Etiqueta: Personaje

  • Belén Sánchez usa todo lo que sabe para apoyar al innovador

    Pedro Maldonado

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    Editor del Semanario LÍDERES (I)

    Que una niña de siete años deba abandonar su clase porque sus papás no han pagado las pensiones puede ser una experiencia traumática. Pero en el caso de Belén Sánchez, esta vivencia le permitió valorar la educación y las oportunidades.

    El episodio ocurrió cuando esta quiteña tenía siete años de edad y la situación económica del país había golpeado a su familia. Sánchez recuerda los detalles de ese día. “Era la clase de matemáticas y salí del aula en medio del murmullo de mis compañeras”.

    Esa experiencia fortaleció a la niña que con el tiempo se convirtió en una exitosa profesional. Sánchez tiene estudios en Alemania y EE.UU. En Ecuador ha colaborado en los sectores público y privado. Hoy esta ecuatoriana reside en Washington D.C., donde se desempeña como consultora del Banco Mundial en temas de comercio y competitividad.

    Además, el año pasado lanzó la plataforma Global Ecuadorian Hub en la que difunde el trabajo de ecuatorianos que destacan en campos como la biomecánica, hasta el turismo, pasando por la innovación social.

    En los inicios de su trayectoria profesional, esta aficionada a la capoeira, la danza aérea y la meditación se ilusionó con el comercio justo a tal punto que viajó de mochilera por el Ecuador intentando trabajar con pequeñas comunidades. “Golpeaba puertas, pero pocas se abrieron”.

    Una de los espacios en los que tuvo respuesta fue el Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio (FEPP), en el 2006. Esta organización le permitió trabajar en la capacitación de un grupo de mujeres caranquis, en la comunidad de San Clemente, en las faldas del monte Imbabura. “Allí me di cuenta de lo importante de entender la base social. Eso fue trascendente para los proyectos de desarrollo en los que trabajé después dentro y fuera del país”.

    Tras esa experiencia partió a Alemania para estudiar. La idea del comercio justo seguía en su mente y al retornar de Europa, en el 2010, viajó a Honduras para trabajar con la agencia de Cooperación Alemana. Regresó a Ecuador y tenía la idea de una empresa de moda étnica; empezó a trabajar en el Ministerio Coordinador de la Producción donde fue gerenta de InnovaEcuador.

    Nathalie Cely, entonces ministra coordinadora de la Producción, la recuerda por su curiosidad, su inteligencia, su carácter fuerte y por ser muy trabajadora. “Sus virtudes se enfatizan gracias a su sencillez y a su historia de vida donde en cada espacio ocupado ha sabido dejar lo mejor”.

    En el Ministerio, Sánchez trabajó con Camilo Pinzón, quien se desempeñaba como subsecretario de Desarrollo Empresarial. Él la describe como una joven entusiasta, responsable y muy técnica. “Belén nos ayudó a desarrollar instrumentos para gestionar la innovación en el sector público”.

    Pinzón también cuenta que luego de salir del Ministerio, junto con Sánchez y otros profesionales idearon lo que hoy es la Corporación para el Emprendimiento e Innovación del Ecuador, que maneja la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI).

    Esas experiencias fueron marcando el camino de esta mujer casada con un danés-estadounidense, a quien conoció en las redes sociales, que también trabaja en temas de desarrollo.

    Al interés que tiene Sánchez por apoyar a emprendedores e innovadores se suman las ganas de estudiar y actualizar sus conocimientos. El título más reciente lo obtuvo en Harvard, donde terminó una maestría en administración pública, en el 2017.

    Andrés Zurita, director ejecutivo de la AEI, conoce a Sánchez desde las aulas universitarias. “Belén siempre fue una líder, enfocada en la excelencia. Sus estudios en el exterior consolidaron su disciplina y perfeccionismo”.

    Uno de los mayores aportes, según Zurita, estuvo en abrir campo para buscar inversión para el emprendimiento y la innovación en Ecuador. “Es de esas mujeres que muestran que con esfuerzo se logra la igualdad de oportunidades”.

    Como consultora del Banco Mundial, esta ecuatoriana está enfocada en dos proyectos. Uno implica la revisión del gasto público en ciencia, tecnología e innovación en Colombia. El segundo proyecto está en Sri Lanka y trata sobre el diseño de un centro de innovación climática.

    En medio de sus tareas, Sánchez se da tiempo para meditar una hora al día. Su trabajo se cumple, a veces de manera remota y en ocasiones en las oficinas del Banco Mundial. “No tengo una rutina establecida”. Y su segunda tarea es la generación de podcast para la plataforma que va ganando seguidores en EE.UU.

    Esta quiteña es consultora del Banco Mundial y fundadora de la plataforma Global Ecuadorian Hub. El aprendizaje marca su trayectoria profesional. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
    Esta quiteña es consultora del Banco Mundial y fundadora de la plataforma Global Ecuadorian Hub. El aprendizaje marca su trayectoria profesional. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
  • El trabajo ambiental, la mayor pasión de esta mujer

    Patricia González

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    Hace 30 años, María Eugenia Puente lideró a un grupo de 25 hombres (entre especialistas, asistentes y guías nativos)en la primera expedición científica al Parque Nacional Yasuní.

    Fue el primer estudio de impacto ambiental para el desarrollo hidrocarburífero en el área del Yasuní, consultoría que realizó para las petroleras Cía. ELF Aquitaine, de Francia, y ConocoPhillips, de Estados Unidos.

    “La riqueza de la selva amazónica me atrapó, me enamoró, se convirtió en mi pasión”, recuerda y se emociona al recordar esa primera expedición de 20 días al Yasuní, que describe como una experiencia de sobrevivencia.

    A María Eugenia Puente la biodiversidad del Ecuador la cautivó desde niña. Sus recuerdos de infancia la trasladan a la hacienda Pilongo –propiedad de su padre–, en los páramos de Machachi, donde disfrutaba de observar las aves, atrapar sapos y mariposas. En la adolescencia aprovechaba las vacaciones para irse de excursión con sus amigos.

    Es quiteña, de 61 años, casada en dos ocasiones y madre de dos mujeres. Estudió en el Colegio Santo Domingo de Guzmán, de la Congregación de Hermanas Dominicas. Fue catequista e incluso evaluó la posibilidad de consagrarse a la vida religiosa. Pero, privilegió el amor por la naturaleza y decidió estudiar Ciencias Biológicas en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

    En sus años universitarios exploró otra pasión: la fotografía. En las salidas de campo de la carrera, Puente se dedicaba a fotografiar la fauna y flora del país. Un ‘hobby’ que le permitió financiarse los estudios a partir del segundo año de universidad, vendiendo sus fotografías a la BBC, a ornitólogos y agencias de turismo.

    Los estudios y la fotografía los llevó a la par del rol de madre. Se casó por primera vez a los 18 años y a los 20 tuvo a su primera hija: María Eugenia Moreno, quien creció inmersa en la vida profesional de su madre, acompañándola en sus expediciones como consultora ambiental. La influencia que tuvieron esas vivencias en su hija, la motivaron a estudiar ecología y hoy día está a la cabeza de la empresa fundada, en 1989, por su madre: Ecuambiente, primera consultora ambiental del país.

    “Mi madre influyó mucho en mi vida profesional. Crecí siendo parte de sus actividades en campo (Amazonía, Galápagos, Costa y Sierra) y oficina. Compartí con ella su pasión por la naturaleza. Es mi ejemplo de responsabilidad y entrega”, comenta.

    María Eugenia, la empresaria, nació por necesidad. Tras la primera expedición al Yasuní, ConocoPhillips la invitó a participar en el estudio global para el Bloque 16, para lo cual debía constituir una empresa. La bióloga reunió a un grupo de expertos en distintas áreas para conformar Ecuambiente, firma que estuvo a cargo del estudio del Bloque 16, como ganadora de la licitación.

    Entre 1992 y 1996, la empresa diseñó los protocolos para el proyecto de Monitoreo Biológico Yasuní, el cual tuvo continuidad hasta el 2012. “Esto permitió que las operadoras hidrocarburíferas realizaran gestión ambiental adecuada, con medidas de mitigación, como la reforestación y la biorremediación de los suelos contaminados”, explica María Eugenia. Añade que también se fomentó la sustentabilidad, involucrando a las comunidades locales en la educación ambiental.

    Gustavo Palacios, biólogo y ex gerente técnico de Ecuambiente, conoció a María Eugenia en 1992, cuando realizaba prácticas universitarias en el Yasuní. “Fuimos los primeros profesionales que empezamos a vincular el área de protección ambiental con la actividad petrolera”.

    Palacios comenta que gracias al trabajo que realizaron se generó el primer reglamento ambiental para actividades hidrocarburíferas en el país, que comenzó siendo un “acuerdo de caballeros” entre las empresas petroleras y el Estado.

    “María Eugenia es pionera en temas de desarrollos sustentables y de responsabilidad social en el Ecuador. Es una mujer soñadora y fuerte, que ha alcanzado sus metas”. Así la define Palacios, quien además la considera una persona elocuente y de altísimo liderazgo.

    Su amigo Santiago Izurieta, gerente general de Ecuambiente, la cataloga como una mujer fuera de serie, visionaria, con un olfato único para los negocios. “Es una excelente persona, sencilla y especialmente leal con sus amigos”.

    María Eugenia se jubiló en noviembre del 2016. Ahora desea dedicarse a proyectos de agroecología –incluso tiene pensado lanzar una marca de productos agroecológicos– y a escribir libros sobre su experiencia como empresaria. “Una de mis máximas es: Todo pensamiento es acción”.

    María Eugenia Puente llevó adelante con la empresa Ecuambiente actividades de reforestación en comunidades del país y fomentó la educación ambiental en las escuelas. Fotos: Eduardo Terán / LÍDERES y archivo particular
    María Eugenia Puente llevó adelante con la empresa Ecuambiente actividades de reforestación en comunidades del país y fomentó la educación ambiental en las escuelas. Fotos: Eduardo Terán / LÍDERES y archivo particular
  • La belleza y la ayuda social marcan su camino

    Valeria Heredia

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    La belleza es el eje de los negocios y de la vida de Luisa Ramos. Con ella, esta migrante ecuatoriana educó a sus hijos, dio empleo a sus compatriotas y triunfó en un país ajeno y lejano a Ecuador.

    En 1988, esta oriunda de Azogues viajó a Estados Unidos para comenzar una nueva vida. Su objetivo, al igual que el de muchos ecuatorianos, fue el de conquistar el país norteamericano.
    El camino no fue fácil y estuvo lleno de obstáculos. El primero fue el viaje a EE.UU., por los riesgos de la emigración irregular. Cruzar la frontera a pie cargada a su primer hijo, Juan Carlos Ramos, que tenía dos años, o pagar a un extraño para que le ayude a pasar la frontera fue parte de las situaciones que vivió Ramos.

    El segundo gran desafío fue sostener a su familia y para ello buscó trabajo en lo que le gusta: la estética y la cosmetología.

    Su primer trabajo fue en Manhattan, en un gabinete de belleza, donde aprendió más sobre la industria de la cosmética.

    En ese espacio, además, se llenó de fuerzas para abrir su primer negocio: una sala de belleza, donde realizaba cortes y tintes de cabello, maquillaje, cuidado de la piel y otras tareas de belleza.

    En 1999 abrió su primer local. Fue un espacio sencillo, pero la comunidad de hispanos empezó a crecer y con ello su negocio.

    La acogida fue tal que abrió cuatro centros estéticos más en diferentes puntos de Long Island, una isla del estado de Nueva York.

    Como buena emprendedora, Ramos no se quedó solo con sus locales; al contrario apostó por una idea más atrevida: la elaboración de una línea de productos con su marca J. Ramos NY y Luisa’s Magic. Estos ayudan al cuidado del cabello, que es la especialidad de esta emprendedora y madre de tres hijos que siguen sus pasos y cuidan su negocio.

    Sus hijos Juan Carlos, Richard y Kimberly no solo ayudan a su madre en los gabinetes de belleza, sino que estudiaron profesiones similares a las de su mamá para juntos apoyar al crecimiento de este negocio familiar. Por ejemplo, su tercera hija estudió estética y belleza corporal, relata con entusiasmo Ramos, quien se considera una madre cariñosa.

    Emprender en tierra ajena requirió de una dedicación total de Ramos y de una visión de negocios única. Su tarea abrió las puertas a sus compatriotas y a latinoamericanos, que buscan una oportunidad en EE.UU.

    Ciudadanos de Ecuador, Guatemala, México, Puerto Rico, Colombia, Perú, Honduras, República Dominicana y estadounidenses han pasado por sus gabinetes. Ellos no solo trabajaron sino que aprendieron más sobre la industria de la belleza.

    “Es una alegría poder acoger a compatriotas en los locales y ayudarles a que se levanten”.
    El hermano de Ana María Caraballo, locutora y directora de una radio de EE.UU., trabajó junto a Ramos y fue una experiencia enriquecedora, explica la presentadora oriunda de Puerto Rico.

    Ella conoció a ‘doña Luisa’ -como le dice de cariño- en 1998 en un evento organizado por la radio. Desde ese momento, la considera como parte de su familia, porque es un ícono para la comunidad ecuatoriana y latinoamericana.

    “Es una tremenda persona y madre ejemplar. Todos aprendemos de su esfuerzo y ánimo”.
    Caraballo destaca la atención en cada uno de los locales de Ramos, donde se explica cada uno de los procedimientos estéticos que se realiza a los clientes.

    La locutora, además, recuerda con alegría que Ramos apoya en las colectas para los latinoamericanos que necesitan una mano en Estados Unidos.

    Luisa Ramos también es un ícono en su país y suma reconocimientos de quienes la conocen. Manuel Caizabanda, alcalde de Pelileo (Tungurahua), destaca el profesionalismo en el trabajo de esta máster en barbería, título que sacó en Nueva York.

    Para él, la mujer representa un ícono para los compatriotas que buscan una nueva tierra para emprender. “Luisa es un ejemplo para nosotros porque es una gran empresaria y ser humano”.

    Los planes de Ramos aún no acaban. Tiene más proyectos en mente y uno de ellos es exportar sus productos. Además, abrirá más peluquerías en EE.UU., en Ecuador y el resto de Latinoamérica. Ella ya armó su cronograma y se puso estas metas.

    Así que en 15 años cuando tenga 67 años espera cumplir estos sueños. No será difícil para una mujer como Ramos, quien saltó fronteras y estampó su marca en la hermosa Long Island.

    Para ella, quien es una amante del cebiche ecuatoriano, la clave del éxito es la unión y lo ha comprobado durante sus 30 años de lucha por su sueño americano.

    El trabajo social es parte de la vida de Ramos. Foto: Cortesía
    El trabajo social es parte de la vida de Ramos. Foto: Cortesía
  • Su vida la dedica a crear redes y enseñar negocios

    Sebastián Angulo

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    Consuelo Dueñas esta ejecutiva quiteña cuenta con una destacada trayectoria en el ámbito de las telecomunicaciones, así como en la docencia universitaria.

    Hace unos 40 años, en un aula de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), de los 45 estudiantes que se preparaban para ser ingenieros en electrónica y telecomunicaciones apenas tres eran mujeres. Una de ellas era Consuelo Dueñas.

    A esta quiteña siempre le atrajeron las matemáticas, la física y la electrónica y por esta razón decidió estudiar telecomunicaciones, una carrera marcada entonces por una fuerte presencia masculina.

    Pese a esta situación, Dueñas se ha destacado en este ámbito y se convirtió en una testigo privilegiada del desarrollo de las telecomunicaciones en el país.

    Por ejemplo, cuenta, pudo presenciar el despliegue de la red para Internet en el país, a finales de la década de 1980 y ha trabajado en múltiples proyectos relacionados con la instalación de fibra óptica.

    Ahora, Dueñas es consultora para la firma estadounidense Quanta Services, para proyectos relacionados con el sector eléctrico y energético en general. Además, es docente de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).

    En esa casa de estudios da clases para ejecutivos en la Escuela de Negocios y es una de las docentes que busca implantar el método de estudio de casos en esa casa de estudios. En años pasados fue catedrática en el IDE Business School.

    El estudio de casos es un método que se utiliza en la economía de empresa y que analiza hechos reales de compañías para que los estudiantes puedan tomar una decisión al respecto y sacar sus conclusiones. “Esto permite que los estudiantes intercambien criterios del problema”, dice Dueñas.

    Por esta razón, hace unas semanas, esta ejecutiva viajó a Boston, (EE.UU.), para estudiar un curso en la Universidad de Harvard sobre esta metodología.

    Dueñas no sabe exactamente cuándo decidió estudiar telecomunicaciones. No obstante, recuerda que su padre le regalaba ilustraciones de cómo funcionan artefactos como la radio. Su otra opción de carrera era economía; siempre buscó una profesión que tuviera que ver con números.

    Carmen Elena de Guzmán, profesional del mundo de las finanzas y actualmente dedicada a la gastronomía, es amiga de Dueñas desde la infancia y compañera en la primaria y secundaria.

    Su amiga asegura que en la etapa estudiantil Dueñas era muy dedicada y competían por tener las mejores notas de su curso. “Éramos tan estudiosas las dos que cuando no nos mandaban deberes, ella me mandaba una lección a mí y yo le mandaba una lección a ella”, cuenta su amiga.

    Además, detalla De Guzmán, Dueñas proviene de un hogar muy católico conformado por cinco hermanas y con un padre muy exigente.

    Luego de concluir la secundaria en el Colegio Los Pinos de Quito -y ser la mejor egresada de su promoción- Dueñas ingresó a la EPN.

    Apenas terminó la universidad, se vinculó a Ietel, en 1983, en Cuenca, y dos años después se integró a la empresa azuaya Etapa.

    Fernando Carrillo, quien en ese entonces ocupaba la Gerencia de Alcatel en Ecuador, la conoce desde esa época. Él asegura que desde entonces demostraba una gran capacidad analítica. “Ha tomado decisiones adecuadas y es una profesional que siempre está capacitándose”, dice Carrillo.

    Luego de una estancia de cinco años en la empresa del austro viajó a Bélgica, junto con su esposo, Hernando Merchán, para estudiar una maestría en fibra óptica en la Universidad de Mons.

    De regreso al país, luego de graduarse se reincorporó a Etapa, en 1992, y estuvo al frente de varios proyectos, como la instalación de telefonía pública inteligente y fibra óptica para la ciudad.

    Dueñas quiso dar un paso más y aprender del mundo de los negocios. En el 2001 ingresó al IDE Business School para cursar un MBA. Esos estudios le abrieron la puerta como ejecutiva y llegó a ocupar el cargo de gerenta en la firma tecnológica Next Data.

    Finalmente, en Quanta Technology fusionó el mundo de las telecomunicaciones y el empresarial. David Elizondo, director de Negocios Internacionales de la firma, desde EE.UU., asegura que Dueñas tiene un equilibrio entre el conocimiento técnico de telecomunicaciones y energía, y también de los negocios, tanto del sector público como el privado.

    “Es un adecuado balance que le permite trabajar a nivel técnico detallado, así como también ejecutivo (…) Eso no todas las personas lo tienen”, dice Elizondo.

    Las telecomunicaciones y la gestión empresarial son solo un lado de su faceta. Dueñas también dedica parte de su tiempo a diferentes actividades en el Club Rotario los fines de semana.

    En la organización participa de salidas a comunidades para participar en proyectos de salud y fomento del emprendimiento.

    A la ejecutiva también le gusta el deporte para mantenerse en equilibrio . En su tiempo libre, Dueñas juega voleibol y practica ciclismo.

    Además, toca la guitarra y gusta de artistas como Julio Iglesias, Leonardo Favio, Joan Manuel Serrat… También le gusta la música clásica , en especial autores como Strauss o Chopin y confiesa que le hubiera gustado tocar el piano.

    Su CV

    2017. Curso de Método de Caso en Harvard Business school.
    2013. Máster en Administración de Empresas en el IDE Business School.
    1992. Posgrado en Antenas y Guías de Onda, Telemática y Tecnologías de Fibra Óptica, en la Universidad de Mons, en Bélgica.
    1982. Ingeniera en Electrónica y Telecomunicaciones por la EPN.

    Esta ejecutiva quiteña cuenta con una destacada trayectoria en el ámbito de las telecomunicaciones, así como en la docencia universitaria. Foto: VIcente Costales / LÍDERES
    Esta ejecutiva quiteña cuenta con una destacada trayectoria en el ámbito de las telecomunicaciones, así como en la docencia universitaria. Foto: VIcente Costales / LÍDERES
  • El diseño y el trabajo social son las fortalezas de Ángeles Ortíz

    Valeria Heredia

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    Nuestro único fracaso en la vida es cuando cesamos de arriesgar después de un fracaso”. Esta frase define a una joven diseñadora ecuatoriana que cruzó fronteras para alcanzar su sueño: el diseño.

    Su nombre es Ángeles Ortiz y tiene 24 años. Hace uno se unió como residente de Diseño de Producto en la Fábrica, del Grupo Benetton, un centro que acoge a los jóvenes talentos, que muestran su creatividad y su compromiso con el cambio de la sociedad.

    El diseño de producto no fue su primera opción. Recuerda que cuando fue adolescente anhelaba con ser bióloga marina o pensaba estudiar negociaciones ambien­tales. Sin embargo, los años pa­saron y empezó a apasionarse con el diseño. Y lo logró.

    Hoy en día, Ortiz tiene una capacidad innata de transformar materiales como el vidrio, la madera o los textiles en diseños innovadores que mezclan texturas, colores y sensaciones en cada pieza.

    Los proyectos en los que se involucra son variados. Van desde la creación de una pieza para una galería en Suiza; el diseño de mobiliario para diferentes etnias, para una exhibición en Milán o la colaboración con ONG en Ecuador.

    Esto demuestra la versatilidad y la personalidad audaz de esta ecuatoriana, quien reside en la región del Véneto, donde gran parte de la economía llega de la mano de pymes de la zona, relata. “Exploro cuestiones como las diferencias culturales, sus hábitos, tradiciones e incluso los comportamientos sociales”, indica.

    Uno de los hitos que le hicieron crecer como diseñadora y confiar en su talento fue Stomud, un proyecto que desarrolló en el Instituto Europeo di Design, en Madrid (España). En este centro realizó sus estudios como diseñadora.

    Luego, en 2013, ganó el primer premio en el concurso denominado Nuevas Ideas, organizado por un museo de Ámsterdam.

    Iván Vidal, director del Instituto, conoce bien a Ortiz y la describe como una mujer coherente, cuyo trabajo es impecable. Además, asegura que la joven ecuatoriana es detallista y tiene mucha sensibilidad. “Cada proyecto relata una historia, siempre cuenta algo”.

    Según Vidal, el talento de Ortiz la llevó a Fábrica, de Benetton. “Tiene el carisma y la formación necesaria para seguir creciendo y ser de las mejores diseñadoras de Ecuador, si no lo es ya”.
    A sus 24 años hubo otro hito que marcó su vida: el terremoto que afectó a Manabí y a Esmeraldas. Ortiz, quien se considera como una mujer audaz, armó una exposición de arte para recolectar fondos para los damnificados de las dos provincias costeras ecuatorianas. Llevó el nombre de Inspired by Ecuador, que se convirtió en su bandera de lucha tras el movimiento telúrico que devastó localidades como Pedernales, Canoa, Manta, entre otros.

