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  • Sus ferias conectan a los estudiantes con la sociedad

    Red. Santo Domingo (I) 
    redaccion@revistalideres.com.ec

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    Las ferias de emprendimiento que realiza la Escuela de Ciencias Administrativas y Contables de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador – Sede Santo Domingo, son una oportunidad para que los estudiantes pongan a prueba los conocimientos aprendidos en las aulas.

    Estas exposiciones, que se realizan cada semestre, son una vitrina para que los jóvenes intercambien conocimientos y experiencias con los emprendedores de Santo Domingo de los Tsáchilas. También sirven para motivar a los colegiales a que empiecen a crear ideas que a futuro pueden convertirse en un negocio rentable.

    Jean Pierre Garrido, estudiante del séptimo nivel de Contabilidad y Auditoría, señaló que la preparación de los proyectos es ardua y que dura alrededor de cinco meses. “La idea es que a futuro ese proyecto se convierta en un emprendimiento que aporte a Santo Domingo”.

    Ese fue el caso del estudiante Andrés Granda. Él presentó, hace más de dos años un proyecto en la Expo emprendimiento, que consistía en crear una fábrica de estructuras de aluminio.

    La idea nació luego de que hicieran un estudio que determinó que en el país no había suficientes empresas que se dedicaran a trabajar con aluminio.

    Luego de la expoferia, los docentes verificaron la factibilidad del proyecto y le aconsejaron a Granda que los ejecutara.

    El estudiante empezó a gestionar el financiamiento y logró que la Corporación Ecuatoriana de Aluminio SA (Cedal) y la Importadora de Aluminio y Vidrio (Impalvid) financiaran el proyecto con USD 10 000. Sus maestros contribuyeron en el asesoramiento del plan de marketing, por ejemplo.

    La fábrica se constituyó legalmente hace un año y distribuyen estructuras como escaleras en Pichincha, Manabí, Guayas y Santo Domingo de los Tsáchilas.

    El resultado de ese proyecto fue un incentivo para que la Universidad continúe con las ferias. Ahora, los estudiantes las organizan como parte de las asignaturas denominadas Proyecto Integrador I y II.

    Este semestre, la feria se realizó a finales de julio y participaron 130 estudiantes del primer, tercer y séptimo semestres de la carrera de Comercio y Contabilidad y Auditoría.

    Ellos organizaron 22 estands en los que ofrecieron productos como alimentos, prendas de vestir para bebé, deportes extremos, entre otros.

    El docente David Arias señaló estas actividades son calificadas. “Dentro de las pautas de calificación se consideraron: la idea (que sea innovadora) presentación y exposición del proyecto”, señaló.

    Granda señaló que las ferias han generado interés entre sus compañeros, porque esas actividades permiten que los jóvenes aprendan a exponer y a defender sus ideas y en la práctica eso es necesario para conseguir ya sea el financiamiento del proyecto y los negocios a largo plazo.

    Los estudiantes de la Escuela de Diseño también realizan exposiciones de sus trabajos. A mediados de agosto se desarrolló la feria Nace Una Nueva Imagen. Esa actividad buscó impulsar la construcción de propuestas gráficas correctamente fundamentadas, que contribuyan a los problemas de comunicación visual de Santo Domingo de los Tsáchilas.

    Entre las actividades realizadas se presentó la nueva identidad visual corporativa, que fue elaborada y desarrollada por Romina Heredia, estudiante de Diseño, para el Centro Regional de Desarrollo Social (Credes).

    La representante de esa entidad, Celina Macías, señaló que la estudiante logró captar la proyección que la institución quería mostrar al público. “Me parece que los jóvenes ya están capacitados para enfrentarse a la vida laboral”.

    En esta actividad también se desarrollaron dos propuestas para renovar la imagen de la ciudad a través de una marca. Los dos proyectos, de estudiantes de sexto nivel de Diseño, fueron presentados a los representantes del Municipio.

    Uno de los proyectos, elaborado por los alumnos Fabio Andrade, Miguel Moreira, Milton Pazos y Darwin Pajuña, tuvo como eslogan: “Santo Domingo Inolvidable” y el concepto generador fue creado con base en tres elementos característicos de la localidad: la caña guadúa, el colibrí y los Tsáchilas.

    La segunda idea la desarrollaron los alumnos Andrés Sangucho, Mayra Poma y Andrés Naranjo, quienes crearon el eslogan: “Santo Domingo, Crisol de Biodiversidad” y la mascota Achi, que representa el achiote característico de los tsáchilas.

    La metodología de los docentes consiste en enseñar con la práctica a los alumnos. Foto: Cortesía PUCE SD
    La metodología de los docentes consiste en enseñar con la práctica a los alumnos. Foto: Cortesía PUCE SD
  • Un sistema que innovó el estudio

    Giovany Astudillo

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    El programa de formación dual se aplica en el Ecuador desde hace 25 años con la capacitación de tecnólogos en administración, que tienen el apoyo del Colegio Alemán y la Cámara de Industrias y Comercio Ecuatoriano-Alemana. Y desde hace 10 años, este sistema llegó a otro espacio con la carrera de Ingeniería Empresarial, en la Universidad de Cuenca.

    La formación dual, que tiene sus orígenes hace 200 años en Alemania, combina la teoría con la práctica durante el proceso de formación del estudiante. La intención es que los participantes accedan a los conocimientos académicos y los puedan comparar y aplicar en las diferentes áreas de las empresas que los apadrinan.

    Por citar un ejemplo, la carrera de Ingeniería Empresarial de la Universidad de Cuenca dura cuatro años y medio. Los dos primeros ciclos son teóricos con materias como microeconomía, introducción al derecho, contabilidad, matemáticas, estadística, ciencias sociales, comportamiento organizacional, entre otras.

    A partir del tercer semestre se inician las prácticas en las compañías formadoras en áreas como marketing, producción, finanzas y contabilidad y gestión del talento humano y organizacional. Al final de cada semestre presentan un proyecto, que es evaluado por un comité integrado por los profesores y los empresarios.

    Según el director de esta carrera, Juan Francisco Cordero, de esa forma el alumno también desarrolla otras competencias que son valoradas, como la solución de problemas, presentación efectiva y trabajo en equipo o a presión.

    Lisa Pesendorfer ocupa el cargo de Experta a largo plazo en la Alianza para la Formación Profesional entre las cámaras, asociaciones e instituciones que impulsan la formación dual en el país. Este proyecto empezó en el 2013.

    Según ella, la primera fase duró tres años y se trabajó en la creación del marco legal para la formación dual y el diálogo con los sectores público y privado. La segunda finalizará el 2019 y, en la actualidad, trabajan en una reforma al reglamento de esta formación.

    “Los avances más significativos de la formación dual en el Ecuador se concretaron en los últimos tres años. Ahora es más sistemático porque antes eran iniciativas puntuales”, asegura Pesendorfer

    Según ella, en la actualidad, 267 estudiantes forman parte de seis programas que aplican este esquema en el país y que son apoyados por 41 empresas de Cuenca, Quito, Guayaquil, Ibarra y Manta. Son programas en plásticos, desarrollo de software, mecánica, confección textil, procesamiento industrial de la madera.

    Pesendorfer aclara que aparte están los estudiantes que se forman con esta metodología en las carreras de las universidades de Cuenca, del Azuay, Politécnica Superior de Chimborazo y desde el próximo año en la Universidad de las Américas. Además, en los institutos superiores y en el Centro de Tecnología Industrial de la Politécnica Salesiana (Cuenca).

    Pesendorfer dice que este tipo de formación es beneficioso para las empresas porque tienen mano de obra calificada tanto teórica como práctica, que conoce su funcionamiento y puede resolver problemas y proponer proyectos de innovación. En el caso de los alumnos tienen mayor facilidad para acceder a un puesto de trabajo en las compañías formadoras.

    Esa afirmación se sustenta en la investigación denominada el Impacto del modelo dual en la Universidad de Cuenca, que fue realizada por Gustavo Flores. Él realizó 387 encuestas a graduados de Ingeniería Empresarial y de la modalidad tradicional de Administración de Empresa del mismo centro, entre el 2010 y 2016.

    Flores determinó que los estudiantes de la carrera dual encontraron trabajo en menor tiempo y sus salarios promedios son mayores. El sueldo medio de Administración de Empresas es de USD 700 y de la dual asciende a 1 051, de acuerdo con este estudio.

    Otro dato que resalta Flores es que el 33% de los graduados en la formación dual ocupan puestos en mandos medio y alto, mientras que en la tradicional baja al 16%.

    Los industriales aportan en la capacitación

    La formación dual tiene apoyo empresarial y universitario. Las cámaras de Industrias y Producción, la Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros, la de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca y la de Industrias de Guayaquil están involucradas en esta iniciativa junto con la Cámara de Industrias y Comercio Ecuatoriana-Alemana y la Alianza para la Formación Profesional.

    Otros gremios, como las asociaciones de Industriales Textiles del Ecuador, la de Confeccionistas Textiles, Ecuatoriana de Plásticos y la de Industriales de la Madera también son parte.

    En el panel Experiencias ecuatorianas de transferencia de tecnología y rol de la universidad y la empresa, que se realizó en junio en la Universidad de Cuenca, el presidente de la Cámara de Industrias de la capital azuaya, Jorge Roca, señaló que la aceptación que ha tenido la formación dual puso a Cuenca y al Ecuador en la mira de Alemania, que busca exportar este sistema de educación teórica y práctica para mitigar el desempleo juvenil.

    Roca destacó los avances de la carrera de Ingeniería Empresarial de la Universidad de Cuenca y de los programas de educación dual en mecánica industrial y electricidad en la Politécnica Salesiana. Estas dos últimas tienen el apoyo de 13 empresas azuayas y participan 41 estudiantes.

    En ese mismo foro, Alfredo Hoyos, representante de la Asociación Ecuatoriana de Plásticos, dijo que el acercamiento con las universidades es importante para el desarrollo y que el cambio sea sustentable. Su gremio se acercó a la Politécnica del Litoral.

    Otro espacio dual, destacado por Roca, es la carrera de Tecnología de Alimentos en la Universidad del Azuay (UDA). Según la directora de Educación Continúa de ese centro, Miriam Briones, este tipo de educación armoniza la teoría o conocimientos recibidos en el aula con la formación práctica en ambientes laborales reales, a través de una inclusión planificada en los procesos productivos.

    “Está dirigida a bachilleres como al personal que ya labora en la industria y que por razones diversas no pudo acceder a estudios de tercer nivel”, explicó Briones.

    En la actualidad, la UDA ejecuta el primer programa de formación Expertos en Procesamiento de Alimentos y Bebidas, que tiene una duración de cinco semestres. El objetivo es brindar conocimientos, habilidades y destrezas para formar técnicos en producción y envasado de alimentos.

    Tiene un grupo de 20 estudiantes, de los cuales el 30% es personal que labora en las empresas formadoras. Tienen entre 19 y 45 años. Para la selección de los aspirantes, contó Briones, se hizo una selección mediante un examen de conocimientos básicos y una entrevista realizada por la Cámaras de Industrias de Cuenca y las empresas formadoras.

    Las empresas del sector alimenticio, como Italalimentos, La Europea, Los Andes, Lácteos San Antonio, Embotelladora Azuaya, Industria de Bebidas Cósmica, Fideos La Delicia, Panificadora El Horno, CIAL e ICE, apoyan esta iniciativa, aseguró Briones. “El rol de la empresa es enseñar al estudiante el componente práctico, con la guía de un tutor y en coordinación con la universidad”.

    Pasamanería Tosi destaca los beneficios de esta formación

    Pasamanería Tosi se sumó al programa de formación dual desde sus inicios, hace aproximadamente 10 años. Hasta el momento ha contratado a las tres personas que realizaron las prácticas en la empresa cuencana.

