Etiqueta: emprendimientos

  • Los pasteles sin gluten que se venden por Internet

    Carolina Enriquez

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    De un problema pueden surgir grandes ideas. Esto lo puso en marcha María Grazia Borja, la propietaria de Lolita Pastry Gluten Free.

    Su emprendimiento produce pan, pasteles, pastas, cup cakes, entre otros productos de panadería y pastelería libres del gluten del trigo, avena, cebada y centeno.

    La iniciativa nació luego que a la madre de esta empresaria le detectaron enfermedad celíaca, es decir, intolerancia al gluten. Gracias a su formación en gastronomía ella comenzó una investigación, que se extendió a lo largo de dos años, para la producción de masas que pudieran reemplazar los alimentos que se hacen con trigo y cereales similares.

    Grazia hizo diferentes pruebas hasta dar con la receta indicada. Invirtió USD 10 000 en la compra de equipo e implementación de procesos y desde hace un año comenzó con la comercialización de su oferta panadera y pastelera.

    Lolita Pastry Gluten Free tiene una tienda virtual. Los pedidos se hacen a través de la página web (www.lolitaglutenfree.com) o redes sociales. Los clientes pueden recoger el producto en el taller del negocio o solicitar que se lo entreguen en cualquier punto de Quito.

    El único detalle a tomar en cuenta es que los pedidos deben hacerse con 24 horas de anticipación.

    Para los consumidores, el producto se ha convertido en una bendición. Este es el caso de Gabriela Otatti, quien es cliente desde que empezó el negocio.

    Ella también sufre intolerancia al gluten y le era complicado acceder a productos como pan y galletas que no le produjeran un impacto en su salud. Sin embargo, cuando conoció la oferta de Lolita Pastry Gluten Free quedó encantada porque volvió a disfrutar de tostadas en el desayuno.

    “Son productos con muy buen sabor, De la oferta de este negocio me gustan mucho las galletas tipo chocochips, los ‘muffins’ de zanahoria y el pan”, manifiesta.

    Este último producto tiene una característica particular. Se lo puede congelar y cuando se lo quiera utilizar se lo saca de la nevera, se lo calienta con un poco de mantequilla o queso y queda listo para poder ingerirlo.

    Los productos son para el consumo de cualquier persona, incluso de aquellos que no tienen enfermedad celíaca pero que quieren alimentos sin gluten.

    Grazia explica que su producción requiere de precisión y cuidado milimétrico. Por ello en el negocio se cuida que todos los proveedores ofrezcan también insumos, como el chocolate, libres de trazas de gluten.

    La Asociación Ecuatoriana de Enfermedades Digestivas indica que la enfermedad celíaca se produce cuando al momento de ingerir productos con gluten el sistema inmune agrede a la sustancia y se afecta el intestino. De ahí el cuidado que pone Grazia en toda la preparación.
    Tomando en cuenta las limitaciones alimentarias que enfrentan las personas celíacas ha desarrollado nuevos productos que incluyen mermeladas, galletas, pre pizzas e, incluso, productos estacionales como las guaguas de pan, la rosca de reyes, etc.

    La emprendedora tiene nuevos planes. Quisiera abrir una tienda física para comercializar sus productos en Quito y en Guayaquil. La idea es que la gente pueda comprar sus productos cuando quiera y vivir la experiencia de la compra. Hoy tiene clientes en diferentes ciudades del país y la oferta sigue creciendo. Otro objetivo del negocio es poder industrializar.
    Ahora la empresa brinda un plus para sus clientes que implica la decoración de las mesas de dulces cuando, por ejemplo, se hacen pedidos para una fiesta infantil.

    María Grazia Borja es la propietaria de  Lolita Pastry Gluten Free. Su centro de operaciones está en el norte de Quito, cerca al parque metropolitano Guangüiltagua. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
    María Grazia Borja es la propietaria de Lolita Pastry Gluten Free. Su centro de operaciones está en el norte de Quito, cerca al parque metropolitano Guangüiltagua. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
  • La bebida de chocho pensada para los veganos

    Redacción Quito

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    Luego de dos años de estudios, pruebas y lágrimas, Tarwi finalmente se comercializó en junio del 2016 y ahora se consolida en el mercado local.

    Se trata de una leche de chocho libre de lactosa, gluten, preservantes y transgénicos. Se la encuentra en tiendas vegetarianas y veganas en tres presentaciones: 250 mililitros, medio litro y un litro. Con esa bebida se preparan desde batidos, hasta pasteles y sopas.

    María del Pilar Mora y su esposo Gustavo Guerrero están detrás de este producto, ideal para adultos y para niños. Tarwi es la continuación de una tesis de grado presentada en Barcelona, a donde ambos llegaron en el 2013, con una beca de la Senescyt. Mora y Guerrero viajaron para estudiar Desarrollo e Innovación de Alimentos en Barcelona. Antes de abordar el avión Mora y Guerrero contrajeron matrimonio. Retornaron al país en el 2014.

    Ella es ingeniera en alimentos, mientras que Guerrero es ingeniero agroindustrial.
    El proyecto cautivó al jurado universitario, que lo seleccionó para representar a la Universidad de Barcelona en el concurso Ecotrophelia – España. Participaron junto a 12 universidades españolas más y alcanzaron el segundo lugar con Alimendra, bebida para personas con intolerancia a la lactosa.

    Tras retornar al país, motivados por los halagos del jurado, emprendieron un nuevo proyecto aterrizado en Ecuador.

    Después de estudiar productos y analizar propiedades, el chocho fue seleccionado para deleitar el paladar y nutrir a personas vegetarianas, veganas y con intolerancia a la lactosa, un problema que aqueja a Mora y con más fuerza a sus familiares más cercanos.

    Curiosamente, la experta en calidad de productos, desarrolló la fórmula de Tarwi mientras trabajaba en una empresa dedicada a la producción de lácteos. Estuvo vinculada a esa industria 13 años.

    En junio del 2016, cuando el producto salió al mercado, se vendían 10 litros de leche a la semana. Hoy, son 100 los litros que se distribuyen en diferentes establecimientos de Quito y Guayaquil. Entre ellos están El Naranjo, Centro Naturista Vida Sana, Trayana Foods.

    Tras conquistar esas tiendas, la pareja espera el visto bueno para introducir el producto en cadenas de supermercados.

    Pero mientras llega ese momento, Mora y Guerrero distribuyen el producto a través de la página www.alimentarte.ec, nombre de la empresa que cobija a leche de chocho en sus tres sabores: natural, maracuyá y mora.

    Al inicio también estuvo en las perchas la leche con sabor a tomate de árbol, sin embargo tuvo poca acogida. Los productos duran 90 días en refrigeración y 12 horas al ambiente. Pasado ese tiempo el producto pierde propiedades.

    Una de sus primeras consumidoras fue Sara Rivera, nutricionista y deportista. Ella probó el primer prototipo y quedó satisfecha. Ahora, sin embargo, reconoce el perfeccionamiento de la bebida: mejor sabor y textura. La recomienda a niños, adultos y personas de la tercera edad. También, a deportistas.

    Esta bebida nutritiva contiene proteína, carbohidratos, fibra, hierro y calcio. Es procesada en Puembo, mientras que el chocho es tratado por una comunidad asentada en una zona cercana al Quilotoa (Cotopaxi).

    María del Pilar Mora, de 37 años, es una de las propietarias de AlimentArte, empresa que cobija a Tarwi. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    María del Pilar Mora, de 37 años, es una de las propietarias de AlimentArte, empresa que cobija a Tarwi. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • Emprendimientos y empresas darán a conocer productos y servicios en Guayaquil

    Redacción Guayaquil

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    Guayaquil lanzará una vitrina para los emprendimientos y empresas. Entre el 13 y 15 de octubre del 2017, a propósito de las festividades de Independencia del Puerto Principal, se efectuará la segunda edición de la Feria del Comercio.

    Este evento es organizado por la Cámara de Comercio de Guayaquil y se desarrollará en el Palacio de Cristal. Así lo explicó este 26 de septiembre del 2017 Juan Carlos Diaz-Granados, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de la urbe porteña.

    Él explicó que en la jornada habrá 150 stands, en los que los negocios pequeños, medianos y grandes podrán dar a conocer sus productos o servicios para así aumentar las ventas. Entre los expositores, dijo, hay figuras del área del entretenimiento, artesanías, gastronomía, vestimenta, vehículos, entre otros sectores.

    Díaz-Granados comentó que esperan la visita de unas 25 000 y recordó que el acceso será gratuito. En la primera edición, el año pasado, acudieron 18 000 personas.

    El agremiado resaltó la importancia de impulsar esta iniciativa porque es el sector comercial es uno de los segmentos que más mueven la economía. En ese sentido comentó que 9 de cada diez empleos provienen del sector privado y 1,4 millones de personas dependen de la actividad comercial.

    “El comercio ha fomentado el crecimiento económico, este año esperamos cerrar algo superior al 7%, esto se debe a tres factores: el acuerdo con la Unión Europea, la reducción del IVA en dos puntos y el desmonte de las salvaguardias”, agregó.

    Eso dijo ha podido generar la competitividad, productividad y una mayor confianza tanto en el sector privado como en el ciudadano.

    Foto: Cortesía Cámara de Comercio de Guayaquil
    Foto: Cortesía Cámara de Comercio de Guayaquil
  • Venden vegetales como en Europa

    Redacción Quito

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    En el mercado ecuatoriano, el servicio al cliente para la compra de frutas y verduras no está consolidado. Carla Chávez y Javier Puente, una pareja joven que deseaba emprender, vio en esa realidad una oportunidad.

    Javier es licenciado en Relaciones Públicas y Comunicación. Por dos años ejerció su profesión. Carla llevó a la par de sus estudios en Ingeniería en Negocios Internacionales, de la que egresó el 2016, la crianza de su hija de 3 años.

    El plan de negocios empezaron a desarrollarlo en septiembre del pasado año, aplicando los conocimientos adquiridos en sus res­pectivas carreras y asesorados por el hermano de Javier, que cursa un PhD en Finanzas.

    Cajalí abrió sus puertas al público el 22 de abril de este año, en un área residencial del valle de Los Chillos, en Quito. La inversión inicial fue de USD 24 000.

    En el establecimiento se hallan frutas, verduras, hortalizas y productos orgánicos: pan integral vegano, cacao, chocolate, quinua, lenteja, fréjol, mermeladas, café, panela granulada, entre otros.

    “El concepto lo trajimos de Europa y le agregamos nuestro toque, al desarrollar el mobiliario con materiales reciclados”, señala Javier. En Cajalí, las frutas y verduras están colocadas en palets.

    El emprendimiento cuenta con cerca de 11 proveedores, provenientes de las ciudades de Ibarra, Ambato, Santo Domingo, Caluma, Santa Elena y la provincia de Manabí, principalmente.

    Solo tres productos son importados en el local: manzanas, uvas y peras. Los emprendedores afirman que uno de los fines del negocio es ayudar a impulsar a los pequeños productores nacionales.

    La empresa Yuri, de la provincia de Imbabura, los provee de diferentes productos a base de cereal de amaranto, como chocopop, granola y barras de chocolate.

    “La propuesta de Cajalí es buena e interesante. Es algo exclusivo, que se ve poco acá”, comenta César Perugachi, propietario .

    El negocio de Carla y Javier ofrece el servicio de entrega a domicilio, sin costo adicional. No obstante, pide un monto mínimo de compra. Por ejemplo, al sur de Quito, USD 35, y a sectores ubicados en el centro-norte de la ciudad, USD 26. En este servicio cuentan con alrededor de 12 clientes, entre ellos la Congregación de Hermanas Marianitas.

    Gonzalo Flores, habitante del valle de Los Chillos, es cliente asiduo de Cajalí. “Compro frutas y verduras para la casa casi a diario. Últimamente mi esposa también se ha interesado por los productos orgánicos”, comenta.

    Flores destaca la presentación y la limpieza de los productos y el local. Considera además que los precios no varían en relación con una verdulería tradicional.

    Los productos orgánicos los provee Minka, una empresa que comercializa sus productos en una plataforma digital. Cajalí es la única tienda física donde se pueden encontrar.

    Cajalí atiende de martes a viernes y los fines de semana. Factura, en promedio, USD 3 000 mensuales. Por ahora, solo es posible cancelar en efectivo y transferencias. Pero están trabajando en la colocación de un punto de venta o un sistema virtual de pago.

    El local ofrece a los clientes acumular sus facturas hasta final de mes, como una manera de reunir gastos representativos, que les ayudará a la hora de pagar impuestos. Esto, además, ha sido una estrategia para llevar un registro de sus clientes recurrentes.

    Cajalí ofrece el servicio de entrega a domicilio, por el cual no cobra ningún recargo adicional, únicamente pide un monto mínimo de consumo.  Foto: Alfredo Lagla /LÍDERES
    Cajalí ofrece el servicio de entrega a domicilio, por el cual no cobra ningún recargo adicional, únicamente pide un monto mínimo de consumo. Foto: Alfredo Lagla /LÍDERES
  • Invitaciones únicas y personalizadas

    Redacción Quito

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    Los métodos de personalización de la publicidad llegaron hasta la industria de las tarjetas e invitaciones de la mano de Tarjetitas Atelier. Este emprendimiento fundando en el 2013, se dedica a satisfacer las necesidades de quienes buscan hacer de una ocasión especial algo único y diferente.

    Los publicitas y amigos desde la universidad, Marcelo Granja y Ricardo Jaramillo, se habían dedicado, por más de seis años, a manejar la publicidad de varias multinacionales. Sin embargo, cuando algunas de estas empresas decidieron retirarse por el duro panorama económico del país, los dos socios comprendieron que era el momento de incursionar en algo diferente.

    Según Granja, algunos amigos y familiares les habían pedido realizar invitaciones, ya que sabían de sus habilidades y conocimientos de diseño gráfico. De esta manera, al ver que sus primeros trabajos tenían una buena acogida, Granja y Jaramillo decidieron dedicarse por completo a este negocio y fundaron Tarjetitas Atelier.

    Uno de los primeros obstáculos que encontraron a la hora de la producción de los trabajos, fue que los costos de imprenta eran demasiado elevados. Por este motivo, los emprendedores decidieron poner en juego sus ahorros y hacer la inversión inicial de unos USD 40 000.

    Esta primera suma de dinero invertida les permitió adquirir impresoras profesionales y demás máquinas necesarias para la elaboración y decoración de las tarjetas e invitaciones. Gracias a esto, los emprendedores lograron mejorar la rentabilidad de la empresa y producir una mayor cantidad de trabajos.

    Sin embargo, los socios comentan que el proceso de darse a conocer y captar una cartera importante de clientes no fue sencillo; alrededor de un año y medio se tardaron en contar con la cantidad necesaria de trabajos para que el emprendimiento saliera adelante.

    Hoy en día, Atelier ha logrado conseguir una gran cantidad de clientes que cuenta con ellos para producir las invitaciones de sus eventos. Además, el taller consiguió convenios con empresas, como el Hospital Metropolitano, para realizar las invitaciones a eventos que estas organizaciones realizan en el año.

    Gracias a las empresas y demás clientes, este emprendimiento cuenta, en promedio, con 35 trabajos mensuales, entre tarjetas e invitaciones. Esta producción, a su vez, hace que los socios facturen mensualmente la cantidad aproximada de USD 5 000.

    Entre sus principales clientes, cuenta Jaramillo, están novios que llegan hasta Atelier para hacer de las invitaciones para sus bodas algo extraordinario. “Muchas veces vienen novias que tienen muy claro lo que quieren, pero no encontraban quien pueda hacer sus ideas realidad”, manifiesta Ricardo Jaramillo.

    Los dos socios y sus cuatro colaboradores se encargan de materializar las ideas de sus clientes, sin importar cuán extravagantes o difíciles sean. El proceso de aprobación de las invitaciones, entre los cambios de los clientes y los diseñadores, se tarda aproximadamente una semana y la entrega de los trabajos demora entre tres y cinco días.

    Los costos de las invitaciones y tarjetas dependen de las exigencias y complejidad del trabajo. Algunas personas optan por ideas sencillas que pueden llegar a costar USD 2,25; no obstante, existen clientes que prefieren que sus invitaciones contengan materiales costosos, como el pan de oro y plata, por lo que sus pedidos alcanzan el valor de USD 11,50.

    Según Marcelo Granja, la empresa ha captado clientes de dos maneras principalmente, las recomendaciones de sus clientes y su promoción en Internet. Además, Atelier cuenta con personas que buscan sus servicios de manera permanente.

    “Muchos de nuestros clientes empiezan con las invitaciones a la boda, después al baby shower, luego al bautizo, al primer año del hijo y así se van quedando con nosotros”, dice Ricardo Jaramillo.

    Los socios comentan que piensan, en un futuro, abrir su primer local para exhibir sus más de 800 trabajos y que más personas puedan conocer de esta empresa que logra hacer sus ideas realidad.

    Ricardo Jaramillo y Marcelo Granja  muestran los diseños de tarjetas que elaboran para sus clientes.Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Ricardo Jaramillo y Marcelo Granja muestran los diseños de tarjetas que elaboran para sus clientes.Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Chimeneas ecológicas con diseño personalizado

    Patricia González

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    No hay ductos, no hay leña, no hay humo ni instalaciones engorrosas. Biochimeneas Foz ofrece un producto ecológico, decorativo y de uso práctico.

    Biochimeneas Foz es la línea artística de la empresa Metal Proyect, fundada el 2015 por Xavier Sevilla, para el desarrollo de proyectos hidroeléctricos y del sector de la construcción.

    Sevilla laboró previamente por 13 años en una empresa constructora. Esa experiencia le permitió aprender sobre los procesos del acero. Sus conocimientos sobre el material y su gusto por las chimeneas impulsaron hace un año el desarrollo de un nuevo producto en Metal Proyect.

    Se trata de chimeneas ecológicas, cuyo combustible es el bioetanol, un alcohol vegetal que proviene de la caña de azúcar.

    Para el desarrollo de este proyecto, Xavier requirió del apoyo de sus primos Esteban y Sebastián Arcos, quienes están a cargo de la administración y atención al cliente del negocio. Xavier, por su parte, se ocupa de la producción. La inversión inicial para esta nueva línea de productos fue de USD 30 000.

    El componente principal de las Biochimeneas Foz es un quemador de bioetanol, de acero inoxidable.

    El tamaño del quemador es variable. Los hay de 40 centímetros, para calentar espacios de 20 m², como salas, oficinas o dormitorios. Otros medianos, de 60 cm, logran calentar hasta 50 m². Los más grandes, de 1,20 metros, son ideales para exteriores, ya que pueden cubir hasta 100 m².

    La empresa Indusaye provee a Metal Proyect de alrededor de 200 litros de biotenal al mes. “Es un producto biodegradable, no es tóxico y no genera gases nocivos”, señaló Diego Londoño, encargado de Venta de Industriales de la firma Indusaye.

    La personalización de los diseños, a gusto del cliente, es otro valor agregado deBiochimeneas Foz.

    El taller de Metal Proyect está ubicado en la parroquia de Puembo, en Quito. En ese lugar se han desarrollado cerca de 30 modelos de chimeneas, en variadas formas y haciendo uso de diferentes materiales: porcelanato, vidrio, cerámica, acero inoxidable, piedra volcánica, madera…

    Al mes, Biochimeneas Foz produce unas 20 unidades. El proceso de elaboración de una chimenea puede demorar una semana y de un diseño nuevo hasta varios meses.
    El precio de venta oscila entre USD 350 y 700, dependiendo del modelo.

    Entre los clientes del producto están arquitectos y diseñadores de interiores, quienes incluyen las chimeneas en sus proyectos.

    También hay clientes finales. Es el caso de Pablo Pólit, quien hace tres meses adquirió una chimenea de pequeño tamaño, diseñada en una base de madera.

    “No había forma de construir una chimenea en la casa. Esta se adapta muy bien al ambiente rústico de la casa”, comenta Pólit.

    Agrega que una de las ventajas del producto es que es movible. Cuando hay visitas la colocan sobre la mesa de centro de la sala y la encienden. Este modelo en particular puede mantenerse cerrado cuando la chimenea no está encendida, convirtiéndose en un elemento decorativo.

    La de Marlon Yépez, en cambio, es de gran tamaño. El diseño es rectangular y está cubierta en porcelanato. La chimenea está ubicada en un espacio al aire libre, entre la piscina y el área de BBQ de la casa. “Es espectacular, brinda un ambiente cálido muy agradable”, comenta Yépez.

    Las chimeneas pueden mantenerse encendidas por tres horas y media, con un litro de bioetanol, asegura Xavier Sevilla. Junto al producto, la empresa entrega al cliente un manual de seguridad con todas las recomendaciones para su correcto uso.

    El encendido es sencillo, solo se requiere de un mechero, del cual también provee la compañía. Adicionalmente, se hace entrega de un instrumento especial, elaborado en acero inoxidable, para el apagado.

    Metal Proyect ha vendido sus Biochimeneas Foz a clientes en Quito, Gua­yaquil, Ambato, Cuenca, Latacunga e incluso en Panamá. Al mes, está facturando por el producto entre USD 10 000 y 12 000.

    Esteban  Arcos (izq.), Xavier Sevilla y Sebastián Arcos (der.) lideran el proyecto Biochimeneas Foz de Metal Proyect. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Esteban Arcos (izq.), Xavier Sevilla y Sebastián Arcos (der.) lideran el proyecto Biochimeneas Foz de Metal Proyect. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • La marca que se sostiene en la fabricación de ‘bralettes’

    Redacción Líderes

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    Sujetadores sexis y cómodos son las dos características básicas de un ‘bralette’. Esta es la propuesta de dos emprendedoras y su negocio Yanuwa. La ecuatoriana Paola Gómez y la chilena Pascale Boucher crearon esta marca independiente de lencería. Los ‘bralettes’ son una mezcla de ‘brassieres’ y tops.

    Comenzaron con el negocio en noviembre del 2016 , una vez que realizaron su primer ‘show room’. El nombre de esta marca de ropa interior viene de una palabra shuar, que significa mujer estrella.

    Gómez explica que una prenda de este tipo permite que las mujeres se sientan cómodas, libres, sensuales y lindas. “Es un cambio de paradigma sobre el ‘brassiere’ común. Antes este se escondía, pero los ‘bralettes’ se muestran y hacen parte del ‘outfit’. Un vestuario normal se puede ver muy llamativo con estas prendas”.

    El producto de Yanuwa no tiene varillas, ni ganchos. Únicamente en ciertos casos utilizan copas.

    Cuando comenzaron en el negocio ambas mujeres elaboraban 18 prendas a la semana, pero ahora alcanzan 30. Los ‘bralettes’ se fabrican a la medida, según los requerimientos de las clientas.

    Sin embargo, también se comercializan en tiendas de diseño independiente, en las que solo se ofrecen artículos nacionales, como Designers Society, Da Vinci Closet y Robot Rock.

    Los ‘bralettes’ se fabrican con diferentes materiales entre los que están encaje, licra, cuerina, terciopelo, algodón y más. Carolina Berrazueta es una clienta asidua de este emprendimiento.

    “No es un producto que hay en cualquier tienda. El diseño es interesante y está muy de moda. Es diferente, cómodo y se puede usar de diferentes maneras. Me permitió atreverme a usar colores vivos, antes solo usaba el negro”.

    Los ‘bralettes’ los pueden usar mujeres con poco o mucho busto. Las emprendedoras hacen un control riguroso de las materias primas para la fabricación, lo que permite ofrecer alta calidad en los productos para las clientas.

    Este negocio cuenta con un taller en el que trabajan ambas empresarias, las cuales tienen un ayudante. La inversión inicial para la producción fue USD 1 000, que incluyeron el taller, la mano de obra, fotos, modelos, entre otros.

    Durante los ocho meses de operación de Yanuwa la facturación ha sido de USD 5 000. Los productos también se venden en Cuenca y la idea a futuro del negocio es comercializar en Riobamba, Guayaquil, Ambato y Latacunga.

    Otras aspiraciones del emprendimiento son exportar y diversificar el producto. Ahora, por ejemplo, ya producen pantis y ‘bralettes’ con motivos andinos en fajas indígenas.

    Yanuwa hace talleres abiertos tres o cuatro días a la semana para que las mujeres seleccionen los artículos que requieren. “Las chicas llaman, coordinamos una cita, vienen, les tomamos las medidas, escogen los modelos y en una semana ya tienen los productos en sus manos”, explica Boucher.

    Paola Gómez y Pascale Boucher, cofundadoras de Yanuwa, muestran parte de la oferta de ‘bralettes’  que su negocio oferta a las mujeres. Foto: Armando Prado / LÍDERES
    Paola Gómez y Pascale Boucher, cofundadoras de Yanuwa, muestran parte de la oferta de ‘bralettes’ que su negocio oferta a las mujeres. Foto: Armando Prado / LÍDERES
  • 11 emprendimientos se agrupan en un solo espacio

    Redacción Sierra Centro

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    El estilo ‘industrial chic’, la variedad de comida y la ubicación estratégica del Gas Plaza, un nuevo patio de comidas en Riobamba, impactaron al público joven de esa urbe.
    Lleva cuatro meses de funcionamiento y ya suma a cuatro franquicias de comida rápida, dos bares, una cafetería y cuatro nuevos emprendimientos.

    El patio de comidas fue construido sobre unos 900 metros de terreno con carrocería reciclada de camiones de carga. “No solo es innovador y atractivo por el diseño industrial, sino que también es sustentable”, cuenta uno de los socios, Ernesto Valdivieso.

    El diseño fue hecho por el arquitecto Diego Hidalgo y se destaca por tener dos niveles. La construcción se inició en noviembre del 2016 y duró seis meses.

    Valdivieso y su socio, Pablo Ramón invirtieron USD 200 000 en la adecuación e instalación del Gas Plaza. Además, son los propietarios de Gas Coffe, una cafetería, y de la franquicia de la pizzería El Hornero.

    Ellos se conocieron durante su infancia y siempre compartieron su visión para los negocios. Su primer emprendimiento juntos lo iniciaron cuando cumplieron 15 años. Un pequeño puesto de venta de sánduches instalado durante las fiestas de independencia de Riobamba para aprovechar el movimiento económico y la coyuntura, fue su primer éxito.

    Años después, en el 2013 formalizaron su sociedad empresarial cuando fundaron Gas Motors, una importadora de motocicletas de alta gama, accesorios especializados para enduro, cascos, chaquetas y más artículos para amantes del motociclismo.

    Ellos invirtieron cerca de USD 400 000 en su primera empresa. “La afición y pasión que sentimos por las motocicletas nos inspiró y así decidimos iniciar una empresa”, recuerda Valdivieso.

    La primera sucursal de Gas Motors se instaló en Cumbayá, Quito. Pero tres años después, los socios decidieron ampliar el negocio y regresar a su natal, Riobamba.

    El éxito de la empresa en Riobamba les motivó a analizar opciones de nuevos negocios. En un estudio de mercado los emprendedores descubrieron la tendencia gastronómica creciente en Riobamba.

    Pero a pesar de la gran cantidad de nuevos restaurantes, había un nicho de mercado de comida rápida. “En Riobamba el mercado gastronómico crecía, pero faltaba espacio. Todos los sitios disponibles en la avenida estaban llenos. Empezamos a mirar las tendencias mundiales y así fue como pensamos en un nuevo concepto para un patio de comidas, que no se había probado antes en la ciudad”, dice los socios.

    El Hornero, la fuente de Sodas Hugos’s, Taco Naco, Rayuela Express, Wafles Time, Épale, Wokobi, Scramber Food Factory y Gas Coffee, funcionan en la planta baja del patio de comidas y ofrecen una variedad de platillos internacionales. En la segunda planta están los bares La Rabeta y Opium.

    Ernesto Valdivieso y Pablo Ramón invirtieron USD 200 000 en la adecuación del Gas Plaza.  El sitio factura USD 350 000 al mes. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Ernesto Valdivieso y Pablo Ramón invirtieron USD 200 000 en la adecuación del Gas Plaza. El sitio factura USD 350 000 al mes. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • La comunidad se capacita y emprende en Esmeraldas

    Marcel Bonilla

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    Las iniciativas productivas han generado unas 1 200 oportunidades de trabajo en pequeños proyectos relacionados con alimentos, cacao e impulso al sector turístico del sur de la provincia de Esmeraldas.

    Por medio del Centro de Desarrollo Empresarial y apoyo al emprendimiento, la Universidad Técnica Luis Vargas Torres (UTE/LVT), participa y apoya proyectos productivos de la comunidad y de los estudiantes universitarios.

    Esta institución funciona desde hace seis años y se convierte en el centro de referencia para la incubación y desarrollo de empresas, y organizaciones comprometidas con el desarrollo productivo de la provincia de Esmeraldas.

    Elizabeth Marín, estudiante de Administración de Empresas de la Universidad Luis Vargas Torres, tiene un emprendimiento para aprovechar las potencialidades del coco. Ella utiliza este fruto para la producción de aceites y cremas para la piel.

    A través del Cetro de Desarrollo Marín recibió orientación para legalizar su trabajo y buscar financiamiento de la banca pública para aumentar la producción de sus aceites y cremas.
    El impulso a las iniciativas, como la de Marín, son respaldadas por el Ministerio de Industrias y Productividad, que mantiene un convenio con la Universidad Luis Vargas Torres.

    Esa Cartera de Estado facilitó al establecimiento de estudios 12 computadoras para el funcionamiento del Centro de Desarrollo productivo, donde se capacitan a los emprendedores y pequeñas empresarias de la provincia.

    Las cinco facultades de la Universidad plantean iniciativas productivas a través de los estudiantes, y en el centro, con ayuda técnica, las ideas toman forma para luego ponerlas en práctica. Así lo explica Benjamín Abata, director del Centro de Desarrollo Empresarial.

    Hasta el momento se ha trabajado en 16 proyectos para el mejoramiento y uso de cacao fino de aroma que se produce en Esmeraldas. Alfredo Santillán, gerente de la empresa Cacabú, dedicada a la producción de cacao, dice que el impulso técnico recibido desde la Universidad ha servido para abrirse paso como emprendedor.

    Su negocio genera cinco de los 1 200 empleos registradas por el Centro de Desarrollo Empresarial, a través de iniciativas que buscan líneas de financiamiento.
    La gerenta de BanEcuador en Esmeraldas, Verónica Castillo, explica que existen las facilidades para financiar iniciativas productivas, una vez que los proyectos cumplan con los requisitos establecidos por la institución.

    La capacitación

    Para que la iniciativa de la universidad avance una de las claves está en las capacitaciones que reciben las comunidades La Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad, por ejemplo, vincula a la comunidad con actividades del área turística. Así se desarrolla la capacitación a hoteleros y prestadores de servicio, así como atención al cliente y administración de negocio.

    Esta Facultad trabajó con los emprendedores de la zona en un estudio de mercado para determinar los factores que inciden en la no aceptación del servicio prestado, por eso con la ayuda de la Escuela de Turismo, se apoya a alrededor de 200 comerciantes, dueños de comedores y hoteleros de Atacames. Con todos se trabaja en cómo mejorar asuntos como atención al cliente, que es clave en el negocio turístico.

    Harold Oyarvide, director de emprendimiento de la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad Luis Vargas Torres, explica que el proyecto es de largo plazo y que se desarrollará en cinco años. Ya llevan uno, y se ha empezado a medir los impactos en la población objetivo.

    De acuerdo con datos del Centro de Desarrollo Empresarial, existe un promedio semestral de seis proyectos productivos por cada una de las cinco facultades de la Universidad. Estos se muestran en las ferias que presenta el alma máter todos los años.

    El trabajo de vinculación con la comunidad se lo hace con los dueños de 11 negocios de alimentos y refrescos que están en los alrededores de la Universidad. “Hemos recibido atención al cliente y cómo manejar un presupuesto”, señala Jessenia Ordóñez, unas de las beneficiarias.

    Todas las acciones son seguidas por el Ministerio de Industria y Productividad, para conocer la producción de los emprendimientos. “Las iniciativas han sido provechosas y estamos empeñados en ayudar, dice Gabriela Zambrano, representante del Ministerio en Esmeraldas.

    Las cifras dejan ver que el trabajo ya tiene resultados. Bajo la asesoría del Centro, entre el año 2013 y lo que va de este año se han incubado y asesorado un total de 24 emprendimientos financiados por fuentes externas; además se ejecutaron 23 proyectos de vinculación, se crearon 1 200 empleos y se capacitaron 672 emprendedores.

    Por ahora el Centro está dedicado a la capacitación, asesoramiento y tutoría de proyectos empresariales, realización de planes de negocios, análisis de las cadenas logísticas para un nuevo emprendimiento, seguimiento y control de las actividades de proyectos para que no desmayen. El trabajo en favor de la comunidad y los emprendedores sigue.

    Los alumnos de la Universidad Luis Vargas Torres exponen sus proyectos de vinculación. Fotos: Marcel Bonilla /LÍDERES
    Los alumnos de la Universidad Luis Vargas Torres exponen sus proyectos de vinculación. Fotos: Marcel Bonilla /LÍDERES