    La idea se consolidó con la ayuda de 30 artistas pertenecientes a la red internacional de Fábrica, que se unieron a esta iniciativa con la donación de obras de arte, fotografías, ilustraciones, collages, pinturas y serigrafías, que expresaron las culturas, tradiciones, colores, naturaleza y la vibrante belleza de Ecuador.

    La subasta, que se realizó el pasado 15 de octubre en el Teatro Nacional Sucre, en la capital, recaudó USD 12 600 que fueron donados a Unicef, a favor de las víctimas del terremoto. Se dará prioridad al fondo de educación para los niños.

    Xavier Urbina es el Oficial de Alianzas Corporativas de Unicef Ecuador y quien laboró junto a Ortiz en este evento social. La actividad fue ardua porque se trataba de buscar piezas de calidad. “Cuando Ángeles vino al país nos dimos cuenta de la magnitud y la hermosura de la obra. Lo que nos permitió ofertar los trabajos a exponentes de calidad en el país”.
    Urbina cuenta que Ortiz mostró su profesionalismo. La comunicación debía ser exacta para que el evento sea impecable, asegura.

    No descarta realizar otros proyectos junto a Ortiz.

    Para la diseñadora, el éxito de la vida es ser flexible, ya que esto le permitió adaptarse a los cambios que se venían a cada segundo. “Soy sincera al decir que he cumplido todas mis aspiraciones porque he sido audaz en el sentido de que soy flexible conmigo misma y me permito redirigir mis planes y modificarlos de acuerdo con la situación. Siempre he creído que no existe una sola salida a una meta”.

    El retorno a la tierra que le vio nacer está entre los planes de Ángeles Ortiz, la joven diseñadora que disfruta de la música de artistas latinoamericanos pese a estar fuera de estas tierras. “Es importante el construir una base hacia una cultura de diseño fundamentada en nuestra identidad”. Por ahora, Ortiz se alista para mostrar productos de calidad.

    Fábrica, el centro para explorar y crear

    Fábrica es un centro de investigación de la comunicación, ubicado en Treviso (Italia) y es parte del Grupo Benetton. En 2015, Ángeles Ortiz, de 24 años, llegó a este centro después de un proceso riguroso de selección. Ella accedió a una beca de un año, que se otorga a los jóvenes talentos creativos de todo el mundo.
    El objetivo de este centro italiano es que los jóvenes afloren su creatividad y se constituyan en “catalizadores sociales” del cambio.
    Durante el año, los residentes comienzan un período de educación e investigación sobre proyectos reales basados en la convicción de que la comunicación, en todas sus aplicaciones, debe ser un vehículo de transformación social consciente.
    La diseñadora se considera como un puente entre la sociedad, el objeto, la industria y la artesanía. Al momento de crear nuevos proyectos hay un vínculo entre la practica y la investigación. El resultado final va desde un objeto, una instalación o una exhibición.
    Ortiz presentó varias piezas, que mezclan materiales como el vidrio o la madera. En su página web se observan objetos denominados como salak, glass stool, metamorphosis y stomud. Con este último ganó un premio. Además ha levantado instalaciones en la Fábrica de Treviso. Lo hizo en 2015. “El éxito de cada proyecto está en el vínculo social que genere, el impacto o el alcance que tenga”.
    En Fábrica hay otras ramas a las que se puede acceder, entre las cuales están la comunicación visual, la fotografía, la interacción, el vídeo, la música y el periodismo.

    Ángeles Ortiz junto a sus compañeros del estudio de diseño de Fábrica. Foto  con Sam Baron, director creativo del centro.
    Ángeles Ortiz junto a sus compañeros del estudio de diseño de Fábrica. Foto: tercera de izq a der.
  • Su labor es conseguir música con sonido de calidad

    Sebastián Angulo

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Para el episodio 600 de Los Simpson unos 45 instrumentistas participaron para su musicalización: vientos, cuerdas, percusión, arpa, guitarra eléctrica, bajo, teclados, batería… Además, la parte técnica requirió de unas 35 personas más, entre ellos un ecuatoriano: Mateo Barragán, que relató esos detalles.

    El 17 de septiembre pasado, este quiteño fue una de los técnicos que puso a punto los micrófonos en el estudio The Bridge Recording, en Los Ángeles (California), para poner melodías a las aventuras de la familia de Springfield, que fueron emitidas hace una semana, el 16 de octubre, en EE.UU.

    Barragán siempre quiso estar en las grandes ligas de la industria musical y para ello viajó a Miami, en el 2013, para estudiar grabación musical en la Universidad Full Sail, en Winter Park, Florida.

    Apenas se graduó, en septiembre del año pasado, Barragán se mudó a Los Ángeles en búsqueda de trabajo, cuya industria del entretenimiento es considerada de las más importantes del mundo.

    En la ciudad buscó vincularse como voluntario del proyecto Sofar (sonidos desde una habitación, por su acrónimo en inglés) Sounds. Esta iniciativa nació en el 2009, en el norte de Inglaterra, y busca realizar conciertos privados de bandas y artistas nuevos. Muchos de estos recitales se graban y publican en YouTube.

    Ahora, la iniciativa se ha trasladado a 279 ciudades a escala mundial, según su página web. Bogotá, Chicago, Ámsterdam, Estambul, Quito… son algunas de las urbes en donde se han realizado estos conciertos íntimos.

    Ahora, Barragán es el líder del equipo de audio de Sofar Sounds, en Los Ángeles. Además, desde hace unos meses colabora en la musicalización de series y películas como ‘Empire’ o ‘Agents of S.H.I.E.L.D’, en el estudio The Bridge Recording.

    Su vinculación con el mundo de la música inició en la adolescencia, cuando decidió tomar clases de guitarra clásica. Felipe Meneses, su primo, detalló que en su familia siempre han tenido inclinación por el arte. Por ejemplo, su tío Hugo Moreno fue pintor y escritor. “Siempre estuvo el arte en la familia”, comentó.

    Meneses señaló que Barragán también decidió aprender a tocar el saxofón en la adolescencia. Los primos tocaban en reuniones familiares composiciones inéditas de rock alternativo. Además de la música, detalló su primo, Barragán en su adolescencia montaba a caballo en una finca de su familia, en El Inga (nororiente de Quito).

    En la ceremonia de incorporación del Colegio Alemán, Barragán, junto a una banda de compañeros, tocaron ‘Mi caramelo’ de Bersuit Vergarabat. En esa época, aseguró Arturo Torres, su compañero de clase y amigo, interpretaban ‘covers’ de bandas argentinas.

    El primer contacto con el mundo de la grabación fue en quinto curso. Torres sostuvo que el ahora ingeniero en grabación se consiguió una interfaz (un dispositivo que se conecta al computador y sirve para grabar audio) para comenzar a realizar sus primeras sesiones de estudio caseras.

    No obstante, pese al gusto por la música, luego de graduarse de la secundaria Barragán se inclinó por estudiar una tecnología en administración de empresas y economía en el Colegio Alemán. Esta decisión, asegura, se debió a que en esa época no conocía sobre carreras relacionadas con la música.

    Luego de buscar profesiones en diferentes centros de estudio, ingreso a la carrera de producción musical en la Universidad San Francisco de Quito, en el 2012. Sin embargo, luego de cursar tres semestres, viajó a Miami para estar más vinculado a un medio musical más desarrollado.

    Durante los últimos cuatro años ha trabajado con productores e ingenieros como Gustavo Borner, con más de 25 años en este ámbito, con colaboraciones en proyectos de Plácido Domingo y Phil Collins, por ejemplo.

    Barragán también ha colaborado con Justin Moshkevich, que está a cargo de la mezcla de la música del largometraje peruano Siete Semillas’.

    El quiteño también ha laborado junto al argentino Ruy Folguera, compositor de música de películas, productor y arreglista, que ha trabajado en filmes como ‘A Walk in the Clouds’ con Keanu Reeves, Giancarlo Giannini y Anthony Quinn como actores principales, o ‘Nina’, una película sobre la cantante Nina Simone. Además, entre 2013 y 2014 Folguera musicalizó películas de Colombia, EE.UU., Bolivia y Puerto Rico.

    Folguera, en conversación telefónica, aseguró que Barragán trabajó en la mezcla de las composiciones de ‘Nina’. “A pesar de su juventud Mateo tiene una experiencia bárbara. Es muy, muy confiable”, añadió.

    Trabajo

    Sofar. Más de 30 shows al mes y de estos más de la mitad son grabados, filmados y publicados en el canal de YouTube de Sofar.

    Colaboración. Laboró junto a Sebastian Krys, productor e ingeniero que ha trabajado con artistas como Alejandro Sanz, Carlos Vives y La Santa Cecilia.

    Otros trabajos. Junto a Leslie Brathwithe, ingeniero de mezcla de Pharrel Williams y otros artistas.

    Sofar Sounds, una plataforma musical

    Redacción Quito

    Canciones desde una habitación o Sofar Sounds es el nombre de una plataforma creada en el 2009 y que ahora está presente en 279 ciudades de todo el planeta.

    Este proyecto se fundamenta en la intimidad de la sala de una casa, ofertando una alternativa para consumir y entender la música en vivo. Cada sesión de Sofar Sounds es gratuita y promete actuaciones sonoras únicas donde la regla general para los presentes es guardar silencio.

    Los conciertos Sofar Sounds se organizan con un audiencia limitada en distintas localizaciones como salones, áticos, terrazas o jardines, donde los espectadores disfrutan de un trato personalizado y de la conexión directa con artistas y músicos.

    Durante cada actuación se realiza un rodaje en directo del evento que se publicará en la plataforma de Internet de Sofar Sounds y en Facebook.

    Sofar Sounds es una comunidad global que cuenta con más de 226 000 subscriptores en su canal de YouTube, que está siempre activo. Allí se alojan los videos de los conciertos que organizan en todo el mundo.

    Miles de artistas han pasado por estos conciertos. Hozier, Bastille, Lianne la Havas o Nick Hakim son unos ejemplos de los muchos que han hecho posible que la experiencia Sofar llame la atención en el ámbito musical.

    Barragán relató que empezó en Sofar Sounds haciendo de todo. “Movía muebles, recogía cables y después del show dejando el lugar como si nunca hubiera pasado nada”, comentó el quiteño. Ahora es el líder del equipo de sonido en Los Ángeles.

    Barragán en las sesiones de Sofar Sounds, en Los Ángeles. En imagen junto a Adan Jodorowsky (sombrero negro), director, músico y productor. Foto: cortesía Mateo Barragán
    Barragán en las sesiones de Sofar Sounds, en Los Ángeles. En imagen junto a Adan Jodorowsky (sombrero negro), director, músico y productor. Foto: cortesía Mateo Barragán
  • Esta joven abogada tiene alas para volar y ayudar

    Valeria Heredia

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Una mujer con los pies sobre la tierra, pero con una enorme pasión por volar. Así es Carolina Ortiz. Mujer, madre, esposa, abogada, socia y luchadora por la igualdad de género. A sus 29 años, la joven lidera el área de Aviación Civil de la firma de abogados Paz Horowitz.

    Esta responsabilidad empezó luego de una pasantía hace cinco años, cuando golpeó la puerta de esta firma para trabajar. Jorge Paz, socio y fundador, la acogió y le enseñó a manejar esta área, que en su mayoría es liderada por hombres.

    Actualmente, Ortiz está vinculada a la toma de decisiones en materia de aviación. Sus tareas son revisar contratos, convenios, analizar el ingreso de nuevas aerolíneas, entre otras.
    Uno de sus retos es romper con la línea que divide a la aviación y a la mujer. Ella es la muestra de que con constancia y dedicación se cosechan grandes frutos.

    Ortiz estudió dos carreras en la Universidad San Francisco de Quito: Derecho y Relaciones Internacionales. Su tiempo estaba copado todo el día; acudía a clases a las 07:00 y terminaba a las 21:00. Además, se daba espacio para trabajar en la firma de abogados y capacitarse. Esta rutina intensa duró siete años.

    Este esfuerzo triple valió la pena porque los conocimientos impartidos en las aulas le sirvieron para su trabajo. Al principio se quedaba hasta altas horas de la noche en la firma para entender el manejo aéreo. “Quería demostrarme a mí misma que podía lograr algo”.

    ¿Cómo lo hizo? La organización fue su pilar para estudiar dos carreras y trabajar. Ortiz cuenta que siempre mantuvo un ritmo intenso (practicaba deportes como karate y básquet). No dejó de lado su vida personal y “sobrevivió”, dice entre risas esta joven madre.

    David Miño es su amigo y confidente desde que tenía 14 años. Ambos estudiaron en el colegio y su relación de amistad fue creciendo hasta que se convirtieron en socios. Juntos levantaron una cafetería especializada en café.

    Miño define a Ortiz como una mujer confiable, que nunca ha parado de trabajar o de estudiar para lograr lo que desea. “Hemos estado en las buenas y malas”.

    El tiempo en la vida de abogada de aviación es vital, por lo que no lo malgasta. Ella cuenta, por ejemplo, que no mira televisión. “No desperdicio mi tiempo”. Para mantenerse informada prefiere las redes sociales: Twitter es una de las que más utiliza.

    Ortiz es quiteña pero vivió sus primeros años en Guayaquil, por el trabajo de su padre, quien es militar. En ese entonces, su madre pasaba en la casa junto a sus hijos. Esta unión creó lazos fuertes entre ambas. “Mi madre y yo somos mejores amigas. Siempre fuimos muy cercanas”. La misma relación tiene con su hermanos Ángeles y Juan Pablo.

    Uno de los aspectos que marcó su vida fue la maternidad, pese que no lo planificó. Ahora su hija Luciana tiene 3 años y le brinda un tiempo de calidad. “Nunca me pierdo nada de su escuela”.

    Su esposo es uno de sus pilares. Él la ayuda con frecuencia con las responsabilidades del hogar.

    Cuando fue madre no descuidó su trabajo. “En esa fase hay muchas mujeres que no logran regresar a sus trabajos”. Nunca pasó eso por su cabeza. Al contrario, siguió pendiente de su equipo de trabajo.

    Según su jefe y mentor, Jorge Paz, esta mujer tiene una habilidad para organizar grupos y ganarse el respeto de sus allegados. “Es querida, respetada y los clientes le consideran como la salvadora de los problemas”.

    Mila Grandes es su compañera de trabajo. Ella es parte de una agencia de marketing, con la que ambas fusionan sus grupos de trabajo desde el 2013. Al hablar de ­Ortiz la describe como una persona que cumple sus metas.

    Grandes destaca la solidaridad como parte esencial de esta quiteña. El pasado 16 de abril, día del terremoto que azotó a Manabí y Esmeraldas, Ortiz emprendió una jornada retadora: lideró el embarque y desembarque de la ayuda humanitaria de las aerolíneas. Obtuvo los permisos para que los aviones agilizaran el envío de los productos.

    Coordinó a los 300 voluntarios, que ella consiguió, para que ayudaran a empacar, cargar y enviar la ayuda a la zona del terremoto. Ella encabezó toda la acción con fuerza y destreza.

    Entre los expertos en aviación, Ortiz también es reconocida. Nicolás Larenas, analista del sector, la conoció a inicios de este año en un encuentro de temas de aviación. La lee con frecuencia en Twitter, en donde habla sobre el liderazgo de las mujeres en la aviación. “Me parece que es una mujer con muchas ganas de quitar esa idea de que la aviación es solo de hombres. Está muy comprometida con este tema y eso es bueno”.

    Hoja de vida

    Nació en Quito, el 22 de febrero de 1987. Estudió Leyes y Derecho Internacional.

    Tiene una maestría avanzada en Derecho Aéreo y Derecho Espacial y un diplomado en Derecho Aéreo Internacional.

    Es Embajadora Honoraria de la Ciudad de Quito, reconocimiento otorgado por Quito Turismo; Arbitro del Concurso Nacional de Arbitraje…

    Una firma que empodera a la mujer

    Redacción Quito

    Paz Horowitz es considerada como una firma líder en servicios legales en Ecuador. Fue fundada en 1991 por Jorge Paz Durini y Bruce Horowitz Rossen. Desde hace cinco años, Carolina Ortiz colabora en este estudio jurídico, en el aérea de aviación civil, y se relaciona con los clientes de las aerolíneas.

    La firma se convirtió en la tercera empresa ecuatoriana en suscribir los principios para el empoderamiento de las mujeres, que promueve ONU Mujeres. Lo que implica que la firma legal realice una serie de esfuerzos para potenciar el papel de la mujer.

    La suscripción ofrece siete caminos para promover la igualdad. Es decir, se busca promover la igualdad de género; tratar a hombres y mujeres en igualdad; velar por la salud y educación de todos; potenciar las prácticas de desarrollo empresarial; y otros.

    El pasado 26 de enero de este año, Paz Horowitz organizó la Primer Encuentro de Mujeres Líderes en la Aviación junto al International Aviation Womens Association IAWA.

    El encuentro contó con la participación de cerca de 80 mujeres líderes en la aviación. En ese espacio, se abordaron temas como el rol protagónico de la mujer en la industria aeronáutica nacional como internacional.

    Carolina Ortiz presentó la ponencia denominada la ‘Perspectiva Global de la Industria Aeronáutica y el Caso de Ecuador’. Además se dictaron las conferencias ‘Rol de la Mujer en la Aviación a nivel mundial’ y ‘Mujeres, derechos y empoderamiento económico: retos y desafíos para Ecuador y América Latina’.

    Carolina Ortiz. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Carolina Ortiz. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Rodrigo Cevallos, medio siglo en el mundo de los seguros

    REDACCIÓN QUITO (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Han pasado más de 50 años desde que Rodrigo Cevallos Breilh inició su carrera en el negocio de los seguros, y los ánimos y las ganas de trabajar se mantienen intactos.

    Este quiteño es el fundador de Aseguradora del Sur, una de las firmas protagonistas del sector asegurador en Ecuador. Cevallos, hoy de 70 años, se vinculó con los seguros cuando tenía 18. En su trayectoria ha colaborado con distintas compañías de seguros como Amazonas, Seguros Fénix, Cóndor, entre otras, en las que ocupó importantes cargos y en los que forjó una carrera sólida.

    Su día empieza casi siempre con un partido de tenis con amigos. Luego se dirige a su oficina, ubicada en un moderno y elegante edificio en el norte de Quito, donde mantiene reuniones durante hasta pasadas las 19:00. En su amplia oficina es un privilegiado observador del paisaje quiteño y siempre se muestra afable y sonriente, tanto con sus colaboradores, como con los clientes.

    Por su experiencia Cevallos recibió la semana pasada un doctorado honoris causa de parte del Instituto Mexicano Líderes de Excelencia por su “destacada trayectoria profesional y calidad humana en el mundo de los seguros”.

    Durante la entrega del reconocimiento , Jorge Fernández Herrera, rector del Instituto, destacó la trayectoria de Cevallos. “Entregamos este reconocimiento al señor Rodrigo Cevallos por su excepcional trabajo y vida”, dijo durante la ceremonia.

    El representante de la institución mexicana detalla que para conferir el doctorado honoris causa se recibieron 25 carpetas de postulantes, entre los que se seleccionaron a 10 personajes ecuatorianos merecedores de este galardón. “Nuestro claustro doctoral revisó y analizó la vida de Cevallos, y por decisión unánime él fue escogido a recibir el título en Honoris Causa en Ecuador”.

    Cevallos, usual jugador de tenis y admirador declarado de jugadores como el estadounidense Pete Sampras o el suizo Roger Federer, fundó en 1990 su propia compañía se seguros. “Sumaba experiencia en el sector y siempre quise tener mi propia empresa”, cuenta este padre de cuatro hijos y abuelo de seis nietos.

    Con el cuencano Enrique Malo como socio obtuvo el permiso de las autoridades para constituir su aseguradora y en febrero de 1990 abrió las oficinas de Aseguradora del Sur en la capital azuaya. El equipo estaba conformado por no más de 15 personas en Cuenca, en donde se ubicó la matriz. En Quito abrió una pequeña oficina en la que junto a él estaban una contadora, una persona que emitía las pólizas y un mensajero.

    Los inicios fueron desafiantes para Cevallos y su equipo. Pero sus conexiones con reaseguradoras de Inglaterra y EE.UU. le sirvieron para ofrecer sus servicios y ganar mercado. Entidades estatales como Inecel, Emetel o las Fuerzas Armadas fueron clientes de la empresa que fundó este empresario quiteño.

    Uno de los mayores desafíos que tuvo fue en 1993. En marzo de ese año ocurrió en las cercanías de la capital azuaya un deslave, en el sector conocido como La Josefina; los ríos Cuenca y Jadán se taponaron y se formó una represa natural con 150 millones de metros cúbicos de agua que afectó a centenares de viviendas y miles de hectáreas.

    Con el desfogue de las aguas, el 1 de mayo, se generó un problema en el sector de seguros. “No se sabía cuantas empresas estaban afectadas. Participé en una licitación para cubrir la Central Hidroeléctrica Paute, pero había un problema: el estribo izquierdo de la Central tenía unos deslizamientos y se temía algo parecido a La Josefina”. El reto que tuvo que enfrentar fue convencer a los reaseguradores en Londres para tener la cobertura de la obra.

    Cevallos relata que luego de una serie de estudios su empresa ganó la cobertura de la Central. “Nunca se dio un deslizamiento mayor”, dice este empresario acompañado de una sonrisa de satisfacción.

    Para 1994 el negocio había crecido y Cevallos decidió trasladar la matriz de la aseguradora a Quito. Allí continuó la expansión de su empresa con nuevos clientes, en especial en el sector privado.

    En su hoja de vida se encuentran diferentes cargos en empresas de seguros, desde ajustador de averías, trabajo en el departamento de valores, subgerencias, gerencias, hasta llegar la presidencia ejecutiva de la compañía que fundó. Cuando a este aficionado a la tauromaquia se le pregunta cómo califica su trayectoria y los logros alcanzados en medio sigo de trabajo y esfuerzo sonríe y dice: “Me siento un hombre realizado, a Dios no le pido más, solo salud y vida y le agradezco por la familia que tengo”.

    Otros profesionales del mundo de los seguros reconocen el valor de Cevallos. Esteban Vela, gerente de Negocios de Seguros Equinoccial lo conoce hace varios años. “Tiene una larga trayectoria. Es un emprendedor que ha sabido manejar la compañía que fundó de manera muy profesional”.

    Vela también lo describe como un hombre sencillo, simpático, agradable en el trato, al que le encanta el tenis. “Es un hombre de una alta valía profesional”.

    Para Eduardo Peña, gerente de Seguros Cóndor, Cevallos es un hombre que hace un gran trabajo con su empresa que está en constante crecimiento. “Es simpático y tiene muchos años de experiencia en temas de seguros”.

    Nacido en 1945, Cevallos tiene al trabajo como una de sus principales responsabilidades. Pero no por eso descuida a su familia. “Cada fin de semana trato de reunir a todos mis hijos y mis nietos para compartir en familia, preparar una parrillada entre todos y disfrutar de la vida”.

    La fortaleza está en sus 350 empleados

    Aseguradora del Sur nació el 11 de febrero de 1990 en Cuenca. En 1994 trasladó la matriz a Quito y a partir de 1997 empezó un proceso de expansión en el país, con la apertura de sucursales en Ambato, Cuenca, Ibarra, Loja, Machala, Manta, Portoviejo, Riobamba, Santo Domingo, Francisco de Orellana y Quito.

    Hoy en día la aseguradora tiene 11 sucursales y cuenta con alrededor de 350 empleados.
    Su matriz está en Quito. La base de operaciones es un edificio inaugurado hace un año con amplios espacios y una arquitectura moderna en donde ofrece diferentes productos para vivienda, hogar, empresas, entidades públicas, entre otros.

    Rodrigo Cevallos Breihl, su presidente ejecutivo y fundador, comenta que en este año la situación económica del país afecta a la empresa. En el 2014 Aseguradora del Sur vendió primas por USD 75 millones; el año pasado la cifra bajó a 43 millones y este año la contracción se mantiene, según Cevallos.

    No obstante, este empresario se mantiene optimista y confía en que la economía se recupere para continuar con los servicios a sus clientes.

    Aseguradora del Sur impulsa prácticas responsables y como resultado ha obtenido distintos reconocimientos: En el 2011 fue elegida como la tercera mejor empresa para trabajar en el Ecuador por el instituto Great Place To Work. Y en el 2012 fue reconocida como la primera mejor empresa para trabajar en Latinoamérica, categoría de 50 a 500 colaboradores por el mismo Great Place to Work.

    Hoja de vida

    Formación. Estudió ingeniería civil en la Universidad Central de Quito y Administración de Empresas en División Nortwood Institute de EE.UU.

    Cargos. Ha ocupado distintos cargos en firmas como Anglo Ecuatoriana, Royal Insurance Co. y Lloyds de Inglaterra, Seguros Fénix del Ecuador, Seguros Amazonas, entre otras. En 1990 fundó Aseguradora del Sur.

    Rodrigo Cevallos Breihl recibió un doctorado honoris causa del Instituto Mexicano Líderes de Excelencia. Su firma ha sido reconocida como mejor empresa para trabajar. Fotos: Galo Paguay  / LÍDERES y archivo particular
    Rodrigo Cevallos Breihl recibió un doctorado honoris causa del Instituto Mexicano Líderes de Excelencia. Su firma ha sido reconocida como mejor empresa para trabajar. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES y archivo particular
  • El quiteño que dejó la banca y se embarcó en Uber

    Redacción Quito (I)

    Usa lentes de marco grueso, luce una barba densa y acude a su trabajo en bicicleta. Bernardo Montúfar es un ‘millennial’ ecuatoriano que brilla en el extranjero. Y quién mejor que un representante de la generación Y para encargarse de las operaciones y logística en Centro y Suramérica (Costa Rica, Panamá Colombia, Perú, Argentina, Uruguay y Chile) de una de las firmas más disruptivas de los últimos tiempos, a escala global: Uber.

    Esta ‘startup’ es considerada como una revolución en el transporte urbano. Su plan es simple: solo se necesita un auto propio, licencia y los correspondientes seguros para registrarse como conductor de Uber. Técnicamente cualquiera puede serlo. Y cualquier persona con un teléfono inteligente puede bajar la aplicación y convertirse en pasajero pagando a través de la misma.

    Pero la influencia de Uber va más allá del transporte. Esta firma es una de los precursoras exitosas de un modelo denominado como economía colaborativa: personas que adquieren un bien o servicio a otras que están dispuestas a ofrecerlo de manera eficiente. Un ganar-ganar.
    Uber lanzó su aplicación, en 2010, en San Francisco (EE.UU.) y desde entonces no ha parado de crecer. Ahora está presente en 462 urbes a escala mundial. Hace un par de semanas celebró 1 billón de viajes alrededor del planeta

    En principio, Uber incluso fue prohibida en Alemania y en varias capitales del mundo taxistas han protestado porque han sentido que su negocio está en peligro.

    De hecho, las últimas protestas ocurrieron hace dos meses en Argentina y Chile, territorios en los que Montúfar coordina el equipo de conductores.

    “Es una oficina muy abierta, no hay oficinas separadas y trato jerárquico”. Así describe Montúfar el ambiente del centro de operaciones de Uber en Bogotá, donde trabaja desde hace nueve meses.

    La firma tecnológica lo tenía en la mira desde que trabajaba para Citibank Colombia, en el área de derivados financieros. Uribe llegó a la banca apalancado en su ingeniería en sistemas que la obtuvo en la Universidad de Notre Dame (EE.UU.) y un MBA de Wharton, Universidad de Pensilvania, también en EE.UU.

    Montúfar se inició en el área de analítica de datos en la banca, “entre corbatas y cifras”.
    Cuando terminó la secundaria, en 1998, tenía tres opciones para estudiar: ingeniería en sistemas, ingeniería eléctrica o ingeniería de computación, que es una mezcla de las dos. Se decidió por la última porque le permitía elaborar hardware y software.

    Andrés Burbano, su amigo desde la infancia, comenta que desde la infancia Montúfar fue un chico brillante y muy cercano a las computadoras. Burbano, actual presidente de la Asociación Ecuatoriana de Software, recuerda que los dos compartían ese gusto por la informática y por los juegos en computadores.

    Gracias a su capacidad, rememora Burbano, a Montúfar le adelantaron momentáneamente de curso. “Pasó a un curso superior por sus conocimientos avanzados, pero regresó porque no era conveniente para él, porque estaba separado de sus amigos”.

    Cuando concluyó sus estudios universitarios, Montúfar quiso vincularse a empresas relacionadas a la industria de la robótica. Sin embargo, terminó en el sector bancario, en el área de finanzas cuantitativas.

    En ese ámbito lo conoció Diego Borrero. Él fue su jefe en Alpax, banco de inversión. Borrero sostiene que Montúfar es un joven ejecutivo con alto potencial. “Independientemente del entorno en el que se encuentra, es el tipo de persona que siempre destaca. Lo ha hecho a lo largo de su vida académica y profesional, moviéndose siempre dentro de ambientes de excelencia y altamente competitivos”, dice Borrero.

    Pero no todo es trabajo para Montúfar. Sus horas libres las dedica a la cocina, uno de sus pasatiempos. Con su acento —una mezcla de, colombiano, quiteño y rezagos de inglés— cuenta que le gusta preparar platos ecuatorianos como menestra o cebiches.

    Alfonso Amaya es su compañero en Uber. Este colombiano cuenta que trabajar con Montúfar es agradable. “El ambiente es muy distendido y de mucha creatividad. Estamos encargados de que la interacción entre conductores y pasajeros fluye bien”, detalla Amaya en una conversación telefónica.

    Su CV

    2004. Analista financiero en Bank of America.
    2005. Bachelor of Science, Computer Engineering de la Universidad de Notre Dame.
    2006. Estuvo en el banco de inversión Alpax,
    2011. Trabajó en derivados financieros en Citibank, en Colombia.
    2011. Obtuvo un MBA en la Universidad de Pennsylvania (EE.UU.).

    Servicios para ciclistas, mascotas, etc.

    Redacción Quito (I)

    Para los usuarios colombianos, Uber es una aplicación con diferentes servicios. Permite desde la adopción de un cachorro a pedir un rescate en caso un incidente durante un paseo en bicicleta. Esta plataforma se ha convertido en un laboratorio de experimentos para nuevos productos de la región.

    Ahora la firma cuenta con servicios como Uber Black, un servicio ‘premium’ con autos espaciosos, o Uber X, la versión más económica y la más polémica. Consiste en que un particular ofrece el servicio de transporte sin distintivo alguno y sin necesitar licencia adicional.

    El portafolio de servicios va desde Uber Pet, que permite llevar al pasajero una mascota, muy práctico si se tiene que ir al veterinario, a Uber Bike, que consiste en subirse a un coche que lleva un transporte especial para bicicletas. Si se pincha la llanta de la bicicleta, si gana el cansancio o se hace de noche la aplicación permite conseguir un vehículo con un cargador de bicicletas.

    Otra opción, Uber Van, sirve para reservar una furgoneta de entre siete y nueve plazas. Mientras que Uber English permite moverse en vehículos de alta gama pequeños. De vez en cuando hacen promociones temporales, como Uber Ice Cream, para reparto de helados. O Uber Puppy, una iniciativa que promueve la adopción de cachorros de perro.

    El conductor lleva a la mascota candidata para que juegue con el amo potencial. Si ambos se gustan y el dueño cumple los requisitos, basta formalizar un certificado para que el perro se quede.

    Bernardo Montúfar trabaja en las oficinas de Uber en Bogotá, la base de operaciones para América Latina de la firma que nació en EE.UU. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
    Bernardo Montúfar trabaja en las oficinas de Uber en Bogotá, la base de operaciones para América Latina de la firma que nació en EE.UU. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
  • Su aporte en diseño lo premia una revista alemana

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    La trayectoria de siete años en firmas de publicidad permitió que Daniela Hurtado, una quiteña de 28 años, creara su estudio de diseño independiente, dedicado a despertar un mundo con nuevas posibilidades de comunicación. Su capacidad de emprendimiento para entrar en este escenario la impulsó para que en el 2014 lanzara ACHU! Studio, en Quito.

    No solo eso. Entre más de 3 000 inscripciones de 42 países, la revista alemana Lürzer’s Archive (medio reconocido internacionalmente en publicidad), seleccionó el diseño de empaque de té Té Quiero, como uno de los 200 mejores empaques del mundo. Este ‘packaging’ diseñado por Daniela Hurtado fue el único exponente y ganador de Ecuador.

    El reconocimiento se dio en un concurso abierto en el que participan diseñadores de todo el mundo, creativos de empaques de botellas, perfumes, fotografía, ilustración, entre otras categorías.

    La revista alemana celebra la creatividad en el campo de publicidad profesional, en el que ofrece un set de herramientas de inspiración desde 1984. Esta revista tiene un alto peso en la industria publicitaria, al contar con 150 000 suscriptores de nicho alrededor del mundo. Esta publicación, cuenta Hurtado, se distribuye también a curadores y diseñadores. Comenta que desconoce si otros ecuatorianos postularon, pero por la publicación de la revista conoce que fue la única ecuatoriana ganadora.

    Su hermano, Cristian Hurtado, recuerda a Daniela como una persona decidida. “Nunca le ha gustado que le impongan reglas, sino crear las suyas para ir trazando su propio camino”, refiere. En tanto, ella hace memoria de los momentos significativos con su padre Fernando Hurtado, su referente para inclinarse por el diseño. El interactuar con él la incentivó a descubrir el mundo del diseño.

    Se formó en el Colegio de América y en el Sagrados Corazones de Rumipamba. Luego se cambió al Liceo Martin Heidegger, donde culminó la secundaria. Como carrera escogió Publicidad, y estudió en la Universidad de las Américas (UDLA). Emprendió su viaje a Inglaterra en 2010, donde tomó un curso de Dirección de Arte Publicitaria en la Universidad de Artes de Londres.

    Recuerda su trayectoria académica: perteneció al cuadro de honor del colegio, llevó la segunda bandera y terminó la universidad, como la mejor graduada de publicidad del 2010. Juan Carlos Dávila, actual coordinador de Publicidad y exprofesor de la cátedra Marketing Directo de la UDLA, se acuerda de que Daniela fue una excelente estudiante: “cumplía todo, era responsable y proactiva. Ganó talleres en los Workshop Weekend”, comenta el docente.
    Su formación no ha culminado ahí. Constantemente, asiste a capacitaciones y talleres de fotografía, tipografía y diseño.

    Comenzó a trabajar desde el segundo semestre de Publicidad. Empezó con una corta pasantía en el área de publicidad de la revista Cosas, pero las ansias de trabajar en el área de creatividad y diseño la llevaron a buscar trabajo en agencias de publicidad. Desde joven, se vinculó en el área profesional: su primer trabajo en agencia fue a los 19 años, en Plan Below, una agencia de BTL interactivo.

    Menciona que esta primera experiencia le hizo entender que lo que se aprende en la universidad no es suficiente para llevar a cabo las actividades diarias de las agencias. “Este aprendizaje lo llevo conmigo hasta el día de hoy, puesto que a pesar de contar con más experiencia, estoy consciente que no dejaré de aprender hasta mi último suspiro de vida”, afirma.

    Andrés Freile, gerente de la firma 1984, fue su compañero, tanto en trabajos pequeños como ahora en ACHU! Studio. Freile detalla que a lo largo de su carrera con más de ocho años como publicista y uno como emprendedor en un negocio de ropa, tuvo la suerte de trabajar con su amiga y colega, a quien la considera una persona talentosa. “Su habilidad, dedicación por los detalles y dirección artística siempre me causaron envidia sana”. Recuerda cada proyecto que trabajó junto a ella, entre ellos unas creativas máscaras de papel para Librimundi. Destaca la facilidad para tratar con Daniela, como directora. “Es raro que haya gente tan talentosa, tan fresca y sin egos problemáticos”, explica.

    Su esposo y compañero de trabajo, Christian Ramos, agrega que Daniela crea y genera nuevas historias. En otro ámbito, como líder de ACHU! Studio, enfatiza que ella es autocrítica e inconforme, siempre se exige más.

    Ahora, Hurtado innova paralelamente en otros proyectos. Impulsa el blog ‘I am Octopus Girl’ (Soy una mujer pulpo) con Andrea González, colaboradora de ACHU! Studio, con el fin de retratar a una mujer multifuncional.

    Su perfil

    Vocación A los 19 años, trabajó en Plan Below, agencia de BTL interactivo. A partir de este momento, generó nuevos productos creativos que la llevaron a lanzar su estudio de diseño.

    Reconocimiento. Daniela Hurtado se destacó en la revista alemana Lürzer’s Archive, medio que publica los mejores diseños de empaques del mundo. Ganó por la creación del empaque de té Té Quiero.

    El estudio se sustenta en la colaboración

    Redacción Quito (I)

    El estudio de diseño independiente crece con el pasar del tiempo. Desde que se creó esta firma, en el 2014, Daniela Hurtado ha realizado trabajos en un alcance nacional e internacional.

    El valor agregado que puso ella a ACHU! Studio fue experimentar técnicas gráficas innovadoras, más allá de lo evidente que la marca proyecte.

    Explica que el juego es la base del proyecto creativo en este estudio, ya que para diseñar se necesita poseer cierta inocencia que genere nuevos conceptos y cualidades comunicacionales y estratégicas. “De ahí el eslogan del estudio: ‘nuestro juego se vuelve serio’”, comenta la diseñadora.

    Con apenas dos años, ACHU! Studio ha logrado ponerse en el radar de la industria internacional y nacional gracias al portafolio desarrollado por la joven diseñadora, como lo fue el empaque de té Té Quiero y Café Búho, que fueron publicados en páginas web y revistas de curaduría de empaque, alrededor del mundo.

    A medida que transcurren los días, las tareas para Daniela Hurtado se suman. Por ello, ahora el estudio cuenta con la asesoría en arquitectura de su hermano, Cristian Hurtado, y en branding de su esposo, Christian Ramos. Hurtado trabaja, además, con colaboradores y emprendedores de la marca 1984, además, de contratar más personal a partir de los pedidos.

    Para el 2016, la estrategia para ACHU! Studio será enfocar productos propios, generar mayor impacto con la técnica del papel y, además, comercializar productos gráficos con directores creativos en EE.UU. y Europa.

    Daniela Hurtado, una empresaria que sobresale por su creatividad con el paquete de té, Té Quiero. Estudió Advertising Art Direction en la Universidad de Artes, en Londres. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Daniela Hurtado, una empresaria que sobresale por su creatividad con el paquete de té, Té Quiero. Estudió Advertising Art Direction en la Universidad de Artes, en Londres. Foto: Patricio Terán / LÍDERES