Un pedazo de Ecuador y un recuerdo de cada uno de los 32 países que participan en el Mundial de Fútbol 2018 es lo que pueden encontrar los visitantes que recorren estos días ciudades rusas como Moscú, San Petersburgo, Kaliningrado, Kazán, Rostov, entre otras.
Se trata de las rosas eternizadas, decoradas con los colores de las banderas de las selecciones que están en el torneo. Estas flores son un producto de la empresa ecuatoriana Bella Rosa. En el 2011, esta compañía comenzó a investigar sobre el proceso y en el 2016 arrancó la producción y exportación de esta variedad de rosas.
El trabajo se realiza en la finca, en el kilómetro 3,5 de la vía Tabacundo – Cajas (Pichincha). Allí opera también la firma hermana Rose Connection.
Bella Rosa, sin embargo, no nació exportando rosas eternizadas. En 1996, al iniciar el boom de la floricultura ecuatoriana, abrió sus puertas para la producción y venta de rosas frescas. Actualmente, tiene 92 variedades; cuatro de ella se usan para preservar.
Gonzalo Luzuriaga, presidente ejecutivo de la empresa, explica que arrancaron con cinco hectáreas y ahora cuentan con 53. Dos son para la producción de flores para preservar; en 2019 esperan tener seis hectáreas.
En sus inicios la empresa exportaba 200 000 tallos al mes y ahora 33,1 millones entre ambas firmas. El principal negocio de ambas es la venta de flor fresca.
La exportación se hace a 70 países entre los que están EE.UU., Rusia, naciones europeas, China y otros.
BellaRosa, cuyos propietarios son de origen lojano, siempre ha tenido pasión por innovar. Una de estas novedades fue la exportación, en 2008, de tallos extra largos (hasta 2,40 metros) de rosas rojas. “Hicimos una alianza estratégica con un cliente de EE.UU., que vendía para hoteles de Las Vegas y celebridades. Era un producto con valor agregado”, explica el gerente, Santiago Luzuriaga.
Un año después se empezó a comercializar rosas tinturadas, de las cuales ahora tiene 76 modelos. Entre ellas se encuentran las tipo Fancy, que se pintan con aerógrafo o las Soul, cuyo interior queda del color original y los exteriores se decoran con aerógrafo; además, hay tinturación a mano y por absorción del tallo de las rosas.
En el 2016, además, BellaRosa decidió arrancar las ventas CIF, es decir, en los puertos de destino. “Hay clientes que nos piden en la agencia de camiones en Miami, otros en sus instalaciones. Esto se llama la integración vertical del comercio. Se opera en EE.UU. y Europa”, dice Luzuriaga
Las rosas preservadas son otro de los productos con valor agregado. Según Pro Ecuador, se destaca la calidad de estas flores porque tiene como base botones producidos con elevados estándares en fincas sobre 2 500 metros de altura sobre el nivel del mar; alrededor de 40 exportadoras en el país se dedican a preservar.
Alejandro Martínez, presidente de Expoflores, explica que la exportación en valor de este tipo de productos no llega al 1% del total de ventas de flores del país. Unas siete empresas dedican su producción a este nicho.
BellaRosa inició la producción de estas flores con 15 colores sólidos y crecieron hasta alcanzar alrededor de 30. Los clientes también pueden pedir productos bicolores, tricolores, metalizados en oro y plata; también hay innovaciones como las rosas que brillan en la noche por ser fluorescentes y las de colores fosforescentes.
La empresa ha recibido pedidos de rosas eternizadas con colores de las banderas para decoraciones por fiestas de países. Una de las solicitudes que recibió en el 2017 llegó de Kuwait.
Estas flores viven entre seis meses y cinco años, todo depende del cuidado que se les dé. Lo importante es que estén alejadas de la humedad y de la luz directa del sol; en una cápsula podrían mantenerse más de cinco años.
Bella Rosa ha conseguido éxitos al producir los botones con los colores de las banderas de las selecciones en el Mundial, tarea que comenzó hace casi un año. Hicieron contactos con clientes y arrancaron con la venta; los principales compradores de estos modelos están en Europa y Rusia.
Las rosas eternizadas se comercializan en floristerías y otros locales. En el mercado ruso es donde mayor aceptación tuvo este producto.
Según Expoflores, hasta abril pasado Rusia representó el 16% del total de las exportaciones de flores. A los compradores rusos les gustan los botones grandes y los colores vivos.
El gerente Santiago Luzuriaga Trabajo en la empresa hace 10 años. Se ha convertido en un lugar en que con los colaboradores somos familia. El trabajo que se realiza en el sitio representa una aprendizaje constante. Como compañía buscamos producir más rosas, incrementar la producción e impulsar la integración vertical. El producto lo comercializamos a mayoristas en gran escala, pero también lo colocamos en otros negocios como las floristerías.
La cifras
2 mercados son los que más compran las rosas preservadas: Europa y China. Este último también demanda con fuerza las flores tinturadas.
1 producto tiene la firma, que se llama Frosty. Se trata de rosas que tienen brillos en sus pétalos, los cuales se colocan a mano. Se vende a destinos como China, principalmente en Navidad.
615 personas trabajan en la empresa. Los directivos buscan darles las mejores condiciones de trabajo, salud, formación, etc.
Bella Rosa eternizó las 32 banderas de los países el mundial en flores. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Para Ecuakao el perfil de sabores es fundamental a la hora de comercializar el cacao en grano y en licor. A través de un mapa de sabores, la empresa determinó las zonas en las que se produce el cacao con las características que piden sus clientes en el exterior.
En la variedad de cacao nacional, la producción de Manabí se destaca por un sabor floral, rico en frutos secos como la nuez. En Esmeraldas, el producto tiene un intenso sabor a chocolate amargo y una pepa de mayor tamaño. Mientras que en Los Ríos, los sabores van desde lo floral a los frutales, con un sabor ligero a chocolate.
A partir de esta clasificación, Ecuakao elabora sus recetas para los distintos destinos de exportación. Así lo cuenta Mariuxi Espinoza, gerenta de Aseguramiento de Calidad de la compañía.
La firma trabaja también con la variedad CCN51, que se destina a clientes que solicitan sabores intensos de chocolate y nuez. Espinoza cuenta que esta variedad es la que prefieren compradores en Estados Unidos; mientras que hacia Japón envían cacao con un perfil más floral. Chile y Argentina prefieren un balance de sabores.
“Vendemos por perfiles de sabor dependiendo de las características que quieran destacar los clientes en el producto final. Esto nos ha permitido trabajar con pequeños y grandes chocolateros a lo largo del mundo que buscan un desarrollo específico”, asegura.
Ecuakao es una compañía que opera desde marzo de este año, luego de adquirir los activos de Transmar Ecuador S.A., que acumulaba más de una década de funcionamiento en el país. La operación y trayectoria es la misma, asegura Espinoza, solo hubo cambio en la razón social. La capacidad de producción de la planta es de 1 200 toneladas de licor de cacao al mes y 2 000 toneladas de grano de cacao mensual.
Las exportaciones en grano van hacia a Norteamérica, Asia y Europa. Mientras que el principal destino del licor de cacao es América del Sur, con el 75% de las ventas. El año pasado, la empresa alcanzó 15% de participación de mercado en exportaciones totales del país.
De sus ventas, el 55% corresponde a cacao en grano, principalmente a Estados Unidos; mientras que el restante fue para el licor de cacao. En cantidad de producto, la empresa envió durante el 2017 13 200 toneladas en grano y 11 000 toneladas de licor de cacao.
Espinoza asegura que una de las ventajas de comercializar semielaborado de cacao es la posibilidad de dar un valor agregado al grano. “El precio del cacao varía y depende básicamente del destino. Al exportar licor de cacao el precio es mayor”.
Ecuakao trabaja con 200 proveedores de distintas partes del país. Uno de ellos es Roberto Rugel, que les vende cacao desde hace más de una década, cuando era su padre quien dirigía el negocio familiar. “La compañía nos ha dado una estabilidad en el mercado, siempre respetando los precios, la calificación y el peso justo. Son puntos importantes”, asegura.
Rugel posee una bodega en Montalvo, provincia de Los Ríos. De allí compra el cacao a los agricultores, aunque también adquiere el producto en Milagro (Guayas). Actualmente adquiere, en promedio, 1 000 quintales a la semana. “El pago de Ecuakao es puntual. Eso es importante”.
Entre sus planes de crecimiento para este año, la compañía instalará otra línea de producción de licor de cacao a partir del segundo semestre.
La idea es seguir creciendo en este segmento y abarcar países exigentes a los que ya venden cacao en grano, como el caso de Suiza. Además, en noviembre arrancará la línea de producción de manteca y polvo de cacao.
La vocera Mariuxi Espinoza
Una estrategia es la de los talleres de capacitación a proveedores en temas de contaminación, transporte limpio, procesos de secado, higiene, almacenamiento, control de plagas y fertilización de diversas áreas. Les ayudamos en las mejoras que pueden tener tanto para su salud como la estabilidad de sus familias, para que ganen más. Si el cacao es más limpio, cumple con las reglas de higiene y seguridad alimentaria, tiene mejor precio.
Las Cifras 3 200 toneladas de cacao en grano vendió el año pasado la compañía ecuatoriana.
55% fue la venta de cacao en grano, principalmente a Norteamérica. Mientras que 45% de la comercialización correspondió al licor de cacao, destinado a Argentina y Chile.
200 proveedores de materia prima tiene Ecuakao, provenientes de varias zonas.
15% de participación en el mercado exportador de cacao logró Ecuakao en 2017.
Los trabajadores de Ecuakao homogenizan el cacao como parte del proceso de secado, para que la temperatura y la humedad se distribuya en todo el producto. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
El Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (Aphis, por sus siglas en inglés) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos permitirá la importación de tomate de árbol fresco proveniente de Ecuador, a partir del 5 de julio próximo. Así se informó este lunes, 4 de junio del 2018, mediante un comunicado de la Embajada de EE.UU. en Ecuador.
Aphis modificó las regulaciones de frutas y hortalizas para permitir la exportación de tomate de árbol fresco desde Ecuador al territorio continental de los Estados Unidos. El comunicado añade que los expertos del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal determinaron que Estados Unidos puede importar con seguridad tomate de árbol fresco procedente de Ecuador. Además se continúa brindando protección contra la introducción de plagas, si la fruta se produce bajo un enfoque de sistemas o “Systems Approach”.
El enfoque de sistemas incluye el establecimiento de áreas de producción libres de plagas, requisitos para el control de plagas, sitios de producción y empacadoras registradas en el servicio de sanidad agrícola del Ecuador, implementación de un sistema de trazabilidad hasta la empacadora y sitios de producción.
El comunicado de la embajada estadounidense añade que “sólo se podrán realizar envíos comerciales que deberán ir acompañados de un certificado fitosanitario expedido por la organización nacional de protección fitosanitaria del Ecuador y se realizarán inspecciones en el puerto de llegada para el control de plagas cuarentenarias”.
Los expertos de Aphis consideran que estas medidas mitigarán cualquier entrada de plagas a los Estados Unidos. La medida entrará en vigencia el 5 de julio del presente año, treinta días después de su publicación en el Registro Federal.
En Ecuador, el cultivo de tomate de árbol se concentra principalmente en Tungurahua, Pichincha, Imbabura, Cotopaxi, Chimborazo, Azuay y Loja, debido al clima frío-templado de esas provincias.
Estados Unidos puede importar con seguridad tomate de árbol fresco procedente de Ecuador. Foto: Archivo / LÍDERES
Ecuador comenzará a exportar camionetas Volkswagen, marca Amarok, a Centroamérica. El anuncio lo hizo la marca a través de un comunicado de prensa. Cabe recordar que los vehículos se ensamblan en el país desde el año pasado.
Según el anuario de la Cámara de la Industria Automotriz (Cinae), en 2017 se ensamblaron 900 camionetas. Las unidades se arman en la planta de Aymesa y el proceso de comercialización está a cargo de la compañía ecuatoriana Fisum.
Ahora, la empresa iniciará su plan de exportación de las Amarok a Guatemala, El Salvador y Honduras. El objetivo es cubrir las demandas de dicho mercado “con una camioneta que cumple los estándares que exige Volkswagen a nivel mundial”, indicó Cristian Cajiao, gerente de marketing de la empresa alemana.
El grupo Volkswagen es fabricante de vehículos integrado por 12 marcas: Volkswagen, Audi, Seat, Skoda, Bentley, Bugatti, Lamborghini, Porsche, Ducati, Volkswagen Vehículos Comerciales, Scania, y MAN. Durante el 2016 vendió 10,3 millones de autos a escala mundial con un crecimiento del 3,8% de participación de mercado.
Para este año la proyección de ensamblaje en Ecuador es de 2 000 unidades, tanto para el mercado local como internacional. El proyecto impulsa la cadena de valor de la industria automotriz pues permitirá que los autopartistas entreguen productos como llantas, sellantes, travesaños, asientos, componentes de la tubería de escape, vidrios, baterías, entre otras piezas.
El plan de la empresa contempla, aproximadamente, 300 nuevas plazas directas de trabajo en toda la cadena, que incluye autopartistas, concesionarios y talleres de la red Volkswagen,
Aymesa y otras empresas afines al proyecto, “las mismas que han recibido una importante transferencia tecnológica a través de técnicos alemanes de la marca, conjuntamente con el personal ecuatoriano altamente calificado.”
Unos USD 16,7 millones han sido invertidos en maquinaria y tecnología, llegando a diseñar y construir instalaciones nuevas para las líneas de soldadura, pintura, y ensamblaje.
Ecuador comenzará a exportar camionetas Volkswagen, marca Amarok, a Centroamérica. Foto: Archivo EL COMERCIO
Antes de convertirse en una asociación, los ocho agricultores que ahora forman parte de Tierra Sol comercializaban sus productos en el mercado nacional y obtenían poca rentabilidad. Hoy lideran una de las agrupaciones más prósperas y rentables del cantón La Maná, en Cotopaxi.
Sus productos se comercializan, principalmente, en Rusia y China. Allí los plátanos ecuatorianos de tres variedades distintas tienen una alta acogida por su sabor y buena apariencia.
“Decidimos asociarnos porque nuestras fincas eran muy poco rentables. Las bananeras grandes ya estaban en el mercado internacional y a nosotros nos tocaba venderles a los intermediarios”, cuenta Álex Cañas, directivo de la Asociación Tierra Sol.
La primera meta de la organización fue la exportación directa. Sus productos ya tenían la calidad necesaria, pero hacía falta un mercado y los contactos con los compradores en el exterior.
Cada socio invirtió USD 20 000 en la constitución de la empresa. El dinero no solo se usó en los trámites legales, necesarios para convertirse en exportadores, sino para viajar al extranjero.
Los agricultores participaron en ruedas de negocios y enviaron muestras para que los compradores hicieran las pruebas; eso los catapultó internacionalmente. Hoy su fruta está entre las más recocidas dentro del mercado ruso.
A pesar de que entre los ocho socios de la empresa suman 200 hectáreas de tierra, lo que los pone en desventaja frente a las grandes bananeras, tienen uno de los emprendimientos más prósperos de la zona tropical de Cotopaxi.
Tierra Sol factura en promedio USD 300 000 anuales y comercializa unas 2000 cajas de bananocada semana. Toda la producción se envía por vía marítima a Rusia, sus mayores compradores, y a China en varias temporadas.
Los socios mejoraron su calidad de vida solo unos meses después de organizarse, en el año 2010. “Vendíamos las cajas de plátano a USD 4, y debido a que no tenemos una gran extensión de tierra, producir ya no era rentable”, recuerda Paúl Peñaherrera.
Una nueva variedad de plátano surgió en la Finca Zhortav, en Cotapaxi. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
Cumplir con todos los parámetros requeridos por los compradores y con los trámites legales para convertirse en exportadores fue uno de los desafíos más fuertes que tuvieron que superar. Los socios y sus empleados aprendieron todo sobre el empaquetado perfecto para que su mercancía llegue en buenas condiciones y en el tiempo adecuado al exterior.
“La revisión policial a nuestros buques se hace sin cuidado y la mercadería se estropea, hemos recibido reclamos de nuestros compradores”, cuenta Cañas.
Otra dificultad que han encontrado son las políticas aduaneras. “Si no hacemos envíos en una cantidad de tiempo nos toca renovar nuestra licencia de exportadores y esos papeles son costosos. Las empresas grandes no pagan eso”, cuenta el socio Paúl Peñaherrera. A pesar de los desafíos, la firma se abrió paso en Europa al registrar la importadora Latin Soul. Los asociados son sus dueños.
Esta nueva empresa se dedicará a la comercialización del plátano ecuatoriano en varios países. Así, la rentabilidad será aún mayor porque las ventas serán directas.
El producto estrella de Tierra Sol es el orito, que en el extranjero se conoce como ‘baby banana’. En países como Rusia y China, esta variedad es novedosa y por ello su demanda es bastante alta.
Los socios también producen en sus propiedades plátano dominico, barraganete e, incluso, híbridos de estas variedades. En una de las fincas surgió una nueva, que se la estudió en el Iniap, la cual tiene dos filas de plátanos (regularmente, solo hay una).
“Nuestro producto se caracteriza por su sabor y textura. Estas tierras son muy productivas y están al pie de la cordillera, eso hace que la calidad de nuestros plátanos sea superior”, dice Cañas.
Extenderse en nuevos territorios no se encuentra entre los planes inmediatos de los socios. Sin embargo, ellos sí esperan crecer en ingresos cuando entre en actividad la comercializadora. Además, a largo plazo esperan exportar otros productos como guanábana y aguacate. En las fincas ya se hacen pruebas de calidad de estas frutas tropicales.
Cifra 2 000 Cajas exporta semanalmente Tierra Sol. Los compradores están en Rusia y China.
El orito que se exporta a China y Rusia es el producto que más demandan los compradores de Terra Sol. La asociatividad les permitió acceder al mercado internacional, donde ganan más. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
Una especie de ‘holding’ bananero. Así se puede definir a la Asociación de la Industria Bananera del Ecuador (Asisbane) que se creó en el 2006 y que en la actualidad agrupa a exportadores, productores y proveedores de insumos vinculados con la industria bananera en el país.
En su búsqueda de consolidar al sector, Asisbane trazó la estrategia de optimizar la comercialización del producto con miras a la exportación de una manera directa. Hoy, tras concretarse sus primeros objetivos, tiene 40 socios productores, distribuidos entre Guayas y Los Ríos.
El gerente comercial de la compañía, Alberto Jalil, cuenta que los primeros destinos de exportación fueron Rusia, países de la Unión Europea (UE), así como EE.UU.
Hoy en día, el mercado de Asisbane se distribuye así: 40% en Europa, 25% en el Oriente Medio y 15% en la nación norteamericana. El 20% restante se envía a Argentina, Turquía, Rusia, Japón y China.
En una primera etapa, Asisbane exportaba 12 000 cajas de banano semanal, aproximadamente. Ahora, el promedio es de 250 000 a la semana. Según Jalil, en los últimos cuatro años la compañía pasó de exportar 4,6 millones de cajas anuales a 12,6 millones, cifra que alcanzó el año pasado.
En materia de facturación, la asociación logró vender el 2017 cerca de USD 100 millones, entre los distintos mercados a los que llega. El gerente de la compañía bananera atribuye el éxito que tienen a la confianza de los clientes en la calidad de la fruta. “Hemos logrado formar un buen equipo de productores que ya tienen experiencia en el área”.
Asisbane posee, además, dos certificaciones internacionales. Cuenta con Global G.A.P. y Rainforest Alliance, que están relacionadas con las buenas prácticas agrícolas.
“Hacemos el contacto con las compañías para que realicen las auditorías en las fincas de nuestros asociados, es un proceso que toma unos dos meses. Nosotros les damos a los productores las herramientas necesarias para que se puedan certificar”, afirma Jalil.
La asociación agrupa unas 100 fincas, que se traduce en cerca de 5 000 hectáreas (ha) sembradas de banano.
Asisbane tiene un equipo de supervisión en diferentes zonas asignadas a cada proceso. “Con eso nos aseguramos de que la fruta sea empacada con todos los estándares de calidad que nos exigen nuestros clientes”, dice.
Asisbane reúne cerca de 5 000 hectáreas de siembra de la fruta, distribuidas en unas 100 fincas entre Guayas y Los Ríos.
Son cerca de 20 supervisores en campo, además de personal externo que se contrata para complementar los procesos. En total, la compañía posee 45 trabajadores, entre las áreas administrativa, de producción y logística, que incluye la sección naviera.
Asimismo, la asociación ofrece servicios a sus productores. Entre otros se cuentan: identificación de oportunidades en diversos destinos; información sobre el comportamiento de los mercados; representación ante entidades públicas y privadas.
El productor bananero Jarol Barquet es socio de Asisbane desde hace seis años. Su hacienda Ana María tiene 15 hectáreas de cultivo, de las que extrae poco más de 60 cajas de la fruta por hectárea. Actualmente dirige su exportación a Arabia Saudita, pues el cliente demanda una presentación de caja favorable para los pequeños productores.
Barquet cuenta que desde que forma parte de la asociación, sus ventas al extranjero pasaron de 20 contenedores semanales a 200. Él decidió integrarse a Asisbane, pues le genera garantía sobre el destino de su producto. “Te da seguridad de saber dónde estás colocando la fruta y que no vaya a haber problemas con los clientes”, dice.
Jalil asegura que las principales demandas que hacen los compradores a los exportadores son calidad y certificaciones. “Cada vez el consumidor es más exigente con lo que recibe y compra en los supermercados”.
A su juicio, la competencia también se ha fortalecido. Los principales rivales son Costa Rica, Guatemala y Colombia, países que han aumentado su producción. “Con ellos nos dividimos los clientes europeos”, comenta.
Jalil cree que Ecuador está incrementando su presencia mundial gracias a los acuerdos comerciales, pero sostiene que aún es necesario apuntar a una mayor diversificación para poder competir mejor. Es por ello que confía en que la firma del Acuerdo de Asociación Económica Inclusiva con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) va a representar una oportunidad importante.
En la primera etapa, Asisbane exportaba 12 000 cajas de banano semanal. En la actualidad, el promedio es de 250 000 cajas por semana.Fotos: Mario Faustos / LÍDERES y cortesía Asisbane
Las 104 socias de la cooperativa de producción artesanal Puertas del Cielo exportan desde este año sombreros elaborados con paja toquilla a EE.UU., China, Singapur y España y bolsos de mismo material a Brasil. Desde su sede, que está ubicada en el sector de Charasol, en el sur de Azogues (Cañar), enviaron 500 unidades.
En el 2017 hicieron los contactos y mandaron muestras a siete países. Según la gerenta de esta cooperativa de productores, Rosa Cadme, en la actualidad, la intención es consolidar las exportaciones y abrir nuevos mercados dentro del país y en el extranjero.
Sus productos también se comercializan en Quito, Guayaquil y Cuenca con la marca Azohat, que se lanzó el año pasado.
Para cumplir estos objetivos tienen el apoyo del Municipio de Azogues, que ejecuta un proyecto de fortalecimiento de la cadena productiva para las socias de ese cantón y de las vecinas jurisdicciones de Biblián y Déleg.
Su objetivo es mejorar la calidad del producto a través de capacitaciones para las artesanas. Esta agrupación empezó sus actividades en octubre del 2015 con 48 socias de Azogues y Biblián.
Las integrantes de la cooperativa de producción artesanal Puertas del Cielo tejen sombreros, bolsos y objetos utilitarios, como joyeros, monederos, tapetes, collares, individuales de mesa, entre otros artículos. Estas artesanías forman parte de un catálogo, que fue elaborado para mejorar y facilitar la comercialización.
Los precios de los sombreros oscilan entre USD 15 y 250, dependiendo de la calidad del tejido. Los bolsos, por su parte, tienen un costo de entre USD 15 hasta 50, dependiendo de las medidas, colores, modelos y calidad del tejido.
Cadme explica que los ingresos de las socias corresponden a la cantidad de productos que entreguen. La carga semanal de trabajo depende del tiempo que ellas tengan y de los pedidos. Los lunes se reúnen para coordinar estos detalles, en la sede de la cooperativa.
La productora, quien también es coordinadora artesanal del área de Desarrollo Comunitario del Municipio de Azogues, dice que en Cañar laboran 5 200 tejedoras. Todas son mayores de 29 años. “A los más jóvenes nos les interesa esta actividad artesanal por el costo de elaboración del sombrero, por ello buscamos innovar y crear un centro de formación”.
Además, en la asociación no quieren que se pierda el oficio ancestral, que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El tejido de la paja toquilla es una de las principales actividades artesanales de la provincia junto con otras como belleza, corte y confección, mecánica, ebanistería y panificación, señala José Luis Landín, presidente de la Junta Provincial de Defensa del Artesano. Este gremio tiene calificados a 1 600 integrantes.
Otros detalles La actividad. En la provincia del Cañar, la mayoría de los artesanos se dedica al tejido de la paja toquilla, peluquería, mecánica, entre otras. Por su parte, hay oficios como la producción de calzado, que casi desapareció debido a la competencia externa, dice José Luis Landín, presidente de la Junta Provincial de Defensa del Artesano.
Los cantones. El 50% de los artesanos calificados labora en el cantón Azogues y el resto se reparte entre La Troncal, Cañar, El Tambo, Biblián, Suscal y Déleg. Landín señala que este sector requiere mejorar la capacitación, innovar y tecnificar los procesos para desarrollarse.
Un artesano se encarga del tejido de los sombreros. La finura marca el precio del producto. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
Entre el 16 y el 19 de abril del 2018 los exportadores ecuatorianos de productos alimenticios podrán presentar su oferta en el Salón Internacional de Alimentación, Bebida & Food Service, Alimentaria 2018, que se llevará a cabo en Barcelona.
Se trata del salón internacional de alimentos y bebidas más importante de España, según Pro Ecuador. “Un evento de referencia cuyos factores de éxito son la máxima especialización de su oferta, la innovación y vitrina a las tendencias del mercado europeo”.
La entidad estatal gestionará la participación de los seleccionados a través de la modalidad de cooperación conjunta con empresas exportadoras.
Pro Ecuador informó que para asistir los empresarios deben inscribirse hasta el próximo 15 de abril del 2018. Para ello tendrán que cancelar USD 3876,84 (más impuestos) y presentar el formulario de inscripción en línea y un certificado de no tener obligaciones pendientes con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Presentación del Salón Internacional de Alimentación, Bebida & Food Service, Alimentaria 2018. Foto: Instagram Alimentariabcn
Ecuador es el segundo productor atunero del mundo, después de Tailandia. El 2017 esa industria aportó con el 9% del total de las exportaciones no petroleras del país, con USD 1 092 millones.
Fue un año de recuperación por el incremento en los precios y por el acuerdo con la Unión Europea (UE), pero el sector cree que sigue en problemas. Rafael Trujillo, director ejecutivo de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP), señala que “el 2017 significó oxígeno”.
Tras dos años malos se recuperaron las ventas. Pero la principal preocupación sigue siendo el factor de competitividad. “Ecuador es un país menos competitivo, por costos, en relación con sus competidores”, añade Trujillo. A eso suma las tasas de interés altas para financiamiento, los costos de energía y agua y la falta de contratos diferenciados para el sector.
Trujillo explica que en muchos casos las plantas no pueden acoplarse a los ritmos de producción, pues si tienen una plantilla de 2 000 empleados y hay menos producto que procesar no pueden reducir el número de obreros.
Se calcula que el sector atunero ocupa a unas 25 000 personas de forma directa en las plantas industriales y la flota de barcos. Pero genera otros miles de empleos indirectamente en negocios conexos, proveedores de insumos como son envases de hojalata, cartones y etiquetas que forman, el clúster.
Bruno Leone, presidente de la CNP, señala que es un negocio que depende de la naturaleza, con factores oceanográficos que marcan la escasez o la abundancia e impactan en los precios.
En el 2017 se registró una escasez en el primer semestre en los países asiáticos del Pacífico Central y Occidental que hizo que la materia prima subiera su precio, a favor de Ecuador. El promedio de la tonelada métrica de atún estuvo en USD 1 850 en Manta, el principal puerto del Pacífico Oriental que, junto con Bangkok, marca los precios a escala mundial.
El año pasado las capturas de atún del Ecuador ascendieron a 286 383 toneladas; 3,1% más que el volumen registrado el 2016. Con esos registros la flota mantuvo el liderazgo en la región, frente a países como México y Panamá.
Las industrias procesan 500 000 toneladas de atún al año: 80% se envía al mercado externo (lomos, latas y ‘pouch’) y 20%, al consumo local. 250 000 toneladas de materia prima provienen de las capturas de la flota nacional y el resto se importa vía internación temporal o maquilas. La capacidad de producción del país solo es superada por Tailandia, con 700 000 t/año.
“Ecuador es el segundo productor mundial de atún, pero solo en números, porque creo que somos los primeros en calidad por sus sistemas de trazabilidad y manejo de políticas laborales. El país tiene un prestigio en los mercados porque cumple con todas las normas”, sostiene Leone.
Según Trujillo, existen unas 20 plantas procesadoras. También hay otras pequeñas que no están afiliadas a ningún gremio.
La mayoría de industrias (70%)se instala en Manta, considerada la ‘Capital del Atún’. Pero Posorja (Guayas) tiene a las más grandes del país, Sálica del Ecuador y Negocios Industriales Real (Nirsa). Se completan con una pequeña en Santa Elena y Galapesca, la principal empresa exportadora, en Guayaquil.
“Ecuador es un mercado sui géneris” por la presencia de inversiones de multinacionales, según Gustavo Núñez, vicepresidente del Directorio de la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (Ceipa).
Esas inversiones están en Sálica que pertenece al grupo español Albacora; la empresa italiana Bolton en Conservas Isabel; el estadounidense Tri Marine en Seafman; y en Galapesca, subsidiaria de StarKist, el grupo Dongwon, uno de los más grandes de Corea.
En Posorja, Sálica tiene un complejo atunero con más 1 600 trabajadores. El 2017 procesó 55 894 toneladas de atún con una facturación de USD 171 millones, ubicándose como segunda exportadora.
En tanto Fishcorp, en la vía Manta-Rocafuerte, es una de las industrias de mayor crecimiento de las medianas empresas en los últimos años. El 2009 comenzó a operar como maquiladora y procesaba 10 toneladas/día; hoy son 50 t/día. El 2017 procesó un total de 11 000 t/año.
Jaime Estrada M., gerente General de Fishcorp, dice que se hacen adecuaciones en las áreas de frío, calderos y aumento de materia prima para terminar el 2018 con 70 t/día. Y un total de 14 000 toneladas de exportación al año.
El 2014 la empresa empezó a exportar con materia prima propia y facturó USD 6 millones, en tanto el año pasado la cifra alcanzó 28 millones. “Tuvimos la oportunidad de abrirnos al mercado, el resto ha sido eficiencia en la planta y capacitación del personal”.
UE es el principal destino de las exportaciones
Personal de la industria Fishcorp limpia los lomos de atún para luego empacarlos y exportar el producto a la UE. Foto: Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
Las exportaciones de la industria atunera se recuperaron en el 2017, luego de dos años de caídas.
Las ventas cerraron con USD 1 092 millones, 34,6% superior al 2016 que fueron de 811 millones. En volumen las exportaciones alcanzaron 236 297 toneladas métricas, frente a 203 066 toneladas del 2016, un aumento de 16,4%.
El año pasado se conjugaron dos temas que marcaron una tendencia positiva: la recuperación de los precios de la materia prima y la vigencia del acuerdo comercial con la Unión Europea (UE).
Pero el mayor impulso a las ventas se dio por el incremento en los envíos de lomos y conservas de atún a los países europeos, que repuntaron en un 51,6% en valor y 27% en volumen. España fue el principal destino para Ecuador.
Rafael Trujillo, director de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP), señala que la firma con la UE generó más seguridad y estabilidad en las ventas ecuatorianas, los exportadores pudieron hacer contratos a largo plazo. El bloque europeo captó el 66% de las exportaciones nacionales, aunque el promedio histórico ha sido por encima del 50%, añade.
Este año “el mar también es generoso”, señala Bruno Leone, presidente de la CNP, por lo que espera que las proyecciones de ventas para el 2018 sean similares.
En tanto, los envíos a Estados Unidos aumentaron 17,1% en valores (USD 112 millones) y 8,3% en peso (19 708 toneladas), sobre todo de atún en ‘pouch’.
Más del 90% del atún en ‘pouch’ se va a esa nación. Hasta el 2014 el producto nacional estaba exento de aranceles, pero a raíz del vencimiento del Atpdea el atún en agua paga 12% y en aceite 35%.
Para Leone los acercamientos bilaterales con EE.UU. son positivos para lograr un acuerdo comercial que mejoraría la competitividad. “Las ventas se pueden duplicar”. No obstante un convenio, los atuneros insisten en el pago de los Certificados de Abonos Tributarios, creados en el anterior Gobierno para apoyar a los exportadores que comercializaban con EE.UU. Pero el exministro de Finanzas, Carlos De la Torre, dijo que no sería reconocido ese pago.
Galapesca, empresa instalada en Guayaquil y subsidiaria de StarKist (marca número uno de conservas de atún en EE.UU.), es la principal exportadora de ‘pouch’. Por eso, Trujillo dice que la posibilidad de que se concrete el acuerdo podría abrir las puertas a nuevas inversiones. Él añade que una planta como la de Galapesca se beneficiaría con la reducción de aranceles, podría incrementar sus ventas, y debería ampliar sus instalaciones ante esa demanda.
A inicios de marzo, los líderes de los sectores atunero, bananero y camaronero también pidieron al régimen celeridad en las negociaciones para un acuerdo comercial con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). Ese bloque lo integran Suiza, Liechtenstein, Noruega e Islandia.
El ministro de Comercio, Pablo Campana, anunció que el convenio se firmaría en junio próximo.
Para los atuneros ese mercado significaría un incremento en las exportaciones de 25%, ya que es un mercado que paga más por productos con valor agregado. “Es un mercado pequeño, pero un acuerdo con EFTA permitirá seguir sumando a la diversificación de mercados”, según Trujillo.
Datos
Las ventas al mercado latinoamericano tuvieron un crecimiento de 9% en valores. El 92% de los envíos a la región se concentró en cinco países: Colombia, Argentina, Chile, Brasil y Perú, según información de la CNP.
Los diez principales mercados de destino representaron el 88,2% de las exportaciones nacionales de lomos y conservas de atún. Esos países son España, EE.UU., Holanda, Italia, Colombia, Argentina, Alemania, Reino Unido, Francia y Chile.
España es el principal país de destino para Ecuador y las ventas aumentaron 33%.
Ecuador tiene la flota atunera más potente del Pacífico Oriental
En el muelle internacional de Manta se desembarca el atún que va a las plantas. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
Las tres especies principales que captura la flota atunera son: barrilete, aleta amarilla y patudo. Estas sirven de materia prima para las plantas industriales.
En el 2017 las capturas ascendieron un 3,1%, en relación con el 2016. Fueron 286 383 toneladas (t), esto significó un adicional de 8 647 t. Con esos niveles, el país mantuvo el liderazgo en la región.
Pese a que Ecuador creció en capturas, el volumen de pesca total en el océano Pacífico Oriental (OPO), que fue de 607 819 t, cayó 4,5%, en relación con el 2016.
Esto se debió a que las capturas de México, EE.UU. y Venezuela disminuyeron. En tanto, la flota ecuatoriana capturó el 47,12% del total de pesca de atún del OPO.
Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP), sostiene que la capacidad de acarreo de la flota atunera ecuatoriana la convierte en la de “mayor potencia” en la región y la segunda a escala mundial.
Ecuador tiene derechos registrados y reconocidos a través de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT). En el mundo, para efectos del control de la pesquería, existen estos organismos regionales de ordenamiento. Ecuador es uno de los 23 países que integran la CIAT, ente que establece la cuota de pesca, registra las flotas y su capacidad.
El año pasado, Ecuador logró en el organismo regional un acuerdo trianual de medidas de conservación para aumentar la veda del atún de 62 a 72 días al año.
Actualmente, la flota de bandera ecuatoriana tiene registrados 116 barcos con una capacidad de acarreo de 93 000 toneladas.
Rafael Trujillo, director de la CNP, explica que hay barcos con capacidad de capturas desde 150 a 200 toneladas, hasta el más grande, de 2 500 t, que pertenece a Sálica Ecuador, con capital español, que atraca en el muelle privado de Posorja (Guayas).
La mayoría de la flota está en Manta. Los barcos industriales atracan en el muelle de la Terminal Portuaria de Manta, que opera la chilena Agunsa hace un año.
Con grúas externas se extrae la pesca congelada de los barcos hasta carros cisternas que lo llevan a las plantas procesadoras.
Gustavo Núñez, vicepresidente del Directorio de la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atunero, dice que la debilidad es tener una flota antigua, entre 30 y 40 años. Con esos barcos se hacen faenas de hasta 60 días, por las distancias en las que se encuentra el atún.
“El esfuerzo que hace el industrial ecuatoriano es significativo al haber posicionado al país como la segunda flota en el mundo”.
Núñez señala que necesitan incentivos de créditos blandos, para renovar la flota y apuntalar el crecimiento del sector, que llega a USD 600 millones en activos. Según Leone, la Cámara presentó un programa de renovación de la flota durante los diálogos con el Gobierno, el año pasado. Y ya tuvo la acogida la ministra de Acuacultura y Pesca, Katiuska Drouet.
La antigüedad de los barcos eleva los costos de operación. Leone explica que hasta ahora ya se ha hecho contacto con astilleros del mundo, que vendrán a presentar sus ofertas. El plan también contempla un esquema de financiamiento adecuado. Un barco de 1 500 m³ cuesta alrededor de USD 36 millones, en Europa.
El valor agregado está en el sabor y en los empaques
El atún en ‘pouch’ pasa por las máquinas de sellado automático, en la planta de Fishcorp, en Manta. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
Diversificar los sabores, así como los empaques y las presentaciones del atún son algunas de las innovaciones que desarrollan las compañías atuneras ecuatorianas.
Ofrecer al consumidor una alternativa “lista para servir” se ha convertido en parte del valor agregado de firmas como Galapesca, una de las procesadoras. Su planta está ubicada en Guayaquil y opera desde 1991.
La compañía es una subsidiaria de StarKist Co. y exporta la totalidad de su producción. A diario, Galapesca produce alrededor de 80 000 cajas de 12 fundas de atún ‘pouch’; además cuenta con una cámara frigorífica con capacidad para 7 500 toneladas.
Su gerente financiero, Xavier Alonso, asegura que la tecnificación de los procesos es el camino a seguir. “Estamos buscando nuevas tecnologías y modalidades”.
Él considera que el valor agregado de la empresa es la mano de obra ecuatoriana, pues ofrece un alto porcentaje de plazas de empleo. Actualmente en Galapesca trabajan cerca de 1 900 personas. Además, dice, aportan cerca de 70% de componentes nacionales a un producto que se distribuye en el mercado norteamericano.
Las materias primas y los insumos son de Ecuador y se destinan a un mercado demandante y exigente como el de EE. UU.
Alonso asegura que parte de la innovación de la compañía es la presentación del atún: un envase flexible, llamado ‘pouch’, con diseños que responden a los sabores que se agregan al producto.
La oferta de Galapesca es variada y está en permanente investigación, añade Alonso. El atún que produce y vende presenta cerca de 10 sabores distintos. Los parámetros los reciben de StarKist. Entre las presentaciones que ofrecen están las variedades tapatío, elaborada con la salsa picante; ranch, lemon y ahumado.
Tecopesca C.A. es otra de las compañías procesadoras de atún. Está ubicada en Manta, en Manabí, e inició sus operaciones a finales de la década de 1990 con capital ecuatoriano. De acuerdo con su filosofía, el objetivo de la empresa es la innovación en las áreas de producción de alimentos. La estrategia se orienta a la diversificación de productos con la apertura hacia otras líneas de alimentos como conservas y preparados.
En el área del atún, tiene las marcas Tunalia, Oromar y Friscku. Esta última se comercializa como una opción económica.
En su estrategia de innovación de portafolio, incorpora en la marca Oromar la presentación del atún en paté o filete, con diversos sabores. Mientras que en Tunalia, cuenta con tres líneas: la clásica, la especial, que incluye presentación ‘pouch’, y la selecta, en envases de vidrio.
El presidente de la Cámara Nacional de Pesquería, Bruno Leone, asegura que también en la fase de procesamiento es necesario incorporar mayor tecnología para ganar competitividad en el mercado internacional.
Leone añade que en el mundo del sector atunero ya hablan de la revolución industrial 4.0. Cuenta que ha visto plantas procesadoras en España que operan totalmente robotizadas, con lo cual se reemplazaría la mano de obra en ciertos procesos.
De igual manera, señala que en otras empresas hay procesos que son totalmente robotizados en las áreas de cocción, empaquetamiento, bodegaje. “Esa tecnología no la producimos”, dice. Es necesario importarla. Sin embargo, es complicado por los altos costos que representa por los impuestos.
En la terminal internacional del Puerto de Manta se desembarcan los atunes de los barcos industriales, tras una faena de pesca. La ciudad manabita se considera la ‘Capital del Atún’. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
La alta tecnología es la base de una empresa ecuatoriana que tiene su planta de producción en Pujilí, Cotopaxi. En medio de un valle, se cumplen dos procesos que pueden sonar extraños, pero que permiten que Andes Kinkuna gane presencia en mercados nacionales e internacionales.
Allí, cada día, la empresa hidroliza y microencapsula mortiño, uvilla, maca, quinua y otros alimentos propios del país.
A través de la hidrólisis, se separan los componentes de los alimentos y se conservan los que tienen mayores nutrientes. En cambio, con el proceso de microencapsulación se condensan las propiedades del producto para impedir que se pierdan.
Estos procesos químicos son el valor extra de esta empresa, fundada el 2015, por Xavier Larreátegui, un apasionado por la química con estudios en marketing.
La empresa surgió como un “acto de rebeldía” para que el país se convierta en productor y no solo en proveedor de materia prima para elaborar suplementos nutricionales, como colágeno o proteína, con insumos locales.
Hace una década, Larreátegui fue socio y gerente general de la empresa Dlip, dedicada a la producción biotecnológica.
Con esta experiencia, en mayo del 2015 inició Andes Kinkuna. Fue un trabajo arduo de año y medio, para comenzar con el proceso de producción. La inversión inicial fue de USD 2,5 millones.
Actualmente, esta industria produce dos líneas de insumos: nutracéuticos y alimenticios. Dentro de los primeros se encuentran los suplementos nutricionales, bajo la marca Fakulti. En cuanto a alimenticios, la empresa produce tés energizantes y complementos para el desayuno, como el concentrado de mortiño, que sirve para hacer batidos.
Estos productos se comercializan en los autoservicios de Corporación GPF, desde hace seis meses, y en los supermercados de Corporación Favorita, hace dos meses. Los costos van desde los USD 9 y los nutracéuticos se venden bajo la norma de suplementos nutricionales, vigente en el país desde el año pasado.
Según Gabriela Ponce, subgerenta de Desarrollo de Nuevas Soluciones y Bazar de GPF, el producto tiene gran aceptación. “Los consumidores buscan ofertas nuevas con componentes naturales. Esta es una gran opción con formatos de presentaciones distintas y a precios asequibles”.
Para conseguir la materia prima, la empresa tiene convenios con productores agrícolas. La piña, con la cual se hidroliza el colágeno, viene de Quevedo, la guayusa del Oriente y determinados frutos son de la Sierra.
José Sacatoro es líder de una comunidad de 100 familias de la zona de Sigchos, que se dedica a la producción de chochos y mortiño. De este último producto, señala que entrega a la empresa alrededor de 400 kilos por mes.
Para esta comunidad ha sido muy importante el impulso de la producción del fruto andino, ya que antes solo se lo comercializaba en octubre, para la elaboración de la colada morada.
La recuperación del cultivo también ha contribuido con el medioambiente, ya que el arbusto de mortiño es un captador natural de agua lluvia.
La investigación nutricional para la generación de nuevos productos está a cargo de la Universidad Técnica de Ambato, centro con el que la empresa tiene un convenio para que los estudiantes realicen sus pasantías en la fábrica, a la vez que se forman y aportan con sus conocimientos.
Cuando surgió Andes Kinkuna, su propietario se puso como objetivo llevar sus productos a mercados internacionales. Y ya lo cumplió. En mayo del año pasado, la empresa envió un cargamento de colágeno hidrolizado a México, con aval del Instituto de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Pro Ecuador). Desde entonces, se exporta un contenedor cada dos meses, lo que representa un ingreso anual aproximado de USD 1 millón.
El objetivo para este año es aumentar las frecuencias de esas exportaciones e iniciar el comercio al mercado estadounidense y la Unión Europea, con tres productos: colágeno hidrolizado con piña, concentrado de proteína vegana con granos andinos y té energizante de guayusa y mortiños, indicó Larreátegui.
Para el consumo local, el gerente desea ampliar la línea de alimentos e impulsar su consumo en la dieta diaria.
Cifras
1 planta está en funcionamiento actualmente. La segunda está en proceso de construcción y la tercera estará lista en el 2019.
150 000 dólares factura al mes la empresa cuya planta está en Pujilí.
6 contenedores aproximadamente se espera exportar al año a México.
2 líneas de productos se comercializan en autoservicios del país.
3 productos tienen potencial de exportación a EE.UU y a la UE, en este año.
El Gerente
Xavier Larreátegui
La idea de esta empresa surgió cuando estaba en la universidad. Estudié Marketing, pero me gustaba también la química. En conversaciones con mi familia, siempre surgía el hecho de que se importaban productos hechos con materias primas ecuatorianas. Me preguntaba ¿por qué no hacerlos aquí? A finales del 2014, vi la necesidad de crear una empresa no solo para producir sino también para exportar y en mayo del 2015 nació Andes Kinkuna.
El colágeno de Andes Kinkuna se distingue por ser hidrolizado con piña. Decenas de toneladas de la fruta llegan a la planta y son procesadas diariamente. Foto: Vicente Costales / LÍDERES