Etiqueta: industria

  • Francisco Alarcón Alcívar es el nuevo titular de la Cámara de Industrias de Guayaquil

    Redacción LÍDERES

    La Cámara de Industrias de Guayaquil (CIG), en la reunión celebrada este 28 de enero, el Consejo Directivo del gremio designó por unanimidad a Francisco Alarcón Alcívar, como presidente del gremio y a Caterina Costa, como Presidenta alterna, para el período 2015-2017.

    En el discurso de agradecimiento, Alarcón destacó la trayectoria de la CIG en los 78 años de vida institucional. “Procuraremos el desarrollo industrial de la ciudad y del país, teniendo a la creación de empleo como uno de nuestros principales objetivos”.

    Caterina Costa, en cambio, señaló que “son épocas de cambio en el entorno, por lo que es muy importante que el sector productivo se mantenga unido y siga sumando con su esfuerzo al bienestar del país”.

    La toma del juramento de las nuevas autoridades de la CIG estuvo a cargo de Francisco Alarcón Fernández-Salvador, ex presidente de la Cámara de Industrias. Francisco Alarcón Alcívar reemplaza en el cargo a Henry Kronfle, quien actualmente se desempeña como Presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano.

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  • Aglomerados Cotopaxi, una industria maderera con espíritu ambiental

    Pamela García (I). Redacción Quito / LÍDERES

    La naturaleza y la industria se unen en Aglomerados Cotopaxi. Desde su fundación en 1978 hasta la fecha, la línea de negocios de esta empresa se enfoca en la elaboración de tableros de madera mediante la reforestación comercial.​ Ese año un grupo de empresarios y visionarios, liderados por Juan Manuel Durini (+), se dedicó a la fabricación de productos derivados de la madera. En ese entonces Durini sumaba más de 30 años de experiencia en la industria maderera y forestal. Eso permitió que la empresa inicie la producción de tableros de partículas aglomeradas en el país.

    Las primeras inversiones se realizaron en tecnología importada desde Alemania. A fines de 1978 se instaló la línea para recubrimiento de tableros lo que permitió expandir la gama de colores. En los años posteriores la empresa adquirió bosques de pino y 50 hectáreas de plantaciones en Cotopaxi. Eso permitió que la empresa consolide su crecimiento y empiece a exportar a los mercados de Colombia y Perú.

    El crecimiento continuó y en 1996 la firma inauguró su segunda prensa, con la que se instalan chapas de madera. Al año siguiente se construyó la planta de MDF frente al Parque Nacional Cotopaxi.

    Hoy, la empresa agrupa 17 655 hectáreas forestales, de las cuales 11 933 se encuentran con plantaciones comerciales, es decir plantaciones plantadas para su posterior cosecha. Dentro de estas plantaciones las especies que más se producen son la pinus radiata y pinus pátula, además de eucalipto. Estas requieren entre 15 y 20 años para llegar a su etapa más productiva.

    La responsabilidad social es parte de la dinámica de esta firma ecuatoriana. Entre sus programas están el cuidado de áreas protegidas y conservación de ecosistemas, así como la conservación de bosque nativo y protección de cuencas hidrográficas. «362 hectáreas están destinadas a usos agropecuarios e infraestructura y 108 hectáreas corresponden a áreas protegidas», indica Bernardo Pérez, gerente general.

    Así también cuenta con programas de becas estudiantiles para jóvenes de la zona de Cotopaxi así como campañas de salud oral y el Proyecto de Hongos Comestibles.

    La planta tiene una capacidad de producir 40 000 m3 de tableros aglomerados al año y 78 000 m3 de tableros de MDF anuales. Cuenta con 31 puntos de distribución de sus productos a escala nacional. Sus líneas cuentan con el certificado ISO 9001, el certificado BASC para sistemas de control y seguridad y el certificado de manejo forestal de la Forest Stewardship Council (FSC).

    Carlos Arregui, arquitecto y constructor, ha utilizado los productos de esta empresa desde hace 15 años. Distintos proyectos inmobiliarios que ha diseñado al norte de Quito cuentan con los tableros de Aglomerados Cotopaxi. «Lo mejor de tener una empresa nacional es que el material se encuentra mucho más accesible», señala.

    Así también la empresa exporta a Panamá, Bolivia, Perú, Colombia, El Salvador, entre otros países. En Colombia cuenta con 38 locales y en Perú con seis locales de distribución.

    Para Juan Celaya, importador de tableros de madera en Colombia, señala que la calidad de los tableros Aglomerados Cotopaxi los hace cotizados en el mercado. «Aunque sus precios son más altos su calidad es superior».

    Datos adicionales

    Inversión. La inversión de la empresa en plantaciones, equipos e instalaciones, supera los USD 69 millones en el transcurso de 20 años.

    Exportaciones. Sus exportaciones alcanzan los USD 15, 6 millones. El 90% de sus productos se queda en el país.

    El insignia

    ‘El cuidado de la naturaleza es lo principal’

    Felipe Pazmiño. Gerente forestal

    El cuidado que se da a los productos de Aglomerados Cotopaxi inicia desde la semilla. La madera que producimos en las plantaciones comerciales se escoge de árboles genéticamente superiores, que brinden mejor calidad con troncos rectos, gruesos y altos.

    Nuestros árboles deben soportar las duras condiciones climáticas de Cotopaxi y además pasan por un estricto proceso de selección después de ocho años.

    Uno de los principales beneficios de estas plantaciones es que contribuimos al desarrollo de la fauna de la zona. Para nuestra certificación Forest Stewardship Council (FSC) nuestras plantaciones deben brindar un hábitat propicio especies nativas. Nosotros tenemos pumas, ciervos, conejos e incluso cóndores.

  • USD 4 millones destinará la Onudi al Ecuador

    Ecuador, representado por la ministra de Industrias Verónica Sión, preside desde noviembre del año pasado la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi).

    El organismo agrupa a 174 países y tiene como objetivos propiciar el desarrollo industrial, mediante cooperación y asistencia técnica en países en desarrollo. También promueve el intercambio de experiencias de políticas públicas de sus países miembros, con la idea de cerrar la brecha en materia de desarrollo económico.

    Ecuador, como miembro de la Onudi, se ha beneficiado desde la década de 1980 de programas de asistencia técnica, de competitividad para el sector industrial y proyectos de diversificación del sector exportador auspiciados por el organismo.

    ¿Ahora, como autoridades de la Onudi ¿qué beneficios tendrá el Ecuador? Según Sión, el organismo maneja un fondo de cooperación no reembolsable en el que aportan todos los países signatarios para propiciar la cooperación y el desarrollo. “Durante años esos recursos se direccionaban al África básicamente, pero ahora con el esfuerzo de los países de la región Ecuador se ha posicionado, preside el ente y es parte de la junta directiva”.

    Por eso, la Onudi ha comprometido para el país USD 4 millones. Estos recursos, según Sión, servirán para tres asuntos puntuales: potenciar el desarrollo en el sector agroindustrial, formar nuevos consorcios de exportación y trabajar en materia de ecoeficiencia industrial.

    La Ministra también informó que para junio próximo Ecuador será sede de un encuentro de expertos en desarrollo industrial. En el evento estará presente el director general de la Onudi, Kandeh K. Yumkella. Durante el encuentro se debatirá cómo propiciar el desarrollo industrial verde en los países miembros del organismo de las Naciones Unidas.

    El Ministerio de Industrias y Productividad trabaja en la actualidad con la Onudi en el fortalecimiento y reconversión tecnológica del sector industrial, que usa en sus procesos productivos sustancias agotadoras de la capa de ozono. Según el Plan Nacional de Eliminación de HCFC (hidroclorofluorocarbonos), para el 2030 está prevista la eliminación del 98% del consumo de estas sustancias agotadoras de la capa de ozono en nuestro país.

    Las industrias de aerosoles, refrigerantes, aires acondicionados y línea blanca se han comprometido a sustituir el consumo de estas sustancias.

  • La visión de tres empresarias empuja a la industria pesquera

    Xavier Montero

    Tres mujeres capitanean parte de la industria pesquera en el país. Se trata de Isabel Andrade, gerenta general de Tecopesca; Victoria Serrano, gerenta general de Seafman; y Mónica Maldonado, directora ejecutiva de la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (Ceipa). Las firmas y el gremio tienen su sede en Manta, Manabí.

    Este Semanario conversó con las ejecutivas para que comenten sobre su trayectoria, sus logros empresariales y el análisis de la incursión de la mujer en cargos gerenciales dentro de una industria que históricamente ha sido ocupada por la mano de obra masculina.

    Los ‘timones’ de sus empresas y la Cámara a las que representan apuntan hacia un mismo norte: el desarrollo económico del sector atunero a escala mundial.

    La estrategia para el posicionamiento de los productos pesqueros ecuatorianos se fundamenta en la validación del sector como una industria sustentable. Esto se considera un ‘plus’ frente a su principal competidor: el atún de Tailandia.

    Tecopesca y Seafman, bajo la dirección de Ceipa, son algunos de los principales actores de esta industria nacional que alcanzó los USD 719,8 millones por exportaciones en el 2011.

    La tecnificación de los procesos y el cumplimiento de normas de seguridad alimentaria son los ‘vientos’ con los que la industria pesquera navega hacia puertos y supermercados que principalmente están ubicados en EE.UU., países sudamericanos y naciones europeas.

    Andrade, Serrano y Maldonado, coinciden en la importancia de la industria pesquera para el Ecuador. Esto se mide en los réditos tributarios originados por las exportaciones y la subsecuente generación de plazas laborales.

    La Ceipa señala que 22 000 empleos directos y 88 000 indirectos se derivan de la actividad atunera que se concentra en esta ciudad costera. Más del 40% de aquellos cargos están ocupados por mujeres jóvenes que son madres solteras, jefas de hogar o son el principal sustento económico para sus familias.

    Dentro de las plantas procesadoras de productos pesqueros, las mujeres ocupan varios cargos que van desde la limpieza manual de las materias primas, la supervisión de procesos y cargos administrativos y del tipo gerencial.

    Las tres empresarias pesqueras concuerdan en que el posicionamiento laboral femenino en altos cargos es consecuente con la capacitación académica. Lea a continuación sus testimonios.

    Isabel Andrade /  TECOPESCA

    ‘El ingreso de las mujeres a los círculos empresariales de la industria pesquera ha sucedido de manera paulatina y constante; de forma casi natural.

    Desde los inicios de la industrialización de la pesca, en la década de 1990, los cargos administrativos que suponían un nuevo modelo empresarial fueron ocupados por mujeres. Poco a poco nos hemos dado espacio dentro de los cargos ejecutivos por la capacitación académica y la visión de mejora de procesos para llegar a más mercados. En general nos caracterizamos por ser visionarias.

    El negocio pesquero tiene una tradición masculina. Las faenas en el mar implican una mayor exigencia en condiciones laborales extremas. En muchos casos, los hombres se alejan de sus familias por más de seis meses para pescar hasta en el otro lado del océano Pacífico.

    Sin embargo, hemos aprovechado esas realidades en beneficio de nuestros negocios. La rentabilidad de la industria pesquera está en el valor agregado de nuestros productos que nos posicionan en el mercado.

    Nací en Manta y estudié Ingeniería de Empresas en la Universidad Tecnológica Equinoccial (Quito). Me gusta el diseño de procesos tanto administrativos, financieros y operativos. Hace 12 años inicié como asistente de Comercio Exterior en Tecopesca. Luego ascendí a la jefatura de este departamento. De allí a la asistencia de Presidencia, también me encargué de la Subgerencia y desde hace dos años me desempeño como Gerenta General.

    Tecopesca se dedica al procesamiento de hasta 200 toneladas diarias de productos pesqueros que se venden a Venezuela, España, Italia, EE.UU., entre otros países. Empleamos a 1 100 personas. En el 2011 se alcanzaron los USD 116 millones en exportaciones».

    Victoria Serrano / SEAFMAN

    ‘El principal reto que enfrentamos las mujeres al ingresar a esta industria son los paradigmas, el trato con la gente y el respeto que, en algunos casos, les cuesta mostrar a los demás por nuestro trabajo. Yo me desempeñaba como empresaria en EE.UU. y regresé a Ecuador hace 10 años para asumir la Gerencia General de la Sociedad Ecuatoriana de Alimentos y Frigoríficos Manta (Seafman).

    Nuestra firma se dedica a la producción y procesamiento de productos pesqueros en un volumen de 140 toneladas cúbicas de materia prima al día.

    La producción está dirigida principalmente a Europa y Latinoamérica. Bajo mi dirección y el trabajo conjunto de los 1 500 trabajadores con quienes contamos conseguimos abrir mercados en Brasil, Argentina, Chile, Perú, Uruguay y Colombia.

    Del total de colaboradores, 900 son mujeres que laboran tanto en el área de procesamiento del atún, departamentos administrativos y gerenciales.

    Es necesario ser consecuentes con la realidad de nuestra sociedad. Existen muchas madres solteras que se ocupan, con el esfuerzo de los empresarios y empresarias que buscan el crecimiento de sus firmas.

    Mi jornada de labores en la oficina inicia a la 07:30 y casi nunca termina antes de las 19:30.

    La industria atunera de exportación involucra a varios sectores como el del transporte frigorífico, los aceites para conservas, los empaques, entre otras. De allí su complejidad para el manejo.

    Seafman alcanzó el año anterior USD 98 millones en exportaciones en el 2011″.

    Mónica Maldonado / CEIPA

    ‘Mi primera actividad laboral ligada a la industria pesquera la realicé en la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor) en 1998. Allí me involucré con la asistencia técnica a esta industria.

    La meta en aquel entonces fue mejorar la competitividad de la industria con el asesoramiento necesario para la implementación de certificaciones de calidad.

    Los certificados de buenas prácticas sanitarias, las del tipo ISO y otras más lograron posicionar al atún ecuatoriano dentro del exigente mercado europeo.

    Luego de 11 años de trabajo llegué a la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (Ceipa) en la cual actualmente me desempeño como Directora Ejecutiva. Este gremio agrupa a 11 firmas atuneras y siete empresas vinculadas a la cadena del valor del atún.

    Asumir la representación de este grupo de empresarios fue un reto. La mayoría de ellos son hombres con décadas de experiencia en los negocios, virtudes que enfoqué en el beneficio común con la suma de sus experiencias.

    El consenso se ha logrado con calidez y con datos certeros sobre las realidades de nuestros mercados.

    La visión es fundamental para nuestro giro de negocios. Siempre es necesario estar dos o tres pasos adelante de nuestros competidores. Los aciertos y las fallas cuestan mucho en este sector.

    En el 2011 el sector exportó más de 157 000 toneladas de atún, que generaron USD 719,8 millones en exportaciones para la industria atunera.

    Por tal motivo, desde el 2009 encabecé la creación del Código de conducta para la gestión responsable de la cadena de valor del atún ecuatoriano. El objetivo es ampliar el valor agregado de nuestro producto».



  • El metal reciclado pesa en la industria

    Redacción Guayaquil

    Abastecer a la industria del hierro y al sector exportador son objetivos del área de reciclaje de metales ferrosos y no ferrosos. Este segmento obtiene la materia prima por la cadena de reciclaje tradicional o directamente de las fábricas. También, recolecta desechos de los sectores de la línea blanca, construcción, petróleo, automotriz, electrónicos y otros.

    Marco Hermina, gerente de la empresa Reciclar, con sede en Quito, comenta que hay que hacer una diferenciación entre los metales ferrosos y no ferrosos. Los primeros son residuos que se generan básicamente en la industria de la construcción, como la chatarra de hierro o las varillas.

    En cambio, los no ferrosos son los que contienen cobre, bronce, aluminio y otros metales y son residuos de perfilería; vasos de aluminio, tipo canecas; cables eléctricos de cobre; grifería… “Estos metales se recolectan en la cadena de reciclaje que comienza con los pequeños recolectores o directamente en las fábricas”.

    El Censo Nacional Económico realizado en el 2010 por el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), muestra las cifras del sector: son 40 establecimientos dedicados al procesamiento de desechos de metales o plásticos. De este total, 24 corresponden al de desechos metálicos. Los 40 establecimientos obtienen ventas al año de unos USD 25,8 millones.

    Asimismo, 34 establecimientos son únicos y existen seis sucursales. Cada sitio de estos posee, según el INEC, siete trabajadores, en promedio.

    Hermina explica que los mayores compradores de metales ferrosos de la industria local son Adelca, Novacero y Andec. Entre las fortalezas del segmento, según el empresario, está la amplia estructura de acopiadores o servicio personalizado con los proveedores de los metales.

    La desventaja, cita ., está en la prohibición del Régimen de exportar metales ferrosos. “Esa situación provoca una reducción de los ingresos de la industria de reciclaje y los precios suelen estar por debajo del precio internacional”.

    Actualmente, el precio de la tonelada de metales ferrosos en el mercado local está en cerca de USD 260. Se vende compactada en pedazos pequeños y también se la comercializa en trozos grandes.

    Mario Bravo, presidente de Recynter, una firma de reciclaje ubicada en Guayaquil, indica que al año se recolectan 400 000 toneladas de metales ferrosos.

    Recynter tiene el 7% de la participación de mercado en la línea de chatarra ferrosa, según Bravo. “En relación con los metales no ferrosos existen industrias que procesan aluminio, como Cedal o Fisa, y otras que elaboran productos de aluminio y artesanos. Estos, en pequeñas escalas”.

    Bravo comenta que hasta julio vencerán los cupos de exportación para metales no ferrosos, como algunos tipos de aluminio. Por este motivo, representantes de Recynter han tenido reuniones con representantes del Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro), para seguir exportando. “Las ventas se realizarán sin dejar de abastecer a la industria nacional”.

    Roberto Morales es gerente de GreenVox, una firma de reciclaje industrial. Tiene un promedio de reciclaje de ocho toneladas al mes de Tetrapak. El 30% es el aluminio. El empresario dice que es importante fomentar el reciclaje de metales, para no depender de la extracción. “Para procesar una tonelada de metal reciclado, solo se necesita el 40% de la energía que se requeriría para producir metal virgen”.

  • La industria local se abre paso con el ensamblaje de camiones

    Redacción Quito

    El ensamblaje de camiones Hyundai en el país arrancó el 19 de abril. La firma ecuatoriana Neohyundai puso en marcha la producción de la línea de producción de estos automotores, de las gamas HD65, HD72, HD78 y HD45, con una inversión de USD 5 millones.

    El 22 de diciembre del 2011, Hyundai Motor Company aprobó el proceso de ensamblaje de camiones Hyundai en Ecuador y certificó que Aymesa cuenta con los procesos requeridos por la marca para producir camiones. La fábrica, que funcionará en la planta de Aymesa (sur de Quito), espera producir en el primer año 3 000 unidades, que se comercializarán en Ecuador y en Venezuela.

    Marco Malo, presidente de Neohyundai, explicó que esta firma desarrolla este proyecto como parte de una fase de integración con el país. Ahora, las importadoras como Neohyundai son ensambladoras y en un futuro cercano serán productores de vehículos. “Estamos orgullosos de que confíen en nosotros, para que seamos su base de desarrollo regional y que hayan creído en los ecuatorianos”.

    Con esta nueva línea de ensamblaje se generan 200 nuevas plazas directas de trabajo. Además, se ha impartido transferencia tecnológica a través de los técnicos surcoreanos de Hyundai conjuntamente con el personal ecuatoriano calificado.

    Juan Eljuri, presidente del Directorio de Neohyundai, aplaudió el hecho de que por primera vez se desarrolle un proyecto de ensamblaje.

    Diego Tamariz, gerente general de Neohyundai, explicó que la planta que funciona en Quito lo hará hasta que se inaugure una de ensamblaje de vehículos pesados y livianos en Manta, con una capacidad de producción de 60 000 unidades. Aún no se estableció una fecha tentativa para que empiecen a funcionar esas nuevas instalaciones, pero se espera que sea en unos dos años

    La ministra de Industrias y Productividad, Verónica Sión, reconoció el desempeño del sector automotriz. “A través de ese dinamismo el sector está contribuyendo en ventas externas a dos mercados de la subregión. Ustedes han exportado, el año anterior USD 393 millones, han generado 20 000 empleos y en materia de ensamblaje más de 50 000 vehículos de los cuales 20 400 con destino al exterior”.

    En el acto de inauguración de la planta también intervino el vicepresidente de Hyundai Motor Co., Hanyoung Choi.

  • Ilepsa S.A. del cañaveral dio el salto a la industria licorera

    Redacción Quito

    El aguardiente que se producía en los cañaverales ecuatorianos, hasta 1956, se entregaba en su totalidad al Estado. No fue sino hasta la presidencia de Camilo Ponce Enríquez, quien gobernó desde 1956 hasta 1960, que los cañicultores obtuvieron independencia para producir y comercializar este licor por su cuenta Fue en ese marco que un gremio de 65 cañicultores de Pichincha vieron la oportunidad de asociarse para crear su empresa. Con un capital de 688 814 sucres, fundaron la Industria Licorera Embotelladora de Pichincha S.A. (Ilepsa), el 16 de noviembre de 1959, cuando el dólar cotizaba entre 15 y 18 sucres. Es decir cerca de USD 45 000.

    Ilepsa comenzó a producir los aguardientes ‘Traguito’ y ‘Gallito’, que hasta hoy son la insignia de esta empresa.

    “En la década de 1970, para tener una idea, Ilepsa vendía un promedio de dos millones de botellas de aguardiente al año”, asegura. Ese nivel de producción se mantuvo hasta finalizar la década de la década de 1990, según Alberto Tamariz, gerente de Ilepsa.

    Los cañicultores buscaron diversificar su línea de productos. Así, en el 2004 lanzaron al mercado una línea de licores dulces. Amaretto, Triplesec, Menta, Curacao, Durazno, Café, Cacao y Lemonchelo fueron los ocho sabores que comercializaron bajo la marca Barman.

    Al mismo tiempo ofrecía los aguardientes Traguito, Mayorca Gallito, Chulla Quiteño, Seco y Volteado, y whisky Squires. Todos estos se ofertaban a escala nacional para el consumidor de un segmento socio económico medio y bajo.

    El primer canal de distribución utilizado fueron licoreras, distribuidores y tiendas de barrio. “Ahora solo distribuimos en las tiendas con autorización. Eso redujo el margen de distribución”.

    Adicionalmente, los impuestos se elevaron junto con los insumos necesarios para fabricar el licor. “En el 2000, el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) por cada botella de licor era de USD 0,07; ahora una botella de aguardiente paga USD 1,82 por ICE. Si hace unos años una botella de ‘Traguito’ costaba USD 3, ahora cuesta USD 4,50.

    Como una estrategia para seguir compitiendo, en el 2011 Ilepsa formó una alianza con la comercializadoras Pay Pag, para la elaboración de productos de exportación. En esta asociación, Ilepsa se encarga de la producción y Pay Pag de la comercialización.

    Como resultado de este acuerdo, en el 2012 se lanzó al mercado Piña Colada y en enero de este año comenzó la distribución de licores como las cremas de Caramelo, Café y Cacao bajo la marca Caribbean’s Island que actualmente se exporta a Colombia, Chile, Venezuela…

    El 98% de los insumos son de producción nacional. La crema de leche que utiliza Ilepsa, por ejemplo, es proporcionada por la Pasteurizadora Quito y el alcohol etílico lo proveen Codana y Soverat.

    Con Codana llevan más de 20 años de relación comercial. A esta empresa le compra cerca de 10 000 litros de alcohol etílico al mes. “Ilepsa maneja un producto de excelente calidad, por eso mantenemos una relación comercial tan larga”, asegura Alberto García, gerente de Codana. Una opinión similar mantiene Daniel Jerves, representante de Soverat, que también les provee de alcohol etílico, desde hace una década. “Ilesa es uno de nuestros mejores clientes. Mantenemos muy buenas relaciones”.

    La producción

    El personal.  Más de 300 personas trabajan para esta empresa ubicada El Inca y 10 de Agosto, en el norte de Quito.

    Líneas de producción.  Ilepsa cuenta con tres líneas de producción: el aguardiente, las cremas de licor y productos lácteos para la preparación del mismo.

    Capacidad. La fábrica de procesamiento de esta empresa tiene capacidad para producir hasta 300 litros de crema de licor por hora.

  • Codan es un eslabón en la industria de los alimentos desde 1967

    Sebastián Angulo/ Redacción Quito

    Hacer más cremosos a los helados, darle una mejor textura al pan o conseguir que los jugos naturales mantengan un aspecto uniforme y no se separe el agua de la pulpa requiere de insumos especiales en la preparación.

    Para que los productos alimenticios adquieran características de calidad y tengan ese valor agregado específico para su marca necesitan de la ayuda de ciertos ingredientes. Conservantes naturales, fermentos para yogur y queso, emulsificantes, dosificantes, fibras, estabilizantes… son algunos de los componentes indispensables en la industria alimenticia.

    Por ello, Pedro Vorbeck, un danés radicado en Ecuador, vio en este segmento posibilidades de crecimiento hace 47 años. Él fue gerente de Cervecería Nacional, pero en 1967 decidió dejar la compañía y emprender su propio negocio familiar.

    Con su experiencia en el área cervecera se dio cuenta que este tipo de insumos eran demandados en los procesos de fabricación de alimentos. Pero en esa época estos productos no se fabricaban en el país, por ello pidió ayuda a familiares en Dinamarca para abastecerse de los artículos que necesitaba.

    En principio, a más de los insumos importó equipos para la industria lechera por un monto de unos USD 45 000. Luego compró un local ubicado en el centro de Quito, y junto a tres empleados inició Codan (Comercial Danesa).

    Uno de sus primeros clientes fue la fábrica de productos lácteos La Avelina (cantón Lasso). Esta firma, que también nació en esa época, compró los insumos a Codan para la fabricación de sus productos.

    De a poco, Codan comenzó a ser reconocida por sus novedosos productos y por la capacitación y asesoría que brindaban, y por ello comenzó a crecer su número de clientes.

    Firmas como Nestlé, Danec, Supan y Confiteca comenzaron a solicitar su asesoría. Con el pasar de los años, Codan decidió explorar nuevos segmentos, como productos para el sector cárnico, harina de pescado, plásticos, entre otros.

    Marlon Revelo, gerente de Producción de Pasteurizadora Quito, comenta que en esta compañía se compra los productos de Codan desde hace 10 años. Aditivos para yogur y leche de sabores son los ítems más solicitados.

    El mes pasado, la pasteurizadora solicitó a Codan que le provea una cepa exclusiva para un yogur probiótico. Con su asesoría fabricaron en Dinamarca esta enzima para la elaboración de este producto. “Gracias a su asesoría hemos podido obtener esa nueva cepa según nuestros requerimientos. La asesoría técnica es uno de los puntos clave para que sigamos trabajando con esta compañía”.

    Revelo cuenta que el papel que cumplen los ingrediente naturales de Codan son muy importantes, como en el caso de la leche chocolatada, que “estabiliza la suspensión” es decir, hace que sea un líquido uniforme.

    En La Casa de los Lácteos trabajan con Codan desde hace 12 años. Liliana Placencia, su propietaria, asegura que adquieren en unos USD 8 000 al mes diferentes productos, como cuajos para quesos y bacterias lácticas para el yogur.

    Placencia señala que la asesoría y capacitación que brindan ha hecho que trabajen con esta firma por más de una década. En esto coincide Alfredo Martínez, gerente de operaciones de Incremar, empresa que desarrolla productos derivados de los cereales. “La asesoría es constante, y por eso seguimos trabajando con Codan”.

    Insumos y cifras

    Las importaciones.  Al mes Codan importa entre 2 y 3 contenedores de sus productos. La mayoría provienen de Dinamarca.

    Los ítems.  La empresa cuenta con una variedad de 65 ítems en su catálogo, que abarcan desde la industria láctea, panadería, cárnicos y más.

    Cifras.  La firma tiene sus oficinas en Miravalle (nororiente de Quito). El año pasado su facturación alcanzó USD 5,9 millones, y su cartera de clientes supera las 40 empresas.

  • Falta de norma afecta a la industria

    Históricamente, las industrias han sido las más golpeadas por el crecimiento urbano y Quito no ha sido la excepción. La falta de planificación de los gobiernos locales ha provocado que las industrias, en poco tiempo, se vean rodeadas de asentamientos urbanos y obligadas a buscar nuevas ubicaciones.

    Un plano de la ciudad, elaborado en conmemoración del centenario de la Batalla de Pichincha y que data de 1922, registraba las siguientes industrias: Cervecería Germánica, Cervecería Oriental, Molino El Retiro, Fábrica de Tejidos Palacios, Martinnaud Hermanos y otras industrias anónimas. Estas se ubicaron paralelamente al río Machángara, considerada en aquella época una «zona alejada» de la urbe. De este modo, se constituyeron en lo que sería el » primer frente pionero industrial», dice la arquitecta Alejandrina Villarroel, quien elaboró la tesis Ecología industrial en Quito.

    «No había una lógica de planificación de la ciudad. La idea solo era estar lejos».

    Pero la mano de obra que demandan las industrias producen, a la vez, un efecto de «acercamiento». Así nacen en Quito los llamados barrios obreros. Con ello, el espacio ocupado por la industria en poco tiempo quedó dentro de la urbe.

    Además, aunque en 1942 se realizó el primer plan regulador para la ciudad, que ubicó a las industrias al sur, los reglamentos de zonificación y de uso de suelos recién se establecieron en 1967. Quito no se extendía más allá de la Villaflora, por lo que las fábricas fueron al sur (Turubamba) y al norte (El Inca). Pero la población creció y dejó, otra vez, a las industrias en mitad de la urbe. Villarroel dice que pese al crecimiento urbano, nunca se previó la creación de parques industriales sino hasta el 2008 (ver mapa).

    Como parte de su investigación, Villarroel realizó un estudio en 130 empresas de la capital, a las cuales consultó, entre otros, si consideran que se debería manejar un proceso de reubicación de la zona industrial ante el crecimiento poblacional y de vivienda. Un 51% respondió que sí, siempre y cuando existan incentivos, que las nuevas áreas cuenten al menos con servicios básicos y garantías de que no se autorizará la construcción de vivienda en los alrededores. Un 45% dijo que no, por el elevado costo que esto implicaría y un 4% no respondió.

    Eduardo Dousdebés, secretario metropolitano de Desarrollo y Productividad, dice que el plan municipal para los nuevos parques industriales incluye varios incentivos; entre ellos, seguridad en el uso de suelo por 99 años. Indicó que el Municipio trabaja en garantizar servicios básicos y líneas de crédito potentes para lo cual buscarán apoyo gubernamental. Villarroel propone «ecoparques industriales», que integren el tema ambiental y de cooperación entre firmas para el tratamiento de desechos, lo cual reduce costos y emisiones, por ejemplo.

  • Pablo Samaniego: Las tendencias son complejas para la industria ecuatoriana

    Redacción Quito

    En la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede Ecuador, se analizaron (entre el 24 y 25 de enero) las estrategias de desarrollo industrial en América Latina y el papel de las pymes. En ese contexto, cabe un análisis de cómo está la industria ecuatoriana. Pablo Samaniego, docente de la Flacso, analiza la situcación de la industria en el Ecuador.

    ¿Cómo se puede describir en este momento a la industria en el Ecuador?

    Podemos hablar de cómo está estructurada y cómo ha crecido. La estructura de la industria ha cambiado poco y lo más notorio es que las empresas que más crecen y las que ganan en participación en el PIB industrial son las de fabricación de maquinaria, equipo y material de transporte, que engloba actividades como el ensamblaje, pero que no desarrollan todo el proceso industrial. También, se ha robustecido la parte media del estrato industrial, que es la que demanda más mano de obra y no se basa en los recursos naturales, como los textiles, químicos, metálicas…

    ¿Qué otra lectura se puede realizar?

    Desde una visión por estrato tecnológico, aunque no hay información histórica de su comportamiento, podemos suponer que las empresas más pequeñas se están ajustando a las normas NIIF y eso tiene costos asociados, que deben afrontar para mantenerse competitivas. En las empresas grandes eso es más fácil de afrontar; les ha ido muy bien en estos años y están sirviendo a un mercado doméstico más grande, que ha crecido por la reducción de la pobreza, la mejora en la distribución de los ingresos y el alza en los salarios. Desde otra entrada y valiéndonos de las cifras del 2010 se puede decir que la industria es demasiado monopolizada: 1% de las empresas industriales concentra casi el 70% de las ventas.

    Si partimos de cualquiera de estas entradas, ¿cómo se puede calificar a la industria ecuatoriana en estos momentos?

    El ritmo de crecimiento de la industria se ha ido reduciendo desde los setenta en relación con los ochenta, los noventa, y en esta última década le ha ido mejor. Visto desde esa forma está mejor y ha generado más empleo.

    En esta situación de mejora, ¿cuáles han sido los factores que han ayudado?

    Por un lado, la dolarización trajo beneficios, mayor estabilidad de precios y se destapó la concesión de créditos. Cuando se salió de la crisis y se dolariza la economía, volvió la confianza en los bancos; cuando estos vuelven a tener liquidez, las tasas de crecimiento son importantes en todos los estratos, incluso en la microempresa, pero no significa que estén cubiertas todas las necesidades del sector productivo. El Banco Central hizo hace un par de años encuestas sobre demanda de crédito y ahí se veía que todavía hay necesidades de financiamiento. Por otro lado, tenemos esta reducción de la pobreza en la última década.

    ¿Qué otros factores han influido?

    Otro factor que ha ayudado son los períodos de depreciación del tipo de cambio real, pero también hay otra etapa de apreciaciones y ahí se fortalece la industria productora de bienes de capital, de maquinarias y equipos, en desmedro de otras que tienen más competencia de los países vecinos, como en textiles, por ejemplo. Esos sectores están sometidos a más competencia que otros, que construyen bienes que son más demandados para la construcción, por ejemplo. En el último período el cambio de Régimen es importante.

    ¿Ahí pesa más el sector público?

    Sí, pero hay que tomar en cuenta que todo lo que gasta el sector público va al privado; si vemos las carreteras, son construidas por empresas privadas. Entonces, el aumento del gasto público no significa que haya menos recursos para la empresa privada, al contrario. Ha habido un jalón de la demanda importante, porque casi todos los recursos petroleros se invierten. Este cambio de régimen ayuda a las empresas; además, hay otras medidas, como la fijación de aranceles para el calzado, textiles… o la reducción de aranceles para importar maquinarias y equipos. Todo eso ha hecho que la industria goce de un mejor ambiente.

    Pero en el entorno se percibe que cada vez se inauguran más centros comerciales y pocas empresas anuncian inversiones…

    No creo que cabe una comparación, porque eso más bien tiene que ver con el ámbito del comercio. En todo este proceso de incremento de la demanda doméstica hay un aumento de la preferencia por importar. Entonces, hay un desplazamiento del producto nacional y eso se ve en los centros comerciales.

    Es decir, ¿se trata de un tema relacionado más con el poder adquisitivo?

    El poder adquisitivo de la población cambió y por eso hay tanto centro comercial; se ve que es posible tener esos centros en ciudades más pequeñas, que antes estaban reservadas solo para Quito, Guayaquil y Cuenca.

    Desde esa perspectiva, ¿cuáles son las tendencias para la industria en el 2013?

    Las tendencias son bien complejas, porque tenemos un escenario internacional bien enmarañado. Ecuador llega con una industria débil a una década excelente para A. Latina y llega con una estructura debilitada. Ecuador sigue con una participación de la industria en el PIB sin mayores cambios. Además, China e India también llegan a nuestros mercados con sus productos. Eso abre un problema de reflexión: tenemos políticas públicas que se diseñaron desde el 2007 con el Plan de Desarrollo, luego con el Código de la Producción, pero que no han llegado a ser lo suficientemente fuertes. Pese a que ahora hay política industrial, no existen las condiciones completas para hacer política industrial y ahí hay un problema con la dolarización.

    ¿Cuál es el problema?

    En la medida en que no tenemos política monetaria ni cambiaria, estamos sujetos al ciclo económico de EE.UU. Al no tener política monetaria, la fijación de las tasas de interés es compleja y lo que se ha hecho aquí es poner topes máximos. Eso no significa que las tasas de interés no se peguen al techo. Entonces, la dolarización es hacer política sectorial con las alas cortadas. Ahí hay un problema, porque de pronto necesitaríamos tener ahora un tipo de cambio real un poco más devaluado para estimular ciertas exportaciones industriales.

    ¿Ante esa situación hay alternativas?

    No, no hay alternativa. Si se quiere ver una, puede ser que el sector público pueda dar financiamiento más barato, que haya exenciones fiscales, pero en los proyectos que pueda emprender hay que tener presente que deben ser temporales y requieren un monitoreo permanente. No es justo que el sector público gaste dinero o deje de cobrar impuestos a cambio de nada, como en los setenta.

    ¿Ahora, el Gobierno le apuesta al cambio de la matriz productiva?

    Ese cambio solo puede haber en el largo plazo. No podemos pasar de una producción elemental como la que hay en Ecuador, a producir nanotecnología. No solo se necesita tener buenos profesionales sino mandos medios que puedan operar las industrias. Tenemos la necesidad de robustecer toda la cadena productiva. Es necesario el financiamiento, la capacitación de los empresarios, porque no es lo mismo negociar bananos que negociar computadores en cualquier mercado. Cada nicho requiere una especialización distinta y hacia eso hay que ir. Pero el camino es largo y es complejo; en las estructuras económicas e industriales no se producen milagros.

    DOCENTE E INVESTIGADOR A TIEMPO COMPLETO

    La formación. Facultad de Ciencias Humanas, Escuela de Ciencias Políticas y Sociales (PUCE); Maestría en Economía con especialización en Desarrollo y Política Económica (Flacso, Ecuador).

    La docencia. Profesor-investigador de la Flacso (Ecuador), Profesor-investigador del Instituto de Altos Estudios Nacionales.

    La investigación. Ex director de la Dirección de Investigaciones Económicas, Banco Central (1999 -2000).