Desarrollar habilidades y destrezas en la economía familiar, aportar a la generación de emprendimientos en sectores productivos y de servicios, trabajo en equipo, acceso a créditos, entre otros, formaron parte de la capacitación del taller de emprendimiento para prevenir problemas sociales como el trabajo infantil.
El encuentro lo organizó el Ministerio de Trabajo, la semana pasada. Más de 30 participantes formaron parte de la instrucción liderada por esta Cartera de Estado en coordinación con el Instituto Life College, la Cámara de Comercio de Santa Elena y el Ministerio de Inclusión Económica Social.
“Los conocimientos aprendidos voy a ponerlos en práctica para emprender un negocio propio” manifestó Hermelinda Alvarado Domínguez, beneficiaria del bono de desarrollo humano.
Lucía Reyes, coordinadora del Programa de erradicación del trabajo infantil de la regional Guayaquil del Ministerio de Trabajo, indicó que se está desarrollando una planificación que permita que los padres asuman su rol de proveedor y protejan a los niños de actividades peligrosas.
A través de los emprendimientos las familias logran obtener ingresos y evitan el trabajo de los menores de edad.
El encuentro lo organizó el Ministerio de Trabajo, la semana pasada. Foto. Archivo / LÍDERES
En quichua a la montaña se le dice ‘urko’. Ese vocablo y los recuerdos de una parte de su infancia en el campo de la Sierra, inspiraron a Daniel Maldonado a crear un restaurante, en el norte de Quito, que lleva ese mismo nombre.
Cuando un cliente llega a Urko Cocina Local debe saber que no permanecerá sentado, sino que emprenderá una travesía. Y que no solo degustará platillos, sino que a través de ellos conocerá un poco más del Ecuador y su diversidad, explica Maldonado.
“Es un viaje por el país dentro del local. Mientras vamos sirviendo cada plato al cliente, le contamos de dónde viene cada producto con el que se preparó y algún dato interesante del lugar de origen. Vamos moviéndonos por el local, como descendiendo de una montaña”, cuenta.
Este restaurante, creado en 2015 con una inversión inicial de USD 100 000, ofrece un recorrido culinario que comprende un menú de degustación de 12 platillos, elaborados solo con ingredientes locales de las cuatro regiones del país.
Maldonado cuenta que durante los 10 meses que le tomó diseñar el concepto del negocio, se planteó la meta de que todo sea producido por abastecedores nacionales.
Y lo logró. Sus 30 proveedores son locales, la mayoría pequeños y de comunidades indígenas. Así, además, consiguió que un 80% de los ingredientes sea orgánico.
“Tengo un acercamiento especial con el campo porque viví ahí y eso me permitió estar cerca de los cultivos”, cuenta el emprendedor.
Para Maldonado, que antes de ser chef era ingeniero industrial, la experiencia de estar frente a un negocio requirió enfrentar otros retos. Entre ellos, lograr que su negocio sea pionero en la experiencia menú degustación, que aunque existe en otros países, en Ecuador es novedoso.
Urko ofrece un menú degustación que comprende 12 platos elaborados solo con productos de pequeños proveedores locales. Foto: Archivo / EL COMERCIO
El recorrido comienza en la terraza convertida en huerto de este local. Ahí crecen chillangua, borraja, hinojo, paico, brotes de quinua, flores comestibles y otras plantas que se usan en los tres primeros platillos donde empieza la degustación de los comensales.
Mientras se baja a los siguientes pisos, las personas conocen, por ejemplo, el sabor de algún pez de la Amazonía, como la cachama, o el chamburo, un fruto parecido a la papaya, en miel. La planta baja es el final del recorrido, en donde está el equipo de cocina.
Los 12 platos del menú varían cada cierto tiempo; el costo promedio es de USD 75. El maridaje de vinos incide en la diferencia de los precios. No se trata de cocina nacional estilo fusión, dice el chef, sino de aquella basada en ingredientes locales.
Otra meta que Maldonado se planteó fue lograr que el restaurante sea la primera embajada culinaria de Ecuador. La cumplió, pues los comensales extranjeros representan el 80% de clientela.
De ahí que los 15 empleados que trabajan en el sitio hablan inglés.
