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  • De las mochilas pasaron a la indumentaria deportiva

    Modesto Moreta

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    Elohim es uno de los actores del negocio de la confección de la ropa deportiva en Ambato.
    Esta compañía se especializa en la confección de ropa para motociclistas y deportistas en general. Entre sus productos se encuentran chompas, mochilas y uniformes. La calidad de sus productos permitió que desde el año pasado sea el auspiciante oficial y fabricante de la indumentaria del Club Deportivo Mushuc Runa, que participa en la Serie B del Campeonato Nacional de Fútbol.

    La empresa se encarga de la confección de los uniformes de entrenamiento, concentración, viajes y partidos oficiales. Eso le permitió crecer en ventas en el mercado nacional. El año pasado, Elohim facturó USD 454 559. La marca emplea a 30 personas.

    La historia de esta firma ambateña se inició en el 1998, cuando Freddy Ramírez, actual gerente de Elohim, ingresó a trabajar en la empresa textil de propiedad de Pedro Palacios. Con 18 años se especializó en ventas recorriendo el país. Ese fue un soporte importante al emprender, en el 2000, con su propia empresa.

    La falta de dinero hizo que expusiera el proyecto a sus amigos Vinicio, Fabián y Rolando Panata, actuales accionistas. Con un aporte de USD 4 000 arrancó el emprendimiento en la confección de mochilas escolares. Compraron una máquina de coser, materia prima, herramientas y contrataron a un experto en confección.

    La experiencia en ventas de Ramírez ayudó al crecimiento de la empresa. Los ingresos subían, pero una vez que finalizaba la temporada escolar en la Sierra y en la Costa, las ventas disminuían.

    En el 2006, apostaron a una nueva inversión de USD 10 000 para ingresar a una línea de producción de ropa deportiva. Los socios adquirieron máquinas de costura recta, overlock, recubridoras. También, se capacitó al personal en el área de corte, costura y diseño, es decir, comenzaron a intervenir en todos los procesos de producción. Eso facilitó el manejo del emprendimiento.

    La calidad de las chompas le permitió a la marca ingresar a los mercados de Azuay, Imbabura, Pichincha, Tungurahua, Chimborazo y Cotopaxi. Se elaboraban 800 prendas mensuales. Así se mantuvo hasta el 2012, cuando los accionistas ingresaron a la confección de vestimenta de seguridad para motociclistas.

    Inyectaron USD 60 000 que a más de la compra de maquinaria permitió la adquisición de un terreno para montar la empresa. El 50% fue con un crédito de un banco y el resto, fondos propios. En la actualidad, la planta se levanta en la Panamericana Sur vía a Riobamba, en la parroquia Alobamba.

    Ramírez cuenta que en el 2016 producían cada mes 1 000 casacas impermeables para los motociclistas. Sin embargo, la crisis afectó y las ventas bajaron un 50%. Pero los socios no se quedaron con las manos quietas y resolvieron efectuar un estudio de mercado.
    Ese mismo año ingresaron en el segmento de ropa deportiva. Compraron equipos para sublimado, un plotter y telas.

    A pesar de ser nuevo en el mercado la empresa firmó un contrato por dos años para vestir al equipo Mushuc Runa. También incluyó telas con tecnología ‘hydrotech’, con fibras finas que absorben el sudor del ejercicio físico y lo expulsan al exterior. Actualmente facturan USD 60 000 mensuales.

    Actualmente cuenta con una cartera de más de 100 equipos de en todos los deportes.
    AleMotors es uno de sus clientes en Ambato. Este almacén se especializa en venta de repuestos, de motocicletas e indumentaria. Mary Naranjo, gerente de la firma, dice que el 80% de la vestimenta para los motociclistas la provee Elohim, por la calidad y los bajos precios. “A pesar que vendo otras dos marcas, los clientes me exigen la marca ambateña. Las ventas subieron en un 30%”.

    En Machala el Comisariato Deportivo oferta la ropa de Elohim. Trabajan 17 años en la comercialización de los productos. Juan Arista, el gerente, comenta que a pesar que oferta todas las marcas en indumentaria deportiva, chompas, mochilas y exteriores la gente prefiere Elohim. Eso hace que las ventas estén en crecimiento. “Es una marca de buena calidad que la gente pide. Una de las fortalezas es el cumplimiento y la entrega inmediata”.

    Freddy Ramírez, Vinicio, Fabián y Rolando Panata están el frente de Elohim. Más de 30 personas  trabajan en esta empresa ambateña. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Freddy Ramírez, Vinicio, Fabián y Rolando Panata están el frente de Elohim. Más de 30 personas trabajan en esta empresa ambateña. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • La lencería, producto estrella de Ralomtex

    Modesto Moreta

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    Daniela’s, Traviesos y FLA son las marcas estrellas en lencería que produce la empresa textil Ralomtex. La firma ambateña tiene presencia a escala nacional con más de 300 distribuidores de sus líneas casuales, tanga, hilos, cacheteros, infantil y pijamas. Y la línea de caballeros con prendas boxer.

    La calidad, el uso de las mejores materias primas del mercado y las nuevas colecciones son la clave para el crecimiento de este negocio. Las damas, los caballeros y los niños son usuarios de estas prendas y las colecciones que presenta la empresa cada año para mantenerse en el mercado.

    En el 2017 la firma facturó USD 4,8 millones y empleó a más de 110 personas. Sus productos se comercializan en cadenas comerciales como RioStore, Megamaxi y R&M, EtaFashion… Además, en locales de ropa ubicados en Quito, Guayaquil, Cuenca, Ambato, Cotopaxi y Latacunga.

    Ralomtex produce cada mes unas 25 000 docenas de prendas. Su gerente Ramiro López dice que el éxito del negocio es estar siempre a la vanguardia de la moda, creando nuevos diseños, innovando en colecciones y mostrar en catálogo toda la lencería que produce. Además, el atractivo uso de los colores es parte de la tendencia de la moda.

    Ralomtex comenzó a fijar sus cimientos en 1987. López recuerda que migró de Bolívar a Ambato. Se hospedó donde unos familiares dedicados a la confección de ropa interior. Ahí aprendió a coser y cortar. Luego de 10 años, decidió distribuir el producto en todo el país. Eso le ayudó abrir el mercado a escala nacional.

    Los pedidos aumentaron y los talleres no abastecían con la mercadería. Pensó que era hora de producir sus propios productos. Con una inversión de 800 000 sucres (USD 300) inició con la empresa. Adquirió cuatro máquinas de coser y contrató igual número de colaboradores. También adquirió la materia prima.

    López trabajó en el mejoramiento de la costura y de la calidad de las prendas con el uso de nuevas telas, elásticos e hilos. Con los cambios implantados logró más demanda de sus productos en Guayaquil y Quito.

    Producía 150 docenas a la semana y los entregaba personalmente en los almacenes. En 1992 se casó con su esposa Lourdes y fue el puntal para el crecimiento del negocio. Compraron más maquinaria y subieron la producción a 400 docenas semanales.

    La guerra con el Perú en 1995 hizo que quebrara, debido a que la mayoría de los clientes venían de la frontera. Ellos dejaron de comprar. Sin dinero y con deudas acordaron vender 25 de las 30 máquinas y parte de los enseres de la casa con la idea de reinvertir.

    Con las cinco máquinas arrancaron nuevamente el emprendimiento. Mejoraron la calidad del producto y sacaron las marcas Traviesos y Daniela’s; además innovaron la presentación en cartones de la ropa que fue el gancho para subir las ventas.

    En 1998 la empresa compró un terreno donde se levantó una propia planta de producción ubicado en las calles Montalvo y Cuenca. La inversión fue de USD 300 000 y la producción subió a 4 000 docenas. Hasta el año 2000 alcanzó las 10 000 docenas mensuales. El manejo adecuado de las finanzas impidió que en el feriado bancario y la dolarización quebraran.

    La inversión sigue. Hace cuatro años se compró otro terreno y para una nueva planta por un valor de USD 300 000. Está en el norte de Ambato. López también compró la licencia Disney para producir ropa para niño con los dibujos de la marca.

    Los almacenes Cumandá y Súper almacén Cumandá, de Guayaquil, comercializan los productos de Ralomtex hace 20 años. David Ordóñez, el gerente, cuenta que la calidad del producto y los modelos de la lencería hace que sus productos tengan demanda en el mercado guayaquileño.

    Asegura que es una empresa de las más innovadoras en el mercado de la ropa interior para los niños, jóvenes y adultos. Las ventas crecieron en al menos USD 200 000 anuales. “Cada año la comercialización está en crecimiento”.

    Las colecciones tienen una gran demanda, especialmente de las mujeres, le siguen los jóvenes y las personas adultas. Las marcas Daniela’s, Traviesos y FLA están bien posicionadas gracias a las promociones en sus locales. “Ellos están mejorando cada una de las marcas y no escatiman la inversión”, comenta Ordóñez.

    110 colaboradores tiene la empresa Ralomtex. Inició con 4 personas. El año pasado incrementó a 40 personas más en sus filas.

    300 distribuidores trabajan con la firma ambateña en la comercialización de sus líneas de lencería.

    2 tiendas abrió Ralomtex. Una está en las calles Montalvo y Cuenca, en Ambato, y la segunda, en Quito, en el Mall El Recreo.

    25 000 docenas de prendas produce la firma ambateña mensualmente.

    En la empresa Ralomtex el control de calidad del trabajo que realizan las colaboradoras es importante para garantizar cada una de las prendas que se producen. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    En la empresa Ralomtex el control de calidad del trabajo que realizan las colaboradoras es importante para garantizar cada una de las prendas que se producen. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Las artesanías tsáchilas vuelven con fuerza

    María Victoria Espinosa

    María Victoria Espinosa  (F) Contenido Intercultural

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    Los tsáchilas retomaron la confección de las coloridas faldas típicas de esa nacionalidad.
    La elaboración de esas prendas puede tardar hasta dos meses, porque se debe hilar el algodón y teñirlo. Luego, enhebrar los hilos en los telares de madera tsáchila.

    La guía nativa Miriam Calazacón señala que esa actividad, por ser tan laboriosa, dejó de practicarse en las siete comunas.

    Los grupos que se dedicaban al turismo empezaron a comprar las prendas en Otavalo (Imbabura) por USD 20 y USD 30. “La calidad no era la misma y los turistas empezaron a decir que querían productos de nuestra nacionalidad”.

    Hace unos cinco años, la actividad se retomó con la intención de recuperar esa tradición. Y los pedidos de bufandas, faldas y cintillos tsáchilas empezaron a aumentar de tres a 15 mensuales.

    Incluso, en las siete comunas se crearon las marcas Tsafiki, Mapalí, Tsáchila, Tolón Pelé y Colorados, que este año buscan patentar sus productos.

    En promedio, cada centro cultural vende entre 30 y 50 productos semanalmente.
    Este año, en la comuna Chigüilpe ya se han elaborado 40 prendas de vestir, que serán vendidas a emprendedores para elaborar zapatos y también a turistas, que las llevarán como obsequios a Europa y EE.UU.

    Las prendas, elaboradas en los telares tsáchilas, cuestan entre USD 5 y USD 100. El precio varía dependiendo del tamaño y del tiempo de elaboración.

    Abraham Calazacón, líder del centro cultural tsáchila Mushily, indica que el interés de los turistas hacia los productos tsáchilas creció cuando se empezó a mostrar y a promocionar la verdadera cultura ancestral.

    Él afirmó que el turismo que se hacía en algunas comunas hace unos 15 años era de demostración. “Solo nos vestíamos cuando recibíamos turistas. Ahora es un hábito, que es aplaudido y apreciado por los visitantes”.

    Otro factor que favoreció a que las prendas empezaran a venderse fueron las ferias de emprendedores que se realizan dos veces al año en Santo Domingo.

    Además de las prendas, se elaboran artesanías con las semillas de los árboles. Las pulseras no solo son un adorno. También sirven como un amuleto para evitar las malas energías, según la cosmovisión tsáchila.

    Por eso son unas de las más compradas por los turistas. Incluso para darle garantías al comprador, la pulsera es bendecida en un ritual presidido por un chamán.

    En los siete centros culturales de Chigüilpe se venden hasta 200 pulseras al mes, según la directiva de esa comunidad.

    Agustín Calazacón, del centro cultural Tolón Pelé, explica que otro producto que también compran los turistas son las lanzas con símbolos de colores elaboradas con chonta por los artesanos.

    Estas sirven para proteger las casas o locales comerciales de robos y para atraer la fortuna.
    Las personas deben comprar un par. Eso debido a que los árboles de chonta tienen dos colores diferentes. Según la creencia tsáchila, la chonta café representa a la mujer y la negra al hombre. Cuando las dos se unen, el poder de protección es más intenso.

    El par de lanzas cuesta entre USD 5 y USD 20, según el tamaño y los adornos.

    Juan Zambrano compró un par para decorar un restaurante de carnes. Él cuenta que cada seis meses las lleva a Chigüilpe para que los chamanes le coloquen un ungüento y las bendigan. “A veces es bueno confiar en la sabiduría indígena. Además, es una forma de incentivar a los tsáchilas a que recuperen sus raíces”.

    Otro rédito importante para los tsáchilas son los brebajes para aliviar los problemas de estrés y cansancio. También para revertir las malas energías.

    Se venden en pequeños frascos de plástico y cuestan entre USD 3 y USD 5. Son elaborados con plantas extraídas del bosque tsáchila y deben frotarse en el cuello y las manos en la mañana y en la noche.

    El chamán Manuel Calazacón vende 50 frascos mensuales.

    Los productos

    Las artesanías son elaboradas en su mayoría con materiales que se obtienen del bosque como la tagua y las semillas rojas y negras.

    En la inversión en materiales como elásticos y broches, los tsáchilas gastan mensualmente alrededor de USD 50.

    En los centros culturales también se pueden encontrar artesanías de los chachis de Esmeraldas, que están radicados en Santo Domingo.

    Los días de mayores  ventas son los fines de semana, en las vacaciones estudiantiles y en los feriados. En esas fechas las ventas diarias pueden ser de hasta USD 600.

    En el centro cultural Mushily 10 personas se dedican a la elaboración de tejidos y artesanías tsáchilas. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    En el centro cultural Mushily 10 personas se dedican a la elaboración de tejidos y artesanías tsáchilas. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Ropa y fragancias se suman a la oferta

    Cristina Marquez

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    Una nueva línea de ropa andina estilizada y seis nuevos aromas inspirados en las mujeres y hombres puruhaes son lo más novedoso en el catálogo de la Perfumería Yuyary. El emprendimiento festejará su primer aniversario con la presentación de nuevos productos.

    La marca salió al mercado en noviembre del 2016, y es la primera perfumería que apuntó a los jóvenes de las culturas indígenas del Ecuador como público objetivo.

    Las nueve fragancias que ofertan están inspiradas en la valentía, la fuerza, la belleza y la sabiduría. Los perfumes, que se encuentran en el catálogo, superaron las metas de ventas en los primeros meses de este emprendimiento.

    Esta empresa, fundada por tres jóvenes indígenas de Chimborazo, surgió como parte de un proyecto académico. José Mullo, Esther Miranda y Jaqueline Tuquinga, se conocieron en las aulas de la Facultad de Administración de Empresas de la Escuela Politécnica del Chimborazo (Espoch), y encontraron una necesitad insatisfecha entre los jóvenes puruhaes.

    “Las marcas de perfumes más reconocidas tenían imágenes de modelos esbeltas y se inspiraban únicamente en los parámetros de belleza de la cultura occidental. Nosotros necesitábamos un producto que nos haga sentir identificados”, recuerda José Mullo, uno de los socios del emprendimiento.

    La empresa se inició con la elaboración de un catálogo que contó con la participación de varias reinas de belleza indígenas y otras modelos; en la promoción también ayudó un desfile de modas que congregó a varios diseñadores locales de moda andina.

    Es que la idea de los tres emprendedores era promover como concepto que los jóvenes indígenas podían lucir prendas de alta costura y a la moda, así como accesorios y perfumería, sin dejar de lado su identidad cultural.

    Pero esa no solo fue una estrategia de marketing para promover el negocio, sino que también es parte de los objetivos sociales de la empresa. Patrocinar actividades que afiancen el vínculo de los jóvenes indígenas con su cultura se volvió parte importante de la agenda de la empresa, y los llevó a convertirse en auspiciantes de Micaela Lema, actual Reina de Riobamba, y de otras candidatas que participan en certámenes indígenas de belleza.

    “Los productos que proponemos son diferentes a otros que hay en el mercado porque representan a un segmento de la población que hasta ahora no había sido representado por una línea de perfumes”, dice con entusiasmo Esther Miranda.

    El negocio se inició con una inversión inicial de USD 7 000, que se utilizaron para adecuar un local, adquirir materias primas, y contratar el diseño del logotipo de la marca y todos los empaques y envases para las fragancias. Además, los jóvenes hicieron un estudio de mercado y prepararon una estrategia de ventas.

    El diseño y la selección de las fragancias fue el proceso más complicado. Los aromas femeninos representan las cualidades más representativas de las mujeres indígenas, por lo que se llaman Kury, Sisa, Kuyay, Sumak y Willka, términos kichwas que traducidos al castellano significan, valiosa, flor, amor, hermosa y sagrada.

    Los tres aromas masculinos se llaman Sinchy, Munay y Yachak, que significan fuerte, deseo y sabio. Los seis aromas que recientemente se sumaron al catálogo, se inspiraron en las parejas puruhaes y en los elementos sagrados de la cosmovisión.

    “Al igual que lo hacen otras marcas de perfumes por catálogos, quisimos motivar a las parejas a comprar perfumes que combinaran”, dice Mullo. Los perfumes tienen notas cítricas y madereras, y cuestan entre USD 18 y 24.

    Pero el producto estrella sigue siendo un perfume femenino que lleva el nombre de la firma, Yuyary, un término kichwa que significa recuerdos. Esta fragancia es la que ha tenido mayor aceptación en el mercado desde su lanzamiento.

    Las redes sociales son la principal fuente de promoción de la empresa, aunque también se valen de 12 promotores de ventas por catálogo en Quito, Guayaquil, Ambato y Cañar. Cada mes se venden al menos 100 perfumes y 50 prendas de vestir. Los grupos folclóricos y coros también promocionan las prendas de vestir en sus videos musicales y redes sociales.

    José Mullo y Lorena Toapanta son parte del equipo de la Perfumería Yuyary, que crece en Riobamba. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    José Mullo y Lorena Toapanta son parte del equipo de la Perfumería Yuyary, que crece en Riobamba. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Más tecnología se usa en las prendas de vestir

    Redacción Líderes

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    La moda y la tecnología se unen para resolver uno de los principales problemas de las prendas: las roturas accidentales.

    Ya sea en el trabajo o en los momentos de recreación, un mal movimiento o un roce accidental con un objeto filoso puede ocasionar que nuestras prendas favoritas se rompan. Pero, ese problema parece tener solución con la creación de un nuevo tejido inteligente capaz de repararse a sí mismo en pocos segundos.

    Imperial Motion, una empresa textil de Estados Unidos, es la responsable de este logro. La firma, que opera en Washington, lanzó la semana pasada su línea de chaquetas y accesorios dedicada a hombres, que tienen la habilidad de repararse solas, tras haber sufrido una rotura.

    Para lograr que desaparezcan los agujeros, es necesario frotar la zona afectada durante 10 segundos. Después de este tiempo, la chaqueta estará como en su estado original, sin dejar rastros.

    El secreto de este proceso es el tejido ‘self-healing’ o en español también conocido como autorreparable. Las chaquetas y los accesorios de esta marca están fabricados con fibra de nailon que está recubierta con un producto hecho con una proteína que se puede encontrar en los tentáculos de calamar. Con el calor de los dedos y la presión que se ejerce al frotar el material, es capaz de arreglar los daños en pocos segundos.

    La marca advierte a sus clientes. a través de su página web, que no pongan a prueba las capacidades de estas prendas con cortes de tijeras o de cuchillos, ya que aún están trabajando en crear formas de que la prenda pueda reparar agujeros más grandes.

    Hasta ahora, la firma estadounidense ofrece mochilas, bolsos para el gimnasio y tres modelos de chaquetas masculinas para hacer deportes, que se pueden conseguir en menos de USD 80.

    Esta marca es parte de las colecciones futuristas en las que se están enfocando varias firmas y diseñadores en el mundo. Estas emplean la tecnología para resolver problemas del pasado.

    La Asociación de Investigación de la Industria Textil Europea, por ejemplo, está trabajando en el desarrollo de prendas que fomenten hábitos de vida saludables y diseñadores como la holandesa Iris Van Herpen, ha conquistado la pasarela con sus creaciones realizadas con impresión 3D.

    Una marca estadounidense lanzó al mercado su línea de chaquetas y accesorios capaz de repararse solas en pocos segundos.
    Una marca estadounidense lanzó al mercado su línea de chaquetas y accesorios capaz de repararse solas en pocos segundos.
  • Su ropa se lucirá en el exterior

    Giovany Astudillo

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    Pasamanería, que tiene 85 años en el mercado, impulsa desde hace 20 años una renovación constante para consolidarse en el país. Su estrategia dio resultados al pasar de tener cuatro grandes compradores de su ropa e insumos como hilos y encajes a contar con más de 400 clientes mayoristas activos y 30 almacenes, que funcionan en los principales centros comerciales del Ecuador.

    Este año no se han frenado los cambios y nuevas apuestas, que incluyen inversiones en marca, tendencias, lanzamiento de colecciones, renovación de tecnología, entre otros. A inicios del 2017 empezó la venta de ropa para mayoristas activos a través de catálogos. Hasta la fecha ya se lanzaron dos, que incluyen nuevas colecciones para hombres, mujeres, adolescentes, niños y bebés y los modelos tradicionales.

    Según el vicepresidente de Producción de Pasamanería, Augusto Tosi, el proyecto del catálogo permitió que los mayoristas hagan pedidos de nuevos productos y no solo de los tradicionales. Con esta herramienta, los clientes ya pueden conocer todas las alternativas. Solo por este concepto se factura cerca de USD 25 000 mensuales, que es un monto equivalente al que se vende en cualquier tienda de esta empresa cuencana.

    Juliana Galarza, coordinadora de Ventas por Catálogo, destaca que 80 mayoristas activos ya utilizan este material impreso para hacer sus pedidos. En el primer mes solo tuvimos cinco, con ventas semanales de USD 600.

    Otro proyecto de la empresa es la venta a través de su web www.pasa.ec. Si bien ya existía la página, dice Tosi, solo era de exhibición y no se podía comprar. Pero desde el pasado 15 de junio se lo puede hacer mediante PayPal, transferencias bancarias, depósitos y se tramitan otras alternativas, como aplicaciones.

    De forma paralela, también impulsan la internacionalización de  la marca Pasa en la línea de confecciones, porque la empresa ya exporta encajes a Perú y Colombia. Para ello, cuenta Tosi, lograron una alianza estratégica con Carlos Trujillo, quien es nieto de Hernando Trujillo, fundador de la marca de mismo nombre, que comercializa ternos y ropa en Colombia. Un productor de ese país también es parte del acuerdo.

    Tosi explica que en diciembre lanzarán ropa diseñada por Carlos Trujillo y fabricada en Pasamanería. Será ropa formal para niños hasta los 14 años, que es el segmento más complicado para esta compañía, asegura Tosi. Se trata de una línea más costosa, que estará en algunas tiendas de Pasamanería y en las cadenas más importantes del país. Además, en tiendas de Colombia y EE.UU. y “posiblemente en México”.

    Nueve de 14 prendas serán elaboradas en la fábrica de Pasamanería, ubicada en el centro de la capital azuaya. El resto será producido en Colombia por el tercer socio de esta alianza. Una parte del diseño lo hizo Carlos Trujillo. La otra parte y el manejo de la marca está cargo de Pasamanería.

    El mejoramiento del proceso productivo también es importante para Pasamanería. Según Tosi, este año invertirán USD 250 000 en la adquisición de máquinas para el tejido, tinturación de cintas y enconado de hilos. Además, abrieron cuatro almacenes y cada uno costó USD 100 000. “Ahora, hay más confianza y tranquilidad para invertir”.

    Tosi agrega que, en los años anteriores, Pasamanería también hizo desembolsos en máquinas para la producción de hilo, tinturación, serigrafía y otras áreas.

    Según el ejecutivo, uno de los temas más complejos es la introducción de nuevas colecciones de ropa por el tiempo que demandan. El año pasado, Pasamanería lanzó más de 220 artículos nuevos. Cada uno contó con su plan de desarrollo, estructura de costos y siguió una tendencia de moda. “Tenemos un equipo de diseño que analiza las tendencias”.

    Desde el 2016 aplican una nueva estrategia para el lanzamiento de colecciones de ropa para todas las líneas ya sea de hombres, mujeres, adolescentes, bebés… El 1 de febrero presentan nueve colecciones que son reforzadas a mediados de abril y todo tiene vigencia hasta el 1 de junio. Luego se realiza la liquidación.

    En julio entregan otras nueve colecciones, que son reforzadas en octubre y que duran hasta el 31 de diciembre. En enero están en liquidación, señala Tosi. “Son 36 colecciones al año y cada una tiene entre ocho y 11 prendas de vestir”, explica el ejecutivo.

    Parte del área de producción de Pasamanería, empresa cuencana que amplía sus productos y mercados. Foto: Xavier Caivnagua / LÍDERES
    Parte del área de producción de Pasamanería, empresa cuencana que amplía sus productos y mercados. Foto: Xavier Caivnagua / LÍDERES
  • La lactancia es una oportunidad para sus diseños

    Redacción Quito

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    Con un capital de USD 100 y motivada por las necesidades que tienen las madres de niños lactantes Lisbeth Jaramillo desarrolló su emprendimiento Ser Mamá.

    Desde hace ocho meses ella comercializa prendas de vestir casuales, de trabajo y de coctel para mujeres que estén en período de lactancia. Jaramillo desarrolló esta idea de negocio tras un recorte de personal en el sector público al poco tiempo de regresar de su permiso de maternidad.

    Encontró una persona dedicada a la costura quien le ayudó a desarrollar vestidos, enterizos, blusas, etc., que sean funcionales para las mujeres que deben alimentar a sus niños, pero que a la vez les hicieran lucir lindas y elegantes.

    Apenas lanzó el producto tuvo aceptación. En 15 días se vendieron las 12 blusas que tenía.
    Los diseños, además de ser elegantes y femeninos, ofrecen facilidades a las madres. Tienen cierres en la zona lateral de cada uno de los senos y otros cuentan con aberturas que permiten tener más flexibilidad para la alimentación de los niños lactantes.

    Una de las barreras que enfrentan las madres es no poder ver a los hijos mientras les dan de lactar. Con ello es posible, sin mostrar mucho, tener un mayor contacto.

    La emprendedora, sin embargo, también ofrece otras facilidades a las madres. Ofrece su producto a través de redes sociales como Facebook, pero cuando le contactan viaja con sus prendas a la oficina o vivienda de la clienta. “La idea es que estén cómodas y puedan, al mismo tiempo, estar con sus hijos. No queremos que enfrenten las dificultades con las que se encuentran al ir a una tienda o un centro comercial”.

    El negocio ha ido creciendo y ahora la emprendedora ha llegado a invertir USD 9 000 en la producción de la ropa. Son diseños de moda y que casi no se repiten.

    Jéssica Proaño, quien tiene un bebé de año y medio, cuenta que la ropa de Ser Mamá le ha facilitado la vida. “Son cómodas y lindas. Es difícil encontrar ropa moderna de maternidad y lactancia en la ciudad. Uno, además, puede dar de lactar sin incomodarse”.

    Las prendas de Ser Mamá no solo se venden en Quito, sino que ya se conocen en otras zonas. Jaramillo ha viajado con su producto a Santo Domingo e Imbabura.

    En otras zonas del territorio las mujeres que deseen la ropa pueden comprar on line y se envía el producto. La emprendedora asesora a las madres con las tallas y los productos que les pueden lucir mejor.

    Otro de los aportes que brinda este negocio para las mujeres es el apoyo emocional y el hecho de compartir experiencias. Entre mujeres se ofrecen consejos para el cuidado de los niños, la tarea de ser madre y el trabajo.

    Ser Mamá es un negocio que están a favor de la lactancia materna. Jaramillo explicó que muchas madres que regresan a su trabajo disminuyen su cantidad de leche y, finalmente, dejan de alimentar a los hijos debido a las complicaciones de la extracción.

    Durante los primeros seis meses de venta este emprendimiento facturó alrededor de USD 6 000, según Jaramillo.

    Lisbeth Jaramillo es la propietaria de Ser Mamá. Sus prendas para madres que dan de lactar se encuentra hace ocho  meses en el mercado. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Lisbeth Jaramillo es la propietaria de Ser Mamá. Sus prendas para madres que dan de lactar se encuentra hace ocho meses en el mercado. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Diseño y tecnología en la ropa deportiva

    Ana Cristina Alvarado

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    Los deportistas pueden encontrar en el mercado local ropa de entrenamiento y competencia de calidad. Al menos dos marcas se destacan: Lifting Souls y Soche.

    La primera es creada por Liss Fuentes y su primo Santiago Fuentes. Esta marca arrancó este año. Se caracteriza por usar telas con tecnología deportiva, como el ‘dry fit’, protección uv, antibacterial, pero con colores y diseños que están en tendencia.
    La línea de mujeres se vende desde enero en Designers Society (Cumbayá) y a través de redes sociales. La línea de hombres y una línea profesional para artes marciales mixtas serán lanzadas a partir de junio. Otra novedad es que desde esta semana atenderán en su ‘showroom’, en la Mariano Aguilera. Además, el fin de semana tenían previsto participar en el Runway, uno de los eventos de moda más importantes del país.

    Soche es otra marca, que está en el mercado hace cuatro años y fue creada para cubrir la necesidad de los deportistas, quienes tienen como opciones marcas importadas, principalmente.

    El enfoque de la marca es desarrollar ropa para deportistas de élite y la primera línea lanzada fue la de ciclismo. Ahora también diseñan productos para triatlón, montañismo, trail running y otros deportes de aventura.

    Soche ofrece ropa de élite para niños desde los 4 años y además tiene ropa para ciclistas de talla grandes, hasta la 5XL.

    La marca vende a través de su página web y en su tienda (av. Amazonas e Isla Floreana).

    Soche se enfoca en los deportistas de élite. Las prendas tienen garantía de por vida. Foto: Cortesía
    Soche se enfoca en los deportistas de élite. Las prendas tienen garantía de por vida. Foto: Cortesía
  • Ropa ecuatoriana para los aventureros

    Redacción Quito

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    La altura del nevado más alto del Ecuador, el Chimborazo, es de 6 310 metros sobre el nivel del mar. De ahí nace el nombre de la empresa 6 310, que se dedica a la fabricación y comercialización de equipos y ropa de montaña. Miguel Madera, su esposa y su hija llevan adelante este proyecto.

    Madera practica andinismo desde los 11 años y se considera un amante de las montañas. Por eso tuvo la idea de crear ropa diseñada por un andinista, es decir, alguien que conoce las necesidades de este tipo de deporte. Por eso el eslogan de la microempresa es: “De montañeros para montañeros”.

    El dueño del negocio detalla que la idea del proyecto fue confeccionar productos de calidad a precios razonables, ya que el equipo de montaña es costoso, en especial para las personas que se inician en este tipo de deportes.

    La iniciativa nació hace cuatro años con ventas en el portal web Mercado Libre; luego, el 30 de noviembre del 2013 abrió su local en el norte de la capital.

    El emprendedor cuenta que primero fabricó “un pantalón, camisetas y un buzo para tener acogida”. Luego expandió su línea de ropa hasta incluir en su catálogo rompevientos, pantalones cortos y otras prendas.

    Madera detalla que para salir a las montañas los andinistas usan el sistema de capas en su vestimenta. “Las capas son prendas de ropa que se utilizan para mantener la temperatura del cuerpo en un estado ideal de acuerdo con el entorno”, señala el dueño de 6 310.

    Entre las prendas de la primera capa, que permite transportar la humedad hacia fuera para mantenerse lo más seco posible, están buzos y pantalones. Sus precios están en alrededor de USD 22 y 24, en su orden.

    La segunda capa es la térmica para mantener la temperatura del cuerpo. Ahí se hallan buzos y chompas que tienen un valor de USD 38 y 50.

    Jerónimo Derkinderen, montañista de 29 años, ha comprado camisetas y chompas de la marca 6 310; él las describe como prendas de calidad y económicas. “Me gusta la marca porque es de muy buena calidad, tiene buenos cortes y sobre todo las camisetas son muy cómodas”.

    La marca también ofrece equipos importados como: mosquetones, piquetas, crampones, gafas, mochilas, linternas, entre otros.

    Los productos de vestir son exclusivos de fabricación y diseño nacional. Las telas son importadas debido a las características técnicas que requiere para que pueda funcionar correctamente en bajas temperaturas.

    La familia de emprendedores tiene un taller donde se elabora cierto tipo de vestimenta y se apoyan en otros talleres que ayudan en la fabricación de las prendas.

    Madera junto a su esposa cuentan que la inversión para sacar adelante este proyecto fue de unos USD 10 000. Estos recursos sirvieron para el equipamiento del local, decoración, insumos y artículos importados.

    La microempresa usa estrategia: auspicia montañistas, corredores de montaña y eventos como carreras y competencias. De esta manera, trata de hacerse conocida en el mercado. Madera reconoce que ha sido un proceso largo porque la gente prefiere lo extranjero.

    El emprendimiento tiene un promedio de ventas mensuales de USD 5 000. En el futuro el empresario piensa seguir consolidando la marca en su local y desarrollar nuevas prendas.

    Miguel Madera es el propietario de la marca 6 310. Él  muestra las prendas que ofrece a los deportistas en su tienda. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
    Miguel Madera es el propietario de la marca 6 310. Él muestra las prendas que ofrece a los deportistas en su tienda. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
  • Su idea: el uniforme corporativo

    Redacción Quito

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    Uniformes para oficina, escolares y para fábricas; hechos a la medida y con diseños y patrones de acuerdo al usuario. Ese es el trabajo que realiza Textiles Merac. La empresa hace seis años se encarga de la confección y bordado de estos insumos.

    Isabel Mera, de 30 años, es la gerenta general de la firma. La quiteña, quien está estudiando un masterado en Dirección de Empresas de Moda en España, detalla que la empresa familiar se creó al ver una oportunidad de negocio: la confección de uniformes para el sector empresarial.

    Mariana Criollo es una pieza clave: ella es mamá de Mera y la gerenta de Producción: Su tarea se concentra en la supervisión del manejo de la firma en Quito, mientras su hija termina sus estudios de especialización.

    Mera cuenta que antes de graduarse de la carrera de Ingeniería en Comercio Exterior -de la Universidad Católica de Quito- profundizó conocimientos acerca de la industria textil. La información le ayudó a detectar una nueva oportunidad de negocio: la obligación del uso de uniformes en empresas privadas y estatales.

    Por eso fundó Textiles Merac. Sin embargo, la quiteña detalla que para la confección de uniformes quería darle un valor adicional: elaborar los diseños a través de patrones.
    En diseño, el patrón es una plantilla elaborada en papel; esta se dibuja sobre el tejido para luego armarlo y confeccionarlo.

    Esta característica explica Mera le da un toque especial a sus productos: “con los uniformes también se posiciona la imagen corporativa”, asegura la empresaria.

    Para reunir el capital inicial de Textiles Merac, la mujer acudió a sus padres para el primer préstamo. Con el dinero compró máquinas bordadoras, de confección y materia prima.
    La primera producción -en el 2011- se enfocó en atender la necesidad de una entidad bancaria privada.

    En el 2012 además de implementar nuevas máquinas la iniciativa lanzó la línea de lencería hospitalaria y hotelera. Además, incursionó en la confección de sábanas, disfraces y artículos promocionales como gorras, banderas y otros.

    La primera planta de la empresa está ubicada en el norte de Quito. Ahí se elaboran las muestras de los diseños de uniformes. Y en la segunda planta, localizada al sur de la capital, se confecciona a escala industrial, los uniformes. Los espacios donde se produce son arrendados.

    A la fecha, Textiles Merac elabora uniformes industriales, corporativos, ejecutivos, hospitalarios y para restaurantes.

    Los procesos incluyen insumos nacionales y materia prima que resulta de procesos de reciclaje, como el ‘denim’, que es un tejido que resulta de botellas recicladas explica Mera.
    El Almacén Puebla, ubicado en el norte de Quito, es proveedor de Textiles Merac hace cinco años. El almacén le vende hilos, agujas, elásticos entre otros insumos dice Fernanda Vázquez.

    Con esta materia prima, la empresa empezó a captar clientes en sectores como telecomunicaciones, restaurantes, entre otros.

    Desde el 2013, DirecTV es cliente de Textiles Merac. Leonardo Cisneros, analista de Compras de la empresa indica que Merac aplicó a los procesos de compra y ganó algunos proyectos para elaborar desde los uniformes para el personal técnico y de ventas, hasta elaborar productos promocionales como gorras y pulseras.

    Cisneros afirma que el tallaje de Textiles Merac es el valor agregado, además de la calidad en el producto y confección.

    Para este año, la empresa se prepara para montar una planta propia. También, está en negociaciones para exportar a países como Bolivia, en la línea de lencería hospitalaria ; además se alista para nuevas líneas de producción.

    La gerente Isabel Mera 

    Queremos ganar nuevos clientes. Por eso es importante cumplir procesos de calidad. Para eso hemos trabajado arduamente y el año pasado obtuvimos una calificación del 100% durante la evaluación de procesos y fabricación emitida por la SGS. También hemos trabajado con el sector público y somos proveedores reconocidos del Servicio de Compras Públicas. Este año nos fijamos nuevas metas, como la creación de una nueva sublínea de moda.

    Mariana Criollo, gerenta de Producción de Textiles Merac, exhibe uno de los uniformes que confecciona la firma. La empresa nació en el 2011. Foto: Armando Prado/ LÍDERES
    Mariana Criollo, gerenta de Producción de Textiles Merac, exhibe uno de los uniformes que confecciona la firma. La empresa nació en el 2011. Foto: Armando Prado/ LÍDERES