Etiqueta: informe

  • La posible pérdida de datos, una preocupación

    Redacción Quito

    El pasado 6 de agosto, la cuenta de iCloud del periodista de tecnología estadounidense del Huffington Post, Mat Honan fue hackeada. Posteriormente los supuestos piratas informáticos borraron los datos de su correo electrónico en Gmail.

    Estos ataques cuestionaron la seguridad de las corporaciones que ofrecen servicios en sus cuentas en la nube.

    Felipe Carrillo, director de la División Office de Microsoft Latinoamérica, comenta que los ‘hackers’ buscan siempre estar un paso adelante. Sin embargo, tener la información en la nube ahora resulta más confiable por dos aspectos.

    El primero es que si existe alguna catástrofe o desastre natural que afecten las computadoras o discos duros, la información quedará a salvo porque tiene respaldos en diferentes servidores, alrededor del mundo. El segundo, es que las empresas que proveen el servicio garantizarán que la información esté a salvo, y en casos extremos de pérdidas, la firma deberá responder por el inconveniente. “La diferencia de trabajar con o sin ‘cloud’, es como que una persona tenga el dinero bajo el colchón o guardado en un banco”.

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    Antonio Sánchez, presidente de Aesoft, señala que se necesita desarrollar una cultura para saber qué tipo de información guardar en la nube. Sánchez señala que las cabezas de las empresas deben estar conscientes de que la información no está en las empresas sino en servidores en el extranjero. “Actualmente no hay un sistema que sea 100% seguro, hay que medir niveles de seguridad”.

    Mientras que Ernesto Kruger, representante de Kruger Corporation, sostiene que el usuario debe escoger el proveedor que mayor seguridad le brinde; Kruger asegura que la firma estadounidense Amazon ha ganado un gran reconocimiento en este aspecto, por ejemplo.

    Según un estudio realizado por la firma de seguridad informática estadounidense Zecurión, el año pasado los daños causados a escala mundial debido a delitos informáticos ascienden a USD 20 000 millones. El mismo estudio indica que la mayoría de las veces, la información se filtró a través de los ordenadores portátiles y teléfonos móviles (19,4%), servicios web (18,2%), ordenadores convencionales (16,1%), y dispositivos de almacenamiento electrónico (13,8%).

    Sebastián Pérez, de Nubis Partners, explica que los miedos son entendibles, sobre todo si tiene que ver con conectividad y seguridad. Pérez declara que le preocupa más la conectividad que la seguridad. “La pregunta que todo empresario se hace es ¿dónde están mis datos, qué pasa si se cae el sistema? Para eso hay respaldos automáticos almacenados en diferentes puntos geográficos del mundo”.

    Santiago Meneses, representante de HP concuerda con Pérez. “La garantía es tener un respaldo en diferentes lugares”.

  • Las ventas al exterior aún no repuntan

    Durante los últimos cuatro años, la exportación de calzado nacional ha sido limitada.

    Según la Federación Nacional de Exportadores (Fedexpor), entre el 2008 y el 2010 las ventas al exterior se mantuvieron en alrededor de USD 30 millones y 9 000 toneladas anuales. Solo entre el 2010 y el 2011 se produjo un crecimiento del 24% en dólares y del 26% en volumen.

    “La alza del último año se relaciona con la posibilidad de las empresas de mejorar sus diseños y el apoyo gubernamental para la industria del calzado, que ha invertido más… La producción ha crecido y un porcentaje se está enviando al extranjero. Además se generó una sobreproducción que tiene que colocarse en otros destinos”, indicó Felipe Ribadeneira, titular de Fedexpor.

    Pese a este ligero impulso, todavía son pocos los exportadores de calzado. Un total de 42 personas, entre naturales y jurídicas, se encuentran registradas como comercializadores de calzado en el exterior. Pero apenas cinco de ellos abarcan el 99% del total de los envíos nacionales.

    Lilia Villavicencio, presidenta de la Cámara de Calzado de Tungurahua (Caltu), reconoce que la mayoría de los productores están concentrados en atender la demanda interna.