“Hay una amplia gama de productos que resultan ser nuevos para la gente y nosotros buscamos que haya aprendizaje, que sepan que en Ecuador hay cuatro regiones y qué productos se dan. La gastronomía es un punto importante del turismo”, cuenta.
El año pasado, Urko ganó en dos categorías en los premios World Luxury Restaurant Awards en las subcategorías de Fine dinning cuisine y Cocina Sudamericana en la categoría Continental.
Actualmente, Urko recibe 800 clientes al mes y genera una facturación de USD 35 000 mensuales.
Estefanía Baldeón, consultora de Canopy Bridge, un emprendimiento que provee de productos cultivados en la Amazonía, cuenta que Urko impulsa el trabajo comunitario sustentable en las poblaciones de esa zona.
“Gracias a la demanda de negocios como Urko, las personas de estas comunidades saben que su trabajo es valorado afuera. Además, nos han ayudado a llegar a más personas, porque muchos clientes de Urko que van a comer se enteran de nuestro trabajo y nos buscan”, señala. Organic Life es proveedor de verduras y frutas orgánicas.
Viviana López, propietaria, cuenta que sus productos libres de químicos y de pesticidas se cultivan y llegan al día siguiente a sus compradores. Eso le da un valor agregado a los platillos en Urko, dice. “A los clientes les gusta sentir que están comiendo verduras orgánicas, frescas y más sanas”.
Daniel Maldonado aprendió cocina en Sevilla. En enero del 2015 decidió crear un restaurante pionero en estilo de “menú degustación”en Ecuador. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
Elohim es uno de los actores del negocio de la confección de la ropa deportiva en Ambato. Esta compañía se especializa en la confección de ropa para motociclistas y deportistas en general. Entre sus productos se encuentran chompas, mochilas y uniformes. La calidad de sus productos permitió que desde el año pasado sea el auspiciante oficial y fabricante de la indumentaria del Club Deportivo Mushuc Runa, que participa en la Serie B del Campeonato Nacional de Fútbol.
La empresa se encarga de la confección de los uniformes de entrenamiento, concentración, viajes y partidos oficiales. Eso le permitió crecer en ventas en el mercado nacional. El año pasado, Elohim facturó USD 454 559. La marca emplea a 30 personas.
La historia de esta firma ambateña se inició en el 1998, cuando Freddy Ramírez, actual gerente de Elohim, ingresó a trabajar en la empresa textil de propiedad de Pedro Palacios. Con 18 años se especializó en ventas recorriendo el país. Ese fue un soporte importante al emprender, en el 2000, con su propia empresa.
La falta de dinero hizo que expusiera el proyecto a sus amigos Vinicio, Fabián y Rolando Panata, actuales accionistas. Con un aporte de USD 4 000 arrancó el emprendimiento en la confección de mochilas escolares. Compraron una máquina de coser, materia prima, herramientas y contrataron a un experto en confección.
La experiencia en ventas de Ramírez ayudó al crecimiento de la empresa. Los ingresos subían, pero una vez que finalizaba la temporada escolar en la Sierra y en la Costa, las ventas disminuían.
En el 2006, apostaron a una nueva inversión de USD 10 000 para ingresar a una línea de producción de ropa deportiva. Los socios adquirieron máquinas de costura recta, overlock, recubridoras. También, se capacitó al personal en el área de corte, costura y diseño, es decir, comenzaron a intervenir en todos los procesos de producción. Eso facilitó el manejo del emprendimiento.
La calidad de las chompas le permitió a la marca ingresar a los mercados de Azuay, Imbabura, Pichincha, Tungurahua, Chimborazo y Cotopaxi. Se elaboraban 800 prendas mensuales. Así se mantuvo hasta el 2012, cuando los accionistas ingresaron a la confección de vestimenta de seguridad para motociclistas.
Inyectaron USD 60 000 que a más de la compra de maquinaria permitió la adquisición de un terreno para montar la empresa. El 50% fue con un crédito de un banco y el resto, fondos propios. En la actualidad, la planta se levanta en la Panamericana Sur vía a Riobamba, en la parroquia Alobamba.
Ramírez cuenta que en el 2016 producían cada mes 1 000 casacas impermeables para los motociclistas. Sin embargo, la crisis afectó y las ventas bajaron un 50%. Pero los socios no se quedaron con las manos quietas y resolvieron efectuar un estudio de mercado. Ese mismo año ingresaron en el segmento de ropa deportiva. Compraron equipos para sublimado, un plotter y telas.
A pesar de ser nuevo en el mercado la empresa firmó un contrato por dos años para vestir al equipo Mushuc Runa. También incluyó telas con tecnología ‘hydrotech’, con fibras finas que absorben el sudor del ejercicio físico y lo expulsan al exterior. Actualmente facturan USD 60 000 mensuales.
Actualmente cuenta con una cartera de más de 100 equipos de en todos los deportes. AleMotors es uno de sus clientes en Ambato. Este almacén se especializa en venta de repuestos, de motocicletas e indumentaria. Mary Naranjo, gerente de la firma, dice que el 80% de la vestimenta para los motociclistas la provee Elohim, por la calidad y los bajos precios. “A pesar que vendo otras dos marcas, los clientes me exigen la marca ambateña. Las ventas subieron en un 30%”.
En Machala el Comisariato Deportivo oferta la ropa de Elohim. Trabajan 17 años en la comercialización de los productos. Juan Arista, el gerente, comenta que a pesar que oferta todas las marcas en indumentaria deportiva, chompas, mochilas y exteriores la gente prefiere Elohim. Eso hace que las ventas estén en crecimiento. “Es una marca de buena calidad que la gente pide. Una de las fortalezas es el cumplimiento y la entrega inmediata”.
Freddy Ramírez, Vinicio, Fabián y Rolando Panata están el frente de Elohim. Más de 30 personas trabajan en esta empresa ambateña. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
El aspecto cultural de la alpargata se actualiza en Cornejas, una tienda que realiza una adaptación moderna a esta variedad de calzado.
El emprendimiento nació en 2012 con la venta de alpargatas estilo argentino vía online a través de un fan page de Facebook con el nombre de Cornejas. Juan Miguel Cornejo, dueño del negocio, comenta que este estilo de calzado fue un producto novedoso en el mercado ese año. Se contaba con un modelo de alpargata en cinco colores distintos.
Con el propósito de ampliar las ventas, esta marca instaló una isla en el 2014 en el Centro Comercial Naciones Unidas, en Quito.
A medida que los clientes preguntaban por nuevos colores este negocio fue incorporando diseños a su catálogo.
Cornejo explica que en la industria de la moda se debe contar con variedad de producto para mantener la competitividad en el sector.
De esta manera amplió su catálogo de alpargatas con modelos como: valencianas con taco, espartanas con yute, suecos con taco magnolia con yute, alpargatas tradicionales hechas de cuero o terciopelo, entre otros.
El concepto de este negocio es mantener el aspecto de lo autóctono mezclándolo con diseños urbanos, afirma Cornejo.
Además, se cambió la suela de material a una de caucho, que aumenta la resistencia del producto.
En septiembre del 2017 esta marca inauguró su local oficial en el centro comercial, con un taller de diseño y oficina.
Esta expansión comercial produjo que se facture un aproximado de USD 9 000 al mes. Además, este negocio permite a sus clientes solicitar alpargatas bajo pedido con un diseño personalizado en colores o materiales.
Cornejo comenta que amplió su mercado a través de una técnica llamada ‘pop up stores’. Esta herramienta consiste en abrir una tienda por un límite corto de tiempo como 15 días, la publicidad se la realiza como un evento en Facebook para atraer la mayor cantidad de público posible.
Bajo esta modalidad se abrió tiendas temporales en las principales provincias del Ecuador y se amplió la cartera de clientes a nivel nacional.
Este año Cornejas tiene el proyecto de abrir una tienda en Guayaquil. El fundador del emprendimiento explica que esa ciudad tiene una dinámica comercial diferente a las de la sierra. En ese territorio el mayor número de ventas se da por clientes que conocen la tienda física.
El resto de ciudades como Quito posee un mayor número de clientes que conocen del producto a través de redes sociales.
Como estrategia permanente este negocio siempre tiene promociones. Hace poco desarrolló una campaña comercial por el mes de la mujer con mayores modelos femeninos de su última colección y rebajas en las compras.
Esta marca presenta un aproximado de 20 modelos nuevos cada mes con distintas combinaciones de colores y estampados.
Cornejo explica que la variedad de su producto es una táctica de ventas para que sus clientes sientan una exclusividad en cuanto al diseño que adquieren. Así continúa su crecimiento.
Juan Miguel y María Isabel Cornejo muestran los zapatos en el local Cornejas, ubicado en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
Christian Villacís, de 43 años, es artista conceptual. Ha elaborado diseños e ilustraciones para juguetes, videojuegos y cortos de animación.
Su sobrino, Gerald Romero, de 27 años, es ingeniero en administración de empresas y por dos años trabajó en una calificadora de riesgos. Además, por unos meses vivió en Argentina, donde conoció y tuvo vinculación con marcas de moda, un campo que le llamaba la atención.
Al retorno de Romero al país, en junio del pasado año, ambos juntaron sus conocimientos, habilidades y gustos, para dar vida a un emprendimiento especializado en varias líneas de negocio, con especial énfasis en el diseño de prendas de vestir. La inversión para arrancar el negocio osciló entre USD 4 000 y 6 000.
La empresa se llama Vandervox y por ahora agrupa a dos marcas de ropa: Stoker y Hox, con dos estilos bien diferenciados.
En Stoker ofrecen camisetas, bividís y buzos con o sin capucha, chompas y ‘joggers’, estampados mediante serigrafía con diseños propios de la marca. La marca se lanzó en noviembre del 2017.
Sus diseños se inspiran en mitología, ciencia ficción, futurismo. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
Al momento hay dos colecciones: Radical e Infinity. La primera inspirada en seres mitológicos y leyendas, y la segunda, en futurismo, ciberpunk y ciencia ficción.
Un dragón, una cobra y una nativa americana son algunas de las creaciones que lucen las prendas de Radical. En Infinity se pueden encontrar una calavera con piezas mecánicas, una mantarraya robótica o un halcón peregrino, entre otros diseños únicos.
Otras colecciones se vienen en camino. Minimals, que como bien lo dice su nombre, será de un estilo minimalista; Clon, de elementos repetidos alrededor de la prenda; y otra –que aún no tiene nombre– inspirada en culturas ancestrales y elementos característicos del país, con el objetivo de comercializarlas con un fin turístico. Esta última colección prevén comercializarla en los ‘duty free’ de los aeropuertos del país y llevarla a Galápagos.
Hox, la otra marca de Vandervox, está enfocada en ropa deportiva. Entre sus productos cuentan con pantalonetas para entrenamiento de artes marciales.
El diseño y confección de las piezas, más los trabajos de serigrafía, vinilo o sublimación para los estampados lo llevan a cabo de manera tercerizada. La primera producción fue de 400 prendas.
Las prendas se venden a través de los portales web de las marcas, por contacto personal y en una tienda deportiva en el centro comercial El Recreo, al sur de Quito.
En el tiempo que llevan han logrado vender alrededor de 120 prendas. Los precios de las camisetas van desde USD 19 hasta 29, dependiendo del diseño.
Adicionalmente, la empresa ofrece servicios de ‘merchandising’ a marcas, bandas musicales o el cliente que lo requiere.
Uno de sus clientes en este campo es Christian Zapata, quien los conoció por redes sociales y se dio cuenta que eran muy versátiles. Zapata requería uniformes para una marca ‘fitness’ de combate. En febrero compró cerca de cuatro docenas de los productos que requería. Quedó contento con el precio y la calidad.
Otro cliente es Santiago Grijalba, líder de la banda de rock Van Steel. Él también buscaba un proveedor para las camisetas y otros productos promocionales. Primero adquirió una camiseta con el diseño de un dragón para probar. Luego, les encargó una camiseta de prueba con el logo de la banda, hasta que le solicitaron 20 unidades y hoy ha comprado al menos en unas tres ocasiones. “Tienen excelente servicio y buenos precios”, añade. Gracias a una alianza, en futuros conciertos de esta banda, los integrantes portarán camisetas propias de Stoker.
Christian Villacís yGerald Romero son los fundadores de la microempresa. Sus diseños se inspiran en mitología, ciencia ficción, futurismo. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
La amistad que las une desde los tres años de edad es el pilar en el que se apoyan Adriana Sáenz y Rosana Cornejo. Ellas levantaron hace dos años Manqa Food, un emprendimiento enfocado en alimentos orgánicos congelados.
La iniciativa salió a la luz en el garaje de la casa de los papás de Sáenz, en Tumbaco. Esta emprendedora decidió incursionar en el negocio de la comida orgánica por un tema de salud. “Siempre he comido de todo y lo sigo haciendo, pero luego de un quebranto en mi salud decidí apuntar a un nuevo modo de alimentarme”, cuenta en la pequeña planta procesadora que desde hace cuatros meses funciona en el centro de Cumbayá, al nororiente de Quito.
Sáenz se inclinó por alimentos orgánicos; además dejó de lado las harinas blancas. Con la ayuda de su familia y la guía de Cornejo -quien sumó experiencia en firmas de alimentos- empezaron a surgir las primeras recetas de alimentos orgánicos congelados.
Camarones encocados y pulpo fueron dos de los primeras fórmulas que probó este emprendimiento que apunta a convertirse en el mediano plazo en una B-Corp, es decir una empresa certificada como socialmente responsable.
Sáenz y Cornejoapuntaron a los alimentos orgánicos congelados por varias razones: los nutrientes se mantienen, la facilidad en la preparación, las posibilidades de jugar con los tamaños y las presentaciones, entre otras.
En el proceso, una de las personas claves fue Julio Avendaño, ex esposo de Sáenz y chef de profesión. Él ayudó en la elaboración de cerca de 50 recetas que hasta la fecha permiten tener una canasta de diez productos que se ofrecen en línea, en canales como una página web y un perfil de Facebook.
Tentáculos de pulpo, canelones de quinua, masas para elaborar pizza, gratín de zanahoria y hasta pasteles de chocolate son parte de la oferta con la que este negocio suma clientes. Para arrancar, las emprendedoras invirtieron alrededor de USD 30 000 que sirvieron para las primeras pruebas, ingredientes, equipos, etc. Un ultracongelador es la máquina más preciada de este emprendimiento.
Este equipo, que se asemeja a un horno industrial, permite congelar los alimentos a una velocidad sorprendente y es el ‘corazón’ de Manqa Food. “Lo que un congelador normal se demora unas 12 horas, el ultracongleador se toma unos 40 minutos”, explica Sáenz, mientras se asegura de que esté limpio y radiante en su exterior.
Con el tiempo los pedidos fueron creciendo y las responsabilidades también. Para cubrir todos los frentes y mantener la calidad de los productos, las dos socias manejan una estructura de negocios muy organizada en la que cuentan todos los detalles: desde la recepción de la materia prima, el tipo de materiales para empacar, el trato con los clientes y el cumplimento de los pedidos. “Solo así nos aseguramos crecer de manera ordenada”, dice Sáenz.
Una de las clientas de este negocio es Macarena Bustamante. Ella llega cada semana hasta la planta de procesamiento para comprar distintos productos. “Estos alimentos son fáciles de preparar, son de alta calidad y son muy nutritivos. En mi refrigeradora hay un espacio solo para Manqa Food”, dice esta madre de familia.
Entre los retos que enfrenta esta microempresa está el cumplir con los pedidos. La iniciativa entrega sus productos en minimercados de Cumbayá y Tumbaco, en especial, pero también llega con pedidos a domicilio. La entrega la hace la propia Sáenz con ayuda de los padres de Cornejo, quien vive en España, pero se mantiene al tanto de la evolución del negocio.
Adriana Sáenz es la cofundadora de Manqa Food. El negocio nació en Tumbaco y ahora opera en Cumbayá, donde tiene una pequeña planta para elaborar alimentos congelados. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
La cerveza Gallo, líder en el mercado guatemalteco, presentó el jueves (18 de enero del 2018) una extensión de la icónica marca, 502, con el fin de reforzar el sentido de pertenencia y el orgullo hacia el país.
