Etiqueta: emprendimientos

  • Dulce artesanal a cargo de tres emprendimientos

    Marcel Bonilla

    Contenido intercultural

    Relacionadas

    Las marcas Mermeladas y Dulces La Mayita, Macadé y La Campesina trabajan desde hace dos años en la elaboración de productos fabricados a base de coco y
    cacao, que se producen en diferentes fincas de Esmeraldas.

    Las tres marcas son parte de la Asociación de Artesanos Tejiendo Pinceladas y Dulzuras (Artepindul), integrada por 15 miembros que trabajan con juguetería en madera, juguetes de tela, tejidos en croché, pinturas en alto relieve, mazapán, arte arena, artes plásticas y todos los dulces.

    Cocada con manjar y con cacao crocante 100% orgánico son dos de las presentaciones con las que Mermeladas y Dulces La Mayita incursiona en el marcado local, para reactivar su economía.

    Como parte del procesamiento, la pepa de cacao se tuesta en pailas sobre fogones de madera. Luego pasa a molinos artesanales, hasta quedar en pequeños granos para ser agregado a las cocadas, con trazos rectangulares.

    A esa producción se suman las cocadas tradicionales, arroz con coco, manjar de coco y aceite de coco para el consumo en alimentos. También se desarrollan artículos de tocador como bronceador de aceite de coco y productos para tratar el cabello.

    Mayra Ortiz, representante de Mermeladas y Dulces La Mayita, explica que la producción se hace con capital propio y se trabaja con un promedio de 100 unidades por cada uno de los productos.

    Macadé, representada por Raquel Cañola, está dedicada a la producción de tortas de yuca y jabones de glicerina, con esencia de coco. La preparación se hace en su domicilio, mientras se financia la construcción de un galpón en el que funcionará su negocio.

    “Por ahora la manufactura es baja y se hace en función de los pedidos que tengamos dentro de la provincia, que suelen ser mayores en feriados”, señala Cañola.

    Una tercera marca es La Campesinita, que lidera María Esterilla, en la comunidad de Tabuche, a media hora de la ciudad de Esmeraldas. Allí prepara manjar de coco y borojó, y rompope de cacao.

    El manjar de coco y borojó ya cuentan con registro sanitario. El esfuerzo de 10 emprendedoras de La Campesinita tiene dos años ocho meses y la finalidad es potenciar su iniciativa para llevarla fuera de la provincia.

    La presentación de los manjares se la hace en recipientes de vidrio de 150 y 200 gramos, con proyecciones a que sea mayor y se incremente la producción que está sobre las 200 unidades al mes.

    El coco y el cacao son dos frutas que se producen ampliamente en la provincia de Esmeraldas y que han desarrollado el ingenio de mujeres emprendedoras para dar valor agregado a las mismas.

    La mayor promoción de los emprendimientos se hace en las ferias artesanales en las que se exponen las iniciativas de las esmeraldeñas, que están probando combinaciones para dar un mejor uso al coco y al cacao.

    El 90% de los negocios que se presentan en eventos tuvieron su origen después del terremoto de abril de 2016, que afectó el sur de la provincia de Esmeraldas.

    Por eso, con ayuda del Ministerio de Industrias, la Superintendencia del Control del Poder del Mercado y el Instituto de Economía Popular y Solidaria, se han logrado agilitar los procesos para que las emprendedoras puedan sacar al mercado sus productos con registros sanitarios.

    Una imagen de la venta de productos gastronómicos elaborados con coco y cacao. Las emprendedoras se presentan en ferias en la provincia. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Una imagen de la venta de productos gastronómicos elaborados con coco y cacao. Las emprendedoras se presentan en ferias en la provincia. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • Cosmética que concentra esencias básicas para la piel

    Carolina Enríquez (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Cosmética minimalista. Ese es el giro de negocio de Azulina, el emprendimiento de Tania Ricaurte y María José de la Vega.

    Ambas, que son madre e hija, responden al unísono cuando la gente pregunta qué significa ese término. “Se refiere al uso de la menor cantidad de productos para fabricar un artículo de belleza y una mayor concentración de ingredientes esenciales”.

    El negocio comenzó a operar formalmente a finales del 2015 y tiene el nombre de una flor azul. Sin embargo, la idea nació antes.

    Tania realizó varios estudios en cosmetología y gustaba de experimentar con productos y fórmulas para el cuidado y tratamiento de la piel. Hizo pruebas en su propio rostro y obtuvo buenos resultados; luego presentó su oferta a diferentes amigas y familiares.

    El primer artículo que desarrolló la emprendedora fue un serum facial con colágeno, elastina y vitamina E. Los tres ingredientes, en alta concentración, sirven para dar firmeza, hidratación y elasticidad al rostro; asimismo, previenen el envejecimiento de la piel.

    Su producción le permitió ganar algunas de sus primeras clientes. “Era Navidad del 2015 y mi hermana me compró frascos pequeños para regalar a unas amigas. Les gustó mucho y cuando se les terminó comenzaron a pedirme”.

    Ahora el negocio cuenta con 100 clientes fijos y otros que hacen pedidos más esporádicos.

    Las emprendedoras comentan que también han participado en ferias y buscan ingresar en cadenas de retail. Las ciudades en las que más se venden los cosméticos minimalistas son Quito y Ambato, aunque también han tenido pedidos de Guayaquil, Machala, Cuenca, Baños, entre otras.

    La investigación y la experimentación son clave para la creación de los cosméticos. Los primeros ingredientes esenciales que utilizaron las emprendedoras fueron las rosas y la cola de caballo.

    Esta última es fundamental para elaborar el serum. Tanto esa como otras plantas se maceran en el centro de producción de Azulina, ubicado en San Antonio de Pichincha; luego se tratan en diferentes recipientes con el objetivo de obtener sus propiedades.

    El negocio tiene unos siete proveedores, que incluyen productores orgánicos de rosas y cacao, de Pichincha y Guayas. Los envases los compran a dos empresas: Navca y Ecuaenvases, dice Tania.

    La aplicación de diferentes fórmulas les ha permitido a las emprendedoras ofertar 12 productos dentro de tres líneas.

    La primera de tipo premiun, que incluye el serum facial y un producto para contorno de ojos; la segunda es de tónicos, entre los que están aquellos con agua de rosas y jabones. La tercera es la línea de cacao, que cuenta con body splash, protector solar, exfoliante, polvo traslúcido, etc. Hay oferta para hombres y mujeres.

    Una de las compradoras es Jenny Guerrero, quien asegura que los productos de Azulina le han ayudado a curar sus problemas de manchas faciales y acné. “Compro serum, splash de rosas y avena, exfoliante de chocolate, etc. He probado de todo, desde marcas renombradas hasta desconocidas, pero con Azulina me ha ido bien. Ahora mi cara está bien. Me puedo ver otra vez al espejo en las mañanas. Antes estaba decepcionada”. Ella usa los productos desde diciembre pasado.

    El negocio también cuenta con cremas, las cuales se elaboran con manteca de cacao. El plus de usar este ingrediente es que se hidrata la piel, pero no queda grasosa.

    Los productos de Azulina se comercializan en redes sociales como Facebook, Instragram y Whatsapp; así como también en locales entre los que están Te quiero verde, Chi Health Lab , Cacao & Cacao, entre otros.

    “Vendemos hace unos pocos meses. Los artículos se caracterizan por ser naturales y novedosos, principalmente para las personas que quieren cuidarse de manera natural. Tengo clientes que vuelven a comprar esos productos. Tenemos protectores solares y polvo traslúcido”, dijo Jorge Guacanés, de Cacao & Cacao.

    Azulina produce hasta 2 000 frascos al mes cuando es temporada de alta demanda. En condiciones regulares las dos emprendedoras se encargan del proceso productivo y de venta, mientras que en las fechas pico contratan a dos personas adicionales.

    Con Azulina cumplí el sueño de toda mi vida

    María José de la Vega
    Copropietaria y marketing de Azulina

    Para mi, el desarrollo de este negocio es el logro de un plan de vida. Es mejor aún construir un negocio propio, familiar, con mi mamá. Somos buenas compañeras. Siempre hacemos cosas juntas. Lo que me gusta es que lo que yo hago puede hacer que la gente viva mejor. Azulina no solo quiere que una persona esté linda, sino también saludable. Nos encargamos del cuidado de la piel. No para estar guapo por afuera se tiene que usar una gran cantidad de químicos.

    Este es un negocio con conciencia social y ambiental. No hacemos pruebas en animales, no usamos productos con parabenos, que más adelante podrían llevar a que se genere cáncer. Es divertido trabajar aquí. Es algo que me gusta mucho, que me apasiona. Es emotivo e invita a que mucha más gente se sume a la tendencia de la cosmética minimalista. Mi mamá y yo nos apoyamos en lo que podemos. Pero, ella se encarga del desarrollo del producto, en específico, y yo me dedico al marketing. Lo he hecho, principalmente, de manera digital, aunque también en lo físico.

    Tania Ricaurte es la copropietaria de Azulina y creadora de las fórmulas de cosmética minimalista. El serum facial es uno de los productos premiun. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES
    Tania Ricaurte es la copropietaria de Azulina y creadora de las fórmulas de cosmética minimalista. El serum facial es uno de los productos premiun. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES
  • Él paso de estibador a dueño de una cadena comercial

    Cristina Márquez. ( I )
    redaccion@revistalideres.ec

    A pesar de que sus familiares y empleados lo describen como una persona alegre, sonreír frente a una cámara le cuesta trabajo. Pedro Caranqui, propietario de la cadena de almacenes Total Home, dice que no está acostumbrado a las fotografías, pero sí al trabajo duro y al emprendimiento.

    Él es oriundo de la comunidad Lluise, en Riobamba. En 1983 ayudaba a su familia con las tareas del campo, pero cuando contrajo matrimonio, con Casimira Pinta, decidió migrar a Quito para iniciar una nueva vida.

    Su historia en el mundo de los negocios se inició en el mercado San Roque, donde su esposa vendía verduras. Debido a su falta de preparación académica, Pedro trabajaba como estibador.

    “Cuando salimos de la comunidad con la idea de iniciar nuestro hogar, no nos imaginamos que sería tan difícil. No encontrábamos otro trabajo”, recuerda Caranqui.

    Sin embargo, él encontró la forma de añadirle un ‘plus’ a sus servicios. La amabilidad al saludar, la buena presentación y la eficacia al llevar los productos que llegaban en camiones de gran tamaño le ayudaron a ganarse la confianza de los propietarios de las cargas.

    Así obtuvo su primer empleo formal. Una importante comercializadora de frutas de Ambato le contrató para distribuir los productos en los mercados de Quito, y en poco tiempo Caranqui se convirtió en el vendedor estrella.

    Global Business, la escuela de emprendimiento que fundó Caranqui. Foto: Archivo Particular
    Global Business, la escuela de emprendimiento que fundó Caranqui. Foto: Archivo Particular

    “Lograba vender hasta dos camiones enteros, ya todos me conocían. Pero mi suerte se terminó un feriado de Navidad, cuando no había ningún comprador en las calles y una carga grande de mandarinas se pudrió, quisieron que yo me hiciera responsable y tuve que renunciar”, recuerda.

    Con la pérdida de su empleo descubrió nuevos talentos: sabía cómo liderar. Pasó por varios empleos después, pero simultáneamente emprendió junto a su esposa un negocio propio.

    Para 1985 ya se habían establecido en Santo Domingo y se dedicaban a la venta de ropa infantil y colchas. Caranqui manejaba un pequeño triciclo y se encargaba de distribuir las prendas en toda la ciudad: las daba a crédito.

    A pesar de que el negocio prosperó, tuvo que mudarse nuevamente con su familia debido a que el clima de la Costa perjudicaba la salud de su esposa. De regreso en Riobamba, la familia tuvo que empezar nuevamente desde cero.

    Tras el fracaso de una tienda de abasto, Pedro retomó el negocio de la venta de ropa a domicilio y a crédito. Nuevamente ganó la confianza de sus clientes, quienes ya no solo le pedían ropa sino que también trajera ollas y pequeños electrodomésticos.

    Pedro Caranqui solo logró culminar sus estudios primarios hasta el tercer grado. Foto: Glenda Giacometti
    Pedro Caranqui solo logró culminar sus estudios primarios hasta el tercer grado. Foto: Glenda Giacometti

    Así encontró un nicho de mercado que le obligó a capacitarse en un área desconocida para él. Humberto Ayala, su proveedor y mentor, le enseñó todas las tácticas de venta, además aprendió a operar electrodomésticos que él nunca había tenido en su hogar, como refrigeradoras, cocinas eléctricas y microondas.

    “Él me permitía ir a su almacén, porque yo no tenía uno propio. Me dijo que lo mostrara a mis clientes como si fuera mío, y me enseñó todo acerca del negocio”, cuenta.

    En el 2004 Pedro y su familia invirtieron USD 5 000 de sus ahorros y abrieron su primer local, Electrodomésticos Johannita. Medía seis metros de largo y dos de ancho, pero a pesar de la estrechez, se volvió uno de los más prósperos de la zona debido a que ofrecía facilidades de crédito y entregas a domicilio.

    En solo dos años la familia llegó a tener 10 sucursales funcionando simultáneamente. Para el 2012 los tres hijos de Pedro (Myriam, Stalin y Johanna) ya se habían profesionalizado en áreas relacionadas con las ventas y la contabilidad, y se sumaron a la empresa para aportar sus conocimientos.

    Así decidieron cerrar todas las pequeñas sucursales para construir un edificio de cuatro pisos donde se exhibiera toda la mercadería. Se incrementó también una línea de muebles y juguetería.

    Las ventas despuntaron y una nueva idea surgió. La familia incursionó en el negocio de los supermercados donde, además de los muebles, se venden productos de hogar y de consumo masivo.

    El nuevo supermercado se instaló en un nuevo edificio, inaugurado en el 2016. Actualmente 35 personas trabajan en la empresa.

    Pero la familia tiene nuevas metas. Ahora quieren compartir su historia de emprendimientos con otras personas, para impulsarles a progresar, como lo hizo Pedro.

    Fabián Benalcázar, uno de sus proveedores, lo conoce desde hace 15 años y fue testigo de su crecimiento empresarial. “Me impactó mucho ver cómo se preocupa por sus empleados, en una cena él los premió, además si alguno de ellos estudia, él les da facilidades para que también progresen”.

    Negocios 

    Educación. Pedro solo logró culminar sus estudios primarios hasta el tercer grado.
    Formación. De sus experiencias en sus primeros trabajos como estibador y luego comerciante, obtuvo el conocimiento base para fundar su imperio.
    Familia. Todas las decisiones de Total Home se toman en consenso familiar. Los hijos de Pedro son los profesionales al frente de la empresa.

    Una escuela para el emprendimiento

    Global Business es el nuevo emprendimento de Pedro Caranqui. Se trata de una escuela donde cualquier persona, profesional o no profesional puede capacitarse para iniciar un emprendimiento.

    La escuela está inspirada en la historia de Caranqui y su familia, pues ellos no tuvieron asesoramiento técnico cuando iniciaron su negocio. Por eso, en Global Business se dictan clases de contabilidad básica, educación financiera, neuroventas, marketing comercial, entre otras asignaturas prácticas para un emprendedor.

    “Queremos compartir nuestra experiencia y nuestros conocimientos. Que la gente aprenda técnicamente a ser un comerciante exitoso”, cuenta Luis León, cuñado de Caranqui y director del centro.

    La escuela funciona en el cuarto piso de uno de los edificios de la firma, en cerca al Centro Comercial La Condamine, en Riobamba. Ahí los cursos se dictan máximo a 10 personas en cada clase, debido a que la metodología de enseñanza se aplica sólo a grupos reducidos, con el objetivo de garantizar un mayor aprendizaje.

    Los cursos cuestan USD 90 y duran hasta dos meses. Los alumnos reciben materiales y la oportunidad de participar en las ruedas de negocios que se organizan frencuentemente.

    Los panelistas y participantes de las ruedas de negocios son, además de León, quien es un especialista en gerencia empresarial, los proveedores de Total Home. El objetivo es ofrecer a los alumnos la oportunidad de hacer contactos, conocer opciones e iniciar negocios propios.

    El primer edificio de Total Home se inauguró en el 2015. Global Business, la escuela de emprendimiento que fundó Caranqui, opera desde este año, en Riobamba. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES y archivo particular
    El primer edificio de Total Home se inauguró en el 2015. Global Business, la escuela de emprendimiento que fundó Caranqui, opera desde este año, en Riobamba. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES y archivo particular
  • Aulas con emprendimientos sociales

    Mónica Mendoza 
    Macroeditora (I)

    Relacionadas

    La Universidad Técnica Estatal de Quevedo (UTEQ) tiene 25 proyectos de emprendimiento destacados este año. El principal puntal es la vinculación con la comunidad y la gestión empresarial.

    El máster Édgar Pastrano, director de Vinculación, señala que los proyectos llegan a grupos vulnerables de la población de Quevedo y las zonas de influencia de Ventanas, Mocache, Quinzaloma y otros cantones fluminenses.

    Con estos proyectos se ha logrado un acercamiento fundamental con la comunidad y ha permitido convenios con gobiernos locales y provinciales y con organizaciones y empresas, explica.

    Uno de esos proyectos es el Rescate del recurso zoogenético, de gallinas criollas. Esto se hace a través de la incubación artificial para mejorar el rendimiento productivo de las aves.

    Uno de los ejes es trabajar en el rescate de los saberes ancestrales en las zonas rurales en Quevedo y Mochache. Piedad Yépez, coordinadora del proyecto de Vinculación, señala que se han firmado convenios con 38 organizaciones campesinas y grupos de economía solidaria de la provincia.

    Ronny Gaibor, estudiante de Ingeniería Zootecnia (22 años), cuenta que el proyecto consiste en recuperar la producción ancestral de los campesinos, que muchas veces se ha perdido por la migración a las urbes o la modernidad. Los estudiantes capacitan a las comunidades con las técnicas para que mantengan la producción de huevos y gallinas criollas.

    Por ejemplo, para incubar 100 huevos se necesita 10 gallinas durante 21 días. Esa labor se puede hacer en incubadoras artificiales durante el mismo tiempo y se puede alcanzar producciones más altas. Una vez que las gallinas ponen los huevos, éstos son colocados en los aparatos. Además, se evita la pérdida de huevos porque las gallinas abandonan los nidos.

    El proyecto de Luis Racines, Chocolates Sweets Of Love, comenzó en junio del 2016, a raíz del terremoto en Manabí. Elisa Sánchez lleva adelante Chocochiqui, que es un proyecto de emprendimiento de Ingeniería en Alimentos. Fotos: Mario Faustos / LÍDERES
    El proyecto de Luis Racines, Chocolates Sweets Of Love, comenzó en junio del 2016, a raíz del terremoto en Manabí. Elisa Sánchez lleva adelante Chocochiqui, que es un proyecto de emprendimiento de Ingeniería en Alimentos. Fotos: Mario Faustos / LÍDERES

    El proyecto incluye capacitarlos en la fabricación de incubadoras artesanales con el uso de materiales de la zona. Se les enseñan las técnicas para que guarden el calor para incubar los huevos y evitar la humedad que los daña.

    Según Yépez, en cada semestre se vinculan 25 estudiantes en el proyecto con la comunidad.

    En tanto, Chocochiqui es un proyecto de emprendimiento de Ingeniería en Alimentos. Elisa Sánchez (39), es estudiante la carrera, comenzó la práctica desde las aulas de la universidad. Pero ya tenía el interés en este producto desde hace cinco años cuando estuvo en un curso en Quito.

    En días festivos elabora más de 200 chocolates de diferentes modelos para San Valentín, Navidad y Día de la Madre. El 19 de julio participó en una feria organizada por el Ministerio de Inclusión Económica y Social en Quevedo.

    En esa misma línea de productos derivados del cacao está Luis Racines (33 años), estudiante de la Unidad de Estudios a Distancia. Su proyecto Chocolates Sweets Of Love comenzó en junio del 2016, a raíz del terremoto en Manabí. Cuenta que se iba a retirar de la carrera, pero comenzó a producir como un agradecimiento a sus compañeros que lo apoyaron para que continuara con sus estudios. Antes lo había hecho como diversión y fue en la universidad donde descubrió su talento para este tipo de producción.

    Al inicio ofertaba en pocas cantidades y arrancó con un capital de USD 20. Producía 15 kilos y ahora 150 kilos hasta que se convirtió en un emprendimiento de chocolatería artesanal.

    “Las autoridades han dado seguimiento al proyecto para demostrar que el emprendimiento es viable desde el preuniversitario, ya que hay estudiantes que han sacado sus propuestas a partir del quinto o sexto semestre”, dice. Los planes a mediano plazo es lograr que la marca se exporte.

    Joshua Rosales  tiene 22 años y es un estudiante egresado de la carrera de Ingeniería Telemática.
    Joshua Rosales tiene 22 años y es un estudiante egresado de la carrera de Ingeniería Telemática.

    Racines ha participado en una rueda de negocios en la hacienda La Clementina (Los Ríos) en el 2016 y representó a la UTEQ en el Salón del Chocolate en Quito, en junio pasado. Ahí ganó el tercer lugar en la categoría Taza de Chocolate. “Fue mi primera vez para probar suerte y significó un orgullo para la universidad”.

    Racines está empeñado en reestructurar la empresa y hacer el lanzamiento de la marca en agosto en las ferias de emprendimiento de la universidad. Hasta ahora hay siete presentaciones y en la exposición duplicará los productos.

    Joshua Rosales (22 años) es un estudiante egresado de la carrera de Ingeniería Telemática, que está orgulloso del proyecto que hizo con tres compañeros hace un año.

    Él desarrolló un emprendimiento de soluciones electrónicas y de telecomunicaciones. Es un prototipo de programación llamado FPGA que permite programar y controlar sensores. Y así se pueden fabricar sistemas automatizados para la vida cotidiana.

    Los estudiantes de la carrera también automatizaron el sistema para riego del jardín para la universidad. En este proyecto utilizaron sensores, pero un dispositivo más pequeño que se llama microcontrolador que actúa como el cerebro. En el jardín se ubicaron sensores de humedad y temperatura que envían la información al sistema para que se active el riego automáticamente, explica Rosales.

    El alumno Ronny Gaibor y Piedad Yépez, coordinadora del proyecto de Vinculación de Rescate del recurso zoogenético, de gallinas criollas. Foto: Fotos: Mario Faustos / LÍDERES
    El alumno Ronny Gaibor y Piedad Yépez, coordinadora del proyecto de Vinculación de Rescate del recurso zoogenético, de gallinas criollas. Foto: Fotos: Mario Faustos / LÍDERES
  • Ella elabora joyas con cuarzo, amatista y más

    REDACCIÓN QUITO (I)
    redacción@revistalideres.ec

    Relacionadas

    La fascinación por las piedras de mar y el amor por la naturaleza se convirtieron en una línea de joyería elaborada a base de mineralización y de las temperaturas propias de la tierra.

    Paisajes, texturas y naturaleza plasma la española Mireia Peris en las joyas de su marca Ona, que en catalán que significa ola de mar.

    El emprendimiento comenzó en 2017, cuando la joven, graduada en psicología en Barcelona, decidió radicarse en Galápagos para encontrar un sustento de vida junto con su esposo. Poco tiempo después desarrolló el gusto por las piedras naturales que ofrecían las islas, a través de sus playas.

    “Todas las joyas que elaboro están inspiradas en la naturaleza. Mi idea es poder plasmar con las piedras los paisajes y texturas del mundo natural”.

    Tras varios años radicada en las islas encantadas, Peris decidió mudarse a Quito para posicionar su marca en locales y distribuidoras a escala nacional.

    Sus productos se ofertan hoy en día en negocios de Samborondón, Quito, Cumbayá y dos talleres ubicados en Galápagos. Sin embargo, la mayor parte de ventas se realiza a través de Facebook e Instagram.

    Asimismo se exhiben en ferias como El Grand Bazaar, La Carishina, El Galpón, Las Destrabadas, entre otras. La emprendedora participa con frecuencia en eventos como los mencionados que permiten a la marca tener mayor promoción y aumentar las ventas.

    El año pasado, la microempresa ganó un premio a mejor emprendimiento emergente, lo que le permitió tener mayor aceptación por parte del público.

    Cada piedra con la que se elabora la joyería tiene un significado y un proceso especial. Peris prefiere trabajar con amatistas y cuarzos, ya que son piezas armonizadoras. Las labradoritas y las agatas son otras de sus preferidas ya que generan buenas vibras y buena suerte en las personas.

    La joven emprendedora investiga las propiedades de las piezas antes de elaborar sus joyas. Evita fabricar bisutería con piedras de color negro puesto que, según sus conocimientos adquiridos dentro de la Psicología, se puede afectar al sistema nervioso.

    Los precios que Ona oferta en el mercado, oscilan desde los USD 35 hasta los USD 120, de acuerdo al diseño y mano de obra del producto y la joya.

    Mireia trabaja con un baño de oro. “El oro es mejor transmisor de energía que la plata”. El oro con el que fabrica sus productos es de 16 a 24 kilates.

    Las piedras son importadas de países extranjeros como la India, México ó Brasil, debido a que Ecuador no ofrece suficiente variedad de piedras preciosas para la elaboración de sus joyas.

    La marca tiene como proyecto, a largo plazo, trabajar con gemólogos con el objetivo de dar mejor calidad al producto.

    El emprendimiento es totalmente independiente. Sin embargo la española desea, en un futuro, mantener convenios con organizaciones enfocadas en el cuidado del medio ambiente.

    Las ventas de la microempresa se han expandido a escala nacional e internacional. Ha recibido pedidos en México y España. Mientras que en Ecuador ha realizado envíos a todo el país.

    De esta manera, las ingresos regulares del emprendimiento promedian los USD 400 al mes. En temporadas altas llegan hasta los USD 700 y en fechas festivas sus ingresos son valorados entre los USD 1 200 hasta los USD 1 500.

    La oferta mensual es de 30 productos, entre locales y las redes sociales.

    El producto estrella de este emprendimiento son los collares, que tienen alta demanda sobretodo en Quito. Sin embargo, cuando residía en Galápagos, el producto estrella eran las pulseras.

    Ona no mantiene un grupo objetivo de clientes, ya que ha recibido pedidos por parte de hombres y mujeres con edades entre los 20 y 50 años.

    Betzabé Carrillo adquirió un par de aretes, junto con un collar de la marca. La joven manifiesta que son diseños únicos y de calidad.

    Clara Paredes compró para su madre la línea de productos. “Quedé encantada con la marca”, cuenta esta mujer.

    Datos

    Los productos  están elaborados a base de productos naturales. No utiliza vidrio ni plástico.
    El lema de ONA  es: “La simplicidad hecha belleza”.

    Las cadenas y el  ensamblaje de las joyas los realiza Mireia en Quito, con la ayuda de proveedores locales.

    La inversión inicial  entre material, mano de obra y fabricación requirió de USD 3 000 a USD 4 000, aproximadamente.

    La emprendedora  piensa crear convenios con organizaciones enfocadas en el cuidado del medio ambiente y el reciclaje.

    Mireia Peris exhibe algunas de  sus líneas  de joyas en el local ubicado al norte de la capital. Foto:  LÍDERES
    Mireia Peris exhibe algunas de sus líneas de joyas en el local ubicado al norte de la capital. Foto: LÍDERES
  • 140 tipos de plantillas para cada forma de pie

    Redacción Quito

    Relacionadas

    Experimentar desde los siete años demoras y ‘molestias’ al momento de adquirir plantillas ortopédicas le motivó a Diego Arias, director de NeoFeet, a buscar una solución más ágil.

    Arias, de 35 años, recuerda que para diagnosticarle unas plantillas le pintaban sus pies. Además, debía esperar durante días para contar con el producto.

    Para cambiar esta realidad, en 2010 este empresario viajó a Guadalajara (México) para vincularse en un proyecto que se estaba desarrollando en el Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas (Ciatec).

    Se trataba de una iniciativa innovadora que permitía ofrecer plantillas personalizadas, en una sola visita del paciente.

    Para tomar las medidas se emplea un escáner especial y un software que evalúa con precisión la forma del pie, el tipo de arco, la pisada. Arias, quien es ingeniero comercial con una especialización en biomecánica y ortopedia, adquirió los equipos, las plantillas y la investigación. Para esto invirtió alrededor de USD 30 000.

    A su regreso abrió su primer centro de evaluación en la Clínica Pichincha, en Quito, en el 2011. Luego, tras la acogida de los productos, ha inaugurado cuatro locales más: en los centros médicos Axxis y Pasteur, así como en el Centro Comercial El Recreo,y el Centro Comercial El Bosque.

    Neo Feet ofrece alrededor de 140 variedades de plantillas, en cuatro densidades: suave, extrasuave, mediana y dura. Además, hay hormas especiales para usarlas con tacones, para deportistas y para personas diabéticas, que requieren un cuidado particular de sus pies. Hay tallas disponibles desde la 26 hasta la 46.

    Estos productos son antibacteriales, antimicrobiales, antideslizantes, no generan humedad, son fáciles de limpiar y tienen un período de vida útil de dos años, dice el dueño del negocio.
    Sin embargo, él recomienda un seguimiento periódico. La evaluación para los pacientes es gratuita.

    Juan Antonio Reyes, corredor de larga distancia, reconoce que tras someterse a una valoración detallada de su pisada en el 2016 le recomendaron unas plantillas Neo Feet que le han ayudado a practicar deporte sin sentir dolor ni tener sudoración.

    El tenista Renán Espinoza siente también confort en sus pies tras adaptar unas plantillas de Neo Feet en su calzado, hace tres meses. “Me está yendo súper bien ya no siento dolor en el talón”:

    La entrega del producto se hace en 30 minutos, la valoración es presencial y se genera un archivo digital del diagnóstico para hacer un seguimiento del progreso del tratamiento de cada paciente.

    El costo de las plantillas oscila entre USD 45 y 49. Si la persona requiere alguna adaptación extra también se realiza.

    La atención se realiza de lunes a domingo, según el establecimiento. En promedio, se hacen 70 diagnósticos al mes. La facturación anual de este negocio es de alrededor de USD 60 000.Por la acogida de esta iniciativa, ahora Arias ha desarrollado un modelo de franquicia.

    Para esto los franquiciados requerirían un espacio de dos metros cuadrados que se pueden complementar en centros de ortopedia, de fisioterapia, podología y negocios similares.

    La selección de las plantillas se realiza empleando un escáner y un software especial. El proceso toma alrededor de 30 minutos.  Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    La selección de las plantillas se realiza empleando un escáner y un software especial. El proceso toma alrededor de 30 minutos. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Ciencia y emprendimientos de jóvenes del centro del país

    Cristina Marquez

    Relacionadas

    Alimentos sustentables, aplicaciones web, autos ecológicos y hasta complejos dispositivos diseñados para ayudar en los diagnósticos médicos se presentaron la semana pasada en el recinto ferial Macají, en Riobamba. El Municipio de esa urbe y la Escuela Politécnica del Chimborazo (Espoch) organizaron la cuarta edición de la Semana de la Ciencia, la Innovación y la Tecnología.

    El Cabildo organiza este encuentro desde el 2015 con el objetivo de convertirlo en una vitrina para que los jóvenes compartan sus ideas para solucionar problemas de la comunidad. Los proyectos más innovadores reciben incentivos económicos.

    Un jurado integrado por especialistas eligió el viernes pasado a los ganadores. El primer puesto recibirá USD 7 000, el segundo o USD 5 000, y el tercero USD 3 000.

    Los emprendedores deberán usar ese dinero para potenciar sus ideas y mejorarlas, o como un capital semilla para iniciar su negocio propio, en base a su proyecto. Los organizadores explicaron que entre las bases del concurso constaba que los proyectos sean aplicables a la realidad de Riobamba.

    Los ganadores de ferias pasadas utilizaron el dinero para mejorar sus prototipos, adquirir equipos o instalar laboratorios de última tecnología para el desarrollo de nuevos proyectos.
    La semana de la ciencia y el emprendimiento se inauguró el lunes pasado y se desarrolló hasta el viernes en el galpón de expositores de Macají. El sitio fue visitado por unos 10 000 espectadores.

    En el ingreso se ubicaron stands de emprendimientos privados, en los que se mostraron artesanías, alimentos, prendas de vestir, entre otros productos. Mientras que en la sala de exposiciones se ubicaron los estudiantes de institutos tecnológicos y universidades de siete ciudades del país.

    Los estudiantes de la Espoch llamaron la atención del público con sus aplicaciones y prototipos para diferentes áreas.

    Los integrantes del Grupo de Investigación de Biotecnología de la Facultad de Ingeniería de esta entidad de educación superior, por ejemplo, presentaron un traje sensorial y un exoesqueleto para rehabilitación física.

    Su invención permite que pacientes que fueron víctimas de traumas severos o que padecen paraplejia, reciban rehabilitación a través de una máquina que controla los movimientos de forma remota. Además, el traje sensorial registra en una computadora todos los movimientos realizados por una persona con mucho detalle, lo que permitiría que a través de una conexión web, un especialista diagnostique la lesión desde cualquier parte del mundo.

    “Es una solución médica para las personas que posiblemente no tengan acceso a un centro médico donde puedan ser tratados por especialistas”, dice Carlos Muñoz.

    Los estudiantes del Instituto Tecnológico Stanford también optaron por una solución médica para su proyecto. Ellos presentaron un dispositivo que permite medir todos los signos vitales de una persona simultáneamente y sólo en 45 segundos.

    La máquina parece una pesa convencional pero tiene adaptaciones electrónicas. Tiene la capacidad de medir el peso, talla, temperatura y presión arterial.

    “Los resultados son sumamente precisos, este producto podría ahorrar mucho tiempo a los médicos y también contribuir en la toma de signos de una gran cantidad de personas o para medir el índice de masa corporal de una población”, explica Betsy Quintanilla.

    Los estudiantes del Instituto Carlos Cisneros dirigieron su proyecto a las personas que padecen esclerosis. Los pacientes con esta enfermedad degenerativa no pueden mover sus extremidades debido a la rigidez, pero conservan intacta su capacidad intelectual.

    Cristofer Ameza y Cristian Hernández se inspiraron en la silla de ruedas mejorada que usaba Stephen Hawking, quien padecía la misma enfermedad. Pero lograron que su invento sea más económico y accesible. La silla de ruedas de este equipo se acciona con el movimiento pupilar capturado con una cámara web.

    Tiene un diseño ergonómico y una batería que se recarga con un panel solar o con electricidad.
    “Queremos ganar el premio para llevar nuestro producto al mercado y ayudar a las personas que padecen esta enfermedad y no cuentan con equipos adecuados”, manifiesta la estudiante Ameza, quien tiene 22 años.

    Un vehículo diseñado por estudiantes de ingeniería automotriz, puede recorrer hasta 150 kilómetros con un litro de gasolina. Fotos: Glenda Giacometti / Líderes
    Un vehículo diseñado por estudiantes de ingeniería automotriz, puede recorrer hasta 150 kilómetros con un litro de gasolina. Fotos: Glenda Giacometti / Líderes
  • Un helado artesanal con un toque exquisito

    José Luis Rosales

    Relacionadas

    Una variedad de formas y colores de helados ofrece Cosecha Gourmet. En un año que está en el mercado, esta firma de la capital imbabureña amplió de 5 a 20 sus sabores.

    Uno de los últimos que lanzó al mercado este mes fue el de almendras y cerezas. Ahora busca conquistar el paladar de los exigentes veganos, con mantecados como leches de almendra y de soya.

    Todos llevan salsas de frutas. Hay combinaciones como fresa con naranja, limón con hierba buena, mora y frambuesa, vainilla con trozos de chocolate orgánico, mango y limón…

    El objetivo es conquistar el mercado con un producto diferente, comenta Cinthya Robalino. Esta ingeniera en Alimentos, de 26 años de edad, está al frente de la fabricación de este helado artesanal, que no lleva ni conservantes ni saborizantes.

    La idea de instalar la factoría de helados nació luego de un viaje que Robalino hizo a Argentina, en el 2015. Luego, se capacitó sobre la elaboración y tecnificación de este alimento congelado.

    Uno de esos cursos recibió con expertos del Mundo del Helado. Ahí aprendió técnicas de cómo hacer un producto de alta calidad y bajo costo. También sobre maquinaria, inversión y rentabilidad.

    La joven profesional se desempeña como gerente y está al frente de la planta procesadora, que da empleo a cinco personas.

    Aunque al inicio el modelo de negocio contemplaba la venta solo a granel para hoteles y restaurantes, eso dio un giro. Se percataron que las paletas no solo tenían buena aceptación, sino que además, les permitía llegar a un mayor número de consumidores.

    Hoy procesan 2 000 paletas a la semana. Aunque la planta tiene una capacidad instalada para producir 3 000, en el mismo período.

    Estos mantecados vienen en dos modelos. Uno es de forma rectangular y el otro ovalado, lo que permite diseños diferentes. Cada una pesa tres onzas.

    La factoría está equipada con un abatidor de temperatura, que permite que el zumo de fruta se congele a -25°C, lo que garantiza la estabilización del producto.

    Desde el año pasado, esta microempresa de Ibarra busca conquistar los más variados paladares con ingeniosas fórmulas. Ofrece 20 sabores. Foto:
    Desde el año pasado, esta microempresa de Ibarra busca conquistar los más variados paladares con ingeniosas fórmulas. Ofrece 20 sabores. Foto:

    El líquido previamente pasa por una máquina pasteurizadora, para eliminar bacterias y mejorar la calidad del alimento. Luego, en una batidora se obtiene la crema semicongelada, que es conocida como gelato y luego se la transforman en paleta.

    El lanzamiento de la marca Cosecha Gourmet se hizo en junio del año pasado. En septiembre establecieron el primer punto de venta en la ‘Ciudad Blanca’, en panaderías del Tío Sam.

    Ahora cuentan con 25 puntos de venta entre Imbabura y Quito, explica Paúl Sotomayor, responsable del área comercial. A la capital de la República ingresaron desde enero pasado.
    Entre sus clientes están bares, cafeterías y restaurantes. “Nosotros ofrecemos personalización en sabores”, señala Sotomayor.

    Eso les abrió las puertas del restaurante Dulce Albahaca, que se especializa en comida nacional e internacional, versión vegana y vegetariana, que funciona en las calles Juan León Mera entre Baquedano y Wilson, en el norte de Quito. Su propietario, Marco Molina, comenta que sus clientes resaltan la suavidad y la cremosidad de este helado. Para este segmento han desarrollado cinco sabores.

    Para arrancar el emprendimiento se necesitó una inversión de USD 30 000, que se destinó para la compra de maquinaria y la adecuación de la planta.

    A esa cifra, ahora se suma USD 15 000 más que se necesitaron para la adquisición de un automotor para la distribución del producto.

    Cosecha Gourmet le apuesta a un modelo similar al de otras firmas, a través de congeladores. Por la compra mínima de USD 200 le instalan uno, en comodato.

    Para garantizar la materia prima apuestan al modelo de comercio colaborativo con productores de la zona. El mango llega del valle del Chota, las frutillas de San Pablo y las moras del valle de Íntag. El chocolate, que es orgánico, proviene de Juan Cacao, de Quito.

    Para este año, la próxima meta es abrir un punto de venta directo, en el que ofrezca toda su oferta.

    Por el primer aniversario, del 1 a 7 junio la marca obsequiará a los clientes que adquieran una paleta de tres onzas, una más pequeña.

    Cytnhia Robalino fundó Cosecha Gourmet. Ella asegura que apuesta a ofrecer un producto de calidad y precio accesible. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Cytnhia Robalino fundó Cosecha Gourmet. Ella asegura que apuesta a ofrecer un producto de calidad y precio accesible. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • En Azogues se impulsan 26 proyectos pensados en la necesidad local

    Manuel Quizhpe (I) Redaccion@revistalideres.ec

    Relacionadas

    Los universitarios buscan soluciones a las necesidades de los habitantes de Cañar. Con esa perspectiva, durante el último año se impulsaron 26 proyectos de emprendimiento en la Universidad Católica de Cuenca, extensión Azogues.

    Uno de los proyectos en ejecución, desde hace seis meses, es ServiExpress. La iniciativa surgió de los alumnos del quinto año de la escuela de Administración de Empresas. Se trata de una plataforma on line, que oferta diferentes servicios a la ciudadanía.

    Esta consiste en el pago de agua potable, teléfono y energía eléctrica y depósitos bancarios. Además, servicio de alimentación, cuidado de niños a domicilio, apoyo académico a alumnos.

    Para su ejecución se concretaron alianzas estratégicas. Según Jorge Vélez, líder del grupo, a través de la plataforma on line (oneserviexpress.wixsite.com/xser) los potenciales clientes pueden interactuar y solicitar los servicios. Este emprendimiento fue impulsado por 20 alumnos, de los cuales seis integrantes son los más activos. Ellos usan sus vehículos o motos para el negocio.

    El costo por el pago de cada servicio básico es de USD 1,50; mientras que el cuidado del niño vale USD 2, 50 por hora. En cambio, la hora de clases de matemáticas o física, que son las materias más complejas, tiene un precio de 6. Los valores dependen de la zona de la capital cañarense.

    La inversión inicial fue de USD 7 143, que se empleó en el equipamiento. El costo de administración anual es de USD 15 109,80.

    De acuerdo con la proyección, a partir del segundo año se tendrá una utilidad de USD 20 000. La promoción se realiza a través de las redes sociales.

    Otro emprendimiento en marcha es la creación de un negocio de cerveza artesanal, que se denomina Kuritambo (descanso del oro). Sus creadores son los esposos Talita Cuenca y Pedro Ávila Vintimilla, quienes son alumnos de Contabilidad de este centro de estudios.

    Según ellos, es una cerveza con identidad cañari y lleva un año en el mercado. A escala local está disponible en restaurantes y tiendas. Se promociona mediante tarjetas de presentación, redes sociales y ferias. Cada botella de cerveza cuesta USD 2, 50. La inversión fue de USD 35 000 y se venden cerca de 1 000 botellas al mes.

    Otros proyectos buscan recursos para su ejecución. Un ejemplo es la mochila con panel solar para la recarga de batería de los dispositivos móviles. También, está la implementación de la Sala de Recreación para el Adulto Mayor, denominado Años Dorados.

    Según Francisco Vintimilla, director de Emprendimientos de la Universidad, los proyectos son innovadores, creativos y que buscan dar soluciones a los problemas reales del cantón Azogues y de Cañar. La idea es no quedarse en docencia e investigación.

    Otros detalles

    Los estudiantes. La extensión Azogues de la Universidad Católica de Cuenca cuenta con
    2 700 estudiantes, que cursan 17 carreras. Entre otras Administración de Empresas, Medicina y Contabilidad.

    La participación. En los 26 proyectos están involucrados 240 alumnos, que tienen la asesoría de 52 docentes. Los estudiantes son de Cañar, Azogues, Biblián, Déleg, El Tambo, La Troncal y Suscal.

    Oswaldo González (izq.), Roque Vásquez, Karen León, Iván García (docente), María José Luzuriaga y Jorge Vélez, de ServiExpress. Foto:Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Oswaldo González (izq.), Roque Vásquez, Karen León, Iván García (docente), María José Luzuriaga y Jorge Vélez, de ServiExpress. Foto:Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • La especialidad de casa, el borrego asado

    Modesto Moreta (F) 
    Contenido intercultural

    Relacionadas

    Borrego asado, cuy y conejo al carbón, trucha y tilapia asada, al vapor o ahumada son parte de las opciones que ofrece a sus clientes en el Paradero Chaupi Uchu (interludio de una celebración o intermedio de ají).

    El emprendimiento familiar ubicado en el kilómetro 18 de la vía Ambato-Guaranda, está en la parroquia indígena Pilahuín.

    Este emprendimiento, donde se respira un ambiente de tranquilidad en medio de la naturaleza, abrió puertas en diciembre del 2016. Daniel y María Pandy, y Geovanny Maliza decidieron unirse en una sociedad para crear este restaurante construido con ladrillo visto y grandes ventanales. Está adornado con cuadros de aves.

    La idea del proyecto es fomentar el turismo local y nacional en esta zona del cantón Ambato. La inversión inicial fue de USD 150 000: el 50% de los recursos fue de ahorros familiares y el resto lo consiguieron a través de un crédito en la cooperativa de ahorro y crédito Mushuc Runa.

    Con los recursos adquirieron el terreno, levantaron la construcción y equiparon el restaurante y la cocina con acero inoxidable. Al momento cuatro personas trabajan en la preparación de los alimentos. Maliza viste un pantalón y camisa blanca y un poncho rojo que identifica a su pueblo Chibuleo. Él ofrece la gastronomía indígena a los turistas que recorren esta ruta que tiene importantes parajes como los nevados Chimborazo y Carihuairazo.

    También iniciaron su proyecto de turismo comunitario que involucraría recorridos por la iglesia central del pueblo que es de piedra tallada y declarada como patrimonio nacional. También ofrecen la convivencia con las familias para que conozcan las tradiciones y costumbres para difundir las artesanías, la música, las celebraciones ancestrales como el Paukar Raymi, Inti Ramy y otros festejos.

    Maliza cuenta que están a punto de abrir las cabañas para el alojamiento de los visitantes y un sendero ecológico denominado Paraíso Andino en la comunidad Pucará Grande.

    Cuenta que en los primeros días que abrió el negocio ofrecían almuerzos y posteriormente los platos típicos. Dentro de su menú hay más de 10 platos y bebidas como la chicha de maíz, el borrego asado, truchas, caldo de gallina… Sus principales proveedores del cuy y los conejos son los vecinos del sector.

    “La idea es que todos se benefician económicamente con la venta de las legumbres, hortalizas, los cuyes, los conejos, las truchas y las gallinas de campo”, dice Maliza.

    En sus inicios las ventas no superaban los USD 100 semanales, pero en la actualidad facturan USD 300. La lista de comensales crece especialmente los fines de semana. Maliza cuenta que la especialidad de la casa es el borrego asado, el plato cuesta USD 6. También el cuy o conejo con papas y zarza de maní que cuesta entre USD 5 y 6 respectivamente.

    Hay trucha y tilapia asada, hornada, frita y al vapor acompañado con papas fritas y ají rocoto. También se ofrecen desayunos y almuerzos. Que cuestan USD 2,50.

    El mes pasado realizaron una nueva inversión de USD 10 000 para equipar y concluir la construcción de las dos cabañas para 15 personas. “Nuestra meta es presentar una nueva alternativa en turismo aprovechando los recursos y la belleza de la naturaleza que rodea a este comunidad que se levanta en las faldas del nevado Carihuairazo”.

    Uno de sus socios es María Pandi. La matrona se encarga de la preparación de los platos fuertes y en atender las recepciones como matrimonios, cumpleaños y cualquier evento que pueden acoger en los 260 metros cuadrados de construcción con grandes ventanales. Maliza dice que esos son los cuadros vivos donde el turista puede mirar el paisaje.

    Uno de sus clientes es Lorena Vargas. La comensal dice que la sazón de Chaupi Uchu es buena, especialmente en sus platos típicos. Por eso frecuenta con su familia este paradero localizado en la vía a Guaranda.

    Datos
    Este negocio  se fundó en diciembre del 2016. Es un negocio familiar y está integrado por tres socios. Al menos compran y venden 100 cuyes asados mensuales. Toda la materia prima es adquirida a las familias del sector.

    Los turistas  también pueden tomarse fotografías en las áreas verdes con las alpacas que caminan libres en la zona. También conocer cómo se asan en el horno a leña los cuyes y los conejos.

    Los clientes  vienen de Quito, Ambato, Latacunga, Guaranda, Babahoyo. Los fines de semana llegan de todo el país y también de Estados Unidos, Alemania, Francia…

    Geovanny Maliza es el gerente de l Paradero Chaupi Uchu que abrió sus puertas en diciembre del 2016. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
    Geovanny Maliza es el gerente de l Paradero Chaupi Uchu que abrió sus puertas en diciembre del 2016. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES