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  • En el aula trabajan para mejorar la producción de papa

    JOSÉ LUIS ROSALES (i) 
    redacción@revistalideres.ec

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    Unos 300 productores de Carchi participan en un ensayo que busca minimizar la incidencia del tizón tardío, más conocido como lancha, en el cultivo de papas.

    El estudio es desarrollado por un equipo integrado por catedráticos y estudiantes de la Universidad Politécnica Estatal del Carchi (UPEC) y especialistas del Centro Internacional de la Papa (CIP). La importancia de la investigación radica en que el tubérculo es uno de los principales cultivos de la provincia fronteriza. La producción de papa cubre aproximadamente 7 800 hectáreas de Carchi.

    Un estudio del Centro señala que en la cadena de valor de la papa se registra más pérdidas por esta enfermedad, que afecta a hojas, tallos y tubérculos, durante el ciclo de producción.
    Por eso, desde diciembre anterior, el equipo de trabajo capacita a productores de la variedad súper chola en la aplicación del denominado Sistema de Apoyo a la Decisión, que fue diseñado por el CIP.

    Esta herramienta busca ayudar a los papicultores a tomar medidas para el control de la lancha, con un menor uso de agroquímicos, explica David Herrera, jefe de proyecto y director de Agropecuaria de la UPEC.

    La muestra fue identificada por el CIP. El 80% de los 300 participantes se encuentra en los cantones de Tulcán, Huaca y Montúfar, las zonas de mayor producción del alimento. El resto está en Espejo, Bolívar y Mira.

    Para el análisis, la mitad de los agricultores sembró de la forma tradicional, con agroquímicos, y la otra mitad aplicó el sistema del CIP. La meta es determinar su incidencia en la producción y los costos.

    Las investigaciones sobre la papa son una de las dos líneas de estudio que impulsa la carrera de Agropecuaria de la UPEC. La otra es sobre la leche. Estos ejes responden a la vocación agropecuaria de la provincia. Es por eso que el mayor número de proyectos que desarrolla este plantel de educación superior se concentra en estos dos sectores productivos, señala el rector, Hugo Ruiz.

    La investigación es uno de los campos de acción en el que trabaja la UPEC. Los otros son la formación académica, vinculación con la comunidad y gestión administrativa. Es por ello, que para el primer renglón, se destina unos USD 600 000, al año.

    Otro estudio plantea nuevas alternativas en producción con mecanismos solubizadoras de fósforo. Se trata de una investigación del catedrático Ramiro Mora, previo a la obtención del doctorado en Ciencias en la Universidad Mata Abreu de Las Villas, de Cuba, que plantea evitar que los campos se saturen con químicos.

    La problemática es que el agricultor pone muchos fertilizantes básicos, especialmente fósforo, pese a que la tierra de esta zona es rica en micro y macro nutrientes. Según el catedrático, este elemento químico es determinante para el desarrollo de la planta, pues ayuda en la formación de sus tallos subterráneos.

    El ensayo se realizó en tres fases. La primera, que duró un año y medio, fue bajo condiciones controladas con semillas de papa súper chola certificada. La segunda se hizo en 12 meses y se desarrolló en el campo con los 10 mejores tratamientos obtenidos en la primera etapa.

    Mientras que, desde diciembre último este experimento se extendió a los sectores de Canchaguano y Cristóbal Colón (Montúfar), en San Francisco (Huaca) y otro en Tulcán.

    En mayo próximo, con la cosecha y los análisis de laboratorios de la universidad se determinará cuál de los tratamientos resultó mejor en cuanto a la producción del mayor número de tubérculos.

    Otros datos

    Aniversario. El plantel cumplió 12 años de creación.
    Estudiantes.  En el último ciclo se matricularon unos 4 500 alumnos en nueve carreras.
    Cooperación.  Una de las políticas es buscar financiamiento para planes de investigación.
    Postgrado. En mayo inicia la maestría en agropecuaria con mención en producción de rumiantes.

    En las aulas de la universidad los estudiantes desarrollen sus proyectos. Foto: Francisco Espinoza / para LÍDERES
    En las aulas de la universidad los estudiantes desarrollen sus proyectos. Foto: Francisco Espinoza / para LÍDERES
  • La tuna atrae a más agricultores

    Cristina Márquez (I) 
    redaccion@revistalideres.ec 

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    Producir tunas no requiere de una gran cantidad de agua ni terreno húmedo. Los sitios arenosos y desérticos de Guano, en el norte de Chimborazo, son ideales para la producción de esa fruta.

    La buena aceptación en el mercado local es otro factor que motiva cada vez a más agricultores que optaron por reemplazar la siembra de bosques madereros o maíz por tunas. En el mercado Mayorista de Riobamba, 100 frutas pueden llegar a costar entre USD 20 y USD 35, dependiendo de la temporada y la variedad.

    Las tunas blancas, rojas y amarillas, todas nativas de la región andina, tienen sabores distintos, pero comparten las mismas propiedades nutricionales.

    “Son excelentes para reducir el colesterol, además son un energético natural. Eso atrae a los deportistas y a todos quienes buscan cuidar su cuerpo”, cuenta Héctor Hernández, un agricultor de Guano.

    Él sembró siete hectáreas de las tres variedades de tunas. En la cosecha, que se da entre septiembre y julio, Hernández recoge 80 cajas cada semana y las vende a comerciantes minoristas; ellos, a su vez, las ofertan en las calles céntricas de Riobamba.

    Antes de la siembra de tunas, Hernández tenía un bosque de eucaliptos. Pero los ingresos bajos que generaba le animaron a invertir USD 30 000 de un préstamo en la preparación de su terreno para el novedoso cultivo.

    Elizabeth Torres es una de las mujeres que siembran y cosechan esta fruta para darle valor agregado. Foto:  Glenda Giacometti / LÍDERES
    Elizabeth Torres es una de las mujeres que siembran y cosechan esta fruta para darle valor agregado. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

    “La gente las consume como golosinas. Notamos que antes no las compraban porque las cáscaras tienen espinos pequeños y es incómodo pelarlas, así que decidimos darles valor agregado y ofrecerlas ya listas para el consumo”, cuenta María Tene.

    Ella es una de las 32 mujeres dedicadas a la venta de frutas en Riobamba. Ellas dicen que la temporada de tunas sostiene su economía durante cuatro meses.

    “Es muy rentable y el mercado va en aumento”, opina María Agualsaca, otra comerciante.
    En las zonas secas de Guano y otras tres parroquias de ese cantón, ubicado a 10 minutos de Riobamba, hay 72 hectáreas sembradas con tunas. Antes tenían cultivo de maíz, pastos para el ganado y bosques madereros.

    “El problema de producir otros cultivos aquí es la calidad del suelo, que está erosionado porque años atrás la gente no cuidó del páramo”, cuenta Byron Lara, técnico del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Chimborazo.

    Según él, el sobrepastoreo y el avance de la frontera agrícola a los 3 600 metros de altitud, causó daños en el suelo, por lo que producir otros vegetales es complicado. Pero el cultivo de tuna se adaptó fácilmente a las condiciones climáticas y a las sequías.

    Además, los nopales son plantas fáciles de manejar y no requieren de riego constante. “La forma y composición de las hojas permite que la planta conserve la poca agua que recibe”, dice Leonardo Márquez, ingeniero agrónomo.

    El único cuidado que requieren las plantas son podas periódicas para obtener frutas de mayor tamaño y calidad. Eso permite que los agricultores también puedan desempeñarse en otras actividades como la ganadería.

    La proliferación de las tunas incluso promovió la creación de nuevos emprendimientos.
    La Corporación de Productores Granjero Guaneño, por ejemplo, surgió por el auge de las tunas.

    A la agrupación están afiliadas 60 familias de 11 comunidades de Guano. Ellos se han vuelto especialistas en el manejo de esta planta que hace una década tenía poco valor comercial y crecía silvestre entre las malezas.

    En un inicio ellos comercializaban las frutas. Pero cuando se asociaron se capacitaron para también elaborar productos con las hojas y las frutas de las plantas.

    Hoy cuentan con una planta de producción equipada para elaborar la mermelada, licor y un tónico revitalizante.

    La bebida se empaca en elegantes botellas de vidrio y tiene un sabor dulce y un aroma delicado, es ideal para acompañar postres y carnes rojas. Para elaborarlo se usan las tunas más maduras y se deja fermentar por tres meses. Cada botella cuesta USD 6.

    Los productos ya cuentan con una notificación sanitaria y pronto tendrán oficialmente un registro. Actualmente, los productores los comercializan en las ferias artesanales que organiza el Gobierno Provincial, pero este año la meta es ingresar a las perchas de los supermercados.

    “Hemos hecho pruebas de mercado, y estamos contentos por la buena aceptación que tuvimos con nuestros vinos y la mermelada de tuna. Se nos terminó apenas la pusimos a la venta”, cuenta Gerardo Vizuete, presidente de la Asociación.

    Un agricultor carga un envase plástico lleno de tunas, en uno de los sembríos que existen en Guano (Chimborazo). Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Un agricultor carga un envase plástico lleno de tunas, en uno de los sembríos que existen en Guano (Chimborazo). Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • La técnica japonesa que ordena las empresas

    Redacción Quito

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    Las 5 s es una técnica de gestión japonesa que transforma las áreas de trabajo en lugares ordenados, limpios y eficientes, mediante la aplicación de cinco principios: seiri (clasificar), seiton (orden), seiso (limpieza), seiketsu (estandarización) y shitsuke (disciplina).

    Esta metodología reduce los siete desperdicios más comunes de las empresas: traslados innecesarios, re-procesos, tiempos de espera, sobreproducción (desperdicios de material), inventarios y actividades que no agregan valor.

    Pablo Cisneros, presidente de Kaizen Management Consulting, da a conocer los beneficios de aplicar el método de las 5 s. Él asegura que este sistema funciona en cualquier tipo de organización, ya sea industrial o de servicios.

  • Industrias Mushee lleva 30 años produciendo invisibles

    Carolina Enriquez

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    Como dice el refrán: en un minuto la vida puede cambiarle a cualquiera. Eso le pasó a José Salazar Cadena, dueño de Industrias Mushee, cuando tenía 17 años y no le quedó otra opción que convertirse en empresario siendo todavía adolescente.

    La historia de esta compañía se remonta a 1968, cuando comenzó a operar en un local en La Tola, en el centro histórico de Quito. Su creador fue José Salazar Araque.

    “Mi papá fue el que inició todo. Él tenía muchos inventos, pero vio que los invisibles tenían mucha acogida y no había un producto similar que llegara en esa época al país. Toda la producción era totalmente artesanal. Casi no se cambió hasta mi administración”, manifiesta Salazar Cadena.

    José hijo creció solo con su padre en la planta y siendo niño recibió una noticia que le impactó: su progenitor tenía cáncer. Enfrentó la enfermedad por casi 10 años, hasta su muerte en el 2003. Asumió la empresa sin conocimiento alguno de administración.

    Gracias a su intuición y a la guía de la secretaria de su padre de toda la vida, Mónica Navas, no solo mantuvo el negocio sino que lo desarrolló.

    Pasó de tener una sola presentación del producto -la caja regular antigua de 130 unidades – a otras nuevas a las que, por ejemplo, agregó otros colores, además del negro. Asimismo, la empresa dejó de pintar los invisibles y optó por la aplicación de un recubrimiento especial amigable con el medioambiente y la salud.

    “Hemos pasado a la fabricación con máquinas. El señor Salazar Cadena aprendió muy rápido, pese a su edad. Conmigo conoció la parte administrativa y de logística. Es inteligente, como el fundador”, señala Navas.

    De hecho, Salazar Cadena es un autodidacta. Debido a la situación en la que asumió la compañía y a otras condiciones personales no pudo acabar la universidad, pero todo lo que sabe de manejo empresarial lo aprendió en los 15 años de manejo de Mushee.

    Desde los primeros años de esta empresa la venta de los productos se ha realizado a través de distribuidoras o entregando a peluquerías, locales de productos de belleza, academias, etc. Hasta ahora se mantiene ese esquema, pero también se incorporó la venta en cadenas de farmacias y retail.

    Por ejemplo, los productos se venden en la zona de perfumería de Megamaxi. Corporación Favorita explica que Mushee es su proveedor desde el 2013 y que son artículos ampliamente reconocidos en el mercado.

    Actualmente, esta empresa tiene unos 800 clientes en el país.

    Durante la administración anterior el producto solo se vendía en las principales ciudades del país, pero ahora llega, incluso, a la Amazonía. Salazar Cadena apunta, además, a la exportación. Considera que hay mercado en EE.UU., Brasil y países de la Comunidad Andina como Bolivia.

    Para ello el propietario ha hecho todos los trámites necesarios. Él considera que es el momento de la compañía para buscar mercados internacionales.

    Salazar Cadena comenta que sus productos son de calidad y que uno de los elementos que permitió la innovación fue la construcción de una planta y la modernización de la maquinaria.
    La empresa salió del local arrendado del centro en el 2010 y se mudó a un terreno propio en Conocoto, donde se construyó la nueva planta.

    Por otro lado, la tecnificación permitió incrementar la fabricación de menos de 200 invisibles por minuto por línea a 300, además que se automatizó el empacado. La industria tiene cinco líneas de producción.

    Actualmente, cuenta con nueve empleados. Su apoyo ha sido clave para el crecimiento de la compañía; incluso, algunos de ellos laboran desde el tiempo del fundador.

    El propietario actual de la industria también destaca la confianza que tienen sus clientes. Grace Arcos dice que lo que más le gusta del producto es la calidad con la que están hechos. “Son artículos que no vienen con defectos. Los comercializo en una distribuidora, llamada Grupo Comercial Viserco, que funciona en el Centro Histórico de Quito. Compro USD 100 al mes en temporada baja, pero cuando hay más actividad subo a unos trescientos”.

    Salazar Cadena destaca que su producto es conocido por diversas generaciones.

    La compañía busca seguir creciendo tanto a escala nacional como internacional. Su propietario, además, ha analizado la posibilidad de desarrollar otros productos a futuro.

    Las cifras

    USD 0,85 centavos es el precio de la caja tradicional de 130 unidades.

    USD 30 000 representó la última inversión. Se hizo hace seis meses. Esta se destinó a maquinaria, modificación de procesos y reducción de pérdidas.

    USD 400 000 fue la inversión que este empresario hizo en el terreno y la infraestructura de la fábrica.

    800 clientes tiene la empresa en la actualidad a escala nacional, entre pequeños negocios y grandes cadenas

    El gerente
    José Salazar Cadena

    La empresa representa mi segundo hogar. Yo me crié entre las máqui nas. Toda la vida ha sido para mi la fabricación de los invisibles, haciendo una compañía. La gente que trabaja acá es una familia, todos laboramos por un mismo objetivo. Cuando tenemos problemas entre todos tratamos de ayudarnos a resolverlos. Eso es fundamental, la gente con la que uno puede contar. O nos hacen crecer o nos hunden la banca.

    Una imagen de la producción de Industrias Mushee. El nombre de la empresa surgió por una palabra de cariño que decía el fundador con sus hijas. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
    Una imagen de la producción de Industrias Mushee. El nombre de la empresa surgió por una palabra de cariño que decía el fundador con sus hijas. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
  • Cereales para el Ecuador y el mundo

    Redacción Quito

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    En 12 años, las operaciones de Fortesan dieron un giro al pasar de ser una pequeña empresa alimenticia a una industria que, incluso, maquila para compañías del sector en el exterior.

    Los orígenes de la compañía se remontan al deseo de cuatro socios por conformar un negocio que produjera alimentos saludables. Durante su primera década se centraron esfuerzos, exclusivamente, en la dotación para los programas sociales del Gobierno.

    Iván Larrea, presidente ejecutivo, explica que el principal objetivo era entregar alimentos nutritivos y de bajo costo. Entre los productos que elaboraban hasta el 2017 estaban coladas, granola, papillas, alimentos para madres embarazadas, entre otros.

    Actualmente, produce y distribuye barras para cereal y base para bebidas lácteas para el programa escolar. Este último producto se entrega en polvo para la fabricación del líquido.

    La transformación de la firma arrancó hace tres años. Se comenzó un proceso de investigación para lanzar su línea comercial; se invirtieron unos USD 2 millones en los últimos cinco años en plantas, maquinarias, equipos y capacitación para el personal.

    En el 2016 arrancó la producción y comercialización de los productos. Iniciaron con unos 10 para el mercado local y dos para exportación.

    Los socios, además, buscaron, “utilizar materias primas ancestrales como la quinua”. Actualmente, producen con este cereal en su presentación regular y orgánica; también otros productos andinos como el amaranto y la chía y, fuera de estos, el arroz.

    La compañía tiene dos líneas de producción en su segmento comercial. La primera es de marcas propias con cinco categorías de productos entre los que están barras, musli, granolas, arroz crocante, etc; la segunda es la maquila, para empresas nacionales e internacionales, que incluye la fabricación de hasta 20 tipos de cereales.

    Los productos de marca propia se venden con la marca Cereanola. Mientras que los maquilados los desarrolla la compañía, pero se comercializan con la marca del cliente; por ejemplo, en EE.UU. venden un cereal bajo el nombre de Quinoa Queen y a Canadá llega un ‘snack’ de sal que producen para la empresa Kuna Chía.

    Mario Baquerizo, gerente comercial de Fortesan, indica que maquilan para seis empresas en total.

    Una de las compañías para las que fabrican productos es Boss Bran. “Trabajamos con Fortesan hace unos ocho meses. Ha sido una excelente experiencia porque la empresa tiene una sólida capacidad de innovación y desarrollo de productos, un fuerte equipo comercial que entiende las necesidades del cliente, tiempos de respuestas rápidas, etc. Para nosotros ellos hacen barras de cereales, cereales, entre otros”, indica la compañía.

    Ahora, el 90% de la producción de Fortesan es para el mercado local y 10% para otros destinos.

    El Ministerio de Comercio Exterior destaca el hecho de que la compañía cuente con diferentes certificaciones como Kosher y BPM (buenas prácticas de manufactura), así como fabricación con producto orgánico. Para este año aspiran a contar con otra.

    Por todo ello, Fortesan forma parte del catálogo Ecuador Certificado, levantado por esta Cartera de Estado.

    ¿Qué le motivó a la compañía a crecer hacia el exterior? Su gerente responde que un mercado más grande, que está dispuesto a pagar por un producto de alta calidad.

    El desarrollo de la empresa también se aprecia en el tamaño de sus instalaciones. Cuando la firma inició tenía 450 metros cuadrados de construcción y ahora, 9 000 m² en el sector de Carcelén Industrial, en el norte de Quito.

    De una planta de producción pasó a cinco, para hacer ‘snacks’ de sal, harina para coladas en polvo, barras, granolas y musli, más los llamados cereales para desayuno. Al inicio producían 80 toneladas/mes y ahora, 600.

    El 20% de la producción se destina a la parte comercial y el resto para los programa del Gobierno. La meta es crecer en el primer segmento.

    La compañía está apuntando al mercado mexicano y también tiene interés por ingresar a la Unión Europea. De hecho, participó en una feria en Alemania donde sus productos, según Larrea, tuvieron aceptación.

    “Nos proyectamos como una empresa de alimentos basada en la creación y desarrollo de productos innovadores y con la mejor tecnología posible”, dice Larrea sobre la misión.

    Para todo ello han recibido el apoyo de Pro Ecuador. Asimismo, han logrado acceder a diferentes créditos por parte de la banca privada y la Corporación Financiera Nacional (CFN).

    Las cifras

    2 tipos de quinua utiliza la empresa para la fabricación de sus productos: orgánica y regular.

    12 sabores tienen los productos en las cinco categorías de marcas propias de la empresa.

    2 países han recibido productos de Fortesan: EE.UU. y Canadá. La empresa maquila para empresas.

    6 empresas  son aquellas para las que maquila. Ahora se está cerrando un negocio con una marca para enviar producto a EE.UU. y Colombia.

    Presidente
    Iván Larrea


    Fortesan fue un reto desde que me invitaron a participar en este proyecto. Lo dimensionamos y diseñamos de tal manera que sea ganador. Luego de 12 años, podemos decir que lo hemos logrado. Es una iniciativa en la que nos hemos desarrollado personalmente y aplicado nuestra formación y habilidades. En los primeros ocho años, todo lo que generábamos reinvertíamos. Eso nos ha permitido tener plantas con tecnología de punta y buenos equipos de trabajo.

    Una imagen de una de las cinco  plantas de la industria Fortesan. La firma de alimentos se encuentra ubicada en el sector de Carcelén Industrial. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Una imagen de una de las cinco plantas de la industria Fortesan. La firma de alimentos se encuentra ubicada en el sector de Carcelén Industrial. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • El sector de fragancias se recupera

    Patricia González

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    La industria de fragancias en el Ecuador está concentrada casi en su totalidad por las empresas de venta por catálogo. Las marcas que utilizan este medio para llegar al cliente final son las que han logrado posicionarse en el mercado local.

    Con el 49% de participación, Yanbal ocupa el primer lugar en ventas. Le siguen Belcorp–que agrupa a las marcas Esika, Cyzone y L´bel– y Avon.

    Según datos de la consultora Kantar Worldpanel, firma de investigación de mercados, el sector de las fragancias tuvo una leve recuperación en facturación durante el pasado año, en relación al 2016, que fue un año de recesión económica.

    El 70% de la producción de la planta de Yanbal en Ecuador, ubicada al norte de Quito, corresponde a fragancias. La marca de origen peruano fabrica al año 5,5 millones de fragancias y 1,7 millones de colonias o body splash.

    Los insumos y materias primas son importados a través de una empresa filial. A excepción del alcohol, que se compra a dos proveedores del Guayas. Las esencias y concentrados, en cambio, provienen de EE.UU., explica Audelio García, director de la planta de cosméticos de Yanbal.

    El proceso es muy específico. En los tanques de almacenamiento, ubicados en el área de hidrofragancias, se realiza la mezcla de las esencias y concentrados con el alcohol. Este proceso de maceración dura entre una y cinco semanas, a no más de 20 °C.

    Una vez que culmina, se envían las fragancias obtenidas por medio de tuberías al área de envasado, donde en promedio se envasan 20 000 unidades por día, a través de las llenadoras semiautomáticas de líquidos.

    La firma produce 48 tipos de fragancias para hombres y mujeres, exclusivas para el mercado ecuatoriano. Musk, Ohm, Temptation y Osadía son algunas de sus marcas ‘top’, siendo su más reciente lanzamiento la fragancia Indomito para caballeros.

    Los perfumes para hombres son los más vendidos de la marca. Sin embargo, en el país el consumo de fragancias está liderado por las mujeres, con 52% de participación, según Kantar Worldpanel.

    Avon, la tercera empresa de mayor facturación en el sector, destina toda su producción de fragancias para consumo local. La elaboración se cumple a través de aliados estratégicos locales.

    La materia prima y los componentes son en un 95% importados, de países como Colombia, México y EE.UU., detalla la firma de origen estadounidense.

    Su portafolio se compone de 41 fragancias para hombres y 77 para mujeres. Algunas de sus marcas más vendidas son Far Away, Soft Musk, Imari y Black Suede.

    A pesar de que el sector tuvo un mejor desempeño en el 2017, aún no recupera la rentabilidad de años anteriores. Para María Fernanda León, directora ejecutiva de Procosméticos y de la Asociación de Venta Directa (AVD), esto está vinculado con el impacto que ha generado la aplicación del Impuesto a los Consumos Especiales (ICE), que grava productos terminados considerados de lujo, entre ellos los perfumes y aguas de tocador. El impacto del ICE en el precio final del producto es del 20%, indica León.

    “El ICE vuelve costosa a la industria local”, subraya. Esto también ha afectado las exportaciones, que en el caso de fragancias bajaron prácticamente a cero, porque el producto local dejó de ser competitivo en relación al de otros mercados, donde las fragancias no están gravadas con ningún impuesto especial, explica la representante del gremio.

    Como contraparte al incremento de costos para la industria, León asegura que en los dos últimos años la industria se ha visto afectada por la proliferación de negocios informales que no cumplen con la normativa legal exigida para la venta de fragancias, como la notificación sanitaria obligatoria y el etiquetado adecuado del producto.

    Sin embargo, la directora ejecutiva de Procosméticos es optimista sobre el año en curso: “Esperamos incrementar la industria nacional a través de nuevas líneas de productos y que en el segundo semestre las empresas del sector estén exportando”.

    En la actualidad, Yanbal tiene un portafolio de 48 tipos de fragancias. Foto: Patricio Terán / LIDERES
    En la actualidad, Yanbal tiene un portafolio de 48 tipos de fragancias. Foto: Patricio Terán / LIDERES
  • La industria de autos de lujo es más competitiva

    Agencia AFP

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    En el mercado de los automóviles de lujo, los fabricantes alemanes corren en cabeza pero pronto su prestigio podría resultar insuficiente ante los competidores cada vez más numerosos que apuestan por los coches eléctricos para imponerse.

    Volkswagen (con Audi y Porsche), Daimler (con Mercedes) y BMW representan cerca del 80% del mercado de lujo mundial. Nadie imagina que puedan perder de repente esta posición, construida pacientemente durante décadas.

    Pero el auge de los vehículos eléctricos, acelerado por el declive del diésel, y la creciente demanda de coches inteligentes crean condiciones nuevas que amenazan al trío considerado invencible en un momento en que la imagen Made in Germany se ve dañada por el escándalo de los motores trucados de Volkswagen.

    “Los fabricantes alemanes tienen una posición indiscutible en los automóviles térmicos, pero Tesla logró convertirse en número uno de los coches eléctricos”, dice Willi Diez, experto del Instituto para la Economía del Automóvil (Ifa), con sede en Alemania. “El reto es compensar este retraso para tener una imagen de excelencia no solo en el mundo antiguo sino en el nuevo”.

    Bernhard Mattes, presidente de la asociación de la industria automotriz alemana (VDA) decía la semana pasada tener mucha confianza, antes de la inauguración de la 88ª edición del Salón Internacional del Automóvil.

    Los fabricantes alemanes, que desde hace años registran beneficios récords, invertirán 40 000 millones de euros en tres años en la electrificación y de 16 000 a 18 000 millones en los vehículos conectados y autónomos.

    Los tres gigantes alemanes se benefician principalmente de una “posición fuerte en el mercado chino”, primer mercado mundial, que sigue creciendo, señala Diez, considerando que el prestigio y la tradición son su principal fuerza. Ni Toyota (con Lexus), ni Nissan (con Infiniti) constituyen verdaderos rivales.

    “Desde hace tiempo lo intentan, pero les faltan raíces y tecnología, contrariamente a Jaguar, Land Rover y Volvo”, explica Ferdinand Dudenhöffer, director del Center Automotive Research.

    En el caso de Land Rover y Jaguar “vuelven la historia, el mito, la imagen”, agrega Diez, que les reconoce un “gran potencial”, al igual que Volvo, cuyo todo terreno XC40 fue designado el lunes coche europeo del año.

    Un joven competidor

    Tesla demostró en una decena de años que se puede crear una marca a partir de cero y hacer competencia a las firmas históricas con precios que rondan los 100 000 euros.

    En el mercado estadounidense, la joven empresa vendió tantos vehículos como Porsche el año pasado. Y en el mundo, un total de 100 000 coches en 2017.

    Su nuevo automóvil compacto, el modelo 3, comercializado por menos de 40 000 euros, registró cientos de miles de pedidos.

    Pero a Tesla le cuesta aumentar su ritmo de producción, lo que hace dudar sobre su capacidad para entregarlos. Si la empresa de Elon Musk logra la fabricación en serie de este modelo, será “un competidor muy serio”, reconoce Dudenhöffer.

    Pero en Ginebra no fueron los alemanes sino el fabricante británico Jaguar quien presentó un “ejército anti Tesla”, con el I-PACE, su primer coche eléctrico. “Los alemanes estarán en la carrera de la movilidad eléctrica en 2019, 2020”, dice Dudenhöffer. Mientras tanto, la competencia corre ya.

    Una vista panorámica del  Salón Internacional del Automóvil que se cumple en Ginebra. El encuentro enseña las nuevas propuestas e innovaciones de la industria automotriz. Foto:  AFP
    Una vista panorámica del Salón Internacional del Automóvil que se cumple en Ginebra. El encuentro enseña las nuevas propuestas e innovaciones de la industria automotriz. Foto: AFP
  • La producción exportable se fortalece en sus aulas

    Maria Angelina Castillo

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    La Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) desarrolla más de 100 proyectos en áreas como desarrollo agrícola sostenible, cambio climático, biotecnología, biomedicina, nanotecnología, construcciones sostenibles y eficiencia energética este 2018.

    “Nuestras metas institucionales incluyen estar en el top 25 de las universidades latinoamericanas, acreditar internacionalmente todas nuestras carreras de grado y ser el motor del desarrollo tecnológico, social y económico del Litoral”, asegura su rectora, Cecilia Paredes Verduga.

    Para lograrlo, la Espol ejecuta la Zona de Innovación del Litoral Ecuatoriano (ZILE), una propuesta para articular los procesos de investigación, desarrollo e innovación en un circuito en el que colaboren la Escuela Superior junto con otras casas de estudio, institutos públicos de investigación, Gobiernos Autónomos Descentralizados y el sector industrial.

    El objetivo es impulsar los cambios de la matriz productiva del país, a través de un reforzamiento de la producción exportable y la sustitución de importaciones.
    Es decir, generar un ambiente de correlación entre investigación-educación-producción, con énfasis en la innovación y tecnología.

    La profesora María Luisa Granda es la gerenta del proyecto ZILE. Ella asegura que la propuesta se ha construido poco a poco y que pretende incentivar polos de innovación en las siete provincias que componen el Litoral del país.

    “Buscamos transitar hacia un modelo donde se genere conocimiento y valor agregado a los productos”, señala esta catedrática del centro de estudios.

    Los propósitos de la Zona de Innovación del Litoral Ecuatoriano son: diversificar la economía regional y local, contribuir a la transformación de la matriz productiva, incrementar las exportaciones industriales, atraer talento humano avanzado y generar fuentes de empleo.
    El proyecto tiene su antecedente en modelos de interacción y desarrollo, como el parque tecnológico de los años noventa. El programa evolucionó al parque del conocimiento en la década del 2000 y luego surgió la ZILE.

    La universidad obtuvo en el 2016 una cooperación técnica del Banco Interamericano de Desarrollo para explorar las oportunidades de la ZILE. Y en el 2017 comenzaron un estudio con una consultora europea para elaborar el plan de desarrollo de sostenibilidad de la iniciativa e identificar las potencialidades con las que cuenta.

    El plan involucra a todas las facultades y unidades de vinculación de la Espol. Por ejemplo, el Laboratorio de Materiales presta servicio a la industria del plástico y la cerámica.
    En la línea de la acuicultura, se ha trabajado en solucionar el problema de las enfermedades que afectan al sector camaronero.

    Además, la ZILE cuenta con la colaboración de dos empresas Vibag, importadora y distribuidora de equipos y suministros para laboratorio clínico; y BYD, proveedor de baterías recargables. Estas compañías ya firmaron acuerdos con el centro de estudios para colaborar en la iniciativa, de acuerdo con la Rectora de la Espol.

    El programa incorpora una Zona Especial de Desarrollo Económico (ZEDE) y los centros de investigación aplicada de la Espol.

    Para este 2018, Granda espera dar continuidad a las conversaciones con organismos nacionales e internacionales para que se sumen a la iniciativa de financiamiento y desarrollar la infraestructura del programa. Luego se dirigirán a las provincias para extender la visión de la ZILE.

    La rectora de la universidad, Cecilia Paredes, asegura que habrá más metas. “La Espol siempre busca estar a la vanguardia de la educación superior”.

    En las últimas décadas, la Espol ha implementado programas como el de aprendizaje por proyectos y pares (PPL, por su siglas en inglés Peer Project Learning), aprendizaje investigación-acción (PIA), y aula invertida.

    Un grupo de estudiantes trabaja en la elaboración de un dron, en el Laboratorio de Prototipado de la Espol. Foto: Cortesía Espolv
    Un grupo de estudiantes trabaja en la elaboración de un dron, en el Laboratorio de Prototipado de la Espol. Foto: Cortesía Espolv
  • El cultivo de maíz ha sido constante los últimos años

    Maria Angelina Castillo

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    Durante el 2017, en Ecuador se produjeron cerca de 1,2 millones de toneladas de maíz en las más de 200 000 hectáreas sembradas en el país, de acuerdo con estadísticas de la Corporación Tierra Fértil, en el cantón Ventanas, Los Ríos.

    La producción se ha mantenido en cifras constantes durante los últimos tres años, con repuntes en Loja, Los Ríos y Santa Elena.

    César Vizcarra, presidente de Tierra Fértil, cuenta que la producción en el 2017 fue buena a pesar de la enfermedad que azotó las plantaciones del cereal.

    La plaga más común fue el gusano cogollero, que cuando ataca plantas jóvenes puede generar un daño irreversible. Según Vizcarra, afectó unas 80 000 hectáreas.

    Ante la plaga, el Ministerio de Agricultura y Ganadería suscribió la resolución de Declaratoria de Emergencia 046-2017, que consistió en apoyar con un programa de fumigación y control de plagas y hongos de alto riesgo fitosanitario. El exceso de humedad incidió en Guayas y Los Ríos.

    Según el Ministerio, en el invierno del año pasado el rendimiento del cultivo de maíz duro seco (con 13% de humedad y 1% de impureza) fue de 5,51 toneladas por hectárea (t/ha). En promedio, fue inferior al mismo ciclo del 2016.

    El Oro fue la provincia que superó el promedio nacional con 7,63 t/ha, mientras que la de menor fue Guayas con 4,50 t/ha.

    Entre los factores que permitieron buenos resultados de producción estuvo el de los tipos de semilla. Las más comunes fueron Dekalb 7088 (17%), Trueno NB 7443 (16%) y Somma 105 (14%).

    Según  los productores, hay aún en stock unas 20 000 toneladas de la cosecha del año pasado. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Según los productores, hay aún en stock unas 20 000 toneladas de la cosecha del año pasado. Foto: Mario Faustos / LÍDERES

    Los cantones de Manabí se caracterizaron por utilizar híbridos como Insignia-105. Mientras que en Ventanas, el 88% de los agricultores trabaja con semilla certificada, que es la que han empleado durante los últimos tres años, pues genera 1,35 t/ha, un rendimiento superior a la reciclada.

    Para Vizcarra, en la buena producción influye también el uso de insumos de calidad, como fertilizantes con potasio, nitrógeno, fósforo y zinc para las plantas. Asegura que no todos los agricultores tienen las posibilidades económicas para nutrir las plantaciones como es debido.
    Los costos de producción ascienden a USD 1 800 por ha. El precio de venta del quintal -cuenta Vizcarra- varía entre USD 16 y 17, a pesar de que el precio mínimo de sustentación es de USD 14,90.

    “Las condiciones de mercado dieron para un mejor precio. Eso lo aprovechó el productor”.
    Más del 90% de la producción nacional la compra el sector industrial, en particular avicultores, porcicultores y camaroneros.

    Pronaca consume 30%, un porcentaje similar la Asociación de Fabricantes de Balanceados de Ambato (Afaba) y el otro 30%, Aprobal. En su mayoría, estos compradores están en la Costa.

    En el sector muchos son pequeños productores. Ellos poseen no más de 10 hectáreas y constituyen cerca de 75% de los cerca de 150 000 productores en el país. Pocos cuentan con tecnificación.

    Vizcarra sostiene que hace falta maquinaria y sistemas de riego a través de pozos profundos y canalización: “Hay formas de hacerlo, pero no hay la decisión política”.

    Según el MAG, solo un 15% tuvo acceso a riego el año pasado.

    Pero la tecnificación no es el único problema de los maiceros. Henry Peña, presidente de la Corporación Nacional de Maiceros, señala que requieren apoyo en temas como el almacenamiento.

    De la cosecha del 2017, que finalizó el 30 de diciembre, existe en stock cerca de 20 000 toneladas.

    Los maiceros advierten que el invierno comenzará en marzo y el grano almacenado podría chocar con la nueva producción. A esto hay que sumar, dice Peña, que el año pasado se autorizó la importación de unas 100 000 toneladas de cereales. Esperan dialogar sobre esto con el MAG.

    Trabajadores agrícolas del cantón Mocache, ubicado en la provincia de Los Ríos, durante  las labores de fumigación de las siembras del cereal. La producción del 2017 fue bastante alta. Fotos: Mario Faustos / LÍDERES
    Trabajadores agrícolas del cantón Mocache, ubicado en la provincia de Los Ríos, durante las labores de fumigación de las siembras del cereal. La producción del 2017 fue bastante alta. Fotos: Mario Faustos / LÍDERES
  • La apicultura es una actividad que une a montuvios y afros

    Marcel Bonilla

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    Treinta familias afros y montuvias de Quinindé trabajan hace un año en la producción de miel y polen, con el financiamiento de la Prefectura de Esmeraldas, que invierte USD 30 000 en la iniciativa.

    Son dos proyectos de apicultura, en el que participan 15 familias de la asociación de Chucaple, y 15 de la asociación Santa Elvira. Juan Cagua, presidente de la primera, explica que este proyecto empezó hace dos años con la búsqueda de apoyo para capitalizar el emprendimiento.
    Con la ayuda de la Dirección de Fomento Productivo de la Prefectura de Esmeraldas y técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Quinindé, se implementaron 30 colmenas.

    Los comuneros de Chucaple ya habían empezado con ocho colmenas, con las que producían miel, pero eran muy pocas para sus aspiraciones. Tras el apoyo de la Prefectura, el proyecto empezó su frase productiva en enero de 2017, donde se obtuvo 180 kilogramos de polen que fueron comercializados en su totalidad.

    En agosto del mismo año se obtuvo la primera producción de 50 kilogramos de miel y luego en octubre se realizó otra cosecha de 300 kilogramos del producto.

    La última producción se hizo en diciembre de 2017, cuando se alcanzaron 80 kilogramos, producción similar obtuvo la asociación de productores Santa Elvira.

    A través de la Prefectura se dotó a los productores de una centrífuga para la obtención de miel artesanal, una mesa de trabajo, mesa de supercoladora y los tamices de acero inoxidable.
    Ambos proyectos han recibido la ayuda del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que donó materiales para la construcción y adecuación de las áreas de producción.

    Los productores trabajan en una metodología denominada Creciendo con su negocio del Programa de las Naciones Unidades para el Desarrollo, para lograr una relación comercial y vender la miel directamente a los consumidores.

    Joselito Orellana, de la asociación Santa Elvira, explica que los emprendedores han adecuado las salas de extracción de la miel, cumpliendo con los requerimientos higiénicos sanitarios. Eso les ha permitido tener presentaciones de miel de 250 y 500 mililitros, que comercializan entre 5 y USD 10. Los recipientes tienen su etiqueta, notificación sanitaria y registro de barra.

    “Las asociaciones cumplen con el permiso de funcionamiento del apiario entregado por Agrocalidad, lo que quiere decir que las abejas se encuentran bien y el producto a obtener es apto para el consumo”, señala Raúl Quintero, técnico de la Dirección de Desarrollo Productivo de la Prefectura.

    Según el Plan Estratégico 2015 – 2020 del MAG, es fortalecer la población apícola en el país con 200 000 colmenas, pero solo se cuenta con 12 188 catastradas.

    El trabajo de los apicultores les permitirá este año recibir mayor apoyo del Ministerio de Agricultura, que le entregará 30 nuevas colmenas más por cada asociación.

    Según los técnicos, por cada colmena se registran entre 25 000 a 60 000 abejas melíferas, que son las que más producen miel, por eso la necesidad de multiplicar las colmenas para aumentar la producción de este alimento.

    Según los técnicos, por cada colmena se registran entre 25 000 a 60 000 abejas melíferas. Foto: Cortesía Prefectura de Esmeraldas
    Según los técnicos, por cada colmena se registran entre 25 000 a 60 000 abejas melíferas. Foto: Cortesía Prefectura de Esmeraldas