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    “Aún tenemos mercado que atender. Todavía estamos preparándonos para que los artesanos, los pequeños y medianos productores mejoren sus procesos, así como la producción. Es un proceso que empezamos en el 2009 y es a largo plazo. Pensamos, posteriormente, en un mercado en el exterior, al que estaríamos en capacidad de atender”, manifestó.

    Algunos productores, como Plasticaucho, sin embargo, dieron el salto hace más de una década. Este momento la empresa está exportando zapatos de lona, botas de caucho y calzado escolar a Colombia y Perú.

    Precisamente, estos son los países que ocupan el top de envíos nacionales. Datos del Ministerio de Industrias indican que, en menor número, también se exporta calzado a Cuba, Canadá, Inglaterra, Luxemburgo, España, Costa Rica, México, etc.

    El calzado que más se vende a estos países es industrial, médico y casual.

  • Un estilo marcado por la nacionalización

    El «tránsito» a un socialismo con sello propio en Venezuela se ha caracterizado por una creciente intervención del Estado en la economía, con nacionalizaciones y expropiaciones.

    Así, aunque el art. 115 de la Constitución venezolana garantiza el derecho a la propiedad privada, una serie de leyes aprobadas los últimos años han permitido nacionalizar y expropiar bienes.

    En el 2001, Chávez obligó a las transnacionales petroleras a asociarse a la estatal Pdvsa, con participaciones minoritarias. Ello originó expropiaciones y arbitrajes. A partir del 2007 se profundizó el modelo al ordenar la adquisición forzosa de grandes firmas, edificaciones y viviendas. La frase característica del Mandatario venezolano «Exprópiese» se convirtió en la marca de su gestión.

    «La empresa privada no es vista con buenos ojos en este modelo, que es mucho más intervencionista», dice José Luis Fuentes, profesor asociado a Flacso.

    Según el sector empresarial venezolano, en los últimos 10 años se perdieron 170 000 empresas de las 617 000 existentes y se expropiaron otras 2 300, según reportes de la prensa venezolana.

    Otra política ha sido el anclaje de los precios de alimentos, alquileres y medicinas. El bolívar fue devaluado cinco veces los últimos 10 años y en paralelo se establecieron cupos para la entrega de divisas. «Este tipo de políticas radicales ha ocasionado desabastecimiento de productos», dice la analista ecuatoriana, Magdalena Barreiro.

    El modelo venezolano es visto como rentista: depende del petróleo, un elevado gasto público, etc. Chávez, sin embargo, ha defendido que «el socialismo del siglo XXI» ha convertido a Venezuela en «el país menos desigual del continente. Varios indicadores confirman el avance social. Para la historiadora venezolana Margarita López Maya, eso no significa que el chavismo haya aprovechado como debió «las magnitudes inconmensurables de dinero de la bonanza petrolera».

    La receta Manejo cambiario . Los venezolanos acceden a cupos de moneda extranjera a través del burocrático sistema de la Comisión de Administración de Divisas.

    Control de precios.  El Gobierno fijó techo al valor de los alimentos, alquileres y medicinas.

    Nacionalización.  Cálculos del sector privado señalan que, al menos, 2 300 empresas habrían sido expropiadas.

    Manejo de recursos.  El Estado es el actor principal del sector petrolero. Las firmas privadas son relegadas.

    Comercio exterior. Se calcula que Venezuela importa el 70% de lo que consume.

  • La compra de calzado importado sigue a pesar de las restriciones

    Las importaciones de calzado han crecido pese a las medidas de protección para la industria nacional fijadas por el Régimen.

    En enero del 2008, el Comité de Comercio Exterior (Comex) estableció una salvaguardia para los zapatos de USD 10 por cada par, más un 10% de recargo sobre el valor. Con ello se logró que se reduzca en alrededor de 80% la importación de un total de 50 millones de zapatos.

    Un año después de fijado el mecanismo el Gobierno lo levantó, pero decidió aplicar un arancel mixto de USD 6 por cada par de zapatos más 10% sobre el valor del producto.

    Para Mario Aguirre, presidente de la Asociación de Importadores de Calzado, el establecimiento de estas medidas restrictivas perjudicó directamente a los consumidores porque el producto incrementó sus costos (en el momento se consiguen zapatos provenientes del extranjero con precios desde USD 25 en adelante).

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    Aun así, se sigue importando porque el producto que se trae tiene más tecnología, diseños novedosos, etc. Según datos de la Federación Nacional de Exportadores (Fedexpor), en el 2009 las importaciones en dólares cayeron en un 60% en relación con el año anterior, debido a las medidas.

    Levantadas las medidas e incluso fijado el arancel mixto, las compras del exterior volvieron a crecer durante el primer año en 71% . El siguiente, es decir, entre el 2010 y el 2011 las importaciones fueron menores y se incrementaron apenas en el 26%.

    Entre enero y agosto de este año se importaron USD 86 millones y un total de 5 114 toneladas. Esto muestra un incremento del 29% en relación con el mismo período del 2011.

    El calzado que llega al país proviene, principalmente, de Panamá, Colombia, Brasil, China, EE.UU., entre otros. Según el Ministerio de Industrias, la oferta productiva nacional ocupa más del 95% de la demanda de calzado del país, por lo que el restante se centra en las importaciones.

    El país compra del exterior, principalmente calzado deportivo, de entrenamiento, para montaña, de puntera metálica (destinado para seguridad industrial) o aquellos elaborados con cuero natural o regenerado.

  • La sostenibilidad activa las inversiones

    Redacción Líderes

    La tendencia a escala mundial es una producción sostenible y Ecuador sigue esa misma línea desde hace unos cinco años. Así lo afirma José Javier Guarderas, gerente general de Sambito, empresa que oferta asesoría y otros servicios en temas socioambientales.

    Para Guarderas, las firmas en Ecuador están invirtiendo más en este último lustro en temas ligados a la responsabilidad ambiental, porque el mercado así lo demanda. Así, son cada vez más las firmas que destinan un porcentaje, que varía entre 5% y 20%, dependiendo de su tamaño, para el desarrollo de proyectos medioambientales. Es que ser verde es ser rentable, opina Inés Manzano, consultora jurídica en temas ambientales. “Reducir consumo de recursos naturales como agua, o usar energía de modo eficiente, reduce costos además de impactos ambientales”.

    Una opinión similar la tiene Gustavo Iñurritegui, presidente Ejecutivo de Franz Viegener Área Andina. Para él, las empresas deben prever un monto para infraestructuras y operaciones, apostando a lo que pueda ser positivo para el medioambiente como para el consumidor.

    Por ejemplo, la firma que preside realizó la adquisición e incorporación de la planta de tratamiento de agua, así como el proceso de certificación de normas ISO-14000 y OHSAS-18000. En el caso de la planta de tratamiento se realizó una inversión de casi USD 1 millón.

    Otro caso de empresas que están apostando económicamente por iniciativas ambientales es Imptek-Chova. Javier Pozo, gerente de la firma, indica que en cada período se presupuesta una inversión de cerca del 3 % de sus ventas, para la implementación de políticas ambientales en sus procesos productivos.

    La inversión está destinada principalmente a capacitación, control de procesos, gestión ambiental e innovación tecnológica para reducir la contaminación.

    Embotelladora Azuaya S.A. (EASA) también ha visto rentabilidad en ser ‘verde’. La firma recicla y reutiliza el 40% de las 800 000 botellas que usa al mes. Para reutilizar las botellas se ha implementado un sistema de lavado con agua para la esterilización. También se instaló un sistema que usa 500 litros de agua por hora, explica Alejandro Quishpe, coordinador de Sistemas de Gestión de EASA.

    EASA destina parte de sus recursos para capacitación del personal. Otro rubro se destina a la adquisición de equipos para la disminución de desechos, además del reciclaje de materias primas.

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  • En cinco países, el Estado es el que manda

    Redacción Quito

    Tras la victoria en las urnas del actual presidente ecuatoriano, Rafael Correa, el proyecto «revolucionario» de la región parece extenderse. Esto, pese a la incierta situación médica del mandatario venezolano, Hugo Chávez, quien implantó esta ideología política-económica en 1999, que se ha replicado en los países vecinos con éxito para sus líderes.

    Al proyecto venezolano se le han ido sumando Ecuador, Argentina, Bolivia y Nicaragua, cada uno con sus propios matices, pero embanderados bajo el mismo objetivo: construir una economía «socialista». En ese contexto, como fichas de dominó fueron cayendo las regulaciones contra las bancas centrales, los sistemas monetarios, los regímenes cambiarios, tributarios y financieros, etc. Y en forma transversal, el empoderamiento político. En suma, el Estado es el motor.

    El término ‘Socialismo del siglo XXI’ fue acuñado en 1996 por el alemán Heinz Dieterich Steffan. El sociólogo señala que esta ideología supone que es necesario un reforzamiento radical del poder estatal democráticamente controlado por la sociedad para avanzar al desarrollo. Dieterich descubrió la aplicación práctica de sus teorías en la Venezuela chavista, gobierno del que fue asesor hasta 2007, pero luego tomó distancia.

    Sus socios en este plan de expansión han aplicado medidas similares, y se han caracterizado por una creciente intervención del Estado en la economía, con la nacionalización de empresas, la centralización del manejo de la hacienda pública, el anclaje de los precios de alimentos, medicinas y otros productos, y la fijación de tipos de cambio con controles, etc.

    Para la ex ministra de Finanzas de Ecuador, Magdalena Barreiro, los países que dicen aplicar este sistema tienen una característica fundamental: mejorar la equidad a través de un fuerte gasto público y una creciente injerencia del Estado .

    El analista boliviano Mauricio Medinaceli explica, sin embargo, que las nacionalizaciones emprendidas en la región recientemente no fueron «ortodoxas», como las ocurridas en los años setenta y que implicaron la confiscación de activos. En muchos casos, señala, se buscaron salidas negociadas.

    Explica que el alto precio de los hidrocarburos en la última década ha sido un factor fundamental tanto para financiar este tipo de modelos económicos como para emprender las nacionalizaciones.

    Pero aunque hay rasgos similares, analistas creen que no existe un modelo económico único en todas las naciones. Esto se debe a las realidades propias de cada país, aunque sus líderes lleven características de lideazgo idénticos.

    Para el economista Ernesto Becerra, es evidente que los modelos no son iguales, ya que las diferencias entre uno y otro país son abismales (ver datos infográficos, con corte al 2011). Sin embargo, asegura que lo que hay que ver no es tanto la forma, sino el fondo, y eso es el alineamiento a un modelo común. «O estás con el Estado o estás en contra. Eso se replica en los cinco países, y es la estrategia con la que actúan».

    Además, como común denominador está el hecho de que han sido regímenes permanentes en el tiempo, ya que sus líderes han logrado sostener una fuerza social de respaldo que repercute a la hora de las elecciones. También acumulan poderes y las fiscalizaciones son casi nulas.

    El origen
    ¿Respuesta al neoliberalismo? Este tipo de modelos busca un retorno al Estado como respuesta a políticas neoliberales que planteaban su reducción en los años 1990. A diferencia de Bolivia y Argentina, que vivieron fuertes ajustes, en Ecuador y Venezuela nunca se aplicaron estos modelos en estricto sentido, dice el analista político Santiago Basabe.

    Socialismo del siglo XXI desde 2005.  Aunque la propuesta inicial de proyecto político del gobierno de Hugo Chávez habló de una «profunda transformación de la economía «, el socialismo recién lo planteó en el 2004. En su primera administración, incluso la Constitución garantizaba el derecho a la propiedad privada.

    Conozca más sobre este tema
    Un estilo marcado por la nacionalización

    Argentina se radicaliza tras una década

    Bolivia gestiona una nacionalización ‘pactada’

    El gasto público es el sustento para Ecuador

  • Entre 4 y 6 años es el tiempo de estudio

    Marco Córdova es arquitecto y urbanista estudiado en la Universidad Central. En el ejercicio de su carrera trabajó en temas de espacios públicos y por esa razón se fue involucrando en el estudio de políticas públicas.

    Esa conexión lo llevó a estudiar una maestría en Estudios Políticos en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Desde el 2011, Córdova estudia un PhD en Ciencias Sociales, con mención en Estudios Andinos, en la misma institución.

    Al ser consultado sobre el significado de estudiar un PhD, Córdova responde. “Es una motivación personal; significa profundizar en un campo científico. La motivación es fortalecer y profundizar la formación del área donde uno trabaja”.

    El testimonio de Córdova confirma lo que sostienen académicos vinculados con el mundo del PhD. Un Doctorado es un esfuerzo personal muy grande.

    Los estudios de Doctorado duran por lo general entre cuatro y seis años. Fernando Balseca, catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar, señala que un programa de PhD en el país dura en promedio cinco años. Pero, explica, según el avance del proyecto de investigación existen mecanismos de extensión sin sanción, hasta por un año.

    Balseca indica que según la complejidad de la investigación que desarrolla el aspirante, los plazos se extienden. “Lo ideal es 5 ó 6 años para presentar la tesis, a parir de la matrícula. La tesis tiene que ser una investigación, una contribución al campo del saber de un área específica”.

    Otro punto que se toma en cuenta es el costo económico de este grado académico, que por lo general es elevado. Por eso, agrega Balseca, no es posible pensar en un programa de Doctorado sin una bolsa financiera, que permita entregar becas a los postulantes.

    En la Flacso, por ejemplo, un Doctorado tiene un costo de USD 100 000 aproximadamente. Pero los estudiantes pagan el 10%, gracias al programa de becas.

    Datos de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), señalan que en el plano internacional, el costo de un programa doctoral oscila entre USD 40 000 y 200 000, lo que incluye gastos de alojamiento, alimentación, movilización, entre otros rubros.

    Por todo lo anterior, señala Betty Espinosa, subdirectora académica de la Flacso, la formación de un PhD significa una inversión de tres partes: el Estado, las universidades y la sociedad.

    Esta inversión también genera un impacto en las universidades que incorporan a doctores en su nómina. Virginia Lasio, directora de Espae Graduate School of Management, comenta que es obvio que existe un impacto alto para los establecimientos de educación superior.

    No se trata solamente de sumar PhD a la nómina. Lasio sostiene que al no estar disponibles estos doctores en el país, hay que invertir en formarlos y aunque el Gobierno provea becas, hay un costo asociado para la universidad. Pero sobre todo, hay que contar con los recursos para desarrollo y mantenimiento de líneas de investigación, equipamiento de laboratorios, bibliotecas y toda la infraestructura de investigación. “Solo así los profesores con PhD no estarán subutilizados y puedan mantenerse vigentes y en contacto con pares internacionalmente”.

  • Entre la Academia y el sector privado

    Tradicionalmente se piensa que un PhD se dedica exclusivamente a la investigación y a la docencia universitaria. No obstante, también se encuentran PhD en el área empresarial.

    Según el subsecretario general de Educación Superior, Enrique Santos, se trata de académicos que investigan a la empresa como una organización humana; las conductas de los individuos en el seno de ellas, los procesos microfinancieros en su contexto, etc.

    Fernando Balseca, catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar, menciona que el destino principal de los doctorandos es la docencia universitaria. Allí replican y generan conocimientos. Agrega que otro destino es la consultoría nacional e internacional. “Antes de tener muchos PhD se necesita construir una infraestructura para desarrollar investigaciones. Lo productivo es generar espacios para investigación”.

    ¿Es un PhD un buen profesor? Para Betty Espinosa, subdirectora académica de la Flacso, un PhD no es necesariamente un buen docente. “Un doctor está formado para investigar y las habilidades de docencia es algo que se desarrolla o no. Un profesional puede ser un buen maestro sin necesidad de tener un doctorado”.

    Otro punto de vista lo da Gonzalo Mendieta, decano de Asuntos Académicos de la Universidad San Francisco de Quito. Según este catedrático, existen muy buenos profesionales que aprenden a investigar. “Y no hay que olvidar que alguien sin PhD también puede hacer investigación. Hay casos en el sector de la medicina, por ejemplo”.

    OCHO VOCES SOBRE EL TRABAJO DE UN PHD

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    ‘La sociedad sí valora a un PhD’

    María José Castillo. Doctorado en Economía Agrícola desde el 2008

    El país está caminando a obtener una infraestructura adecuada para la investigación. Un PhD siempre debe tratar de conseguir fondos externos para sus proyectos (ya que los fondos locales suelen ser insuficientes).
    La estrategia adecuada para hacer un PhD en el extranjero es conseguir una ‘assistantship’ en una universidad internacional. Aquello consiste en trabajos de ayudantía en clases o en investigaciones, colaborando con los docentes de aquellas instituciones. Así, el estudiante de doctorado recibe un pago mensual simbólico y los costos se reducen considerablemente.
    La sociedad sí valora a un PhD. Como aún somos pocos en el país, somos vistos con respeto. Sin embargo, no todas las instituciones o empresas pueden pagarle un salario acorde al título.

    ‘Este título abre muchas puertas’

    Pablo Arosemena. Obtuvo su doctorado en Economía en el 2011

    La investigación por la cual obtuve mi doctorado en Economía fue sobre la ilusión fiscal del ‘petropopulismo’. El objetivo fue proponer una forma de manejar la economía del país, sin necesidad de la explotación petrolera.
    Tras cinco años de estudio obtuve mi título el año anterior. El PhD es un activo permanente. Abre las puertas a muchos campos, principalmente académicos y empresariales. En este último, debido a que uno se convierte en consultor de gran valía.
    También es destacable el prestigio y las oportunidades que abre un doctorado en la política y en las ONG.
    El entrenamiento en cada campo investigativo permite aportar al crecimiento y desarrollo de la sociedad. El reto está en estudiar cómo un PhD puede transmitir sus conocimientos.

    ‘Hace falta fondos para proyectos’

    Sara Wong. PhD en Economía, de la University of California (UCLA)

    Con respecto a mi especialización (economía), en el país hace falta fondos para desarrollar proyectos de investigación, bibliotecas y bibliotecarias especializadas. Además, acceso a bases bibliográficas y de datos, con investigaciones de última data; creación de redes de investigadores; fondos para viajes de investigación y conferencias, y para financiar publicaciones; más colegas con PhD en temas afines, etc.
    Por otro lado, se pone en el tapete de discusión el que no basta tener un PhD para que se genere investigación. Tener un PhD es una condición necesaria más no suficiente. Si tomamos como parámetro de valoración el salario que se propone en el borrador del nuevo reglamento de escalafón para profesores universitarios, no veo que se valore el título del PhD.

    No hay estructuras para investigar

    Alberto Celi. Catedrático e investigador de la EPN

    Estudie Física en la Escuela Politécnica Nacional (EPN) y realicé mi PhD en Física, en la Universidad Autónoma de Madrid, entre 1996 y el 2001. Fui becado por la Fundacyt y con el auspicio de la EPN.
    Uno de los problemas que no están resueltos, a pesar de las buenas intenciones de las autoridades, es que faltan estructuras para absorber a los PhD que estudian en el extranjero y regresan al país. Así, los nuevos doctores no pueden seguir con su investigación y quedan dispersos.
    Los fondos son escasos para una investigación seria, que deje huellas. Un investigador y su equipo necesitan materiales y sueldos. Una investigación para un proyecto requiere unos USD 100 000. Y en una investigación completa se habla de millones de dólares.

    ‘Las condiciones de estudio son escasas’

    Rafael Polo. Catedrático de la U. Central y de la Flacso

    Estudié Sociología en la Universidad Central y una maestría en Letras en la Universidad Andina Simón Bolívar.
    Hace seis años hice un doctorado en Ciencias Sociales en la Flacso. Hoy me dedico todo el tiempo a la docencia.
    Me he negado a hacer asesoría política. No he trabajado en consultoría, porque no está ligado a la producción de conocimiento, sino a sostener razones para la construcción de un proyecto político o institucional.
    Por el PhD se me han abierto redes de contacto con otros colegas, en el exterior, especialmente.
    En el país no hay infraestructura para investigación; en Filosofía, por ejemplo, las condiciones son escasas, rudimentarias. Tampoco existen garantías en la investigación científica en el campo de las ciencias sociales.

