Etiqueta: negocio

  • El cuy tiene mejor presencia en su negocio

    Redacción Quito

    ¿Se imagina degustar piernas de cuy en salsa barbecue o en salsa gourmet? Esta idea, que en principio les parecía “descabellada” y que tendría poca aceptación en el mercado, la hicieron realidad Andrés Pazmiño, José Lema y Wendy Torres.

    Ellos estudiaron Ingeniería Agropecuaria en la Escuela Politécnica del Ejército (Espe), y luego de tener dificultades para conseguir empleo -al egresar de su carrera- decidieron emprender.

    Hace dos años, Pazmiño barajaba varias opciones. Pero la que más le llamó la atención fue el procesamiento de la carne de cuy. A él le pareció un nicho de mercado no explorado. Por ello, junto a José Lema acudieron a restaurantes para realizar un sondeo y verificar la aceptación que tendría este tipo de carne en salones y entre el consumidor final.

    Lo que encontraron en su estudio fue que a los consumidores les gustaba el cuy, pero no su apariencia. Por esta razón, decidieron darle una mejor presentación. Luego de verificar que este producto podría contar con buena aceptación decidieron empezar el negocio. En principio, invirtieron cerca de USD 300 para adquirir una empacadora y los cuyes para ser procesados.

    Uno de los procesos que les llevó más tiempo fue encontrar proveedores, debido a que la mayoría no les entregaba cuyes con un peso uniforme.

    Tras la búsqueda, encontraron a Cuyera Nacional de Pifo (nororiente de Quito) y la asociación Señor Cuy de Chimborazo, que cumplían con sus requerimientos.

    Actualmente, los emprendedores tienen una facturación de USD 1 200, en promedio al mes y su producción es de 400 cuyes al mes. Con el incremento del nivel de ventas, también adquirieron nuevos equipos, como una empacadora industrial. Ahora, el monto total de inversiones asciende a USD 7 000.

    Sus productos los distribuyen en restaurantes de Quito y minimarkets. Al momento, se encuentran en conversaciones para distribuirlos en cadenas de supermercados a escala nacional, pero deberán incrementar su producción. Por esta razón, entre sus planes está la construcción de una planta en el valles de Los Chillos (suroriente de Quito).

    Juan Carlos Chávez es distribuidor de Cuyempak en Cayambe, desde hace dos meses. Él asegura que estos productos han tenido gran aceptación entre los compradores; el que más prefieren es el cuy tradicional de dos kilos.

    Mientras que Juan Carlos Iñaquiza también es un distribuidor de Cuyempak en el sur de Quito. Al mes, vende unas 10 unidades. Él asegura que los productos han llamado mucho la atención entre los clientes de su local, por la facilidad para preparar y la salubridad.

  • Los tableros vienen de los bosques chilenos

    Redacción Guayaquil

    En 27 locales a escala nacional está presente el logotipo Placacentro Masisa. El pájaro carpintero, ícono de esta franquicia chilena, decora aquellas fachadas desde el 2002, cuando se inauguró su primer local en Imbabura.

    Las proyecciones locales sobre un creciente mercado de equipamiento habitacional y comercial han permitido, según sus directivos, la expansión de esta firma dedicada a la venta de tableros de madera y demás accesorios para carpinteros.

    El mueblista Juan Muñoz, propietario de un taller (sur de Guayaquil), dice que es cliente de Placacentro Masisa Hipertableros (noroeste) desde hace dos años. Sostiene que el plus que allí encuentra es la variedad de tableros de MDF (fibra de madera) y MDP (partículas de madera). La firma chilena tiene presencia en 340 locales en 11 países, a escala regional.

    La producción se realiza en 12 complejos industriales ubicados en Chile, Argentina, México, Brasil y Venezuela. De los 3,25 millones de m 3 de tableros de madera anuales que elabora, un 10% se comercializa en Ecuador.

    Manuel Muena, gerente de Placacentro Masisa Ecuador, indica que el aumento en el consumo de este tipo de maderas surgió a mediados de la década anterior. Las exigencias estadounidenses -cuenta Muena- de que los productos que ingresen por sus puertos sean transportados o empaquetados en maderas de bosques sustentables motivó especialmente a las firmas bananeras. Masisa cuenta con un patrimonio de 243 000 hectáreas de bosques en Venezuela y Chile.

    La innovación en el diseño de interiores es, según Luis Darío Villacrés, uno de los socios de la firma y que lidera ocho locales, otro factor de la demanda. Los diseños de muebles se modifican con el gusto del cliente. Antes, dice Villacrés, los modelos de muebles eran estándares y pasaban de generación en generación.

    “Voy a armar un clóset según una guía que me facilitaron. No soy carpintero profesional, pero intentaré dar otro ambiente a mi dormitorio”, dice Carlos Barreño, cliente de Placacentro Masisa.

    Para Andrea Navarrete, gerenta de Marketing de Placacentro Masisa Ecuador, la valoración de sus productos se relaciona, entre otras cosas, con el cumplimiento de la norma europea E-1, que certifica baja emisión de formaldehído en sus tableros; la de Melamina Antimicrobiana, la de Gestión Forestal Responsable (FSC, en inglés)… Ser parte de esta marca involucra un acuerdo comercial, añade Muena, con base en el sentido altruista del origen de la marca, relacionada con el cuidado ambiental y el desarrollo humanístico.

    Según los directivos, la inversión por local de Placacentro bordea los USD 200 000 y se atiende, en promedio, a 300 clientes al día, en todos sus locales.

  • La nostalgia por la época retro inspira a este negocio

    Redacción Quito

    Su pasión por fabricar objetos decorativos y el deseo de manejar su propia empresa dieron a Belén Durán el impulso para dejar su carrera como productora de televisión y crear Retromagneto. Se trata de una microempresa en donde se fabrican imanes para el refrigerador, muebles, cuadros, relojes… con motivos retro y vintage.

    Durán comenzó a fabricar artesanías en el 2001 como un pasatiempo, con el que podía ganar un dinero extra. Elaboraba a mano portarretratos, cajas para inciensos y espejos con un estilo tradicional, que luego los comercializaba a sus familiares y a amigos.

    Durante 10 años mantuvo esta actividad paralela a su trabajo; sin embargo, a inicios del 2011 decidió dejar la televisión e iniciar un negocio propio. “Quería ser mi propio jefe”, cuenta.

    Para noviembre de ese año, decidió combinar su talento con las manualidades y su fascinación por el estilo retro. Así, con un presupuesto inicial de USD 40, inició Retromagneto. “Comencé elaborando imanes para las refrigeradoras con fotos de Andy Warhol, de bandas de rock, de películas…”, cuenta Durán.

    Sus productos tuvieron buena acogida entre los amantes de la tendencia retro. Alejandra Borja, una de sus clientas, asegura que en el país hay poca oferta de artículos decorados con esta tendencia. “Hallar decoración retro es difícil y lo poco que hay es caro. Por eso los artículos de Retromagneto tienen muy buena acogida”, dice.

    Para dar a conocer su producto, esta emprendedora apostó a las ferias artesanales. Primero fue en La Cuadra, en diciembre del 2011, allí consiguió vender USD 60. Ese dinero lo invirtió en nuevos productos y en el 2012 comenzó a fabricar a relojes, cuadros, cajas de madera para CD, inciensos, portavasos… todos con estilo retro.

    Así, en la siguiente feria, en La Pulga, que se organizó en agosto del 2012 en el Centro Cultural Aguijón, Durán facturó USD 250, ese mismo mes fue a Guápulo y vendió USD 500. Al mes siguiente, en la feria Alaja, del Centro Cultural Metropolitano, fue USD 400, y en noviembre del mismo año, en la Alianza Francesa, facturó USD 700.

    En Retromagneto se fabrica un promedio de 200 imanes al mes y ningún diseño se repite más de tres veces. Los muebles se hacen bajo pedido y pueden constar desde USD 12, hasta 40, mientras que los relojes, 16. Esto le genera un ingreso mensual promedio de hasta USD 700, según la temporada.

    Eduardo Rivera es cliente y dice que a la mayoría de sus amistades les gusta Pink Floyd y los Beatles “Por eso siempre compro los detalles de Retromagneto”.

    Detalles del negocio

    • Puntos de venta. Los artículos se pueden encontrar en las ferias artesanales y en su portal de Facebook.
    • Trabajo manual.  Los productos son elaborados a mano por Belén Durán. Cada diseño se repite hasta tres veces.
  • Bernal Hats, un negocio hecho de pura paja

    Ivanna Zauzich / Redacción Cuenca

    Unos 2 000 sombreros de paja toquilla reposan en un taller en el centro de Cuenca. Hay blancos, negros, rosados, de hombre y de mujer… Están listos para ser empacados y exportados hacia EE.UU., Alemania, Inglaterra y otros 15 países donde se comercializan.

    La firma detrás de este negocio se llama Bernal Hats, que funciona desde 1987 en la capital azuaya. El año pasado facturó cerca de USD 130 000.

    El gerente de esta iniciativa cuencana, Hugo Bernal, creció entre los sombreros de paja toquilla, porque su padre, abuelo y bisabuelo trabajaban en este segmento productivo. Ellos tejían el sombrero campana (sin terminar para darle la forma), que era comercializado a firmas estadounidenses, que le daban valor agregado con cintas y tejidos y lo vendían más caro.

    Bernal identificó una oportunidad de negocio e invirtió 6 millones de sucres (unos USD 10 000 al cambio en 1987), para adquirir tejidos e iniciar la producción. Este cuencano y su esposa, Elsa Aguirre eran los únicos empleados.

    Ellos compraban las piezas campana a los artesanos de Manabí y Cuenca. Agregaban su tejido y teñían; así crearon sus propios diseños. Bernal no solo heredó de su padre la pasión por los sombreros, sino los contactos de empresarios que llevaban estos productos al exterior.

    Se comunicó con ellos y envió sus productos a Australia y EE.UU., en 1987. Su facturación promedio anual era de 36 000 sucres (unos USD 180 al cambio de ese año). Conforme crecía el negocio, también los destinos a los que Bernal Hats exporta. Por mencionar algunos: Suiza, Japón, Brasil, Colombia…

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    A pesar de esa acogida en otros destinos, la crisis bancaria de 1999 en Ecuador fue un tropiezo para Bernal Hats. Sus proveedores -que son artesanos- emigraron hacia España y EE.UU., y era difícil encontrar manos que elaboraran los sombreros. No obstante, “los retos surgen para fortalecernos y encontramos nuevos talentos con los que aún trabajamos”.

    De eso da fe Julia López, quien vende los sombreros campana a esta firma. Destaca la seriedad y transparencia de este emprendedor. Los pedidos crecen o bajan de acuerdo con la temporada, “pero se preocupa, porque tengamos trabajo y pagar bien nuestra labor”.

    La relación es positiva con sus proveedores y con clientes. Chris Rodríguez compra cerca de 40 sombreros que comercializa durante el verano (entre junio y agosto) en Nueva York. Hace ocho años conoció el producto por un amigo y lo compró para su tienda de artesanías. “Esta marca tiene acogida por la calidad de su tejido y diseños diferentes”.

    Desde el 2009, Bernal apostó por impulsar su producto en el mercado nacional. Desde ese año ha invertido más de USD 15 000 para arrendar tres locales (centro, sur y noreste de Cuenca), en donde exhibe sus creaciones. Además, desde abril pasado se sumó a la iniciativa Rikuna, que agremia a 15 firmas cuencanas de cerámica, chocolate, joyería en plata, vitrofusión, cuero, aluminio…

    La presidenta de Rikuna, Silvia Di Rosa, explica que invitaron a Bernal Hats a integrarse por su trayectoria en el mercado y porque su producto, al igual que los otros socios, refleja la identidad cuencana. “La calidad de estos sombreros es excelente y la acogida ha sido igual”.

    Teresa García visitó Cuenca en agosto pasado y compró una cartera de paja toquilla y cuero de Bernal Hats. Destaca la calidad del tejido y diseño. “Se suele pensar que los bolsos extranjeros son mejores, pero la artesanía local no tiene que envidiar a otros países”.

    En la actualidad, Bernal Hats tiene tres empleados que le dan los detalles finales al producto. Los sombreros campana son comprados a más de 30 artesanos en Cuenca y Montecristi.

    Más sobre la firma

    • La calidad. Esta se mide por la cantidad de fibras en cada pulgada. Los sombreros de Bernal Hats tienen entre 13 y 53 fibras por pulgada
    • Los otros productos. Carteras, billeteras, monederos, portacheques, adornos, entre otros.

    LA INSIGNIA

    ‘La calidad en un espacio familiar

    Verónica Carchipulla / área de prensa

    Me desempeño en el área de prensa, es decir, donde se le da forma a los sombreros. Trabajo hace más de un año, y aunque es poco tiempo he aprendido cosas valiosas sobre este oficio. Los sombreros de paja toquilla son una herencia cultural de Cuenca y disfruto aprendiendo sobre su elaboración. Además, me da mucho orgullo que nuestro trabajo sea admirado en 18 países a escala mundial.

    La empresa es pequeña y familiar y eso nos hace sentir como en el hogar. El Gerente es amable y eso se refleja en el ambiente laboral que es libre de presiones.

    Bernal Hats es una firma en la que prepondera la calidad sobre la cantidad, por eso el trabajo es calmado para hacerlo bien. Eso da la oportunidad de aprender y hacer un buen trabajo.

    Un sombrero de paja toquilla de nuestra calidad es una obra de arte. Se necesita tiempo para tejer, teñir, revisar… para que el producto final sea perfecto y los clientes se sientan satisfechos con el producto. Generar ese bienestar en el consumidor es nuestra tarea.

  • Este desarrollo se hace con clics y píxeles

    Redacción Guayaquil

    En el 2008, Gustavo Buitrón cursaba la carrera de Ingeniería en Sistemas de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), de Guayaquil. Tenía, además, estudios de diseño gráfico en el Instituto Gráfico de Artes Digitales (IGAD). Su meta era independizarse y emprender en un negocio en la cual fusionar sus dos ramas de conocimiento.

    Así, a finales de ese año, invirtió unos USD 3 000 de ahorros personales y creó Accroach Code. Nació con un equipo de cuatro personas.

    Este emprendimiento se trata de una agencia de desarrollo de software y marketing digital. Sus principales servicios son el diseño gráfico; diseño y desarrollo web; desarrollo de software; marketing digital; y el alojamiento web y registro de dominios. La firma se encarga del diseño y rediseño de logotipos, desarrollo de personajes 2D, avisos gráficos, habilitación de correos electrónicos empresariales y creación de tiendas virtuales.

    Hoy, nueve personas trabajan en Accroach Code. Este equipo es dirigido por Buitrón y está conformado por diseñadores, especialistas en marketing y desarrolladores de software. Atiende a una cartera de clientes de más de 20 referencias. Son firmas de diversos sectores, como el naviero, de seguros, bebidas, entre otros. Por ejemplo, en su clientela constan Tampico, Glade, Yasuní ITT, Conquer, Shoe Store, Fundación Metrovía…

    Bryan Yong es el gerente de Procesos y Tecnología de la Fundación Metrovía. Él asegura que han contratado los servicios de Accroach Code desde hace tres años. La firma ha creado para ellos una página web institucional, además de un sistema de recepción de denuncias. Agrega que la atención de Accroach Code es excelente y llena de profesionalismo.

    Para Yong, lo mejor es que el diseño del portal web fue pensado para los usuarios, brindándoles facilidad, además de permitir rápida actualización de contenidos. Accroach Code -agrega- responde rápidamente cuando se requiere un cambio en la programación.

    Por los servicios que brinda, Accroach Code factura un promedio de USD 54 000 anuales. Como estrategia para incrementar las ventas la firma está en proceso de lanzar dos nuevos productos tecnológicos al mercado. Son Feizbukdecode y Coondelivery.

    El primero es un repositorio de aplicaciones para community managers, que permite administrar el contenido, promociones y aplicaciones en las redes sociales de una firma. Además, da la posibilidad a las microempresas de comercializar sus productos a través de Facebook.

    En cambio, Coondelivery se trata de una plataforma para informar a los clientes de una firma sobre noticias, ofertas, nuevos productos, actualizaciones y más. Según Buitrón, sirve como herramienta para la implementación de marketing electrónico, especialmente a través de correos electrónicos y mensajes de texto.

    Buitrón explica que son dos herramientas fundamentales para pymes que no tienen alto capital de inversión.

    La empresa Sopisco, de agenciamiento naviero, es otro de los clientes de esta firma guayaquileña. Teresa Briones, representante del departamento de operaciones de Sopisco, señala que la relación comercial inició hace unos cinco años. Briones señala que el trabajo de Accroach Code es de alta calidad. Añade que son cumplidos con los tiempos que pautan para la entrega de los trabajos.

  • La oferta y la demanda de postgrados aumentan en Ecuador

    Redacción Quito

    Laura Pinzón, de 26 años, tiene dos títulos de pregrado en Ciencias Políticas y Administración Pública. Además, una especialización en Gestión y Planificación del Desarrollo Urbano Regional. Pero sentía que aún estaba en un nivel técnico, quería prepararse más y con sus conocimientos generar cambios. Por eso decidió estudiar una maestría.

    Esta joven colombiana estudia Desarrollo Local y Territorial, en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), con sede en Quito.

    En el artículo 118 de la Ley de Educación Superior se indica que el cuarto nivel, de posgrado, está orientado al entrenamiento profesional avanzado o a la especialización científica y de investigación. En este nivel se pueden obtener títulos de especialista y dos grados académicos de maestría, PhD o su equivalente.

    Artículo de:

    Logo posgrados

    Para estudiar un posgrado, los interesados deben contar con un título de tercer nivel. En Ecuador hay 397 posgrados (especialización y maestría) que se dictan en universidades del país. De ellas, tres están especializadas en estudios de cuarto nivel: Flacso, Universidad Andina Simón Bolívar y el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN).

    Flacso tiene, al momento, 833 estudiantes de maestrías y 68 de doctorados. En el período 2013-2015 ofrece 13 maestrías en Antropología, Ciencias Políticas, Comunicación, etc.

    Desde octubre, en la U. Andina iniciarán clases unos 2 000 estudiantes del Ecuador y otros 20 países. Este centro de estudios se concentra en áreas como Comunicación, Derecho, Educación, etc.

    La oferta académica del IAEN se enfoca, en especial, en formar al sector público, aunque un 20% de sus estudiantes es del segmento no estatal. Hoy, cuenta con 11 maestrías.

    Víctor Torres, decano académico de este centro, dice que el enfoque de los estudios son «profesionalizantes» (aplicación práctica), aunque están por abrir dos maestrías en investigación.

    Para elegir entre lo práctico y lo académico es fundamental definir antes de optar por una especialización, pues determinará el área de desempeño profesional a futuro, dice Torres. De 1 007 estudiantes con los que contó el IAEN entre el 2007 y el 2012, 276 se graduaron. El resto egresados que aún no hacen su tesis, que están en programas de graduación, que abandonaron su carrera, etc.

    Alfonso Espinosa, rector de la Escuela Politécnica Nacional, recomienda informarse de la malla curricular, la experiencia de los profesores y el lugar que ocupa el centro en el ranking local de universidades ante de optar por una especialización. De los 9 800 estudiantes de este centro, entre un 15 y 20% cursan estudios de cuarto nivel.

    Alejandro Ribadeneira, presidente de la Corporación Ecuatoriana de Universidades Particulares (Ceupa), dice que en el país un buen número de especializaciones que se cerraron por estar caducos y eso afectó la oferta. Por eso, cree que debe agilizarse el proceso gubernamental de aprobación de maestrías para ampliar la oferta en el país. La mayoría, dice, se concentra en Ciencias Políticas, Ingenierías, Negocios, entre otras.

    Más oferta

    La maestría y el PhD.  son especializaciones dirigidas a personas con conocimientos avanzados.

    La oferta.  Además de las tres  universidades de posgrado, varias instituciones de educación superior disponen de estudios de cuarto nivel en Administración en Salud, Administración de Empresas, Periodismo, Gerencia Empresarial, Talento Humano, etc.

    Especialidades.  Los temas ambientales han hecho necesarias especializaciones en Medicina de Emergencias y Desastres, Recursos Hídricos y otros.

    Los estudios ‘on line’. Son una opción para profesionales con horarios de oficina poco flexibles. En el país la oferta se relaciona con Abogacía, Educación, Gestión Empresarial, entre otras.

    397 posgrados (especializaciones y maestrías) están disponibles en el país.

    OTROS ARTÍCULOS DE ESTE INFORME:

    Poco vínculo entre empresas y academia

    El cuerpo docente también es extranjero

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    Aprender una segunda lengua brinda mejores competencias


  • Lo natural transmite identidad a su negocio

    REDACCIÓN QUITO

    En el ambiente se huele a especias. Las estanterías tienen fruta fresca de vivos colores y frascos con conservas naturales. En el lugar, predomina el color blanco de las mesas y sillas, que fueron recicladas, pero que completan el ambiente de un sitio que le apuesta a lo alternativo y orgánico.

    Así es La Divina Papaya, una café-bar y tienda que propone un menú y productos 100% naturales.

    La idea nació de las hermanas Andrea y Daniela Moreno Wray, inspiradas por su madre, Natalia Wray. Ella es antropóloga y gracias al contacto con diferentes culturas, dentro y fuera del país, aprendió a elaborar, de manera artesanal, productos como frutas deshidratadas, conservas, especias y más.

    En diciembre del año pasado, las hermanas comenzaron a comercializar sus productos. Para ello, invirtieron unos USD 3 000 en materias primas y en una máquina deshidratadora.

    En principio, tenían pedidos de familiares y amigos. Las emprendedoras aprovecharon la época de Navidad para ofertar sus creaciones.

    Gracias al éxito en las ventas decidieron abrir un local. Aunque Andrea también se dedica a la actuación y Daniela a la producción de cine, las hermanas Moreno Wray quisieron dedicarle tiempo a la gastronomía y el emprendimiento.

    Además, la propuesta de compartir espacio con Sushi Nori, un restaurante de comida tailandesa y japonesa ubicado en la avenida González Suárez (norte de Quito), les impulsó a abrir su local.

    Con una inversión de unos USD 10 000 decoraron el restaurante y adquirieron el mobiliario, implementos e ingredientes para iniciar el negocio. Lo hicieron en abril de este año.

    Sal de flores, sal al vino, pan artesanal, té, jugos naturales, sánduches, postres… son algunas de las alternativas que los comensales pueden degustar.

    Actualmente, el café-bar cuenta con una facturación de USD 5 400 al mes en promedio. Además, su mercado oscila entre 80 a 100 personas diarias.

    Paola Granja, quien se dedica a la producción de televisión, asiste a La Divina Papaya con frecuencia. Ella lo define como un «espacio dirigido para un público que busca lugares diferentes». Asiste con su familia y amigos; comenta que de la oferta que se promociona, le gusta el jugo de pepino, los cocteles y el sánduche de jamón serrano.

    Mientras que Juan Lorenzo Barragán, diseñador gráfico, acude para degustar la cerveza artesanal y los jugos.

    LA CIFRA:
    USD 5 400 es la facturación mensual de este emprendimiento

  • El cuerpo docente también es extranjero

    Redacción Guayaquil

    Cursar un postgrado en la actualidad significa, de cierto modo, vivir también otras realidades. Conocer experiencias de terceros, otros contextos y analizar casos que no necesariamente ocurren en el centro donde se estudia.

    En las aulas de posgrado del país la globalización es evidente. Existe influencia extranjera y aprendizaje que proviene de la academia no solo local, sino también internacional.

    El libro ‘El futuro de la educación en Management en Ecuador’, publicado entre el IDE Business School y la Espae Graduate School of Management, reafirma esto. En el documento se señala que «a nivel regional, las escuelas de negocios cuentan cada vez más con profesores internacionales -tanto latinoamericanos como de otras regiones».

    Artículo de:

    Logo posgrados

    En el IDE, por ejemplo, un alto porcentaje de los docentes son foráneos. A través de la red de competitividad de Harvard, Microeconomics of Competitiveness (MCO), los alumnos tienen la oportunidad de cursar los programas con profesores especializados que provienen de otros países. A su vez, los catedráticos nacionales se «exportan».

    Gabriel Rovayo, director general del IDE dice que esto genera que el ‘know-how’ se comparta y se contrasten realidades que son útiles para la práctica. Las pasantías o estudios de módulos específicos en otros países son también fundamentales en este aspecto. El IDE tiene convenios con el Ipade (México), el IESE (España), entre otros.

    En la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) de Guayaquil la situación es similar. Algunos contenidos son dictados por expertos internacionales que visitan el país específicamente para impartir esos módulos. Esta universidad tiene convenios con universidades como el Incae (Costa Rica) y The George Washington University (EE.UU.).

    La tecnología es esencial en este sistema. Joaquín Hernández, vicerrector de Posgrados de la UEES, explica que a través de software especializado, se pueden realizar videoconferencias entre profesores extranjeros y alumnos del Ecuador, sin necesidad salir del país.

    Es además indispensable para acceder a documentos investigativos como publicaciones científicas y revistas indexadas, que son material clave para quienes realizan un postgrado, tanto en el curso de los programas, como al momento de realizar sus tesis.

    En la Espae la tecnología juega también un papel clave. Allí, los estudiantes de maestrías empresariales como Master in Business Administration (MBA) pueden realizar simulaciones de negocios. Sonia Zurita, coordinadora académica de MBA de la Espae, indica que esto permite poner en práctica la teoría aprendida en las aulas. «Es una manera de afianzar conocimientos de manera realista».

  • La imaginación y las redes sociales moldean sus postres

    Redacción Quito

    Pamela Ruales convirtió el ‘cupcake’, su postre favorito, en su principal fuente de ingresos. Esta pequeña torta que ya en el siglo XIX cautivaba a más de un amante de la repostería fue un verdadero reto para esta joven micro-empresaria.

    Ruales confiesa que siempre soñó con ser chef profesional, aunque nunca pudo estudiar esta carrera. Una beca en Estados Unidos la llevó a especializarse en Administración Hotelera. Pero hace un año decidió no esperar más y dedicarse de lleno a lo que tanto ama: la repostería.

    Innovó recetas, se capacitó en cursos de cocina, técnicas de decoración e incluso aspectos contables y tributarios, con una sola visión: fundar, algún día, una fábrica de ‘cupcakes’. Dice que lo más difícil fue perfeccionar las recetas. «Aprendí equivocándome 10 000 veces».

    Recuerda que en los primeros postres olvidaba ingredientes, hacía la cubierta muy líquida o se le derretía, y en más de una ocasión tuvo que volver a la cocina a preparar más ‘cupcakes’ porque a su hermano se le ocurría tomar uno discretamente minutos antes de una entrega.

    Esos problemas hoy son parte del pasado. Una vez que logró perfeccionar las recetas, registró el nombre de su empresa, The Cupcakes Factory, y arrancó operaciones en marzo del 2012 con pequeños pedidos de amigos y vecinos.

    Dos meses después concretó su primer pedido de 200 unidades para una graduación. Con la ayuda de las redes sociales, hoy entrega unas 800 unidades por semana.

    La decoración es pura imaginación, dice. Las cubiertas van desde flores, el logo de un equipo de fútbol, hasta los personajes de moda como los Avengers, Angry Birds, etc.

    Carolina Báez es una de sus clientas frecuentes. Debido a esto, The Cupcakes Factory le envió una caja de estos postres el día de su cumpleaños. «Me encantó esta estrategia para ganarse a los clientes. Soy amante de los dulces y estos ‘cupcakes’ son los mejores que he probado».

    Pamela abrió este mes un centro de operaciones, con una inversión de USD 10 000. El negocio ofrece ‘cupcakes’ de tres tamaños, que entrega a domicilio.

    El más pequeño es del tamaño similar al de una moneda de USD 0,50 y el más grande puede medir casi el diámetro de un balón de fútbol. Son los ‘cupcakes’ gigantes, rinden 15 porciones y vienen rellenos. El cliente escoge sabor, relleno y decoración. Por ahora, ella dirige sola su negocio, pero la meta este año es ampliar las ventas para contratar personal.

    El negocio

    El precio. El costo de los ‘cupcakes’ va de 0,60 hasta USD 25, según los ingredientes, tamaño y decoración.

    La red. Facebook ha sido su principal aliado. El 80% de sus pedidos proviene de contactos logrados en esta red social.

  • El diseño y el reciclaje se unen en este negocio

    Redacción Quito

    A finales del 2011, Julio Guevara y Diego Escobar buscaban elaborar un bolso que les sirva para llevar sus útiles a la ‘U’. Este debía ser cómodo y combinar con cualquier tipo de ropa.

    Luego de buscar en Internet como manufacturar estos artículos y ensayar varios modelos crearon bolsos inspirados en los años 60 y 70.

    Así, estos dos quiteños elaboraron estas maletas en tres medidas diferentes y con variados colores.

    El producto final cumplía con sus expectativas, así que decidieron presentar sus creaciones en una feria de diseño.

    Para eso necesitaban crear una marca. La primera idea que se les vino a la cabeza fue Laika, en honor a una perra que tenían como mascota y llevaba este nombre.

    Su inversión inicial fue de USD 250 para manufacturar ocho bolsos. En la feria en la que participaron tuvieron aceptación y vendieron cinco unidades.

    Gracias a esta muestra, sus productos llegaron a espacios de diseño de Quito, como el bazar del Centro de Arte Contemporáneo y So Accesorios.

    Guevara, quien estudió diseño gráfico, y Escobar, administración turística, observaron una oportunidad de negocio en el público que buscaba diseños y creaciones diferentes, por ello quisieron probar con nuevas ideas.

    Para estos jóvenes creativos, un viejo teléfono de disco o un patín clásico de cuatro ruedas pueden servir para elaborar una lámpara.

    Por esta razón, decidieron reutilizar objetos usados para elaborar y vender artículos con diseños fuera de lo común.

    Para obtener las materias primas acuden a tiendas que venden objetos usados, en el caso de las lámparas. Para los bolsos adquieren cuero sintético en tiendas del centro de Quito.

    Hoy su producción es de 10 a 15 bolsos mensuales, cinco lámparas, y 20 adornos para interruptores con diseños de la cultura pop. Su facturación mensual asciende a USD 300.

    Marcela Uzcátegui es arquitecta y ha adquirido los productos de Laika Estudio. Ella compró unas lámparas y otros accesorios. Uzcátegui destaca que los productos son hechos a mano y con materiales reciclados. En esto coincide Estefanía Correa, quien es «fanática» de los bolsos que produce esta marca quiteña.

    Los productos

    La oferta. Estos emprendedores también elaboran camisetas, chompas, colgantes y más productos.

    La nueva colección. En los próximos meses lanzarán nuevos productos, inspirados en tradiciones ecuatorianas, pero con un toque pop, explican Guevara y Escobar.