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  • Ocho tipos de cerveza artesanal son su oferta

    Redacción Cuenca

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    La cerveza es una de sus principales aficiones, por ello el ingeniero civil cuencano Pablo Chica inició hace seis años la investigación para aprender a elaborar esta bebida. A él no le parecía que en el Ecuador solo se pueda consumir un tipo de dorada y no se prueben otras variedades.

    Su intención era elaborar cerveza artesanal como una distracción para el consumo familiar o en reuniones de amigos, pero poco a poco más personas se interesaron por su producto. Al inicio elaboraba entre siete u ocho litros por cada preparación, con equipamiento muy básico, que ya no está en uso. Obtenía un máximo de 25 botellas de 330 mililitros.

    En ese entonces, él mismo preparaba sus maltas porque no había oferta en el Ecuador. Chica preparaba la cerveza para fechas especiales como Navidad, Año Viejo, cumpleaños, Día del Padre…

    Este emprendedor cuenta que posteriormente conoció a un maestro cervecero alemán, quien le vendió unos kilos de malta proveniente de Alemania. Con ello, Chica elaboró tipos oscura y roja.

    Para mejorar, “me ha tomado mucho tiempo de investigación y desarrollo… En ocasiones he tenido que tirar todo un lote porque eran cosas que no se podían beber”, recuerda Chica.

    En la actualidad, tiene una capacidad instalada para elaborar 50 litros de cerveza por cada cocción. Eso le permite obtener 150 botellas de 330 mililitros, que es la única presentación de la marca Oblönguer. Hay ocho variedades de trigo, de centeno, las strongale dorada, roja y negra…

    También, una roja y dulce que elabora como un homenaje a la capital azuaya. Fue preparada por primera ocasión en noviembre del 2013 por las fiestas de independencia de la ciudad.

    Paulatinamente, Chica fue adquiriendo maquinaria para mejorar el proceso productivo. Tiene equipamiento como una cocina industrial, dos ollas de acero inoxidable -para la maceración y para hervir- y dos tanques de fermentación. Además, cuenta con un molino, equipo de envasado, barriles y otras herramientas. La inversión alcanzó los USD 9 000.

    Su cerveza se comercializa en amigos y familiares y a través del restaurante Dos Sucres de la capital azuaya, que se especializa en la cocina de autor. Según su propietario, Daniel Contreras, el producto es bueno y “una de las mejores que he probado”.

    En lo que va del año ha realizado ocho cocciones, de las cuales obtuvo 400 litros. Chica dice que la intención es introducir esta cerveza entre los clientes para que disfruten junto con la comida. Él entrega los diferentes tipos de cerveza. Lo hace a través de las botellas de 330 mililitros. Con Contreras tienen el proyecto de instalar unos dispensadores de Oblönguer en el restaurante Dos Sucres. Contreras espera que se concrete en los próximos meses.

    “Me ha retroalimentado indicándome cuáles son los tipos que tienen más demanda por los gustos de los clientes”, señala Chica. Asimismo, señala que la demanda de cervezas artesanales tiene un auge enorme. “No me he dedicado de lleno, pero en el restaurante ya empieza a crecer la demanda y otros restaurantes han hecho pedidos…, por ello ya es necesario hacer cocciones programadas”.

    Otros detalles

    La marca. El nombre de Oblönguer fue bautizado por los amigos de Pablo Chica y lo relacionaban con un apodo. En la etiqueta se distingue el escudo de la capital azuaya y la variedad de cerveza.

    Una estrategia. En junio pasado, por el Día del Padre, Pablo Chica comercializó cervezas en un elemento de madera portátil. Según él, las etiquetas fueron personalizadas siempre que el interesado lo desee. La promoción se realizó a través del muro de Facebook de este ingeniero civil cuencano.

    Pablo Chica elabora ocho tipos de cerveza. Hace seis años inició las investigaciones para elaborar esta bebida. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Pablo Chica elabora ocho tipos de cerveza. Hace seis años inició las investigaciones para elaborar esta bebida. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Cuenca apuesta por una ruta artesanal

    Giovany Astudillo

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    La Ruta Artesanal de Cuenca es la nueva apuesta para atraer al turismo nacional e internacional. En esta opción, que fue presentada la semana pasada, se plantea la visita a las galerías y talleres de siete artesanos, que se dedican a la cerámica, joyería y herrería y metales.

    El taller del ceramista José Encalada, de 81 años, es parte del recorrido. Desde que tenía 14 se dedica a la alfarería, en el barrio Convención del 45. En su local exhibe macetas, apliques de pared, vasijas, teteras, platos y adornos elaborados en arcilla. Los objetos más pequeños cuestan USD 1,50 y los más grandes hasta 60. Además, incursionó en la elaboración de vajillas de cerámica negra.

    Los visitantes pueden aprender las técnicas de su oficio. Con los pies, Encalada mueve el torno y con las manos moldea. Él se ayuda con agua para que no se peguen las manos en la arcilla.

    Eduardo Segovia, de 78 años, también es parte del proyecto. Él elabora adornos inspirados en las culturas latinoamericanas y sus obras se han expuesto en Europa con el nombre de ‘Constante Búsqueda’. Su arte se puede conocer con una cita previa.

    El taller y galería Andrea Tello es otra parada. Ella es la tercera generación de una familia de joyeros y tiene creaciones en filigrana y mezcla de metales. Cuenta con líneas contemporáneas y ha investigado sobre los símbolos y signos de la vestimenta andina para crear una colección para rescatar esa cultura.

    Mama Quilla, traducido del kichwa, significa Madre Luna. Esta platería que funciona desde hace 13 años tiene un área de exhibición y ventas un taller donde el turista puede conocer sobre la elaboración de una joya. Su propietario Ernesto Peña se especializa en el arte de la filigrana, aunque también conoce otras técnicas.

    Desde hace cinco años, Peña hizo una innovación que es la filigrana esmaltada, que tiene colores y transparencias. También, hace la filigrana envejecida. Con la creación de esta ruta quiere recibir más clientes y “que el turista tenga una experiencia vivencial”. Sus joyas cuestan desde los USD 10 (un par de aretes) hasta los 350, por una figura de escarabajo elaborado en filigrana envejecida.

    En la calle De las Herrerías está el taller de Humberto Guerra y en el barrio de El Vado de Carlos Bustos. Ellos se dedican a elaborar adornos y objetos utilitarios son hierro y metales. “Con esta ruta queremos que más turistas nos visiten y mejorar las ventas, que ahora están bajas”, dice Guerra.

    Al día recibe entre dos y 20 visitantes a quienes oferta faroles, cruces, lámparas y candelabros. Los faroles cuestan entre USD 20 y 50, dependiendo del tamaño y los candelabros desde 4.

    En el recorrido también se contempla el acceso a los museos municipal Casa del Sombrero y de la Joyería Cuencana. En este último se cuenta la historia, tradición y creatividad de este oficio, que es uno de los principales de Cuenca. Allí, se destaca la trayectoria de artesanos como Emilio Huiracocha, Ariolfo Vázquez, entre otros.

    La Casa del Sombrero, en cambio, funciona en una de las primeras fábricas de sombreros de paja toquilla de la capital azuaya. La estructura fue construida en 1880. Hay información sobre el tejido, que es patrimonio inmaterial del país, fotografías y una sala de exhibición y ventas.
    El objetivo de la Ruta Artesanal es diversificar la oferta turística del cantón Cuenca y que los visitantes puedan conocer sobre los procesos de elaboración de artesanías y compartir.

    Esta ruta fue armada de acuerdo con un criterio técnico del personal de la Fundación Municipal de Turismo y las recomendaciones realizadas por organismos como el Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares y la Asociación de Joyeros del Azuay.

    Según la directora de la Fundación, Tania Sarmiento, para ello se consideraron parámetros como la calidad de las artesanías ofertadas, la capacidad de cada uno de los espacios para recibir grupos de turistas, la accesibilidad a los locales, la disposición de los artesanos para enseñar al público su trabajo, entre otros factores.

    Fotos: Xavier Caivinagua para LÏDERES El artesano cuencano Eduardo Segovia explica a los visitantes las técnicas para las elaboración de adornos.
    Fotos: Xavier Caivinagua para LÏDERES
    El artesano cuencano Eduardo Segovia explica a los visitantes las técnicas para las elaboración de adornos.
  • La empresa Juan Álvarez montó un laboratorio para los estudiantes

    Giovany Astudillo

    redaccion@revistalideres.ec

    La empresa cuencana Juan Álvarez, que fabrica duchas, termotanques, paneles solares, entre otros productos, apostó por el equipamiento de un moderno laboratorio para mejorar sus controles de calidad y para que estudiantes hagan sus prácticas.

    La idea surgió por necesidad cuando se inició la producción de los paneles solares hace cinco años. Según el gerente, Juan Álvarez, resultaba demorado probar el rendimiento de los paneles “porque no teníamos medidores de radiación solar y eran pruebas muy empíricas. Aunque dieron resultados, requeríamos datos precisos”.

    Él recuerda que este requerimiento tomó impulso hace cuatro años cuando empezó a dar charlas sobre energía solar y paneles a los estudiantes de Arquitectura de las universidades del Azuay y Católica de Cuenca. “Se necesitaban datos técnicos para sustentar las explicaciones… Ellos tienen proyectos de casas ecológicas y son afines a usar esta tecnología”.

    La construcción del laboratorio se inició hace dos años y han invertido USD 30 000 en infraestructura y equipamiento. En una semana culminará la instalación del software, que demandó otro desembolso de USD 4 500.

    Con ese programa todos los datos migrarán al mismo tiempo y se dejará de hacer gráficos de forma individual como hasta ahora, dice el empresario. En la actualidad, el laboratorio tiene equipos de controles de temperatura, medidores de radiación solar, presión electrónica y caudal y climatizador para simular temperaturas de la Sierra, Costa y Amazonía.

    Allí, se pueden realizar pruebas como medir la eficiencia o rendimiento de un panel solar por metro cuadrado, de acuerdo con la radiación solar del momento. También, comprobar los tipos de aislamientos térmicos, eficiencia de los termotanques, consumo de los productos eléctricos como duchas y termotanques, calentadores de paso, entre otros.

    Álvarez dice que con este laboratorio, por ejemplo, pueden recomendar a los constructores, qué características de tubería debería poner para un proyecto. A más del mejoramiento de la calidad de sus productos, este espacio tiene otro objetivo: el uso de los estudiantes.

    Cuando Álvarez inició hace 30 años la producción de sus duchas de la marca Termoplastic no tuvo quien le respalde o apadrine para canalizar sus ideas innovadoras y sobre la marcha fue aprendiendo. Él no quiere que les ocurra lo mismo a los jóvenes de colegios y universidades.

    Hace dos semanas firmó un convenio con los representantes de la Universidad Católica de Cuenca. La intención es que los alumnos de ingeniería renovable puedan hacer sus prácticas en la empresa y compartir conocimientos. Con ellos, se cruzará la información que tiene la academia con la práctica de los productores.

    Ese criterio es compartido por Oly Álvarez, directora de la Unidad de Postgrados de la Universidad Católica; ella explica que el espacio será usado por quienes participen en la maestría de energía renovable, que está en la fase de diseño y se prevé que se iniciará el 2017. “Al ser una empresa reconocida, buscamos tener este espacio para las prácticas y que los maestrantes se nutran de la experiencia de la empresa y que esta recibe el conocimiento de los docentes y maestrantes”.

    Álvarez quiere ampliar su laboratorio y lo hará por etapas para hacer otras pruebas como la medición de la conducción térmica de materiales, eficiencia de receptores de calor y medir variables. “Cada vez queremos implementar más equipos”.

    En la actualidad, esta empresa fabrica duchas eléctricas, paneles solares y termotanques. También, incursionó en la línea publicitaria y souvenirs para aprovechar las máquinas donde procesa el plástico. Allí, elabora reglas, llaveros, adornos de oficina… Según Juan Álvarez, brindan el servicio a las agencias publicitarias. Otra línea es la metalmecánica con trabajos para construcciones.

    El 80% de su producción se concentra en los ítems de calentadores de agua. El 10% en plásticos y souvenirs y la diferencia en metalmecánica.

    Álvarez, asegura que su empresa es líder en la línea de calentamiento para hogares, hoteles y piscinas, en el mercado de la Sierra. El 70% de su producción se comercializa en la Sierra norte y centro.

    Juan Álvarez inició hace dos años la construcción de un laboratorio para pruebas de productos. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Juan Álvarez inició hace dos años la construcción de un laboratorio para pruebas de productos. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • El queso que innova para crecer

    Giovany Astudillo

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    El inicio fue complicado para la empresa lojana Saraguros Industrias, que se fundó hace 13 años. Pese a la dedicación, innovación y esfuerzo de su propietario Antonio Contento, las ventas de sus quesos no cumplían las expectativas para que el negocio sea rentable y pagar las deudas. El problema era el mercadeo.

    Él probó algun#as estrategias. A más del queso molido con el que inició, Contento optó por variedades como andino, mozarela, ahumado, deshidratado… Al día procesaba 800 litros para obtener 240 quesos, que los fabricaba en un pequeño local en el sector conocido como La Quesera, en la vía Saraguro-Loja.

    Su motivación para no renunciar fue una reflexión que su padre Rumualdo le transmitía desde su infancia. “Me decía que había gente que construía aviones, edificios… y nosotros no somos capaces ni de criar un cuy”, recuerda. Buscó asesoría para mejorar sus ventas e identificar qué productos demandaba cada mercado.

    También, consiguió que pizzerías como Pronto Pizza y La Fornace de Cuenca adquieran sus productos. También fue importante ingresar a Coral Hipermercados. Su representante, Patricio Ortiz, destaca la calidad de los quesos, el precio y servicio. “Como política apoyamos a los pequeños empresarios”.

    Desde entonces, las cosas cambiaron y Saraguros Industrias no ha dejado de crecer y de diversificarse. “No podía creer cuando me dijeron que ganamos USD 8 000 un mes porque estaba acostumbrado a oír que perdimos o salvamos”. En el 2015 facturó USD 1,2 millones y para este año prevé cerrar con 1,3 millones.

    Su primera inversión importante se dio en el 2006 cuando montó una planta en Cañar para atender a clientes de Guayaquil. Tiene capacidad para procesar 2 500 litros al día, que representan 700 quesos. Invirtió USD 150 000.

    Tres años después instaló otra planta en el sector de Manú, en Saraguro. La bautizó como Taita Pedro, en honor a su abuelo, quien era un comerciante y a inicios del siglo 20 llevaba sus quesos a Zaruma, en El Oro. Él atravesaba por Manú en sus viajes a la Costa.

    Esta planta es el pilar de la empresa porque desde allí atiende al 60% de la producción que demandan sus clientes en Azuay, que es su principal mercado, y a la totalidad de Loja y Zamora Chinchipe.

    Allí, tiene capacidad para procesar 5 000 litros al día, que dan 1 500 quesos. La inversión fue de USD 250 000 y la tecnología es ecuatoriana. Contento tiene una estrategia diferente: él prefiere instalar sus plantas en las zonas aledañas a los proveedores de la materia prima. “No quiero transportar largas distancias para no afectar la leche, porque de eso depende la calidad de mis quesos”.

    La tercera planta fue abierta hace un año en Zhiña, en el sur de Azuay. Procesa 600 litros al día. Allí, también funciona su nuevo proyecto que se denomina Saraguros Aventure, que ofrece los servicios de restaurante, cafetería, canopy, cuadrones y paseo a caballo. Son 80 hectáreas.

    La familia es parte fundamental en el desarrollo de la empresa. Su esposa Laura Quizhpe se encarga de las finanzas y su hermano Armando brinda el servicio de transporte con sus camiones.

    Su cuñado Roberto Poma, en cambio, abrió hace dos meses un delicatesen en el Centro Histórico de Cuenca. Poma dice que cada día tienen 50 compradores al día. Más del 90% son extranjeros, que visitan o viven en la urbe.

    En ese local ofrece las siete variedades de queso como mozarela, con orégano, madurado, andino, molido… y el tequila. En la etiqueta de este último se hace un homenaje a los dos abuelos de Contento y a su padre.

    La botella de tequila lleva un poncho y la tapa se cubre con la cabeza de saraguro que lleva su sombrero negro y blanco, que es elaborado en cerámica. Este detalle sirve como una copa.

    La empresa cuenta con un delicatesen en el Centro Histórico de Cuenca. Allí el 90% de los clientes es extranjeros que está de visita o que vive en la capital azuaya. Foto: Xavier Caivinagua / LÍDERES
    La empresa cuenta con un delicatesen en el Centro Histórico de Cuenca. Allí el 90% de los clientes es extranjeros que está de visita o que vive en la capital azuaya. Foto: Xavier Caivinagua / LÍDERES
  • La macana de las cholas cuencanas en prendas y calzado

    Redacción Cuenca 

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    Hace una década Jhoana Guzmán participaba en desfiles de moda y otros certámenes para recaudar fondos para gente de escasos recursos y personas de la tercera edad, en Nueva York, EE.UU.

    En esas primeras creaciones incorporaba elementos tradicionales del Ecuador como los sombreros de paja toquilla y la macana, que es el chal de la chola cuencana. A su retorno al Ecuador estudió hotelería y turismo, pero no dejó de lado su gusto por el diseño, una carrera que cursó en EE.UU.

    Ese interés por destacar este tejido tomó mayor impulso hace dos años cuando registró la marca Ikat Master Hands. También, hizo contactos con las artesanas Carmen Vera y Gladys Rodas, quienes son expertas en la técnica del ikat, con la que se elabora la tradicional macana.

    Ellas viven en Bullcay, en el cantón azuayo de Gualaceo, y han logrado reconocimientos internacionales por su actividad artesanal. “Están prestas a innovar en el uso de las tonalidades”, dice Guzmán.

    Hasta la fecha, ella ha presentado tres colecciones. La primera se denominó Historia, Cultura y Elegancia. Fue en el evento Escaparate Moda Ecuador, que se realizó el año pasado en la ciudad de Machala.

    La colección tuvo 80 piezas, de las cuales 50 fueron para mujeres y lanzó 60 modelos de zapatos. Se trató de camisetas, camisas, sacos, ternos, vestidos, pantalones… en las que se aprecia, de diversas formas, el tejido ikat de las macanas azuayas.

    La segunda se llamó Cultura en Cuenca, que se exhibió en la capital de Azuay. El pasado 24 de junio presentó la última por el primer aniversario de la macana como patrimonio inmaterial del Ecuador. Se denominó Moda y Cultura en Cuenca 2016.

    De acuerdo con Guzmán, fueron un total de 150 prendas de vestir y zapatos para mujeres, hombres y niños. La novedad es que hubo trajes de baños, zapatos de tacones, carteras y billeteras, en las que se destacó el tejido de la tradicional macana.

    La próxima será presentada el 20 de este agosto en Guayaquil. Estará más enfocada para ser usada en la Costa porque tendrá telas más delgadas como las sedas.

    La macana también tendrá hilos finos para que la prenda no sea pesada. Guzmán las diseñó en tonalidades blanca, café, beige, etc., y el tejido de la macana se hará con colores fuertes como el fucsia, morado, azul… Una costurera y su madre le ayudan en la confección de sus creaciones.

    Sus prendas están enfocadas en un segmento medio alto y extranjeros que residen o visitan la capital azuaya. Son los que más valoran este trabajo, dice Guzmán. El 75% de sus clientes es extranjero.

    A la estadounidense Denna Kull le gusta porque se trata de un producto elaborado a mano. La combinación de colores se destaca en estas prendas tradicionales.

    Desde diciembre pasado envía 15 prendas al mes para que sean comercializadas en una tienda en Tampa, Florida. Cada mes le piden nuevos diseños y ella elabora 30 bocetos, que son escogidos.

    Además, en su taller vende otras 15 prendas al mes con tejido ikat. Las más demandadas son ternos y sacos, en el caso de los hombres, y los vestidos para las mujeres.

    Hace dos años Jhoana Guzmán registró su marca. Su idea es que este tejido sea valorado. Foto: Xavier Caivinagua / LÍDERES
    Hace dos años Jhoana Guzmán registró su marca. Su idea es que este tejido sea valorado. Foto: Xavier Caivinagua / LÍDERES
  • Las bicicletas eléctricas se fabrican en Cuenca

    Redacción Cuenca (I)

    La empresa cuencana Ecuacyclo presentó el jueves pasado dos modelos de bicicletas eléctricas, las primeras de su tipo que se producen en el Ecuador. Este proyecto que estuvo en estudio y desarrollo desde hace cinco meses.

    Es un modelo para ciudad y otro para montaña con la marca GTI. El cuadro y las partes metálicas son fabricadas en la planta, ubicada en el norte de Cuenca. En cambio, las catalinas, frenos, suspensión, baterías… son importadas.

    Hace dos semanas empezó la producción. Se fabrican 400 bicicletas eléctricas al día y 600 de los modelos convencionales de Ecuacyclo. La empresa cuenta con una capacidad instalada de 4 500 unidades diarias, según Juan Pablo Ortiz, ejecutivo del Grupo Ortiz, propietario de la compañía, que fue inaugurada hace dos años.

    Las bicicletas eléctricas no generan ruido. El motor y el pedal pueden funcionar de forma simultánea para generar un mejor rendimiento o cada uno a la vez, señaló Andrés Tapia, del Grupo Ortiz.

    Según él, el tiempo de carga de la batería, que utiliza tecnología Samsung, es de hasta tres horas y brinda una duración de 60 kilómetros de autonomía eléctrica. Es decir, sin que la persona realice ningún esfuerzo en el desplazamiento. Además se alcanza una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora, sin usar el pedal. Eso depende de las características del terreno y del peso del ciclista.

    Son baterías de litio, señaló Xavier Valencia, gerente de Ecuacyclo. Él agregó que se garantiza entre 1 000 y 1 400 cargas, si se hace una por día, con lo que la ‘bici’ puede durar más de tres años. Él recomienda que sea la carga completa durante tres horas para que llegue al 100% y volver a cargar cuando bajé al 25%, no antes.

    En el caso del modelo para ciudad, el motor está en la parte delantera con lo que se logra una doble tracción y mayor velocidad. En cambio, en la montañera está atrás para generar una mayor fuerza.

    Los empresarios Ángel y Juan Pablo Ortiz y Andrés Tapia, representantes del Grupo Ortiz, presentaron sus bicicletas eléctricas para ciudad y montaña. El acto fue en el Centro de Convenciones Mall del Río de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Los empresarios Ángel y Juan Pablo Ortiz y Andrés Tapia, representantes del Grupo Ortiz, presentaron sus bicicletas eléctricas para ciudad y montaña. El acto fue en el Centro de Convenciones Mall del Río de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Un programa de becas se ofrece a los saloneros en Cuenca

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    Un total de 40 cupos están disponibles en Cuenca para las becas Learning For Life, que impulsan la multinacional Diageo y la División Licores de Almacenes Juan Eljuri. El programa está dirigido a saloneros que deseen profesionalizarse y que tengan una experiencia mínima de cuatro meses.

    Son tres meses de capacitación, que iniciarán el 1 de agosto en la Villa San Carlos, en la capital azuaya. Durará tres meses y en total son 56 horas de práctica.

    Según la vocera del programa, Bernarda Martínez, las inscripciones finalizarán este miércoles 20 y los interesados deben llenar un formulario a través del sitio web www.eljurilicores.com.

    Learning for Life es un programa que benefició a más de 100 000 personas en el mundo. En la actualidad, se realizan 50 proyectos en 30 países de América Latina y el Caribe. Es la segunda ocasión que se realiza en Ecuador; el año pasado hubo 100 becados en Cuenca.

    Para Martínez, la iniciativa es una respuesta concreta a las necesidades del país, que busca una educación en habilidades prácticas para garantizar la empleabilidad de adultos y se enfoca en el turismo, que es una área estratégica.

    La malla curricular está elaborada en función de la norma técnica del INEN para los saloneros. “Si bien no está en vigencia la obligatoriedad de que un salonero requiere una certificación, pero es necesaria porque entrará en vigencia en cualquier momento”.

    La idea es que sepan sobre buenas prácticas de manufactura, seguridad alimentaria, manejo y prevención de riesgos (qué hacer en un terremoto, asfixia…), promover la carta, atención al cliente, etc.

    Para este semestre son 40 becas en Cuenca y en enero se abrirán otros 40 cupos. En esta ocasión se amplió el presupuesto porque a más de los becados de la capital azuaya habrá otros 80 en Quito y una cantidad similar en Manta. La convocatoria para estas dos últimas ciudades se lanzará posteriormente. En cada beca se invierten USD 1 000.

    Según Martínez, este año medirán los resultados con indicadores como propinas, salarios y ventas. “Queremos saber en cuánto impacta un servicio profesional en la facturación de un local”.

    El año pasado se entregaron 100 becas para saloneros de la capital azuaya. Foto: Cortesía Grupo Eljuri
    El año pasado se entregaron 100 becas para saloneros de la capital azuaya. Foto: Cortesía Grupo Eljuri
  • El programa de formación dual se consolida en Cuenca

    Giovany Astudillo

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    Un total de 1 400 estudiantes de tercero de bachillerato de planteles educativos fiscales y técnicos de Cuenca conocieron sobre el Programa de Formación Dual. La presentación se realizó el pasado 10 de este mes en cuatro conferencias efectuadas en el Teatro Carlos Crespi, de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS), en la capital azuaya.

    El objetivo de la difusión es que los alumnos se inscriban y rindan las pruebas para acceder al programa, que tiene las carreras de electricidad y mecánica industrial. El próximo 26 de septiembre se iniciarán las clases para la segunda promoción. Habrá entre 50 y 60 cupos, que tendrán el respaldo de 12 industrias cuencanas.

    Este programa es parte del proyecto Alianza para la Formación Profesional, que impulsa el Gobierno alemán y que tiene el respaldo de las cámaras de Industrias y Comercio Ecuatoriano-Alemana y de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca.

    La primera promoción, que tiene 65 estudiantes, empezó su capacitación en septiembre del 2015 y en agosto próximo terminarán el segundo semestre. Las clases se dictan en el Centro de Tecnología Industrial de la UPS, en Cuenca.

    Según el encargado del programa por parte de este centro de estudios superiores, Nelson Jara, se busca a los estudiantes secundarios que quieren realizar una inserción laboral en el corto plazo.

    La formación dual consiste en combinar la teoría y la práctica a través del modelo ‘aprender haciendo’. Es decir, sus lugares de aprendizaje son los centros de capacitación y las empresas que participan en el programa.

    Los estudios están divididos en cinco semestres. Los dos primeros tienen un énfasis teórico en aulas, laboratorios y talleres. En los últimos tres semestres harán prácticas en las industrias, que buscan personal calificado.

    La intención es formar a profesionales que aprenderán lo que las industrias necesitan, señala Alfuns Tentrup, director de Formación y Capacitación de Haver and Boecker. “Queremos dotar de profesionales con destrezas y conocimientos prácticos y que puedan aterrizar lo que diseñan los ingenieros, que al final representan un buen producto”.

    En el primer semestre, los alumnos acceden a una formación básica, conocimiento tecnológico y una destreza inicial en el manejo de máquinas y herramientas, instalaciones eléctricas… En el segundo semestre tienen materias como matemáticas, programación, seguridad industrial, ensamblado de equipos, inglés, programación, fabricación de módulos, dibujo mecánico, entre otras.

    Desde el tercer ciclo, explica Jara, los alumnos asistirán tres días a la semana a las 12 industrias cuencanas que apoyan la formación y dos días cada semana a la universidad durante 12 o 14 semanas. Posteriormente, estarán a tiempo completo en las fábricas.

    Esa dinámica se mantendrá hasta el quinto semestre, que se cerrará con un examen final de certificación alemana y la presentación de un proyecto que será calificado por la universidad y que solucionará un problema puntual de las industrias que los apoyaron.

    Jara asegura que a mediados de agosto próximo también habrá un examen de certificación para la primera promoción. Por ello, una delegación de la Alianza para la Formación Dual visitó Cuenca a inicios de este mes. Su idea fue realizar pruebas piloto; además los estudiantes dieron un examen teórico y otro práctico.

    Para este último, los alumnos de electricidad y mecánica industrial recibieron un kit de herramientas y materiales y un plano con instrucciones para que cumplan con un pedido en un tiempo de seis horas. “Con estos simulacros podemos evaluar y asesorar a la universidad y a los docentes para mejorar”, señala Tentrup.

    Según el vicepresidente de Relaciones Humanas de Continental Tire Andina, Gustavo Malo, su empresa auspicia a 10 estudiantes, cinco de electricidad y cinco de mecánica industrial. “Ahora queremos una formación intermedia. Reclutamos de tres a cuatro ingenieros por año, en diferentes áreas como industrial, químico, mecánico, eléctrico… pero necesitamos unos 15 tecnólogos”.

    Malo dice que los estudiantes del programa dual tienen tutores al interior de las industrias para poner en práctica sus conocimientos. Agrega que del costo del semestre, un tercio cubre la universidad, otro tercio el estudiante y el resto las empresas.

    Francisco Picón, de la carrera de Mecánica Industrial, rindió una prueba práctica en los talleres de la Politécnica Salesiana. Fotos: Giovanni Astudillo / LÍDERES
    Francisco Picón, de la carrera de Mecánica Industrial, rindió una prueba práctica en los talleres de la Politécnica Salesiana. Fotos: Giovanni Astudillo / LÍDERES
  • 30 productores exhiben en conjunto

    Redacción Cuenca (I)

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    Cerca de 100 productos diferentes se exhiben y comercializan en Mashca Galería, ubicada en el centro de la capital azuaya. Son mermeladas, conservas, carnes secas y deshidratadas, miel, café, cerveza, ropa, agendas, ilustraciones, joyas elaboradas en vidrio, cojines, bufandas, bolsos…

    Esta galería funciona desde hace 15 meses, señala la socia, Meg Weaver. Según ella, siempre participaban en ferias con artesanos de Cuenca y otras regiones del Ecuador. “Entre todos decidimos crear un lugar para exhibir y vender los productos aparte de las ferias. Queríamos un espacio donde el precio sea justo”.

    La tienda en el centro de Cuenca fue abierta hace seis meses; antes funcionaba en el sur de la urbe. Se cambió de ubicación porque en este nuevo lugar hay más afluencia de compradores nacionales y extranjeros y el barrio está vinculado con la cultura, dice Tiago Bedón, otro socio.

    En esta galería se exhiben productos de más 30 artesanos de ciudades como Cuenca, Quito, Latacunga, Ibarra, Loja, Guayaquil y la Amazonía. “Siempre se van innovando los productos”, asegura Bedón. Hay productos que se exhiben en la tienda y otros en el muro de Facebook.

    Para acceder a la galería, el emprendedor debe cumplir un requisito principal que es ser el productor y no un intermediario “porque apoyamos a los creadores y al comercio justo”, insiste Bedón.

    Luego debe enviar muestras de sus productos y presentar la documentación vinculada con el RISE o el RUC. Según Bedón, no creen en la burocracia y consideran que el proceso de calificación debe ser libre y abierto, pero con un orden.

    Mashca Galería está integrada por siete socios. A más de Weaver y Bedón están Diego Marín, Diana Gárate, Franklin Siguencia, Sergio Sánchez y Juliana Torres, quienes exhiben sus creaciones. Ellos aprueban para que un producto sea exhibido. El proceso dura entre una semana y un mes.

    Quienes no son socios pueden exponer alquilando un lugar en la tienda. Los costos van desde los USD 25 hasta los 150 mensuales, según el espacio ocupado. “Son una suerte de inversionistas y pueden promocionar sus marcas”, señala Bedón.

    Con esos ingresos se financia la renta de la tienda y otros rubros como la promoción, mejoramiento de la tienda y pago a quienes están atendiendo en el local. Quienes alquilan un espacio no pagan una comisión por las ventas.

    Otra alternativa es dejar los productos a precio de distribuidor, por lo general, es una opción usada por los socios de la tienda. Adicionalmente, los integrantes de este emprendimiento dan asesoramiento a los productores porque tienen diferentes especialidades en comunicación social, diseño en modas, textiles y objetos, ingeniería en procesos… La idea es colaborar y mejorar los productos o su promoción.

    El 50% de los clientes es extranjero, que busca un recuerdo alusivo a Cuenca o a el país, dice la socia de la galería Diana Gárate.

    Al inicio vendían USD 400 al mes y el objetivo es culminar este año con una facturación de USD 4 000, que no es una ganancia líquida porque se debe descontar el pago a los productores y los gastos de funcionamiento,explica Bedón.

    Meg Weaver, Tiago Bedón, Diego Marín y Diana Gárate son parte de los socios de esta galería en Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua / LÍDERES
    Meg Weaver, Tiago Bedón, Diego Marín y Diana Gárate son parte de los socios de esta galería en Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua / LÍDERES
  • Antonio Vásquez: ‘Cuenca necesita más oferta aérea’

    Giovany Astudillo

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    Cuenca es una de las urbes más productivas e industrializadas del país, pero también está entre las de mayores limitaciones de conectividad aérea. ¿Cuál es el impacto que genera la restricción actual que pesa sobre el aeropuerto Mariscal La Mar, por la que se suspenden los vuelos cuando la pista está mojada?
    De por sí el aeropuerto ya tenía restricciones porque tener una pista corta de 1 900 metros (longitud). Al ser Cuenca, un centro de desarrollo productivo, industrial, turístico, económico y social, la situación se complicó y estamos incomunicados porque el clima se torna en un factor de suerte. Desde los sectores productivos auguramos que el recapeo de la pista que piden las autoridades se ejecute de forma inmediata con responsabilidad. También, es necesario ampliar el tamaño de la pista, que es un trabajo que costaría entre USD 30 millones y 35 millones, que incluye las obras e indemnizaciones. Allí, no solo deben intervenir las autoridades locales sino también las nacionales porque Cuenca ha aportado mucho al país en varios ámbitos, por eso se debe dar la importancia inmediata del caso.

    ¿Qué alternativas plantea?
    Sabemos de la problemática que representaría un nuevo aeropuerto, que es un proyecto de varios años. Hoy tenemos que pensar sobre una realidad económica del país, por eso al aeropuerto actual hay que darle seguridad, que no solo es un recapeo, pensemos en la ampliación de la pista para mejorar la seguridad de sus usuarios y de quienes están en los alrededores del aeropuerto. Además, invitaría a las aerolíneas pequeños nacionales o internacionales o a nuevos emprendimientos para que vuelen a Cuenca porque es una ciudad que demanda el servicio aéreo. Al Director de la Corporación Aeroportuaria de Cuenca le planteamos hacer la gestión y los cuencanos debemos impulsar y apoyar la llegada de nuevas aerolíneas. No podemos ver limitados a dos empresas. Es imperativo y necesario tener un aeropuerto habilitado, pero también una oferta amplia de vuelos. Hace un par de años había 15 vuelos al día y ahora no pasan de ocho.

    ¿Cuál ha sido el impacto de esa reducción de frecuencias?
    En el 2012 viajaron 588 000 pasajeros, en el 2013 bajaron a 510 000, en el 2014 a 493 000 y en el primer trimestre del 2016 hubo una disminución de 10 000 pasajeros en comparación al mismo período del 2015. Esto no solo se debe a las tarifas aéreas sino también a la disminución de frecuencias. Mucha gente que venía o se iba al exterior se transportada por Quito, ahora, prefieren Guayaquil y hacia allá viajan por tierra. Desplazarse a Guayaquil, por ser un puerto y a Quito por ser la capital, es parte del trabajo de los empresarios. Otras personas lo hacen por situaciones de salud, por lo que no se puede cambiar de destino o viajar 10 ó 12 horas por vía terrestre.

    ¿Qué sectores productivos son los más afectados?
    No hay un sector específico. Es una ciudad turística y si no existe la seguridad de poder viajar o regresar, simplemente cambio de destino. El comerciante por su trabajo viaja mucho y sus tiempos son limitados y lo hace con costos altos por las tarifas aéreas. Los industriales, ya sean técnicos o ejecutivos, obviamente lo hacen porque las empresas funcionan por el movimiento de las personas. Todos estamos incomunicados. Cuenca también es un centro cultural con exposiciones o festivales, que se dejan de hacer por el problema que presenta la ciudad. Las universidades reciben a mucha gente o envían. Todos los sectores estamos afectados.

    ¿Han realizado mediciones por viajes o carga?
    No tengo una medición en este momento por lo diferentes sectores. El transporte de carga de los sectores industrial y comercial se lo realiza principalmente por tierra, más que por aire. Pero no dejemos dejar de citar que la vialidad del sur del país deja mucho que desear… Cuenca es la ciudad número 14 en inversión en vialidad y la tercera que genera más producción y desarrollo. Los cuencanos hemos aportado y seguimos haciéndolo y requerimos la preocupación de las autoridades, la ejecución de las obras y que los compromisos adquiridos se los cumpla.

    ¿Qué perjuicios ha tenido la ciudad en el ámbito empresarial al no contar con un aeropuerto internacional o que permita aumentar las operaciones?
    La comunicación entre los pueblos es el primer síntoma de desarrollo. Un nuevo aeropuerto es un proyecto a mediano plazo, pero la ciudad sí puede tener un mejor desarrollo ampliando el actual aeropuerto y logrando una integración con el norte del Perú y logrando que el de Cuenca sea un aeropuerto transfronterizo. Cuenca tiene la capacidad y la calificación para poder volar con aviones de mediano tamaño y eso fomentaría mucho el desarrollo del país. Sería un pilar de crecimiento para todo el Austro.

    Las tarifas aéreas también limitan la operatividad, ¿qué plantean como sectores productivos?
    Las tarifas aéreas en el ámbito mundial están sujetas a la oferta y la demanda. El gran problema que tenemos en Cuenca es la sobredemanda de pasajeros y la limitada oferta de vuelos. Eso ha generado que las compañías, que tienen tanta demanda, pongan el precio más alto. Si tuvieron una mayor oferta de otras aerolíneas que podrían participar, la situación cambiaría. Por eso invitamos a que nuevas empresas operen hacia la ciudad… Debemos mostrar todas las posibilidades de negocios que se generarían para aerolíneas pequeñas y que tengan rutas hacia nuestra ciudad. Automáticamente bajarán los precios.

    ¿Qué alternativas plantean para solucionar el problema para mejorar la conectividad, una alianza para invertir?
    Lo que se planteó dentro del Directorio de la Cámara de Comercio fue que los cuencanos mostremos todas las bondades que tiene la ciudad para hacer negocios en todos los ámbitos y que invitemos, obviamente, a las aerolíneas internacionales, que tenga interés por volar desde Cuenca hacia Guayaquil, Quito, Manta y transfronterizos al norte del Perú y a las ciudades intermedias peruanas. Esa puede ser la oportunidad para lograr un desarrollo aéreo.

    El alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, señaló que la capital azuaya deberá seguir utilizando al actual aeropuerto Mariscal La Mar por más de 10 años. ¿La ciudad podría seguir creciendo con las actuales condiciones de conectividad aérea?
    Estoy de acuerdo con el Alcalde porque estamos en una realidad económica complicada en la cual es difícil encontrar inversiones para un nuevo aeropuerto. Además, los estudios de factibilidad son complicados por las condiciones geográficas de la ciudad. Pero, si es una obligación la ampliación del actual aeropuerto y debemos hacerlo ya. Es una necesidad imperativa y de seguridad, que nos daría tranquilidad para desarrollar nuestras actividades.

    Antonio Vázquez, director de la Cámara de Comercio de Cuenca y expresidente de la Asociación de Cámaras de la Producción de Azuay, analiza los problemas de ­conectividad por las restricciones del aeropuerto Mariscal La Mar. Foto: Xavier Caivinagua / LÍDER
    Antonio Vázquez, director de la Cámara de Comercio de Cuenca y expresidente de la Asociación de Cámaras de la Producción de Azuay, analiza los problemas de ­conectividad por las restricciones del aeropuerto Mariscal La Mar. Foto: Xavier Caivinagua / LÍDERES