    Para Augusto Tosi, vicepresidente de Pasamanería Tosi, a través de esta instrucción se forman profesionales más cercanos a las necesidades actuales de la industria. Uno de los problemas comunes es que el pénsum tradicional no necesariamente está actualizado en relación a la necesidad de la industria, dice Tosi.

    Según él, con esta formación se invierte en el estudiante para beneficiar a ambas partes. Al final de cada módulo, los participantes deben presentar un resumen y un proyecto específico para cada área. Por lo general, sus ideas son incorporadas en las acciones de la empresa.
    La primera persona que realizó sus prácticas en Pasamanería Tosi actualmente es la jefa de confecciones y tiene a su cargo a más de 160 personas. Además, es una de los ocho jefes de sección y ocupa uno de los 20 cargos de más alta jerarquía en la organización.

    La segunda persona que permaneció en la empresa tras haber participado en la formación dual se graduó hace poco del programa y ahora está manejando el proyecto de venta por catálogo. La tercera persona también se quedó en la empresa después de culminar sus prácticas y hace pocos meses decidió separarse para emprender un nuevo proyecto.

    Tosi explica que actualmente están formando a una cuarta persona que está realizando el módulo de recursos humanos y aún le faltan dos años para culminar el programa. Él espera que también se quede trabajando en la empresa.

    Para Tosi, la formación dual representa “una simbiosis, donde ambas partes ganan”. Su preocupación es que otros empresarios aún lo ven como una molestia y no se dan cuenta de los beneficios.

    Cartopel implementó el programa desde hace 12 años

    El programa de formación dual se inició en el 2005 en la empresa Cartopel, que funciona en el Parque Industrial de la capital azuaya. Esta organización maneja dos proyectos bajo esta modalidad, que se dictan en dos universidades de esa ciudad.

    Manuel Vicuña, gerente de Desarrollo Organizacional y Recursos Humanos del Grupo Cartopel, explica que el primer programa surgió como una iniciativa de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca y de la Cámara de Industrias y Comercio Ecuatoriana-Alemana y se implementó en la Universidad Estatal de Cuenca.

    La carrera de Ingeniería Empresarial tiene una duración de tres años y medio. La mitad del tiempo los jóvenes pasan en la fábrica y la otra parte en la universidad. En cada etapa que cumplen en la empresa, los alumnos deben hacer un proyecto sobre las acciones de cada área en las que se han desempeñado.

    El programa se abre cada año. Actualmente, ya pasaron la décima promoción de graduados y uno de los participantes de esta modalidad se encuentra realizando las prácticas en la empresa.

    Vicuña cuenta que desde hace aproximadamente dos años implementaron un segundo programa de formación dual a nivel técnico, que tiene una duración de cinco semestres. El objetivo es formar técnicos industriales especializados en mecánica y electricidad. Los jóvenes que participan de este proyecto reciben sus clases en la Universidad Politécnica Salesiana, en Cuenca.

    A través de este programa, la empresa ha apadrinado a tres personas que están realizando las prácticas en la organización. Uno de ellos, dice Vicuña, obtuvo la mejor nota del programa en sus evaluaciones. Para Vicuña, este programa es beneficioso para ambas partes, pero considera que se necesita mayor difusión y una política de Estado.

    Continental Tire Andina da beneficios a los estudiantes

    Continental Tire Andina se involucró en el programa de formación dual desde el 2015. La primera promoción de mecánicos industriales y eléctricos industriales empezó sus clases en septiembre de ese año y ya han aprobado cuatro de los cinco semestres.

    En las dos carreras iniciaron 52 estudiantes, de los cuales Continental Tire Andina actualmente está auspiciando a 10 de ellos. Su último ciclo de formación se iniciará en septiembre próximo. Después, se dará paso a la segunda promoción de jóvenes con esta formación.

    Según Gustavo Malo, vicepresidente de Relaciones Humanas de la compañía, cada semestre los estudiantes pagan una tercera parte del valor total de la colegiatura. La otra tercera parte es financiada por la empresa a cada estudiante y el resto es asumido por la universidad.

    Continental también cubre los gastos de ropa de trabajo, alimentación, transporte, asistencia médica del fondo de salud y seguro de vida. Además, para los estudiantes que se destaquen la compañía les otorgará una bonificación económica.

    Malo explica que la primera promoción que está por culminar el programa se encuentra desarrollando proyectos para la empresa. Los dos primeros estudiantes auspiciados por la empresa ya fueron contratados. “Gracias a las competencias que esta formación les ha permitido adquirir, obtuvieron una plaza de trabajo dentro de Continental y podrán continuar con sus estudios”.

    Aunque este programa ha sido beneficioso, Malo considera que todavía hace falta promocionar el programa con más fuerza entre los bachilleres y empresas para explicar qué es la formación dual, su aplicación práctica, sus beneficios y las oportunidades que se tienen para la inserción laboral. Por otro lado, también cree importante que se valide este título a nivel académico por los organismos de educación pertinentes.

    La empresa Raúl Coka Barriga reestructura su participación

    La agencia de seguros de vida Raúl Coka Barriga ha recibido a dos participantes del programa de formación dual. La empresa forma parte de este sistema desde el 2009.

    Según Rubén Alarcón, subgerente general de la empresa, dos años después de que se inició el programa, se decidió realizar una pausa por motivos internos. En el 2014 retomaron la iniciativa.

    Los resultados en estos años han sido satisfactorios, según Alarcón. La formación permitió reducir el tiempo que, por lo general, toma el aprendizaje de los recién llegados a la empresa y se invirtió en la formación de profesionales.

    Una vez que los participantes llegan a la empresa no se dedican a una tarea específica. Su trabajo consiste en aprender acerca del desenvolvimiento de la organización y, sobre todo, cómo se conectan las áreas de la empresa.

    Durante el programa, se define a un tutor en cada una de las áreas para que acompañe a los estudiantes y el aprendizaje sea efectivo. Al final del curso, ellos presentan un proyecto, con el cual se evalúa si comprendió cómo funciona la integración de la empresa.

    En el período 2009- 2011, Raúl Coka Barriga recibió a una pasante que, incluso, permaneció en la empresa después de los dos años de formación. Entre el 2014 y 2016, la organización tuvo un segundo participante. Alarcón explica que en este año el programa entró en una reestructuración. Antes la formación teórica era impartida en un instituto ubicado en el Colegio Alemán, pero desde el 2018 se abrirá un programa de administración de empresas que se dictará en la Universidad de las Américas (UDLA).

    Para Alarcón, este es un modelo práctico y útil, pero el número de personas beneficiadas es limitado. Por eso, considera que debe ser socializado y se debe trabajar más en conjunto entre el sector público y el privado.

    Edmundo Manzano sigue la carrera dual de Ingeniería de Empresas en la Universidad de Cuenca. Los conocimientos prácticos los recibe en la empresa Paredes (sombreros de toquilla). Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Edmundo Manzano sigue la carrera dual de Ingeniería de Empresas en la Universidad de Cuenca. Los conocimientos prácticos los recibe en la empresa Paredes (sombreros de toquilla). Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • El trabajo con los comuneros se enfoca en el ambiente

    Marcel Bonilla

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    Un total de 120 estudiantes de la Universidad Católica del Ecuador, sede Esmeraldas, se integran con las comunidades del norte de la provincia para apoyar en tareas escolares, concienciación ambiental, cuidado de las fuentes hídricas y la conservación de la Tierra.

    Los alumnos voluntarios de las distintas especialidades de la citada Universidad, participan dos veces por año en proyectos de apoyo a comuneros, previo a una preparación en la Unidad de vinculación con la comunidad de esa entidad de educación superior.

    Para realizar el trabajo, se eligen poblaciones donde existen asentamientos indígenas y afros, que de acuerdo con el mapa socioeconómico de Esmeraldas presentan debilidades en temas educativos, medioambientales, pobreza y oportunidades de trabajo.

    Actualmente la zona norte de la provincia es afectada por la acción de la minería ilegal, que produce contaminación de las fuentes hídricas, reflejándose en la salud de sus habitantes, dice Doris Añapa, una habitante de comunidad Cachi de Calle Mansa.

    Carlos Cortez es estudiante del noveno ciclo de la carrera de Enfermería, de la Universidad Católica de Esmeraldas, y durante una semana, en la comunidad afro de Timbiré, enseñó a 20 jóvenes cómo aplicar inyecciones, sueros y primeros auxilios.

    Con otros cinco de sus compañeros de la carrera, Cortez dio refuerzo escolar a 30 niños de la comunidad de Timbiré, que después de la escuela siembran cacao y plátano.

    Jacinto Fierro, integrante de la Oficina de Pastoral Social de la Universidad Católica, asegura que la integración ha permitido trabajar con los 28 centro chachis, que integran la Federación de Centros Chachis de Esmeraldas.

    Con organizaciones afros e indígenas como la Unión de Organizaciones Negras del Norte del Esmeraldas y la Organización del Pueblo Épera, se realizan capacitaciones sobre la conservación de la cultura ancestral.

    Con la ayuda de los estudiantes se trabajó en una consultoría para el fortalecimiento de capacidades de los actores locales de gobierno, sociedad civil y población general del norte de Esmeraldas, para el conocimiento, participación, protección y ejercicios de los derechos colectivos.

    “Entre los objetivos está mantener, desarrollar y fortalecer libremente su identidad, el sentido de pertenencia, las tradiciones ancestrales y las formas de organización social”, explica Daniela Ballesteros, estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad.

    Los comuneros han sido motivados a conservar la propiedad imprescriptible de sus tierras comunitarias, así como la participación del uso, usufructo, administración y conservación de los recursos renovables.

    Los estudiantes de lingüística, por su lado, ayudan a desarrollar los sistemas de educación bilingüe con criterios de calidad, desde la estimulación temprana, protección y desarrollo de los saberes ancestrales de esas comunidades.

    Dayanne Ortiz, de la comunidad Santa María de los Cayapas, y estudiantes de Ingeniería Ambiental, regresaron a la comunidad para explicar cómo conservar la Tierra y frenar la contaminación. “Esa es mi responsabilidad”, dice.

    Los estudiantes, de la mano de los profesores, se encargan de elaborar proyectos de acuerdo con las necesidades en la zona urbana y rural, para ofrecer atención durante su permanencia en las comunidades, que puede ser hasta dos semanas.

    Desde la Pastoral Social se trabaja en los llamados campamentos misión, donde se organizan cada semestre para realizar actividades de acompañamiento, que han permitido generar conciencia ambiental entre los habitantes de San Lorenzo y Eloy Alfaro.

    Los estudiantes también han recorrido las poblaciones ubicadas en río Cayapas, norte de la provincia, debido a la contaminación de los ríos, por la intervención de las empresas mineras.
    El trabajo se enfoca en hablar de la situación ambiental, y motivar actividades para evitar que se siga destruyendo el hábitat de muchas especies. “Hemos aprendido mucho más de la tierra y la importancia de su conservación”, dice Mauricio Nazareno, habitante la comunidad San Miguel. El objetivo del voluntariado estudiantil es fortalecer la conciencia.

    Los estudiantes universitarios dialogan con frecuencia con habitates de las comunidades sobre temas ambientales. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Los estudiantes universitarios dialogan con frecuencia con habitates de las comunidades sobre temas ambientales. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • Un nuevo campus para la investigación

    Redacción Sierra Norte  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Fortalecer la investigación. Ese es el objetivo de la Universidad Técnica del Norte (UTN), en Ibarra. Para lograr esa meta, el 22 de mayo pasado, se inauguró el Campus Universitario San Vicente de Paúl, en donde se instalaron 22 modernos laboratorios de diferentes especialidades, además de aulas y oficinas.

    En este inmueble patrimonial, en donde funcionó el primer hospital de Ibarra, del cual adoptó el nombre, se desarrollan varios estudios que se enmarcan en las 10 líneas de investigación, que fueron actualizadas por el Consejo Universitario, en el 2016.

    En la lista figuran: producción industrial y tecnología sostenible; desarrollo agropecuario y forestal sostenible; biotecnología, energía y recursos naturales renovables; soberanía, seguridad e inocuidad alimentaria sustentable.

    También, están salud y bienestar integral; gestión, calidad de la educación, procesos pedagógicos e idiomas; desarrollo artístico, diseño y publicidad; desarrollo social y del comportamiento humano; gestión, producción, productividad, innovación y desarrollo socioeconómico; y desarrollo, aplicación de software y seguridad cibernértica.

    Quizá uno de los proyectos más novedosos es el que desarrolla investigaciones de cepas que fueron traídas de la Antártida, por un equipo integrado por las docentes investigadoras Tania Oña y Elizabeth Velarde, desde el 2014.

    Según Bolívar Batallas, decano de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Ambientales (Ficaya), la idea es adaptar bacterias para recuperar zonas afectadas por derrames de petróleo. Este es uno de los proyectos más ambiciosos del campus más grande de la Sierra norte, que posee 8 000 estudiantes de pregrado.

    La Ficaya también tiene laboratorios de análisis físico y químico y de investigaciones ambientales.

    El costo del equipamiento de los laboratorios sobrepasa los USD 5 millones. En la rehabilitación de la edificación, cuya construcción original finalizó en 1895, se invirtieron USD 2,5 millones. Así explica Miguel Naranjo, que se de-sempeñaba como rector, durante la inauguración.

    “El objetivo es propiciar una educación integral, por un lado; y, por otro, que responda a los requerimientos de desarrollo de la zona norte y del país”.

    Por ello, a más de las propuestas de investigación que se generan en las diferentes carreras que oferta la UTN, aseguró que también se buscará dar respuesta a necesidades del ambiente social.

    En el inmueble de dos plantas, que ocupa una hectárea de la parte antigua de la ciudad, se han instalado además laboratorios de medicina, terapia física, gastronomía, nutrición, enfermería y de ingeniería en ciencias aplicadas.

    Esta última cuenta con recintos de autotrónica, termodinámica, seguridad e higiene industrial y procesos de simulación.

    Estos desarrollan un estudio, trabajando en conjunto, sobre la producción de biodiésel. Se trata de un combustible ecológico que se obtiene a partir de la planta de higuerilla, explica Milton Gavilanes, decano de la FICA. “Tiene las mismas prestaciones del diésel común, pero se reduce las emisiones de gases”.

    El proyecto está en la última fase. Se han realizado pruebas en laboratorios de la Universidad Central del Ecuador y de la Escuela Politécnica Nacional, en Quito. El decano asegura que han obtenido resultados prometedores.

    El Campus San Vicente de Paúl también albergará a las investigaciones de las carreras de enfermería, nutrición y medicina. Esta última es de reciente creación.

    Marcelo Cevallos, flamante rector de la UTN, señala que se planea implementar en este sitio el hospital o clínica universitaria.

    Naranjo, quien ocupa ahora el Vicerrectorado Administrativo, estima que el centro recibirá cada día entre 300 y 400 estudiantes y de 50 a 100 catedráticos, al día.

    En el sitio se puede acceder a una biblioteca virtual que posee 1,2 millones de fuentes bibliográficas y documentales que permitan sustentar los estudios y análisis de catedráticos y estudiantes.

    En la segunda planta también se contemplan áreas destinadas para seminarios y talleres de capacitación. Las autoridades universitarias esperan que el Campus se convierta en un polo de desarrollo de la ‘Ciudad Blanca’.

    Los laboratorios de  la carrera de medicina recibieron a los primeros estudiantes de esta especialidad, que aprenden con tecnología de punta. Fotos: Francisco Espinoza para/ LÍDERES
    Los laboratorios de la carrera de medicina recibieron a los primeros estudiantes de esta especialidad, que aprenden con tecnología de punta. Fotos: Francisco Espinoza para/ LÍDERES
  • Estudiantes premiados por un plan educativo

    Redacción Quito

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    Un equipo de seis ecuatorianos fue galardonado en EE.UU. por su idea de crear un centro autónomo de educación para indígenas achuar en la Amazonía ecuatoriana.

    El proyecto de los ecuatorianos, llamado Pukuni Community House, plantea proveer recursos educativos de clase mundial al corazón de la selva amazónica ecuatoriana y fue reconocido en el MIT IDEAS Global Challenge, una competencia anual de innovación, servicio y emprendimiento social organizada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge, EE.UU.

    El proyecto usa como inspiración las viviendas tradicionales del pueblo achuar y añade elementos tecnológicos de bajo costo para crear un centro de educación y comunicación comunitario. Según un comunicado, Pukuni Community House planea utilizar energía solar fotovoltaica, hardware de bajo costo y software optimizado para proveer a los habitantes de Kusutkau y Suwa, en Pastaza, de conectividad y recursos educativos adaptados a sus necesidades.

    El proyecto ofrece una solución íntegra de bajo costo para la educación y comunicación de comunidades aisladas en la amazonía ecuatoriana. “Cada elemento del proyecto se diseñará junto a la comunidad y será adaptado al contexto social, cultural y ambiental”, según el comunicado.

    Pukuni Community House es una iniciativa de Francis Goyes, Felipe Oviedo y Xavier Soriano, tres estudiantes ecuatorianos que realizan sus maestrías en el Instituto Técnico de Massachusetts, MIT. Pukuni Community House fue uno de diez equipos ganadores entre un total de 70 equipos participantes en la edición 2017 del concurso.

    Francis Goyes, Felipe Males, Xavier Soriano y Felipe Oviedo  son parte del grupo que levanta el proyecto Pukuni Community House. Foto: Cortesía
    Francis Goyes, Felipe Males, Xavier Soriano y Felipe Oviedo
    son parte del grupo que levanta el proyecto Pukuni Community House. Foto: Cortesía
  • Estudiantes diseñan una carpa con energía solar para desamparados

    Agencia EFE

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    Con ayuda de una subvención del prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), un grupo de estudiantes hispanas residentes en California (EE.UU.) está creando una tienda de campaña dotada de energía solar para satisfacer las necesidades de electricidad de personas sin techo.

    «Nuestra casa de campaña está hecha de materiales especiales, donde vamos a tener paneles solares, vamos a tener luces LED, para que la persona pueda ver dentro cuando esté oscuro, también vamos a tener el factor para limpiar la casa que son las luces UV (Ultra Violeta) que matan las bacterias», dijo a Efe Kenia Shi, estudiante de último año de secundaria.

    La instalación de tecnología solar en miniatura en una carpa móvil es una propuesta de 12 alumnas latinas de la escuela San Fernando «Magnet», en el condado de Los Ángeles, con la que ganaron una subvención de USD 10 000 por parte de la organización «Lemelson InveTeam» de la escuela de ingeniería del MIT.

    «Cuando nosotras fuimos introducidas al programa y nos dijeron que teníamos la oportunidad de hacer una invención que podía cambiar algo en nuestra comunidad pensamos que hacer una tienda de campaña (solar) era lo mejor», recordó Shi.

    Hija de inmigrantes de Santa Tecla (El Salvador), Shi estudiará ingeniería mecánica en la Universidad de California (UC) San Diego.

    Las estadísticas del 2016 de la oficina de La Autoridad de Servicios para Desamparados de Los Ángeles (LAHSA) indican que en el condado angelino hay 43.000 personas que viven en refugios o en tiendas de campaña en las calles.

    El cómputo anual, que no incluye cifras de Pasadena, Glendale y Long Beach, especifica que el 39 % de la población desamparada es afrodescendiente, el 27 % es latina y el 26 % blanca.

    Araceli Chávez, hija de inmigrantes de Michoacán (México), dijo a Efe que «es algo muy bonito» poder decir que estás ayudando a estas personas que «muchas veces el gobierno o el público mismo casi ignora».

    Quince escuelas en Estados Unidos ganaron la beca de creación con métodos de ingeniería, como la «casa de campaña con energía solar» que las alumnas mostrarán en la exposición ‘EurekaFest’ del 15 al 17 de junio de este año en el campus del MIT.

    Chávez, quien ya recibió carta de aceptación para estudiar ingeniería de programación y política en la Universidad de Georgetown, en Washington DC, explicó que gracias a un sondeo hecho para conocer las necesidades de los indigentes aprendieron que «piden que les regalen electricidad en muchas partes».

    La solución de las estudiantes es un pequeño panel solar y un foco que posee un acumulador de energía, transferible a otros aparatos, entre otras innovaciones.
    «Nosotros soñamos que en EurekaFest podríamos encontrar a alguien que quisiera distribuir esto nacionalmente», expresó Chávez, quien dijo que les inspiran los niños en pobreza extrema que necesitan luz para hacer tareas escolares o energía para recargar teléfonos celulares o tabletas electrónicas donadas.

    Por su parte, Flora Mendoza, directora de la secundaria «Magnet» de San Fernando, dijo a Efe que este proyecto les ha dado a las alumnas «la oportunidad de aplicar lo que ya han aprendido para realizar su invención».

    Evelyn Gómez, exalumna de la secundaria, después de graduarse de ingeniería aeroespacial en el MIT conoció del programa de financiamiento de inventos y alentó a participar a las estudiantes en compañía de Violeta Mardirosian, su exmaestra de matemáticas de San Fernando.

    «Con el invento las estudiantes quieren que las personas desplazadas en las calles tengan un poco de comodidad, dignidad y así ayudan a mejorar su comunidad», dijo a Efe Mardirosian.

    La instalación de tecnología solar en miniatura en una carpa móvil es una propuesta de 12 alumnas latinas de la escuela San Fernando 'Magnet', en el condado de Los Ángeles. Foto: Facebook / Kenia Shi
    La instalación de tecnología solar en miniatura en una carpa móvil es una propuesta de 12 alumnas latinas de la escuela San Fernando ‘Magnet’, en el condado de Los Ángeles. Foto: Facebook / Kenia Shi
  • Los estudios se diversifican con el tiempo

    Redacción Quito

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    Ingeniería Mecánica, Comercio Exterior y Medicina son carreras tradicionales que tienen una mayor demanda de los estudiantes en tres universidades. A estas se suman nuevas profesiones vinculadas al mundo de la Internet o de las redes sociales, que cada vez, ganan terreno en las aulas.

    En la Universidad Tecnológica Equinoccial, las dos carreras más demandas son: Ingeniería en Comercio Exterior e Integración y Aduanas, que tuvieron 938 estudiantes inscritos en el período octubre-febrero. Le sigue Ciencias de la Educación con mención en educación básica, que aglutinó a 906 personas. La diferencia entre ambas es que la primera es presencial y la segunda, a distancia.

    En tercer lugar está la carrera de Medicina, con 800 alumnos, siendo una de las tradicionales que se mantiene en auge, según esta Universidad, que está en la categoría B del Ceaaces.

    Kevin Torres es un joven de 20 años que busca seguir Medicina en una de las instituciones educativas del país. A él, le apasiona esta carrera por un motivo fundamental: su deseo de ayudar a las personas y curar sus males.

    Este joven oriundo de Santo Domingo de los Tsáchilas busca ser pediatra, por lo que sigue postulando para alcanzar un cupo en una universidad pública. “Siempre dije yo tengo que ser médico para ayudar a la sociedad y más a los niños”, afirma.

    En la Universidad de las Américas (UDLA), la carrera con mayor acogida entre los alumnos es Medicina, que tiene una duración de seis años. Esta profesión ha tenido un repunte en los dos últimos años, ya que pasó de 1 605 a 1 990 estudiantes; esto es un 23% más de estudiantes entre 2015 y 2016.

    En otra institución educativa de tercer nivel como la Politécnica Nacional, las tres carreras que predominan son Ingeniería Mecánica, Electrónica y Control y Eléctrica. En estas carreras hay 1 999 estudiantes. La mayoría de los estudiantes (1 673) son hombres y el resto son mujeres.

    Jesús Játiva, catedrático de la carrera de Ingeniería Eléctrica, sostiene que la demanda creció en este tipo de carreras porque en el país hay un impulso en el desarrollo del sector eléctrico de parte del Gobierno. “Antes había un déficit y se empezó a abrir, por lo que generó más fuentes de trabajo; esto hace que los jóvenes se decidan por una u otra carrera”, indica el experto.

    Otra de las carreras que levanta el interés de los jóvenes es Ingeniería Matemática, que actualmente, cuenta con 106 personas inscritas. Andrés Vinueza es uno de ellos. Él sigue esta carrera porque considera que hay un mercado laboral abierto y por su gusto por la matemática. “Mi idea de trabajo no fue con mandil arreglando cosas sino entender la matemática”, dice el joven quiteño.

    Las nuevas carreras

    Según el portal Inesdi Digital Business School, las carreras digitales más demandadas en las empresas son Digital Marketing Manager, Community Manager, Social Media Manager, Content Manager, CDO/Digital Manager, E-Commerce Manager, Digital analyst, Copywriter, SEO specialist y SEM&SEO specialist.

    Estas carreras están vinculadas con las nuevas tecnologías de la comunicación e información, el marketing, el comercio electrónico, el análisis de datos, la publicidad y demás.

    Eddy Troya, director de Gestión del Talento Humano de Fundecom, explica que en efecto el auge de las redes sociales hizo posible que este tipo de carreras afloren en el país. “Actualmente, las carreras que están relacionadas a la tecnología y las redes sociales son las que mayor preferencia tienen”.

    Troya, además, alerta que en el país muy pocas universidades apuestan por estas carreras, por lo que no hay mucha formación para los estudiantes en este sentido.

    En el estudio de Inesdi, también, se resalta que los profesionales que se gradúan en estas ramas deben tener un conocimiento amplio de navegación en la Internet y saber cómo moverse en el mar de información que proporciona la web.

    Otras de las capacidades que debe desarrollar el profesional es una habilidad para desarrollar propuestas de publicidad digital; es decir, cómo llegar a al público tras las computadoras.

    En la UDLA, la carrera más demanda es Medicina, con 1 990 personas inscritas el año anterior. En segundo lugar está Derecho y Psicología. Foto: cortesía UDLA
    En la UDLA, la carrera más demanda es Medicina, con 1 990 personas inscritas el año anterior. En segundo lugar está Derecho y Psicología. Foto: cortesía UDLA
  • Los resultados de la innovación, en espera

    Redacción Quito

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    redaccion@revistalideres.ec

    El año pasado, Ecuador se ubicó en el puesto 100 de un total de 128 países dentro del Índice Mundial de Innovación de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

    Dentro de los parámetros que se consideraron para elaborar este escalafón están el capital humano y la investigación, las instituciones del Estado, la sofisticación de los negocios, el conocimiento y la tecnología, la infraestructura, entre otros.

    Ecuador alcanzó una mejor ubicación en temas como infraestructura (78), sofisticación de mercado (82) y creatividad (72). Del otro lado, el indicador más destacado del país en el informe fue la capacidad de las empresas de generar un entrenamiento formal para el recurso humano.

    Sin embargo, en lo institucional, que compila temas como regulaciones, ambiente político y de negocios, el país se ubicó en la posición 115 de 128.

    Tanto el titular de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), René Ramírez, como el presidente Rafael Correa, estuvieron de acuerdo con considerar que los indicadores como este tienen una alta dosis de ideología y que están construidos para que los países que demuestren políticas capitalistas salgan bien calificados.

    Andrés Rosales, profesor principal de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) y colaborador del Vicerrectorado de Investigación, señala que cualquier ranking es importante tomarlo en cuenta porque alguien hizo una evaluación, pese a los parámetros que no se hayan considerado.

    Para Rosales, la universidad ecuatoriana se ha dedicado más en los últimos años a impulsar el área docente y que la parte de la innovación ha cobrado importancia recientemente.

    El catedrático sostiene que desde el Gobierno se ha buscado impulsar este aspecto a través de políticas públicas y que los resultados no son inmediatos, sino que suelen verse en el mediano plazo.

    Uno de los aspectos que ha faltado impulsar en los estudiantes para fomentar la innovación, a decir de Rosales, es el emprendimiento.

    “La innovación siempre va de la mano del emprendimiento (…) La mayoría de graduados salen a buscar trabajo y muy pocos emprenden y generan empleo”, sostiene el catedrático.
    Actualmente, esta casa de estudios busca innovar en las áreas de matemáticas, alimentos, electrónica, telecomunicaciones y gestión tecnológica y otros ámbitos.

    Sonia Zurita, coordinadora de la Maestría en Administración de Empresas con mención en Innovación de la Escuela de Negocios de la Escuela Politécnica del Litoral (Espae), sostiene que la innovación se debe entender como un término transversal que tiene que ver con todas las carreras y no solamente con la tecnología. Se puede innovar desde en pedagogía hasta en publicidad.

    Para Zurita, en el Ecuador todavía falta articulación de las propuestas de innovación desde las universidades con la política pública. Actualmente, según la catedrática, si bien ya existen proyectos de innovación en las casas de estudio todavía son muy aislados y sin un norte fijo.

    Estudiantes en los laboratorios de la Facultad de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Politécnica Nacional. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Estudiantes en los laboratorios de la Facultad de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Politécnica Nacional. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • La tecnología marcó la línea de este curso

    Redacción Líderes

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    La tecnología y la transferencia de conocimiento en el Ecuador fueron la temática que se trató en un curso llevado adelante por el Vicerrectorado de Investigación de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS), en conjunto con la Red Italiana para la Valorización de la Investigación Pública (Netval).

    El curso contó con la participación de Riccardo Barbieri, de la Universitá della Calabria, entre otros expertos.

    En su exposición, Barbieri habló acerca de la importancia de la propiedad intelectual, haciendo una distinción entre el proceso de obtención de patentes para proyectos de investigación y las propuestas tecnológicas generadas por estos proyectos.

    Esto, al tomar en cuenta que las tecnologías son muy cambiantes y que es fundamental para el investigador adquirir un valor agregado para sus proyectos.

    Otro aspecto que se analizó fue la necesidad de tener en consideración el impacto que los proyectos deben tener sobre el desarrollo de la sociedad, así como el mejoramiento de los procesos productivos de la industria.

    Pablo Pérez, coordinador de investigación de la sede Guayaquil, dijo que este tipo de cursos permiten abrir nuevas oportunidades para los investigadores y optimizar el trabajo que realizan relacionado a la transferencia de conocimientos, además de generar ideas que nazcan desde la realidad del contexto ecuatoriano. “Uno de los mayores desafíos como investigador es lograr que los estudiantes se vinculen a los diferentes grupos de investigación y aporten con sus conocimientos en los diferentes proyectos planteados”, dijo Pérez.

    El evento se realizó del 20 al 23 de febrero en el Centro de Convenciones Baguanchi (Cuenca); asistieron los coordinadores de los grupos de investigación de las sedes de Quito, Cuenca y Guayaquil de la Universidad.

    El curso se realizó en Cuenca desde el 20 hasta el 23 de febrero. Foto Cortesía Universidad Salesiana. Foto Cortesía Universidad Salesiana
    El curso se realizó en Cuenca desde el 20 hasta el 23 de febrero. Foto Cortesía Universidad Salesiana. Foto Cortesía Universidad Salesiana
  • Ellos piensan en huertos que beneficien a los refugiados

    Sofía Ramirez

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    Huertos urbanos y familiares para la reinserción social y económica de los refugiados. Esa es la propuesta de tres estudiantes y un graduado de la Universidad Central del Ecuador (UCE). El equipo representará a la institución en el concurso Hult Prize en San Francisco (Estados Unidos), en marzo.

    La idea de este viaje es presentar el proyecto y demostrar su viabilidad económica. La meta es pasar a las finales del certamen, en las que el ganador obtendrá USD 1 millón.
    Maritza Molina, encargada de la parte comunicacional de Hult Prize en la Universidad Central, recuerda que las convocatorias para el certamen iniciaron en septiembre del 2016.

    Los estudiantes que se inscribieron formaron equipos de cuatro personas y, en torno a la temática de los refugiados, presentaron emprendimientos sociales. 12 equipos fueron seleccionados en la UCE y el proyecto Kuman resultó el ganador.

    Kuman representará a la UCE en el concurso regional en EE.UU. El objetivo de este proyecto de corte social es desarrollar huertos urbanos y familiares, en los que participen refugiados.

    Santiago Loaiza, ingeniero agrónomo de la Universidad Central e integrante del equipo ganador explica que el plan tendrá cuatro ejes: la implementación de los cultivos de ciclo corto con componentes agroecológicos.

    El segundo eje es la creación de escuelas de capacitación agrícola -para los refugiados-, con la consigna de que los beneficiarios repliquen el modelo productivo en los huertos.

    El tercer punto es fortalecer las cadenas de comercialización para ofertar los productos de los huertos. Para esto se crearán grupos o asociaciones entre los refugiados, para crear microemprendimientos. Y el cuarto punto es la elaboración y venta de los huertos urbanos, con la marca G Box.

    Las cajas donde se cultivarán los alimentos serán fabricadas con materiales de reciclaje, detalla Carla Macas, estudiante de 24 años de la carrera de arquitectura. En los huertos, además de sembrar y cosechar semillas agroecológicas, también se podrá elaborar el compost.

    Este último es un abono orgánico que proviene de la descomposición de materiales orgánicos. El material ayuda a mantener la fertilidad en los suelos.

    Los responsables de la idea añaden que en los huertos urbanos también se podrán elaborar fertilizantes orgánicos, dice Macas.

    El costo de todo el proyecto es de USD 60 000 a 80 000. Para eso el equipo de Kuman también está en la búsqueda de socios estratégicos para obtener fondos.

    La implementación del primer eje del emprendimiento está previsto para inicios de abril próximo, indica Jéssica Velasco, estudiante de arquitectura e integrante de Kuman.
    Francisco Pulliquitín, otro de los estudiantes que representará a la Universidad Central en Estados Unidos, destaca la oportunidad de la convocatoria mundial Hult Prize para demostrar su capacidad en innovación. El estudiante comenta que parte de los recursos que se obtendrán para el proyecto serán procesados a través de la autogestión.
    Los docentes también colaboraron. Entre otras tareas participaron en el diseño del plan de negocios, explica Pulliquitín.

    Francisco Abad, director de Hult Prize en Ecuador, indicó -en noviembre pasado- que el enfoque de la temática de este año -los refugiados- tiene el propósito de mejorar el ejercicio de los derechos de estas personas que viven en esta condición.

    César del Valle es el director de crecimiento y operación de Hult Prize Foundation, comentó al Semanario LÍDERES, a inicios de febrero que la misión es inspirar y crear una generación de emprendedores sociales. “Ahora estamos trabajando para traer esta iniciativa al Ecuador, con un premio de USD 250 000 y la idea de montar una incubadora. Buscamos inspirar a todo el mundo, a gente que no tiene nada que ver con emprendimiento, pero que puede aportar en lo social”.

    Del Valle recomendó encontrar aliados, no intentar hacer todo por su cuenta sino con colaboraciones y alianzas para aumentar su visibilidad. “No deben pensar en impactar solo en su comunidad, sino pensar en soluciones globales. A veces piensan en algo pequeño, rentable, suficiente para ganarse la vida y nada más. Hay que mirar modelos innovadores a escala internacional”.

    Santiago Loaiza, Carla Macas, Francisco Pulliquitín y Jéssica Velasco, estudiantes de la UCE, viajarán en marzo a Estados Unidos al Hult Prize. Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES
    Santiago Loaiza, Carla Macas, Francisco Pulliquitín y Jéssica Velasco, estudiantes de la UCE, viajarán en marzo a Estados Unidos al Hult Prize. Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES