Etiqueta: Productividad

  • Vacaciones, ocio y productividad

    Arturo Castillo

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    Pese al agobio del cansancio y la rutina laboral, muchas personas no se sienten del todo entusiasmas con el asunto de las vacaciones anuales. El condicionamiento puede ser de tal naturaleza, que la idea de romper el ‘orden’, de contrariar la estructura cotidiana por unos días, llega a inquietarles.

    El desgano de las vacaciones también afecta a los adictos al trabajo. Para ellos, se trata de un tiempo perdido, improductivo. Y ante lo inevitable del receso, se las arreglan para montar su oficina portátil.

    También están aquellos que condicionan sus vacaciones a la disponibilidad de dinero. De todas formas, no debieran privarse del tiempo de ocio y recreación, de la oportunidad de regenerarse.

    Por último, algunas personas prefieren canjear sus vacaciones por dinero. Alivian alguna tensión económica, pero agravan sus tensiones físicas y emocionales.

    En cuanto a las empresas, raramente intervienen de manera práctica para que sus trabajadores tengan unas vacaciones gratas y renovadoras. Su preocupación se centra en llenar las tareas de la persona que se ausenta.

    Las vacaciones debieran ser un aspecto integral de las posibilidades productivas de los sujetos, una estrategia para reinventarse, para recuperar el entusiasmo; una reingeniería de la organización.

    La empresa debiera asegurarse de que la persona deje en la oficina toda herramienta tecnológica, incluido el teléfono de la empresa, de modo que de verdad se desenchufe de sus obligaciones.

    La ausencia del trabajador tiene que ser real; deben evitarse interrupciones debido a ‘emergencias’ u ‘olvidos’. La planificación del receso laboral debe iniciarse con suficiente tiempo. El trabajador deberá dejar todo en orden, de suerte que quien le reemplace no tenga tropiezos, como tampoco pretextos para acumular tareas.

    Desde otra perspectiva, el asunto de las vacaciones obliga a considerar algunos temas vitales para la organización, como el control del ‘know how’, de la información esencial de la empresa.

    En ese sentido, la ausencia de uno o más trabajadores no debe implicar entorpecimiento o aplazamiento de las actividades.

    Todo debe ser transferible. En otras palabras, nadie es dueño de la información referente a los procesos de la compañía. Las herramientas tecnológicas, las oficinas, el mobiliario, son de utilidad colectiva. Las personas no pueden poner las cosas bajo llave, para ‘protegerlas’. Al irse de vacaciones, todo debe ser transferido a RRHH para su reasignación.

    Adicionalmente, el acceso a información sensible debe determinarse desde el directorio. Ningún vacacionista puede ‘llevarse’ consigo la empresa.

    Visto desde otro ángulo, aunque las vacaciones son un tiempo de libertad, un espacio soberano, donde la compañía no tiene injerencia. Pero en función de contribuir de manera práctica con la recuperación anímica y física de su personal, podría establecer estrategias de ahorro, celebrar convenios con lugares de recreación, con agencias de viaje y turismo.

    En fin, las vacaciones no son solo el registro estadístico del receso de los empleados. Se trata, fundamentalmente, de un reacomodamiento estratégico, de una manera sencilla de aliviar el peso de la rutina, de repensarle a la organización.

    Culturalmente, hay una carga de prejuicios respecto del ocio. Las vacaciones son una especie de ocio programado. Sin embargo, en muchos casos, lo que menos ocurre es que la persona se dé realmente un tiempo de ‘no hacer’.

    El estereotipo de la laboriosidad como sinónimo de éxito genera sentimientos de culpa cuando se trata de detenerse y descansar.

    De modo que el profesional que se precie de tal, se piensa, debe trabajar incesantemente, hasta la extenuación. El ocio es considerado una ‘debilidad’; pero no hay otra manera de ser productivo que haciendo paradas estratégicas. En resumen, saber cuándo hacer pausas es crucial para la salud integral y para mantener un buen grado de creatividad y entusiasmo laboral.

    Ilustración: Ingimage
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  • Mundial de Rusia podría reducir la productividad de las empresas un 60%

    Agencia EFE

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    El Mundial de fútbol de Rusia podría reducir la productividad de las empresas en más de un 60%, según los cálculos realizados por la consultora Watch & Act, que apunta al aumento del absentismo como la principal causa de esta caída.

    En este sentido, Watch & Act prevé que, durante el mes que dura el Mundial (del 14 de junio del 2018 al 15 de julio), uno de cada tres empleados faltará a su puesto de trabajo o no rendirá de manera óptima.

    De esta forma, la falta de puntualidad, las distracciones durante la jornada laboral y el abandono del trabajo se convertirían en situaciones frecuentes.

    «No se puede evitar que los empleados piensen en el fútbol, pero podemos aprovechar esta oportunidad para crear un buen ambiente y aumentar el compromiso de nuestros equipos», indica el consejero delegado de Watch & Act, Luis F. Rodríguez.

    Para ello, la consultora propone, entre otras medidas, habilitar lugares con pantallas para ver los partidos, tematizar salas y zonas de trabajo o apoyar a la selección con camisetas que lleven el logotipo de la compañía.

    Según Rodríguez, la clave para que el Mundial no pase factura a la productividad de las empresas es «poner el foco de la cultura corporativa en la persona». 

    Transeúntes pasan junto a carteles con logos de la Copa Mundial de Fútbol 2018, en Moscú, Rusia. El Mundial se disputará del 14 de junio al 15 de julio. Foto: EFE
    Transeúntes pasan junto a carteles con logos de la Copa Mundial de Fútbol 2018, en Moscú, Rusia. El Mundial se disputará del 14 de junio al 15 de julio. Foto: EFE
  • Mayor productividad, más brecha salarial

    Diana Serrano

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    Las empresas buscan retener el talento humano con una oferta de beneficios económicos y emocionales, pero aquellas que logren mejorar sus índices de productividad frente a otras compañías de su sector serán las que tengan éxito.

    Esa es la conclusión de un artículo de investigación de Harvard Business Review (HBR), publicado en abril de este año, que señala que las brechas de productividad entre empresas incrementan la desigualdad en los sueldos.

    “Mientras se distancian las empresas en términos de productividad, también se vuelven más desiguales en la manera en la que pagan a sus trabajadores”.

    En la región, según resultados de generación de mayor utilidad, las empresas más productivas son las de los sectores de servicios, tecnología, telecomunicaciones y, últimamente, exportadoras, explica Roberto Estrada, socio de Deloitte Consulting.

    Para el experto, existen tres elementos importantes que contribuyen en el aumento de la productividad de las empresas. El primero es el uso de sistemas informáticos ágiles y modernos “que permitan a las personas realizar su trabajo de una manera precisa y reduciendo actividades manuales”.

    El segundo es el desarrollo de la tecnología como la robótica e inteligencia artificial, que ayudan a la automatización de los procesos y reducen las tareas operativas. Y finalmente menciona la incorporación del capital intelectual; es decir, el nivel de desarrollo y conocimiento de los colaboradores. Estos avances, aunque son positivos, han aumentado la brecha de productividad y, por ende, las desigualdades salariales.

    Según el informe de HBR, desde principios de la década del 2000, la brecha de productividad se amplió, debido a que las empresas no podía mantener el ritmo de las compañías de mediano tamaño, las cuales con mayor agilidad y capacidad de cambio, pudieron adaptarse a las necesidades y exigencias del mercado.

    Fue por eso que entre el 2001 y el 2012, la brecha salarial entre las empresas que ofrecieron los sueldos más altos y bajos aumentó más de un 12%.

    Este crecimiento, según HBR, podría explicar casi la mitad del aumento de las diferencias salariales. Otros factores que influyen son de carácter interno como la desigualdad a nivel de empresa.  Si bien es cierto que los sueldos deben estar acorde con la formación, conocimientos y experiencia de los trabajadores, algunas compañías determinan los pagos simplemente por un cargo.

    Por ejemplo, altos ejecutivos de las empresas que cotizan en el S&P 500 de Wall Street recibieron hasta 347 veces más que la media de sus trabajadores en el 2016, según datos de los sindicatos.

    Un estudio del New Economics Foundation determina que la escala de diferencias salariales óptima es de 1 a 8 y, en casos excepcionales, puede llegar de 1 a 20. La elevación sobre esta cifra acentúa el sentimiento de injusticia, la brecha social y la falta de involucramiento de los empleados.

    Para Estrada, las brechas no son necesariamente un mal indicador, ya que existen empleados con la misma profesión y que ejercen actividades mas o menos equivalentes, pero con niveles de desempeño completamente diferentes.

    “Eso justifica que los salarios sean distintos, lo cual es muy bueno para elevar la productividad de la empresa”, afirma el estudio.

    Para evitar problemas de desigualdad e inconformidad de los trabajadores, Estrada recomienda que las políticas salariales de las empresas productivas, tengan beneficios adicionales, como programas de reconocimiento, jornadas de trabajo flexibles, capacitación, buen ambiente laboral, programas de coaching y mentoría y otros.

    Según Marisol Arenas, gerente de Mercadeo y Comunicaciones de Adecco, el personal capacitado, motivado y por ende más productivo, se pueden alcanzar mejores salarios ya que la empresa recibe mayores ingresos.

    Ecuador ocupa la casilla 97, con 3.91 puntos en el Índice de Competitividad Global 2017 del Foro Económico Mundial. Su posición ha empeorado respecto al informe 2016 en el que obtuvo 4.07 punto en la ubicación 76.

    Arenas señala que hay que alinear a los colaboradores con los objetivos y metas de la empresa, para aumentar la competitividad. Por su parte, HBR recomienda a las empresas adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. Esto implica mayor inversión en tecnología, innovación en los procesos de producción y mejores condiciones laborales.

    Empleados con la misma formación y experiencia pueden tener grandes diferencias de sueldo, según la productividad de la firma en la que trabajen. Ilustración: Ingimage
    Empleados con la misma formación y experiencia pueden tener grandes diferencias de sueldo, según la productividad de la firma en la que trabajen. Ilustración: Ingimage
  • La autonomía es un factor clave del éxito de las empresas

    Diana Serrano

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    La autonomía es una cualidad fundamental para fomentar la participación de los trabajadores. Cuando un empleado es libre de ejercer sus funciones es más creativo y eficiente; por ende, contribuye al aumento de la productividad y al desarrollo organizacional.

    La empresa sueca Spotify es un referente en la conformación de equipos de trabajo autónomos, pero a la vez responsables. El éxito de la compañía, dedicada al streaming de música, video y ‘podcasts’ se evidencia en sus cifras: 30 millones de suscriptores (de pago) e ingresos de alrededor de USD 3 000 millones.

    La firma, que opera en el mundo, tiene más de 2 000 trabajadores, que están organizados en equipos a los que llaman “escuadrones”. La unidad organizativa central de Spotify es un escuadrón autónomo de no más de ocho personas. Estos equipos son autogestionados, multidisciplinares y trabajan en el mismo espacio.

    Esta política ha servido para que los colaboradores tengan una mentalidad y unos principios de acción ágiles, pero sin sacrificar la rendición de cuentas y sin caer en el control excesivo.

    Según Xavier Verdezoto, CEO de Nexos Talent/ EFH Ecuador, la autonomía se va desarrollando con el tiempo y es impulsada por los jefes. A medida que estos brindan el conocimiento a sus colaboradores, ellos se sienten motivados y confiados de realizar el trabajo por su cuenta.

    Pero esto no significa descuidar las tareas que realizan los empleados. Según un artículo de la Universidad de Harvard, publicado a finales del año pasado, hay que lograr un equilibrio entre autonomía y seguimiento del trabajo.

    Las empresas deben plantear a su equipo objetivos medibles. Tanto empleados como jefes deben hacer un control continuo de los procesos y avances logrados. En Spotify, cada escuadrón es responsable de su trabajo, conoce los logros y fracasos de sus productos y está pendiente de ellos durante todo su ciclo de vida.

    Los resultados del trabajo se conocen tanto por las revisiones internas como por los comentarios de los clientes.  Dentro de la empresa, “cada trabajador utiliza una herramienta interna para invitar a cualquiera –incluidos mánagers, compañeros y subordinados– a proporcionar comentarios sobre los resultados y opciones para mejorar”.

    Es importante que los empleados estén alineados con las políticas y objetivos de las empresas. “A más alineamiento, más autonomía se puede conceder”, según el estudio de Harvard. Por esa razón, Spotify dedica tanto tiempo a marcar los objetivos antes de comenzar el trabajo.

    El informe de la universidad también insta a las organizaciones a equilibrar la libertad para innovar frente a seguir rutinas. La primera se aplica en espacios laborales donde la transformación digital es constante. Mientras que la segunda es para áreas que requieren resultados regulares, por lo cual siguen un procedimiento establecido.

    “El desafío para lograr el equilibrio correcto consiste en saber qué método debería predominar en cada momento y cómo diseñar maneras apropiadas de trabajar en cada área”.  En Spotify, las mejores prácticas laborales se descubren con el día a día y se adoptan por consenso de abajo hacia arriba. Una práctica o una herramienta solo se convierte en estándar cuando la adoptan suficientes escuadrones.

    A largo plazo, una estrategia adecuada de implementación e impulso del trabajo autónomo permitirá que el empleado tome decisiones y genere acciones. Esto se refleja en cifras positivas para las empresas, destaca el experto Verdezoto.

    En las organizaciones jerárquicas tradicionales, los jefes dirigen el trabajo de sus subordinados, son quienes realizan las tareas importantes y se aseguran que sigan las políticas empresariales.

    Sin embargo, cuando los colaboradores no tienen espacios para ser independientes, se limitan sus capacidades, no se desenvuelven con seguridad y se amplían las brechas de comunicación.

    Actualmente, los empleados buscan ser parte de empresas donde se valoren sus ideas.
    También está el otro extremo del manejo de la independencia de los trabajadores. Cuando las organizaciones aplican una autonomía sin control puede dar paso a la ambigüedad y la ineficacia. Verdezoto señala que es importante mantener un sistema adecuado de comunicación y retroalimentación, para que los colaboradores tengan claro cuáles son sus funciones.

    A largo plazo, una estrategia adecuada de implementación e impulso del trabajo autónomo permitirá que el empleado tome decisiones y genere acciones. Foto: Pixabay
    A largo plazo, una estrategia adecuada de implementación e impulso del trabajo autónomo permitirá que el empleado tome decisiones y genere acciones. Foto: Pixabay
  • Si se canaliza el humor la productividad crece

    Diana Serrano

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    El humor es un elemento clave dentro de la cultura organizacional. Un trabajador animado y feliz es más productivo para la empresa. Pero si este sentimiento es mal canalizado puede generar un ambiente negativo e incidir en un mal desempeño.

    Un estudio de la Universidad de Harvard, desarrollado en el 2017, con trabajadores de China y EE.UU., demostró que la figura del líder o jefe tiene una gran influencia en la forma cómo se aplica el humor en las oficinas.

    Aunque no exista una política empresarial sobre el humor, la experta en Recursos Humanos, María Elena González, considera que es el líder quien debe guiar y marcar las pautas en este tema.

    El estudio de Harvard utilizó dos teorías para demostrar su hipótesis. La primera es la de “violación benigna”, que califica una broma como atentatoria, que no representa una amenaza directa o la combinación de ambas.

    La segunda teoría es la de “procesamiento de la información social”, la cual analiza la manera en la que los empleados interpretan las acciones de sus responsables directos, para saber cómo comportarse dentro del trabajo.

    Al mezclar ambas, el estudio pudo medir el impacto de las muestras de humor de un líder para indicar la aceptabilidad de violar las normas dentro del trabajo.

    Si esa aceptabilidad se consideraba alta, podría llevar a que los trabajadores sigan cada vez comportamientos más desafiantes: ausentarse del puesto de manera crónica, ignorar las instrucciones de un gerente, compartir información confidencial, falsificar facturas o beber alcohol dentro del horario de trabajo.

    Un factor importante para generar estas acciones negativas fue el grado en el que los líderes empleaban un humor agresivo, como hacer bromas pesadas, asegura el estudio de Harvard.
    Este tipo de jefes proyecta una imagen de permisibles para romper las reglas y no fortalecen el compromiso de su equipo.

    Una de las conclusiones del estudio es que los líderes deben tener presente “su estatus como modelo y ejemplo para los demás”. Debido a su posición, sus acciones sirven como pistas sociales para sus empleados, con consecuencias tanto positivas como negativas.

    Para González, el líder debe tener claro cómo canalizar los espacios de “risa grupal”, para que no caigan en burlas o sarcasmos, que afecten a los compañeros.

    Cuando el humor sobrepasa los límites, el empleado pierde el enfoque de los objetivos labores y “no hay un timón”, considera Johanna Bustamente, coordinadora de calidad, procesos y SSO de la consultora en Recursos Humanos Adecco, Ecuador.

    Para la experta, la falta de humor es negativa para el entorno laboral. Cuando el jefe no es partícipe de un ambiente ameno, el empleado se siente estresado, desmotivado y tiene mayor probabilidad de dejar la empresa.

    Cuando el humor está bien canalizado es un elemento clave para el desenvolvimiento laboral y para generar más productividad.

    Los ejecutivos que incorporan risas y bromas en su trabajo, siempre que sean apropiadas, consiguen más apoyo para sus iniciativas, son más eficaces a la hora de motivar al equipo, ganan más dinero y ascienden más rápido.

    González señala que el humor no debe ser utilizado solo en momentos de esparcimiento o de diversión, que son alternos a las actividades labores. Recomienda que el líder use el humor dentro de la cotidianidad para “conseguir compromiso, contribución y, sobre todo, creatividad”.

    Tener a los empleados de buen humor genera un gran impacto para la compañía, ya que su productividad puede aumentar hasta en un 10%, según una investigación del Departamento de Economía de la Universidad de Ohio.

    Hoy en día los empleados no solo requieren experiencia y conocimientos. La inteligencia emocional es un aspecto muy valorado por las empresas y esta característica les ayudará a lidiar con varios temas de interrelación social, uno de ellos el humor.

    Bustamante señala que un trabajador debe ser capaz de analizar las cosas con talante, en medio de un mundo laboral que se desenvuelve a un ritmo acelerado.

    Además debe tener la capacidad de reírse de sí mismo, para enfrentar de manera inteligente los errores y adversidades.

    Una última cualidad, pero no menos importante, es la resiliencia o capacidad para superar circunstancias adversas y adaptarse al nuevo panorama.

    Cuando el humor está bien canalizado es un elemento clave para el desenvolvimiento laboral y para generar más productividad. Imagen: Ingimage
    Cuando el humor está bien canalizado es un elemento clave para el desenvolvimiento laboral y para generar más productividad. Imagen: Ingimage
  • En sus aulas se trabaja para apuntalar la productividad

    Modesto Moreta

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    Estudios en mecatrónica, alimentos funcionales, desarrollo agrícola, biotecnología, el sector pecuario, certificación de producción limpia, programas de vinculación con la comunidad y más desarrolla la Universidad Técnica de Ambato (UTA) en sus 10 facultades y 40 carreras.

    Son 150 proyectos de investigación en los que trabajan estudiantes y catedráticos de la universidad ambateña.

    La investigación que se desarrolla en la UTA está enfocada atender las necesidades de la Zona 3 integrada por las provincias de Cotopaxi, Chimborazo, Tungurahua y Pastaza. “Tenemos investigadores de primer nivel trabajando en proyectos científicos. Desde el año pasado nos mantenemos como el referente investigativo en la Sierra Centro”, dice Freddy Del Pozo, director de Investigación y Desarrollo de la UTA.

    Para lograrlo, el centro de estudios trabaja con los sectores productivos, gobiernos descentralizados y la industria local. Pozo explica que existe una correlación entre la investigación, educación y producción, que está ligada a la transferencia de tecnología a las comunidades que los ponen en práctica, y a la innovación tecnológica. El presupuesto anual destinado sobrepasa el USD 1 millón.

    Por ejemplo, la Facultad de Ingeniería Mecánica trabaja con el sector carrocero en el diseño de carrocerías más aerodinámicas, así como diseños ergonómicos con el sector de calzado.

    En la Facultad de Ingeniería en Alimentos también hay proyectos. Mónica Silva, investigadora de la Facultad, cuenta que hace tres años ganaron un concurso a escala nacional del programa del canje de deuda con España. Se presentaron 30 proyectos y se escogieron cinco, uno de ellos fue de la UTA sobre Fortalecimiento de la Unidad Operativa de investigación y tecnología de alimentos para la investigación, tecnología e innovación para el área de alimentos con el fin de promover el desarrollo de las empresas agroindustriales en la Zona 3.

    Con los USD 2 millones del premio más la contraparte de la UTA de USD 300 000 se adquirieron nuevos equipos. Así se estudió lo que sucede con metales como cadmio y plomo a nivel de los cultivos de pasto, frutas, hortalizas y el agua afectados con el polvo volcánico. La idea fue conocer si había la presencia de estos metales en los alimentos y si persistían con la lluvia.

    También se trabaja es buscar bacterias que produzcan plástico biodegradable. La idea es utilizar esas bacterias para producir plásticos a partir de fuentes renovables usando los desechos de las industrias lácteas de la zona. . “Las bacterias se alimentan de los residuos y producen plástico biodegradable, explica Darwin Llumigusín, estudiante del centro universitario. La investigación inició hace cuatro meses y está prevista que concluya en ocho meses.

    Del Pozo agrega que el año pasado la universidad logró publicar 72 artículos científicos en revistas especializadas. Entre los estudios de impacto en la comunidad científica internacional se encuentran investigaciones relacionadas con el diseño de puestos de trabajo en la fabricación de calzado, el diseño e implementación de un sistema de monitoreo remoto para las instalaciones fotovoltaicas, así como la obtención de nuevos ingredientes funcionales a partir de las proteínas de amaranto y quinua en la elaboración de un alimento funcional.

    Estos y otros proyectos de investigación tratan sobre la producción agrícola que hay en la provincia y otros sectores de la Sierra Centro, en donde la UTA tiene puesta la atención.

    Esta universidad pública tiene hoy en día 90 catedráticos que se encuentran fuera del país estudiando en universidades postgrados y doctorados a través de becas. El objetivo es que a su regreso, estos catedráticos apuntalen la investigación dentro de este centro de estudios que se alista para celebrar en el 2019 sus 50 años de trayectoria académica en la sierra centro del país.

    Datos

    16 000 alumnos estudian en la Universidad Técnica de Ambato que tiene 48 años de actividad.
    15 proyectos  en investigación se desarrollan en la Facultad de Alimentos a cargo de los docentes y estudiantes en áreas como alimentos de consumo masivo, biotecnología, entre otras.

    En la Facultad de Ingeniería en Alimentos trabajan estudiantes y catedráticos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    En la Facultad de Ingeniería en Alimentos trabajan estudiantes y catedráticos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Un estudio señala que las sobretasas afectaron la productividad del país

    Carolina Enriquez

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    (I)

    La aplicación de las salvaguardias generó una caída de la producción no petrolera del país. Así concluye un estudio de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG).

    El mecanismo, que fijó sobretasas de entre el 5% y 45% para casi 3 000 partidas, estuvo vigente entre marzo del 2015 y junio del 2017. El objetivo del Gobierno era reducir la salida de divisas en tiempos en los que la economía se hallaba en recesión.

    En términos contables la reducción de las importaciones fue relevante. Entre enero y noviembre del 2016 frente al mismo lapso en el 2015 la caída fue de 26%; sin embargo, un año más tarde, una vez que se desmontaron, las ventas crecieron en ese lapso 23,4%.

    Durante la vigencia, de acuerdo al estudio, el alto costo de insumos, materias primas y maquinarias extranjeras llevó a que las empresas redujeran su compra y, como consecuencia, enfrentaron un impacto económico.

    El gremio concluyó que la aplicación del mecanismo de salvaguardias generó una caída promedio de 0,77% en la producción no petrolera del país. “Si se toma cuenta la producción no petrolera del año 2014, el país habría dejado de producir USD 664 millones al año como consecuencia de las sobretasas. Mientras que, si se consideran los periodos en los que las salvaguardias fueron implementadas, en promedio se dejaron de producir USD 725 millones al año. El efecto durante todo el periodo de vigencia de la medida fue que el país perdió aproximadamente USD 1 450 millones de producción”.

    Ante ello, la conclusión de la Cámara es que con menos producción por parte del sector privado se contribuyó a profundizar la recesión económica.

    Ante estos datos el gremio solicitó al Ministerio de Industrias la disminución de barreras comerciales. Asegura que el país tiene un arancel ad valorem superior al promedio regional y que las empresas han enfrentado, incluso, desaparición tras la aplicación de las normativas INEN.

    El gremio concluyó que la aplicación del mecanismo de salvaguardias generó una caída promedio de 0,77% en la producción no petrolera del país.
    La Cámara de Comercio de Guayaquil concluyó que la aplicación del mecanismo de salvaguardias generó una caída promedio de 0,77% en la producción no petrolera del país.
  • El salario emocional tiene más importancia

    Redacción Líderes

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    Existe la tendencia a pensar que la mejor motivación en un empleo puede ser un buen salario, pero no. Creer que la mejor motivación y compensación es siempre el dinero es un gran error.

    Hay otras motivaciones que complementan a lo económico y que en muchas ocasiones pueden dar más satisfacción para el empleado. Esta nota está recogida en la web del Foro Económico Mundial. El texto señala que el 78% de las personas en trabajos formales renuncia a su empleo en busca de crecimiento profesional; el 72% lo hace por un mejor salario y el 49% para encontrar mejores prestaciones. Esto, según la encuesta del portal de reclutamiento OCC.

    Las nuevas generaciones de trabajadores, millennials por ejemplo, ya no tienen suficiente con el salario; necesitan, además, ser recompensados con otras retribuciones que les ayude a conciliar lo profesional con la vida familiar. Hay seis motivos principales por los que una persona deja su empleo: falta de reconocimiento, que sea regla trabajar fuera del horario establecido (u horarios inflexibles), que no se sienta realizado o disfrute su trabajo, mal pagado, sin posibilidades de crecimiento y que el trabajo no sea flexible.

    Harvard Business Review descubrió que los trabajadores estadounidenses no están realmente comprometidos con su trabajo. Así, los millennials son los menos comprometidos (71%); con este porcentaje se perfilan como la generación menos implicada con su lugar de trabajo. El cambio de trabajo en las nuevas generaciones se debe a su perspectiva laboral.

    La investigación de Harvard muestra que para los millennials es importante estar en una organización donde se les permita crecer y aprender; que el trabajo que realicen sea interesante y con posibilidad de crecimiento. Mientras para sus padres (‘Baby Boomers’) lo importante era contar con un buen jefe y un buen sueldo.

    El ‘salario emocional’

    Es toda retribución no económicas que el trabajador puede obtener de la empresa y cuyo objetivo es incentivar de forma positiva la imagen que tiene sobre su ambiente laboral y mejorar su productividad, así como satisfacer las necesidades personales, familiares o profesionales, mejorando su calidad de vida y fomentando un buen clima organizacional.

    Este tipo de retribución puede actuar como “factor motivador” de los empleados y así mejorar la opinión que tienen de la empresa. Por lo tanto, no se trata de recibir más dinero, sino de recibir prestaciones que el trabajador entiende como beneficios más valiosos que un aumento de sueldo.

    Suena romántico, pero este salario emocional a veces hace la diferencia entre los que se quedan o se van. Para algunos, incluso, estos beneficios no económicos son mucho más valiosos que un sueldo alto. Ahora bien, ¿cuál es el salario emocional de su actual trabajo? Para saber cuál es, evalúe los siguientes aspectos: jornada laboral. ¿Trabaja solo ocho horas?
    Es comprensible que algunas veces tenga que trabajar un par de horas extras, pero si esto es recurrente y sin remuneración, es mejor salir de allí.

    Distancia del lugar de trabajo

    ¿Está cerca o muy lejos? A nadie le gusta salir temprano de casa debido a que su trabajo está lejos.

    Vida laboral/vida personal: ¿la carga de trabajo y los horarios le permiten tener una vida personal? Aunque salga puntualmente, tener que trabajar vía remota los sábados no le hará muy feliz.

    Futuro profesional. ¿Tiene futuro en la empresa o está en una posición laboral donde las responsabilidades nunca cambiarán? Caer en esta rutina no le permite crecer ni desarrollar nuevas habilidades.

    Beneficios extras. ¿Su empresa le da algo que valora y aprecia? Entradas gratis al cine pueden significar mucho. Aprendizaje y desarrollo de habilidades. ¿Su empleo le reta frecuentemente para aprender más cosas y desarrollar más habilidades? Estar en algo tedioso y donde no aprenda nada nuevo hará que desee irse.

    Las startups y algunas empresas en renovación ofrecen este salario emocional. Cada una paga este salario acorde a su cultura organizacional. En algunas, hasta es permitido llevar mascotas. Así que si su lugar de trabajo es tradicional y sin miras al futuro, no se desespere, porque no todo está perdido.

    Renunciar al trabajo que se ha tenido, no es una decisión para tomar a la ligera, así que antes de irse, intenta negociar un mejor salario, nuevos desafíos, formaciones o incluso la posibilidad de participar en eventos… para sentirte más productivo y continuar en la empresa por más tiempo.

    Los empleados jóvenes valoran espacios de trabajo, horarios, crecimiento, beneficios... El Fondo Económico Mundial publicó esta investigación. Foto:   Ingimage
    Los empleados jóvenes valoran espacios de trabajo, horarios, crecimiento, beneficios… El Fondo Económico Mundial publicó esta investigación. Foto: Ingimage
  • Máquinas inteligentes suben la productividad

    César Augusto Sosa. Macroeditor (I)

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    Las máquinas inteligentes pueden disparar la productividad en prácticamente todas las áreas de una empresa: mercadeo, atención al cliente, ventas, producción, recursos humanos, desarrollo de nuevos productos, etc.

    Y no solo de las empresas. También pueden mejorar el desempeño de los profesionales independientes. Por ejemplo, un médico puede usar máquinas inteligentes para obtener de manera rápida y precisa un diagnóstico y aplicar el mejor tratamiento al paciente. Un profesor, en cambio, puede dejar que una máquina inteligente responda sus ‘e-mails’, lo cual le dejará más tiempo para investigar o preparar sus clases.

    En el campo empresarial hay ejemplos que se están multiplicando rápidamente. Bradesco, uno de los bancos más grandes en Brasil, empezó a utilizar sistemas cognitivos en su centro de llamadas de clientes. Para eso tuvo que ‘enseñarle’ portugués a la plataforma de inteligencia artificial desarrollada por la multinacional IBM, llamada Watson.

    Bradesco recibe 30 000 llamadas por día, lo que equivale a una llamada por segundo. La idea es que Watson pueda responder cerca de 200 000 preguntas sobre los 59 productos y servicios que ofrece la entidad financiera.

    Para el 2017 se prevé que Watson comience a interactuar con clientes en tiempo real, aunque en mayo pasado ya arrancó un proyecto con 500 clientes y empleados, señala la publicación Dinero.

    La automotriz General Motors anunció, hace tres semanas en Las Vegas, una asociación para utilizar Watson en su sistema OnStar, lo que permitirá desplegar información personalizada en el panel central de sus vehículos. De esta forma el conductor podrá, por ejemplo, evitar el tráfico cuando tenga poco combustible o incluso pedir un café en el local que le quede camino a casa o al trabajo.

    El mismo concepto ya se aplica con Olli, un bus que se mueve de forma autónoma y que está conectado a Watson para ofrecer información a los pasajeros sobre sitios turísticos, restaurantes, clima, espectáculos, etc. Hoy está a prueba en tres ciudades de EE.UU.
    La inteligencia artificial también se puede aplicar en los departamentos de Talento Humano, para hacer selección de personal.

    Mauricio Ferrer, representante de la empresa colombiana Intergrupo, lanzó al mercado un servicio de análisis de personalidad de los candidatos. Para eso utiliza la información que el postulante publica en redes sociales, luego se analiza su tono de voz y las palabras que usa en un texto. Esa información se ingresa al sistema Watson, que lo compara con millones de estudios de personalidad alrededor del mundo y entrega un análisis confiable de personalidad para un cargo determinado.

    La oficina de Investigación y Análisis de IBM tiene varios proyectos en marcha, entre ellos uno denominado Prio, que ofrece la probabilidad de que un cliente compre un producto. La materia prima son las bases de datos con información sobre la empresa, el cliente, sus chats, etc. Esa información es sometida a una de las 40 aplicaciones que tiene Watson, de las cuales 28 están en español y algunas son gratuitas.

    Empresas de la región ya están utilizando estas aplicaciones, básicamente para hacer análisis de bases datos para mejorar la atención a sus clientes. Así lo hizo la cadena de estaciones de servicio Primax, que opera en Perú y en Ecuador. El resultado fue una reducción en el tiempo que le toma al consumidor pagar en las gasolineras. Descubrieron que el 60% de los pagos se hacía con tarjeta de crédito y el 65% de los compradores tenía un ‘smartphone’. La empresa desarrolló una aplicación para pagar a través del celular, lo cual bajó el tiempo de pago de dos minutos a 55 segundos, dijo Carlos González, gerente de Primax. La experiencia del cliente mejoró”.

    El banco Bradesco (arriba), y el Grupo Schaeffler presentaron sus experiencias en Las Vegas. Fotos: cortesía IBM
    El banco Bradesco (arriba), y el Grupo Schaeffler presentaron sus experiencias en Las Vegas. Fotos: cortesía IBM
  • Proponen fórmula para mejorar baja productividad de pymes en Latinoamérica

    Agencia EFE

    Diálogo interno y una estructura menos jerarquizada y más democrática es lo que propone una empresa mexicana, premiada por el Gobierno de Estados Unidos, para mejorar la baja productividad de las pymes en Latinoamérica.

    «La productividad en América Latina sigue en los niveles de los años 80. La brecha productiva entre las grandes y las pequeñas empresas es altísima, casi dos veces mayor», dijo hoy (8 de julio) la directora de la compañía, Dolores Correa, durante la presentación del proyecto en la capital panameña.

    La consultora mexicana ICAM propone mejorar la productividad de las pymes a través del Sistema de Medición y Avance de la Productividad (Simaproc), un programa que tiene una duración de seis meses y que consiste en capacitar a los pequeños empresarios y en diagnosticar los problemas principales que afrenta la empresa.

    «Si dividimos el PIB entre el número de trabajadores, somos la mitad de productivos de lo que podríamos ser», sostuvo Correa. El objetivo del Simaproc es «romper los paradigmas del empresario abusador y el trabajador flojo», mejorar el diálogo dentro de la misma compañía y generar sentido de pertenencia entre los empleados.

    «Tenemos modelos muy paternalistas, donde hay un papá patrón y muchos hijitos trabajadores, pero ¿quién sabe más de la trinchera que el soldado que ahí está?», se preguntó la consultora.

    La fórmula de esta firma mexicana ganó el concurso ‘Caminos a la prosperidad en las Américas’, organizado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, y recibió USD 500 000 para implementar el modelo en 40 pymes de El Salvador y Panamá.

    Según el Banco Mundial, el 80% del tejido empresarial de América Latina está formado por pymes. «Aunque las multinacionales son las que acaparan la mayor atención, cuando hablamos de empleo hay que pensar en las pymes.

    En Estados Unidos, por ejemplo, el 99% de las empresas son pymes (…) Son el ejemplo del sueño americano», afirmó el encargado de negocios de la Embajada de EE.UU en Panamá, Kevin O’Reilly.

    El proyecto busca extenderse en países de Centroamérica. En México, donde ya se está implementando, las empresas «están consiguiendo un 258% de retorno de inversión durante los primeros seis meses», según los cálculos de ICAM.

    En Panamá, el programa se va a implementar a través del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) y el Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano (Inadeh), y se van a beneficiar de él 20 empresas y cerca de 600 personas.

    La baja productividad panameña es un problema cultural, según la viceministra de Trabajo, Zulphy Santamaría. Es «necesario» inculcarle al trabajador «competencias blandas» como la puntualidad o la responsabilidad, reconoció.

    Varias personas asisten a la presentación del sistema Simapro, que sirve para mejorar la productividad de las empresas en Latinoamérica. Foto: EFE
    Varias personas asisten a la presentación del sistema Simapro, que sirve para mejorar la productividad de las empresas en Latinoamérica. Foto: EFE