«Con Gallo 502 queremos dar a los consumidores nuevas opciones para disfrutar y compartir. Gallo 502 contribuirá a seguir fortaleciendo la conexión de Gallo con los guatemaltecos», resaltó durante la presentación el gerente de la marca, Ricardo Pontaza.
El prefijo del país centroamericano, 502, tiene como objetivo reforzar la actitud y la línea de productos hacia el mercado de los emprendedores, es decir, todos aquellos guatemaltecos colaboradores y positivos que busquen un mejor país y sean «alegres, fiesteros y divertidos».
«Buscamos incorporar el código de los guatemaltecos a la cerveza de los guatemaltecos», agregó Pontaza sobre este producto, que celebra «el orgullo», y que es una cerveza clara, tipo lager, con una amargura perfectamente balanceada.
Cervecería Centro Americana cuenta con la planta de producción más moderna de Latinoamérica y su marca líder en cerveza, Gallo, ha sido galardonada internacionalmente por su calidad y recibió el premio a la excelencia Prestige Award, otorgado por Monde Selection de Bruselas (Bélgica), convirtiéndose en la tercera del mundo y la única en Latinoamérica en tenerlo.
La cerveza Gallo, líder en el mercado guatemalteco, presentó hoy una extensión de la icónica marca, 502, con el fin de reforzar el sentido de pertenencia y el orgullo hacia el país. Foto: EFE
Drink Me nació hace cuatro años, cuando la familia Guadalupe Flores decidió cambiar sus hábitos alimenticios.
Karina Flores recuerda que cuando se embarazó de su primer hijo sintió la necesidad de nutrirse adecuadamente, pero no toleraba las verduras. Así que tomaba jugos con alimentos como la sábila, naranja o alfalfa, que vendían en la calle. Pero se intoxicó.
Por eso, su esposo Danilo Guadalupe empezó a prepararle jugos con frutas y verduras. Luego, buscaron la ayuda de una nutricionista para que les recomendara verduras que tuvieran ácido fólico, que es una vitamina fundamental para el desarrollo de los bebés.
Flores continuó con los jugos, luego del embarazo y notó cambios en su digestión y también el sistema inmune se fortaleció.
En el 2016 decidieron ofrecer las bebidas a sus amigos y familiares. También las introdujeron en una cafetería que abrieron llamada Drink Me, como los jugos. “Era importante tener un negocio para compartir tiempo en familia”.
La pareja empezó a investigar sobre las propiedades de los alimentos y sobre cómo mejorar el sabor y la duración de los productos naturales sin utilizar conservantes ni preservantes.
Los emprendedores descubrieron que en EE.UU. vendían una máquina llamada cold press (presión en frío), que permite obtener el zumo del producto sin que pierda sus nutrientes y de esa forma también se conserva el sabor y el olor de la fruta o verdura.
Flores señaló que se valieron de sus familiares, que viajaban a EE.UU., para adquirir las máquinas y utensilios en los que han invertido alrededor de USD 5 000.
La cafetería dejó de operar. Ahora, los jugos se preparan en la vivienda de la pareja y se entregan a domicilio cada mañana en casas, gimnasios e instituciones.
La jornada de trabajo se inicia antes de las 06:00 porque los jugos se preparan y envasan al instante, según las necesidades del cliente.
Ellos hacen entregas diarias ya sea de un jugo o también paquetes para su clientela. Uno de sus productos es el de desintoxicación para un día, que incluye seis jugos de distintos sabores, dos bebidas pequeñas (shot) con el sabor concentrado del jengibre, limón y manzana, que sirven para alcalinizar y energizar el cuerpo, y un sobre de té. Los paquetes se pueden consumir por tres y cinco días más.
Guadalupe señaló que a diario se preparan 85 bebidas con nutrientes que ayudan al cuerpo a recuperar energía, desintoxicarse, alimentarse e hidratarse. “Nuestros clientes, por lo general, son personas jóvenes, que buscan mejorar el sistema digestivo, adelgazar o impulsar su salud”.
Flores señaló que para darle una orientación al cliente sobre cómo llevar un estilo de vida sano, está cursando una especialización en alimentación saludable.
