Etiqueta: entrevista

  • Josep Piqué: ‘Estamos ante el redespliegue de China’

    Pedro Maldonado

    Relacionadas

    Josep Piqué, presidente de la Fundación Iberoamericana Empresarial, se reunió con autoridades del Gobierno, así como con empresarios. A escala global, considera que el planeta está ante una clara recomposición del escenario geopolítico y de las fuerzas económicas.

    Usted tiene experiencia en los sectores público y privado en España y en Europa. ¿Qué se requiere en un país como Ecuador para que el modelo de alianzas público-privadas funcione?

    Lo más importante es que se dé una convergencia de criterios y de objetivos. Ya hay una sintonía a la hora de defender la apertura de la economía, de promover de verdad la inversión extranjera, de garantizar la seguridad jurídica, de avanzar en procesos de integración regional, como pasa con la Alianza del Pacífico. Estamos en un momento en el que puede abrir muchas posibilidades y oportunidades, y uno de los motivos de mi visita es ayudar a ese proceso desde la Fundación Iberoamericana Empresarial, para que Ecuador siga progresando. Recordemos que España, hasta los años 50, era un país pobre, atrasado, pero se tomó la decisión de abrirnos, se hizo convertible la moneda, se bajaron aranceles, se fomentó la inversión extranjera…

    ¿Esas son decisiones políticas necesarias?

    Así es. Y sirvieron para que la economía empiece a crecer de manera significativa, para que se genere una clase media, para que después fuera posible la transición hacia la democracia. Esa experiencia es perfectamente aplicable a Ecuador. Este país está en mucha mejor posición que la España de los años 50.

    En ese proceso de apertura que vivió España hubo que negociar y ceder ciertas posiciones en el sector privado y en el público. ¿Qué tan complicado puede ser eso para Ecuador en la actual coyuntura?

    Es muy importante que el sector privado sea consciente de las limitaciones inherentes a la acción política. Muchas veces el empresario sugiere acciones y se las pide implementar tal como se hace en su empresa y eso en el mundo de la política no suele ser habitual, hay muchos equilibrios, contrapesos y lógicas distintas. También es importante que desde el sector público se asuma que no hay mejor manera de progresar y generar riqueza y empleo que dejando que la iniciativa privada se desarrolle en toda su plenitud. Eso no siempre lo comprende el sector público y lo mira al empresario, en ocasiones, como un enemigo o algo que se tiene que exprimir con impuestos o trabas. Hay que encontrar una síntesis entre las dos posiciones.

    El actual Gobierno integró a empresarios en su Gabinete. Allí seguramente se toparon con lo que usted menciona. ¿Con qué más se pueden encontrar?

    Con los retos de todo Gobierno democrático. Hay un parlamento que hay que tener en cuenta con sus divisiones. También está la presión de la opinión pública y los medios de comunicación. Está la judicatura, las leyes, la Contraloría y más factores que limitan el margen de actuación y eso se tiene que interpretar correctamente porque de lo contrario surge la frustración y lo más importante es conseguir certidumbre, seguridad. Las dos partes, el sector público y el privado, están en un proceso de aprendizaje, cosa que no es extraña.

    ¿En el tema de apertura comercial hacia dónde debe proyectarse Ecuador sabiendo que es un mercado pequeño y con baja competitividad?

    Ecuador necesita una multiplicidad de miradas. He oído que la Alianza del Pacífico es una suerte de nuevo centro de gravedad y que hay que mirar hacia esa dirección. Lo comparto, pero creo que es una aproximación parcial. La Alianza del Pacífico es probablemente lo más Atlántico que existe en América Latina desde el punto de vista de los valores y por lo tanto creo que hay que tener al menos tres miradas: una hacia el norte, hacia EE.UU., y estar trabajando en un acuerdo comercial con ese país es algo que tiene buena dirección; también hay que mirar al Pacífico inevitablemente, pero hay que hacerlo compatible con una mirada hacia un tercer punto: el Atlántico, más en un momento en el que se está debilitando el vínculo tradicional que existía entre EE.UU. y Europa, a través del Reino Unido. Ahora el vínculo tiene que ser entre América Latina y la Unión Europea. Y ambos tienen que mirar hacia África.

    Un continente al que se menciona muy poco…

    Se menciona poco, pero hay un dato a tener en cuenta. China tiene una estrategia muy bien definida para el continente africano y eso no es casualidad. Por eso la importancia de la multiplicidad de miradas. Sería un error hacerlas de alguna manera contradictorias o incompatibles entre sí.

    China ya está mirando hacia África…

    China ha construido en Yibuti la mayor base militar extranjera en el continente africano.

    China mirando hacia África. Proteccionismo en EE.UU. Nuevos presidentes en Brasil y México. ¿Qué está pasando?

    Lo que hay es una clara recomposición del escenario geopolítico. Ese repliegue anglosajón se debe a un enorme despliegue de China o dicho de otra manera, un enorme redespliegue de China porque China fue el país más importante del mundo durante miles de años y dejo de serlo a mitad del siglo XIX. 150 años para la historia de China es un pequeño paréntesis y ahora vuelve a su ser y lo ha dicho de manera explícita. China ambiciona ser la gran potencia de este siglo para mediados del mismo. Eso cambia las reglas de juego y nos obliga a ver el mundo de manera distinta.

    ¿Y qué pasa con Occidente?

    Lo que está pasando con China cambia la hegemonía de Occidente, que va perdiendo peso relativo y allí vemos la entrada de valores distintos a los que defendemos la democracia representativa o la economía de libre mercado o las sociedades abiertas. Allí está el retorno de los nacionalismos que está afectando a algunos países de Europa. A partir de aquí hay que hacer un análisis particular. Está por verse a Bolsonaro, en Brasil, quien tiene planteamientos populistas en temas de seguridad, por ejemplo. Pero en economía sus propuestas son de raíz profundamente liberal. Es verdad que la economía de EE.UU. está de manera excepcional aunque con riesgos de recalentamiento. Otro factor de incertidumbre es México con López Obrador que en sus primeros pasos se muestra contradictorio, señales que no son claras. Veremos cómo evolucionan una vez que Bolsonaro y López Obrador asuman sus cargos.

    ¿Son muchos vaivenes los que se esperan?

    Habrá consecuencias. El capitalismo se define por la capacidad de asumir riesgos, pero asumir riesgos implica que aunque te puedas equivocar -y uno se equivoca mucho-, los riesgos son medibles y cuantificables, lo que no es cuantificable es la incertidumbre. Y cuando algo no se puede cuantificar, la reacción normal es esperar y ver, aunque eso ralentiza la economía. Por eso cuanto antes sepamos la política auténtica de Bolsonaro, en Brasil, y de López Obrador, en México, pues mejor para todos porque sabremos a qué atenernos.

    Josep Piqué, presidente de la Fundación Iberoamericada Empresarial. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Josep Piqué, presidente de la Fundación Iberoamericada Empresarial. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • José Samaniego: ‘Ahora hay consenso entre padres?

    Redacción Líderes

    ¿Cómo compartió con su esposa, Luz Elena Coloma, el cuidado de los hijos?
    Nunca me cuestioné la posibilidad de que mi esposa no trabajara. Cuando Luz Elena iba los domingos a ‘La Televisión’, yo cocinaba para mis hijos.

    Por tradición, a la mujer se le vincula más con el cuidado de los hijos y al padre con el sustento económico. ¿Fue así en el caso de ustedes?
    Compartimos el sustento económico, pero también las funciones en el hogar. Yo siempre les iba a dejar a mis hijos al colegio o me quedaba con ellos cuando Luz Elena salía de viaje por trabajo. Cuando había reuniones en el colegio por la tarde iba ella, que tenía un trabajo demandante, pero más flexible.

    La carrera de su esposa ha sido altamente demandante. ¿Cómo lograron manejar eso en casa como padres?
    En los trabajos de mi esposa no existían los fines de semana. Fue duro. Lo que más les molestaba a mis hijos era las campañas electorales para concejala. Yo me quedaba con ellos y ahora la comprenden y admiran.

    ¿Quién solía asistir a reu­niones escolares?
    En fechas insignes íbamos los dos. Cuando eran reuniones menores, nos dividíamos.

    Si un hijo enfermaba, ¿quién se quedaba en casa?

    Mi esposa.

    ¿Quién tomaba las decisiones en cuanto a permisos de fiestas, viajes…?
    Ella tenía la palabra final.

    ¿Cuál fue la etapa más difícil como padres y por qué?

    La adolescencia. Los hijos son más demandantes en tiempo, cariño y atención.

    ¿Consideran que fueron padres tradicionales o más modernos, en cuanto a brindarles ciertas libertades?
    Como padre te vas adaptando a los hijos y a los tiempos. No puedes educarlos como te educaron a ti, incluso la forma en cómo educas al primer hijo es distinta a cómo educas al segundo. Yo era un padre temático en relación con los estudios y en que hicieran algún deporte. Luz Elena, en disciplina, horarios, tareas de la casa y deberes académicos.

    ¿Alguna regla en casa?

    La única regla que se ha mantenido en nuestro hogar es que cenamos a las 20:00. Todos tenemos que estar a las 19:30.

    ¿Cómo ha visto los cambios en las responsabilidades de madre y padre?
    Todo es radicalmente distinto a como nos criaron nuestros padres. En mi caso, tenían claramente especificados los roles: mi papá trabajaba y mi mamá no. Ella crió seis hijos y no se movió del hogar. A mi papá, en cambio, no le veíamos en la casa. Ahora es mucho más consensuado.

    ¿Qué destacaría sobre la crianza de sus hijos?
    Desde que nacieron mis hijos me dije que no podía cometer el mismo error de mi padre. Mi opción de vida fue entregarme a mis hijos. Les hemos dado enseñanzas claras de lo que queremos que sean en la vida, de conservar y promover temas espirituales, artísticos, cosas que te unen por sobre lo material.

    “Como padre te vas adaptando a los hijos y a los tiempos. No puedes educarlos como te educaron a ti, incluso es distinto entre un hijo y otro”. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
    “Como padre te vas adaptando a los hijos y a los tiempos. No puedes educarlos como te educaron a ti, incluso es distinto entre un hijo y otro”. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
  • Reinhold Steinbeck:‘Hay que perder el miedo a innovar’

    Carolina Enriquez

    Redactora (I)

    Relacionadas

    Reinhold Steinbeck tiene un MA en Educación Multicultural e Internacional en la Universidad de San Francisco (EE.UU.); diploma de la Escuela Europea de Negocios (Alemania), programa de titulación dual con la Universidad de Middlesex (Reino Unido); prácticas académicas en el Departamento de Educación de Negocios del Real Instituto de Tecnología de Melbourne (Australia).

    Ha sido director general de IntoActions; embajador del Programa de Innovación Global para América Latina de la Universidad de Stanford; fundador del Laboratorio de Diseño, Innovación y Creatividad de la Universidad de São Paulo; profesor de las Universidad de Santa Clarita, profesor visitante de la Universidad de São Paulo…

    ¿Qué metodología utiliza usted para impulsar la innovación empresarial?

    Primero debo explicar que trabajo con organizaciones y empresas para crear una cultura innovadora. Con ello se busca resolver problemas reales y en este proceso hay herramientas que se pueden utilizar. La tecnología, por ejemplo, puede ser un elemento.

    ¿Qué implica la innovación? ¿Crear cosas nuevas o transformar algo ya existente?

    Para mí es crear un proceso o un producto que, en este momento, no existe. Se trata de algo nuevo. Lo importante de la innovación es que lo que se desarrolla se pueda implementar en el mundo real.

    ¿Qué necesitan las empresas para innovar?

    Las organizaciones, empresas o universidades necesitan, en primer lugar, contar con un ambiente de confianza al interior de las mismas, porque permite compartir ideas sin miedo. Luego, es importante que grupos de diferentes niveles, al interior de las entidades, trabajen juntos. La diversidad es fundamental para implementar perspectivas diversas.

    ¿Es común hallar esto en las organizaciones del mundo?

    De lo que he podido apreciar, muy poco. Entre las cosas que más carecen las empresas está lo que se llama confianza creativa, que es lo que permite compartir ideas, crear soluciones innovadoras a problemas complejos, etc. En el Programa de Innovación Global de la Universidad de Stanford, sin embargo, los profesores están trabajando con los estudiantes para crear esta confianza.

    ¿Actualmente, en qué están innovando las empresas?

    No soy un experto en relación con qué tipo de empresas están liderando la innovación, pero creo que en este rango están aquellas que usan información, tecnología, nuevas plataformas, etc.

    Hace cinco años usted creó IntoActions, una firma de innovación a escala mundial. ¿Qué busca a través de ella?

    Yo fui profesor visitante en la Universidad de Sao Paulo en 2011. Allí cree un programa para preparar a los estudiantes para ser más creativos. Un año después, mucha gente me decía que me quede en Brasil, un país en el que organizaciones, universidades, Gobierno, empresas, etc., necesitaban mejorar su cultura de innovación. En ese contexto nació IntoActions.

    ¿Con quién trabaja ahora?

    Con entidades grandes como la Universidad Católica de Uruguay.

    ¿Qué metas ha evidenciado en las entidades, en cuanto a cultura innovadora?

    Depende del cliente. La Universidad de Uruguay, a través de su rector, buscaba ser una institución más innovadora y aprovechó el trabajo de la compañía.

    ¿De qué manera?

    Organizó un equipo de 80 personas para trabajar con nosotros por un mes. Estaban él, tres vicerrectores, cinco decanos, 25 profesores de diferentes disciplinas y estudiantes. Trabajaron juntos en un proceso para plantear ideas, mientras que nosotros introdujimos herramientas y procesos para ‘design thinking’.

    ¿A qué se refiere con ello?

    Se refiere a una metodología creativa para solucionar problemas. Es un proceso que utiliza herramientas y técnicas para ayudar a equipos a comprender los conflictos y oportunidades, así como para crear soluciones innovadoras que pueden ser un producto, un proceso o un servicio.

    ¿Basta solo con esa metodología para innovar?

    También está el liderazgo. Pero creo que las organizaciones deben, además, aprender a escuchar a los clientes. La metodología ayuda en ello, a saber las necesidades de los consumidores; pero, como dije al inicio, también es importante la confianza.

    ¿Al interior de la organi­zación o entre la empresa y los clientes?

    En ambos casos. Una de las razones por las que los equipos y las organizaciones no son innovadoras es porque tienen miedo, principalmente de cometer errores. Mientras se es niño no existe este problema, pero al crecer la confianza de generar ideas locas principalmente se pierde.

    Usted dijo, anteriormente, que ha visto muy poco que en las organizaciones exista confianza y trabajo en equipos diversos. ¿Es común en América Latina?

    Creo que existen muchas diferencias culturales en relación con otras partes del mundo en cuanto a trabajar juntos, compartir ideas, confiar en otros, no tener miedo, personas trabajando en el mismo nivel sin tomar en cuenta el bajo o alto status. En la cultura de la costa oeste de EE.UU., por ejemplo, la cosa es muy informal. Las personas trabajan juntas, comparten, los CEO se sientan con los empleados en ocasiones, etc.

    ¿Hay barreras entre los equipos de trabajo o los niveles jerárquicos en la región?

    Sí. Hay culturas en que las jerarquías son demasiado fuertes, hay muchas tradiciones, etc., lo que impide el compartir ideas y la confianza al interior de los equipos (…) son grupos de trabajo que desarrollan sus actividades sin hablar entre ellos y niveles diversos en los que no hay comunicación.

    ¿Es necesario romper con estos paradigmas?

    Claro. Pero es muy difícil porque implica cambiar tradiciones, creencias y comportamientos a escala individual y grupal.

    ¿No todas las empresas pueden lograr estos cambios?

    No todas.

    ¿Hay creatividad en las organizaciones de la región?

