Un problema de infección cutánea y el interés por crear productos naturales para la piel en el Ecuador impulsó a Claudia Rivera a crear su marca de belleza.
Uwi se desarrolló en julio de 2016 tras un problema de acné que sufrió Rivera, cuando tenía 23 años. Tras esa experiencia, Rivera decidió certificarse como instructora de Yoga, lo que permitió cambiar su estilo de vida.
En ese año, la emprendedora elaboró sus primeras muestras de cosmética ancestral con productos orgánicos provenientes de la naturaleza ecuatoriana.
Uwi mantiene una línea de productos libre de conservantes y químicos perjudiciales para la salud de la piel.
El producto estrella del emprendimiento son las mascarillas orgánicas faciales, corporales y capilares. Sin embargo cuentan también con jabones, shampoo y aceite tónico facial.
Esta variedad de cosméticos viene en diversas presentaciones. Los precios oscilan desde USD 9,99 a USD 14,99 de acuerdo al cosmético.
Uwi elabora sus productos de manera personalizada. Los consumidores tienen la oportunidad de elegir los ingredientes de sus cosméticos de acuerdo a las necesidades de su piel. La marca también ofrece limpiezas faciales dentro de su local ubicado en el norte de Quito. Estos servicios cuentan con Limpieza Facial Profunda y Limpieza Facial Express. Los precios van desde USD 14,99 hasta USD 39,99.
La emprendedora trabaja con su madre y una cosmetóloga. Las dos colaboran con la atención en los servicios de limpieza facial. Rivera se encarga de la gestión y administración del establecimiento.
Las ventas de la microempresa se gestionan a través de las redes sociales como UWI Cosméticos Ancestrales y de su local ubicado en el norte de Quito que abrió sus puertas en mayo del presente año.
La marca cuenta con una página web www.uwi.ec en la que se oferta la variedad de productos y los tratamientos dermatológicos.
The Lab Quicentro es un punto de venta en el que se ofrecen los cosméticos del emprendimiento.
Esta gestión de ventas on line permite a la microempresa expandir sus productos a escala nacional. Dentro de los próximos meses Rivera piensa estandarizar su marca a escala internacional.
La materia prima de Uwi proviene del especialista en cosmética natural Pablo Coba y de la empresa Jaitel, quienes se encargan de maquilar los insumos. Asimismo, ciertos ingredientes de las mascarillas se distribuyen de diversos sitios del país.
Entre remodelación, adecuación y elaboración de productos, la microempresa requirió de, aproximadamente, USD 50 000 como inversión inicial.
En cuanto a ingresos mensuales, la marca factura un promedio de USD 4 000 desde mayo de 2018. Esta cifra incrementa en días festivos y épocas del año.
Raquel Vasco se realizó la limpieza facial profunda. La joven asegura que este servicio ayuda a regenerar la piel del cutis. Andrea Rojas, en cambio, adquirió el jabón y el shampoo orgánico. “Los productos no producen irritaciones por sus componentes”.
Claudia Rivera presenta su línea de cosméticos dentro de su local en el norte de Quito. Dentro del establecimiento ofrece limpiezas faciales. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
En la vía a Papallacta, a 3 700 metros de altura sobre el nivel del mar, se encuentra Marullacta. Una empresa pecuaria con certificación orgánica.
Su propietaria es María Eugenia Espinosa, una mujer que sonríe y se conmueve con los logros que ella y su esposo han alcanzado con este proyecto que se propusieron hace casi dos décadas.
La ganadería orgánica se basa en la forma de alimentar y cuidar el ganado, para que tanto su carne como los productos derivados como la leche estén libres de químicos, hormonas y pesticidas.
Como está prohibido incluso el uso de antibióticos, para mantener a las vacas saludables se les debe suministrar fitoterapéuticos (a partir de hierbas medicinales) u homeopáticos.
“A mí me entregaron un libro y me dijeron: ‘si quiere ser orgánica haga esto’. Y ni siquiera entendía lo que era, pero valía la pena”, recuerda Espinosa.
Ella cuenta que los primeros años fueron muy difíciles, pues se morían las vacas. Luego de siete años, las nuevas crías se acostumbraron a la alimentación sin químicos. El pasto de la finca está fertilizado únicamente con las heces de la vaca. Aunque a la altura a la que se encuentra demora más en crecer, es más nutritivo y el ganado lo asimila mejor, afirma.
“Tenemos un ordeño controlado e inmediatamente pasamos los productos a procesar”, agrega.
El esposo de Espinosa, Jorge Da Silva, es el encargado de la producción de los lácteos. Hoy la marca comercializa 14 productos certificados, entre queso, yogurt (que se vende en Supermaxi), mantequilla y manjar.
La pareja tiene 50 animales orgánicos. A 20 se les ordeña y producen cada día 200 litros de leche y otros 100 de yogurt. El resto lo elaboran según la demanda.
La propietaria sostiene que la venta es una de las principales dificultades del negocio. “Nos ha tocado hacer todo absolutamente solos, desde los estudios para llegar a las certificaciones como la capacitación a las personas. Hemos llegado a ser autosustentables”, cuenta Espinosa y relata que trabajan con energía eólica y tienen su propia planta de tratamiento del agua.
Hace entonces una breve pausa. Sus ojos se tornan acuosos. Y rememora que todo comenzó con el interés de ayudar a su nieta, que sufría de alergias a ciertos productos, lo que le dificultaba una correcta alimentación. “Ahora es una niña maravillosa”.
Espinosa antes era gerente en una plantación de rosas; la “antítesis”, dice. “Por eso sé lo que es químico y lo que es orgánico”.
Marullacta cuenta con una decena de sellos y certificados orgánicos, entre los que están el Kosher, el ICEA y los que otorga Agrocalidad y el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
A su juicio, en el país aún no hay una cultura extendida de producción orgánica, por lo que cree necesario mayor apoyo gubernamental para la capacitación y reducción de costos de producción.
“Es súper bonito trabajar así. Ver las hierbas que se deben utilizar para poder sacar adelante a un animal”, finaliza.
María Eugenia Espinosa y Jorge Da Silva están al frente de esta empresa que elabora queso, mantequilla, manjar y yogurt. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
La moringa es una opción saludable para reducir la presión arterial, bajar de peso, incrementar el volumen de la leche materna, reducir la glucosa en sangre, entre otros beneficios, según los últimos estudios realizados por universidades y laboratorios en todo el mundo. La popularidad de esta planta motivó a la familia Ponce a invertir en un emprendimiento.
Ellos siembran y procesan la planta, para luego comercializarla en todo el país. Disponen de siete puntos de distribución y también realizan envíos directos.
La empresa, que se fundó en marzo del 2016, lleva el nombre de una leyenda indígena que habla sobre los beneficios de las plantas y el conocimiento de la naturaleza. Se llama Aywa y ofrece la hoja de la planta, deshidratada, en dos presentaciones.
En polvo, ideal para adicionar a las comidas, jugos y batidos. “El sabor es casi imperceptible, pero los efectos pueden sentirse al poco tiempo de consumirla”, asegura Hernán Ponce.
También se vende en hoja entera para la preparación de infusiones que pueden consumirse como refrescos o como té después de cada comida. Las fundas cuestan entre USD 5 y 10. Ponce fue el primero en probar los beneficios de la planta. Él fue diagnosticado con un quiste que afectaba uno de sus testículos, por lo que decidió probar un tratamiento natural en base a esta planta en España, donde la moringa está en boga.
“Me pareció una planta increíble. Empecé a investigar y descubrí que en Ecuador sólo había un par de productores y que el mercado estaba insatisfecho”, cuenta.
Su yerno, Walter Aldaz y su hija Belén, también investigaron el mercado en Ecuador y decidieron iniciar una empresa. Ellos invirtieron unos USD 85 000.
El dinero, que lo obtuvieron de sus ahorros familiares, lo utilizaron en la importación de la semilla desde la India y en la tecnificación del cultivo para que se adaptara al clima de Loreto, en Orellana.
“Fue todo un desafío. Primero tuvimos que contactar a exportadores de semillas certificadas y pedir que nos enviaran muestras porque no sabíamos si la plantación iba a adaptarse a nuestras tierras”, cuenta Belén Ponce.
La primera siembra fracasó debido a que la planta es oriunda de un clima cálido y seco. La cantidad de lluvias que usualmente hay en la Amazonía hizo que las plantas se marchitaran. Pero la familia no se desanimó. Contrataron especialistas y analizaron el suelo para determinar una técnica agrícola que permitiera que el cultivo prosperara. Así, la segunda siembra fue exitosa.
La cosecha se sometió a exámenes de laboratorio para verificar que los beneficios de la planta se mantuvieran en sembríos ecuatorianos. Los resultados certificados, mostraron 18 aminoácidos, 46 antioxidantes y 90 nutrientes.
Ahora los sembríos copan las 20 hectáreas de esa propiedad y producen hasta una tonelada mensual del producto. Tras la cosecha, las hojas de moringa se limpian, se deshidratan y se pulverizan o se empacan como hojas enteras.
Para el proceso de producción también fue necesaria la adquisición de maquinarias que procesaran la hoja sin estropearla ni contaminarla. Cuentan con una máquina moledora, una tamizadora y una empacadora.
“Hemos tenido muy buenos resultados en la venta de nuestras primeras cosechas, pero aún estamos en etapa de difusión y márketing”, dice Belén Ponce.
Una estrategia que la empresa aplica para darse a conocer es participar en la mayor cantidad de ferias. Allí se exponen los beneficios del producto y se demuestran las formas de consumirlo.
Isac Pérez conoció del producto en una de las ferias de emprendimientos de Riobamba. “Es un alimento maravilloso, había escuchado de esta planta pero era difícil conseguirla en Ecuador, la probé y mi salud ha mejorado muchísimo”, cuenta Pérez.
La construcción de un laboratorio propio y una nueva planta es ahora la prioridad de la familia. En el futuro ellos esperan incrementar el menú de productos y agregar otros “súper alimentos”, como la quinua, por lo que trabajan en nuevas investigaciones.
Hernán Ponce, su esposa Nuvia Franco y su hija Belén son socios. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
Las ventas en línea han permitido que floristería Juanito se posicione en el mercado de Santo Domingo de los Tsáchilas.
A través de la página web y las redes sociales, los clientes que viven en España, Colombia, Perú o Argentina pueden escoger entre unas 30 opciones de ramos de rosas, tarjetas, peluches, dulces y chocolates para luego enviarlas a sus seres queridos en Ecuador.
Por lo general, lo hacen en fechas especiales como el Día de la Madre, San Valentín o Navidad. También para cumpleaños o aniversarios. Los arreglos varían entre USD 8 y USD 120, dependiendo de los detalles y el número de rosas que lleve el arreglo.
Juan Jiménez, gerente de Floristería Juanito, señala que fue un proceso largo llegar a brindar este servicio, que nació de la necesidad de innovar para poder competir en el mercado.
Él recuerda que hace 17 años cuando instaló la floristería, esta era la única que había en la calle Guayaquil, en el centro de la ciudad, que ahora es conocida como la calle de las flores.
Pero, luego de un año empezaron a abrirse nuevas floristerías. En tres años, ya había 13 en una sola calle. Por eso, Jiménez decidió personalizar los ramos de flores. Empezó a añadir peluches, tarjetas, globos y cartas de amor.
Con esos nuevos diseños, el gerente consiguió mantener su cartera de clientes fijos que en el 2007 llegó a unas 300 personas mensuales. “Los medios de comunicación empezaron a llegar a mi negocio a ofrecerme publicidad. Eso empezó a darme buenos resultados”.
También asistía a programas de radio o televisión y en vivo enseñaba a la audiencia a armar ramos de flores. Así empezó a popularizarse su negocio.
Los clientes ya no iban hasta su local, sino que hacían sus pedidos por teléfono y depositaban el pago en la cuenta bancaria de Jiménez.
Ese nuevo sistema empezó a dar frutos y los clientes aumentaron a unos 400 mensuales. Pero surgió un inconveniente: los clientes buscaban opciones diferentes y por medio de una llamada telefónica era difícil de explicarles cada detalle y color del ramo.
Por eso decidió crear, hace unos nueve años, la página web. “Al principio, la veían ecuatorianos en Murcia y pensaban que vivía allá y se confundían al hacer los pedidos. Pero luego lo vieron como una buena opción para enviar ramos a Santo Domingo”.
También se creó una página de Facebook, que ya tiene más de 7 000 seguidores y en la que se postea a diario una foto, descuentos y promociones. La clientela aumentó y eso permitió que se abriera un nuevo local en Santo Domingo.
Jiménez ha invertido en total USD 10 000 en mercadería, vitrinas y perchas. Pero hace 17 años, inició con USD 450, con los que compró dos sillas de plástico para exhibir los ramos, pagó un mes de arriendo y las flores se las dieron a crédito. Con los primeros 10 ramos que vendió pudo pagarles a los proveedores y empezó a adecuar el pequeño local.
Carmen Pazmiño es cliente de floristería Juanito desde hace 17 años. Ella afirma que el negocio ha crecido por la atención al cliente que es personalizada. “Si queremos flores azules, don Juanito las consigue o si no sabemos que regalar el nos ayuda a escoger”.
Jiménez asegura que para posicionar el negocio fue necesario competir con bajos precios. Él pudo hacerlo porque hace unos 25 años trabajaba en el Mercado Municipal en un puesto de flores y plantas medicinales. Eso le permitió aprender a negociar y a conseguir mejores precios.
Además también sirvió para que aprendiera a cuidar las flores para que resistan más tiempo. Fue en ese trabajo, que aprendió a hacer los ramos. Él recuerda que un día, una cliente llegó desesperada al puesto y le contó que en una floristería no le habían hecho a tiempo un ramo y que lo necesitaba de urgencia. “Me pidió que lo hiciera. Yo tenía miedo, pero ella me brindó confianza y lo logré”.
Para hacerlo, tuvo que improvisar una base con arena y una malla para sostenerla. Luego de ese ramo, hubo otras personas a las que también les hizo bouquet.
Pero su técnica no era perfecta. Así que decidió trabajar en una floristería para aprender a elaborar ramos en forma de corazón, cascada o las coronas fúnebres.
En ese trabajo estuvo un año. En ese tiempo ahorró USD 400 para abrir su local. El negocio despegó en abril de 2001, pero el día clave fue la celebración a las madres, en mayo de ese año. Él recuerda que vendió más de 100 ramos pequeños, de entre USD 5 y USD 10. Desde entonces debió contratar a tres personas más. Pero en fechas especiales como San Valentín contrata por horas a dos o tres trabajadores más.
Para el último trimestre de este año, Jiménez ofrecerá un nuevo servicio: mensajes impresos en los pétalos de las rosas. “Mi plan es siempre ofrecer algo nuevo”.
Juan Jiménez es el gerente propietario de la floristería Juanito, ubicada en Santo Domingo, que ofrece más de 30 opciones de ramos de flores. Fotos: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
La vigésimo primera edición del Mundial de Fútbol arranca este 14 de junio en Rusia y, más allá del deporte, las alineaciones de las selecciones y los goles, las finanzas de la FIFA resultan ganadoras.
Al igual que los Juegos Olímpicos de verano para el Comité Olímpico, el Mundial de Fútbol, organizado cada cuatro años, representa “la inmensa mayoría de los ingresos ” de la FIFA. Éstos se generan esencialmente por derechos de televisión, marketing y venta de entradas, que le permiten generar más de USD 4 000 millones, frente a unos gastos por 2 000 millones para el evento.
La Copa del Mundo 2014 de Brasil le aportó a la FIFA un ingreso total por USD 4 820 millones entre derechos de televisión (casi el 50%), derechos de marketing, venta de entradas, derechos de hospitalidad y concesiones de licencias de explotación comercial.
La agencia de noticias AFP reportó la semana pasada que el presupuesto previsto para Rusia 2018 está en esos valores, aunque la FIFA no ha comunicado cifras detalladas. En su reporte contable de 2017, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, indicó que “los ingresos del ciclo 2015-2018 deberían superar las previsiones” que se establecen en USD 5 650 millones, gracias a las renegociaciones a la alza de los contratos de derechos de televisión y márketing.
Estas y otras cifras se mueven mientras cracks como Messi, Neymar, Iniesta Ronaldo, Kane y otros ya están en suelo ruso pensando en los partidos y en un posible final feliz para sus selecciones.
Los futbolistas y los entrenadores están concentrados y es probable que desconozcan ciertos números como, por ejemplo, los gastos de un Mundial. El de Brasil costó de USD 2 220 millones y el presupuesto previsto para el mundial ruso es de 1 940 millones, según el informe contable de la FIFA del ejercicio 2017.
Otro dato señala que la Copa del Mundo le cuesta a la FIFA unos USD 2 000 millones de dólares en gastos de organización. En el primer rango de gastos del presupuesto aparece el funcionamiento del Comité de Organización local , que en el caso de Rusia se ubica en USD 627 millones, cifra superior a los 453 millones del 2014.
Los premios también son parte del evento deportivo más importante del planeta y el dinero para los equipos participantes también escala en cada edición.
La FIFA entregó USD 358 millones en la Copa del 2014 y para esta edición el monto crece hasta los 400 millones, de los cuales 38 millones irán a manos de la federación cuyo equipo gane la competencia el 15 de julio en Moscú (contra 35 millones en 2014) y 28 millones para el finalista, según la agencia AFP.
Los perdedores también ganan, en lo económico. Así una selección eliminada en primera ronda se quedará, de todos modos, con USD 8 millones.
En TV y on line 1 000 millones de personas vieron la final del Mundial de Brasil, en la que Alemania se impuso a Argentina. Los datos los maneja la FIFA y la consultora Kantar Sport. La cifra total de todo el torneo llegó a los 3 200 millones de aficionados que disfrutaron en sus hogares las emocionantes contiendas. A esto se suman los hinchas que vieron los partidos en línea o un dispositivo móvil: en Brasil fueron 280 millones.
El torneo que arranca en Rusia, se calcula que será visto por 3 800 millones de personas, de los cuales 850 millones disfrutarán del fútbol en dispositivos móviles. Los datos los maneja PML, una plataforma argentina que estudia la publicidad tradicional y digital.
Con todas estas cifras astronómicas, se confirma que el negocio del fútbol se potencia a escala global con cada nueva edición de la Copa Mundial de la FIFA.
El impacto para el anfitrión será en el corto plazo
Personas caminan por una calle de Moscú, decorada por motivo del Mundial de Fútbol que empieza el 14 de junio. Resalta la imagen de la mascota Zabivaka. Foto: Mladen Antonov / AFP
Los beneficios económicos que obtendrá Rusia del Mundial de fútbol que acogerá a partir del próximo 14 de junio serán a corto plazo, advierte la agencia internacional de calificación de riesgo Moodys, en un informe publicado la semana pasada.
“La mayor parte de los beneficios económicos ya se están notando a través de las inversiones en infraestructuras, pero incluso ahí son limitados. Las inversiones entre 2013 y 2017 motivadas por el Mundial sólo sumaron un 1 % del total de las inversiones” en ese periodo, señala el documento.
Los estímulos económicos que obtendrá Rusia durante la competición, que sólo dura un mes, “palidecen al lado del volumen de la economía rusa, cifrada en 1,3 billones de dólares”, subrayó la vicepresidenta de Moodys, Kristin Lindow. “No creemos que el campeonato haga una aportación de peso al crecimiento económico de Rusia”, agregó.
Las finanzas de las once sedes que acogerán partidos del Mundial correrán distinta suerte en los próximos años, en función del estado de sus arcas públicas, la inversión afrontada para el campeonato y las funcionalidad del legado que dejará la competición.
Saransk y Kaliningrado son dos sedes de la Copa Mundial que saldrán ganando, dado que las nuevas infraestructuras les aportarán en los próximos años mayores ingresos fiscales y reducirán sus inversiones en grandes proyectos, acometidos para acoger el Mundial, según la agencia de calificación de riesgo Moodys.
Por el contrario, San Petersburgo y Samara, dos de las ciudades más pobladas de Rusia, arrastrarán un mayor endeudamiento en sus cuentas como resultado de las inversiones en infraestructuras mundialistas.
Los hoteles, comercios, transportes y telecomunicaciones incrementarán sus ingresos durante el mes que dura la competición, pero sus beneficios no irán más allá de cuando acabe el campeonato, según la agencia internacional, que tiene su sede en Estados Unidos.
“Los aeropuertos de Moscú están entre los mayores beneficiados en el sector transportes, dado que su modernización ayudará a incrementar el flujo de pasajeros incluso después del evento” deportivo, concluye el documento.
Mientras, la organización del Mundial de Rusia ha estimulado un crecimiento del 1 % del Producto Interior Bruto (PIB) en el último lustro, cuando en Brasil 2014 fue del 0,6 %.
El comité organizador de Rusia 2018 estima en USD 15 000 millones (2 000 millones de ellos vinculados al turismo) el impacto que ya se ha producido en la economía nacional desde 2013. De esta forma, Rusia supera en cifras absolutas a los organizadores de los últimos cuatro mundiales (Brasil 2014, Sudáfrica 2010, Alemania 2006, Corea del Sur y Japón 2002).
Según el Gobierno ruso, para el Mundial se crearon 220 000 puestos de trabajo, lo que ha permitido a la población incrementar sus ingresos en casi 7 000 millones de dólares. Al mismo tiempo, la organización considera que en los próximos cinco años (2019-2023) el impacto del torneo en la economía nacional será de unos 3 000 millones de dólares anuales.
Datos de inversiones
Rusia apostó por una renovación de sus infraestructuras, desembolsando USD 13 000 millones. “Los aeropuertos de seis ciudades tienen terminales nuevas y se construyeron 21 nuevos hoteles en las ciudades organizadoras” , explicó el director general del Comité de Organización, Alexei Sorokin, en mayo. También informó que existen “14 hospitales preequipados para el torneo”.
“Esto responde a un objetivo de mejora del territorio, con un efecto de recuperación en los últimos 20 años, donde no se habían hecho inversiones ”, estima Jean-Baptiste Guegan, uno de los autores de un libro sobre lo que subyace en el fútbol ruso.
El objetivo es hacer del Mundial un medio de brillo y atractivo”, lo que implica que la experiencia de los visitantes sea óptima y que puedan recomendar Rusia cuando regresen a sus países.
Los rusos posan junto al logo de la Copa Mundial de la FIFA 2018 cerca del estadio de Sochi en Sochi, Rusia, el 12 de junio de 2018. La Copa Mundial de la FIFA tendrá lugar en Rusia del 14 de junio al 15 de julio de 2018. Foto: EFE
Tu familia te hará reclamaciones, porque trabajas mucho, tienes poco dinero, nunca te ven…
Tus empleados te harán reclamaciones, porque sentirán que los estás explotando, sin entender que estás compartiendo el beneficio pero no el riesgo…
Tus acreedores te harán reclamaciones, porque sentirán que te estás haciendo rico a costa de ellos, sin darse cuenta que quizá llevas años sin comprarte calzones porque todo se lo reinviertes a tu proyecto…
Tu salud te hará reclamaciones, porque habrá días que no comas, que no duermas, que no hagas el suficiente ejercicio, que tu mente no descanse, por estar enfocado en sacar adelante tu proyecto…
Si las cosas salen bien, te tendrán envidia, hablarán de ti, dirán que tuviste suerte, que hiciste fraude, que te lo regalaron…
Si las cosas salen mal, dirán que eres un tonto, hablarán de cómo «se debería haber hecho» (aunque ellos nunca lo hayan hecho o intentado siquiera), te reclamarán, se indignarán.
Si hay ganancias, si hay fama, tendrás muchos, muchos, muchísimos mejores amigos, todos ellos falsos…
Si hay pérdidas, nadie te dirá: “¿Necesitas ayuda?, ¿Necesitas un préstamo? ¿Te ayudo a recomenzar?”
En general vecinos, familiares, clientes, proveedores, empleados, pareja, te criticarán, te culparán, te exigirán…
Por ello, ser emprendedor, ser empresario, es una de las labores más honrosas y dignas de admiración que existen.
Hay mucho en juego. Y casi nadie lo valorará nunca. Ni hoy ni después…
Y aún así, tienes fe, tienes esperanza, tienes anhelo, luchas por un sueño, y estás mejorando la vida no solo tuya, sino de todos los involucrados.
Otros se preocupan por llevar comida a su mesa…
Tu, emprendedor, empresario, te preocupas por llevar comida a varias mesas… varias, además de la tuya.
Por ello te felicito. Te admiro. Te aplaudo. Te respaldo. Te acompaño. Te escucho. Lloramos juntos.
Porque solo quien carga el saco, sabe lo que pesa.
Sigamos juntos. Como un equipo. Una familia. Emprendedores apoyando emprendedores.
Los esposos Andrés Del Hierro y Sara Valencia se dedican desde hace 18 años a la decoración de eventos, en Santo Domingo.Ellos iniciaron en una pequeña floristería, administrada por la familia Del Hierro, desde hace alrededor de 30 años. Ahí, la madre de Andrés, María Antonieta, hacía manualidades y arreglos florales.
Andrés recuerda que antes de graduarse en la carrera de Hotelería y Turismo, junto con su esposa, empezaron a idear un negocio que les permitiera desenvolverse con los conocimientos que habían aprendido en la universidad.
Se les ocurrió ampliar los servicios de la floristería y con USD 400 compraron manteles para su primera decoración. Se trataba de una boda, que coincidía con el día de la incorporación de Andrés y Sara. “Terminamos de decorar un evento para 400 personas y corrimos a nuestra graduación”.
Los primeros tres años fueron de aprendizaje. Ellos debieron capacitarse sobre las tendencias y nuevas técnicas de decoración, atención al cliente, entre otras. Luego de esos tres años, el negocio empezó a crecer. Ya no atendían a uno o dos clientes al mes, sino a cuatro o cinco. También tuvieron que conseguir un local más grande para atender a los clientes y almacenar los materiales decorativos.
Del Hierro afirma que el éxito de su negocio, llamado Le Bouquet, se debe a las recomendaciones que los clientes les han hecho con sus amistades y familias. En 18 años, han conservado 150 clientes fijos entre la decoración de eventos y la floristería.
Según Del Hierro, los clientes a los que se les ha decorado sus bodas, luego lo llaman para el bautizo y fiestas infantiles de sus hijos. Eso se debe al vínculo que la pareja crea con sus clientes. “En una boda nada debe salir mal”.
Las decoraciones de Le Bouquet varían según las tendencias de la moda y del gusto de los clientes, a quienes se los asesora con anticipación. Foto: Juan Pérez / LÌDERES
La pareja señala que una de las estrategias para que el negocio funcione es ser cómplice de sus clientes y buscar soluciones donde ellos no las ven. Del Hierro recuerda que en una boda que realizaron en Esmeraldas, el pastel era un obsequio de la madre de la novia y lo traían desde Guayaquil. Pero desde el viernes hubo un paro de transportistas y se cerraron las vías.
La novia estaba desesperada, pero a Del Hierro se le ocurrió alquilar una ambulancia para traer a la madre de la novia y la torta. “La cara de felicidad de la clienta al ver a su mamá no tuvo precio”.
Del Hierro ha debido también disfrazarse de payaso o animar las fiestas cuando los encargados no han llegado. “Hay clientes que no contratan todos los servicios y luego tienen inconvenientes. Pero nosotros les ayudamos a solucionar esos problemas”.
Juan Pozo fue uno de los primeros clientes de Le Bouquet y en la actualidad sigue buscando la asesoría de Del Hierro para las fiestas familiares. Ya le han organizado unos cuatro eventos, con diferentes temáticas. Una de las razones por las que continúa contratando sus servicios es por la puntualidad y porque cuidan cada detalle.
En la actualidad, el negocio cuenta con dos sucursales. Una en Santo Domingo, que es administrada por Del Hierro, y otra en Esmeraldas, que es dirigida por Zulema Yépez, tía de Andrés.
En esos dos negocios trabajan 10 personas. Ellos se dedican a ayudar con la decoración de eventos, que se realiza a nivel nacional, al igual que el envío de flores. “A la única provincia que aún no llegamos por temas logísticos es a Galápagos”, señala.
Para cubrir la demanda de los clientes, la pareja debió invertir USD 50 000 en materiales para decoración, como estructuras metálicas, lámparas, mesas, manteles, telas, entre otros. Del Hierro señala que es imposible dejar de invertir porque hay que seguir renovando los materiales decorativos según las tendencias de cada temporada.
Además, hay clientes que ya tienen una idea de la decoración, que quieren para su evento. Ahí utilizan los materiales que ya tienen o los alquilan o los compran.Para eso cuentan con 30 proveedores de alimentos, carpas, insumos de fiestas, entre otros.
Valencia asegura que entre más se expande Le Bouquet, los proveedores también lo hacen. “Las personas que nos alquilan las carpas han tenido que invertir porque a veces tenemos eventos de más de 400 personas”.
Andrés Del Hierro es el propietario de Le Bouquet, un negocio dedicado a la decoración de eventos y a los arreglos florales personalizados. Foto: Juan Pérez / LÍDERES
Chris Gardner es un empresario que vivió en las calles de San Francisco. Brinda consejos para quienes se mueven en la industria.
En su trayectoria como conferencista, usualmente, suele referirse a la pasión que se debe tener en la vida para hacer las cosas y, sobre todo, para que algo resulte como, por ejemplo, un negocio. En Ecuador, sin embargo, la mayoría de los emprendimientos surgen por necesidad. ¿Qué pasa en esos casos?
Entiendo que eso es todo un reto. No es solo que quiero emprender, sino que debo pagar la renta, las cuentas. Es cuando uno dice “tengo qué hacer algo ahora”. En ese proceso, una de las cosas que debe hacerse es tomar la decisión: lo que quiera que se vaya a hacer, se tiene que hacer bien.
¿Qué problemas ha visto usted en los emprendedores?
La gente joven con la que hablo quiere hacer todo rápido a causa de la globalización y la tecnología y así no son las cosas. Deben saber, además, que las personas con las que uno está compitiendo no están solo en el barrio, sino en el planeta. Por necesidades económicas uno puede querer todo ahora, pero hay que hacer las cosas bien, lo mejor que se pueda. Tal vez uno no esté enamorado de lo que hace, pero es en lo que se está trabajando ahora.
¿En qué frase resumiría estos argumentos?
A veces hay que hacer lo que se tiene que hacer, antes de hacer lo que se quiere hacer. No hay nada equivocado con eso.
¿Qué pasa cuando una persona, como un emprendedor, pierde la pasión o, al menos, el interés por hacer lo que, actualmente, está haciendo?
Tiene que salir del negocio.
¿Por qué?
Por que hay que sentirlo. No puede ser solo el interés de ganar dinero para el negocio, hay que sentirse bien. Hay que levantarse y decir ¡Sí, vamos ahí!
Y si se acaba la pasión, pero tengo personas a las que doy trabajo ¿Cómo les ayudo si mi alternativa es cerrar la compañía y hacer otra cosa?
La respuesta es vender la empresa a los trabajadores. O vender la firma a alguien que tenga la pasión. La vida es demasiado corta, hay que hacer lo que se ama.
En el libro “En busca de la felicidad”, que de hecho es una biografía suya, usted cuenta sobre algunos giros que tuvo en su vida. Lo que me llamó la atención es que cuando usted era muy joven quería vincularse a la medicina, pero terminó en el sector financiero.¿Cómo logra un emprendedor, que tiene un interés pero por cuestiones de la vida debe hacer otra cosa, cambiar su chip mental?
Para eso las personas tienen habilidades, talento y experticia. Todo eso es transferible. Se las puede poner en práctica en cualquier área que exista en la vida.
¿Qué aprendió usted durante los giros de su vida?
Lo que aprendí durante los años que estuve vinculado a investigaciones médicas me lo llevé a Wall Street. Me refiero con eso a estudios, análisis, procesos, etc. Cuando llegué a Wall Street estaba listo, porque tenía todo eso.
¿Cómo favorece al desarrollo de un emprendedor la compra y venta continua de las compañías? Hablo de esto porque en su historia, precisamente, usted aplicó esta metodología financiera.
Todo lo que aprendes te lo llevas contigo. Eso es más valioso que el dinero. Es importante crear siempre oportunidades nuevas. Cuando uno tiene éxito sabe que puede seguir creciendo más.
¿Cuáles son las claves para el éxito y la felicidad?
Creo que la felicidad es el éxito. Todos tenemos que ganar dinero, pero eso no te hace feliz. Para mi la felicidad es la salud, el hecho de haber criado a dos hijos que se volvieron buenos jóvenes, que hago un trabajo que refleja mis valores y que tengo dos personas especiales: mi nieta y mi ahijada.
¿Cree que si alguien se salta un proceso doloroso que hay que vivir es posible que la vida lo lleve de nuevo a un punto similar para vivir ese dolor? ¿Hay algún propósito?
Sí. Todo se trata de pasos y pasos que no son posible saltarse. En los Estados Unidos la gente joven quiere todo para ahora, para hoy. Tienen en su mente algo y quieren que las cosas sucedan rápido. Hay que hacerles entender que en la vida las cosas no ocurren de esa manera. La gente joven debe pensar que si uno tiene destrezas es necesario que invertir en eso para salir adelante en cada paso que se presenta.
El empresario Chris Gardner comenta que la película, basada en su biografía, ‘En busca de la felicidad’, solo cuenta un año de su vida. Foto: Facebook Cámara de Comercio de Quito
Llegar puntual e impecable al trabajo luego de pedalear una bicicleta no es una tarea imposible.
Las bicicletas de ElectroBike Ecuador tienen un motor eléctrico que facilita el desplazamiento. Sin importar el estado físico del conductor, con estas ‘bicis’ se puede subir, sin mayor esfuerzo, por las empinadas cuestas de Quito, sortear la congestión de las horas pico y llegar puntual al destino.
Las características de estos vehículos facilitan el traslado de personas que tienen ciertas limitaciones físicas. Por esto, Andrés Mesías, director de ElectroBike Ecuador y aficionado al ciclismo, decidió ser parte de esta franquicia mexicana para ofertar este producto en Ecuador. Para empezar invirtió, en el 2016, USD 300 000. Esto le permitió abrir su primer local, en la avenida Naciones Unidas e Iñaquito, en el norte de Quito.
Cuando empezó tenía cuatro modelos en oferta, porque debido a las salvaguardias este producto se encareció. Pero la convicción de que las bicicletas serán, en el futuro próximo, un medio de transporte con mayor acogida en la urbe incentivo a Mesías a continuar con su proyecto.
Ahora, este emprendedor de 32 años tiene dos locales, uno en Quito y otro en Cumbayá. En estos sitios se exhiben siete modelos de bicicletas eléctricas. Entre la oferta se encuentran diseños plegables, bicis urbanas o montañeras.
Estos vehículos vienen preensamblados; en Quito un grupo de técnicos ecuatorianos capacitados en el país azteca última detalles para dejar a las ‘bicis’ listas para ser utilizadas. Ellos ofrecen también el servicio de mantenimiento y de reparación.
Los costos de estas oscilan entre USD 800 y 2 500, según las características de los modelos. Para facilitar su compra se aceptan tarjetas de crédito y se cuenta con una alianza con la Cooperativa de Ahorro y Crédito Andalucía para financiar la compra a plazos. Francisco Astudillo, representante de la cooperativa, menciona que para facilitar el acceso a este producto se ofrecen desde hace unos dos meses préstamos de hasta USD 2 500 a 24 meses plazos. “Ya se han otorgado alrededor de 15 créditos”.
Estas ‘bicis’ eléctricas tienen mayor acogida entre jóvenes, ejecutivos, universitarios, que piensan en el cuidado del ambiente, según ElectroBike Ecuador. Pero también son aptas para personas que brindan servicio de mensajería, entrega de alimentos u otros.
Su uso no implica gastos adicionales, porque al tener un motor más eficiente requiere menos mantenimiento. Tampoco necesita combustible, no se paga tarifas de parqueadero ni costos de matriculación como ocurre cuando una persona adquiere un carro.
Otro de los beneficios que brinda este medio de transporte, reconocido a escala internacional, es que permite sortear la congestión vehicular y llegar a tiempo. Francisco Abad, quien se moviliza a diario en su bicicleta desde su casa al trabajo, comenta que debido a que su ‘bici’ es eléctrica no requiere mayor esfuerzo.
El motor eléctrico de estos vehículos, que se activa con una llave, permite alcanzar una velocidad de hasta 30 kilómetros por hora. La batería se carga de manera similar a un celular durante cinco horas en un tomacorriente de 110 voltios. Esto brinda una autonomía de hasta 45 km.
Para quienes deciden hacer uso de estas bicicletas su medio de transporte, ElectroBike Ecuador ofrece bolsos de la marca Otter, elaborados por Soledad Cárdenas. Estos sirven de complemento para colocar en las ‘bicis’ y llevar en su interior carteras, carpetas, mochilas y hasta alimentos.
Andrés Mesías, director de ElectroBike Ecuador, inició con este emprendimiento en febrero del 2016. Actualmente, tiene dos tiendas y busca nuevos socios para abrir otras tiendas. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
Hacer de la cocina una actividad fácil con resultados deliciosos es el fin de Susana Mora Bowen y Carla Uribe, madre e hija, a través de su negocio Soupa.
Se trata de un emprendimiento que comercializa bases de caldo listas para calentar. A estas se puede adicionar otros ingredientes y hacer diferentes sopas; también pueden servir para dar sabor a arroz, masas, pastas y salsas.
La idea nació a inicios del 2017, pero se concretó hace cuatro meses. En esa época las empresarias no estaban trabajando y analizaron la posibilidad de desarrollar un emprendimiento.
A Carla se le vino a la mente un recuerdo: cuando vivía en España utilizaba caldos precocidos que le facilitaban la preparación de alimentos. “Siempre tuvimos la idea de hacer el caldo y en ese momento dijimos es el momento para lanzarnos”.
La inversión inicial fue de USD 15 000, que incluyeron equipos, planta e investigación. Precisamente, con la ayuda de una ingeniera en alimentos probaron cuál era la mejor receta y empaque hasta que lograron el resultado.
Soupa ofrece tres tipos de productos: caldo de carne, de pollo y de vegetales. Las presentaciones son de un litro y medio litro.
Cuando las emprendedoras comenzaron solo ellas se encargaban de toda la producción. Ahora tienen una colaboradora, con la que se dedican, en un local equipado para el caso, de la cocción y empaque de este alimento.
El producto se comercializa enocho locales de Quito yCumbayá; la meta es venderlo en cadenas de supermercados o puntos de servicio; también vía Internet, por la página web del negocio. La entrega se hace a domicilio.
Susana dice que en cinco minutos se puede contar con una sopa consistente usando la base. Se licúa, por ejemplo, el caldo de pollo en la licuadora junto a dos aguacates; se pone a calentar, se agrega sal y se añaden acompañantes al gusto. Listo para servir.
“Queremos facilitarle la vida a los clientes en la casa, en el día a día. Que se tenga ya la base permite hacer todo más rápido. Se puede tener los caldos en la despensa, no necesitan refrigeración. Se puede hacer una crema, una sopa de fideo, de papas, etc. Hacemos la parte larga de la cocina para que la gente haga la corta”, dice Carla.
Todo esto lo destaca la clienta Ana Carolina Benítez. Ella compra los tres tipos de caldos desde que el negocio arrancó; con ellos ha hecho sopas, estofados e, incluso, ha marinado un pollo para luego hornearlo y darle sabor.
Los clientes también comentan de la practicidad del empaque en el que vienen los caldos. Se trata de una bolsa especial de aluminio que permite que el producto se mantenga por unos dos meses.
Según las emprendedoras, este negocio utiliza para la conservación únicamente preservantes de origen natural. Se basan en las regulaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Tanto para Carla como para Susana es fundamental la inocuidad con la que preparan los alimentos. Además, ambas creen que es importante fomentar los encadenamientos productivos de su zona, por ello sus proveedores, principalmente, son de la parroquia de Cumbayá.
Este emprendimiento también toma en cuenta aspectos vinculados al cuidado del ambiente. Todos los desechos se entregan a dueños de terrenos del lugar para alimentar a cerdos. Estas características permitieron que el negocio se destaque durante la edición más reciente del Grand Bazaar y gane el primer lugar.
Para madre e hijas este fue un reconocimiento a su esfuerzo y les inspiró a seguir adelante en el crecimiento de este negocio.
Como parte del negocio dos personas se quedan en planta y una se encarga de las entregas y las tareas de marketing, compra de los insumos, trámites, etc.
Carla y Susana aspiran sacar más productos al mercado que pueden incluir, por ejemplo, caldo de pescado. “Ahí tendríamos todas las gamas de caldo base”, indicaron las emprendedoras. Asimismo, ambas buscan colocar su producto en otras ciudades del país como Guayaquil. Están ya realizando, además, contactos con un posible comprador en la zona sur del país, en Cuenca.
Algunos datos
Precios. El costo del caldo vegetal es medio litro es de USD 3,99. El producto más costoso es el litro de caldo de carne y pollo, que valen USD 6.99
Venta. Al momento, este negocio comercializa entre 150 y 160 caldos mensuales. El crecimiento ha sido rápido, dicen las emprendedoras, durante los primeros meses.
Producción. Esta es similar a las ventas y la capacidad de producción es de 500 litros al mes. Están en proceso de crecimiento como negocio.
Trabajo. El negocio tiene su planta de producción en Cumbayá. Los proveedores de los insumos son de la zona.
Susana Mora Bowen y Carla Uribe en su planta de procesamiento de caldos. Vienen en tres presentaciones. Foto: Vicente Costales / LÍDERES