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  • ‘Inversiones clave no se sacrificaron’

    Redacción Quito (I)
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    La titular de la Secretaría Nacional de Planificación (Senplades), Sandra Naranjo, evalúa el desempeño de la economía y los proyectos de inversión. Asegura que este año, al igual que el anterior, no se podrá avanzar a un ritmo acelerado por el desplome del petróleo.

    ¿Cuánto estuvo planificado ejecutar en inversión pública el 2015 y cuánto se concretó?

    La ejecución del presupuesto va muy bien y sobre todo creo que hay buenas noticias para el país, en el sentido de que existen proyectos que este año terminamos de concretar; son obras que tienen una rentabilidad del 30%, pero en lo que tiene que ver en la ejecución, esta fue del 87%. Eso equivale a 5 582 millones de dólares en el 2015 y para este año, el presupuesto es de 5 349 millones.

    ¿El monto para el 2016 incluye el ajuste anunciado por el Ministro Coordinador de la Política Económica, el pasado 22 de febrero?

    Sí. Ha sido revisado. Algo importante es que el ajuste que se hizo en el plan anual fue sobre nuevos proyectos, referentes a cantidad. Número de unidades de milenio, por ejemplo.

    ¿Qué se concretó en el 2015?

    El presupuesto estuvo dividido así: el 30% fue para sectores estratégicos, el 23% a la parte de empleo, producción y competitividad, aquí el rubro más importante fue el de construcción de vías. Los siguientes dos más importantes son desarrollo social con 16,3% y talento humano, con 8%, este último implica becas. En total se impulsaron 101 proyectos en diversos sectores.

    ¿Qué se dejó de realizar?

    La forma en la que estuvo estructurado el presupuesto, siempre, desde el 2007, consideró a la inversión como una variable de ajuste. Eso significó que varios de los proyectos estratégicos ya estaban iniciados y todos los de arrastre y los que tenían financiamiento, como escuelas de milenio, con crédito chino, o carreteras con préstamos del Banco Mundial, se mantuvieron.

    Las cosas esenciales no se sacrificaron. No se redujo la cobertura de los programas sociales, se mantiene la inversión en infraestructura vial, las unidades del milenio y aquellas obras que no se hicieron hace 30 años y que se reflejarán desde el siguiente. La producción petrolera no ha caído, por ejemplo, gracias a la inversión que se hizo.

    ¿Pero algo debió restringirse, porque hubo ajustes?

    Lo que hicimos fue ajustar el presupuesto de inversión como siempre supimos que iba a pasar, pues esa era la variable de ajuste. Si comparamos con el 2014 son, prácticamente, 2 000 millones de dólares menos en el presupuesto de inversión. Pero, por dar un ejemplo de esos ajustes, si íbamos a realizar cien escuelas del milenio terminamos haciendo 30, lo mismo pasó con los centros infantiles del Buen Vivir. En definitiva, hubiéramos querido avanzar rápido, pero el problema fue la caída del precio del petróleo.

    ¿Qué concretarán este 2016?

    Concretar varios proyectos en los sectores estratégicos claves, entre estos la culminación de la Central Coca-Codo Sinclair, que este año entrará en operación; los multipropósitos, para el control de inundaciones; el mantenimiento y construcción vial; el aporte a la construcción del Metro de Quito y el tranvía de Cuenca; infraestructura en salud; atención a personas con discapacidad y programas de desnutrición.

    ¿Qué proyectos están dentro de las áreas estratégicas?

    El sistema de distribución eléctrica, las hidroeléctricas, el programa de cocción eficiente, alimentación escolar, el de control de inundaciones, el plan semilla y subsidio a transporte y carreteras. En talento humano habrá infraestructura educativa, becas y unos programas con crédito del Banco Interamericano de Desarrolllo (BID), para recuperar patrimonio.

    En infraestructura, que ha sido el puntal de este Gobierno, ¿qué se dejó de hacer?

    Queríamos avanzar con las superautopistas, que de hecho con alianzas público privadas, interesadas en hacer algunos de estos tramos, se podría concretar. Existen algunos proyectos claves que no los hará solo el Gobierno, sino en alianza público-privada.

    ¿En qué terminó el plan de reestructura del sector público que anunció su antecesor?

    En el 2006, el Estado tenía 204 entidades, al 2015 se logró bajar a 142. Ayudó mucho agrupar a los ministerios por sectores. Al 15 de enero pasado se han eliminado 107 entidades, se han transformado otras 107 y creado 35. En el neto, el Estado tiene muchas más entidades, pero responden a una mejor funcionalidad.

    ¿Por qué, si desaparecieron muchas entidades, eso no se reflejó en la salida masiva de los servidores públicos?

    Pasaron dos cosas: al eliminar las entidades también hubo gente valiosa, y esa se quedó; lo otro es, que fue un proceso gradual, cuyo objetivo no era despedir gente, sino buscar mayor eficiencia.

    ¿Cuánto personal aumentó?

    El incremento ha sido de 89 800 servidores entre el 2006 y el 2015, pero la gran parte de ese personal se quedó en salud, educación, justicia, seguridad, bienestar social. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Ecuador es de los países con menos servidores públicos en la región. En el país, por dar una idea, uno de cada 10 trabajadores está en el área pública, los otros en el área privada.

    ¿Cómo evalúa a las empresas públicas en el año pasado?

    Creo que han tenido un buen desempeño en algunos casos, en otros habido que ajustar. CNT es una de las que genera utilidad, porque cuando eran Andinatel y Pacifictel tenían pérdidas millonarias. Pero también se eliminó la empresa pública importadora, la de parques (ahora están en Inmobiliar), la pesquera. Ferrocarriles del Ecuador está generando buenos productos para promover el turismo. Si en algo hemos sido muy objetivos, es en la evaluación de las empresas.

    ¿Cuáles empresas están con problemas además de Tame?

    Bueno, Tame salió, este… Por ejemplo, uno de los lugares donde vimos que podíamos hacer optimización fue con la empresa pública importadora.

    ¿Su evaluación, entonces, es positiva al cierre del 2015?

    El 2015 fue un año en el que tuvimos caída de los precios del petróleo, se aprecia el dólar y al ser una economía dolarizada nos pega el doble, porque se encarecen las exportaciones y por otro se vuelve barato importar; eso nos ha pegado fuerte, y pese a eso se ha mantenido un importante programa de inversiones. Es cierto que respecto al 2014 invertimos 2 000 millones menos, nos hemos ajustado, pero aún así invertimos más de lo que se colocó en el 2006.

    ¿Este año se cerrará alguna empresa? ¿Petroecuador, por ejemplo? Solo por decir una.

    (Sonríe) No. El análisis de empresas públicas es periódico y en función de eso, si es necesario, por términos de eficiencia tomar alguna decisión, lo haremos.

    En el Gabinete analizaron el 2017. ¿Cuánto se destinará?

    Ese año es particular porque como existen elecciones, la normativa determina que el presupuesto se prorrogue y una vez que el nuevo Gobierno inicie su período envíe su Presupuesto ajustado.

    Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Pedro Sánchez: ‘Ecuador, en el grupo de mayor riesgo’

    Xavier Basantes

    Editor del Semanario LÍDERES (I)

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    El Gerente de Coface en Ecuador, Pedro Sánchez, describe la visión de esta multinacional de los seguros corporativos sobre la situación económica del país y la región. Además, analiza cómo se perfila el escenario de corto y mediano plazos para el desempeño empresarial.

    ¿Cuál es la apreciación que tiene Coface sobre el desempeño económico en el mundo y en América Latina (AL)?

    En Coface tenemos nuestro propio índice de medición de riesgo con siete escalas, que van de la A hasta la D, en donde calificamos a los países, según su riesgo país. Es decir, analizamos en dónde hay condiciones favorables o desfavorables para hacer negocios, la situación macroeconómica obviamente, y vemos que hay una reversión de lo que pasaba hasta hace unos años, en donde los países de Europa ahora tienen una mejor calificación de riesgo país. La mayor parte está en una situación mejor: Portugal y España, en una zona como de ‘alerta’ y el área de Grecia y el sur de Europa, con una situación complicada.

    ¿Qué pasa en la región?

    Hace algunos años, los países de AL estaban mejor -con el ‘boom’ de los commodities e incrementos de precios-, y la situación de riesgo había bajado considerablemente. Ahora, con la caída de los precios de las materias primas, nuevamente AL está en la lupa con un incremento del riesgo país.

    ¿Cómo está Ecuador?

    Ecuador, de lo que tenía una calificación de ‘B’ ahora está en una calificación de ‘C’. Es decir, ha sido degradada. En la última revisión de riesgo país que hizo Coface ha tenido una baja en su calificación.

    ¿Cuándo se dio esa baja?

    Se produjo en el último trimestre del 2015. Desde octubre, Ecuador ya tiene la calificación de ‘C’.

    ¿Qué significa tener ‘C’?

    Significa que es una nación de ‘riesgo sensitivo’. Aún no está en una situación de riesgo extremo. Esta medición se da cuando analizamos los factores macroeconómicos y a los sectores productivos. Como tenemos clientes de diferentes sectores, medimos en dónde hay demoras y problemas de liquidez por parte de las empresas. En Ecuador empezamos a detectar que hay empresas impagas y están quedando mal con los clientes. Todo eso se analiza y se tiene una calificación de riesgo.

    Además de Ecuador, ¿qué otros países están en ese nivel de ‘riesgo sensitivo’?

    Brasil tiene una baja de calificación en sus niveles de riesgo, por todo lo que sucede en ese país: devaluación, caída de los precios de los commodities, situación política complicada que ha agravado todo, y eso también ha ido afectando a toda la región. Eso también ha complicado a Argentina.

    ¿Solo Brasil están en ese nivel de ‘riesgo sensitivo’?

    Argentina también está en ese nivel. En donde Coface tiene presencia, los ‘más riesgosos’ ahora son Ecuador, Brasil y Argentina. Con niveles de riesgo importantes, pero menores que estos países están México, Colombia, Perú. Chile es el que mejor calificación tiene en la región actualmente.

    ¿Qué pasa con Bolivia?

    Allí no tenemos operaciones. Pero Bolivia es una economía que tiene un desempeño interesante, a pesar de lo que ha pasado con los commodities. Bolivia ha tenido un crecimiento importante en los niveles del PIB per cápita y un crecimiento sostenido de los más altos de la región. No le golpea tanto la situación actual, por las decisiones de política económica.

    ¿Qué ha ocurrido con los sectores productivos en AL?

    En Coface vemos que en el sector del acero y metal, entre marzo del 2014 y octubre del 2015, se agravó y complicó en toda AL. Una de las causas fue la afectación del sector automotriz y de la construcción. Este sector de la construcción, que en Colombia y Ecuador tenía en el 2014 niveles buenos de riesgo, en el 2015 llegó al ‘riesgo sensitivo’.

    ¿Qué sucede en Ecuador?

    A este sector de la construcción lo estamos monitoreando en Ecuador, porque se está complicando aún más. Esto tiene que ver mucho con las deudas que tiene el Estado con sus proveedores. Este ha sido un efecto dominó, que ha llevado a las empresas constructoras a quedar mal con sus proveedores de materia prima. En fin.

    ¿Cuál es la situación en otros sectores productivos?

    En el de alimentos y agronegocios, salvo Brasil y Ecuador, que en el 2014 estuvo complicado, en el resto de AL se ha complicado considerablemente. Ahí por ejemplo, la devaluación en diferentes países y que pueden resultar conveniente para exportar, juega en contra de otros países que demandan esos productos.

    En químicos, Ecuador y Perú están en un nivel de riesgo intermedio, pero el resto de AL se ha complicado. Este es un efecto de la caída del precio del petróleo, porque ha bajado la demanda de insumos químicos, además, en el sector agroexportador, que ha bajado sus exportaciones. Por ejemplo, en el florícola, ante la caída de la demanda de Rusia, bajó la demanda de fertilizantes. En Ecuador también se han encarecido los productos tecnológicos, en donde ha habido un impacto por la aplicación de salvaguardias.

    ¿Hay algún sector productivo que no esté afectado?

    Por el momento, el sector del retail (supermercados), pero nuestra evaluación fue hasta octubre del 2015. Aunque, por la caída de la demanda en el último trimestre, ya se sienten los efectos. En enero se sintieron muchos descuentos.

    Con base en este diagnóstico, ¿qué se puede esperar en el desempeño durante el 2016?

    En AL vemos, a lo largo del 2016 y hasta mediados del 2017, una situación de riesgo sensitivo general. A mediados del 2017 esperamos ir saliendo de esta situación y alcanzar ciertos niveles de estabilidad económica. La recuperación de China no será tan rápida; el precio del petróleo va a seguir bajo y se espera que siga cayendo, por la presencia de Irán en el mercado.

    ¿Cuáles son las expectativas para la industria en Ecuador?

    Las oportunidades para Ecuador pueden venir si se concreta el acuerdo con la Unión Europea y abrir mercados en otras regiones. Allí deberían estar los esfuerzos públicos y privados, para armar rápidamente una estrategia comercial. No estamos en el mejor escenario, no es que con un dólar revalorizado nuestras exportaciones sean más competitivas, pero es una opción. Además, el mercado interno está deprimido.

    Sánchez es Country Manager de Coface en Ecuador desde junio del 2015. Esta multinacional de los seguros de crédito tiene presencia directa en 67 países y atiende a una cartera de clientes con 37 000 empresas, en 200 países. Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES.
    Sánchez es Country Manager de Coface en Ecuador desde junio del 2015. Esta multinacional de los seguros de crédito tiene presencia directa en 67 países y atiende a una cartera de clientes con 37 000 empresas, en 200 países. Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES.
  • El código ambiental traerá incentivos

    Redacción Quito (I)

    El Ministro del Ambiente, Daniel Ortega, habla sobre los compromisos adquiridos por Ecuador tras la cumbre en París contra el cambio climático, en diciembre. También ofrece detalles del proyecto de código orgánico ambiental, que se tramita en la Asamblea Nacional.

    ¿Cuáles son los compromisos puntuales que Ecuador asumió en la COP21?

    En París hubo grandes foros del sector empresarial sobre el rol que podían jugar las compañías privadas y eran los empresarios los que demandaban más acción. En ese contexto trajimos cuestiones muy concretas: nos reunimos con al directora del Fondo Verde para el Clima, que es parte de las Naciones Unidas, y confirmamos que sesionará en Guayaquil en octubre de este año.

    La importancia del Fondo está en el trabajo que cumple por frenar el cambio climático. No olvidemos que para eso existe un primer ofrecimiento de los países desarrollados por USD 100 000 millones y el fondo tiene la obligación de movilizar esos recursos, desde el 2020.

    ¿Por qué es importante que el Fondo sesione en Ecuador?

    Porque aquí se van a tomar decisiones sobre qué proyectos se podrán financiar. El fondo tiene un programa para que la empresa privada encuentre oportunidades comunes y creemos que podemos formar una alianza público privada, para potenciar una economía de servicios ambientales. Y por eso, desde febrero empezaremos talleres para compartir oportunidades para el sector productivo.

    ¿Qué otras acciones se desarrollarán en el Ecuador tras el encuentro de París?

    En la COP21 también tuvimos reuniones con autoridades ambientales de Corea del Sur, China y Brasil, para explorar áreas de trabajo. Corea del Sur está avanzando en potenciar servicios ambientales con el sector privado; China quiere invertir en parques industriales verdes en todo el mundo y creemos que con Yachay podemos permitir un encuentro público privado, para desarrollar inversiones de ese estilo en el país.

    También, en Ecuador existe un despliegue de política pública y este año vamos a alcanzar el 90% de energías renovables, lo cual es importante, porque vamos a exportar energía, además que permitirá disminuir la estructura de costos de producción del sector productivo incrementando su ventaja competitiva a nivel regional. Son pasos concretos como el programa Socio Bosque, en el que se invierten 10 millones de dólares al año, para preservar un millón y medio de hectáreas de bosque y áreas protegidas.

    ¿Cuál es el valor del sistema nacional de áreas protegidas?

    El sistema nacional de áreas protegidas representa el 20% del territorio nacional. De ese porcentaje se deriva una contribución directa de 275 millones de dólares al PIB, esto es cerca del 35% del PIB turístico. Hemos encontrado que por cada dólar invertido en el sistema nacional de áreas protegidas genera un retorno de 11 dólares. Este año vamos a incrementar la inversión en áreas protegidas, vamos a mejorar su infraestructura, su promoción, con deportes de aventura, turismo científico, etc.

    Estas son acciones concretas que vamos a ejecutar en términos de cambio climático. Estamos debatiendo el cambio de la matriz productiva y cómo hacer una transición hacia una economía de servicios ambientales, todo esto conecta la agenda global con la local y al mismo tiempo abre oportunidades para el sector empresarial.

    Las políticas públicas son importantes, pero también se necesita la participación de la empresas privada y del ciudadano común. ¿Que estrategia se usará para conectar la política pública con la empresa y con el ciudadano?

    Estoy convencido de que el sector privado ya tiene un compromiso con el ambiente. Por ejemplo, hemos visto que Ecuador es líder en recuperación de plástico pet y esto pasa porque el sector privado está preparado. Nosotros vamos a potenciar eso y conjuntamente podemos llegar a ser una potencia verde. Por eso, el marco normativo de París es muy importante, porque genera un sistema de incentivos a escala global que permitan la transición y brindar oportunidades al sector privado.

    Con la sesión del Fondo Verde para el Clima creemos que podemos acceder a parte de esos 100 000 millones de dólares, para formar alianzas publico-privadas o emprendimientos. De igual forma, siento que puede mejorar el tema del licenciamiento ambiental, siempre con cumplimento estricto de la normativa. Por eso, ya estamos trabajando con empresas de empaques, para reducir la necesidad o la cantidad de empaques, para reducir el desperdicio de alimentos.

    ¿Cómo avanza el acercamiento con la empresa privada en este tema de la reducción de empaques?

    Desde hace unos dos meses hemos tenido encuentros preliminares y pensamos establecer una plataforma de innovación ambiental. También, hemos hablado con la industria de neumáticos y con empresas que manejan residuos electrónicos. El sector industrial está listo para asumir este reto que se plantea.

    ¿Qué comentan los empresarios al respecto?

    Siento un gran compromiso hacia el Ecuador verde, hacia ser una potencia verde. Hay voluntad de dialogar y la meta es aportar en un año complicado.

    Usted menciona la frase ‘potencia verde’. ¿Qué implica esto y qué debe hacer el Ecuador para ser potencia?

    Es un esquema de dos elementos: el primero es la ecoeficiencia que genera oportunidades para provisión de servicios y aprovechamiento de recursos, lo que permite mayor sostenibilidad y brinda valor agregado a productos de exportación. El segundo elemento es reconocer avances y acompañar los procesos.

    ¿En qué etapa está el análisis del proyecto de código orgánico ambiental que trata la Asamblea?

    Tuvo el primer debate, existe un informe y vamos a iniciar consultas prelegislativas en el primer trimestre del año. Vamos a tener un diálogo para conocer demandas de la población y de distintos sectores. El código ambiental debe permitir incentivos claros para el sector privado.

    ¿Qué incentivos se presentan en este proyecto de código para el sector privado?

    Tenemos siempre los espacios de corresponsabilidad. Sin un rolimportante del sector público con inversión, normativa y con eficiencia en procesos, el sector privado puede encontrarse en una situación bastante compleja. Creemos que hemos garantizado esas condiciones y creemos que podemos acompañar más al sector privado, para que al código no se lo observe como una normativa más de obligatoriedad sino como una oportunidad adicional de desarrollar industrias.

    Esto lo tenemos que construir juntos al conocer las aspiraciones del sector privado. Por eso, invito al sector privado para sentarnos a conversar y conocer sus aspiraciones para ver cómo les gustaría ver traducidos los acuerdos globales en la normativa local y trabajar conjuntamente en un esquema de incentivos.

    ¿Existe un plazo para  aprobar el código?

    En la agenda legislativa el tratamiento y la aprobación del código están previstos para este año.

    Entrevista a Daniel Ortega, Ministro del Ambiente. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.
    Entrevista a Daniel Ortega, Ministro del Ambiente. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.
  • Rodrigo Saá: ‘La innovación permite superar crisis’

    Xavier Basantes

    Editor del Semanario LÍDERES (I)

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    El consultor empresarial chileno y docente de la Escuela Adolfo Ibáñez analiza el entorno empresarial en un contexto complejo. Considera que la innovación es el camino para no quedarse estancado y destaca las oportunidades que da la economía colaborativa.

    El sector empresarial mira con preocupación el entorno económico y hay ajustes en los costos, caídas en ventas, recortes de nómina, etc. En medio de esta situación, ¿qué alternativas existen?

    Mi percepción al reunirme con empresarios en Ecuador fue que hay mucho contraste. ¿A qué me refiero? La palabra que más mencionaron fue crisis; ‘que el otro año viene más difícil que este’, ‘que los cambios regulatorios nos afectaron’, etc. También escuché mucho la palabra confianza y cómo establecer vínculos de confianza, no solo entre privados, sino también con el sector público.

    ¿Cuál es el contraste en eso?

    Escuché contradicción, porque por un lado está eso de ‘este 2016 va a ser terrible, porque no tuvimos un 2015 bueno y además no hay confianza’. Pero por otro lado, todas las personas que conocí están con ‘hambre’ de emprender. Tienen iniciativas, están destinando tiempo y presupuesto, y además tienen gente calificada.

    En esa percepción hay más crisis anímica. ¿Cómo manejar la crisis y la confianza? ¿Qué dice la experiencia?

    El dato duro que hemos visto es que han caído las ventas y que se está creciendo menos. Allí no hay mucho que opinar. Para mí, la luz potente y positiva es que hay muchos empresarios, tanto en Guayaquil como en Quito, que tienen luces para la solución correcta.

    Escuché mucho de ‘orgullo ecuatoriano’, de ganas de comerse el mundo, escuché mucho de destinar recursos a la innovación, escuché mucho de no quedarnos en eso de ‘que el otro año (2016) será de crisis’. En lo anímico, lo que escuchamos es que, si bien es cierto esos son datos, tienen herramientas, tienen competencias y tienen la actitud para enfrentarlo. Debe haber un grupo que se va a quedar en el lamento, pero este es un período de oportunidades.

    ¿Cómo sacar a ese grupo de empresarios del pesimismo?

    Si tuviera la receta perfecta, probablemente estaría viviendo este momento en una playa del Caribe. Pero hay que poner énfasis en dos aspectos centrales: uno es la innovación y otro es en ‘tus personas’. Cuando hablamosde innovación, hablamos de que dado que el 2015 fue crítico y viene un año más difícil, y si se sigue haciendo lo mismo, sin duda uno va a estar complicado.

    No quiero meterme en la innovación como algo megacomplejo, pero hay variables que tenemos que considerar, en la innovación lo relevante es sumarse a la tecnología. No me refiero a que tengamos que ser desarrolladores de aplicaciones o investigación profunda, pero es sumamente esperable que unapersona que no se sume a los procesos de las nuevas tecnologías quede fuera.

    ¿Innovar a como dé lugar?

    Hay una frase que me gusta mucho utilizar y es que la tecnología permite viabilizar procesos. Las empresas que logran simplificar procesos complejos para sus clientes alcanzan el éxito. No es que tengo que convertirme en un Marck Zuckerberg e inventar un Facebook, sino es subirme a las tecnologías que viabilizan cosas.

    ¿Cuál es el segundo aspecto que hay que tener en cuenta?

    Es la confianza. Hoy en día el que quiere innovar solo, básicamente está loco. Y no es de esos locos lindos sino que es negligente e inoperante. El mundo hoy es colaborativo. Si me pongo a innovar solo, compito con mi nómina; en cambio, si me comienzo a vincular con otras organizaciones, el mundo ya se me amplificó, porque tengo a mi nómina, a la nómina de otra empresa, a un emprendedor, a la Academia, etc. Entonces, es clave sumarse a las nuevas tecnologías, tener la colaboración de otras organizaciones y asumir que la innovación es una forma de trabajar. Y no es simplemente un indicador bonito para poner en los resultados corporativos.

    ¿Cómo lograr el punto de equilibrio entre innovación y emprendimiento?

    El gran jurado en la innovación es el cliente. A veces, estamos obsesionados con un premio o en decir que tenemos productos innovadores, pero el único que va a decidir eso es el mercado. De allí a cómo nos involucramos con nuevos emprendimientos es una tremenda oportunidad. Cuando es una empresa grande tiene la espalda financiera, pero le cuesta moverse. Ahí viene el vínculo con los emprendedores, con las ‘startups’, porque tienen más cintura para moverse. Si a esto sumamos un Estado que promueva un ecosistema de apoyo al emprendimiento, esa es la fórmula mágica.

    En este ‘deber ser’ corporativo para superar la crisis y promover la confianza, casa adentro las compañías se preocupan a diario de los balances y la innovación se posterga, porque al final lo que mandan son las cifras.

    Estoy de acuerdo en que al final lo que mandan son las cifras, porque si no, vamos a creer que la innovación es una cosa algo loca, algo ‘hippie’, y eso no promovemos. La innovación es una forma de hacer estrategia corporativa.

    El elemento clave es la estrategia de innovación que vamos a tomar y ahí hay que observar los resultados financieros, no en meses, sino en años. A veces los gerentes financieros están sobrevalorados y lo que se debe hacer es crear comités de gerentes y tener un CEO que apueste por la innovación.

    ¿Cuáles son los pasos que se deben dar para innovar?

    Eso depende de la industria en la que se compite, del tipo de gerente que esté al frente, pero sobre todo depende de cuál es la intención para innovar. Para eso hay muchos formatos, pero lo primero es identificar para qué se quiere innovar.

    Algunos pueden decir: ‘innovar para sobrevivir’…

    Para mí esa es una de las principales razones y ojalá que siempre tuviéramos esa hambre y necesidad de subsistir. Segundo, en qué se quiere innovar: en producción, en eficiencia, en clientes, hay que fijarse un foco. El tercer paso, que para mí es vital, es construir portafolios balanceados de proyectos de innovación.

    Como lo único seguro en la innovación es que se va a fallar -si uno no quiere fallar no debe meterse en la innovación-, hay que tener varios proyectos y balanceado en diferente variables, desde los proyectos sencillos hasta los más complejos, con la posibilidad de ‘matarlos’ si no salen.

    Foto: Patricio Terán / LÍDERES.
    Foto: Patricio Terán / LÍDERES.
  • ‘Ecuador debe alcanzar más acuerdos’

    Redacción Guayaquil (I)

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    El analista económico guatemalteco radicado en EE.UU., Isaac Cohen, considera que Ecuador está mejor preparado para manejar los efectos causados por la caída del petróleo.
    Aun así, sostiene que debe impulsar más acuerdos comerciales con otros bloques económicos.

    ¿Cómo se percibe desde Estados Unidos el manejo económico de Ecuador?

    Hay que verlo desde el contexto que viene atrás, antes de que empieza a caer el precio del petróleo. Yo diría que el manejo de la bonanza se hizo bien: se aumentó el gasto social, se redujo la pobreza, y desde Washington eso se ve bien. Eso que se hizo bien durante el tiempo de crecimiento, ayuda a superar la crisis. Creo que Ecuador está bien preparado, con un nivel de endeudamiento bajo, una baja inflación, con un sistema financiero sólido, que le permite sortear mejor las circunstancias que vienen con la caída de las ­materias primas.

    ¿Qué debería hacer Ecuador ahora, ante la caída de los precios del petróleo?

    Hay que diversificar siempre. No es bueno depender de un solo producto ni de un solo mercado ni de un solo sector. Ecuador ha diversificado porque tiene la mitad de todas sus exportaciones en productos no petroleros, e interesantes, como las flores, el camarón, pescado. Hay que ampliar los mercados, los productos.

    Ecuador no ha podido consolidar acuerdos comerciales con otros países y bloques comerciales. ¿Le afecta esto?

    Otras economías de América Latina lo han hecho, y les ha ido muy bien. Pongo como ejemplo México, del que se decía que nunca podría tener un tratado de libre comercio con EE.UU. Pero como resultado de ese tratado -que abarca a Canadá- México es hoy día el quinto exportador mundial de automóviles. ¿Dónde se están instalando marcas como Toyota, Mercedes Benz, Nissan? En México, para abastecer el mercado de EE.UU. Ahora, Ford tiene una planta en el estado de Chihuahua, de unos USD 5 000 millones.

    ¿Qué pasó con el resto de los países latinoamericanos?

    Fíjese que América Latina tuvo la oportunidad de tener un tratado de libre comercio con EE.UU. que iba desde Alaska hasta la Patagonia, y lo rechazamos. Brasil se negó, y entonces EE.UU. empezó a firmar tratados de forma individual. ¿Qué pasó? Ahora lo tienen con Centroamérica, con Colombia, Perú, Chile…

    Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), las crisis en Brasil y Venezuela empujarán la desaceleración de crecimiento en América Latina en el 2016. ¿Por qué?

    Lo que pasa es que cuando Brasil se viene abajo, el promedio de América Latina se viene para abajo también, porque Brasil es el 40% de la economía de Sudamérica. Si Brasil tiene un crecimiento negativo de-3% este año, y de -1% en el 2016, el promedio de América Latina se nos viene para abajo.

    Otras economías están creciendo un poco menos, como Chile, Colombia y Perú, en alrededor de 2%. Chile exporta cobre a China, y el gigante asiático tiene problemas; Perú exporta minerales también a China; Colombia, carbón, y se le ha venido para abajo la exportación. Las únicas economías que están creciendo por sobre el 4% son las de Centroamérica, porque EE.UU. está creciendo, y Centroamérica tiene la mitad de todo su comercio exterior con ese país.

    ¿Qué efectos tendrá en las economías latinoamericanas un probable incremento
    de las tasas de interés en Estados Unidos?

    La Reserva Federal de Estados Unidos ha dicho que probablemente en diciembre puede venir lo que llaman el despegue de las tasas de interés en ese país. Hay que verlo, porque los números en EE.UU. no son lo suficientemente convincentes todavía. Lo que resulta interesante en EE.UU. es que la reactivación, conseguida con un estímulo enorme de parte de la política monetaria, con una tasa de interés que está en cero, no ha generado más inflación.

    ¿Cuáles serían las repercusiones, para una economía dolarizada como la ecuatoriana, el alza de las tasas de interés en EE.UU.?

    Subir la tasa de interés en una economía es frenarla, porque el dinero se vuelve más caro. Se reprime la demanda cuando sube la tasa de interés, por eso es que durante la recuperación tan lenta de EE.UU., la tasa de interés se ha mantenido en cero. ¿Qué pasa cuando viene el alza? Significa que habrá un freno pero, al mismo tiempo, se va a volver más interesante dejar el dinero en el banco; lo que no sucede ahora. Si sube la tasa de interés, los inversionistas van a querer dejar más dinero en el banco, y no irse a arriesgar en las economías emergentes.

    El alza de la tasa de interés en EE.UU. va a disminuir el flujo de capitales hacia las economías de mercado emergentes, pero exceptuando a aquellas que se mantienen en la zona del dólar.

    ¿Cómo una desaceleración de la economía en China ­podría afectar a los países de América Latina?

    Ya nos está afectando. Está golpeando a Chile, Argentina, a los grandes exportadores de materias primas. La economía china está dando un giro hacia el consumo doméstico, ya no van a invertir tanto en infraestructura, ni van a exportar tanto. Entonces, al volcarse al consumo doméstico, la naturaleza de los productos que importa cambia. En ese cambio, China requiere más producción de bienes durables, y ahí necesita más aluminio, más zinc, que son materias primas que tienen una valoración diferente, y que no son necesariamente las que estaba exportando América Latina.

    ¿La opción será proveer otro tipo de bienes?

    China está disminuyendo su demanda de arroz y está aumentando la de carne, de proteínas, porque la dieta, a medida que aumenta el nivel de ingresos, ­cambia. Yo creo que se pueden ­exportar más alimentos hacia China, y Ecuador tiene allí ventajas interesantes, con sus flores, camarón, pescado.

    ¿Cuándo considera que la Reserva Federal de EE.UU. puede tomar una decisión para subir las tasas de interés?

    La tasa de interés va a tener que ser subida de una manera muy certera, para que no haga caer la economía o que genere inflación. Estamos muy expectantes de lo que pase el 15 y 16 de diciembre en la reunión de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed).

    Foto: Mario Faustos / LÍDERES.
    Foto: Mario Faustos / LÍDERES.
  • El rol de la empresa es importantísimo

    Xavier Basantes

    Editor del Semanario LÍDERES (I)

    La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, analiza la situación de la región. Además, se refiere al rol de las empresas privadas en épocas difíciles y cómo debiera articularse una alianza con el sector público.

    Al visualizar cómo le fue este año a la región, Cepal estableció que esta decrecerá un 0,3%. ¿Esa previsión se mantiene o puede variar?

    Se mantiene. Es una cifra muy coincidente con la del FMI; dentro de la región, sí pueden haber variaciones de décimas, pero se va a quedar en -0,3%. Ahora, nos preocupa Brasil, que está muy afectado por el comercio y que también afecta a toda la región. La caída de las exportaciones en la región fue de -14% y es el peor desempeño en ocho décadas en el comercio y uno de los temas más cruciales que vive el mundo hoy en día es esta desaceleración del comercio.

    Cuando Cepal presentó su previsión señaló a factores externos como los principales causantes. Pero cuando se ve a países como Bolivia, que sería el que más crece (4,4%), ¿qué es lo que han hecho bien?

    Somos una región muy vulnerable al contexto externo. Nuestro desempeño depende, por ejemplo, de EE.UU., que crece mejor que el resto del mundo; este año va a crecer 2,5%. Ese crecimiento está impactando positivamente a México, Centroamérica y el Caribe. Pero si no le va a bien a China, que se desacelera del 9% (este año se espera que crezca a menos del 7%), esa desaceleración tiene un impacto muy grande en Sudamérica, que es el socio principal este momento.

    Otro impacto fuerte es que Europa no ha podido retomar el crecimiento esperado. ¿Por qué menciono a EE.UU., Europa y China?, porque en el comercio mundial Europa pesa un tercio, China otro tercio y EE.UU. pesa un 15%.

    Mi pregunta va por el lado de qué es lo que hicieron bien los países que ahora van a tener mejores indicadores. Por ejemplo, Bolivia, con el 4,4%.

    Hay que entender que toda la región, especialmente Sudamérica, por la caída de los precios de las materias primas está sufriendo una desaceleración en sus exportaciones, sobre todo en valor, quizás en volumen se ha podido mantener. Bolivia es un exportador de gas natural; el precio del gas natural cayó menos del 46%.

    ¿Qué hizo Bolivia? Bolivia al igual que Ecuador son los países con mayor inversión pública. Esta tiene un efecto importante en la economía, especialmente cuando esa inversión se va a Formación Bruta de Capital Fijo o va a infraestructura. Bolivia ha invertido mucho en carreteras, áreas productivas, y venía de una muy problemática situación de pobreza. Al sacar a la gente de la pobreza eso ha dinamizado el consumo interno.

    Para llegar a esto, ¿cuánto le ayudó a Bolivia el ahorro?

    Hay que entender la diferencia entre ahorro y reservas internacionales. Ahí hay una confusión. Ahorro e inversión son dos caras de la misma moneda. Una economía puede ahorrar invirtiendo; lo que ha hecho Ecuador es invertir en las hidroeléctricas, en proyectos con una rentabilidad del 40%, que es altísima. Eso es ahorro; porque al final, cuando entren a operar esas hidroeléctricas, Ecuador va a poder reemplazar importaciones de derivados de petróleo y de manera renovable. Entonces, en el caso de Ecuador y Bolivia, han ahorrado e invertido.

    ¿Qué pasa con las reservas internacionales de Bolivia?

    Es la primera vez en la historia de Bolivia que sus reservas tienen un nivel alto. De hecho, tiene el nivel de reservas más alto respecto al PIB de toda América Latina, en torno a 14 000 millones de dólares. Si me pregunta por Bolivia y Ecuador hay una diferencia clave: aquí hay una economía dolarizada.

    ¿Para sostener una economía se recomienda tener fondos de ahorros con reservas?

    Las reservas internacionales siempre sirven para proteger una economía de ‘shocks’, por ejemplo. Una economía dolarizada puede tener ventajas y desventajas; tiene ventajas, porque es una moneda dura que atrae inversiones; hay cierta estabilidad en el tiempo, y no va a haber fluctuaciones tan fuertes en el tipo de cambio. Y ante los países vecinos, como Colombia, que es el país que quizás más ha depreciado su moneda, esto coloca en una diferencia de competitividad muy grande. La apreciación del dólar no la causó Ecuador; más bien ha tomado buenas medidas y que si no las hubiera tomado, estaría en una situación mucho más delicada.

    Aún no le he preguntado nada de Ecuador, pero en el ‘deber ser’ del manejo económico, ¿cuál es la importancia de los fondos con reservas internacionales, cuando a ciertos países sí les ayuda?

    Ayudan. En economías que deprecian sus monedas, ayudan a suavizar esa depreciación. Eso es lo que está pasando por ejemplo en México. Lo que siempre hay que tener claro es que las reservas no son para gasto, es la reserva más cara, pero eso es mucho más viable en economías que tienen tipos de cambio flotantes, como México, Colombia o Bolivia.

    ¿Cuál ha sido el rol de la Inversión Extranjera Directa en la región? ¿Cuáles son las condiciones mínimas que demanda para llegar a un país?

    La Inversión Extranjera ha tenido características en los 80, 90 y 2000. En los 90 se apuntaló con las privatizaciones y en los 2000 se ha orientado a la industria extractivista; en donde hay una rentabilidad altísima. Incluso en Perú, en la etapa que se llama el ‘boom’, entre el 2002 y el 2008, hubo empresas con una rentabilidad superior al 25%.

    A partir de la desaceleración mundial, desde el 2011, la región sigue recibiendo inversión, pero el año pasado hay desaceleración importante. Este primer semestre cae el 15%. Esos son números, pero hay que ver cuál es la inversión que más empleo genera y allí se destacan la manufactura y la tecnología alta y conocimientos.

    La industria extractiva no genera mucho empleo. Claro que queremos capital extranjero, pero no queremos ese capital que llegue, extraiga riquezas y luego se vaya; que no pague impuestos, ni regalías ni nada, y quiere que le hagan exenciones eternas. Eso no.

    ¿Qué condiciones se deben ofrecer para atraer inversión?

    Uno, mercado; si busca mercado, ¿cómo hacemos para que nuestro mercado regional no sea solo el mercado nacional? Dos, ubicación geográfica. Tres, recursos humanos capacitados. Uno de los mayores obstáculos es la falta de profesionales especializados.

    ¿Qué pasa con la legislación?

    No es cierto que las empresas no quieren que cambien las reglas de juego, pero que haya procedimientos. Creo que hubo ventajas en cómo se renegociaron los contratos petroleros y gasíferos en Ecuador y Bolivia, porque en cierta forma hubo negociación. No así en otros países, donde fue polémico y se ahuyenta al capital.

    En este contexto, ¿cuál debe ser el rol de las empresas?

    El rol de la empresa privada es importantísimo. La empresa privada juega un papel vital, pero tiene que ser una empresa que no sea solo rentista. El empresariado latinoamericano ha ido madurando mucho y tiene más responsabilidad en la forma de hacer negocios.

    ¿Cuánto pesan las alianzas del sector público y privado?
    Son importantes, por supuesto.

    Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES.
    Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES.
  • La vivienda social trae oportunidades

    Pedro Maldonado

    La Ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda, María de los Ángeles Duarte, habla sobre los bonos entregados por el Estado. También se refiere a los planes para promover vivienda de interés social y al momento que atraviesa el sector de la construcción.

    ¿Cómo evoluciona la entrega de los bonos de vivienda?

    Antes de que empiece este Gobierno existía un subsidio para la gente más pobre, para darles un incentivo para que construyan su vivienda. Fue un proyecto diseñado por el BID y estos organismos internacionales tratan a los pobres como que merecen lo mínimo. Lo que en realidad sucedía era que no se podía terminar la casa por la pobreza endémica, en la que no hay capacidad de ahorro.

    Cuando empezó el Gobierno en el 2007 hicimos un análisis minucioso para dar un incentivo para que, al menos, las personas con bono terminaran sus casas. Desde el 2007 hasta septiembre de este año se han entregado unos 68 162 bonos de vivienda urbana por USD 219,6 millones. También hemos entregado bonos de vivienda rural, por el programa Manuela Espejo, por reasentamientos… Desde el 2007 se han entregado 336 520 bonos por
    USD 1 375 millones.

    ¿Se puede detallar cuánto se entregó este año y cuánto se calcula para el 2016?

    Para el 2016 se planifica entregar USD 47 millones en subsidios. Va a existir una gran cantidad de bonos para promoción inmobiliaria, mediante un plan que lo diseñamos a inicios de este año. Es un incentivo para comprar vivienda propia y calculamos colocar unos 1 500 bonos inmobiliarios.

    ¿En qué consiste este bono inmobiliario?

    El bono inmobiliario permite a los más pobres acceder a crédito para vivienda cuyo valor esté entre USD 15 000 y 40 000. La empresa privada solo se dirige al déficit habitacional de los segmentos medio y alto, con casas de más de 70 000 dólares. Con nuestros bonos e inversiones se redujo el hacinamiento, pero no se redujo el déficit. Entonces, se diseñó el bono para llegar al estrato al que llamamos de vivienda social y prioritaria. La vivienda social es de hasta 40 000 dólares y la prioritaria de entre 40 000 a 70 000.

    ¿Por qué se sigue con bonos y por qué no se aplican otras políticas que no generen dependencia de ciertos segmentos de la población?

    A eso voy. Hasta ahora se han entregado recursos a las áreas urbano marginal y rural, pero no en ciudadelas formales. Hemos entregado recursos a aquellas personas que no pueden pagar lo que cuesta una casa en una ciudadela formal. Lo que pasa es que con el sueldo básico se puede acceder a un crédito máximo de 18 000 y ¿dónde se puede construir una casa de ese valor? Hay promotores para ese segmento de vivienda, pero en zonas muy alejadas.

    Lo que nos interesa es que la oferta de vivienda sea con todos los servicios. Seguimos con programas sociales, pero nos estamos concentrando en incentivar a las personas pobres que pueden bancarizarse, que cuenten con seguro social. Ahora el esfuerzo va dirigido a aquellas personas que pueden pagar un crédito para tener una vivienda de mejor calidad.

    ¿Se apunta entonces a un sector formal frente a un sector marginal?

    Así es. Gracias a que hay más afiliados a la seguridad social, como pasa con las empleadas domésticas, choferes, etc., creció el segmento y tenemos la posibilidad de que los 1,8 millones de nuevos afiliados puedan acceder a crédito para vivienda. Lo malo es que una persona con el sueldo básico puede obtener USD 18 000 y allí hace falta el bono.

    ¿Cuál es la tendencia este momento entre aquellos bonos que se entregan para vivienda marginal y formal?

    Antes se daba el 80% al sector urbano, rural y marginal y 20% al formal. Ahora eso cambiará.

    ¿Cómo se incentivará al promotor para que participe en los programas de vivienda de interés social?

    El promotor inmobiliario antes se dedicaba a un segmento que no le daba problemas (los estratos socioeconómicos medio y alto). El promotor sabe que su nuevo ‘target’ es la gente que no tiene casa; entonces, tiene que destinar sus esfuerzos al segmento de vivienda social y prioritaria.

    Este plan llega en un momento de una economía complicada, con desaceleración y recortes de inversión. ¿Qué expectativas tenían cuando se empezó con el plan y qué expectativas tienen ahora?

    La desaceleración económica que ustedes la llaman es simplemente la baja del petróleo y la reducción de inversiones públicas que hacía el Estado en años pasados. Eso ocupaba mano de obra de los constructores, pero eso va a bajar porque disminuyó el precio del petróleo, así de fácil.

    Hasta que estén las hidroeléctricas y se consoliden los planes del Gobierno para tener recursos propios y no estar atados al petróleo, el inmobiliario es el mejor sector porque siempre dependió de sí mismo. La caída del crudo no ha influenciado en nuestros planes de vivienda, lo que sí influyó fue el temor que grupos políticos generaron con la ley de plusvalía. Eso sí afectó a las ventas que se pararon, pero ya se superó, ahora seguimos trabajando y aprobando proyectos de vivienda social.

    Pero, ¿existe la previsión del Banco Central, que indica que la construcción no crecería o decrecería este año?

    Depende qué tipo de construcción. Tenemos que dividir y obviamente si hay menos recursos para carreteras u hospitales, habrá menos crecimiento en ese tipo de construcción. Pero en la construcción privada se mantiene y volvió su ascensión.

    ¿Cómo avanza la colocación de créditos para vivienda de interés publico? Entre enero y agosto de este año se colocaron USD 5 millones en créditos de vivienda de interés público, cuando la meta era colocar USD 80 millones en 90 días.

    Eso tuvo mucho que ver con el tema político (NDLR: las protestas contra las leyes de herencia y plusvalía), que asustó al sector inmobiliario. Dentro de nuestro proyecto, para que el sector inmobiliario se incentive se le dio una tasa preferencial, se le dieron posibilidades de acceder a bonos. Pero con los dos meses de protestas se hizo daño al sector privado, se paralizó el plan y se estancó.

    ¿Cuánto se calcula entregar este año en créditos para viviendas de interés público?

    Tenemos calculado entregar entre 12 000 y 15 000 viviendas de interés social, a un promedio de USD 40 000 por vivienda.

    ¿Para el próximo año hay alguna previsión teniendo en cuenta la situación económica en la que se halla el país?

    Creo que el próximo año en lo inmobiliario va a ser muy bueno. Es un año electoral y eso incentiva al sector inmobiliario por las ofertas. La vivienda de interés social se va a mantener o crecer. Los planes se están reactivando, existen promotores con proyectos aprobados. Es una oportunidad para el país y, en especial, para que las personas más pobres accedan a una vivienda.

    Nacida en 1963, es arquitecta graduada en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en donde adicionalmente obtuvo o el título de Máster en Administración de Empresas Constructoras e Inmobiliarias, con el aval de la Universidad Politécnica de Madr
    Nacida en 1963, es arquitecta graduada en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en donde adicionalmente obtuvo o el título de Máster en Administración de Empresas Constructoras e Inmobiliarias, con el aval de la Universidad Politécnica de Madrid. Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES.
  • José Orellana: ‘El desplome del petróleo se veía venir’

    Alberto Araujo (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    José X. Orellana, asesor internacional de empresas y bancos en estrategia y finanzas con experiencia en JP Morgan, fue invitado por el Colegio de Administración y Economía de la Universidad San Francisco para dar una charla magistral sobre el panorama petrolero.

    ¿Qué le motivó a hacer un estudio sobre el petróleo?

    La motivación nació de la relación entre el petróleo y la economía ecuatoriana y cómo comprenderla mejor. En EE.UU. uno conduce la economía como se conduce un vehículo: viendo por el parabrisas. Aquí se conduce como si en el auto estuviéramos mirando permanentemente el retrovisor. En EE.UU. se trabaja con datos a futuro, con números de al menos tres o seis meses en el futuro. Aquí se ve mucho al pasado y lo más grave es que se lo hace con el producto más importante del país: el petróleo.

    ¿Cómo afectó esta visión en términos concretos?

    La crisis parte porque al principal producto de exportación en una economía dolarizada no se le presta la suficiente atención. En noviembre del 2014, la OPEP decidió no cortar su producción y yo no vi en la primera página de ningún diario un análisis del futuro del petróleo en el Ecuador. Desde ahí el crudo comenzó a caer en picada. Recién cuando llegó a USD 50 comenzó a ser un tema de interés general. La intención de mi estudio que comenzó en el 2013 parte de entender la dinámica del sistema petrolero internacional y las consecuencias en el país.

    ¿Cómo afecta la baja en el crudo a la economía local?

    Primero afecta el balance externo, luego al gasto fiscal y luego a la economía real: el sector productivo privado. Pero en Ecuador -al ser una economía dolarizada- el efecto es mucho más rápido. Lo que no vendiste en petróleo, es plata que no entró. Con esta caída del precio del petróleo, se necesitarían otras dos industrias bananeras para compensar el dinero que no ingresó a la economía.

    ¿Este escenario complejo se veía venir?

    Sí. El desplome del petróleo se veía venir. Morgan Stanley vino aquí en diciembre del 2014 y habló de que el petróleo podía bajar a USD 42 por barril cuando estaba en USD 60. Consideremos que el presupuesto se hizo en noviembre. Pero si una familia hace un presupuesto y a las dos semanas la esposa pierde el empleo, lo primero que se hace es reverlo. La decisión de la OPEP fue del 27 de noviembre del 2014, Arabia Saudita dijo que no cortaría la producción e, incluso, que no le importaba si el precio bajaba hasta USD 20.

    Pero el discurso oficial fue que el barril volvería a subir…

    Si el supuesto de que la OPEP recortaría la producción no se cumplía, debía haber un cambio de política. La información estaba disponible para cualquiera.

    ¿Cómo entender el discurso de ‘ya pasamos el bache’ que el Gobierno dio la primera mitad de este 2015?

    El discurso pudo haber sido el de tener fe en que se iba a recuperar el precio del petróleo. Pero tener fe no es una estrategia. La estrategia es tomar decisiones. Es decir, qué se puede hacer y qué no, delimitar el campo de acción.

    ¿Desde cuándo ya se veía venir la caída del precio?

    Desde julio del 2013. La baja sí se vio, lo que nadie veía era que el precio caería a este nivel.

    ¿Qué factores para la baja tuvieron lugar en esa época?

    En el 2013 ya se veía el crecimiento de la producción de shale oil en EE.UU. producto del fracking. En aquella época se preveía una caída de USD 100 a 75. A medida que pasaba el tiempo, se notaba más la información. Pero siempre se tiene que prevenir y estar por debajo de lo que se estima. No se puede gastar el último centavo. Ese fue un problema. El segundo problema fue la falta de reacción. Saber lo que Arabia Saudita iba a hacer era muy difícil. Pero además del fracking, se veía que estaban creciendo las existencias de petróleo. En septiembre del 2014 bajó de golpe el WTI de USD 92 a 87. Pero cuando Arabia Saudita incrementó la producción y no hubo el recorte de la OPEP, ya estaba el escenario. Y aquí la gente no reaccionaba, y en la Navidad seguía tomando ‘doble Black.’

    ¿Se está repitiendo el mismo escenario de finales de los 70?

    Cuando yo era niño tenía amigos cuyos padres los llevaban a jugar béisbol a Miami y se iban de vacaciones a Europa. Pero en los 80 todo eso terminó. Ya lo vivimos. Son vacas gordas y vacas flacas. No creo, sin embargo, que el ciclo de precios bajos dure demasiado. Para el 2020 pueden recuperarse. El problema es que las necesidades del Ecuador son mucho más grandes y tampoco tenemos las grandes reservas de petróleo de los 70. No hay reemplazo de reservas y no se conoce el costo para sacarlas. Por ejemplo, el costo de producción del ITT no es el costo de producción promedio de USD 25 del resto de campos. ¿Alguien puede financiar eso? ¿Cuál es nuestra auditoría petrolera? ¿Cuánto petróleo podemos sacar a los actuales precios? Del otro lado, la demanda de combustibles crece del 6% al 8% por año. Es decir que cada nueve se duplica la demanda. ¿Está Ecuador preparado a ser importador de petróleo?

    ¿Ha dejado el Ecuador de ser dependiente del petróleo desde que lo exporta?

    Nunca. Desde que el primer barril de petróleo se paseó en Quito, el Ecuador no ha dejado de ser dependiente y tiene el mal holandés. Revise el estudio de Ricardo Hausmann, Atlas of Economic Complexity. Allí aparece el mapa de las exportaciones ecuatorianas en 1984, 1994, el 2004 y el 2014; el 68% sigue siendo petróleo y banano. Tenemos que acostumbrarnos nuevamente a los precios bajos y en poco tendremos que acostumbrarnos a dejar de ser exportadores para ser importadores.

    ¿Qué medidas deben tomar los empresarios?

    El efectivo es el rey. El capital se vuelve muy importante porque no hay crédito, se ha reducido el consumo, ya se siente el desempleo y hay menor liquidez. Para el próximo año las empresas deben armar presupuestos para seis meses por el alto nivel de incertidumbre en la economía. Este mes se viene el fallo de la Oxy y hasta noviembre sabremos qué tipo de fenómeno de El Niño se nos viene. Cualquiera sea el escenario, diciembre es un mes crítico porque el Gobierno debe pagar los bonos Global y los sueldos de la burocracia. Ese mismo mes se podría agravar por el tema político si pasan las enmiendas.

    Hoja de vida

    Su formación. Este ecuatoriano tiene un Bachelor of Science (especialidad en Economía Internacional), un máster in Engineering (candidato a PhD) en Ingeniería de Sistemas y un MBA obtenidos en la Universidad de Virginia (EE.UU.).

    Su experiencia. Es asesor en estrategia, finanzas y mercadeo con experiencia en McKinsey & Company, Credit Lyonnais Securities Asia, ABN-AMRO, y JP Morgan. Además ha sido ejecutivo senior en Progressive Insurance, Interpublic Group of Companies y Viceministro de Comercio Exterior de Ecuador.

    Su punto de vista. El Gobierno y las empresas deben acostumbrarse a varios años de precios bajos del petróleo, de recortes y reducción del consumo.

    José Orellana
    José X. Orellana es asesor internacional de empresas y bancos en estrategia y finanzas. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Rafael Poveda: ‘En minería vendrán 2 000 millones’

    Hernando Gonzalez

    Rafael Poveda es ministro Coordinador de los Sectores Estratégicos. Tiene a
    su cargo las áreas de petróleo, minería, electricidad y telecomunicaciones. El funcionario promueve el X Encuentro Anual de la Energía y el Petróleo, Enaep 2015, que se llevará a cabo el 27 de octubre.

    ¿Qué resultados ha dejado la promoción de los proyectos en los sectores estratégicos durante los últimos años?
    El martes 27 de octubre tendremos un evento de promoción de inversiones muy importante, que hemos planificado desde hace tiempo. Además, es una herramienta dentro de nuestra estrategia y plan de trabajo permanente de promover las oportunidades de inversión y participación en el plan de desarrollo de nuestro país. Los sectores estratégicos han sido un actor importante en la construcción de infraestructura en estos últimos años en el país.

    ¿A cuánto han ascendido las inversiones en estos sectores?
    Tenemos más de USD 5 900 millones invertidos en infraestructura eléctrica. En el sector de hidrocarburos, el Estado y las empresas privadas hicieron inversiones muy importantes. A partir de la renegociación de los contratos petroleros del 2010, se ha invertido más de USD 1 700 millones a cargo de las privadas, y en la minería se tiene mucho potencial.

    ¿Cuál es la previsión de inversión en minería este año?
    Este año se espera una inversión de más de USD 100 millones, en el primer proyecto de gran minería (Mirador, a cargo de la empresa china Ecuacorriente). En el 2016 se esperan más de USD 500 millones en la construcción de esta mina y en el 2017, otros USD 1 500 millones. En el sector de las telecomunicaciones también ha participado mucho capital nacional y extranjero. En la última negociación de la banda 4G se comprometieron inversiones por USD 2 000 millones en infraestructura, tecnología y servicios.

    ¿Cómo explica, entonces, que las cifras del Banco Central sobre inversión extranjera muestren que en lo que va del año son las más bajas que registra el Régimen?
    En el 2007 tomamos como decisión apostarle a una inversión pública muy fuerte, frente a la realidad del país que encontramos. Por ello hicimos los cambios en carreteras, puertos, aeropuertos, hidroeléctricas, nueva infraestructura petrolera, una refinería totalmente rehabilitada, etc. Estas fueron inversiones que no estuvieron en la agenda de los gobiernos de turno, seguramente porque no eran políticamente atractivas, pero que asumimos con responsabilidad.

    ¿No fue entonces prioridad para el Estado la inversión extranjera cuando tuvo recursos?
    No creo que haya sido una decisión relacionada a si teníamos recursos o no. Hay sectores como el minero o el de telecomunicaciones, donde es muy deseable que exista inversión extranjera. Y por eso, en estos ocho años hemos trabajado en ello y también por eso es que en estos sectores tenemos inversión extranjera. Pero en otros sectores, como energía eléctrica e infraestructura, la decisión política del Gobierno para acelerar el desarrollo fue apostarle a una inversión pública rápida y fuerte. Desde sectores estratégicos, permanentemente hemos buscado generar las condiciones para que se amplíe la participación de la inversión extranjera

    ¿Ahora, más que antes, cuando el Estado ya no tiene los recursos que tenía?
    Desde el Ministerio de Sectores Estratégicos hemos estado promoviendo la inversión privada de forma permanente. He tenido la oportunidad de recibir y visitar a muchas empresas, y diversos bancos de inversión, en distintos países durante todos estos años. Hay interés de muchas empresas de venir al Ecuador y, por eso, están aquí y hay otras empresas que vendrán en próximos meses y años. Pero un proyecto hidroeléctrico toma en construirse seis años y dos años en estudios. Un proyecto minero igual. Son proyectos de mediano y largo plazos.

    Pero el interés en sectores como el petrolero ha bajado en todo el mundo por los precios bajos. Adicionalmente, el Riego País del Ecuador es alto y dificulta la llegada de nuevos capitales…
    Creo que tenemos muchas ventajas competitivas y comparativas regionales: infraestructura y servicios apropiados; abundante riqueza de recursos naturales, como el petróleo, minerales y agua; estabilidad política social que determina que una empresa invierta en un país. Además, hemos incluido en nuestra legislación varios incentivos, como a la minería en el 2013 y el 2014, ahora se plantea la ley de alianza Público Privada; y se creó el Código de la Producción en el 2010. Las condiciones actuales son difíciles a escala mundial, pero las certezas que brindamos permiten y permitirán que se incremente la inversión.

    ¿Esos cambios no han jugado más bien en contra porque no generan estabilidad jurídica?
    No, porque han sido cambios enfocados en aclarar algún vacío que pueda existir o sino para generar incentivos.

    Con las reformas que se han dado, ¿esa normativa ya está completa para dar tranquilidad al inversionista?
    Los sectores de telecomunicaciones, minería, electricidad y petróleo son muy dinámicos. Por ejemplo, en la feria de minería de Toronto de este año, Canadá anunció incentivos a la minería como exoneraciones de impuestos. Colombia está cambiando sus condiciones de licitaciones petroleras. En México están ajustando las reglas en petróleos. Es decir, es un tema dinámico. Si hay más cambios será en positivo, para mejorar o aclarar alguna condición.

    ¿Qué efectos ha causado el escenario petrolero en los contratos con las empresas que operan en el país?
    La industria petrolera mundial está buscando mitigar y reducir el impacto y el shock que ha provocado la caída de los precios del petróleo a través de la reducción de costos, búsqueda de eficiencia y optimización de inversiones. En los contratos vigentes, están garantizadas las condiciones para que el Estado preserve su derecho sobre una parte del ingreso petrolero. Pero este es un tema dinámico y si algún momento hay que revisar las condiciones, habrá que sentarse a revisar. Y la industria debe estar preparada para eso, porque está pasando en el mundo, no solo en el Ecuador.

    ¿Pero ya están renegociando los contratos petroleros?
    En el caso de los campos maduros que firmó Petroamazonas con empresas de servicios para incrementar la producción, estamos revisando las condiciones de los contratos para darle viabilidad en las nuevas circunstancias del mundo petrolero. Y todas las empresas están conscientes de que así debe ser porque cambiaron las condiciones dramáticamente.

    ¿Cómo están los plazos de entrada de las centrales hidroeléctricas nuevas?
    La primera turbina del Coca-Codo Sinclair entrará en pruebas en diciembre y de ahí por etapas las primeras turbinas en meses siguientes. Sopladora también está avanzada y entrará en pruebas en enero. Para el primer trimestre del 2016 estarán operativas la mayoría de centrales. Solo hemos tenido un problema geológico en Quijos.

    Hoja de vida

    La formación. Es Doctor en Jurisprudencia de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Es especialista superior en Modernización del Estado y Contratación Pública y Máster en Administración de Empresas MBA, en el IDE.

    La experiencia. Es Ministro Coordinador de Sectores Estratégicos desde noviembre del 2012. Antes, fue Viceministro de la misma Cartera de Estado entre el 2010 y 2012. Entre el 2009 y el 2010 fue Viceministro de Telecomunicaciones.

    Punto de vista. El Estado le apostó desde el 2007 a la fuerte inversión pública y hoy busca una mayor participación privada.

    Rafael Poveda, ministro Coordinador de los Sectores Estratégicos. Foto: Patricio Terán/ LÍDERES.
    Rafael Poveda, ministro Coordinador de los Sectores Estratégicos. Foto: Patricio Terán/ LÍDERES.
  • Gonzalo Muñoz: La empresa debe solucionar problemas

    Xavier Basantes

    Editor del Semanario LÍDERES Entrevista vía Skype, desde China

    El Foro Económico Mundial  reconoce a Gonzalo Muñoz como Emprendedor Social del Año. Él participará en el XII Congreso Industrial del Ecuador, ‘Consolidando empresas sostenibles’, este 24 de septiembre en Quito y contará la experiencia de su firma TriCiclos, en Chile.

    ¿Cómo se pueden consolidar empresas sostenibles?

    Para entender la pregunta, primero hay que indexar el concepto de sustentabilidad al de empresa. Esos dos ámbitos han ido por caminos distintos. La sustentabilidad se ha tendido a asociar más con ONG, fundaciones, y las empresas han sido entendidas como organizaciones cuyo único fin es maximizar las utilidades para el accionista. Con esa perspectiva, no hablamos de empresas que están dejando de buscar la rentabilidad financiera, sino que esa rentabilidad debe estar sujeta a lograr un retorno en sustentabilidad.

    ¿Por qué es necesario ese retorno en sustentabilidad?

    Hoy en día, como humanidad, vivimos un proceso en el que tenemos suficiente información que nos hace ver que corremos riesgos como civilización. Hemos superado una serie de límites en el ecosistema, como en la convivencia de los seres humanos. No hemos tomado en consideración que el planeta tiene límites. Muchas veces encontramos que las empresas quedan fuera de esta conversación y ese es un craso error, la empresa no está aislada de la sociedad, ni del ambiente.

    ¿Cómo dar ese paso crucial hacia alcanzar ese objetivo?

    Es un buen punto, porque hace 10 o 15 años eran pocas las empresas que estaban conscientes de esto; la toma de conciencia en sí mismo es un paso. No quiero desvalorizar, pero al menos este tema se empieza a tomar en consideración.

    Ahora, lo que debe ocurrir es que lo tomemos en serio; inclusive, desde la óptica que aquellas empresas que no se involucren en el ambiente de sustentabilidad, corren serio riesgo. Hoy en día existen indicadores que permiten entender el nivel de riesgo que tiene una empresa cualquiera, dada la crisis global a la que nos enfrentamos.

    Cualquier organización está interactuando con dinámicas globales y, por lo tanto, lo que ocurra con una crisis de refugiados o con un hecho de contaminación en Asia, o un conflicto en Oriente Medio puede afectar el desarrollo de una empresa.

    Con esos ejemplos, algunas empresas pueden decir: ‘eso no me afecta, porque sucede en otras regiones del mundo’.

    Ese es un error grave. Lo que debiéramos estar observando como empresarios sudamericanos hacia el mundo es que Sudamérica se ha posicionado durante un par de siglos como gran proveedor de materias primas y eso ha conllevado una tensión brutal en la relación de las empresas con la sociedad y el medioambiente.

    Como empresarios tenemos una enorme responsabilidad sobre qué usos damos a los recursos naturales de nuestros países. Además, qué relación establecemos con la sociedad en la que estamos inmersos y desde ese punto de vista qué posicionamiento tomamos hacia el mundo.

    Tú puedes quedarte en la posición de que “esto a mí no me afecta”, o puedes tomar una postura de liderazgo. Lo que hacemos los empresarios en Sudamérica es usar los recursos naturales y si los usamos de forma adecuada no solo podemos evitar degradarlos, debemos empezar a regenerarlos. Puede ser un extraordinario negocio regenerar los recursos ecosistémicos no solo para nuestros países sino para la región, porque es un solo planeta.

    En una situación económica compleja, ¿cómo se pueden articular estos conceptos de ser una empresa sustentable, sostenible, y al mismo tiempo cómo generar utilidades? ¿En épocas de bonanza se articulan mejor estos conceptos?

    Para mí no tienen nada que ver las épocas de bonanza o crisis, los ciclos económicos son recurrentes. Muchas veces se agravan en sociedades que son más desiguales o en las que hay conflictos latentes no resueltos, pero todo empresario debe saber navegar en momentos de crisis y bonanza. Las dinámicas de sustentabilidad debemos incorporar no por el hecho de estar en bonanza y no las debemos dejar de lado, porque consideremos que los momentos ahora están más difíciles.

    ¿Cómo abordar la sustentabilidad en las empresas?

    Tiene que ver con internalizar externalidades, tiene que ver con considerar todos los costos que implica cada una de las prácticas que tenemos en nuestra empresa. Por lo tanto, si hacemos eso, pasamos a ser una empresa que está considerablemente mejor adaptada a los cambios y es una empresa más resilente, que pasa a ser pionera e indica hacia dónde debe caminar la industria. Y no solo es una empresa más sólida desde cómo hace las cosas sino que pasa a tener la facilidad de abordar oportunidades en momentos de crisis.

    ¿Hay ejemplo de aquello?

    Las empresas B (Bcorp) en EE.UU. han sido 66% más resilentes a la crisis financiera que empresas similares. ¿Por qué ocurre eso? Porque atraen una lealtad mayor desde todo punto de vista y es obvio que así sea. Las empresas Bcorp buscan generar bienestar para la sociedad; hacen que los empleados, proveedores, clientes y accionistas sean más leales. Contribuyen a solucionar problemas sociales y ambientales.

    En este contexto, ¿cuál es la experiencia de TriCiclos que ha motivado el galardón del Foro Económico Mundial como Emprendedor Social?

    En TriCiclos pusimos en práctica mucho de lo que hemos conversado. Los tres fundadores veníamos de dirigir empresas convencionales en procesos de crisis. Triciclos comenzó conceptualmente en el 2008 y su fundación fue el 2009. Estábamos en el proceso de caída de Lehman Brothers, en plena crisis financiera global. Nos dimos cuenta que parte de esa crisis tenía que ver con una crisis de comprensión de los recursos que había en el sistema y de posicionamiento del rol de las empresas a nivel global.

    ¿Qué es lo que hicieron?

    Lo primero fue calcular los costos que una empresa debía disminuir al mínimo en cuanto a sus externalidades negativas y convertirlas en algo positivo. Nos lanzamos creyendo que estábamos inventando la rueda y al poco andar nos dimos cuenta que muchas personas en el mundo y desde hace décadas crearon empresas con esta lógica.

    Desde ese punto de vista, lo que estábamos haciendo es seguir el camino de empresas como Patagonia (marca de ropa), que venían con una lógica de contribuir a la sociedad, al medioambiente. Lo que nos ocurrió fue que llegamos al tema de los residuos: la oportunidad que se presentaba era usarlos como un mecanismo de toma de conciencia de la ciudadanía, de las empresas.

    Creamos un modelo que permite que los ciudadanos tomen conciencia y entendiendo que uno de los grandes temas asociados con la basura es cultural y logístico, que la basura es un error de diseño podamos resolverlos en interacción con el ciudadano potenciando su rol de consumidor responsable. Al inicio nos costó.

    ¿Qué dificultades tuvieron y cómo está hoy TriCiclos?

    La primera dificultad es que nos dijeron “ustedes están locos, eso no va a funcionar, es imposible, ni siquiera funcionaría en Suecia mucho menos en un país sudamericano”. Esa dificultad la seguimos viviendo hasta el día de hoy, no es algo para nada resuelto a pesar de que TriCiclos ha crecido bastante y ha tenido muchos reconocimientos y validación en el mercado. Allí está el reconocimiento del Foro Económico Mundial.

    Gonzalo Muñoz Vive en Sao Paulo desde donde apoya el crecimiento de las empresas B e internacionalizando el modelo de TriCiclos. Foto: Cortesía.
    Gonzalo Muñoz Vive en Sao Paulo desde donde apoya el crecimiento de las empresas B e internacionalizando el modelo de TriCiclos. Foto: Cortesía.