Etiqueta: emprendimientos

  • El futuro del marketing llegó a Quito

    Xavier Basantes R.  (I)
    Editor de proyectos multimedia

    Tal como ha sucedido en otras ediciones de EXMA, en ciudades como Bogotá o México, Quito no fue la excepción. El recurso emocional es la principal herramienta con la que sus conferencistas llegan a los asistentes. Historias de éxito acompañadas con estrategias de comunicación y marketing son la mejor forma de explicar y mostrar cómo conectar marcas con clientes.

    Las empresas saben que las decisiones de compra prácticamente se toman desde un enfoque emocional. Lo racional se impone cuando se trata de grandes inversiones, pero en una sociedad de consumo, la expresión ¡wow! es lo que se impone. Muchos aseguran que el ¡wow! es ese ansiado valor agregado que imprimen las marcas a sus productos y por los cuales una persona estaría dispuesta a pagar. “Las emociones se contagian y se comparten”, decía Fernando Anzures, CEO de EXMA, a cientos de asistentes al encuentro ‘El futuro del marketing hoy’, organizado por EXMA, el 22 y 23 de junio.

    Las estrategias desarrolladas por Disney, Lego o la irrupción que en la actualidad lleva a cabo Netflix fueron comentadas durante los dos días de conferencias en los que sin duda la incidencia tecnológica, es decir, la transformación digital es el punto de partida para llegar al consumidor.

    ‘Ahora los clientes son más exigentes’ – no es algo nuevo-, pero esta vez el gran desafío que tienen las firmas de atraer, deleitar, sorprender y retener consumidores está muy relacionado con la tecnología. Sin embargo, el exceso de información, ‘la infoxicación’, plantea el reto de que lo “interesante no es tener la data, sino que lo interesante es saber utilizarla”.

    Pero en medio de este mundo disruptivo hay algo que es vital: el servicio y la atención al cliente. Ese es el caso de la experiencia que compartió Doug Lipp y su paso por Disney University como Jefe de Entrenamiento. “El servicio al cliente de clase mundial comienza con nuestros propios empleados”. En un pasaje de su intervención y hablando como el Pato Donald contó que allí comprendió que la filosofía de la compañía era innovar, entretener y educar. Por eso inculcó en su equipo que los clientes iban a los parques de diversiones, a ese Reino Mágico, a cumplir sus sueños y “hay que estar con ellos para que disfruten de esa experiencia”. Incluso la de los ‘niños grandes’ que buscan a sus personajes favoritos.

    Pensar como niños y apoyarse en ellos, para volver a la esencia de la compañía fue un punto clave que le permitió a Lego recuperarse de una caída en sus ventas. David Robertson, quien del 2002 al 2010 fue el profesor Lego de Innovation and Technology Management en el Instituto de Suiza para el Desarrollo Gerencial, destacó ese volver a la ‘esencia de la compañía’ para recuperar mercado: sus juguetes se crearon en 1978, porque al niño le gusta construir.

    Con los niños como sus mejores aliados para innovar, Lego creó nuevas historias y personajes, con resultados espectaculares: un crecimiento anual del 28% en ventas.

    Las líneas de productos que mejores ventas registraron en 2012 fueron LEGO City y LEGO Star Wars™, seguidas de LEGO Ninjago (lanzada en 2011). La nueva línea de productos, LEGO Friends, también generó un hito en 2012.

    La mirada nunca hay que quitarla del cliente. Hay que estar junto a él, incluso llegar a una co-creación; es decir, impulsar un proceso que emplean las marcas para crear estrategias innovadoras con la colaboración de sus clientes. Y esta tendencia tomará más fuerza de la mano con el auge de la economía colaborativa.

    La inteligencia artificial y cómo está ayudando a crear conexiones y empatía con el consumidor de manera más rápida, entre otras cosas, a través de ‘apps’ -que permiten entender los valores y necesidades del cliente-, también estuvo en la agenda de los asistentes. Ahora ellos tienen el gran reto de llevar todas esas experiencias a la práctica a sus empresas. Veamos.

    Frases de impacto

    Para emprendedores. “Es mejor arrepentirse de lo que se ha hecho, que nunca haberlo intentado”, Fernando Anzures.

    “Las ideas son como el bambú: sus semillas tardan en germinar siete años, pero una vez que lo hacen, la planta no para de crecer”, Jonatan Loidi.

    Para empresas.  “Las cuatro claves del éxito de Disney son la seguridad, la cortesía, el espectáculo y la capacidad. Doug Lipp.

    Fernando Anzures Larrañaga, director general de EXMA, arrancó la jornada que se desarrolló durante dos días en el Quorum Paseo San Francisco. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Fernando Anzures Larrañaga, director general de EXMA, arrancó la jornada que se desarrolló durante dos días en el Quorum Paseo San Francisco. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • De los helados pasaron a una carta para todo gusto

    Redacción Quito
    ​redaccion@revistalideres.ec

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    Flor María Pineda nació en Machala en 1950 y cada vez que visita Quito pasa por la Heladería & Café Caribe. La mujer y el negocio tienen la misma edad y por eso ella se siente como parte de esta pequeña empresa familiar que en mayo pasado cumplió 67 años.

    Pineda siempre pide y disfruta de una copa de helado de mora. Por lo general llega al local, ubicado en el Centro Histórico de Quito, acompañada de su hermana Irma, quien es otra fiel clienta de este negocio.

    La semana pasada Pineda repitió el ritual. Lo hizo para calmar el calor en las primeras mañanas del verano quiteño que ya calienta la capital del Ecuador.

    El negocio fue fundado en 1950 por los esposos Luis Espinosa y Esther Báez. Esta pareja arrancó el negocio casi sin proponérselo. En el tradicional barrio La Tola, también en el centro de la ciudad, Báez montó en 1950 una pequeña tienda, a pocos metros de la Escuela Don Bosco. Los alumnos fueron sus primeros clientes y sus consejeros: ellos le pidieron que prepare helados. Y Báez les hizo caso. Luego sumó a su oferta el café que elaboraba para tomarlo con su esposo.

    Así había empezado un negocio que ya va camino a la tercera generación de la familia Espinosa y que cuenta con una clientela constante. De la casa de La Tola, el negocio pasó a un local arrendado en la calle Bolívar, a mediados de la década de 1950.

    El helado era la carta de presentación. Incluso Espinosa repartía el producto por la ciudad. Él mismo llevaba una congeladora a otras tiendas para que el producto se mantenga fresco.

    Con las ganancias Espinosa se animó a comprar la casa de la esquina de las calles Bolívar y Venezuela. Es el mismo lugar en el que ahora los hijos Loli y Francisco Espinosa ahora administran Heladería & Café Caribe, el negocio fundado por sus padres.

    Según Francisco, el éxito del negocio está en mantener intactas las recetas de su madre. “El helado es único y por eso los clientes siempre regresan”.

    Para mantener la esencia de los helados, los Espinosa adquieren frutas en Ambato, Santo Domingo y San Lorenzo. Desde esas ciudades llegan moras, guanábanas, naranjillas y otras frutas que tienen las características deseadas por esta familia de emprendedores que genera 16 empleos.

    Al recorrer el local de 180 metros cuadrados es fácil advertir que la dedicación es la clave. Mientras un grupo de trabajadores está en la cocina, otro limpia las mesas y sirve los pedidos.

    El trabajo se cumple de manera sincronizada. Así es durante las doce horas que la heladería y cafetería permanece abierta, los siete días de la semana. “No descansamos ni el 1 de enero”, comenta Francisco, mientras supervisa al equipo de trabajo.

    Otro de los valores agregados de este negocio es el poder reunir a varias generaciones, asegura Loli Espinosa. “Muchas veces llegan abuelos, quienes comparten recuerdos con sus hijos y nietos. Para nosotros es una alegría reunir a familias de quiteños”.

    A los helados y el café se sumaron, hace cinco años, platos a la carta como churrascos, secos de chivo, lasañas, entre otros. De esta manera la oferta se amplió, nuevamente por pedido de los clientes, tal como sucedió a mediados del siglo anterior.

    Ahora la familia Espinosa enfrenta un desafío: que la tercera generación se encargue del negocio. El asunto aún no se define porque los nietos de Luis Espinosa y Esther Báez tienen otros planes. Por eso una opción es contratar una administración externa, que mantenga la tradición y el sabor.

    Loli y Francisco Espinosa, junto con parte del equipo de trabajo de la Heladería & Café Caribe. El local funciona en el Centro Histórico de Quito, desde mediados del siglo pasado. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Loli y Francisco Espinosa, junto con parte del equipo de trabajo de la Heladería & Café Caribe. El local funciona en el Centro Histórico de Quito, desde mediados del siglo pasado. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Manos libres y bienestar son parte de su propuesta de valor

    Redacción Quito

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    Hacer actividades cotidianas del hogar, desde arreglar la casa hasta darse una ducha, pasando por descansar, es un reto cuando se tiene en casa a un bebé recién nacido.

    Belén Vallejo y su esposo Stefan Breitenmoser vivieron esta realidad cuando tuvieron a su hijo en Suiza, país de donde él procede.

    En ese país consiguieron una hamaca que gracias a un movimiento vertical ayuda a calmar al bebé cuando está inquieto, brindándole un espacio seguro para que el pequeño descanse y libertad de movimiento para los padres.

    Al regresar al Ecuador, la pareja notó que no había un producto similar en el mercado y decidieron implementarlo, ‘dando a luz’ a Tranquibebe, que ya lleva en el mercado un año y medio.

    La investigación para la elaboración del producto y la búsqueda de los insumos y materiales, así como encontrar a la persona adecuada para la confección de la hamaca les tomó entre seis y ocho meses. Su inversión inicial fue aproximadamente de USD 3 000.

    La hamaca, así como su bolso para llevar, está elaborada con tela semilona, fabricada 100% con algodón nacional, sin ningún tratamiento químico.

    Cuenta con un resorte y una cuerda de seguridad, una madera que sostiene la hamaca, un colchón relleno de plumón antialérgico y el gancho fijo para colgar. También se puede adquirir un gancho especial para colgar la hamaca en cualquier marco de puerta, pero se vende por separado, ya que es importado.

    Este artículo aumenta la portabilidad del producto, ya que para colgarlo solo se necesita que el borde de la puerta tenga un centímetro de ancho de cada lado.

    “El producto no es solo para el bebé. Nuestro valor agregado es dar manos libres a los papás”, explica Stefan, al señalar que incluso con este producto los padres pueden recuperar la “vida social”, que muchas veces se pierde con la llegada del bebé, ya que por la falta de un lugar para tener al bebé se pueden complicar las visitas a familiares y amigos.

    El producto se recomienda para bebés de 0 a 12 meses aproximadamente, dependiendo del peso, pues soporta hasta 10 kilos.

    Para Diego Cárdenas, padre de un bebé de 9 meses, el producto es de mucha ayuda. “A mi bebé le da tranquilidad. Le encanta hacer la siesta ahí”, dice al señalar que el Tranquibebe se ha vuelto indispensable cada vez que va de viaje, porque le da a su hijo la sensación de seguir en casa.

    El Tranquibebe tiene un precio USD 98, y el gancho especial cuesta USD 32 adicionales. Incluye la entrega a domicilio.

    Para complementar el negocio y haciéndose eco de los pedidos de sus consumidores, se crearon nuevos productos como baberos impermeables con y sin mangas, que tienen un precio de USD 7 y USD 4, respectivamente, y gorritos con protección extra de tela para el cuello del niño, valorados en USD 12. De estas piezas, se han vendido alrededor de 120 baberos de los dos tipos y unos 50 gorritos.

    Están preparando además un bolso de accesorios infantil para autos, con los que los niños puedan organizar sus cosas dentro de un vehículo y hamacas de descanso para niños de 2 a 6 años.

    Hasta ahora han vendido unas 50 unidades de hamacas, varias de ellas en Suiza y Colombia, y más de un centenar de los otros productos logrando en año y medio ventas de cerca de USD 12 000.

    Su proyección basada en la tasa de natalidad del país es llegar a unos 2 000 niños en los próximos dos años y alcanzar ventas anuales de USD 300 000.

    Belén asegura que su anhelo es que el negocio crezca lo suficiente para que se pueda volver sostenible y lograr incluso empezar a hacer donaciones a fundaciones que trabajen con niños pequeños.

    Stefan Breitenmoser y Belén Vallejo trajeron la idea de  la hamaca para bebés desde Europa, de ahí llegaron cuando su hijo tenía 4 meses. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Stefan Breitenmoser y Belén Vallejo trajeron la idea de la hamaca para bebés desde Europa, de ahí llegaron cuando su hijo tenía 4 meses. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • El sabor de Esmeraldas está en este ‘food truck’

    Redacción Quito

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    Nueve años les tomó a Johanny Quiñones y a Elías Hanze dar un giro a su negocio de recetas tradicionales de Esmeraldas. En marzo del 2008 empezaron a ofrecer servicio a domicilio de comida esmeraldeña en Quito.

    Pero decidieron innovar. Por eso, en octubre del año pasado estrenaron un ‘food truck’, que lleva el nombre La Tierrita y que está ubicado en el Bunker Food Park, un espacio para estos emprendimientos en el norte de Quito.

    El lugar ofrece desde el tradicional seco de pollo o guatita -con sazón esmeraldeña-, hasta el refrito de camarón, pescado frito y distintas variedades de bolones. A estos platos se suman la receta secreta que permanece hace más de 20 años en la familia de Johanny Quiñones, y también usan el ingrediente especial: el chiyangua.

    Esta especie es una hierba aromática utilizada para condimentar caldos y platos fuertes.
    Pero la historia de estos emprendedores en la preparación de platos esmeraldeños surgió cuando ambos llegaron a Quito en el 2003, para estudiar la universidad.

    Elías Hanze estudió psicología industrial, mientras que Quiñones se especializó en ingeniería comercial en la Universidad de las Américas (UDLA).

    Cuando ambos tenían 21 años se casaron. Desde entonces empezaron a ver otras fuentes de financiamiento para sustentar sus estudios, educar a su hijo y para el hogar detalla Quiñones.

    “En ese momento vi la oportunidad de tener mi propio negocio; y mi familia siempre estuvo vinculada a la gastronomía. Mis padres tenían una heladería en Esmeraldas y desde pequeña aprendí los secretos de la cocina esmeraldeña”, dice la emprendedora.

     Por eso, en un inicio invirtió USD 300 para preparar en su casa el encocado de camarón.
    También tuvo el apoyo de su tía, Marcia Calapucha, quien es la chef de La Tierrita. La esmeraldeña de 52 años menciona que sus recetas tienen secretos aprendidos de su familia de Esmeraldas.

    En agosto del año pasado y luego de trabajar en la preparación de los platos esmeraldeños para entregar a domicilio todos los fines de semana, Quiñones menciona que vieron la publicidad de un lugar para ubicar ‘food trucks’ en el norte de Quito.

    Por lo que decidió abrir su nuevo establecimiento con la finalidad de dar a conocer la sazón esmeraldeña y el sabor de la chiyangua en Quito.

    Para el ‘food truck’ se invirtieron USD 17 000; el dinero ayudó a comprar la concesión en el Bunker Food Park, el local, los equipos y otros detalles claves.

    La compra de ingredientes para preparar los alimentos lo hacen en supermercados, con la consigna de ofrecer productos de calidad. Sin embargo, la chiyangua es lo único que se trae de Esmeraldas.

    Manuel Cedeño, distribuidor de la bodega Sancho Exprés, provee de pescado picudo, camarón, aceite y arroz a La Tierrita. El comerciante afirma que hace un año concretaron la entrega de estos productos para el emprendimiento.

    Desde que esta pareja esmeraldeña, de manera formal, montó este negocio recibe aproximadamente 50 clientes por día. Y la capacidad de producción de su cocina es de 20 encocados diarios, explica Elías Hanze.

    El sabor que ellos ponen en cada receta, como el coco gratinado para los platos fuertes es lo que atrae a sus clientes.

    Noris Navarro es una funcionaria pública y cuenta que es cliente de Quiñones, desde hace nueve años. Ahora que la emprendedora tiene su propio espacio, acude semanalmente para consumir bolones de queso. Navarro cuenta que la sazón de La Tierrita la transporta a su natal Esmeraldas por la sazón que tiene.

    En este año, esta iniciativa fortalecerá el manejo de redes sociales. También, incluirá las entregas a domicilio y trabajará en otros platos esmeraldeños como el tapao, el caldo de res, y otros con chancho, pollo y chorizo.

    El equipo de La Tierrita elabora bolones de camarón, cerdo o platos fuertes como encocado de pescado. Foto: Julio Estrella/ LÍDERES
    El equipo de La Tierrita elabora bolones de camarón, cerdo o platos fuertes como encocado de pescado. Foto: Julio Estrella/ LÍDERES
  • Minimuñecos para la noche del 31 de diciembre

    Redacción Quito (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Los pequeños monigotes empiezan a tomarse las diferentes calles de la capital. No son cualquier muñeco, estos son elaborados con material reciclado y tienen una elaboración minuciosa, que le dará pesar quemarlos.

    El nombre de este emprendimiento es Minigotes y nació de la mano de dos quiteños: Cristina Pozo y Paúl Méndez, de 29 y 28 años respectivamente.

    Hace 4 años, esta pareja decidió fortalecer una costumbre del país: los tradicionales ‘viejitos’. Lo hicieron con algunas variaciones, ya que los materiales son sostenibles. Por ejemplo, el relleno es de bagazo de caña de azúcar, que evita la contaminación ambiental.

    Mientras que las caretas son totalmente artesanales, es decir, elaboradas por manos de productores de sectores como Guaytacama, en la provincia de Cotopaxi. “Es un trabajo minucioso y de calidad”, explica Méndez.

    Los personajes más populares que han elaborado estos quiteños son el ‘mini Mashi’, un muñeco del actual presidente ecuatoriano Rafael Correa.

    Sin embargo, este año hay una novedad. Decidieron elaborar el ‘mini Trump’, que personifica al recién electo presidente estadounidense, Donald Trump. Ambos tienen expectativa de que el muñeco arrase en las tiendas.

    “Quisimos rescatar nuestra cultura ecuatoriana y nuestras costumbres y tradiciones”, indica Méndez, quien es diseñador.

    Otra de las novedades que presenta este negocio es el minigote de los Buenos Augurios. Son muñecos que representan a los buenos deseos como la fortuna, el amor, la suerte, salud y demás.

    La novedad es que los muñecos incluyen ropa interior de los colores de suerte: amarillo, verde, rojo y demás colores, que usan las personas en Fin de Año.

    El camino de estos emprendedores, que comenzaron como compañeros de trabajo pero que ahora están próximos a casarse, no fue fácil. La inversión inicial que hicieron fue de USD 2 500, que incluyó la compra de los materiales y la ubicación de los artesanos para las caretas y demás insumos para el minigote.

    Pese a ello, el negocio ha rendido frutos, ya que, al momento, facturan entre USD 22 000 y 25 000 en diciembre. El costo del muñeco es de USD 8,95 cada uno.

    Las ventas de los minigotes se hacen por dos vías. Puede conseguirlos en puntos de venta como cadenas comerciales y en islas como The Gift, un concepto nuevo de tienda que creyó en estos emprendedores quiteños.

    Su propietario Andrés Romero comenta que la idea de acoger a este producto en su isla le pareció genial, porque se trata de un producto diferente y elaborado por manos ecuatorianas. “Nos pareció algo novedoso y mejor si es elaborado por emprendedores”.

    Otra de las formas de adquirir este producto es vía ‘on line’, ya que el cliente puede solicitar el producto desde una computadora o dispositivo móvil. “Esta forma es más fácil, aunque en el país no se usa mucho los pedidos con pagos con tarjetas”, dice Ponce, diseñadora de profesión.

    Según cuentan los emprendedores, mandarán su producto a México y Estados Unidos para los migrantes. Y esperan producir más en los próximos años.

    Las anécdotas

    La ‘mini Tri’. Esta propuesta es uno de los minigotes que más recuerda esta pareja de quiteños, ya que la elaboraron cuando a la Selección de Fútbol ecuatoriana no le iba bien en sus competiciones internacionales.

    El primer pedido. Los jóvenes emprendedores recuerdan que al recibir el primer pedido calculaban elaborar unos 300 muñecos, pero la acogida fue tal que se convirtió en 1 000. Trabajaron a contrarreloj para lograr su meta y cumplir con los clientes.

    Paúl Méndez y Cristina Pozo son los mentalizadores de Minigotes, muñecos para el 31 de diciembre. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
    Paúl Méndez y Cristina Pozo son los mentalizadores de Minigotes, muñecos para el 31 de diciembre. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
  • La pizzería que surgió con cuatro ingenieros

    REDACCIÓN QUITO (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Hace 38 años dos ecuatorianos y dos uruguayos decidieron abrir una pizzería.
    La idea surgió luego de que estos cuatro ingenieros construyeran un edificio en la González Suárez. Todos los departamentos se arrendaron o vendieron, pero al cabo de un año la planta baja seguía desocupada.

    Entonces los socios uruguayos convencieron a los demás de abrir una pizzería con receta de su país. Así nació El Hornero.

    Como todos los accionistas eran ingenieros y desconocían el arte de preparar pizzas, tomaron la decisión de invitar a Luis Alberto Cardozo, maestro pizzero de Montevideo, para formar parte de este emprendimiento.

    Cardozo falleció hace algunos años y sus restos descansan en Ecuador. Su legado en el país está en las recetas y la forma de preparar las pizzas en los 13 locales y ocho franquicias que tiene El Hornero en la actualidad.

    Sandra Rosenfeld, gerenta de marketing, comenta que el éxito de la pizzería tomó tiempo. A finales de los años 70 la costumbre de comer fuera de la casa no estaba muy arraigada en la cultura quiteña. Por eso el restaurante no tuvo mucha acogida al inicio.

    La fama del negocio llegó de manera paulatina gracias a los jóvenes que asistían el domingo a la iglesia El Girón y después de la misa aprovechaban para comer una pizza que llamaba la atención por ser cuadrada.

    Cinco años de haber inaugurado el primer local, la pizzería empezó a tener largas filas de personas que esperaban ser atendidas; la demanda permitió abrir una sucursal en la Veintimilla y Amazonas, (centro-norte de Quito).

    La intención era ofrecer un espacio cercano al primer restaurante y dar mayor comodidad a los usuarios. El segundo local también fue un éxito y los emprendedores decidieron expandirse con nuevos locales en distintos puntos de Quito.

    Actualmente El Hornero factura cerca de 1 millón de dólares al mes, da trabajo a más de 420 personas y está presente en Quito, Guayaquil, Salinas, Santo Domingo, Ibarra, Esmeraldas, Machachi y la Mitad del Mundo.

    Rosenfeld considera que el éxito de la marca se debe a que el producto que oferta es sano, natural, sabroso, accesible y nacional, pues aunque la idea viene de Uruguay el 99,8% de los ingredientes que usan en sus diferentes recetas son ecuatorianos.

    Este año, de desaceleración económica, El Hornero no ha cerrado ni ha abierto locales, pero sus propietarios esperan inaugurar una nueva sucursal en Quitumbe en el 2017. “Quizá nos animemos a abrir franquicias en otros países como Colombia, la idea sería exportar nuestros productos para que el sabor no varíe”, dice Rosenfeld.

    Con el paso de los años la pizzería se ha visto en la necesidad de crecer en varias áreas. Hoy cuentan con su propia quesería y con plantaciones de orégano, tomate, rúcula y una variedad de productos que usan con frecuencia en sus recetas.

    Según la gerenta de marketing de la cadena de comida, los retos para el próximo año serán mantener la calidad, modernizarse, ofrecer novedades en el menú y no elevar los precios, mismos que se han mantenido durante los últimos cuatro años.

    El Hornero empezó con un local en la González Suárez, en Quito, a finales de la década de 1970. Foto: Archivo / LÍDERES
    El Hornero empezó con un local en la González Suárez, en Quito, a finales de la década de 1970. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Allkugrass, césped natural para perros que viven en departamentos

    Lucia Vasconez

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    Cuando Diego del Pozo miraba a su mascota que no tenía una espacio en el que jugar o hacer sus necesidades biológicas porque viven en un departamento sin espacio para estas actividades nació la idea de un emprendimiento. Él es uno de los dos socios fundadores de Allkugrass, una empresa que produce césped natural, totalmente biodegradable para las mascotas.

    Del Pozo junto con su amigo y compañero de universidad, Christian Naranjo, iniciaron la empresa Allkugrass en junio del 2016 con una inversión de USD 16 000, la que fue destinada principalmente para el invernadero, sistemas de riego y una plataforma web.

    Los dos jóvenes de 27 años culminaron sus estudios en la Universidad Internacional en las carreras de Mecatrónica y Negocios, por ello, para lograr su producto, han tenido que capacitarse en agricultura y asesorarse con un equipo de agrónomos para desarrollar su césped natural para las mascotas.

    “Este césped es óptimo para los perros, no necesita mantenimiento, es natural, retiene los líquidos y los olores”, señala Naranjo.

    En el mercado hay otros productos para estas necesidades de las mascotas: como césped sintético y paños de algodón. El césped de Allkugrass es natural, por esta razón amigable con el medio ambiente. Después de que el «perrito lo ha utilizado completamente, se lo deshecha”, agregó.

    Las mascotas se adaptan al césped de Allkugrass. Foto Facebook de Allkugrass
    Las mascotas se adaptan al césped de Allkugrass. Foto Facebook de Allkugrass

    El césped de Allkugrass viene en cajas de dos tamaños: de 40 cm x 60 cm, para razas pequeñas y medianas; y 60 cm por 80 cm para las grandes. Tiene un alto aproximado de 10 cm. Está diseñado para departamentos, casas, oficinas. El cambio de cada caja se lo debe realizar cada tres semanas o dependiendo de su uso.

    El proceso de siembra y crecimiento del césped, hasta que se logre el tamaño requerido para la venta, es de aproximadamente 28 días y requiere de cuidados específicos. Por ello han implementado un invernadero en la parroquia de Tumbaco, en el nororiente de Quito.

    Actualmente la producción de esta empresa es 270 cajas al mes, las mismas que se distribuyen en la capital, Manta, Guayaquil y Ambato.

    El nombre de la empresa surgió de la combinación de las palabras allku (perro en quichua) y grass (césped en inglés).

    La empresa vende sus productos a través de su plataforma web (http://allkugrass.com/), el costo de cada caja, USD 18 99, las pequeñas y USD 24,99, las grandes, ya incluye el servicio de transporte dentro de la ciudad de Quito.

    Además del césped, la empresa ofrece, a través de su página web, otros servicios, todos a domicilios: peluquería canina, paseos para perros y veterinaria.

    Diego del Pozo y Christian Naranjo, cofundadores de la empresa Allkugrass. Foto: Víctor Munoz / LÍDERES
    Diego del Pozo y Christian Naranjo, cofundadores de la empresa Allkugrass. Foto: Víctor Munoz / LÍDERES
  • Las mipymes aprenden a ser sostenibles

    Pedro Maldonado

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    Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que quieren ser sostenibles tienen un gran desafío por superar: combinar rentabilidad financiera, políticas ambientales e impacto social. El reto es grande dada su naturaleza y la estructura que difiere en recursos y tamaño frente a las grandes empresas.

    En el Ecuador existen mipymes que poco a poco toman conciencia de lo que implica ser sostenibles. Estas trabajan de cerca con sus proveedores, sus consumidores, así como con sus trabajadores y toda la cadena de valor. Un ejemplo de esta tendencia es Pacari, la firma que produce y exporta chocolates elaborados con cacao orgánico.

    Santiago Peralta, el fundador de Pacari, está consciente de que la sostenibilidad abre mercados y genera un negocio diferenciador. Esta empresa trabaja con cerca de 3 500 agricultores de cacao orgánico en Esmeraldas y Napo.

    Para Peralta, el asunto es claro. “Si no se hacen bien las restas y las sumas, si no se manejan bien los recursos económicos, todo el proceso sostenible de una empresa corre peligro”. Además, asegura que la sostenibilidad económica tiene que ser generada por la propia empresa, sin esperar ayuda ni del Estado, ni de una organización no gubernamental. “No debemos esperar ningún subsidio”.

    Una de las estrategias de Pacari es apostar por productos orgánicos. Ese valor agregado, dice Peralta, les permite llegar a países de América, Europa y Asia con un producto premiado en Londres, Nueva York, España y otros países. El retorno está en el crecimiento de la empresa y en el aseguramiento de trabajo y precios justos a los proveedores, es decir a los agricultores que trabajan con cacao orgánico. Por todo esto, Pacari está en proceso de obtener una certificación de empresa B (ver nota inferior).

    No obstante, el camino hacia la sostenibilidad es largo, no solo en Ecuador, sino en toda la región, según el argentino Hugo Kantis, director del Programa de Desarrollo Emprendedor (Prodem) e investigador de temas empresariales.

    Kantis asegura que al hablar de Mipymes sostenibles aún hay más interrogantes que evidencias. “Estamos al inicio de la sostenibilidad. Todavía tiene que pasar mucha agua bajo el puente”.

    Para Xavier Ordeñana, catedrático e investigador de la Espae Graduate School of Managemet, el tema de sostenibilidad es complejo. “La mortalidad de las empresas es muy alta en especial en las pequeñas y medianas”.

    Según datos del Global Entrepreneur­ship Monitor Ecuador 2015, el reporte que mide la actividad emprendedora, el 25,9% de negocios nacientes en el país dura menos de tres meses y solo el 9,8% supera los tres meses y se mantiene hasta cumplir tres años y medio.

    El triple impacto es la meta que se persigue bajo este modelo

    Empresas B. Este es el nuevo concepto que va ganando espacio en el mundo de los negocios. Esta clase de organizaciones se desenvuelven buscando lo que Hugo Kantis, de Prodem, llama el triple impacto o preocupación por la gente, por el planeta y por ser rentables.
    Este especialista en temas empresariales señala que es deseable que aparezcan empresas y jóvenes emprendedores que se plantean cómo responder ante necesidades sociales siendo rentables.

    Se trata de una redefinición del éxito empresarial, dice Michelle Arévalo-Carpenter, cofundadora de Impaqto, organización ecuatoriana que cuenta con la certificación de Empresa B. “El tema de fondo -dice- es dejar una huella positiva en la sociedad”.

    Sobre la evolución de esta clase de empresas Kantis acude a su experiencia y prefiere ser prudente. “Hay una ola de optimismo grande en terminos de que la tendencia va a forzar que esto de las empresas B sea la norma el día de mañana. Ojalá esto suceda, pero seamos cautelosos con no generar altas expectativas, porque el juego de los negocios y el mercado a veces tiene criterios más duros”. El representante de Prodem cree que puede ser un asunto generacional, pero sobre todo depende de del sector y la propuesta de cada empresa.

    El tamaño es una fortaleza que tienen las pequeñas empresas

    Ser una Mipyme sostenible es un proceso metódico. En el caso de la empresa Soluciones Ambientales Totales (Sambito) el objetivo es articular negocios ambientales y para lograrlo utiliza una fórmula sencilla y efectiva: levanta indicadores económicos , sociales y ambientales. Con esa información se implementan acciones para mejorar y mantener esos indicadores.

    Así lo explica José Guarderas, gerente de Sambito, empresa con 15 años en el mercado. “Los indicadores que se obtienen resultan relevantes y son una evidencia ante nuestros ‘stakeholder’ de que estamos haciendo actividades que enmarcan a la pyme dentro de un marco sostenible”.

    El ejecutivo añade que si bien existe conciencia sobre la sostenibilidad aún hay tarea pendiente. “Esto requiere de un gran compromiso de todos los sectores productivos, así como de los organismo públicos”, asegura Guarderas.

    Wilson Araque, titular del Observatorio de la Pyme de la Universidad Andina Simón Bolívar, aporta con más elementos. Él sostiene que crear conciencia al respecto no es sencillo. “Hoy en día la sostenibilidad no es la principal prioridad de una pequeña empresa”.

    Según este catedrático e investigador, mejorar el tema de sostenibilidad es un problema estructural y por lo tanto las soluciones también son estructurales y demorarán algunos años. “En el país hay algunas experiencias y con el tiempo serán cada vez más comunes”.

    Los beneficios de ser Mipymes sostenibles van desde mejorar las posibilidades de internacionalizarse hasta estar bien preparadas para bajones de la economía, según Xavier Ordeñana, investigador de la Espae. Él añade que La clave pasa por contar con una especie de plan de carrera “que permita tener una visión clara del negocio, con posibilidades de expansión y con una agenda de largo plazo”.

    Otra ventaja que tienen las Mipymes es su tamaño, según Arévalo-Carpenter. “Al tener operaciones más pequeñas, la pyme puede mantener una mejor trazabilidad sobre su cadena de valor, recibir retroalimentación de sus clientes más cercanamente e innovar en sus políticas internas de manera más ágil”.

    La cofundadora de Impaqto insiste en que el tamaño significa una ventaja que está siendo cada vez más valorada por el mercado local y extranjero. Todo esto traerá como resultado que la pyme deje una huella social y ambiental positivas. Es una ecuación simple: “los colaboradores están más comprometidos con la empresa, sus consumidores los promueven y el mercado los prefiere”.

    Foto: archivo Paúl Rivas / LÍDERES La empresa de chocolates Pacari trabaja con la comunidad de Archidona (Napo)  en un centro de interpretación.
    Foto: archivo Paúl Rivas / LÍDERES
    La empresa de chocolates Pacari trabaja con la comunidad de Archidona (Napo) en un centro de interpretación.
  • Sánduches de cuy y conejo son la propuesta de este emprendimiento

    Modesto Moreta

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    ¿Se imagina saborear un sánduche nutritivo, bajo en grasa y que esté elaborado con carne de cuy o de conejo horneado? Esta nueva oferta gastronómica ofrece Smoothies & Sánduches. La propuesta de este negocio ambateño, que entró al mercado hace seis meses, es “comer sano y nutritivo”.

    El emprendimiento que atiende en los locales 1 y 2 del Centro Comercial Cevallos, ubicado en el centro de Ambato, es dar una nueva alternativa que evite el consumo de la comida industrializada por una que trata de contrarrestar riesgos para la salud de niños, jóvenes y adultos.

    Javier Sandoval y Margarita Pullas son sus propietarios. Ellos también ofertan batidos con leche deslactosada, con frutas frescas orgánicas con mezclas como granola, quinua, chía, máchica, miel de abeja, stevia y otros productos que aportan con vitaminas.
    Además, en el local se encuentran ensaladas con 12 variedades de frutas bañadas con granola.

    La idea es que quien lo consuma inicie la jornada con energía para efectuar su trabajo.
    El sánduche está elaborado con pan integral que contiene linaza, orégano, avena, albahaca; es un pan especial e innovador -según estos emprendedores- que lleva relleno con pequeños trozos de carne de cuy o de conejo, de acuerdo con el gusto del cliente. Se complementa con rodajas de pepinillo, tomate y queso fresco.

    Aunque parece una propuesta loca, Sandoval y Pullas renunciaron a sus empleos para convertir en realidad su idea. El proceso para montar el negocio implicó un estudio y entrevistas con nutricionistas, técnicos agrícolas, productores de frutas y legumbres orgánicas certificadas. Ellos insisten en que su oferta es de alimentos sanos y frescos, especialmente orgánicos. Además, los cuyes y conejos que preparan no son alimentados ni con transgénicos ni con hormonas de crecimiento.

    La inversión de USD 20 000 se obtuvo mediante un crédito en una entidad financiera. Con los recursos económicos efectuaron los estudios y el equipamiento de sus instalaciones que son cómodas y confortables para el cliente.

    Allí también puede disfrutar de la buena lectura con libros de literatura, historia y más que ofrecen a los clientes. “La idea es que todos pueden usar nuestras instalaciones aunque no consuman”.

    Pero también consiguieron el apoyo de instituciones. Como ejemplos están la Facultad de Alimentos de la Universidad Técnica de Ambato (UTA), Productores de Cuyes de Tungurahua, la Unidad de Gastronomía del Instituto Luis A. Martínez y los productores agroecológicos del Consejo Provincial de Tungurahua.

    La pareja ahora busca vender la franquicia de su negocio en otras ciudades y provincias.
    Para la promoción utilizan las redes sociales. En Facebook, por ejemplo, cuentan con un perfil donde interactúan con los clientes, entre los que se encuentran ejecutivos de bancos y entidades financieras de la capital ambateña. También reciben a deportistas y personas que tienen problemas de salud. Los niños, jóvenes, adultos y mujeres embarazadas también llegan al local.

    Una de sus habituales clientes es Zara Ruiz, empleada privada. Ella cuenta que es un alimento completo que en ocasiones no necesita almorzar, puesto que le entrega todos los nutrientes. Esto hizo que compre semanalmente hasta 15 sánduches. “Es un producto sano y especial y lo consumimos desde su apertura”.

    Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES Margatita Pullas y Javier Sandoval son los propietarios de Smoothies & Sánduches, en el centro de Ambato
    Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Margatita Pullas y Javier Sandoval son los propietarios de Smoothies & Sánduches, en el centro de Ambato
  • 25 mentores para apoyar a los emprendimientos

    Redacción Quito

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    La Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI), la Escuela de Mentores de EDES Business School (UTPL) y el Banco de Desarrollo Latino Americano (CAF) impulsan el programa Red de Mentores. Se trata de una iniciativa académica y vivencial, que contará con la participación de empresarios, funcionarios internacionales, asesores estratégicos y exautoridades en 10 áreas: turismo, agroindustria, financiamiento, marco legal, innovación, marketing, dirección comercial, administración, recursos humanos, logística y negociación.

    Entre los mentores que participan en el programa están: Juan Ribadeneira, presidente Ejecutivo de Pronaca; Roque Sevilla, presidente Ejecutivo de Grupo Futuro; Rebeca Vidal, representante Ejecutiva de Desarrollo Productivo y Financiero de CAF; y Camilo Pinzón, director General de EDES Business School.

    Otros colaboradores de la Red de Mentores son: Luz Elena Coloma, Christian Wahli, Abelardo Pachano, Pedro Villamar, Luis Enrique Coloma, Fabián Baca, Eduardo Berg, Juan Montero, Rony Wright, Eduardo Jurado, Francisco Jarrín, Carlos Troncoso, Cynthia Meyer, Jeffry Illingworth, Jonathan Berg, Magdalena Benavides, Silvia Pesantes, Sergio Giménez, Javier Díaz y Daniel López.

    Durante el acto de presentación, Roque Sevilla destacó que esta iniciativa tiene el objetivo de inspirar a los emprendedores en la solución de sus problemas. “Valentía, tenacidad, moral, superación, disposición a fracasar, son las claves del éxito”.

    Juan Ribadeneira añadió que la particularidad de los mentores que participarán de esta iniciativa se caracterizará por escuchar, entusiasmar y tener paciencia con el emprendedor. “Creemos en apoyar al emprendimiento, ofrecer acceso y oportunidades a individuos talentosos”.

    Al programa pueden acceder emprendedores en cualquier etapa de desarrollo de sus proyectos, quienes busquen adquirir y fortalecer sus conocimientos, acceder a información en sus áreas de negocio, y contar con la posibilidad de analizar sus proyectos y modelos de negocio con una perspectiva de experiencia.

    “La educación tradicional nos muestra el mapa, pero no tiene ese factor de aprendizaje que puede transmitir un mentor”, añadió Camilo Pinzón. Además, destacó que esta iniciativa se constituye en otorgar conocimiento en beneficio del aparato productivo del país.

    Entre los mentores que participan en el programa están: Juan Ribadeneira, presidente Ejecutivo de Pronaca
    Entre los mentores que participan en el programa están: Juan Ribadeneira, presidente Ejecutivo de Pronaca