Sin embargo, ella afirmó que recomienda a los consumidores consultar antes al médico sobre el tipo de jugo que deben tomar. “Les decimos que no somos médicos y que si tienen enfermedades como la hipertensión o la diabetes es importante que lo hablen primero con el doctor”.
Luego de la desintoxicación, la pareja crea un plan de alimentación saludable para el cliente. La presentadora de televisión Evelyn Celi los consume a diario. Ella señala que conoció el producto a través de las redes sociales y que le han ayudado como un complemento nutricional.
Flores explica que también se comercializan productos como la leche de almendras normal o saborizada con chocolate orgánico, que pueden consumir los niños y adultos con ciertas intolerancias.
Danilo Guadalupe y Karina Flores son los encargados de hacer más de siete tipos jugos, que combinan frutas con verduras y que ayudan desintoxicar y fortalecer el sistema inmune. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
A Víctor Galarza siempre le interesó la posibilidad de medir las emociones de los consumidores. Desde que trabajó como ejecutivo en una aerolínea regional, este emprendedor ecuatoriano estuvo enfocado en medir las sensaciones de las personas cuando compran un bien o reciben un servicio.
Con esa ‘semilla’ en su mente tuvo un primer emprendimiento con uno de sus hermanos. Fue una consultora que consiguió algunos contratos, arrendó una oficina, pero que al final no superó el valle de la muerte que deben atravesar los emprendimientos para ser sostenibles y rentables.
Pero Galarza no desmayó en sus intentos y hace un año y medio volvió a la cancha de los emprendedores, no sin antes capacitarse en Perú sobre neuromarketing.
En el país vecino aprendió el manejo de equipos biométricos, que permiten hacer mediciones en la mente de los consumidores. Así empezó VHG5, en octubre del 2014, hace tres años. Los equipos son suecos y para su compra se invirtieron USD 43 000.
Para arrancar Galarza se asoció con su pareja Sophia Tapia, gastrónoma de profesión quien también tenía en mente emprender su propio negocio.
VHG5 tiene su base de operaciones en Quito. Esta consultora creó el concepto de la ‘neurocreatividad’, en el que se combinan las ventas, el marketing y la creatividad. “A nuestros clientes les explicamos cómo funciona el cerebro ante los estímulos externos de un producto y les sugerimos incorporar los resultados de la medición al discurso de ventas que tienen las empresas”, dicen Galarza y Tapia, mientras enseñan los equipos y el software que utilizan en las mediciones.
Los términos técnicos predominan en el servicio de este negocio. Pero en términos sencillos significa que al ver un producto con cientos de características, VHG5 trabaja para resaltar los beneficios de ese producto. “Ayudamos a que las empresas expliquen a sus clientes los beneficios de sus productos o servicios”.
Entre los clientes de este emprendimiento se encuentran empresas en sectores como el automotor, el farmacéutico, el agropecuario. También ofrecen servicios a universidades, empresas de seguros y cooperativas de ahorro.
Soraya Peñaherrera, representante de la cooperativa Cacpeco, que tiene su matriz en Latacunga (Cotopaxi), cuenta que trabajan con VHG5 en un proyecto con el personal de Negocios. La meta, dice esta ejecutiva, es mejorar las competencias comerciales. “Hasta el momento ha concluido con satisfacción dos etapas del mismo”, dice Peñaherrera.
La vocera de Cacpeco califica a Galarza y Tapia como un equipo muy profesional que le pone todo el entusiasmo para que las cosas salgan bien. “Los servicios de neuromarketing son prácticos y de fácil aplicación hasta ahora. Nos han parecido diferentes a lo que ofertan otros consultores”. Geraldine Araujo, Subgerente General de Consermin, también da buenas referencias de VHG5. “Víctor y Sophia son un equipo dinámico y eso se siente en su profesionalismo y en sus servicios. Según Araujo las técnicas utilizadas son muy interesantes e innovadoras.
“Recomiendo sus interesantes y diferentes servicios en temas organizacionales. Sus capacitaciones son geniales y muy practicas, y son amantes de la tecnología, lo cual les ayuda a comunicarse perfectamente”
Víctor Galarza y Sophia Tapia son los fundadores de VHG5, un negocio que se basa en el neuromarketing. Foto: Armando Prado / LÍDERES
Una nueva línea de ropa andina estilizada y seis nuevos aromas inspirados en las mujeres y hombres puruhaes son lo más novedoso en el catálogo de la Perfumería Yuyary. El emprendimiento festejará su primer aniversario con la presentación de nuevos productos.
La marca salió al mercado en noviembre del 2016, y es la primera perfumería que apuntó a los jóvenes de las culturas indígenas del Ecuador como público objetivo.
Las nueve fragancias que ofertan están inspiradas en la valentía, la fuerza, la belleza y la sabiduría. Los perfumes, que se encuentran en el catálogo, superaron las metas de ventas en los primeros meses de este emprendimiento.
Esta empresa, fundada por tres jóvenes indígenas de Chimborazo, surgió como parte de un proyecto académico. José Mullo, Esther Miranda y Jaqueline Tuquinga, se conocieron en las aulas de la Facultad de Administración de Empresas de la Escuela Politécnica del Chimborazo (Espoch), y encontraron una necesitad insatisfecha entre los jóvenes puruhaes.
“Las marcas de perfumes más reconocidas tenían imágenes de modelos esbeltas y se inspiraban únicamente en los parámetros de belleza de la cultura occidental. Nosotros necesitábamos un producto que nos haga sentir identificados”, recuerda José Mullo, uno de los socios del emprendimiento.
La empresa se inició con la elaboración de un catálogo que contó con la participación de varias reinas de belleza indígenas y otras modelos; en la promoción también ayudó un desfile de modas que congregó a varios diseñadores locales de moda andina.
Es que la idea de los tres emprendedores era promover como concepto que los jóvenes indígenas podían lucir prendas de alta costura y a la moda, así como accesorios y perfumería, sin dejar de lado su identidad cultural.
Pero esa no solo fue una estrategia de marketing para promover el negocio, sino que también es parte de los objetivos sociales de la empresa. Patrocinar actividades que afiancen el vínculo de los jóvenes indígenas con su cultura se volvió parte importante de la agenda de la empresa, y los llevó a convertirse en auspiciantes de Micaela Lema, actual Reina de Riobamba, y de otras candidatas que participan en certámenes indígenas de belleza.
“Los productos que proponemos son diferentes a otros que hay en el mercado porque representan a un segmento de la población que hasta ahora no había sido representado por una línea de perfumes”, dice con entusiasmo Esther Miranda.
El negocio se inició con una inversión inicial de USD 7 000, que se utilizaron para adecuar un local, adquirir materias primas, y contratar el diseño del logotipo de la marca y todos los empaques y envases para las fragancias. Además, los jóvenes hicieron un estudio de mercado y prepararon una estrategia de ventas.
El diseño y la selección de las fragancias fue el proceso más complicado. Los aromas femeninos representan las cualidades más representativas de las mujeres indígenas, por lo que se llaman Kury, Sisa, Kuyay, Sumak y Willka, términos kichwas que traducidos al castellano significan, valiosa, flor, amor, hermosa y sagrada.
Los tres aromas masculinos se llaman Sinchy, Munay y Yachak, que significan fuerte, deseo y sabio. Los seis aromas que recientemente se sumaron al catálogo, se inspiraron en las parejas puruhaes y en los elementos sagrados de la cosmovisión.
“Al igual que lo hacen otras marcas de perfumes por catálogos, quisimos motivar a las parejas a comprar perfumes que combinaran”, dice Mullo. Los perfumes tienen notas cítricas y madereras, y cuestan entre USD 18 y 24.
Pero el producto estrella sigue siendo un perfume femenino que lleva el nombre de la firma, Yuyary, un término kichwa que significa recuerdos. Esta fragancia es la que ha tenido mayor aceptación en el mercado desde su lanzamiento.
Las redes sociales son la principal fuente de promoción de la empresa, aunque también se valen de 12 promotores de ventas por catálogo en Quito, Guayaquil, Ambato y Cañar. Cada mes se venden al menos 100 perfumes y 50 prendas de vestir. Los grupos folclóricos y coros también promocionan las prendas de vestir en sus videos musicales y redes sociales.
José Mullo y Lorena Toapanta son parte del equipo de la Perfumería Yuyary, que crece en Riobamba. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES