Etiqueta: producción

  • Estas son las ‘maternidades’ de larvas

    Mónica Mendoza

    Macroeditora (I)

    Relacionadas

    El laboratorio es como una gran maternidad donde nacen y se crían las larvas del camarón. Es ahí donde se producen los nauplios que luego alcanzan un tamaño de postlarva antes de ir a las piscinas. Pero también reciben alimentación, seguimiento científico y mejoramiento genético, que dará como resultado un animal más resistente y robusto.

    Aquatropical es esa maternidad. Es una de las 20 salas de maduración en Ecuador y tiene
    10 000 reproductores. Las hembras se seleccionan, reciben una marca genética y permanecen en grandes tanques de agua unos 100 días donde cada una desova 250 000 huevos por semana, de lo que resultarán 170 000 nauplios.

    Álex El Ghoul, gerente de Aquatropical, explica que se hace el seguimiento de la reproducción de 50 líneas familiares. Se seleccionan las que mejor funcionan, se les extrae la hemolinfa (líquido interno de los invertebrados) y se hace una marcación genética satelital para determinar el parentesco entre los animales. Con esa marca se envían las larvas a las piscinas y luego se comparan los niveles de sobrevivencia y resistencia. Las líneas genéticas de Aquatropical han servido de base para que otros laboratorios realicen mejoramiento genético.

    “En nuestro caso hemos contratado genetistas que analizan el pedigrí de los animales y así lograr hacer cruces apropiados para que el vigor del animal sea mejor y con mejor rendimiento en campo”.

    Según El Ghoul, actualmente en 100 días se obtiene un camarón de 20 a 25 gramos, antes se lograba uno de hasta 12 gramos en el mismo tiempo. Además, el promedio de sobrevivencia ha mejorado a niveles de 60% a 80%, hace diez años era entre 40% y 60%.

    Los laboratorios crecen al ritmo de la industria, que el 2017 exportó más de USD 2 860 millones.

    Según la Subsecretaría de Acuacultura, en el país hay 320 laboratorios de larvas, 20 de ellos hacen maduración y el resto larvicultura. El año pasado se abrieron 30 laboratorios nuevos, la mayoría se instaló en Esmeraldas y se dedica a la larvicultura. La industria camaronera demanda actualmente 6 000 millones de larvas al mes a un costo de USD 2,70 a 3 el millar.

    Para alcanzar los niveles que demanda del mercado los laboratorios también tienen áreas de investigación y tecnología de punta para producir algas que aseguran la nutrición en la larvicultura.

    Walter Intriago, gerente de Biogemar, explica que las dos líneas de investigación del laboratorio son mejoramiento genético y desarrollo de microalgas. Dos especies de algas pasan de sólido a líquido en tubos, a botellas de 10 y 15 miligramos y a fundas plásticas donde se adaptan las cepas hasta grandes tanques de 20 toneladas.

    Las algas se usan como alimento en la fase de larvicultura hasta lograr postlarvas para las piscinas.

    La alta demanda de larvas generó una presión sobre los laboratorios, dice Daniel Carofilis, subsecretario de Acuacultura. Eso llevó a malos procedimientos de bioseguridad que causó mortalidad del 20% al 70% en los tanques de cría. Según los análisis, se generó por una presencia bacteriana por esos manejos deficientes, explica.

    En octubre del 2017 se emitió un acuerdo con exigencias de bioseguridad. Hasta ahora se han hecho 45 inspecciones entre Mar Bravo y La Diablica en Santa Elena y más del 50% está aplicando las medidas. Carofilis dice que lo que se quiere es mayor oferta de larva, pero que sea de buena calidad, que el ‘boomcamaronero se sostenga en una industria limpia.

    Alonzo Sánchez verifica el producto en las bodegas de Skretting.
    Alonzo Sánchez verifica el producto en las bodegas de Skretting. Foto: Enrique Pesantes / Líderes

    La alimentación del camarón representa cerca de 60% de los costos.

    Desarrollar mejores prácticas e innovar en investigación para asegurar la rentabilidad e incrementar la productividad son claves. En ello trabajan las dos grandes comercializadoras de balanceado para camarón: Skretting y Cargill.

    Carlos Miranda, gerente general de Skretting Latinoamérica, asegura que gracias a sus investigaciones redujo 25% los días de cultivo. Y el factor de conversión bajó de 1.8 a 1.3.
    Skretting, que es la división de acuacultura de la multinacional Nutreco, llegó a Ecuador en el año 2013, cuando compró 75% del grupo Expalsa, por USD 80 millones.

    Desde entonces, invierte anualmente USD 30 millones en investigación y desarrollo acuícola; y una cifra similar para nutrición.

    El portafolio de la compañía incluye dietas para todas las fases de vida del camarón. En ellas están PL para las larvas, el programa de iniciadores Nature Wellness , la dieta Vitalis a los reproductores. Y para el engorde, Optilne.

    La firma destina más de 80% de su producción al consumo local.

    Cargill produce 500 000 toneladas que se destinan a América Latina; de esa cifra 16% se destina a Ecuador, según Eduardo Arosemena, su director comercial.

    Una de las principales apuestas del portafolio de la empresa es el alimento para iniciadores Liqua Live y Aquaxcel.

    En innovación de plantas, ambas compañías han invertido cerca de USD 65 millones.

    Skretting trabaja en una planta que se ubicará en la vía Durán-Tambo y producirá 470 000 toneladas de alimento balanceado al año. La primera fase se terminará en el primer semestre y el funcionamiento completo en el 2019.

    La nueva fábrica de Cargill generará más de 400 plazas de trabajo y la capacidad de producción será de 160 000 toneladas, en la primera fase. La compañía contempla nuevas expansiones. Además, traerá al país la marca acuícola Ewos.

    La empresa destina otros USD 10 millones a un centro de investigación, que arrancará en diciembre. Contará con 20 microsistemas de piscina para las pruebas y alimentación automática. Participarán expertos de Europa, Asia, Estados Unidos y Latinoamérica.

    La tecnificación en camaroneras acelera las crías

    Los ‘raceways’ son grandes tanques con sistemas de aireación que mejoraran indicadores de producción.
    Los ‘raceways’ son grandes tanques con sistemas de aireación que mejoraran indicadores de producción. Foto: Enrique Pesantes / Líderes

    La eficiencia es la clave en las 1 476 hectáreas del Conjunto de Fincas Marinas (Cofimar), que se levantan cerca del puerto de Posorja (Guayas). En las camaroneras todo está programado a través de sistemas de cría tecnificados, alimentación automática y el uso de máquinas cosechadoras.

    Las poslarvas de camarón llegan y se realiza un análisis microbiológico y de trazabilidad para minimizar problemas de salud. La empresa tiene un ‘top ten’ de proveedores que cumplen con estándares de calidad y bioseguridad.

    Los animales, antes de llegar a las piscinas de engorde, pasan por dos sistemas que han servido para mejorar las tasas de crecimiento del animal: ‘raceways’ y precría.

    Daniel Carofilis, subsecretario de Acuacultura, señala que los mejores niveles de innovación de la industria camaronera están en las piscinas de cría y engorde a través de sistemas tecnificados, aireadores, alimentadores automáticos, uso de elementos probióticos y cosechadoras.

    En el país hay 220 000 hectáreas sembradas de camarón. La densidad de siembra promedio es de 180 000 larvas por hectárea. Carofilis calcula que la densidad ha crecido un 15% en los últimos 36 meses, lo que va al ritmo del aumento de las exportaciones que crecieron 11 veces en 17 años. El 2017 se vendieron 938,5 millones de libras de camarón frente a las 799,8 millones del 2016.

    Los ‘raceways’ son grandes tanques de concreto con cubiertas de plástico, sistemas de aireación, alimentación, temperaturas y filtración controladas. Ahí las larvas pasan siete días y luego son traspasadas a los precriaderos, medianas piscinas de tierra donde permanecen entre 15 y 20 días.

    Eduardo Darquea
    , gerente de Producción de Cofimar, señala que las dos fases han permitido hacer un mejor seguimiento para obtener animales más grandes y con buena salud para que luego pasen a las piscinas de engorde.

    Los tiempos de cría también se han reducido a 90 y 100 días. Cofimar tiene niveles de producción promedio de más de 2 500 libras por hectárea.

    La empresa cuenta con 36 tanques ‘raceways’ de 50 toneladas que ya se usaban como una primera fase. Pero a mediados del 2017 se introdujo la precría como una forma de prevención también por los niveles de mortalidad registrados en los laboratorios de larvas.

    La alimentación automática en las piscinas de engorde también ha permitido un crecimiento más rápido, factor de conversión más bajos, peso más alto y sobrevivencia más alta. En la mayoría de piscinas se pasó de una alimentación manual al voleo que se hace dos veces al día a seis veces por hora (unas 84 al día).

    Cofimar tiene 330 alimentadores con paneles solares que se instalan según el tamaño de la camaronera y que se programan diariamente. Eso permite criar un camarón más parejo y con engorde equilibrado, dice Darquea.

    Además, los tiempos de cosecha por piscina se han reducido a la mitad con el uso de una máquina de fabricación mexicana de 8 pulgadas. Lo que antes podía tardar hasta ocho horas, ahora se hace en cuatro, se redujo el tiempo hora de los trabajadores y se maltrata menos al camarón. Luego de la cosecha el camarón se coloca en bines con hielo y va a la empacadora.

    La alta tecnología permite exportar a 50 mercados

    La empresa Cofimar ha realizado inversiones por más de USD 10 millones en los últimos dos años en su planta empacadora en clasificadoras, túneles de frío, tanques de almacenamiento para aumentar sus ventas.
    La empresa Cofimar ha realizado inversiones por más de USD 10 millones en los últimos dos años en su planta empacadora en clasificadoras, túneles de frío, tanques de almacenamiento para aumentar sus ventas. Foto: Enrique Pesantes / Líderes

    El camarón ecuatoriano vive un ‘boom’ en exportaciones. En el 2017 terminó vendiendo más de 900 millones de libras y USD 2 860,3 millones, lo que significó un crecimiento del 17% en relación con el 2016.

    El sector espera que este 2018 el incremento alcance niveles del 6% al 8% para que el mercado externo no se desequilibre.

    “Cualquier crecimiento por encima del 10% de Ecuador no es saludable para los mercados”, señala el presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, José Antonio Camposano. Él explica que cuando el segundo exportador del mundo (Ecuador) crece en un 17% (volumen y facturación), como ocurrió el año pasado, ese balance puede generar la idea de que va a sobrar camarón en el mercado y se puede percibir que el precio está muy alto y generar una tendencia a la baja.

    Además, existen competidores, como India o Vietnam, que crecen a tasas entre el 18 y 30%. Por eso Camposano dice que hay que tener cuidado con el crecimiento del país. “El mensaje es que vamos a crecer y que la industria es saludable, pero eso debe venir de la mano de nuevos mercados”.

    Actualmente, el camarón nacional llega a 50 mercados. La participación es: Asia 58%, la Unión Europea 22%, EE.UU. 18% y América 2%. Pero Camposano insiste en que Ecuador debe tener una agresiva agenda comercial para recuperar, por ejemplo, México, que está cerrado, abrir Australia y concretar un acuerdo con Corea del Sur, al que se puede aumentar las ventas, pero se paga 20% de arancel. La apertura con Brasil desde este mes es importante, después de 18 años de que estuvieron cerradas las ventas por demandas fitosanitarias.

    El sector tiene solidez y pasa por un buen momento para cubrir la demanda que generen nuevos mercados. Las inversiones en la cadena de la industria, con una mano de obra de 250 000 personas, permiten competir.

    Hay 90 exportadoras activas, pero son diez las que manejan el 71% del volumen de ventas. En el ‘top ten’ están Pesquera Santa Priscila, Expalsa, Omarsa, Songa, Promarisco, Empacreci, Proexpo, Edpacif, Empagran y Cofimar.

    La última empresa aumentó sus ventas un 204% el 2017 en relación con el 2016, y se ubicó como la de mayor crecimiento el año pasado.

    Alfonso Grunauer, business manager de Cofimar, dice que eso se sustentó en las inversiones que hicieron de más de USD 10 millones en los últimos dos años. La planta empacadora se amplió, creció la producción en las camaroneras y compraron camarón a terceros para procesarlo en sus instalaciones.

    La capacidad instalada son túneles de frío para 300 000 libras de congelamiento al día, una cámara de almacenamiento para 2 millones de libras, clasificadoras con mayor capacidad. Además, tiene una fábrica de hielo que produce 6 000 sacos de 50 libras por día para cubrir la demanda de la planta.

    En la segunda etapa está previsto aumentar las inversiones para duplicar la capacidad de producción. Hasta hace dos años, la empresa procesaba en otras plantas hasta que adquirió una propia, lo que permitió hacer inversiones y exportar con el nombre de Cofimar. La meta del 2018 es procesar 4 millones de libras al mes.

    Aquatropical tiene un laboratorio de algas donde se producen seis especies que sirven para alimentar las larvas. Las medidas de asepsia son altas. Foto: Enrique Pesantes / Líderes
    Aquatropical tiene un laboratorio de algas donde se producen seis especies que sirven para alimentar las larvas. Las medidas de asepsia son altas. Foto: Enrique Pesantes / Líderes
  • La capacidad instalada de las Mipymes se encuentra a la baja

    Redacción Quito

    Relacionadas

    En el país las micro, pequeña y mediana empresas (Mipymes) no utilizan su maquinaria, instalaciones y fuerza productiva en toda su capacidad. La recesión de la economía más el tamaño del mercado nacional están entre los factores que han influido en ello.

    Según Cristian Cisneros, director de la Cámara de la Pequeña Industria de Pichincha, al 2017 el 22% de la capacidad instalada de las Mipymes estaba subutilizada. Esto implica que bajó cinco puntos porcentuales frente al 2016, cuando alcanzó un 17%.

    La situación es más compleja si se revisa los datos del 2015 del desaparecido Ministerio Coordinador de la Producción (Mcpec), que revela que las instalaciones y la maquinaria de las firmas tenían un estado ocioso del 30%.

    El Ministerio de Industrias, entidad que asumió en este Gobierno las competencias del Mcpec, no respondió, hasta el cierre de la presente edición, un pedido de información actualizada.

    Más allá de las cifras, lo que sí se conoce es que la caída de las ventas, durante dos años económicamente complejos, impactó directamente en la producción de las empresas de menor tamaño.

    En la industria procesadora de carnes y embutidos Macafri, por ejemplo, el uso de su capacidad instalada llega actualmente al 70%. Esta empresa se amplió en función del buen ritmo de crecimiento que tuvo, al igual que el país, hasta 2014. Pero luego la situación cambió.

    “Nunca tuvimos una baja en las ventas. Lo menos que crecíamos era un 15% anual. Pero, en 2015 caímos un 12% y en el 2016 un 13%. En 2017 no bajamos más, pero tampoco crecimos”, indica Édison Romo, gerente de Macafri.

    En el 2018, la empresa espera reactivar su producción, que se ralentizó. El plan es desarrollar productos de nicho, con valor agregado y con mayores facilidades de cocción con una oferta de alimentos listos para preparar.

    Hoy, la empresa procesa 20 toneladas al mes. Hasta 2014 eran 25 o más en el mismo período.
    Un estudio llamado Productividad en la Industria en el período 2007-2016, elaborado por el Ministerio del ramo, revela que la capacidad instalada cayó siete puntos desde 2010. Pese a ello, indica, la producción sí se ha mantenido.

    Según la Capeipi, los sectores que menos han usado su capacidad instalada han sido metalmecánica, madera y construcción.

    Para otras Mipymes, como las del sector gráfico, la situación es más compleja debido a factores estructurales como la reducción en el uso del papel, nuevas formas de hacer publicidad en el mundo o la digitalización de diversas áreas

    Por ello un elemento decisivo para no desaparecer es reinventarse y realizar inversiones, más aún si se ha determinado sitios del mercado que faltan por atender.

    En este caso se encuentra la productora de helados Cofrunat, Coqueiros. Esta Mipyme trabaja, actualmente, con el 70% de su capacidad instalada.

    Xavier Bustos, gerente general, indica que en el 2017 la empresa invirtió USD 150 000 en mejoras de la planta y para más a mediano plazo espera hacer otra inversión de USD 150 000. “No llegamos a todo el mercado por el tema de cobertura, que va dela mano con la inversión en congeladores. Producimos unas 150 000 unidades, dependiendo el mes”.

    Con la inversión tendrían mayor capacidad instalada qué aprovechar. La empresa solo se dedica a surtir al mercado nacional.

    Un estudio del Observatorio de la Mipyme de la Universidad Andina revela que el 50% de las Mipymes cubría el mercado local y apenas del 4% exportaba. Wilson Araque, director de esta entidad y director del área de gestión de la Universidad Andina Simón Bolívar, asegura que el mercado nacional es pequeño y que es importante que las empresas apunten al mercado internacional.

    El catedrádito explica que en promedio las empresas trabajan únicamente el tiempo previsto por la ley: 40 horas semanales, cinco días a la semana.

    En algunos casos este trabajo de “solo lo justo” lleva a que se utilice en menor cantidad la maquinaria y las instalaciones, lo que genera menos producción. Se deja de realizar gastos adicionales en horas extras, por ejemplo, pero la fabricación es menor y las ventas se mantienen iguales.

    La situación se complica, según Cisneros, cuando el país importa más artículos baratos, que desplazan a los que desarrollan las Mipymes locales. Esto da paso al desplazamiento del empleo, pues sin tener trabajos por hacer las compañías ya no necesitan tanto personal y reducen las nóminas.

    El tamaño de la Pyme también incide

    Aprovechar la capacidad instalada de las plantas de producción es un desafío para las pequeñas y medianas empresas. Factores como el tamaño del mercado, el tipo de producto, los planes de exportación, entre otros, son vitales para las empresas que quieren optimizar y aprovechar recursos como maquinaria, tecnología y personal.

    La trayectoria también es un elemento que pesa. La empresa Gourmet Andino surgió en el 2016 y se enfoca en la elaboración de productos orgánicos con base en diferentes granos andinos, sin conservantes ni aditivos y con azúcares menos procesados.

    La planta de esta pequeña empresa se encuentra en Perucho, al nororiente de Quito. La producción arrancó hace 20 meses y el volumen no llegaba ni a una tonelada al mes, recuerda su fundador, José Luis Quintero.

    “En principio pensamos tercerizar la manufactura con empresas de la ciudad”, dice Quintero. Pero este emprendedor tenía como meta presentar al mercado un producto orgánico con valor agregado. “Pero las empresas a las que me acerqué no garantizaban que sea orgánico y libre de gluten. Por eso decidimos invertir en una planta propia”. El monto destinado bordeó los USD 140 000 para infraestructura, maquinaria y certificaciones.

    La planta de Gourmet Andino tiene capacidad para producir 10 toneladas al mes, pero en la actualidad está trabajando a la mitad. “Nuestro caso es aislado porque somos nuevos en el mercado y vamos ocupando la capacidad instalada con el tiempo”.

    Quintero añade que tener una planta propia tiene puntos a favor y en contra. En los primeros está que puede controlar el proceso de sus productos orgánicos; en los puntos en contra menciona que es un costo fijo.

    Otra empresa joven en el mercado es Rikocom Alimentos, que produce salsas, aderezos, mermeladas y otros productos de la industria de alimentos. Su caso es distinto, porque si bien lleva cuatro años en el mercado su planta de producción trabaja al 100%.

    Su director, Andrés Alarcón, explica que esto ocurre porque trabajan en un solo turno. “Si haríamos dos turnos el uso de la capacidad bajaría a 60%”.

    Alarcón detalla que también juegan las especificaciones de la maquinaria empleada, su afinamiento y ciertos cuellos de botella. “Cuando eso se afine los niveles de producción bajarán.

    Este empresario señala que la subutilización de maquinaria ocurre porque Ecuador es un mercado pequeño y la maquinaria que se importa viene diseñada para otros mercados. “En otros países el nivel de consumo y población es distinto, así como los niveles de empleo y poder adquisitivo”.

    La estrategia para hacer frente a este desafío, dice Alarcón, es lanzar nuevos productos y así aprovechar lo que se llama la capacidad ociosa de la planta. “Si antes ofertaba una presentación de 500 gramos ahora vende una de 300 gramos. Si ofertaba en vidrio ahora se hace en plástico”.

    Alarcón explica que se abarató el producto porque cayó el poder adquisitivo de la gente, dada la economía del país. “La idea es mantener la venta unitaria cambiando empaques o tamaños, sin afectar la producción en toneladas”.

    Una idea parecida es la de Macafri, empresa del sector cárnico. Su plan es desarrollar productos de nicho, con valor agregado y con mayores facilidades de cocción con una oferta de alimentos listos para preparar, según explica su gerente Édison Romo.

    Otra alternativa para aprovechar la capacidad de producción es externalizar los servicios, es decir buscar clientes que deseen usar la maquinaria. Eso ocurre con Unilimpio, firma que tiene dos líneas: químicos para la limpieza y productos absorbentes.

    El gerente de Producción, Marcel Filbig explica que elaboran productos para clientes para ocupar la maquinaria. Aún así, dice, en la planta de químicos solo se usa el 30% de la capacidad (con 300 toneladas por mes). “Operamos en un turno de ocho horas, con ciertas excepciones”.

    En absorbentes se trabaja en un 90% de la capacidad y produce 100 toneladas al mes. Unilimpio tiene expectativas luego de que empezaron a exportar a Perú, el año pasado. “Confiamos en que mejorará la economía. Mientras optimizamos procesos internos para aprovechar la inversión”.

    Las jornadas ampliadas no son una opción para los negocios

    Pocas son las Mipymes que trabajan más horas de las estipuladas en la ley. Así lo revela información del Observatorio de la Mipyme de la Universidad Andina Simón Bolívar.

    Los datos muestras que en promedio las Mipymes trabajaron entre el segundo cuatrimestre del 2011 y el segundo cuatrimestre del 2016, un total de 8,4 horas al día.

    “Este es un indicador fuerte. Es un comportamiento negativo porque afecta la productividad. Esas horas que no están siendo utilizadas implican una subutilización de otros recursos como máquinas, equipos, infraestructura física. Cuando se genera capacidad ociosa el efecto es un incremento en los costos de producción, principalmente unitarios”, explica Wilson Araque, director del área de gestión de la Universidad Andina Simón Bolívar.

    La fabricación de artículos o la atención de servicios en volumen obliga a una reducción de los precios porque se trabaja más, se reduce el uso ocioso de las maquinarias y se vende mucho más.

    En el análisis hecho por el exMinisterio Coordinador de la Producción en el 2015 se establece que la productividad laboral media de la industria se estancó. En ese año la cifra alcanzó un 11,6.

    Bolivia, Colombia, Chile y Uruguay son los países de la región cuya productividad media laboral es alta y tuvo importante crecimiento durante el 2014 y 2015.

    El Panorama Laboral y Empresarial del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) muestra que “la productividad de las microempresas representa apenas el 8,9% del total”.

    Las pequeñas empresas registran una productividad del 31,2%. En el caso de las medianas (divididas en dos tipos) y las grandes su situación es diferente y tienen mayor producción.

    Según Araque, si las firmas utilizaran más su capacidad instalada es probable que podrían contratar más trabajadores e impulsar el círculo productivo ya que necesitarían más materia prima y, por ende, los proveedores podrían crecer en su producción y ventas.

    Lo mismo sucedería si estas decidieran trabajar más horas. Claro está que para ello las compañías deben tener mercado a quien vender sus bienes o servicios.

    “Las Mipymes necesitan financiamiento especializado para crecer, principalmente de parte de la banca pública. La idea es generar productos adecuados a la realidad que tiene cada sector productivo. No es lo mismo un crédito para el agro que para hacer ropa”, dijo.

    Macafri, empresa del sector cárnico. Su plan es desarrollar productos de nicho.  La planta de producción espera mejorar sus indicadores en este año. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Macafri, empresa del sector cárnico. Su plan es desarrollar productos de nicho. La planta de producción espera mejorar sus indicadores en este año. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Los vegetales congelados llegan a EE.UU. y Europa

    Redacción Quito

    Relacionadas

    La necesidad de los consumidores de contar con vegetales en buenas condiciones y de rápida preparación fue la palanca que permitió que en el mundo crezca la demanda de alimentos congelados bajo la técnica IQF (Individual Queek Freezing, por sus siglas en inglés).

    En Ecuador esto permitió el desarrollo de una industria que, principalmente, sirve al mercado de exportación. En la Sierra, según la Asociación de Productores de Frutas y Legumbres (Aprofel), se procesan y congelan al menos una decena de vegetales.

    Rafael Gómez de la Torre, presidente del gremio, explica que el negocio arrancó en el país hace más de 30 años. “Fue iniciativa de un empresario local al que en los EE.UU. le pidieron espárragos empacados bajo la técnica IQF. Así surgió la primera línea de congelado, comprada de segunda mano en Chile. El negocio con EE.UU. no prosperó, pero en Alemania empezó la demanda de brócoli congelado”.

    En la Sierra se cuentan cuatro empresas que se dedican a esta actividad, para la exportación: Provefruit, Ecofrost, Pro Congelados y Nova.

    La producción de vegetales congelados se concentra, principalmente, en Pichincha y Cotopaxi. En esta última está el 90% de los cultivos, con unas 3 000 hectáreas; aunque también se cosechan en Pichincha, Tungurahua y Chimborazo.

    Junto al brócoli se encuentran la coliflor, el romanesco y la col kale. También hay, de manera marginal, otros vegetales para mezclar con brócoli como las zanahorias.

    “Los vegetales congelados han tenido gran acogida porque tenemos la capacidad de ofrecer a los clientes en todo el mundo durante todo el año”, dice el empresario.

    Todo el brócoli que se congela en el país (ver infografía) se destina a la exportación. Apenas un 5% de las 120 000 toneladas que se cultiva son para consumo local.

    En el caso de los demás productos congelados estos van en su totalidad al extranjero.
    ¿Cómo es el proceso? Luego de la cosecha, el vegetal llega a la planta procesadora congeladora y se empaca para la exportación. El producto congelado puede guardarse 24 meses, sin perder sus características.

    La industrialización de estos productos tiene varias etapas que incluyen control de calidad, corte, clasificación de tamaño, lavado, vaporizado, enfriamiento con ducha y congelamiento IQF a –20 grados. Se empaca en cajas.

    Actualmente, EE.UU. y Europa siguen siendo los mayores mercados de frutas y vegetales congelados, según Pro Ecuador. Asia Pacífico y Latinoamérica presentan el más rápido crecimiento, logrando tasas anuales de 4 a 5,5%.

    Aprofel considera que en Ecuador hay más preferencias por producto fresco. Pero, sí existe un segmento en el mercado local que demanda alimentos IQF.

    Entre las empresas que ofrecen productos bajo esta técnica está Kypross, que tuvo un antecedente en una exportadora de brócoli. Diego Sánchez, gerente comercial, dice que operan desde hace 20 años y su oferta incluye papas fritas bastón, papas con piel y sin piel, alverja, maíz dulce, mix de verduras, zanahorias, vainitas, pimientos, brócoli, habas, yucas, snacks de yuca, helados de paila…

    El directivo explica que en la última década se registra un crecimiento del 15% en la demanda de productos congelados en el país. El último año, dadas las condiciones económicas, tuvo una caída.

    Este interés obedece al cambio de hábitos de consumo de los ecuatorianos, que necesitan mayor agilidad y practicidad a la hora de cocinar.

    En Kypross, del total que comercializa la planta el 60% corresponde a las papas y el resto a las demás líneas. El último año vendió 3 600 toneladas, es decir, 11% más que en 2016. La empresa tiene productos importados y nacionales, y apunta a futuro a la exportación.

    Kypross participa en el negocio de los alimentos congelados. Su oferta incluye papas fritas bastón, papas con piel y sin piel, alverja, maíz dulce, mix de verduras, zanahorias, vainitas, etc. Foto: Archivo / LÍDERES
    Kypross participa en el negocio de los alimentos congelados. Su oferta incluye papas fritas bastón, papas con piel y sin piel, alverja, maíz dulce, mix de verduras, zanahorias, vainitas, etc. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Un Centro que se enfoca en elevar la producción de caña

    Redacción Guayaquil

    Relacionadas

    Incrementar la productividad de la cosecha de caña de azúcar y llevar adelante un trabajo de investigación en biotécnica son parte de los objetivos principales del Centro de Investigación y Desarrollo perteneciente a la Unión de Cañicultores del Ecuador (UNCE).

    El Centro funciona desde junio del año 2001 y allí trabajan 25 personas. Los investigadores se reparten entre el laboratorio de biotecnología, cuya función es realizar las investigaciones para la mejora de la producción.

    También se desempeñan en el laboratorio de entomología, que se encarga de la evaluación y el control biológico de la diatraea, o barrenador del tallo, considerada una de las plagas que más afecta los cultivos de caña de azúcar.

    Además, cuenta con un sistema de pesas y medidas que funciona principalmente durante la época de zafra, entre julio y enero.

    El proceso que lleva adelante el laboratorio de biotecnología, que actualmente dirige la bióloga Ana Arellano, inicia con la selección de una semilla de los campos de caña de azúcar.

    A la semilla se le aplica una desinfección externa y luego se pasa a una cabina de flujo laminar para retirarle elementos externos que puedan ser contaminantes y finalmente pasa al cultivo in vitro.

    Luego del examinado, el meristemo (tejido joven del vegetal) se siembra en un cultivo sólido o líquido, y pasa al proceso de termoterapia, con agua destilada a 51° durante 10 minutos.

    Fotos: Enrique Pesantes / LÍDERES

    “Una vez que se obtiene el saneamiento y rejuvenecimiento del cultivo, la semilla va a incrementar el rendimiento en un 20 y 30%, dependiendo del agricultor y el cuidado que le dé a su cosecha en términos de siembra y fertilización”, asegura Arellano.

    Una de las semillas en las que trabaja el Centro es la variedad Ragnar, importada de Australia desde hace más de cinco décadas. Es la de mayor consumo en las siembras del país.
    Asimismo se examinan otros tipos como CC85-92, CR74-250, RD75-11 y BJ70-43. La intención es determinar qué elementos mejoran su rendimiento.

    Luego de analizadas, se reparten de manera gratuita unas 5 000 semillas a pequeños agricultores ubicados en Guayas, Cotopaxi, Loja, Chimborazo, Imbabura y Carchi, principalmente.

    El Centro se mantiene gracias a los aportes de los productores que integran la Unión Nacional de Cañicultores. Ellos donan 0,5% de su producción para el mantenimiento de equipos, obtención de insumos y ejecución de investigaciones.

    La institución realiza, además, publicaciones en medios científicos nacionales e internacionales.

    Una es la investigación que hiciera sobre la obtención de semilla biotecnológica de caña de azúcar (Saccharum ssp hibrido) de alta calidad genética y fitosanitaria. El estudio fue publicado por la revista colombiana de Biotecnología en el 2015.

    Otros estudios han sido recopilados en las Memorias del VII Encuentro Latinoamericano y del Caribe sobre biotecnología agropecuaria (México) y las Memorias del III Congreso de la Caña de Azúcar, sus Derivados y Bioenergía (Guayaquil).

    Entre los proyectos que posee el Centro para el 2018 está expandir su plan de acción.
    La siembra se realizará en cultivos de mayor número de hectáreas en el cantón de El Triunfo para poder comprobar la efectividad de los clones trabajados en el laboratorio.

    “La idea es corroborar el trabajo que venimos haciendo en el Centro. Comprobar que estos clones dan para una nueva variedad y mejorar el rendimiento de los cultivos”, puntualiza Arellano.

    Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES El Centro de Investigación  funciona gracias al aporte de los cañicultores de El Triunfo. Allí trabaja Ana Arellano.
    Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    El Centro de Investigación funciona gracias al aporte de los cañicultores de El Triunfo. Allí trabaja Ana Arellano.
  • La producción de café en el mundo cayó

    Carolina Enriquez

    Relacionadas

    El año cafetero (octubre 2016 – septiembre 2017) terminó con una producción mundial de 155,8 millones de sacos, un 1,7% menos con respecto al mismo período de 2015-2016. Si esto se compara con un consumo mundial de 156,9 millones de sacos representa un déficit de 1,1 millones de sacos.

    Así lo asegura un informe de producción mundial del grano presentado en el Congreso de Cafeteros que reúne en Manizales, Colombia, a 90 delegados de 15 regiones de ese país y en el que se discute el estado actual y futuro de la producción a escala mundial.

    “La menor producción del planeta obedece, principalmente, a la intensa sequía a comienzos de año que afectó las regiones de café robusta en Brasil”, se indicó.

    En ese país, la producción de robusta disminuyó más del 30% con 10 millones de sacos para el periodo 2016-2017, mientras que en Vietnam la caída fue de 7% al llegar a 26 millones de sacos, dos menos que en el lapso 2015-2016.

    La caída de producción en el café robusta fue compensada en parte por una mayor producción de arábica desde Brasil, que tuvo un alza del 3 % al pasar de 40,6 millones de sacos en 2015-2016 a 42 millones en 2016-2017.

    Por su lado, en Colombia la producción creció 4% y alcanzó los 14,6 millones de sacos, al igual que Honduras, que con 7,6 millones de sacos registró un alza del 28%.

    El informe añade que las proyecciones de la analista británica Judith Ganes señalan que para el periodo 2017 -2018 se espera que la producción mundial tenga un alza de 6% y alcance los 165,9 millones de sacos, de los cuales Brasil aportaría 58,4 millones y Vietnam con un total de 28 millones.

    Igualmente, se espera que Colombia y Centroamérica mantengan crecimientos positivos de entre 1% y 5%, indica el texto.

    Ante las proyecciones de aumento del consumo y producción es “factible esperar que el precio externo del café se mantenga en niveles bajos, como los que se han registrado en los últimos meses de 2017, durante los primeros meses del año que viene, mientras se confirman las expectativas de clima y cosecha en Brasil y Vietnam, mayores determinantes del mercado”, dice el informe.

    Con respecto a las exportaciones mundiales, estas mantuvieron una dinámica de crecimiento en el último año, al subir 5,8 % en el acumulado de los últimos 12 meses.

    Según la Organización Internacional del Café (OIC), entre octubre del 2016 y agosto del 2017 las exportaciones fueron de 113 millones de sacos, de los cuales el 63%, 71,7 millones de sacos, corresponden a café arábico con un crecimiento de 9% respecto al mismo periodo del año anterior.

    El aumento más significativo lo tuvo Honduras, que pasó de exportar 4,9 millones de sacos en 2015 – 2016 a 7 millones de sacos en 2016-2017, un aumento de 42 %.

    En Ecuador, los últimos datos del Sistema de Información Públicas Agropecuaria, muestran que la producción del grano en toneladas alcanzó 17 000 toneladas anuales. Los datos corresponden a estimaciones de 2014 y 2015.

    Pablo Pinoargote, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Anecafe), la producción de café ha caído paulatinamente desde 1993.

    En ese año se producían, indicó, unos dos millones de sacos de café al año. Ahora unos 250 000.

    Esto a pesar de los programas impartidos por el Gobierno como el de la entrega de semillas.
    Entre los factores que atribuye Pinoargote para la reducción de la producción está la falta de acceso a crédito con tasas de interés más bajas y mejores tiempos para el pago. Requieren, al menos, tres años plazo y otros tres de gracia.

    Asimismo, el sector necesita asistencia técnica. El empresario cree, además, que los agricultores son poco competitivos debido a los altos costos de producción.

    Con menos grano también hay menos exportaciones. Según el Banco Central del Ecuador (BCE), las exportaciones entre enero y septiembre del 2017 fueron de 14 011 toneladas de café y elaborados, es decir, 15,2% menos que el mismo periodo del año pasado. Las ventas en valor también registraron una baja en ese lapso.

    Pinoargote dice que la producción en el país es 30% más cara que en otros países. Eso lleva a que el escaso grano sea más costoso que el de sus competidores. “El promedio de producción de café en Ecuador es cinco quintales por hectárea, mientras que las otras naciones recogen 25 quintales”.

    En el país, alrededor de 67 500 familias viven del cultivo del café. En Colombia, país cafetalero por excelencia, también hay la necesidad de producir aún más.

    En esa nación se debe subir la producción anual en tres millones de sacos si se quiere mantener la participación del 12% en los mercados mundiales, manifestó el gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) de Colombia, Roberto Vélez.

    “Implica pasar de 14 a casi 17 millones de sacos (al año) a 2030”, dijo Vélez al rendir su informe de gestión en el Congreso de Cafeteros. Indicó que lo ideal es que el país cafetero logre los rendimientos de departamentos como Caldas, Antioquia, Risaralda y Huila, en donde se recolectan hasta 21 sacos por hectárea.

    Si se sube el promedio de 18 a 21 sacos, tres más por hectárea, en las 930 000 hectáreas que hay sembradas en la actualidad “tendríamos una respuesta adecuada”.

    Una imagen de los cultivos de café en Ecuador.  En las zonas rurales del cantón Quito se produce el denominado café de altura. Los agricultores venden el producto a empresas. Foto: Archivo / LÍDERES
    Una imagen de los cultivos de café en Ecuador. En las zonas rurales del cantón Quito se produce el denominado café de altura. Los agricultores venden el producto a empresas. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Producción de ‘snacks’ se abre a la exportación

    Redacción Guayaquil

    Relacionadas

    Inalecsa amplió su mercado internacional con la exportación de su producto estrella, Tortolines, hacia Gabón (África), Nueva Zelanda y Perú. El objetivo, de acuerdo con la gerencia de la empresa, es el incremento de la competitividad y la rentabilidad.

    Estos países se suman a un plan de comercialización que encabeza EE.UU. (a través de la cadena Walmart) y España (Carrefour). También, lo integran otras naciones entre las que se encuentran Italia, Hungría y Suiza.

    Sin embargo, los planes de crecimiento no se detendrán allí. De acuerdo con César Hernández, gerente de Marketing de Inalecsa, el interés a corto plazo es fortalecer la presencia de la marca en más países del continente europeo y de Centroamérica.

    Con cuatro décadas en el mercado nacional, Inalecsa se constituyó, en un principio, como una empresa familiar de productos de repostería y galletería.

    Luego decidió ampliar su portafolio y entrar a competir en la categoría de snacks salados en segmentos de plátano, maíz y papa.

    Cuenta con dos centros de producción, uno en Guayaquil y el otro en Quito, con más de 400 trabajadores. Además de Tortolines, la compañía posee marcas entre las que están Inacake, Bony, Tigretón, Ryskos, Tornaditos, etc.

    Tortolines fue creada en 1988 y desde entonces los chifles (snacks de verde) se han producido de forma ininterrumpida .

    Desde el año 2012, Inalecsa forma parte de la compañía Arca Continental, la segunda embotelladora de Coca-Cola más grande de México y América Latina; se trata de una operación internacional que se completa con Deep River y Wise en EE.UU., además de Bokados en México.

    A partir de esta fusión, el directivo de Inalecsa asegura que la empresa ha venido incrementando sus exportaciones en un promedio de 20%, anualmente.

    De acuerdo con estadísticas de la empresa, de la producción total de la categoría de plátano, la firma destina 21% a la venta en el mercado internacional, lo que corresponde a 360 toneladas anuales.

    En su categoría de chifles, la empresa exporta Tortolines en las variedades sal, maduros, picantes, limón y ajo.

    Este producto, sumado a su línea de galletería en la que destacan las Bizcotelas, generó aproximadamente USD 1,9 millones en exportaciones en el 2016.

    “Nuestra principal estrategia es conocer y determinar las necesidades de los consumidores, tanto de Ecuador como de otros países, para entregar productos de calidad y diferenciados. Partiendo de esta base, manejamos una serie de acciones que nos permiten conectar de forma emocional con los clientes como con los diferentes consumidores de las categorías en las que participamos”, aseguró Hernández.

    Inalecsa, además, participó durante el primer trimestre de este año en la Feria Internacional de Alimentos y Bebidas (IFE, por sus siglas en inglés) en Londres, Reino Unido. Allí representó al país junto con otras siete compañías locales: Pacari, Export Plantain, Wayú, Ecuaconservas, Fishcorp, Nova y El Café.

    Lograron generar en esa ocasión casi USD 1,8 millones en expectativas de negocios durante poco menos de una semana, en la promoción de productos como snacks, chocolate, café, infusiones de frutas, brócoli , palmito enlatado, entre otros. Así lo informó Pro Ecuador durante el pasado marzo.

    Pero Inalecsa no solo busca fortalecer su presencia en el mercado internacional. En el ámbito interno la compañía ha invertido unos USD 25 millones en el último lustro con el objetivo de incrementar su producción.

    Según el director general de la empresa, las principales mejoras se orientaron a la adquisición de dos líneas para maíz y plátano, lo que aumentó en 50% la capacidad productiva y generó la ampliación de las instalaciones.

    Así también se enfocaron en la renovación de equipos y área de empaque, además de la adquisición de aparatos tecnológicos para el desarrollo de la seguridad industrial, así como la compra de implementos de laboratorio para la producción de las distintas líneas del portafolio.
    Actualmente, la compañía mantiene un total de 31 800 puntos de venta en el territorio nacional y cuenta con un distribuidor que abastece a 85 000 clientes.

    Al mes, el abastecimiento en Ecuador de Tortolines en sus diversas versiones oscila entre 700 y 750 toneladas.

    Los Tortolines comenzaron a comercializarse en Perú, Nueva Zelanda y Gabón. Foto: Portal web de Inalecsa
    Los Tortolines comenzaron a comercializarse en Perú, Nueva Zelanda y Gabón. Foto: Portal web de Inalecsa
  • Distribuidora Marlene, 8 000 productos en sus perchas

    Mayra Pacheco

    Relacionadas

    Un negocio con más de medio siglo de historia funciona en una de las empinadas calles del Centro Histórico de Quito. Se trata de la Distribuidora Marlene Espinosa, que está en la intersección de la Chile y Chimborazo, cerca del sector de la Ipiales.

    En este lugar, los clientes encuentran una variedad de productos de consumo. En los estantes se exhiben artículos para la higiene personal y del hogar, objetos decorativos, material de papelería y ciertos alimentos y bebidas.

    En promedio, el negocio cuenta con un ‘stock’ de 8 000 ítems, aproximadamente. Inicialmente la situación era distinta.

    Cuando Marlene Espinosa, gerenta general de la Distribuidora, se involucró en este negocio en 1959, ella y su madre, Sarita de Espinosa, debían reunir los productos para los pedidos de a poco.

    La primera buscaba confitería, manteles de mesa, paraguas, sábanas y otros objetos importados de alta calidad en un comisariato de acceso restringido. No contaban con un puesto fijo.

    Para ofrecer estos productos a los posibles clientes, durante la década de los 60, las dos mujeres recorrían los almacenes del Centro con las muestras. Luego, por sugerencia de una amiga de la madre, lograron instalar un quiosco en uno de los pasajes más comerciales de aquella época, la Sanguña, conocida también como Ipiales, en el Centro Histórico.

    Con el transcurso del tiempo arrendaron una propiedad para abrir su primer almacén, en el mismo sector. Los pedidos aumentaron y el negocio creció. Para 1970 vendieron el quiosco.
    Más adelante, en 1985, Espinosa compró una casa para adecuar en este sitio su almacén. El local de la Sanguña se cerró en 1989.

    Otros se abrieron. En total, en toda la trayectoria de este negocio se estrenaron siete distribuidoras de la marca Marlene Espinosa.

    En estos locales comerciales se incluyeron más productos. Además, se aplicaron algunas estrategias para atraer a la clientela.

    Sin ser especialistas en marketing, Marlene Espinosa y su madre compraban, directamente, la mercadería a mayoristas, importadores y fabricantes. De esta manera, hasta la fecha se logra que los productos tengan precios competitivos. “El beneficio le trasladamos a los clientes”, refiere.

    Estas dos claves: variedad de artículos y precios bajos han hecho que las personas prefieran esta distribuidora al momento de hacer las compras para el hogar, incluso, para los negocios.
    Lorgio Enríquez, cliente desde hace 20 años, comenta que cada mes lleva mercadería al mayor para luego venderla en otras tiendas. En promedio, hace consumos que bordean los USD 2 000.

    Para Enríquez los productos son de calidad y, sobre todo, la atención es buena. Por esta razón, siempre vuelve con un listado de compras a esta Distribuidora

    Actualmente, funciona solo el local que está en las calles Chile y Chimborazo. Este tiene 32 años de historia y desde hace seis años el negocio está a cargo de uno de los hijos de Espinosa: Diego Revelo.

    Este ingeniero en Industrias Hoteleras es ahora el gerente comercial. Revelo se encarga de tomar y facturar los pedidos de los clientes que entran de manera permanente al local. Si bien se trata de un negocio exigente, él se quiere mantener en esta actividad, porque es producto del sacrificio de su madre y abuela Sarita.

    Además, Revelo se siente a gusto porque trata con personas que conoce de varios años, está a cargo de un almacén con una trayectoria importante y tiene colaboradores de confianza.
    Una de ellos es Nuris Cedeño, asistente contable del negocio. Ella tiene ya 20 años de experiencia y disfruta de esta labor. A la vez se siente agradecida porque su trabajo le ha permitido obtener un título universitario y le ayuda a llevar el sustento para sus dos hijos. “Este es mi segundo hogar”.

    La Distribuidora Marlene Espinosa trabaja de manera directa con los importadores y los proveedores de los productos.

    Los pedidos se hacen en volúmenes grandes. Las cajas con champús, jabones, pañales, detergentes y otros se almacenan en los diferentes espacios de la propiedad en la calle Chile.
    Entre los proveedores está Carlos Naranjo, gerente de Dismacompany. La relación de esta empresa con la Distribuidora Marlene Espinosa empezó hace más de 20 años. Entonces, Naranjo era un vendedor y luego se convirtió en un socio directo.

    A este almacén entrega toallas sanitarias, productos para bebés y otros artículos. Los pedidos se hacen frecuentemente y suman unos USD 30 000 al mes.

    Marlene Espinosa (izq.) empezó con esta actividad cuando tenía 12 años, para apoyar a su madre. Ahora, su hijo Diego Revelo (izq.) está al frente de este local. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Marlene Espinosa (izq.) empezó con esta actividad cuando tenía 12 años, para apoyar a su madre. Ahora, su hijo Diego Revelo (izq.) está al frente de este local. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Inversión en la farmacéutica latina

    Agencia EFE

    Relacionadas

    La Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica (Fifarma) destacó la actitud de la región en torno a la innovación en esta área.

    Así lo expresó Luis Villalba, director general de Fifarma, el organismo impulsor del reporte especial 2017 sobre América Latina de la Encuesta de Competitividad e Inversión Biofarmacéutica (BCI, por sus siglas en inglés), divulgado la semana pasada en Sao Paulo .

    La organización regional fue creada en 1962 y representa a 13 compañías farmacéuticas de investigación y desarrollo y nueve asociaciones farmacéuticas.

    El estudio BCI, construido gracias a los datos aportados por los directivos de la industria farmacéutica de América Latina, destacó el desempeño de Chile y Costa Rica en un ranking de países ubicados en la categoría llamada mercados recién llegados y que lideran Singapur, Israel y Taiwan.

    “La única inversión que se ha hecho en investigación preclínica se ha realizado en Chile, que es uno de los mercados más pequeños de la región, y se ha hecho porque el gobierno mostró de larga data un compromiso con la innovación”, destaca Villalba.

    El directivo de Fifarma ensalzó el paradigma implementado por los chilenos a través de la Corporación de Fomento a la Producción, al que describe como uno de esos casos en que la actitud genera confianza e inversión.

    El reporte difundido en Brasil hace hincapié en los retos regionales para garantizar un nivel de transparencia que redunde en inversiones de largo plazo.

    Fifarma participó en mayo de este año en una iniciativa regional multisectorial de la industria farmacéutica de América Latina que junto con el Programa Global del Sector Biofarmacéutico y Servicios de Salud Farmacéutico de Transparencia Internacional implementaron un código y guía para el desarrollo de políticas y procedimientos para promover la integridad en sus actividades.

    El texto recoge compromisos de las empresas farmacéuticas como conducir sus negocios de manera justa, honesta y transparente.

    Una imagen de una farmacia en Quito. En América Latina se registran avances en la producción y distribución de diversos  medicamentos. Foto: Archivo  / LÍDERES
    Una imagen de una farmacia en Quito. En América Latina se registran avances en la producción y distribución de diversos medicamentos. Foto: Archivo / LÍDERES
  • El brócoli es apetecido en Japón

    Fabián Maisanche

    Relacionadas

    El 70% de los trabajadores de Ecualimfood son mujeres. Ellas son las encargadas de realizar el corte, lavado, precocido y empacado del brócoli. El resto del personal se encarga de trasladar el producto vegetal desde las granjas hasta la fábrica procesadora, ubicarlo en la barra transportadora y enviarlo hacía los contenedores.

    Según los dueños de esta procesadora y exportadora de brócoli, el toque refinado y delicado de las mujeres hace que el producto tenga una imagen adecuada para ser enviado al mercado internacional. Esto se suma a los altos estándares de calidad, seguridad, higiene y cuidado en el tratamiento.

    Esto le permitió a Ecualimfood posicionarse en el mercado japonés, adonde llega el 60% de sus exportaciones. El producto se consume en metrópolis como Tokio y Osaka, entre otras.

    Como recompensa a estos logros, recibió la mención de nueva exportadora en la séptima edición de los premios otorgados por la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor).

    La empresa, ubicada en Lasso (Cotopaxi), participó entre más de 100 compañías exportadoras de bienes y servicios. Se destacó su trabajo para ampliar su oferta hacia mercados como el asiático.

    Marisol Hervas, presidenta de la firma, sostiene que este galardón también lo obtuvieron porque la empresa garantiza que el vegetal no pierda sus propiedades iniciales y amplíe su conservación hasta por dos años. La joven empresaria indica que el consumidor oriental es exigente en el cumplimiento de los parámetros de producción.

    Según Hervas, estos estándares de calidad se replican en los envíos hacía los países de Europa, EE.UU., Canadá, Emiratos Árabes Unidos, Israel, Corea del Sur, Argentina y Chile.

    Por ejemplo, para exportar a Israel los técnicos de la empresa se encargan de emitir la alerta verde. Esto significa que el producto está libre de cualquier tipo de insectos.

    “No hacemos diferenciación a las naciones que exportamos con estas exigencias, y por eso hemos logrado posicionar nuestros productos con este valor agregado”, asegura Hervas.
    El vegetal se siembra a más de 2 800 metros sobre el nivel del mar y en las cercanías del río Cutuchi, que nace de los deshielos del volcán Cotopaxi. La altitud y estar ubicados en la línea ecuatorial reducen el riesgo de plagas, lo que no sucede en las zonas bajas.

    Según información de Pro Ecuador, la presentación del producto se ha destacado en los mercados más exigentes para el consumo en sopas, tortas, ensaladas y otras preparaciones.
    Además, el producto tiene un sabor azucarado único, gracias a la presencia directa de los rayos del sol y la variación del clima.

    Para asegurar que el producto sea de calidad, los campesinos de Cotopaxi y del norte de Tungurahua reciben asesoramiento técnico en las 12 semanas en las que se produce el vegetal en sus chacras. Allí se les explican las exigencias de los compradores internacionales, el cuidado de la planta y otras sugerencias.

    “Los agricultores de la zona están apostando al producto libre de residuos de cualquier pesticida y ahora estamos buscando a otros campesinos que deseen ser parte de la producción del brócoli. Nosotros les estamos ofreciendo la guía técnica para que inicien”, asegura Hervas.

    El producto también se comercializa en el país. Una de las compradoras nacionales es ­May­flower. La cadena de comida china lleva el producto desde la planta procesadora de Ecualim­food a sus 24 centros de comida.

    Gabriela Morillo, asistente administrativa de esta compañía, explica que el producto procesado es de calidad. “Trabajamos desde la fundación de la empresa y no hemos tenido inconvenientes”.

    Ecualimfood, sin embargo, no solo le apuesta al brócoli para la exportación. Están apuntando a la coliflor, frutillas y espárragos.

    El envío de estos productos les permitiría llegar a otros compradores que no logran llenar un contenedor. “No representa para la empresa y el cliente enviar un contenedor medio vacío. Hay clientes que pueden unirse y adquirir un contenedor con varios productos y en eso estamos trabajando”, indica Xavier Hervas, gerente general de Ecualimfood.

    Uno de los pasos para la expansión es la construcción de invernaderos, cuartos fríos y bodegas para el procesamiento. Los técnicos de la empresa se encargan de verificar la calidad del producto.

    Las mujeres se encargan de realizar el corte del brócoli en la planta procesadora.  Los florets para los mercados internacionales se hacen con mucha delicadeza. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Las mujeres se encargan de realizar el corte del brócoli en la planta procesadora. Los florets para los mercados internacionales se hacen con mucha delicadeza. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • OPEP congela producción hasta el 2018

    Viena. AFP y DPA  (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

    Relacionadas

    Los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios, entre ellos Rusia, olvidaron sus diferencias para acordar, el pasado jueves, seguir limitando su producción hasta finales del 2018. Es un pacto que ha dado frutos y ha logrado mantener al alza el precio del barril.

    “Todos los países de la OPEP y fuera de la OPEP hablaron juntos para prorrogar la limitación de la producción”, dijo el ministro ruso del Petróleo, Alexander Novak.

    Tras años inundando el mercado de oro negro -con el consiguiente hundimiento de precios- los miembros del cartel cerraron en el 2016 un pacto para limitar la oferta, que incluía también a otros productores exteriores al grupo.

    La renovación de la semana pasada dejó de lado las tensiones, especialmente importantes entre Arabia Saudita e Irán, pero también con Catar, aislado del resto de países del Golfo Pérsico.

    El ajuste de producción incluye a 24 países, liderados por Arabia Saudí y Rusia, dos de los tres mayores productores de petróleo del mundo. Nigeria y Libia, hasta ahora exentos de los recortes, sí los cumplirán a partir de ahora.

    El acuerdo ya fue renovado una vez en mayo y su mantenimiento hasta diciembre del 2018 refleja la voluntad de seguir con una política que ha dado sus frutos, con un barril ahora alrededor de los USD 60 frente a los USD 26 a los que cayó en febrero del 2016.

    El pacto, que será revisado en junio del 2018, sella -además- la proximidad de Rusia y Arabia Saudita de los últimos meses.

    El primero era uno de los países que temía que extender mucho la medida podría ser contraproducente. Si los precios aumentan mucho, el mercado podría volver a inundarse de petróleo si los productores estadounidenses decidieran vender más para ma­ximizar ganancias.

    “Además, hay preocupación de que el precio del petróleo cause un aumento del rublo, que podría perjudicar el resto de la economía rusa”, indicaron analistas del Commerzbank en Fráncfort.

    Pero a pesar de sus dudas, los rusos aceptaron finalmente la prórroga que proponían los sauditas, en un intento de consolidar la influencia de Moscú en la región asiática. “Es como todas las buenas relaciones, a veces compartes opiniones, a veces discutes” manifestó el ministro saudí de Energía, Jalid Al Falih, que compareció junto a su homólogo ruso para explicar la decisión tomada.

    El grupo indicó que tiene la “intención” de volver a estudiar la situación el próximo junio, por si fuera necesario reajustar el nivel de bombeo de petróleo.

    EE.UU., en la mira

    Los miembros de esta OPEP ampliada, conocida como ‘OPEP Plus’, buscan un equilibrio complejo, a saber un precio del barril que sea suficientemente alto pero no demasiado, porque incitaría a EE.UU. a aumentar su producción de crudo -algo que teme Rusia en particular- y podría, a su vez, hacer caer de nuevo los precios.

    Gracias al auge de los yacimientos no convencionales, la producción de petróleo estadounidense alcanzó en noviembre su máximo nivel desde 1983, cuando se empezaron a recoger datos.

    En el trasfondo del acuerdo también está la voluntad del príncipe heredero saudita Mohamed Bin Salmán, nuevo hombre fuerte de Arabia Saudí, de seguir llevando a cabo unas reformas que necesitan un precio del barril estable.

    La reunión en Viena fue la primera del nuevo ministro de Petróleo de Venezuela, Manuel Quevedo, que se felicitó de “un acuerdo de pleno entendimiento que debe llevar mayor estabilidad”. Sin embargo, este general de la Guardia Nacional, que también ejerce ­como presidente de la estatal Pdvsa, denunció un vasto “plan de sabotaje” contra el sector del petróleo en Venezuela.

    Poco después de estas declaraciones, la Fiscalía venezolana anunció en Caracas el arresto del expresidente de Pdvsa y del exministro de Petróleo, dos importantes figuras del chavismo.
    El presidente Nicolás Maduro ha encargado a Quevedo la ardua tarea de aumentar la producción, que en octubre pasado alcanzó 1,94 millones de barriles diarios, 160 000 menos que el mismo mes del año anterior. La industria petrolera es el principal sostén de la economía venezolana y genera el 96% de sus ingresos externos.

    Carlos Pérez, ministro de Hidrocarburos de Ecuador, -antes del acuerdo de la OPEP- mencionó que más meses es mejor, porque da mayor estabilidad al mercado internacional de crudo.
    Respecto de la producción de Ecuador, en una entrevista anterior, Pérez explicó que pese a que en el Presupuesto del 2018 se consideró ampliar el bombeo en 50 000 barriles se respaldará la decisión de la OPEP.

    La diferencia, por los barriles que no se producirán, se compensará con los precios. El precio teórico del crudo local marcó los USD 52,36 por barril el 9 de noviembre pasado. En el Presupuesto se fijó un costo de 41,92 para cada uno.

    Una imagen de la producción petrolera de Ecuador, que está dispuesto a respaldar la posición de la OPEP.  El viernes el WTI, de referencia para el país, se cotizó en USD 63,73, al alza. Foto: Archivo / LÍDERES
    Una imagen de la producción petrolera de Ecuador, que está dispuesto a respaldar la posición de la OPEP. El viernes el WTI, de referencia para el país, se cotizó en USD 63,73, al alza. Foto: Archivo / LÍDERES