    Hay creatividad en todas partes. Pero hay que crear un campo para que crezca. En la Universidad de Uruguay, por ejemplo, hubo apoyo para las ideas que lanzaron los participantes en el proyecto para ser más innovadores. Identificaron cinco áreas estratégicas en las que se debía mejorar. Si bien no se tomaron en cuenta todos los planteamientos, hubo consenso en relación con los temas en los que trabajarían y sus soluciones.

    El empresario y embajador del Programa de Innovación Global para América Latina de la Universidad de Stanford habla sobre la importancia para las organizaciones de ser creativas y desarrollar confianza en los equipos de trabajo
    El empresario y embajador del Programa de Innovación Global para América Latina de la Universidad de Stanford habla sobre la importancia para las organizaciones de ser creativas y desarrollar confianza en los equipos de trabajo. Foto: Diego Pallero / Líderes
  • Rodrigo Villar: ‘Hacer dinero pasa a segundo plano’

    Carolina Enriquez

    Redactora (I)

    Relacionadas

    Es socio fundador de New Ventures. Es uno de los impulsores del desarrollo de la industria de inversión de impacto en América Latina. También fue el fundador de Las Páginas Verdes, Ecofest y FLII (Foro de Inversión de Impacto de América Latina).

    Es miembro de Ashok y reconocido como una de las principales figuras de sostenibilidad social y ambiental de la región, por lo que recibió el premio al Emprendedor Social del año de UBS Visionaris 2008 y fue nombrado uno de los 40 principales CEO de América Latina por América Revista de comercio. Es el Presidente de la Alianza de Inversión de Impacto de México.

    En los últimos años se ha podido apreciar más cantidad de emprendimientos sociales y ambientales en la región. ¿Por qué se debe impulsar este tipo de negocios?

    América Latina tiene un espacio muy interesante en el mundo. Me atrevo a decir que los negocios sociales y ambientales son aquellos del futuro. A veces tendemos a tratar de imitar lo que hacen los países desarrollados con modelos como el de Silicon Valley, con emprendimientos vinculados a tecnología, en los que están las miradas de la mayoría de los inversionistas. Pero se puede pensar diferente.

    ¿En qué sentido?

    En Latinoamérica hay muchas carencias en vivienda, educación, salud, etc. Los capitales, antes de atender cosas que no son tan relevantes, tienen que enfocarse en cómo se le da a la población cosas muy básicas. Creo que en la región el mercado es muy grande.

    ¿El desarrollo económico acompaña estos procesos?

    Es interesante el hecho de que la economía haya ido creciendo. Hay un ecosistema de negocios que funciona y, al mismo tiempo, carencias. Es posible que la región demuestre que estas necesidades se pueden solucionar con modelos innovadores de negocio.

    ¿En qué nivel está creciendo el número de emprendimientos sociales y ambientales en la región?

    A pasos agigantados. Si uno le pregunta a un joven que está saliendo de la universidad la razón por la que emprende es porque quiere un cambio, seguir su vocación, hacer algo por el planeta. El hecho de hacer dinero está pasando a segundo plano.

    ¿Qué dificultades encuentran los emprendedores sociales y ambientales al poner en marcha un proyecto?

    Es muy difícil decirle a alguien que se dedique a eso si no hay casos a seguir. Pero hoy en día encontramos emprendedores que empiezan a sentar precedentes para que muchos jóvenes comiencen a seguir sus pasos.

    ¿Qué necesitan los emprendedores sociales y ambientales para desarrollar sus iniciativas?

    Infraestructura, que los gobiernos apoyen el ecosistema, garantías, financiamiento, coworking, consultorías, etc.

    Durante años usted ha impulsado este tipo de negocios a través de iniciativas como New Ventures. ¿Cómo se involucró?

    New Ventures tiene casi 15 años operando en México y Latinoamérica. Empezamos en ese país con la misión de lograr que el sector privado se convierta en un aliado en la lucha por solucionar las problemáticas ambientales y sociales. En el pasado se pensaba que solo las organizaciones y los gobiernos debían resolver estas situaciones. Pero mientras la empresa no se involucre, difícilmente podremos lograrlo.

    ¿Cómo se logra que el sector privado se involucre?

    Hay que demostrar que estos emprendimientos sociales son rentables y viables. No se trata de filantropía. Se pueden encontrar negocios que con innovación y con tecnología logran resolver los problemas socioambientales y, al mismo tiempo, dan los retornos financieros que el sector privado busca.

    ¿Cómo trabajaron en New Ventures?

    Empezamos identificando a esos emprendedores que ya están haciendo este tipo de cosas (iniciativas socioambientales). Hace 15 años no era fácil hallar estos negocios, pero parte de nuestra razón de existir ha sido identificar a quienes los desarrollan con tecnología, que son innovadores y tienen capacidad de escalar.

    ¿Cómo apoyan a esa clase de negocios?

    Les otorgamos fuentes de fortalecimiento: consultorías, acceso a inversión, financiamiento, mentorías, acceso a mercados, etc. Funcionamos como una aceleradora de negocios. La idea es que crezcan más rápidamente.

    ¿Cuenta New Ventures con un fondo?

    Tenemos ahora dos fondos de capital privado. Administramos alrededor de USD 50 millones entre los dos. Ya podemos ir un poco más allá (…) a la fecha ya hemos invertido en 10 empresas, nos asociamos con ellos. Las inversiones están en los ramos de vivienda accesible, educación, salud, medioambiente, energía alternativa, etc. Podemos inyectar capital.

    ¿Hasta qué monto?

    Un promedio de USD 3 millones por empresa. Podemos hacer cosas desde USD 1 millón hasta 8 millones. En algunos casos podemos hacer proyectos más grandes, con otros inversionistas.

    ¿Qué tipo de proyectos son los que desarrollan?

    Tengo el ejemplo de la firma que se llama Sala Uno y opera en México. Se dio cuenta que en ese país hay 2 millones de personas que son ciegas o parcialmente ciegas. El problema es que son personas que se pueden curar; son ciegas porque tienen cataratas y no tienen acceso al dinero para una cirugía. Esta empresa lo que hizo fue innovar en el modelo de negocios en el sector de la salud.

    ¿Cómo lo logró?

    Cambió el esquema en que uno tiene que ir a un oftalmólogo individual. Desarrollaron una especie de “producción en línea” en la que todo se hizo más eficiente. Tienen toda una infraestructura en la que una persona diagnostica, otra prepara, otra opera, etc. Ahora están haciendo más de 10 000 cirugías al año y están eliminando la ceguera en México.

    ¿Es rentable?

    Primero debo decir que hicieron accesible la cura bajando al 70% el costo de los tratamientos. Creo que es más rentable que un negocio tradicional y es una empresa social. Invertimos en ella hace cuatro años y el crecimiento ha sido exponencial. Todavía tienen mucho campo porque el mercado es gigantesco. Hoy están vendiendo como USD 15 millones anuales.

    Anteriormente, usted hablaba de la necesidad de financiamiento. ¿Quién entrega ese capital?

    Yo creo que deben ser los bancos, las entidades privadas. En New Ventures creemos que tenemos un mejor portafolio que los fondos tradicionales. Hay que cambiar la mentalidad de los financistas, que vean que los negocios ambientales son rentables.

    ¿Cómo se cambia esa mentalidad?

    Con hechos. Hemos demostrado a los inversionistas que tenemos un equipo de gestión profesional y que el mercado es grande. Más financistas van a comenzar a volcarse a estas iniciativas.

    ¿Ustedes entregan el dinero a los emprendedores?

    No, porque somos un fondo de capital. Compramos una participación de la empresa, nos volvemos accionistas y, eventualmente, en unos años la vendemos en cinco veces más de lo que hemos invertido.

    El fundador de New Ventures asegura que los emprendimientos sociales tienen mucho por crecer en América Latina, de la mano de jóvenes innovadores y la empresa privada. Llegó al pais para participar en la cumbre de inversión de impacto Cliiq 2018.
    El fundador de New Ventures asegura que los emprendimientos sociales tienen mucho por crecer en América Latina, de la mano de jóvenes innovadores y la empresa privada. Llegó al pais para participar en la cumbre de inversión de impacto Cliiq 2018. Foto: Vicente Costales / Líderes
  • La banca digital, la punta del iceberg

    Evelyn Tapia

    (i) redaccion@revistalideres.ec

    Relacionadas

    Driss Temsamani, jefe Regional de Canales Digitales en Citi Latinoamérica, destaca que la ciberseguridad y la digitalización son los principales retos de la banca tradicional. El experto dictará una conferencia sobre conectividad en el país, a finales de octubre.

    ¿Cómo ve el nivel de desarrollo de la banca digital en Ecuador y en la región? ¿Qué retos enfrenta?

    Hay una transformación digital ocurriendo en el mundo y en América Latina es muy fuerte. Ecuador no es una excepción. Es un proceso que está empujado por una nueva economía digital cada vez más accesible a través de los celulares inteligentes. En la región, la penetración del celular inteligente es del 60% y la ventaja es que esta penetración no discrimina entre población bancarizada o no. Esta transformación, que tiene como centro los celulares inteligentes, nos da un panorama de cuáles podrían ser los servicios financieros para este tipo de población. En este proceso, vemos que se están manejando flujos de la economía informal a la economía formal, eliminando el efectivo como manera de transferir valor. Un ejemplo de eso, vemos en países como México, con personas que con su bici pueden trabajar para Uber entregando comida. Así, una persona que no era parte del sistema formal y financiero hoy está participando y está recibiendo pagos por ese servicio en valor a una cuenta desde su celular.

    Esta transformación ha traído a debate el espacio que están ganando las ‘fintech’ frente a la banca tradicional. ¿Cree que estos son sistemas que compiten o se complementan?

    Citi ve a las ‘fintech’ como amigos. Todos los bancos deberían ver estos negocios como socios que ayudan a que tengamos una economía digital más grande, porque al final del día, las ‘fintech’ traen una agilidad, una manera de pensar muy diferente a un banco tradicional, porque nacieron en el mundo del software y traen ideas nuevas que mejoran la experiencia del cliente. Por ejemplo, como hoy las ‘fintech’ no tienen licencias bancarias, no pueden operar en el sistema financiero y necesitan de un banco para impulsar sus proyectos e iniciativas. Cuando uno ve un flujo de un pago a través de un celular de una ‘fintech’, termina en una cuenta bancaria tradicional de cualquier parte del mundo. Por eso, los dos sistemas siempre trabajan juntos para cerrar el círculo de esta propuesta de valor de estos servicios nuevos.

    El uso de banca digital en el Ecuador creció un 30% el año pasado. En el caso de Citi, ¿cómo están las cifras de adopción de este tipo de servicios bancarios en el país?

    En el caso de Citi, un banco corporativo, a nivel regional y en todos los países en promedio el uso de banca digital está en el 70%. La banca electrónica es la punta del iceberg, lo que existe abajo es lo más importante, y eso es toda la parte operativa de manejo de riesgos, entre otros. Para que un banco sea digital no solo debe ofrecer banca electrónica, sino que todo lo que existe una vez que la transacción llega al banco se haga digitalmente. Queremos ser el banco digital más importante de la región hasta el 2020.

    ¿Se puede precisar esa cifra para el caso de Ecuador y cuál es el país de la región que está más avanzado en la adopción de este tipo de servicios de digitalización?

    Todos los países de América Latina se acercan a esa cifra porque estamos todos trabajando juntos en la estrategia. Los clientes de la región que nos escogen lo hacen porque tenemos una red regional y global de banca digital. Un cliente que comienza operando en Ecuador después busca operar en un par de países alrededor y expandirse a nivel regional o global. No hemos visto una tendencia por países, porque la transformación digital se empuja por la adopción, y como nuestros clientes son empresas, cada uno está en diferentes niveles de madurez digital. Entonces, depende de su estrategia y de las razones por las que quiere digitalizarse.

    ¿Cuál es la estrategia de Citibank para avanzar y destacar de la competencia en la digitalización de sus servicios?

    Lo que hizo Citi, en América Latina particularmente, es crear una ‘digital score card’, un tablero con indicadores digitales que medimos mes a mes. Establecimos metas para cada año. Queremos que para el 2020, el 95% del banco sea digital. Esto quiere decir que todos los procesos del banco se están digitalizando. Toda la data debe fluir de una manera digital sin que nadie intervenga manualmente para llevarla de un lugar a otro. Lo que queremos asegurar es que los canales digitales estén listos y convertidos para que cuando lleguemos a nuestra meta de ser un banco digital casi en un 100%, ya no haya la alternativa de hacer la misma cosa de una manera digital y una análoga, sino que la análoga se transforme en contingencia nada más.

    ¿Los gobiernos están desarrollando normativa que acompañe a la intención de dar el salto a lo digital?

    Se está desarrollando de una manera importante en el mundo. Esto debe acompañar las agendas el sector público para proteger al consumidor final, debe darse además con estrategias de transparencia y asegurar que el sistema financiero es estable y que haya velocidad en la transacción. Esos son los pilares que debe tener la agenda del sector público en relación con la banca digital.

    En los proceso de transformación digital todavía preo­cupa la seguridad informática. ¿Es esta una barrera difícil de superar para la banca? ¿Qué pasos se deben tomar?

    Este es el punto central en la agenda de todos los gerentes, clientes nuestros, con los que hablamos. Para el banco, la ciberseguridad es el tópico más importante en esas conversaciones, el primero. El rol nuestro tiene que ver con asesoría a estos clientes que nos hacen las mismas preguntas. Para nosotros, la ciberseguridad está recibiendo la mayor atención interna de inversiones, tecnología y organizacionalmente. En un mundo en el que 90% del dinero fluye de manera electrónica, ya estamos viviendo en una era en la que la caja fuerte de un banco no tiene billetes, en una metáfora del futuro, la caja fuerte de un banco lo que tiene es información. El banco invierte mucho en eso, pero en el mundo de la ciberseguridad somos tan fuertes como la parte más débil de la cadena.

    ¿Cuál es esa parte más débil de la cadena?

    El ataque generalmente no viene al banco, sino es a través de un usuario que baja la barrera, cuando le hacen un tipo de ‘phishing’, en el que le mandan un correo electrónico, o le hacen una llamada telefónica engañosa. Esos clientes le abren la puerta al ‘hacker’ y este comienza a manipular transacciones, pagos para sacar dinero de una cuenta y llevarla a otra. Esa es la parte débil de la cadena que se debe reforzar. Es importante la asesoría que damos a los clientes, hacemos talleres, los visitamos y les mostramos cómo asegurar sus plataformas.

    ¿Cuánto ha crecido la inversión del banco en estos temas de ciberseguridad?

    No es un tema de crecimiento de la inversión, sino que si estábamos invirtiendo algo físico, esa inversión se está trasladando a lo digital. No es un tema de comparación sino de cambio de foco.

    Hoja de Vida

    Formación. Posee un máster en Administración de Negocios y Mercadeo Industrial de Columbus University. Ha realizado diversos estudios en Harvard School of Business, en el Massachusetts Institute of Technology, Universidad Austral University y The Center for Creative Leadership. Domina el inglés, francés, español y árabe.

    Profesional. 
    Es miembro del Comité Ejecutivo de Citigroup Treasury & Trade Solutions para Latinoamérica y responsable de la Agenda de Innovación de Dato. Forma parte del Programa de Emprendimiento Global del Departamento de EE.UU. y de la Asociación de Mercadotecnia Estadounidense.

    Entrevista a Driss Temsamani, Jefe Regional de Canales Digitales en Citi Latinoamérica. Foto: Cortesía Citibank
    Entrevista a Driss Temsamani, Jefe Regional de Canales Digitales en Citi Latinoamérica. Foto: Cortesía Citibank
  • Pablo Zambrano: ‘Nos hace falta un plan económico’

    Evelyn Tapia

    Pablo Zambrano, nuevo presidente de la Cámara de Industrias y Producción (CIP), cree que el clima de negocios en Ecuador es mejor. Sobre el deterioro de las cifras de empleo, dice que el país necesita reformar el Código de Trabajo de acuerdo con el mercado actual.

    ¿Qué propósitos y retos asume en este nuevo cargo?

    Queremos enfocarnos primero en mejorar las condiciones para hacer negocios en el país, en mejorar la competitividad. Se requiere un marco normativo adecuado y que el Gobierno adopte medidas que generen confianza. Vamos a coadyuvar con esto haciendo propuestas de normas y participando en lo posible en el tema de la atracción de inversiones.

    Usted asume el cargo en un momento en el que el Estado no tiene recursos para inyectarlos en la economía como antes y se espera que sea la empresa privada la que impulse la economía. ¿Qué trabas tiene en frente el sector privado para lograrlo?

    El problema es que el país todavía arrastra 10 años de régimen correísta y revertir eso no es fácil. Será un proceso. El sector productivo está comprometido con el país, con generar más empleo y hacer inversiones a través de las medidas de confianza que las autoridades vayan brindando.

    La Ley de Fomento Productivo plantea un paquete de incentivos, pero se le critica que no contiene elementos suficientes para solucionar los problemas económicos del país. ¿Cómo evalúa esta Ley el gremio?

    Esta Ley es una respuesta a los diálogos que se llevaron a cabo durante el Consejo Consultivo y el sector privado ve reflejadas sus necesidades. Es importante que se están eliminando desincentivos como el anticipo del pago del impuesto a la renta. La ley es un paso más hacia el desarrollo de la confianza y la generación de más inversiones y empleo, pero sí hay que señalar que la ley no es un plan económico. Es un plan productivo, por eso, a la par con este, es muy importante que el Gobierno dé un plan económico.

    ¿Es un programa tibio en relación a lo que necesita el país en materia económica?

    El principal problema del país es el déficit fiscal y la deuda pública. Se necesitan recursos para equilibrar la economía. Por su puesto que para ello se requieren medidas claras, como por ejemplo revisar el gasto del Estado y reducirlo. Otra medida es traer ingresos al país y una de las medidas es ir a los multilaterales.

    El Gobierno ha realizado recorte de gasto más que nada en inversión. ¿Todavía hay espacios para hacer recorte?

    En el tema de la focalización de los subsidios. Deben darse a las personas de escasos recursos, no debe haber subsidios generalizados. Hay que discutir la política de subsidios para que vaya a quienes más los necesitan.

    Los gremios habían sido bastante críticos con las medidas económicas que tomaba el Gobierno, pero eso cambió cuando se presentó la Ley de Fomento. ¿Esta Ley ofrece todo lo que esperaban?

    La Ley no topa nada con respecto a temas de competitividad y eso es muy importante porque los costos de producción deben perfeccionarse. Eso hace que sea más caro producir en el Ecuador.

    ¿Qué es lo que más nos resta competitividad?

    Se han incrementado los costos de electricidad y combustibles. Los costos laborales son altos también, porque no se fijaron de forma técnica, sino de forma política en los últimos 10 años.

    En lo laboral, ¿tienen planteamientos específicos de mayor flexibilidad?

    No es flexibilización. Más que eso, el mercado debe ser dinámico, responder a las necesidades actuales. Los jóvenes no son los de antes, que se quedaban 15 años en la empresa, por eso deberíamos tener una política de empleo juvenil que permita dinamizar el mercado laboral.

    Si hay mejor clima de negocios y más confianza, ¿por qué las cifras del empleo no han mejorado? Ustedes generan el 90% del empleo en el país

    Tenemos responsabilidad todos los estamentos de la sociedad. La economía, producto del mal manejo económico del Gobierno anterior, ha entrado en un enfriamiento. Tenemos tasas de inflación negativas hace tiempo, porque el consumo ha disminuido y esto influye en la producción, en la generación de empleo. Las empresas están haciendo su mejor esfuerzo para no desvincular gente, pero hay otros problemas como el contrabando y la falta de competitividad que han hecho que ocurran desvinculaciones en el tema laboral. En la CIP estamos trabajando en una consultoría con la OIT para hacer propuestas específicas de reformas al Código de Trabajo.

    ¿Qué temas son cruciales de reformar en el Código?

    Se necesita una reforma integral porque el Código data de 1938. Debemos actualizarlo y buscar los mecanismos para que las nuevas modalidades y formas de contrato que se requieren ahora sean compatibles con la Constitución. Por ejemplo, el contrato por horas está prohibido constitucionalmente. Otro tema es la jubilación patronal. Somos de los pocos países en el mundo en los que hay doble jubilación, en el IESS y con el empleador si hemos trabajado más de 20 o 25 años. Esto es una doble carga para el empleador.

    El Gobierno tiene ya más de un año y todavía no se ve ese cambio de timón hacia el sector privado. ¿Qué hace falta?

    Nos falta un plan económico, la sociedad y los agentes económicos estamos esperando que el Gobierno nos diga exactamente cómo va a equilibrar el déficit, cómo va a reperfilar la deuda. Con un plan económico habrá un verdadero influjo de inversiones.

    Ya hay un compromiso de alrededor de USD 9 000 millones de inversión del sector privado, según Comercio Exterior. ¿Cree que sin un plan económico esas inversiones tarden en llegar?

    Los procesos de este tipo no son de un día a otro. Hay que generar las condiciones. Nosotros como CIP estamos reuniéndonos con el ministro Pablo Campana para ayudar a esos inversionistas a que todos los cuellos de botella se solucionen y se materialicen las inversiones. El fruto de las inversiones se verían a inicios del próximo año.

    Hoja de vida
    Formación. Es abogado por la PUCE. Tiene una maestría en Derecho por la Universidad Andina Simón Bolívar, además de estudios de PhD en Derecho Constitucional en la Universidad de Buenos Aires.

    Dirigencia. Desde agosto de 2014 ejercía las funciones de Vicepresidente Ejecutivo de la Cámara de Industrias y Producción (CIP), anteriormente fue Director Jurídico en esta institución. Desde este mes es Presidente Ejecutivo del gremio, reemplazando a Richard Martínez que pasó a ser Ministro de Finanzas.

    Metas. En su gestión trabajará para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

    Entrevista a Pablo Zambrano, nuevo presidente de la Cámara de Industrias y Producción (CIP). Fotos: Julio Estrella/LÍDERES
    Entrevista a Pablo Zambrano, nuevo presidente de la Cámara de Industrias y Producción (CIP). Fotos: Julio Estrella/LÍDERES
  • Bianca Dager: ‘El mercado verde tiene más demanda’

    Carolina Enriquez

    Relacionadas

    Bianca Dager es la directora ejecutiva de los premios Latinoamérica Verde habla de cómo hay mayor interés por la economía ambiental en el mundo y sobre el interés de los emprendedores latinoamericanos en temas vinculados al cuidado del planeta y el desarrollo social. 

    ¿Qué tan fuerte es el interés que tienen los emprendedo­res de América Latina en generar iniciativas vinculados al medioambiente y al desarrollo social?

    El mercado verde o ambiental es el de mayor crecimiento en el mundo. Esto se traduce en que hay un desarrollo de negocios vinculados con la producción y venta de alimentos orgánicos, proyectos que apoyan la reforestación o que son carbono neutro. También hay aquellos que trabajan con grupos vulnerables. Lo más importante es que son los consumidores quienes marcan esta tendencia.

    ¿Qué motivaciones encuentran en estos procesos?

    Una de las motivaciones es la supervivencia. Cada vez los seres humanos tenemos que ser más responsables con los recursos porque somos más personas en la región y el planeta. Estos emprendedores toman en cuenta el cuidado ambiental en toda la cadena de valor, en el uso de materia prima, en la tecnología más eficiente, entre otros.

    ¿Qué retos deben enfrentar estos emprendimientos?

    El reto está en hacerse cada vez más visibles y que estén en los lugares de consumo del día a día. Por ejemplo, que cada vez haya más opciones verdes en los supermercados y centros comerciales. La idea es que estén disponibles para los consumidores comunes.

    ¿Cómo es el consumidor actual?

    Es uno cada vez más consciente de la situación en la que está el planeta y, por lo tanto, que prefiere la oferta de la economía verde. Si bien en algunas áreas los productos etiquetados como verdes son más caros, hay un trabajo para que estos dejen de ser solo para ciertos nichos y puedan acceder a estos más personas en el mercado.

    Actualmente, ¿la economía ya funciona en modo ‘verde’?

    Economía, desarrollo sostenible y medioambiente son compatibles y se los debe impulsar de manera conjunta. El sistema financiero juega un rol clave para el desarrollo de negocios vincu­lados a estos temas. La banca, actualmente, cada vez incorpora más en los análisis de crédito los impactos sociales y ambientales. Tiene la responsabilidad de generar mayores productos financieros para apoyar a programas, proyectos, iniciativas y emprendimientos que le hagan bien a la economía, al ambiente y la sociedad.

    ¿Qué cifras muestran que hay más gente desarrollando negocios en temas medioambientales y sociales?

    Un dato importante sale de los premios Latinoamérica Verde. Este es un concurso y una comunidad de proyectos del sector público, privado y sociedad civil que busca un impacto positivo social y ambiental, sumado el apoyo de la banca como dinamizador de la economía verde. En la quinta edición, que se desarrollará en agosto, están registrados 2 733 proyectos , es decir, 300 más que el año pasado. Son de 712 ciudades y 30 países en la región y el Caribe.

    ¿Por qué este crecimiento?

    Existe un despertar. La comunidad sigue creciendo. El año pasado el 82% de los participantes que estuvieron en el proceso de selección y fueron a la premiación generaron conexiones. Esto se traduce en que hayan logrado generar alianzas o asociaciones para expandir proyectos, socializarlos, internacionalizarlos, concretar acuerdos económicos, etc.

    Usted hablaba de la importancia de que los emprendimientos ambientales y sociales se visibilicen más. ¿Qué acciones han desarrollado como premios Latinoamérica Verde para lograr esto?

    Esta edición se llevará a cabo en Puerto Santa Ana, la primera vez que se realiza allí. Llevamos a los participantes a uno de los lugares representativos de Guayaquil. La idea del evento, precisamente, es exhibir, conectar y premiar (…) junto con el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) estamos trabajando en dos ejes. Uno es tener una plataforma comercial: una rueda de negocios en la que junto con los representantes de los proyectos también estarán miembros de la banca, inversionistas y aceleradoras especializadas en iniciativas de impacto. Adicionalmente, habrá un diálogo para promover la economía verde en la región y por primera vez se presentarán stands para una mayor interacción.

    Al revisar los emprendimientos participantes y ganadores de la ediciones anteriores, se observa que aquellos vinculados con el agua tienen mucha aceptación. ¿Cuál es la importancia de este aspecto en América Latina y, principalmente, Ecuador?

    De hecho, el ganador de esta categoría el año anterior fue ecuatoriano. El proyecto buscó una correcta articulación de los sectores público y privado para la sostenibilidad del agua; además, involucró a la comunidad. El agua es un recurso claramente amenazado (..) este año estamos viendo que las industrias están tomando en cuenta el rol que juega este recurso en la supervivencia y desarrollo de los negocios. Los recursos naturales son la base de la economía; muchas de las guerras se han dado por el control de estos.

    La parte de desarrollo humano también se destaca.

    La innovación social, el crear más oportunidades, educación y género son algunas de las áreas en las que incursionan los emprendedores con sus proyectos. Por ejemplo, el año pasado ganó una iniciativa sobre consumo responsable de un papel que se transforma en un producto con semillas para usarse en escuelas y colegios. Este año, uno de los finalistas es un programa de género, de mujeres, para recolección de aceites usados de cocina. Buscan la sostenibilidad y el desarrollo económico.

    Los finalistas, además de la visibilización, ¿qué otros beneficios obtienen?

    Hacemos una agenda para presentar a los proyectos con organizaciones que puedan significar oportunidades de crecimiento. Tenemos, además, 85 alianzas estratégicas a través de las cuales ciertas empresas buscan iniciativas, según los intereses que tengan. En un caso, por ejemplo, se hace mentoría con los emprendedores y luego acceden a inversión.

    Hoja de vida

    Estudios.
    Ingeniera agrónoma por la Universidad Earth (Escue­la de Agricultura de la Región Tropical Húmeda), Costa Rica; tiene una maestría en Administración de Empresas de Universidad de Especialidades Espíritu Santo y un diplomado en el IDE de Responsabilidad Social.

    Experiencia.
    Es fundadora y direc­tora ejecutiva de Pre­mios Latinoamérica Verde; directora corporativa en Sambito. Preside Alma, grupo de mujeres profesionales que con campañas de educación ambiental fomenta estilos de vida más sustentables en las familias. Obtuvo el primer León de Oro de Cannes para Ecuador en la Cumbre Internacional del Medio Ambiente. Ha estado en otros encuentros.

    Dager es fundadora y direc­tora ejecutiva de Pre­mios Latinoamérica Verde; directora corporativa en Sambito. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Dager es fundadora y direc­tora ejecutiva de Pre­mios Latinoamérica Verde; directora corporativa en Sambito. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • Roberto Intriago: ‘La macrorrueda de negocios de ProEcuador quiere orientar a la pequeña y mediana empresa’

    Maria Angelina Castillo

    Relacionadas

    Entrevista a Roberto Intriago, director ejecutivo de ProEcuador.

    ¿Cuáles son las expectativas para esta séptima macrorrueda de negocios?

    Es el evento más importante que tiene ProEcuador como instituto de promoción de exportaciones e inversiones. El 13 y el 14 de junio en el Centro de Convenciones tendremos esta actividad que recibirá de más alto nivel entre exportadores y a los empresarios compradores. Año tras año se nota un efecto multiplicador positivo. La edición anterior tuvo una expectativa de ventas de USD 260 millones, para esta ocasión apuntamos a más de USD 300 millones.

    ¿Cuál es el objetivo principal de este tipo de eventos?

    No solo tener a los grandes exportadores del país, sino orientar a la pequeña y mediana empresa, a los representantes de la economía popular y solidaria, a los artesanos, en una exposición con compradores de todas partes del mundo.

    ¿Qué países vienen este año y cuáles son sus sectores de interés?

    Vienen empresarios de Bulgaria, interesados en rosas; Suiza, con artesanías; Cuba con la agroindustria; Polonia por el textil. Además, estarán de Alemania, Francia, Holanda, Emiratos Árabes. Y lo importante es que habrá más de 600 exportadores ecuatorianos y 180 compradores de 27 países.

    ¿Qué producto está en el portafolio de la macrorrueda por primera vez?

    Como nuevos sectores, tenemos al mango, maracuyá, granadilla, aguacate, uva, entre otros. Tenemos 18 sectores que están al frente, entre la acuacultura, agroindustria, pesca, cacao, chocolate, servicios; además de turismo y plásticos.

    ¿Cómo es la logística para este tipo de encuentros internacionales?

    Son 5 200 citas de negocios que se realizarán cada 30 minutos, eso involucra que tengas un dinamismo muy fuerte dentro del espectro de la negociación, del “b2b” (transacciones comerciales entre empresas). Mueve la economía, las personas vienen por turismo también. Además, el 13 de junio en la noche tendremos en el Parque Histórico (de Guayaquil) una muestra gastronómica de la oferta exportable. Y el 14 habrá visitas a las plantas, fincas y plantaciones para ver los productos de manera más directa.

    ¿Cuál es la novedad de esta edición?

    Vamos a tener espacios diferenciados y habrá salas donde, luego de tener una reunión formal, se pueden cerrar negociaciones. Además, se lanzará un nuevo servicio: e-Ecuador. Un concepto de comercio electrónico que nos ayude a conectar a artesanos, pequeños empresarios, de la economía popular a subir sus productos y precios a una plataforma para que estén en contacto directo con exportadores y consumidores en cualquier parte del mundo. Para los grandes exportadores, tendremos otra plataforma “b2b”.

    ¿Cuáles son los desafíos actuales del comercio exterior para Ecuador?

    Hay dos formas de crecer: horizontal y verticalmente. La primera es a través de nuevos portafolios, nuevos sectores, nuevos segmentos. Por eso el tema de mangos, pitahaya, uva. Y el segundo es vender más volumen de los productos tradicionales locales.

    ¿Qué historias de éxito entre exportadores y compradores han quedado de las macrorruedas?

    Un caso de éxito, no solo enfocado en la macrorrueda, sino que se desprende de ello son las misiones comerciales. La última, en Arabia Saudita, Dubai y Qatar, generó USD 3,8 millones en expectativas de ventas. Y en particular Procafé logró exportar café a los Emiratos Árabes, luego de la misión comercial que se hizo hace un mes y medio.

    Además de la macrorrueda, ¿qué otros proyectos tendrá este año Proecuador?

    Tenemos un cronograma para seis misiones adicionales durante este segundo semestre del año. Incluyen países como China, Rusia, Hungría, Estados Unidos y México, entre otros. Porque creemos en las misiones y en que nos puede dar un efecto multiplicador positivo.

    Roberto Intriago es el director ejecutivo de ProEcuador. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
    Roberto Intriago es el director ejecutivo de ProEcuador. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
  • Eva García: ‘Necesitamos una ley de software’

    Pedro Maldonado

    Relacionadas

    La Ministra de Industrias y Productividad, Eva García, habla sobre los ejes de la nueva política industrial del pais, la nueva ley económica que está en la Asamblea y la Industria 4.0. Asegura que el software se convertirá en uno de los pilares de la política industrial.

    ¿Cuáles son las líneas bases del Ministerio de Industrias, una vez que está en camino una ley económica?

    Tenemos una nueva política industrial que ha sido trabajada de la mano con los sectores productivos, con los trabajadores, con la academia, con los gobiernos locales. La política industrial no surge de la noche a la mañana, es producto de un trabajo que arrancó con el llamado al diálogo que hizo el Presidente de la República y la constitución del consejo Consultivo Productivo y Tributario.

    Hubo 26 mesas, más de 1 000 propuestas y 139 fueron consideradas prioritarias. Allí se fijaron temas claves como el costo de los servicios, la parte tributaria, los estímulos a las exportaciones, la innovación y el emprendimiento.

    ¿La política industrial y lo que dice el proyecto de ley es producto de los diálogos?

    La política industrial surge yendo al territorio, en cada provincia hay reuniones y salen propuestas. No es un borra y va de nuevo, sino una actualización permanente. Con la nueva ley se aterrizan incentivos para cambiar falencias. Si hay déficit en innovación, por ejemplo, queremos corregir y para eso los incentivos de la ley. Es una ley realista, pensada en las urgencias de ahora, en corregir lo que pasa ahora.

    Si hablamos de Industria 4.0, primero tienen que darse las condiciones para que esa industria se desarrolle, empezando por temas como conectividad, un sector donde aún existe mucho por mejorar (…) La nueva ley busca consolidar la sostenibilidad, el sistema económico y social y afianzar la dolarización. También se da prioridad a la sostenibilidad fiscal.

    ¿Cómo vamos a llegar a la sostenibilidad fiscal?

    Con un reordenamiento de las finanzas públicas, si bien eso es materia del Ministerio de Finanzas, el ofrecimiento es público. Con una disciplina fiscal que permita llegar a la sostenibilidad, recortando el gasto público. En este momento hay una austeridad declarada por el Presidente y se ha dado una reducción de empleo en el sector público, lo cual significa que el sector privado debe asumir el compromiso de generar nuevas plazas de empleo. Se está haciendo una ley con muchos estímulos y esperamos que los empresarios asuman el compromiso con mayor producción, mayor competitividad y una mayor generación de empleo.

    ¿Cuáles serán los sectores con más foco en la nueva política industrial?

    Tenemos definidos ejes temáticos. La anterior política industrial tenía que actualizarse y lo hemos hecho. Ecuador es un país con muchas potencialidades en agroindustria. La agricultura debe ser competitiva y moderna, no podemos hacerlo con baja productividad, ni con sobreproducción y estamos empeñados en eso. Estamos trabajando con el Ministerio de Agricultura promoviendo productos ganadores. Luego está la economía del conocimiento, en donde entra la Industria 4.0. También se cuenta un eje de una industria de construcción sostenible, con rostro humano.

    Otro eje es la sustitución de importaciones con producción local. Los polos de desarrollo productivo también se incluyen, con una organización más moderna que engloba a las zonas especiales de desarrollo económico (Zedes). Aspiramos crecer un 2% anual promedio y generar unas 360 000 plazas de trabajo solo en el sector industrial, en lo que queda del gobierno.

    La ley también trae incentivos para empresas de Quito y Guayaquil…

    Hay muchas empresas de Quito y Guayaquil que quieren generar nuevos productos. Hay tratamiento especial para empresas en otras ciudades, así como para las que se establecen en zonas de frontera o de desastres. Antes no teníamos estos incentivos en Quito y Guayaquil.

    ¿Qué se busca con esos incentivos puntuales en Quito y Guayaquil?

    Fomentar y estimular a que las empresas inviertan, que vengan nuevas inversiones, que puedan desarrollar industrias y que no tengan que ir hasta otros cantones.

    ¿Toda esta política pública industrial cómo nos conecta con la industria 4.0?

    Nos conecta en el área de servicios. La industria 4.0 significa mayor contacto con el cliente, no solo desarrollo tecnológico, sino ver qué está buscando el consumidor y actuar en tiempo real. Es un tema de tecnología, servicios y satisfacción del cliente.

    ¿Y qué papel jugará el Ministerio de Industrias?

    Vamos a apoyar totalmente el desarrollo. Hay que resolver temas de conectividad, desarrollo informático, temas normativos. Todo esto contribuye a una industria 4.0. Por ejemplo, sin una ley de software difícilmente podemos tener los desarrollos esperados, que deben ser de bajo costo y con acceso total para la población.

    ¿Cómo mira usted el hecho de que la tecnología es más rápida que las normas?

    Por eso es la exigencia nuestra de tratar de marchar a la par, entre tecnología y normativa. La tecnología deber resolver necesidades de la gente. Estamos pendientes de los últimos desarrollos, por eso firmamos en marzo una alianza con la Cámara de Industrias y Comercio Ecuatoriano-Alemana y aspiramos tener una calificación de industrias 4.0 antes de que termine el año.

    Usted mencionó en marzo que una de las prioridades será el impulso a la industria nacional de software…

    Ecuador tiene un desarrollo muy interesante, tenemos empresas que llegan a varios países con sus desarrollos. Contamos con verdaderos laboratorios y escuelas en el tema, que dejan muy buena impresión en el extranjero.

    ¿Qué se está haciendo para darle impulso al software ecuatoriano?

    Trabajamos con la Asociación Ecuatoriana de Software (Aesoft), la ley es muy importante, es un desarrollo que tiene que darse. Queremos enmarcar al software dentro de los pilares de la política industrial. Con tecnología se mejoran distintas áreas y podemos ser más productivos.

    ¿Hay un fondo especial para el sector del software?

    Necesitamos tener la ley andando, porque se puede conseguir cooperación internacional. Además (con una ley vigente) las empresas van a querer invertir.

    ¿El Código Ingenios no interferiría en los planes de tener una ley de software?

    Hay que hacer algunas modificaciones al Código Ingenios y para eso estamos conversando en la Senescyt. Aquí trabajamos en múltiples frentes y hay un gran cambio en política productiva, todos los ministerios estamos articulados y trabajamos para cumplir los compromisos presidenciales.

    ¿La ley de software tiene algún plazo?

    No, pero esperamos sacarla antes de que termine este año. Estamos adelantando el tema.

    Hoja de vida
    Eva García

    Formación. Economista, especialista en inversiones, seguridad social, comercio exterior y cooperación. Magíster en negocios internacionales y gestión del comercio exterior.

    Cuenta con diplomados internacionales y trayectoria académica en universidades de Europa y América. Ejerció la docencia universitaria en la cátedra de Negociaciones Internacionales en diferentes maestrías.

    Cargos. Ocupó el cargo de embajadora Plenipotenciaria en Misión Diplomática del Ecuador ante la Organización Mundial de Comercio. Fue fundadora y Directora Nacional del programa europeo Al Invest en Ecuador.

    Eva García ocupó el cargo de embajadora Plenipotenciaria en Misión Diplomática del Ecuador ante la Organización Mundial de Comercio. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Eva García ocupó el cargo de embajadora Plenipotenciaria en Misión Diplomática del Ecuador ante la Organización Mundial de Comercio. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • María Dolores Brito: ‘El uso de datos abre un debate ético’

    Pedro Maldonado
    (I) Editor del Semanario LÍDERES

    Relacionadas

    María Dolores Brito, directora del departamento de Marketing Digital de la Universidad San Francisco de Quito, habla sobre el poder de las redes sociales para persuadir a los consumidores. La catedrática dice que la tecnología no debe ser usada para manipular.
    Las redes sociales causan debate luego de que se supiera sobre una posible injerencia en las elecciones presidenciales de EE.UU. Autoridades en todo el mundo investigan, por ejemplo, la forma en que Facebook acumula y comparte información de sus usuarios.

    ¿Es posible que a través de una red social se pueda modificar el comportamiento de un consumidor?

    Sí y hay estudios que lo confirman. En el 2013, en las elecciones presidenciales del país, en la universidad hicimos una investigación y preguntamos si una red social influye o no en el voto y ya se sentía una influencia. Ahora sale lo de Facebook, lo de Rusia, EE.UU. y eso también pasa al vender. El comportamiento del ser humano siempre va a ser influenciado por todo lo que le rodea. Así un estímulo (precio, producto u otro) logra que el cliente se comporte de una determinada manera. Además tenemos lo que en marketing se llama ‘caja negra’ en donde están la personalidad, factores socioculturales, edad, creencias, la manera en la que uno se entera de los hechos, etc.

    ¿El ser humano, el consumidor, se vuelve preso de sus decisiones en una red social?

    La tecnología puede usarse para el bien o para el mal. Cada persona va dejando una huella tecnológica y todo lo que hace en línea queda registrado. Antes pasaba algo parecido con otros mecanismos, pero ahora con lo digital es más fácil registrar el comportamiento. Por ejemplo, con el algoritmo de Google, ¿qué pesa más: compartir, dar un ‘like’ o comentar? Pesa más cuando se comparte, así cuando uno comparte un contenido ‘recibe’ algo similar.
    Entonces la idea es que al conocer mejor a la persona se la puede servir mejor.

    ¿Entonces un algoritmo viene a ser como un juez en asuntos de consumo?

    Esa es la controversia. (Con los algoritmos) van apareciendo realidades diferentes para cada persona. Así, si uno tiene preferencia por un producto le van a aparecer anuncios solo de ese producto. En política se cuestiona la posibilidad de influir en una democracia y lo mismo pasa con los consumidores. Hay grandes consultoras que analizan qué porcentaje de la toma de decisión está influida por presencia digital o en redes sociales. La respuesta varía sobre todo por la edad. En los mileniales la influencia es de un 50%, un porcentaje alto. En otros grupos es el 19%. Además, depende del producto y lo que dice la caja negra de cada persona. Todo esto genera un debate ético porque nos hacen ver solo lo que nos gusta y por qué no podemos ver algo a lo que no damos ‘like’. Habría que ir curando la información y que se use para el bien, no para manipular. En una universidad, por ejemplo, no es el mismo mensaje para el papá que para los hijos que estudian. Además tenemos que aceptar que ya no hay privacidad, incluso si alguien es ajeno a las redes.

    ¿No podemos burlar a estos algoritmos?

    El análisis de datos, llamado también ‘analytics’, muestra las probabilidades de cada persona luego de comparar millones de datos. Hay compañías que abstraen esa información, la analizan, hacen lo que se llama minería de datos y la venden a compañías. Allí viene el debate ético. Facebook, por ejemplo, exige a las empresas tener políticas de seguridad y privacidad antes de lanzar una campaña. Cuando las empresas recolectan datos tienen que especificar cómo se los va a usar. Igual pasa con campañas de ‘e-mailing’ en las que uno puede eliminar la suscripción. Esas son las normas éticas a seguir.

    En esto entra en juego la ética de las empresas, pero estas pueden caer en la tentación de usar esos datos…

    Hay una estadística que dice que a 9 de cada 10 personas les preocupa la seguridad. Pero a la hora de tener comodidad o de usar una aplicación móvil uno entrega todos sus datos. Muchas veces ni se leen las condiciones de uso. Entonces cada persona, voluntariamente, entrega datos. Esto pasa con plataformas de música, por ejemplo, en la que la gente está dispuesta a escuchar publicidad a cambio de música gratis, luego de dar sus datos.

    ¿Y esos datos están a disposición de quién?

    De las empresas. En marketing digital las empresas se plantean llegar a chicos de 18 a 21 años, con determinadas características. Y así la publicidad se enfoca en ese grupo específico gracias al ‘big data’ y otros conceptos como el ‘learning machine’, que es inteligencia artificial que nos va conociendo en la medida en la que uno interactúa con ella. Por eso siempre digo que es mejor conocer que no conocer. Si una persona utiliza estas plataformas de inteligencia artificial tiene que leer sus políticas de seguridad y privacidad. Pero aún así quedan dudas, por eso vuelvo a la importancia de usar la información para el bien.

    ¿Usar la información para el bien permite que una empresa gane mercado?

    Eso es lo que llamamos segmentación, en la que se establece a qué personas tengo más posibilidades de venderles un producto. Es de lo más antiguo en marketing, pero ahora la tecnología permite segmentar mejor. Con el llamado ‘learning machine’ existe la posibilidad de buscar clientes parecidos a los que ya son mis compradores, con gustos similares, que dan su ubicación geográfica y más datos. Entonces cada vez es más eficiente el gasto en publicidad.
    Todo esto sucede amparado en la tecnología…

    Y en millones de datos procesados con ‘big data’ o transformación digital. Y esto es bueno más allá del consumo, porque en temas de salud se detectan posibles enfermedades, luego de un análisis estadístico. Por eso la tecnología es una maravilla usada para el bien, pero con conocimiento. Lo admirable, insisto, es entregar datos con nuestro consentimiento.

    ¿Por qué entregamos información tan fácilmente?

    Mientras más información damos, pueden analizar mejor nuestro perfil y nos pueden ofrecer una mejor oferta. La respuesta del mercado mejora si se da un producto segmentado. Hoy en día, en EE.UU., el 39% de inversión publicitaria es en canales digitales y se espera llegar a 49% en el 2020. Y la publicidad digital es mucho más barata. Otra verdad es la de la sinergia de canales que permiten alcanzar mejores resultados. Uno puede empezar una búsqueda en un teléfono y terminar la compra en una tienda física. Todo esto nos ha traído comodidad y estamos dispuestos a compartir cierta información a cambio de comodidad, para que nos atiendan mejor.

    ¿Podemos decir que la tecnología hace que el consumo sea más cómodo?

    Así es. Por eso digo que 9 de cada 10 personas están preocupadas por la seguridad, pero igual vemos que la gente olvida eso cuando se le solicita determinados datos.

    ¿Es posible esquivar todo esto si alguien no quiere compartir información?

    Es muy difícil. Expertos han tratado de ponerse aparte de este mundo, pero después todo se restringe. Nos toca encender una aplicación en la que damos nuestra ubicación. Llega un punto en que vamos a tener que cuestionar si estamos seguros y mantenemos la privacidad. Si uno quiere mantenerse privado por completo, le toca casi aislarse y no interactuar.

    Hoja de Vida

    Formación. Tiene un MBA de Indiana University Bloomington y un doctorado en Ciencias Sociales y Neurobiología, de la Universidad Rey Juan Carlos.

    Cargo.  Dirige el departamento de Marketing Digital de la Universidad San Francisco de Quito.
    Experiencia.  Es especialista en comportamiento del consumidor, marketing digital, innovación, neuromarketing.

    Brito es especialista en comportamiento del consumidor, marketing digital, innovación, neuromarketing. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Brito es especialista en comportamiento del consumidor, marketing digital, innovación, neuromarketing. Foto: Vicente Costales / LÍDERES