    ‘Uso equipos de última generación’

    Juan Carlos Idrobo. Investigador en el Laboratorio de Oak Ridge

    Obtuve un PhD en Física, en la Universidad de California en Davis (EE.UU.). Actualmente, trabajo como investigador de planta en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge (Tennessee, EE.UU.).
    Mi principal área de investigación en este momento es el estudio de defectos en materiales bidimensionales, a nivel atómico. Para realizar mis investigaciones utilizo microscopios electrónicos de última generación que me permiten ver, literalmente, los átomos que forman el material; así como también, supercomputadoras que me permiten calcular las propiedades de los materiales en presencia de distintos defectos.
    Sin un PhD, una persona dedicada a la investigación en ciencias difícilmente puede encontrar un trabajo bien remunerado, hablo de EE.UU.

    ‘El posdoctorado en una opción’

    Xavier Ordeñana. Obtendrá su PhD de Economía y Finanzas

    A escala mundial, los graduados de un doctorado se involucran a un mercado muy competitivo por la ausencia de plazas de trabajo. El concepto de ‘investigador’ no ha sido comprendido en su totalidad, de allí que el tema -que ahora está en boga-, ocasione espacios de discusión en la opinión pública.
    Estoy en la parte final de mis estudios del doctorado en Economía y Finanzas. Estoy presentando mi tesis de la investigación que ha tardado cinco años. Los dos primeros años se dedicaron a cursos para establecer las herramientas teóricas del trabajo.
    Una de las opciones, si al terminar el PhD no me logro ubicar en una plaza dentro de la academia, es optar por un posdoctorado. Aquel rango de estudios es -principalmente- participar de un equipo de investigación.

    ‘Un PhD se forma con ‘ancianos»

    William Loyola. Gestiona su PhD en Administración de Empresas

    Mi inquietud por estudiar un doctorado se inició hace siete años. Junto a ocho aspirantes de Latinoamérica iniciamos el curso para obtener ese grado académico, en el que me encuentro esperando la fecha para sustentar mi trabajo. La investigación que he realizado se basa en el conocimiento de las organizaciones, el cómo se explota el conocimiento en las entidades.
    Los profesores de un PhD son ‘ancianos’, que han dedicado varias décadas a los estudios. Mi director de investigaciones tiene 83 años de edad y son eminencias en la academia.
    Una de las restricciones para quienes desarrollamos investigaciones relacionadas con los campo sociológicos, nos encontramos con las limitantes de ausencia y el libre acceso a la información de los diferentes datos e indicadores.

  • Las firmas ahorran y mejoran su imagen

    Redacción Líderes

    Las políticas ambientales deben ser parte de la estrategia de crecimiento de las empresas. Por eso, los resultados que obtienen las compañías que implementan una gestión responsable con el ambiente se reflejan en dos ámbitos. El primero es que esa firma recupera su autoestima por su aporte a la comunidad, explica Jaime Domínguez, presidente de la consultora ambiental Ctotal, con sede en Cuenca.

    El segundo es un ahorro en los costos, porque se reduce el consumo de agua y energía. Además, hay un desecho responsable de los residuos. “Esas medidas reflejan un ahorro”, dice Domínguez.

    Los resultados de las políticas ambientales siempre serán positivos, porque la organización está aportando a la sociedad en la que se desenvuelve, indica el representante de Ctotal. Sin embargo, la empresa no debería publicar cada árbol que siembra o botella que recicla.

    Eso sí, reconoce Domínguez, sería viable que la autoridad ambiental del Estado reconociera el trabajo de las empresas en este aspecto. “Solo una palmadita en la espalda daría apoyo moral a los empresarios que incursionan en estas prácticas”.

    Para Ana María Noguera, directora de ambiente y seguridad industrial de la Cámara de Industrias y Producción, el enfoque ambiental está ligado con el eje económico. Las empresas con gestión adecuada reconocen el impacto que causan y trabajan para aminorarlos. De esta manera se da un ahorro de materias primas, transporte, contratación de gestores…

    Según Noguera, las empresas con políticas ambientales concretas mejoran su imagen y su convivencia con la ciudadanía y las autoridades.

    Para Ramiro Naula, asesor comercial de la firma Stamp Paper, que elabora lápices con papel reciclado, el cuidado ambiental no es una moda y no es necesario publicitar lo que se hace, ya que obrar con responsabilidad ambiental debe ser uno de los pilares de cualquier compañía.

    Con eso coincide el coordinador de Sistemas de Gestión de Embotelladora Azuaya S.A., Alejandro Quishpe. “El trabajo ambiental es un aporte a la comunidad, no busca réditos económicos”.

    El consultor en Responsabilidad Social Corporativa, Cristian Arroyo, explica que para el 2005, en el país, el cuidado ambiental se veía como una táctica de marketing para ganar clientes. No obstante, con el paso del tiempo se ha evidenciado que convivir en paz con la naturaleza es un tema serio. “Si no cuidamos los recursos, la actividad empresarial no es sostenible”.

    En la actualidad se evidencia más interés por reducir el consumo de agua, energía y clasificar los desechos, explica Arroyo. Todavía falta que se sumen empresas, pero las más grandes, que son ejemplo para el resto, ya están en esta vía.

    Los expertos consultados por LÍDERES coinciden en que aplicar políticas ambientales es positivo y trae buenos resultados. No por el marketing o los clientes inmediatos que se obtengan, sino porque la organización que aplique esas políticas es sustentable y aporta al desarrollo de la comunidad en el largo plazo.

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  • Los fondos económicos son decisivos

    En todo proceso de estudios para un PhD existe una serie de acciones que determinan la admisión de un postulante. Así lo explica Betty Espinosa, subdirectora Académica de la Flacso quien añade que en la selección se valoran la trayectoria, la capacidad de estudios, los criterios de equidad, valores fundamentales en el investigador.

    El auspicio es una característica de quienes buscan cursar un doctorado. Por lo general son las universidades u organismo estatales los que se encargan de los costos de estos estudios. Así los explica Gonzalo Mendieta, decano de Asuntos Académicos de la Universidad San Francisco de Quito. Son estas instituciones las que, por lo general, auspician y acogen de regreso a los PhD.

    Hay otros programas, añade Mendieta, como las becas Fullbright que también requieren el auspicio de una universidad.

    En los casos en que un investigador graduado del doctorado se radique en otras ciudades es complicado repatriarlo. En el caso de la San Francisco, de cada tres personas que se intentan ‘repatriar’ solo se trae de regreso a uno. “Hay algunos que están casi por venir, pero se les presentan opciones y muchos se quedan”.

    No obstante, aclara Mendieta, el mercado para los doctores es complicado a escala global. Existen recortes en los países del primer mundo y es difícil encontrar opciones, dice Mendieta.

    Fernando Balseca, catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar, indica que en el país es un requisito legal para estudiar un PhD es tener estudios de maestría. Sobre los auspicios comenta que es clave que las universidades u organismos que los auspician los liberen de sus actividades docentes para que hagan su investigación a tiempo completo y que luego puedan retornar.

    Para la candidata a PhD, Sonia Zurita, uno de los requisitos fundamentales antes de iniciar sus estudios de Doctorado en Economía (Universidad Carlos III de Madrid), es tener presente el desgaste en el aspecto personal y familiar.

    Ella culminó su maestría en Finanzas en el 2000 en la Universidad de Chile. 10 años más tarde su doble maternidad influyó en el hecho de optar por los estudios presenciales del doctorado y que le podrían permitir realizarlos en un lapso menor a los cinco años proyectados.

    La PhD en Economía, Sara Wong, considera que el dinero no necesariamente es una limitante para obtener este grado académico. Hay becas en diversas fuentes, por ejemplo, en la misma universidad en donde uno estudia, en organismos internacionales o en instituciones del país en donde está la universidad.

    Wong añade que para una beca se requiere excelencia académica y el interés de los donantes. Ella puntualiza que su primer año fue financiado con beca conseguida por la Fundación Francisco Marroquín, luego fueron becas Olín y de UCLA las que financiaron el resto. La beca de la universidad implicaba que tenía que dar clases y hacer investigación.