Etiqueta: emprendimiento

  • Covid-19, oportunidad para el sector tecnológico y de servicios

    Agencia AFP

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    Las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus, que han hundido las bolsas y amenazan con una recesión mundial, podrían ser una oportunidad para sectores como el tecnológico, el de la venta en línea o el de los servicios, como los jets privados.

    Con casi 1 000 millones de personas confinadas en el mundo, la población usa cada día mas el comercio digital y todo tipo de servicios que hasta ahora desconocía. “Creo que algunos aspectos de trabajo y de la organización cambiarán definitivamente cuando termine la situación actual”, apunta Sally Maitlis, una profesora de comportamiento organizacional de la Said Business School, dentro de la universidad de Oxford.

    “La gente descubrirá que puede trabajar y comunicarse de una manera que, hasta ahora, nunca había imaginado. Esto les obligará a estar más cómodos con la tecnología”, explica Maitlis.
    Las grandes compañías de comercio en Internet registran un importante aumento de pedidos a medida que la gente confinada en sus casas compra productos de primera necesidad.

    Inicialmente las acciones de gigantes estadounidenses como Walmart y Amazon se hundieron en bolsa el 16 de marzo, una jornada negra para los mercados, pero luego se recuperaron (más de un 25% en el caso de Walmart) .

    “Constatamos un aumento de las compras ‘online’, y en consecuencia, algunos productos, como los productos de limpieza básicos y los suministros médicos, están agotados ” , indicó Amazon.

    Por su parte, los pequeños comercios independientes están sufriendo por la crisis, apunta Mike Cherry, presidente de la federación británica de pequeñas empresas. “Los tiempos ya son muy duros para los pequeños comercios del país. Las cadenas de suministro se preocupan porque la frecuentación continúa bajando. Las perspectivas para estos comercios son cada vez más sombrías”, asegura.

    Frente al aumento exponencial de la demanda, las grandes compañías del sector del ‘streaming’, como Netflix o Google (propietario de YouTube) redujeron su velocidad de transmisión para no saturar Internet en Europa, el nuevo epicentro de la pandemia.
    En todo el planeta, el uso de estas plataformas aumentó un 20% el pasado fin de semana, según la agencia Bloomberg News.

    Al contrario, las grandes cadenas de salas de cine sufren una caída sin precedentes de público. Algunas están cerradas para frenar la propagación del virus. En Estados Unidos, las acciones de los grupos Cinemark y AMC Entertainment cayeron un 60% en relación a enero y febrero.

    Los servicios

    El sector aéreo es uno de los más afectados por el coronavirus y algunas empresas están al borde de la quiebra. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) predijo que las compañías aéreas necesitan una ayuda de urgencia de USD 200 000 millones .

    “La crisis (…) es mucho más grave y extendida que el 11 de septiembre de 2001, la epidemia de SARS en 2002 y 2003 o la crisis financiera mundial de 2008” , advirtió el director general de la IATA, Alexandre de Juniac.

    A la inversa, las compañías de aviones privados están viendo aumentar la demanda. Los clientes más ricos quieren evitar encontrarse en un avión de línea con centenares de otras personas, asegura Daniel Tang, de MayJets, firma con sede en Hong Kong.

    “Las demandas de información se han disparado” en un 400%, dice por su parte Richard Zaher, el presidente de una compañía de aviones privados de EE.UU., que aumentó hasta 25% sus reservas en estas semanas.

    Con muchos gimnasios cerrados, los adeptos del deporte optan por quedarse en casa y seguir clases por Internet. Las acciones de Peloton, una compañía estadounidense de material de gimnasia, subieron considerablemente porque los inversores apuestan por el aumento de la demanda de sus bicicletas estáticas y cintas para correr conectadas a Internet.

    Las compañías de aviones privados están viendo aumentar la demanda. Los clientes más ricos quieren evitar encontrarse en un avión de línea con centenares de otras personas.
    Las compañías de aviones privados están viendo aumentar la demanda. Los clientes más ricos quieren evitar encontrarse en un avión de línea con centenares de otras personas. Foto: AFP
  • Con ‘snacks’ expanden su marca

    Carolina Enriquez

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    Un crecimiento acelerado en cinco años ha conseguido la productora de alimentos Comlasa. Álex Guanalema y Lourdes Toapanta, fundadores del negocio, dicen que la calidad de la oferta y el trabajo de la fuerza de ventas son los dos factores que han permitido lograr este resultado

    A finales del 2014, estos esposos buscaban una opción para adentrarse en la fabricación y venta de consumo masivo, sector en el que Guanalema ya había tenido tres años de experiencia anteriormente. La hallaron en una empresa que atravesaba una difícil situación económica.

    La pareja encontró un negocio que producía cueros reventados con el nombre Shalom. Esta empresa vendió a Guanalema y Toapanta el ‘know how’ y la marca. La inversión inicial de los esposos fue de USD 35 000 en esta compra y en maquinaria; luego destinaron otros USD 25 000 para adecuaciones, obtención del registro sanitario, contratar a un ingeniero en alimentos, entre otros.

    Ambos cambiaron el nombre anterior por el de Shalitos. El primer producto que se desarrolló fueron los cueros reventados, principalmente para uso en locros.

    Los emprendedores enfrentaron dificultades, entre ellas la mala repu­tación que dejaron los anteriores dueños del negocio, lo que hizo que muchos proveedores, al creer que eran los mismos, no quisieran darles crédito. Tenían que comprar la materia prima de contado, en un inicio.

    Conforme se fue estabilizando el negocio, los emprendedores sacaron tres presentaciones de cueros. Para 2016 se lanzó una línea de tostado y las ventas crecieron.

    En ese momento se decidió hacer otra inversión en maquinaria, importada de China. Un año después se incursionó en otras líneas como papas artesanales y chifles. El negocio empezaba a despuntar.

    La empresa desarrolló un equipo de ventas y de distribución en el sur de Quito. Fue un éxito total, ya que logró entrar en tiendas de esa zona.

    Comlasa, sin embargo, quería expandirse y desarrolló un programa piloto para distribución tienda a tienda con personal propio. Con ocho vendedores la compañía decidió expandirse en el norte de Quito.

    Este crecimiento obligó a realizar una nueva importación de maquinaria desde China, particularmente destinada a frituras.

    La empresa cuenta hoy con otras líneas como habas, papas chips en funda laminada, gomitas, variedades de chifles y tostado con otros ingredientes. Son en total 27 productos.

    Para el chicharrón se usa cerdo importado de Chile, Canadá y España. El maíz para el tostado es de la variedad mishca, que se produce en el centro del país; es un grano grande y suave.
    También hay una selección rigurosa en la compra de papas, maqueños, etc.

    Su éxito está en la fuerza de ventas, dice Guanalema. “Desde el inicio estuvo totalmente automatizada. Siempre hacemos encuestas a nuestros clientes, que son 25 000 en Quito”. La compañía también ofrece sus productos en otras provincias, entre las que están Cotopaxi, Chimborazo, Imbabura, Carchi y Sucumbíos.

    A corto plazo la empresa busca expandirse hacia la Costa y más adelante empezar a exportar a la región.

    La producción de esta empresa se realiza en su planta del sector de La Ecuatoriana, en el sur de Quito, donde trabajan 58 personas.

    Próximamente, los dueños buscan ampliar la planta porque consideran que por la alta producción alcanzado comienza a faltarles espacio en el área de almacenamiento.

    Asimismo, desde este año la compañía se está preparando para certificar la fábrica con Buenas Prácticas de Manufactura (BPM). “Una vez que tengamos la certificación, vamos a evaluar el tema de la exportación. Hemos recibido un par de propuestas, sobre todo en Centroamérica. Hoy atendemos al mercado local, con calidad”, explica el dueño.

    Una estrategia importante que han desarrollado los emprendedores es tomar en cuenta los requerimientos y capacidades de las tiendas. Entregan solo el producto que los tenderos necesitan, ya que no siempre están en capacidad de llevar volúmenes grandes, porque no se vende todo.

    Carlos Paredes, dueño del micromercado Charly & Charly, considera buena la metodología que aplica este negocio. Asegura que los ‘snacks’ tradicionales tienen alta demanda dentro de la población.

    La planta de producción de Comlasa se encuentra en el sur de Quito, en el sector de La Ecuatoriana. Allí se elaboran los ‘snacks’ de cueritos. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    La planta de producción de Comlasa se encuentra en el sur de Quito, en el sector de La Ecuatoriana. Allí se elaboran los ‘snacks’ de cueritos. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • El zapato casual y a la medida les permite crecer

    Redacción Sierra Norte

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    Uno de sus sueños era tener su negocio propio. “Quería ser mi jefe, pero no sabía qué podía hacer”, comenta Samuel Yamberla Morales. 

    Este kichwa, de 28 años, está al frente de la firma Hanna Shoes, que confecciona calzado artesanal. El identificativo responde al nombre de su hija.

    En el emprendimiento que empezó hace cerca de cuatro años también trabaja su esposa Gisela Fichamba.

    Yamberla es oriundo de la comunidad de San Roque, en Antonio Ante, pero ahora reside en Otavalo (Imbabura). Cuando tenía 15 años abandonó los estudios del colegio y buscó trabajo para generar sus ingresos económicos.

    En talleres textiles del cantón imbabureño aprendió a cortar, coser, estampar y hasta empacar las prendas. En esta rama laboró por alrededor de ocho años.

    Esa experiencia le sirvió para conseguir luego un trabajo en una fábrica de confección de prendas de cuero. Para ser seleccionado como operador se guió con la técnica para coser en tela.

    Sin embargo, este emprendedor explica que la confección en pieles curtida es diferente. Como anécdota cuenta que tres semanas después de empezar a trabajar pensó renunciar por varios cortes que se hizo en sus manos.

    Poco a poco conoció el proceso de confección y moldeado de un zapato. Ahí afinó su habilidad para manejar las herramientas.

    Luego, renunció a la factoría y empezó a confeccionar calzado solo bajo pedido. Empezó de cero. Incluso, en la venta del primer par de zapatos no pudo cubrir los gastos de material ni mano de obra.

    Para instalar el taller hizo dos créditos en entidades financieras. El primer préstamo lo obtuvo con la ayuda de su hermano Mario.

    El local está equipado con una máquina de coser, una fileteadora, un horno y una prensa. Ésta última fue elaborada artesanalmente. Ha invertido USD 1 5 000.

    Yamberla se encarga del diseño, corte, fileteado y armado del artículo. Luego coloca la planta, lleva al horno y a la prensa.

    Cuida todos los detalles. Las plantillas también son preparadas en el obraje. La etiqueta es hecha con láser. En los extremos de los cordones van colocados una pieza de metal. En un día alcanza a producir hasta dos pares.

    Este artesano puede elaborar todo tipo de zapato en cuero liso, encerado, gamuza, cristal, entre otros. Los diseños casuales son los de mayor demanda.

    Calcula que ha realizado unos 50 modelos. Algunos son personalizados. Hay en tonos negro, café, azul, plomo, beige.

    El costo de un par de zapatos con planta de goma oscila entre USD 45 a 75. Los de suela pueden costar hasta USD 175. Todo depende del modelo y la talla.

    De la atención en ventas y pedidos se encarga Gisela Fichamba. La mujer, de 24 años, explica que los artículos los comercializan en la Plaza de Ponchos.

    A través de las redes sociales igualmente reciben pedidos desde Quito y Guayaquil. Fichamba asegura que los Hanna Shoes han llegado también a España.

    La próxima meta es contar con puntos de venta en la Capital de la República y en el Puerto Principal. En dos semanas inician la promoción.

    Gisela Fichamba es el encargada de las venta y la recepción de pedidos. También es la modelo de esta marca. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
    Gisela Fichamba es el encargada de las venta y la recepción de pedidos. También es la modelo de esta marca. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
  • La primera empresa BIC crece con bebida de chocho

    Redacción Quito

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    En enero de este año, la Asamblea aprobó la Ley de Emprendimiento e Innovación. En esta se abordan diversos temas, entre ellos el reconocimiento a Sociedades de Beneficio e Interés Colectivo (BIC), que son organizaciones o empresas que buscan soluciones a problemas sociales y ambientales.
     

    Una de las pioneras en obtener este reconocimiento fue AlimentArte. Este emprendimiento nació en el 2016, con un enfoque social y ahora, al ser una empresa BIC, lo confirma.

    Los fundadores de AlimentArte, María del Pilar Mora y Gustavo Guerrero, dicen que desde el inicio, la visión que tenían era integrar en la producción de sus bebidas a comunidades indígenas.

    “Para nosotros era muy importante transparentar los beneficios que generamos a través de nuestro emprendimiento, porque nacimos con la visión de ser una empresa social. Gracias a que hace pocos meses se aprobó la Ley, pudimos aplicar para el registro y nos reconocieron como empresa BIC”, cuenta Mora.

    La pareja decidió lanzar bajo la marca Tarwi, una bebida a base de chocho con pulpa de fruta, a inicios del 2016.

    Esta idea surgió como una solución para las personas que buscan una alternativa nutritiva, saludable, libre de lácteos y sin azúcar.

    Para iniciar, los propietarios invirtieron aproximadamente USD 30 000. Mora menciona que utilizaron ahorros personales.

    Esta cantidad se usó para generar los prototipos, hacer testeos y las primeras pruebas de la bebida.

    AlimentArte trabaja con comunidades de Cotopaxi, que cultivan el chocho para la elaboración de las bebidas. Tarwi se produce de manera artesanal: primero se selecciona la materia prima, luego pasa por diferentes procesos, que van desde cocinarlo y molerlo para separar el líquido de la harina.

    El chocho se destaca por ser un grano rico en proteína, calcio y hierro. La bebida de este emprendimiento no usa lactosa, ni gluten ni preservantes. La nutricionista Sara Rivera menciona el consumo de chocho como parte de una buena alimentación.

    Rivera conoce la bebida y la describe como una alternativa saludable y excelente para todos. “Se la recomiendo a mis pacientes”.

    En la actualidad, Tarwi tiene tres sabores: mora, maracuyá y natural. Este último le permite al consumidor preparar sus propias recetas porque actúa como un producto lácteo.

    “Lo que queremos con Tarwi es ofrecer alternativas de consumo apegadas a lo natural y a lo nuestro”, resalta la emprendedora, quien vio en el chocho una forma de regresar a lo tradicional de la dieta ecuatoriana.

    Los consumidores pueden encontrar la bebida en presentaciones de 1 litro, 500 mililitros y 250 mililitros.

    Hace un año, los productos de este emprendimiento fueron expuestos en una feria de Reino Unido. Allí, la organización Vegan Society, que certifica a productos que promueven la vida vegana, se mostró interesada en la propuesta. Los emprendedores iniciaron con los trámites para obtener la certificación y se convirtieron en la primera bebida ecuatoriana en ser registrada en esta organización extranjera.

    Esto les permitió crear alianzas para la distribución de los productos. Desde el 2018, las bebidas de AlimentArte se venden en las perchas de las cadenas Supermaxi y Megamaxi. El plan a futuro es exportar estas bebidas.

    María del Pilar Mora y Gustavo Guerrero son los fundadores de la empresa que este año obtuvo el reconocimiento de empresa BIC. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    María del Pilar Mora y Gustavo Guerrero son los fundadores de la empresa que este año obtuvo el reconocimiento de empresa BIC. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Juguetes antialérgicos elaborados con crochet

    Redacción Quito

    (I)

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    Tejer con crochet es una técnica tradicional en Ecuador. Este arte se ha mantenido en las familias por generaciones.

    Entre las personas que aprendió sobre está técnica está María José Borja. Una de sus tías le permitió conocer ampliamente sobre el mundo de la costura y del tejido.

    En 2017, mientras estaba embarazada, se dedicó a la búsqueda de objetos de decoración para el dormitorio de su pequeña.

    Al no encontrar variedad ni más opciones en tiendas, decidió crear ella misma peluches, tapetes y canastos que fueran acorde al tipo de decoración que buscaba.

    Así surgió Manuca, un emprendimiento que se dedica a la elaboración de juguetes y objetos de decoración con un enfoque infantil.

    La emprendedora cuenta que se inspiró en los nombres de su hija para bautizar al negocio.
    Borja menciona que para iniciar con el emprendimiento hizo una inversión pequeña de alrededor de USD 500; esta cantidad la utilizó para comprar la materia prima para crear los diseños.

    El 95% de los insumos que utiliza para la producción de estos artículos son ecuatorianos.

    El 5% restante es material importado de Colombia, que utiliza para personalizar los peluches.

    Además, la emprendedora expresa que tiene el apoyo de fábricas textiles que le proporcionan telas y material que se puede reciclar; esto lo utiliza para tejer artículos como tapetes, alfombras y canastos decorativos.

    El proceso de elaboración es sencillo: ella primero diseña el artículo, después lo teje y rellena de plumón antialérgico. Finalmente, le agrega detalles decorativos.

    Gracias a la aceptación que han tenido sus productos, Borja creó una página en redes sociales para que los clientes puedan contactarla y adquirir peluches, sonajeros, pufs y cuadros personalizados.

    Lo que caracteriza a los productos es que son bordados a mano en su totalidad, tienen materiales antialérgicos, seguros e ideales para la distracción de bebés y niños pequeños.
    “Los peluches son diseñados pensando en el bienestar de los niños, estos no les causan ningún tipo de alergia y son amigables con el ambiente”, afirma Borja.
    El enfoque que tiene el emprendimiento es ‘cero plásticos’.

    Los precios de los productos dependen del tamaño del artículo y oscilan entre USD 15 y USD 35.

    Dana Laya es clienta de este emprendimiento. Ella adquirió hace poco los productos de Manuca.

    “Pedí un móvil personalizado para la cuna de mi bebé y entre las dos pudimos idear algo nuevo. Todo combinó bien con el dormitorio y cumplió exactamente con lo prometido. El acabado es impecable. De hecho, el bebé juega con ese móvil todos los días y le encanta”, menciona.

    En cuanto a los precios, la clienta comenta que le parecen apropiados, dado que son tejidos a mano y sabe que llevan tiempo para elaborarlos y que queden listos.

    En diciembre de 2019, la emprendedora participó por tercera vez en el Grand Bazzar Navideño de Cumbayá. Ganó el primer lugar al mejor emprendimiento.

    Este espacio sirvió para crear vínculos con diferentes tiendas para distribuir los peluches y así llegar a más clientes en Quito.

    Los productos de Manuca se comercializan en la tienda Tikitá, ubicada en La Floresta; Pompón, en Cumbayá y Koache, diagonal al Hotel JW Marriott de Quito.

    Además, la emprendedora comercializa los artículos en EE.UU. a través de la página web Etsy.
    En la actualidad, Borja cuenta con el apoyo de una persona que le ayuda con el tejido de algunas piezas para los peluches.

    Para el futuro planea seguir con la tradición del tejido con crochet, para así generar más plazas de trabajo y desarrollar más su negocio.

    María José Borja es la propietaria de Manuca Handmade. Ella elabora peluches y artículos para decoración, bajo pedido, en redes sociales. Foto: Cortesía Manuca Handmade
    María José Borja es la propietaria de Manuca Handmade. Ella elabora peluches y artículos para decoración, bajo pedido, en redes sociales. Foto: Cortesía Manuca Handmade
  • La inclusión es la base de este emprendimiento

    Pedro Maldonado

    Editor del Semanario de LÍDERES

    Un ingeniero acústico y un ingeniero mecatrónico son los responsables de dos aplicaciones pensadas en personas con discapacidades auditivas y visuales. Hugo Jácome y Carlos Obando se conocen desde el colegio, en Ibarra, y son los fundadores de Talov, un emprendimiento que utiliza la tecnología para desarrollar soluciones para personas con limitaciones físicas.

    Tras graduarse de la secundaria cada uno tomó un rumbo distinto, pero nunca perdieron el contacto. Cuando se veían conversaban sobre sus vidas y sabían que la tecnología era un punto en común entre ambos. En el 2016 se reunieron y hablaron sobre sus tesis universitarias.

    Jácome trabajaba con un algoritmo que transformaba los sonidos en imágenes y Obando se enfocó en aplicaciones móviles. El primero cuenta que, al ser músico, siempre pensó en un software que le ayude creando imágenes a partir de los sonidos. “Era el 2008 y recién empezaban los cambios tecnológicos y las tiendas de aplicaciones móviles estaban dando sus primeros pasos”.

    Con ese contexto, estos dos emprendedores notaron que sus conocimientos y sus intereses podían derivar en un desarrollo tecnológico. “Vimos que las dos tecnologías que teníamos en las manos se podían fusionar y así nació Speakliz en enero del 2017”, cuenta Obando.

    Esta ‘app’ móvil está pensada para personas con discapacidad auditiva. La principal función es traducir el lenguaje de señas a voz y texto en tiempo real, usando inteligencia artificial. Para esto se requiere un reloj inteligente, con sensores. Otras funciones son convertir en texto lo que dice una persona y emitir diferentes señales para personas sordas. Por ejemplo: alarma de incendios, bebé llorando, timbre de la puerta…

    El desarrollo tardó un año hasta levantar los códigos y otras tareas. Desde su lanzamiento hasta la fecha Speakliz registra cerca de 7 000 descargas.

    La segunda ‘app’ fue Vision, que salió al mercado en marzo del 2019. El equipo trabajaba para mejorar la primera aplicación, con la tecnología de realidad aumentada y gracias a la investigación y el trabajo se dieron cuenta de que podían desarrollar otra ‘app’, enfocada en la discapacidad visual.

    Para monetizar estos desarrollos se usaron planes de suscripción. Hay tres planes: uno mensual de USD 4,99; un anual de 39,99 y un plan de por vida de USD 149,99. “Esto permite que las aplicaciones sean sustentables”, explican los emprendedores de 33 años que se alistan para viajar a Suiza a finales de este mes.

    En el camino, uno de los desafíos fue entender cómo funcionan las tiendas de aplicaciones iOS y Android. Pero lo más retador fue cambiar la mentalidad de la gente en temas de discapacidades. “Por eso y para dar el ejemplo nos enfocamos en educar para el respeto y la inclusión”.

    Además, una política de esta ‘start up’ ecuatoriana es contar en su equipo con personas con discapacidades. Hoy Talov tiene a un fotógrafo con discapacidad auditiva y una comunicadora con ceguera.

    El trabajo ha traído frutos y hoy Talov suma premios como el de la competencia ‘Una idea para cambiar la historia’, impulsada por History Channel, o el de MIT Technology Review a los mejores innovadores de América Latina. Además, han llegado a instancias decisivas en certámenes de emprendimiento como Seedstars o SAP Innomarathon, entre otros.

    Luis Villarreal es el presidente Club de Robótica de la Universidad Técnica del Norte. El conoce al equipo de Talov desde el 2016 tras su postulación para la Liga de emprendedores extraordinarios organizada por la Corporación Financiera Nacional. Han evolucionado muy rápido y han logrado que sus aplicaciones sean reconocidas a escala mundial tanto por empresas multinacionales, como en eventos que premian lo mejor en innovación y emprendimiento.

    “Sus herramientas tecnológicas nos ayudan mucho a quienes deseamos crear un mundo con igualdad de oportunidades para todas las personas con la ayuda de la tecnología y la innovación”.

    El siguiente paso es la internacionalización y para eso Talov acaba de constituirse en el 2019 como empresa en EE.UU.

    El equipo de trabajo de Talov, en sus oficinas ubicadas en Ibarra. Este emprendimiento suma premios y reconocimientos  por su trabajo. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
    El equipo de trabajo de Talov, en sus oficinas ubicadas en Ibarra. Este emprendimiento suma premios y reconocimientos por su trabajo. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
  • La ‘start up’ premiada por enfocarse en la movilidad

    Pedro Maldonado

    Editor del Semanario LÍDERES

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    Bicicletas y ‘scooters’ eléctricos, así como taxis y buses, se integran en las soluciones de movilidad que ofrece la ‘start up’ lojana Kradac. Este emprendimiento nació en el 2015 y en este tiempo se ha enfocado en mejorar el transporte ciudadano, utilizando las nuevas tecnologías.

    El más reciente producto se llama Clipp y está en el mercado desde hace un año. Se trata de un plan de movilidad que utiliza el concepto ‘mobility as a service’ o movilidad como un servicio. Este permite que una persona utilice distintos medios de transporte bajo una sola plataforma.

    Así, una persona que se moviliza desde su casa hasta su oficina, por ejemplo, puede usar primero una bicicleta hasta una estación de transporte público. Allí toma un bus y luego termina su trayecto utilizando un taxi o un ‘scooter’ eléctrico. Para esto utiliza un plan de movilidad que cuesta USD 30 y que le permite utilizar, cada mes, cinco viajes en taxi, así como viajes ilimitados en bus, en bicicleta o en ‘scooter’, tan de moda hoy.

    En Loja ya se cuentan en la actualidad 50 personas que tienen este plan, explica Bruno Valarezo, gerente General de Kradac. “Con este sistema el usuario puede conocer opciones de transporte cercanas a su ubicación y elegir la mejor alternativa. Para esto analizamos tiempo, precio y sostenibilidad ambiental”, explica entusiasmado Valarezo en entrevista telefónica con LÍDERES.

    Gracias a Clipp, Kradac fue premiada en enero pasado en el congreso Latam Mobility 2020 que este año se cumplió en Ciudad de México “por su contribución a la innovación”. Este certamen agrupa a emprendimientos enfocados en la movilidad dentro de las ciudades. A ese reconocimiento se suman otros obtenidos por la ‘start up’ en Colombia y Ecuador, en los últimos años.

    Antes de desarrollar Clipp, este emprendimiento ecuatoriano sumó experiencia, con aprendizajes y errores. La primera solución que desarrolló -en el 2015- fue Ktaxi, un aplicativo que permite solicitar taxi. Valarezo recuerda que fue un trabajo retador.
    “Al inicio trabajamos con radiotaxis, lo que significaba que el taxista no necesitaba un aplicativo móvil. Usamos el radio para el despacho de carreras, lo que nos permitió trabajar con tres o cuatro operadoras de radio taxi con 200 unidades disponibles”. Hoy trabajan con 6 000 taxis legales.
    Uno de los mayores desafíos fue negociar con las operadoras y ellos con los taxis. Era 2016 y tomó unos cuatro meses de conversaciones, de demostraciones, de sentase a discutir términos y empezar a operar, cuenta Valarezo.

    Diego González, conductor de la cooperativa de taxis La Argelia, trabaja con Ktaxi desde hace cuatro años y destaca que se trata de una herramienta ágil y que ofrece seguridad tanto al pasajero como al conductor. “Me ha ido muy bien y los clientes están muy satisfechos por el servicio”.

    Este taxista de 33 años toma entre 15 y 20 carreras diarias a través de la aplicación móvil.
    Una vez que el sistema se consolidó en Loja vino un salto. Ktaxi evolucionó a ‘delivery’, transporte de carga, movilidad corporativa y pagos de movilidad con tarjetas de crédito o débito. El sistema se expandió y ahora se usa en ciudades como Loja, Machala, Cuenca, Riobamba, Ambato, Latacunga, Quevedo, Manta, Quito Guayaquil, Ibarra, Tulcán, Santo Domingo, entre otras. “Día a día ayudamos a movilizar a 30 000 personas y desde el 2016 hemos gestionado 18 millones de viajes”, cuenta Valarezo.

    A esto se suma el hecho de que Kradac también ofrece estos servicios en México, Colombia, Perú y Bolivia. La internacionalización se dio gracias a personas que conocieron de sus servicios en Ecuador.

    Otro de los puntos de atención de la ‘start up’ está en los parqueaderos. Hoy también digitaliza plazas de parqueo con las tecnologías disponibles.

    La incubadora Impaqto ofreció mentoría al equipo de Kradac. Daniela Peralvo, cofundadora de Impaqto, señala que lo hecho por la ‘start up’ es un gran trabajo. “Han desarrollado las soluciones entendiendo los problemas. Son un gran ejemplo de una solución que ha tenido que crecer sin apoyo, pero con un modelo de negocio validado desde el día cero”.

    Los ‘scooters’ eléctricos son una de las opciones de movilidad que ofrece este emprendimiento. Foto: Cortesía
    Los ‘scooters’ eléctricos son una de las opciones de movilidad que ofrece este emprendimiento. Foto: Cortesía
  • Moda inspirada en la diversidad del país

    Redacción Quito

    (F) 
    Contenido Intercultural

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    La riqueza cultural y ancestral que tiene el Ecuador hace que más personas quieran apostar por crear negocios que destaquen esas características en los productos que ofertan.

    Gabriela Vera, diseñadora de modas, y Alfredo Mancheno, diseñador industrial y gráfico, están convencidos de que el legado cultural del Ecuador permite crear productos de calidad, con diseños creativos que destaquen esto.

    Esta fue la razón por la que decidieron crear Opuntia, un emprendimiento que plasma en sus artículos a través de diseños de marca de autor la esencia del país.

    El nombre del emprendimiento surgió a partir de una visita que los propietarios realizaron a las islas Galápagos; allí conocieron una especie de cactus gigante que les gustó llamado ‘Opuntia echios’.

    Como la intención inicial era crear una colección enfocada en las islas, escogieron un nombre representativo de la zona para nombrar al negocio.

    Opuntia surgió a finales del 2017. Uno de los propietarios comenta que para iniciar con el emprendimiento invirtieron un crédito bancario y ahorros, recursos que utilizaron para adquirir la materia prima y distintos insumos de los artículos que ofertan.

    Esta materia prima la adquieren de Sutex, proveedor que importa textiles del extranjero.

    Para los detalles y accesorios encontraron una organización comunitaria en Manabí que les provee tagua; además, cuentan con un proveedor del que adquieren material de vitrofusión.

    Para el proceso de elaboración, este emprendimiento diseña cada uno de los artículos y prendas junto con una red de artesanos en pequeños talleres.

    Mancheno explica que él y su esposa manejan los procesos principales como el diseño, patronaje y tallaje de las prendas. A su vez, los acabados finales como el empaque y control de calidad.

    Por otro lado, en su equipo de trabajo involucran indirectamente a 15 personas que les ayudan con la sublimación en los textiles, impresión de los diseños y con la confección de las piezas.

    Desde enero de 2018, Opuntia abrió exhibiciones de sus artículos y prendas en varias tiendas ubicadas en las islas Galápagos, Guayaquil y Quito.

    Esto les permitió tener un incremento en las ventas. En la actualidad este emprendimiento factura alrededor de USD 30 000 anuales.

    Los accesorios que fabrican en mayor cantidad son los monederos, bolsos y ornamentos de vitrofusión; estos últimos son altamente acogidos en las islas encantadas, expresa Mancheno.

    Los emprendedores buscan plasmar en sus diseños los colores y paisajes de Galápagos, los Andes y la Amazonía ecuatoriana.

    Cada colección tiene su particularidad. Por ejemplo, existe la colección Galápagos en la que buscan darle protagonismo a la tortuga marina de las islas.

    Lo que más destacan los emprendedores es que sus diseños son únicos. En la actualidad tienen desarrollados alrededor de 50 propios.

    También ofertan la Colección Precolombina, donde rescatan elementos llamativos como las culturas Jama Coaque, La Tolita, Huancavilcas, entre otras.

    “Gracias a la aceptación que nuestras prendas han tenido en el mercado, el año pasado llegamos a fabricar cerca de 6 000 unidades, con lo que aumentamos un 60% en relación al primer año”, afirma Mancheno.

    A pesar de no tener un punto de venta propio, este emprendimiento ha hecho alianzas con importantes como Galería Ecuador, Travel Store del aeropuerto de Quito y Galería Aymara en Galápagos.

    El propósito que tienen Vera y Mancheno para este año es hacer de Opuntia una marca sostenible, convertir su emprendimiento en un negocio sostenible y que perdure en el tiempo. A su vez, crearán nuevos diseños con un toque urbano para llegar a más mujeres jóvenes.

    Además, planean diseñar una página web para llegar directamente a su público mediante una tienda ‘on line’.

    Otros datos

    Opuntia ofrece monederos, cojines, bolsos, blusas y vestidos con diseños de autor.

    En marzo de 2019 este emprendimiento formó vínculos con la tienda Travel Store del aeropuerto internacional de Quito.

    El reto para este año es que los nuevos diseños tengan un toque urbano para llegar a un público más joven.

    El precio de los artículos varía. Puede encontrar monederos desde USD 3.

    Conozca el catálogo de este emprendimiento en Facebook como Opuntia Ecuador y en Instagram como @opuntiaec.

    Gabriela Vera y Alfredo Mancheno son los propietarios de Opuntia, emprendimiento con diseños propios. Foto: cortesía Opuntia
    Gabriela Vera y Alfredo Mancheno son los propietarios de Opuntia, emprendimiento con diseños propios. Foto: cortesía Opuntia
  • Bolsos, zapatos y carteras, las prendas que comercializa Simiatug Llakta

    Redacción Sierra Centro (F) 
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    Los bolsos, el calzado, las agendas y las billeteras confeccionados con tejidos de cabuya y bordados con finos hilos derrochan color y creatividad. Son los productos elaborados por las artesanas de emprendimiento Simiatug Llakta que agrupa al menos 500 mujeres de esta parroquia del cantón Guaranda, en la provincia de Bolívar.

    El negocio arrancó en el 2000 con el nombre de Simiatug Samay, sin embargo, en el 2014 cambió su nominación a Simiatug Llakta. La inversión inicial fue de USD 2 500 en la compra de la materia prima, la capacitación a las mujeres de las comunidades, la instalación de un sitio de acopio y comercialización. El año pasado, la asociación facturó USD 15 000.

    La historia de Simiatug Llakta la inició su fundadora Cornelia Camerman con el objetivo de asociar a grupos de mujeres para capacitarles e integrarles a los talleres artesanales. La idea fue mejorar las condiciones económicas de la población. “Poco a poco estamos logrando este objetivo planteado”, cuenta Narcisa Licintuña, administradora de Simiatug Llakta.

    La microempresa les compra sus tejidos y los bordados como shigras, tela de cabuya para el calzado y los bordados hechos a mano donde se dibuja las plantaciones de trigo, maíz, cebada, llamas, la minga, el casamiento con figuras andinas.

    Estas obras artísticas en los talleres artesanales se transforman en elegantes y llamativos bolsos, carteras, mochilas, billeteras y zapatos. Estos son comercializados en las tiendas artesanales de Quito, Guayaquil y Cuenca.

    Licintuña explica que llevan trabajando en el proyecto cerca de seis años. Ella se encarga de comprar los tejidos y bordados elaborados con cabuya e hilo de colores. Una vez que adquieren la materia prima es enviada a los talleres, una especie de maquila, para su transformación y darles el valor agregado para la comercialización. “El valor agregado que le damos a nuestros productos nos ayudó a ingresar en forma indirecta a Suiza y Japón”.

    Cornelia Camerman, fundadora, explica que las inversiones en la instalación de los talleres, donde se elaboran los productos, son independientes.

    Simiatug Llakta ha realizado dos envíos de 30 kilos de productos a Suiza y Japón. Licintuña explica que la idea es que el proyecto es que sea sustentable y pueda mantenerse y que las mujeres puedan contar con ingresos económicos.

    La elaboración de artesanías, es uno de los cuatro proyectos productivos que se desarrollan. También tiene el área de elaboración de utensilios con la paja de páramo. Se hacen paneras, individuales y canastas. Además, funciona una fábrica donde se producen condimentos con productos agroecológicos.

    Los colores azules, verdes, rojos, amarillos, rosados y más, llenan de colorido sus creaciones que son apreciadas por los visitantes extranjeros que llegan hasta los talleres.

    Tenga en cuenta

    Simiatug Llakta tiene a escala nacional 10 locales donde se comercializan bolsos, billeteras, carteras, calzado y otros productos que elaboran en sus talleres artesanales.

    Esta asociación de la parroquia Bolívar cuenta con tres talleres para la confección de sus productos que son comercializados en las ciudades de Cuenca, Quito y Guayaquil.

    Este emprendimiento realiza exportaciones en forma indirecta. Sus productos llegan a mercados de Suiza y Japón.

    En los talleres donde se elaboran los productos artesanales de Simiatug Llakta hay inversiones privadas. Foto: Raúl Díaz para Líderes
    En los talleres donde se elaboran los productos artesanales de Simiatug Llakta hay inversiones privadas. Foto: Raúl Díaz para Líderes
  • Con barro hacen réplicas de instrumentos

    José Luis Rosales

    (F)  
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    La armonía de ocarinas, flautas, botellas-silbato de agua y más sedujeron a Jorge Farinango. Desde hace cuatro años, el artista imbabureño lidera un proyecto para la elaboración en barro de réplicas de este tipo de instrumentos sonoros antiguos.

    Con el apoyo de su esposa, María Soledad Ángulo, abrió el taller Vestigios Cerámica Ancestral, en Ibarra (Imbabura). Este emprendimiento cultural busca poner en valor estos artefactos inspirados en los pueblos originarios.

    Farinango se graduó de bachiller en Artes, en la especialidad escultura, en el Instituto Daniel Reyes, de San Antonio de Ibarra.

    Sin embargo, ahora alterna su pasión por el arte con la actividad de empleado público en la Empresa Eléctrica Regional del Norte.

    En este lapso ha ido descubriendo las particularidades que tiene cada cultura. Una ocarina de la zona interandina, por ejemplo, por su tamaño pequeño tiene los sonidos más agudos.

    En tanto que un silbato en forma de tucán, de origen azteca, se asemeja al canto de las aves.
    Uno de los artefactos que más ha sorprendido a Farinango son las botellas-silbato de agua, de la cultura Chorrera.

    En el interior hay un sistema acústico. Cuando el líquido ingresa y rota de un envase a otro, por la presión que ejerce en ese movimiento, produce un sonido.

    Todos estos detalles los ha aprendido al estudiar catálogos y documentos digitales elaborados por arqueólogos, que han realizado estudios en el país.

    También ha visitado museos como el Centro Cultural Ibarra, Casa del Alabado, en Quito; Pumapungo, en Cuenca, y galerías particulares.

    Las piezas se elaboran con barro que se recolecta en Urcuquí e Ibarra. Con estas se logra una consistencia ideal para modelar y hornear los objetos.

    Se empieza mezclando tierra y agua. Se fricciona con las manos o los pies hasta darle flexibilidad; la masa debe reposar dos meses.

    Jorge Farinango y Soledad Angulo impulsan una iniciativa que busca revalorizar instrumentos ancestrales. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
    Jorge Farinango y Soledad Angulo impulsan una iniciativa que busca revalorizar instrumentos ancestrales. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES

    Una vez que está listo el material se procede con el modelado de las piezas. No utilizan patrones y los acabados son rústicos.

    Ángulo no sabía nada sobre este tipo de alfarería. Pero con los conocimientos compartidos por su cónyuge empezó a modelar los primeros objetos.

    Una de sus piezas preferidas es la figura de una Venus de Valdivia, que representa a una mujer en estado de embarazo.

    El fabricar las imágenes es algo sencillo, lo difícil es que al usarlas tengan un sonido agradable. Cree que al modelar la pieza y convertirla en instrumento le da vida.

    Con el paso del tiempo, los esposos han ido perfeccionando su habilidad. La técnica del ahumado, que incluye el uso del aserrín, les permite lograr diferentes colores.

    En la mayoría de los casos, Angulo elabora las figuras y Farinango se encarga de darles el sonido. Aunque no es músico ha aprendido algunos conceptos básicos.

    La inversión para instalar el taller no supera los USD 1 000, que se invirtieron en la construcción de un horno artesanal y la materia prima. Por ahora, el obraje está reubicado en el barrio de Tanguarín, de San Antonio de Ibarra. En esta localidad también hay talleres de cerámica utilitaria.

    Los trabajos de Vestigios Cerámica Ancestral han salido del país de la mano de turistas extranjeros que visitan la Plaza de los Ponchos, en Otavalo.

    Jorge y su hermano Santiago, quienes elaboran instrumentos de madera, tienen un puesto en este mercado artesanal, uno de los más grandes de la región.

    Los extranjeros muestran más interés por este tipo de elementos. Algunos tienen conocimientos sobre las características de cada cultura, señala Farinango.

    “Ellos tienen una curiosidad innata. Les gusta manipular y saber a fondo cómo se hace una pieza de barro. Por eso, también hacemos talleres para que elaboren su propio instrumento”.

    Las piezas han sido adquiridas por músicos populares como el cantautor Enrique Males y el musicólogo Carlos Freire.

    Otros datos

    Los artículos los promocionan a través de Facebook: Vestigios Cerámica Ancestral.

    El costo de los silbatos es de USD 10. Hay piezas sonoras de hasta USD 180.

    En el 2019 los emprendedores asistieron a la feria del Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares.

    Sus artículos han ido a España, Alemania, Francia, etc.

    El investigador Esteban Valdividia les ha compar­tido sus conocimientos.

    Su próxima meta es implementar un museo itinerante para ir a las parroquias rurales.

    El emprendimiento ­familiar elabora ocarinas, flautas, botellas silbato... que los venden en la Plaza de los Ponchos (Otavalo). Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
    El emprendimiento ­familiar elabora ocarinas, flautas, botellas silbato… que los venden en la Plaza de los Ponchos (Otavalo). Foto: José Luis Rosales / LÍDERES