación, registro sanitario, mercadeo. También realizan un plan de negocios para los emprendedores. A través de la elaboración de este plan, los emprendedores analizan las fortalezas y debilidades que tiene su microempresa.

    Según el Municipio, el proyecto se inició en el 2017 con los estudiantes de las carrera de Administración de Empresas y Contabilidad de la Universidad Autónoma de los Andes (Uniandes).

    En la primera fase se entregaron 80 planes de negocios para los microempresarios de la provincia, vinculados a la repostería, calzado, artesanías, lácteos, cárnicos, eventos sociales y otros.

    Freddy Cañizares, director de la Uniandes, asegura que el trabajo que se realiza en la incubadora es capacitar a los micro, pequeños y medianos empresarios.

    La capacitación permite que los emprendedores asistan a ferias  con mejor preparación.
    La capacitación permite que los emprendedores asistan a ferias con mejor preparación. Foto: Cortesía

    Los temas que han aprendido los emprendedores están relacionados con la atención al cliente, regulación de productos, buenas prácticas de manufactura, plan estratégico, análisis FODA, nuevas técnicas de mercadeo, administración para no contadores, gestión financiera, plan de negocios…

    “En menos de seis meses el emprendedor aprende lo que a nuestros estudiantes les lleva hasta seis semestres de estudios”.

    Santiago Navarrete, propietario del negocio Los Brownies de Ela, señala que el proceso de la Incubadora de Mipymes le sirvió para potenciar su negocio y sacar el registro sanitario. También trabajó en el plan de negocios con dos estudiantes de la Uniandes, con quienes trabajó en un plan de distribución del producto.

    Desde el 2018, a este proyecto se unieron la Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Santo Domingo y la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE). Además, también se vincularon el Instituto Superior Tecnológico Tsáchila y el Instituto Calazacón.

    Alexandra Coronel, del Departamento de Desarrollo Económico del Municipio, señala que hasta diciembre del 2018 se capacitaron a 250 personas del cantón.

    Esos talleres son parte de la primera fase del proyecto, en el que el emprendedor debe mejorar la fórmula del producto o el logotipo y marca, hacer los trámites para el registro sanitario, aprender sobre tributación y leyes.

    “Para eso se contó con aliados estratégicos como el Servicio de Rentas Internas, el IESS, ProEcuador, Arcsa, Secap, el Ministerio de Industrias, el IEPS, Banecuador y el Ministerio de Agricultura.

    En la segunda fase, en cambio, deberán participar en ferias para aprender a vender su producto.

    Eso los deja listos para la última fase, que es la rueda de negocios, en la que participan marcas de supermercados y empresarios a escala nacional.

    Coronel afirma que en el 2018 se realizó la cuarta rueda de negocios. Para esa actividad, se empezaron a capacitar con tres meses de anticipación y al menos 40 emprendedores concretaron negocios con supermercados locales como Supersav, La Feria y nacionales como Tía.

    Otros 40 recibieron recomendaciones y se acordaron nuevas citas con los empresarios.
    Coronel señala que el éxito de las últimas dos ruedas de negocios se deben a que los emprendedores se empezaron a preparar con permisos, marcas mejor elaboradas, registros sanitarios y además se hicieron simulaciones de la rueda de negocio.

    Para María Vera, estudiante de la carrera de Contabilidad y Auditoría de la PUCE Santo Domingo, las capacitaciones que realizó fueron un aporte en su formación profesional.

    “En la actividad no solo colaboramos nosotros con el microem­prendedor, también tuvimos la oportunidad de recibir la asesoría de una persona capacitada en grandes emprendimientos. Esto me ha permitido analizar el campo empresarial en el que me gustaría emprender”.

    Uno de los emprendedores que se beneficiaron del el proyecto Mi encubadora mipymes.
    Uno de los emprendedores que se beneficiaron del el proyecto Mi encubadora mipymes. Foto: Cortesía
  • Fruta deshidratada que llega a cuatro mercados

    Modesto Moreta

    Las frutas deshidratadas crocantes y naturales llevan el sello de Manari Ecuador. Esta pequeña empresa ambateña está en el mercado hace un año y medio.

    El valor nutritivo y su sabor son dos características que sobresalen en esta marca que se consolida en los mercados de Ambato, Guayaquil, Quito y Cuenca.

    Marcelo Naranjo fundó el emprendimiento para aprovechar su experiencia industrial que logró cuando trabajó como jefe de producción de la empresa La Universal, en Guayaquil. Este ingeniero en Alimentos decidió incursionar en la producción de frutas deshidratadas. En la actualidad comercializa al mes al menos 150 kilos de frutas deshidratadas al granel y en presentaciones de 30 g y frascos para infusión de 50 gramos para 10 tazas de té.

    Ofrece mermeladas de membrillo y próximamente té de frutas deshidratadas sin colorantes. El año pasado logró facturar USD 9 000, para este año espera triplicar la producción y las ventas. Con sus productos abastece a empresas y supermercados de todo el país. Actualmente tiene cuatro colaboradores.

    El emprendedor realizó un crédito de USD 15 000 en una institución financiera local para ampliar su negocio. Con los fondos compró una deshidratadora de mayor capacidad; también trabaja en el desarrollo de nuevos productos, innovación en los empaques con el apoyo de la Corporación para el Desarrollo de Ambato (CorpoAmbato). “Nuestros snacks de fruta deshidratada son naturales y libres de azúcar y conservantes, su principal característica es su textura crocante, lo que permite que sea apetecible para nuestros clientes en el país”.

    Naranjo indica que los productos que desarrolla Manari Ecuador están dirigidos a las personas que buscan alimentarse sano, con productos naturales y sin químicos. Una vez que entró en el mercado de los alimentos, el joven emprendedor se vio en la necesidad de capacitarse en técnicas de mercadeo, planes de negocios, administración y costos con la ayuda de CorpoAmbato. “Estos conocimientos me ayudaron a poder manejar mi emprendimiento”.

    CorpoAmbato que es auspiciada por el Consejo Provincial de Tungurahua, la Cámara de Comercio y otras instituciones capacitan a los emprendedores en forma gratuita. La entidad también ayudó a desarrollar la página web www.manari.com.ec. Ahora trabaja en un nuevo proyecto con la creación de una tienda online para las ventas a través de tarjetas de crédito. Uno de los proyectos es sacar nuevas presentaciones asequibles para estudiantes.

    La inversión inicial de Manari fue de USD 7 000, que logró ahorrar cuando trabajaba en Guayaquil. Con los fondos adquirió una deshidratadora, utensilios, empaques, los trámites para obtener los registros sanitarios y la infraestructura.

    El emprendedor comenzó deshidratando fresa, mora para la infusión de frutos rojos, luego sacó sabores como piña y jamaica, manzana y canela. El año pasado arrancó con los snacks crocantes de manzana y piña.

    Desde hace un año la firma Chocobanana comercializa los snacks que produce Manari Ecuador. Susana Lalama, gerenta de Chocobanana, dice que las ventas de los snacks están incrementándose entre 15% y 18%. “Nuestros clientes van conocimiento el producto y lo consumen. También en las fiestas infantiles ya no utilizan las papas fritas u otros productos, sino que compran los snacks para ofrecerles a los niños”.

    Es más, en Chocobanana comenzaron a enviar los productos a la ciudad de Cuenca. “La comercialización también está aumentando porque son productos de calidad y sin preservantes”.

    Marcelo Naranjo es el gerente de Manari Ecuador, que produce frutas deshidratadas en envases de 30 gramos y en té de 50 gramos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Marcelo Naranjo es el gerente de Manari Ecuador, que produce frutas deshidratadas en envases de 30 gramos y en té de 50 gramos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES